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Sara Bonet

ALERGENOS, BASES INMUNOLÓGICAS Y REACCIONES DE


HIPERSENSIBILIDAD
Un alergeno es una proteína o glicoproteína capaz de inducir la producción de anticuerpos IgE
específicos frente a él, en las personas que son susceptibles de desarrollar enfermedades
alérgicas. Cuando el paciente se sensibiliza por inhalación se denominan aeroalergenos (entre
10-60 kD) que pueden ser de interior (ácaros del polvo doméstico, epitelios animales,
cucaracha…) o de exterior, que son los pólenes en general (gramíneas, árboles, malezas…)

Los ácaros son los segundos alergenos en importancia tras el polen y están muy relacionados
con la rinitis. Los más frecuentes y con mayor poder sensibilizante son los del género
Dermatophagoides, cuyos alergenos mayores son el Der1 y el Der 2 (el más frecuente en españa
es D.pteroyssinus). Aunque los ácaros son ciegos, poseen filamentos quimiosensibles y cuando
detectan que hay luz huyen, por ello es importante ventilar bien los espacios cerrados. Son los
alergenos más frecuentes a nivel mundial (en España son las gramíneas).

Los pólenes son la primera causa de rinitis alérgica y de asma. Dentro de estos, las gramíneas
suponen la principal causa de polinosis en Europa. Su período de polinización varía entre los 2 y
los 10 meses, con un pico de abril a junio. Existe gran reactividad cruzada entre los alergenos de
las distintas especies. El género más importante es Phleum, que además es el que más
reactividades curzadas tiene, sobre todo los alergenos Phlp1 y Phlp5.

Con respecto a los hongos, la exposición a alergenos fúngicos se produce tanto en espacios
abiertos como cerrados. El hongo más alergénico es la Alternaria (muchos pacientes con asma
están sensibilizados) que está presente en alimentos deteriorados y colchones sobre todo
durante los meses de verano. Otros hongos que frecuentemente actúan como alergenos son la
penicilina, Aspergillus…

Con respecto a los epitelios animales, la proteína que frecuentemente actúa como alergeno es la
lipocalina.

Además de todo esto, puede haber alergenos muy parecidos pero presentes en diferentes
elementos. Por ejemplo la proteína Betv1 presente en el polen es casi idéntica a la proteína
Pruav1 presente en el melocotón.

Los principales alergenos alimentarios son la prolamina (en frutas, frutos secos, vegetales…), la
cupina, la profilina…

Con respecto a los himenópteros, la proteína que actúa como alergeno en las alergias a las
abejas es la Api m, mientras que la que actúa en las avispas es la Ves v.

Para el correcto tratamiento, es esencial un


diagnóstico etiológico bien hecho. El tratamiento
comenzará por establecer un control ambiental o
desalergenización, educación del paciente,
tratamiento farmacológico y por último
inmunoterapia.

Sara Bonet
CLASIFICACIÓN DE LAS REACCIONES DE HIPERSENSIBILIDAD
- Tipo I: mediadas por IgE.

- Tipo II: citotóxicas.

- Tipo III: mediadas por inmunocomplejos.

- Tipo IV: mediadas por células.

Tipo I
Hay un alérgeno (polen, picaduras de insectos, fármacos, alimentos...) que se pone en contacto
con el individuo, es identificado por el macrófago y dicho macrófago se sensibiliza. Como
consecuencia de eso se produce IgE. En condiciones normales se desarrollaría IgG. El
macrófago, que ya ha evolucionado a mastocito, está ahora sensibilizado. Para que se produzca
este tipo de HS se tiene que dar una DISPOSICIÓN REPETIDA AL ALERGENO. Al darse la
exposición repetida, como el mastocito ya está sensibilizado con sus IgE, se liberan mediadiores
(leucotrienos, prostaglandinas, histaminas) que son los responsables de producir la clínica
(vasodilatación, edema, constricción de músculo liso de los bronquios…).

Se pueden dar reacciones locales o sistémicas, por ejemplo en las rinitis alérgica o el asma, hay
una respuesta local (sólo en la mucosa), pero si el alergeno se mete vía parenteral como puede
ser un fármaco, llega rápidamente a los tejidos y puede aparecer reacción anafiláctica.
La reacción de tipo I es la que ocurre en la urticaria y el angioedema, el asma, la anafilaxia y
alergia a la penicilina.

Tipo II
Aquí el antígeno se presenta en la superficie de la célula. Este es el caso de muchas citopenias
secundarias a fármacos (por ejemplo muchas heparinas producen trombopenia). Hay un
componente del fármaco que se queda fijado a la superficie de la célula (plaqueta, leucocito etc)
que será el antígeno. Por tanto es reconocido como extraño por el SI y se desencadenará una
respuesta mediada por IgG (a veces también participa IgE).
Esta respuesta provoca que vengan macrófagos y destruyan engullendo la célula o bien ponen en
marcha el sistema del complemento que lisa la célula. Por eso este fenómeno es citotóxico. En
este fenómeno se basa el test de Coombs directo para estudiar las anemias.

En resumen, es una reacción inducida por anticuerpos citotóxicos IgG e IgM y mediada por la
activación del complemento, que participa en enfermedades como la anemia hemolítica inducida
por penicilina o la trombocitopenia inducida por quinidina.

Tipo III
Un inmunocomplejo es un tándem compuesto de un alergeno y una Ig. Se destruyen en el bazo,
hígado, se eliminan por orina etc. Si hay un exceso de antígeno, se forman tantos
inmunocomplejos que comienzan a depositarse porque no da tiempo a que se eliminen, por lo que
comienzan a acumularse en los vasos (porque normalmente circulan por la sangre), comienzan a
comportarse como algo extraño (porque en CN no debe haber nada en el vaso) y al ser
reconocidos como algo extraño comienza la respuesta inmune. El paciente tiene fiebre, rash,
urticaria, linfadenopatías y artralgias de una a tres semanas después tras la última dosis del
fármaco.
Esto es típico de muchas glomerulonefritis autoinmunes, vasculitis, daño articular en pequeñas
articulaciones (lupus), enfermedad del suero, alergia a penicilinas y sulfamidas.

Tipo IV
Hay un antígeno que generalmente inyectamos. Es el caso de la prueba de la tuberculina, TTP,
donde estás inyectando un antígeno de la tuberculosis y éste desarrolla una respuesta
inflamatoria pero mediada por CÉLULAS, no por Ig (en este caso son linfocitos T CD4 y CD8).
Estos linfocitos atraen al resto mediante la secreción de linfocinas e interferones y acaban
destruyendo las células diana.
Es el tipo de reacción que interviene en las dermatitis de contacto y en la hepatotoxicidad.
Sara Bonet
Por último, es típico que exista reactividad cruzada entre pólenes y alimentos vegetales por las
profilinas, entre ácaros y crustáceos por la tropomiosina y entre diferentes epitelios animales por
las lipocalinas.

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