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República Bolivariana De Venezuela

Ministerio Del Poder Popular Para La Defensa


Universidad Nacional Experimental Politécnica De Las Fuerzas Armada Nacional
U.N.E.F.A.
Estado Carabobo Extensión La Isabelica - Valencia

El Derecho y Principios del


Derecho
Ley del Ejercicio de la Ingeniería,
Arquitectura y Profesiones
Afines

DOCENTE: BACHILLER:
Reder Suarez Lisandro Bueno
08S-1347-D1 C.I.: 22.211.052

Valencia, Noviembre de 2021

DERECHO Y PRINCIPIOS DEL DERECHO CONSTITUCIONAL

El derecho constitucional es una rama del derecho público que tiene por
objeto el estudio de las normas relativas a la estructura fundamental del Estado, a
las funciones de los distintos órganos o entes que lo componen: poderes públicos,
y a las relaciones de estos entre sí y con los ciudadanos. Abarca todo lo
concerniente a la forma del Estado, del gobierno (que es la representación política
del Estado), al igual que los principios, garantías y derechos fundamentales de las
personas y la regulación de los poderes públicos.

Se sustenta en la Constitución, denominada también Carta Magna, que es


el pilar fundamental del orden jurídico de un Estado, la cual prevalece y está por
encima de cualquier otra ley.

En Venezuela se encuentra vigente, desde diciembre del año 1999, la


Constitución de la República Bolivariana de Venezuela según Gaceta Oficial
Extraordinaria Nº 5.453 del 24 de marzo del año 2000, que en su artículo 7 la
estatuye como “la norma suprema y el fundamento del ordenamiento jurídico, a la
que todas las personas y los órganos que ejercen en el poder público están
sujetos.

La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela está conformada por un


preámbulo que proclama el establecimiento de una “sociedad democrática,
participativa y protagónica, multiétnica y pluricultural en un Estado de justicia,
federal y descentralizado, que consolide los valores de la libertad, la
independencia, la paz, la solidaridad, el bien común, la integridad territorial, la
convivencia y el imperio de la ley para esta y las futuras generaciones; asegure el
derecho a la vida, al trabajo, a la cultura, a la educación, a la justicia social y a la
igualdad sin discriminación ni subordinación alguna”; y nueve títulos, subdivididos
en capítulos, referidos a:

- Los principios fundamentales de la Nación y la forma de gobierno de la


República Bolivariana de Venezuela (título I).
- A su espacio geográfico y división política (título II).
- A los derechos humanos y garantías y deberes de las personas (título III).
- Al poder público (título IV).
- A su organización en poder legislativo, ejecutivo, judicial, ciudadano y
electoral (título V).
- Al sistema socio-económico del Estado (título VI).
- A la seguridad de la Nación (título VII).
- A su protección (título VIII).
- Y a su reforma.

En Venezuela, desde 1958 se vive dentro de un sistema de democracia de


partidos, con elecciones periódicas y sin interrupciones y ello no impide que se
manifieste una profunda crisis política de más de diez años de duración. El
sistema político venezolano se caracterizó por:
1. El predominio de los partidos políticos sobre todas las formas de acción
ciudadana (partidocracia).
2. La estabilidad del sistema como meta fundamental del actuar político y
abandono de las metas programáticas.
3. Una fuerte tendencia corporatista en la articulación de los intereses.
4. Un amplísimo nivel de exclusión política, social y económica.

De manera que la opción por definir a la democracia como participativa,


implica una reacción lógica al fracaso de la democracia puramente representativa
para superar la crisis y a la atribución de responsabilidades al modelo de
ocurrencia de ésta.

De esta manera, al afirmar que el ejercicio democrático se había congelado


en un electoralismo quinquenal, gracias al cual se enquistaban unos pseudo
representantes del pueblo, que respondían a líneas partidistas, grupales o
personales, haciendo alusoria la función de representación democrática; se llegó a
la conclusión de que la salida era sustituir el carácter representativo de la
democracia por uno participativo, en el entendido de que así se erradicaba la
"nefasta" influencia partidista, en lugar de ir hacia un nuevo tipo de representación
reforzada con una más intensa participación. Tal afirmación, conlleva hacia la
concepción republicana de la ciudadanía, aquella que reconoce al ciudadano
como sujeto activo de una comunidad donde prevalece el interés colectivo en
busca del bien común, y se convierte en sujeto activo de las decisiones que deben
dar respuesta a las preocupaciones públicas, enfatiza en la vigencia de la
participación política.

