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Mercedes López Salvá

Ignacio Sanz Extremeño


Pablo de Paz Amérigo (eds.)

Los orígenes del cristianismo


en la filosofía, la literatura y el arte I

Unos piden señales, otros piden sabiduría

Madrid
2016
© Los autores
Madrid, 2016

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LA PARUSÍA EN SAN PABLO

IGNACIO SANZ EXTREMEÑO


Universidad Complutense de Madrid
nachosanzext@gmail.com

RESUMEN
En época helenística, el término παρουσία pasó de ser un sustantivo verbal común a
tener un significado mucho más concreto: la visita del rey o de un personaje oficial.
Pronto la llegada providencial de este personaje se puso en conexión con las religiones
de salvación que se estaban desarrollando en todo el Oriente helenizado. En este
contexto cultural y religioso, los primeros cristianos se apropian de la palabra y la
aplican en los primeros testimonios todavía con el sentido usual de la época helenística,
pero pronto le dotan de un significado "técnico": pasa a referirse específicamente a la
llegada de Jesús en un momento escatológico de difícil concreción temporal. El estudio
de la evolución del término, con sus antecedentes y la ampliación de significado que se
le fue dando en las epístolas paulinas, constituye el objetivo de este artículo.

Palabras clave: Parusía. Escatología. Nuevo Testamento. San Pablo. Epístolas


Paulinas. Literatura Cristiana Primitiva.

ABSTRACT
In Hellenistic period, the term παρουσία, a deverbativ common noun "arrival, visit",
developed a much more specific meaning, referring to a visit of a king or an official
personage to certain places. Very early the providencial arrival of this personage was
related to the religions of salvation that were developing in every part of the hellenized
Orient. In this cultural and religious context, early Christians appropiated the word and
applied it in the very first testimonies still with the usual sense in Hellenistic period, but
very quickly they give it a "technical" meaning: it will refers properly to the arrival of
Jesus in an eschatological moment of doubtful temporal concreteness. A study of the
evolution of the term, with its antecedents and the extension of the meaning originally
attributed in the Pauline Epistles, will be the objective of this article.

Keywords: Parousia. Eschatology. New Testament. Sain Paul. Pauline Epistles.


Early Christian Literature.
122 Ignacio Sanz Extremeño

1. INTRODUCCIÓN.
Para los cristianos, la palabra parusía designa la llegada de Jesús al final de los
tiempos para la salvación de la humanidad.
En origen se trata de un sustantivo común, sin ninguna carga semántica especí-
fica, pero que se fue cargando de significados y matices, primero en el ámbito he-
lenístico e imperial y, posteriormente, en el cristianismo, se convirtió en un término
técnico con un significado y unos propósitos extremadamente complejos, que van
desde la esperanza escatológica a la concreción de la moral de la colectividad cris-
tiana.
En el presente artículo me detendré en el uso que hace Pablo de este término, ya
que, como en otras cuestiones relativas al incipiente cristianismo, es el primero que
se apropia de él y va encaminando su evolución hacia lo que será en textos poste-
riores.
El término παρουσία es el sustantivo verbal de πάρειμι y en los diccionarios se
traduce generalmente con el doble significado de "presencia" y "llegada"1. Quiero
hacer notar que el referente del sustantivo verbal, es decir, aquel que llega o está
presente, es un sustantivo animado; únicamente contamos con la excepción de la
palabra "carta", que hace referencia a un ente inanimado, pero con la especialísima
condición de comunicar un mensaje, por lo que en toda la Antigüedad funciona
prácticamente como un nombre animado. Veamos algunos ejemplos tomados de
textos del propio Pablo:
- Presencia:
Filipenses 2,12.
Ὥστε, ἀγαπητοί μου, καθὼς πάντοτε ὑπηκούσατε, μὴ ὡς ἐν τῇ παρουσίᾳ μου μόνον
ἀλλὰ νῦν πολλῷ μᾶλλον ἐν τῇ ἀπουσίᾳ μου, μετὰ φόβου καὶ τρόμου τὴν ἑαυτῶν
σωτηρίαν κατεργάζεσθε· 2
De manera que, mis queridos [hermanos], porque siempre obedecisteis, trabajad con
miedo y temblor [por] vuestra salvación, no sólo como cuando yo estuve presente,
sino mucho más ahora que estoy ausente;3

2 Corintios 10,10.
ὅτι αἱ ἐπιστολαὶ μέν, φησίν, βαρεῖαι καὶ ἰσχυραί, ἡ δὲ παρουσία τοῦ σώματος
ἀσθενὴς καὶ ὁ λόγος ἐξουθενημένος.
porque las cartas –dice [alguno]– [son] severas y duras, pero la presencia corporal
[es] poca cosa, y el lenguaje despreciable.

