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Esquizofrenia 1
Esquizofrenia 1
Las personas que tienen una enfermedad mental tienen afectado su tono afectivo, su
conducta y la manera en que se comunican con otras personas. Estamos más preparados
para aceptar y comprender el caso de las enfermedades físicas. Otros elementos que
tienden a confundir son que estos trastornos no tienen una causa o causas conocidas o
fáciles de reconocer, varían de una persona a otra y su tratamiento también es confuso.
Se podría considerar psíquicamente normal todo aquel que se comporte y actúe como la
mayoría de las personas de su entorno, si alguien no se comporta como la mayoría de
las personas se dice que es enfermo. Desde la perspectiva médica un desorden mental
sería aquel comportamiento desadaptado que no llaga a ningún resultado concreto, que
se aparta de la realidad. Desde el punto de vista social un enfermo mental no se ajustaría
a su entorno.
Sin embargo Bleuler observó que no era así en todos los casos y consideró más
apropiado dar el nombre de esquizofrenia como una escisión en la asociación de ideas o
como una retirada de la realidad y la vida social. El término de esquizofrenia en sí
significa " mente partida ".
La edad de aparición está comprendida entre los 15 y los 45 años, aunque suelen
comenzar al final de la adolescencia, también hay casos de aparición en la infancia, que
suelen enmascararse con problemas escolares o mal comportamiento.
Es muy importante no olvidar que la persona que tiene una esquizofrenia no puede
explicar lo que le está sucediendo, tiene miedo de hacerlo o de creer que está enfermo y
por lo tanto no pedirá ayuda ni se quejará en la mayoría de los casos de lo que le sucede.
Por todo esto la mayor parte de ellos y sobre todo al comienzo de la enfermedad no
aceptan tomar medicación ni acudir al especialista.
Se llaman síntomas a aquellas manifestaciones del sujeto que anuncian una anomalía o
enfermedad. Serían síntomas los dolores, las inflamaciones, los cambios de ritmos
biológicos. El problema de la esquizofrenia es que la mayoría de los síntomas son
subjetivos, dependen de lo que el paciente refiera. Hay dos tipos de síntomas en la
esquizofrenia:
Síntomas negativos: son aquellas cosas que el paciente deja de hacer y que los
individuos sanos pueden realizar cotidianamente, como pensar con fluidez y con lógica,
experimentar sentimientos hacia otras personas, tener voluntad para levantarse cada día.
Síntomas positivos: el esquema de los síntomas positivos es el siguiente: pueden estar
en otros trastornos.
Síntomas negativos:
En la esquizofrenia también hay otra serie de síntomas, menos alarmantes pero que se
suelen confundir como signos de pereza o de mal comportamiento, son los llamados
síntomas negativos como por ejemplo, la apatía, la falta de energía, la falta de placer,
insociabilidad, etc., los cuales deben ser tratados en la misma medida que los síntomas
activos o positivos.
Todos estos síntomas afectan a todos los ámbitos: social, laboral, familiar. En algunos
aspectos el enfermo esquizofrénico tiene menos capacidad de acción que una persona
sana. Estas deficiencias las llamamos síntomas negativos.
Se pueden ver estos síntomas antes de que aparezcan las alucinaciones y los delirios,
pero en su forma más clara se manifiestan sólo después de la desaparición de los
síntomas positivos. Hablaríamos de la fase residual de la enfermedad.
Hay que subrayar que no todas las personas que sufren de esquizofrenia tienen estos
impedimentos o síntomas. Alrededor de una tercera parte de los enfermos no lo tienen
en absoluto o de manera tan poco acentuada que apenas le molestan en la vida cotidiana.
Síntomas Negativos
2º fase activa: es la fase donde se desencadena la enfermedad, son los llamados brotes o
crisis, los síntomas que se producen son los positivos, alucinaciones, delirios, trastornos
del pensamiento... es en la fase en la cual la familia se alarma y suele pedir ayuda
médica. Estas crisis pueden brotar repentinamente y desarrollar el cuadro completo en
unos días. En otros casos el comienzo de la enfermedad puede producirse muy
lentamente y de forma desapercibida. La duración de los brotes varía según la persona y
puede extenderse desde unas semanas hasta un año. Un mismo enfermo suele tener
brotes de duraciones parecidas. Lo mismo ocurre con los intervalos entre brotes, según
las características de las persona puede oscilar entre meses y varios años y son
generalmente de la misma duración en una misma persona.
