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El potencial democratizador de los populismos:

Nombre: Juan Sebastián González Morales y Brayan Nicolás valencia paredes


Código: 2018171855-20182172388
Presentado a: Piero Emanuel Silva Arce
Materia: Historia del pensamiento político latinoamericano.

Texto: Reano, A. (2014). Populismo (en) democracia. Repensando los sentidos de la


emancipación en el sur de América Latina. Colombia Internacional, 82, 99 - 128.

Idea central:

Se parte de la premisa de que, contrariamente a las tradiciones teóricas que oponían los
populismos y la democracia, estos suponen habilitar lógicas democratizadoras, superando
así las tensiones y emergiendo nuevas formas de repensar los populismos en relación con la
democracia. Se establece este argumento, teniendo en cuenta el contexto de la globalización
del capital financiero, la reducción del papel del Estado en asuntos de regulación
económica, la aparición de empresas transnacionales y la progresiva privatización del
patrimonio público. Y a su vez, el papel de nuevos gobiernos que buscan cuestionar y hacer
frente a estos procesos globalizadores, aún con ambigüedades y contradicciones.

Argumentos que plantea el texto:

Argumento 1:

El populismo y la democracia son incompatibles en tanto que los populismos en América


Latina se han constituido a partir de personalismos en detrimento de la representación
política democrática y los partidos políticos. En este sentido, se plantea que existe una
concentración autoritaria del poder y del aparato burocrático, pues las decisiones están
determinadas por el interés personal del líder estatal, sin tener en cuenta el principio de
representación pluralista. Así, la representación se personaliza a través de mecanismos
como el carisma, en momentos en los que los partidos políticos no logran proyectar una
representación sobre el pueblo.

Argumento 2:

Se concibe que el populismo centraliza las dinámicas políticas y económicas en manos del
Estado. Así, el aparato estatal se hace grande en términos burocráticos para poder tener
injerencia en los asuntos políticos y económicos con objetivos redistributivos.

Argumento 3:

Se sostiene que los populismos son antidemocráticos por construir un discurso crítico sobre
la clase dominante, la burguesía y la oligarquía, generando así divisiones entre esta clase y
sectores populares, acrecentando las posibilidades y peligros de confrontación.

Argumento 4:

Desde Laclau (2005) se establecen nuevas formas de pensar el populismo desde


perspectivas políticas que cuestionan el orden simbólico e institucional vigente. Supone
entonces, no una amenaza a la democracia, sino una expresión dentro de la misma, en la
que el pueblo busca constituirse como totalidad legitima dentro del sistema político. Es así
como el pueblo se convierte en el actor que busca cuestionar y fracturar el orden existente,
y, al mismo tiempo ser el actor que constituye una identidad y logra reparar las fracturas
generadas a partir de nuevas representaciones.

Argumento 5:

El populismo es la búsqueda por la instauración de una hegemonía y la construcción del


pueblo en términos identitarios, respondiendo y cuestionando el estado de cosas. Surge
entonces como actor antagonista con una equivalencia de demandas, siendo estas últimas,
elementos fundamentales para la construcción del pueblo.

Argumento 6:

El populismo es democrático en tanto que busca generar rupturas dentro del orden político
establecido, con la intención de incorporar identidades heterogéneas en la comunidad. Es
democrático en términos de que la democracia no solo supone ser un régimen político, sino
también como aquello que genera rupturas dentro de lo establecido. En este sentido, la
acción política democrática determina, a su vez, el hecho de la incorporación conflictiva de
nuevas identidades a la comunidad, emergiendo actores no nuevos, pero si invisibilizados.
De esta forma, la democracia no supone solo un mecanismo de regulación de la diversidad,
sino también la acción que fractura y rompe el orden establecido. Es entonces el populismo
una expresión democrática, pues constituye el proceso de construcción de un pueblo a partir
de demandas que suponen ser antagónicas al orden existente de cosas.

Argumento 7:

Los populismos en América Latina se constituyeron en procesos democratizadores


precisamente por el hecho de que se amplió la participación político-electoral de la
ciudadanía y a su vez, buscó eliminar la frontera de la marginalidad de sujetos sociales
desprovistos de ciudadanía. De esta forma, actores como indígenas, mujeres, campesinos,
entre otros, asumieron el rol de ciudadanos, y se logró democratizar al menos un elemento
importante de la democracia: el sufragio. Es allí donde radica su la fuerza democratizadora
del populismo.

Argumento 8:

La democracia y el populismo se sustentan como lógicas que ponen en cuestión ordenes


sociales establecidos desiguales, en términos de que buscan visibilizar problemáticas no
reconocidas o invisibilizadas por el Estado. Son elementos que articulan demandas que a su
vez configuran el pueblo, siendo este último quien interpela las instituciones con sus
demandas de igualdad.

