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Definiciones en Geriatría
• Vejez: Etapa que comienza a los 65 años y culmina con el fallecimiento o Conceptos:
Edad Cronologica: se expresa en años
Edad Fisiologica: proceso de envejecimiento fisiológico
Edad Social: actitudes o conductas que son adecuadas para esa edad
• Envejecimiento: Proceso continuo, universal e irreversible que determina una
perdida de la capacidad de adaptación y culmina con el fallecimiento de la persona.
• Patrones de Envejecimiento:
o Envejecimiento Normal: caracterizado por la inexistencia de patología biológica o
mental alguna
o Envejecimiento Saludable: Se asocia a un buen funcionamiento cognitivo y una
adecuada capacidad física con una baja probabilidad de enfermedad o discapacidad.
o Envejecimiento Patológico: determinado por etiología medica y síndromes.
• Esperanza de Vida:
o Numero de años que en promedio se espera que viva una persona, indica el desarrollo
económico y social en la población.
• Calidad de Vida: Medida de la energía o fuerza óptima que le confiere a una persona
la capacidad de enfrentar con éxito los retos que plantea el mundo real.
o Equidad
o Empleo, Seguridad y Asistencia
o Alimentación y nutrición
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o Salud pública
o Educación
o Cultura y Arte
o Deporte
o Vivienda y servicios
Para el manejo adecuado del paciente geriátrico, la geriatría crea la “tipología de pacientes
ancianos” la cual se divide en 4 grupos según su situación y características de salud y/o
enfermedad.
• Envejecimiento ideal: las personas de este grupo son completamente capaces en las
actividades básicas e instrumentales de la vida diaria; no se les ha diagnosticado ninguna
enfermedad crónica; se perciben en muy buen estado físico; su deterioro cognitivo no está
presente, y llevan un estilo de vida positivo, es decir, no consumen alcohol o tabaco y
realizan actividad física.
Para fines analíticos, se crearon tres grupos dentro de las edades avanzadas.
Los problemas de salud, concretamente las en- fermedades crónicas y discapacidades, son
los que mayormente desencadenan malestar y dependencia.
El indicador de capacidad funcional se basa en las AVD y las AIVD, ya que al saber en
cuántas y en cuáles actividades tiene dificultades la población, se puede construir una
variable que especifique los grados de capacidad funcional de los individuos.
• Mortalidad:
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Transición demográfica
Es elproceso por el cual las poblaciónes pasan de una situación sin niveles ocntrolados de.
Ortalidad y fecundidad a otras donde sí hay control y pos lo tanto hay alteración de la
estructura de la población según la edad.
Hay elemebtos basicos que son la baja mortalidad y la baja natalidad. Y la variación de
ambas variables se explica por los cambios economicos, sociales y sanitarios del país.
Se divide en 3 estadios:
Transición epidemiológica
• Pretransicional
• Yuxtaposición
• Postransicional
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DALY
Integra la mortalidad y discapacidad (suma de años de vida perdidos
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Piramides poblacionales
Una pirámide regresiva, estrecha en la base y ancho en el centro y la cima representa una
estructura madura o envejecida. Cuanto mayor es la esperanza de vida de una población,
mayor suele ser la desigualdad por sexo en la cima de la pirámide (más llena por el lado de
las mujeres, por su mayor nivel de supervivencia).
Para 2018 los mayores de 65 años superaron a los menores de 5 años en el mundo, el
envejecimiento en países desarrollados es lento debido al soporte económico.
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Entonces la mejor forma es aceptar que se va a llegar a tal punto de decadencia física y
punto de muerte cercana, se le tiene miedo a la muerte y a la dependencia o a la soledad.
La adultez mayor es un periodo del ciclo vital del ser humano, el cual comprende cambios
significativos en las diferentes dimensiones del individuo, entre las que se destacan la
modificación de las funciones cognitivas, sensoriales, motoras y afectivas por tanto, la vejez
no solo se refiere a las transformaciones observables, sino también a las implicaciones
socio afectivas.
