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Introduccion:

Una planta halófila es aquella que crece de manera natural en suelos salinos continentales o
litorales.5 Es difícil listar el número completo de plantas halófilas debido a que no se conocen
exhaustivamente los límites de tolerancia de muchas de las especies, aunque se estima que el
número total de estas especies no sería mayor de 0,25% del total de las Angiospermae6.7 Las
plantas halófilas pueden ser estrictas o facultativas, las primeras sólo habitan en ambientes
salinos mientras que las segundas tienen un rango más amplio pudiendo colonizar zonas de baja
o nula salinidad. Un ejemplo de ellas es el pasto de los salares Spartina sp.

La adaptación a ambientes salinos de las halofitas puede deberse a la «tolerancia a la sal» a


través de adaptaciones morfológicas y/o fisiológicas o a evasión de la sal a través de cambios
fenológicos.8Una especie halófila puede mantener una concentración salina interna «normal»,
excretando el exceso de sal a través de diferentes estructuras (glándulas de sal, tricomas
secretores de sal),9 concentrando las sales en los tejidos de sus hojas que luego mueren y caen o
diluyendo la concentración de sales absorbidas en exceso en el agua retenida en tejidos
específicos para tal fin, como lo es el parénquima acuífero.10

Se observan los cristales de sal sobre la epidermis foliar de Spartina sp., como resultado de la
acción de sus glándulas de sal.

Por ejemplo, una especie de ciclo de vida corto llega rápidamente a la fase reproductiva la cual
coincide con la estación de lluvias cuando la concentración salina es baja (el agua de lluvia
lixivia las sales desde las capas superficiales hacia las profundas).

Las plantas halófilas de los manglares son especialmente interesante ya que han desarrollado
adaptaciones no solo a la salinidad sino a la deficiente aireación del sustrato en el que se
desarrollan: algunas presentan neumatóforos (raíces negativamente geotrópicas que crecen fuera
del agua).11

Una medida cuantitativa de la tolerancia a la sal es el «total de sólidos disueltos» en agua de


riego que una planta puede tolerar. El agua de mar típicamente contiene 36 g/L de sales
disueltas (mayormente cloruro sódico). Las legumbres y el arroz pueden tolerar cerca de 1 a 3
g/L, y son consideradas glicófitas (como lo son la mayoría de las plantas de cosecha). Del otro
extremo, Salicornia bigalovii crece bien con 70 g/L, y es una promisoria halófila para cosecha.1
Plantas como la cebada (Hordeum vulgare) y la datilera (Phoenix dactylífera) pueden tolerar 5
g/L, considerándoselas como halófilas marginales.1

Que son las plantas halofitas?

Explicación: En el planeta Tierra hay muchos tipos de ecosistemas, cada uno de ellos con
sus características que han obligado a las plantas a adaptarse o a morir, ya que además a
medida que van pasando los años dichas condiciones pueden ir cambiando. Gracias a
eso, hay tanta variedad de seres vegetales, y uno de esos tipos son las llamadas halófitas.

Estas son muy interesantes, puesto que es muy curioso que sean capaces de vivir en un
medio como en el que viven. Pero, ¿qué son exactamente?

QUE SON? Las halofitas son aquellas plantas cuyas raíces están en contacto con el agua
salada o que viven en terrenos con gran cantidad de sal, que es por lo que se conocen
como plantas de sal. De manera natural ellas poseen una determinada cantidad de sal en
su interior, pero eliminan el exceso a través de los tricomas (abultamientos más o menos
visibles que tienen en la »piel») secretores de salinidad.

El mecanismo implica que concentren en sus hojas el índice de sal que contienen, pero
cuando estas caen o se mueren, deben absorber mucha más.

¿Qué tipos hay?

Se estima que un 2% de todas las plantas que hay en el mundo son halófitas, que se clasifican en
dos grandes grupos:

 Estrictas: son aquellas que solo pueden vivir en entornos salados.


 Facultativas: son aquellas que toleran gran cantidad de sal, pero también pueden vivir
en zonas de baja salinidad, como la grama de los salares o Spartina.

¿Dónde viven?

Podemos encontrarlas de forma natural en las marismas, playas, pantanos, y manglares. Por este
motivo, son muchas más de las que creemos las que pueden ser regadas con agua salada.