1
Los diccionarios específicos utilizados para analizar el significado concreto del término en distintos ámbi-
tos son los siguientes: para la información lexicográfica general, Liddle-Scott 1996; para el periodo
helenístico e imperial, Sophocles 1914 y para la Septuaginta, Lust-Eynikel-Hauspie 2003.
2
Los textos griegos correspondientes al Nuevo Testamento se han tomado de Holmes 2010
3
Los textos en español correspondientes al Nuevo Testamento se han tomado de Cantera-Iglesias 20003,
con algunas modificaciones.
La parusía en San Pablo 123

- Llegada:
2 Corintios 7,6-7.
ἀλλ’ ὁ παρακαλῶν τοὺς ταπεινοὺς παρεκάλεσεν ἡμᾶς ὁ θεὸς ἐν τῇ παρουσίᾳ Τίτου,
οὐ μόνον δὲ ἐν τῇ παρουσίᾳ αὐτοῦ ἀλλὰ καὶ ἐν τῇ παρακλήσει ᾗ παρεκλήθη ἐφ’
ὑμῖν, ἀναγγέλλων ἡμῖν τὴν ὑμῶν ἐπιπόθησιν, τὸν ὑμῶν ὀδυρμόν, τὸν ὑμῶν ζῆλον
ὑπὲρ ἐμοῦ ὥστε με μᾶλλον χαρῆναι.
Pero el Dios que consuela a los humildes nos consoló a nosotros con la llegada de
Tito, –y no sólo con su llegada, sino también con la consolación que tuvo por noso-
tros–, contándonos vuestras ganas [de vernos], vuestro llanto, vuestro celo por mi,
de forma que me alegré más.

Partiendo de estos significados y anticipando algunos materiales que comentaré


a lo largo de este artículo, el uso de la palabra sufre una evolución que podríamos
resumir así:
- Punto de partida del lexema, con uso neutro: "llegada, presencia".
- Primera especialización, producida ya en época helenística: "llegada o visi-
ta de un rey o personaje de alto rango".
- Segunda especialización, producida en ámbito religioso: "llegada o presen-
cia de un dios"
- Especialización del ámbito cristiano: "venida de Cristo".

2. ANTECEDENTES.
Veamos el uso que se da a nuestra palabra antes de la llegada del cristianismo y
también en sus contemporáneos de otros ámbitos.

2.2. ANTECEDENTES HELENÍSTICOS E IMPERIALES.


Resulta de gran interés analizar las apariciones del término παρουσία en papiros
y óstraca de época tolemaica, que muestran la especialización de su significado
hacia la "llegada" o "visita" del rey o de un alto funcionario como representante
real.
Con ocasión de la parusía real había que hacer una serie de preparativos, que se
narran en papiros, óstraca e inscripciones: regalos para el visitante, relación de
compras necesarias para preparar el evento (P.HGV 1:42, 15-19 y O.Wilck 1481),
detalles del menú para la celebración (P.BGU 6:1495), imposición de tributos es-
peciales (P.SB 6:9617) e, incluso, acuñación de monedas conmemorativas. Así
mismo, el rey hacía concesiones especiales, repartía diversos favores y promulgaba
124 Ignacio Sanz Extremeño

edictos de gracia. Teniendo todo esto en cuenta, parece justo afirmar que la parusía
era motivo de grandes celebraciones y fiestas solemnes.
En Grecia estaba muy arraigada la costumbre de divinizar a seres humanos y
considerarlos salvadores, como hicieron con los héroes, que eran convertidos en
semidioses tras su muerte. Del mismo modo, el mundo helenístico-romano estaba
ya acostumbrado a que las buenas noticias de la salvación aportada por esos seres
semidivinos se denominaran "buena nueva". Así, en determinados papiros
(O.Chr.Wilk 413) se trata de la παρουσία de Germánico a Tebas, de la
proclamación de algún edicto con respecto a su visita (O.SB 1:3924), e incluso nos
consta por una inscripción en latín que, con motivo de su visita a Cos, dio
comienzo una nueva era4. En este sentido, es interesante mostrar que, junto a testi-
monios escritos en griego aparecen otros en latín y se hace especialmente patente la
identidad entre gr. παρουσία y lat. adventus: con motivo de la visita de Nerón a
Corinto se acuñaron unas monedas, en las que figura la inscripción Adventus
Augusti. También se conservan toda una serie de inscripciones correspondientes a
las visitas de Adriano a diferentes partes del Imperio5.
El uso de παρουσία en la época helenística e imperial no se limitaba al ámbito
político, sino que se extendía al ámbito religioso. Y no sólo en el caso de la
deificación de un emperador, sino cuando se trataba estrictamente de dioses. Así, el
siguiente texto nos relata la parusía de Asclepio en su templo de Pérgamo, tras una
incubación inducida por el consumo de absintio. Es de notar que, para dos
apariciones del término en un mismo párrafo, el traductor emplea de forma
sucesiva, posiblemente con acierto, las dos acepciones que ya hemos comentado:
«la llegada de Dios» y «la presencia de Dios».

Elio Aristides (117-181 d.C.) Or. Sacr. 2,30-32.


