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“PRINCIPIOS DE ANTROPOLOGÍA CULTURAL”

I. EL DESARROLLO DE LA ANTROPOLOGÍA
1.1 NATURALEZA Y ALCANCE DE LA ANTROPOLOGÍA

1.2 ENFOQUES DE LA ANTROPOLOGÍA

1.2.1 Teoría del Evolucionismo

1.2.2 Neo evolucionismo, Relativismo Cultural

II. LA SOCIEDAD Y SUS COMPONENTES


2.1 FUNDAMENTOS DE LA VIDA EN SOCIEDAD

2.2 ESTRUCTURA SOCIAL. DEFINICIÓN. ELEMENTOS CONSTITUTIVOS

III. LA CULTURA Y SUS CARACTERÍSTICAS


3.1 DEFINICIÓN. CONTENIDOS –S. V. N. y C.

3.2 RELACIÓN ENTRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURA

3.3 Mecanismos de influencia de la Cultura sobre la vida social

3.4 Estudio de casos: ¿Al pensar el ser humano, lo hace de igual forma?

3.5 Los valores en la cultura

III. INVESTIGACIÓN SOCIO-CULTURAL


4.1 La aventura del conocimiento. El esquema del conocimiento científico

4.2 El laboratorio del Promotor Salubrista

4.3 Elementos de investigación socio-cultural

4.4 “Conociendo mejor la comunidad”

4.5 Estudio de casos: ver ejemplos cubanos; creencias sobre salud, enfermedad,
embarazo, parto, nacimiento y muerte.

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I. EL DESARROLLO DE LA ANTROPOLOGÍA

1.1 NATURALEZA Y ALCANCE DE LA ANTROPOLOGÍA

1.1.1 Definición:

Etimológicamente, la palabra “antropología” se deriva de la raíz griega anthropo


(“hombre”) y de la terminación nominal logía (“ciencia”). Su significado literal es por
tanto, “la ciencia del hombre”.

1.1.2 Inquietudes de la Antropología:

El intento de estudiar al hombre y sus obras que encierra la definición mencionada arriba,
lo ejemplificaremos con la variedad de investigaciones antropológicas que se realizan, he
aquí algunos títulos: aplicaciones del método genético a la antropología física; el puesto
de la religión en la vida humana; inestabilidad matrimonial entre los tarahumara de
Méjico; problemas arqueológicos del origen de los hablantes de lenguas indoeuropeas;
estudio sobre la aplicabilidad de los conceptos freudianos a la interpretación de los
cuentos populares; métodos para determinar la jerarquía de las castas en una aldea india;
estudio de los ritos de iniciación femenina; el origen de las lenguas criollas en las Indias
Occidentales; los tabúes humanos de incesto y los hábitos de apareamiento de los
animales; estudio de los grupos sanguíneos de cuatro tribus sudamericanas; cómo se
resuelven los conflictos en dos comunidades mejicanas; la raza considerada como
episodio evolutivo; la relación existente entre un tipo especial de matrimonio entre
primos y un difundido sistema de nombrar a los parientes, y estructuras sociales no
formales de las aldeas europeas.

La Antropología estudia al hombre tanto del presente como del pasado; se ocupa de las
formas de vivir de las gentes vivientes: cómo nacen y se preparan para vivir en sociedad,

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cómo eligen pareja, se casan, se ganan la vida y organizan sus relaciones con sus
congéneres. Igualmente se buscan respuestas a inquietudes como: cuál es la base
genética de las diferencias que se dan en el hombre en cuanto a la forma física – tanto
para identificar los procesos evolutivos que diferencias al hombre de otros animales,
cuanto para explicar la naturaleza y significación de la variación humana. Otra serie de
preguntas se relaciona con el origen y desarrollo del lenguaje.

Es importante mencionar que la Antropología como ciencia intenta resolver diversos


problemas de tipo práctico: en muchas regiones interviene en la búsqueda de la solución a
problemas de control social, enseñanza y bienestar público, problemas interraciales e
interculturales, pandillas juveniles, entre otros.

1.1.3 El alcance de la Antropología:

Luego de haber señalado algunas inquietudes de la Antropología, podemos ahora plantear


el tema central que subyace en la investigación antropológica. En primer lugar se
encuentra la búsqueda de una serie de principios que gobiernan el desenvolvimiento físico
y cultural del hombre.

¿Por qué ha cambiado físicamente el hombre? ¿Por qué hay tantos tipos humanos
distintos, a pesar de un origen común? ¿Cómo se explican tan grandes diferencias en
lenguas y culturas? ¿Cuál es la naturaleza de la cultura y cómo cambian las culturas?
¿Qué relaciones existen entre cultura y personalidad? ¿Cómo responden los individuos a
los ideales y objetivos prescritos por sus culturas? De aquí podemos delimitar el campo
de estudio en dos grandes ramas: antropología física y antropología cultural.

La Antropología Física, trata de la evolución biológica y la adaptación fisiológica de los


seres humanos a las influencias del medio ambiente natural; igualmente se interesa por el
estudio de otros primates, aplicando métodos de trabajo propios de las ciencias naturales.
(Ver adicional # 1 – La evolución del hombre).

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La Antropología Cultural, se ocupa de las formas en que las personas viven en sociedad,
es decir, las formas de evolución de su lengua, símbolos, valores, normas, costumbres y
tradiciones. Estudia los orígenes e historia de las culturas del hombre, su evolución y
desarrollo, y la estructura y funcionamiento de las culturas humanas en todo lugar y
tiempo. (Ver adicional # 2 – Las diversidades socio-culturales)

1.1.4 Algunos antecedentes históricos de la Antropología:

La Antropología es fundamentalmente multicultural. Los primeros estudios


antropológicos analizaban pueblos y culturas no occidentales, pero su labor actual se
centra en gran medida en las modernas culturas occidentales – las aglomeraciones
urbanas, la sociedad industrial, etc.

Los antropólogos consideran primordial realizar trabajos de campo y dan mucha


importancia a las experiencias de primera mano, participando en las actividades,
costumbres y tradiciones de la sociedad a estudiar.

Desde tiempos remotos, viajeros, historiadores y eruditos han estudiado y escrito sobre
culturas de pueblos lejanos. El historiador griego Herodoto describió las culturas de varios
pueblos del espacio geográfico conocido en su tiempo; interrogó a los informantes clave,
observó y analizó sus formas de vida —al igual que los antropólogos modernos—, e
informó sobre las diferencias existentes entre ellas, en aspectos tan importantes como la
organización familiar y las prácticas religiosas. Mucho más tarde, el historiador romano
Tácito, en su libro Germania (hacia el 98 d.C.), reseñó el carácter, las costumbres y la
distribución geográfica de los pueblos germánicos.

En el siglo XIII, el aventurero italiano Marco Polo viajó a través de China y otras zonas de
Asia, aportando con sus escritos una información muy amplia sobre los pueblos y
costumbres del Lejano Oriente.

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Durante el siglo XV se exploraron nuevos campos de conocimiento debido al
descubrimiento por los exploradores europeos de los diferentes pueblos y culturas del
Nuevo Mundo, África, el sur de Asia y los Mares del Sur, que dio como resultado la
introducción de ideas revolucionarias acerca de la historia cultural y biológica de la
humanidad.

A lo largo del siglo XVIII, los estudiosos de la Ilustración francesa, como Anne Robert
Jacques Turgot y Jean Antoine Condorcet, comenzaron a elaborar teorías sobre la
evolución y el desarrollo de la civilización humana desde sus albores. Estos
planteamientos antropológicos y filosóficos chocaban con el relato bíblico de la creación y
con los dogmas teológicos que afirmaban que determinadas culturas y pueblos no
occidentales habían caído en desgracia divina y, por ello, habían degenerado hacia una
situación denominada peyorativamente ‘primitiva’.

El hallazgo de un fósil en Neandertal (Alemania) en 1856 y los restos del hombre de Java
(Homo erectus) en la década de 1890, proporcionaron pruebas irrefutables del larguísimo
proceso de evolución del hombre. En la abadía Boucher de Perthes (véase Jacques
Boucher), en las proximidades de París, se descubrieron también diversos utensilios de
piedra que corroboraron que el proceso evolutivo de la prehistoria humana tal vez se
remontara a cientos de miles de años atrás. Desde un principio, la arqueología se convirtió
en una compañera inseparable de la emergente disciplina antropológica.

La antropología surgió como campo diferenciado de estudio a mediados del siglo pasado.
En Estados Unidos, el fundador de dicha disciplina fue Lewis Henry Morgan, quien
investigó en profundidad la organización social de la confederación iroquesa (véase
Confederación iroquesa). Morgan elaboró en su estudio La sociedad primitiva (1877) una
teoría general de la evolución cultural como progresión gradual desde el estado salvaje
hasta la barbarie (caracterizada por la simple domesticación de animales y plantas) y la
civilización (iniciada con la invención del abecedario). En Europa, su fundador fue el
erudito británico Edward Burnett Tylor, quien construyó una teoría sobre la evolución del
hombre que prestaba especial atención a los orígenes de la religión. Tylor, Morgan y sus
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contemporáneos resaltaron la racionalidad de las culturas humanas y argumentaron que
en todas las civilizaciones la cultura humana evoluciona hacia formas más complejas y
desarrolladas.

A mediados del siglo XIX se crearon, además, importantes fundaciones de arqueología


científica, sobre todo a cargo de arqueólogos daneses del Museo Nacional de
Antigüedades Septentrionales en Copenhague. A partir de unas excavaciones sistemáticas
llegaron a descubrir la evolución de los utensilios y herramientas durante la edad de
piedra, la edad del bronce y la edad del hierro. El fundador de la escuela funcionalista de
antropología, Bronislaw Malinowski, afirmaba que las organizaciones humanas debían ser
examinadas en el contexto de su cultura y fue uno de los primeros antropólogos en
convivir con los pueblos objeto de su estudio, los habitantes de las islas Trobriand, cuya
lengua y costumbres aprendió para comprender la totalidad de su cultura.

La antropología aplicada nació en el siglo XIX con organizaciones como la Sociedad


Protectora de los Aborígenes (1837) y la Sociedad Etnológica de París (1838). Estas
instituciones se preocuparon por despertar en Europa una conciencia contraria al tráfico
de esclavos y a la matanza de pueblos indígenas americanos y australianos.

1.1.5 Bibliografía de ampliación:

Beals, Ralph y Hoijer, Harry. “Introducción a la Antropología”. España – Madrid 1972.


Segunda edición. Págs. 3 - 21

1.2 ENFOQUES DE LA ANTROPOLOGÍA

Al igual que tantas otras disciplinas científicas, la Antropología tuvo sus comienzos a
mediados del siglo XIX, cuando los investigadores de la sociedad empezaron a sentirse
cada vez más interesados por los problemas de la cultura. Este interés, que hasta entonces
había permanecido más o menos limitado a las culturas avanzadas que existían en Europa,

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América y Asia, se concentró entonces por primera vez en los llamados pueblos primitivos,
en gran medida a causa del auge del colonialismo. Naturalmente, la extensión del dominio
europeo sobre otros continentes se tradujo en un aumento de la información que
militares, misioneros y comerciantes proporcionaban sobre los más diversos aspectos de
la vida en las sociedades (exóticas), atrayendo así la atención de los eruditos.

Al mismo tiempo las incipientes investigaciones arqueológicas apartaban nuevos datos


sobre el pasado prehistórico de Europa, datos que exigían una explicación nueva y más
acorde a la época. En efecto, hasta entonces se admitía que el hombre había sido creado
en estado de civilización y por consiguiente, si existían pueblos incultos o iletrados era por
lo que a los largo de la historia había ido descendiendo casi hasta el nivel de los animales.
Este supuesto, basado fundamentalmente consideraciones de carácter religioso, se
denominaba “Teoría de la degradación” sin embargo las informaciones que iban
acumulándose sobre la verdadera naturaleza de los pueblos primitivos y sobre los
antecedentes prehistóricos de los europeos arrojaban serias dudas sobre la hipótesis de la
degradación. Por una parte la distinción de las sociedades entre desarrolladas y
degradadas se hacían insostenibles, ya que existían notorias diferencias entre los pueblos
primitivos e impedían clasificarlos a todos en una misma categoría. Por otra parte, los
descubrimientos de la arqueología tendían señalar que los orígenes de la sociedad
europea no eran tan civilizados como se creía, sino que, al contrario se inscribían en un
contexto natural equiparable al de los primitivos.

Lógicamente, tales descubrimientos no podían dejar de afectar profundamente a la


estructura del pensamiento social de la época.

Hacía falta una teoría que los explicara y que, al mismo tiempo, consiguiera integrarlos
todos orgánicamente. Esta teoría fue evolucionismo cultural.

1.2.1 Evolucionismo Cultural

Las primeras exposiciones elaboradas de esta doctrina corresponden a Taylor y Morgan,


que publicaron sus obras en 1865 y 1877, respectivamente. Dado que Charles Darwin ya

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había publicado el Origen de las Especies en 1856, sería natural suponer que el
evolucionismo cultural fue una ampliación del evolucionismo biológico darwiniano. Sin
embargo, no se trata exactamente del mismo concepto de evolución, aunque desde luego
ambos reflejan el espíritu intelectual del momento en diferentes terrenos. El
evolucionismo biológico concebía a todos los géneros y especies existentes como fruto del
desarrollo a lo largo del campo de una sola forma original que iba diferenciándose
progresivamente. El evolucionismo cultural, en cambio consideraba que todas las culturas
del planeta correspondían a fases distintas dentro de una única línea evolutiva, idéntica
para todos los pueblos.

