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CIT

Cuestionario de Impacto del Trauma

M. Crespo
Adaptación española
H. González-Ordi
B. Ruiz
M.ª M. Gómez
P. Santamaría
2
CIT

Cuestionario de Impacto del Trauma


María Crespo
Héctor González-Ordi
Mª del Mar Gómez-Gutierrez
Pablo Santamaría

MANUAL
Versión experimental
TEA Ediciones
Madrid, 2019

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Cómo citar esta obra
Para citar esta obra, por favor, utilice la siguiente referencia:

Crespo, M., González-Ordi, H., Gómez-Gutiérrez, M. M. y Santamaría, P. (2019). CIT,


Cuestionario de Impacto del Trauma. Madrid: TEA Ediciones.

Copyright © 2019 by TEA Ediciones, S.A.U. Madrid (España)


Edita: TEA Ediciones, S.A.U., c/ Fray Bernardino de Sahagún, 24. 28036 Madrid
Printed in Spain. Impreso en España.

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Índice

Acerca de los autores .......................................................................................................................... 7


Agradecimientos................................................................................................................................... 9
Ficha técnica.........................................................................................................................................11
¿Por qué se realizan estas aplicaciones del CIT?...............................................................................11
1. Descripción general ..................................................................................................................13
Finalidad ............................................................................................................................................................15
Contexto de utilización ................................................................................................................................15
Contenido y estructura ................................................................................................................................16
Puntuaciones que ofrece .............................................................................................................................17
Materiales..........................................................................................................................................................18
2. Normas de aplicación y corrección .....................................................................................19
3. Normas de interpretación ......................................................................................................21
3.1. Puntuaciones proporcionadas en el perfil del CIT: puntuación directa (PD) y
puntuación típica T .......................................................................................................................................21
3.2. Etapas a seguir en la interpretación del CIT ........................................................................24
3.2.1. Verificar que no haya ítems omitidos o con doble respuesta ..............................24
3.2.2. Verificar que la persona ha respondido a la prueba prestando atención
(escala de validez: Inconsistencia).....................................................................................................24
3.2.3. Proceder a la interpretación de las escalas de síntomas del CIT .......................27
4. Fundamentación psicométrica .............................................................................................37
4.1. Descripción de las muestras .......................................................................................................37
4.2. Evidencias de fiabilidad ................................................................................................................46
Referencias bibliográficas...............................................................................................................51

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Acerca de los autores
María Crespo
Doctora en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid y profesora titular
de Psicología clínica en esta misma universidad. Es así mismo especialista en
Psicología clínica y tiene el reconocimiento de la European Federation of Psychology
Association (EFPA) como Psicóloga Especialista en Psicoterapia. Es directora del
grupo de investigación Complutense en “Victimología: atención psicológica a
víctimas de experiencias traumáticas”. En los últimos años ha trabajado en varios
proyectos para la mejora de los procedimientos de evaluación psicológica y el
desarrollo de tratamientos psicológicos eficaces para las víctimas de
acontecimientos traumáticos en general y, de manera más específica, de las mujeres
víctimas de violencia en la pareja. En esta línea de trabajo ha dirigido proyectos
financiados por la Universidad Complutense de Madrid, la Comunidad Autónoma de
Madrid y el Plan Nacional I+D+i del Ministerio de Economía y Competitividad. Sus
trabajos sobre evaluación de los efectos del trauma se han plasmado en la
publicación de la Escala de Evaluación Global de Estrés Postraumático – EGEP (2012)
y su adaptación al DSM-5, EGEP-5 (2017), ambas publicadas en TEA Ediciones. Es
co-directora del curso «Atención integral en violencia de género» de la Escuela
Complutense de verano. Ha publicado numerosos artículos científicos y varios libros
entre los que destacan Técnicas de Modificación de Conducta (1998), Estrés (2003),
Protocolo de atención psicológica a mujeres víctimas de violencia de género (2009),
Estigma y enfermedad mental (2009) y Psicología Clínica Basada en la Evidencia
(2012). Su labor investigadora ha sido reconocida, entre otros, por los siguientes
premios de investigación: Rafael Burgaleta (primer premio en 2003 y accésit en
2011) del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid, premio de Investigaciones
Sociales del IMSERSO (2006), premio de investigación Francisco Garcés Roca 2006,
otorgado por la Sociedad Española de Asistencia Sociosanitaria, y premio TEA
Ediciones (2011).

Héctor González-Ordi
Doctor en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid (Premio
Extraordinario de Doctorado). Psicólogo Especialista en Psicología Clínica. Profesor
de la Facultad de Psicología y Facultad de Enfermería, Fisioterapia y Podología de la
Universidad Complutense de Madrid. Antiguo Editor Jefe y actualmente Editor
Asociado de la revista Clínica y Salud. Entre sus campos de interés, tanto en
investigación aplicada como en la práctica clínica, se encuentran los tópicos de la
Sugestión e Hipnosis, el trauma (TEPT) y la disociación, el dolor crónico y el estudio
de la validez de síntomas (simulación y disimulación). Autor de numerosos artículos
científico-técnicos, capítulos de libro y libros, entre los que cabe destacar,
Estrategias de detección de la simulación, un manual clínico multidisciplinar (2012)
e Hipnosis, Trauma y Disociación (2019). Así mismo, es autor del Informe
interpretativo informatizado del Inventario Multifásico de Personalidad de
Minnesota – Forma Reestructurada - MMPI-2-RF (2016) y adaptador al castellano
del Inventario Estructurado de Simulación de Síntomas – SIMS (2009). Entre otros
méritos, ha recibido el premio de investigación “Early Career Award” otorgado por
la Stress and Anxiety Research Society – STAR (2002) y el Diploma de Reconocimiento
otorgado por el Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid a la labor de difusión y
promoción de la Psicología en la sociedad a través de los medios de comunicación
(2013).

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María del Mar Gómez-Gutiérrez

Doctora en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid y docente en esta


misma universidad desde el año 2006. Su actividad investigadora se centra en una
línea de investigación que tiene como objetivo el estudio, evaluación y tratamiento
del estrés en diferentes grupos de población. Como investigadora, ha publicado en
diferentes revistas científicas tanto a nivel nacional como internacional y además es
autora de diferentes capítulos relacionados con la evaluación e intervención con
víctimas. Además, forma parte del equipo de redacción de la Revista de Victimología.
En el área de la evaluación psicológica, es co-autora de la Escala de Evaluación Global
de Estrés Postraumático – EGEP (2012) y de su adaptación al DSM-5, EGEP-5 (2017).
Esta trayectoria de investigación y profesional ha sido reconocida mediante
diferentes premios (premio Jóvenes Psicólogos Emprendedores, premio TEA
Ediciones, accésit al premio Rafael Burgaleta) y le ha permitido incorporarse al
Grupo de Investigación Complutense: “Victimología, atención psicológica a víctimas
de experiencias traumáticas”. Además, estas labores docentes y de investigación las
ha compatibilizado con la intervención clínica con población adulta víctima de
diferentes acontecimientos traumáticos, obteniendo en 2013 la Certificación
Europea de Especialista en Psicoterapia.

Pablo Santamaría

Doctor en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid (premio


extraordinario de doctorado), máster en Metodología de las ciencias del
comportamiento y licenciado en Psicología en esta misma universidad con premio
extraordinario de fin de carrera. Es especialista en la creación y desarrollo de
instrumentos de evaluación psicológica. Ha desarrollado su labor profesional en el
departamento de Investigación y Desarrollo de TEA Ediciones desde el año 2000,
pasando a ser su director en el año 2011 hasta la actualidad. Cuenta con múltiples
publicaciones y presentaciones en el área de la evaluación psicológica y es autor,
coautor o adaptador de múltiples obras relacionadas con la evaluación clínica y
psicopatológica, entre las que cabe mencionar PAI (Inventario de Evaluación de la
Personalidad), MMPI-2-RF (Inventario Multifásico de Personalidad de Minnesota),
SENA (Sistema de Evaluación de Niños y Adolescentes), Q-PAD (Cuestionario de
Evaluación de Problemas en Adolescentes ) o BRIEF-2 (Evaluación Conductual de la
Función Ejecutiva). Su área de especialización se extiende también al terreno de la
evaluación cognitiva e intelectual con la autoría de obras como EFAI, MATRICES,
BAT-7 o TABA o la adaptación de las escalas McCarthy, las escalas Merrill-Palmer o
las escalas RIAS de inteligencia de Reynolds. Una de sus áreas de investigación es la
la detección de simulación de trastornos psicopatológicos, habiendo sido adaptador
de diversas pruebas relevantes en esta área (v.g., SIMS) y co-editor del libro
Estrategias de detección de simulación, un manual clínico multidisciplinar (2012) y
autor de los capítulos relativos a Metodología de investigación en simulación y
Evaluación mediante autoinforme de la simulación. Actualmente es presidente del
jurado del Premio TEA ediciones de pruebas de evaluación psicológica, miembro del
jurado del premio Hogrefe Portugal y editor asociado de la revista científica Clínica
y Salud editada por el Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid.

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Agradecimientos
El CIT no habría sido posible sin la contribución de múltiples profesionales, centros
e instituciones. A todos ellos queremos expresar nuestro más sincero
agradecimiento y nuestro reconocimiento por la labor desempeñada.

Expertos que han participado en la validación de contenido del CIT (escalas e


ítems)

Antonio Andrés Pueyo Amaya Nagore Casas Enrique Parada Torres


José Manuel Muñoz Vicente Mª Paz Ruiz Tejedor Fernando Muñoz Prieto
Carmelo Vázquez Laura González Guerrero Ramón Vilalta
Jordi Bajet Royo Cristina Vivares Nuria Vazquez Orellana
Javier Fernández-Montalvo Mª Ángeles de la Cruz Fortún Patricia Acinas Acinas
Rebeca Gómez Martín Carmen Soberón Casado Cristina Gutiérrez Juanes
Karmele Salaberría Irízar Gonzalo Daniel Galván Patrignani Noemi Pereda Beltrán
Amador Cernuda Lago Sonia Panadero Herrero Antonio Valbuena Navarro
Pilar Capilla Ramírez Máximo Winberg Nodal Irene Fernández-Pinto
Aída de Vicente Colomina Carolina Marín Martín José A. Hernández Sánchez
Gonzalo Hervás Torres Benito Estrada Aranda Amalio Blanco Abarca
Sara Escudero Núñez José Antonio Piqueras Rodríguez
María José Bueno Casas Miguel Ángel Carrasco

Colaboradores que han participado en los estudios de tipificación, de


fiabilidad y de validez en muestras de población general
(por orden alfabético de apellidos)

Andrea Alejo Montejano Josep Contell Carbonell Eva García Meneses


María Alfaro Coronado Nicole Cordova Pauta Rafael García Couceiro
María Alonso González Raquel Correas Martín Cristina García Quesada
María Alonso Díez Andrea Cuesta García Juan Manuel García
Miriam Arenas López Iria Cuevas Fernández Gómez
Rocío Arnaiz Illescas Beatriz Curats Ibáñez Esther González Gómez
María Arrizabalaga Landa Valeria de León Valle Candela Gracia Morilla
María Asenjo Béjar Miguel de la Plaza Montse Grau Sanchez
María Gracia Barrios Olivares Gloria Gutiérrez Parras
Marcos Alejandro de Miguel Mª Elena Gutiérrez
María Basconcel Campos- Alvaro Cárdenas
Varela María de los Ángeles Azucena Hernández
Antonio Bazán Huertas Velázquez Córdoba Delgado
Mireya Bernal Gámez Laura del Moral Fuentes Francisco Jesús Hidalgo
Andrea Blanco Morillo Danai Demon Palop
Carmen Borrás Sansaloni Nayara Díaz Morales Eva María Jiménez
Irati Caballero Arroyo Marina Espada Vadillo González
Nerea Caja Peralta Sara Fau Huertes Miriam Kefauver Sivla
Amparo Calandín María Inmaculada Siyana Koleva
Patricia Sofía Carretero Fernández Andrés María Alicia Lage Neira
Carmona Laura Fernández del Ester Lázaro Olmedo
Mª José Carrión Rodríguez Castillo-Olivares Andrea Ledo Jiménez
Elena Catello Pinel Gabriel Frontera Luna Joana Llobera Martorell
Elena Cerezo Sarmiento Ainhoa Funcia Lamana Patricia López Frutos
de Sotomayor Alejandra Gabaldón Verónica López Fernández
Mónica Chadha Becerra Alonso Alba López Núñez

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Alejandra Loredo Traviesa Carmen R. Muñoz Galán Cinthia Michelle Puluche
Irene Martín Robles Inés Navarro González Rodríguez
Sofía Belén Martín Amaia Nerea Osoro Sas Sara I. Rodríguez Moreno
Ruipérez Andrea Otero Cuevas Silvia Sánchez-Ferrer
Lorena Martínez Martínez Elena Parro Jiménez Sánchez
Enric Massaguer Ferrer Ignacio Peña López Teresa Sanz Mena
Remedios Melero Cavero Marta Ponce Neto Carmen Terés Jiménez
María Asunción Molina Cristina Portero Ruiz Sergio Varela Lérida
Pelegrín Inmaculada Vera Preciado

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Ficha técnica
Nombre: Cuestionario de Impacto del Trauma (CIT)

Autores: María Crespo, Héctor González-Ordi, M.ª del Mar Gómez-Gutiérrez y


Pablo Santamaría.

Procedencia: Tea Ediciones, 2019 (versión experimental para validación clínica y


forense)

Aplicación: Individual o colectiva.

Ámbito de aplicación: Adultos (18 años en adelante).

Duración: Variable, 45 minutos aproximadamente.

Finalidad: Evaluación de las secuelas y del impacto psicológico de acontecimientos


traumáticos en personas adultas, proporcionando una panorámica general
y amplia del impacto del trauma en la vida de la persona, siendo aplicable a
todo tipo de acontecimientos traumáticos y en contextos clínicos, forenses
o de investigación.

