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PONERTE EN EL LUGAR DE LOS DEMÁS TE ACERCA A JEHOVÁ Y AL PRÓJIMO.

"Además de esas cosas externas, está lo que se me viene encima día tras día: la
preocupación por todas las congregaciones. Si alguno está débil, ¿no me siento
débil yo? Y, si a alguno se le hace tropezar, ¿no me indigno?"

2 Corintios 11:28,29

Vemos aquí el ejemplo de Pablo en cuanto a empatía: "Si alguno está débil, ¿no me
siento débil yo? Y, si a alguno se le hace tropezar, ¿no me indigno?". Se ponía en
el lugar de los demás, a pesar de tener a su cargo tantas congregaciones. Pero para
él era primordial el amor por los demás y tener empatía hacia ellos.

Empatía significa ponerse en el lugar de los demás.

La empatía no es dar sino comprender al otro. No es dar soluciones (excepto si se


necesita ayuda urgente de médicos, abogados, etc, para solucionar o mejorar el
problema o situación). La empatía es escuchar sin opinar y sin juzgar. Es orar por
la persona. Decirle de corazón que puede contar contigo cuando lo necesite.
Interesarse por ella frecuentemente.

La empatía es olvidarnos de nosotros mismos y ponernos en el lugar de la persona.


Nunca pensar ni decir: " a mi también me pasa", "¿has probado con esto o con lo
otro?", "no pienses tanto en eso", "lo que tienes que hacer es salir más", "sé
positivo/a", "no llores", "quizás te falte fe en Jehová". Si decimos estas frases o
parecidas, lo único que conseguimos es que la persona se sienta peor e
incomprendida, porque se le resta importancia a sus sentimientos, sufrimientos,
etc. Y es muy probable que se encierre en sí misma y no vuelva a confiar en nadie.

Si la persona está pasando por una depresión mayor o algo similar, en el peor de
los casos, nuestro comportamiento no empático puede ayudar a que la persona piense
incluso en quitarse la vida.

O quizás está pasando por un cáncer u otra enfermedad grave y se le quiten las
ganas de seguir luchando.

Y tantas y tantas situaciones que se pueden pasar: muerte de un ser querido,


violación, maltrato, bullying, un accidente, falta de trabajo, problemas
económicos, soledad, discapacidad, etc.

Asi de grave puede ser que no tengamos empatía. Les hacemos daño a los demás, a
nosotros mismos y a Jehová. Porque Jehová y su Hijo Jesucristo son grandes ejemplos
de empatía. Y quieren que seamos como ellos.

Si tenemos poca empatía por los demás, ¿cómo podemos conseguirla poco a poco?

Lo principal es reconocerlo, arrepentirnos de las veces que no hemos actuado con


empatía, y querer rectificar de verdad. Pedir perdón a las personas afectadas y a
Jehová.

Después de eso, pedirle a Jehová que nos ayude a eliminar progresivamente los
obstáculos que impiden que seamos empáticos, como el egocentrismo (pensar solamente
en nosotros), egoísmo, orgullo, inmadurez, etc.
El espíritu santo de Jehová actuará en nosotros poco a poco y sentiremos que
podemos hacer nuestros los sentimientos de los demás (dentro de un límite), aunque
no hayamos pasado por la situación.
EL AMOR QUE JEHOVÁ SIENTE POR TÍ PUEDE IMPULSARTE A AMAR Y TENER EMPATÍA POR LOS
DEMÁS. CON LA AYUDA DE JEHOVÁ NADA ES IMPOSIBLE.

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#amor #empatía

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