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Peronismo
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Para otros usos de este término, véase Peronismo (desambiguación).
Juan Domingo Perón, fundador del movimiento peronista, junto a su esposa Eva
Duarte.

El peronismo o justicialismo es un movimiento político argentino surgido a mediados


de la década de 1940 alrededor de la figura de Juan Domingo Perón y un considerable
número de sindicatos. Desde su surgimiento ha tenido una importante influencia en
la política de Argentina.

En su forma partidaria, se organizó primero como Partido Laborista, luego como


Partido Peronista, renombrado posteriormente como Partido Justicialista. En 1949,
dos años después de ser sancionada la ley de voto femenino, el peronismo se
organizó también en el Partido Peronista Femenino, fundado por Eva Perón e
integrado solo por mujeres, que fue disuelto por la dictadura cívico-militar
instalada en 1955. Tradicionalmente, su organización se ha realizado sobre la base
de tres “ramas” (política, sindical y femenina), a las que a partir de los años
1970 se agregó la Juventud Peronista.

La denominación alternativa de “justicialismo” proviene de la importancia concedida


por este movimiento a la justicia social. En 1952 el art. 3° de la ley 14 184
definió "como "doctrina nacional", adoptada por el Pueblo Argentino, la doctrina
Peronista o Justicialismo".1La oposición al peronismo generó un movimiento
inorgánico de gran influencia política, conocido como antiperonismo.2 El movimiento
peronista agrupa a una serie de corrientes diversas no del todo precisas ni
constantes a lo largo de la historia, a veces enfrentadas, incluso electoralmente.
Entre las corrientes principales peronistas pueden identificarse el «peronismo
ortodoxo», el neoperonismo, el «peronismo revolucionario» o «la Tendencia», el
«peronismo sindical», el «menemismo», el «kirchnerismo» y el peronismo disidente o
Peronismo Federal.

Entre 1946 y 2019, el justicialismo ganó diez elecciones presidenciales: 1946


(Perón), 1951 (Perón), las dos de 1973 (Cámpora y Perón), 1989 (Menem), 1995
(Menem), 2003 (Kirchner), 2007 (Fernández de Kirchner), 2011 (Fernández de
Kirchner) y 2019 (Fernández), y perdió las elecciones de 1983, 1999 y 2015. Fue
derrocado dos veces por golpes de Estado militares —en 1955 y 1976— y declarado
ilegal por la dictadura autodenominada Revolución Libertadora instalada en 1955,
manteniéndose la prohibición hasta 1972 y para Perón hasta 1973.
Índice

1 Etimología
2 Materiales historiográficos y discurso
3 Historia del peronismo
3.1 Origen
3.1.1 El 17 de octubre de 1945
3.1.2 Las elecciones de 1946
3.2 El primer peronismo (1946-1955)
3.2.1 Primera presidencia de Perón
3.2.2 La segunda presidencia de Perón
3.2.3 El Estado de Bienestar peronista
3.2.4 La política económica peronista
3.2.5 Eva Perón
3.2.6 Situación política y económica
3.2.7 Situación y participación de la mujer
3.2.8 Peronismo y cristianismo
3.2.9 Posturas diferentes sobre la violencia política
3.2.10 Derrocamiento de Perón: golpe de estado de 1955
3.3 La resistencia peronista (1955-1973)
3.3.1 Neoperonismo o peronismo sin Perón
3.4 El tercer peronismo (1973-1976)
3.4.1 «Perón vuelve»
3.4.2 La primavera camporista
3.4.3 La masacre de Ezeiza
3.4.4 Tercera presidencia de Perón
3.4.5 Presidencia de Isabel Perón
3.5 El peronismo durante la dictadura militar (1976-1983)
3.6 Recuperación de la democracia y elecciones de 1983
3.7 El menemismo (1989-1999)
3.8 El peronismo durante el gobierno de La Alianza
3.9 El interinato de Duhalde
3.10 El kirchnerismo (2003-presente)
3.10.1 Peronismo disidente
4 Ideología o doctrina
4.1 Posicionamiento internacional
4.2 Las Veinte Verdades Peronistas
4.3 La constitución justicialista de 1949
4.4 Proyecto educativo
4.5 Ideólogos del peronismo
4.5.1 Perón
4.5.2 Eva Perón
4.5.3 Otros ideólogos del peronismo
5 El peronismo en la cultura popular
5.1 Música
5.2 Cine
5.3 Teatro y actuación
5.4 Literatura
5.5 Pintura
5.6 Deportes
5.7 Ciencias sociales
6 Símbolos y fechas
7 Peronismo en la actualidad
8 Notas
9 Referencias
10 Bibliografía
11 Véase también
12 Enlaces externos

Etimología

La palabra “justicialismo” proviene de una de las tres grandes banderas de esta


ideología, la justicia social, y fue sugerida por primera vez por Eduardo Raúl
Stafforini, especialista en Derecho laboral y funcionario de la Secretaría de
Trabajo y Previsión cuando Perón se desempeñaba como secretario de Trabajo.3
Materiales historiográficos y discurso

Desde el surgimiento del peronismo entre 1943 y 1946, un sector de la población


argentina simpatizaba con el mismo, en tanto entre las personas que no lo hacían,
hubo un sector con un fuerte rechazo, definido de modo genérico como antiperonista.

En algunos casos esa polarización peronismo/antiperonismo también se observa en la


historiografía del peronismo, según la simpatía o antipatía que tuviera cada
historiador o participante de los hechos históricos, dando lugar a que en algunos
casos, se tengan valoraciones y versiones diferentes de los hechos.45

Entre los historiadores que adoptan una línea de simpatía con el peronismo se
encuentran José María Rosa, Arturo Jauretche, Felipe Pigna, Alberto Lettieri,
Miguel Unamuno, Fermín Chávez, Araceli Bellota, Pacho O'Donnell, Hugo Chumbita,
María Seoane, Jorge Abelardo Ramos, Norberto Galasso, Julio Godio -estos tres
últimos desde una postura socialista- y Rodolfo Puiggrós, desde una postura
comunista.

Entre los escritos históricos que adoptan una línea de oposición al peronismo,46 se
encuentran los realizados por Hugo Gambini (autodefinido como "gorila" y
"antiperonista recargado"),7 Félix Luna89910 Santiago Nudelman, Mariano Grondona,
José Luis Romero y Luis Alberto Romero.

También debe incluirse entre los historiadores antiperonistas a Tulio Halperín


Donghi, aunque en sus estudios buscó conscientemente evitar quedar atrapado en la
polarización peronismo/antiperonismo.1112

Entre los documentos históricos y el discurso antiperonista utilizados para


analizar al peronismo se encuentra también el Libro negro de la segunda tiranía
(1958), un informe oficial realizado por la dictadura militar que derrocó al
gobierno peronista en 1955.131415

Entre los historiadores extranjeros, menos comprometidos emocionalmente con las


pasiones políticas argentinas, se encuentran el biógrafo estadounidense de Perón,
Joseph Page y el investigador francés especializado en historia militar argentina,
Alain Rouquié.
Historia del peronismo
Origen
Artículo principal: Revolución del 43
Ángel Borlenghi (izq.) y Juan Atilio Bramuglia (dcha.), dos de los primeros
dirigentes del peronismo, desde 1943. Ambos fueron destacados dirigentes sindicales
socialistas en la década de 1930, de los empleados de comercio y los ferroviarios,
respectivamente. Borlenghi fue ministro del Interior de los dos primeros gobiernos
peronistas y Bramuglia fue ministro de Relaciones Exteriores del primer gobierno
peronista, además de ser autor de la doctrina de la tercera posición.
Periódico del sindicato ferroviario apoyando a Perón. El coronel Perón estableció
una alianza con un amplio grupo de sindicatos de diversas tendencias que se
organizó como corriente laborista influyendo notablemente en el curso de la
Revolución del 43.

El peronismo surge en el curso de la llamada Revolución del 43, un gobierno militar


heterogéneo que había derrocado al último de los gobiernos fraudulentos del período
conocido como la Década Infame, caracterizado como revolución o dictadura, según la
postura política del observador. Entre los militares que actuaban en el seno del
gobierno militar se encontraba el coronel Juan Domingo Perón, sin ocupar
inicialmente ningún cargo de gobierno. Algunos meses después del golpe, un
importante grupo de dirigentes sindicales socialistas y sindicalistas
revolucionarios (entre los que se encontraban los socialistas Ángel Borlenghi y
Juan Atilio Bramuglia, y el sindicalista revolucionario Luis Gay), estableció
contacto con Perón y el coronel Mercante, que llevó a la formación de una alianza
para incidir juntos en la política laboral del gobierno militar.16 Los
sindicalistas propusieron a Perón y Mercante crear una Secretaría de Trabajo,
fortalecer la Confederación General del Trabajo (CGT) y sancionar una serie de
leyes laborales que aceptaran los reclamos históricos del movimiento obrero
argentino. En esas reuniones previas, Perón intentó sintetizar el reclamo sindical
definiéndolo como una política para dignificar el trabajo.17

Desde ese momento, el grupo de sindicalistas y militares dirigido por Perón,


impulsó una estrategia de tomar a su cargo la política laboral del gobierno
militar. En primer lugar Perón logró que se le asignara un cargo menor en el
gobierno, como jefe del Departamento de Trabajo. Desde ese cargo y con el apoyo
activo de una cantidad creciente de dirigentes sindicales, Perón inició una reforma
profunda en materia de derechos laborales, convenios colectivos de trabajo y de
previsión social, que lo llevó a fortalecerse políticamente en el seno del
gobierno. Sucesivamente Perón logró elevar la jerarquía de su Departamento Nacional
de Trabajo al rango de secretaría ministerial, acumulando luego los cargos de
ministro de Guerra y vicepresidente.

Las reformas laborales, el aumento del poder de los sindicatos y la consolidación


de Perón dentro del gobierno militar, generaron un fuerte movimiento de oposición a
Perón en los sectores empresariales y otros grupos militares del gobierno, a los
que poco a poco se sumaron todos los partidos políticos existentes en ese
momento.18 A comienzos de 1945 el conflicto entre ambos sectores se polarizó, de la
mano de la participación protagónica del embajador de Estados Unidos, Spruille
Braden, como opositor público y acérrimo de Perón y organizador de los grupos
opositores.19 Cuenta el historiador radical Félix Luna, que en ese contexto de alta
conflictividad, apareció primero el término “antiperonismo”, que llevó a su vez a
que los diferentes grupos ideológicos sindicales que apoyaban las medidas de Perón,
decidieran comenzar a identificarse como “peronistas” y a movilizarse contra lo que
denominaron “la reacción capitalista”.2021 De hecho, considera Luna, el peronismo
aparece como un movimiento político-sindical diferenciado, el 12 de junio de 1945,
en ocasión de un acto sindical para defender las conquistas laborales amenazadas.22

Para ese momento, la estructura económico-social del país había cambiado


profundamente desde la gran depresión de 1929. La economía argentina, basada casi
exclusivamente en la exportación de carnes y granos, entró en crisis. El país
inició entonces una acelerada industrialización basada en la sustitución de
importaciones de los productos manufacturados. Este proceso fue acompañado de un
importante flujo migratorio interno desde las zonas rurales del interior hacia la
periferia de las grandes ciudades (fundamentalmente Buenos Aires, Rosario y
Córdoba). Este crecimiento vertiginoso de la clase obrera, ocupada por las nuevas
industrias y con mayor presencia de mujeres, son las que constituirán la base del
movimiento peronista.
El 17 de octubre de 1945
Histórica foto conocida como Las patas en la fuente, del 17 de octubre de 1945,
fecha fundacional del peronismo.

El peronismo considera al día 17 de octubre de 1945, celebrado desde entonces como


“Día de la Lealtad”, como el día fundacional del movimiento peronista. Nueve días
antes, el 8 de octubre de 1945, hubo un enfrentamiento entre Perón y el jefe de la
poderosa guarnición de Campo de Mayo, general Eduardo J. Ávalos. Una versión
sostiene que Perón aceptó que una votación de oficiales de esa guarnición
resolviera el diferendo y como la perdió debió renunciar a todos sus cargos en el
gobierno.[cita requerida] Historiadores como Galasso y Potash dan otra versión, y
sostienen que la renuncia de Perón fue una exigencia de los jefes militares de
Campo de Mayo "como condición insoslayable para mantenerse en orden y no avanzar
hacia la Casa Rosada".23

Antes de dejar el gobierno, Perón obtuvo del presidente Edelmiro Farrel, la


autorización para despedirse públicamente usando la red de radiodifusión. Lo que
hizo entonces fue transmitir por radio el discurso que dio ante sus seguidores
convocados de urgencia ante la Secretaría de Trabajo, instando a los trabajadores
“a defender las conquistas sociales otorgadas”.

El sector de las fuerzas armadas que había dado el golpe, respondió exigiendo a
Farrell que arrestase a Perón, lo que se hizo efectivo primero en la isla Martín
García y luego en el Hospital Militar.
El 17 de octubre, sin embargo, una gran manifestación de trabajadores impulsada por
algunos dirigentes gremiales, se reunió en la Plaza de Mayo exigiendo la liberación
de Perón. La situación dio un vuelco y Perón fue liberado esa misma noche, luego de
lo cual habló desde uno de los balcones de la Casa Rosada a la multitud que se
había congregado en la plaza. La composición social de los adherentes al peronismo,
con claras evidencias de pertenecer a los sectores más desposeídos, generó una ola
de reacciones fuertemente discriminatorias, en los sectores que se reconocían como
antiperonistas. Desde entonces se generalizarían términos despectivos contra los
peronistas, como “cabecitas negras”, “aluvión zoológico”, “grasas” y
“descamisados”.

El resultado de la manifestación y la liberación de Perón, fue un acuerdo de los


peronistas y los golpistas, por medio del cual Perón se comprometía a dejar el
gobierno militar, pero a cambio el gobierno debía convocar a elecciones, lo que
hizo de inmediato, para el 24 de febrero del año siguiente, apenas cuatro meses
después.
Las elecciones de 1946
Artículo principal: Elecciones presidenciales de 1946

Luego del 17 de octubre y de cara a las elecciones a realizarse en cuatro meses, el


peronismo no tenía ningún partido político que pudiera impulsar la candidatura
presidencial de Perón, ya que todos los partidos políticos existentes en la
Argentina en aquel momento había adoptado una posición antiperonista. Perón intentó
hacer un acuerdo con algunos de los principales dirigentes de la Unión Cívica
Radical, pero el intento no prosperó. Los partidos antiperonistas formaron una
alianza electoral denominada Unión Democrática, que llevó como candidato a José P.
Tamborini, de la Unión Cívica Radical.

En ese momento, varios sindicatos encabezados por Luis Gay, exsecretario general de
la recientemente desaparecida Unión Sindical Argentina (USA), de tendencia
sindicalista revolucionaria, fundó el Partido Laborista.24 Gay resultó elegido
presidente del partido, que a su vez presentó la candidatura presidencial de Perón,
acompañado por un dirigente radical, Hortensio Quijano. Además del Partido
Laborista, se crearon otros dos partidos políticos que apoyaron la candidatura de
Perón: la Unión Cívica Radical Junta Renovadora (liderada por Quijano y Armando
Antille), que buscó capitalizar el voto radical que apoyaba a Perón; y el Partido
Independiente, presidido por el almirante Alberto Tessaire, que buscó agrupar a los
conservadores que apoyaban a Perón. El coordinador de los tres partidos fue el
abogado de la Unión Ferroviaria y futuro ministro de Relaciones Exteriores, Juan
Atilio Bramuglia. De los tres partidos, el Partido Laborista aportaría el 85% de
los votos que le darían el triunfo a Perón, ganando en todos los distritos
electorales, menos uno.25

En general las fuerzas políticas y sociales de la época preveían una segura y


amplia victoria de la Unión Democrática en las elecciones del 24 de febrero de
1946. Contra tales pronósticos, Perón obtuvo 1 527 231 electores (55 %) contra 1
207 155 electores que apoyaron a Tamborini (45 %), ganando además en todas las
provincias menos Corrientes.25

El sector sindical organizado en el Partido Laborista obtuvo el 85 % de los votos.