Baremación: Baremos en puntuaciones T a partir de una amplia muestra de población


general.

Material: Manual, cuadernillos, hojas de respuestas.

¿Por qué se realizan estas aplicaciones del CIT?

La creación de una nueva prueba, como es el CIT, requiere de un extenso proceso de


desarrollo, validación y tipificación. Dentro de este amplio proceso de validación se
enmarca esta colaboración.

Actualmente el CIT ya ha pasado por diversas fases extensas de revisión y control de


calidad que han permitido ir depurando la herramienta y estudiando sus propiedades
psicométricas. Para ello, tras una fase inicial de construcción de ítems y escalas, se pasó
a un conjunto de expertos para su valoración y análisis crítico, lo que permitió realizar
ajustes en el cuestionario a nivel de ítems y escalas y una primera depuración.
Posteriormente, se aplicó a una amplia muestra de 1.000 casos de población general
(estratificados por región geográfica, edad y sexo) y se estudiaron sus propiedades
psicométricas (fiabilidad, consistencia temporal test-retest), lo que permitió una
segunda depuración y la construcción de baremos de la prueba que ya están disponibles
para su uso. Todos estos trabajos han supuesto dos años de trabajo hasta llegar a la
actual versión del CIT que es sometida en esta fase final de desarrollo a la validación con
muestras clínicas y forenses (en el capítulo 4 de este manual puede consultarse una
información básica sobre los datos psicométricos del CIT).

Actualmente ya se dispone de una versión de CIT con evidencias de fiabilidad y con


baremos basados en una amplia muestra representativa de la población española que

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permite su uso experimental en contextos clínicos y forenses y obtener perfiles de
resultados.

En esta fase se ofrece gratuitamente el uso del CIT para la evaluación de casos clínicos y
forenses con el objetivo de establecer evidencias de validez convergente y discriminante
con distintos grupos clínicos. Por este motivo se aplica junto con un protocolo formado
por otras pruebas y por eso se requerirá una identificación del tipo de caso evaluado y
su contexto.

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1. Descripción general

La vivencia de acontecimientos traumáticos es frecuente. De hecho, los estudios


epidemiológicos con amplias muestras comunitarias representativas (e.g., Kessler et al.,
1995) muestran que la mayoría de las personas experimentarán al menos un
acontecimiento traumático a lo largo de su vida. Así, en la reciente encuesta
transnacional de la Organización Mundial de la Salud, realizada en 24 países, con un total
de casi 69.000 participantes, se constata que el 70,4% han estado expuestos al menos a
un acontecimiento traumático a lo largo de su vida, siendo habitual que se experimente
más de uno y en más de una ocasión (Kessler et al., 2017).

Si bien existen importantes diferencias en función del tipo de acontecimiento


traumático sufrido, de modo general este tipo de acontecimientos provoca secuelas
múltiples, que generan un malestar considerable, con una importante interferencia en
el funcionamiento social y ocupacional de las personas, y que pueden tener una muy
larga duración. Así, según los datos de los estudios epidemiológicos más amplios
realizados en España (Haro et al., 2006), Europa (ESEMeD, 2004) y Estados Unidos
(Kessler et al., 2005), las tasas de prevalencia vital del Trastorno de Estrés Postraumático
(TEPT) se sitúan, respectivamente, en un 1,9%, un 1,9% y un 6,8% de la población
general, alcanzando en la mencionada encuesta de la OMS, una prevalencia vital de 3,9%
en el total de la muestra y un 5,6% entre las persona que han sufrido algún
acontecimiento traumático (Koenen et al., 2017). En España, según los datos de ese
mismo estudio, estas tasas se sitúan en el 2,2% y 4,0%, respectivamente.

Pero si bien el TEPT es el cuadro más conocido y estudiado, las secuelas y efectos de un
acontecimiento traumático van mucho más allá. Entre ellos, y sin ánimo de ser
exhaustivos, se pueden constatar la aparición de trastornos de ansiedad (trastornos
fóbicos, ansiedad generalizada…), alteraciones del estado de ánimo (depresión…),
somatizaciones, dificultades de regulación emocional, abuso de sustancias, problemas
de identidad, dificultades interpersonales, problemas conductuales (e.g., autolesiones,
comportamientos impulsivos y compulsivos en alimentación, sexo…). De hecho, los
datos indican reiteradamente que el TEPT presenta unas altas tasas de comorbilidad con
otros trastornos; pero incluso podemos encontrarnos casos que, sin presentar cuadros
completos de TEPT, presenten otro tipo de diagnósticos. El propio DSM-5 (APA, 2013)
señala que las personas con un diagnóstico de TEPT son un 80% más propensas a
presentar síntomas que cumplen con los criterios diagnósticos para al menos otro
trastorno, mientras que Kessler et al. (1995) indican que la probabilidad de padecer al
menos otro trastorno psicológico a lo largo de la vida es significativamente mayor entre
quienes en algún momento de su trayectoria vital han presentado TEPT.

En consecuencia, aunque la evaluación de las secuelas del trauma se ha venido


centrando en la evaluación del TEPT, utilizando para ello autoinformes que se
complementan con entrevistas diagnósticas, se plantea la conveniencia de que estos
instrumentos se alternen o complementen con otros centrados, también de manera
específica, en la evaluación de otros cuadros o síntomas (e.g. depresión o ansiedad). Por
lo tanto, dado el amplio rango de posibles síntomas o trastornos presentes tras un
trauma, una evaluación centrada únicamente en el TEPT o en cualquier otro grupo
específico de síntomas o cuadros resulta claramente insuficiente para tener una visión

13
general y adecuada del estado psicológico o psicosocial de los afectados por este tipo
de situaciones (Courtois, 2004).

Es pertinente, además, tener en cuenta que buena parte de esos instrumentos de


evaluación del TEPT se han desarrollado para su aplicación en ámbitos clínicos, pero
tienen problemas para su aplicación forense (ámbito en el que la valoración de las
secuelas del trauma es tan necesaria). En estos contextos se ha de contar con la posible
simulación de cuadros y síntomas para la obtención de beneficios y ganancias de diversa
índole (e.g. ganancias económicas, obtención de bajas o incapacitaciones laborales…) o
incluso para eludir responsabilidades criminales. Por mencionar solo algún ejemplo, los
datos sobre la prevalencia de simulación de TEPT en el contexto de valoración de daños
en nuestro país la sitúan entre el 20% y el 30% (González-Ordi, Capilla y Casado, 2012).
En consecuencia, la evaluación de las secuelas del trauma en este ámbito hace necesaria
la aplicación complementaria de algún instrumento de detección de la simulación para
poder guiar adecuadamente las decisiones del forense.

Ante esta situación se plantea la conveniencia desarrollar instrumentos que posibiliten


una evaluación de amplio espectro que implique una amplia cobertura de la variedad
de síntomas que pueden ser desencadenados por el trauma y que incluya además
escalas de detección de la simulación para su posible aplicación tanto en ámbitos
clínicos como en ámbitos forenses. La única propuesta de este tipo disponible hasta la
fecha es el Trauma Symptom Inventory -2 (TSI-2) de Briere (2011) un cuestionario
utilizado para evaluar síntomas y conductas relacionados con el trauma, que, no
obstante, no cuenta con una adaptación al español. Además, presenta algunas
limitaciones como, por ejemplo, no incluir la totalidad de los síntomas postraumáticos
recogidos en las clasificaciones diagnósticas actuales (se obvia tanto la valoración de las
alteraciones cognitivas y del estado del ánimo como el impacto en el funcionamiento
del individuo) y no contemplar aspectos que claramente pueden verse alterados tras la
vivencia de un acontecimiento traumático, como son las alteraciones en las creencias.

En este contexto se presenta el Cuestionario de Impacto del Trauma (CIT), un


instrumento de evaluación autoaplicado desarrollado originalmente en lengua española
y validado con amplias muestras de población general que permite la evaluación de la
sintomatología postraumática, la sintomatología general, la alteración de las creencias
y el deterioro del funcionamiento experimentados a raíz de la vivencia, directa o
indirecta, de cualquier tipo de acontecimiento traumático. La prueba incluye además
escalas de validez (inconsistencia1) que permiten identificar las limitaciones que puede

1
La versión definitiva que se publique del CIT (en una fase posterior a esta y prevista para 2020 tras la
validación con las muestras clínicas y forenses) proporcionará puntuaciones en una escala de Impresión
negativa compuesta de ítems que reflejan cuando la persona evaluada está dando una imagen de su
sintomatología postraumática poco verosímil o poco probable. No obstante, esta escala está todavía en
fase de investigación y por prudencia no se proporcionarán resultados en el perfil en esta fase de
validación. Será a partir de los datos que se recojan en esta fase de validación cuando se podrá confirmar
o refutar la adecuación de esta escala planteada de impresión negativa para el CIT.
Con el objetivo de que el profesional pueda disponer de indicadores de exageración de sintomatología
para su toma de decisiones se proporciona dentro del protocolo tanto el SIMS como las escalas de validez
de PAI o MMPI-2-RF.

14
presentar la información aportada por la persona evaluada, ya sea por respuestas
aleatorias o incoherentes o por otros motivos.

En el planteamiento y diseño de la prueba se han tenido en cuenta varias


consideraciones. En primer lugar, los datos de la investigación reciente que muestran la
necesidad de ir más allá de la mera consideración de la presencia o no del TEPT (o de su
diagnóstico), ya que este patrón binario no refleja adecuadamente las reacciones al
trauma, obviando la sintomatología subumbral que, sin alcanzar criterios diagnósticos,
provoca malestar y problemas significativos, pero también olvidando que las reacciones
ante el trauma son diversas y que, de hecho, la patología no es la reacción más habitual
ante el trauma. En este sentido, Galatzer-Levy, Huang y Bonanno (2018) constatan en
su amplia revisión sobre el tema que la resiliencia es la reacción más habitual al trauma
(con un promedio del 65,7% en diversas poblaciones), seguida de la recuperación
(20,8%); frente a ellas, la cronicidad y la aparición demorada de síntomas se encontraría
en un 10,6% y un 8,9%, respectivamente. Así mismo, se han tomado como referencia
las recientes propuestas que plantean la aplicación de enfoques dimensionales para
superar los problemas de las taxonomías tradicionales y las consiguientes clasificaciones
diagnósticas; de modo particular se ha utilizado como referencia en el desarrollo del CIT
la nosología cuantitativa del sistema HiTOP – Hierarchical Taxonomy of Psychopathology
(Kotov et al., 2017), un sistema de clasificación derivado empíricamente que diseña una
organización de la psicopatología cuantitativa y dimensional.

Por otra parte, y desde el punto de vista de la conceptualización del TEPT, si bien el CIT
toma como referencia fundamental los criterios diagnósticos DSM-5 (APA, 2013), o la
definición de TEPT complejo del reciente CIE-11 (OMS, 2018), va más allá de los
controvertidos criterios, incorporando las aportaciones de los estudios recientes sobre
la estructura latente de la sintomatología postraumática (e.g. Armour et al., 2015, 2016;
Soberón et al., 2016), así como aportaciones clínicas y experimentales sobre otras áreas
afectadas por el trauma.

Finalidad

El CIT tiene como objetivo la valoración global de las secuelas y el impacto psicosocial
de acontecimientos traumáticos en personas adultas. De este modo el cuestionario
pretende proporcionar una panorámica general y amplia del impacto del trauma en la
vida de la persona, siendo aplicable a todo tipo de acontecimientos traumáticos y en
contextos clínicos, forenses o de investigación.

Contexto de utilización

El CIT se ha diseñado para la evaluación de población que haya sufrido cualquier tipo de
acontecimiento traumático. Desde un punto de vista clínico, la información que aporta
la prueba respecto a la sintomatología puede ser de gran utilidad en el diseño de
programas de intervención individualizados, centrados en las áreas de la vida del
paciente más afectadas por el trauma y en los síntomas que más malestar generan en
cada caso. En este contexto la prueba también puede ser de utilidad clínica para la
valoración de los efectos de las intervenciones implementadas en el medio y largo plazo.

15
Por otra parte, la prueba es de utilidad en la evaluación forense permitiendo determinar
el grado de afectación postraumática presente en la vida de la persona en el momento
de la evaluación. n ambos contextos, la prueba debe complementarse, en su caso, con
instrumentos para la evaluación y diagnóstico del TEPT.

También, el CIT es una prueba que puede resultar de utilidad en el contexto de la


investigación, con una aplicación muy amplia ya que podría utilizarse en cualquier área
de los ámbitos comentados anteriormente (clínico y forense) pero vinculados a la
investigación.

Contenido y estructura

El CIT está compuesto, en su versión actual2, por 239 ítems articulados en 32 escalas
agrupadas en 5 categorías (4 de síntomas y 1 de validez) que son las siguientes:

Escalas de estrés postraumático que incluye las escalas:

o Intrusión
o Evitación
o Alteración cognitiva y del estado de ánimo
o Alteración en la activación y reactividad
o Disociación
▪ Disociación psicológica
▪ Disociación somática
o Cambio vital

Escalas de síntomas que incluye las áreas y las escalas:

• Área somática
o Problemas somáticos
o Alteraciones del sueño
• Área internalizante
o Ansiedad
o Rumiación
o Pánico
o Depresión
o Desregulación emocional
o Malestar sexual
o Alteraciones en la conducta alimentaria
o Ideación suicida
o Autolesiones

2
La publicación de la versión definitiva del CIT tendrá lugar en 2020, una vez se hayan finalizado los
estudios con muestras clínicas y forenses. En esa publicación final, el CIT probablemente tendrá un
número menor de ítems tras la selección de aquellos que hayan mostrado unas propiedades óptimas
para la evaluación. También aparecerá la puntuación en una escala de Impresión negativa como control
de la exageración de síntomas que pueda presentar la persona evaluada. Esta escala ya está incluida en
el cuadernillo del CIT pero no se proporcionan resultados a la espera de finalizar sus estudios de
validación.

