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Madrid
2016
© Los autores
Madrid, 2016
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Juan-José Marcos
juanjmarcos@yahoo.es
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Recco, S.L.
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LA PARUSÍA EN SAN PABLO
RESUMEN
En época helenística, el término παρουσία pasó de ser un sustantivo verbal común a
tener un significado mucho más concreto: la visita del rey o de un personaje oficial.
Pronto la llegada providencial de este personaje se puso en conexión con las religiones
de salvación que se estaban desarrollando en todo el Oriente helenizado. En este
contexto cultural y religioso, los primeros cristianos se apropian de la palabra y la
aplican en los primeros testimonios todavía con el sentido usual de la época helenística,
pero pronto le dotan de un significado "técnico": pasa a referirse específicamente a la
llegada de Jesús en un momento escatológico de difícil concreción temporal. El estudio
de la evolución del término, con sus antecedentes y la ampliación de significado que se
le fue dando en las epístolas paulinas, constituye el objetivo de este artículo.
ABSTRACT
In Hellenistic period, the term παρουσία, a deverbativ common noun "arrival, visit",
developed a much more specific meaning, referring to a visit of a king or an official
personage to certain places. Very early the providencial arrival of this personage was
related to the religions of salvation that were developing in every part of the hellenized
Orient. In this cultural and religious context, early Christians appropiated the word and
applied it in the very first testimonies still with the usual sense in Hellenistic period, but
very quickly they give it a "technical" meaning: it will refers properly to the arrival of
Jesus in an eschatological moment of doubtful temporal concreteness. A study of the
evolution of the term, with its antecedents and the extension of the meaning originally
attributed in the Pauline Epistles, will be the objective of this article.
1. INTRODUCCIÓN.
Para los cristianos, la palabra parusía designa la llegada de Jesús al final de los
tiempos para la salvación de la humanidad.
En origen se trata de un sustantivo común, sin ninguna carga semántica especí-
fica, pero que se fue cargando de significados y matices, primero en el ámbito he-
lenístico e imperial y, posteriormente, en el cristianismo, se convirtió en un término
técnico con un significado y unos propósitos extremadamente complejos, que van
desde la esperanza escatológica a la concreción de la moral de la colectividad cris-
tiana.
En el presente artículo me detendré en el uso que hace Pablo de este término, ya
que, como en otras cuestiones relativas al incipiente cristianismo, es el primero que
se apropia de él y va encaminando su evolución hacia lo que será en textos poste-
riores.
El término παρουσία es el sustantivo verbal de πάρειμι y en los diccionarios se
traduce generalmente con el doble significado de "presencia" y "llegada"1. Quiero
hacer notar que el referente del sustantivo verbal, es decir, aquel que llega o está
presente, es un sustantivo animado; únicamente contamos con la excepción de la
palabra "carta", que hace referencia a un ente inanimado, pero con la especialísima
condición de comunicar un mensaje, por lo que en toda la Antigüedad funciona
prácticamente como un nombre animado. Veamos algunos ejemplos tomados de
textos del propio Pablo:
- Presencia:
Filipenses 2,12.
Ὥστε, ἀγαπητοί μου, καθὼς πάντοτε ὑπηκούσατε, μὴ ὡς ἐν τῇ παρουσίᾳ μου μόνον
ἀλλὰ νῦν πολλῷ μᾶλλον ἐν τῇ ἀπουσίᾳ μου, μετὰ φόβου καὶ τρόμου τὴν ἑαυτῶν
σωτηρίαν κατεργάζεσθε· 2
De manera que, mis queridos [hermanos], porque siempre obedecisteis, trabajad con
miedo y temblor [por] vuestra salvación, no sólo como cuando yo estuve presente,
sino mucho más ahora que estoy ausente;3
2 Corintios 10,10.
ὅτι αἱ ἐπιστολαὶ μέν, φησίν, βαρεῖαι καὶ ἰσχυραί, ἡ δὲ παρουσία τοῦ σώματος
ἀσθενὴς καὶ ὁ λόγος ἐξουθενημένος.
porque las cartas –dice [alguno]– [son] severas y duras, pero la presencia corporal
[es] poca cosa, y el lenguaje despreciable.
