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Texto: Sonia Quiroga | Arte: Cristina Alvarez J. quieras.
para la miel. trabajar, y comerás toda la miel que –¿Por qué? –preguntó Cuqui.
ese día trabajó alegre reuniendo polen Anda, vuelve a tu colmena. Allí podrás
–Cuqui, ¿sabes por qué estás triste?
Muy contenta se fue a su hogar. Desde gusta que seamos flojos –dijo Tornasol–.
–Dios quiere que trabajemos. No le colmena. La linda mariposa le dijo:
Quería ser una abeja trabajadora.
trabajar y que se había escapado de su
ahora quería ser como las demás abejas. sabía que en la Biblia habla del trabajo.
Cuqui le contó que no le gustaba
Cuqui no había pensado en eso. Pero Cuqui miró sorprendido a su amiga. No
Era su amiga, la mariposa Tornasol.
Tornasol, Cuqui se secó las lágrimas. no quiere trabajar, que tampoco coma.
Al escuchar las palabras de su amiga do a Dios. En la Biblia dice que si alguno –Cuqui, ¿por qué lloras?
Tornasol le dijo que había desobedeci-
De pronto se escuchó una linda voz.
y se puso a llorar.
Muy triste, Cuqui se sentó en una hojita
Como Cuqui no quería trabajar, se dur-
mió en los pétalos de una flor. ¡Qué lindo
le pareció dormir y no trabajar!
Después de horas se despertó.
–Uff, no quiero ir a la colmena. Allá
todos son tontos; trabajan mucho.
Luego Cuqui tuvo una idea. Decidió es-
caparse de la colmena. Dejó su canastita
de polen, y…¡se fue!
Cuqui estaba feliz. Volando de flor en
–¡Al fin estoy libre! –dijo, muy contenta. flor conocía muchos lugares. Pero llegó
Cuqui vivia en una colmena prendida Cuqui era una abeja gordezuela. A ella la tarde y empezó a tener hambre.
de un árbol jacaranda. Todas las abejitas no le gustaba trabajar.
¡Ay, me duele mi barriguita! ¡Qué ham-
tenian trabajos que hacer. Las abejas ob- –¡Es muy aburrido trabajar! –protestaba. bre tengo!
reras, muy presurosas, corrían a recoger
sus canastas para ir en busca del dorado –¡Vamos, Cuqui! Recoge tu canasta para La abeja haragana fue de colmena en
polen. traer polen –le decían sus amigas. colmena, para ver si le podían invitar un
poquito de miel. Pero nadie le quiso dar
Todo era bullicio. ¡Qué apuradas esta- De mala gana Cuqui tomó su canasta y nada.
ban! Todas las abejas se sentían felices fue con las abejas obreras para recoger
de trabajar; todas… menos Cuqui. el polen. –Vete a tu colmena, floja –le decían.
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