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Moral médica.

Alianni Taveras
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La conciencia y verdad.

La manera de comprender la conciencia y la verdad se hace un poco complicado por sus distintas
perspectivas. La conciencia en cada persona es total mente distinta, es su cualidad o estado de
conocimientos internos de cada cual. La verdad va de la mano con esta, ya que se adecua con
proporción entre conformidad y lo que ha experimentado. En próximo escrito se podrá notar
como se conforman uno del otro, según el sagrario del hombre.

La interacción que hay entre independencia de las personas y ley de Dios tiene su base en el
corazón de la persona, mejor dicho, en su conciencia moral: En lo profundo de su conciencia. El
ser humano halla una ley que él no se da a él mismo, empero a la que debería obedecer y cuya
voz resuena, una vez que se necesita, en los oídos de su corazón, llamándolo siempre a adorar y a
hacer el bien y a evadir el mal.

El ser humano halla una ley que él no se da a él mismo, empero a la que debería obedecer y cuya
voz resuena, una vez que se necesita, en los oídos de su corazón, llamándolo siempre a adorar y a
hacer el bien y a evadir el mal. de alguna forma, tienen la posibilidad de contribuir a una justa
valoración del caso, sin embargo, no tienen la posibilidad de reemplazar a los individuos en
tomar una elección personal respecto a cómo actuar en ciertos casos particulares.

En el mismo escrito de la carta a los Romanos, que nos ha presentado la esencia de la ley natural,
sugiere además el sentido bíblico de la conciencia, en especial en su vinculación específica con
la ley: “Cuando los gentiles, que no poseen ley, cumplen naturalmente las prescripciones de la
ley, sin tener ley, para sí mismos son ley; como quienes presentan tener la verdad de dicha ley
redactada”.
Según los vocablos de san Pablo, la conciencia, en cierto modo, pone al hombre frente a la ley,
siendo ella «testigo» para el ser humano: testigo de su fidelidad o infidelidad a la ley, es decir, de
su sustancial rectitud o maldad moral. La conciencia es el exclusivo testigo. Lo que pasa en la
intimidad del individuo está escondo a la vista de los otros a partir de fuera. La conciencia lidera
su declaración sólo hacia el individuo misma. Y, paralelamente, únicamente el individuo conoce
nuestra respuesta a la voz de la conciencia.

la conciencia da declaración de la rectitud o maldad de las personas al hombre mismo, empero a


la vez y previamente todavía, es declaración de Dios mismo, cuya voz y cuyo juicio penetran la
intimidad del ser humano hasta las raíces de su alma.

Dentro del análisis expuesto, pudimos observar las diferencias, pero su a su misma vez las
similitudes en la conciencia y verdad. Por lo analizado, la conciencia es el núcleo más secreto y
el sagrario del ser humano, en el cual éste se siente a solas con Dios, cuya voz resuena en el
recinto más íntimo de aquélla. Es la conciencia la que de modo admirable da a conocer dicha ley
cuyo cumplimiento se apoya en el amor de Dios y del prójimo.

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