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• La década de los cuarenta (hasta 1950, aproximadamente), caracterizada por el aislamiento cultural
y político del país, la ruptura con el pasado literario como consecuencia de la guerra civil, el exilio de
buena parte de los escritores y la imposición de una severa censura. En general, predomina una
literatura de tipo existencial.
• La década de los cincuenta, dominada por una literatura neorrealista, el llamado realismo social.
• A partir de los sesenta, en que se impone una literatura de carácter renovador y experimental.
NOVELA
“Yo gozaba una dicha concedida a pocos seres humanos: la de sentirse arrastrada en
ese halo casi palpable que irradia una pareja de enamorados jóvenes y que hace que el
mundo vibre más, huela y resuene con más palpitaciones y sea más infinito y más
profundo.
"Me marchaba ahora sin haber conocido nada de lo que confusamente esperaba: la
vida en su plenitud, la alegría, el interés profundo, el amor. De la casa de la calle
Aribau no me llevaba nada. Al menos, así creía yo entonces."
" Yo, señor, no soy malo, aunque no me faltarían motivos para serlo. Los mismos
cueros tenemos todos los mortales al nacer y sin embargo, cuando vamos creciendo, el
destino se complace en variarnos como si fuésemos de cera y en destinarnos por sendas
diferentes al mismo fin: la muerte. Hay hombres a quienes se les ordena marchar por el
camino de las flores, y hombres a quienes se les manda tirar por el camino de los
cardos y de las chumberas. Aquéllos gozan de un mirar sereno y al aroma de su
felicidad sonríen con la cara del inocente; estos otros sufren del sol violento de la
llanura y arrugan el ceño como las alimañas por defenderse. Hay mucha diferencia
entre adornarse las carnes con arrebol y colonia, y hacerlo con tatuajes que después
nadie ha de borrar ya. "
“Sin embargo, la pesca siempre me pareció pasatiempo poco de hombres, y las más
de las veces dedicaba mis ocios a la caza; en el pueblo me dieron fama de no hacerlo
mal del todo y, modestia aparte, he de decir con sinceridad que no iba descaminado
quien me la dio. Tenía una perrilla perdiguera -la Chispa-, medio ruin, medio bravía,
pero que se entendía muy bien conmigo; con ella me iba muchas mañanas hasta la
Charca, a legua y media del pueblo hacia la raya de Portugal, y nunca nos volvíamos
de vacío para casa. Al volver, la perra se me adelantaba y me esperaba siempre junto
al cruce; había allí una piedra redonda y achatada como una silla baja, de la que
guardo tan grato recuerdo como de cualquier persona; mejor, seguramente, que el
que guardo de muchas de ellas. Era ancha y algo hundida y cuando me sentaba se me
escurría un poco el trasero (con perdón) y quedaba tan acomodado que sentía tener
que dejarla; me pasaba largos ratos sentado sobre la piedra del cruce, silbando, con la
escopeta entre las piernas, mirando lo que había de verse, fumando pitillos. La perrilla,
se sentaba enfrente de mí, sobre sus dos patas de atrás, y me miraba, con la cabeza
ladeada, con sus dos ojillos castaños muy despiertos; yo le hablaba y ella, como si
quisiese entenderme mejor, levantaba un poco las orejas; cuando me callaba
aprovechaba para dar unas carreras detrás de los saltamontes, o simplemente para
cambiar de postura: Cuando me marchaba, siempre, sin saber por qué, había de
volver la cabeza hacia la piedra, como para despedirme, y hubo un día que debió
parecerme tan triste por mi marcha, que no tuve más suerte que volver sobre mis
pasos a sentarme de nuevo. La perra volvió a echarse frente a mí y volvió a mirarme;
ahora me doy cuenta de que tenía la mirada de los confesores, escrutadora y fría,
como dicen que es la de los linces... un temblor recorrió todo mi cuerpo; parecía como
una corriente que forzaba por salirme por los brazos, el pitillo se me había apagado; la
escopeta, de un solo caño, se dejaba acariciar, lentamente, entre mis piernas. La perra
seguía mirándome fija, como si no me hubiera visto nunca, como si fuese a culparme
de algo de un momento a otro, y su mirada me calentaba la sangre de las venas de tal
manera que se veía llegar el momento en que tuviese que entregarme; hacía calor, un
calor espantoso, y mis ojos se entornaban dominados por el mirar, como un clavo, del
animal.
