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Aprende a hacer Stand up (Monólogos)

El monologo vendría a ser un humor más gracioso tipo show, que mayormente cuentan
sus vidas (por mas trágicas que sean) y las hacen chistosas, humorísticas, hablan de las
cosas que pasan y de los problemas que hay y lo hacen más gracioso. 

El escenario: 
El escenario es muy importante para conseguir que les guste a todos y volver a ver ese
espectáculo. 
Por ejemplo si vas a un lugar donde habitan adolecentes ... Es más para contar cosas más
del sexo y contarlo mas así cancheramente, ya que si te encontras en un lugar donde hay
gente mayor, seria, bien formada , tenes que estar culto y hacer un humor que les gane a
todos!. 
Hay veces que al hacer humor, el escenario no ríe, y se tiene un papel que decir y queda
muy mal, siempre hay que tener un as bajo la manga para tirar. 

El humor: 
Bien esta es la parte más laboriosa, ya que hay que estar máximo 1 hora contando
historias, chistes, cuentos, etc. 
Lo importante es no ir con todo memorizado porque es más que obvio que te lo olvidas,
SIEMPRE pero SIEMPRE 
recordar una palabra que identifique el chiste o la historia, seguro que te acordas, y poner
a cada historia un tipo de humor (Humor infantil, adolecente, adulto) ... pero nunca un
humor que pueda afectar al publico (humor negro, sin malas palabras, etc) ... pero como
dijimos, si hay adolecentes en publico vale todo =P jaja. 
Como dijimos antes, es cuestión de ver a la gente y ahí ya te das cuenta que humor podes
decir. 
En la mayoría, los humoristas ya se tienen memorizado todo el humor y muchas historias
para contar. 
Hay veces que el mismo monologuista, cuenta sus historias de cuando era chico y las hace
graciosas! y ahí se da cuenta el público que es una historia verdadera y les gusta más. 

Técnicas: 
Respiración, tomar agua, son algunas de las técnicas que hay que tomar. 
Cuidarse la garganta (porque quien sabe se te puede escapar un pollo y queda mal jaja) 
La Respiración, no contar historias una tras de la otra porque cansa, siempre cambiando
de humor como dije 
El agua es buena para que no se te seque la garganta! 
Los gestos en sí, sirven, para darle realismo a la historia. (Triste, enojado, contento, Cara
de preocupado, Cara de NO LO PUEDO CREER) y demás gestos que hacen al show más
divertido. 

“En el stand up el público es parte del show”


Guillermo Selci, Luciano Mellera y Juan Barraza subirán al escenario esta noche con un
único objetivo: hacer reír a los salteños. En esta entrevista narran qué los motivó a ser
comediantes y reflexionan sobre uno de los géneros en auge, en gran parte del país.
 Es difícil saber qué los une. No es el espanto, definitivamente. “Nos une la energía del
show. De todos los show que he estado creo que este es el más potente, del que más
aprendo”, dice Guillermo Selci, que tiene más años en esto, el que ha escrito un libro que
teoriza sobre las estructuras con las que se construye el humor.
Son distintos, sí, pero lo que une a Selci con Luciano Mellera y Juan Barraza
probablemente sea la necesidad de hacer reír. Cada uno, a su manera, fue aprendiendo
este oficio. Coinciden en eso: el humor es trabajo, solo funciona bien si se lo toma en serio.
Mellera trabajaba para una agencia de publicidad cuando por curiosidad empezó un taller
con Fernando Sanjiao. Se subió al escenario y sintió una energía que asegura no sentir en
otros aspectos de su vida. Luego hubo más talleres, con Martín Pugliese y de guión e
improvisación con Hugo Fili y Osqui Guzmán, respectivamente.
Barraza narra sus inicios de manera sintética: alguien que le gusta algo y se lanza, si
pensarlo. Enfatiza eso: que aprendió a los ponchazos sobre el escenario, que el lugar
último donde se aprende es ahí arriba.

