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LA PENSIÓN Y LA INDEMNIZACIÓN POR DAÑO MORAL

CAS. Nº 264-2018 LAMBAYEQUE (02/05/2019)

INDEMNIZACIÓN POR DAÑOS Y PERJUICIOS

SUMILLA: Que, respecto al daño moral se ha sustentado el primero de ellos en la


aflicción causada debido al desconocimiento de sus derechos pensionarios, y que
produjo menoscabo en su vida personal, toda vez que el monto reconocido por la
administración era insuficiente para satisfacer sus necesidades, afectando su
autoestima y rebajando su nivel y calidad de vida, y recién luego de haber transcurrido
veinte años de percibir una pensión ínfima que no le correspondía mediante sentencia
recaída en el proceso de amparo (Expediente número 2003-5015-0-1701-I-CI-3) se
ordenó el reajuste de su pensión debido a que la Oficina de Normalización Previsional
– ONP se mantuvo renuente a cumplir con el deber jurídico, y estando al carácter
alimentario que tiene la pensión y el status de derecho fundamental de la pensión es
evidente que la omisión culposa generó pesar y aflicción. Lima, diez de agosto de dos
mil dieciocho. LA SALA CIVIL TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA DE
JUSTICIA DE LA REPÚBLICA: Vista la causa número doscientos sesenta y cuatro –
dos mil dieciocho; y producida la votación con arreglo a ley, emite la siguiente
sentencia. MATERIA DEL RECURSO DE CASACIÓN: Se trata del recurso de
casación interpuesto por Ismael Benavides Rodrigo mediante escrito de fojas
seiscientos treinta y ocho, contra la sentencia de vista de fojas seiscientos dieciocho,
de fecha dos de noviembre de dos mil diecisiete, expedida por la Primera Sala
Especializada Civil de la Corte Superior de Justicia de Lambayeque, que revocó la
sentencia apelada de fojas cuatrocientos setenta y uno, de fecha cinco de enero de dos
mil diecisiete, que declara fundada en parte la demanda interpuesta por Ismael
Benavides Rodrigo y fijó en cinco mil soles (S/5,000.00) la Indemnización por Daños y
Perjuicios por daño moral; y reformándola declararon infundada la misma.

1.- FUNDAMENTOS DEL RECURSO DE CASACIÓN:


Que, el recurso de casación por resolución de fecha siete de junio de dos mil dieciocho,
obrante a fojas cuarenta y seis del cuadernillo de casación, se procedió a declarar la
procedencia del presente recurso, por las causales de:
i) Interpretación errónea del artículo 196 del Código Procesal Civil.- Señalando
que, la carga de la prueba recae en las propias partes, tanto el demandante
como el demandado son los primeros en proporcionar los medios probatorios
que respaldan y demuestran la veracidad de los hechos, como es de
apreciarse en el presente caso, donde el daño moral fluye de los propios
hechos y se acredita únicamente con el expediente de acción de amparo;
ii) Aplicación indebida del artículo 1969 del Código Civil.- Refiriendo que, la
responsabilidad civil está referida al aspecto fundamental de indemnizar los
daños ocasionados en la vida de relación de los particulares, bien se trate de
daños producidos como consecuencia del incumplimiento de una obligación
voluntaria, principalmente contractual o bien se trate de daños que sean
resultado de una conducta sin que exista entre los sujetos ningún vínculo de
orden obligacional, siendo esto así, la entidad demandada Oficina de
Normalización Previsional – ONP afectó la pensión de jubilación del
recurrente al no reajustarle la pensión a la que tenía derecho conforme a la
Ley número 23908, de modo que no logró el reajuste de su pensión durante
todo el período de vigencia de la norma acotada, sino hasta que mediante
sentencia recaída en el Expediente Número 2003-5015-0-1701-I-CI-3, de
fecha veinticinco de agosto de dos mil cinco, donde finalmente se ordenó el
ajuste de su pensión; al percibir una pensión ínfima ha visto menoscaba su
calidad de vida, por desidia imputable a la entidad demandada, al
mantenerse renuente a cumplir con el deber jurídico que la ley le imponía,
por lo que corresponde la fijación de una indemnización por el daño causado,
en consecuencia, la Oficina de Normalización Previsional – ONP tiene
responsabilidad por dicha afectación y a tenor de lo dispuesto en el artículo
1969 del Código Civil, está obligada a indemnizarlo;
iii) Interpretación errónea del artículo 1985 del Código Civil.- Se puede observar
el daño moral y a la persona ocasionado por la demandada, quien actuó
dolosamente en sede administrativa, puesto que pese de tener pleno
conocimiento de las normas aplicables al caso del recurrente, le denegó
dicho derecho, lo que constituye una actitud antijurídica por contravenir el
ordenamiento jurídico, en este caso las leyes especiales del régimen
previsional, además arbitraria y atropelladora del principio fundamental
básico del Estado de derecho que constituye nuestro país, el principio a la
dignidad de la persona sin justificación alguna. En el presente caso, la
demandada Oficina de Normalización Previsional – ONP por mandato judicial
cumplió con otorgar pensión de jubilación al demandante, reajustándola
conforme a la Ley número 23908, lo realizó después de más de veinte (20)
años, tras un engorroso proceso judicial, el cual duró varios años; sin
embargo, debemos precisar que el pago por el concepto antes indicado
repara el daño patrimonial sufrido por el pensionista demandante; es decir,
con el pago de la pensión conforme a la Ley número 23908 se ha reparado el
daño emergente causado a la víctima; pero hasta la fecha no ha sido
reparado el daño moral ocasionado por el acto ilícito realizado por la
demandada, consistente en dilatar el proceso judicial, mediante el cual se
logró obtener la pensión de jubilación del demandante, por varios años, a
pesar de ser su derecho, lo que ha dado lugar a que el recurrente haya
tenido que sobrevivir gracias a la caridad de familiares y amigos,
ocasionándole gran sufrimiento, lo cual ha afectado su autoestima, así como
la buena reputación que antes gozaba, ya que los demás integrantes de la
comunidad donde reside, ya no tienen la misma concepción, ni valoración
que antes tenían respecto a su persona; y,
iv) Inaplicación del artículo 51 inciso 2 y 194 del Código Procesal Civil y del
artículo 139 inciso 5 de la Constitución Política del Perú.- Refiriendo que el
Juez como director del proceso, tiene el deber de verificar los hechos
expuestos por las partes y en tal virtud, debe dirigir el proceso al
establecimiento de la verdad jurídica probatoria que son independientes de la
carga de prueba que incumbe a las partes. En el presente caso, la resolución
impugnada contiene una motivación insuficiente para sustentar la
denegatoria a la pretensión indemnizatoria planteada en autos, puesto que
debió valorarse el Expediente número 5015-2003, seguido ante el Tercer
Juzgado Civil de Chiclayo contra la Oficina de Normalización Previsional –
ONP, el mismo que originó el presente proceso, en consecuencia, las
sentencias emitidas contienen una motivación aparente, ya que solo intenta
dar cumplimiento formal al deber de motivación de las resoluciones
judiciales, amparándose en frases sin ningún sustento fáctico o jurídico. 
2.- ANTECEDENTES:
 Que, por escrito de fojas cinco, el demandante señala que mediante Resolución
número 24213-A-1426-CH-88-PJ-DPP-SGPSSP-1998 de fecha seis de octubre
de mil novecientos ochenta y ocho, la demandada le otorgó pensión de
jubilación bajo los alcances del Decreto Ley número 19990; sin embargo, al
momento de calcular el monto de la pensión, la demandada no tuvo en cuenta lo
dispuesto por la Ley número 23908, que estableció que la pensión mínima es de
tres sueldos mínimos vitales para las personas que adquieren su derecho a
pensión antes del dieciocho de diciembre de mil novecientos noventa y dos.
Alega que se vio obligado a interponer una demanda de amparo ante el Tercer
Juzgado Especializado Civil de Chiclayo según Expediente número 2003-5015,
en la que se declaró fundada la demanda y se ordenó que la demandada le
otorgue pensión conforme a la Ley número 23908; sin embargo, la demandada
dolosamente vulneró sus derechos pensionarios al no reajustar su pensión
durante el período de vigencia de la ley. Agrega que durante más de veinte (20)
años ha venido percibiendo una pensión ínfima, lo que le cambió la vida en
forma negativa, pues el hecho de no poder satisfacer sus necesidades y las de
su familia en un nivel digno, hizo de su persona un ser humano infeliz, por lo que
se le causó un grave daño que ha influenciado negativamente en su salud y en
sus relaciones interpersonales con su entorno. Al contestar la demanda, la
Oficina de Normalización Previsional – ONP sostiene que no ha existido
conducta antijurídica por parte de su representada debido a que se le otorgó
pensión de jubilación, y la demora en resolver su pedido presentado en vía
administrativa se ha debido a la excesiva carga administrativa que dificultad
cumplir con los plazos previstos por la ley. Por otro lado, agrega que la
demandada no ha actuado con dolo ni con culpa, pues se ha limitado a aplicar el
ordenamiento jurídico, el Decreto Ley número 19990 y su reglamento.

