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Revolucionarios

Tratan de derrocar los sistemas sociales existentes y reemplazarlos con otros totalmente distintos. Estos
movimientos se dan en sociedades que no permiten un cambio pacífico; por ejemplo, la creación de la
Unión Soviética fue un movimiento revolucionario.

De resistencia
Al contrario que el resto de los tipos de movimiento, los de resistencia tratan de frenar o evitar un
cambio social que ya se está produciendo.

I. ANÁLISIS SOCIAL Del Caso Aymarazo


Las comunidades campesinas, y por ende el poblador aimara, está íntimamente vinculado a la defensa
de su territorio y los recursos naturales considerándolo como fuentes vitales de sobrevivencia y
producción, y en caso esto se encuentre en riesgo o amenaza harán lo necesario por asumir actos de
defensa, organizándose para evitar tal acontecimiento. Están tan arraigados a su cosmovisión y su
forma de vida que, si tratamos de modificar esto, se estaría afectando los derechos de los pueblos
indígenas y todo lo avanzado tendría un retroceso irreparable.
Las consecuencias a nivel social se dieron desde un lado racista, despectivo y discriminatorio,
tildando a todos los aimaras como revoltosos, matones, agresivos e irrespetuosos, generando así
tipificaciones despectivas perjudicando su integridad.
Además, la familia sufrió daños y consecuencias irreparables afectando su composición y
organización como tal, se generó descomposición y quiebre en su organización dentro de ella.
Entendiéndose que la familia es la primera institución con la que entra en contacto todo ser humano,
pues aún antes del nacimiento vive en primera persona el efecto de la relación materno-filial. De tal
forma que, desde el inicio de la existencia humana, las funciones prodigadas por la familia respecto de
sus miembros son insustituibles y fundamentales.
Dichas funciones no sólo cubren los aspectos materiales (alimentación, vivienda, medicamentos, entre
otros) de las necesidades de sus miembros, sino también los aspectos espirituales (educación,
solidaridad, afecto, seguridad, comunicación, atención, seguridad, socialización, etc.). Es sobre todo
en relación a estos últimos, que la familia se convierte más que en un conglomerado de personas con
funciones meramente asistenciales, en una comunidad de amor y de vida en la que cada uno de sus
miembros se siente acogido, respaldado y seguro.
En ese sentido, el ambiente familiar proporciona al ser humano los bienes necesarios para
desarrollarse adecuadamente y previene o corrige las situaciones que puedan afectar dicho desarrollo.
De esta
manera, son los padres quienes ostentan la responsabilidad primordial de la crianza,
orientación y protección de los niños y niñas, quienes para desarrollarse integralmente
necesitan del entorno familiar y del ambiente de felicidad, amor y comprensión que se vive
dentro de él; siendo, en consecuencia, los primeros obligados en resguardar el respeto y
primacía del interés superior del niño y niña en las situaciones que lo involucran.
En el caso “Aymarazo” las familias sufrieron atropellos que entorpecieron su rol de padres,
en muchos de los casos los padres salieron de sus viviendas dejando a su familia en
desamparo y velando por la defensa de sus recursos naturales, también hubo hechos de
separación y divorcios que desintegraron la familia.
También se generó daños a nivel psicológico afectando o alterando su convivencia en la
familia y comunidad limitando la participación en estos espacios en la cual la familia debe
participar como institución intermedia entre el individuo y la sociedad, es la comunidad que, a
través de la solidaridad como forma de vida, protege y educa a sus miembros para su
proyección en la vida social. Y ésta conjunción de funciones es una labor que sólo puede ser
cumplida naturalmente por ella y que no puede ser sustituida sin que lleve consigo una
afectación para sus miembros.
Se ha denominado como: “Aymarazo” este hecho social, en alusión y la relación en analogía
como movimiento social (que por cierto tiene matices diferentes) de lucha de reivindicación
social del “Baguazo” de nuestros hermanos de la región del oriente peruano. El conflicto
social generado por nuestros paisanos aymaras del sur de nuestra región Puno tiene una
explicación percibida desde motivaciones culturales, económicas, ecológicas y sociales hasta
políticas; que, por cierto, ha traído consecuencias en las mismas dimensiones.
Uno de los aspectos más importantes para la vida de los aymaras está en relación a su saber
andino como conocimiento que está en relación a sus valores y creencias ancestrales: por
cuanto, para ellos los cerros “Apus” se constituyen como los guardianes tutelares de custodia
de su vida y su cosmovisión andina; es decir de su cultura. Además, que consideran que la
tierra y las especies de flora y fauna tienen vida propia, de ahí su relación profunda con la
“Pachamama” que le da sus frutos no sólo para su subsistencia en relación a sus necesidades
básicas de alimentación sino algo más místico y espiritual.
Este movimiento social terminó en radicalizar sus medidas y estrategias de lucha al enterarse
que su Dios tutelar, estaba incluido dentro de los lotes de concesión para la exploración y
explotación minera que afecta incluso al país de Bolivia. Este lugar que se constituye
“sagrado” dentro de su cultura no sólo resulta ser un Dios tutelar, sino les provee a varias
comunidades campesinas y centros poblados de varios distritos de la región sur del líquido
elemental agua tanto para su consumo como para sus actividades agropecuarias, además esto
afecta al vecino país de Bolivia, porque en Huacullani se encuentra varias cabeceras de agua
que desembocan en la zona fronteriza. Esencialmente ésta es la causa que dio origen al
movimiento social de los aymaras que terminó con consecuencias negativas de dimensiones
económicas, sociales y políticas que todos sabemos.

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