Sin embargo, al tener en cuenta las debilidades que históricamente ha


mostrado esta noción en cuanto a participación se refiere, la que expresa el texto
constitucional venezolano, trasciende esta noción. Lo que realmente se plasma en
el nuevo texto no es solamente la reivindicación del sujeto participativo, es la idea
de participar en la redefinición de su propio sistema político, y poder incluso darse
nuevos derechos. Esta concepción no se limita a cláusulas legales, acceso a
derechos previamente constituidos, ni a la implementación efectiva de derechos
formales o abstractos. Incluye la invención y creación de nuevos derechos. La
nueva ciudadanía, requiere la constitución de sujetos sociales activos (agentes
políticos) que definan lo que consideran sus derechos y que luchen por su
reconocimiento.

De tal manera, que la realidad social a la que van referidas las normas, está
sometida al cambio histórico y éste en ningún caso deja incólume el contenido de
la Constitución. Por ello, la Constitución debe adecuarse al devenir de los
acontecimientos, a fin de atender a los viejos problemas irresueltos o a los nuevos
problemas emergentes.

El texto constitucional venezolano de 1961 derogado, consagró los


derechos civiles y políticos y la mayoría de los derechos sociales que hoy se
conocen. El establecimiento de los derechos sociales dio paso a la cristalización
de una nueva etapa del derecho constitucional moderno que se venía gestando
desde la Constitución de 1936. Con ella se inicia, aunque tímidamente, el
desarrollo del programa social constitucional. Sin embargo, era un proyecto
político basado en la democracia representativa. A pesar de los proyectos que se
presentaron para su reforma, los actores políticos del momento, no pudieron
concretar tal objetivo, de tal manera que éstos sólo fueron promesas no
cumplidas.

Como resultado, le correspondió al pueblo darse una nueva Constitución


como una de las decisiones políticas, y quizás la más importante del quehacer
ciudadano, que como norma fundamental rige los designios de una nación, que lo
ha interpretado a su manera según sus creencias, mitos y valores culturales, para
que esto ocurra de forma democrática no basta sea representado, la democracia
deliberativa se ha consagrado en la actualidad como el medio más inteligente para
la toma de decisiones de esta naturaleza. Además, si una nación ha de
autodeterminarse, sus miembros deben aplicarse en lo posible a lograr un
consenso acerca de las políticas que quieren desarrollar, y la única forma de hacer
esto es a través de un diálogo abierto en el que todos los puntos de vista estén
representados.

El origen de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) que tuviera a su


cargo la elaboración del texto constitucional, fue el producto del referendo
consultivo aprobado el 25 de abril de 1999.

De esta manera la aprobación por la Asamblea Nacional del nuevo texto


constitucional venezolano en diciembre de 1999, refrendado por el pueblo el 15 de
diciembre de ese mismo año, abrió el camino hacia la participación ciudadana.
Este importante cambio, tuvo como justificación la necesidad de pasar de la
democracia representativa y de partidos establecida por la Constitución del 61, a
una democracia participativa, centrada en el ciudadano como el actor principal del
sistema político, que disminuye el papel de los partidos políticos y se refuerza con
la idea de democracia protagónica.

Los constituyentes integraron en la Constitución, las aspiraciones de


aquellos sectores sociales y políticos mayoritarios que querían jugar a un papel
protagónico, en la postulación, selección y control de los poderes públicos; en
detrimento de las facultades que tenían en el pasado las cúpulas de los partidos
políticos. De tal forma que, el carácter novedoso que imprime el nuevo texto
constitucional sobre la participación, se encuentra en dos características
fundamentales: en su carácter protagónico y refrendario, las cuales se observan
desde su preámbulo. Esta situación, trajo consigo la necesidad de realizar
profundos cambios en la estructura del poder público venezolano para iniciar el
desarrollo de este proyecto.