16
• Área externalizante
o Abuso de sustancias
o Conductas de riesgo
o Conductas sexuales de riesgo
o Ira
• Área interpersonal
o Dependencia emocional
o Distanciamiento social

Escalas de alteraciones en las creencias que incluye las escalas:

o Creencias negativas sobre uno mismo


o Creencias negativas de culpa
o Creencias negativas sobre el mundo y el futuro
o Creencias negativas sobre los demás
o Autosabotaje

Escala de deterioro en el funcionamiento que incluye la escala:

o Deterioro en el funcionamiento

Escala de validez que incluye la escala3:

o Inconsistencia

Puntuaciones que ofrece

El CIT permite obtener puntuaciones sobre la presencia de sintomatología


postraumática, otra sintomatología asociada al TEPT, alteraciones en el sistema de
creencias de la persona evaluada y alteraciones en su funcionamiento (en qué grado la
sintomatología causa deterioro en lo social, laboral u otras áreas importantes de
funcionamiento).

La prueba proporciona una puntuación de la frecuencia en el último mes para las escalas
de síntomas, proporcionando una puntuación para cada escala (29 en total) y
permitiendo la valoración de la misma mediante la comparación con los baremos de
referencia, establecidos a partir de una amplia muestra de población general.

Además, la prueba proporciona una puntuación de validez (inconsistencia) 3 , que


permiten tomar decisiones acerca de la adecuación o no de la información obtenida en
las escalas de síntomas.

3
La versión definitiva que se publique del CIT (prevista para 2020 tras la validación con las muestras
clínicas y forenses) proporcionará puntuaciones en una escala de Impresión negativa compuesta de ítems
que reflejan cuando la persona evaluada está dando una imagen de su sintomatología postraumática poco
verosímil o poco probable. Los ítems de esta escala ya están incluidos en el cuadernillo del CIT pero no se
proporcionan resultados por prudencia hasta tener su validación completa. Con el objetivo de que el
profesional pueda disponer de indicadores de exageración de sintomatología para su toma de decisiones
se proporciona dentro del protocolo tanto el SIMS como las escalas de validez de PAI o MMPI-2-RF.

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Materiales

El CIT está compuesto por los siguientes materiales:


• Manual: en el que se incluye la descripción de la prueba y las pautas generales
para la interpretación de los resultados obtenidos.
• Cuadernillo CIT: es el documento donde se recogen los ítems a los que debe
responder la persona evaluada.
• Hoja de respuestas CIT: es el lugar donde la persona evaluada anota sus
contestaciones a la prueba.

18
2. Normas de aplicación y corrección

Se deberán seguir las normas de aplicación y corrección indicadas en el manual del


colaborador incluido en los materiales enviados (capítulo 4 del manual del colaborador).

19
20
3. Normas de interpretación

En este capítulo se describe cómo proceder a la interpretación de las puntuaciones del


CIT. En primer lugar, se repasa el significado de las puntuaciones T, que son la base del
perfil de la prueba. En segundo lugar, se explican los pasos a seguir recomendados para
interpretar los resultados obtenidos. A continuación, se describe el uso de las escalas de
validez del CIT, seguido de una explicación del significado interpretativo de las
puntuaciones en cada escala del CIT. Por último, se ofrece una valoración del uso de los
ítems críticos durante la interpretación.
Las pautas de interpretación que aparecen a continuación suponen una base
fundamental para interpretar la prueba, pero es el profesional quien ha de adaptar la
interpretación al caso concreto que se esté evaluando, introduciendo los matices y
particularidades que resulten necesarios. Toda interpretación debe resultar de la
integración de la información disponible tanto sobre la prueba como sobre la propia
persona evaluada. Sobre la prueba porque deberán tenerse en cuenta no solo las
puntuaciones en cada una de las escalas aisladas, sino también las relaciones entre ellas
y la forma del perfil obtenido; sobre la propia persona evaluada porque deberán
atenderse tanto el contexto de la evaluación como a todos los datos procedentes de las
distintas fuentes de información consultadas (historial, entrevistas, otros informantes,
resultados en otras pruebas…).
El CIT es un autoinforme cuyo valor diagnóstico, como siempre ocurre en estos casos,
se incrementa cuando se emplea en el marco de una exploración más comprehensiva.
Resulta un instrumento de gran ayuda y que proporciona una gran cantidad de
información sobre la persona cuando es utilizado por un profesional debidamente
cualificado en el contexto de un proceso amplio de evaluación y acompañado de otras
técnicas y medidas.
La interpretación de las puntuaciones y de los perfiles obtenidos en el CIT solo puede
ser realizada por profesionales cualificado y requiere formación específica en evaluación
con pruebas psicométricas, así como en psicopatología y en sintomatología
postraumática. El CIT puede ser considerado como una ayuda útil en la evaluación y en
los procesos de toma de decisiones en una amplia variedad de contextos profesionales.
No obstante, en todos los casos la formación del profesional, su experiencia y su juicio
son necesarios para hacer un uso apropiado de la información proporcionada por el CIT.
Su interpretación requiere comprender no solo la información contenida en este
apartado sino también conceptos clave de psicopatología y estrés postraumático,
además de conocer cuáles los usos apropiados y las limitaciones de las pruebas de
autoinforme. Indudablemente, la utilidad y validez del CIT como medida está
directamente relacionada con el conocimiento y experiencia del profesional que
interpreta el perfil de resultados.

3.1. Puntuaciones proporcionadas en el perfil del CIT: puntuación directa


(PD) y puntuación típica T

Al consultar el perfil de resultados del CIT puede advertirse que aparecen dos
puntuaciones para cada escala: la puntuación directa (PD) y la puntuación típica T. Toda

21
la interpretación de resultados en el CIT se realiza a partir de las puntuaciones típicas T.
A continuación, se explican ambos tipos de puntuaciones y la lógica que les subyace.
Las puntuaciones directas (PD) resultan del promedio de respuestas de la persona
evaluada a los ítems que componen dicha escala. Estas puntuaciones, por sí mismas,
tienen una difícil interpretación y es necesaria su transformación a puntuación típicas
(T) para poder dotarlas de interpretación y significado “psicológico”. Así, para que una
puntuación directa (PD) obtenida en un test tenga un significado “psicológico” se
requiere de algún tipo de transformación estadística que la ponga en relación con un
criterio externo de referencia. La evaluación es siempre un ejercicio de comparación. De
la misma forma que decir que alguien es alto significa hacer una comparación con otras
personas, la evaluación produce datos que nos indican cómo es la persona evaluada en
comparación con otras de edades y características similares. Para ello, se compara la
puntuación directa obtenida por la persona evaluada con la de un amplio grupo de
individuos extraídos de la población general. A partir de esta comparación, se obtiene
su puntuación típica T que establece en qué medida la persona obtiene puntuaciones
mayores, iguales o menores que este grupo de referencia o grupo normativo que
constituye su baremo de comparación.
Por este motivo, en el perfil de resultados del CIT se incluyen las puntuaciones T en cada
una de las escalas y son las que se representan gráficamente y en las que basa toda la
interpretación de resultados. Estas puntuaciones T se obtienen al comparar las
puntuaciones directas de la persona evaluada (PD) con las puntuaciones una muestra
de 1.000 adultos de la población general evaluados con el CIT y que constituyen el
baremo general de la prueba o la referencia o norma4. En dicha muestra de referencia
todas las escalas del PAI tienen una puntuación T media de 50 y una desviación típica de
10. Así, una puntuación T que se sitúa por encima de 50 en una escala, indica que las
respuestas de la persona evaluada reflejan que posee dicho atributo en mayor medida
que la población general; cuanto más alejado del 50, en mayor medida se caracterizará
por ese atributo al compararla con la población general.
Por lo tanto, las puntuaciones típicas T lo que hacen es indicarnos cuánto de bajo, medio
o alta es esa puntuación directa cuando la comparamos con lo que obtienen
habitualmente otros adultos de la población general en esa variable. Por ejemplo, casi
todo el mundo experimenta períodos en los que puede sentirse algo deprimido, pero
¿cómo determinar si ese nivel de depresión es normal o por el contrario resulta
significativo? La respuesta la encontramos en las puntuaciones T que reflejan en qué
medida ese nivel de respuestas se da en una muestra amplia de adultos y nos indica
cuanto de frecuente o infrecuente es ese nivel de sintomatología o alteración. Así, una
puntuación T de 60, equivalente aproximadamente a un percentil 84, indica que la
persona experimenta los síntomas y problemas indicados por la escala en mayor medida
que la muestra de referencia, concretamente más que el 84% de los adultos de la
población general; una puntuación T de 70, equivalente aproximadamente a un
percentil 98, representa un grado de problemas y síntomas que no suelen darse en la
población general (solo en un 2%) e indica, probablemente, un problema de importancia
clínica.

4
El lector interesado puede encontrar información sobre las características de esta muestra en el
capítulo 4 de este manual.

22
Tabla 3.1. Equivalencia aproximada entre algunas puntuaciones T y sus percentiles
en la muestra de tipificación de población general del CIT

Puntuación T Percentil (Pc)


60 85
70 98

En síntesis, las puntuaciones T proporcionan un método útil para determinar si ciertos


problemas son clínicamente significativos, ya que relativamente pocos adultos de la
población general obtendrán puntuaciones claramente elevadas.
En la tabla 3.2 se sugieren posibles rangos de puntuaciones T que pueden servir de
clasificación orientativa durante la interpretación de las puntuaciones obtenidas. Sin
embargo, ajustándolos al objetivo específico de su evaluación, el profesional puede
considerar más conveniente emplear otros puntos de corte que se ajusten mejor a su
caso y contexto particular. Cabe volver a recordar que, al igual que sucede con cualquier
otra herramienta de evaluación, la información obtenida del CIT debe interpretarse en
el contexto de todos los demás datos clínicos, entre los que cabe mencionar la
observación clínica o forense, su historial, las entrevistas o sus puntuaciones en otras
pruebas.
Es conveniente subrayar que las puntuaciones obtenidas en las distintas escalas del CIT
son continuas, esto es, a pesar de que se sugieran posibles niveles de interpretación de
cada rango de puntuación, no hay nada inherentemente diferente entre una puntuación
de T de 69 y una de 71, ni existe una diferencia cualitativa, ya que la diferencia en la
puntuación se contempla dentro del error típico de medida de cualquiera de las escalas
del instrumento. De hecho, no es necesario que una puntuación T sea superior a 70 para
merecer atención clínica de acuerdo con el resto de información que pueda existir sobre
la persona evaluada.
Tabla 3.2. Correspondencia entre los rangos de puntuaciones T y los posibles
niveles interpretativos en el CIT
Puntuaciones T Nivel cualitativo de interpretación

≥ 70 Elevación clínicamente significativa

65 - 69 Elevación potencialmente clínica

60 - 64 Elevación leve

0 - 59 Sin significación clínica aparente

23
3.2. Etapas a seguir en la interpretación del CIT

A continuación, se detallan las fases que se recomiendan seguir para una correcta
interpretación del perfil de resultados del CIT.

3.2.1. Verificar que no haya ítems omitidos o con doble respuesta

Una vez terminada la aplicación de la prueba se recogerán los cuadernillos y las hojas de
respuesta, comprobando si se han rellenado correctamente los datos de identificación
(ID, tipo de aplicación, edad, sexo, hora de comienzo y de finalización…) y si se han
anotado las contestaciones de forma correcta (esto es, rellenando el círculo). El
profesional también deberá comprobar que no haya respuestas en blanco o ítems con
respuestas "dobles" (p. ej., se ha marcado tanto la opción 1 como la 3).
En caso de omisiones, el profesional podrá señalar las respuestas en blanco a la persona
e invitarla a contestarlas. Es mejor no insistir demasiado si la persona, por cualquier
razón, se obstina en no querer contestar. En algunos casos se podrán explorar las
razones en un segundo momento. La indagación sobre el motivo de las omisiones puede
resultar interesante a nivel interpretativo y diagnóstico. Estas pueden deberse a simples
distracciones, a una posible ansiedad excesiva a la hora de contestar a las preguntas, a
problemas de comprensión de los ítems, a una interpretación muy particular de los
mismos o a un rechazo más general a la prueba o a la evaluación. En todo caso puede
ser un aspecto en el que indagar. En el caso de "respuestas dobles" (p. ej., se ha marcado
tanto la opción 1 como la 3), se llamará la atención de la persona evaluada sobre el ítem
en cuestión y se le solicitará que indique una única respuesta, borrando la opción de
respuesta a descartar.
Ha de recalcarse que la presencia de omisiones o de dobles respuestas afecta a la
precisión y calidad de la información proporcionada por el CIT y a la interpretación de
sus escalas. Por este motivo, es recomendable reducir al mínimo posible las omisiones
o las dobles respuestas que puedan existir en la hoja de respuestas (se ha de intentar
que se respondan a todos los ítems). De hecho, si una hoja de respuestas del CIT tiene
un cierto número de omisiones (sin responder o con dobles respuestas) se puede
considerar inválida y no podrá ser corregida ni se podrá obtener ninguna puntuación del
CIT.

3.2.2. Verificar que la persona ha respondido a la prueba prestando atención


(escala de validez: Inconsistencia)

Uno de los primeros pasos en la interpretación de un autoinforme consiste en


determinar si los resultados reflejan de forma adecuada las experiencias de la persona
evaluada o si, por el contrario, los resultados están distorsionados. Este proceso
comienza incluso antes de aplicar el CIT, ya que factores como el motivo y el objetivo de
la evaluación y los destinatarios de la información crean un contexto que puede afectar
de forma importante a la posibilidad de que las respuestas al test puedan verse
distorsionadas5.

5
La versión definitiva que se publique del CIT (2020) proporcionará puntuaciones en Impresión negativa
alertando cuando la persona evaluada está dando una imagen de su sintomatología postraumática poco
verosímil o poco probable.