ἦν Φιλάδελφος τῶν νεωκόρων ἅτερος: τούτῳ γίγνεται τῆς αὐτῆς νυκτὸς ὄψις
ὀνείρατος ἥπερ κἀμοὶ, μικρὰ δέ πως παρήλλαττεν. ἐδόκει ὁ μὲν Φιλάδελφος,
τοσαῦτα γὰρ οὖν ἔχω διαμνημονεῦσαι, ἐν τῷ θεάτρῳ τῷ ἱερῷ πλῆθος ἀνθρώπων
εἶναι λευχειμονούντων καὶ συνεληλυθότων κατὰ τὸν θεὸν, ἐν δ᾽ αὐτοῖς ἑστῶτα ἐμὲ
δημηγορεῖν τε καὶ ὑμνεῖν τὸν θεὸν, ἄλλα τε δὴ λέγοντα παντοῖα καὶ ὡς παρατρέψειέ
μου τὰς μοίρας πολλαχῆ μὲν καὶ ἄλλῃ, ἔναγχος δὲ ὅτε καὶ ἀψίνθιον προσευρὼν
προστάξειε πιεῖν ὄξει διειμένον, ὡς μὴ δυσχεράναιμι. καί τινα κλίμακα, οἶμαι,
ἐξήγγελλεν ἱερὰν καὶ παρουσίαν καὶ δυνάμεις τινὰς τοῦ θεοῦ θαυμαστάς. ταῦτα μὲν
ὁ Φιλάδελφος ἐδόκει: ἐμοὶ δὲ αὐτῷ τοιάδε ἐγίγνετο. ἐδόκουν ἐν τοῖς προπυλαίοις
ἑστάναι τοῦ ἱεροῦ, συνειλέχθαι δὲ καὶ ἄλλους πολλούς τινας, ὥσπερ ἡνίκα ἂν τὸ
ἱερὸν καθάρσιον γίγνηται, εἶναι δὲ λευχείμονάς τε καὶ τἄλλα πρέποντα τῷ σχήματι.
ἐνταῦθα δὴ ἄλλας τε φωνὰς ἠφίειν εἰς τὸν θεὸν καὶ δὴ καὶ μοιρονόμον προσεῖπον
αὐτὸν, ὡς τὰς μοίρας τοῖς ἀνθρώποις διανέμοντα. ὡρμᾶτο δέ μοι τὸ ῥῆμα ἀπὸ τῶν

4
Deissman 1910, 375.
5
Weber 1907, 81, 109, 115, 125, 130, 150, 155, 197, 198, 201, 227, 247.
La parusía en San Pablo 125

εἰς ἐμαυτόν. κἀπὶ τούτοις ἦν τὸ ἀψίνθιον ὅντινα δὴ τρόπον δηλωθὲν, ἐδηλώθη δὲ ὡς


ἐναργέστατα, ὥσπερ οὖν καὶ μυρία ἕτερα ἐναργῆ τὴν παρουσίαν εἶχε τοῦ θεοῦ.6
Filadelfo era el otro sacristán. Él y yo tuvimos en sueños, durante la misma noche,
idéntica visión, salvo pequeñas diferencias de detalle. Filadelfo soñó –tal es, en efec-
to, lo que puedo recordar- que en el teatro del templo había una multitud de hombres
vestidos de blanco que estaban reunidos en torno al dios. En medio de la multitud,
de pie, yo les hablaba alabando al dios. Entre otras cosas yo les decía que el dios ha-
bía apartado de mí en numerosas ocasiones y de las más diversas maneras mi funes-
to destino y, especialmente, hacía poco, cuando, tras haberme preparado absintio,
me ordenó que lo bebiese mezclado con vinagre para que me resultase menos des-
agradable. Filadelfo me habló también de una cierta escalera sagrada, creo, de la lle-
gada del dios y de algunos de sus increíbles poderes. Éste fue el sueño de Filadelfo.
El mío fue como sigue. Soñaba que estaba en los propileos del templo y que otras
muchas personas se habían reunido también allí, como cuando tiene lugar el ritual de
purificación [sagrada]; estaban vestidos de blanco y equipados con todo lo necesario
para el ritual. Allí dirigí al dios diversas invocaciones y entre otras cosas lo aclamé
como "legislador del destino", puesto que es el que asigna el destino a los hombres.
Esta expresión nació de mi propia experiencia. Y después vino, de algún modo, la
revelación del absintio. Se me reveló de la manera más clara, como otras cientos de
cosas evidentes que reflejan la presencia del dios.7

2.3. LA PARUSÍA EN LA SEPTUAGINTA.


El nombre de Septuaginta o Biblia de los setenta hace referencia al número de
los eruditos –setenta o setenta y dos– que tradujeron la Torá judía en tiempos del
rey Ptolomeo II Filadelfo (285-246 a.C.). En un principio, la traducción abarcó sólo
el Pentateuco, pero posteriormente el nombre pasó a designar todos los escritos que
integran la Biblia griega8.
El término παρουσία sólo aparece cinco veces en la Septuaginta. Todos los ca-
sos que tenemos testimoniados aparecen en textos que no son traducción de un
original hebreo, sino que se trata de textos de época helenística, escritos origina-
riamente en griego, por lo que el uso que se da a la palabra no está influenciado por
la traducción. En el primero de los textos se describe la llegada de Judit al campa-
mento de Holofernes y el revuelo que ocasiona; casi como si se tratara de la parusía
de un rey o de una heroína salvífica, como es el caso.

Judith 10,17-18. (II a.C.)


