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“En efecto, aunque sólo es la parte variable del capital la que engendra plusvalía, la
engendra única y exclusivamente a condición de que se desembolsen también las demás
partes integrantes del capital, las condiciones de producción del trabajo. Como el
capitalista sólo puede explotar el trabajo mediante el desembolso del capital y sólo puede
valorizar el capital contante mediante el desembolso del capital variable, es lógico que
ambas partes se le representen conjuntamente, tanto más cuanto que el grado real de su
ganancia no se halla determinado por la proporción con el capital variable
exclusivamente, sino por si proporción con el capital total; es decir, no por la cuota de
la plusvalía, sino por la cuota de la ganancia, la cual, como veremos, puede permanecer
invariable y expresar, sin embargo, distintas cuotas de plusvalía”[1].
La ganancia del capitalista, escribe Marx, proviene del hecho de que se encuentra en
condiciones de vender algo por lo que no ha pagado nada. De esa manera, la plusvalía o
la ganancia: “consiste precisamente en el remanente del valor de la mercancía sobre su
precio de costo, es decir, en el remanente de la suma total de trabajo contenida en la
mercancía después de cubrir la suma de trabajo retribuido que en ella se encierra”[2].
De esta manera para nuestro autor la plusvalía es, independiente de cual sea su fuente, el
remanente sobre el capital global desembolsado, de manera que éste remanente guarda
una relación con el capital global que se expresa así:
Tasa de ganancia (G') K - capital global = c + v y tasa de plusvalía o explotación
Tenemos que la cuota de plusvalor, medida por el capital variable, recibe el nombre de
cuota o tasa de plusvalor o pv’, mientras que la cuota de plusvalor medida por el capital
total se denomina cuota de ganancia o G’. Ambas son medidas distintas de la misma
magnitud, que expresan proporciones distintas de la misma magnitud como consecuencia
de la distinta medida aplicada. Lo que al capitalista le interesa es “la relación entre la
plusvalía o el remanente de valor que deja el precio de venta de sus mercancías y el
capital total desembolsado para producirlas; en cambio, le tiene sin cuidado la relación
que pueda existir entre este remanente y sus conexiones internas con los elementos
concretos del capital. Lejos de ello, lo que le interesa es que esta relación y estas
conexiones internas queden en la sombra”[3]. Marx aclara que este remanente del valor
de la mercancía sobre su precio de costo nace en un primer acto, en el proceso directo de
producción, pero su realización se lleva a cabo en otro acto, vale decir, en el proceso de
circulación. En relación a la importancia de estos actos, así como a sus relaciones, Marx
escribió:
“En el proceso de circulación entra en acción, además del tiempo de trabajo, el tiempo
de circulación, que limita así la masa de la plusvalía realizable en un determinado
período de tiempo. Intervienen además, de un modo determinante, en el proceso directo
de producción, otros factores que provienen de la circulación. Ambos procesos, el
proceso directo de producción y el proceso de circulación, se entrecruzan y se entrelazan
constantemente, desdibujando con ello continuamente sus características diferenciales.
La producción de la plusvalía como la del valor en general deriva del proceso de
circulación…el capital recorre el ciclo de sus transformaciones; finalmente abandona,
por decirlo así, su vida orgánica interior para discurrir bajo relaciones externas de vida,
bajo relaciones que ya no se enfrentan el capital y el trabajo, sino de una parte, los
capitales y de otra parte los individuos, considerados simplemente como compradores y
vendedores; el tiempo de circulación y el tiempo de trabajo se entrecruzan en su órbita
y ambos parecen así determinar por igual la plusvalía…la plusvalía ya no aparece como
producto de la apropiación de tiempo de trabajo, sino como el remanente del precio de
venta de la mercancía sobre su precio de costo, por lo cual se tiende fácilmente a ver en
éste su valor intrínseco…”[4].
En el capítulo III Marx explica variables tales como el capital total K que desembolsa el
capitalista y que se divide en c y v. Define, como ya vimos, la cuota de plusvalía como la
relación entre la plusvalía y el capital variable:
Continúa explicando la ya citada cuota de ganancia que es cuando la plusvalía es
considerada en relación a K y no solamente a v. Así tenemos:
De acuerdo a Marx, la cuota de ganancia G’ es a la cuota de plusvalía pv’ como el capital
variable es al capital total. De esto Marx deduce que G’ es siempre menor que pv’, porque
v es siempre menor que K = c + v, excepto que se trate de un caso posible en donde v =
K, que equivale a decir que no existe capital constante, por lo que los capitalistas
desembolsan solamente en salarios. Marx parte de la premisa de que la productividad del
trabajo permanece constante. Así también sucede con la jornada de trabajo, intensidad del
trabajo y el salario. Marx aclara que “el salario influye sobre la magnitud de la plusvalía
y el volumen de la cuota de ésta en sentido inverso que la duración de la jornada de
trabajo y la intensidad del trabajo, y que el aumento del salario disminuye la plusvalía,
mientras que la prolongación de la jornada de trabajo y la intensificación de éste la
aumentan”[5].