Argumento 9:

Surge entonces el debate entre los tipos de democracia y la que es necesaria construir. De
esta forma, se establece que la democracia formal hace referencia a los mecanismos
institucionales que permiten la participación y el reconocimiento de la ciudadanía como
actor cuya participación debe ser garantizada, cuyos derechos, concebidos como
conquistas, deben ser respetados. Por otro lado, la democracia sustantiva, hace referencia a
las condiciones sociales, políticas, económicas y materiales para que los ciudadanos puedan
desplegar sus acciones políticas en el régimen político. Se trata entonces de las garantías
mínimas para el goce efectivo de los derechos políticos, sociales y económicos.

Argumento 10:

Para la consecución de una democracia sustantiva, es determinante retomar la posición y el


rol del Estado en el sentido de brindar las condiciones sociales que el mercado no logra
brindar. Es, en contraposición del neoliberalismo, el fortalecimiento del papel del Estado en
los asunto políticos y económicos el que va a determinar la democratización de las
condiciones de vida material digna para el goce de los derechos sociales básicos.

Argumento 11:

El Estado debe desarrollar las bases y fundamentos institucionales bajo los cuales se va a
desarrollar el mercado. No es el Estado funcionando como empresario, sino como mediador
y garante de los derechos de los ciudadanos, regulando los intercambios económicos,
permitiendo así la distribución de la riqueza. Así, el Estado es el reparador de los daños
generados por el mercado: la exclusión.
Argumento 12:

Desde los populismos y la democracia, se busca resaltar y visibilizar la imagen e identidad


del “otro”. La ruptura fundamentalmente con el orden establecido radica en dar cuenta de
las diferentes capas que componen la sociedad de un país, determinando quienes han tenido
los privilegios históricamente y quienes han sido relegados a la pobreza a lo largo del
tiempo. En este sentido, la visibilizarían del “otro” se convierte en un elemento disruptivo,
pues logra develar elementos urgentes de atención para las democracias sustantivas.

Para autores como Torcuato Di Tella el populismo es un movimiento político con un fuerte
apoyo popular, con la participación de sectores no obreros con una influencia significativa
en el partido y partidario de la ideología antistatus quo. Para Laclau, la especificidad del
populismo es que no es ni un movimiento sociopolítico ni un tipo especial de organización
o régimen estatal.

En cambio, es un fenómeno ideológico que puede estar presente en movimientos,


organizaciones y regímenes con bases sociales muy diferentes y orientaciones políticas
muy diferentes. Según este autor, el pueblo juega un papel central en todos los discursos
políticos populistas, así como en las ideologías populistas. Sus aportes son criticados desde
la concepción de ideología de Althuser y el concepto de interpelación. Laclau habla hoy de
las dimensiones de equivalencia entre demandas insatisfechas y su cristalización en torno a
ciertos símbolos comunes, salvo que ha surgido en cierta medida un líder con identificación
popular.

Por otra parte, desde las conceptualizaciones democráticas, dos aspectos fundamentales han
dado lugar a este debate una vez establecido su significado literal o etimológico, y si
consideramos su uso desde un punto de vista descriptivo, prescriptivo e histórico, son
aspectos de la democracia entendida como procedimientos. o la democracia material. La
democracia representativa se presentaría como la solución más viable y superior a todas las
demás propuestas, lo que garantizaría un alto grado de consenso gracias a la regularidad de
elecciones periódicas. La segunda condición histórica está en la crisis del desarrollismo
como ideología de integración estructural del sistema estatal. Tal propuesta democrática
ciertamente ha impulsado la promesa económica de desarrollo en los últimos años.

Según Ramos, la promesa democrática se identificaría con la nueva articulación de


intereses que se está produciendo al interior de los bloques de poder en la mayoría de los
países latinoamericanos. El proyecto democrático también expresa cambios en la relación
entre las fuerzas políticas, que también está sujeta a la estructuración del poder estatal, aún
con la persistencia de tendencias elitistas. Asimismo, el discurso democrático en este
contexto muestra apertura a la participación ciudadana, junto con una voluntad política
protagónica que resiste la reforma ante la crisis de nuestros países. Sin embargo, desde la
década de 1980 se ha replanteado la democracia formal basada en el sufragio universal, el
estado de derecho y la garantía del respeto a los derechos humanos.