24
Una de las fuentes de distorsión puede ser la confusión, el despiste o el descuido al
responder la prueba. En este sentido, aquellas personas que contestan a las preguntas
al azar, sin reflexionar o que tienen problemas de comprensión lectora pueden obtener
resultados que no reflejan precisamente sus experiencias. Con el objetivo de evaluar
estos aspectos se dispone de la escala Inconsistencia en el perfil de resultados del CIT
cuyas pautas de interpretación son descritas en la tabla siguiente.
Tabla 3.3. Pautas de interpretación de la escala Inconsistencia

La escala Inconsistencia evalúa si se ha respondido de forma inconsistente a los ítems de la prueba, sin prestar
atención a lo que respondía o haciéndolo al azar. Para ello se tiene en cuenta la respuesta a pares de ítems
altamente relacionados entre sí, ya que reflejan contenidos próximos y a los que la mayoría de las personas
suele responder de forma parecida (p. ej., “Me siento triste” y “Tengo ganas de llorar” o “Pienso que no merezco
ser feliz” y “Creo que ya no puedo ser feliz”).
Puntuaciones altas en esta escala son indicativas de que la persona ha respondido de manera inconsistente a la
prueba y, por lo tanto, los resultados obtenidos pueden no ser interpretables. La presencia de inconsistencia
puede deberse a múltiples causas: la persona puede haber respondido al azar o sin prestar la suficiente
atención, puede haber tenido dificultades para comprender las instrucciones o los ítems de la prueba, puede
haberse equivocado al anotar sus respuestas, puede haber habido algún error al teclear sus respuestas en la
plataforma de corrección, etc.

Rango de Hipótesis interpretativas Consecuencias para la interpretación


puntuaciones T del CIT

Existen indicios de inconsistencia en las respuestas Una elevación en Inconsistencia indica


de la persona al CIT. Esto puede ser debido a un que el protocolo puede no ser
patrón de respuesta al azar por falta de atención, interpretable ya que es posible que los
interés o motivación por parte de la persona resultados en el CIT no sean una
evaluada, o a una actitud poco colaboradora por representación válida del
> 70
parte de esta, entre otras razones. También puede comportamiento habitual de la persona
ser debida a dificultades de comprensión lectora o evaluada. Estos resultados cuestionan y
problemas cognitivos de la persona evaluada, así ponen en duda la validez del resto de
como a errores en la anotación de las respuestas o información proporcionada en el perfil
errores en su introducción en el sistema de del CIT (puntuaciones en el resto de las
corrección por parte del profesional. escalas).

Existen ciertos indicios de inconsistencia en las


respuestas de la persona. Esto puede ser debido a
El perfil ha de ser interpretado con cierta
un patrón de respuesta al azar por falta de
cautela, teniendo en cuenta que algunas
atención, interés o motivación por parte del
de las inferencias pueden no estar
informador, o a una actitud poco colaboradora por
65 - 69 suficientemente ajustadas a la realidad.
parte de este, entre otras razones. También puede
Revise las respuestas y considere la
ser debida a dificultades de comprensión lectora o
posibilidad de complementar estos
problemas cognitivos del informador, así como a
resultados con los proporcionados por
errores en la anotación de las respuestas o errores
otras fuentes de información.
en su introducción en el sistema de corrección por
parte del profesional.

La persona parece haber respondido de manera El perfil de resultados es interpretable.


30 - 64 coherente a la prueba. Parece haber comprendido Se puede proceder a interpretar los
los ítems y haber respondido a los mismos de resultados en el resto de las escalas del
forma consistente. CIT.

25
Cuando se observen puntuaciones elevadas en la escala Inconsistencia, el profesional
deberá tomar las medidas oportunas para indagar acerca de las posibles causas de esta
situación y así determinar el grado de cautela que debe tener en la interpretación de los
resultados del CIT o, en ciertos casos, descartar los resultados obtenidos. A
continuación, se comentan con más detalle algunas posibles causas que pueden explicar
la presencia de patrones de respuesta inconsistentes y se proponen algunas medidas
para detectarlas y subsanarlas:
• Se han cometido errores en la introducción de las respuestas en el sistema de
grabación: La tarea de teclear las respuestas en el sistema de corrección de TEA
Ediciones resulta delicada y es posible que se hayan cometido errores durante
este proceso. Por ello, cuando aparezca una puntuación elevada en
Inconsistencia, antes de continuar comprobando otras hipótesis, conviene
revisar que las respuestas se han introducido correctamente por parte del
profesional en el sistema de corrección6.

• La persona puede haber respondido al azar o sin prestar suficiente atención a


parte o a la totalidad de la prueba: Para comprobar esta posibilidad, conviene
analizar el patrón de respuestas del evaluado, para detectar si en alguna parte
(generalmente al principio o al final) ha respondido siguiendo un patrón fijo de
respuesta (p. ej., respondiendo 1 = Nunca o casi nunca a un gran número de
ítems consecutivos) o siguiendo un patrón cíclico o en zigzag (p. ej.,
respondiendo 1, 2, 3, 4, 5, 4, 3, 2, 1 o un patrón semejante a bastantes ítems
consecutivos). Este tipo de patrones de respuesta son frecuentes cuando la
persona que responde al ejemplar no tiene la motivación suficiente para
completarlo y lo hace “por obligación”, cuando la evaluación le ha resultado
particularmente tediosa o cuando no ha tenido tiempo suficiente como para
responder a toda la prueba con tranquilidad y ha respondido de manera azarosa
a las últimas preguntas. Aun cuando no detecte ninguno de estos patrones,
conviene que consulte a la persona que ha respondido a la prueba si ha tenido
alguna dificultad dando sus respuestas y que se cerciore de que lo ha respondido
en las condiciones de motivación y atención suficientes.

• La persona ha tenido dificultades para comprender las instrucciones o los ítems


del test: Algunas personas pueden no haber comprendido adecuadamente las
instrucciones acerca del modo en que deben contestar o anotar sus
contestaciones. Para evitar esta dificultad conviene siempre que el profesional
dedique algunos minutos a leer las instrucciones e ítems de ejemplo junto con la
persona evaluada para garantizar una adecuada comprensión y facilitar que la

6
En la versión definitiva que se publique del CIT (2020) estará disponible tanto este sistema de aplicación
en papel y lápiz como, opcionalmente para el profesional que lo desee, un sistema de aplicación on-line
que permitirá que la persona evaluada reciba un correo con instrucciones para responder a la prueba on-
line y que avisará automáticamente al profesional cuando la persona haya acabado de introducir sus
respuestas para acceder al perfil de resultados. Esta aplicación on-line evitará los posibles errores de
tecleo por parte del profesional o de los colaboradores del profesional. En estos casos de aplicación on-
line lo que habrá que verificar es que la persona evaluada no haya cometido errores marcando las
respuestas en el sistema o entendiendo su funcionamiento, por lo que convendrá preguntarle si tuvo
dificultades durante este proceso.

26
persona pueda plantear sus dudas antes de comenzar a responder. Para
determinar si esta es la causa de la elevación en la escala Inconsistencia se
recomienda preguntar a la persona acerca de su forma de completar el ejemplar
y pedirle algunos ejemplos concretos que indiquen por qué ha proporcionado las
respuestas que ha marcado a los ítems, lo cual permitirá clarificar si ha realizado
correctamente la tarea.

También conviene asegurarse de que la persona que responde al CIT tiene una
capacidad cognitiva y una comprensión lectora adecuadas para leer y responder
a los enunciados incluidos en el test. Durante el desarrollo del CIT se ha
procurado que los ítems fueran lo más breves y sencillos posible, así como
eliminar terminología poco frecuente o compleja. No obstante, ciertas personas
pueden tener dificultades para interpretar adecuadamente los ítems o pueden
haber tenido dificultades con términos específicos que desconozcan; esto
también puede producir elevaciones en la puntuación en Inconsistencia. Si lo
estima oportuno, sugiera a la persona evaluada que señale aquellos términos
con los que tenga dificultades para consultarlos con usted al finalizar la
aplicación.

3.2.3. Proceder a la interpretación de las escalas de síntomas del CIT

En la tabla 3.4 se incluye una breve definición de cada una de las escalas del CIT así como
posibles hipótesis e inferencias interpretativas que pueden extraerse de la aparición de
puntuaciones altas en la escala (T > 70, elevación clínicamente significativa).
Complementariamente, pueden considerar también puntuaciones T igual o mayor a 65
como en el área de precaución o potencialmente clínicas.
Un primer análisis de las puntuaciones en la sección de escalas de estrés postraumático
permitirá dilucidar en qué grado están presentes los síntomas más relevantes y
definitorios del estrés postraumático (intrusión, evitación, activación y reactividad y
alteración cognitiva y del estado de ánimo), así como aspectos frecuentemente
vinculados como la disociación o la sensación de haberse producido un cambio vital.
Tras ese primer análisis, la consulta de las escalas de síntomas permitirá concretar en
qué áreas y dominios (somática, internalizante, externalizante, interpersonal) se
presenta la sintomatología indicada por la persona evaluada para poder determinar de
forma más específica la intervención o las indicaciones a incluir en un posible informe.
En un tercer momento se analizará la sección de alteraciones en las creencias para
valorar qué aspecto de su sistema de creencias en relación consigo misma, con los
demás, con el mundo y el futuro pueden estar afectados y ser objetos de intervención
o valoración.
Finalmente, el análisis de la puntuación en la escala Deterioro en el funcionamiento nos
indica en qué grado considera la persona evaluada que la sintomatología presente está
causando deterioro clínicamente significativo en lo social, laboral u otras áreas
importantes del funcionamiento (criterio G en diagnóstico de TEPT del DSM-5 o criterio
general de malestar clínicamente significativo o deterior en valoración de trastornos
psicopatológicos).

27
Tabla 3.4. Descripción de las escalas del CIT y pautas de interpretación de
puntuaciones altas

Escala Descripción
Escalas de estrés postraumático
Esta escala evalúa la presencia de reacciones postraumáticas intrusivas, que se
caracterizan por recuerdos desagradables relacionados con un acontecimiento traumático,
sueños en los que aparece contenido relacionado con el acontecimiento o una repetición
de este, malestar ante estímulos que recuerdan el acontecimiento o recuerdos sobre este y
revivir el acontecimiento como si estuviese sucediendo de nuevo.
Puntuaciones altas en esta escala suelen estar relacionadas con que la persona ha vivido
un acontecimiento traumático. Por lo tanto, las puntuaciones altas pondrían de manifiesto
la presencia de sintomatología postraumática referida a intrusión. Así, la persona refiere
Intrusión (Int) manifestar de forma involuntaria memorias relacionadas con el acontecimiento que
pueden presentarse en forma de recuerdos (imágenes o pensamientos), sueños o
sensaciones. Además, los estímulos que le recuerdan el acontecimiento ya sean situaciones
o personas, pueden desencadenar una respuesta de nerviosismo, sintiendo por ejemplo
que el corazón se les acelera, que presentan temblor o sudoración. En algunos casos, la
persona puede presentar flashbacks. La aparición de puntuaciones altas en esta escala es
frecuente en personas que han vivido un acontecimiento traumático, si bien también
pueden aparecer en otras situaciones clínicas que tengan relación con pensamientos
intrusivos (por ejemplo, la presencia de obsesiones).
Esta escala evalúa la presencia de sintomatología referida a evitación a nivel cognitivo
(pensamientos y conversaciones), emocional (sentimientos) y conductual (situaciones,
personas y lugares), de todos lo que suponga un recordatorio del acontecimiento
traumático o se asocie a éste.
Puntuaciones altas en esta escala indican que la persona hace esfuerzos intencionados
Evitación (Evi)
para mantenerse alejado de estímulos internos o externos, generalmente asociados a un
acontecimiento traumático, que le provocan una malestar físico o emocional. Con el fin de
no presentar este malestar la persona evita los estímulos que puedan desencadenarlo. En
aquellos casos en los que la persona se ve obligada a exponerse a dichos estímulos pueden
darse respuestas de escape.
Esta escala evalúa las alteraciones cognitivas y del estado de ánimo asociadas al
acontecimiento traumático. Incluye la incapacidad para recordar algún aspecto central del
acontecimiento traumático no provocada por lesión cerebral o consumo de sustancias, la
presencia persistente de creencias negativas sobre uno mismo, los demás y el mundo, la
percepción distorsionada acerca de la causa o responsabilidad del acontecimiento
traumático, el estado emocional negativo persistente, la anhedonia, el sentimiento de
distanciamiento y desapego respecto a los demás, y la incapacidad persistente de
Alteración cognitiva y
del estado de ánimo
experimentar emociones positivas.
(Cog) Puntuaciones altas en esta escala indican que la persona muestra un importante
embotamiento emocional y una percepción alterada de sí mismo, del mundo y de los
demás, que pueden relacionarse con el acontecimiento traumático. No obstante, altas
puntuaciones en la escala también pueden relacionarse con la presencia de depresión
(anterior o posterior al acontecimiento traumático). El análisis de las escalas de síntomas
y de alteraciones de las creencias podrá resultar útil para precisar las áreas de síntomas
particularmente afectadas.

