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I

PROSTITUCION COMO TRABAJO SEXUAL: MARCO NORMATIVO INTERNACIONAL Y    PLURALISMO


JURIDICO
Pilar Alejandra Betancur Barajas, Sophia Rubiano

Universidad Central 

RESUMEN:
Este trabajo examina las diferencias entre el sistema normativo Español, Holandés y
Colombiano en cuanto al manejo y reglamentación que estos le han dado al trabajo
sexual y extrae sus consecuencias para pensar el pluralismo jurídico. Es así como se
encuentra la necesidad de aceptar y partir desde el pluralismo jurídico para hacer
igualitarias las relaciones entre la comunidad de trabajadores sexuales como grupo
cultural con normas propias de convivencia, seguridad y trabajo que conviven en el
interior del Estado. Sin embargo, esto ha generado gran controversia debido a la
estigmatización y rechazo que recae sobre el trabajo sexual y sus trabajadores, que
generan consecuencias distintas desde una perspectiva de aceptación social debido a
la falta de  tolerancia y la de negación de que existe una coexistencia entre estas
comunidades y el estado, la salvaguarda de los valores liberales se traducen en un
pluralismo jurídico desigual que establece grandes limitaciones en términos personales,
territoriales y materiales para los sistemas jurídicos de grupos culturales no liberales.
En contraste, el interculturalismo, al apostar por el respeto, la convivencia, el diálogo y
el aprendizaje mutuo entre grupos y comunidades sociales y al aceptar la legitimidad
de distintas concepciones de “vida digna”, permite pensar un pluralismo jurídico
igualitario, con mecanismos institucionales para la cooperación entre sistemas jurídicos
y garantías de derechos fundamentales.
ABSTRACT
This work examines the differences between the Spanish, Dutch and Colombian
normative systems regarding the management and regulation that they have given to
sex work and draws its consequences to think about legal pluralism. This is how the
need to accept and start from legal pluralism is found to make the relations between the
community of sex workers equal as a cultural group with its own rules of coexistence,
security and work that coexist within the State. However, this has generated great
controversy due to the stigmatization and rejection that falls on sex work and its
workers, which generate different consequences from a perspective of social
acceptance due to the lack of tolerance and the denial that there is a coexistence
between these communities and the state, the safeguarding of liberal values is
translated into an unequal legal pluralism that establishes great limitations in personal,
territorial and material terms for the legal systems of non-liberal cultural groups. In
contrast, interculturalism, by betting on respect, coexistence, dialogue and mutual
learning between groups and social communities and by accepting the legitimacy of
different conceptions of "dignified life", allows us to think of an egalitarian legal
pluralism, with institutional mechanisms for cooperation between legal systems and
guarantees of fundamental rights.
2

Palabras clave: Prostitucion,sistemas jurídicos ,normatividad, derechos,garantías,


sistemas normativos,ámbitos ejercicio prostitucion, libertad sexual,dignidad humana.
Keywords: Prostitution, legal systems, regulations, rights, guarantees, regulatory
systems, areas of prostitution, sexual freedom, human dignity.
Sumario

Introducción

1.1.1 Desarrollo 5
1.1.2 Capítulo 1 :Prostitución como trabajo sexual

1.1.3 Capítulo 2: Sistemas y /o modelos normativos de abordaje de la prostitución 5

1.1.4 Holanda

1.1.5 España 6
1.3 Estado Colombiano 7

1.3.1 Bogotá-Comunidades 8

2. Análisis Marco legal 9


2.1.1 Conclusiones 10

2.1.2 Bibliografía 11-12

INTRODUCCIÓN:
 El pluralismo jurídico designa la existencia de más de un sistema jurídico, mezclados,
separados o en conflicto, con legitimidad para regular conductas y resolver conflictos
3

en un espacio geográfico determinado.  Un sistema jurídico está formado por un


conjunto de 
Costumbres, normas o leyes que pueden o no ser escritas, compartidas por los
miembros de una comunidad, una concepción de delitos o faltas, procedimientos y
operadores de justicia.  De acuerdo con Hoekema, estos sistemas pueden desconocer
el estado, pueden ser infra estatales, y se presenta un debate de si toda costumbre
representa un derecho o un sistema normativo, pues bien, el pluralismo   jurídico  
puede   ser   social, cuando   existe   uno o varios sistemas jurídicos no reconocidos por
el Estado, o formal, cuando el Estado reconoce la vigencia de más de un sistema
jurídico.  Así las cosas, el pluralismo jurídico desafía el “monismo jurídico”, que supone
que el único productor de derecho es el Estado.