Así pues, la doctrina evolucionista representaba el polo opuesto a la teoría de la


degradación. Para Taylor y Morgan todos los pueblos y sociedades iban desarrollando su
cultura gradualmente, a un distinto, por supuesto y dando algún paso atrás de vez en
cuando.

Dado que la secuencia de desarrollo era la misma para todos, las diferencias observables
entre los pueblos correspondían al nivel cultural alcanzado. Morgan distinguió 7 niveles
evolutivos distintos, para cada uno de los cuales halló un ejemplo. Estos niveles (que él
denominaba estados) son los siguientes:

1. Un estado de salvajismo inferior intermedio entre el ser humano y los animales,


que carecía de representantes vivientes.
2. Un estado de salvajismo medio, representado por la cultura australiana.
3. Un estado de salvajismo superior, correspondientes a los pueblos polinesios.
4. Un estado de barbarie inferior (los iroqueses).
5. Uno de barbarie media (zuñis).
6. Uno de barbarie superior (griegos de la época clásica)
7. Estado corresponde a la civilización, y su exponente es la cultura europea actual.

Las teorías evolucionistas representaron un importante paso adelante en su momento,


pero las conclusiones que de ellas se derivan, resultaron escasamente convincentes y, en
muchos casos, erróneas, ya que en gran medida eran meramente especuladas. En

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consecuencia, el evolucionismo no tardó en ser sustituido por otros enfoques más
satisfactorios y más acordes con los datos procedentes de nuevas investigaciones. Sin
embargo, la teoría de la evolución no ha desaparecido y en tiempos más recientes se ha
formulado nuevamente desde otros puntos de vista.

1.2.2 El Neo-Evolucionismo

Como hemos indicado, el evolucionismo original de Taylor y Morgan sostenía que el


desarrollo de la cultura se realizaba un modelo único para todos los pueblos según el
grado de los progresos realizados, una sociedad podía clasificarse dentro del salvajismo la
barbarie o la civilización. Según este enfoque los pueblos primitivos eran verdaderamente
“atrasados” con relación a aquellos que ya habían alcanzado los estados superiores de
evolución cultural. No obstante, el mismo tipo de datos etnográficos y arqueológicos que
acabó con la teoría de la degradación y dio origen a la teoría de la evolución acabó
demostrando que también esa última se basaba en premisas falsas, pues en el mundo
existen muchos esquemas y procesos distintos de evolución cultural.

El neo-evolucionismo supera esta dificultad prescindiendo de todos los rasgos


característicos que definen sociedades particulares y considerando exclusivamente la
cultura como un todo el representante más destacado de esta corriente (o, al menos el
más abiertamente evolucionista) es White, de quien puede decirse que ha replanteado,
perfilado y completado las teorías de Morgan.

White considera que el hombre, al igual que los demás animales, busca en su medio
ambiente los elementos necesarios para mantenerse con vida, individualmente y como
especia. Pero a diferencia de los animales, el hombre ha elaborado la cultura para
ayudarse en este proceso. Durante los milenios de existencia del ser humano, la cultura
ha ido perfeccionando en tanto que instrumento del hombre para su propia
supervivencia. Para White, la antropología no solo debe estudiar esta evolución de la
cultura, con sus distintas fases, sino también aquellos factores que ocasionan el paso de
uno a otro nivel. El factor principal, según él, es la energía (un factor tecnológico), que
cuando aumenta proporcionalmente favorece la evolución de los sistemas culturales.

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Este criterio se aplica a la teoría de los estados de Morgan, a grades rasgos del siguiente
modo: el paso del estado del salvajismo al de barbarie se justifica por la domesticación de
animales y, sobre todo, la aparición de la agricultura (que White considera como una
fuente de energía). El paso de la barbarie a la civilización no se debe al mismo invento de
la escritura, como opinaba Morgan y Taylor, sino el empleo del carbón para las máquinas
de vapor, que dio lugar a la evolución industrial del siglo XIX. Desde ese punto de vista, la
evolución social depende estrechamente de la evolución tecnológica, pero, al mismo
tiempo, los sistemas sociales también condicionan a los sistemas tecnológicos. Así, según
White, “un sistema social puede considerar de tal forma el funcionamiento de un sistema
tecnológico que imponga un límite a la extensión en que éste tiene posibilidades de
expandirse o desarrollarse. Cuando esto ocurre, la evolución cultural cesa…”

1.2.3 La Escuela Americana

Bajo este nombre suele incluirse los trabajos y métodos de Fanz Boas y sus discípulos, que
estudiaron principalmente a los indios, aborígenes de los Estados Unidos. Tras el fracaso
del evolucionismo del siglo XIX, a fines de dicho siglo y comienzos del XX surgió una
tendencia hacia la investigación empírica intensiva de la que uno de los más notables
exponentes. En efecto, éste consideraba que el evolucionismo no constituía una
verdadera investigación científica, ya que no se apoyaba en hachos conocidos sino
simplemente en la especulación filosófica. Así, Boas se propuso trabajar sobre el terreno
concentrando su atención sobre problemas estrictamente definidos, en la creencia de que
una vez se hubieran estudiado muchos de estos problemas sería posible elaborar una
teoría sólida y científica a partir de ellos.

Aunque no parece que Boas lograra jamás a semejante teoría, así consiguió establecer un
método estrictamente empírico para la investigación de los problemas sociales, método
que proporcionó interesantes resultados.

En principio, el trabajo de Boas y sus seguidores se basaba en una concepción pluralista de


la historia, opuesta al criterio unilateral de los primeros evolucionistas. Según este
enfoque, cada cultura se considera como una entidad distinta con su propia historia única.

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Los principales resultados de estas investigaciones fueron dos: en primer lugar, se definió
claramente y se amplió el concepto de “cultura”, hasta exceder los límites de la
antropología y convertirse en una de las nociones básicas del pensamiento
norteamericano contemporáneo. En segundo lugar, apareció un nuevo concepto que
actualmente ocupa un lugar fundamental en la teoría antropológica: el relativismo
cultural. Mientras que los evolucionistas consideraban las culturas individualmente de las
diversas fases de una evolución mundial de la cultura, los antropólogos de la actualidad
tienden a considerar cada cultura como un todo distinto. En consecuencia, la creencia
evolucionista de que la civilización europea constituía el punto máximo alcanzado por la
evolución del hombre (aunque no necesariamente un punto insuperable) fue sustituida
por la convicción, compartida por muchos antropólogos modernos, de que cada cultura
sólo puede ser evaluada de acuerdo con sus propias normas, es decir, que de ninguna
manera pueden distinguirse niveles mundiales en el desarrollo cultural.

1.2.4 La Escuela Funcionalista

Una de las características más marcadas de la escuela americana (aunque no exclusiva de


ella) es la tendencia a considerar cada cultura particular como un conjunto de rasgos y
detalles inconexos, reunidos únicamente por razón de una serie de accedentes históricos.
Tales rasgos están relacionados desde el punto de vista de un miembro de la cultura en
cuestión, pero son independientes para cualquier observador objetivo.

La teoría funcionalista iniciada por Bronislaw Malinowski- de quién ya hemos hablado, se


opuso a esta concepción de la cultura desde un principio. Para él, cualquier cultura viva
constituye un todo funcional e indivisible, como un organismo y no es posible entender
ningún detalle de la misma a menos que se relacione con todo el conjunto, ya que lo que
explica cualquier detalle cultural es su funcionamiento dentro del sistema total de la
cultura y no el conocimiento de su origen histórico o de la forma en que se ha propagado.
Otro aspecto de la teoría funcionalista de Malinowski es su intento de esclarecer la razón
misma de la cultura y de su existencia, pero tampoco este aspecto toma la forma de un
problema histórico ni evolutivo; al contrario, lo que pretende es relacionar las

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características fundamentales de la cultura con las necesidades humanas básicas. Según
Malinowski, existen 7 necesidades biológicas elementales que los hombres deben
satisfacer a fin de sobrevivir: la metabólica, la reproductiva, y las necesidades de
comodidad, movimiento, seguridad, crecimiento y salud corporal. Todas las sociedades
del mundo han hallado una u otra forma de respuesta cultural a dichas necesidades, y
estas respuestas se clasifican en los siguientes apartados: organización del
aprovisionamiento de víveres, un sistema de parentesco, albergue, actividades, medios de
protección, instrucción e higiene.

A su vez, tales respuestas culturales dan lugar a otras necesidades derivadas de tipo
cultural más que biológico que también son comunes a toda la humanidad. La necesidad
básica de alimentarse, por ejemplo se satisface gracias a las técnicas apropiadas para la
obtención de comidas, lo cual da lugar a la necesidad derivada (pero igualmente
imprescindibles) de enseñar a los miembros de la cultura el empleo correcto de dichas
técnicas. De este modo pueden llegar a encontrarse hasta cuatro imperativos culturales
principales, producto de las necesidades derivadas que tienen respuesta en las cuatro
grandes divisiones de toda cultura: los sistemas económicos, las instituciones sociales, la
educación y la organización política.

Otros criterios han visto que la teoría de Malinowski se caracteriza, además de por el
empleo de la noción de función, por su rechazo de los métodos históricos para el estudio
de los fenómenos culturales.

Radcliffe Brown, al contrario que Malinowski, dedicó preferentemente su atención al


estudio de los sistemas o procesos sociales, en lugar de la cultura. Así, según él, “no se
puede producir una ciencia de la cultura. La cultura solo puede estudiarse como una
característica de un sistema social… Si se estudia la cultura siempre se está estudiando los
actos del comportamiento de un conjunto de personas vinculadas en una estructura
social”.

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De acuerdo a este enfoque, la sociedad o “estructura social” es algo semejante a un
organismo y se compone de la suma total de todas las relaciones sociales de todos los
individuos en un momento temporal dado. Cuando Radcliffe Brown habla de estructura
social debe entenderse en este sentido, y no en el más abstracto que el estructuralismo
posterior daría a dicho término.

El objetivo de los estudios de Radcliffe Brown consisten en describir con precisión el


funcionamiento de las estructuras sociales existentes en las diversas partes del mundo
para llegar al conocimiento de las leyes generales que subyacen en todos los fenómenos
sociales, a partir de la comparación y clasificación sistemática de dichos fenómenos. En
este sentido, y aunque su noción de estructura difiere grandemente de la ley Levi-Strauss,
por ejemplo, puede considerarse a Radcliffe Brown como un estructuralista. La mejor
parte de su obra se refiere al totemismo y al parentesco, que habrían de convertirse en
dos de los temas centrales de nuestro estructuralismo.

1.2.5 El Análisis Estructural

En la actualidad, la antropología moderna se interesa mucho más por la estructura de la


cultura, es decir, por las relaciones que existen entre sus partes componentes que por los
detalles específicos en sí. La corriente estructuralista ha experimentado un notable auge
en los últimos decenios, sobre todo raíz de la publicación de la primera obra de Levi-
Strauss. Las estructuras elementales del parentesco en 1949. Este enfoque exige un
considerable nivel de abstracción, alejándose mucho de los simples estudios descriptivos
así, Fortes otro antropólogo británico que puede adscribirse a esta corriente, escribía lo
siguiente: “cuando describimos estructura, estamos tratando sobre principios generales,
muy alejados de la complicada madeja del comportamiento, los sentimientos, creencia,
etc., que constituyen el entramado de la vida social real.

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II. LA SOCIEDAD Y SUS COMPONENTES

2.1 FUNDAMENTOS DE LA VIDA EN SOCIEDAD

2.1.1 La vida en sociedad

Si decimos que la sociedad es parte de la naturaleza, podemos entonces inferir que las
condiciones naturales ejercen de alguna manera influencia (o presión) en la vida en
sociedad.

¿Qué es la vida en sociedad?

Por vida en sociedad entendemos el conjunto de fenómenos resultantes de la interacción


entre los individuos y entre las colectividades que ocupan un espacio determinado. Es
decir, donde existen organismos vivos que utilizan los recursos propios del lugar para
satisfacer sus necesidades, por lo que mutuamente modifican sus procesos vitales y sus
conductas, allí tendremos la presencia de vida en sociedad.

Comprendida de esta manera la vida en sociedad, tiene ella un amplio radio de acción:
plantas, animales y seres humanos. A pesar de que la vida en sociedad no es una
característica exclusiva de la gente, hay que tener presente cuales son los fenómenos que
se dan entre las plantas, cuales entre los animales y cuáles son los fenómenos
característicos solamente de las personas.

Se debe recalcar, que los fenómenos sociales de las personas y de los animales se
diferencian de los fenómenos sociales de las plantas, porque el carácter de sus
interrelaciones, o sea el carácter de las relaciones y lazos entre los individuos, es distinto.
Sobre la vida social se dice siempre y cuando se constate la existencia de lazos duraderos,
o sea de un sistema constante de dependencia, de relaciones duraderas entre los
individuos.

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Las sociedades vegetales se generan durante el proceso evolutivo de la naturaleza, de los
viajes y las adaptaciones de las plantas al medio; las plantas están unidas por
dependencias ecológicas y no existen entre ellas lazos que sean el resultado de relaciones
conscientes o de los instintos. Las plantas en estas sociedades vegetales influyen unas a
otras por intermedio de su relación a los recursos energéticos del medio; pueden
competir entre ellas, pueden ser parásitas de otras, pueden extinguirse en su lucha por
agua y luz.

No todos los animales viven en rebaños. Sobre la vida social decide antes que nada, una
disposición básica en el código genético de la especie; es por esto, que un conjunto de
mariposas revoloteando junto a un foco encendido no se lo clasifica como vida social, por
cuanto esta aglomeración se dio no por “atracción social” -para buscar un amigo- lo
hicieron por instintos que actúan indistintamente en cada individuo, motivado no por otro
individuo, sino por otros estímulos.

