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patologías del sistema renal- urinario

Infección urinaria: no solo radica en su frecuencia sino también en el riesgo que originas a otras
alteraciones como extensión de la infección, lesión renal progresiva e irreversible y recurrencias,
cuyo tratamiento y prevención resultan a menudo difíciles. Se pueden distinguir tipos de
infecciones urinarias:
 Bacteriuria: bacterias en la orina, que puede ser asintomática, si dos cultivos de orina
consecutivos son positivos en un paciente sin síntomas.
 Cistitis: Es la inflamación aguda o crónica de la vejiga urinaria, con infección o sin ella
suele ser más común en las mujeres, debido a la corta longitud de la uretra y a la presión
sobre la vejiga durante el embarazo, las causas más frecuentes es la infección por
bacterias gram negativas, destacando entre todas la escherichia coli.
 Uretritis: Es la hinchazón e irritación de la uretra, puede ser causada por bacterias o
virus. Entre los factores de riesgo que predispone a la uretris se tiene: ser mujer en edad
reproductiva, ser hombre entre los 20 y 35 años, tener parejas sexuales múltiples,
comportamiento sexual de alto riesgo y antecedentes de enfermedades de transmisión
sexual.
Signos y síntomas en hombres
 Disuria
 Sangre en la orina o en el semen
 Secreción del pene
 Fiebre
 Sensibilidad en el área de la ingle o el pene
 Dolor durante la relación sexual o la eyaculación.
Signos y síntomas en mujeres
 Dolor abdominal
 Disuria
 Fiebre y escalofríos
 Dolor pélvico
 Flujo vaginal
Insuficiencia renal aguda: La insuficiencia renal aguda puede ser de etiología prerrenal, renal o
posrenal. Suele ser consecuencia de una noxa aguda que da lugar a una pérdida rápida y
progresiva de la función renal. Cuando se suprime el factor nefrotóxico o la causa
desencadenante, la función renal se recupera progresivamente, con un descenso gradual de la
creatinina sérica y una mejora de la capacidad renal de concentración. En la Tabla 8.5
presentamos una lista de las causas profesionales de insuficiencia renal aguda. La insuficiencia
renal aguda por exposición a dosis elevadas de xenobióticos ha sido muy útil para identificar los
posibles factores etiológicos que pueden contribuir también a formas más crónicas de nefropatía
progresiva. La insuficiencia renal aguda por obstrucción de la salida de la orina como
consecuencia de una alteración benigna o una neoplasia maligna es relativamente rara, pero las
causas quirúrgicas pueden aumentar su frecuencia. La ecografía de vías urinarias altas permite
identificar el problema obstructivo, cualquiera que sea el factor contribuyente.

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Los signos y síntomas de la insuficiencia renal aguda son: supresión de la excreción urinaria
(anuria); oliguria (disminución de la excreción urinaria); disminución de la capacidad de
concentración del riñón, y/o un aumento del potasio sérico que puede detener el corazón en fase
de relajamiento (parada diastólica). El tratamiento consiste en medidas de mantenimiento clínico
y, siempre que sea posible, en la supresión de la exposición a la sustancia tóxica. El aumento del
potasio sérico o la retención excesiva de líquido son los dos indicadores fundamentales para
proceder a la hemodiálisis o la diálisis peritoneal, dependiendo la elección de la estabilidad
cardiovascular del paciente y del acceso vascular para la hemodiálisis. El nefrólogo, un
especialista en riñón, es la pieza clave en la estrategia de tratamiento de estos pacientes, que
pueden necesitar además la intervención de un especialista en cirugía urológica

Nefropatía crónica: Las nefropatías crónicas o terminales suelen ser secundarias a un proceso
subclínico crónico continuo en el que intervienen diferentes factores, la mayoría de los cuales no
se conocen bien. La glomerulonefritis, las causas vasculares y la hipertensión son factores
contribuyentes importantes. Otros factores son la diabetes y las sustancias nefrotóxicas. Los
pacientes afectados presentan aumentos progresivos de los niveles séricos de nitrógeno ureico en
sangre, creatinina y potasio, así como oliguria (disminución de la excreción urinaria). Se
necesitan marcadores biológicos o baterías de marcadores biológicos más perfeccionados para
identificar con mayor precisión la nefrotoxicidad subclínica. El médico del trabajo debe utilizar
métodos de valoración no invasivos, muy específicos y reproducibles. Ningún marcador
biológico cumple por el momento estos criterios para poder aplicarse a gran escala. Las
nefropatías crónicas pueden deberse a diferentes sustancias nefrotóxicas, y la patogenia se conoce
mejor en unos casos que en otros. En la Tabla 8.6 presentamos una lista de sustancias
nefrotóxicas y los lugares donde ejercen su toxicidad. Como ya hemos señalado, las toxinas
pueden atacar al glomérulo, a diferentes segmentos de los túbulos o a las células intersticiales.

 CANCERES RENALES Y URINARIOS


Cáncer de riñón Epidemiología Históricamente, dentro del cáncer de riñón se han incluido
todas las neoplasias malignas del sistema renal (carcinoma de células renales (CCR), CIE-9
189.0; de la pelvis renal, CIE-9 189.1, y del uréter, CIE-9 189.2) o únicamente el CCR.