1
Los diccionarios específicos utilizados para analizar el significado concreto del término en distintos ámbi-
tos son los siguientes: para la información lexicográfica general, Liddle-Scott 1996; para el periodo
helenístico e imperial, Sophocles 1914 y para la Septuaginta, Lust-Eynikel-Hauspie 2003.
2
Los textos griegos correspondientes al Nuevo Testamento se han tomado de Holmes 2010
3
Los textos en español correspondientes al Nuevo Testamento se han tomado de Cantera-Iglesias 20003,
con algunas modificaciones.
La parusía en San Pablo 123
- Llegada:
2 Corintios 7,6-7.
ἀλλ’ ὁ παρακαλῶν τοὺς ταπεινοὺς παρεκάλεσεν ἡμᾶς ὁ θεὸς ἐν τῇ παρουσίᾳ Τίτου,
οὐ μόνον δὲ ἐν τῇ παρουσίᾳ αὐτοῦ ἀλλὰ καὶ ἐν τῇ παρακλήσει ᾗ παρεκλήθη ἐφ’
ὑμῖν, ἀναγγέλλων ἡμῖν τὴν ὑμῶν ἐπιπόθησιν, τὸν ὑμῶν ὀδυρμόν, τὸν ὑμῶν ζῆλον
ὑπὲρ ἐμοῦ ὥστε με μᾶλλον χαρῆναι.
Pero el Dios que consuela a los humildes nos consoló a nosotros con la llegada de
Tito, –y no sólo con su llegada, sino también con la consolación que tuvo por noso-
tros–, contándonos vuestras ganas [de vernos], vuestro llanto, vuestro celo por mi,
de forma que me alegré más.
2. ANTECEDENTES.
Veamos el uso que se da a nuestra palabra antes de la llegada del cristianismo y
también en sus contemporáneos de otros ámbitos.
edictos de gracia. Teniendo todo esto en cuenta, parece justo afirmar que la parusía
era motivo de grandes celebraciones y fiestas solemnes.
En Grecia estaba muy arraigada la costumbre de divinizar a seres humanos y
considerarlos salvadores, como hicieron con los héroes, que eran convertidos en
semidioses tras su muerte. Del mismo modo, el mundo helenístico-romano estaba
ya acostumbrado a que las buenas noticias de la salvación aportada por esos seres
semidivinos se denominaran "buena nueva". Así, en determinados papiros
(O.Chr.Wilk 413) se trata de la παρουσία de Germánico a Tebas, de la
proclamación de algún edicto con respecto a su visita (O.SB 1:3924), e incluso nos
consta por una inscripción en latín que, con motivo de su visita a Cos, dio
comienzo una nueva era4. En este sentido, es interesante mostrar que, junto a testi-
monios escritos en griego aparecen otros en latín y se hace especialmente patente la
identidad entre gr. παρουσία y lat. adventus: con motivo de la visita de Nerón a
Corinto se acuñaron unas monedas, en las que figura la inscripción Adventus
Augusti. También se conservan toda una serie de inscripciones correspondientes a
las visitas de Adriano a diferentes partes del Imperio5.
El uso de παρουσία en la época helenística e imperial no se limitaba al ámbito
político, sino que se extendía al ámbito religioso. Y no sólo en el caso de la
deificación de un emperador, sino cuando se trataba estrictamente de dioses. Así, el
siguiente texto nos relata la parusía de Asclepio en su templo de Pérgamo, tras una
incubación inducida por el consumo de absintio. Es de notar que, para dos
apariciones del término en un mismo párrafo, el traductor emplea de forma
sucesiva, posiblemente con acierto, las dos acepciones que ya hemos comentado:
«la llegada de Dios» y «la presencia de Dios».
4
Deissman 1910, 375.
5
Weber 1907, 81, 109, 115, 125, 130, 150, 155, 197, 198, 201, 227, 247.
La parusía en San Pablo 125
6
Dindorf 1829.
7
Cortés Copete 1999, con modificaciones.
8
Fenández Marcos-Spottorno 2008, 11ss.