Se habla de “vida social” de los animales, solamente cuando el estar juntos satisface una
necesidad interna, y cuando la vida juntos es una condición del “equilibrio nervioso” de la
especie. En las sociedades de los vertebrados, por ejemplo los monos, encontramos
nuevas manifestaciones de la vida social que son el resultado de las adaptaciones mutuas,
de las interacciones, de la aparición de jerarquías y dependencias cambiantes, lo que
significa que la posición del individuo en el grupo puede depender de sus propiedades
particulares y él puede cambiar.

Las sociedades animales están agrupadas por medio de los lazos del instinto. De las
investigaciones realizadas resulta que los mecanismos fisiológicos son suficientes para la
creación de un “Estado” funcional e ideal de insectos, que trabaja con la precisión de un
organismo; en las sociedades de los vertebrados podemos hablar acerca de lazos y
relaciones “emocionales”, ya existe jerarquía, relaciones personales, ayuda social, cuidado
de los enfermos, heridos y miembros de la familia o del grupo. Sin embargo, se
diferencian de las sociedades humanas por la falta de capacidad para trasmitir y acumular
la herencia de sus productos -materiales y espirituales.
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Sinónimos de “vida social” son las nociones de “vida colectiva”, “relaciones sociales”,
“interacción interpersonal”. La dinámica e intensidad de los fenómenos y procesos
definidos como vida social -sobre todo en el caso del ser humano- están determinados por
un conjunto de factores. Estos factores son conocidos como los fundamentos de la vida
social y se clasifican en naturales, económicos y culturales.

2.1.2 Fundamentos naturales de la vida en sociedad del hombre

Determinantes biológicos de la vida social

Las condiciones naturales ejercen una influencia muy importante en la estructura y


funcionamiento de la sociedad, por ser ella parte de la Naturaleza. Abarca factores que
conciernen directamente al hombre como ser biológico, su medio geográfico y la
estructura de la población. Es por esto que entre los factores naturales se diferencian tres
de sus tipos: factores biológicos, geográficos y demográficos.

El funcionamiento de cada ser humano, o sea su participación en la vida social, depende


ante todo de las características y construcción de su organismo; de sus procesos
fisiológicos; del mecanismo de herencia de propiedades, instintos, necesidades e
inclinaciones. En la vida social del hombre las características más esenciales de su
organismo son: a) la posición erguida que libera las extremidades superiores, b) las manos
con dedos ágiles que permiten una serie de movimientos especializados, c) los ojos
dirigidos al frente que facilitan la visión tridimensional y la mejor organización del espacio,
d) el tamaño del cerebro y su complejo sistema nervioso que posibilita un alto desarrollo
intelectual y vida psíquica, e) el complejo mecanismo de cuerdas vocales, la disposición de
los labios y la garganta que estimulan el desarrollo del lenguaje y la realización de un
número muy diferenciado de sonidos, f) la larga dependencia del niño de sus padres o sea
un largo período de maduración y aprendizaje para “entrar” en la sociedad, g) la
flexibilidad de sus necesidades básicas, adaptación de los instintos a las condiciones de

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satisfacción - esto causa que se desarrollen diferentes esquemas de conducta, h) la
constancia y no periodicidad del deseo sexual influye en la familia y otros fenómenos
sociales.

Estas características heredadas han jugado un gran papel en épocas remotas, cuando en la
lucha diaria con las adversas condiciones del medio, el ser humano tuvo que vencer
variados obstáculos para asegurar su alimentación y sobrevivencia.

Determinantes geográficos de la vida social

Además de los factores biológicos, los factores geográficos conforman los fundamentos
naturales de la vida en sociedad. Entre otros, son parte de los factores geográficos: el
clima, la topografía del terreno, el tipo de suelo, la flora y fauna, el sistema de irrigación y
otros componentes del medio geográfico. Un factor significativo para la presencia de
fenómenos y procesos sociales es la explotación de las riquezas minerales. Estos factores
geográficos, conocidos también como geofísicos, determinan la dinámica y la dirección del
desarrollo socioeconómico del país, porque tienen una influencia directa en la
configuración de la estructura profesional y de diversos procesos que suceden en la
sociedad.

Algunos de los factores geográficos ejercían en el pasado más influencia sobre la vida
social que hoy. Por ejemplo, cierta depreciación ha sufrido el papel social de los ríos; en
la edad media, los ríos constituían un elemento central en la ubicación de las ciudades,
por ser ellos una vía manejable de comunicación, una base para la organización de las
fortificaciones, un elemento natural de defensa y sobre todo, fuente productora de agua
para tomar y aprovisionarse de peces. Con el desarrollo de la civilización, decreció el
significado de los ríos en el campo militar y de transporte, destacándose su importancia
como una fuente de energía y obtención de agua para la industria.

La especificidad del medio geográfico determina el trabajo de la población y de las


profesiones, ante todo de aquellas profesiones que están relacionadas con áreas como la

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minería, la forestación, la ganadería, la agricultura o la pesca. La presencia de uno de estos
factores geofísicos, por ejemplo la minería en una región agrícola, generará cambios
intensivos en la estructura profesional, se intensificará la movilidad social, la
industrialización y la urbanización, y otros procesos sociales.

Las condiciones geográficas son un factor muy importante de la vida social, pero no se
puede afirmar que el principal.

Determinantes demográficos de la vida social

Los elementos demográficos que influyen en la vida social, lo hacen de una manera
multilateral. Se trata, en forma general, de la densidad poblacional y de las propiedades
biológicas de la población que habita determinada región.

La densidad poblacional depende mucho del clima. En la civilización industrial, la


densidad poblacional en gran medida, depende también de la riqueza de los yacimientos y
la magnitud de la explotación.

Otros factores demográficos, además de la densidad poblacional, son: el sexo, la edad, la


fertilidad, el crecimiento natural, la esperanza de vida y calidad de vida de la población
asentada en una región específica. Cada uno de estos factores condiciona ciertos
fenómenos y procesos sociales, además de los procesos culturales, económicos y políticos
que se generan en la sociedad. Estos factores son los elementos fundamentales de la
planificación y predicción social; o sea son la base para predecir y ejecutar cambios
intencionales en las estructuras sociales y en los mecanismos de su funcionamiento. La
influencia de todos estos factores sobre la vida social es tanto directa como indirecta.

La densidad poblacional incide en el nivel de organización de un conglomerado territorial,


incide en el funcionamiento del control social y en la circulación de las ideas y de la
información. Los inventos y la recepción de las innovaciones, en alguna medida dependen
también de los factores demográficos. Mientras más grande es la densidad poblacional,
más rápido circulan las ideas, más alto es el nivel de organización de la vida social y es

18
necesario un nivel más alto de disciplina social. De la densidad poblacional depende
igualmente el carácter de la agricultura y el desarrollo de la industria.

Otro factor demográfico que en forma esencial coauspicia la vida social es la edad de los
habitantes de un espacio geográfico seleccionado. Según la edad de los habitantes se
clasifican a las personas en edad de pre-producción, de producción, y en edad de post-
producción. De la proporción de estos grupos de edad dependerá la movilización social, el
funcionamiento de la economía, el tipo y la dirección de desarrollo de la infraestructura
social y de otros campos de la vida social. La edad, el sexo y otras propiedades biológicas
de la población, con la salud por delante quedan en una vinculación estrecha con distintos
fenómenos y procesos sociales de interés no sólo para la sociología o demografía.

2.1.3 Fundamentos económicos de la vida en sociedad del hombre

El ser humano participa en los procesos y fenómenos sociales gracias a que tiene
adecuadas características biológicas en determinado medio geográfico y social, sobre
todo, a que dispone de un conjunto de factores económicos, que son fundamentales para
su existencia y vida colectiva.

Entre otros, conforman este conjunto de factores las maneras de utilizar los elementos del
medio geográfico, las herramientas y las máquinas imprescindibles para la producción de
los objetos que satisficieran las necesidades, los conocimientos y habilidades de la gente
que toman parte del proceso productivo, muy significativa es la organización del trabajo.
No son todos los factores económicos que influyen en la vida social, pero sí, los más
importantes.

El ser humano se diferencia de los representantes de otras especies, en que durante la


praxis - conocida como proceso productivo - se independiza de las condiciones naturales
del medio ambiente, cuyos suministros transforma en medios para satisfacer sus
necesidades. “El hombre no puede existir..., sino satisface sus necesidades, y no puede

19
satisfacer esas necesidades sino produce los medios necesarios” [”El consumo y el
desarrollo del hombre”, J.Szczepañski, 1981, s.61].

El proceso productivo está conformado por: 1º la actividad intencional del hombre, o sea
el trabajo; 2º el objeto que durante el trabajo es transformado por el hombre; 3º las
herramientas que utilizará durante el trabajo. Todos estos elementos son importantes
para la eficiencia del proceso productivo. Una función sobresaliente desempeñan las
herramientas y las maneras de utilizarlas; de ellas depende la dinámica del desarrollo y el
ennoblecimiento del proceso productivo con sus consecuencias sociales.

Las herramientas de producción son ese elemento gracias al cual el hombre transforma
los componentes del medio geográfico en bienes que satisfacen las necesidades humanas.
El perfeccionamiento y desarrollo de las herramientas generan cambios no solamente en
el proceso de producción, sino también en otras esferas del quehacer social. Por ejemplo,
el descubrimiento de las máquinas a vapor y su aplicación propició una especialización de
la fuerza de trabajo y resultado de ésta una división del trabajo, propició también una
profundización de las diferencias sociales y económicas.

Las herramientas y la fuerza de trabajo conforman las fuerzas productivas de una


sociedad. Estos dos elementos están sometidos al perfeccionamiento constante, lo que es
esencial, por cuanto las fuerzas productivas deciden sobre la velocidad de desarrollo de la
producción y sobre el progreso socioeconómico.

Empezando por la economía natural de los pueblos primitivos el proceso de producción se


somete a un perfeccionamiento constante. Los individuos durante el proceso de
producción influyen tanto en el medio geográfico, como en su medio social. Los
productores de bienes por necesidad entran a formar parte de un sinnúmero de
interrelaciones y dependencias, que directa- o indirectamente acompañan al proceso de
producción y distribución; estas combinaciones de interrelaciones se llaman relaciones
productivas. Las relaciones productivas abarcan la división de las materias primas del

20
trabajo y la división de los bienes producidos, así como el juego de interacciones que se
forman entre los grupos de trabajadores, las jerarquías organizativas, etc.

El carácter de las interacciones depende del nivel de desarrollo de las herramientas de


producción y de la calificación de las fuerzas productivas, es decir de las fuerzas
productivas. El concepto “interacción o relación” en éste contexto no significa cualquier
conjunto de interacciones mutuas entre individuos y conglomerados, sino las
dependencias objetivas entre las personas. Dichos individuos no tienen ni que saber
sobre su existencia particular, ejemplo de esta aseveración son las relaciones mutuas de
los consumidores y productores a escala nacional e internacional.

La base de las relaciones productivas es la forma de propiedad de los medios de


producción, o sea la propiedad de las herramientas, máquinas, fábricas, tierra etc.. De la
forma de propiedad de los medios de producción depende el régimen político y la
estructura social, sobre todo la macro-estructura, la misma que se compone de clases,
estratos, categorías profesionales y otros grandes conglomerados. La propiedad de los
medios de producción ejerce menor influencia sobre las micro-estructuras sociales, es
decir sobre la familia, círculos sociales, pequeños grupos etc. etc. Sin embargo el carácter
de la propiedad de los medios de producción influye en diversos aspectos de la vida de los
individuos y la sociedad. El conocimiento de las cuestiones económicas es imprescindible
para el entendimiento apropiado de fenómenos y procesos sociales típicos, así como de
procesos paralelos del orden demográfico, cultural, militar, educativo, técnico, político,
religioso, etc.

2.1.3 La Cultura y su influencia en la vida social

El término CULTURA tiene procedencia de la palabra latina “cultura agri” que significa
cultivo y ennoblecimiento de la tierra. En el siglo I A.C. Cicerón en sus famosas
“Conversaciones Tusculanas” expande el significado del término, llevándolo al terreno de

21
las ciencias humanísticas, “cultura animi” para utilizarlo como el cultivo y ennoblecimiento
de la vida espiritual. En la actualidad el término “cultura” tiene muchas significaciones y
por lo tanto es de difícil definición, a pesar del frecuente uso en el lenguaje diario y en las
distintas disciplinas científicas.

En la literatura científica se pueden encontrar hasta 200 definiciones distintas de cultura.


En el lenguaje científico cultura significa una determinada clase de objetos, fenómenos y
procesos, o dicho de otra manera, cierta clase de conductas y los productos de estas
conductas. En el lenguaje filosófico, por cultura se entiende todo aquello que no nace de
por sí de la naturaleza, sino que se genera a partir de la práctica del hombre, o sea la
cultura es un producto de la actividad reflexiva e intencional del ser humano - todo lo que
no es propio de la naturaleza es cultura.

A más de conceptualizaciones tan amplias, se entiende la cultura en un sentido más


reducido; entonces el término abarca solamente los productos “superiores” de la
actividad del hombre, aquellos que han sido creados “desinteresadamente”, es decir por
su valor implícito, como por ejemplo: la ciencia, el arte, la literatura, la religión, el
derecho, las ideas políticas y sociales, etcétera. La cultura en este sentido no posee un
valor utilitario; se compone de suficientes valores que le dan al hombre un amplio
espectro de sensaciones y vivencias, viceversa a los valores de carácter práctico que
constituyen la civilización.

En la perspectiva sociológica-etnográfica la cultura significa “el conjunto de productos


que resultan de la actividad humana, materiales y espirituales, valores y reconocidas
formas de comportamiento. Estos productos son objetivos y aceptados en un
conglomerado, son trasmitidos a otros conglomerados y a las siguientes generaciones”
[”Kultura”, S.Czarnowski]. Esta definición es la más universal y precisa, que toma en
cuenta tanto las antiguas como las culturas contemporáneas.