Ahora bien, partimos de que el trabajo sexual es uno de esos temas controversiales en
cualquier sociedad, aún más en la sociedad colombiana al considerarse como un
Estado Religioso y en donde la gran mayoría población profesa la Religión Católica, la
cual está llena de estigmatizaciones infundadas en consideraciones éticas morales,
pero estas también están infundadas en razones jurídicas, y hasta políticas. Lo cierto
es que en el ordenamiento jurídico colombiano a través de pronunciamientos de la
Honorable Corte Constitucional se iniciado el debate jurídico frente al reconocimiento
del trabajo sexual como una actividad legal, para esto debe realizarse una distinción en
entre lo que es considerado como “trabajo” el cual debe estar compuesto por varias
características las cuales posteriormente serán mencionadas, y por otro lado la
prostitución como explotación sexual.
La prostitución, ha sido reconocida por diversos Estados como “trabajo sexual
comercial” (TSC), dado que este representa una de las principales actividades
económicas con grandes retribuciones monetarias en algunas poblaciones, pero al
mismo tiempo la prostitución desencadena varios problemas sociales los cuales se
tornan en algunos momentos difíciles de resolver, es por que esto que los países no
pueden dejar este tema de lado dado que se debe buscar una forma adecuada para
que la prostitución no siga generando y manteniendo la comisión de delitos tan graves
como: prostitución infantil, turismo sexual, esclavitud sexual, trafico de personas, trata
de personas, tortura, secuestro, entre otros delitos graves que atentan contra
integridad, dignidad, libertad sexual, la vida, libertad de locomoción, y mas derechos
vulnerados por este gran problema social, se hace necesario también conocer los
diferentes tipos de prostitución, como por ejemplo el que es ejercido en calles y vías:
estas trabajadoras buscan clientes en las vías públicas esperando en un lugar
determinado como una acera o una esquina, el acto sexual se da normalmente en el
vehículo o en sitios apartados, en burdeles, es un lugar designado para ejercer la
prostitución, en algunos casos la trabajadora sexual tiene relación con el
establecimiento y a cambio de sus labores recibe un salario mínimo o una comisión,
también existen salones de “masajes”,escorts, turismo sexual y otras modalidades y
espacios en donde se ejerce este trabajo sexual.
También se examinan los elementos que se dan para elegir el sistema que más
convenga a los intereses de la población, en la actualidad existen al menos tres
sistemas normativos que adoptan los Estados en cuanto a la prostitución que son: el
4

sistema reglamentarista, el abolicionista y el prohibicionista, cada país adopta el que