En el capítulo XIII de la sección tercera del libro tres de El Capital, Marx aborda el tema
de la ley de la tendencia decreciente de la tasa de ganancia. Señala que el incremento
gradual del capital constante en proporción al variable tiene como resultado un descenso
gradual de la cuota general de ganancia, siempre y cuando permanezca invariable la cuota
de plusvalía pv = pv/v, vale decir, el grado de explotación del trabajo por el capital. Por
ejemplo Marx explica a través de un ejemplo que una cuota de plusvalía 100% se expresa
en distintas tasas de ganancia G' = pv/ c + v, de acuerdo al volumen de capital constante,
es decir, de acuerdo a la proporción de O’, manteniendo constante v.
Podemos apreciar que la misma cuota de plusvalía pv’, sin necesidad de que varíe el nivel
de explotación, se traduce en G’ decreciente. Al respecto Marx escribió:
“Ahora bien, hemos visto que es una ley de la producción capitalista el que,
conforme va desarrollándose, decrezca en términos relativos el capital variable
con respecto al constante y, por consiguiente, en proporción a todo el capital
puesto en movimiento. Esto quiere decir, sencillamente, que el mismo número
de obreros, la misma cantidad de fuerza de trabajo que un capital variable de
determinado volumen de valor puede movilizar pone en movimiento, elabora,
consume productivamente, en el mismo tiempo, por virtud de los métodos de
producción peculiares que se desarrollan dentro de la producción capitalista,
una masa cada vez mayor de medios de trabajo, de maquinaria y de capital fijo
de todas clases, de materias primas y auxiliares; es decir, un capital constante
con un volumen de valor cada vez mayor. Esta disminución relativa creciente
del capital variable en proporción al constante y, por tanto, en relación al
capital total, coincide con el aumento progresivo de la composición orgánica
del capital social, considerado en cuanto a su media”[8].
“Esta, a medida que se acentúa el descenso relativo del capital variable con
respecto al constante, hace que la composición orgánica del capital en su
conjunto sea cada vez más elevada, y la consecuencia directa de esto es que la
cuota de plusvalía se exprese en una cuota general de ganancia decreciente,
aunque permanezca invariable e incluso aumente el grado de explotación del
trabajo. (Más adelante veremos por qué el descenso no se manifiesta en esta
forma absoluta, sino más bien en la tendencia a la baja progresiva.) La
tendencia progresiva de la cuota general de ganancia a bajar es, simplemente
una forma, propia del modo de producción capitalista, de expresar el progreso
de la productividad social del trabajo”[9].
En síntesis, sólo la fuerza de trabajo es fuente de valor, por lo que el uso cada
vez mayor de maquinaria genera un aumento de O' (composición orgánica del
capital) lo que se traduce en una disminución de G' (tasa de ganancia). Así, la
ley de la tendencia decreciente de la tasa de ganancia se deduce de la teoría del
valor trabajo de Marx. Esto, además, dejaba en evidencia la contradicción
existente en el interior mismo del sistema capitalista. Ahora bien, Marx advertía
la existencia de contratendencias tales como el comercio exterior,
sobrepoblación relativa, capital accionario y reducción de los salarios reales de
los trabajadores.
Vemos que Marx, para demostrar su punto de la baja de G’, supone que pv’ (tasa de
explotación) es constante. De acuerdo a lo anterior, mientras más se acumule c en
proporción a v, en otras palabras, cuando O’ aumenta, entonces G’ tenderá a disminuir y
esto es así debido a que los capitalistas, forzados por la implacable competencia que
prevalece en el mercado así como por la búsqueda de beneficios, invertirán en nuevas
tecnologías con el objetivo de aumentar la productividad del trabajo. La cuota de
ganancia escribe Marx, “no disminuye porque el trabajo se haga más improductivo, sino
porque se hace más productivo. Ambas cosas, el alza de la cuota de la plusvalía y la baja
de la cuota de ganancia, son simplemente formas especiales en que se manifiesta bajo el
capitalismo, la creciente productividad del trabajo”.
[6] Ibid.
[7] Ibid.
[9] Ibid.