22
Algunos estudiosos sociales conciben la cultura de una manera más general y de forma
estática, señalando que consiste ella en un conjunto de bienes que se los puede agrupar
en tres clases: cosas, símbolos y comportamientos.

En el análisis sociológico-etnográfico de la cultura, los investigadores se interesan


bastante en su estructura. Describiendo la estructura (ó su contenido) de la cultura de un
conglomerado, se acentúa el análisis en esa parte de la cultura que para la sociedad
significa su herencia, es decir lo que quedó “fijado” en tal grado que se la trasmitió a la
siguiente generación. La herencia cultural abarca no solamente los objetos y valores, sino
también las disposiciones de las actitudes hacia ellos y las vivencias que los acompañan.
La herencia cultural es un elemento clave en el proceso de generación de la nacionalidad,
por cuanto fortalece la condición de la Nación en situaciones críticas y en otras pruebas de
amenaza de exterminio biológico y/o espiritual. La herencia cultural de cada
conglomerado étnico o territorial se compone, entre otros, del lenguaje, la literatura
nacional, la religión, el arte, la tradición, las costumbres.

2.2 LA ESTRUCTURA SOCIAL. CONCEPTO. ELEMENTOS CONSTITUTIVOS.

Los estudiosos sociales en su afán de describir la sociedad y los fenómenos de cambio que
se dan al interior de ella, utilizan términos cuya génesis se remonta a las ciencias
naturales. Uno de estos términos es “estructura”, el mismo que significa: 1/ Disposición
de las distintas capas de un terreno. 2/ Armazón de madera, metal, plástico, etc. que
constituye el esqueleto de una construcción -“la estructura de los edificios modernos
contrasta con la de los antiguos”1.

El término “estructura” en las ciencias sociales funciona con dos connotaciones -en
sentido estricto de la palabra y en sentido metafórico. En sentido estricto el término
estructura se lo utiliza para describir una colectividad territorial, por ejemplo: para señalar
1
. F.Alvero Francés, "Diccionario Manual de la Lengua Española", T.1, pág.316, La Habana 1977.

23
la forma espacial de una ciudadela, la concentración poblacional, el sistema de zonas
ecológicas, etc. etc. Las nociones de “distancia”, “aislamiento”, “límites” y otras
conservan sus definiciones espaciales. El término “estructura” se lo utiliza para
caracterizar la estructura de la sociedad, NO la estructura social. En sentido metafórico, el
término “estructura” aparece en compañía del adjetivo “social”, lo cual suprime el matiz
espacial inicial que éste poseía; igual sucede con los términos “distancia” y “movimiento”;
por cuanto, “la distancia social” no es lo mismo que distancia espacial, y “movimiento
social” (movilidad) no es movimiento en un espacio geográfico, sino en un espacio social.

La estructura social es una disposición de vínculos, distancias y jerarquías -tanto en su


forma no organizada, como organizada- que tienen lugar entre los individuos, las
colectividades y las categorías sociales.

Uno de los aspectos más importantes de la estructura social es la estructura de clases, la


misma que hace referencia a la división de la sociedad en clases y pone énfasis en las
relaciones existentes entre ellas2.

Si se describe un conglomerado humano muy numeroso y no interesan las jerarquías y las


distancias entre sus componentes, usualmente se utiliza el término “composición”:
composición demográfica, composición profesional de una empresa x, o de los habitantes
de una ciudad. Sin embargo, éste tipo de análisis con categorías sociales -sexo, edad,
profesión, etc. motiva al uso indistinto de los términos “estructura” y “composición”.

2
. Stanyslaw Ossowski, "Struktura Klasowa w Spolecznej Swiadomosci", pág. 112, Warszawa 1982.

24
2.2.1 La estructura de clases.

El término “estructura de clases” es uno de los elementos claves en la teoría materialista


del desarrollo social. Da luz a los investigadores de la realidad social que cada sociedad
está en determinada manera estructurada, lo que tiene una profunda repercusión en la
explicación de los procesos de la vida social.

La definición más general de lo que es “estructura” asevera:”que es la disposición de los


elementos constitutivos y la suma de relaciones entre ellos, típico para un determinado
conjunto, considerado como una totalidad”3.

La investigación de la estructura de una totalidad tan específica, como lo es la sociedad,


significa que debemos determinar, primero, cuales son los elementos que la con-figuran
como cierta totalidad, y segundo las interdependencias que tienen lugar entre los
componentes identificados.

Dependiendo de la orientación teórica del investigador, de muchas maneras se designan


los elementos, a partir de los cuales está construida la sociedad. Así por ejemplo, se
analiza su configuración de acuerdo a características demográficas (como el sexo y la
edad), económicas (como el tipo de trabajo, el nivel de ingresos), políticas (como los
privilegios de ciertos grupos gracias a su acceso al poder); se analiza también según el tipo
de asentamiento (ciudad-aldea), según la pertenencia étnica, racial o religiosa de los
sectores sociales; según el nivel de educación, así como también el mayor o menor
prestigio social asignado (en jerarquía también pueden presentarse algunas de las
variables anteriores).

De esta breve descripción se desprende, que la estructura social no puede ser entendida
analizando solamente una de las características. Es necesaria una conceptualización
multilateral, lo que acarrea variadas dificultades, tanto de naturaleza teórica, como

3
. Encyklopedia Powszechna PWN, t.IV, Warszawa 1976, pág. 300.

25
empírica, las mismas que son vencidas en múltiples formas por cada una de las
orientaciones.

Mientras tanto continúan las discusiones, ¿sí esos planos se los debe tratar en una escala
micro- o tal vez macro social? La micro estructura se entiende básicamente como un
conjunto con propiedades específicas, las mismas que caracterizan, o al individuo, o a
grupos sociales pequeños como la familia, vecinos, comunidad rural, o una brigada de
trabajadores. La macro estructura se entiende como el conjunto de grandes grupos
sociales -como por ejemplo, con carácter de asentamiento (los habitantes de una ciudad),
con carácter de clases (los obreros, los campesinos, etc.)- dentro del marco de la sociedad
global. Expuesto de otra manera, se trata de establecer, ¿sí los procesos sociales se
fundamentan en lo que sucede a nivel de las interacciones directas entre las personas, o a
nivel de los grandes grupos sociales?

Vale agregar, que en la sociología marxista la estructura social recibe un tratamiento


multifactorial, asignándosele un lugar muy especial a la diferenciación de clases. Razón
por la que se prefiere como directriz metodológica una perspectiva macro estructural,
tratando a la realidad micro estructural en términos de fenómeno secundario; sin
embargo, no se descarta en el análisis, la existencia de interrelaciones dialécticas entre
estos dos niveles.

Más de un obstáculo engendra la manera de enfocar y comprender las interrelaciones que


tienen lugar entre los componentes elegidos de la estructura social. Durante el desarrollo
del pensamiento sociológico, básicamente se han consolidado dos puntos de vista un
tanto diferentes4.

Para uno de estos puntos de vista, en consonancia con la etimología latina de la palabra,
estructura significa más o menos “construcción”. La sociedad es, en este caso, tratada
como un complejo “arquitectónico”, generada a partir de totalidades más pequeñas, que
4
. Sobre el tema de la estructura social muy sintéticamente exponen Edmund R. Leach y Stanley H. Udy Jr., "La
estructura social", en "Enciclopedia Internacional de Ciencias Sociales", D.L.Shills (ed.), New York 1972, pág. 472.

26
en ocasiones existen y se han formado independientemente de sí, pero vinculados con
diferentes tipos de relaciones (en asociaciones, en dependencia, etc.). Sí decimos, que la
sociedad X-s se constituye de una población urbana y rural, o de diversos grupos étnicos -
que son colectividades existentes una al lado de otra e interrelacionadas de alguna
manera- entonces estamos hablando de la visión “arquitectónica” de la estructura social.
(Este es el carácter de la teoría de clases marxista).

Paralelamente en la teoría sociológica, la estructura se la entiende en forma anatómica, es


decir, “algo” relativamente orgánico. O sea, se trata a la sociedad como un organismo sui
generis, como una totalidad “similar a un organismo”; y a sus componentes se los estudia
a partir de la función que desempeñan para conservar a la sociedad como un todo, así
como se analiza el rol de los órganos en sostener la eficiencia del organismo.

En otras palabra, los grupos sociales que conforman una colectividad más amplia, son
analizados tomando en cuenta su importancia para mantener el carácter integral de la
totalidad.

Un buen ejemplo de esta perspectiva analítica de la sociedad es asumirla como una


multiplicidad de categorías profesionales, cuya existencia tiene tanto sentido, cuanto
estimulan ellas el status quo de la vida económica.

2.3 EL CAMBIO SOCIAL Y CULTURAL

2.3.1 Definición

Cualquier cambio en la estructura de la sociedad o un cambio en la organización social de


la sociedad, se denomina cambio social. Los cambios sociales deben diferenciarse de los
culturales, los cuales se refieren a cambios operados en la cultura de una sociedad. Los
sociólogos deben conocer tanto los cambios sociales como los culturales, si desean
establecer hipótesis correctas y predicciones valederas.

27
Ejemplo 1

Como cambios sociales, pueden mencionarse el cambio en el número de nuevos


aspirantes a la universidad, los cambios en la tasa de mortalidad o en el promedio de vida
de la población, o los cambios en el rol de esposa dentro de la familia norteamericana
moderna. Dentro de los cambio culturales. Están la invención del televisor y la
introducción de nuevas palabras o nuevas formas de arte.

2.3.2 Teorías del Cambio Social

Teorías evolucionistas. Los teóricos de la evolución consideraban que la sociedad se


desarrollaba desde las formas más simples hasta las más complejas. Era su creencia, que
las sociedades que se encontraban en las etapas más avanzadas de desarrollo eran más
progresistas que las demás. Las teorías evolucionistas tienen un enfoque etnocentrista, en
el sentido de que ven a la sociedad moderna como superior a las sociedades del pasado.

Teorías de ciclicidad. Según estas teorías, la sociedad está constituida por una serie de
partes interdependientes, cada una de las cuales contribuye a la eficacia de la sociedad. Si
el cambio social desorganiza a una de las partes, la sociedad se ve abocada a un estado de
desequilibrio y tendrán lugar cambios sociales adicionales en otros segmentos de la
sociedad. Estos harán que la sociedad regrese a un estado de armonía y equilibrio.

Teorías del conflicto. Los sociólogos que comparten las teorías del conflicto, ven a la
sociedad como un conjunto de grupos en permanente conflicto entre sí. Los cambios
sociales ocurren cuando los grupos compiten entre sí por los bienes y recursos
disponibles. Debido a esa permanente competencia de los grupos por cambiar el statu
quo, la sociedad se halla en un estado de desorganización y, en consecuencia, es
inestable.

28
2.3.3 Factores que influyen en el Cambio Social y Cultural

Los científicos sociales han hecho numerosos planteamientos respecto de la variación en


los índices del cambio social y cultural que ha ocurrido en diferentes sociedades. La tarea
básica del sociólogo es, entonces, identificar los factores causales primarios que
hipotéticamente han contribuido a que se den tales cambios. Los siguientes son algunos
de los factores causales más importantes:

Factores geográficos. El medio físico puede determinar en la población una serie de


condiciones que pueden conducir, en mayor o menor grado, a un cambio. Condiciones
extremas de temperatura, tormentas, terremotos, hacen que el hombre se vea precisado
a cambiar su estilo de vida, y la disponibilidad o la falta de recursos naturales,
determinarán en gran medida el tipo de vida que un grupo humano dado experimente.

Ejemplo 2

Los cambios en el medio físico del oeste norteamericano, junto con un agotamiento de
recursos naturales (la carne de búfalo, por ejemplo), requirieron cambios importantes en
el estilo de vida de la población indígena local. Si querían sobrevivir, tendrían que
ajustarse a un medio físico más limitado y a nuevos y diferentes alimentos introducidos
por los colonos.

Factores tecnológicos. Muchas innovaciones tecnológicas han contribuido a producir


cambios sociales significativos en toda la sociedad.

Ejemplo 3

El uso difundido de la televisión durante el último cuarto de siglo, ha modificado


profundamente la naturaleza de las relaciones sociales en la familia y se ha convertido en
un factor de primer orden en el proceso de socialización.

Ideología. Cada sociedad se apoya en una ideología de base, compuesta por un


conjunto de valores y creencias. Las ideologías pueden contribuir a mantener el statu quo,

29
pero también ayudan a estimular el cambio cuando los valores y creencias dejan de ser
compatibles con las necesidades sociales.

Ejemplo 4

El ascenso del socialismo y del comunismo en varias naciones del mundo, se ha debido a la
incapacidad de las anteriores ideologías políticas para atender las necesidades de las
personas en esos países.

Liderazgo. Frecuentemente, los cambios sociales son iniciados por líderes carismáticos,
debido a la facilidad de éstos para atraer amplias masas de seguidores y simpatizantes.

Ejemplo 5

Líderes carismáticos han sido Martin Luther King, Ghandi y Jesucristo. Cada uno de los
movimientos dirigidos por estas personas, pudo plasmarse gracias a que sus seguidores
creían profundamente en ellos y en la causa que defendían.

Población. Tanto los incrementos como los descensos drásticos en el tamaño de las
poblaciones, han sido factores determinantes del cambio social. Un rápido crecimiento del
tamaño de la población puede requerir innovaciones en las técnicas de producción,
mientras que un descenso vertiginoso de la misma requerirá cambios sustanciales en su
organización social, que la pueden proteger de cualquier amenaza.

