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Arte Virreinal

2. El Arte del Siglo XVI en la


Nueva España

Docente: Mtra. Adriana G. Alonso Rivera

Actividad 2

Alumno: Enrique Villegas Ocampo

Fecha: 28 de noviembre de 2021


1. Responda a las siguientes preguntas siguiendo la lección correspondiente
a este módulo, así como la lectura “La pintura mural durante el virreinato” de
Elena Isabel Estrada de Gerlero.

A) ¿En qué años arribaron a la Nueva España las primeras tres órdenes religiosas
durante el siglo XVI?
Las primeras órdenes mendicantes llegaron al continente americano en el siglo XVI.
La primera orden fue la de los Franciscanos en 1524, la segunda fue la de los
Dominicos en 1526 y la última orden en llegar fue la de los Agustinos en 1533.

B) Describa los principales elementos relacionados con el carisma espiritual de cada


una de estas tres órdenes.
Franciscanos
La espiritualidad de los franciscanos se puede encontrar resumida en las palabras
de su fundador, San Francisco: "La Regla y vida de los Hermanos Menores es ésta:
observar el santo Evangelio de nuestro Señor Jesucristo, viviendo en obediencia,
sin nada propio y en castidad". Esta orden es reconocible por sus hábitos
característicos: túnica talar de mangas anchas sujeta a la cintura por un cordón que
simboliza el voto de castidad, recordando también su voto de pobreza. Los
franciscanos están llamados a conservar el espíritu de la santa oración y devoción
sobre todas las demás cosas o actividades, que deben realizarse fiel y devotamente.
La pobreza, al contrario que en las ordenes precedentes, debe ser absoluta,
individual y colectiva.

Dominicos
También conocida como la Orden de los Predicadores, fue fundada por Domingo
de Guzmán en Toulouse durante la cruzada albigense y confirmada por el papa
Honorio III el 22 de diciembre de 1216. Al igual que los franciscanos, su labor fue
eminentemente evangelizadora. El nombre de la orden proviene de un sueño que
tuvo la madre del fundador en el que un perro llevaba en el hocico una antorcha, lo
cual interpretó como que el hijo que llevaba en sus entrañas era portador de la “luz
de Dios”. Esta orden se distinguió por su amplia labor entre los indígenas de Oaxaca
y Morelos. Particularmente, se reconoce la labor de personajes como Bartolomé de
las Casas por su contribución temprana a la defensa de los derechos humanos.

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Agustinos
Esta orden mendicante promueve una forma de vivir basada en la interioridad y la
austeridad. La “Forma de Vivir”, redactada por Fray Luis de León, fue aprobada por
el definitorio provincial en septiembre de 1589 y, ocho años más tarde, obtuvo la
confirmación pontificia. El hábito característico de los agustinos es de color negro,
de amplias mangas, con capillo y esclavina. Los monasterios se fundamentan en la
Regla de San Agustín, que data del siglo IV d.C., en la que se regulan las horas
canónicas, las tareas de los monjes, la moral y el estilo de vida ascético para la
purificación del espíritu, la práctica de la abstinencia y el rechazo de los placeres
materiales. Habitan en monasterios despojados de sus bienes y propiedades,
compartiendo únicamente con sus hermanos en igualdad de condiciones.

C) Mencione a quiénes se les tribuye el patrocinio de la erección y decoración de


los primeros monasterios del siglo XVI en la Nueva España.
Sorprendentemente, le erección y decoración de los primeros monasterios del
período colonial fue patrocinado en lo esencial por caciques, es decir, jefes
indígenas, provenientes en buena medida de la élite, quienes pudieron conservar
un cierto poder en el nuevo régimen, pero también por los frailes europeos.

D) Mencione cómo se llamó la primera escuela de artes mecánicas fundada por los
frailes franciscanos en la Nueva España.
La primera escuela fue fundada en 1529 por los frailes Pedro de Gante junto con
Johann Van den Auwera (Juan de Aora) y Johann Dekkers (Juan de Tecto), la cual
fue una capilla en primera instancia y a la que se llamó San José de los Naturales,
una expresión paternal del patronazgo de San José sobre los indios.

E) Enuncie algunas de las actividades que se enseñaron en dicho centro.