28
Esta escala evalúa la presencia de alteraciones en la activación, caracterizadas por
irascibilidad, un estado de alerta o vigilancia constante, una elevada activación fisiológica,
y una respuesta de sobresalto pronunciada. Incluye así mismo la tendencia a mostrar una
alta labilidad emocional. Estas alteraciones en la activación se plasman además en
Alteración en la
activación y
problemas de sueño (para conciliarlo o para mantenerlo) y de concentración.
reactividad (Act) Puntuaciones altas en esta escala indican la presencia de alteraciones en el estado de
alerta y vigilancia, alta labilidad emocional y alta activación fisiológica que puede interferir
con funciones biológicas como el sueño y con la atención, el rendimiento y la realización de
tareas.
Esta escala evalúa la presencia de sintomatología disociativa relacionada con fenómenos
de desrealización, despersonalización, amnesia disociativa y alteraciones de la identidad,
así como, sintomatología de tipo conversivo (trastorno de síntomas neurológicos
funcionales) asociados a la experiencia traumática. Esta escala resulta la suma de las
subescalas Disociación psicológica y Disociación somática.
La puntuación alta en esta escala puede indicar la presencia de procesos de desapego o
Disociación (Dis) desconexión de sí mismo o de la realidad (despersonalización o desrealización), síntomas
de compartimentalización (amnesia disociativa o alteraciones de la identidad) y síntomas
de tipo conversivo (síntomas neurológicos funcionales).
Sería recomendable descartar etiología neurológica, psicopatológica (sintomatología de
tipo psicótico) y que los efectos sean producidos por el consumo de sustancias psicoactivas
(puede consultarse a este efecto la escala Abuso de Sustancias), antes de pensar en la
existencia de trastorno disociativo o conversivo.
Esta subescala evalúa la presencia de sintomatología disociativa a nivel psicológico, que se
caracteriza por la presencia de síntomas en la que se ven alterados procesos psicológicos,
esto es desrealización, despersonalización, amnesia disociativa y alteraciones de la
identidad.
Disociación Puntuaciones altas en esta subescala indican que la persona presenta síntomas de
psicológica (Dps) desapego que se evidencian por la desconexión de sí mismo y de la realidad. Además,
presenta síntomas de compartimentalización, ya que manifiesta dificultades para recordar
algunos aspectos del día a día o de su historia personal, así como alteraciones relacionadas
con su propia identidad. En los casos con puntuaciones elevadas en esta escala convendría
descartar la presencia de un trastorno disociativo.
Esta subescala evalúa la presencia de sintomatología disociativa de carácter somático, por
lo que se exploran síntomas de tipo conversivo (trastorno de síntomas neurológicos
funcionales) asociados a la experiencia traumática. Incluye síntomas de debilidad o
parálisis, movimientos anómalos, síntomas de deglución, del habla, convulsiones, anestesia
o pérdida sensitiva y síntomas sensitivos especiales.
Disociación somática
Puntuaciones altas en esta subescala reflejan que el paciente experimenta alteraciones
(Dso)
senso-perceptivas y motoras de forma recurrente, involuntaria e incontrolable y que, en
general, presenta altos niveles de disociación somática. Es recomendable descartar
etiología neurológica y que los efectos sean producidos por el consumo de sustancias
psicoactivas (puede consultarse a este efecto la escala de Abuso de Sustancias), antes de
pensar en la existencia de trastorno disociativo o conversivo.

29
Esta escala evalúa el impacto del trauma en la vida a nivel personal e indica la presencia de
un cambio significativo en la personalidad del individuo relacionada con el acontecimiento
traumático. La persona siente que ha cambiado a raíz del acontecimiento traumático, que
ya no es la misma, que su vida tiene un antes y un después del acontecimiento.
Puntuaciones altas en esta escala indicarían un gran cambio en la vida de la persona. Una
puntuación alta en esta escala no indica necesariamente que el cambio haya sido a negativo
Cambio vital (Cvi) (i.e. a peor) ni a positivo (un crecimiento postraumático), sino que se centra en señalar la
presencia de un antes y un después con relación al acontecimiento. La respuesta de la
persona al ítem 88 del CIT “Creo que mi vida ha ido peor desde el acontecimiento
traumático” puede ayudar a aclarar si este cambio vital es percibido como negativo o como
positivo por la persona. Por este motivo, este ítem se incluye dentro de los ítems críticos y
se informa de él en el perfil de resultado si ha dado una respuesta de “Muchas veces” o
“Siempre o casi siempre” para señalar esta percepción negativa del cambio vital sucedido.

Escalas de síntomas

Área somática
Esta escala evalúa la presencia de molestias o quejas somáticas del tipo dolor en diversas
partes del cuerpo, mareos, temblor, fasciculaciones, problemas gastrointestinales,
cansancio o malestar físico.
Puntuaciones altas en esta escala indican que la persona puede sentirse cansada o
enferma la mayor parte del tiempo, experimentando dolor persistente en cabeza, espalda,
Problemas somáticos brazos, piernas y articulaciones o zona genital, con más frecuencia de la esperable.
(Som) Igualmente, presenta tensión musculoesquelética, problemas gastrointestinales y
neurovegetativos. Si bien la sintomatología que se evalúa en esta escala responde a
manifestaciones de tipo físico, este tipo de quejas correlacionan con alteraciones
emocionales y psicopatológicas. Puntuaciones muy altas pueden indicar que las quejas
somáticas afectan a la mayoría de los sistemas orgánicos y estén acompañadas de fatiga y
debilidad muy incapacitantes para la persona.
La escala evalúa las alteraciones y trastornos del sueño más prevalentes en pacientes con
estrés agudo y postraumático, especialmente los relacionados la valoración general de la
calidad del sueño y el descanso nocturno (" Mi sueño es poco reparador") y con el insomnio
de inicio o de conciliación ("Me cuesta mucho quedarme dormido o dormida"), insomnio
de mantenimiento ("Me despierto varias veces por la noche") e insomnio del final del sueño
Alteraciones del sueño
(Sue) ("Me despierto antes de que suene el despertador y ya no puedo volver a dormirme"). Así
mismo, se exploran también otras parasomnias (pesadillas, despertar confusional y
bruxismo).
Las puntuaciones altas reflejan una mala calidad del sueño, dificultades para conciliar y
mantener el sueño, pesadillas, y otras parasomnias.

Área internalizante

30
Esta escala aporta información sobre la existencia de problemas de ansiedad a partir de
ítems que reflejan características esenciales de dichos trastornos. Así, el sujeto evaluado
puede reflejar niveles de ansiedad general (“Me siento nervioso”, “Tengo mucho miedo a
equivocarme”) y generalizada (“Me preocupo por todo”, “Me cuesta mucho soportar la
incertidumbre”), ansiedad fóbica (“Soy una persona miedosa”), ansiedad social (“Me pongo
muy nervioso cuando tengo que ir a una reunión social o conocer gente nueva”), o
problemas de carácter obsesivo-compulsivo (“Tengo ideas o pensamientos que no consigo
quitarme de la cabeza”).
Ansiedad (Ans) Una puntuación alta indicaría que la persona evaluada presenta diversas manifestaciones
de tipo ansioso que se evidencian mediante sensaciones de nerviosismo, malestar subjetivo
general y mediante preocupaciones recurrentes o reacciones de aprensión o temor a
determinados estímulos, situaciones o pensamientos.
Las puntuaciones altas están pensadas para advertir al profesional de la salud que podría
existir comorbilidad con otros trastornos de ansiedad. Así mismo, deberían tenerse en
cuenta las puntuaciones en las escalas Depresión, Problemas somáticos y Alteraciones del
sueño para completar la valoración, particularmente para ver el impacto físico y la
expresión somática que puede estar teniendo estos problemas.
Esta escala evalúa la tendencia de la persona a volver una y otra vez, de manera repetitiva,
sobre pensamientos referidos a acontecimientos pasados, particularmente al
acontecimiento traumático, así como a una misma y a los propios sentimientos. Se relaciona
con los pensamientos obsesivos, que muestran una tendencia excesiva a la focalización
continua en un tema hasta llegar al análisis pormenorizado de sus más mínimos detalles y
Rumiación (Rum)
aspectos.
Una puntuación alta en esta estala indica que la persona se implica con frecuencia en este
tipo de pensamientos rumiativos descritos previamente, con dificultades para dejar de
pensar en temas a los que otorga relevancia en su vida. Resultará relevante tener en cuenta
las puntuaciones de la persona en las escalas Ansiedad y Depresión, así en Alteraciones de
la actividad y la reactividad, para su interpretación conjunta y relacionada.
Esta escala aporta información sobre la existencia de síntomas comúnmente asociados al
ataque o trastorno de pánico (p. ej., “Siento que me voy a morir o me voy a volver loco o
loca”, “Respiro con dificultad o me ahogo” o “Siento presión y me duele el pecho”).
Descartada la etiología cardiovascular, una puntuación alta indicaría que la persona
evaluada presenta una marcada tendencia a experimentar crisis de pánico recurrentes ante
diversas situaciones, especialmente aquellas relacionadas de alguna manera con el
Pánico (Pan) acontecimiento traumático.
Así mismo, deberían tenerse en cuenta las puntuaciones en las escalas Problemas
somáticos, Ansiedad, Rumiación, Alteraciones del sueño, Alteraciones de la activación y
reactividad, que probablemente aparezcan también elevadas, para completar la valoración.
Igualmente, puede ser interesante revisar si la escala Abuso de sustancias está
especialmente elevada para descartar que la sintomatología de pánico pueda o no estar
influida por los efectos del consumo de sustancias psicoactivas.
Esta escala evalúa la presencia de sintomatología depresiva, que se caracteriza por tristeza,
desesperanza, culpabilidad, anhedonia, anergia y sentimientos de inutilidad y soledad.
Puntuaciones altas en esta escala indican la presencia de manifestaciones de tipo
depresivo expresadas mediante un estado de ánimo triste, la ausencia de manifestaciones
de emocionalidad positiva, la falta de placer o disfrute en actividades agradables o lúdicas,
Depresión (Dep)
sentimientos de inutilidad, soledad, culpa o desesperanza. Es recomendable consultar la
puntuación en la escala Ideación suicida para valorar el riesgo potencial de suicidio, mayor
si ambas escalas están elevadas. También será interesante consultar las escalas del área
somática (Problemas somáticos y Alteraciones del sueño) por su relación con la
sintomatología depresiva.

31
Esta escala evalúa la presencia de dificultades para comprender y regular las propias
emociones y su expresión, que se manifiestan en cambios bruscos y frecuentes de humor o
en oscilaciones del estado de ánimo a lo largo del día. Por tanto, valora aspectos
relacionados con la labilidad emocional y con el grado de permanencia e impresionabilidad
de los estados emocionales. También explora aspectos relacionados con la dificultad para
controlar las reacciones emocionales o para identificar y comprender determinados
estados de ánimo.

Desregulación Una puntuación alta en esta escala indica que la persona tiene dificultades para
emocional (Des) identificar, comprender o regular sus propias emociones, ya sean positivas o negativas.
Ante puntuaciones elevadas en esta escala se sugiere que se valore la presencia de
determinados cuadros psicopatológicos (trastornos depresivos, trastornos de ansiedad,
trastorno de estrés postraumático y trastorno límite de la personalidad) debido a la alta
comorbilidad que presentan con la desregulación emocional.
También será conveniente analizar sus puntuaciones en la escala Ira ya que suelen estar
relacionadas ambas escalas y la ira puede ser una expresión de estos problemas de
regulación emocional que presenta la persona evaluada.
Esta escala evalúa la presencia de malestar y alteraciones en relación con la conducta
sexual.
Puntuaciones altas indicarán que la persona evaluada ha manifestado sentirse
preocupada, inquieta y con malestar con relación a su vida sexual, con un bajo deseo y
disfrute sexual, así como con ansiedad, temor, culpa y vergüenza y con pensamientos o
Malestar sexual (Msx)
imágenes negativas durante el sexo. Mostrará una reacción negativa general a las
situaciones sexuales lo que puede afectar a su funcionamiento global, a su autoconcepto y
a sus relaciones de pareja. En el caso de aparecer puntuaciones elevadas en esta escala será
conveniente indagar en esta área mediante entrevista u otros cuestionarios o técnicas
específicas y tener en cuenta este aspecto específicamente en la intervención.
Esta subescala evalúa la presencia de problemas relacionados con la conducta alimentaria
y vinculados al uso de la comida como herramienta de manejo del malestar para reducir la
tensión emocional y el malestar.
Una puntuación alta indica que es posible que la persona presente una relación conflictiva
Alteraciones en la con la comida, use la comida como calmante, o haya la presencia de atracones o conductas
conducta alimentaria
(Ali) disfuncionales de alimentación (comidas a escondidas...). En ningún caso esta escala
permite una evaluación de la existencia de trastornos o problemas de la conducta
alimentaria, hecho que deberá ser evaluado con pruebas específicas del área. La elevación
en esta escala solo alerta la presencia de ciertos conflictos y alteraciones en relación con la
alimentación en los que es conveniente indagar.
Evalúa la presencia de pensamientos e ideas relacionadas con la muerte y el suicidio. El
contenido de los ítems va desde pensamientos generales sobre la muerte y el suicidio a
planes claros de actos autolíticos.
Las preguntas sobre ideación suicida son directas y normalmente una evaluación con los
ítems de la escala es eficaz para descubrir intenciones autolíticas. No obstante, en el caso
de que individuo tenga la intención de ocultar su intención suicida puede suprimir sus
puntuaciones en la escala.
Puntuaciones altas indican ideación suicida significativa junto con una destacada
Ideación suicida (Sui)
desesperanza, infelicidad, pesimismo sobre su futuro y sensación de inutilidad. El análisis
conjunto con las puntuaciones en las escalas de creencias puede ser muy informativo. Una
puntuación alta en esta escala puede ser indicativa de una “llamada de auxilio o socorro” a
la que se ha de atender.
Una puntuación elevada en esta escala requiere una atención inmediata a este aspecto. Es
conveniente realizar una evaluación cuidadosa de las intenciones de la persona evaluada,
de sus circunstancias vitales y de sus sistemas de apoyo disponibles e implementar las
intervenciones que sean necesarias sin demora.

32
Esta escala evalúa la presencia de conductas autolesivas que se inflige la persona evaluada
(p. ej., hago cosas para dañar mi cuerpo como cortes superficiales, arañazos, quemaduras,
golpes, mordiscos…, me siento mejor cuando me hago daño a mí mismo…).
Puntuaciones altas en esta escala indican la presencia de estas conductas autolesivas,
Autolesiones (Les) daños realizados por la persona sobre su propio cuerpo sin evidentes intenciones
autolíticas o suicidas. El objetivo de estas conductas autolesivas puede ser variado,
destacando la búsqueda de liberación de tensión o malestar emocional, de evitación de una
sensación de vacío, de consecución de cierta sensación de control o dominio o de castigo
hacia sí mismo, entre otras.