También, se podrían experimentar en esta etapa situaciones conflictivas que genera
malestar significativo relacionado con trastornos del estado de ánimo como ansiedad y
depresión, sensación de soledad y sufrimiento.
Psicopatología de la senectud
- Teoría de la Actividad: cuanto más activa permanezca una persona mayor, más
satisfactoriamente envejecerá y los papeles que constituyen principalmente su satisfacción
son: trabajo, cónyuge, padre, madre, y la máxima pérdida es debido a la viudez y la
enfermedad. Según Lemon, Bengstom y Peterson existen 3 tipos de actividad: interacción
social con familiares, amistades y vecinos; formal: participación en organizaciones
voluntarias; solitaria: leer, ver televisión y mantener algunos pasatiempos.
- Teoría de la Desvinculación: El envejecimiento se caracteriza por una mutua separación,
por parte de la persona mayor, la cual voluntariamente disminuye sus actividades y
compromisos, lo cual ayudaría a las personas mayores a mantener su equilibrio, siendo
benéfico tanto para la persona como para la sociedad.
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- Pérdida de la autoestima:
Una de las primeras necesidades de todo ser humano es la de sentirse aceptado, querido,
acogido, útil y capaz, reconocido, digno, perteneciente a algo y a alguien, todos ellos
sentimientos en los que se basa la autoestima. Por lo tanto no puede haber autoestima en
el individuo si éste percibe que los demás prescinden de él. Maslow ya lo decía así en su
famosa pirámide de necesidades, donde describe la autorrealización y que consiste en el
desarrollo integral de las posibilidades personales. Autoestima consiste en las actitudes del
individuo que éste mantiene hacia sí mismo. Cuando éstas son positivas hablamos de buen
nivel o alto nivel de autoestima. Al nombrar la palabra actitudes ya hemos incluido el mundo
de los afectos y sentimientos y no de los conocimientos, pues los componentes de la actitud
encierran gran variedad de elementos psíquicos. Un buen nivel de autoestima es garantía
de que la persona podrá hacer frente con dignidad a importantes contrariedades de la vida
y no decaerá su ánimo fácilmente.
La persona mayor que se siente bien, saludable y con fuerzas y se le dice que ya se puede
prescindir de ella, es muy probable que influyamos en el deterioro de su autoestima y sienta
que se piensa que ya no puede aportar nada a pesar de ella sentirse bien y capaz.
Los nuevos estudios indican que las emociones positivas y negativas influyen en la salud
más de lo que se suponía hace algunos años y que si no tenemos un desarrollo óptimo
afectivo no se desarrolla la inteligencia (Existe una relación directa entre el afecto y el
desarrollo cerebral, intelectual). El ser humano actúa y toma decisiones no tan sólo por su
intelecto sino por la calidad e intensidad de los sentimientos que le embargan en ese
momento (pérdida del trabajo, de los compañeros de éste mas jóvenes pero que ya no lo
frecuentan, pérdida de amigos y seres queridos que van muriendo, pérdida de estatus, etc.)
Los Parámetros y valores culturales actuales favorecen poco la autoestima del Adulto
Mayor. La ideología físico-biologista siempre imagina la vida en términos de comienzo,
plenitud y decadencia. Esta ideología debe ser superada: la afectividad y la razón no decaen
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Por otro lado es importante recordar que las células cerebrales se envejecen más
lentamente que las otras del organismo si se les mantiene activas por lo que es bueno
aprender “una gimnasia intelectual”.