Cogí la escopeta y disparé; volví a cargar y volví a disparar. La perra tenía una sangre
oscura y pegajosa que se extendía poco a poco por la tierra.”
“Doña Rosa va y viene por entre las mesas del café, tropezando a los clientes con su
enorme trasero. Doña Rosa dice con frecuencia leñe y nos ha merengao (1). Para doña
Rosa, el mundo es su café, y alrededor de su café, todo lo demás. Hay quien dice que a
doña Rosa le brillan los ojillos cuando viene la primavera y las muchachas empiezan a
andar de manga corta. Yo creo que todo eso son habladurías: doña Rosa no hubiera
soltado jamás un buen amadeo de plata (2) por nada de este mundo. Ni con primavera
ni sin ella. A doña Rosa lo que le gusta es arrastrar sus arrobas, sin más ni más, por
entre las mesas. Fuma tabaco de noventa (3), cuando está a solas, y bebe ojén (4),
buenas copas de ojén, desde que se levanta hasta que se acuesta. Después tose y sonríe.
Cuando está de buenas, se sienta en la cocina, en una banqueta baja, y lee novelas y
folletines, cuanto más sangrientos, mejor: todo alimenta. Entonces le gasta bromas a la
gente y les cuenta el crimen de la calle de Bordadores o el del expreso de Andalucía
(5).
1 Nos ha merengao: madrileñismo por “nos ha fastidiado”.
2 Moneda de plata, con valor de cinco pesetas, acuñada en 1871 con la efigie de Don
Amadeo de Saboya, rey de España entre 1870 y 1873.
3 Cajetilla de tabaco de picadura que valía noventa céntimos.
4 Ojén: pueblo de la provincia de Málaga que da nombre a un aguardiente dulce.
5 Se alude, sin precisión exacta, a crímenes famosos, como el cometido en el tren
correo de Andalucía, en 1924.”
Por la ventana abierta, frente a su camastro quejumbroso, divisaba la Creta del Pico
Rando, hincándose en la panza estrellada del cielo. El Pico Rando asumía de noche
una tonalidad mate y tenebrosa. Mandaba en el valle esta noche como había mandado
en él a lo largo de sus once años, como mandaba en Daniel, el Mochuelo, y Germán, el
Tiñoso, su amigo Roque, el Moñigo. La pequeña historia del valle se reconstruía ante
su mirada interna, ante los ojos de su alma, y los silbidos distantes de los trenes, los
soñolientos mugidos de las vacas, los gritos lúgubres de los sapos bajo las piedras, los
aromas húmedos y difusos de la tierra avivaban su nostalgia, ponían en sus recuerdos
una nota de palpitante realidad.
La renovación de los años 60: Cinco horas con Mario (Miguel Delibes)
“[…] En teniendo con qué alimentarnos y con qué cubrirnos, estemos con eso
contentos. Los que quieren enriquecerse caen en tentaciones, en lazos y en muchas
codicias locas y perniciosas que hunden a los hombres en la perdición y en la ruina,
porque la raíz de todos los males es la avaricia, y por eso mismo me será muy difícil
perdonarte, cariño, por muchos años que viva, el que me quitaste el capricho de un
coche. Comprendo que a poco de casarnos eso era un lujo, pero hoy un seiscientos lo
tiene todo el mundo, Mario, hasta las porteras si me apuras, que a la vista está. Nunca
lo entenderás, pero a una mujer, no sé cómo decirte, le humilla que todas sus amigas
vayan en coche y ella a patita, que, te digo la verdad, pero cada vez que Esther o
Valentina o el mismo Crescente, el ultramarinero, me hablaban de su excursión del
domingo me enfermaba, palabra. […]”
" Recordaba Mosén Millán el día que bautizó a Paco en aquella misma iglesia. La
mañana del bautizo se presentó fría y dorada, una de esas mañanitas en que la grava
del río que habían puesto en la plaza durante el Corpus, crujía de frío bajo los pies. Iba
el niño en brazos de la madrina, envuelto en ricas mantillas, y cubierto por un manto
de raso blanco, bordado en sedas blancas, también. Los lujos de los campesinos son
para los actos sacramentales. Cuando el bautizo entraba en la iglesia, las campanitas
menores tocaban alegremente. Se podía saber si el que iban a bautizar era niño o niña.