De lado antiperonista, la derrota fue particularmente decisiva para los partidos
Socialista y Comunista, que no lograron ninguna representación en el Congreso
Nacional. La seria derrota frente al voto popular del socialismo y del comunismo,
fortalecería en adelante la consolidación del peronismo como un amplio movimiento
popular de base obrera.
El primer peronismo (1946-1955)
Primer escudo del Partido Peronista, 1946-1955.
Portada de la revista Mundo Peronista, editada entre 1951 y 1955.
Suele referirse con la expresión "primer peronismo" al que se desarrolló entre 1946
y 1955, con las dos primeras presidencias de Perón.26272829 En efecto, en ese
período, la Argentina sería gobernada por el peronismo, con Perón como presidente
de la Nación, luego de ganar las elecciones presidenciales de 1946 y 1951. Ese
ciclo se cierra con el golpe de Estado de 1955, que derroca a Perón.

En esos dos períodos de gobierno, todos los historiadores coinciden en señalar el


peronismo se caracterizó por la promoción de los derechos sociales y laborales, con
un fuerte perfil sindical y favorable a la “clase trabajadora”.

Los historiadores peronistas destacan también la conquista de los derechos


políticos de las mujeres, la sanción de una nueva Constitución que amplió los
derechos de la ciudadanía y las funciones del Estado como regulador de la economía,
la promoción de los derechos de la niñez, el impulso a la industrialización de
país, la presencia del Estado en sectores estratégicos de la economía
(ferrocarriles, siderurgia, energía, banca, comercio exterior, etc.), la gratuidad
de la educación pública universitaria, la promoción del turismo social. En materia
internacional destacan una postura no alineada con ninguno de los bandos
enfrentados en la Guerra Fría que recibió el nombre de “tercera posición” y una
política de alianzas latinoamericanas, en especial con Brasil y Chile (ABC).

Con respecto a los conflictos políticos de la época, la historiografía peronista


pone el acento en el racismo y la extrema resistencia de los grupos dominantes (la
"oligarquía") a las medidas de promoción social y de tipo nacionalista, así como la
multiplicación de asesinatos y actos terroristas y golpistas realizados por grupos
opositores, en especial el golpe de Estado del 28 de septiembre de 1951, el
atentado terrorista en la Plaza de Mayo del 15 de abril de 1953, el Bombardeo de la
Plaza de Mayo y el golpe de estado de 1955.

Los historiadores antiperonistas tienden a destacar hechos relacionados con falta


de democracia, calificándolo en algunos casos como "dictadura". En ese sentido
suelen sostener que durante el peronismo hubo mucha más persecución de opositores
que en los otros gobiernos de la época, destacando casos de asesinatos políticos u
opositores que fueron torturados, como el atentado sufrido por el sindicalista
Cipriano Reyes, la detención del diputado radical Ricardo Balbín, el asesinato del
médico comunista Juan Ingallinella en Rosario, o la tortura sufrida por el
activista estudiantil Ernesto Mario Bravo en Buenos Aires. Sectores más duros de la
historiografía antiperonista retratan al peronismo como un movimiento de carácter
"fascista" o "nazi", y señalan el ingreso clandestino a la Argentina de exjerarcas
nazis y el enfrentamiento del peronismo con Estados Unidos durante este período.30
31 Se suele destacar también dentro de este sector al peronismo como una
continuidad constitucional del régimen militar que lo precedió, omitiendo el
conflicto entre Perón y el régimen de facto antes de su elección como presidente,
considerando que su entrada a la política se debió a un golpe de estado militar.31
El antiperonismo también suele poner el acento en la política económica del
peronismo, en especial la alta inflación, las medidas sociales calificadas como
"demagógicas", y el "intervencionismo" del Estado en la economía.
Primera presidencia de Perón
Artículo principal: Primer gobierno de Perón
Bandera del Partido Justicialista.

La primera presidencia de Perón se caracterizó por un gran avance en la


redistribución de la riqueza a favor de los sectores más postergados,32 la creación
de un considerable Estado de Bienestar, el fortalecimiento del sindicalismo, una
amplia política de ayuda social llevada adelante por Eva Perón a través de la
Fundación Eva Perón, la sanción de la ley de reconocimiento de los derechos
políticos de las mujeres (voto femenino), una política sistemática de promoción de
la industrialización, la nacionalización de varios sectores de la economía, la
gratuidad de la enseñanza pública universitaria,33 y una política internacional
equidistante en la Guerra Fría tanto de Estados Unidos como de la Unión Soviética
conocida como "la tercera posición", y la sanción de una nueva constitución,
conocida como "Constitución de 1949" o "Constitución Peronista", inspirada en los
principios justicialistas.

Organizativamente, Perón dispuso la disolución de los tres partidos que sostuvieron


su candidatura (Partido Laborista, Unión Cívica Radical Junta Renovadora y el
Partido Independiente), para integrarlos en el Partido Peronista (llamado
brevemente Partido Único de la Revolución), del que Perón fue el primer afiliado
(29 de enero de 1947). Dicho partido contó con tres ramas: la rama sindical, la
rama política y la rama femenina. Esta última se organizó autónomamente como
Partido Peronista Femenino. Mucho más tarde, en los '70 se considerará a la
Juventud Peronista como cuarta rama del Movimiento. La disolución de Partido
Laborista trajo algunos enfrentamientos políticos, con sectores que se oponían a su
disolución, como su presidente Luis Gay y Cipriano Reyes que sufriría un atentado y
luego sería condenado por haber sido parte de un plan para asesinar a Eva Perón.
La segunda presidencia de Perón
Artículo principal: Segundo gobierno de Perón
Revista de la época donde se señala que «Proclamó el Gral. Perón los derechos de
los trabajadores».

La segunda presidencia de Perón se caracterizó por un aumento de la violencia


política y de las dificultades económicas, que hicieron retroceder la participación
de los trabajadores en la riqueza total. Se registran importantes huelgas, en
particular de bancarios y ferroviarios. En este período muere Eva Perón. La Iglesia
católica que había apoyado al peronismo hasta ese momento, adoptó una postura de
fuerte enfrentamiento activo. En 1955 un movimiento opositor bombardea Plaza de
Mayo asesinando a más de 300 personas e hiriendo a más de 800. Poco después un
golpe de Estado derrocó al gobierno peronista.

Entre las medidas adoptadas se destacan la ley de divorcio, la orden de que las
escuelas públicas fueran laicas y la ley de convenios colectivos. Ante las
dificultades económicas, en 1955 Perón convocó a un Congreso de la Productividad y
el Bienestar Social, con participación de los sindicatos y los empresarios.
El Estado de Bienestar peronista

El Estado de Bienestar construido durante los dos primeros gobiernos de Perón es la


obra más valorada por los simpatizantes del peronismo.34 Una de las observaciones
críticas más habituales de los antiperonistas, es que las leyes laborales no fueron
obra de Perón, sino de los socialistas.35 La respuesta también habitual de los
peronistas es que las leyes estaban, pero no se cumplían.36 En gran medida ambas
cosas son ciertas.37 Si bien el peronismo sancionó importantes leyes para
garantizar derechos laborales (Constitución de 1949, Peón rural, estatutos
profesionales, jubilaciones), el aspecto central de su política laboral fue crear
un Estado de Bienestar capaz de garantizar el cumplimiento de las leyes laborales y
de seguridad social. Ese Estado de Bienestar se construyó sobre cuatro pilares
principales:

Creación en 1949 del Ministerio de Trabajo y Previsión Social, con una activa
policía de trabajo con facultades en todo el país (hasta 1943 había sido un
Departamento Nacional de escaso poder y escasa capacidad de acción fuera de la
Ciudad de Buenos Aires; Perón lo jerarquizó a Secretaría ese año);
Creación de la Fundación Eva Perón en 1948 que canalizó la ayuda social a los
más necesitados, sobre todo niños, mujeres y ancianos;
Creación de los tribunales laborales en 1944;
Fortalecimiento de los sindicatos y las convenciones colectivas (Ley 14.250 de
1952).
Otras medidas sociales importantes tomadas por el primer peronismo fueron la
creación en 1947 del Consejo Económico Social integrado por el gobierno, y las
organizaciones sindicales y patronales; la creación por ley N.º 13.229 de la
Universidad Obrera Nacional en 1948; la aprobación de Plan de Turismo Infantil de
1950; y la gratuidad de la enseñanza pública secundaria (10 de marzo de 1952) y
universitaria (Decreto N° 29.337 del 22 de noviembre de 1949).

El resultado de la política social de Perón fue una importante redistribución de la


riqueza a favor de los sectores trabajadores y más desposeídos, con una política
para mejorar tanto el salario directo como del salario indirecto (educación y salud
públicas, turismo social, etc.). Los economistas Pablo Gerchunoff y Lucas Lach
resumieron del siguiente modo la evolución favorable del salario real durante el
peronismo:

A pesar de las buenas relaciones entre el gobierno y los gremios durante el


período anterior a Perón, los salarios reales apenas habían aumentado entre 1943 y
1945. A partir de ese año los salarios crecieron a una tasa récord, aumentando 62%
entre el último de esos años y 1949... El incremento de los salarios reales llevó a
una distribución del ingreso nacional más equitativa. Se ha calculado que el
componente salarial del ingreso nacional superó, por primera vez en la historia, a
la retribución obtenida en concepto de ganancias, intereses y renta de la tierra.
En 1948, aquel ascendía a 53%, contra 47% de éste, lo que se comparaba
favorablemente con la situación imperante sólo un lustro atrás, cuando los
trabajadores percibían 44,4% y los empresarios, capitalistas y rentistas recibían
55,6%.38

La política económica peronista

La política económica del primer peronismo estuvo apoyada en cuatro grandes líneas:

Ampliación del mercado interno, a través de la inclusión de sectores marginados


y aumento de los ingresos y salarios de los sectores más postergados;
Intervención y regulación de la economía por parte del Estado, incluyendo
nacionalización de sectores estratégicos;
Promoción de la industrialización y la producción nacional;
Planeamiento económico.

1. Mercado interno. La ampliación del mercado interno se produjo principalmente a


través de la política social y laboral.
2. Estado. En algunos casos el peronismo amplió las funciones de algunas
reparticiones y empresas del Estado que ya existían, varias de ellas creadas en la
década anterior, como el Banco Central (que nacionalizó), el Banco Nación, la Junta
Nacional de Carnes, la Junta Nacional de Granos y la empresa Yacimientos
Petrolíferos Fiscales (YPF). A ello se sumó la creación del IAPI al que se le
atribuyó el monopolio del comercio exterior; de una empresa estatal siderúrgica
(SOMISA) y la elaboración de un Plan Nacional Siderúrgico, dirigida por el general
Manuel Savio; la nacionalización de los ferrocarriles y creación de la empresa
Ferrocarriles Argentinos, la nacionalización del servicio telefónico y creación de
la empresa ENTel, la creación de la empresa Agua y Energía Eléctrica;
nacionalización del grupo naviero Dodero; creación de la empresa Aerolíneas
Argentinas; creación de la empresa Gas del Estado.
3. Industrialización y producción nacional. El peronismo promovió la
industrialización y la producción nacional, ampliando el mercado interno, créditos
públicos, a través de las empresas estatales, o por medio de políticas tarifarias y
de compras preferenciales del Estado, como el "compre nacional".
4. Planeamiento. El primer peronismo le dio una gran importancia al planeamiento
macroeconómico, aprobando dos planes quinquenales, el primero para el período 1947-
1952 y el segundo para el período 1953-1958.
La llegada del peronismo al poder se produce en plena posguerra mundial, lo cual
significaba la debilidad económica de una Europa en ruinas, y el liderazgo
creciente de Estados Unidos en el Hemisferio Occidental. En este escenario,
Argentina se encontraba por primera vez en su historia en la posición de acreedor
de los países centrales, gracias a las exportaciones de carnes y granos a las
potencias beligerantes. El principal deudor era el Reino Unido que ante la
emergencia declaró su iliquidez, bloqueando la libre disponibilidad de esos montos.
El gobierno peronista optó por utilizar parcialmente esos créditos para adquirir
empresas de servicios públicos de capital británico, como fue el reconocido caso de
los ferrocarriles que emisarios ingleses venían intentando vender desde 1938. En
septiembre del 46', el gobierno peronista impulsó el tratado Miranda-Eady, que
creaba la "Sociedad Mixta en FF.CC.", donde, amén de otros privilegios concedidos
al capital británico, se le reconocía una abultada inversión de $2000 millones, se
le garantizaba una ganancia mínima del 4% anual ($80 millones), y la exención
ilimitada de aranceles de importación. (dicho tratado cayó ante la presión del
secretario del tesoro de EE. UU., el cual obligaba al Reino Unido a cancelar sus
deudas al contado).

La bonanza económica de la Argentina continuaba, impulsada por el creciente mercado


que se había formado por la baja de las importaciones provenientes de los países en
guerra. Esto permitió al gobierno aplicar una vasta política de bienestar que
incluía la efectivización de nuevos derechos sociales, como períodos de vacaciones
y descanso, planes de vivienda, inversiones en salud y educación, etcétera. Estas
conquistas sociales fueron ampliamente capitalizadas por las figuras de Perón y su
esposa, Eva Perón, que manejaba una fundación de asistencia social financiada
principalmente con fondos estatales y algunos aportes empresarios. Las
nacionalizaciones y estatizaciones de los servicios públicos, como los
ferrocarriles británicos, fueron proclamados como conquistas de soberanía e
independencia económica.

No obstante, el contexto mundial pronto dejó de ser favorable ya que los Estados
Unidos mediante el Plan Marshall, comenzó a ubicar sus excedentes agrícolas en
Europa limitando el acceso al mercado de los alimentos argentinos.

A partir de 1950, la situación económica comienza a empeorar y un nuevo ministro de


Asuntos Económicos, Alfredo Gómez Morales, aplicó medidas de corte ortodoxo, como
el ajuste del gasto público; Perón, que había declarado una vez que "se cortaría
las manos" antes que endeudar a la Nación comprometiendo su independencia
económica, contrajo finalmente un préstamo con el Banco de Exportaciones e
Importaciones de Estados Unidos (Eximbank) y firmó contratos de explotación
petrolífera con compañías extranjeras.
Eva Perón
Artículo principal: Eva Perón
Eva Perón.

Eva Perón jugó un papel muy importante entre 1946 y 1952, fecha esta última en la
que falleció. En el peronismo, Eva Perón tiene un lugar de máxima importancia
simbólica, ya sea desde su propio origen como mujer trabajadora, migrante interna y
humilde, ya sea desde el punto de vista de los derechos de la mujer y de su propia
condición de mujer —en una época en la que no era frecuente que las mujeres
actuaran en política y tenían prohibido ocupar cargos electivos— como desde su
tarea de ayuda social a los humildes a través de la Fundación Eva Perón, o desde la
relación estratégica que mantuvo con los sindicatos, que llegó a proponerla como
candidata vicepresidente de la Nación. Eva Perón mantuvo una fuerte confrontación
con los sectores no peronistas a los que denominaba "los oligarcas". Al morir Eva
Perón fue embalsamada y llevada a la Confederación General del Trabajo.

En la doctrina peronista resultan de gran importancia los discursos de Eva Perón,


entre los que se destaca el conocido como Renunciamiento de Eva Perón, y los dos
libros que escribió, La razón de mi vida (1951) y Mi mensaje (1952).

El antiperonismo ha tenido a Eva Perón como uno de sus blancos principales,


principalmente a través de cuestionar su moralidad o su carácter enérgico,
llamándola "puta", "prostituta", "esa mujer" o "la mujer del látigo". Al producirse
el golpe de Estado que derrocó al gobierno peronista en 1955, el cadáver de Eva
Perón fue secuestrado de la CGT por un comando militar clandestino y hecho
desaparecer hasta 1973.
Situación política y económica
Propaganda sobre el 2° Plan Quinquenal.