Eric Erikson nos enseña que la personalidad y el desarrollo se halla siempre en proyecto y
que nunca termina de crecer, considera a la última etapa de la vida como la de integración
versus la desesperación. La integridad vista como la disposición a defender la dignidad del
propio estilo de vida contra la amenaza física y económica. Alcanzar la integridad consiste
en haber logrado un especial estado del espíritu que Sherman dice que es la aceptación de
la realidad de uno mismo y de la propia vida, resultante del abandono de ilusiones. Sin
embargo quienes siguen acariciándolos sin ser realistas desarrollan los sentimientos de
fracaso, frustración y decepción de uno mismo que resultan inevitablemente en un
sentimiento de desesperación.
Dice Frankl que el vacío existencial es la neurosis masiva de nuestro tiempo, ella se produce
en el propio ser. La propia existencia carece de significación. Esto puede desencadenar
una serie de síntomas depresivos. Esto le sucede con más facilidad al adulto mayor. Uno
podría preguntarse..¿qué es primero, la depresión o la pérdida del sentido de la vida? Esto
no se aprecia en adultos mayores mentalmente activos. Ellos son también capaces de
enfrentarse a la muerte con más serenidad que aquellos quienes perciben que su vida
carece de sentido.
Al llegar a una mayor edad la persona va viendo cómo los ambientes van cambiando para
ella y cómo otros le son lejanos o por lo menos le ofrecen menos interés. En realidad esto
ha pasado siempre y en cada una de las etapas evolutivas del individuo.
A esta edad el problema se agudiza pues viene sazonado de otros tintes de marginación
social. Por eso el anciano se encuentra sin las herramientas que le permitan un trabajo de
adaptación: son las motivaciones o refuerzos sociales. Al carecer de dichas herramientas
le es difícil adquirir hábitos nuevos, y por lo tanto, adaptarse a las nuevas circunstancias.
Así puede parecer como persona algo rígida, chapada a la antigua, aferrada a su sola
experiencia tan importante para él o ella, pero que siente que la sociedad no se la valora
en la forma en la que la persona quisiera o considera que sería lo justo. La agresividad, la
fácil irritabilidad (verbal o gesticular) que muestran algunas personas mayores, podría estar
relacionada con este sentimiento de la difícil adaptación, sentimiento que se ve agravado
por la pérdida de autonomía económica sufrida por muchos ancianos.
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Esta clase de dolor es una respuesta normal y saludable a diferentes tipos de pérdidas.
Una puede ser la de la pareja de tantos años, o de la salud, o del trabajo. Para calmarla, la
persona tiene que aceptar los términos finales de esta pérdida. Para ello se pasa por
diferentes estadios: Shock o confusión por sorpresa desagradable o confusión, negación,
enojo o molestia por el abandono, amargura, fingimiento de haber vuelto a la normalidad,
enfrentamiento a la realidad depresión, sin esperanza, culpa, hasta que va pasando. Es
aconsejable hablar de esto con otras personas, seguir con sus actividades acostumbradas
dentro de lo posible, dormir bien, evitar el alcohol, tabaco o drogas, no tomar decisiones
importantes de inmediato y pedir ayuda psicológica si se necesita.
- Insomnio:
Es muy común en las personas mayores de 65 años pues los patrones de sueño cambian
al envejecer. Las causas pueden ser físicas, ambientales o de comportamiento (ruido,
comer tarde en la noche, dormir durante el día, etc.), ingerencia de cafeína, alcohol,
nicotina, algunos antidepresivos, medicinas estimulantes, horario de las medicinas,
mentales como ansiedad o depresión; estrés como problemas familiares, financieros, de
salud. El insomnio puede ser tratado eficazmente.
- Estrés:
- Pérdida de la Memoria:
- Transformaciones en la sexualidad:
La sexualidad nace y muere con el ser humano. De acuerdo a cada edad se transforma
como se transforma la mente y el organismo. La sexualidad incluye todas las formas de
expresión, desde la aproximación, el tacto, la intimidad emocional, la masturbación o
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Desde el punto de vista biológico, en la mayoría de los hombres (no en todos) disminuye la
producción de espermatozoides, el tamaño testicular, el fluido seminal y la fuerza de las
contracciones. La respuesta de excitación es más lenta, a veces la erección menos firme,
la duración del orgasmo es disminuida y el aumento del tiempo de volver a la estimulación.