mas le convenga dependiendo de las necesidades, económicas, sociales y culturales
prevalentes dentro de su territorio.
 Ahora bien, en Colombia la prostitución no es ilegal, ni está penalizada, todavía no
existe marco jurídico específico que regule y proteja los derechos de las personas que
ejercen la prostitución voluntariamente; lo anterior atiende intereses particulares con
una carga donde se procura desestimular dicha actividad de antaño en vez de regular
lo inevitable. Se hace necesario el considerar la prostitución como un oficio que va más
allá de la simple prestación de un servicio. Dado que se involucran derechos
fundamentales que pertenecen a la esfera de todo individuo tales como la libertad
sexual, la dignidad humana, el derecho al trabajo entre otros.
 Es común que las personas que ejercen esta labor, normalmente se asienten en
ciertas zonas de la ciudad comúnmente en lugares de alta vulnerabilidad y pobreza,
forman de cierta forma comunidades las cuales tienen sus propias normas con el fin de
llevar un control de actividades, y también generan un esquema de “seguridad “interna
dada la precaria protección que reciben por parte del Estado, si bien por un lado el
Estado ha reconocido los derechos de los trabajadores sexuales, estos  no son
realmente garantizados, realmente estas comunidades no tienen ni voz ni voto , no son
escuchadas realmente en cuanto a sus necesidades como lo son las laborales, o de
seguridad, Colombia ha adoptado un sistema mixto el cual es por una parte
prohibicionista y por otro reglamentarista, pero  se debe tener en cuenta que entre más
estereotipos y discriminación recaiga sobre los trabajadores sexuales que tienen
autonomía y decisión, más aumenta el proxenetismo y explotación sexual el que en su
grado más bajo retiene a las prostitutas bajo su control mediante amenazas y abusos
que llegan a la violencia física, dado que muchas de estas redes atrapan a los y las
trabajadoras sexuales ofreciendo en algunos casos mejores ingresos, seguridad,
estabilidad laboral entre otros supuestos beneficios.
El núcleo de este escrito se basa por un lado en el análisis jurídico de la sentencia T
629 del año 2010 el cual es efectuado por la Corte Constitucional, en la cual se hace un
abordaje al reconocimiento de los derechos de la población que ejerce el trabajo sexual
como medio de vida, y también se hace un análisis tanto de diversos marcos
normativos y sistema que han adoptado países como Holanda el cual maneja un
sistema Legalista, España reglamentarista y Colombia sistema mixto.
En síntesis, se quiere observar brevemente si los derechos que son otorgados a los
trabajadores sexuales se ven materializados tanto jurídicamente como socialmente.

DESARROLLO
1. Prostitución, como trabajo sexual.
Para poder abordar el tema de trabajo sexual, debemos dejar claro el concepto de
prostitución, más allá de que sea una acepción altamente manejada por la sociedad y
por la comunidad académica. Sostiene (Romí, 2006) que etimológicamente,
5

prostitución viene del latín prostitutio Onís, de prostituere, exponer en público, poner en
venta.
 Son las relaciones sexuales que mantiene una persona a cambio de dinero. En los
últimos tiempos se hace referencia a la prostitución como Trabajo Sexual. Expresa el
mismo (Romi, 2006) que: “para que exista prostitución se requiere las siguientes
condiciones:1) Que haya relaciones sexuales, heterosexuales u homosexuales.
 La creencia habitual es considerar que sólo puede hablarse de prostitución cuando
una mujer ejerce su comercio sexual con varones. Sin embargo, no debe excluirse el
caso de la homosexualidad, en vista de que existe desde hace tiempo una verdadera
profesionalización de este tipo, sobre todo en las grandes ciudades.
2) Que el acto se realice por una remuneración; no se debe tener en cuenta sólo el
pago en dinero, sino también el que se hace por cualquier otro medio que implique una
recompensa traducida en ventajas materiales
3) Que los actos sexuales sean frecuentes o habituales con las características
mencionadas.
4) Que exista pluralidad de personas con las cuales el acto sexual lucrativo se realiza.”
Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) define la prostitución o
Trabajo Sexual como toda actividad en la que una persona intercambia servicios
sexuales a cambio de dinero o cualquier otro bien. De manera tal que la prostitución o
Trabajo Sexual es una actividad que exige como condiciones:
a) Una entrega sexo corporal como contraprestación lucrosa (tarifa)
b) Sin selección previa del cliente, ni interés erótico o amoroso personal
c) Dicha actividad admite prostitutas y prostitutos

