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Alfonso García García

Literatura mundiales
2020
Fang Fang o la crítica a la condescendencia

Es una tendencia de las figuras públicas de nuestro tiempo que cuando existe una dificultad o
desgracia salgan con sus voces y banderitas. Suelen utilizar palabras como “unión”,
“resiliencia” o “resistencia” que van perdiendo su valor poco a poco. También tenemos otras
figuras que se esconden tras las redes sociales, lanzan sus críticas lacerantes con un pequeño
grupo de esbirros que celebran sus opiniones, pero sin que estas entren en un debate público
que trascienda de los tweets o los posts. Estos fenómenos son permitidos por una especie de
“libertad” de no temer a insultar al gobierno o a una clase social en el mal llamado
“occidente”, cosa que cambia radicalmente si hablamos de otras partes del mundo.
China es uno de esos países donde estas opiniones en las redes o las condescendencias son
miradas con cuidado por los poderosos. Dentro de estas culturas, porque hablar de China es
hablar de una heterogeneidad problemática donde no todas las expresiones son valoradas e
incluso son invisibilizadas, hay mucho más control al respecto de lo que las figuras públicas
digan al respecto de un tema. Por ende, es necesario rescatar aquellas expresiones que se
salen del discurso concebido como “necesario” en donde entra la escritura de nuestra autora.
Para ver lo que nos tiene que decir Fang Fang, haremos un pequeño recorrido por la biografía
de la autora, para luego concentrarnos en la recepción y el análisis de fragmentos de su última
obra ​Diario de Wuhan ​(2020) que retrata los primeros sesenta días de la pandemia del
coronavirus.

Fang Fang, pseudónimo de Wang Fang, es una escritora china contemporánea que destaca
por varias razones, pero yo en este trabajo quiero rescatar dos en específico. La primera
razón, es una escritora con una prolífica producción literaria, tienen una gran cantidad de
novelas y poemas pero, el punto no es decir que ha escrito mucho, sino que el esfuerzo de
largos años logró que creara una gran novela llamada ​Feng Jing ​y que en el 2010 ganara el
prestigioso premio Lu Xun a una de las mejores novelas. La segunda razón es que, gracias a
toda su trayectoria, ha usado su voz para criticar los procesos políticos corruptos en China,
señalar lo que sucede con la pobreza y por sobre todas las cosas luchar contra la censura. Este
uno de los grandes males que suelen tener aquellos que no se conforman con algún régimen y
que con su palabra intentan luchar contra las injusticias cuando las acciones son imposibles.
Ya que para luchar críticamente contra regímenes se necesitan voces y acciones, pero cuando
las acciones llevan a la muerte, las voces deben seguir denunciando y más cuando la persona
es una voz reconocida como la de Fang Fang que, arriesgando su propia vida, denuncia los
males como los veremos más adelante en la novela que vamos a comentar.
Una pregunta que podría hacer el lector es por qué no se comentó su novela más famosa, yo
respondo que ​Diario de Wuhan ​muestra un fenómeno de recepción muy interesante y que nos
apela como seres humanos, ya que todos hemos vivido la pandemia de distintas maneras. Este
diario ha causado reacciones tanto positivas como negativas, por el hecho de que muestra una
serie de consideraciones que es necesario recalcar.
Este “diario” publicado virtualmente por la autora, no radica en los típicos sentimientos de
encierro que ya son lugares comunes, sino que es una serie de fuertes consideraciones críticas
al respecto de lo que estaba sucediendo en Wuhan, señalamientos al gobierno Chino y a las
clases poderosas que solo muestran negligencias. Estas valientes declaraciones han hecho que
la escritora sufra críticas y amenazas por un fenómeno relativo nuevo llamado
cibernacionalismo. Este término está presente en las redes sociales y en los blogs, donde los
usuarios a favor de esta medida, se dedican a acrecentar el odio hacía a aquellos que estén en
contra de un partido político, construyendo propaganda hacía ese mismo partido o para que el
discurso xenofobo sea tendencia .