Área externalizante

Esta escala explora la existencia de consumo de alcohol y otras sustancias psicoactivas


(incluyendo medicamentos) como estrategia para paliar los efectos del trauma. Informa
tanto de la existencia del consumo ("Bebo o consumo otro tipo de drogas para poder
soportar mejor las situaciones de tensión"), como de la utilización de dicho consumo como
refuerzo positivo ("Necesito beber o consumir algún tipo de droga para sentirme bien")
y/o como refuerzo negativo ("Necesito beber o consumir algún tipo de droga para dejar de
Abuso de sustancias
(Sus) sentirme mal"), incluyendo además indicadores de problemas de autocontrol en el propio
consumo ("Me cuesta mucho controlar la cantidad de alcohol o drogas que consumo").
Las puntuaciones altas indicarían que la persona consume habitualmente alcohol y otras
drogas o sustancias psicoactivas para afrontar situaciones problemáticas, buscar sentirse
bien o dejar de sentirse mal y que presenta dificultades para controlar adecuadamente su
estilo de consumo.
Refleja la tendencia a actuar de forma impulsiva y autodestructiva sin prestar mucha
atención a las consecuencias de sus actos y con el objetivo de liberar tensión emocional o
malestar o recuperar cierta sensación de control.
Puntuaciones altas en esta escala suelen informar de niveles elevados de conductas de
riesgo e impulsiva que probablemente tengan o hayan tenido consecuencias negativas en
la vida de la persona evaluada. Es conveniente analizar esta escala conjuntamente con el
Conductas de riesgo
resto de las escalas de escalas del área externalizante (Abuso de sustancias, Conductas
(Rie)
sexuales de riesgo, Ira) y con la escala Autolesiones que pueden ser todas estrategias
desadaptativas de liberación de la tensión emocional. Este análisis conjunto puede
permitir una perspectiva más comprehensiva de las estrategias desadaptativas usadas por
la persona evaluada para gestionar el malestar experimentado. Será conveniente analizar
también las puntuaciones en las escalas de Ideación suicida ya que elevaciones en ambas
escalas pueden aumentar el riesgo de llevar a cabo conductas autolíticas.
Esta escala evalúa la presencia de conductas sexuales de riesgo que pueden resultar
problemáticas y arriesgadas para la persona evaluada (sexo indiscriminado, sin protección,
con personas potencialmente peligrosas o sexo compulsivo).
Puntuaciones altas en esta escala suelen indicar que la persona evaluada suele verse
envuelta en conductas sexuales que reconoce como peligrosas y que pueden resultarle
dañinas o de las que se arrepiente. El patrón de conducta sexual puede ser impulsivo y
arriesgado y puede resultar desadaptativo, aspecto en el que deberá indagar el profesional.
Será recomendable poder interpretar esta subescala en conjunción con la escala Malestar
Conductas sexuales de
sexual para tener una imagen más completa de la relación de la persona evaluada con la
riesgo (Sex)
esfera sexual. También es conveniente analizar esta escala conjuntamente con el resto de
las escalas de escalas del área externalizante y con la escala Autolesiones que pueden ser
todas estrategias desadaptativas de liberación de la tensión emocional. Este análisis
conjunto puede permitir una perspectiva más comprehensiva de las estrategias
desadaptativas usadas por la persona evaluada para gestionar el malestar experimentado,
ya que la práctica de conductas sexuales de riesgo puede estar muy relacionada con otras
prácticas de reducción de tensión como las conductas autolesivas, conductas impulsivas
autodestructivas, abuso de sustancias...

33
Esta escala evalúa en qué medida la persona evaluada es propensa a experimentar estados
de ira intensos que pueden manifestarse en sentimientos de rabia, en falta de control o en
expresiones físicas o verbales de la ira. La escala se centra en la experimentación intensa
de dichos sentimientos de ira y hostilidad y los deseos de expresarlos física o verbalmente
Ira (Ira)
y el malestar que genera en la persona evaluada.
Una puntuación alta en esta escala indica que la persona evaluada tiene frecuentemente
emociones de ira que puede manifestar interna o externamente de forma verbal o física
(gritos, enfados, golpes a objetos, etc.) y que evidencian su dificultad para controlar y
regular la experiencia de tales emociones.

Área interpersonal

Esta escala hace referencia a un conjunto de pensamientos, creencias, emociones y


conductas acerca de la necesidad imperiosa de la persona de ser aceptada y mantenerse
próxima a determinadas personas de su entorno. La dependencia emocional incluye la
dependencia respecto a otra persona, la falta de autoconfianza social y de autonomía para
llevar una vida independiente de la de otras personas.
Dependencia
emocional (Dpn) Puntuaciones altas en esta escala indican una necesidad excesiva de determinadas
personas y un miedo intenso a la ruptura de relaciones significativas; una falta de confianza
social en uno mismo, que se expresa en la tendencia a seguir las opiniones y puntos de vista
de ciertas personas; y una falta de autonomía o dependencia instrumental, que se plasma
en dificultades para llevar una vida independiente y desenvolverse por uno mismo.
Esta escala evalúa el impacto del trauma en la vida de la persona a nivel de su integración
social, indicando la presencia de un cambio significativo. La persona siente que no encaja
con los demás a raíz de lo sucedido, ya que los demás no pueden entender lo que le ha
pasado y cómo se siente, y muestra escaso interés en sus relaciones con los demás.
Puntuaciones altas en esta escala indicarían un gran cambio en el encaje social de la
persona que se manifiesta fundamentalmente en un distanciamiento y extrañamiento
respecto a los demás, y en la pérdida de interés y satisfacción en las relaciones sociales y
Distanciamiento social
personales; la persona no se siente integrada con los demás, pero tampoco tiene ningún
(Dsc)
interés en alcanzar esa integración, quizá porque percibe que existe una barrera
insuperable entre ella y los demás tras lo sucedido o porque se produce un incremento en
una percepción defensiva o de desconfianza hacia los demás. Puede resultar interesante
analizar esta escala en conjunto con Creencias negativas sobre los demás que se centra en
el aspecto de la desconfianza y el recelo para ver en qué medida pueden estar relacionadas
en la persona evaluada. Altas puntuaciones en la escala pueden relacionarse con un riesgo
de aislamiento social.

Escalas de alteraciones en las creencias

Esta escala evalúa las creencias que la persona tiene sobre sí misma, particularmente en
qué grado está satisfecha consigo mismo y cuál es su autoestima.
Creencias negativas
sobre uno mismo Puntuaciones altas en esta escala indican la presencia de creencias negativas sobre ella
(Aut) misma, con tendencia a la desvalorización, a la baja autoestima y a la presencia de
sentimientos de inferioridad.
Esta escala refleja la tendencia de la persona a culparse a sí misma por lo que hizo o dejó
de hacer durante el acontecimiento traumático y, en general, de las cosas malas que le han
pasado en la vida. Así mismo evalúa la creencia de la persona de que merece ser castigada.
Creencias negativas de
culpa (Cul) Puntuaciones altas en esta escala indican la presencia de elevados sentimientos de culpa
y de responsabilidad por los acontecimientos negativos de la propia vida, con una
tendencia al autocastigo.

34
Esta escala evalúa la posible alteración en las creencias sobre el mundo y sobre el futuro
producida a raíz del acontecimiento traumático. Puntuaciones elevadas en la escala indican
que la persona tiene una visión negativa sobre lo que le puede deparar la vida en general,
Creencias negativas con una percepción de escaso control sobre lo que le suceda, una escasa satisfacción con su
sobre el mundo y el entorno y con su propia vida y creencias de que el mundo es un lugar peligroso y el futuro
futuro (Mun) va a ser negativo y desesperanzador.
Puntuaciones altas en esta escala pueden estar relacionadas con altas puntuaciones en
Depresión.
Esta escala evalúa la presencia de alteraciones en las creencias sobre los demás que se
manifiestan como desconfianza, recelos en las relaciones con los otros, pensamientos sobre
Creencias negativas
sobre los demás
la maledicencia de las demás personas y decepción por su comportamiento.
(Dem) Puntuaciones altas en esta escala indicarían que la persona recela con frecuencia de los
demás, esperando siempre lo peor de los otros.
Esta escala valora en qué medida la persona piensa que la felicidad o el disfrute no deben
formar parte de su vida porque sería algo inmerecido. En este sentido, la persona presenta
pensamiento que le impiden ejercer su derecho a sentirse bien y a alcanzar un cierto nivel
de bienestar.
Autosabotaje (Sab)
Por lo tanto, una puntuación alta en esta escala indica que la persona tiene pensamientos
relativos a que no es merecedora de cosas buenas o positivas. Puntuaciones altas en esta
escala pueden relacionarse con puntuaciones elevadas en las escalas de alteraciones en las
creencias, sobre todo en las referidas a uno mismo y las creencias negativas de culpa.

Escalas de deterioro en el funcionamiento

Evalúa el grado en que existe un alteración o deterioro significativo en las diferentes áreas
de funcionamiento de la persona evaluada (social, laboral, familiar, sexual, sentimental,
físico y estado psicológico general).
Deterioro en el
funcionamiento (Det) Una puntuación alta en esta escala indica que la persona evaluada manifiesta que los
síntomas presentes provocan un deterioro acusado y significativo en diversas áreas
importantes del funcionamiento vital.

35
36
4. Fundamentación psicométrica
La creación de una nueva prueba, como es el CIT, requiere de un extenso proceso de
desarrollo, validación y tipificación. Precisamente dentro de este amplio proceso de
validación se enmarca la colaboración en este proyecto de aplicación del CIT en casos
clínicos y forenses.

Actualmente el CIT ya ha pasado por diversas fases extensas de revisión y control de


calidad que han permitido ir depurando la herramienta y estudiando sus propiedades
psicométricas. Para ello, tras una fase inicial de construcción de ítems y escalas, se pasó
a un conjunto de expertos (n = 38) para su valoración y análisis crítico, lo que permitió
realizar ajustes en el cuestionario a nivel de ítems y escalas y una primera depuración.
Posteriormente, se aplicó a una amplia muestra de 1.000 casos de población general
(estratificados por región geográfica, edad y sexo) y se estudiaron sus propiedades
psicométricas (fiabilidad, consistencia temporal test-retest), lo que permitió una
segunda depuración y la construcción de baremos de la prueba que ya están disponibles
para su uso. Todos estos trabajos han supuesto dos años de trabajo hasta llegar a la
actual versión del CIT que es sometida en esta fase final de desarrollo a la validación con
muestras clínicas y forenses y que permitirá establecer sus evidencias de validez para su
publicación definitiva.

A continuación, se describen de manera sintética las propiedades psicométricas del CIT


disponibles en esta versión experimental (previa a su validación con muestras clínicas y
forenses). Para ello se describen las muestras de población general a partir de la cual se
ha construido el baremos del CIT actualmente disponible así como sus principales
propiedades de fiabilidad entendida como consistencia interna y consistencia temporal
test-retest.

4.1. Descripción de las muestras

Muestra de población general para baremos

La muestra de población general para la tipificación, baremación o estandarización


de un test debe resultar representativa de la población objetivo del test. La tipificación
del CIT fue diseñada para cumplir este objetivo. Para ello se siguieron las
especificaciones y proporciones recogidas en diversas fuentes, fundamentalmente las
cifras oficiales del Censo de Población y Viviendas del Instituto Nacional de Estadística
(fuente: INE, www.ine.es).

Durante la tipificación del CIT se controlaron diversas variables con el objetivo de


asegurar la representatividad de la muestra con respecto a la población, en concreto se
tuvieron en cuenta diferentes variables sociodemográficas como la edad, el sexo y la
región geográfica, con el objetivo de garantizar el acceso a una cantidad de datos
representativa que permitiera generar baremos robustos. La tipificación del CIT se
diseñó, por tanto, para obtener una muestra representativa de la población general
adulta comprendida entre los 18 y los 70 años. Como criterios de exclusión fueron
considerados que la persona se encontrara actualmente en tratamiento psicológico o

37
psiquiátrico (o en proceso de evaluación en contexto clínico, forense o de intervención)
o que tuviera una comprensión lectora en español inadecuada e insuficiente.

A partir de los criterios de estratificación fijados se diseñó un plan de muestreo y se


procedió a la selección de los profesionales que se encargarían de realizar las
evaluaciones en las diferentes regiones geográficas definidas. Tras un proceso en el que
se valoraron diversos aspectos de la formación, titulación y experiencia profesional se
seleccionaron a un total de 54 profesionales procedentes de distintas zonas geográficas
y localidades, de forma que permitieran cubrir las cuatro regiones geográficas
definidas 7 . Estos profesionales fueron seleccionados debido a su formación,
cualificación y acceso a las características de la población especificada en términos de
región geográfica, edad, sexo, tamaño de la localidad y factores socioeconómicos y
educativos. A cada profesional o equipo de profesionales se le encargó la evaluación de
un determinado número de personas (que osciló entre los 12 y los 43 casos) en una
región geográfica específica y de acuerdo con ciertas características prefijadas relativas
a la edad y el sexo de las personas evaluadas. Estas variables, de edad y sexo junto con
la región geográfica de las personas evaluadas, se tuvieron en cuenta en el diseño del
muestreo estratificado para que se ajustara a los últimos datos disponibles de las cifras
oficiales del Censo de Población y Viviendas del Instituto Nacional de Estadística (fuente:
INE, www.ine.es).

A cada uno de los profesionales se les proporcionó un manual experimental del CIT
en el que se detallaban las instrucciones de aplicación, los procedimientos de evaluación
y todas las recomendaciones de buenas prácticas necesarias para garantizar la
obtención de datos válidos y fiables. También se les indicó el procedimiento para
recoger el consentimiento informado de cada participante y garantizar su absoluta
confidencialidad al responder la prueba. El estudio de recogida de muestra del CIT fue
sometido a estudio, revisión y aprobación por parte de la Comisión Deontológica de la
Facultad de Psicología de la Universidad Complutense de Madrid.

