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Tercera parte

A lo largo de la historia de la humanidad siempre ha existido el deseo de trascendencia y de

qué hay un ser superior a nosotros. Este ser se ha de nido de muchas maneras y con
diferentes características que señalan su grandeza que supera todo cuanto existe. Pero
también es cierto que se le han dado algunas características que lo hacen parecer distante y
de temer, como si su una nalidad fuera fastidiar al hombre.

Pero todas estas características en su mayoría han sido verdades incompletas o prejuicios sin
fundamentos. Es. Hasta que Dios mismo se nos revela en la persona de Jesús que la
humanidad se queda sin palabras porque no concibe que la grandeza de Dios se mostrara en
lo que constituye su ser, el Amor.

Este amor de Dios que nos ha expresado desde hace mucho tiempo y constantemente lo
podes experimentar en la creación. El principio entrópico es verdaderamente fascinante
porque se dan las condiciones necesarias para que exista la vida y no lo contrario , que en ese
caos inicial surge la belleza de todo cuanto conocemos.

Y en la Biblia. Solo que muchas veces lo hemos considerado super cial o general. Pero este
Amor es eterno, in nito, pero sobre todo , personal.

Aunque es necesario decir que a nivel de nuestra experiencia enemos graves y grandes
prejuicios que di cultan que podamos experimentar el Amor de Dios tal como es.

- el primero es que las personas que deberían amarnos, no lo hacen, sino que incluso nos han
herido.

- Otro mas es la idea fálsate y distorsionada de Dios que lo acusa de todo el mal que existe.
Así, la enfermedad, guerra, hambre, pobreza, muerte, etc, es un castigo divino.

- Otro, es que nuestra vida de fe solo es acudir a Dios salvavidas pero que no nos lleva a una
relación personal con Él.

Es por eso que Él nos invita a conocerlo, a hacer experiencia de su Amor en carne propia.
Pues así como una persona sin el trato y cercanía es un desconocido, lo mismo pasa con Dios
y el quiere disipar las dudas que tengas sobre Él. Es un amor que no se tiene que ganar como
desgraciadamente estamos acostumbrados a hacerlo, incluso a costa de nuestra dignidad. Lo
que difículta creer que alguien nos ame sin condiciones. Que cuando nos equivocamos, la
persona que nos ama se aleje de nosotros o nos devuelve la maldad cometida.

Pero con Jesús no es así, su amor es sincero y gratuito. Solo tenemos que extender la mano
para recibir el regalo. Abrir el corazón para que nos llene de su Amor y nada ni nadie nos
puede separar de Él.

Escúchalo bien, Dios te ama con Amor tierno e incondicional como el de una madre. Pero,
“aunque hubiese una madre que se olvidara del hijo se sus entrañas, yo no te olvidaré” (Is 49,
15). Por todo eso, Dios no te pide que lo ames primero, sino que primero te dejes amar por El.
Y ese es nuestro problema, tu problema: que no te has dejado amar por Dios. El quiere lo
mejor de ti, eres su hijo, su heredero.

Te invito a que ahora cierres tus ojos. Nuestra vida es como una rosa con pétalos de alegría y
espinas de sufrimiento. Pero en su conjunto es bella. La rosa, con el paso del tiempo se va
deshojando por causa nuestra o por los demás.

Iremos diciendo algunas frases y después de cada una de ellas te invitamos a que digas desde
lo mas profundo de tu corazón: soy amado por Dios.

- aunque tu vida se haya deshojado por la tormenta…soy amado por Dios.

- Aunque te hayan humillado…

fi
fi
fi
fi
fi
- En medio de los problemas de la vida…

- Aunque hayas perdido el respeto por ti mismo…

- Aunque te hayan quitado lo que más amabas…

- Aunque te hayan despojado de tus derechos…

- Aunque alguien nubló tus ideales y evaporó tus sueños…

- Aunque a veces parece que nadie cuida de ti…

- Aunque no lo hayas creído, escuchado o experimentado hasta el día de hoy…

- Aunque los que tuvieron que amarme no supieron hacerlo porque ellos tampoco se dejaron
amar por Dios …

El té dice al igual que Jesús: “tu eres mi Hijo muy amado en quien pongo mis complacencias”
(Mc 1,11) ¿te animas a iniciar o continuar este proceso para llegar a ser un auténtico
cristiano? No te pierdas el siguiente episodio y si te ayudó, ayuda a otros compartiendo con
aquella persona que crees que le haría bien escuchar su nombre pronunciado con amor por la
dulce voz de Dios.