Según este último, la definición media integra las reglas de procedimiento, los valores y la
política democrática. El informe de 2004 del Programa de las Naciones Unidas para
América Latina y el Caribe hace de la democracia un aporte en este sentido. La democracia
se basa en el concepto del hombre como agente. Es cierto que la ciencia política se ha
centrado principalmente en el estudio de regímenes e instituciones como los partidos
políticos, los parlamentos y los votantes.

Este enfoque conduciría a la consolidación de un concepto integral de democracia.

Características y aspectos relacionados con el populismo y la democracia

La industrialización, el desarrollo y la modernización desde el ámbito económico y


sociopolítico fueron enfatizados como aspectos relacionados con el populismo y la
democracia. Rey representa una secuencia desde la industrialización acelerada hasta la
urbanización creciente y el surgimiento de sectores medios urbanos, que se convertiría en
un factor histórico de modernización institucional y social, acabando con el poder
tradicional de las oligarquías rurales y mediante la creación de apristas modernos, resp. los
políticos populistas establecerían regímenes democráticos. Una coalición populista de
diferentes clases o sectores también es característica de los partidos o movimientos
políticos populistas. Como el problema del populismo se repite en América Latina, Rey
también se refiere a los problemas del cambio político,

Debido a que la ideología de un grupo es aceptada por otros grupos, el mantenimiento del
orden se ve facilitado por la creencia en la legitimidad. Tales aspectos pueden explicarse
enmarcados desde un punto de vista teórico, como dice Ramos, en modelos de democracia
y no en un único modelo de democracia en la región. Está entre los valores del populismo,
la soberanía popular, la igualdad política, la justicia social, el nacionalismo, el
antiimperialismo y la antioligarquía, la modernización y el reformismo, la estabilidad y el
consenso más moralista que programático. Desde un punto de vista económico, por otro
lado, el populismo destaca el papel del Estado en la vida económica, tiene una profunda
desconfianza hacia el mercado y es retóricamente anticapitalista.

De igual forma, Quiroga considera que el principio de legitimidad democrática ha sido


puesto a prueba por el declive institucional en varios países sudamericanos, lo que amenaza
la estabilidad democrática. La guerrilla y el narcotráfico, el cesarismo democrático y los
golpes de Estado aún gobiernan nuestras naciones.

Además del estado de derecho, un conjunto de instituciones que permite la resolución de


conflictos sin el uso de la fuerza es un estado democrático, un estado en el que la regla
básica es que en todo conflicto hay un ganador. ya no el que tiene el mayor poder de
persuasión, es decir, el que fue capaz de ganar una mayoría con el poder de la persuasión.
Salamanca cree que en América Latina el caldo de cultivo del populismo es la pobreza, lo
que favorece el surgimiento de un líder populista que, a su vez, no ataca el fondo de los
problemas y crea más pobreza, creando un círculo vicioso de pobreza. -el populismo como
esencia del carácter político latinoamericano. Según Novaro, la desaparición de las
condiciones estructurales determina que el formato de las identidades y los liderazgos hoy
llamados populistas difiera significativamente de los movimientos políticos históricos. El
Estado y ninguna otra institución es responsable de adherirse a las reglas del juego político.

Para Mires, los riesgos de la democracia radican en el no diálogo entre los protagonistas de
la izquierda ideológica y la derecha económica. Hoy existe el riesgo de que las experiencias
populistas, nacionalistas e incluso militaristas que han surgido en algunos países de la
región consoliden un Estado antipolítico que atente contra la democracia. Así, la mayoría
de las teorías de la democracia tienden a reivindicar la identidad como referencia a valores,
voluntades e intereses. Por ello, los modelos de democracia encarnan la teoría, pero esta
teoría enmarca y se interconecta con los actores, las instituciones y la cultura política de la
sociedad y el Estado.

El primer modelo, el modelo de las versiones criollas de la democracia liberal, que se


presenta bajo la forma de democracias limitadas o regímenes elitistas, resulta de la
discrepancia entre la ideología democrática proclamada y una estructura social que
favorece grandes desigualdades. Es una democracia de partidos oligárquicos que compiten
entre círculos clientelistas. La política también se está replanteando desde la forma
partidaria. A diferencia del populismo, donde el compromiso con él es esencial para un
partido, los partidos o sistemas de partidos democráticos son esenciales para la democracia.

En este sentido, Ramos se refiere a la teoría de la democracia partidaria, que es parte del
poder estatal y fundamental en la teoría estatal. Dichos modelos enmarcan la práctica
política con respecto al tipo de partidos, el tipo de liderazgo, la cultura política y el estado
de derecho. Si bien existe una estrecha relación entre la teoría y la práctica política, es
posible trabajar seriamente en una conciencia democrática para fortalecer la cultura
política, el liderazgo y los partidos políticos.

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