Estas características, se encuentran en la constitución y realización de las


funciones de los diferentes órganos del Estado, en su función y control social de
las políticas a implementar, para lo cual se establecieron diferentes mecanismos,
modalidades y medios. Con esta visión, se afirma que la participación toma una
nueva dimensión desde el inicio del cuerpo constitucional notando una diferencia
en cuanto al rol que desempeña el pueblo en este nuevo orden político: la
Constitución derogada del 61 inicia el preámbulo con la frase: “requerido el voto de
las Asambleas legislativas ... (de los diferentes Estados que conforman el país), y
visto el resultado favorable del escrutinio, en representación del pueblo
venezolano para quien invoca la protección de Dios todopoderoso; …”. En cambio,
la Constitución vigente inicia con la siguiente frase: “El pueblo de Venezuela, en
ejercicio de sus poderes creadores invocando la protección de Dios, el ejemplo
histórico de nuestro Libertador Simón Bolívar y el heroísmo y sacrificio de nuestros
antepasados aborígenes y de los precursores y forjadores de una patria libre y
soberana; …”.

Mientras en la Constitución derogada se muestra, que el protagonismo le


corresponde a los representantes del pueblo, en la vigente es el pueblo que en el
ejercicio de sus poderes creadores, como lo es la soberanía, se redactó un nuevo
texto tal y como lo señala la Corte Suprema de Justicia, en sentencia histórica
para el pueblo venezolano que dio lugar a la convocatoria de este poder
constituyente: “el artículo 4 de la Constitución de la República de Venezuela,
según los criterios interpretativos tradicionalmente expuestos, consagra
exclusivamente el principio de la representación popular por estimar que la
soberanía reside en el pueblo, pero que éste no puede ejercerla directamente sino
a través de los órganos del poder público a quienes elige, es decir que el medio
para depositar ese poder soberano es el sufragio. Un sistema participativo, por el
contrario, consideraría que el pueblo retiene siempre la soberanía ya que, si bien
puede ejercerla a través de sus representantes, también puede por sí mismo
hacer valer su voluntad frente al Estado. Indudablemente quien posee un poder y
puede ejercerlo delegándolo, con ello no agota su potestad, sobre todo cuando la
misma es originaria, al punto que la propia Constitución lo reconoce. De allí que el
titular del poder (soberanía) tiene implícitamente la facultad de hacerla valer sobre
aspectos para los cuales no haya efectuado su delegación”.

En este sentido, el artículo 5 de la vigente Constitución otorga de manera


intransferible la soberanía al pueblo venezolano quién podrá ejercerla de forma
directa e indirectamente; y el artículo 6, define al Gobierno de la República
Bolivariana de Venezuela, como democrático, participativo, electivo, alternativo,
pluralista y de mandatos revocables. Se consagra de forma expresa la
participación como un derecho para todos los ciudadanos y ciudadanas (artículo
62); el ciudadano es llamado a la participación en la decisión de los asuntos
públicos, como un derecho y como un deber al cual debe acercarse, sea en forma
directa o a través de sus representantes.

Por otra parte, la democracia es protagónica, y esto en los términos de la


Carta magna es una exhortación para que el ciudadano asuma labores de
formación, ejecución y control de la gestión pública desde una perspectiva próxima
al Buen gobierno. Más aún, la Constitución quiere un ciudadano corresponsable
del funcionamiento del Estado, no tan sólo en la búsqueda de la vigencia plena de
los derechos civiles y sociales, sino también en la política estratégica de la
República. Desde luego, esas características subrayan el carácter de derecho-
deber que se atribuye a la participación y que nos compromete a todos con el
destino de la cosa pública. En tal sentido, cobra toda su significación el preámbulo
de la Constitución cuando declara como su fin trascendente "refundar la República
para establecer una sociedad democrática, participativa y protagónica".