 Que, llegada la etapa procesal respectiva, el Juez de la causa emite sentencia


declarando fundada en parte la demanda interpuesta por Ismael Benavides
Rodrigo contra la Oficina de Normalización Provisional – ONP, sobre
Indemnización por Daños y Perjuicios por daño moral; fijó en cinco mil soles
(S/5,000.00) el monto de la indemnización que por daño moral debe pagar la
demandada a favor del demandante; infundada la demanda en el extremo sobre
indemnización por daño a la persona, sin costas ni costos, bajo los siguientes
argumentos: en el caso de autos, de acuerdo a la sentencia de vista expedida en
el expediente acompañado, fojas ochenta y nueve, se encuentra acreditado que
desde el año mil novecientos ochenta y ocho en que se le otorgó pensión hasta
el año dos mil cinco en que se fijó su nueva pensión, fojas noventa y nueve del
mismo acompañado, el accionante no percibió la pensión que realmente le
correspondía; por lo que teniéndose en cuenta el carácter alimentario que tiene
la pensión, y el estatus de derecho fundamental que tiene el derecho a la
pensión, es evidente que la omisión culposa otorgada genera pesar, dolor,
sufrimiento; pues no puede sostenerse que la condición moral de una persona
es igual cuando se le reconoce íntegramente un derecho que cuando se le
reconoce sólo parcialmente; por lo que la comprobación del hecho que ocasionó
el daño es suficiente para concluir porque sí se ha producido el daño moral. Sin
embargo, en cuanto a la cuantía de este tipo de daño, el mismo que se
encuentra reconocido por el artículo 1985 del Código Civil, el demandante
pretende que se le pague la suma de quinientos mil soles (S/500,000.00), no
existiendo sustento en la demanda respecto a las razones por las cuales se
pretende dicha cantidad, por lo que, correspondiendo al juez fijar de manera
prudencial el daño, debe tenerse en cuenta lo siguiente: a) El demandante
percibía anteriormente una pensión de cuatrocientos cincuenta y un soles con
treinta y siete céntimos (S/451.37), fojas tres del acompañado, la misma que
según la resolución de fojas noventa y nueve antes citada, se incrementó a
seiscientos cinco soles con ochenta céntimos (S/605.80), es decir, la pensión se
incrementó en ciento cincuenta soles (S/150.00) aproximadamente; b) Cabe
indicar también que de acuerdo al informe del Departamento de Liquidaciones
de fojas doscientos ocho del acompañado, la nueva pensión calculada a favor
del demandante supera los tres mínimos sustitutorios conforme a la Ley número
23908; c) Respecto de los devengados, a fojas cien corre el resumen de la Hoja
de Liquidación, según el cual al demandante le correspondió por concepto de
devengados la cantidad de veintiséis mil quinientos ochenta y dos soles con
diecisiete céntimos (S/26,582.17); d) Tampoco se observa que haya existido
conducta, obstruccionista ni dilación indebida para cumplir con la emisión de la
nueva resolución y liquidación por parte de la demandada, si se toma en cuenta
que el requerimiento para que cumpla con la sentencia es de fecha dieciocho de
octubre del dos mil cinco (fojas noventa y cinco del acompañado) y la resolución
se expidió el veintiocho del mismo mes y año (fojas noventa y nueve; e)
Anteriormente se ha concluido porque la conducta de la demandada es a título
de culpa; y, f) El demandante no ha presentado documentos que acrediten la
existencia de un cuadro psicológico que revista mayor gravedad en cuanto al
daño moral producido; por lo que de acuerdo a lo dejado de pagar debe fijarse el
monto de la indemnización por daño moral en cinco mil soles (S/5,000.00).
Apelada que fuera esa decisión, la Sala Superior resolvió revocar la sentencia,
contenida en la Resolución número cuarenta, de fecha cinco de enero de dos mil
diecisiete, expedida por el Juez del Segundo Juzgado Especializado Civil de la
Corte Superior de Justicia de Lambayeque, que declaró fundada en parte la
demanda interpuesta por Ismael Benavides Rodrigo, y fijó en cinco mil soles
(S/5,000.00) la Indemnización por Daño Moral; y, reformándola declararon
infundada, utilizando como argumentos: El demandante en el Proceso de
Amparo (Expediente número 05015-2003) como se ha precisado ha interpuesto
dicha pretensión luego de quince años, ello demuestra que ni el propio
demandante tenía claro si le correspondía tal derecho; los medios probatorios
ofrecidos por la parte demandante no nos permiten apreciar la aflicción y
congoja que haya sufrido el actor cuya carga probatoria le correspondía, es decir
que durante el periodo materia del hecho dañoso, se haya demostrado lo que
por principio de causalidad haya generado en el actor, es decir si ha tenido
familiares directos respecto a los cuáles no ha podido apoyarlos, o que le ha
generado una circunstancia de no poder subsistir u otro modo que le haya
ocurrido durante dicho periodo, por lo que la afirmación del Juez que al no
haberse reconocido íntegramente la pensión es suficiente para que se la ha
ocasionado el daño moral, por lo que no evidencia una relación de causalidad;
en cuanto a la historia clínica se refiere a dolencias físicas propias de las
circunstancias como faringitis aguda, exámenes de orina, más aun que dicho
documento se ha evaluado en el daño a la persona que ha sido declarado
infundado. De este modo, no evidenciamos que el actor haya generado una
aflicción que haya afectado gravemente su salud o su desarrollo personal; en
tales circunstancias, no aparece el daño que se le haya conferido. Tampoco que
se le haya afectado su dignidad de persona, o que el monto menor que se le fijó
haya generado un detrimento en su forma o estilo de vida, tampoco la existencia
de la afectación de personas que hayan dependido de él, toda vez que no lo ha
acreditado.