126 Ignacio Sanz Extremeño
ἐκύκλουν αὐτήν, ὡς εἱστήκει ἔξω τῆς σκηνῆς Ολοφέρνου, ἕως προσήγγειλαν αὐτῷ
περὶ αὐτῆς.9
Y escogieron a cien hombres de entre ellos para escoltarla a ella y a su doncella, y
las condujeron hasta la tienda de Olofernes. Y se produjo un revuelo en todo el cam-
pamento, pues su llegada se había divulgado por las tiendas. E iban acudiendo y la
rodeaban mientras permanecía fuera de la tienda de Olofernes10 hasta que le infor-
maron de que estaba allí.11
Los otros textos, que pertenecen a Macabeos 2 y 3, nos relatan la llegada del
enviado real Heliodoro a Jerusalén, las llegadas de sendos ejércitos a distintas bata-
llas y la llegada de los Macabeos a Jerusalén y las dificultades que les pusieron
para acceder al templo.
He seleccionado los dos primeros textos porque en ellos el uso de parusía está
utilizado con un significado específico, pero también frecuente, que lo conecta con
la llegada de ejércitos y, por tanto, con el léxico militar y, en conexión con él –y
esto es lo más relevante– con el léxico de salvación.
2 Macabeos 8,12-13.
τῷ δὲ Ιουδα προσέπεσεν περὶ τῆς τοῦ Νικάνορος ἐφόδου, καὶ μεταδόντος τοῖς σὺν
αὐτῷ τὴν παρουσίαν τοῦ στρατοπέδου οἱ δειλανδροῦντες καὶ ἀπιστοῦντες τὴν τοῦ
θεοῦ δίκην διεδίδρασκον ἑαυτοὺς καὶ ἐξετόπιζον.
Y le llegaron noticias a Judas sobre el ataque de Nicanor y, al dar parte a los que es-
taban con él de la llegada del ejército, los cobardes y los que desconfiaban de la jus-
ticia de Dios huían y se apartaban.
2 Macabeos 15,20-21.
καὶ πάντων ἤδη προσδοκώντων τὴν ἐσομένην κρίσιν καὶ ἤδη προσμειξάντων τῶν
πολεμίων καὶ τῆς στρατιᾶς ἐκταγείσης καὶ τῶν θηρίων ἐπὶ μέρος εὔκαιρον
ἀποκατασταθέντων τῆς τε ἵππου κατὰ κέρας τεταγμένης συνιδὼν ὁ Μακκαβαῖος τὴν
τῶν πληθῶν παρουσίαν καὶ τῶν ὅπλων τὴν ποικίλην παρασκευὴν τήν τε τῶν θηρίων
ἀγριότητα ἀνατείνας τὰς χεῖρας εἰς τὸν οὐρανὸν ἐπεκαλέσατο τὸν τερατοποιὸν
κύριον γινώσκων ὅτι οὐκ ἔστιν δι᾽ ὅπλων, καθὼς δὲ ἐὰν αὐτῷ κριθῇ, τοῖς ἀξίοις
περιποιεῖται τὴν νίκην.
Y cuando todos esperaban ya el desenlace futuro y los enemigos ya estaban reuni-
dos, y el ejército estaba en orden de batalla, y los animales estaban colocados en una
parte favorable y la caballería estaba formada por alas, al ver el Macabeo la llegada
de las multitudes, el armamento de variados colores y la ferocidad de los animales,
extendió las manos hacia el cielo e invocó al Señor que hace portentos, sabedor de
9
Los textos griegos correspondientes a la Septuaginta se han tomado de Quast 2006.
10
Utilizo la transcripción de este nombre siguiendo a Fernández Marcos-Spottorno 2008.
11
Los textos en español correspondientes a la Septuaginta se han tomado de Fenández Marcos-Spottorno
2008.
La parusía en San Pablo 127
que no es por las armas, sino como le parezca, que tendrá lugar la victoria de los
dignos de ella.
Lucas 19,28-38.
Καὶ εἰπὼν ταῦτα ἐπορεύετο ἔμπροσθεν ἀναβαίνων εἰς Ἱεροσόλυμα.