Si era niño, las campanas -una en un tono más alto que otra- decían: no és nena, que és
nen; no és nena, que és nen. Si era niña cambiaban un poco, y decían: no és nen, que és
nena; no és nen, que és nena. La aldea estaba cerca de la raya de Lérida, y los
campesinos usaban a veces palabras catalanas. Al llegar el bautizo se oyó en la plaza
vocerío de niños, como siempre. El padrino llevaba una bolsa de papel de la que
sacaba puñados de peladillas y caramelos. Sabía que, de no hacerlo, los chicos
recibirían al bautizo gritando a coro frases desairadas para el recién nacido,
aludiendo a sus pañales y a si estaban secos o mojados. Se oían rebotar las peladillas
contra las puertas y las ventanas y a veces contra las cabezas de los mismos chicos,
quienes no perdían el tiempo en lamentaciones. En la torre las campanitas menores
seguían tocando: no és nena, que és nen, y los campesinos entraban en la iglesia,
donde esperaba Mosén Millán ya revestido. Recordaba el cura aquel acto entre
centenares de otros porque había sido el bautizo de Paco el del Molino. Había varias
personas enlutadas y graves. Las mujeres con mantilla o mantón negro. Los hombres
con camisa almidonada. En la capilla bautismal la pila sugería misterios antiguos. "
POESÍA
(A Dámaso Alonso)
AUTOBIOGRAFÍA
La poesía desarraigada (existencial) de los años 40: Hijos de la ira (Dámaso Alonso).
INSOMNIO
NO PERDAMOS EL TIEMPO
“Si el mar es infinito y tiene redes,
si su música sale de la ola,
si el alba es roja y el ocaso verde,
si la selva es lujuria y la luna caricia,
si la rosa se abre y perfuma la casa,
si la niña se ríe y perfuma la vida,
si el amor va y me besa y me deja temblando.
¿Qué importancia tiene todo esto,
mientras haya en mi barrio una mesa sin patas,
un niño sin zapatos o un contable tosiendo,
un banquete de cáscaras,
un concierto de perros,
una ópera de sarna…
Debemos inquietarnos por curar las simientes,
por vendar corazones y escribir el poema
que a todos nos contagie.
Y crear esa frase que abrace todo el mundo;
los poetas debiéramos arrancar las espadas,
inventar más colores y escribir padrenuestros.
Ir dejando las risas en la boca del túnel,
y no decir lo inti1no, sino cantar al corro;
no cantar a la luna, no cantar a la novia,
no escribir unas décimas, no fabricar sonetos.
Debemos, pues sabemos, gritar al poderoso,
gritar eso que digo, que hay bastantes viviendo
debajo de las latas con lo puesto y aullando,
y madres que a sus hijos no peinan a diario,
y padres que madrugan y no van al teatro.
Adornar al humilde poniéndole en el hombro nuestro verso;
cantar al que no canta y ayudarle es lo sano.
Asediar usureros y con rara paciencia convencerles sin asco.
Trillar en la labranza, bajar a alguna mina;
ser buzo una semana, visitar los asilos,
las cárceles, las ruinas; jugar con los párvulos,
danzar en las leproserías.