Sistemas y/o modelos normativos de abordaje de la prostitución


Holanda: Legalista 
El modelo legalista, o también conocido como modelo laboral, se caracteriza por
considerar el ejercicio de la prostitución como un trabajo más, por lo que las mujeres
prostituidas tienen reconocidos los mismos derechos y obligaciones que en cualquier
otro trabajo. 
Al ser la prostitución una actividad laboral más, las mujeres prostituidas están sujetas a
impuestos, deben tener un seguro privado de salud, derechos laborales tales como:
prestación por desempleo e incapacidad, bajas, etc.
Holanda fue uno de los primeros países en implantar el modelo legalista, ya que el 15
de febrero de 1985, se realizó en este país el “I Congreso Mundial de Putas”, donde las
mujeres prostituidas pudieron manifestar sus necesidades. Tras la clausura de este
Congreso, se fundó el International Committee for Prostitutes’ Rights; Más tarde se
realizó el “II Congreso Internacional” en el Parlamento Europeo, del 1 al 3 de octubre
6

de 1986. Y finalmente en el II Congreso International Committee for Prostitutes’ Rights


se realizó un Manifiesto o Declaración sobre prostitución y feminismo (Solís, 2011). 
En la elaboración de este manifiesto, las mujeres prostituidas comenzaron a
entrelazarse con el feminismo, e iniciaron una etapa de empoderamiento de la mujer
prostituida, donde manifestaron su afán por despojarse del rol de víctima, que
tradicionalmente se ha ligado a las mujeres prostituidas, para pasar a un nuevo rol de
mujer prostituida, donde se les consideren unas trabajadoras más y tengan libertad de
elección y ejercicio. En este manifiesto reivindican sus derechos como trabajadoras. No
fue hasta el año 2000 cuando en Holanda se levanta la prohibición de ejercer la
prostitución en burdeles. Al mismo tiempo, en el año 2000, entró en vigor un nuevo
artículo en el Código Penal holandés, el art. 250 a), que convierte en punibles todas las
formas de explotación en la prostitución, posteriormente, en 2002 se amplió esta
prohibición a cualquier forma de explotación sexual. 
También se reforma la Ley para la protección de menores y se eleva la edad mínima
para ejercer trabajos sexuales de 18 a 21 años (Corbera, 2008). aun con todas estas
novedades introducidas, todavía no existe una Ley general de prostitución. La
normativa de prostitución y la implementación de sistemas locales de concesión de
licencias, está bajo el control de los municipios

España:
En España, el Código Penal contempla una regulación que persigue el proxenetismo y
la prostitución infantil o con discapacitados. Sin embargo, por su diseño de gobierno
han sido las comunidades autónomas internas y los entes territoriales los que han ido
más a fondo sobre el asunto. En este sentido, Bilbao, Cataluña, Valencia, las Islas
Baleares, Tarragona y Madrid han encaminado su regulación a continuar con las
restricciones de carácter nacional, y a limitar la actividad de forma locativa, permitiendo
su desarrollo en espacios particularmente determinados.
Ahora bien, España es en teoría un Estado democrático, social y de derecho.
Democrático, social y de derecho para ciertos colectivos, sectores y clase social,
porqué para las trabajadoras sexuales y otros colectivos “transgresores” del sistema
socioeconómico y moral imperante, lamentablemente, es evidente que no. “Aunque el
estado español sea abolicionista desde su ordenamiento jurídico, en la práctica la
prostitución se encuentra reglamentada en su modalidad más perversa: control sin
reconocimiento” (Mestre 2004).
Las políticas punitivas de esta era neoliberal pervierten lo que es en realidad una lucha
por la igualdad de género, aumentando la desigualdad de los colectivos más
vulnerables y marginalizados, en este caso las trabajadoras sexuales (Maqueda 2008).
Como llevan defendiendo desde hace años algunas entidades proderecho, se debe
focalizar la lucha en tres aspectos: lucha contra la trata con finalidad de prostitución
forzada poniendo el foco en los derechos de las víctimas desde una perspectiva
feminista y de derechos humanos diferenciando conceptualmente la prostitución
voluntaria de prostitución forzada; el desarrollo de alternativas laborales no feminizadas
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ni precarizadas para las mujeres que quieran abandonar la prostitución; y la


construcción de un marco regulatorio y el acceso a derechos laborales, sociales y
sanitarios para las trabajadoras sexuales. La pregunta más adecuada no es la de ¿qué
tiene de malo la prostitución? Sino ¿qué pautas de convivencia y qué jerarquías
sociales amenaza? (Juliano 2017).
En conclusion en España, no se ha mantenido una política clara y consolidada en
materia de prostitución. En España la prostitución está regulada, pero esto no implica
su legalización ni prohibición, se considera alegal. Sólo podemos hablar de su
prohibición, cuando están implicados/as menores de edad o adultas que la ejerzan de
manera forzada. Aunque en los últimos años, en España, se está abriendo camino a la
criminalización de las conductas relacionadas con la prostitución (Villacampa et al.,
2013)