Durante la Segunda Guerra Mundial, Argentina llenó sus arcas de dinero mediante la
exportación de materias primas (cereales y carnes, principalmente) a los países
beligerantes europeos (sobre todo a Gran Bretaña). Fue una época de gran
prosperidad para el país. Sin embargo, dicha situación cambió, ya que Estados
Unidos colocó sus excedentes agrícolas en Europa, lo cual generó que se limitaran
las exportaciones de Argentina. Además, tras la Segunda Guerra Mundial, en 1949,
los mercados se retrajeron y esto trajo aparejado una gran reducción en las
exportaciones argentinas (de productos primarios). Por otra parte, las reservas
acumuladas se consumieron desmesuradamente, finalizando de este modo, con el
período de gran prosperidad económica. La crisis tocaba la puerta del país.

No obstante a lo acontecido, el gobierno tenía la esperanza de que el desarrollo de


la industria sacara al país de la situación en la cual se encontraba. Pero para
ello, era necesario el uso de combustibles, acero, maquinarias y demás repuestos
que el país, en ese momento, carecía.

Para salir de la situación, en 1952, el gobierno decidió llevar a cabo un segundo


plan Quinquenal, el cual tuvo vigencia entre 1953 y 1957. Este, planteaba
básicamente como objetivo fundamental, asegurar el desarrollo de la economía social
por medio de actividades que ayuden a gestar la independencia económica del país.
Con este fin, el Estado se reservaba el manejo del comercio exterior, guiado por el
propósito de defender la producción Nacional y obtener términos de intercambios
justos y equitativos. Su empresa estaba también orientada a la consolidación y
diversificación de los mercados de importación y exportación, en los cuales se veía
involucrado el país.

Además se hicieron algunos ajustes, que consistieron en: restringir el consumo


interno, por lo cual fueron eliminados subsidios a diversos bienes de uso popular;
se estableció una veda parcial al consumo de carne; y se levantó el congelamiento
de los alquileres. Por otra parte se proclamó “la vuelta al campo”, donde el
Instituto Argentino de Promoción del Intercambio (IAPI) invirtió su mecanismo y
emprendió la tarea de estimular a los productores rurales con precios retributivos.

Según el historiador Luis Alberto Romero, “Esta política [...] apuntaba a aumentar
la disponibilidad de divisas para seguir impulsando el desarrollo del sector
industrial”.39 Sin embargo, algunas ramas del ámbito industrial (metalúrgicas,
petroquímicas, entre otras) continuaban estancadas. Debido a la maquinaria
obsoleta, el deterioro de los servicios, donde se destacaban la escasa electricidad
y los deficientes transportes, sobre todo ferroviarios, los cuales no fueron
renovados por el Estado.

Para desarrollar el sector industrial y salir de la crisis (la cual había generado
disconformidad en los sindicatos y en el Ejército) se limitó el crédito industrial
y el uso de las divisas, y se dio prioridad a las empresas grandes, sobre todo, a
las industrias de bienes de capital. Uno de estos casos, fue la reactivación de la
empresa siderúrgica SOMISA. Otra medida consistió en el congelamiento por dos años
de los contratos colectivos de trabajo. Otro ‘gesto’ importante del Estado fue que,
en 1955, incentivó que empresarios y sindicalistas se juntaran para discutir sobre
temas inherentes a las relaciones laborales. También, el gobierno, se enfocó en
atraer capitales extranjeros. Un proyecto de gran importancia fue el petrolero.
Argentina realizó un acuerdo con una filial de la Standard Oil de California, que
consistía en la explotación de 40.000 (cuarenta mil) hectáreas en la provincia de
Santa Cruz, pero no fue aprobado en el Congreso por oposición de diputados
radicales y la renuencia de los propios legisladores peronistas.40

Todas estas medidas generaron la reducción de la inflación, y el re-equilibrio de


la balanza de pagos. Pese a eso, no se obtuvieron cambios significativos en lo que
respecta al agro y a la industria.
Situación y participación de la mujer
Eva Perón emitiendo su voto.

El peronismo tomó medidas muy importantes para promover la igualdad de derechos


entre la mujer y el hombre. En 1947 sancionó la ley de reconocimiento de los
derechos políticos de la mujer (sufragio femenino), que estableció la sufragio
universal en Argentina a partir de las elecciones de 1951. A partir de la sanción
de reconocimiento de los derechos políticos de las mujeres, el peronismo organizó
el Partido Peronista Femenino, que promovió una amplia participación de las mujeres
en la política, como militantes y como dirigentes. La propia situación destacada de
Eva Perón dentro del movimiento fue un ejemplo de esa alta participación de las
mujeres en el peronismo.

Como consecuencia de las elecciones legislativas de 1951, asumieron 23 diputadas


nacionales, todas ellas por el Partido Peronista, ya que ninguna diputada fue
elegida por los partidos de oposición.41 Esas 23 primeras diputadas fueron: Delia
Parodi (elegida Vicepresidenta primera de la Cámara de diputados en 1953), Judith
Élida Acuña (Corrientes), Generosa D. Aguilar de Medina (Salta), Magdalena Álvarez
de Seminario (Buenos Aires), Celfa Argumedo de Pedroza (Mendoza), Josefa Biondi
(Santa Fe), Josefa D. Brigada de Gómez (Santa Fe), María Elena Casuccio (Buenos
Aires), María C. Caviglia de Boeykens (Entre Ríos), Angélica Esperanza Dacunda
(Corrientes), Juana Alicia Espejo de Ramos (Capital Federal), Francisca Ana Flores
(Buenos Aires), Dora Matilde Gaeta de Iturbe (Capital Federal), Ana Carmen Macri
(Capital Federal), Dominga Ortiz de Sosa Vivas (Santiago del Estero), Mafalda
Piovano de Castro (Santiago del Estero), Zulema Noemí Pracánico (Buenos Aires),
Seferina del Carmen Rodríguez de Copa (Salta), Celina E. Rodríguez (Buenos Aires),
Carmen Salaber (Buenos Aires), María Urbelina Tejada (San Juan), Isabel A.
Torterola de Roselli (Santa Fe) y Otilia Villa Maciel de Cano (Tucumán).41 Varias
de ellas fueron desplazadas por la fuerza de sus cargos democráticos por la
dictadura autodenominada Revolución Libertadora en 1955.41

A ellas se sumaron tres delegadas al Congreso Nacional elegidas por los territorios
nacionales: Elena Aída Fernicola (Misiones), Esther Mercedes Fadul (Tierra del
Fuego) y Paulina Escardó de Colombo Berra (Chubut), y dos diputadas por nuevas
provincias creadas, en elecciones parlamentarias complementarias realizadas en
1952: Josefa Miguel de Tubio (La Pampa) y Obdulia Alvaredo de Blanco Silva
(Chaco).41

El peronismo también estableció a través de la Constitución de 1949 la igualdad


jurídica de mujeres y hombres, aclarando que esa igualdad alcanzaba a "los cónyuges
y la patria potestad" (artículo 37, II, 1). Adicionalmente, en 1950 se sanciona el
delito de incumplimiento de los deberes de asistencia familiar (alimentos), para
combatir la tendencia de los padres a desentenderse del cuidado económico de los
hijos. Cuando la Constitución de 1949 fue dejada sin efecto por la dictadura
militar autodenominada Revolución Libertadora, la mujer casada en Argentina volvió
a tener un estatus inferior durante varias décadas más. Hasta 1968 se la
consideraría legalmente como una incapaz relativa, similar a un menor de edad, y
recién en 1985 se estableció su igualdad jurídica con el hombre frente a la patria
potestad de sus hijos.
Peronismo y cristianismo

El peronismo atrajo el apoyo de diversos sectores del cristianismo católico ligados


a la doctrina social de la Iglesia y su concepto central, la justicia social. La
investigadora María Soledad Catoggio identifica cuatro grandes grupos cristianos
que apoyaron al primer peronismo: a) el grupo nacionalista ligado al padre Leonardo
Castellani; b) un significativo grupo de cuadros proveniente de Acción Católica y
la Juventud Obrera Católica (JOC) y los sindicatos católicos, como Emilio Mignone;
c) intelectuales católicos provenientes de los Cursos de Cultura Católica,
relacionados con la revista Criterio —entre quienes se encontraba el convencional
constituyente Pablo A. Ramella—, que se vinculan también a los sectores que
adhirieron a las ideas de Jacques Maritain como Arturo Sampay; d) el grupo formado
por el sacerdote Hernán Benítez, que trabajó en la Fundación Eva Perón y luego
publicaría la revista Rebeldía, durante la resistencia peronista.42

Catoggio explica que:

Para diversos analistas la originalidad del peronismo fue la de fundar una


concepción propia de lo religioso a partir del empoderamiento de los trabajadores,
el culto cívico religioso a su mujer, Eva, y la construcción de un linaje donde se
proponía a sí mismo como continuador del "cristianismo primitivo" (Caimari, 1995;
Cuchetti, 2005). Este linaje tuvo el doble efecto de generar una diferenciación
dogmática con respecto a la autoridad eclesiástica y de mantener al mismo tiempo
una interpelación identitaria con sectores del catolicismo identificados con ese
modelo histórico-utópico. En tal sentido, la dislocación que produjo el encuentro —
y el choque— con el peronismo erosionó la solidaridad corporativa de una
institución que hasta entonces se había manejado con principios fuertemente
verticales.42

La confrontación entre el peronismo y la Iglesia Católica de 1954 y 1955, produjo


también un fuerte debate y toma de posiciones, tanto en el seno del peronismo como
del catolicismo. Pero la estrecha relación entre el peronismo y el cristianismo
continuaría luego del derrocamiento de Perón, y tomaría nuevas formas a partir del
Concilio Vaticano II y el surgimiento de la Teología de la liberación basada en la
opción por los pobres, influyendo en la Teología del pueblo donde se destacó el
pensamiento de Lucio Gera, el Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo y la
creación del movimiento de curas villeros.42 El papa Francisco, simpatizante del
peronismo, se formó y desarrolló su visión pastoral bajo la influencia de esos
movimientos.
Posturas diferentes sobre la violencia política

Sobre la violencia política en el primer peronismo existen dos grandes miradas


historiográficas. Los opositores al peronismo han hecho hincapié en los actos de
represión de funcionarios del Estado contra los opositores y han justificado o
atenuado la responsabilidad por los actos de violencia o terrorismo realizados por
los opositores contra los peronistas. Los peronistas, por el contrario, sostienen
que los actos de represión contra opositores fueron mucho menores que los de los
gobiernos anteriores y posteriores, y destacan la gran cantidad de asesinatos,
actos terroristas y complots para producir golpes de Estado, cometidos por los
opositores.

Entre los actos de represión cometidos por el Estado, los opositores al peronismo
señalan en primer lugar el asesinato del médico comunista Juan Ingallinella,
torturado y asesinado por la policía de la Provincia de Santa Fe.43 También se
señalan los casos de torturas sufridos por el estudiante comunista Ernesto Mario
Bravo y un grupo de trabajadores telefónicos.44

Los opositores antiperonistas también cuestionan el episodio conocido como la


"quema de iglesias del 16 de junio de 1955", sucedido inmediatamente después de
finalizado el bombardeo de Plaza de Mayo y como respuesta a este.

También se señalan los casos de desafuero y detención de los diputados radicales


Ricardo Balbín, Ernesto Sanmartino y socialista Alfredo Palacios. Otros
señalamientos están referidos a actos de discriminación política, en el ámbito
educativo y en el empleo público.

En los actos de violencia cometidos por los opositores antiperonistas, los


peronistas destacan sobre todo los golpes de Estado de 1951 y 1955, especialmente
este último por haber derrocado el gobierno constitucional del presidente Perón y
haber instalado una dictadura autodenominada Revolución Libertadora, que reprimió
severamente al peronismo, con fusilamientos, detenciones, cesantías, discriminación
política y proscripciones electorales hasta 1973.

También señalan la gravedad del bombardeo de Plaza de Mayo, en el que fueron


asesinadas 308 personas identificadas y un número indeterminado de personas que no
pudieron ser identificadas estimado en 90. Entre las personas asesinadas hubo 42
mujeres, 18 menores de edad, 7 ancianos y 109 militantes sindicales; a los
asesinatos se sumaron casi mil personas que sufrieron lesiones graves y
gravísimas.45

Los peronistas también denuncian la constitución por parte de los opositores de


"comandos civiles" armados, que produjeron gran cantidad de atentados terroristas,
entre ellos el atentado terrorista del 15 de abril de 1953 en Plaza de Mayo, en el
que fueron asesinadas 6 personas (una anciana y cinco hombres), y 90 quedaron
heridos (entre ellos 19 mutilados de por vida).46

Otro ataque denunciado son los disparos realizados el 17 de octubre de 1945 desde
el Crítica, asesinando al adolescente Darwin Passaponti y al joven Francisco Ramos
e hiriendo a más de 50 personas.47

Los peronistas también destacan la violencia simbólica y racista llevada adelante


por los opositores antiperonistas. Entre ellos destacan la calificación del
peronismo como "aluvión zoológico" que el diputado Ernesto Sanmartino realizó
públicamente en el Congreso Nacional. También cuestionan los reiterados insultos y
faltas de respeto a Eva Perón, calificándola de "puta", "prostituta" y "mujer del
látigo" o refiriéndose despectivamente a ella como "esa mujer", así como las
pintadas callejeras con el lema "¡Viva el cáncer!", durante la convalecencia que la
llevó a la muerte debido a esa enfermedad, en 1952. El peronismo cuestiona también
los ataques racistas de los opositores, calificando despectivamente a los
simpatizantes peronistas con términos como "cabecitas negras", "negros",
"lúmpenes", "grasas" y "descamisados".
Derrocamiento de Perón: golpe de estado de 1955
Artículo principal: Revolución Libertadora (Argentina)

Sucesivos enfrentamientos con la Iglesia y una gran polarización de la sociedad en


pro o en contra del gobierno, enrarecen el clima político. Luego de una
investigación basada en el testimonio de un oficial de policía, hermano de un
marino, el Consejo Superior de las Fuerzas Armadas pidió el procesamiento del
ministro del Interior Ángel Borlenghi acusado de haber propiciado la quema de una
bandera el 9 de junio de 1955 para incriminar a manifestantes católicos, lo que le
hizo renunciar y abandonar precipitadamente el país.

En verdad, la crisis económica había precipitado también la puja distributiva: el


sector más rico y propietario, del campo o la industria, no estaba dispuesto a
tolerar una distribución del ingreso semejante: el 50 por ciento del PBI pasaba a
los trabajadores.[cita requerida]

El 7 de septiembre la CGT propuso al gobierno la formación de milicias populares y


al día siguiente el ministro Lucero rechazó la oferta, pero la difusión del hecho
aceleró los preparativos de los conspiradores.48

El 16 de septiembre estalló un levantamiento en Córdoba encabezado por el general


Eduardo Lonardi y secundado por el general Pedro Eugenio Aramburu. La mayor parte
de las tropas leales a Perón no quisieron luchar. La Marina, liderada por el
almirante Isaac Rojas, encabezó el golpe contra Perón: sus naves bloquearon Buenos
Aires y su estado mayor amenazó con volar los depósitos de combustible de La Plata
y Dock Sud.