Cuando la pareja enriquece, sustituye o complementa la actividad sexual con actividades
más allá del coito como las caricias eróticas, la masturbación, el sexo oral, etc, se
sobrellevan más fácilmente estas dificultades.
En la mayoría de las mujeres (no en todas) se produce una respuesta más lenta a la
estimulación, una reducción de la lubricación que puede ocasionar un coito doloroso, menor
intensidad en el orgasmo pero persiste la capacidad multiorgásmica. En quienes ya la
tenían. Cuando la pareja enriquece con la experiencia, sustituye o complementa la actividad
sexual con actividades más allá del coito, se sobrellevan fácilmente estas dificultades.
Sin embargo la actitud hacia la propia sexualidad se ve influenciada por lo que aprendieron
de jóvenes acerca de la sexualidad del adulto mayor y cómo la sociedad ve en ese momento
la sexualidad en personas de la 3ª y 4ª edades.
1.-Educación en la verdad
Esta se desarrolla a través de las distintas edades de la vida. Prepararse para gozos y
esperanzas, para conflicto, estrecheces, contrariedades; holguras y abundancias.
Prepararse para asumir la verdad. Así, cuando lleguen a situaciones y momentos de la vida
más difíciles estarán mejor preparados para enfrentarlos y salir airosos de la prueba.
No todos los cambios de esta edad son negativos, también existen positivos. Se debe
aprender a verlos. Hemos visto ya varios negativos pero ahora aboquémonos a los positivos
como la capacidad de la estabilidad y la continuidad, cualidad que proporciona al adulto
mayor la aureola de persona capaz digna de confianza, capaz de recibir confidencias y de
entregar consejos sabios.
• Sentimiento de Eupatía
• Sentimiento de simpatía:
Palabra griega que significa “sentir con” y que significa sentirse bien con los demás. Por
eso la persona es sociable, acogedora, a la vez que aprovecha sus momentos de soledad
porque necesita calar la hondura de la propia intimidad. Es quien desde la profundidad de
su vida interior, es capaz de salir al encuentro de otros y tanto en ellos como en el resto del
mundo encuentra lo que es positivo, digno de felicitación y aplauso.
• Sentimiento de autonomía:
Palabra griega que significa “ser uno mismo” contrario a la heterotomía que es la
dependencia de los demás. Es capaz de ayudarse a pesar de sus limitaciones, es autónomo
desde el punto de vista psicológico. No se trata de proyectar cosas a realizar sino de seguir
creciendo como persona libre, liberada y liberadora.
• Sentimiento de Anástasis:
Palabra griega que significa “levantarse, ponerse en pie”. Consiste en sentir, experimentar,
crear, pensar, producir. Quien vive de esta manera anastasística, encontrando el sentido
de la vida hasta el último momento, es la persona que por lo mismo, experimenta que la
muerte no tiene la última palabra y es un ser humano que irradia esperanza y se prepara
para “bien morir”.
Cardiovascular
En más de 80% de los ancianos hay calcificaciones de las válvulas y los anillos valvulares.
Estas calcificaciones afectan a la válvula mitral y en menor medida a la aórtica. También
hay degeneración mucoide de las valvas de la mitral, en especial de la posterior, además
del descenso del número de núcleos del estroma fibroso de las válvulas, acumulación de
lípidos y degeneración de la colágena valvular. Como consecuencia de todos estos cambios
se produce un aumento de la rigidez del aparato subvalvular. Esto representa en clínica un
incremento de los soplos funcionales que se escuchan hasta en 55% de los pacientes
mayores de 75 años, si bien sólo 7% de estos individuos tiene una lesión de importancia
clínica.
mayor frecuencia que en los adultos jóvenes. Lo mismo ocurre con el nodo
auriculoventricular y el haz de His, en los que se observan con mayor frecuencia bloqueos
auriculoventriculares con el uso de bloqueadores β, digoxina, amiodarona y otros
antiarrítmicos.