Estado Colombiano
El Estado como institución tiene un rol determinante en las implicaciones que se ponen
sobre la mesa al tratar el fenómeno social de la prostitución no solo en un contexto
nacional, sino en un momento donde las leyes evolucionan de acuerdo con un
panorama internacional planteando no pocos dilemas frente al fenómeno que se
desborda de los límites territoriales, siendo el caso de la sentencia T-629 de 2010 que
abre la discusión en Colombia respecto al reconocimiento de la actividad de la
prostitución como trabajo y sus implicaciones en las dimensiones económica y social.
El Derecho Colombiano presenta una tendencia mixta entre las características del
derecho internacional, y las medidas que se establecen en el territorio nacional
(prohibicionistas y reglamentarias). 
La prestación de servicios sexuales no está prohibida por el derecho positivo
colombiano, pero si el proxenetismo o el empleo de menores de edad, lo que da cuenta
que en el país hay falencia en las políticas adecuadas conforme a la práctica de la
prostitución. Lo que permite que, por ejemplo, temas de inclusión y participación de las
personas que hacen parte de este fenómeno, no sean tratados adecuadamente, pues
no hay un foco por el que dirigirse al fenómeno salvo al castigo de quienes inducen o
constriñen, ya que hay “dos polos”, los proxenetas con sus empleados y las mujeres en
ejercicio de prostitución.
Por una parte, la Corte Constitucional en su Sentencia T-629 de 2010 hace un análisis
del fenómeno desde la normativa nacional e internacional (La prostitución en el
Derecho positivo), si puede ser considerada o no como una actividad lícita y si en este
caso puede ser ejercida bajo forma de contrato de trabajo. En un principio se pide
reconocer sus mínimas garantías, al ser vinculadas a un sistema universal de
seguridad social (prestaciones sociales, ahorro para la jubilación y cesantías). De allí la
importancia de visibilizar sus derechos en sentido económico y social; además de
proteger el derecho a la igualdad de la trabajadora sexual. Por esto, ellas no deben ser
discriminadas, pues tienen los mismos derechos de las personas que cumplen
cualquier labor. Es claro que a juicio de la Corte se pretende luchar “contra el negocio
8

de la prostitución, más allá que contra la opción autónoma de cada individuo de


dedicarse a ella” 
Por lo tanto, el castigo a quienes promueven la prostitución de otros, con fines de
explotación es legítimo, pues “las consecuencias sociales de dicha actividad suponen
una agresión grave a los derechos individuales y una afrenta a la dignidad humana,
cuando no una fuente de privaciones más severas de la autonomía y la libertad
personales
Por lo anteriormente mencionado podemos concluir que la prostitución en Colombia es
vista como una actividad lícita, pero con límites, pues el trabajo sexual se ha
relacionado con la trata de personas, el turismo sexual y en definitiva la prostitución
forzada. De modo que al plantearse la licitud del fenómeno hay que ver la noción de
igualdad y principalmente la libre voluntad, en particular de las personas en ejercicio de
prostitución.

Bogotá- Comunidades 
Dentro de la ciudad de Bogotá, la presencia de la prostitución tiene un amplio impacto
en la actualidad, según el Periódico El Espectador (2009), quien toma los datos del
informe Hablemos de Prostitución de la Secretaría Distrital de Integración Social, en el
año 2009 funcionaban 460 establecimientos en los cuales se ejercía la prostitución, de
estos, 252 abrieron sus puertas en los últimos ocho años concentrados el 71% de
ellos en las localidades de Kennedy, Santafé, Chapinero, Mártires y Barrios Unidos.