FUNDAMENTOS DE LA SALA:
PRIMERO.- Que, previamente al análisis de la causal denunciada consistente en la
contravención del artículo 139 inciso 5 de la Constitución Política del Perú, referidos al
debido proceso y la motivación de las sentencias, es necesario precisar que el debido
proceso tiene por función asegurar los derechos fundamentales consagrados en la
Constitución Política del Perú, dando a toda persona la posibilidad de recurrir a la
justicia para obtener la tutela jurisdiccional de sus derechos, a través de un
procedimiento legal en el que se dé la oportunidad razonable y suficiente de ser oído,
ejercer el derecho de defensa, de producir prueba y obtener una sentencia
debidamente motivada.
SEGUNDO.- Que, la doctrina ha conceptuado al debido proceso o proceso justo como
un derecho humano o fundamental que tiene toda persona por el solo hecho de serlo. Y
que le faculta a exigir al estado un juzgamiento imparcial y justo, ante un juez
responsable, competente e independiente, toda vez que el estado no solo está en el
deber de proveer la prestación jurisdiccional a las partes y terceros legitimados, sino a
proveerla bajo determinadas garantías mínimas que le aseguren tal juzgamiento
imparcial y justo; por tanto, aquel derecho no solamente tiene un contenido procesal y
constitucional sino también un contenido humano de acceder libre y permanentemente
a un sistema judicial imparcial y justo.
TERCERO.- Que, asimismo, el control constitucional del proceso está referido a que el
órgano jurisdiccional superior (sea en vía de apelación, de casación, de revisión, de
nulidad, cosa juzgada fraudulenta) pueda reexaminar el proceso, verificando su el
juzgador de instancia inferior ha infringido o no las normas que garantizan el derecho a
un debido proceso, vulnerando alguno de sus elementos; es decir, en el control
constitucional del proceso no hay un cuestionamiento del Juez al legislador, sino que
se cuestiona la conducta procesal del propio juez en la dirección y resolución del
proceso, imputándosele infracciones a las normas imperativas del debido proceso.
CUARTO.- Que, bajo dicho contexto y examinados los presentes autos, la causal de
infracción normativa de carácter procesal acogida ha sido amparada por la infracción
del inciso 5 del artículo 139 de la Constitución Política del Perú, concordante con el
artículo 51 inciso 2 y 194 del Código Procesal Civil. Por ello, al versar el presente
proceso sobre indemnización por daños y perjuicios, se debe señalar que en la doctrina
se ha establecido que son cuatro los elementos que conforman la responsabilidad civil
y estos son: 1) La antijuridicidad, entendida como la conducta contraria a ley o al
ordenamiento jurídico; 2) El factor de atribución, que es el título por el cual se asume
responsabilidad, pudiendo ser éste subjetivo (por dolo o culpa) u objetivo (por realizar
actividades o ser titular de determinadas situaciones jurídicas previstas en el
ordenamiento jurídico);
3) El nexo causal o relación de causalidad adecuada entre el hecho y el daño
producido; y 4) El daño, que es consecuencia de la lesión al interés protegido y puede
ser patrimonial (daño emergente o lucro cesante) o extrapatrimonial (daño moral y daño
a la persona).
QUINTO.- Que, revisada la sentencia de vista, se advierte que contiene la motivación
suficiente que a criterio de la Sala de Vista consideró pertinente para revocar la
apelada y reformándola declararla infundada con los argumentos de hecho y de
derecho que en ella plasmó; que con respecto a la infracción normativa del artículo 194
del Código Procesal Civil, es menester señalar que la Sala de Vista sí valoró el
expediente sobre la demanda de amparo seguido ante el Tercer Juzgado Civil de
Chiclayo, considerando que recién luego de quince años se ha entablado la demanda y
con ello concluir que ni el propio demandante tenía claro si le correspondía tal derecho,
argumentos que la Sala de Vista plasmó a efectos de desestimar la demanda; por lo
que las causales procesales devienen en infundadas.
SEXTO.- Que, respecto a la infracción normativa de carácter material de los artículos
1969 y 1985 del Código Civil[1] , en autos se pretende el pago de una indemnización
por el daño moral y daño a la persona causado al pensionista Ismael Benavides
Rodrigo, a quien la administración previsional le otorgó una pensión bajo los alcances
del Decreto Ley número 19990, sin tomar en cuenta lo dispuesto por la Ley número
23908, que estableció que la pensión mínima es de tres sueldos mínimos vitales para
las personas que adquieren su derecho a pensión antes del dieciocho de diciembre de
mil novecientos noventa y dos. Los daños alegados en la demanda no son de orden
patrimonial (daño emergente o lucro cesante), los cuales han sido debidamente
compensados al demandante mediante el pago de las pensiones dejadas de percibir
más sus respectivos intereses, sino que son de orden extrapatrimonial (daño moral y
daño a la persona), que respecto al daño moral se ha sustentado el primero de ellos en
la aflicción causada debido al desconocimiento de sus derechos pensionarios, y que
produjo menoscabo en su vida personal, toda vez que el monto reconocido por la
administración era insuficiente para satisfacer sus necesidades, afectando su
autoestima y rebajando su nivel y calidad de vida, y recién luego de haber transcurrido
veinte años de percibir una pensión ínfima que no le correspondía mediante sentencia
recaída en el proceso de amparo (Expediente número 2003-5015-0-1701-I-CI-3) se
ordenó el reajuste de su pensión debido a que la Oficina de Normalización Previsional
– ONP se mantuvo renuente a cumplir con el deber jurídico, y estando al carácter
alimentario que tiene la pensión y el estatus de derecho fundamental de la pensión es
evidente que la omisión culposa generó pesar y aflicción.
SÉTIMO.- Que, en cuanto al daño a la persona, y estando a este tipo de daño está
referido al proyecto de vida o a la libertad, el actor no ha precisado cuál es el proyecto
de vida que pretendía realizar. Entonces, el demandante no ha ofrecido las pruebas
pertinentes para tratar de acreditar el resarcimiento por el daño aludido.