En San José de los Naturales se enseñaron artes y oficios manuales, desde la
fabricación de calzado y bordado, hasta la yesería y la carpintería. Pero también fue
un centro en donde se formaron otro tipo de artesanos como alarifes, escultores,
pintores, doradores, plumistas y herreros que trabajaron bajo supervisión de los
conquistadores y quienes crearon y participaron en innumerables obras de arte de
la época.

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F) ¿A qué se le conoce como programa pictórico?
El programa pictórico es un diseño o un plan en el que se establece el tipo y la
secuencia de imágenes que contendrá un determinado recinto. Por ejemplo, un
convento tiene un sentido simbólico-litúrgico particular, así que la temática del
conjunto de imágenes tendrá que ir de acuerdo con ese sentido.

G) Mencione al menos tres temas presentes en la iconografía de la pintura mural


conventual del siglo XVI.
Siguiendo con el mismo orden de ideas, algunos claustros corresponden
simbólicamente al paraíso y a la vida monacal, entonces los temas pictóricos
correspondientes son los de la Vida y Pasión de Cristo como en Tetela del Volcán.
Otros temas adecuados son los árboles genealógicos de las diversas órdenes o los
ciclos de la vida de los santos fundadores como en Cholula, y los martirologios como
en Culhuacán.

H) Enliste siete conventos ubicados a las faldas del volcán Popocatépetl y añada a
qué orden religiosa pertenece cada uno.

1. San Miguel Arcángel, Huejotzingo Franciscano


2. Asunción de Nuestra Señora, Tochimilco Franciscano
3. San Juan Bautista, Yecapixtla Franciscano
4. San Juan Bautista, Tetela del Volcán Dominico
5. La Natividad, Tepoztlán Dominico
6. San Mateo, Atlatlahucan Agustino
7. Inmaculada Concepción Agustino

I) Enuncie tres aspectos básicos del tratamiento de las techumbres en la pintura


mural conventual del Siglo XVI.
Al principio, por razones de humildad y de economía, las techumbres estaban
formadas por maderamen.
Con referencia al tipo, los techos de terrado con artesonado fueron utilizados junto
con bóvedas de cañón o nervaduras de origen gótico. La variedad de diseños fue
muy amplia, por ejemplo, la decoración policroma fitomorfa de los templos agustinos

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como la bóveda de la capilla mayor de Itzmiquilpan. El sotocoro de Tecamachalco
es un caso único de tratamiento de techumbre nervada por medio de pintura, en
donde se representa un ciclo de carácter bíblico, mediante la técnica de papeles
pintados y adheridos a los plementos. Las bóvedas de cañón fueron frecuentemente
decoradas con diseños que simulaban nervaduras góticas.
Un aspecto que complementa la decoración de las bóvedas es la decoración de los
guardapolvos, cuya ubicación los hace vulnerables al desgaste. La decoración sigue
el modelo europeo, pero ejecutados con otros materiales y técnicas, simulando
recubrimientos de mármol, azulejo, taracea, entre otros. Los agustinos tuvieron
predilección por los guardapolvos más elaborados.
Finalmente, las cenefas estuvieron presentes en guardapolvos, arranques de
bóvedas, secciones superiores de muros, entornos de ventanas, hornacinas y
arcos. Se caracterizaron por su variedad. Los motivos más comunes son la cardina
y las simbólicas de las órdenes religiosas. Destacan los de carácter epigráfico a
manera de friso. Los agustinos son quienes más los utilizaron.

J) ¿Cuál fue la influencia del grabado europeo en la pintura mural?


El grabado europeo tuvo influencia en el desarrollo de una técnica lineal y
bidimensional, así como en la repetición de ciertos temas en la pintura mural. Pero
también inspiró las sargas intercambiables de carácter didáctico que los misioneros
utilizaron para impartir temas doctrinales, de tal forma que la enseñanza fuera más
clara y sencilla para los indígenas. Tiempo después, dichos temas se reprodujeron
en los muros de las capillas abiertas y las porterías conventuales donde se impartía
la doctrina.

Bibliografía
Estrada de Gerlero, Elena Isabel. "La Pintura Mural durante el Virreinato." En Muros,
Sargas y papeles. Imagen de lo sagrado y lo profano en el arte novohispano del
siglo XVI. México: Universidad Nacional Autónoma de México, 2010, pp. 529-562.

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