καὶ ἐπέλεξαν ἐξ αὐτῶν ἄνδρας ἑκατὸν καὶ παρέζευξαν αὐτῇ καὶ τῇ ἅβρᾳ αὐτῆς, καὶ
ἤγαγον αὐτὰς ἐπὶ τὴν σκηνὴν Ολοφέρνου. καὶ ἐγένετο συνδρομὴ ἐν πάσῃ τῇ
παρεμβολῇ, διεβοήθη γὰρ εἰς τὰ σκηνώματα ἡ παρουσία αὐτῆς· καὶ ἐλθόντες

6
Dindorf 1829.
7
Cortés Copete 1999, con modificaciones.
8
Fenández Marcos-Spottorno 2008, 11ss.
126 Ignacio Sanz Extremeño

ἐκύκλουν αὐτήν, ὡς εἱστήκει ἔξω τῆς σκηνῆς Ολοφέρνου, ἕως προσήγγειλαν αὐτῷ
περὶ αὐτῆς.9
Y escogieron a cien hombres de entre ellos para escoltarla a ella y a su doncella, y
las condujeron hasta la tienda de Olofernes. Y se produjo un revuelo en todo el cam-
pamento, pues su llegada se había divulgado por las tiendas. E iban acudiendo y la
rodeaban mientras permanecía fuera de la tienda de Olofernes10 hasta que le infor-
maron de que estaba allí.11

Los otros textos, que pertenecen a Macabeos 2 y 3, nos relatan la llegada del
enviado real Heliodoro a Jerusalén, las llegadas de sendos ejércitos a distintas bata-
llas y la llegada de los Macabeos a Jerusalén y las dificultades que les pusieron
para acceder al templo.
He seleccionado los dos primeros textos porque en ellos el uso de parusía está
utilizado con un significado específico, pero también frecuente, que lo conecta con
la llegada de ejércitos y, por tanto, con el léxico militar y, en conexión con él –y
esto es lo más relevante– con el léxico de salvación.

2 Macabeos 8,12-13.
τῷ δὲ Ιουδα προσέπεσεν περὶ τῆς τοῦ Νικάνορος ἐφόδου, καὶ μεταδόντος τοῖς σὺν
αὐτῷ τὴν παρουσίαν τοῦ στρατοπέδου οἱ δειλανδροῦντες καὶ ἀπιστοῦντες τὴν τοῦ
θεοῦ δίκην διεδίδρασκον ἑαυτοὺς καὶ ἐξετόπιζον.
Y le llegaron noticias a Judas sobre el ataque de Nicanor y, al dar parte a los que es-
taban con él de la llegada del ejército, los cobardes y los que desconfiaban de la jus-
ticia de Dios huían y se apartaban.

2 Macabeos 15,20-21.
καὶ πάντων ἤδη προσδοκώντων τὴν ἐσομένην κρίσιν καὶ ἤδη προσμειξάντων τῶν
πολεμίων καὶ τῆς στρατιᾶς ἐκταγείσης καὶ τῶν θηρίων ἐπὶ μέρος εὔκαιρον
ἀποκατασταθέντων τῆς τε ἵππου κατὰ κέρας τεταγμένης συνιδὼν ὁ Μακκαβαῖος τὴν
τῶν πληθῶν παρουσίαν καὶ τῶν ὅπλων τὴν ποικίλην παρασκευὴν τήν τε τῶν θηρίων
ἀγριότητα ἀνατείνας τὰς χεῖρας εἰς τὸν οὐρανὸν ἐπεκαλέσατο τὸν τερατοποιὸν
κύριον γινώσκων ὅτι οὐκ ἔστιν δι᾽ ὅπλων, καθὼς δὲ ἐὰν αὐτῷ κριθῇ, τοῖς ἀξίοις
περιποιεῖται τὴν νίκην.
Y cuando todos esperaban ya el desenlace futuro y los enemigos ya estaban reuni-
dos, y el ejército estaba en orden de batalla, y los animales estaban colocados en una
parte favorable y la caballería estaba formada por alas, al ver el Macabeo la llegada
de las multitudes, el armamento de variados colores y la ferocidad de los animales,
extendió las manos hacia el cielo e invocó al Señor que hace portentos, sabedor de

9
Los textos griegos correspondientes a la Septuaginta se han tomado de Quast 2006.
10
Utilizo la transcripción de este nombre siguiendo a Fernández Marcos-Spottorno 2008.
11
Los textos en español correspondientes a la Septuaginta se han tomado de Fenández Marcos-Spottorno
2008.
La parusía en San Pablo 127

que no es por las armas, sino como le parezca, que tendrá lugar la victoria de los
dignos de ella.

3. LA ENTRADA DE JESÚS EN JERUSALÉN.


Si hay un pasaje en el NT en el que se recoja el concepto helenístico de parusía,
se trata, sin duda, del relato de la entrada de Jesús en Jerusalén:

Lucas 19,28-38.
Καὶ εἰπὼν ταῦτα ἐπορεύετο ἔμπροσθεν ἀναβαίνων εἰς Ἱεροσόλυμα.
Καὶ ἐγένετο ὡς ἤγγισεν εἰς Βηθφαγὴ καὶ Βηθανιὰ πρὸς τὸ ὄρος τὸ καλούμενον
Ἐλαιῶν, ἀπέστειλεν δύο τῶν μαθητῶν λέγων, Ὑπάγετε εἰς τὴν κατέναντι κώμην, ἐν
ᾗ εἰσπορευόμενοι εὑρήσετε πῶλον δεδεμένον, ἐφ᾽ ὃν οὐδεὶς πώποτε ἀνθρώπων
ἐκάθισεν, καὶ λύσαντες αὐτὸν ἀγάγετε. καὶ ἐάν τις ὑμᾶς ἐρωτᾷ, Διὰ τί λύετε; οὕτως
ἐρεῖτε ὅτι Ὁ κύριος αὐτοῦ χρείαν ἔχει. ἀπελθόντες δὲ οἱ ἀπεσταλμένοι εὗρον καθὼς
εἶπεν αὐτοῖς. λυόντων δὲ αὐτῶν τὸν πῶλον εἶπαν οἱ κύριοι αὐτοῦ πρὸς αὐτούς, Τί
λύετε τὸν πῶλον; οἱ δὲ εἶπαν ὅτι Ὁ κύριος αὐτοῦ χρείαν ἔχει. καὶ ἤγαγον αὐτὸν πρὸς
τὸν Ἰησοῦν, καὶ ἐπιρίψαντες αὐτῶν τὰ ἱμάτια ἐπὶ τὸν πῶλον ἐπεβίβασαν τὸν
Ἰησοῦν. πορευομένου δὲ αὐτοῦ ὑπεστρώννυον τὰ ἱμάτια αὐτῶν ἐν τῇ ὁδῷ.
Ἐγγίζοντος δὲ αὐτοῦ ἤδη πρὸς τῇ καταβάσει τοῦ Ὄρους τῶν Ἐλαιῶν ἤρξαντο ἅπαν
τὸ πλῆθος τῶν μαθητῶν χαίροντες αἰνεῖν τὸν θεὸν φωνῇ μεγάλῃ περὶ πασῶν ὧν
εἶδον δυνάμεων, λέγοντες, Εὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος ὁ βασιλεὺς ἐν ὀνόματι
κυρίου· ἐν οὐρανῷ εἰρήνη καὶ δόξα ἐν ὑψίστοις.
Y después de decir esto siguió caminando en cabeza, subiendo a Jerusalén. Y se dio
el caso de que, cuando se acercó a Betfagé y Betania, junto al monte llamado de
[los] Olivos, envió dos de los discípulos, diciendo: "Id a la aldea que está enfrente;
en cunto entréis en ella encontraréis un pollino atado, sobre el que ninguno se sentó
nunca; desatadlo y traed[lo]. Y si alguien os pregunta por qué lo desatáis, decid así
˝Porque el Señor lo necesita˝". Cuando se marcharon los enviados, [lo] encontraron
tal como les había dicho. Y mientras desataban el pollino, les dijeron sus amos:
"¿Por qué desatáis el pollino?" Ellos dijeron: "El Señor lo necesita". Y lo llevaron a
Jesús; y poniendo sus mantos encima del pollino, hicieron montar a Jesús. Y según
iba avanzando, tendían sus mantos en el camino.
Y cuando ya se acercaba él a la bajada del monte de los Olivos, toda la muchedum-
bre de los discípulos empezaron, alegres, a alabar a Dios a grandes voces por todos
los prodigios que habían visto, diciendo: "¡Bendito el que viene, el Rey, en nombre
del Señor! ¡Paz en el cielo y gloria en [las] alturas!".

En los textos, aparte de la narración de un hecho concreto de la vida de Jesús, se


reflejan las dos fuentes de influencia más importantes para el pensamiento cristiano
primitivo: la judía y la helenística-imperial.
Por una parte, en los relatos se hace referencia clara a dos textos del AT:
128 Ignacio Sanz Extremeño

Zacarías 9,9:
χαῖρε σφόδρα θύγατερ Σιων κήρυσσε θύγατερ Ιερουσαλημ ἰδοὺ ὁ βασιλεύς σου
ἔρχεταί σοι δίκαιος καὶ σῴζων αὐτός πραῢς καὶ ἐπιβεβηκὼς ἐπὶ ὑποζύγιον καὶ
πῶλον νέον.
Alégrate mucho, hija de Sion, proclama, hija de Jerusalén. Mira, tu rey viene a ti,
justo y salvador como es, suave y montando sobre un asno y un joven pollino.

Salmos 117,26:
εὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος ἐν ὀνόματι κυρίου εὐλογήκαμεν ὑμᾶς ἐξ οἴκου κυρίου.
Bendito el que viene en nombre del Señor;
os hemos bendecido desde la casa del Señor.

Por la otra parte, describe lo que debía ser una visita oficial del emperador a una
ciudad: engalanaron la montura, alfombraron el camino, le vitoreaban, alababan a
Dios… Eso sí, todo desde la perspectiva del mensaje cristiano: la borrica y el po-
llino como antítesis del boato propio del emperador. El cuarto Evangelio es el úni-
co que menciona los ramos de palmera que, curiosamente, es uno de los rasgos que
ha permanecido en la tradición cristiana para celebrar este hecho, hasta el punto
que se denomina "Domingo de Ramos". Como suele ocurrir, los Sinópticos coinci-
den en la descripción del momento, pero Lucas va más allá, haciendo una conexión
entre la entrada en Jerusalén y el juicio de Dios sobre la ciudad.
Da la impresión de que los autores están tratando de entroncar las dos tradicio-
nes: Jesús es el Mesías que vaticinaron los profetas, pero también es el personaje
importante que viene a Jerusalén y a su templo, a semejanza de los reyes helenísti-
cos y los emperadores romanos; aunque, al mismo tiempo, viene con la sobriedad y
sencillez con la que se caracteriza la personalidad de Jesús.