Poetas, no perdamos el tiempo, trabajemos,
que al corazón le llega poca sangre.”
EL POETA NO ES POETA
“El poeta no es poeta
hasta que el pueblo nos lee.”
POÉTICA
“La poesía no debe ser un arma,
debe ser un abrazo,
un invento,
un descubrir a los demás
lo que les pasa por dentro,
eso, un descubrimiento,
un aliento,
un aditamento,
un estremecimiento.
La poesía debe ser
obligatoria.”
SIEMPRE HAY ALGUIEN
“Quitaros esa máscara,
la tristeza no es más que una careta,
puede durar tanto como tardes en quitártela tú mismo,
prueba.
Estás provocándote llanto artificial, hermano;
he dicho hermano y debí decir amante.
Nos cogemos las manos y no decimos que se siente nada.
Poco a poco se va mezclando nuestra sangre en los
encuentros.
Un buen día acabaremos por ser la misma cosa.
Libres somos.
Frecuentamos el dolor porque queremos,
como pudiéramos frecuentar el parque.
Hablamos de mutuas soledades,
hablamos de aventuras que tuvimos,
de que todo está lejos,
de que es difícil.
Y nunca hablamos de esto maravilloso que nos va
convirtiendo en ranas.
Quién dijo que la melancolía es elegante?
Quitaros esa máscara de tristeza,
siempre hay motivo para cantar,
para alabar al santísimo misterio,
no seamos cobardes,
corramos a decírselo a quien sea,
siempre hay alguien que amamos y nos ama.”
Y NO SÉ POR QUÉ
“Estoy triste... y no sé por qué;
he bebido amor,
y aún tengo sed.
Estoy sola... y no sé por qué
quisiera saberlo,
mas no lo diré...
Estoy sola y no sé por qué,
quisiera besar,
y no sé a quién.
Estoy enamorada... y no sé de qué.
Quisiera saberlo...
y no puede ser.
Estoy triste y sola...
y no sé por qué.”
SOMOS TAN...
“Somos tan... crueles
que prefieres estar unas horas con quien quieres
que toda una vida con quien te quiere,
- o al revés -.”
ESCRIBO
“Escribo sin modelo
A lo que salga,
Escribo de memoria
De repente,
Escribo sobre mí,
Sobre la gente,
Como un trágico juego
Sin cartas solitario,
Barajo los colores,
Los amores,
Las urbanas personas
Las violentas palabras
Y en vez de echarme al odio
O a la calle,
Escribo a lo que salga.”
La poesía renovadora y experimental de los años 60: Gil de Biedma, Ángel González y José
Ángel Valente.
HAPPY ENDING
“Aunque la noche, conmigo,
no la duermas ya,
sólo el azar nos dirá
si es definitivo.
CANCIÓN DE AMIGA
“Nadie recuerda un invierno tan frío como éste.
A USTED
“A usted le doy una flor,
si me permite,
un gato y un micrófono,
un destornillador totalmente en desuso,
una ventana alegre.
Agítelos.
Haga un poema
o cualquier otra cosa.
Léasela al vecino.
Arrójela feliz al sumidero.
Y buenos días,
no vuelva nunca más, salude
a cuantos aún recuerden
que nos vamos pudriendo de impotencia.” (José Ángel Valente)
MALOS TIEMPOS
“Ándate con cuidado.
Que no se entere nadie
de que los pasas bien,
que tu vida funciona
y eres feliz a ratos.
Hay gente que es capaz
de cualquier cosa,
cuando ve una sonrisa.”
MÉTODO
“Este poema
está escrito
de un tirón, como no
deben escribirse
los poemas.
....................Sentado, viendo
pasar sin voz ante
los ojos imágenes
de guerra, con un whisky
en la mano, de repente
como salta la liebre
me ha venido
la idea.
............Y como véis
no hay mucha
diferencia.
Para no decir nada
cualquier método
es bueno.”
NI CASO
“¡Ojo avizor!,
poeta.