Selci recuerda que en los 90 quería hacer esto e iba a cursos de teatro porque no había
cursos de stand up. “Me metí en cursos que me decían cualquier barbaridad… hasta
que… Alejandro Angelini viajó a Estados Unidos, hizo el curso con Judy Carter y a partir de
eso… porque antes era más de monólogo, personajes… pero en el stand up no hay
historia, acá es todo pie remate, pie remate, tiene que haber chistes siempre. La idea
principal es que la gente se ría”, afirma.
-Por lo que ustedes dicen se le puede enseñar a una persona a ser graciosa
Los tres tienen respuestas que en algunos puntos se semejan. “Sos o no sos. No es lo
mismo ser gracioso que hacer reír”, dice Barraza. Mellera acota: “Mi vieja es graciosa, pero
no podría nunca subir a un escenario. Selci dice que hay gente que es muy graciosa y por
ahí piensa que subirse a un escenario es como contar chistes en la oficina; pero es algo
totalmente distinto. La palabra que más usa Selci es una que no se suele asociar con el
humor: “trabajo”. Jean Cartier decía “que no hay mujeres feas, hay mujeres perezosas” y
con los cómicos es lo mismo: no es que hay cómicos malos, es que no se toman el trabajo
los cómicos malos son vagos, no es que no sean graciosos. 
-¿Qué los ayuda a ser mejores standaperos?
Para Selci es el trabajo: escribir mucho, acumular material. Y luego sumar horas de
escenario como los pilotos tienen horas de vuelo.

Mellera, además de escribir, habla del consumo cultural: mucha comedia en todos sus
formatos y libros y series y desde luego a los mejores representantes del género. “También
comedia en sitcoms, comedias argentinos… por más que no te guste “Casados con Hijos”
ahí hay algo que a la gente le atrae y eso hay que analizarlo… lograr un punto de
comunicación entre a lo que vos te gusta y lo que le gusta la gente es lo ideal…. Todo
suma, un chiste puede salir de cualquier parte… 

Barraza, más lacónico, menciona la importancia del escenario, de sentir el feedback con la
gente. 
-¿Hay alguna conexión entre internet y el desarrollo del género?
-Para esta pregunta la respuesta es unánime: internet sirvió tanto para la formación de
cada uno (ver espectáculos inhallables de otros países) como para la difusión de sus
propios trabajos: llegan a provincias donde la gente no los conoce personalmente, pero se
acercan porque vieron un video en youtube y les gustó.
“Hay gente que sólo vio stand up en internet”, dice Mellera. Y luego comenta que eso no es
bueno. “Del stand up se dice que es un monólogo, pero es un diálogo: la gente te da
respuestas permanentemente con risas, aplausos, silencios. En el stand up, el público es
parte del show”, sentencia.
GUILLERMO SELCI Y SUS TECNICAS, IDEAS Y RECURSOS PARA ARMAR TU
MONOLOGO HUMORISTICO

“Seinfeld no es referente del stand up”


El monologuista, que se presenta los sábados en The Cavern, señala que a pesar de la
literatura que ya existe al respecto, hay aspectos que siguen sin tocarse. “La idea de mi
libro no es decir ‘mirá todo lo que sé’, sino dar una especie de charla técnica.”
¿Cualquiera puede standupear? Aceptada la premisa de que el género stand up lleva años
radicado en Buenos Aires, como bien puede palparse en los espectáculos permanentes en
el Paseo La Plaza o en las participaciones de monologuistas en toda clase de programas
de TV, el siguiente estadio de ese auge puede pasar por la auto contemplación. O en todo
caso, por el estímulo a la autogestión. Esa idea brota de Stand up-técnicas, ideas y
recursos para armar tu monólogo humorístico, el flamante libro del standupista Guillermo

Selci que, en primer lugar, apuntala y ampara a todo aquel que incurra en el “hazlo tú
mismo” a la hora de salir al escenario a ejercer de eso que en las películas
estadounidenses llaman “comediante”. Que, además, trasciende la problemática del
material y el público, para dar pistas concretas sobre cómo ganarse la vida sin más armas
que un micrófono y un guión, lo que resulta un llamado a auto gestionar el propio
espectáculo. Y que, finalmente, sugiere que los aprendizajes del mundo del monólogo bien
pueden aplicarse a otras esferas de la existencia –el comercio, las relaciones públicas, la
vida política, la empresa...–, también conectadas con el difícil arte de boquear en público.