En conclusión, el recurso de casación debe ampararse respecto a lo que al daño


moral se refiere, debiendo confirmarse la sentencia de primera instancia. DECISIÓN:
Por tales fundamentos y en aplicación a lo establecido en el artículo 396 del Código
Procesal Civil, declararon FUNDADO el recurso de casación interpuesto por Ismael
Benavides Rodrigo mediante escrito de fojas seiscientos treinta y ocho; por
consiguiente, CASARON la resolución impugnada; en consecuencia, NULA LA
SENTENCIA DE VISTA de fojas seiscientos dieciocho, de fecha dos de noviembre de
dos mil diecisiete, expedida por la Primera Sala Especializada Civil de la Corte Superior
de Justicia de Lambayeque; y, actuando en sede de instancia: CONFIRMARON la
sentencia apelada de fojas cuatrocientos setenta y uno, de fecha cinco de enero de dos
mil diecisiete, que declara fundada en parte la demanda interpuesta por Ismael
Benavides Rodrigo, con lo demás que contiene dicha resolución; DISPUSIERON la
publicación de la presente resolución en el Diario Oficial “El Peruano”, bajo
responsabilidad; en los seguidos por Ismael Benavides Rodrigo contra la Oficina de
Normalización Previsional – ONP, sobre Indemnización por Daños y Perjuicios; y los
devolvieron.

Integra esta Sala:


El Juez Supremo Señor Calderón Puertas por licencia de la Jueza Suprema Señora
Cabello Matamala. Ponente Señora Céspedes Cabala, Jueza Suprema. S.S.
ROMERO DÍAZ, CALDERÓN PUERTAS, ORDÓÑEZ ALCÁNTARA, DE LA BARRA
BARRERA, CÉSPEDES CABALA.

[1] Artículo 1985.- La indemnización comprende las consecuencias que deriven de la acción u


omisión generadora del daño, incluyendo el lucro cesante, el daño a la persona y el daño
moral, debiendo existir una relación de causalidad adecuada entre el hecho y el daño producido

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