En el intento de materializar la norma constitucional con relación al punto


tratado, la Constitución establece de forma separada los medios de participación y
protagonismo del pueblo, y la institución del referendo con sus modalidades. En el
primer caso, se refiere a lo establecido en el artículo 70 el cual reza que: son
medios de participación, protagonismo del pueblo en ejercicio de su soberanía, en
lo político, la elección de cargos públicos, el referendo, la consulta popular, la
revocatoria del mandato, la iniciativa legislativa, constitucional y constituyente, el
cabildo abierto, y la asamblea de ciudadanos y ciudadanas cuyas decisiones
serán de carácter vinculante, entre otros; y en lo social y económico las instancias
de atención ciudadana, la autogestión, la cogestión, las cooperativas en todas sus
formas incluyendo las de carácter financiero, las cajas de ahorro, la empresa
comunitaria y demás formas asociativas guiadas por los valores de la mutua
cooperación y la solidaridad. La ley establecerá las condiciones para el efectivo
funcionamiento de los medios de participación previstos en este artículo.

En el segundo caso, los artículos 71-74, presentan cuatro modalidades de


referendo: el consultivo, aprobatorio, abrogatorio y revocatorio. Entre las virtudes
que puede tener la reivindicación de los principios de la democracia directa
(referéndum, revocatoria del mandato y la iniciativa popular) es poner en evidencia
las insuficiencias de la democracia representativa frente a la participativa.

Al evaluar tal situación, se debe considerar las tensiones que se generan


por mantener el control entre las instituciones del Estado y los diferentes grupos
organizados ya existentes, y los que necesariamente deben emerger producto de
la materialización de los preceptos planteados en el artículo 70 (supra); otro factor
a tener en cuenta, es el significado que esta práctica refrendaria representa para
la legitimación de los mandatos, los cuales de acuerdo a la teoría constitucional de
los sistemas representativos se cimientan en el período constitucional que
establece la norma, en este sentido se rompe este paradigma, el riesgo es que se
vería afectada su gobernabilidad con la interrupción del mandato, y se agudicen
aún más las tensiones existentes.

Entre sus ventajas, puede señalarse la oportunidad de participación de las


minorías, y contrario a lo que algunos opinan sobre la preponderancia de las
mayorías que da este sistema.

LEY DEL EJERCICIO DE LA INGENIERIA, ARQUITECTURA Y PROFESIONES


AFINES

La presente Ley fue promulgada mediante Decreto Nº 444, de LA JUNTA


DE GOBIERNO DE LA REPUBLICA DE VENEZUELA, en fecha 24 de noviembre
de 1.958, presidida por EDGAR SANABRIA. En la actualidad se encuentra en la
Asamblea Nacional desde el 10 de junio del 2.008, un proyecto de Ley que
vendría a sustituir esta.

Su base jurídica se encuentra consagrada en la actual CONSTITUCION DE


LA REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA en su Artículo 105, donde se
expresa que la Ley determinará las profesiones que requieren Títulos y la
colegiación de dichos profesionales. El ejercicio de la Ingeniería se rige por dicha
Ley, su Reglamento y las normas de ética profesional que a tales efectos dicta el
Colegio de Ingenieros de Venezuela (CIV).

El artículo 3 señala que el ejercicio de la profesión no es una industria por lo


cual no puede ser gravada con “patentes o impuestos comercio-industriales”, caso
contrario es cuando se constituye una Persona Jurídica (C.A., S.A.), etc. con la
cual se comercializa con la profesión, ya que así los señala el Artículo 200 del
Código de Comercio de Venezuela cuando establece: Las compañías o
sociedades de comercio son aquellas que tienen por objeto uno o más actos de
comercio.

Sin perjuicio de lo dispuesto por leyes especiales, las sociedades anónimas


y las de responsabilidad limitada tendrán siempre carácter mercantil, cualquiera
que sea su objeto, salvo cuando se dediquen exclusivamente a la explotación
agrícola o pecuaria.

Las sociedades mercantiles se rigen por los convenios de las partes, por
disposiciones de este Código y por las del Código Civil.

Parágrafo Único: El Estado, por medio de los organismos administrativos


competentes, vigilará el cumplimiento de los requisitos legales establecidos para la
constitución y funcionamiento de las compañías anónimas y sociedades de
responsabilidad limitada.