Posteriormente a que cada profesional hubiera realizado una lectura detallada del
manual experimental, se realizó una sesión de formación a todos los profesionales en la
que se instruía en la correcta aplicación de la prueba con diversos ejemplos, se
planteaban posibles incidencias y dudas frecuentes y cómo resolverlas y, finalmente, se
respondían las cuestiones que pudieran tener. Tras la sesión de formación, se requirió
que los profesionales hicieran una aplicación de práctica o ensayo que era remitida al
equipo de autores del CIT para su revisión antes de comenzar la recogida de los casos y
así poder corregir aquellas incidencias o anomalías que pudieran aparecer (en caso
necesario se requería una segunda aplicación de práctica para verificar la correcta

7
Han sido cuatro las regiones geográficas consideradas para la tipificación del CIT: Centro
(Comunidad de Madrid, Castilla-La Mancha, Extremadura y Aragón), Este (Cataluña, Comunidad
Valenciana e Islas Baleares), Norte (Galicia, Asturias, Cantabria, País Vasco, Navarra, La Rioja y
Castilla-León) y Sur (Andalucía, Ceuta, Melilla, Murcia y Canarias).

38
comprensión y seguimiento de todas las instrucciones de aplicación del CIT). Durante
todo el proceso de recogida de muestra, el equipo de autores estuvo en contacto con
los diversos profesionales para proporcionarles asistencia continua y supervisión
durante toda esta fase.

Una vez finalizadas las aplicaciones, todos los protocolos del CIT fueron revisados
minuciosamente por el equipo de autores para garantizar que se habían respondido
correctamente y se descartaron aquellos casos en los que se detectó que había habido
alguna anomalía. En particular, se controló la presencia de protocolos que podrían haber
sido respondidos al azar o descuidadamente y que podrían alterar sensiblemente los
datos de tipificación y validación de la prueba bajo estudio. Para ello se eliminaron
aquellos casos que tenían un porcentaje extremo de respuestas en blanco o que
mostraban un patrón de respuesta azarosa o inconsistente de acuerdo con los
indicadores y las escalas de inconsistencia de respuesta desarrolladas específicamente
para este fin en la versión de tipificación del CIT. Con estos criterios se eliminaron a 57
casos de la base de datos original de 1.057 casos.

Tras la depuración de la base de datos, se dispuso de 1.000 adultos de población


general o comunitaria, distribuidos por edad, sexo y región geográfica de acuerdo a los
datos que se muestran en la tabla 4.1, 4.2 y 4.3. En las dos primeras tablas puede verse
la distribución de la muestra por grupo de edad y por región geográfica tanto para el
total de la muestra como para cada uno de los sexos (varones y mujeres). El número
de casos para cada rango de edad, sexo y región geográfica fue determinado para el
muestreo por los datos poblacionales establecidos en las cifras oficiales del Censo de
Población y Viviendas del Instituto Nacional de Estadística (fuente: INE, www.ine.es).

Tabla 4.1. Composición de la muestra de tipificación o baremación del CIT por edad y sexo (proporciones
fijadas en el muestreo de acuerdo con los datos censales del INE)

Edad Varones Mujeres Total


(en años) n n n
18 - 29 103 105 208
30 - 39 119 121 240
40 - 49 115 117 232
50 - 59 81 97 178
60 - 70 68 74 142
Total 486 514 1.000

39
Tabla 4.2. Composición de la muestra de tipificación o baremación del CIT por región geográfica8 y sexo
(proporciones fijadas en el muestreo de acuerdo con los datos censales del INE)

Varones Mujeres Total


Región n n n
Centro 104 121 225
Este 156 162 318
Norte 108 112 220
Sur 118 119 237
Total 486 514 1.000

En la Tabla 4.3 puede verse la distribución porcentual por región geográfica, sexo y
edad existente tanto en la muestra de tipificación del CIT como en la población (datos
del Censo), así como la diferencia entre ambos (muestra de tipificación del CIT y valores
poblacionales) para valorar en qué grado resulta representativa la muestra de
tipificación del CIT, a partir de la cual se construirán los baremos de la prueba, de los
datos poblacionales disponibles.

En la parte de la tabla referida a la muestra de tipificación del CIT aparece como se


distribuyen porcentualmente los 1.000 casos en cada una de las casillas formadas por la
combinación de región, sexo y edad. Por ejemplo, puede verse que un 2,4% de los 1.000
casos fueron varones de 18 a 29 años de la zona centro. Si lo comparamos con las cifras
poblacionales, se observa que es exactamente la misma proporción de casos que existe
en la población (2,4%) por lo que la diferencia entre ambos es 0 y hay un ajuste perfecto.
Otro ejemplo podrían ser los varones de 30 a 39 años de la zona centro en los que se
observa que el porcentaje en la muestra de tipificación del CIT es del 2,7% y en la
población del 3,0% existiendo una diferencia del 0,3%.

Tal y como se puede advertir en la Tabla 4.3 existe un satisfactorio grado de ajuste
entre la distribución en la muestra de tipificación del CIT y los valores poblacionales, tal
y como son establecidos por el Censo oficial de población del INE, con diferencias que
oscilan entre el 0,0 y el 0,6, con una adecuada proporcionalidad por sexo, edad y región
de procedencia.

8
Han sido cuatro las regiones geográficas consideradas para la tipificación del CIT: Centro
(Comunidad de Madrid, Castilla-La Mancha, Extremadura y Aragón), Este (Cataluña, Comunidad
Valenciana e Islas Baleares), Norte (Galicia, Asturias, Cantabria, País Vasco, Navarra, La Rioja y
Castilla-León) y Sur (Andalucía, Ceuta, Melilla, Murcia y Canarias).

40
Tabla 4.3. Distribución porcentual del total de la muestra de tipificación del CIT de acuerdo con los
criterios de estratificación (edad, sexo y región geográfica) y comparación con los valores poblacionales
de acuerdo al censo de población (fuente: INE, www.ine.es)

Muestra de tipificación del CIT (porcentaje de casos en cada combinación de región, sexo y edad)

Varones Mujeres
18-
30–39 40–49 50-59 60-70 18-29 30–39 40–49 50-59 60-70
29
años años años años años años años años años
años
Centro 2,4 2,7 2,3 1,7 1,3 2,7 2,8 2,7 2,2 1,7
Este 3,2 4,0 3,9 2,5 2,0 3,2 3,7 3,8 3,0 2,5
Norte 2,1 2,4 2,5 2,0 1,8 2,0 2,7 2,5 2,4 1,6
Sur 2,6 2,8 2,8 1,9 1,7 2,6 2,9 2,7 2,1 1,6

Cifras poblacionales INE (porcentaje de casos en cada combinación de región, sexo y edad)

Varones Mujeres
18-
30–39 40–49 50-59 60-70 18-29 30–39 40–49 50-59 60-70
29
años años años años años años años años años
años
Centro 2,4 3,0 2,7 2,0 1,6 2,4 2,9 2,7 2,1 1,8
Este 2,9 3,8 3,4 2,6 2,1 2,8 3,5 3,2 2,6 2,3
Norte 1,9 2,5 2,4 2,1 1,8 1,9 2,4 2,4 2,1 1,9
Sur 2,9 3,2 3,0 2,2 1,7 2,8 3,1 2,9 2,2 1,9

Diferencia entre los porcentajes de casos en la muestra de tipificación y las cifras poblacionales INE
Varones Mujeres
18-
30–39 40–49 50-59 60-70 18-29 30–39 40–49 50-59 60-70
29
años años años años años años años años años
años
Centro 0,0 -0,3 -0,4 -0,3 -0,3 0,3 -0,1 0,0 0,1 -0,1
Este 0,3 0,2 0,5 -0,1 -0,1 0,4 0,2 0,6 0,4 0,2
Norte 0,2 -0,1 0,1 -0,1 0,0 0,1 0,3 0,1 0,3 -0,3
Sur -0,3 -0,4 -0,2 -0,3 0,0 -0,2 -0,2 -0,2 -0,1 -0,3

También se dispuso de información sobre el estado civil y la situación laboral de las


personas evaluadas. Si bien estos datos no fueron incluidos expresamente en la
estratificación del muestreo, sí fueron tenidos en cuenta en la recogida de muestra para
conseguir obtener una adecuada variabilidad y representatividad. En la Tabla 4.4 y en la
Tabla 4.5 pueden verse respectivamente la distribución por estado civil y situación
laboral de la muestra de tipificación del CIT. En ambas tablas aparece a la derecha
algunos valores de referencia extraídos de la encuesta de población activa del INE que
puedan servir de guía. No obstante, son solo valores de referencia ya que existen ligeras
diferencias entre la manera de recoger los datos sobre estas variables en la tipificación
del CIT y en la encuesta de población activa del INE. Por ejemplo, en el caso del estado
civil en la muestra de tipificación del CIT se les solicitó que indicaran una de las siguientes
opciones entre “soltero”, “casado/vida en pareja”, “separado o divorciado”, “viudez” u
“otras situaciones”; en la encuesta de población activa la opciones eran más cerradas y

41
limitadas al estado civil legal de la persona (soltero/casado/separado o
divorciado/viudez), por lo que discrepancias entre ambos datos pueden ser
parcialmente debidas al diferente sistema de clasificación.

En todo caso, los datos mostrados en estas tablas ilustran una adecuada diversas en
ambas variables consideradas (estado civil y situación laboral) y una proporcionalidad
con relación a los parámetros poblacionales informados (INE).

Tabla 4.4. Distribución porcentual del total de la muestra de tipificación del CIT de acuerdo con el estado
civil y distribución de acuerdo con los datos de la encuesta de población activa (fuente: INE,
www.ine.es)

Cifras poblacionales INE (Encuesta de población


Muestra de tipificación del CIT
activa 20 a 70 años)
Estado civil % Estado civil legal* %
Soltero 30,8 Soltero 35,3
Casado / vida en pareja 59,2 Casado 54,6
Separado / divorciado 8,4 Separado/divorciado 7,6
Viudez 1,3 Viudez 2,5
Otro 0,3 --- ---
Nota. * La codificación del estado civil ha sido realizada de forma parcialmente diferente en la tipificación del CIT con
respecto a la codificación oficial de la encuesta de población activa del INE. En el caso del CIT se consideró una
categoría que era “casado/vida en pareja” mientras que en la encuesta de población activa del INE se recogía
exclusivamente el estado civil legal (soltero, casado…), independientemente de que una persona pudiera tener como
estado civil legal soltero pero estar conviviendo en pareja. Por esta disparidad en los criterios de clasificación, ambos
datos no pueden compararse directamente y solo pueden ser considerados conjuntamente a efectos orientativos.

Tabla 4.5. Distribución porcentual del total de la muestra de tipificación del CIT de acuerdo con la
situación laboral y distribución en la población de acuerdo con la encuesta de población activa (fuente:
INE, www.ine.es)

Muestra de Cifras poblacionales INE


Relación con la actividad económica tipificación del CIT (Encuesta de población activa)
% de 20 a 70 años
Ocupado 68,5 62,5
Inactivo (labores del hogar, incapacidad, 25,3 26,6
estudiante, jubilado…)
Parado 6,2 10,9

Esta muestra de población general comunitaria respondió al CIT siguiendo las


instrucciones de aplicación fijadas. Para ello, tras el consentimiento informado,
respondían de forma confidencial a la prueba, indicando en primer lugar sus datos
sociodemográficos para posteriormente marcar aquellas situaciones traumáticas por las
que habían pasado en su vida (desastres naturales, accidentes graves de medios de
transportes, violencia física, muerte accidental o violenta de un ser querido,
enfermedad muy grave propia o de un ser querido…), pudiendo señalar todas aquellas
por las que hubieran pasado. En promedio las personas de la muestra de población
general señalaron que habían pasado por 1,8 situaciones traumáticas experimentadas
(Dt = 1, 21; rango 0 – 9).

42
A continuación tenían que señalar cuál, de todas las situaciones traumáticas por las
que pudieran haber pasado en su vida, era la que le causaba en la actualidad más
molestias, distribuyéndose sus respuestas tal y como se observa en la Tabla 4.6. Puede
observarse como la situación traumática más indicada era la enfermedad muy grave
propia o de un ser querido, seguido de la categoría “Otras” (que agrupaba otros
acontecimientos o experiencias estresantes) y de “Muerte accidental o violenta de una
persona o ser querido”. Esta distribución es acorde con lo esperado dado que se trata
de una muestra de población general comunitaria y no una población clínica ni forense
o particularmente expuesta a eventos traumáticos.

Tabla 4.6. Distribución porcentual de la muestra de tipificación del CIT de acuerdo con la situación
traumática que marcan como la que les causa más molestias en la actualidad

Situación traumática que le causa más molestias en la actualidad %


Desastres naturales 1,8
Accidentes graves de medios de transporte 5,4
Otro tipo de accidentes graves 3,6
Combate o exposición a zona de guerra 0,2
Violación, abuso o ataque sexual 1,3
Acoso o maltrato psicológico 6,2
Violencia física 3,3
Actos terroristas o tortura 0,5
Encarcelamiento, detención o cautividad forzosa 0,7
Muerte accidental o violenta de una persona o ser querido 15,2
Enfermedad muy grave propia o de un ser querido 31,4
Violencia por parte de la pareja 4,3
Otras (cualquier otro acontecimiento o experiencia estresante) 26,0

A la hora de valorar el evento o situación traumática que, de entre los vividos, era el
que más molestias les causaba, se les preguntó por diversas características de dicho
evento, tales como su gravedad, su frecuencia, cuándo ocurrió, a quién le ocurrió (si fue
a la persona directamente, a alguien cercano o se presenció) y las implicaciones que
tuvo (si hubo lesiones, amenazas, escenas desagradables…).

Con relación a la gravedad del evento o situación traumática marcada por la persona
evaluada como que más molestias le causaba en la actualidad, un 10,9% de la muestra
consideró la gravedad de dicho evento traumático como leve, un 28,6% como
moderada, un 47,6% como grave y un 12,9% como extrema.