Ejemplo 6

En la India se pusieron en práctica incentivos para el control de natalidad debido


fundamentalmente a que su población aumentaba a un ritmo muy acelerado y ni el
espacio físico disponible, ni la producción de alimentos, podían estar a la altura de las
necesidades presentes y futuras. Como resultado de esta crisis, se introdujeron
innovaciones en las técnicas de control natal y en la tecnología de alimentos.

30
2.3.4 Lentitud del Cambio Social

Por variadas razones, el ritmo del cambio social puede ser sumamente lento en una
sociedad dada. En primer lugar, una sociedad puede carecer de los recursos humanos y
físicos necesarios para desarrollar cierto tipo de cambios. En segundo término, puede
existir una contradicción entre los valores de la sociedad y los que implica el cambio
propuesto. Tercero, en ciertos casos los grupos que detentan el poder económico y
político en una sociedad pueden ver en el cambio una amenaza para el mantenimiento de
su dosis grande de poder. Y, en última instancia, si una sociedad se mantiene aislada de
otros grupos humanos, no podrá tener acceso a nuevos elementos culturales.

2.3.5 Introducción del Cambio

El cambio puede ser introducido en una sociedad, de dos formas: por difusión o por
invención. La primera, consiste en la introducción de un nuevo rasgo proveniente de otra
cultura. La invención es la creación de algo nuevo, mediante la combinación de dos o más
elementos ya existentes en el interior de la cultura.

2.3.6 Efectos indeseables del Cambio Social

Cuando el cambio social es rápido, las consecuencias negativas pueden ser de honda
repercusión: las personas podrán sentirse alienadas, solas y desesperanzadas. Si el cambio
es súbito, habrá confusión e inseguridad entre las personas. Si la sociedad padece de un
atraso cultural (incapacidad de una parte de la cultura de mantener y el mismo ritmo de
desarrollo de las otras partes), habrá una desorganización general en su interior. De otro
lado, es muy común que buen número de cambios sociales estén acompañados de
problemas sociales.

31
2.3.7 Planeación Social

La planeación social es un esfuerzo por parte de los científicos sociales, para orientar y
dirigir el proceso de cambio social de tal modo que la sociedad se beneficie al máximo de
tales cambios. El cambio social es examinado con un criterio de compatibilidad con los
valores, metas y objetivos de la sociedad. Si bien las razones y objetivos de los
planificadores sociales pueden ser honestos y realistas, los resultados de sus proyectos
dejan a veces mucho que desear. Esto sucede por la frecuente imposibilidad de
pronosticar todos los resultados y las consecuencias de un cambio planeado.

32
III. LA CULTURA Y SUS CARACTERÍSTICAS

3.1 DEFINICIÓN

El concepto de cultura ha sido fundamental desde hace mucho tiempo para la


antropología. Hace más de un siglo, en su libro clásico La Cultura Primitiva, el antropólogo
británico Edward Tylor expuso que los sistemas de comportamiento y de pensamiento
humanos no son aleatorios. Por el contrario, obedecen a las leyes naturales y, por tanto,
pueden estudiarse científicamente. La definición de cultura de Tylor todavía ofrece una
buena panorámica del objeto de estudio de la antropología y es ampliamente citada.

<<Cultura… es ese todo complejo que incluye el conocimiento, las creencias, el arte, la
moral, el derecho, la costumbre y cualesquiera otros hábitos y capacidades adquiridos por
el hombre como miembro de la sociedad>> (Tylor, 1871/1958, pág. 1). Aquí la frase crucial
es “adquiridos por el hombre como miembro de la sociedad”. La definición de Tylor se
centra en las creencias y el comportamiento que la gente adquiere no a través de la
herencia biológica sino por desarrollarse en una sociedad concreta donde se hallan
expuestos a una tradición cultural específica. La enculturación es el proceso por el que un
niño o una niña aprenden su cultura.

3.2 PRINCIPALES CARACTERÍSTICAS DE LA CULTURA

La cultura es aprendida

La facilidad con la que los niños absorben cualquier tradición cultural es un reflejo de la
única y elaborada que es la capacidad de aprendizaje de los humanos. Hay diferentes tipos
de aprendizaje, algunos de los cuales los compartimos con otros animales. Otros animales
pueden aprender de su propia experiencia; por ejemplo, evitando el fuego tras descubrir

33
que quema. Los animales sociales también aprenden de otros miembros del grupo. Los
lobos, por ejemplo, aprenden estrategias de caza de otros miembros de la manada. Este
tipo de aprendizaje social es particularmente importante entre los monos y los simios,
nuestros parientes biológicos más cercanos. Sin embargo nuestro aprendizaje cultural
depende de la capacidad exclusivamente desarrollada por los humanos de utilizar
símbolos, signos que no tienen una conexión necesaria ni natural con aquello a lo que
representan.

Mediante el aprendizaje cultural la gente crea, recuerda y maneja las ideas, controlando y
aplicando sistemas específicos de significado simbólico. El antropólogo Clifford Geertz
define la cultura como ideas basadas en el aprendizaje cultural y en símbolos. Las culturas
son conjuntos de “mecanismos de control; planos, recetas, reglas construcciones, lo que
los técnicos en ordenadores llaman programas para regir el comportamiento” (Geertz,
1973, pág. 44). Estos programas son absorbidos por las personas a través de la
enculturación en tradiciones particulares. La gente hace suyo gradualmente un sistema
previamente establecido de significados y de símbolos que utilizan para definir su mundo,
expresar sus sentimientos y hacer sus juicios. Luego, este sistema les ayuda a guiar su
comportamiento y sus percepciones a los largo de sus vidas.

Todas las personas comienzan inmediatamente, a través de un proceso de aprendizaje


consciente e inconsciente y de interacción con otros, a hacer suyo, a incorporar, una
tradición cultural mediante el proceso de enculturación. A veces la cultura se enseña
directamente, como cuando los padres enseñan a sus hijos a decir “gracias” cuando
alguien les da algo o les hace un favor.

La cultura se transmite también a través de la observación. Los niños prestan atención a


las cosas que suceden a su alrededor y modifican su comportamiento no sólo porque
otros les dicen que lo hagan, sino como resultado de sus propias observaciones y de una
creciente conciencia de lo que su cultura considera bueno y malo. La cultura también se
absorbe de modo inconsciente. Los norteamericanos adquieren sus nociones culturales
sobre la distancia física a mantener con las personas cuando hablan con ellas, no porque

34
se les diga que han de mantener una cierta distancia, sino a través de un proceso gradual
de observación, de experiencia, y por la modificación consciente e inconsciente del
comportamiento. Nadie les dice a los latinos que mantengan menos distancia que los
norteamericanos, sino que lo aprenden así como parte de su tradición cultural.

La cultura es compartida

La cultura es un atributo no de los individuos per se, sino de los individuos en cuanto que
miembros de grupos. Se transmite en la sociedad. ¿Acaso no aprendemos nuestra cultura
a través de la observación, escuchando, conversando e interactuando con muchas otras
personas? Las creencias culturales compartidas, los valores, los recuerdos, las esperanzas
y las formas de pensar y actuar pasan por encima de las diferencias entre las personas. La
enculturación unifica a las personas al proporcionarnos experiencias comunes.

A veces, en Estados Unidos la gente tiene problemas para entender el poder de la cultura
debido al valor que la cultura norteamericana atribuye a la idea del individuo. Los
norteamericanos se sienten orgullosos de decir que todos son únicos y especiales en algún
sentido. Sin embargo, en la cultura norteamericana el individualismo es en sí mismo un
valor distintivo compartido que se transmite a través de cientos de afirmaciones y
contextos de la vida cotidiana. Constantemente, tanto en las series de televisión como en
la “vida real”, los padres, los abuelos y los profesores, los agentes enculturadores por
excelencia en el caso norteamericano, insisten en que todos son “algo especial”.

Los padres de hoy son los hijos de ayer. Si crecieron en la cultura norteamericana,
absorbieron ciertos valores y creencias transmitidos de generación en generación. Las
personas se convierten en agentes enculturadores de sus hijos. Del mismo modo que sus
padres lo fueron para ellos. Aunque la cultura cambia constantemente, ciertas creencias
fundamentales, valores, cosmovisiones y prácticas de crianza de niños se mantienen.
Consideremos un sencillo ejemplo de enculturación compartida que permanece vivo en el
caso norteamericano (y sin duda en otros países ricos). Cuando la generación de quienes

35
hoy son padres eran niños y no querían terminarse alguna comida, sus padre les
recordaban la existencia de niños que pasaban hambre en otros países, del mismo modo
que lo había hecho con ellos la generación anterior. El país específico puede cambiar
(China, India, Bangladesh, Etiopía), pero estas culturas continúan transmitiendo la peculiar
idea de que comiéndose todas esas verduras que no suelen gustarles pueden ayudar de
alguna manera a los niños del Tercer Mundo.

La cultura es simbólica

El pensamiento simbólico es exclusivo y crucial tanto para los humanos como para la
cultural. Un símbolo es algo verbal o no verbal, dentro de un lenguaje o cultura
particulares, que se sitúa en lugar de alguna otra cosa: El antropólogo Leslie White definió
la cultura como:

Un continuum extrasomático (no-genético, no-corporal) y temporal de cosas y hechos


dependientes de la simbolización… La cultura consiste en herramientas, implementos, utensilios,
vestimenta, ornamentos, costumbres, instituciones, creencias, rituales, juegos, obras de arte,
lenguaje, etc. (White, 1959, pág. 3).

Para White, la cultura tuvo su origen cuando nuestros antepasados adquirieron la


capacidad de simbolizar, es decir, de crear y dotar de significado una cosa o hecho, y,
correspondientemente, … captar y apreciar tales significados (White, 1959, pág. 3).

No tiene por qué haber una conexión obvia, natural o necesaria entre el símbolo y lo que
simboliza. Una mascota que ladra no es más naturalmente un perro que un chien, un dog
o un mbwa, por utilizar las palabras en francés, inglés o swahili para referirse a ese animal.
El lenguaje es una de las posesiones distintivas del Homo sapiens. Ningún otro animal ha
desarrollado nada que se aproxime a la complejidad del lenguaje.

36
Los símbolos suelen ser lingüísticos. Sin embargo, también hay miríadas de símbolos no-
verbales, como las banderas, que representan países, o las cruces de color verde de las
farmacias. El agua bendita es un potente símbolo del catolicismo romano. Como en el caso
de todos los símbolos. La asociación entre un símbolo (agua) y lo que simboliza (santidad)
es arbitraria y convencional. El agua no es intrínsecamente más sagrada que la leche, la
sangre u otros fluidos. El agua bendita no es químicamente diferente del agua ordinaria;
es un símbolo dentro del catolicismo romano, que es parte de un sistema cultural
internacional. Una cosa natural se ha asociado arbitrariamente con un significado
particular para los católicos que comparten creencias y experiencias comunes que se
basan en el aprendizaje y se transmiten de generación en generación.

Durante cientos de miles de años la gente ha compartido las capacidades sobre las que
descansa la cultura. Éstas son el aprendizaje, el pensamiento simbólico, la manipulación
del lenguaje y el uso de herramientas y de otros productos culturales para organizar sus
vidas y hacer frente a sus entornos. Todas las poblaciones humanas contemporáneas
tienen la capacidad de simbolizar y de este modo crear y mantener la cultura. Nuestros
parientes más próximos –los chimpancés y los gorilas- tienen capacidades culturales
rudimentarias. Sin embargo, ningún otro animal tiene capacidades culturales elaboradas;
aprender, comunicar, y almacenar, procesar y utilizar información en la misma medida
que el Homo.

Cultura y naturaleza

La cultura toma las necesidades biológicas que compartimos con otros animales y nos
enseña a expresarlas de formas particulares. Las personas tienen que comer, pero la
cultura nos enseña qué, cuándo y cómo. En muchas culturas la comida principal se toma a
mediodía, mientras que los norteamericanos prefieren una cena copiosa. Los ingleses
comen pescado para desayunar, pero los norteamericanos prefieren tortitas calientes y
cereales fríos. Los brasileños añaden leche caliente a un café cargado, mientras que los

37
norteamericanos le echan leche fría a un café aguado. En el Medio-Oeste norteamericano
se cena entre las cinco y las seis. Los españoles lo hacen a las diez.

Los hábitos, las percepciones y las invenciones culturales moldean la “naturaleza humana”
de muchas formas. Todo el mundo tiene que eliminar sus residuos corporales. No
obstante, algunas culturas enseñan a la gente a defecar de pie, mientras que otras lo
hacen en la posición de sentado. Los franceses no se avergüenzan de orinar en público,
metiéndose de forma rutinaria en los pissoirs escasamente resguardados de las calles de
París. Las campesinas del altiplano peruano se acuclillan en las calles y orinan en las
cuentas. Sus masivas faldas les proporcionan toda la privacidad necesaria. Todos estos
hábitos son parte de tradiciones culturales que han convertido los actos naturales en
costumbres culturales.

Nuestra cultura –y los cambios culturales– afecta a las formas en las que percibimos la
naturaleza, la naturaleza humana y “lo natural”. Mediante la ciencia, los inventos y los
descubrimientos, los desarrollos culturales han superado muchas limitaciones “naturales”.
Somos capaces de prevenir y curar enfermedades como la poliomielitis y la viruela que
azotaban a nuestros antepasados. Utilizamos la Viagra para restaurar la potencia sexual, y
mediante la clonación, los científicos han alterado nuestra forma de pensar sobre la
identidad biológica y el propio significado de la vida. Por supuesto, la cultura no nos ha
librado de las amenazas naturales. Los huracanes, inundaciones, terremotos y otras
fuerzas naturales amenazan periódicamente nuestros deseos de modificar el entorno
mediante la construcción, el desarrollo y la expansión. ¿Puedes citar otras formas en las
que la naturaleza golpea a los humanos y creaciones?