Ahora bien, los Ingenieros son contribuyentes de los tributos nacionales ya


que así lo establece el Código Orgánico Tributario en su Artículo 22: “… Son
contribuyentes los sujetos pasivos respecto de los cuales se verifica el hecho
imponible.

Son profesionales los ingenieros que hayan obtenido o revalidado su título


en Venezuela y que estén inscritos en el CIV, así como también los graduados en
Universidades extranjeras y de los cuales no existan títulos equivalentes en
Venezuela a juicio de las universidades nacionales, y que estén inscritos en el
CIV.

El artículo 12 de la Ley establece una limitación en cuanto el desempeño de


la profesión cuando estable que: ningún profesional podrá ejercer sino la
especialidad para la cual le autoriza expresamente el título.
El artículo 26 establece los casos en que se ejerce ilegalmente la profesión
y el 29 de las Sanciones a aplicarse:

1. Las personas que sin poseer títulos ostentan la profesión de Ingenieros, o


lo que se denomina desde el punto de vista del Derecho Penal:
USURPACION.
2. Los titulares que sin haberse inscrito en el CIV se anuncien como tales o
realicen actos o presten servicios como ingenieros.
3. Los titulares graduados en el exterior, no colegiados y contratados por el
Ejecutivo Nacional para desempeñar con carácter accidental funciones en
casos especiales y justificados que así lo requieran y excedan los límites
señalados para su actuación.
4. Los titulares inscritos en el CIV, que ejerzan especialidades para las cuales
no les autoriza el título que poseen.
5. Los titulares inscritos en el CIV, que presten o amparen con su nombre a
personas que ejercen ilegalmente la profesión, o encubran empresas que
actúan de manera ilegal en asuntos propios de la profesión o bien que
ejerzan la profesión durante el tiempo que fueron suspendidos.

El ejercicio ilegal de la profesión debe ser denunciado ante el CIV, y el


presidente de dicho colegio recibirá las denuncias y las tramitará ante los
Tribunales competentes o ante el Tribunal Disciplinario del Colegio según el caso.

El artículo 29 y 30 de la Ley, Capitulo X, establece las sanciones para cada


caso en específico:

1. En el caso de Usurpación, la sanción es de Bs 500,00 a Bs. 3.000,00 o


arresto proporcional.
2. En el caso de titulares o no que incurran en el ejercicio ilegal, la sanción es
de Bs. 500,00 a Bs. 3.000,00 o arresto proporcional.
3. Las aplicadas a sociedades, empresas y funcionarios o empleados
públicos.
4. Suspensión del ejercicio hasta por cinco años a los profesionales
colegiados que reincidan en ejercicio ilegal.
5. Multa de Bs. 100,00 a Bs. 1.000,00 a las sociedades que infrinjan las
disposiciones relativas al uso de los títulos.
6. Multa Bs. 1.000,00 a Bs. 10.000,00 a las empresas que no cumplan las
disposiciones relativas a construcciones, instalaciones y trabajos.
7. Multa de Bs. 200,00 a Bs. 5.000,00 o arresto proporcional a los funcionarios
o empleados públicos que interfieran o impidan la aplicación de la presente
Ley, o no cumplan con la misma.

Así mismo la Ley manifiesta en su artículo 13 que es incompatible ejercer


actividades profesionales particulares en Venezuela en el desempeño de la
profesión cuando los Ingenieros desempeñen funciones en cargos nacionales,
estadales o municipales.
La responsabilidad gremial tiene su origen en el artículo 105 de la
Constitución Nacional, que establece en función de la protección de la
colectividad, la colegiación obligatoria de varias profesiones, entre ellas la de la
Ingeniería, Arquitectura y Profesiones Afines.

La Ley de Ejercicio de la Ingeniería, Arquitectura y Profesiones Afines, el


Reglamento Interno del Colegio de Ingenieros de Venezuela (1984), el Código de
Ética Profesional (1992) y las Normas de Actuación Gremial (1992) constituyen la
normativa gremial fundamental que rige el ejercicio de esas profesiones.