El ministro de Guerra, General Lucero, pidió parlamentar y leyó una carta en la que
Perón solicitaba la negociación de un acuerdo. La carta no hablaba de renuncia, sí
de renunciamiento, pero la Junta de Generales Superiores del Ejército decidió
considerarla como una renuncia y negociar con los golpistas. Sobre la actitud de
los gremios escribiría Perón años después: "también me desilusionaron los gremios.
La huelga general estaba preparada y no salieron...Trataron de arreglarse con los
que venían".49 El 20 de septiembre Perón se refugió en la embajada del Paraguay y
en la Cañonera que lo llevó a Asunción y a lo que sería el comienzo de su largo
exilio de casi 17 años.50

El padre Carlos Mugica, quien por entonces era antiperonista y luego se haría
peronista, convirtiéndose en uno de los máximos exponentes del movimiento de curas
villeros antes de ser asesinado en 1974, ha dejado su propia memoria de la reacción
de los diferentes sectores sociales en ese momento:

En el Barrio Norte se echaron a vuelo las campanas y yo participé del júbilo


orgiástico de la oligarquía por la caída de Perón. Una noche, fui al conventillo
como de costumbre. Tenía que atravesar un callejón medio a oscuras y de pronto,
bajo la luz muy tenue de la única bombita, vi escrito, con tiza y en letras bien
grandes: ‘Sin Perón, no hay Patria ni Dios. Abajo los cuervos’. La gente del
conventillo me conocía bien, yo había intimado bastante con ella durante todo ese
tiempo (después seguí yendo, casi todo el año 56). Sin embargo, para mí lo que vi
escrito fue un golpe: esa noche fue el otro momento decisivo en mi vida. En la casa
encontré a la gente aplastada, con una gran tristeza. Yo era un miembro de la
Iglesia y ellos le atribuían a la Iglesia parte de la responsabilidad de la caída
de Perón. Me sentí bastante incómodo, aunque no me dijeron nada. Cuando salí a la
calle aspiré en el barrio la tristeza. La gente humilde estaba de duelo por la
caída de Perón.
P. Carlos Mugica51

La resistencia peronista (1955-1973)


Artículos principales: Resistencia peronista y Exilio de Perón.

La Resistencia peronista es el nombre que recibe el período de la historia del


peronismo y un movimiento de resistencia a los gobiernos argentinos instalados a
partir de septiembre de 1955, fecha en la que fue derrocado el gobierno
constitucional de Juan D. Perón, y hasta el 25 de mayo de 1973, fecha en la que
asumió el gobierno constitucional de Héctor José Cámpora. Los gobiernos instalados
durante ese período fueron resultado de golpes de Estado o de elecciones en las que
no se permitió participar libremente al peronismo.
Neoperonismo o peronismo sin Perón
Artículo principal: Neoperonismo

El neoperonismo también llamado peronismo sin Perón fue una corriente política
impulsada por algunos peronistas a partir de 1955. Su origen fue la creación del
partido Unión Popular fundado por Juan Atilio Bramuglia, exabogado sindical de la
Unión Ferroviaria y ministro de Relaciones Exteriores de Perón entre 1946-1949.

Otros dirigentes que adhirieron al neoperonismo fueron Augusto Vandor, Rodolfo


Tecera del Franco, Atilio García Mellid, Raúl Matera, etc.

Un caso especial de neoperonismo fue el Movimiento Popular Neuquino fundado por


Felipe Sapag, con cierto apoyo del propio Perón.52
El tercer peronismo (1973-1976)
Artículo principal: Tercer peronismo
«Perón vuelve»
El abrazo de Perón y Balbín, que habían sido enemigos por décadas, ha quedado en la
historia argentina como símbolo del respeto democrático.

En 1970 colapsó el proyecto de establecer una dictadura permanente apolítica


liderada por Juan Carlos Onganía, debido al estado de subversión generalizada que
había desencadenado, expresado en la sucesión de puebladas insurreccionales y la
creación de organizaciones guerrilleras peronistas y no peronistas. Un sector de la
dictadura (Lanusse) propuso llegar a un acuerdo con los partidos políticos, llamado
Gran Acuerdo Nacional (GAN), aceptando que el peronismo volviera participar en la
vida política, pero bajo el control y la dirección de las Fuerzas Armadas. El
sector vandorista -en el que se encontraba la mayoría del sindicalismo peronista-,
estuvo de acuerdo, pero el sector liderado por Perón, con el apoyo de la guerrilla
peronista (Montoneros, FAR y FAP), el peronismo revolucionario y un sector
minoritario del sindicalismo liderado por José Ignacio Rucci, rechazó el GAN y
propuso un amplio frente civil, apoyado en la reconciliación entre peronistas y
antiperonistas y la concertación social entre sindicatos y empresarios nacionales.
En ese momento Perón y el líder del radicalismo del pueblo Ricardo Balbín,
principal referente del antiperonismo, inician conversaciones para llegar a un
acuerdo de unidad nacional que desbarate el proyecto militar del GAN. Bajo la
consigna «Perón vuelve» y una amplia movilización popular, el 17 de noviembre de
1972, aún en dictadura y en medio de una alta tensión, Perón volvió al país y sella
con Balbín, por medio de un abrazo histórico, la reconciliación entre peronistas y
antiperonistas, abriendo así el camino a la realización de elecciones democráticas,
sin control militar.

Perón y Balbín eran partidarios de presentarse juntos a elecciones, en una fórmula


de unidad nacional que garantizara la estabilidad institucional y la reducción
progresiva de la violencia política y el estado insurreccional que había
desencadenado la dictadura. Pero la dictadura logró prohibir la candidatura de
Perón y los sectores internos, tanto del peronismo como del radicalismo, bloquearon
toda posibilidad de alcanzar una fórmula Perón-Balbín.

El peronismo formó entonces un amplio frente electoral denominado Frente


Justicialista de Liberación (Frejuli), con gran parte de las fuerzas políticas que
habían sido antiperonistas en 1955: el frondizismo, el conservadurismo popular y el
ala de centro de la democracia cristiana. Pero la dictadura -en la creencia de que
el peronismo no llegaría a la mitad de los votos necesarios para ganar, abriendo
camino así al triunfo de Balbín en segunda vuelta-, logró impedir que Perón fuera
el candidato del Frejuli, fortaleciendo de ese modo al peronismo revolucionario y a
la guerrilla peronista, que había sido el sector que más había luchado para
desestabilizar al gobierno militar y lograr el retorno de Perón al país. La
candidatura presidencial recayó en un histórico del peronismo, Héctor J. Cámpora,
con excelentes relaciones con la ya por entonces llamada Tendencia Revolucionaria,
o simplemente la Tendencia. Cámpora fue acompañado en la fórmula por el conservador
popular Vicente Solano Lima, un histórico del antiperonismo. El lema central de la
campaña fue «Cámpora al gobierno, Perón al poder».
La primavera camporista
Afiche de la campaña electoral de 1973. Héctor J. Cámpora asumió como presidente el
25 de mayo de 1973, con el apoyo popular que le garantizaba su lealtad a Perón.
Acto masivo por la asunción presidencial de Héctor Cámpora en 1973.

El 11 de marzo de 1973 se realizaron las elecciones generales con un triunfo


inesperado del Frejuli en primera vuelta, que se completaría con la obtención de
veinte de las veintidós gobernaciones provinciales. El amplísimo triunfo peronista,
luego de dieciocho años en los que los grupos más duros buscaron de la
"desperonización" de la población, produjo una conmoción en las Fuerzas Armadas y
los sectores conservadores, que estuvieron a punto de dar un nuevo golpe de Estado.
Pero el general Lanusse logró garantizar que los militares respetaran la
legitimidad democrática y el 25 de mayo asumió el nuevo gobierno constitucional.

Por entonces, América Latina vivía un momento de autonomía relativa frente a


Estados Unidos, que pretendía alinear a todo el continente en la "lucha contra el
comunismo", que llevaba adelante en la Guerra Fría, instalando dictadura militares
permanentes que siguieran los lineamientos de la Doctrina de la Seguridad Nacional.
A la Revolución cubana de 1958/1959, le habían seguido la Revolución peruana de
1968 liderada por el general Juan Velasco Alvarado, la Revolución panameña liderada
por el general Omar Torrijos y la victoria electoral de la Unidad Popular en Chile,
con la presidencia del socialista Salvador Allende.

Cámpora alcanzó a gobernar sólo 49 días. En ese período, su gobierno se orientó


sobre la base de tres políticas fundamentales: una política económica (ministro
José Ber Gelbard) industrialista, de fortalecimiento del mercado interno y
ampliación diversificada de los mercados internacionales, apoyada en el Pacto
Social con la CGT y la CGE; una política internacional (ministro Juan Carlos Puig)
tercermundista y de integración latinoamericana autónoma de Estados Unidos,
buscando ingresar al Pacto Andino; y una política educativa (ministro Jorge Taiana)
pluralista que abrió las universidades, promovió el movimiento estudiantil y
priorizó la alfabetización de los adultos.

Con respecto a las Fuerzas Armadas, Cámpora apoyó al sector "profesionalista


integrado", que sostenía que los militares debían subordinarse al poder político
democrático. Impulsó además un acercamiento entre las guerrillas peronistas -que
habían suspendido la lucha armada- y las Fuerzas Armadas, que permitiera ir
institucionalizando progresivamente un poder militar democrático, que abandonara la
Doctrina de la Seguridad Nacional estadounidense. La guerrilla no peronista, el
ERP, adoptó una postura más distante de la institucionalidad democrática, pero
reconoció explícitamente la legitimidad del gobierno de Cámpora y se abstuvo de
hecho de realizar operaciones durante su gobierno.
La masacre de Ezeiza

El 20 de junio de 1973 Perón regresó para radicarse definitivamente en la


Argentina, poniendo fin a dieciocho años de exilio. Una enorme multitud estimada
por algunos observadores hasta en dos millones de personas, se congregó en Ezeiza,
cerca del aeropuerto internacional de Buenos Aires para recibir al fundador del
peronismo. En esas circunstancias se produjo la Masacre de Ezeiza, en la que fueron
asesinadas trece personas y quedaron heridas más de cien. La masacre se produjo
cuando las columnas del peronismo revolucionario se acercaron al palco, ocupado por
personas con armas largas pertenecientes al Comando de Organización. La Masacre de
Ezeiza impidió el rencuentro de Perón con sus simpatizantes y reinstaló la
violencia política dentro de la lógica bipolar de la Guerra Fría, de lucha armada
contra "la infiltración marxista" y toda expresión que pudiera ser considerada
"izquierdista", definidas con las palabras descalificadoras de "zurdos(as)" y
"zurdaje", como identificación del "enemigo". Treinta años después, en ocasión del
triunfo electoral de Néstor Kirchner, la conductora televisiva conservadora Mirtha
Legrand -quien luego se declaró arrepentida-53 hizo referencia a ese término al
decirle al presidente electo que «algunos dicen que con usted se viene el zurdaje»,
respondiendo Kirchner que «esos dichos costaron treinta mil desaparecidos».5455

Menos de un mes después, el 13 de julio, Cámpora y Solano Lima renunciaron para


permitir nuevas elecciones sin la proscripción de ningún candidato. En el ínterin,
se forzó la línea de sucesión presidencial para que la Presidencia recayera en Raúl
Lastiri, yerno del ministro José López Rega y como él miembro de la logia
anticomunista de extrema derecha Propaganda Due, vinculada a la Santa Sede y la
CIA.
Tercera presidencia de Perón

Perón era consciente, como todos los protagonistas de la época, de que su


expectativa de vida no superaba el año. Por eso volvió a insistir en una fórmula
conjunta con Balbín, que diera estabilidad política al gobierno, cuando muriera.
Pero la oposición interna en ambos partidos, volvió a bloquear esa opción y la
fórmula final del Frejuli fue completamente peronista, recayendo -aún contra su
voluntad- la candidatura vicepresidencial en su esposa, María Estela Martínez de
Perón.

El 23 de septiembre de 1973 se realizaron las elecciones y la fórmula Perón-Perón


logró el apoyo popular más alto de la historia electoral argentina con un 61,85% de
los votos y casi cuarenta puntos de ventaja sobre el radicalismo. Las condiciones
políticas habían cambiado completamente desde la asunción de Cámpora. El 27 de
junio se había producido un golpe de Estado en Uruguay, en agosto se inició la
Crisis del petróleo que puso fin a la llamada Era de Oro del capitalismo y el 11 de
septiembre se había producido otro en Chile, instalando en el poder a Pinochet.
Argentina había quedado rodeada de dictaduras, apoyadas por Estados Unidos y
alienadas en la Guerra Fría tras la Doctrina de la Seguridad Nacional. Por la misma
época la embajada estadounidense en Argentina, incrementó los contactos con los
grupos militares golpistas, ante la cierta eventualidad de la muerte de Perón, en
cuyo caso recomendaba apoyar el golpe de Estado.56

Finalmente, antes de iniciar su mandato se produjo otro hecho de violencia, que


influyó también decisivamente en el rumbo político: el asesinato de José Ignacio
Rucci, secretario general de la CGT. Ni la justicia, ni la historiografía han
podido determinar quién asesinó a Rucci. En su momento el caso no fue investigado y
al finalizar 2016, aún seguía abierta la investigación judicial, sin ninguna
persona procesada. Rucci constituía una pieza maestra para el gobierno de Perón,
porque era junto con el ministro Gelbard -un empresario afiliado secretamente al
Partido Comunista-, la garantía del sostén del Pacto Social, al que se oponían
tanto la mayoría de los sindicatos peronistas, como la Tendencia Revolucionaria.
Por otra parte un gobierno de Perón apoyado en Gelbard-Rucci, hubiera alejado del
centro del poder a los hombres de la logia Propaganda Due (López Rega, Lastiri,
Vignes, Massera), que buscaban alinear al gobierno peronista con Estados Unidos y
la lucha contra el comunismo. El asesinato de Rucci desencadenó a su vez la
aprobación por el Consejo Superior Peronista, presidido por Perón mismo, de la
Orden Reservada del 1 de octubre de 1973, declarando la "guerra" contra el
"marxismo", tanto dentro como fuera del peronismo, por "todos los medios que se
consideren necesarios", a criterio de los dirigentes de cada distrito.5758

Perón mantuvo en líneas generales las tres políticas principales establecidas por
Cámpora: la política económica industrialista de Gelbard apoyada en el Pacto
Social, la política educativa del ministro Taiana (que también era su médico
personal) y la política internacional tercermundista y de integración
latinoamericana autónoma, a pesar de la oposición del nuevo ministro Vignes, del
grupo lopezregista y miembro de Propaganda Due. Entre las principales acciones se
destacan el aumento del 500% de las exportaciones a los países socialistas, la
sanción de la ley universitaria conocida como Ley Taiana, la campaña de
alfabetización Crear, el inicio de las gestiones para integrar el Pacto Andino y el
tratado definitivo de límites con Uruguay. Durante su gobierno el desempleo bajó a
su piso histórico del 2,5%, la inflación se redujo notablemente, la balanza
comercial alcanzó un superávit histórico que duplicó el récord anterior y el peso
argentino se revalorizó un 25%.

Durante su gobierno también comenzó a actuar la Alianza Anticomunista Argentina


(Triple A), organizada desde el Ministerio de Bienestar Social por José López Rega,
con el jefe de la Policía Federal Alberto Villar como su jefe operativo y
financiamiento del préstamo contra el narcotráfico gestionado por el embajador de
Estados Unidos, Robert C. Hill. El primer atentado autoatribuido por la Triple A
fue contra el senador radical Hipólito Solari Yrigoyen (23 de noviembre de 1973);
en los meses siguientes hasta la muerte de Perón asesinará a treinta personas, la
mayoría militantes del peronismo revolucionario.

El aumento de la violencia política, desató un conflicto entre Perón y la Tendencia


Revolucionaria, con motivo de la reforma del Código Penal que agravaba las penas
contra actos terroristas y ampliaba la figura penal de la asociación ilícita. El
conflicto causó la renuncia y posterior expulsión del Movimiento Peronista de ocho
diputados nacionales de la Tendencia. En enero de 1974, Perón presionó para obtener
la renuncia de Oscar Bidegain, cercano a la Tendencia, a la gobernación de la
provincia de Buenos Aires y en febrero convalidó un golpe de Estado policial que
depuso al gobernador Ricardo Obregón Cano, también cercano al peronismo
revolucionario. Otras dos provincias gobernadas por gobernadores cercanos a la
Tendencia, Formosa y Mendoza, también fueron intervenidas.