La cultura lo abarca todo

Para los antropólogos, la cultura incluye mucho más que refinamiento, gusto,
sofisticación, educación y apreciación de las bellas artes. No sólo los graduados
universitarios, sino toda la gente tiene cultura. Las fuerzas culturales más interesantes y

38
significativas son las que afectan a la gente en su vida cotidiana, particularmente aquellas
que influyen en los niños durante su enculturación. La cultura, definida
antropológicamente, abarca características que a veces son vistas como triviales o no
merecedoras de un estudio serio, como la cultura “popular”. Para entender las culturas
europeas o norteamericanas contemporáneas, tenemos que tener en consideración la
televisión, los restaurantes de comida rápida, los deportes y los juegos. En tanto que
manifestación cultural, una estrella del rock puede ser tan interesante como un director
de orquesta y un tebeo tan significativo como un libro ganador de un premio.

La cultura está integrada

Las culturas no son colecciones fortuitas de costumbres y creencias, sino sistemas


pautados integrados. Las costumbres, instituciones, creencias y valores están
interrelacionados; si uno cambia, los otros lo hacen también. Por ejemplo, durante la
década de 1950 la mayoría de las mujeres norteamericanas esperaban dedicarse al
trabajo doméstico y a ser madres. Las mujeres de hoy que cuentan con estudios esperan
encontrar un trabajo cuando se gradúen.

¿Cuáles son algunas de las repercusiones sociales de este cambio económico concreto?
Las actitudes y los comportamientos relacionados con el matrimonio, la familia y los niños
han cambiado. El matrimonio tardía, el “vivir juntos” y el divorcio se han hecho más
comunes. La edad media del primer matrimonio de la mujer norteamericana se elevó
desde los 20 años en 1955 hasta los 25 en el 2000 (Saluter, 1995; Fields, 2001). Las cifras
equivalentes para los hombres eran 23 y 27 años (Fields, 2001). El número de
norteamericanos divorciados se cuadruplicó pasando de 4 millones en 1970 a más de 19
millones en 1998 (Lugaila, 1999). El trabajo compite con las responsabilidades
matrimoniales y familiares y reduce el tiempo disponible para invertir en el cuidado de los
niños.

39
Las culturas están integradas, no simplemente por sus actividades económicas y sus
patrones sociales dominantes, sino también por los temas, valores, configuraciones y
visiones del mundo que permanecen. Las culturas preparan a sus miembros individuales
para compartir ciertos rasgos de la personalidad. Los elementos separados de un cultura
pueden integrarse mediante símbolos clave, como la fertilidad o el militarismo. Un
conjunto característico de valores centrales (claves, básicos, nucleares) integran cada
cultura y contribuyen a distinguirla de otras. Por ejemplo, la ética de trabajo, el
individualismo, los logros y la confianza en uno mismo son valores centrales que han
integrado la cultura norteamericana a los largo de generaciones. Otras culturas están
pautadas por un conjunto diferente de valores dominantes.

La gente utiliza activamente la cultura

Aunque las reglas culturales nos dicen qué hacer y cómo hacerlo, no siempre seguimos su
dictado. Las personas utilizan su cultura de manera activa y creativa, en lugar de seguir
ciegamente sus dictados (véase Archer, 1996). No somos seres pasivos condenados a
seguir nuestras tradiciones culturales como robots programados. Por el contrario, las
personas pueden aprender, interpretar y manipular la misma regla de diferentes maneras.
La cultura también se ve impugnada y en la sociedad suele haber diferentes grupos que
compiten por hacer prevalecer sus ideas, valores y creencias (véase Lindholm, 2001).
Incluso los símbolos más comunes pueden tener significados radicalmente diferentes para
distintos grupos o personas dentro de una misma cultura. Los arcos dorados de
McDonald’s pueden inducir la salivación de una persona, mientras que otras pueden
ponerse a tramar una protesta vegetariana. La bandera es un símbolo del país, pero su
significado varía radicalmente entre sus habitantes.

Incluso si se está de acuerdo sobre lo que debe y no debe hacerse, las personas no
siempre hacen lo que dice su cultura o lo que otra gente espera. Se transgreden muchas
reglas, algunas muy a menudo (por ejemplo, los límites de velocidad automovilísticos).
Algunos antropólogos consideran útil distinguir entre la cultura ideal y la real. La cultura

40
ideal consiste en lo que la gente dice que deberían hacer y lo que dicen que hacen. La
cultura real se refiere a su comportamiento real tal como lo observa el antropólogo.

La cultura es a la vez pública y privada, tanto en el mundo como en la mente de las


personas. Los antropólogos no sólo se interesan por el comportamiento en público y
colectivo, sino también por cómo piensa, siente y actúa el individuo. El individuo y la
cultura están unidos porque la vida social humana es un proceso en el que los individuos
interiorizan los significados de los mensajes públicos (culturales). Luego, sola y en grupos,
la gente influye en la cultura mediante la conversión de su forma privada de entender las
cosas en expresiones públicas (D’Andrade, 1984; Lindholm, 2001).

La cultura puede ser adaptante y mal-adaptante

Para hacer frente o adaptarse a las tensiones medioambientales, los humanos pueden
recurrir tanto a rasgos biológicos como a patrones de comportamiento aprendidos
basados en los símbolos. Además de los medios biológicos de adaptación, los grupos
humanos emplean también “equipos de adaptación cultural” que contienen patrones
acostumbrados, actividades y herramientas. Aunque los humanos continúan adaptándose
biológica además de culturalmente, la dependencia de los medios culturales de
adaptación ha aumentado durante la evolución y juega un papel crucial.

A veces, el comportamiento adaptante que ofrece beneficios a corto plazo a los individuos
podría dañar el entorno y amenazar la supervivencia del grupo a largo plazo. El
crecimiento económico puede beneficiar a algunas personas mientras también agota
recursos necesarios para el resto de la sociedad o para futuras generaciones (Bennet,
1969, pág. 19). Por tanto, a pesar del papel crucial de la adaptación cultural en la
evolución humana, los caracteres y patrones culturales también pueden ser mal-
adaptantes, amenazando la existencia continuada del grupo (supervivencia y
reproducción). El aire acondicionado nos ayuda a combatir el calor y los hogares y las
calderas de calefacción el frío. Los coches nos facilitan ganarnos la vida llevándonos de

41
casa al lugar de trabajo. Sin embargo, los gases emitidos por el uso de esta tecnología
“beneficiosa” crean nuevos problemas. Las emisiones químicas incrementan la
contaminación del aire, agotan la capa de ozono y contribuyen al calentamiento global.
Muchos patrones culturales modernos, como el consumismo desmedido y la
contaminación, parecen ser mal-adaptantes a largo plazo.

3.3 CONTENIDOS ESENCIALES DE LA CULTURA: SÍMBOLOS, VALORES, NORMAS Y


COSTUMBRES

Al igual que la Sociedad, la Cultura posee un conjunto específico, amplio y complejo de


elementos, en el primer caso el análisis de la Sociedad nos mostró la estructura social y
sus elementos constitutivos; ahora consideraremos algunos elementos importantes de la
Cultura, los cuales se complementan e interactúan entre sí.

3.3.1 Símbolos

El hombre capta su realidad de manera conceptual. Al entrar en contacto por medio de


sus sentidos con objetos o elementos concretos, recibe una imagen en su cerebro que es
reflejo de ese objeto o elemento; así se inicia un proceso de aprendizaje por medio del
cual, aun en ausencia del objeto que generó la imagen primigenia, permanecerá
almacenada como una idea de esa realidad percibida.

Por ejemplo, si en este momento el lector cierra sus ojos y alguien le menciona la palabra
“árbol”, sin necesidad de estar ante la presencia física de un árbol, la idea de éste se
representará en su mente. El proceso de aprendizaje le permita concebir el objeto sin
necesidad de estar en su presencia, éste es el proceso de captar la realidad
conceptualmente.

42
El hombre en su necesidad de relación social transmite a otros hombres esas
abstracciones, crea elementos que posibilitan la comunicación y el entendimiento, crea el
lenguaje. (El lenguaje, por lo tanto, es un sistema de símbolos abstractos que reflejan las
ideas, pensamientos, sentimientos, etc., de los hombres).

Los SÍMBOLOS son acciones o creaciones humanas que


representan algo distinto de sí mismo.

Volviendo a nuestro ejemplo, la palabra árbol no es en sí misma el objeto, es su


representación simbólica; la palabra mujer también es una abstracción simbólica de la
realidad, representa algo diferente de la palabra en sí, evoca para el receptor a una mujer
determinada.

Existen otros elementos, como actitudes o gestos, que pueden simbolizar sentimientos de
amor, coraje, miedo, etc.: objetos materiales como piedras o animales a los que algunos
grupos pueden considerar como símbolos sagrados, e inclusive dentro de estos objetos
materiales el automóvil (ó el lugar de residencia, cuenta bancaria, vestimenta, tipo de
celular, etc.) ha llegado a simbolizar un alto nivel de prestigio en la sociedad
contemporánea.

El símbolo y el carácter simbólico de algunos elementos materiales son creación humana y


constituyen una forma de representar la realidad.

Desde el punto de vista de la Cultura, los símbolos se clasifican en: símbolos referenciales
o denotativos y símbolos expresivos o connotativos.

43
Los SÍMBOLOS REFERENCIALES o DENOTATIVOS son elementos materiales o palabras
que sirven para enunciar algo sin mayor profundidad. Tal sería el caso, por ejemplo, de las
señales de tránsito mediante discos con figuras, las cuales significan que la vuelta está
prohibida a la izquierda, que se circula en una vía de doble sentido; que se prohíbe
estacionarse; que la vuelta a la derecha es continua. Todas ellas son símbolos
referenciales, denotan o informan acciones prohibidas o permitidas. Un ejemplo diferente
lo constituiría la palabra reloj, que sólo posee un carácter instrumental o informativo y
constituye un símbolo que hace referencia a una máquina específica.

Los SÍMBOLOS EXPRESIVOS O CONNOTATIVOS no sólo dan noticia de algo, sino que
conllevan asociaciones amplias que se refieren a la estructura de valores de una sociedad.
Por ejemplo: el beso denota una acción física determinada; sin embargo, dependiendo del
contexto, de la intención, de los actores o del momento, puede connotar cortesía,
amistad, traición, saludo, amor, etc. la palabra familia denota una estructura grupal
determinada (padre, madre, hijos, abuelos, tíos, etc.); sin embargo, evoca asociaciones
que entran en el ámbito de los símbolos expresivos, entre ellos podríamos citar el amor
materno, la solidaridad entre hermanos, la autoridad de los padres, el respeto a los
mayores, etc. Todos estos elementos simbólicos representan los valores culturales, que
son asimilados y procesados por el grupo social.

3.3.2 Los Valores

Los VALORES CULTURALES son una creencia o


sentimiento ampliamente mantenido de que algunas
actividades, relaciones, sentimientos o metas son
importantes para la identidad o bienestar de la
comunidad.

44
En el mundo occidental la monogamia es la práctica más común del matrimonio; esta
simple práctica conlleva un valor cultural: ¿por qué no la poligamia?, ¿por qué la
poligamia en la sociedad occidental es penada jurídicamente?, ¿cuál es la razón que
justifica la monogamia? La razón que da respuesta a todas estas interrogantes se asienta
fundamentalmente sobre bases subjetivas o emocionales del grupo social que la práctica.
Se considera mejor o ideal la monogamia porque ese es el sentimiento y la práctica
generalizada. La monogamia como forma de matrimonio es muestra de uno de los valores
vertebrales de tal sociedad, que bien puede ser fidelidad.

Los valores constituyen los ideales a los que aspiran los hombres en sociedad, tanto
individualmente como en sus relaciones. Por ello, el desarrollo mismo del individuo desde
la infancia es una constante asimilación de valores que se profesan casi siempre de
manera incuestionable, y en muchas ocasiones inconscientemente.

Los valores se vinculan al área sensible del ser humano y a los juicios que guían su
actuación. Hay diversos tipos de valores culturales, por lo cual es necesario revisar
algunos de los más importantes.

Valores estéticos. En este nivel los dos extremos sobre los que se mueven las
valoraciones son lo bello y lo feo. Son sistemas que una sociedad estructura para apreciar
la belleza de las personas, las cosas, la naturaleza y las creaciones humanas. El arte en
todas sus manifestaciones pertenece a esta esfera. Sin embargo, muchas veces la
valoración artística puede ser subjetiva.

Valores morales. En esta esfera lo bueno y lo malo son valores que se aplican en un
sistema que la sociedad erige para valorar la bondad o maldad de los actos y creaciones
humanas. Los valores morales generan juicios que pueden llegar a aspectos tan concretos
como la forma de vestir, la cual, dependiendo de su contexto, puede considerarse moral o
inmoral en la sociedad. Imaginémonos la conmoción que hubiera causado una mujer al
portar públicamente un pantalón entallado o una minifalda en la sociedad victoriana,
conmoción generada por el ataque que este hecho infringiría a los valores morales

45
profesados por esa sociedad. Así pues, la importancia de estos valores radica en qu
brindan marcos de contraste para guiar la actuación de los miembros de una sociedad
sobre los juicios de bondad o maldad.