AMMOPHILA ARENARIA
MANGLES
Especialistas estiman que existen alrededor de 298 mil especies distintas de plantas en el
mundo, entre las que destacan las halófitas. Son poco conocidas, pero una referencia común es
que son “plantas de sal”, debido a que permanecen en contacto con el agua salada a través de
sus raíces.

Las halófitas crecen de manera natural en manglares, marismas, pantanos y playas, es decir,
prefieren los terrenos salinos, costeros, continentales o litorales. Se desconoce con exactitud si
su tolerancia a la sal deriva de características morfológicas, fisiológicas o climatológicas, que se
dan durante su ciclo de vida.

Las plantas halófitas poseen cierta cantidad de sal en su interior, que científicos califican como
“normal”, pero eliminan su exceso a través de diversas estructuras, que suelen ser glándulas de
sal o, incluso, tricomas secretores de salinidad.

El mecanismo implica que las halófitas concentran en sus hojas el índice de sal que contienen.
Posteriormente, éstas caen o mueren. Para compensar esa sal absorben mucha más. De hecho, es
común que la concentración en su citoplasma supere a la del sitio. Estas matas guardan la mayor
parte de la sal en sus vacuolas. También pueden ser regadas con agua de mar.

CARACTERÍSTICAS DE LAS HALOFITAS:

Las plantas halófitas que se dan en manglares son muy llamativas, debido a que no sólo se
adaptan a altas proporciones de sal, sino que también han incorporado, de forma natural, algún
mecanismo que les permite resistir a la deficiente aireación del sitio donde se encuentran.

Es posible incluir a la rhizophora mangle en esta tipología,debido a su capacidad de


contrarrestar la acción mecánica a la que deben ser sometidas por los cambios periódicos que
sufren las mareas. Además están formadas por raíces fúlcreas, las cuales permanecen enterradas
en el suelo, aunque con cierto comportamiento similar a los neumatóforos, lo que supone
que sus tallos son más largos que su raíz.

Algunas plantas halófitas tienen glándulas especiales, que les ayudan a reducir gradualmente
la sal en su estructura. Por lo general, lucen cubiertas de un polvo gris, que contiene cristales de
sal en su fórmula. Durante la noche, las halófitas parecen brillar con su color verde, aunque con
cierto rocío, que es atraído por la sal en la superficie, que absorbe vapor de agua de la
atmósfera.

Una particularidad de estas especies es que ciertas plantas con ciclos de vida cortos, pueden
alcanzar su fase de reproducción rápidamente, la cual se da sobre todo es las estaciones
lluviosas del año, cuando la concentración de sal es más baja. El agua de lluvia ayuda a que las
sales que están en el exterior, ingresen hacia la parte interna de la planta.
RESISTENCIA SALINA

Una forma de medir cuantitativamente la tolerancia salina de una planta, es «contabilizar» el


total de sólidos disueltos en el agua que es utilizada para el riego de la misma. Habitualmente, el
agua de mar tiene 36 gramos de sales disueltas por litro (g/l). El de mayor presencia es el
cloruro sódico.

Por ejemplo, las legumbres o el arroz pueden soportar alrededor de 3 g/l y se les considera
plantas glicófitas, como a la mayoría de las que se utilizan para cosechar. Otras, como la
salicornia bigalovii, se desarrollan correctamente con 70 g/l, lo que la hace ideal para una
cosecha.

La cebada y la datilera son plantas que pueden aguantar hasta 5 g/l, por lo que se clasifican entre
halófilas marginales.

IMPORTANCIA ECONÓMICA DE LAS HALÓFITAS

Investigaciones recientes indican que una especie de planta halófita perenne, la kosteletzkya
pentacarpos, crece adecuadamente en desiertos de zonas saladas, en regiones de América del
Norte, medio Oriente, Asia o Australia.

Además de no ser invasiva, permite ser regada con agua salada y es altamente resistente a
extensas sequías e inundaciones. Sus semillas son apreciadas en la fabricación de
biocombustible, específicamente biodiesel y etanol. Asimismo, sería ideal como arena para
gatos o ropa para animales.

La semilla de esta planta contiene aminoácidos y, tanto las raíces como sus flores, tienen
biopolimeros que sirven como goma para químicos industriales. Otro punto a favor es que su
cultivo es económico.

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