Con una década de carrera y con presencia cada sábado en The Cavern en su
espectáculo Distintos, Selci niega que su tratado aspire a la docencia. “La idea no es decir
‘mirá todo lo que sé’, sino dar una especie de charla técnica”, explica a Página/12. “Se trata
de un chabón que te la cuenta desde los camarines, antes de salir al escenario, como si
estuviera en ese espacio de charla permanente que son los backstages, donde los
cómicos debaten qué conviene según cómo está el público, intercambian las primeras
devoluciones, debaten si es momento de meter más energía, comparten cómo viene la
mano con determinada mesa o se alertan porque está lloviendo y mojarse predispone mal
a los que están haciendo cola en la calle.”

– ¿Diría que Stand up... es un libro de consejos, de atajos...?


–No es un libro que te marca el camino, sino que te da una baranda en la que poder
apoyarte y el aviso de que en algún momento vas a necesitar soltarte. No podés ser un
robot de cómico. Mi idea es que el libro te haga ganar tiempo. No sólo porque se lee muy
rápido, sino porque te ayuda a ordenarte, a no bloquearte. Y, a diferencia de los textos
yanquis que hay sobre el tema, yo no me centro únicamente en las técnicas de escribir,
sino que también incluí otros problemas reales, concretos, que aparecen en el stand up:
los eventos, los casamientos, la improvisación, el presentador, el trabajo con el público,
cómo vivir de esto, cómo cobrar... Son puntas que no están muy dichas.
– ¿Cómo funciona la invitación a leer, tratándose de una disciplina tan ligada a la oralidad?
–Los cómicos, hay que decirlo, tenemos mucho tiempo libre. Y sin embargo, a los que
estamos en esto nos cuesta leer. Por eso el libro lo estructuré con muchos títulos, textos
cortos, es un libro hablado, lo que fue toda una pelea con los correctores. Hacerlo fácil de
leer, casi charlado, que el lector se pueda enganchar desde cualquier lugar, como un
espectáculo.
– ¿Se dirige específicamente a un público de humoristas y de aspirantes a serlo?
–Busca un público lo más amplio posible: los que ya están en camino, los que quieren
refrescar, los que se mandaron sin hacer ningún curso, los que necesitan pulir, los que no
consiguen laburo. Hay muchas puntas. No sólo para quien quiere hacer una vida en la
comedia. Diría, además, que busca ayudar a cualquiera que intente meter humor en su
discurso, atrapar, concitar la atención, es un libro de técnica, de cómo meter humor al
hablar.
–Con las ideas de autogestión, de under, de fechas compartidas entre distintos artistas,
¿es posible trazar un paralelo entre la escena stand up y la escena rock?
–Bueno, está la primera línea y está el Bululú, el show de sótano. Yo estoy en los
intermedios, los shows para 100 personas. Sí es rock and roll cuando viajás, los hoteles,
etcétera. Lo de los grupos de comediantes se da más que nada acá, no sé, será una cosa
medio italiana de “armar una familia” e ir todos juntos.
– ¿El llamado “boom” del stand up existe? ¿Puede esperarse, cual mesías, la llegada de
un Seinfeld argentino?
–En los Estados Unidos el “boom” fue en los ’80. Acá se dio la continuación de algo que ya
existía desde Enrique Pinti, Antonio Gasalla, Carlos Perciavalle o Juan Verdaguer, el
monólogo humorístico. Es lo mismo, son matices. En los ’90 se empezó a trabajar sobre el
formato, empezaron los cursos específicos y nos hemos reproducido como conejos. En el
stand up no hay personaje ni ficción. Pero cada país tiene su historia, no hay que replicar.
Para mí, Seinfeld no es referente del stand up, sino de la sitcom. Hizo una sitcom que
hablaba de la vida de un comediante, era una ficción sobre el stand up. Pero las escenas
en las que habla en un escenario son ante un público pago, es ficción. Si buscás stand up
de Seinfeld en YouTube vas a ver que no hay tanto... Lo que él hace es genial, y ha
fomentado mucho al stand up, pero es un malentendido histórico.

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