En cuanto a la pared vascular, la capa íntima es la que más se afecta. Aumenta de forma
llamativa su grosor como consecuencia del depósito de calcio y diversos tipos de tejido
conjuntivo, ésteres de colesterol y fosfolípidos. En la capa media se produce fragmentación
de la elastina junto con depósitos de calcio. También hay pérdidas de la función metabólica
de las células endoteliales con limitación para generar óxido nítrico (ON). Todo esto produce
mayor rigidez de la arteria y disminución de su elasticidad y la luz vascular, lo que
incrementa las resistencias periféricas y contribuye a aumentar la presión arterial sistólica.
Respiratorio
Los cambios en la función pulmonar relacionados con la edad son una combinación del
proceso de envejecimiento y los factores externos (contaminación, tabaquismo, etc.). Se
observa mayor rigidez de la pared torácica debido a calcificación de las articulaciones
costoesternales y vertebrales, aumento de la cifosis dorsal, rectificación costal con aumento
del diámetro anteroposterior de la caja torácica; aunado a esto, hay pérdida de la fuerza de
músculos respiratorios, disminución de los espacios vertebrales y una menor capacidad de
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elasticidad del tejido pulmonar, lo que lleva a una reducción de la capacidad vital y, con
mayor facilidad, a la fatiga.
Se observa una disminución de la IgA, menor movilidad de cilios y reducción del reflejo de
la tos y fuerza muscular disminuida, lo cual pone en riesgo de contraer neumonía con
facilidad en este grupo de edad. De igual forma, todos estos factores se combinan y en el
momento de adquirir una infección respiratoria ésta es más grave y tiene mayor repercusión
sistémica y duración más prolongada.
Renal
Los riñones muestran cambios estructurales y funcionales en los que destaca una gran
pérdida de nefronas hacia los 80 años; su número decrece hasta 30%, como efecto de la
esclerosis. Desde el punto de vista morfológico, disminuye su longitud alrededor de 2 cm
en estudios urográficos, lo que representa una pérdida de volumen de 40%. Esta pérdida
afecta más a la corteza y se mantiene relativamente bien la médula. En la séptima década
se ha perdido al menos 10% de los glomérulos funcionales, con el consiguiente efecto sobre
la superficie efectiva de filtración. Esta degeneración de los glomérulos corticales se
acompaña de atrofia de las arteriolas aferente y eferente, con esclerosis global, y
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comunicaciones directas entre ellas, lo que contribuye al mantenimiento del flujo medular a
medida que decrece el cortical.
La mayoría de los ancianos tiene una concentración de renina plasmática baja; casi dos de
cada tres ancianos muestran renina baja, de tal modo que el uso de inhibidores de la enzima
convertidora de angiotensina y antagonistas de los receptores de angiotensina no ejerce la
misma respuesta antihipertensiva, tal y como se observa en personas más jóvenes o con
concentraciones de renina elevadas o normales.
A partir de los 65 años hay disminución de 7 cm3 por año de la masa cerebral
Los cambios en el sistema nervioso no siempre son uniformes y reflejan la gran diversidad
relacionada con el envejecimiento. Esto se debe a la variabilidad de células que lo
componen y que, dispuestas en las diferentes capas, controlan muchas funciones, entre
ellas memoria, lenguaje, función verbal y visual, así como también funciones motoras y
sensoriales, para las cuales existe una amplia diferenciación entre los individuos. El
envejecimiento produce una declinación del rendimiento mental con alteración de las
interrelaciones que existen entre la atención, la memoria y la información, así como la
orientación en tiempo y espacio.