Este negocio genera ingresos sólidos y lucrativos, que varían según la tipología en la
que se enmarcan. Clubs conocidos como La Piscina, El Castillo Club y La 49, que se
dedican al mercado de la prostitución y que se encuentran ubicados en el centro de la
ciudad, cuentan con entre 60 a 100 mujeres que ejercen la prostitución, quienes
cobran por un encuentro sexual entre $100.000 a$260.000 pesos , sin contar, con la
opción de los servicios fuera del club, en los cuales se paga una multa de $100.000 a
$150.000 a los clubs y la mujer cobra entre $300.000 y $500.000 por el encuentro
sexual fuera del establecimiento (González, 2012).
Existe una marcada, marginalización de mujeres, hombres, transexuales y transgénero,
que ejercen la prostitución a partir de la exclusión económica, exclusión a derechos y
servicios, la desprotección y explotación laboral, la violencia, la salud física y
psicológica, la estigmatización, la trasgresión de normas y la exclusión legal. Un escaso
acceso a servicios institucionales y la intervención desde el trabajo social con este tipo
de población, no se han realizado suficientes acciones para el mejoramiento en las
condiciones de vida de los trabajadores sexuales.
Se destaca una exclusión de los trabajadores sexuales a la ciudadanía y al acceso a
derechos básicos, una feminización de la pobreza en el acceso a determinados tipos
de trabajos enmarcados en la precariedad y la explotación y la carga laboral en el
medio familiar
9

Uno de los temas que más llama la atención es la maternidad de las trabajadoras
sexuales, dado que no existen redes de apoyo, ni apoyo de su núcleo familiar ni
personal, básicamente su red de apoyo muchas veces son sus mismas compañeras de
trabajo, estas mujeres y sus hijos viven en una situación extrema de pobreza y
precariedad, la prostitución entonces se concibe como una salida para conseguir
recursos mínimos para alimentación, vivienda, vestuario entre otros recursos básicos,
dado que en algunos casos es casi imposible conseguir estabilidad laboral en otros
ámbitos, se dificulta enormemente conseguir un empleo que puedan considerar como “
digno” y formal.
Las condiciones bajo las cuales se ejerce la prostitución, normalmente son lugares en
los cuales se viven situaciones de tanto explotación como desprotección, viven
experiencias diarias de violencia tanto física como psicológica, con graves
implicaciones y secuelas.
El panorama jurídico, la relación entre las prácticas sociales no solo se define por las
reglas si no por la construcción cultural que se materializa en el campo jurídico 
la fuerza de las normas sociales va ligadas al marco legal y el reconocimiento social, al
marco legal también tiene implicaciones como herramientas que permiten aceptar o
rechazar ciertas condiciones de vida
Las implicaciones del marco legal del reconocimiento jurídico de los derechos y las
garantías laborales de las trabajadoras sexuales influye positivamente en los avances
normativos en un contexto donde la sociedad define las condiciones sociales en las
que se ejerce la prestación de servicios sexuales estas han establecido las formas de
concebir las formas de trabajo y el cuerpo 
A Partir de los decretos y políticas que reglamentan esta actividad laboral se
comenzaron a ser visibles las carencias de las trabajadoras sexuales en defensa de
sus derechos fundamentales
por parte de los legisladores y operadores institucionales, organizaciones defensoras
de los derechos humanos bajo el paradigma abolicionista del comercio sexual y
organizaciones de trabajadores que defienden sus derechos laborales 
la fusión de estas organizaciones se divide en 2 posiciones, la primera se centra en
atención asistencial y reconocer que estas mujeres se encuentran en una situación de
desprotección estatal y vulnerabilidad en todo momento y la segunda busca un
empoderamiento de la mujer a partir de que esta reconoce sus derechos y garantías
laborales, las organizaciones influyen en el marco legal, esta apropiación de los
trabajadores sobre sus derechos fundamentales 
Mediante la participación de los trabajadores sexuales sobre política en la ciudad de
Bogotá, interponen acciones de tutela, estas acciones dan fuerza al cambio e
intensificación de las normas jurídicas 
En la Sentencia T-594 de 2016, esta sentencia surge a partir de la acción de tutela
interpuesta por abuso policial que sufrieron 4 mujeres en la ciudad de Bogotá, en esta
Sentencia se le concede la razón y se instó a las instituciones del Estado a regular este
10