El 1 de mayo de 1974 la confrontación entre Perón y la Juventud Peronista alcanzará


un punto de alta intensidad durante el acto convocado en la Plaza de Mayo, cuando
los partidarios de la Tendencia comenzaron a cuestionar la presencia de "gorilas"
(antiperonistas) en el gobierno y el líder del peronismo les respondió tratándolos
de "imberbes" y "estúpidos", causando el retiro masivo de las columnas juveniles.

Dos meses después, el 1 de julio, Perón moría debido al agravamiento de su


enfermedad cardíaca. En su funeral, el líder opositor Ricardo Balbín, realizó otro
extraordinario gesto histórico tendiente a estabilizar las instituciones,
comparando a Perón con Yrigoyen, definiendo a ambos como "grandes presidentes" y
finalizando su discurso de "reconciliación nacional" con la siguiente frase:

Este viejo adversario despide a un amigo.


Ricardo Balbín59

Presidencia de Isabel Perón


María Estela Martínez de Perón, tercera esposa de Perón y Presidenta de la Nación
tras la muerte del mismo (1974-1976).

Al asumir la Presidencia en su condición de vicepresidenta, María Estela Martínez


de Perón se convirtió en la primera mujer americana en ser Jefa de Estado. El
gobierno de Isabel Perón, como era cariñosamente conocida, cambió 180 grados el
rumbo hacia el que habían dirigido el país, los expresidentes Cámpora y Perón. El
ministro Gelbard fue despedido, dando por finalizado el Pacto Social y la política
industrialista, para establecer una política económica ortodoxa, que redujo los
salarios reales. El ministro Taiana también fue despedido y reemplazado por Oscar
Ivanissevich, con la misión de "limpiar la universidad" de izquierdistas, en
algunos casos recurriendo al terrorismo de Estado, mediante los grupos
parapoliciales. La política internacional tercermundista fue abandonada y los
trámites para ingresar al Pacto Andino fueron interrumpidos. Durante su gobierno,
fue sancionada también la Ley N.º 20.744 de Contrato de Trabajo, una de las leyes
laborales más progresistas de la historia argentina, obra del abogado laboralista
peronista Norberto Centeno; Centeno sería torturado y asesinado por la dictadura
que derrocó Isabel Perón y la Ley de Contrato de Trabajo sería derogada en casi un
tercio de sus artículos.

La presidenta Martínez de Perón se apoyó principalmente en López Rega, la Santa


Sede a través del nuncio Pío Laghi y el jefe de la Armada almirante Emilio Massera,
los tres de la logia anticomunista Propaganda Due. Secundariamente tenía una cuota
considerable de poder la rama sindical liderada por Lorenzo Miguel, que asumiría un
papel más protagónico luego de la caída de López Rega (julio de 1975), aunque ya
para entonces el grupo golpista liderado por el dúo Videla-Viola, había tomado una
cuota considerable de poder que no dejaría de crecer hasta el golpe.

A partir de la presidencia de Isabel Perón, la Alianza Anticomunista Argentina se


lanzó a una matanza generalizada, con participación militar y la tolerancia del
grupo golpista. Si antes de la muerte de Perón la Triple A había asesinado a
treinta personas, desde la asunción de Isabel asesinó a un número que se estima
entre una cantidad de 650 y 1500 personas, consideradas "zurdas". A ellas se
sumaron cientos de personas que se exiliaron, muchas de ellas investigadoras
universitarias que fueron recibidas por las universidades europeas, brasileñas,
mexicanas y estadounidenses. Entre las masacres cometidas por la Triple A y los
grupos vinculados, se encuentran la Operación Serpiente Roja del Paraná contra el
sindicalismo metalúrgico de Villa Constitución, realizada a partir del 20 de marzo
de 1975, la Masacre de Pasco, la Masacre de La Plata,60 y la Masacre de "Cinco por
uno" en Mar del Plata.* 1

Simultáneamente creció la actividad guerrillera. Montoneros (ya fusionados con las


FAR) reinició la acción guerrillera y anunció su paso a la clandestinidad el 6 de
septiembre de 1974, orientando sus ataques contra la policía (en el período
murieron 75 policías) y la Marina. El ERP-PRT había aumentado el número de
adherentes con la vigencia de la democracia y había instalado una base de guerrilla
rural de unos 300 combatientes, en la provincia de Tucumán.

El 5 de febrero de 1975 la Presidenta firmó el Decreto 261/75 ordenando


"neutralizar y/o aniquilar el accionar de elementos subversivos que actúan en la
provincia de Tucumán". Se inició así el Operativo Independencia, que de hecho
instaló un régimen de terrorismo de Estado bajo mando militar en esa provincia. Con
apenas el 4% de la población del país, Tucumán sufriría el 13% de las víctimas
mortales durante el gobierno de Isabel.
Los cuerpos de las víctimas de la Masacre de Pasco el 21 de marzo de 1975. La
Alianza Anticomunista Argentina (Triple A), con apoyo y organización del Estado,
asesinó a entre 900 y 1500 personas, y causó el exilio y la tortura de miles.

El 2 de junio de 1975 la Presidenta nombró como ministro de Economía, por


recomendación de López Rega, a Celestino Rodrigo quien lanzó un programa de shock
elaborado por Ricardo Zinn, quien luego sería una de las figuras económicas
principales de la dictadura. El plan, que fue denominado Rodrigazo, consistió
principalmente en una reacomodación de los precios principales de la economía,
mediante una gran devaluación del peso y un aumento de las tarifas y el combustible
de hasta un 180%, mientras se estableció un tope para el aumento de salarios del
40%. El Rodrigazo produjo una inmediata reacción del movimiento obrero, que
concluyó con la primera huelga general decretada contra un gobierno peronista,
causando la caída de López Rega, Rodrigo y Zinn.

En agosto de 1975, un putsch liderado por el entonces general Jorge Rafael Videla,
desplazó al general Numa Laplane de la conducción de Ejército y puso fin al
liderazgo en el arma de la corriente "profesionalista integrada", que sostenía que
las Fuerzas Armadas debían subordinarse a las autoridades civiles constitucionales.
A partir de ese momento, el grupo golpista no dejaría de avanzar y desgastar al
gobierno, con el fin de hacer inviable cualquier alternativa constitucional.

Agotada mentalmente, Isabel pidió licencia en septiembre, siendo reemplazada en el


ejercicio de la Presidencia por el senador Ítalo Argentino Lúder. Luder amplió el
poder militar, generalizando la orden de "aniquilamiento" a todo el país, dictando
los decretos 2770/75, el 2771/75 y 2772/75 del 6 de octubre de 1975. Los decretos
fueron la respuesta al ataque de Montoneros contra el Regimiento de Infantería de
Monte 29, en la ciudad de Formosa, hecho que estableció un punto de no retorno con
el Ejército y aisló definitivamente a Montoneros, del resto de la vida política y
social argentina.61 62

En octubre Isabel Perón volvió a hacerse cargo de la presidencia, entorpeciendo la


bordaberrización (dictadura con presidente civil) a que estaba llevando la gestión
de Luder. Isabel estaba decidida a no renunciar, ni permitir que la desalojaran
mediante un juicio político, aferrándose estrictamente a la legalidad
constitucional. A fines de 1975, el gobierno anunció el adelanto de las elecciones
presidenciales para octubre de 1976.6364 Conscientes de que el golpe de Estado
estaba en plena preparación, los legisladores peronistas se dividieron en dos
sectores: los verticalistas sostenían que la única posibilidad de llegar a las
elecciones de octubre, era respetar la institucionalidad que representaba Isabel
Perón, mientras que otro sector era partidario de la renuncia de la presidenta y su
reemplazo por un civil. El 18 de diciembre, el brigadier Jesús Cappellini, hombre
leal a Videla, lideró un ensayo de golpe de Estado, con el fin de hacer caer al
comandante en jefe de la Aeronáutica, brigadier Héctor Fautario, último de los
mandos militares que no aceptaba formar parte del grupo golpista y "último sostén"
militar del gobierno constitucional.65 La caída de Fautario y su reemplazo por
Agosti terminaron de conformar la cúpula golpista.66

En noviembre el Partido Justicialista expulsó al gobernador de la provincia de


Buenos Aires, el antiverticalista Victorio Calabró, cercano al grupo golpista, y en
diciembre la presidenta elaboró un decreto para intervenir la provincia.6768 La
intención de intervenir la provincia de Buenos Aires y la remoción de Calabró, fue
tomada por los tres comandantes, como una declaración de guerra. El 29 de
diciembre, el triunvirato golpista envió al vicario castrene monseñor Adolfo
Tortolo, para comunicarle a la presidenta la intimación a renunciar, dejándole
claro que se trataba de una exigencia innegociable.68 Isabel se reunió entonces con
los tres comandantes el 5 de enero de 1976, quienes en una reunión extremadamente
violenta le exigieron la renuncia personalmente. Isabel se negó a renunciar,
ratificó la necesidad de preservar la institucionalidad constitucional hasta las
elecciones presidenciales que deberían realizarse en octubre y buscó la protección
de la Santa Sede, recurriendo al nuncio Pío Laghi, miembro al igual que Massera de
la logia Propaganda Due. Pero el nuncio se entrevistó a su vez con el embajador de
Estados Unidos, Robert Hill, uno de los principales apoyos del dúo Videla-Viola, y
la eventual mediación de la Santa Sede quedó en la nada. De este modo, en aquella
reunión entre la presidenta y los tres comandantes, quedó definida la suerte del
gobierno constitucional. A Isabel no le quedaba otro poder que el de no convalidar
con sus actos personales, el golpe y la catástrofe humanitaria que causaría.

El 9 de febrero el periodista político más conocido del país Bernardo Neustadt


cerró su programa Tiempo Nuevo mirando fijamente a la cámara y exigiéndole la
renuncia a la presidenta:

Señora, ¿por qué no se hace un favor a usted misma y nos lo hace a todos?
¡Libérese! ¡Deje la presidencia para que asuma alguien más capacitado!
Bernardo Neustadt69

El 17 de febrero el jefe de los servicios de inteligencia, el general Otto


Paladino, volvió a presionar a Isabel para que renunciara, con el argumento de que
en caso contrario iba a "correr mucha sangre". Isabel le transmitió entonces a su
ministro de Defensa, la razón de su postura:

Vea doctor, yo no renuncio ni aunque me fusilen. Porque renunciar acá sería


convalidar lo que va a venir después.
María Estela Martínez de Perón70

Simultáneamente dos grupos de empresarios, el grupo Perriaux y el grupo de José


Alfredo Martínez de Hoz, venían elaborando el plan económico para la futura
dictadura y organizando a las principales organizaciones empresariales para
descontrolar las variables económicas, e inducir el caos.71 La inflación trepó en
enero de 1976 a casi el 20% mensual, causando la renuncia de Cafiero y en marzo
alcanzaría el 54%, lo que técnicamente constituía el inicio de la hiperinflación.72
En agosto de 1975 Martínez de Hoz había colocado en "asamblea permanente" (Asamblea
Permanente de Entidades Gremiales Empresarias), a las mayores cámaras
empresariales. El 18 de febrero de 1975, la APEGE realizó un paro patronal
paralizando completamente el país, que ha sido visto como el antecedente más
inmediato del golpe.73 Para entonces los tres comandantes funcionaban de hecho como
un gobierno paralelo a las autoridades constitucionales.74

El 16 de marzo Ricardo Balbín habló por la cadena nacional de radio y televisión,


diciendo que él no tenía soluciones, que la única solución era la unidad nacional y
que "todos los incurables tienen cura cinco minutos antes de la muerte". Ya en
enero Balbín le había hecho saber a Videla que no aplaudía el golpe, pero que
tampoco pondría piedras en el camino.75

Una semana después, el 24 de marzo de 1976, poco después de medianoche, la


presidenta María Estela Martínez de Perón fue arrestada (permanecería cinco años
presa), mientras una junta militar anunciaba que tomaba el poder, disolvía el
Congreso, reemplazaba a todos los miembros de la Corte Suprema e intervenía todas
las provincias.76 Esa misma noche los grupos de tareas ocuparon las ciudades,
deteniendo a funcionarios del gobierno y opositores e instalando un régimen de
terrorismo de Estado.
El peronismo durante la dictadura militar (1976-1983)

Producido el golpe de estado, la dictadura procedió a desatar una política


sistemática de terrorismo de estado contra los opositores, que causó decenas de
miles de detenidos-desaparecidos, asesinatos, torturas y secuestros de niños. Los
militantes y simpatizantes peronistas fueron uno de los principales blancos del
terrorismo de estado, en tanto que muchos de los dirigentes fueron encarcelados y
los sindicatos -mayoritariamente peronistas- intervenidos.

Durante la dictadura militar el peronismo resistió principalmente actuando desde


organismos de derechos humanos o desde el sindicalismo, donde se destacó Saúl
Ubaldini. A partir de 1979 se realizaron varias huelgas generales que desembocaron
en una masiva manifestación contra la dictadura el 30 de marzo de 1982.
Recuperación de la democracia y elecciones de 1983

En las elecciones presidenciales de 1983, el peronismo concurrió sosteniendo la


candidatura presidencial de Ítalo Luder, siendo derrotado por Raúl Alfonsín,
candidato de la Unión Cívica Radical. La derrota impulsó una fuerte renovación
interna dentro del peronismo, de la cual emergieron dos figuras principales, con
diferentes enfoques: Antonio Cafiero, gobernador de la Provincia de Buenos Aires,
con un enfoque "modernizador" del peronismo; y Carlos Menem, gobernador de la
Provincia de La Rioja, con un enfoque federalista.

Durante el gobierno de Alfonsín, el peronismo mantuvo en su poder la mayoría de las


provincias, lo que a su vez le dio mayoría en la Cámara de Senadores. Asimismo,
Alfonsín planteó desde un inicio una fuerte confrontación con el movimiento
sindical peronista (congelamiento de salarios con alta inflación, no derogación de
la ley sindical de la dictadura y no llamado a convenciones colectivas), que
encontró en el sindicalismo liderado por la CGT, una fuerte resistencia que se
concretó en trece huelgas generales. Poco antes del final de su mandato, Alfonsín
aceptó dialogar con el sindicalismo, elaborando una nueva ley sindical por consenso
y llamando a negociaciones colectivas en 1989.
El menemismo (1989-1999)

En las elecciones de 1989, el Partido Justicialista gana llevando como candidato a


Carlos Menem. El hecho coincide con la caída del Muro de Berlín y el triunfo de
Estados Unidos en la Guerra Fría, que tendrá un fuerte impacto en la situación
política interna de todos los países del mundo, sobre todo a partir de las pautas
impuestas por el Consenso de Washington de 1989 y lo que ha dado en llamarse
neoliberalismo.

Luego de un corto período en el que intentó impulsar una política económica en


alianza con uno de los principales grupos económicos del país, el grupo Bunge y
Born, Menem inicia una política de implementación radical del Consenso de
Washington, con privatizaciones masivas, desregulación de mercados y
flexibilización laboral, derogación de convenios colectivos, junto con una severa
política antiinflacionaria diseñada por su influyente ministro de Economía, Domingo
Cavallo, conocida como Convertibilidad.

Simultáneamente Menem estableció un trato preferencial con Estados Unidos, bajo el


lema de "relaciones carnales", que llevó a la Argentina a participar en la Guerra
del Golfo, siendo esta la primera vez que el país se inmiscuía en un conflicto
bélico en más de 130 años. En ese contexto Argentina sufrió dos grandes atentados
terroristas (la dinamitación de la embajada de Israel en 1992 y la dinamitación de
la AMIA en 1994), que dejó el saldo de unos 100 muertos. También estalló un
regimiento militar en Río Tercero, con más de una decena de muertos.