4. CRONOLOGÍA DE LOS TEXTOS CRISTIANOS.


Antes de centrarme en los textos de Pablo querría empezar hablando de la cro-
nología de los textos del Nuevo Testamento. Dichos textos no fueron escritos en el
orden en que se encuentran, sino que su situación actual procede de la ordenación
que se les dio en los siglos IV y V. De esta manera, podría pensarse que Pablo es-
cribió sus cartas con conocimiento de lo que se cuenta en los Evangelios, cuando
en realidad no fue así12. De hecho, la primera composición del Nuevo Testamento
es la primera carta a los Tesalonicenses.
Como ocurre con muchos de los textos de la Antigüedad, la fecha exacta de la
mayoría de los que componen el NT es dudosa y muy discutida. Como hipótesis de
trabajo he utilizado una publicación en la que se halla la media de las fechas pro-

12
Piñero 2006, 29.
La parusía en San Pablo 129

puestas por diversos especialistas para cada texto13, de modo que obtengamos una
fecha a la que atribuir un cierto grado de consenso científico. De esta manera, las
epístolas paulinas quedarían ordenadas cronológicamente así:

ORDEN ORDEN
TEXTO AUTOR FECHA
CRON. N. T.
1 13 1 Tesalonicenses Pablo 51
2 9 Gálatas Pablo 51
4 7 1 Corintios Pablo 55
5 8 2 Corintios Pablo 56
6 6 Romanos Pablo 56
7 18 Filemón Pablo 60
8 11 Filipenses Pablo 60
12 2 Evangelio de Marcos Marcos 61
16 1 Evangelio de Mateo Mateo 65
18 3 Evangelio de Lucas Lucas 66
23 4 Evangelio de Juan Juan 86

En el cuadro se aprecia claramente que, entre la redacción de la primera carta a


los Tesalonicenses y el primer Evangelio, el de Marcos, transcurren aproximada-
mente 12 años; visto de esta manera, si hubo influencia, fue lógicamente de Pablo
hacia los evangelistas, y no al revés.

5. LA PARUSÍA EN PABLO.
En este punto, me parece interesante aclarar brevemente la autoría y la ordena-
ción de las Epístolas incluidas en el NT, dado que algunas de las cartas tradicio-
nalmente atribuidas a Pablo fueron escritas por otros autores. Siguiendo la ordena-
ción que propone Antonio Piñero14, éste podría ser el esquema general:

1) Cartas paulinas: 1 Tesalonicenses, Gálatas, 1 y 2 Corintios, Romanos, Fili-


penses, Filemón.
2) Cartas deuteropaulinas o pseudónimas:
2.1) Cartas pastorales: 1 Timoteo, Tito, 2 Timoteo, Hebreos.
2.2) Cartas de autoría dudosa: 2 Tesalonicenses, Efesios, Colosenses.

13
http://www.evidenceforjesuschrist.org/Pages/bible/dating-nt-chronological_order.htm [acceso: 13.02.2016]
14
Piñero 2006, 254.
130 Ignacio Sanz Extremeño

En el presente estudio me ceñiré estrictamente a las epístolas paulinas, en las


que hay 11 ocurrencias de la palabra παρουσία. Como ya he mencionado, Pablo es,
cronológicamente, el primer autor cristiano del que conservamos textos y 1
Tesalonicenses su primera carta. Teniendo esto en consideración, podemos trazar
una primera evolución de nuestro término a partir del uso que hace Pablo del
término "parusía"15. Para ello, estudiaré únicamente los textos en los que se
menciona explícitamente el término "parusía".
Tres de las apariciones del término no se refieren a Jesús, sino a otros
compañeros de Pablo:

1 Corintios 16,17.
χαίρω δὲ ἐπὶ τῇ παρουσίᾳ Στεφανᾶ καὶ Φορτουνάτου καὶ Ἀχαϊκοῦ, ὅτι τὸ ὑμέτερον
ὑστέρημα οὗτοι ἀνεπλήρωσαν·
Me alegro por la llegada de Estéfanas, Fortunato y Acaico, porque vuestra ausencia
la han compensado ellos.

2 Corintios 7,6-7.
ἀλλ’ ὁ παρακαλῶν τοὺς ταπεινοὺς παρεκάλεσεν ἡμᾶς ὁ θεὸς ἐν τῇ παρουσίᾳ Τίτου,
οὐ μόνον δὲ ἐν τῇ παρουσίᾳ αὐτοῦ ἀλλὰ καὶ ἐν τῇ παρακλήσει ᾗ παρεκλήθη ἐφ’
ὑμῖν, ἀναγγέλλων ἡμῖν τὴν ὑμῶν ἐπιπόθησιν, τὸν ὑμῶν ὀδυρμόν, τὸν ὑμῶν ζῆλον
ὑπὲρ ἐμοῦ ὥστε με μᾶλλον χαρῆναι.
Pero el Dios que consuela a los humildes nos consoló a nosotros con la llegada de
Tito, –y no sólo con su llegada, sino también con la consolación que tuvo por noso-
tros–, contándonos vuestras ganas [de vernos], vuestro llanto, vuestro celo por mí,
de forma que me alegré más.