trabajo además de dar disposiciones e instituciones como la policía para no impedir el


tránsito de las trabajadoras y que ellas puedan ejercer la prestación sus servicios  
La Sentencia T-629 de 2010 señala que el plantearse como trabajadora en el oficio de
la prostitución ubica a la mujer que desempeña este trabajo en un grupo discriminado
históricamente y, por lo tanto, la hace merecedora del estatus jurídico ius fundamental
de sujeto de especial protección por parte del Estado. La Corte Constitucional
Colombiana en su Sentencia T-629 de 2010 considera sujetos de especial protección a
trabajadoras sexuales con referencia a los artículos 13 (igualdad ante la ley), 43
(igualdad ante la ley de hombres y mujeres) y 53 (igualdad de oportunidades para los
trabajadores) de la Constitución Política de 1991. 

La apropiación de los derechos de los trabajadores sexuales se hace visible tanto en


las reclamaciones por parte de las organizaciones al Estado como en las actuaciones
cotidianas en las que se vive el derecho, ellas lo materializan en las prácticas diarias de
su trabajo y su entorno ya que ellas son quienes en principio establecen y defienden
sus límites con los administradores y dueños de los establecimientos, las trabajadoras
como sujetos de derechos les implica estar en una situación de reclamación en
diferentes vías y dirigida a diferentes sectores desde las trabajadoras a las instituciones
del Estado, y a la sociedad en general.

Las trabajadoras sexuales con el tiempo se han organizado para adentrarse en un


marco legal que les permite ser escuchadas y reconocidas como sujetos políticos, sin
embargo, esto no impide del todo la violencia y discriminación que viven en su trabajo y
en un ámbito social más amplio

CONCLUSIONES 

Se podría decir que, a raíz de lo examinado, la legalización como la abolición de la


prostitución no aseguran un mejoramiento de la calidad de vida de las mujeres que
ejercen la actividad ni un mayor control de la prostitución. En el caso de la abolición,
una de las consecuencias negativas que se puede generar es la clandestinidad de la
actividad, se multiplicarían en este caso “los reservados” a las afueras de la ciudad o
los prostíbulos encubiertos, con lo cual sería difícil controlar la actividad y más aún
asegurar la protección de las mujeres que ejercen la actividad, ya que en situación de
ilegalidad y clandestinidad se puede generar una mayor explotación y abuso de las
mujeres, tanto en las condiciones de ejercicio de la actividad, como en la violación de
sus derechos. El generar una política de abolición significa dejar sin ingresos a un gran
número de mujeres y familias que sobreviven cotidianamente con los ingresos de esta
actividad, que se constituye en un colchón social para muchas mujeres en situación de
miseria, quienes prefieren realizar esta actividad marginal que vincularse a la
delincuencia. Por lo tanto, asegurar un sustento para estas mujeres y sus familias sería
un aspecto bastante preocupante desde la posición de la abolición, ya que si el estado
decidiera adoptar esta medida debería asegurar los ingresos de esta población. (Ramírez,
11

VPH (s / f). MUJERESQUE HAN EJERCIDO LA PROSTITUCIÓN EN EL BARRIO DE SANTAFÉ, EN BOGOTÁ (COLOMBIA):UN
ANÁLISIS DE LA EXCLUSIÓN SOCIAL DESDE EL TRABAJO SOCIAL)

En el caso de la legalización, una de las consecuencias negativas que se generaría