La política de Menem dividió al peronismo, apareciendo un considerable sector


antimenemista, liderado por Chacho Álvarez y José Octavio Bordón, quienes se
separaron del Partido Justicialista, fundando el primero el Frente Grande y el
segundo el partido PAIS. Ambos partidos, se aliaron en el FREPASO para enfrentar a
Menem en 1995, saliendo segundos y desplazando al radicalismo a un tercer lugar.

El movimiento sindical peronista, también se dividió en varios sectores, según su


postura frente a las políticas del gobierno de Menem. Dos de ellos, el MTA y la
CTA, adoptaron una fuerte postura "antimenemista".

La evolución de la situación socio-laboral durante el gobierno de Menem fue


contradictoria, porque por un lado la población tuvo un amplio acceso al crédito y
un fuerte poder de compra internacional, y por el otro aumentó la desocupación, el
trabajo informal, la marginalidad y la criminalidad, sobre todo a partir de su
segundo mandato, en 1995. El malestar social llevó al surgimiento de un gran
movimiento de protestas sociales con cortes de rutas y calles, que fueron conocidas
como piqueteros.

En las elecciones presidenciales de 1999, el FREPASO conformó un frente electoral


con la Unión Cívica Radical, denominado La Alianza, llevando como candidato
presidencial al radical Fernando de la Rúa y para Vicepresidente a Chacho Álvarez,
triunfando sobre el candidato del Partido Justicialista, Eduardo Duhalde.
El peronismo durante el gobierno de La Alianza

Durante el gobierno de La Alianza, el Partido Justicialista mantuvo en su poder la


mayoría de las provincias y el voto mayoritario en el Senado.

El FREPASO por su parte, entró en conflicto con la UCR, lo que llevó a la renuncia
del Vicepresidente Álvarez y el retiro del Frepaso del gobierno de La Alianza.

Uno de los hechos políticos más escandalosos del período, fue la sanción de una ley
de flexibilización laboral en 2000, conocida como Ley Banelco, porque fue obtenida
mediante sobornos pagados por el Poder Ejecutivo a varios senadores peronistas, a
través de los servicios de inteligencia.

El gobierno de De la Rúa cayó a fines de 2001, en medio de la peor crisis


económico-social de la historia argentina y masivas protestas populares,
severamente reprimidas por el gobierno con casi 40 muertos.
El interinato de Duhalde

Luego de la renuncia de De la Rúa, fue designado presidente de la Nación el


gobernador de la Provincia de San Luis, el peronista Adolfo Rodríguez Saa. En medio
de una crisis económica, política y social incontrolable, duró solo unos pocos
días, pero en ese tiempo tomó la decisión de declarar en default (moratoria) la
deuda externa.

Pocos días después fue designado presidente de la Nación hasta terminar el mandato
de De la Rúa, Eduardo Duhalde, gobernador peronista de la Provincia de Buenos
Aires. Duhalde salió de la convertibilidad a través de lo que se llamó "la
pesificación asimétrica". Debido a la crisis, su período de gobierno tuvo los
peores índices sociales de la historia argentina. La salida de la convertibilidad,
por otra parte hizo crecer geométricamente la deuda externa, con relación al
producto interno. Para atenuar el impacto de la crisis social, Duhalde estableció
el sistema de Planes de Jefas y Jefes de Hogar, creando más de dos millones de
subsidios sociales para las personas más humildes. Anuló además la ley Banelco de
flexibilización laboral.

Presionado por la crisis política y social, Duhalde decidió anticipar la entrega


del poder seis meses. Para las elecciones, Duhalde, como cabeza del Partido
Justicialista, le ofreció la candidatura presidencial por el PJ, a dos de los
gobernadores peronistas más poderosos, José Manuel de la Sota de Córdoba y Carlos
Reutemann de Santa Fe. Pero ambos decidieron no aceptar la candidatura. Finalmente
Duhalde le ofreció la candidatura al poco conocido gobernador peronista de una
pequeña provincia patagónica: Néstor Kirchner.

El peronismo en las elecciones presidenciales de 2003 fue dividido en tres


sectores. El menemismo, volvió a presentar la candidatura de Carlos Menem. El
Partido Justicialista formó una alianza llamada Frente para la Victoria, que
presentó la candidatura de Néstor Kirchner, acompañado por Daniel Scioli como
vicepresidente. Finalmente el expresidente Adolfo Rodríguez Saa también presentó su
candidatura. Menem ganó la primera vuelta con 24%, Kirchner fue segundo con 22% y
Rodríguez Saa fue cuarto con 14%, superado por el radical disidente Ricardo López
Murphy. En la segunda vuelta Menem no se presentó, ante la certeza que Kirchner
ganaría por amplio margen.
El kirchnerismo (2003-presente)
Artículo principal: Kirchnerismo

Néstor Kirchner asumió la presidencia el 25 de mayo de 2003. La situación política,


económica y social en ese momento era de extrema gravedad. Económicamente, Kirchner
mantuvo al ministro de Economía de Duhalde, Roberto Lavagna, que había mostrado una
orientación no neoliberal, de contenido neodesarrollista. Aprovechando el aumento
del precio internacional de los commoditties y sobre la base de un sistema de
retenciones a las empresas exportadoras de granos e hidrocarburos, el gobierno
logró poco a poco darle estabilidad a las cuentas públicas, obtener altos
crecimientos del producto bruto interno y crear varios millones de puestos de
trabajo.

Con respecto al serio problema de la deuda externa en default, Kirchner, en


consonancia con Brasil, se desendeudó del Fondo Monetario Internacional para evitar
los condicionamientos de ese organismo internacional muy vinculado a la crisis
argentina, y luego lanzó un plan de reprogramación de la deuda externa, con fuertes
quitas y esperas, que le dio una importante capacidad de acción al Estado y a la
economía argentina.

Laboralmente, los logros económicos se combinaron con un fuerte incentivo a los


convenios colectivos entre sindicatos y cámaras empresariales, como medio para
impulsar un alza de salarios. Restableció el salario mínimo vital y móvil,
fortaleció el Ministerio de Trabajo para combatir el trabajo informal y entregó
documentos a más de un millón de inmigrantes que trabajaban sin posibilidad de
hacer valer sus derechos (Plan Patria Grande).

Kirchner tuvo también una activa política de derechos humanos, impulsando el


juzgamiento de los crímenes de lesa humanidad cometidos durante la última
dictadura, que habían sido cerrados como consecuencia de las llamadas leyes de
impunidad (Ley de Punto Final, Ley de Obediencia Debida) sancionadas por Alfonsín y
los indultos militares dictados por Carlos Menem.

En materia internacional, abandonó la política de "relaciones carnales" con Estados


Unidos, dando prioridad a las relaciones con Brasil y el Mercosur, Venezuela y
Cuba, logrando en 2005 derrotar y dejar sin efecto el Área de Libre Comercio de las
Américas (ALCA), que Estados Unidos había impuesto diez años antes.

En las elecciones parlamentarias de 2005 Néstor Kirchner y la senadora Cristina


Kirchner, decidieron romper políticamente con Duhalde, y enfrentarlo en la
Provincia de Buenos Aires. Apareció así un sector de peronistas disidentes con la
orientación del kirchnerismo. En 2007 el Frente para la Victoria decidió presentar
la candidatura presidencial de Cristina Kirchner, que terminó ganando en primera
vuelta con el 45% de los votos.

Cristina continuó en los sustancial la política llevada adelante por Néstor


Kirchner, pero tomó varias medidas que implicaron reformas profundas. Las más
importantes fueron la restatización de los fondos de pensión que habían sido
privatizados por Menem, la ley de medios, la nacionalización de Aerolíneas
Argentinas, la creación del Ministerio de Ciencia y Tecnología, una fuerte política
de cobertura de pensiones, la Asignación Universal por Hijo, la creación
universidades en los municipios más postergados, la ley de matrimonio igualitario,
entre otras medidas.

En materia internacional se destacó la creación de la Unasur y la CELAC y la


participación argentina en el G20.

Durante el primer mandato de Cristina el kirchnerismo comenzó a enfrentar un fuerte


movimiento opositor, autodefinido como "antiK". Entre los conflictos más duros que
tuvo que enfrentar se encuentra un paro agropecuario patronal en 2008, que mantuvo
las rutas del país bloqueadas durante más de 100 días, y un duro conflicto con el
Grupo Clarín, principal grupo mediático del país.

El 27 de octubre de 2010 murió Néstor Kirchner, generando un gran movimiento de


pesar popular, con amplia presencia juvenil. Al año siguiente, Cristina volvió a
ganar las elecciones, con un porcentaje todavía mayor que en 2007, alcanzando el
54%, con una diferencia de casi 38 puntos con el segundo. En las elecciones también
presentaron candidatos dos partidos peronistas disidentes: Rodríguez Saa (8%) y
Duhalde (6%).

Durante el mandato iniciado en 2011, Cristina tomó otras medidas destacadas como la
reestatización de la empresa petrolera YPF que había sido privatizada por Menem, la
ley de identidad de género, un nuevo código civil y comercial (luego de más de 140
años), una cobertura social para jóvenes (Recrear).
Peronismo disidente
Artículo principal: Peronismo Federal

Luego de la Crisis de diciembre de 2001 y de la renuncia del presidente Fernando de


la Rúa el peronismo se dividió en diversos sectores que comenzaron a agruparse en
dos grandes grupos: el peronismo oficial y el peronismo disidente.77 La composición
de ambos grupos se ha ido modificando con el paso del tiempo.
El peronismo oficial agrupa a los sectores que se mantienen dentro del Partido
Justicialista, en tanto que el peronismo disidente agrupa a las corrientes que, por
discrepar con la conducción del Partido Justicialista, se organizaron por fuera del
mismo.

En 2002/2003 el peronismo oficial se organizó a partir del liderazgo de Eduardo


Duhalde (duhaldismo) y Néstor Kirchner (kirchnerismo). El peronismo disidente, por
su parte, se expresó en dos grandes tendencias encabezadas respectivamente por
Carlos Menem (menemismo) y los hermanos Adolfo y Alberto Rodríguez Saá
(adolfismo).78 Dentro del peronismo disidente también se ubicaron desde un primer
momento otros dirigentes como Ramón Puerta y el dirigente sindical Luis Barrionuevo
(ultramenemismo); este último organizó en 2008 una central sindical independiente,
la CGT Azul y Blanco, apoyada en su corriente. En 2003 también integraba el
peronismo disidente dentro del menemismo, el empresario Francisco De Narváez, quien
luego lideraría una importante corriente propia.

A partir de 2005, con la ruptura de la alianza entre las corrientes lideradas por
Néstor Kirchner y Eduardo Duhalde, la corriente liderada por este último también se
separó del peronismo oficial, para constituirse en uno de los principales sectores
del peronismo disidente. En 2009, De Narváez forjó una alianza con el Partido
Propuesta Republicana (macrismo) que, con el nombre de Unión-PRO, triunfó en las
elecciones legislativas de medio término en la Ciudad Autónoma y la provincia de
Buenos Aires, los dos principales distritos electorales del país.

Para el año 2009, el peronismo disidente se agrupaba en diversos sectores, entre


los que puede mencionarse a los seguidores de Eduardo Duhalde, Francisco de
Narváez, Carlos Menem, los hermanos Adolfo y Alberto Rodríguez Saá.
Ideología o doctrina

El peronismo es un movimiento político amplio, con gran variedad de tendencias, a


veces enfrentadas, al igual que otras ideologías políticas internacionales, como el
socialismo, el liberalismo, el comunismo, el anarquismo o la democracia cristiana,
u otras ideologías políticas nacionales, como el radicalismo.

Hasta que proclamamos nuestra doctrina, frente a nosotros se levantaba


triunfante el individualismo capitalista y el colectivismo comunista alargando la
sombra de sus alas imperiales por todos los caminos de la humanidad (…) Así nació
el justicialismo bajo la suprema aspiración de un alto ideal. El justicialismo
creado por nosotros y para nuestros hijos, como una tercera posición ideológica
tendiente a liberarnos del capitalismo sin caer en las garras opresoras del
colectivismo.
Juan Domingo Perón ante la Asamblea Legislativa en 1952.79

Debe reiterarse que los intentos del propio Perón por dar un marco ideológico a su
movimiento fueron deliberadamente ambiguos, aunque siempre haciendo referencia a
temas nacionalistas y de Justicia Social. Véanse al respecto las Veinte verdades
peronistas propuestas por Perón el 17 de octubre de 1950 como el eje sobre el que
debería centrarse la doctrina peronista.
Posicionamiento internacional

En el campo de las relaciones internacionales, Perón abogó siempre por esa tercera
posición equidistante entre el comunismo soviético y el capitalismo estadounidense,
lo que lo llevó a apoyar al Movimiento de Países No Alineados y buscar puntos de
contacto con Nasser y Nehru. Lo que no impidió que ratificara el Acta de
Chapultepec (1º de agosto de 1946), cediendo a las presiones norteamericanas, para
despecho e ira de los sectores nacionalistas de su movimiento.

Hizo siempre profesión de fe hispanoamericanista («El año 2000 nos encontrará


unidos o dominados»), de lo que es ejemplo su impulso al ABC, y cultivó buenas
relaciones con todos los presidentes de la región: los gobiernos constitucionales
de Carlos Ibáñez del Campo en Chile, Enrique Hertzog de Bolivia,80 y los gobiernos
dictatoriales de Alfredo Stroessner en Paraguay y Marcos Pérez Jiménez en
Venezuela, quienes le darían asilo luego del golpe de estado de 1955, y Manuel A
Odria en Perú y los también dictatoriales de Anastasio Somoza García de Nicaragua,
Eurico Gaspar Dutra en Brasil, y, más adelante, con el de Augusto Pinochet de
Chile. En 1954 devolvió al Paraguay los trofeos de guerra de la Guerra de la Triple
Alianza: banderas, armas y otras reliquias.80

En 1947 en Guatemala, cuando el gobierno de Juan José Arévalo sancionó el Código


del Trabajo, las compañías navieras norteamericanas comunicaron que dejarían de
prestar servicios en los puertos del país. Esto equivalía prácticamente a un
bloqueo, ya que el país no contaba con flota mercante propia. Entonces Arévalo
acudió a Perón a través de una misión secreta. En el acto el líder justicialista
ordenó al director de la Flota Mercante de Argentina que a partir de ese momento
todos los barcos de bandera nacional hicieran escala en Guatemala. Al mismo tiempo,
secretamente, los barcos mercantes argentinos llevaron a Guatemala armas para
defender la revolución popular guatemalteca.80

Seis años después, en la Décima Conferencia Interamericana de 1954, en momentos en


que los norteamericanos presionaban para aprobar un proyecto de declaración
mediante el cual legitimar su intervención en Guatemala, los representantes
argentinos adoptaron una actitud premeditadamente ambigua, junto con México se
abstuvieron al votarse un voto de condena al régimen de Árbenz.81 Ya en la Novena
Conferencia Interamericana, de 1948, los representantes argentinos y guatemaltecos
habían sostenido una posición conjunta, condenando el colonialismo estadounidense
en Puerto Rico, y logrando aprobar la Resolución XXXIII, por la que se propiciaban
"métodos pacíficos para abolición del coloniaje".80
Las Veinte Verdades Peronistas

Uno de los elementos que constituyen la doctrina peronista son las Veinte Verdades
Peronistas, equivalente a los principios del movimiento. Las mismas fueron dadas a
conocer por Perón en ocasión del acto realizado el 17 de octubre de 1950, para
celebrar el quinto aniversario del Día de la Lealtad. Perón las leyó desde el
balcón.