La responsabilidad gremial exige del profesional el cumplimiento de la


normativa gremial antes señalada en su ejercicio profesional y lo obliga a
contribuir con el Colegio en el cumplimiento de sus objetivos.

Así, se observa que en dichos textos legales se establece:

1. Artículo 12 de la Ley de Ejercicio. "Ningún profesional podrá ejercer sino la


especialidad para la cual le autoriza expresamente el título que posee.".
2. Artículo 16 de la Ley de Ejercicio. "En los diferentes aspectos del proyecto y
de la ejecución de construcciones, instalaciones y trabajos, la participación
de los profesionales debe quedar claramente determinada a los efectos de
delimitar su responsabilidad.".
3. Artículo 6. Del Reglamento Interno. "Son deberes de los miembros
activos: ... b) cumplir las prescripciones legales que rigen el ejercicio legal y
la actuación gremial".
4. Código de Ética Profesional. "Se considera contrario a la ética e
incompatible con el digno ejercicio de la profesión para un miembro del
Colegio de Ingenieros de Venezuela":
- "... 2o. Violar o permitir que violen las leyes, ordenanzas y
reglamentaciones relacionadas con el ejercicio profesional.
- 3o. Descuidar el mantenimiento y mejora de sus conocimientos técnicos,
desmereciendo así la confianza que al ejercicio profesional concede la
sociedad.
- 4o. Ofrecerse para el desempeño de especialidades y funciones para las
cuales no tengan capacidad, preparación y experiencia razonables..."
- 9o. "...Encargarse de obras, sin que se hayan efectuado todos los estudios
técnicos indispensables para su correcta ejecución, o cuando para la
realización de las mismas se hayan señalado plazos incompatibles con la
buena práctica profesional."
5. Las Oficinas Coordinadoras de Proyectos (OCEPRO) tienen el objetivo de
velar por el ejercicio profesional, su Reglamento en su artículo 2, literal e y
artículo 6 dicen:

Artículo 2: "Para el logro de los objetivos previstos en el artículo anterior, las


OCEPRO tendrán las siguientes funciones: ... e) Constatar que los profesionales
encargados de los diferentes trabajos de Ingeniería, Arquitectura y Profesiones
Afines ejerzan en correspondencia con la debida y suficiente formación académica
y experiencia profesional en un todo de acuerdo con lo pautado en la Ley de
Ejercicio de la Ingeniería, la Arquitectura y Profesiones Afines y que su nivel
profesional haya sido establecido en el Manual de Contratación de Servicios de
Consultoría del CIV....".

Artículo 6: "La OCEPRO emitirá un documento denominado "Certificación


de Ejercicio Profesional", para verificar que el profesional en el proyecto,
inspección, residencia u otras actividades o servicios profesionales se encuentre
inscrito, solvente y cuyo nivel profesional en la especialidad respectiva haya sido
establecido por la Comisión Clasificadora del Ejercicio Profesional...".

La responsabilidad profesional exige también contribuir activamente con los


fines del Colegio de Ingenieros de Venezuela. Entre otros con los fines
establecidos en el artículo 22 de la Ley de Ejercicio: "...servir como guardián del
interés público y actuar de asesor del estado en asuntos de su competencia."

Las sanciones a las irresponsabilidades gremiales, las establece el Tribunal


Disciplinario del Colegio de Ingenieros de Venezuela; las cuales pueden consistir
en advertencia, amonestación privada, censura pública y suspensión del ejercicio
de la profesión de un mes a un año.

La responsabilidad administrativa tiene su base en el artículo 139 de la


Constitución Nacional, cuando establece: Artículo 139.- El ejercicio del Poder
Público acarrea responsabilidad Individual por abuso o desviación de poder o por
violación de esta Constitución o de la Ley.

Y en el Titulo V de la Ley de Carrera Administrativa que trata sobre la


responsabilidad y el régimen disciplinario de los funcionarios públicos.

En el ejercicio profesional a través de Ministerios, Institutos Autónomos,


Empresas del Estado, gobiernos estatales y municipales, mediante estudios,
proyectos y construcción de obras, grande es la responsabilidad profesional en la
efectividad y eficacia del uso de recursos financieros, de maquinarias y equipos
para la construcción de la infraestructura y su mantenimiento.