3ª fase residual: no la sufren todos los enfermos, en esta fase los síntomas negativos
llegan a su culmen y el deterioro personal, social y laboral es grave.
Teoría de los tres tercios: 1/3 se recupera, 1/3 sigue teniendo ciertas limitaciones
después de un brote. , 1/3 curso grave de la enfermedad y no pueden vivir de forma
autónoma.
1: Modelo vulnerabilidad-estrés
Se supone que existe una especial vulnerabilidad psíquica para que pueda producirse
una esquizofrenia. La primera responsabilidad se debe a determinadas condiciones
hereditarias. Se sabe que en algunas familias las esquizofrenias son frecuentes, mientras
que en otras no. Debido a esta predisposición una persona puede ser vulnerable a sufrir
la enfermedad pero esto no es una condición ecuánime para desarrollarla. Como
desencadenante de la enfermedad debe sumarse una carga emocional especial (estrés).
Los síntomas patológicos de la esquizofrenia deben entenderse como un intento de
escapar de alguna manera a esta carga excesiva.
Hay que mencionar la existencia de otros modelos médicos como por ejemplo: el
modelo genético, neuroquímica, alteraciones cerebrales, alteraciones funcionales,
electrofisilógicas y neuropsicológicas, complicaciones en el parto , infecciones por
virus.
Se distingue dos grandes grupos de ap: los llamados clásicos o típicos que se
caracterizan por bloquear los receptores dopaminérgicos d2, son muy eficaces en los
síntomas positivos, pero provocan bastantes efectos secundarios y los atípicos que
actúan sobre receptores serotoninérgicos, produciendo menos efectos secundarios y
siendo más eficaces en los síntomas negativos.
Del mismo modo que los afectados pueden reaccionar en cada caso de manera muy
diferente a situaciones de la vida, también varían mucho las reacciones a los
neurolépticos. Los enfermos responden de maneras muy diversas al tratamiento y en
ocasiones se pueden producir efectos secundarios más leves o más fuertes.
Distinguimos entre los efectos secundarios que aparecen en la primera fase del
tratamiento con neurolépticos y los efectos secundarios de éstos en casos de medicación
de larga duración. La mayoría de los efectos secundarios aparecen en las primeras
semanas del tratamiento. Hay que mencionar especialmente el cansancio, la sequedad
de boca, los mareos y el aturdimiento, los trastornos circulatorios y de la vista,
estreñimiento y dificultades para orinar.
Algunos otros efectos secundarios pueden mantenerse por un tiempo más largo o
incluso comenzar más tarde. Todos los efectos secundarios están descritos en los
papeles de instrucción incluidos en las cajetillas de los medicamentos. A menudo, estas
descripciones causan una profunda inseguridad a los afectados y sus familiares, por lo
que es muy importante darles informaciones precisas.
Otros efectos secundarios que pueden aparecer son: espasmos musculares, síndrome de
parkinson producido por la medicación, Acatisia, discinesias tardías, los neurolépticos
aumentan la sensibilidad a la luz solar, Aumento de peso, Limitaciones en el ámbito
sexual: a ellas pertenece la pérdida de excitabilidad normal. Pero algunos medicamentos
también pueden provocar lo contrario, es decir una excitación constante. Para las
mujeres es especialmente tener en cuenta que la toma de neurolépticos lleva a
irregularidades en la menstruación o incluso a amenorreas.
Hay que mencionar que existen contrarestantes para radicar los efectos secundarios,
además la terapia farmacológica, para el tratamiento de la esquizofrenia no se basa
únicamente en antipsicóticos, estos suelen ir acompañados de antidepresivos,
ansioliticos, estabilizadores del humor.
Educación para la salud: fomentar la salud como un bien que se puede obtener
activamente. se trabaja mediante módulos, los cuales son: Sexualidad, alimentación,
sueño, prevención de la ansiedad, autoestima y autoimagen, capacidades cognitivas.
Orientación y tutoría: orientar y aconsejar acerca de cualquier duda problema que
presente el usuario y no pueda ser tratado desde los programas elaborados en el ámbito
grupal, evaluar la consecución de los objetivos previamente marcados para usuario.
Como he comentado al principio, todos los puntos aquí expuestos necesitarian más
palabras y tiempo para desarrollarlos al completo, pero creo que con lo aquí dicho
podemos hacernos un esquema general de esta enfermedad que por desgracia y a pesar
de todos los avances científicos realizados, marca y cambia la vida de muchas personas
que la sufren, porque la padecen o bien porque su hijo, su mujer, su padre o madre
empezaron un día a escuchar voces.