Una de las apariciones se refiere a las cartas que envía a los corintios:

2 Corintios 10,10
ὅτι αἱ ἐπιστολαὶ μέν, φησίν, βαρεῖαι καὶ ἰσχυραί, ἡ δὲ παρουσία τοῦ σώματος
ἀσθενὴς καὶ ὁ λόγος ἐξουθενημένος.
porque las cartas –dice [alguno]– [son] severas y duras, pero la presencia corporal
[es] poca cosa, y el lenguaje despreciable.

Y en dos de ellas se refiere a sí mismo:

15
Para los problemas relativos a Pablo y la parusía en sus epístolas, véase: Lietaert 2011; Moore 1966;
Painter 2010; Plevnik 1997; Puig i Tàrrech 2013; Wolter 2011; Smalley 1964; Johnson 2006; Wallis 1975;
Luke 2008.
La parusía en San Pablo 131

Filipenses 1,25-26.
καὶ τοῦτο πεποιθὼς οἶδα ὅτι μενῶ καὶ παραμενῶ πᾶσιν ὑμῖν εἰς τὴν ὑμῶν προκοπὴν
καὶ χαρὰν τῆς πίστεως, ἵνα τὸ καύχημα ὑμῶν περισσεύῃ ἐν Χριστῷ Ἰησοῦ ἐν ἐμοὶ
διὰ τῆς ἐμῆς παρουσίας πάλιν πρὸς ὑμᾶς.
y, convencido de esto, sé que me quedaré y permaneceré con todos vosotros para
vuestro progreso y alegría de la fe, para que, en Cristo Jesús, desborde vuestro orgu-
llo por mí, por mi presencia nuevamente entre vosotros.

Filipenses 2,12.
Ὥστε, ἀγαπητοί μου, καθὼς πάντοτε ὑπηκούσατε, μὴ ὡς ἐν τῇ παρουσίᾳ μου μόνον
ἀλλὰ νῦν πολλῷ μᾶλλον ἐν τῇ ἀπουσίᾳ μου, μετὰ φόβου καὶ τρόμου τὴν ἑαυτῶν
σωτηρίαν κατεργάζεσθε·
De manera que, mis queridos [hermanos], porque siempre obedecisteis, trabajad con
miedo y temblor [por] vuestra salvación, no sólo como cuando estuve presente, sino
mucho más ahora que estoy ausente;

Por ello vemos que aún se mantenía el uso neutro de parusía como llegada de
alguien o algo (en realidad, las cartas), no específicamente de Jesús.
Para los primeros cristianos, la parusía de Jesús era algo inminente. Este hecho
resulta sumamente importante para desvelar toda la evolución del término, ya que
se hizo preciso ir matizándolo y cargándolo de contenidos, una vez que se fue
comprobando que el tiempo pasaba y no se producía la tan esperada llegada del
Señor. Esta evolución ya se empieza a vislumbrar en Pablo.
En la primera carta a los Tesalonicenses aparece la palabra parusía en cuatro
ocasiones. En la primera sólo se menciona la venida del Señor:

1 Tesalonicenses 2,19.
τίς γὰρ ἡμῶν ἐλπὶς ἢ χαρὰ ἢ στέφανος καυχήσεως– ἢ οὐχὶ καὶ ὑμεῖς– ἔμπροσθεν τοῦ
κυρίου ἡμῶν Ἰησοῦ ἐν τῇ αὐτοῦ παρουσίᾳ;
Pues, ¿quién [es] nuestra esperanza, o [nuestra] alegría, o [la] corona [que será nues-
tro motivo] de orgullo ante Nuestro Señor Jesucristo en su llegada, sino vosotros?

En dos de ellos se dan consejos para la vida cotidiana en la espera, que poste-
riormente se irán concretando. En ellos se conectan las circunstancias y la situación
en el presente inmediato de la comunidad con el día de la parusía:

1 Tesalonicenses 3,13.
εἰς τὸ στηρίξαι ὑμῶν τὰς καρδίας ἀμέμπτους ἐν ἁγιωσύνῃ ἔμπροσθεν τοῦ θεοῦ καὶ
πατρὸς ἡμῶν ἐν τῇ παρουσίᾳ τοῦ κυρίου ἡμῶν Ἰησοῦ μετὰ πάντων τῶν ἁγίων
αὐτοῦ, [ἀμήν].
132 Ignacio Sanz Extremeño

A fin de reafirmar vuestros corazones, irreprensibles en santidad ante nuestro Dios y


Padre en la llegada de Nuestro Señor Jesús con todos sus santos.

1 Tesalonicenses 5,23.
Αὐτὸς δὲ ὁ θεὸς τῆς εἰρήνης ἁγιάσαι ὑμᾶς ὁλοτελεῖς, καὶ ὁλόκληρον ὑμῶν τὸ
πνεῦμα καὶ ἡ ψυχὴ καὶ τὸ σῶμα ἀμέμπτως ἐν τῇ παρουσίᾳ τοῦ κυρίου ἡμῶν Ἰησοῦ
Χριστοῦ τηρηθείη.
Que el mismo Dios de la paz os santifique por completo, y que toda vuestra actitud
moral, vuestra alma y vuestro cuerpo, se conserven irreprensibles para la llegada de
Nuestro Señor Jesucristo.