Para funcionarios públicos el artículo 2o. de la Ley de Ejercicio de la


Ingeniería, la Arquitectura y Profesiones afines, establece obligaciones adicionales
" Las oficinas de la Administración Pública se abstendrán de dar curso a
solicitudes y de realizar trabajo cualquier clase de tramitaciones para la ejecución
de trabajos profesionales o de obras que no llenen los requisitos de esta Ley o su
Reglamento. Los funcionarios y empleados que intervengan en dichas solicitudes
serán responsables por el incumplimiento de esta disposición".

Además, el artículo 13 de la Ley de Ejercicio de la Ingeniería, la


Arquitectura y Profesiones afines establece restricciones para el ejercicio libre de
la profesión.
Las sanciones las impone el Tribunal de Salvaguarda del Patrimonio
Público y la Contraloría General de la República y las Salas Contenciosos
Administrativas.

La responsabilidad civil: se basa en los compromisos establecidos en los


contratos de servicio profesional que firme el profesional y lo establecido en el
Código Civil.

El artículo 1637 del Código Civil establece la responsabilidad decenal: "Si


en el curso de diez años, a contar desde el día en que se ha terminado la
construcción de un edificio o de una obra importante o considerable, uno u otra se
arruinaren en todo o en parte, o presentaren evidente peligro de ruina por defectos
de construcción o por vicio del suelo, el arquitecto y el empresario son
responsables. La acción de indemnización debe intentarse dentro de dos años a
contar desde el día en que se ha verificado uno de los casos mencionados".

El artículo 1185 del Código Civil establece la responsabilidad contra


terceros "El que, con intención, o por negligencia o por imprudencia, ha causado
un daño a otro, está obligado a repararlo".

La Ley Orgánica de Ordenación urbanística en sus artículos 99,100 y 101


establece que responden en los términos del artículo 1637 del Código Civil tanto
los profesionales proyectistas o directores de la obra, certificadores de su calidad,
el promotor y toda persona que, venida, después de terminada una obra que haya
construido o hecho construir.

La responsabilidad civil se paga mediante indemnización o el resarcimiento


del daño y corresponde a los Tribunales Ordinarios su decisión.

La responsabilidad penal: está basada en los Artículos 357, 519 y 520 del
Código Penal. Estos artículos rezan así: Artículo 357: "El que por haber obrado
con imprudencia, negligencia o bien con impericia en su profesión, arte o industria,
o por inobservancia de los reglamentos, órdenes o disposiciones disciplinarias,
haya ocasionado algún incendio, explosión, inundación, sumersión o naufragio,
algún hundimiento o cualquier otro desastre o peligro común será castigado con
prisión de tres a quince años.

Si del delito resulta un peligro para la vida de las personas, la prisión será
de tres a treinta meses, y si resultare la muerte de alguna, la prisión será de uno a
diez años".

Artículo 519: "Todo el que hubiere intervenido en los planos o en la


construcción de algún edificio, si éste se desploma o cae por negligencia o
impericia, aunque no cause mal o peligro a terceros, será penado con multa de
cien bolívares, como mínimo y podrá serlo, además, con la suspensión del
ejercicio de su profesión o arte.
La disposición del presente artículo es aplicable al caso de que desplomen
o caigan puentes, andamios u otros aparatos establecidos para la construcción o
reparación de edificios o para cualquier obra semejante".

Artículo 520: "Siempre que algún edificio o cualquier construcción


amenazare ruina, en todo o en parte, con peligro para la seguridad personal, el
propietario, su representante o quien por algún título estuviere encargado de la
conservación, vigilancia o construcción del edificio, será penado con multa de diez
a cien bolívares, si no ha procedido oportunamente a los trabajadores necesarios
para prevenir el peligro. Si ha transgredido las disposiciones de la autoridad
competente, la multa podrá ser hasta de mil bolívares.

Siempre que se trate de algún edificio u otra construcción total o


parcialmente en ruina, y el que deba procurar la reparación o las medidas
bastantes para prevenir el peligro que resultarse de la ruina, la multa será de
cincuenta a mil bolívares".

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