Καὶ ἐγένετο ὡς ἤγγισεν εἰς Βηθφαγὴ καὶ Βηθανιὰ πρὸς τὸ ὄρος τὸ καλούμενον
Ἐλαιῶν, ἀπέστειλεν δύο τῶν μαθητῶν λέγων, Ὑπάγετε εἰς τὴν κατέναντι κώμην, ἐν
ᾗ εἰσπορευόμενοι εὑρήσετε πῶλον δεδεμένον, ἐφ᾽ ὃν οὐδεὶς πώποτε ἀνθρώπων
ἐκάθισεν, καὶ λύσαντες αὐτὸν ἀγάγετε. καὶ ἐάν τις ὑμᾶς ἐρωτᾷ, Διὰ τί λύετε; οὕτως
ἐρεῖτε ὅτι Ὁ κύριος αὐτοῦ χρείαν ἔχει. ἀπελθόντες δὲ οἱ ἀπεσταλμένοι εὗρον καθὼς
εἶπεν αὐτοῖς. λυόντων δὲ αὐτῶν τὸν πῶλον εἶπαν οἱ κύριοι αὐτοῦ πρὸς αὐτούς, Τί
λύετε τὸν πῶλον; οἱ δὲ εἶπαν ὅτι Ὁ κύριος αὐτοῦ χρείαν ἔχει. καὶ ἤγαγον αὐτὸν πρὸς
τὸν Ἰησοῦν, καὶ ἐπιρίψαντες αὐτῶν τὰ ἱμάτια ἐπὶ τὸν πῶλον ἐπεβίβασαν τὸν
Ἰησοῦν. πορευομένου δὲ αὐτοῦ ὑπεστρώννυον τὰ ἱμάτια αὐτῶν ἐν τῇ ὁδῷ.
Ἐγγίζοντος δὲ αὐτοῦ ἤδη πρὸς τῇ καταβάσει τοῦ Ὄρους τῶν Ἐλαιῶν ἤρξαντο ἅπαν
τὸ πλῆθος τῶν μαθητῶν χαίροντες αἰνεῖν τὸν θεὸν φωνῇ μεγάλῃ περὶ πασῶν ὧν
εἶδον δυνάμεων, λέγοντες, Εὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος ὁ βασιλεὺς ἐν ὀνόματι
κυρίου· ἐν οὐρανῷ εἰρήνη καὶ δόξα ἐν ὑψίστοις.
Y después de decir esto siguió caminando en cabeza, subiendo a Jerusalén. Y se dio
el caso de que, cuando se acercó a Betfagé y Betania, junto al monte llamado de
[los] Olivos, envió dos de los discípulos, diciendo: "Id a la aldea que está enfrente;
en cunto entréis en ella encontraréis un pollino atado, sobre el que ninguno se sentó
nunca; desatadlo y traed[lo]. Y si alguien os pregunta por qué lo desatáis, decid así
˝Porque el Señor lo necesita˝". Cuando se marcharon los enviados, [lo] encontraron
tal como les había dicho. Y mientras desataban el pollino, les dijeron sus amos:
"¿Por qué desatáis el pollino?" Ellos dijeron: "El Señor lo necesita". Y lo llevaron a
Jesús; y poniendo sus mantos encima del pollino, hicieron montar a Jesús. Y según
iba avanzando, tendían sus mantos en el camino.
Y cuando ya se acercaba él a la bajada del monte de los Olivos, toda la muchedum-
bre de los discípulos empezaron, alegres, a alabar a Dios a grandes voces por todos
los prodigios que habían visto, diciendo: "¡Bendito el que viene, el Rey, en nombre
del Señor! ¡Paz en el cielo y gloria en [las] alturas!".
Zacarías 9,9:
χαῖρε σφόδρα θύγατερ Σιων κήρυσσε θύγατερ Ιερουσαλημ ἰδοὺ ὁ βασιλεύς σου
ἔρχεταί σοι δίκαιος καὶ σῴζων αὐτός πραῢς καὶ ἐπιβεβηκὼς ἐπὶ ὑποζύγιον καὶ
πῶλον νέον.
Alégrate mucho, hija de Sion, proclama, hija de Jerusalén. Mira, tu rey viene a ti,
justo y salvador como es, suave y montando sobre un asno y un joven pollino.
Salmos 117,26:
εὐλογημένος ὁ ἐρχόμενος ἐν ὀνόματι κυρίου εὐλογήκαμεν ὑμᾶς ἐξ οἴκου κυρίου.
Bendito el que viene en nombre del Señor;
os hemos bendecido desde la casa del Señor.
