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PRIORIDADES Y SECUENCIAS DE ACTUACIÓN EN CASOS DE ACCIDENTES Ante una

situación de emergencia en el lugar de trabajo, como norma general, si tiene que


proporcionar los primeros auxilios a un accidentado antes de que reciba tratamiento
administrado por personal con formación médica. Es conveniente que siga las
siguientes pautas de recomendación: MEDIDAS DE EMERGENCIA EN CASO DE
ACCIDENTES PREVENIR Realizar una evaluación del lugar lahora.com.ec AVISAR del
accidente y detectar posibles peligros que pudieran existir, bien para el accidentado o
para la persona que va a socorrerlo, de esta forma se evita que el socorrista se
convierta en una víctima más. Activar el plan de evacuación. Informar del lugar exacto
del accidente. Verificar que la información aportada haya sido recibida correctamente.
SOCORRER Determinar qué tipo de lesiones se han presentado (Exploración Primaria),
teniendo en cuenta: 1. El nivel de consciencia: hablando o tocando al accidentado. 2.
La respiración: si se nota o se siente el paso del aire o la elevación del pecho. 3. Su
pulso: el pulso se puede tomar en cualquier arteria superficial que pueda comprimirse
contra un hueso.

PRIMEROS AUXILIOS EN UN ACCIDENTE LABORAL Debemos conocer cómo brindar los


primeros Para conseguir el objetivo básico de los primeros auxilios es preciso disponer
auxilios en un accidente. de personal formado en socorrismo laboral, por eso, vamos a
conocer qué hacer en ciertos casos. Reanimación o resucitación de una persona
accidentada o inconsciente En algunas ocasiones nos podemos encontrar ante una
persona inconsciente y aparentemente muerta. En muchos casos, tal muerte todavía
no existe, pero puede producirse si no se actúa a tiempo y con acierto. ¿Cómo
comprobar la respiración en una persona inconsciente? • Mirar si mueve el pecho.
Escuchar la salida del aire. • Sentir el aire caliente que expulsa. • Si no observamos
nada de lo mencionado, es que no respira. • Inmediatamente comprobaremos si tiene
pulso. ¿Cómo comprobar el pulso? • Colocar los dedos índice y corazón en el cuello, al
lado y por debajo de la nuez de Adán. Colocar el oído sobre el pecho de la víctima. • Si
no sentimos ni escuchamos los latidos de la víctima es que no tiene pulso, lo cual
implica paro cardiaco. HERIDAS LEVES Y GRAVES Heridas leves. Afectan exclusivamente
a la capa más externa de la piel, en la que no interviene ningún factor específico de
gravedad. Su tratamiento irá dirigido a prevenir una infección. Desinfectar la herida
dejándola bien visible, para después limpiarla con agua y jabón y, por último, aplicar
un antiséptico. Vendar la herida, tapándola con una gasa y sujetándola con
esparadrapo. Prevenir la infección (puede ser aconsejable ponerse la vacuna
antitetánica). No se debe utilizar algodón para evitar dejar restos. Tampoco hay que
manipular la herida tratando de retirar cuerpos extraños enclavados en la misma. No
deben usarse antisépticos de color ni polvos, cremas o pomadas. Heridas graves.
Suelen llevar asociada una patología más grave que la propia herida, debiendo
limitarse la cura a realizar la primera atención para que posteriormente sea tratada en
un centro de salud. 

Controlar los signos vitales, la consciencia, la respiración y el pulso. Explorar la herida


en busca de deformidades y síntomas de fracturas y hemorragias. Cubrir la herida con
material estéril o lo más limpio posible. Evacuar urgentemente al herido.
HEMORRAGIAS Ante cualquier tipo de hemorragia, interna o externa, se debe actuar
de la siguiente forma: Tumbar al accidentado en posición horizontal con los miembros
inferiores elevados. Buscar una hemorragia externa, a veces oculta por la ropa,
deteniéndola mediante compresión o torniquete. O si hay signos de hemorragia
interna como signos de colapso, palidez, sed, ansiedad, frío y/o taquicardia arropar al
accidentado y evitar cualquier movimiento. Se deberá efectuar una presión en el
punto de sangrado con un apósito limpio durante al menos diez minutos, elevando a
su vez el miembro afectado a una altura superior a la del corazón de la persona
accidentada. Si se trata de una hemorragia de nariz se efectuará una presión directa
sobre la ventana sangrante contra el tabique nasal, manteniéndola durante un mínimo
de cinco minutos. Esta operación se realizará inclinando la cabeza hacia delante para
evitar la posible inspiración de coágulos. QUEMADURAS Se clasifican en quemaduras
de: Primer grado: la piel está enrojecida (eritema). Segundo grado: la parte interior de
la piel (dermis) se quema, formándose ampollas (flictena) llenas de un líquido claro.
Tercer grado: la piel está carbonizada y los músculos, vasos y huesos pueden estar
afectados. La gravedad de las quemaduras depende de su extensión, localización,
suciedad o no de la misma y la fragilidad del quemado. Su tratamiento es el siguiente:
Suprimir la causa que produce la quemadura, procediendo, fundamentalmente a
apagar las llamas, desconectar la corriente o eliminar los productos químicos.
Mantener los signos vitales, haciendo frente a los síntomas de asfixia por la posible
inhalación de humos. Examinar el cuerpo de la persona accidentada, comprobando si
se han producido hemorragias para tratar en primer lugar la lesión más grave. Aplicar
agua en abundancia en la quemadura para enfriarla y reducir el dolor, quitando ropas,
joyas y todo aquello que mantenga el calor, salvo que se encuentren adheridos a la
piel. Si aparecen temblores, tapar a la persona herida con una manta. Cubrir la lesión
con un vendaje flojo y húmedo, poniendo al herido en posición lateral si sus lesiones
lo permiten para evitar la obstrucción de las vías respiratorias. Tratar la quemadura
solamente con agua sin aplicar otro tipo de sustancias que puedan ensuciar, infectar o
encubrir la herida. Evitar darle a la persona accidentada líquidos o sólidos por vía oral
para evitar la posible aparición de vómitos que compliquen más la situación. 54

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