En un 57,7% de los casos indicaron que el evento o situación traumática había


ocurrido en una única ocasión, en un 26,3% en varias ocasiones y en un 16,0% de forma
repetida o reiterada. En la mayoría de los casos le había sucedido directamente a la
persona evaluada (52,3%) o a alguien cercano (37,2%) y en un porcentaje menor de
casos lo había presenciado, aunque no le hubiera sucedido a la persona evaluada (9,3%).
En un 26,6% de los casos había sucedido en la infancia o la adolescencia, en un 66,9%
hace más de tres meses, en un 3,9% hace menos de tres meses y en un 2,6% en el último

43
mes. Finalmente, referente a lo que supuso el acontecimiento traumático, en la Tabla
4.7 aparece en qué porcentaje supuso diferentes lesiones o amenazas.

Tabla 4.7. Distribución porcentual de la muestra de tipificación del CIT de acuerdo a qué supuso el
acontecimiento o situación traumática que en la actualidad le causa más molestias

Sí No
¿Qué supuso la situación traumática?
% %
Lesión grave de la persona evaluada 10,1 89,9
Lesión grave o muerte de otras personas 34,1 65,9
Amenaza para la integridad física de la persona evaluada 12,8 87,2
Amenaza para la integridad física de las otras personas 9,7 90,3
Amenaza para la vida de la persona evaluada 9,7 90,3
Amenaza para la vida de otras personas 14,6 85,4
Escenas desagradables 38,9 61,1
Amenazas para la dignidad personal, el honor 17,8 82,2

Muestra de población general para estudios de consistencia temporal (test-retest)

De la anterior muestra de población general, se seleccionó una submuestra de 247


casos (119 varones y 128 mujeres) a los que se les evalúo en una segunda ocasión con
el objeto de poder estudiar la consistencia temporal o fiabilidad test-retest de la
prueba. A cada uno de los 54 profesionales que participaron en la recogida de la
muestra de población general se le asignó un subconjunto de casos (de acuerdo con
ciertas características de edad, sexo y región geográfica) que deberían ser evaluados
en una segunda ocasión. De esta forma se garantizaba que el estudio test-retest se
hiciera con un extracto representativo del conjunto total de la muestra de población
general recogida. El tiempo transcurrido entre la primera aplicación y la segunda fue
en promedio de 28,3 días (Dt = 11,3 días). En la Tabla 4.8 puede observarse la
distribución de esta muestra para los estudios del retest por edad y sexo y en la

Tabla 4.9 en su composición por región de procedencia y sexo. En las tablas 4.10 y
4.11 aparecen datos sobre la distribución por estado civil, situación laboral

Tabla 4.8. Composición de la muestra de retest (consistencia temporal) por edad y sexo

Edad Varones Mujeres Total


(en años) n n n
18 - 29 28 26 54
30 - 39 25 32 57
40 - 49 21 25 46
50 - 59 20 24 44
60 - 70 25 21 46
Total 119 128 247

44
Tabla 4.9. Composición de la muestra de retest (consistencia temporal) por región geográfica y sexo

Varones Mujeres Total


Región n n n
Centro 19 25 44
Este 40 46 86
Norte 29 27 56
Sur 31 30 61
Total 119 128 247

Tabla 4.10. Distribución porcentual de la muestra de retest (consistencia temporal) de acuerdo con el
estado civil

Estado civil %
Soltero 27,9
Casado / vida en pareja 63,9
Separado / divorciado 8,2
Viudez --
Otro --

Tabla 4.11. Distribución porcentual de la muestra de retest (consistencia temporal) de acuerdo con la
situación laboral

Relación con la actividad económica %


Ocupado 64,9
Inactivo (labores del hogar, incapacidad, 26,5
estudiante, jubilado…)
Parado 8,6

En la tabla 4.12 se incluye cuál fue, de todas las situaciones traumáticas por las que
pudieran haber pasado en su vida, la que le causaba en la actualidad más molestias. Este
acontecimiento traumático un 9,1% lo consideraron de una gravedad leve, un 27,1% de
una gravedad moderada, un 48,6% como grave y un 14,8% como extremo. En un 65,0%
de los casos indicaron que el evento o situación traumática había ocurrido en una única
ocasión; en un 21,7% indicaron que había ocurrido en varias ocasiones y en un 13,3%
indicaron que había ocurrido de forma reiterada o repetitiva. En la mayoría de los casos
le había sucedido directamente a la persona evaluada (51,7%) o a alguien cercano
(40,6%) y en un porcentaje menor de casos lo había presenciado, aunque no le hubiera
sucedido a la persona evaluada (7,7%). En un 24,9% de los casos había sucedido en la
infancia o la adolescencia, en un 69,7% hace más de tres meses, en un 3,7% hace menos
de tres meses y en un 1,7% en el último mes. Finalmente, referente a lo que supuso el
acontecimiento traumático, en la tabla 4.13 aTabla 4.7parece en qué porcentaje supuso
diferentes lesiones o amenazas.

45
Tabla 4.12. Distribución porcentual de la muestra de retest (consistencia temporal) de acuerdo con la
situación traumática que marcan como la que les causa más molestias en la actualidad

Situación traumática que le causa más molestias en la actualidad %


Desastres naturales 1,7
Accidentes graves de medios de transporte 6,1
Otro tipo de accidentes graves 2,6
Combate o exposición a zona de guerra --
Violación, abuso o ataque sexual 0,4
Acoso o maltrato psicológico 8,7
Violencia física 3,5
Actos terroristas o tortura 0,9
Encarcelamiento, detención o cautividad forzosa 0,9
Muerte accidental o violenta de una persona o ser querido 15,6
Enfermedad muy grave propia o de un ser querido 29
Violencia por parte de la pareja 3,9
Otras (cualquier otro acontecimiento o experiencia estresante) 26,8

Tabla 4.13. Distribución porcentual de la muestra de retest (consistencia temporal) de acuerdo con qué
supuso el acontecimiento o situación traumática que en la actualidad le causa más molestias

Sí No
¿Qué supuso la situación traumática?
% %
Lesión grave de la persona evaluada 8,5 91,5
Lesión grave o muerte de otras personas 36,0 64,0
Amenaza para la integridad física de la persona evaluada 13,0 87,0
Amenaza para la integridad física de las otras personas 9,7 90,3
Amenaza para la vida de la persona evaluada 9,3 90,7
Amenaza para la vida de otras personas 15,8 84,2
Escenas desagradables 37,7 62,3
Amenazas para la dignidad personal, el honor 17,4 82,6

4.2. Evidencias de fiabilidad

En Psicología, como en otras ramas del conocimiento, cualquier proceso de medición


lleva asociado un margen de error y determinado grado de precisión. A este último es
precisamente al que se suele referir el concepto de fiabilidad, a la precisión, consistencia
y estabilidad de las puntuaciones de un test en diferentes situaciones o en diferentes
momentos (Anastasi y Urbina, 1997; Crocker y Algina, 1986). Presentamos aquí una
definición clásica que, a nuestro juicio, destaca sobre las demás por su sencillez y su
aplicación específica a nuestro ámbito: «Bajo la denominación genérica de fiabilidad se
agrupan todo un conjunto de métodos y técnicas utilizadas por los psicólogos para
estimar el grado de precisión con el que están midiendo sus variables» (Muñiz, 1996).

46
Como indican Abad et al. (2011), actualmente se considera un error hablar de
fiabilidad del test, siendo más correcto hablar de fiabilidad de las puntuaciones
obtenidas en el test (Fan y Yin, 2003; Thompson y Vacha-Haase, 2000). Esta distinción
terminológica desplaza el énfasis desde el test hacia el uso que se hace de las
puntuaciones, hacia la muestra en la cual se basen dichas puntuaciones y,
consecuentemente, hacia el método utilizado para extraer conclusiones apropiadas
sobre su precisión. La fiabilidad, por tanto, no es un concepto inherente al test, sino que
va íntimamente ligada al uso que se haga de él.

También conviene recordar que el comportamiento en sí mismo rara vez es


completamente consistente. Incluso en las conductas más habituales se encuentran
diferencias de unos momentos a otros o de unas situaciones a otras. Por todo ello,
aunque el objetivo de desarrollar escalas con una fiabilidad perfecta es loable, en la
práctica resulta inalcanzable, ya que en cualquier medición que se realice existe algún
grado de error.

Este apartado trata la fiabilidad de las puntuaciones del CIT desde dos acercamientos
complementarios: consistencia interna y estabilidad temporal.

Consistencia interna

El método más extendido para el análisis de la fiabilidad se refiere al grado en el que


diferentes partes del test miden de modo consistente el mismo rasgo. Se analiza
habitualmente por medio de coeficientes de correlación que reflejan las relaciones
entre las puntuaciones de las personas en los ítems o conjuntos de ítems de un test
obtenidas en una única aplicación del mismo (AERA, APA y NCME, 2014; Anastasi y
Urbina, 1997).

Una de las posibilidades para el estudio de la consistencia interna se basa en el


coeficiente alfa de Cronbach (Cronbach, 1951), siendo, sin lugar a dudas, el más usado
en las ciencias sociales (Cortina, 1993; Cronbach y Shavelson, 2004; Hogan, Benjamin y
Brezinski, 2000; Zumbo y Rupp, 2004). En cuanto a su formulación, se puede considerar
una extensión del método de las dos mitades basado en la correlación o variación
promedio entre todos los ítems.

En la tabla 4.14 se presentan los coeficientes de consistencia interna de las escalas


del CIT en la muestra de tipificación. La mediana de los coeficientes de consistencia
informados fue igual a 0,81, valor que es considerado satisfactorio de acuerdo con los
estándares habituales en el área (Hernández, Ponsoda, Muñiz, Prieto y Elosua, 2016).

47
Tabla 4.14. Coeficientes de consistencia interna de las escalas del CIT en la muestra de tipificación

Alfa
Escalas de estrés postraumático
Intrusión 0,87
Evitación 0,77
Alteración cognitiva y del estado de ánimo 0,88
Alteración en la activación y reactividad 0,81
Disociación 0,84
Disociación psicológica 0,80
Disociación somática 0,71
Cambio vital 0,82
Escalas de síntomas
Problemas somáticos 0,82
Alteraciones del sueño 0,78
Ansiedad 0,86
Rumiación 0,72
Pánico 0,68
Depresión 0,91
Desregulación emocional 0,88
Malestar sexual 0,86
Alteraciones en la conducta alimentaria 0,75
Ideación suicida 0,81
Autolesiones 0,71
Abuso de sustancias 0,85
Conductas de riesgo 0,76
Conductas sexuales de riesgo 0,71
Ira 0,85
Dependencia emocional 0,79
Distanciamiento social 0,80
Escalas de alteraciones en las creencias
Creencias negativas sobre uno mismo 0,83
Creencias negativas de culpa 0,82
Creencias negativas sobre el mundo y el futuro 0,82
Creencias negativas sobre los demás 0,81
Autosabotaje 0,74
Escala de deterioro en el funcionamiento
Deterioro en el funcionamiento 0,85

48
Estabilidad temporal

Además de la consistencia interna de las puntuaciones es importante garantizar su


estabilidad en el tiempo, es decir, que las puntuaciones del test sean similares en
diferentes momentos o aplicaciones de la prueba en los que no haya habido cambios
subyacentes en la variable evaluada. La consistencia temporal o fiabilidad test-retest
indica la estabilidad de la medida a lo largo del tiempo en el caso de comportamientos
que se supone que permanecen relativamente constantes en un periodo de tiempo
relativamente corto y sin que haya mediado intervención alguna. La evaluación de la
estabilidad temporal requiere un diseño de recogida de datos en el que la misma prueba
se aplica al mismo grupo de personas con un intervalo temporal entre ambas (American
Educational Research Association et al., 2014; Anastasi y Urbina, 1997).

Para estudiar la fiabilidad test-retest del CIT se dispuso de una muestra de 247
personas, tal y como se describe en el apartado 4.1, que respondieron al CIT en dos
momentos temporales diferentes (test-retest), con un intervalo temporal entre ambos
de aproximadamente cuatro semanas y sin que hubiera mediado entre ambos ningún
tipo de intervención, tratamiento o medicación para poder analizar de forma adecuada
la consistencia temporal de la medida. En todos los casos son muestras de población
general, extraídas de las muestras de tipificación de la población general española.

En la tabla 4.15 se presentan las correlaciones test-retest de las distintas escalas del
CIT obtenidas en la adaptación española. El valor promedio de los coeficientes de
estabilidad es de 0,87, valor de estabilidad temporal considerado excelente de acuerdo
a los estándares establecidos (Hernández, Ponsoda, Muñiz, Prieto y Elosua, 2016).

49
Tabla 4.15. Coeficientes de consistencia temporal (test-retst) de las escalas del CIT

Test-retest
Escalas de estrés postraumático
Intrusión 0,85
Evitación 0,81
Alteración cognitiva y del estado de ánimo 0,88
Alteración en la activación y reactividad 0,87
Disociación 0,88
Disociación psicológica 0,86
Disociación somática 0,85
Cambio vital 0,90
Escalas de síntomas
Problemas somáticos 0,87
Alteraciones del sueño 0,85
Ansiedad 0,86
Rumiación 0,82
Pánico 0,85
Depresión 0,89
Desregulación emocional 0,87
Malestar sexual 0,85
Alteraciones en la conducta alimentaria 0,93
Ideación suicida 0,89
Autolesiones 0,86
Abuso de sustancias 0,92
Conductas de riesgo 0,87
Conductas sexuales de riesgo 0,88
Ira 0,88
Dependencia emocional 0,86
Distanciamiento social 0,87
Escalas de alteraciones en las creencias
Creencias negativas sobre uno mismo 0,88
Creencias negativas de culpa 0,84
Creencias negativas sobre el mundo y el futuro 0,87
Creencias negativas sobre los demás 0,86
Autosabotaje 0,84
Escala de deterioro en el funcionamiento
Deterioro en el funcionamiento 0,83

50
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