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INVASIÓN ALEMANA DE LA UNIÓN SOVIÉTICA

El 22 de junio de 1941 Alemania y sus aliados del Eje atacaron al ejército soviético que ocupaba
Polonia, tomando al liderazgo político soviético por sorpresa ya que este desoyó las numerosas
advertencias que recibió del ataque alemán. Por tanto, la Wehrmacht alcanzó varias de las
ciudades principales de la URSS como Minsk, Járkov y Kiev, y en cuestión de un par de meses,
el Ejército Alemán ya estaba en Smolensk, la puerta de acceso a Moscú. El Grupo de Ejércitos
Sur se dirigía a conquistar Ucrania y el Grupo de Ejércitos Centro se dirigía hacia Moscú. Las
defensas soviéticas eran desastrosas y las bajas catastróficas. A comienzos de agosto de 1941
los alemanes capturaron la ciudad de Smolensk, un importante puesto de defensa en el
camino hacia Moscú, pero los enfrentamientos en el área de Smolensk bloquearon el avance
alemán hasta mediados de septiembre, haciendo inviable el Blitzkrieg. Al reanudar el avance,
el cuerpo Panzer de Heinz Guderian alcanzó las afueras del área moscovita, donde Hitler le
ordenó que virase hacia el sur para apoyar el ataque de Gerd von Rundstedt sobre la ciudad de
Kiev.

SITUACIÓN PREVIA DEL FRENTE ORIENTAL

El 30 de septiembre de 1941 las divisiones de tanques del 2.º Grupo Panzer comenzaban el
ataque hacia Moscú, tomando a los soviéticos desprevenidos y avanzando 60 km en un día.6 El
2 de octubre de 1941, el Grupo de Ejércitos Centro bajo el comando de Fedor von Bock lanzó
el ataque principal hacia la capital, la llamada Operación Tifón. El 10 de octubre, el mariscal de
campo Gueorgui Zhúkov tomó el mando en sustitución del mariscal Semión Budionni, al cual se
consideraba «mentalmente agotado», asumiendo Zhúkov la jefatura del frente oriental y de la
defensa de Moscú. Como refuerzo, venían desde las regiones orientales importantes reservas
de tropas siberianas frescas.

El 2.º Ejército alemán, habiendo franqueado la defensa ejercida por el 15.º Ejército soviético,
capturó Briansk a finales de septiembre de 1941. A continuación, Oriol también fue tomada el
3 de octubre. También ese día, el Führer se dirige al pueblo alemán después de tres meses de
silencio público, con motivo de inaugurar la 3ª Campaña del Socorro de Invierno, una obra
social del Reich. En su alocución en el Sportspalast de Berlín, Hitler habla de los combates en
Rusia como " la mayor batalla de la historia". En frente, las fuerzas alemanas intentan avanzar
a través de la línea defensiva entre las ciudades de Oriol y Tula. La localidad de Vyazma, al
oeste de Moscú fue tomada el 13 de octubre. Pero Moscú no cayó.

Las fuerzas soviéticas del Frente Occidental, el Frente de Reserva, el Frente de Briansk y el
Frente de Kalinin, que defendían la ciudad, sufrieron considerables bajas, pero se mantuvieron
peleando ferozmente. En Vyazma y Briansk, los ejércitos alemanes cercaron a 660 000
soldados soviéticos y los arrollaron.6 Los soviéticos perdieron así más de un tercio de las
fuerzas acumuladas para la defensa de la ciudad durante el respiro de setenta y ocho días en el
Frente del Centro desde la toma de Smolensk.7 Tal fue la confianza del OKW alemán, que el
Cuartel General del Grupo de Ejércitos Centro se trasladó de Roslavl a Spas-Demensk el día 6
de octubre y a Yújnov el día 10 de ese mismo mes, avanzando así cerca de 150 kilómetros en
cuatro días y acercándose al suroeste de la capital soviética, llegando a 120 kilómetros de los
suburbios de Moscú. En Moscú, el pánico empezaba a cundir entre la población civil, los
moscovitas sabían que eran el próximo objetivo y empezaban a tomar iniciativas al respecto.

El Oberkommando das Werhmacht u OKW, el Alto Mando del Ejército alemán, cursa las
órdenes necesarias para iniciar el cerco de Moscú. Sin embargo los germanos infravaloran la
capacidad de lucha del Ejército Rojo, que a pesar de sus grandes derrotas, aún puede movilizar
gran cantidad de tropas.

El 15 de octubre, la totalidad del cuerpo diplomático abandona Moscú con destino a la capital
alternativa, Samara. Se llenan los ferrocarriles con las obras de arte, tesoros y especies
valoradas y parten en dirección al este pero con destino desconocido. Se instala la ley marcial,
se detiene a todo sospechoso en las calles en busca de agentes alemanes encubiertos; los
motines, saqueos y borracheras hicieron pensar en el caos de 1812 que culminó en el incendio
de Moscú durante la invasión napoleónica.

El 16 de octubre, el gobierno de la Unión Soviética; Stalin, Mólotov, Malenkov, Beria y


Aleksandr Scherbakov deciden, por razones de seguridad ante el implacable avance alemán en
territorio ruso, trasladar la capital del país de Moscú a Kuibishev, a orillas del Volga. en la
reunión se planea también minar fábricas, puentes, ferrocarriles e incluso el metro de Moscú,
si se daba el caso que el Ejército Rojo se viera obligado al combate urbano, el 19 se declara el
estado de sitio y Beria trajo varios regimientos de la NKVD para restablecer el orden por la
fuerza. Los "alarmistas" fueron fusilados junto con los saqueadores y los borrachos.

El 20 de octubre, los alemanes acaban totalmente con los restos de la resistencia de las tropas
soviéticas en Viazma y Briansk, haciendo más de 40.000 prisioneros rusos e incautándoles
numeroso material de guerra. Sin embargo, la voluntad de lucha del Ejército Rojo se intensifica
a medida que los germanos se acercan a la capital.

El general Gueorgui Zhúkov, recién llegado de Leningrado, comienza a ejecutar los planes de
defensa de la ciudad, multitudes de ancianos, mujeres y niños son enviados a hacer fosos
antitanque, aunque otros desbordan las estaciones de ferrocarril de Kazán (Kazanski) y
Yaroslav (Yaroslavski). Bombarderos alemanes dejan caer octavillas sobre la ciudad con citas
sarcásticas sobre el porvenir de Moscú, para incentivar el derrotismo de los civiles; ante ello las
autoridades soviéticas advierten que recoger las octavillas alemanas, aunque sea para
fumarlas, por parte de cualquier persona, se considerará un crimen castigado con la pena de
muerte. Los jefes de la Wehrmacht, que ya vislumbran un rápido derrumbe del Ejército Rojo,
encontraron a fines de octubre que la situación no era la esperada; una serie de escaramuzas
locales les dio una señal de que el enemigo había redoblado sus esfuerzos para contenerlos y
que efectivamente la Stavka soviética proyectaba defender Moscú.

Para el 30 de octubre, las fuerzas armadas alemanas se detienen en un frente perpendicular a


la carretera Smolensk-Moscú, que dista unos 80 km de la capital. Las lluvias otoñales
convierten los caminos en barrizales que frenan el avance germano. Los suministros llegan
escasos a las tropas en vanguardia. Los soviéticos reciben refuerzos del Este; Stalin está
desguarneciendo las fronteras orientales, pues según informa el espía Sorge, Japón planea
atacar a los norteamericanos y no atacará a la URSS.

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