Por ello, el trabajo de Fang Fang ha sido atacado por estas esferas cibernacionalistas chinas,
con las típicas acusaciones que se le hacen a las voces críticas como: traidora, mentirosa y
que vende los intereses de China a occidente y especialmente a los Estados Unidos. Estos
ataques hacia la voz de la autora muestran que la libertad de expresarse está vigilada, los
famosos censores están pendientes de aquellas voces que difieren. Haciendo que sea atacada
por esta inmensa ola de nacionalismos virtuales, que nos hace poner un ojo en el trabajo de
Fang Fang porque, pese a la censura, alza su voz . Así como lo expresa de forma acertada el
portal de noticias Global Times.

En una nación donde las autoridades usan la tecnología para monitorear de


cerca a los ciudadanos y controlar estrictamente los medios de comunicación,
los escritores a menudo se autocensuran. Sin embargo, la cruda realidad de
esta devastadora situación lleva a Fang Fang a hablar con valentía contra la
injusticia social, la corrupción, el abuso y los problemas políticos sistémicos
que impidieron la respuesta a la epidemia, dice. (Siqui, 2020)
Como vemos en la cita, la obra de Fang no es únicamente un grito en contra de las injusticias
alrededor de los manejos en la pandemia, sino que es una clara voz en contra de la censura. El
tema del sensor ha sido trabajado a lo largo de la historia de la literatura, solo es que veamos
obras latinoamericanas del siglo XX para que nos demos cuenta de lo que es este terrible
llamado al silencio. Sin embargo, ahora estamos hablando del siglo XXI, donde
supuestamente este fenómeno se acabó, pero con el caso de Fang Fang que tiene que
enfrentar la censura y el miedo a ser atacada, nosotros como lectores tenemos que leerla y
buscar a esas voces que hablan pese al silencio, para que no sean borradas y calladas como se
ha tratado de hacer con la escritura de la autora. Por consiguiente, veamos su testimonio,
analicemos los fragmentos que sean más relevantes y que muestren sus puntos de vista
críticos, estos que llevaron a que su diario causara tanto revuelo entre los lectores.
Situémonos en el 26 de Enero de este año desde los ojos de la autora del ​Diario de Wuhan.

Este día comienza con una larga narración al respecto de cómo ha sido para ella los primeros
meses en medio de la cuarentena estricta. Construye un gran entramado de cómo y en dónde
se encontraban sus seres queridos que, para la fortuna de ella, estaban bien. Definir estas
primeras páginas de la entrada de aquel 26 de Enero, son como un despiste en la narración, el
inicio de una gradación que empieza con lo más digerible, el alivio de que no estén muriendo
sus seres queridos. Pero el tono de la narración se oscurece cuando ella empieza a contar los
hechos malos. Fang Fang narra que al papá de uno de los mejores amigos de su hija se había
contagiado y que, en el momento que definiría su vida, una negligencia médica lo mató en un
santiamén; también con respecto al contagio de dos amigos de Fang, que vivían en el
complejo de viviendas de la Federación Provincial de Artes y Literatura donde ella vivía,
prácticamente sentía que la muerte le respiraba en la nuca. La gradación alcanza el tono
crítico en las últimas páginas de la entrada de ese día.
En estas últimas páginas hay una extensa crítica hacía los funcionarios del gobierno en
Wuhan, pero no se limita a decir que solo es culpa de la ciudad, sino que si esta epidemia
hubiese sucedido en cualquier otra parte de China el desenlace hubiese sido el mismo, ya que

Durante las primeras etapas del brote, esos funcionarios de Wuhan no se


tomaron el virus bastante en serio. Tanto antes como después del inicio de la
cuarentena, los funcionarios demostraron que no tenían ni idea de cómo
enfrentarse a lo que estaba ocurriendo, lo cual generó una inmensa ola de
temor en Wuhan y un daño real a mucha gente. (Fang, 2020)