En la cuarta ocurrencia ya se hace referencia a la duda que se les planteó a los


fieles cuando empezaron a morir compañeros y Jesús no había llegado. En este
pasaje parece que Pablo contesta a una pregunta que estaba en el ambiente. Los
creyentes estaban inquietos por la muerte de algunos de sus compañeros, ya que
esperaban la inminente parusía de Jesús y no contaban con que su propia muerte
sucedería antes. Creían que por el fallecimiento los difuntos quedaban excluidos de
la salvación. También es posible que, unida a esta pregunta, se encontrara otra
acerca del cuándo de la parusía; una cuestión inquietante, puesto que, por lógica,
los casos de muerte irían aumentando. Por raro que nos pueda parecer, Pablo desa-
rrolla por primera vez, ante la comunidad, la idea de la resurrección de los cristia-
nos, que posiblemente no había tratado en su predicación misionera: los creyentes
difuntos no están excluidos de la salvación, sino que serán resucitados en la paru-
sía, para después, junto a los fieles que aún estuvieran vivos, ser llevados para en-
contrarse con Jesús:

1 Tesalonicenses 4,15.
Τοῦτο γὰρ ὑμῖν λέγομεν ἐν λόγῳ κυρίου, ὅτι ἡμεῖς οἱ ζῶντες οἱ περιλειπόμενοι εἰς
τὴν παρουσίαν τοῦ κυρίου οὐ μὴ φθάσωμεν τοὺς κοιμηθέντας·
Pues basándonos en la palabra del Señor os decimos lo siguiente: nosotros, los que
vivimos, los supervivientes hasta la llegada del Señor, ciertamente no precederemos
a los que [ya] reposaron;

Por último, en 1 Corintios indica el orden de importancia que deben tener los
fieles respecto a Cristo. Relacionado con lo anterior, con la necesidad de estar vigi-
lantes y mantener un comportamiento adecuado durante la espera, está el incluir
una serie de acicates o explicaciones de porqué hay que actuar así, de intentar hacer
ver que la parusía debe aguardarse con esperanza confiada y que esa actitud tendrá
sus beneficios:
La parusía en San Pablo 133

1 Corintios 15,23.
Ἕκαστος δὲ ἐν τῷ ἰδίῳ τάγματι· ἀπαρχὴ Χριστός, ἔπειτα οἱ τοῦ Χριστοῦ ἐν τῇ
παρουσίᾳ αὐτοῦ,
pero cada uno en su propio rango: [la] primicia, Cristo; después, los de Cristo, en su
llegada;

Parece que Pablo atestigua la evolución del término παρουσία hacia lo que más
tarde todos los cristianos entenderán como "la venida de Jesús".

6. CONCLUSIÓN.
Los primeros autores cristianos tuvieron la necesidad de ir resolviendo los dis-
tintos problemas y dudas conforme se les iban planteando. Es fácil, en este sentido,
comprobar en cualquier Historia de la Literatura Cristiana16 de qué modo fueron
absorbiendo influencias, descartando después aquellas que se empezaron a conver-
tir en incómodas; cómo trataron de asimilar todo el conocimiento anterior y enca-
jarlo, en la medida de lo posible, con su propio interés; cómo intentaron dar res-
puesta a las preguntas que se iban formulando, a medida que iban desarrollando la
nueva religión y cómo, una vez asentada una idea o un concepto, quedaba más o
menos fijado para pasar a solucionar la próxima dificultad.
En este sentido, es muy significativo lo observado en la evolución del término
παρουσία, ya que lo hace en dos sentidos: en el estrictamente semántico y en el
conceptual. Partiendo de un vocablo con un significado ya ampliado en época he-
lenística, pero con un uso ya difundido, fueron añadiendo el matiz específicamente
cristiano que tuvo después. Y, posteriormente, una vez asentado dicho significado,
fueron modificando el concepto y su implicación con el mismo mensaje del cristia-
nismo, a medida que fueron encajando la parusía de Jesús en su propia ideología y
religión. Obviamente, esto tuvo implicaciones en las modificaciones del mensaje
en todo aquello que tenía que ver, directa o indirectamente con la parusía.
Como se ha visto, el concepto de inminencia, que en principio era inherente a la
parusía, fue desapareciendo: la generación posterior a Jesús y sus discípulos ya no
sentía esa urgencia pero, sin embargo, sí necesitaban saber cómo y de qué forma
vivir durante la espera; en este sentido, es importante el valor moral que adquiere el
desarrollo del significado de parusía, paralelo a la evolución de la teología cristia-
na. Del mismo modo, aunque la palabra en sí misma está cada vez menos presente
en los textos posteriores, sí se observa una evolución, un dotar de contenidos a esa
"llegada" de Jesús.
Pablo, como primer ideólogo del cristianismo, inicia esa evolución y ese dotar
de contenidos al término. Evidentemente, una vez salvado el escollo de esa "falli-
da" inminencia de la parusía, se hizo necesario dotar a los creyentes de una serie de

16
Sobre este particular, véase: Bogaert 1993; McDonald-Porter 2000; Moreschini-Norelli 2006-2007.
134 Ignacio Sanz Extremeño

normas y contenidos espirituales que les hicieran permanecer en la fe. También en


esto fue precursor Pablo, y posibilitó que los que vinieron detrás de él exploraran
los caminos que él desbrozó.

7. BIBLIOGRAFÍA.
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the Evangelical Theological Society, 18 (1975) 229-242.
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Testament and Some Related Documents, Tübingen, 2011.

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