En estudios epidemiológicos se ha descubierto que existe un riesgo aumentado de cáncer de


riñón en varias profesiones y sectores. No obstante, las pruebas existentes no son
concluyentes, con la posible excepción de los productos empleados en la limpieza en seco y
de las exposiciones en el proceso de refinado del petróleo. El análisis estadístico de los datos
epidemiológicos de exposición en relación con los marcadores biológicos de sensibilidad y
efecto permitirá desentrañar otros factores etiológicos.

El cáncer de vejiga sigue siendo una patología muy importante. En 1980 representaba el 3,5
% de las neoplasias malignas diagnosticadas en el mundo. En 1985 ocupaba el puesto número
11 por su frecuencia a nivel mundial, siendo el octavo en frecuencia entre los hombres, con
una previsión total de 243.000 nuevos casos. Se observa un pico de incidencia en el séptimo
decenio de vida, y a nivel mundial la relación hombres/mujeres es aproximadamente de tres a
uno. El cáncer de vejiga tiene unos síntomas parecidos a los de una infección urinaria y puede
producir disuria, frecuencia urinaria y aparición de células sanguíneas y purulentas en la
orina. Dado que los síntomas de una infección urinaria pueden ser el anuncio de un tumor
vesical, especialmente si se acompañan de hematuria macroscópica en pacientes mayores, es
necesario confirmar la presencia de bacterias y mantenerse alerta. Si un paciente tratado de
una infección urinaria no mejora inmediatamente, hay que remitirlo al urólogo para un
estudio más completo. La valoración diagnóstica del cáncer vesical exige en primer lugar una
pielografía intravenosa (PIV) para descartar una posible anomalía de vías altas (pelvis renal o
uréteres). Para confirmar el diagnóstico hay que examinar la vejiga con un cistoscopio y
obtener varias muestras de biopsia con un instrumento con luz introducido por la uretra para
determinar si el tumor es invasivo o no invasivo (es decir, papilar o CIS). Las biopsias
aleatorias de la vejiga y la uretra prostática ayudan a definir la cancerización por campos y los
cambios de efecto por campos. Los pacientes con trastornos no invasivos requieren un control
muy estrecho, ya que están expuestos a posteriores recidivas, aunque no es frecuente que se
produzca una progresión en el estadio y el grado de sus lesiones.
Patologías del sistema digestivo

1. Enfermedad de Reflujo Gastroesofágico


Cuando el ácido del estómago retrocede a tu esófago (una condición conocida como reflujo
gástrico), sientes un dolor ardiente en el centro del pecho. Esto suele ocurrir después de comidas
o durante la noche.
Aunque el reflujo gástrico es común, si los síntomas afectan tu vida cotidiana o se presentan al
menos dos veces a la semana, puede ser una señal de la Enfermedad de Reflujo Gastroesofágico,
que ya se trata de una enfermedad crónica.

2. Cálculos biliares
Los cálculos biliares son depósitos que se forman en tu vesícula y se pueden formar si ésta no se
vacía adecuadamente, si los niveles de colesterol son elevados o si existen muchos residuos de
bilis.

Cuando los cálculos biliares bloquean los conductos que conectan la vesícula a tus intestinos,
pueden causar dolor agudo en la parte superior derecha del abdomen.
3. Enfermedad celíaca o celiaquía
La celiaquía es una seria sensibilidad al gluten, una proteína localizada en el trigo, el centeno y la
cebada. Al comer gluten, el sistema inmunológico comienza a atacar al cuerpo, dañando el
proceso de absorción de los nutrientes de las comidas que se ingieren.
Se calcula que el 83% de la población tiene la enfermedad celíaca, pero no lo saben debido a un
diagnóstico incorrecto o a que se puede confundir con otra condición; esto la convierte en una de
las enfermedades digestivas más comunes a nivel global.
Algunos síntomas de celiaquía en los niños son: dolor abdominal, diarrea, estreñimiento,
vómito y pérdida de peso. En los adultos: anemia, fatiga, pérdida ósea, depresión y, en casos
extremos, convulsiones.

4. La enfermedad de Crohn
La enfermedad de Crohn forma parte de un grupo de enfermedades digestivas llamadas
enfermedades intestinales inflamatorias. El Crohn afecta mayormente la parte final del intestino
delgado, pero puede localizarse en cualquier parte del tracto digestivo.
Los síntomas más comunes son: dolor abdominal, diarrea, sangrado rectal, pérdida de peso y
fiebre.

5. Colitis ulcerosa
La colitis ulcerosa también forma parte de las enfermedades intestinales inflamatorias y afecta a
un gran número de personas en nuestro país. Los síntomas son muy similares a los de la
enfermedad de Crohn, pero la parte del intestino afectada es únicamente el intestino grueso,
también conocido como colon.
6. Síndrome del intestino irritable
Trastorno intestinal que ocasiona dolor de vientre, gases, diarrea y constipación.
No se conoce con exactitud la causa del síndrome del intestino irritable. El diagnóstico suele estar
basado en los síntomas.
Los síntomas incluyen dolor abdominal, distensión abdominal, diarrea y constipación.
Algunas personas pueden controlar sus síntomas al controlar la dieta, el estilo de vida y el estrés.
Otras, necesitan medicamentos y terapia.

7. Hemorroides
Las hemorroides son una inflamación de los vasos sanguíneos al final del tracto digestivo, lo que
puede generar dolor y comezón. Algunas causas incluyen estreñimiento crónico, diarrea, falta de
fibra en la dieta y estrés.

8. Diverticulitis
Los divertículos son pequeñas bolsitas que se pueden formar en cualquier parte del sistema
digestivo que tenga un poco de debilidad, pero son especialmente comunes en el colon.

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