Fang apunta a que una de las razones de por qué el virus tuvo el alcance que llegó a tener, es
porque el gobierno Chino y sus funcionarios, sabiendo lo que estaba sucediendo con el virus,
no actuaron a tiempo pese a las advertencias y a los casos iniciales. Haciendo que aquello que
se pretendía mantener oculto resultara en esa catástrofe de muertes y temor que retrata Fang
en la cita. Todo por un mal manejo de las medidas en contra de la pandemia por parte del
gobierno, sin embargo, su crítica no se queda en estas primeras punzadas, la autora se explaya
aún más. Dice que otra de las razones de por qué el gobierno fue incompetente en las
contramedidas inciales, es porque los funcionarios eran manejados por cartas y correos,por
la infinita burocracia. Esto no les permitía tener agencia, ya que apenas salían del guión sobre
aquello qué deben decir y cómo actuar el barco se hundía, y fue lo que sucedió en los
primeros meses de la pandemia en China. La última gran crítica que hace Fang Fang en esta
entrada y que es la gradación final es cuando, con tono irónico, crítica sin el lenguaje
suavizado que intentaba manejar durante el texto, pareciera que le hablara directamente al
sensor cuando dice

Que el mundo del funcionariado pase por encima del natural proceso de competición
conduce al desastre;las palabras vacuas acerca de la corrección política que no buscan la
verdad en los hechos conducen al desastre; prohibir que la gente diga la verdad y prohibir a
los medios informar de la verdad conduce al desastre,y ahora estamos paladeando los frutos
de esos desastres, uno a uno. (Fang, 2020)

Como el lector se puede dar cuenta, la palabra desastre se repite varias veces alrededor del
fragmento. Esto sirve para redondear la idea de que el trabajo de los funcionarios del
gobierno Chino había sido una catástrofe, todo por el hecho de que estas personas no actuaran
como seres humanos sino como máquinas que siguen el protocolo. Pero retomando lo dicho
más arriba, Fang apunta que una de las razones de que el mundo y los propios ciudadanos no
sepan que sucedía, era ese nacionalismo, esa pretensión de que China es perfecta y sabe cómo
llevar las cosas. Provocar que la gente tenga que autocensurarse y que lo medios de
comunicación digan lo que el gobierno quiera, confirma que la misma censura que sufren las
voces distintas en el país, fue una de las razones de las expansión tan severa del virus que
terminó por convertirse en una pandemia que ha robado millones de vidas en el mundo. Fang
señala que estos funcionarios robóticos y estas censuras, hacen que la atención por manejar
las cuestiones sanitarias y del cuidado de la vida queden a un lado. Todo por la “correción
política que no busca la verdad” que intenta increpar a la autora como una “vendepatria” y
que la gente se ponga una venda en los ojos asumiendo que todo está felizmente controlado
por el gobierno Chino.
Para cerrar estas reflexiones, como lo he hecho en mis anteriores dos trabajos, invito al
posible lector a que se acerque a una autora como Fang Fang. Ya que en nuestra comodidad
de poder decir lo que queramos en las redes, con esa falsa conmiseración y condescendencia
frente a lo que sucede en el mundo, se nos olvida ser realmente críticos. Por ello, es
sorprendente que la autora en un contexto de censura y vigilancia fuese capaz de criticar la
condescendencia con la que están obligados a vivir los ciudadanos chinos y sus escritores.
Fang frente a la autocensura puso su voz crítica y nos enseña que el silencio puede ser
peligroso pero que es más riesgoso estar de acuerdo con ese silencio.

Referencias

Coronavirus en China: Fang Fang, la escritora de Wuhan cuyo diario sobre la epidemia

provoca la ira de los nacionalistas. (n.d.). Recuperado de

https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-52717421

Cyber-nationalism. (2019, December 14). Recuperado de

https://en.wikipedia.org/wiki/Cyber-nationalism

Fang Fang. (2020, November 24). Recuperado de ://es.wikipedia.org/wiki/Fang_Fang

Fang, F. (2020). ​Diario de Wuhan: Sesenta días desde una ciudad en cuarentena​. Seix

Barral.

Times, G. (n.d.). Chinese vigilant on deifying writer Fang Fang amid publication of Wuhan

diary in English. Recuperado de https://www.globaltimes.cn/content/1185055.shtml

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