...........No vayas a caer
en la vulgaridad
de escribir
un poema divertido. ESto
es muy serio. A este club
sólo acceden
las eminecias
en martirología.
..........................No vengas
ahora tú
a jodernos el invento
con la vida.”
LÁGRIMAS DE MUJER
“El rostro
pesaroso de la virgen
intentando explicarle
al carpintero
la mediación divina
en el desaguisado,
resultaba
-sin duda-
mucho más convincente
que tus lágrimas.”
ESTAS COSAS SIEMPRE SUCEDEN DE REPENTE
“No pasa nada. Ella está
en un expreso con dirección
a Barcelona, y yo aquí, en mi
mesa de trabajo, escribiendo
estos versos. Hace apenas
dos horas que se ha ido. Mañana
charlaremos por teléfono. Sobre
la tele, su espléndida
sonrisa. No pasa nada, como
digo. Y de repente, no sé
qué hacer con tanta soledad.”
LA CONDICIÓN URBANA
“Detesto el autobús. La buena
educación que nos obliga
a ceder el asiento
a esas señoras
que hasta que no se sientan
puede darles
cualquier cosa fatal.
Los empujones. El olor. Que nadie
fume y tenga que aguantar
todos los pormenores
del infarto
que le dio a no sé quién.
Las leyendas que llevan
en los flancos.
Los frenazos. Y muchas
cosas más que ahora me callo
por que me bajo aquí.”
IMAGÍNATE
“Un paquete
de Winston, tres
cafés, y no sé cuántos
folios, para decirte
en un poema
que te quiero.
.......................Imagínate
si me metiese
con tu cuerpo.”
EL TRICORNIO
“La primera
fue por venganza,
la segunda por placer,
y la tercera
(para qué vamos
a engañarnos),
la tercera fue
porque me gustó
mucho la segunda.”
LA FUNCIÓN DE LA POESÍA
“La función
de la poesía
en nuestra sociedad,
ha sido el tema estrella
(durante un par de días)
en simposios, mesas orondas
y demás zarandajas,
a cargo
de eminencias con-
trastadas
en el manejo de las lenguas.
Parece ser
que les ha hecho
buen tiempo,
y que no ha habido
heridos de importancia.”
LA VIEJA
“Por cinco libras
y un paquete de rubio
podías tirártela
en un viejo 1.500.
Era (y debía ser cierto)
una profesional en toda regla, y nunca
se acordaba de ti sin tu permiso.
Se llamaba Dolores, La Dolores,
pero todos le llamábamos "la vieja".
Recuerdo que una noche,
sola y borracha
al fondo de la barra, me contó
parte de su azarosa vida.
Había pasado
igual que una moneda
de mano en mano, pero nadie
quiso jamás quedársela.
"Al final, dijo,
todos buscan lo mismo, aunque
muy pocos sepan exactamente
lo que quieren.
Y así es la vida, chico. No dejes
que te engañen".
Luego añadió
que lo de hacer de puta
tampoco era tan malo,
que lo jodido de verdad
era el hambre y las palizas de su padre.
"el hijoputa de mi padre", concluyó,
con los ojos mojados. Y se fue.
Posteriormente,
en más de una ocasión,
le invité a algunas copas
y a tabaco.
E incluso
estuve un día tentado
de irme con ella al coche.
No lo hice. Y todavía
no sé muy bien por qué.
O quizás sí, pero
eso ya no importa.
Después dejé de verla para siempre.
Y hoy, esta misma mañana, abriendo
como suelo al azar
el periódico, me he dado
con su esquela.
Ha muerto, al fin, en un asilo,
y olvidada de todos.
"Como una perra enferma de arrabal
moriré cualquier noche
en una esquina", solía cantar
cuando estaba muy puesta.
Y tenía razón.
Yo quiero
recordarla, aquí, en este poema
que no le hace justicia.”
UN POCO JUSTO
“Te quiero, corazón,
te quiero mucho.