Por la otra parte, describe lo que debía ser una visita oficial del emperador a una
ciudad: engalanaron la montura, alfombraron el camino, le vitoreaban, alababan a
Dios… Eso sí, todo desde la perspectiva del mensaje cristiano: la borrica y el po-
llino como antítesis del boato propio del emperador. El cuarto Evangelio es el úni-
co que menciona los ramos de palmera que, curiosamente, es uno de los rasgos que
ha permanecido en la tradición cristiana para celebrar este hecho, hasta el punto
que se denomina "Domingo de Ramos". Como suele ocurrir, los Sinópticos coinci-
den en la descripción del momento, pero Lucas va más allá, haciendo una conexión
entre la entrada en Jerusalén y el juicio de Dios sobre la ciudad.
Da la impresión de que los autores están tratando de entroncar las dos tradicio-
nes: Jesús es el Mesías que vaticinaron los profetas, pero también es el personaje
importante que viene a Jerusalén y a su templo, a semejanza de los reyes helenísti-
cos y los emperadores romanos; aunque, al mismo tiempo, viene con la sobriedad y
sencillez con la que se caracteriza la personalidad de Jesús.
12
Piñero 2006, 29.
La parusía en San Pablo 129
puestas por diversos especialistas para cada texto13, de modo que obtengamos una
fecha a la que atribuir un cierto grado de consenso científico. De esta manera, las
epístolas paulinas quedarían ordenadas cronológicamente así:
ORDEN ORDEN
TEXTO AUTOR FECHA
CRON. N. T.
1 13 1 Tesalonicenses Pablo 51
2 9 Gálatas Pablo 51
4 7 1 Corintios Pablo 55
5 8 2 Corintios Pablo 56
6 6 Romanos Pablo 56
7 18 Filemón Pablo 60
8 11 Filipenses Pablo 60
12 2 Evangelio de Marcos Marcos 61
16 1 Evangelio de Mateo Mateo 65
18 3 Evangelio de Lucas Lucas 66
23 4 Evangelio de Juan Juan 86
5. LA PARUSÍA EN PABLO.
En este punto, me parece interesante aclarar brevemente la autoría y la ordena-
ción de las Epístolas incluidas en el NT, dado que algunas de las cartas tradicio-
nalmente atribuidas a Pablo fueron escritas por otros autores. Siguiendo la ordena-
ción que propone Antonio Piñero14, éste podría ser el esquema general:
13
http://www.evidenceforjesuschrist.org/Pages/bible/dating-nt-chronological_order.htm [acceso: 13.02.2016]
14
Piñero 2006, 254.
130 Ignacio Sanz Extremeño
1 Corintios 16,17.
χαίρω δὲ ἐπὶ τῇ παρουσίᾳ Στεφανᾶ καὶ Φορτουνάτου καὶ Ἀχαϊκοῦ, ὅτι τὸ ὑμέτερον
ὑστέρημα οὗτοι ἀνεπλήρωσαν·
Me alegro por la llegada de Estéfanas, Fortunato y Acaico, porque vuestra ausencia
la han compensado ellos.
2 Corintios 7,6-7.
ἀλλ’ ὁ παρακαλῶν τοὺς ταπεινοὺς παρεκάλεσεν ἡμᾶς ὁ θεὸς ἐν τῇ παρουσίᾳ Τίτου,
οὐ μόνον δὲ ἐν τῇ παρουσίᾳ αὐτοῦ ἀλλὰ καὶ ἐν τῇ παρακλήσει ᾗ παρεκλήθη ἐφ’
ὑμῖν, ἀναγγέλλων ἡμῖν τὴν ὑμῶν ἐπιπόθησιν, τὸν ὑμῶν ὀδυρμόν, τὸν ὑμῶν ζῆλον
ὑπὲρ ἐμοῦ ὥστε με μᾶλλον χαρῆναι.
Pero el Dios que consuela a los humildes nos consoló a nosotros con la llegada de
Tito, –y no sólo con su llegada, sino también con la consolación que tuvo por noso-
tros–, contándonos vuestras ganas [de vernos], vuestro llanto, vuestro celo por mí,
de forma que me alegré más.
Una de las apariciones se refiere a las cartas que envía a los corintios:
2 Corintios 10,10
ὅτι αἱ ἐπιστολαὶ μέν, φησίν, βαρεῖαι καὶ ἰσχυραί, ἡ δὲ παρουσία τοῦ σώματος
ἀσθενὴς καὶ ὁ λόγος ἐξουθενημένος.
porque las cartas –dice [alguno]– [son] severas y duras, pero la presencia corporal
[es] poca cosa, y el lenguaje despreciable.