Las Veinte Verdades Peronistas se hicieron muy populares y muchos de sus principios
arraigaron en la cultura popular. La primera verdad se refiere a la democracia, a
la que define como aquella donde "el gobierno hace lo que el pueblo quiere y
defiende un solo interés: el del pueblo". Las verdades tercera y cuarta se refieren
al trabajo, al que define como un derecho y un deber. La quinta verdad ("para un
peronista no puede no haber nada mejor que otro peronista") fue reformada en 1974
para formularla como "para un argentino no puede haber nada mejor que otro
argentino".82 La octava verdad establece la prioridad de poner a la patria por
encima del movimiento y recién después los individuos; se combina con la verdad n.º
15 que manda equilibrar los derechos del individuo con los de la comunidad. La
verdad n.º 12, muy difundida, establece un valor igualitarista en el que "los
únicos privilegiados son los niños". Las verdades n.º 16 y n.º 17 promueve la
economía social (el capital al servicio del bienestar social) y la justicia social,
respectivamente.

Las siguientes son las Veinte Verdades Peronistas según fueron leídas por Perón el
17 de octubre de 1950:

La verdadera democracia es aquella donde el gobierno hace lo que el pueblo


quiere y defiende un solo interés: el del pueblo.
El peronismo es esencialmente popular. Todo círculo político es antipopular y,
por lo tanto, no peronista.
El peronista trabaja para el Movimiento. El que, en su nombre, sirve a un
círculo o a un caudillo, lo es solo de nombre.
No existe para el peronismo más que una sola clase de hombres: los que
trabajan.
En la nueva Argentina de Perón, el trabajo es un derecho que crea la dignidad
del hombre y es un deber, porque es justo que cada uno produzca por lo menos lo que
consume.
Para un peronista de bien, no puede haber nada mejor que otro peronista.
Ningún peronista debe sentirse más de lo que es ni menos de lo que debe ser.
Cuando un peronista comienza a sentirse más de lo que es, empieza a convertirse en
oligarca.
En la acción política, la escala de valores de todo peronista es la siguiente:
primero la patria, después el Movimiento y luego los hombres.
La política no es para nosotros un fin, sino solo el medio para el bien de la
patria, que es la felicidad de sus hijos y la grandeza nacional.
Los dos brazos del peronismo son la justicia social y la ayuda social. Con
ellos, damos al pueblo un abrazo de justicia y amor.
El peronismo anhela la unidad nacional y no la lucha. Desea héroes, pero no
mártires.
En la nueva Argentina, los únicos privilegiados son los niños.
Un gobierno sin doctrina es un cuerpo sin alma. Por eso, el peronismo tiene una
doctrina política, económica y social: el justicialismo.
El justicialismo es una nueva filosofía de la vida, simple, práctica, popular,
profundamente cristiana y profundamente humanista.
Como doctrina política, el justicialismo realiza el equilibrio del derecho del
individuo con el de la comunidad.
Como doctrina económica, el justicialismo realiza la economía social, poniendo
el capital al servicio de la economía y ésta al servicio del bienestar social.
Como doctrina social, el justicialismo realiza la justicia social, que da a
cada persona su derecho en función social.
Queremos una Argentina socialmente "justa", económicamente "libre" y
políticamente "soberana".
Constituimos un gobierno centralizado, un Estado organizado y un pueblo libre.
En esta tierra, lo mejor que tenemos, es el pueblo.

La constitución justicialista de 1949


Artículo principal: Reforma constitucional argentina de 1949

Una importante fuente de la doctrina justicialista es la Constitución de 1949, una


reforma constitucional inserta en la corriente del constitucionalismo social
conocida también como la constitución justicialista,83 que incluyó en la
Constitución argentina muchos de los principios del peronismo.

Los principales contenidos doctrinarios incluidos en la Constitución son los


siguientes:

El objetivo de "constituir una nación socialmente justa, económicamente libre y


políticamente soberana" (Prólogo).
Derechos del trabajador, de la familia, de la ancianidad, de la educación y
cultura (art. 37)
La función social de la propiedad, el capital y la actividad económica (arts.
38/40)

El principal doctrinario de la constitución justicialista fue el jurista Arturo


Sampay, que entre los libros que escribió se destaca Constitución y pueblo (1974),
donde analiza su concepción del derecho constitucional basada en la idea de bien
común.84
Proyecto educativo

En la búsqueda de una construcción de hegemonía, para algunos sectores, se diseñó


un adoctrinamiento político de la juventud para idealizar una "mística peronista".
Es decir que logró crear un nuevo imaginario político que redefinió la identidad de
importantes sectores sociales a través del sistema educativo nacional.

La tradición liberal, que se entendía hasta el momento como una ideología en donde
el estado debe defender al individuo, sus derechos y sus intereses, de la educación
fue reemplazada por una doctrina peronista, fortaleciendo una maquinaria de
propaganda que se venía dando durante los procesos previos al peronismo y
desplazando a la religión por un espacio simbólico social.

Los opositores han sostenido que en algunas universidades el primer gobierno


peronista removió a profesores disidentes8586utilizó recursos del Estado para la
actividad del Partido Peronista87, e impulsó un culto a la personalidad 888990 de
Perón y Eva Perón que llegó a impactar los libros de lectura en la escuela primaria
90

Los opositores al peronismo consideran que el primer peronismo «disciplinó» de la


clase obrera a través de la enseñanza técnica, y de las escuelas y universidades de
formación profesional, lo que permitió el crecimiento económico del proyecto
nacional, a su vez que promovió el ascenso social de la clase trabajadora,
generando una segmentación de mera capacitación y entrenamiento técnico, frenando y
excluyendo la movilidad social, anulando ser parte de la sociedad civil para ser
parte del Estado peronista. El obrero fue el sujeto pedagógico estandarte del
peronismo.

A su vez, generó una promoción de extracción obrera hacia altos cargos en el Estado
y en sindicatos, estableciendo posiciones de poder dirigencial. Por lo que los
trabajadores encontraron un lugar en el Estado para poder ser parte de las
decisiones. 91

Los discursos de Perón lograron transformar un nuevo sujeto social, que le permitió
a la sociedad romper con los armados educacionales que se venían dando, para que
florezca uno nuevo, ´´el sujeto nacional popular´´.92
Ideólogos del peronismo
Perón

Los discursos, actos y obra de gobierno de Perón constituyen una fuente de primera
importancia para la doctrina peronista. Entre los historiadores y los peronistas es
usual distinguir al "primer Perón", correspondiente al "primer peronismo" y el
"último Perón", correspondiente al que volvió a la Argentina del exilio en 1973.
Puede distinguirse también otro ciclo ideológico en Perón, correspondiente al
exilio entre 1955 y 1972, durante el cual fue ilegalizado y proscripto
políticamente.
Eva Perón

Eva Perón tiene una importancia en la doctrina peronista similar a la de Perón.


Algunas corrientes del peronismo dan más importancia al pensamiento de Eva Perón
que al de Juan Domingo Perón, al que critican algunas posturas y acciones, sobre
todo sus relaciones con el grupo parapolicial Triple A. Son importantes sus
discursos, su obra y los dos libros que escribió, La razón de mi vida (1951) y Mi
mensaje (1952).
Otros ideólogos del peronismo

Otros ideólogos del peronismo tienen mayor o menor influencia, según sean las
distintas corrientes. Entre los que poseen mayor consenso se encuentran Arturo
Jauretche y Raúl Scalabrini Ortiz.

Son también ideólogos importantes del peronismo los presidentes peronistas, aunque
con importantes discrepancias según la corriente peronista de que se trate: Héctor
J. Cámpora, Carlos Menem, Eduardo Duhalde, Néstor Kirchner y Cristina Fernández de
Kirchner. La expresidenta María Estela Martínez de Perón no cuenta con seguidores
en el peronismo.

Otros referentes ideológicos de importancia por su influencia dentro del peronismo,


ya sea por sus ideas o por su obra, son Miguel Miranda (economista), John William
Cooke, Ramón Carrillo, Andrés Framini, Raimundo Ongaro, Juan José Hernández
Arregui, el sacerdote Carlos Mujica, Rodolfo Walsh, Arturo Sampay, Rodolfo
Puiggrós, Saúl Ubaldini, Fermín Chávez, Julio Godio, Norberto Galasso, Jorge
Abelardo Ramos, Antonio Cafiero, Julio Bárbaro, Horacio Verbitsky, Salvador Treber,
Jorge Castro, Juan Tedesco, Aldo Ferrer, Adriana Puiggrós, Pino Solanas, Leonardo
Favio, Miguel Bonasso y Eduardo Anguita.
El peronismo en la cultura popular

El peronismo, como movimiento político y social, tuvo y sigue teniendo un fuerte


correlato cultural, ya sea por los movimientos culturales relacionados (como el
"boom del folklore" por ejemplo), o ya sea por la obra de los artistas e
intelectuales peronistas en los distintos campos de la cultura.
Música
Antonio Tormo, lanzó en 1950 la canción El rancho 'e la Cambicha, que vendió 5
millones de unidades, cifra nunca superada. Allí se inicia el «boom del folklore»
en Argentina. Tormo resultaría censurado por peronista a partir de 1955.

En la música, el surgimiento del peronismo se corresponde con el auge de lo que en


Argentina se llama "música folklórica" o simplemente "folklore". El primer
peronismo (1945-1955) coincide con el auge de la música folklórica, que expresaba a
los sectores populares del "interior" de la Argentina, aludidos despectivamente por
las clases medias y altas, como "cabecitas negras". Hasta ese momento, la música
popular dominante era el tango, género musical surgido en Buenos Aires a fines del
siglo XIX y principios del siglo XX, relacionado con el proceso de inmigración. En
1950 el folklore supera en ventas de discos por primera vez al tango, con la
canción "El rancho 'e la Cambicha", cantada por Antonio Tormo, conocido como El
Cantor de los Cabecitas Negras. Este éxito discográfico dio inicio al período
conocido en la historia de la música argentina como el "Boom del folklore", que
hizo desde entonces al género folklórico como uno de los principales de la música
popular argentina.

Otro músico peronista de gran impacto en la renovación de la música folklórica en


la década de 1960 fue el Chango Farias Gómez, líder de agrupaciones musicales como
los Huanca Hua y el Grupo Vocal Argentino. También se destacaron folkloristas como
Peteco Carabajal y Pedro Pablo García Caffi (líder del Cuarteto Zupay), Marián
Farías Gómez, Teresa Parodi.

En el tango también hubo importantes músicos y letristas peronistas, que influyeron


decisivamente en el género. Entre ellos se destacan Enrique Santos Discépolo,
Aníbal Troilo, Nelly Omar, Hugo del Carril, José Luis Castiñeira de Dios, entre
otros.

En el rock nacional se han identificado públicamente como peronistas músicos como


Litto Nebbia y Emilio del Guercio, Ricardo Iorio.

En otros géneros musicales se destacan artistas como Nacha Guevara, Ignacio Copani,
Marilina Ross, Leonardo Favio, la Mona Jiménez, Horacio Fontova.
Cine

Durante los dos primeros mandatos presidenciales de Perón, el cine argentino tuvo
un importante desarrollo y difusión a nivel hispanoamericano, generando obras como
Las aguas bajan turbias de Hugo del Carril, Pino Solanas (La Hora de los hornos,
Tangos, El exilio de Gardel),93 Leonardo Favio (Perón, sinfonía de un sentimiento).
Teatro y actuación

Entre los actores y actrices se cuentan Juan Carlos Gené, Carlos Carella, Florencia
Peña, Federico Luppi, Sergio Renán, Haydee Padilla, Victor Laplace, Alejandro
Dolina, Diego Capusotto.
Literatura

Leopoldo Marechal, Rodolfo Walsh, Juan Gelman, Francisco "Paco" Urondo, Adolfo Bioy
Casares, Jorge Luis Borges, Julio Cortázar y Germán Rozenmacher.

Adolfo Bioy Casares y Jorge Luis Borges. Uno de los cuentos más conocidos de
Borges, donde habla sobre el Peronismo, es “La fiesta del monstruo”. Este cuento
está escrito con la colaboración de Bioy Casares bajo el seudónimo de Bustos Domecq
en 1947 (un año después que Perón asumió la presidencia), y fue publicado en el año
1955.

Pintura

Entre los principales pintores relacionados con el peronismo se destacan Ricardo


Carpani, Numa Ayrinhac y Daniel Santoro. Otros artistas plásticos que han reflejado
el peronismo en sus obras son Peti López, Juan Pablo Renzi, Aurelio García, María
de los Ángeles Crovetto, Nicolás García Uriburu, Daniela Jozami, entre otros.
Deportes

José María El Mono Gatica, Mary Terán de Weiss, Claudio Morresi, Alejandro Sabella,
Marcela "la Tigresa" Acuña, Norma Baylon, Enriqueta Duarte, Miguel Domingo
Ballícora, Eduardo Guerrero, Osvaldo Roberto Suárez, Juan Cruz Komar.
Ciencias sociales

Ernesto Laclau, Chantal Mouffe, Rodolfo Puiggrós, Juan José Hernández Arregui, Raúl
Scalabrini Ortiz, Arturo Jauretche, John William Cooke, Gino Germani, Miguel
Murmis; Juan Carlos Portantiero, Juristas, médicos y profesionales (Arturo Sampay,
Ramón Carrillo), además de Juan Carlos Torre.

Gino Germani. El sociólogo Ítalo-Argentino Gino Germani (1911-1979) en su


libro: La integración de las masas en la vida política y el totalitarismo centra su
estudio sobre el fenómeno del peronismo en la Argentina, tildándolo de “fascismo de
izquierda”, apoyándose en las bases populares a las que moviliza y politiza dicho
movimiento, además que veía como la clase obrera era manipulada por tratarse de una
masa disponible y pasiva compuesta por obreros provenientes del interior del país
sin ningún tipo de experiencia gremial. Germani en un libro póstumo de 1979:
Democracia y autoritarismo en la sociedad moderna caracteriza al fascismo como un
tipo de autoritarismo moderno por movilizar y politizar a las masas, bajo la forma
de un partido único, y de la propaganda política antipluralista.Lo distingue del
fascismo europeo porque en este moviliza y politiza a la sociedad en contra de los
sindicatos y su posibilidad de tomar el poder, es decir, en esa época en Europa
había sindicatos, ellos les dieron la capacidad a los obreros y a la clase media,
para acceder al poder. En América Latina, por el contrario, el carácter tardío y la
rigidez de estas instituciones no permitieron que absorbieran a los nuevos sectores
urbanos, ni que se adaptaran a la nueva situación. Esto permitió emerger una figura
carismática como Perón, que reclutó y manipuló a las masas formando un nuevo
movimiento político al margen de las instituciones democráticas tradicionales. En
el caso del peronismo argentino, puede decirse que el mismo cumple la “función”, no
de despolitizar a la clase obrera, sino de impedir su politización clasista, por
medio de una ideología nacionalista y de inclusión social, pero autoritaria,
hegemónica y anti-pluralista. Ampliando significativamente los derechos sociales y
la inclusión de sus bases en el contexto del orden existente, generando el pleno
empleo, la protección o “seguridad” social generalizada de los obreros por parte
del estado(los obreros van a estar protegidos respecto a sus patrones en el trabajo
y que van a tener más posibilidades sociales que antes), el turismo social de
masas, las pensiones estatales por retiro y jubilaciones. Se puede ver la antinomia
en cómo los obreros veían en Perón esa seguridad social que ningún otro iba a
brindarles y las mejoras en sus condiciones sociales y económicas. Después está la
visión antiperonista de Gino Germani que consideraba al peronismo un fascismo de
izquierda y a Perón lo veía como un manipulador de masas populares.
Ernesto Laclau. Laclau considera que luego del exilio de Perón, a causa de la
presión generada por la junta militar, su influencia sobre los diversos sectores de
su movimiento como el Partido Laborista, La Unión Cívica Radical, Junta Renovadora
y el Partido Independiente eran consolidadas, es decir, que su poder no solo se
centraba en un único sector, sino en varios. Cuando Perón vuelve al poder en 1973,
se encuentra con un peronismo dividido en dos, de izquierda denominados
“montoneros” y de derecha llamados “la vieja guardia sindical”. Por ello,
desestructuró su influencia, y decidió centrarse en su rol como presidente de la
República Argentina. Desde el punto de vista de Laclau, los seguidores peronistas
se concentraban cada uno en una ideología diferente, y se veían los unos a los
otros como enemigos mortales, lo único que los mantenía unidos era la
identificación con Perón como líder. A pesar de esto, Perón, tenía preferencia por
la vieja guardia sindical porque ellos fueron su apoyo desde el inicio, mientras
que los montoneros no habían vivido su trayectoria como presidente, tampoco
comprendían a fondo del peronismo.