Valores de justicia. Lo justo y lo injusto son los extremos de esta escala valorativa. Es un
sistema que intenta encontrar el mecanismo de control, regulación y equilibrio ante la
desigualdad social y ante los conflictos que ésta genera. De hecho, toda la estructura
jurídica de la sociedad se inspira en este valor cultural. Ejemplos que pueden mostrar la
dinámica de este valor son muchos: la abolición de la esclavitud, la lucha salarial de los
obreros, la lucha por el derecho al voto de las mujeres, etc. la justicia permea todos los
ámbitos de la vida social. Los valores cambian en el tiempo y difieren en las
colectividades; así, lo que en un lugar es aceptado y respetado como valor fundamental,
en otros no lo es; o en la misma colectividad, lo que hace algunos años se erigía como un
valor, ahora ya se transformó o desapareció de su sistema de valores. Eso tiene que ver
con el carácter dinámico de la sociedad y la cultura misma. Por otra parte, hay un aspecto
importante de señalar, el conflicto y la crisis de valores. El primero surge cuando en una
misma esfera existen guías contradictorias a seguir – por ejemplo una sociedad que por
una parte postula la solidaridad como un valor elevado y digno para orientar las conductas
de sus miembros, y por la otra alienta la competitividad para sobresalir y alcanzar metas,
es una sociedad que generará fuertes conflictos de valores entre sus miembros, ya que
por un lado existirá la conciencia de necesidad de colaborar unos con otros, y por otro
lado, al demandarle competir, tendrá que actuar “caiga quien caiga” para el logro de sus
fines. Este conflicto puede propiciar inclusive problemas de desajuste emocional. Con
relación a la crisis de valores, ésta tiene una naturaleza diferente. Cuando la realidad
social concreta en la que el hombre se desarrolla sufre transformaciones cada vez más
aceleradas, muchos de los valores que fundamentan la estructura empiezan a perder
vigencia, gestando así una inadecuación entre la realidad concreta y la estructura de
valores que la contiene.

46
3.3.3 Las Normas

En la vida social hay códigos implícitos o explícitos acerca de cómo relacionarse e


interactuar. Desde el saludo, ya sea con un gesto, con un apretón de manos, con una
reverencia o con un beso, nos habla de regularidades en la forma de saludo; circular con
vehículos por determinado carril; cómo conmemorar los nacimientos, los matrimonios o la
muerte; asistir a un salón de clases; reunirse en una fiesta; en fin, el conjunto de
interacciones sociales está codificado dentro de ciertas normas a seguir. Así,

La NORMA puede definirse como reglas de conducta


colectiva, comúnmente aceptadas, que revisten
diversos grados de obligatoriedad.

Este sentimiento de obligatoriedad descansa más en el valor que se atribuye a la norma y


no tanto en la posibilidad de coerción que ejerza la sociedad. Así pues, el carácter
normativo de la cultura se refiere más al “cómo se puede hacer algo” y no tanto al “así se
debe hacer esto”. La norma es indicativa más que coercitiva. También hay que señalar
que el seguimiento de las normas tiene sanciones específicas que pueden premiar su
cumplimiento o bien castigar la resistencia a la misma. Las normas culturales adoptan
formas diferentes, entre ellas los valores, las tradiciones y las costumbres.

M. Duverger en su libro “…” señala la existencia de sanciones socialmente organizadas y


sanciones socialmente difusas. Las primeras se refieren a las sanciones escritas que
atañen a las normas formalmente elaboradas y que son una minoría en el campo de las
normas culturales. Las segundas las constituyen aquéllas que se aplican por el grupo sin el
arbitrio de instituciones especiales; entre ellas estarían el desprecio, la burla, el rechazo,
las expulsiones, etcétera. De hacho, por su carácter y utilidad para la vida social, las
normas constituyen tradiciones y costumbres a las que raramente se cuestiona.

47
3.3.4 Las Costumbres

A las normas que revisten un carácter sobresaliente o esencial se les llama costumbres o
mores y son salvaguarda de la identidad cultural del grupo.

Las costumbres o mores difieren significativamente de una sociedad a otra; así,

“Los Kurtachi defecan en público y comen en privado; las balinesas muestran los pechos y
esconden las piernas…; las mores medievales justificaban que la iglesia tolerase la
prostitución y hasta que compartiese los ingresos que se obtenían por ella” (Horton y
Hunt – “Sociología, México, 1977, p. 41)

En relación a las tradiciones, éstas se distinguen no sólo por su contenido específico en la


cultura, sino por el hecho de ser un proceso cultural por sí mismo, ya que las tradiciones
conforman el patrimonio cultural no material que se transmite de una generación a otra
en un proceso de continuidad y que, en última esencia, brindan un sentido de identidad y
cohesión al grupo.

Así quedan expresados los principales elementos que conforman el contenido de la


cultura; es decir, los símbolos, valores, normas, costumbres y tradiciones.

3.4 RELACIÓN ENTRE ESTRUCTURA SOCIAL Y CULTURA

La interrelación entre la cultura y la estructura social, se la analiza generalmente en dos


planos. Uno de ellos, es el campo de la participación de individuos y grupos en la cultura.
El segundo, es el campo de formación de la cultura, concebida esta como un sistema
global de comunicación con determinadas propiedades. En juego entran, tanto la
creatividad como la selección de los bienes culturales asignados a la circulación en este
sistema, su estructura institucional y sus posibilidades técnicas. Transportando aquí la
perspectiva marxista de la teoría de la cultura, podríamos decir, que este segundo plano
de análisis de las interrelaciones entre la estructura social y la cultura, abarca un conjunto
48
de procesos que aseguran a la clase dominante en el ámbito de la política y de la
economía, el dominio también en el ámbito de los símbolos.

Demos un vistazo a dichas interrelaciones en una sociedad capitalista, con una definida
estratificación y un definido perfil clasista. Con este propósito utilizaremos elementos de
la teoría sociológica de Pierre Bourdieu sobre la cultura. Se debe subrayar que la siguiente
descripción, de los vínculos entre la cultura y la estructura social, se encuentra
fundamentada en investigaciones contemporáneas realizadas en Francia y debe ser
considerada como un modelo de relaciones mutuas. Por lo tanto, no reflexionaremos
sobre toda la complejidad de la estructura social y el ámbito de los bienes culturales, sino
que nos concentraremos - como lo hace P. Bourdieu - en los mecanismos y elementos
básicos del modelo, que reflejan los principales fenómenos sociales.

Las reflexiones sobre las relaciones entre la cultura y la estructura social, P. Bourdieu las
expone en su teoría de la reproducción social5. La reproducción de la estructura social -
que es un aspecto inseparable de la existencia y el funcionamiento de la reproducción
social- exige mantener el sistema de clases y estratos sociales con sus propias maneras de
vida, sus propias distancias sociales y sus propios medios; estos últimos, no son otra cosa,
que los diversos tipos de capital manejados por reducidos grupos en la sociedad. En la
disposición jerárquica de los segmentos de la estructura social -llamados por Bourdieu
clases- el rol protagónico lo desempeña la clase dominante. Concentra ella en sus manos
tanto el capital económico como el capital cultural; el capital cultural es en esencia la
acumulación, internamente diferenciada de las destrezas y habilidades para manejar los
sistemas simbólicos, como por ejemplo: la capacidad de receptar determinado género de
literatura, pintura, etc. y distintos tipos de conocimientos, desde el abstracto
conocimiento filosófico, hasta el pragmático conocimiento técnico. El capital económico y
el capital cultural garantizan a la clase dominante ejercer el control del resto de la
sociedad. La clase dominante, entre otros campos, controla el campo de la cultura

5
. P. Bourdieu, J.C. Passeron, "La Réproduction", Paris 1970.

49
simbólica, asignando el espectro y los contenidos a la “cultura vigente” o “cultura
legítima”, velando por cultivar sus diferencias con la cultura de las clases medias, y sobre
todo con la “cultura popular”. El sistema educativo y las instituciones responsables de la
producción y distribución de los bienes de la cultura simbólica, funcionan en consenso con
los principios propios de la “cultura vigente” o sea la cultura burguesa. Los representantes
de “las clases populares” desarrollan el sentimiento que su cultura no es “digna” o
“legítima”; mientras tanto el proceso de educación, p.ej. de los hijos de los obreros,
deprecia sus orientaciones existenciales, sus destrezas, y por último sus sistemas
simbólicos, que se asimilaron durante el proceso de socialización. Por lo tanto, los
representantes de “las clases populares” son desheredados de su cultura, sin recibir a
cambio la cultura burguesa. Primeramente, porque ésta exige la posesión de cierta
herencia cultural que ha sido trasmitida sin intencionalidad a los niños de las familias
privilegiadas -estamos hablando de: habilidades lingüísticas, gran dominio en el manejo de
abstracciones, de conocimientos, de diversos tipos de expresión y capacidad de su
receptividad, inclusive a través del arte, etc. etc. Segundo, “la cultura vigente” es un
indicador de la posición social, y en la guardia de su estrecho círculo se encuentran una
serie de barreras, entre ellas diversos mecanismos económicos -costos de la educación,
precios de los libros y obras de arte, etc. etc.

Según Bourdieu, por principio la escuela no puede trasmitir las competencias y destrezas
en el campo de la receptividad de la cultura simbólica6. Además, la organización de la
enseñanza no contempla la iniciación en dichas competencias, las mismas que niños y
jóvenes pertenecientes a las clases privilegiadas reciben en sus casas. Consecuencia de
este estado de cosas es la brecha, de una gran mayoría de las nuevas generaciones
populares, con las posibilidades de uso de los instrumentos simbólicos que facilitan al
intelecto el dominio eficiente del mundo de las experiencias humanas. Otra de las

6
. P. Bourdieu, "Elementos de una teoría sociológica sobre la
percepción artística", Revista Internacional de Ciencias
Sociales, 1968, tomo XX, nr. 4.

50
consecuencias es la fuerte selección social, sobre todo en el acceso y culminación
eficiente de los estudios universitarios.

Mientras tanto, las clases populares son preparadas para dominar, esto es, para entrar sin
conflictos en lugares adecuados de la estructura social; lo que significa, la realización de
determinadas formas de vida, incluidas en ellas los contactos con la cultura simbólica. ¿En
qué se fundamenta dicha preparación para el dominio? ¿De qué depende el desarrollo
imperturbable del proceso de reproducción de la estructura social? La contestación a
este tipo de preguntas se vincula estrechamente con el predominio que la estructura
social ejerce sobre la cultura.

Un elemento importantísimo en la teoría de Bourdieu es el término habitus. Bourdieu,


sobre todo en sus últimos artículos, expresa que los gustos y las preferencias estéticas, las
elecciones que realiza el individuo en el campo de la cultura simbólica, se encuentran
íntimamente ligados con las preferencias en la forma de utilizar el tiempo libre, de decorar
los interiores, las preferencias en la vestimenta y las maneras de alimentarse, los
principios morales, etc. etc. Es decir, con toda la forma de vivir de una clase determinada.
Todas las esferas de actividad del individuo configuran un sistema coherente y sintonizado
con su principio referencial -el habitus de clase. El habitus desde una perspectiva
funcionalista representa un conjunto de principios profundamente internalizados, que
determina la totalidad de las prácticas del individuo, o sea su estilo de vida. El habitus
suministra también, los principios de receptividad del arte y su calificación, o sea los
gustos, lo que se manifiesta específicamente en el campo de la cultura. El habitus de clase
analizado desde una perspectiva genética es la consecuencia del proceso de socialización
del individuo, el cual nace y se educa en un determinado lugar de la estructura social,
compartiendo los chances y las limitaciones con otras personas que se encuentran en la
misma situación vivencial. Se debe añadir, que la socialización transcurre también en el
círculo de la tradición cultural del estrato o de la clase social. Frecuentemente de manera
no intencional son transmitidas, en el proceso histórico, las aspiraciones, las habilidades,
las normas de conducta, en otras palabras -la herencia cultural de la clase o del estrato. El

51
individuo asimila conjuntamente con elementos concretos de la cultura, todos los
principios generales que integran la totalidad de sus prácticas.

La reproducción social es por lo tanto, la reproducción de los habitus de clase y


consecuentemente la reproducción, tanto de las normas de ¿cómo? participar en la
cultura, como de las competencias imprescindibles para realizar ésta participación. De
esta manera quedan preservados los límites entre las culturas “vigente” y “popular”, e
igualmente las actitudes básicas de “cercanía y comprensión” y de “lejanía y
desconcierto”, que de manera propia sienten hacia el otro, los representantes de “la clase
dominante” y de la “la clase dominada”.

3.5 ESTUDIO DE CASOS: ¿AL PENSAR EL SER HUMANO LO HACE DE IGUAL FORMA?®

Sobrepasa ya el siglo de discusiones, que sobre este tema se vienen desarrollando en


especialidades, tales como la Antropología y Psicología. Discusiones que se han centrado
en la legitimación del universalismo o del relativismo psíquico: ¿Al pensar el ser humano,
lo hace de la misma manera o también en esto se diferencian?

El inicio serio de estas discusiones se remonta al siglo XIX, el siglo del evolucionismo -la
época de sir Enrique Morgan y Eduardo Tylor. Sostenían estos cientistas sociales que
todos los seres humanos en definitiva son iguales en lo que respecta a sus sentimientos, y
a sus pensamientos; sólo que se encuentran en distintos estadios de evolución.
Afirmaban que los Bosquimanos del Kalahari y los aborígenes australianos pensarían
exactamente como nosotros si se encontraran en nuestro nivel de desarrollo. Por
supuesto que las culturas occidentales las consideraban como las más avanzadas en el
desarrollo.

En los albores del siglo XX la perspectiva evolucionista de análisis empezó a ser


fuertemente cuestionada. El padre de la Antropología americana, Franz Boas consolidó la
corriente del pensamiento llamada “historismo”. Boas pensaba que cada cultura es

52
diferente y específica, y que los sentimientos y pensamientos del ser humano están
articulados con determinada cultura. Este punto de vista era un desafío oculto para la
homogeneidad psíquica. La teoría de F. Boas empezó a ganar adeptos en la antropología
americana rápidamente y muchos antropólogos se sometieron a ésta tendencia y
empezaron a desarrollaron sus propios enunciados, por ejemplo: las configuraciones de
las culturas de Ruth Benedict en su obra “Las Configuraciones de la Cultura”.