15
Para los problemas relativos a Pablo y la parusía en sus epístolas, véase: Lietaert 2011; Moore 1966;
Painter 2010; Plevnik 1997; Puig i Tàrrech 2013; Wolter 2011; Smalley 1964; Johnson 2006; Wallis 1975;
Luke 2008.
La parusía en San Pablo 131
Filipenses 1,25-26.
καὶ τοῦτο πεποιθὼς οἶδα ὅτι μενῶ καὶ παραμενῶ πᾶσιν ὑμῖν εἰς τὴν ὑμῶν προκοπὴν
καὶ χαρὰν τῆς πίστεως, ἵνα τὸ καύχημα ὑμῶν περισσεύῃ ἐν Χριστῷ Ἰησοῦ ἐν ἐμοὶ
διὰ τῆς ἐμῆς παρουσίας πάλιν πρὸς ὑμᾶς.
y, convencido de esto, sé que me quedaré y permaneceré con todos vosotros para
vuestro progreso y alegría de la fe, para que, en Cristo Jesús, desborde vuestro orgu-
llo por mí, por mi presencia nuevamente entre vosotros.
Filipenses 2,12.
Ὥστε, ἀγαπητοί μου, καθὼς πάντοτε ὑπηκούσατε, μὴ ὡς ἐν τῇ παρουσίᾳ μου μόνον
ἀλλὰ νῦν πολλῷ μᾶλλον ἐν τῇ ἀπουσίᾳ μου, μετὰ φόβου καὶ τρόμου τὴν ἑαυτῶν
σωτηρίαν κατεργάζεσθε·
De manera que, mis queridos [hermanos], porque siempre obedecisteis, trabajad con
miedo y temblor [por] vuestra salvación, no sólo como cuando estuve presente, sino
mucho más ahora que estoy ausente;
Por ello vemos que aún se mantenía el uso neutro de parusía como llegada de
alguien o algo (en realidad, las cartas), no específicamente de Jesús.
Para los primeros cristianos, la parusía de Jesús era algo inminente. Este hecho
resulta sumamente importante para desvelar toda la evolución del término, ya que
se hizo preciso ir matizándolo y cargándolo de contenidos, una vez que se fue
comprobando que el tiempo pasaba y no se producía la tan esperada llegada del
Señor. Esta evolución ya se empieza a vislumbrar en Pablo.
En la primera carta a los Tesalonicenses aparece la palabra parusía en cuatro
ocasiones. En la primera sólo se menciona la venida del Señor:
1 Tesalonicenses 2,19.
τίς γὰρ ἡμῶν ἐλπὶς ἢ χαρὰ ἢ στέφανος καυχήσεως– ἢ οὐχὶ καὶ ὑμεῖς– ἔμπροσθεν τοῦ
κυρίου ἡμῶν Ἰησοῦ ἐν τῇ αὐτοῦ παρουσίᾳ;
Pues, ¿quién [es] nuestra esperanza, o [nuestra] alegría, o [la] corona [que será nues-
tro motivo] de orgullo ante Nuestro Señor Jesucristo en su llegada, sino vosotros?
En dos de ellos se dan consejos para la vida cotidiana en la espera, que poste-
riormente se irán concretando. En ellos se conectan las circunstancias y la situación
en el presente inmediato de la comunidad con el día de la parusía:
1 Tesalonicenses 3,13.
εἰς τὸ στηρίξαι ὑμῶν τὰς καρδίας ἀμέμπτους ἐν ἁγιωσύνῃ ἔμπροσθεν τοῦ θεοῦ καὶ
πατρὸς ἡμῶν ἐν τῇ παρουσίᾳ τοῦ κυρίου ἡμῶν Ἰησοῦ μετὰ πάντων τῶν ἁγίων
αὐτοῦ, [ἀμήν].
132 Ignacio Sanz Extremeño
1 Tesalonicenses 5,23.
Αὐτὸς δὲ ὁ θεὸς τῆς εἰρήνης ἁγιάσαι ὑμᾶς ὁλοτελεῖς, καὶ ὁλόκληρον ὑμῶν τὸ
πνεῦμα καὶ ἡ ψυχὴ καὶ τὸ σῶμα ἀμέμπτως ἐν τῇ παρουσίᾳ τοῦ κυρίου ἡμῶν Ἰησοῦ
Χριστοῦ τηρηθείη.