Durante los 18 años en los que el peronismo fue proscripto, de 1955 hasta 1973, se
alternaron dictaduras y gobiernos de legitimidad cuestionada debido a la
proscripción del peronismo, a la que luego se sumó también la proscripción del
frondizismo. En todos los casos fracasaron los intentos de organizar un sistema
político que excluyera a la ciudadanía peronista, y que al mismo tiempo,
deslegitimaba su proscripción recurriendo al voto en blanco.

La importancia de las tesis de Laclau para la izquierda es su reivindicación de la


política democrática. En el pasado, la izquierda construyó su estrategia con varios
apriorismos que hoy no están justificados: la confianza en un sujeto privilegiado
("la clase obrera"), la existencia de una dinámica histórica que le era favorable
("la lucha de clases") y el uso de un instrumento privilegiado ("el Estado").
Ninguno de esos materiales ha resistido el paso del tiempo.

Para Laclau, la tarea actual de la izquierda "no puede consistir en renegar de la


ideología liberal democrática sino, por el contrario, en profundizarla y expandirla
en dirección a una democracia radicalizada y plural".

En una entrevista del 10 de julio de 2005 de LA NACIÓN, le hicieron una pregunta a


Laclau sobre lo que había escrito en su libro, y qué es lo que piensa acerca del
populismo y lo ocurrido con el peronismo. Él consideró que el peronismo representó
un enorme desarrollo en la participación de las masas en el sistema político, tal
vez no fue de las mejores, porque uno se imagina que podría haber tenido formas más
democráticas, pero fue la que históricamente resultó posible. De modo que, para
Laclau a partir de un punto histórico surge cualquier elaboración de una política
más progresista, porque el cauce histórico que abrió el 45 es un dato absolutamente
primordial y definitivamente positivo de la historia argentina. Al régimen
oligárquico que existía antes no le parecía lo mejor al estar basado en el fraude.

Laclau decía que, las demandas populares democráticas toman un rol importante
dentro del partido político peronista, en donde se desarrolla el populismo de una
manera radical. Pero, dentro del proyecto del capitalismo nacional, el discurso
peronista también intentaba limitar el enfrentamiento con la oligarquía liberal. A
su vez, él creía que, la forma en la que se llegaba a todos los sectores peronistas
y lo que garantizo el éxito del partido fueron sus particulares discursos hacia la
población argentina. Esto permitió que, tras la caída del régimen, perdurase la
ideología de la presencia masiva de la clase obrera dentro del peronismo.
Miguel Murmis; Juan Carlos Portantiero. Las causas del nacimiento del Peronismo
se dieron en las décadas del 30 y 40, por el reorganización de las clases bajas que
pasaron a ser clases obreras. En 1971, Murmis y Portantiero escribieron un libro
llamado “El movimiento obrero en los orígenes del peronismo”, donde hablan sobre el
origen del Peronismo en donde manifestaron un total desacuerdo con las opiniones de
Gino Germani que hablaba sobre las propuestas populistas de este movimiento. Es así
como Murmis y Portantiero definen el Peronismo como una alianza de clases en
mutación (unión de un grupo de personas para lograr un fin común), con el objetivo
de justicia social. Ellos también manifestaron que fue evolucionando por la
represión de los gobiernos conservadores, así como la participación de los
sindicatos, hicieron que los trabajadores y los dirigentes vieran a Perón como un
aliado potencial. Perón buscó el apoyo de los empresarios para penetrar el interior
del movimiento obrero y se lanzó al poder político, según estos dos autores, los
actores sociales de los movimientos obreros se limitaron independientemente de los
cambios sociales y económicos que se produjeron anteriormente a la toma de poder de
Perón.
Juan Carlos Torre. Bahía Blanca, provincia de Buenos Aires, (31 de enero de
1940) es un sociólogo argentino, especialista en el movimiento obrero y
principalmente en el peronismo, sus obras fueron: Sobre los orígenes del peronismo
(1990, 2006). El gigante invertebrado Los sindicatos en el gobierno, Argentina
1973-1976 (2006) y El proceso político de las reformas económicas en América Latina
(1998). también está “ La vieja guardia sindical y Perón.” de la que abordaremos a
continuación.

La investigación de Torre se trata acerca del debate de la clase obrera y el


surgimiento del peronismo. A mediados de la década de 1930, en consecuencia de las
medidas de Juan Pedro Justo se llevó a cabo un proceso centrado en la
industrialización de producción liviana, esto hizo que la clase obrera se
incrementara. En el año 1946 Perón ascendió al poder, según los críticos la palabra
clave del peronismo era los “trabajadores”.El fascismo europeo no estaba de acuerdo
a apoyar al movimiento peronista.

La obra de torre muestra que es imposible que se pueda tener un enfoque centrado
sobre una nueva clase obrera. La nueva clase obrera puesto como un estereotipo
“trabajador rural” despojado del ambiente típico y tradicional, por un lado, los
obreros recién llegados a la ciudad y por otro una antigua clase obrera formada por
extranjeros. entre ambos existe un espacio importante, para el tercer grupo
integrado por viejos obreros y extranjeros con varios años en el país. esto fue lo
principal que dominaba la fuerza de trabajo, la manufactura y la industria textil.

Símbolos y fechas
Afiche conmemorativo del segundo aniversario del Día de la Lealtad, conmemorado por
primera vez en 1947 (Museo del Bicentenario).

Los principales símbolos del peronismo son la "Marcha peronista", "Evita Capitana"
(o "Marcha de las muchachas peronistas"), el gesto de los dedos en ve y el escudo
peronista. Los colores del peronismo son el celeste y blanco que simboliza a la
Argentina. En los actos peronistas se canta ritualmente también el Himno nacional
argentino.

Las principales fechas o sucesos de celebración o recordación del peronismo son:

17 de octubre: Día de la Lealtad. Recuerda y celebra la movilización obrera a


Plaza de Mayo en 1945, que obtuvo la liberación de Perón.
1 de mayo: Celebración del Día de los trabajadores.
17 de noviembre: Día de la militancia. Recuerda y celebra la movilización
popular del 17 de noviembre de 1972, durante la dictadura de Lanusse, para recibir
al general Perón, luego de 17 años de exilio.
1 de julio: Se conmemora el día de la muerte de Juan Domingo Perón.
26 de julio: Se conmemora el día de la muerte de Eva Perón.
27 de octubre: Se conmemora el día de la muerte de Néstor Kirchner. También
podría llamarse el “Día de la Juventud Peronista”, ya que la fecha coincide con el
Primer Congreso Nacional de la Juventud Peronista, celebrado el 27 de octubre de
1963.
16 de junio: Se recuerda del Bombardeo de la Plaza de Mayo realizado en 1955
por aviones de la Marina de Guerra con apoyo de dirigentes civiles antiperonistas,
en el que resultaron asesinadas más de 360 personas.
9 de junio: Se recuerda el levantamiento cívico-militar peronista en 1956,
contra la dictadura autodenominada Revolución Libertadora, liderada por el general
Juan José Valle, y los fusilamientos realizados por la dictadura, incluyendo los
fusilamientos clandestinos de José León Suárez.
11 de marzo: Se recuerda el triunfo en las elecciones presidenciales de 1973,
luego de 18 años de proscripción del peronismo.

En el peronismo son importantes también la conmemoración de dos fechas que exceden


al movimiento: el 24 de marzo, en que se recuerda a los desaparecidos de la última
dictadura militar iniciada ese día en 1976 y se condena el terrorismo de Estado y
el 10 de diciembre en el que se festeja la recuperación de la democracia ese día de
1983. También son fecha de celebración en el peronismo, tres fechas patrias: el 25
de mayo (día del primer gobierno patrio), el 9 de julio (independencia nacional) y
el 20 de noviembre (Batalla de la Vuelta de Obligado de 1845 contra Inglaterra y
Francia).
Peronismo en la actualidad

Partidos políticos:
Alianza Electoral Frente de Todos
Partido Justicialista
Frente Grande
Partido de la Victoria
Otros
Sindicatos
Confederación General del Trabajo de la República Argentina
Movimiento obrero argentino
Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina Ideología: Plural
(con mayoría peronista)
Unión Obrera Metalúrgica Ideología: Plural (con mayoría peronista)
Unión del Personal Civil de la Nación Ideología: Plural (con mayoría
peronista)
Líderes:
Cristina Fernández de Kirchner
Agustín Rossi
José Luis Gioja
Hugo Yasky
Pablo Micheli
Héctor Daer
Carlos Acuña
Antonio Caló
Alberto Fernández

Notas

La Concentración Nacionalista Universitaria (CNU) asesinó en la noche del 21 al


22 de marzo de 1975, a Jorge Videla, sus hijos Guillermo y Jorge Lisandro, Enrique
Elizagaray y Bernardo Alberto Goldemberg. Zicolillo, Jorge (2013). La era de los
culatas. La derecha peronista y el patoterismo sindical. Buenos Aires: Vergara. pp.
103-105. ISBN 978-950-15-2579-3.
Referencias

«LEY APROBATORIA DEL SEGUNDO PLAN QUINQUENAL». Consultado el 6 de agosto de 2021.


«El texto completo del artículo es: "A los efectos de una correcta interpretación y
efectiva ejecución de la presente ley, definese como "doctrina nacional", adoptada
por el Pueblo Argentino, la doctrina Peronista o Justicialismo, que tiene como
finalidad suprema alcanzar la felicidad del Pueblo y la grandeza de la Nación,
mediante la Justicia Social, la Independencia Económica y la Soberanía Política,
armonizando los valores materiales con los valores espirituales, y los derechos del
individuo con los derechos de la sociedad.»
Ciria, Alberto (13 de agosto de 2011). «Peronismo y antiperonismo». El ruido de las
nueces. Archivado desde el original el 8 de febrero de 2015. Consultado el 28 de
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«Hugo Gambini: 'Soy gorila y qué'». El Tren (republicado por Medios y Opinión). 28
de octubre de 2014. Consultado el 13 de marzo de 2015. «Periodista: Cuando a usted
alguien le puede decir Gambini es un gorila, ¿usted lo asume o lo niega? Gambini:
Lo asumo totalmente. ¿Qué es ser gorila? Periodista: Y... ser un antiperonista
recargado. Gambini: Si, recargado, si. Porque la palabra "gorila" viene de un
programa de radio. De la Revista Dislocada, de Delfor y el gordo Camarotta.., Que
lo sacaron de una película... No me acuerdo de quién era... Cantábamos. Y con eso
hicieron un cantito. Lo que pasa es que eso se dio justo cuando empezó la
Revolución Libertadora... Cuando no se sabía que ruido había en una casa y se
escuchaban ruido decían "deben ser los gorilas deben ser". Era una joda que había.
Además la Marina subió diciendo "somos nosotros los gorilas".»
«Félix Luna y la defensa del mito». Diario La Nación. 18 de abril de 2009.
Archivado desde el original el 23 de julio de 2012. Consultado el 6 de enero de
2016. «[Perón]... Era un hombre que trataba de ser seductor, que ponía diferentes
discos según el interlocutor que tenía. A mí no me sedujo ni me convenció. Me
pareció que se manejaba con lugares comunes. Perón era un señor con una ideología
muy elemental.»
Wainfeld, Mario (18 de octubre de 2013). «Del primer día peronista a hoy».
Página/12. Consultado el 5 de enero de 2016.
Félix Luna fue militante opositor al peronismo. Sin embargo simpatizó con el
gobierno de Kirchner, aunque sin considerarlo peronista. Laborda, Fernando (2 de
octubre de 2004). «Félix Luna: 'No niego que me gusta el gobierno de Kirchner"». La
Nación. Consultado el 5 de enero de 2016. «- En estos días se han cumplido 50 años
de uno de sus primeros libros, "Yrigoyen", publicado en 1954. Usted ha reconocido
que más que un libro de historia fue una obra de militancia política, ya que quería
demostrar en aquellos tiempos de Perón que un líder popular, para hacer una
transformación, no necesitaba sofocar las libertades públicas ni reprimir a los
opositores (...) -A principios de año, usted pronunció una frase que me llamó la
atención. Dijo que el gobierno de Kirchner "por suerte, tiene poco de peronista".
¿Cómo lo define, entonces? -Me refería, más que nada, al folklore chabacano,
compadrito y provocativo del peronismo, que es lo que más molesta. No puedo definir
al gobierno de Kirchner, porque no niego que me gusta. Pero muchas veces me
sorprende y me confunde. No entiendo, por momentos, hacia dónde va ni el porqué de
sus enfrentamientos. Parecería que le falta temperancia. De todas maneras, creo que
Kirchner es un hombre que defiende o intenta defender el interés nacional. Es
probable que a veces no lo haga del todo bien o que se maneje con una visión muy
lugareña, pero tiene verdadera vocación por hacerlo, y eso no es poco importante.»
«Halperín Donghi aborda el pasado de la Argentina desde sus vivencias». La Capital.
21 de septiembre de 2008. Archivado desde el original el 4 de febrero de 2015.
Consultado el 29 de enero de 2015. «Criticado y respetado desde distintas
corrientes historiográficas, Halperín Donghi, quien deja claro su profundo
antiperonismo, se encuentra ubicado entre los más renombrados historiadores
contemporáneos de Argentina y el mundo.»
Martyniuk, Claudio (15 de noviembre de 2014). «Murió Tulio Halperín Donghi, el
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durante el período anterior a Perón, los salarios reales apenas habían aumentado
entre 1943 y 1945. A partir de ese año los salarios crecieron a una tasa récord,
aumentando 62% entre el último de esos años y 1949... El incremento de los salarios
reales llevó a una distribución del ingreso nacional más equitativa. Se ha
calculado que el componente salarial del ingreso nacional superó, por primera vez
en la historia, a la retribución obtenida en concepto de ganancias, intereses y
renta de la tierra. En 1948, aquel ascendía a 53%, contra 47% de éste, lo que se
comparaba favorablemente con la situación imperante sólo un lustro atrás, cuando
los trabajadores percibían 44,4% y los empresarios, capitalistas y rentistas
recibían 55,6%.»
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«El 22 de noviembre de 1949, el presidente de la Nación, el general Perón, firmó el
Decreto N° 29.337 de Supresión de Aranceles Universitarios...Ademas el proyecto
educativo del peronismo es objeto de análisis de distintos enfoques, están aquellos
que lo ven favorable y otros que opinan lo contrario. Para muchos este proyecto fue
la cuna del adoctrinamiento, ya que Perón se valió de la educación en todas sus
formas para lograr un tipo de ciudadano acorde a sus objetivos. No es extraño que
utilizara hasta los libros escolares con ese fin, en ellos se usaban las fotos de
Evita y Perón con frases como : Eva me ama en vez de mi mama me ama etc. El sistema
de educación peronista fue utilizado como una herramienta para crear una mística
peronista hasta nuestros días....En 2007, el Gobierno de la presidenta Cristina
Fernández de Kirchner subsanó la omisión al declarar el 22 de noviembre como el
“Día Nacional de la Gratuidad Universitaria”.»
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aquel contexto asumió la defensa del presidente de la Corte Suprema de Justicia,
doctor Antonio Sagarna, que ha puesto trabas a la legislación laboral impulsada por
Perón, la misma por la cual Palacios había luchado tantos años. Perón se defiende
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Véase también

Juan Domingo Perón


Eva Perón
Historia de la Argentina
Partido Justicialista
GOU
Resistencia peronista
Menemismo
Kirchnerismo

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