Te quiero tanto
que si no fuese
porque ando un poco justo de pasta últimamente,
ahora mismo
encargaba un luminoso con tu nombre
y detrás un I Love You
y lo mandaba colocar ahí fuera,
para que lo viese todo el mundo.
Ahí fuera,
en la terraza,
al otro lado
de donde cagan siempre las palomas.”
ASÍ, SÍ
“Te digo que te quiero,
pero no te suena bien.
Vuelvo a intentarlo con más énfasis,
pero tampoco te convence.
Nos miramos un rato,
en silencio…
y rompemos a reír a carcajadas.
Pero en qué estaría pensando.
Que se vayan al carajo las palabras.
Te acaricio largamente las piernas,
y te beso en la boca,
y te muerdo la nariz,
y … tú me dices que así, sí.”
TEATRO
" DIONISIO.- (La besa nuevamente.) ¡Paula! ¡Yo no me quiero casar! ¡Es una tontería! ¡Ya
nunca sería feliz! Unas horas solamente todo me lo han cambiado... Pensé salir de aquí hacia
el camino de la felicidad y voy a salir hacia el camino de la ñoñería y de la hiperclorhidria...
PAULA.- ¿Qué es la hiperclorhidria?
DIONISIO.- No sé, pero debe de ser algo imponente... ¡Vamos a marcharnos juntos...! ¡Dime
que me quieres, Paula!
PAULA.- ¡Déjame dormir ahora! ¡Estamos tan bien así...!
(Pausa. Los dos, con las cabezas juntas, tienen cerrados los ojos. Cada vez hay más luz en el
balcón. De pronto se oye el ruido de una trompeta que toca a diana y que va acercándose
más cada vez. Luego se oyen unos golpes en la puerta del foro.)
DON ROSARIO.- (Dentro) ¡Son las siete, don Dionisio! ¡Ya es hora de que se arregle! ¡El coche
no tardará! ¡Son las siete, don Dionisio!
(Él queda desconcertado. Hay un silencio y ella bosteza y dice.)
PAULA.- Son ya las siete, Dionisio. Ya te tienes que vestir.
DIONISIO.- No.
PAULA.- (Levantándose y tirando la manta al suelo.) ¡Vamos! ¿Es que eres tonto? ¡Ya es hora
de que te marches...!
DIONISIO.- No quiero. Estoy muy ocupado ahora...
PAULA.- (Haciendo lo que dice.) Yo te prepararé todo... Verás... El agua... Toallas... Anda.
¡A lavarte, Dionisio...!
DIONISIO.- Me voy a constipar. Tengo muchísimo frío...
(Se echa en el diván acurrucándose.)
PAULA.- No importa... Así entrarás en reacción... (Lo levanta a la fuerza.) ¡Y esto te
despejará! ¡Ven pronto! ¡Un chapuzón ahora mismo! (Le mete la cabeza en el agua.) ¡Así! No
puedes llevar cara de sueño... Si no, te reñiría el cura... Y los monaguillos... Te reñirán
todos...
DIONISIO.- ¡Yo tengo mucho frío! ¡Yo me estoy ahogando...!
PAULA.- Eso es bueno... Ahora, a secarte... Y te tienes que peinar... Mejor, te peinaré yo...
Verás... Así... Vas a ir muy guapo. Dionisio... A lo mejor ahora te sale otra novia... Pero...
¡oye! ¿Y los sombreros de copa? (Los coge.) ¡Están estropeados todos...! No te va a servir
ninguno... Pero ¡ya está! ¡No te apures! Mientras te pones el traje yo te buscaré uno mío.
Está nuevo. ¡Es el que saco cuando bailo el charlestón...! "
TEATRO:
Humorístico: Poncela, Mihura
Buero Vallejo: Existencial (Historia de una escalera) // Denuncia Social (El tragaluz) // Político
(LA fundación)
Renovación: Fernando Arrabal (EL cementerio de Automóviles)
Tradicional: Fernando Fernán Gómez (Las bicicletas son para el verano)
HISPANOAMERICANO