Que el mismo Dios de la paz os santifique por completo, y que toda vuestra actitud
moral, vuestra alma y vuestro cuerpo, se conserven irreprensibles para la llegada de
Nuestro Señor Jesucristo.
1 Tesalonicenses 4,15.
Τοῦτο γὰρ ὑμῖν λέγομεν ἐν λόγῳ κυρίου, ὅτι ἡμεῖς οἱ ζῶντες οἱ περιλειπόμενοι εἰς
τὴν παρουσίαν τοῦ κυρίου οὐ μὴ φθάσωμεν τοὺς κοιμηθέντας·
Pues basándonos en la palabra del Señor os decimos lo siguiente: nosotros, los que
vivimos, los supervivientes hasta la llegada del Señor, ciertamente no precederemos
a los que [ya] reposaron;
Por último, en 1 Corintios indica el orden de importancia que deben tener los
fieles respecto a Cristo. Relacionado con lo anterior, con la necesidad de estar vigi-
lantes y mantener un comportamiento adecuado durante la espera, está el incluir
una serie de acicates o explicaciones de porqué hay que actuar así, de intentar hacer
ver que la parusía debe aguardarse con esperanza confiada y que esa actitud tendrá
sus beneficios:
La parusía en San Pablo 133
1 Corintios 15,23.
Ἕκαστος δὲ ἐν τῷ ἰδίῳ τάγματι· ἀπαρχὴ Χριστός, ἔπειτα οἱ τοῦ Χριστοῦ ἐν τῇ
παρουσίᾳ αὐτοῦ,
pero cada uno en su propio rango: [la] primicia, Cristo; después, los de Cristo, en su
llegada;
Parece que Pablo atestigua la evolución del término παρουσία hacia lo que más
tarde todos los cristianos entenderán como "la venida de Jesús".
6. CONCLUSIÓN.
Los primeros autores cristianos tuvieron la necesidad de ir resolviendo los dis-
tintos problemas y dudas conforme se les iban planteando. Es fácil, en este sentido,
comprobar en cualquier Historia de la Literatura Cristiana16 de qué modo fueron
absorbiendo influencias, descartando después aquellas que se empezaron a conver-
tir en incómodas; cómo trataron de asimilar todo el conocimiento anterior y enca-
jarlo, en la medida de lo posible, con su propio interés; cómo intentaron dar res-
puesta a las preguntas que se iban formulando, a medida que iban desarrollando la
nueva religión y cómo, una vez asentada una idea o un concepto, quedaba más o
menos fijado para pasar a solucionar la próxima dificultad.
En este sentido, es muy significativo lo observado en la evolución del término
παρουσία, ya que lo hace en dos sentidos: en el estrictamente semántico y en el
conceptual. Partiendo de un vocablo con un significado ya ampliado en época he-
lenística, pero con un uso ya difundido, fueron añadiendo el matiz específicamente
cristiano que tuvo después. Y, posteriormente, una vez asentado dicho significado,
fueron modificando el concepto y su implicación con el mismo mensaje del cristia-
nismo, a medida que fueron encajando la parusía de Jesús en su propia ideología y
religión. Obviamente, esto tuvo implicaciones en las modificaciones del mensaje
en todo aquello que tenía que ver, directa o indirectamente con la parusía.
Como se ha visto, el concepto de inminencia, que en principio era inherente a la
parusía, fue desapareciendo: la generación posterior a Jesús y sus discípulos ya no
sentía esa urgencia pero, sin embargo, sí necesitaban saber cómo y de qué forma
vivir durante la espera; en este sentido, es importante el valor moral que adquiere el
desarrollo del significado de parusía, paralelo a la evolución de la teología cristia-
na. Del mismo modo, aunque la palabra en sí misma está cada vez menos presente
en los textos posteriores, sí se observa una evolución, un dotar de contenidos a esa
"llegada" de Jesús.
Pablo, como primer ideólogo del cristianismo, inicia esa evolución y ese dotar
de contenidos al término. Evidentemente, una vez salvado el escollo de esa "falli-
da" inminencia de la parusía, se hizo necesario dotar a los creyentes de una serie de
16
Sobre este particular, véase: Bogaert 1993; McDonald-Porter 2000; Moreschini-Norelli 2006-2007.
134 Ignacio Sanz Extremeño
7. BIBLIOGRAFÍA.
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