Hasta no hace mucho, existían pocos datos confiables para la argumentación del
relativismo cultural. Una de las primeras pruebas de investigación de los modelos del
pensamiento en otros pueblos, en realidad trataba no del pensamiento en sí, sino más
bien de la percepción, la realizó W.H.R. Rivers en el año 1898 durante una expedición de
Torres Strait al sur del Pacífico. La investigación de Rivers sobre la percepción visual de los
habitantes de las islas sureñas del Océano Pacífico señalaba que las ilusiones ópticas de
los aborígenes eran distintas a la de los europeos. Desde entonces los conocimientos
sobre la diferenciación cultural de la percepción se han enriquecido constantemente; por
ejemplo está demostrado que los Bosquimanos del Kalahari tienen una gran claridad y
agudeza de lo que se conoce como visión espacial7.

En otras investigaciones los resultados afirman que los africanos se diferencian por la
facilidad con que sucumben a las ilusiones ópticas, explicándose estas diferencias por el
número elevado de formas semejantes en el medio8. En otras palabras, está demostrado
que la percepción depende en cierta medida de la experiencia cultural, lo que
argumentaría seriamente al relativismo cultural en el campo de los procesos cognoscitivos
en general. Está claro, que no todas las personas ven de la misma manera y que la

7
.- P.J.Pelto, Psichological Anthropology, en: "Biennial Review
of Anthropology", ed.B.J.Siegel y A.R.Beals, Stanford 1967,
pág.140-208.
8
.- G.W.Allport y T.F.Pettigrew, Cultural influences on the
Perception of Movement: The Trapezoidal Illusion among the Zulus,
"Journal of Abnormal Psychology", t.LV,nr 1, 1957, pág. 104-113,
y M.H.Segall, D.T.Campbell y M.J.Herskovits, The Influence of
Culture on Visual Perception, Indianapolis 1966.

53
manera de mirar depende de la cultura. ¿Podríamos estos resultados extrapolarlos a la
manera de entender, de clasificar y a la manera de sentir?

Ciertos indicios que reforzaban el relativismo cultural del pensamiento los creó la
psicología. Piaget y sus colaboradores genoveses demostraron que el pensamiento de los
niños se diferencia del pensamiento de los adultos. Cuando por ejemplo un niño
reflexiona sobre el tema constancia del peso, los procesos del pensamiento se desarrollan
en él de una manera diferente a la de los adultos en la misma situación9. Es así como
Piaget, demostrando claramente las diferencias en el pensamiento, en los distintos grupos
etarios, dejó un camino libre para las diferencias culturales.

La Lingüística, igualmente ha aportado criterios valiosos para aclarar esta controversia. La


conocida hipótesis de B. L. Whorf -lingüista- sostenía que los distintos grupos de lenguas,
de una manera distinta perciben y entienden la realidad, y que la estructura cognoscitiva
del individuo está constituida por el idioma de su grupo10. Dicho de otra manera, la gente
piensa NO de igual forma, y las diferencias existentes quedan en una estrecha relación de
causa con su lengua nativa. Para Whorf, la lengua es una forma, una matriz en la cual se
introducen los pensamientos.

La hipótesis de Whorf se confirma hasta cierto punto en las investigaciones de la


Antropología Cognoscitiva, pero no de una manera contundente en su totalidad. Se ha
verificado sin lugar a dudas, que las lenguas de los diferentes grupos reflejan el
procedimiento en el cual sus miembros categorizan al mundo. Los esquimales p.ej. tienen
cuatro (4) distintas palabras para señalar “la nieve”, alguien que no sea esquimal y trata
de aprender su idioma, no puede conformarse con una sola palabra, tiene por fuerza que
aprender una palabra individual para señalar: la nieve que cae, la nieve que descansa en la

9
.- Transcultural Studies in Cognition, red. A.K.Romney y
R.G.D'Andrade, "American Anthropologist",t.LXVI,nr.3,1964.
10
.- B.L.Whorf, Science and Linguistics, en: Language,Thought
and Reality, ed. J.B.Carroll, Cambrigde 1957.

54
tierra, la nieve que cae con fuerza inclinadamente y la nieve que es empujada por el
viento. Sí alguien desea conversar con un esquimal acerca de la nieve, tiene que crear
nuevas categorías del pensamiento. Para los esquimales la nieve es muy importante y
éste significado lo expresa la lengua11.

Las pruebas recopiladas en varias investigaciones antropológicas dan luces sobre si la


gente piensa de igual manera. Así por ejemplo, en las Filipinas vive una comunidad
llamada Hanunoo. Sus miembros diferencian solamente cuatro colores: mabiru, malagiti,
marara y malatuy. Marara abarca nuestro rojo, anaranjado, amarillo y castaño. Si se le
muestra a algún Hanunoo dos camisas -roja y amarilla, dirá él, que ambas son marara. Si
acaso insistimos, podría agregar, que la primera es “más marara” y la segunda “pálido
marara”, pero de cualquier lado que se las mire, las dos camisas serán marara12

Otro ejemplo nos brindan los Dani de Nueva Guinea, quienes cuentan solamente hasta
dos. Cuando un miembro de la tribu desea verificar si no se le ha perdido un chivo, las
cuenta llamándolas por sus nombres, si falta un chivo de cierto nombre significa que se ha
perdido. No existe aquí la cuenta numérica. Los Dani no dejan de ser inteligentes porque
sólo cuentan hasta dos. Es confirmado que poseen una memoria excelente y una gran
capacidad de aprendizaje. Lo que sucede es que ellos categorizan al mundo de otra
manera que nosotros y su mundo no contiene otros números que uno, dos y muchos13.

Este tipo de investigaciones conjuntamente con investigaciones del campo de la


percepción, la psicología y la lingüística conducen a resultados similares que las personas
piensan de manera distinta. I no son diferencias superficiales, ya que tratan de cuestiones

11
.- Otro ejemplo interesante se encuentra en: C.O.Frake,The
Diagnosis of Disease Among the Subanun of Mindanao, "American
Anthropologist",t.LXIII,1961,pág.113-132.
12
.- H.Conklin, Hanunoo Colour Cathegories,"Southwest Journal
of Anthropology",t.XI,1955,339-344.
13
.- R.G.D'Andrade y E.R.Heider, "Personal Conmunication",1969.

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básicas, como son los colores y los números. De aquí resulta que estas diferencias tienen
lugar en todos los niveles del pensamiento.

El hecho que las personas no piensen de igual manera, concuerda con nuestra subjetiva
percepción del mundo. Desde hace mucho tiempo son conocidas las diferencias
superficiales entre las personas, p.ej. la vestimenta. Los viajeros fácilmente se convencen
de la diversidad de costumbres en los pueblos -en las islas Fidzi el respeto hacia las
personas mayores se lo expresa no de pie, sino sentándose. En niveles más profundos de
análisis nos damos cuenta que la cultura condiciona los gustos y preferencias. Las culturas
se diferencian en los modelos de atracción sexual respecto a la forma de los ojos y orejas,
el grosor del tejido adiposo de la piel, el tamaño de los senos y la cadera, etc. etc.14. Las
formas estéticas y artísticas representan también una expresión de las diferencias
culturales. Por ejemplo, la arquería japonesa es más una disciplina del arte, antes que una
del deporte, ya que no tiene significado si la flecha alcanza el blanco o no. Desde un punto
de vista de la cultura occidental esto es algo incomprensible.

Las nociones, los valores, la concepción del tiempo, el razonamiento causa-efecto, todo
esto es condicionado culturalmente. Los indios Navajo sienten vergüenza en situaciones,
en las cuales nosotros sentimos culpa. Estas diferencias las encontramos en todos los
niveles del pensamiento. Son ellas una expresión de la amplia diferenciación cultural en el
campo de las prácticas educativas, las cuales tienen la responsabilidad de transmitir la
cultura15.

Walter Goldschmidt conceptualiza este punto de vista de la siguiente manera:”La


antropología nos ha enseñado que la percepción del mundo en distintos lugares es
diversa. Es algo más que una diferencia en las costumbres; es algo más que la creencia en

14
.- Un listado de elementos de atracción sexual se encuentra
en:C.S.Ford y F.A.Beach,"Patterns of Social Behavior",New York
1951.
15
.- J.W.Whiting y I.L.Child, "Child Training and Personality:
A cross-Cultural Study", New Haven 1953.

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distintos dioses o la espera de distinta suerte, después de la muerte. Se trata sobre todo
que diversos pueblos tengan su propio, particularmente construido mundo. Las
diferencias alcanzan lo más profundo de las premisas metafísicas. De otra manera que en
nuestro mundo, el espacio no se somete a la geometría de Euclides, el tiempo no tiene un
avance permanente y unidireccional, la causa no tiene correlación con la lógica de
Aristóteles, no se realizan diferencias entre las categorías hombre - nohombre, no existen
límites entre la vida y la muerte.”16.

Parecería que de aquí, existe solo un pequeño paso lógico para que los terapeutas
entiendan las consecuencias de las diferencias descritas. Sin embargo, ésta “ampliación”
del horizonte intelectual no se da con frecuencia. Tres son las causas de este estado de
cosas. Primero, estamos contagiados con buenas intenciones de un falso
internacionalismo; queremos que todas las personas piensen igual, y nuestra percepción
de ellos se desarrolla de acuerdo con este deseo. La falta de discernimiento sobre las
diferencias de hecho, en el pensamiento de los diversos grupos humanos, a la larga es un
obstáculo en la coronación de los objetivos internacionales comunes.

Una segunda causa está relacionada con el etnocentrismo. No tenemos un panorama


claro de nuestras propias nociones y valores asimilados culturalmente. Viven en nosotros
callada e inconscientemente, creando un sistema de referencia para opiniones
calificativas, aunque nunca son ellas objeto de tales juicios. En el rol de terapeutas se
acepta por ejemplo, la independencia y el sentimiento de responsabilidad como uno de
los objetivos esenciales de la terapia, aunque raras veces tenemos presente, que son
valores aprendidos de la cultura y que otras personas pueden no darles importancia17.
Freud nos ha enseñado, que las relaciones de infancia con nuestros padres desempeñan
un inmenso rol en la configuración inconsciente de la matriz de nuestras futuras

16
.- W.Goldschmidt en el Prefacio de:C.Castañeda, "The
Teachings of Don Juan: A Yaqui Way of Knowledge",New York 1969.
17
.- Un análisis de éste tópico realiza J.Henry, The Inner
Experience of Culture, "Psychiatry",t.XIV,1951, pág.87-103.

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interacciones con las personas. Hay que igualmente de una manera enfática agregar, que
las nociones y valores asimilados por intermedio de la cultura, representan una matriz
inconsciente de nociones y valores que se configuraran más tarde. Si entendemos estos
meandros culturales, entonces estaremos conscientes de lo fuertemente que estamos
unidos con nuestra propia cultura como terapeutas.

La tercera fuerza que actúa contra el reconocimiento del relativismo cognoscitivo está
representada por los adeptos del universalismo cognoscitivo. Dichos científicos niegan la
existencia de diferencias en el pensamiento humano. La mayoría de sus trabajos se
fundamentan en la teoría de la comunicación y en las matemáticas, exponen al cerebro
humano como un computador complicado. Los computadores se pueden diferenciar por
el color o su forma, pero su funcionamiento está sujeto al mismo proceso, razón por la
cual son idénticos. Como argumento irrefutable a favor del universalismo cognoscitivo se
presentan complicadas investigaciones de las relaciones de parentesco llevadas a cabo
con la ayuda del análisis de sintaxis y el análisis de palabras utilizando el método de la
diferenciación semántica.

Esta incongruencia de juicios entre los defensores del universalismo y los defensores del
relativismo cognoscitivo se puede explicar argumentando que se trata de dos órdenes
distintos de abstracción. Las pruebas acumuladas demuestran la existencia de diferencias
en el campo epistemológico entre los diversos grupos humanos. Este relativismo
cognoscitivo trata en primer término del contenido del pensamiento. Desde otro ángulo
no excluye un universalismo más profundo, pero un universalismo en la esfera de los
procesos del pensamiento. Tenemos por lo tanto, dos órdenes distintos de abstracción. El
universalismo de los procesos del pensamiento se puede argumentar, señalando que el
número de las posibles reacciones del cerebro humano es física y matemáticamente
limitado. Por ejemplo en un estado de fuerte perturbación de naturaleza química o
psicológica, el cerebro responde invariablemente con alucinaciones. El proceso de
alucinación es universal. El cerebro no puede disolverse ni generar nubes azules como
señal, que se encuentra en peligro; tiene que alucinar. En lo que se refiere al contenido de

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las alucinaciones, éste es muy variado y en gran medida depende de la cultura y de los
conflictos individuales. Para los terapeutas el contenido del pensamiento es esencial. En
las conversaciones con los pacientes, el contenido, es el material de reflexión sobre la
esencia de las perturbaciones y es el objeto de las interpretaciones. Inclusive si detrás de
él se encuentra la homogeneidad de los procesos del pensamiento, para la psicoterapia
tiene un valor secundario.

®Traducido por Javier Defranc L. «E. FULLER TORREY - “CZAROWNICY I PSYCHIATRZY”.


Warszawa 1981. Título original – “The Mind game Witchdoctors and Psychiatrists”».

JIMMY Firmado
digitalmente por
JAVIER JIMMY JAVIER
DEFRANC DEFRANC LEON
Fecha: 2020.10.23
LEON 11:19:58 -05'00'

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