sería el aumento de la demanda y del sexo turismo, siendo el país por su medida de
legalidad un lugar atrayente en Latinoamérica para extranjeros interesados en el
turismo sexual, así mismo, se expandiría la industria del sexo, ante el interés de
empresarios por la apertura legal de la actividad, la cual generaría cuantiosas sumas
de dinero para ellos. Ante esto, pienso que este fenómeno no traería buenas
consecuencias para el país y la ciudadanía. De igual manera, dar la categoría legal de
trabajo a la prostitución, implicaría grandes divergencias, pues como afirma Gimeno
(2012: 259, 260), la prostitución no puede ser entendida como cualquier otro trabajo, ya
que mediante un contrato las mujeres que ejercen la prostitución deben tener en todo
momento la capacidad de decidir qué quieren hacer y qué no, sin tener que dar
explicaciones y con la posibilidad de cambiar de opinión, así como de rechazar a
cualquier cliente que, por la razón que sea, no quieran aceptar. Esta situación no sería
común en la mayoría de los trabajos, así mismo, como economía real se daría la
obligatoriedad de facturar y de incluir la identidad de los clientes, así como establecer
cursos de formación, cualificaciones profesionales y evaluaciones de desempeño, entre
otros. Estos elementos serían aspectos difíciles de manejar desde la legalidad de la
actividad. (Ramírez, VPH (s / f). MUJERES QUE HAN EJERCIDO LA PROSTITUCIÓN EN EL BARRIO DE SANTAFÉ, EN
BOGOTÁ (COLOMBIA): UN ANÁLISIS DE LA EXCLUSIÓN SOCIAL DESDE EL TRABAJO SOCIAL)

Según Ramírez, VPH (s/f), Seria buena una legalización parcial, donde se vinculará a
las mujeres a la seguridad social en salud y la pensión de jubilación, ya que en la
mayoría de los casos, las mujeres llegan a su etapa de la vejez sin ningún ingreso ni
cobertura social y en condiciones extremas de pobreza y desprotección, sumadas a las
enfermedades físicas y emocionales que viven como consecuencia del ejercicio de la
prostitución por tantos años y como consecuencia de las problemáticas familiares
presentes a lo largo de su vida. Sin embargo, pienso que se debería dejar la modalidad
de informalidad, ya que esto les permite realizar la actividad de manera flexible, sin
ningún tipo de horario, responsabilidad laboral o seguimiento de normas de un patrón,
características importantes para ellas en la realización de esta actividad. (Ramírez, VPH (s / f).
MUJERES QUE HAN EJERCIDO LA PROSTITUCIÓN EN EL BARRIO DE SANTAFÉ, EN

BOGOTÁ (COLOMBIA): UN ANÁLISIS DE LA EXCLUSIÓN SOCIAL DESDE EL TRABAJO SOCIAL)

Si bien, una gran parte de la sociedad ve la prostitución como un producto de la


desigualdad social estructural entre hombres y mujeres, clases sociales, migración,
escasa o precaria escolaridad, esto no significa que haya que mirar hacia otro lado y no
reconocer su existencia ni las condiciones sociales y laborales en que se desarrolla ni
las reivindicaciones de los derechos de estas mujeres.
12

Se puedo observar que los sistemas y medidas adoptadas por algunos países entre
esos Colombia, las estrategias de actuación serían la consideración de la prostitución
como trabajo, así como la eliminación del estigma social, es decir, actuar, aunque no
podemos olvidar, en mi criterio, que la prostitución es consecuencia de la subordinación
social y económica de las mujeres y tendería a perpetuar el sistema normativo
hegemónico. En este sentido, la prostitución no genera un nuevo marco para la
sexualidad, sino que reproduce y magnifica el existente, La criminalización del
fenómeno implicará, el control sexual de las mujeres.

“la posición de vulnerabilidad que viven las trabajadoras sexuales les implica
posibilidades políticas de acción que ellas reconocen, también añade que los procesos
para las trabajadoras sexuales que se encuentran vinculadas son más eficaces ya que
las organizaciones se encargan de proteger sus derechos en especial a las mujeres
que se prestan este servicio que carece de reconocimiento social y por medio de esta
herramienta legal puede acceder a un espacio de reclamación…”

(Laverde, C., (2018).LA APROPIACIÓN SUBJETIVA DE DERECHOS DE TRABAJADORAS SEXUALES EN LA


CIUDAD DE BOGOTÁ, KULA. Antropólogos del Atlántico Sur, ISSN 1852 - 3218, [pp. 74 ].)

Bibliografía 

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Corte constitucional (13 de agosto de 2010) Sentencia T- 629 de 2010

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