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ESTRUCTURAS Y FUNCIONES DE LOS

SENTIDOS
VISTA

FUNCIÓN:
El ojo es el órgano principal del sistema visual, que capta las imágenes vistas y los
convierte en señal eléctrica al nervio óptico. Esta señal se "traduce" por el cerebro,
la corteza visual, que nos envía la imagen procesada y permite la interpretación de
nuestro entorno.
La luz penetra en el ojo por la córnea, que actúa como una lente convexa,
desviando los rayos hacia un mismo punto.
Después el iris actúa como diafragma regulador, dilatándose y contrayéndose para
controlar la entrada de luz. Pasa por la pupila y el cristalino y enfoca la imagen en
el fondo del ojo.
OLFATO

FUNCIÓN:
El sentido del olfato es aquel que, estando albergado en la nariz, nos permite
transformar la información química de los compuestos volátiles en una señal
nerviosa que llegará al cerebro, donde se transformará en la experimentación de
un olor concreto.
Estos compuestos volátiles son sustancias químicas que son transportadas por el
aire y que, además de ser liberadas por todas aquellos productores odorantes,
pueden llegar a la nariz y ser atrapadas por las estructuras que, como veremos, se
encargan de desarrollar el sentido del olfato.
Esto es posible gracias a la presencia, en la mucosa de la nariz, de entre 20 y 30
millones de células olfativas, las cuales nos permiten percibir infinidad de olores
y matices aromáticos. Se trata, pues, de un sentido muy útil a nivel evolutivo, pues
nos permite detectar peligros (como por ejemplo una fuga de gas), analizar la
calidad de un alimento, relacionar olores con recuerdos, analizar el nivel de
humedad y, a pesar de que sigue habiendo mucha controversia en cuanto a su
extrapolación al ser humano, detectar feromonas.
Sea como sea, lo cierto es que estamos ante un sentido que nos permite detectar
sustancias volátiles en el aire y convertir esta información en olores, algo que
forma parte por completo de nuestra vida y que, además, está estrechamente
relacionado con el sentido del gusto en lo que a experimentación de sabores se
refiere.
OIDO

FUNCIONES:

OÍDO EXTERNO
El oído externo está formado por el pabellón auditivo, que funciona como una
especie de embudo que recoge las ondas sonoras y las envía hacia el interior
del oído, y el canal auditivo. El pabellón auditivo es de gran importancia, ya
que se encarga de compensar la presión que existe en el exterior del oído con
la presión que existe en el interior, que es mucho mayor puesto que el aire está
comprimido. Después de entrar en el pabellón auditivo, las ondas se dirigen hacia
el tímpano por el conducto auditivo.

OÍDO MEDIO
El oído medio se encuentra entre el tímpano (una membrana que delimita el
conducto auditivo del oído medio) y la ventana oval. Está compuesto por tres
huesos (el martillo, el yunque y el estribo), que son los encargados de transmitir
los movimientos del tímpano a la ventana oval, que es una membrana que
recubre la entrada a la cóclea en el oído interno.

OÍDO INTERNO
Finalmente, en el oído interno, concretamente en la cóclea, tiene lugar
la transformación de las ondas sonoras en impulsos eléctricos que se envían
al cerebro. Esto se hace a través del nervio auditivo. En el oído interno se
encuentran también las células ciliadas. Los daños en las células ciliadas,
precisamente, son una de las causas más comunes de las pérdidas auditivas.
GUSTO

FUNCIÓN:
La lengua es el órgano sensorial del sentido del gusto y, gracias a la acción de
más de 10.000 papilas gustativas presentes en su membrana mucosa, somos
capaces de experimentar los cuatro sabores básicos (dulce, salado, amargo y
ácido) y todos los infinitos matices que pueden haber en ellos o en su
combinación.
En resumen, el del gusto es aquel sentido albergado en la lengua que permite
convertir las señales químicas de los alimentos en un mensaje nervioso que será
descodificado por el cerebro. Gracias a él, podemos sentir los sabores de todo lo
que comemos.
TACTO

FUNCIÓN:
El tacto. Es el encargado de percibir la temperatura, presión y dolor del cuerpo de
cada ser humano. En la piel se encuentran diferentes clases de receptores
nerviosos que se encargan de transformar los diferentes tipos de estímulos del
exterior en información susceptible para ser interpretada por el cerebro.

Los corpúsculos

Cada tipo de corpúsculos tiene una función.

1. Meissner: nos permiten darnos cuenta de la forma y tamaño de los objetos y


discriminar entre lo suave y lo áspero.

2. Pacini: son los que determinan el grado de presión que sentimos y distinguen el


peso. 

3. Ruffini: perciben los cambios de temperatura (calor).

4. Krause: registran la sensación de frío.


La mayoría de las sensaciones son percibidas por los corpúsculos, receptores
encerrados en cápsulas de tejido en las capas de la piel (epidermis, dermis e
hipodermis

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