El cristalino pierde su elasticidad, arco senil (en la zona periferica de la cornea hay depósitos
de colesterol y lípidos y se relaciona con la acumulación de estos en los pacientes.
Hay perdida d las celulas ciliadas basales del órgano de corti que diminuye la capacidad
auditiva aguda.
Presbiacusia más bien el paciente adulto no entiende lo que se le está diciendo porque se
está hablando alto.
Disminuye el número de papilas gustativas pero no se relaciona con que disminuya el gusto
sino más bien con la disminución del olfato.
Las alteraciones oculares son una mayor prevalencia de la disminución de la agudeza visual
con el paso de los años debido a la pérdida de la elasticidad del cristalino, que reduce los
límites de la acomodación y, en personas mayores de 55 años, es menor de dos dioptrías,
lo que constituye la presbiopía. Esta alteración de la visión se vincula de manera negativa
con la independencia y el estado funcional de los viejos, además de afectar de manera
negativa la cognición. Las anomalías que presenta el resto de los componentes de los ojos
se pueden resumir de la siguiente manera: la coloración amarillenta de los lentes oculares
es efecto de la agregación de proteínas que también aumentan la dispersión de la luz.
Existe un incremento de la formación de cataratas con el envejecimiento. Las alteraciones
de la retina ocurren en los bastones y los conos (fotorreceptores) y el pigmento epitelial de
la retina. Se atenúa la densidad de los fotorreceptores. Existe degeneración macular que
es la principal causa de ceguera en los países occidentales. Sobre la córnea, los cambios
lipídicos constituyen el llamado “arco senil”.
La función del oído declina de manera paulatina con la edad. La capacidad de percepción
de altas frecuencias acústicas disminuye rápidamente y da origen a la presbiacusia. En
algunos pacientes se halla afectada la comprensión del habla, tal vez porque cambian las
curvas de sintonización de las fibras nerviosas auditivas. La base de las pérdidas
sensoriales acústicas se debe al anquilosamiento de la membrana basilar, la atrofia del
órgano de Corti y los déficit metabólicos que llevan a la atrofia de la estría vascular. Además,
la pérdida creciente de neuronas reduce la capacidad de rendimiento en la elaboración y
procesamiento de la información auditiva.
Los trastornos olfativos se identifican en general como anosmia (incapacidad para oler),
hiposmía (disminución de la capacidad olfativa), disosmia (alteración de la percepción del
olfato), fantosmía (percepción de olor sin estimulo presente) y parosmía o troposmía (la
percepción alterada de un olor en presencia de un estímulo oloroso). Las etiologías en la
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Sistema Inmunológico
vadas las funciones inmunitarias en comparación con los menos viejos. Los monocitos
también tienden a disminuir su función con el envejecimiento.
Respecto de la función de las células citolíticas, una actividad baja de éstas se vincula con
el desarrollo de infecciones y muerte por este motivo. Los individuos ancianos (mayores de
85 años) con valores de células citolíticas bajos presentan un riesgo tres veces superior de
muerte en los siguientes dos años de seguimiento respecto de aquellos con valores
elevados y un mayor riesgo de presentar arterioesclerosis. En el mismo sentido, se ha
descrito que una actividad de células citolíticas elevada se vincula con un mejor estado de
salud y una baja incidencia de infecciones respiratorias, así como concentraciones
superiores de anticuerpos en respuesta a la vacuna de la gripe. Ciertas citocinas se
incrementan con la edad, como el interferón γ, TGF-β, TNF, IL-6 e IL-1.
En cuanto al sistema hematológico, los cambios son muy escasos. La médula activa se
reduce en un tercio entre los 20 y 70 años y es posible observar menor número de células
precursoras, si bien la potencialidad hematopoyética se mantiene siempre muy por encima
de las necesidades fisiológicas. Se observa un ligero aumento de la fragilidad osmótica del
eritrocito o una menor capacidad bactericida de los neutrófilos.
Digestivo
Se han descrito cambios a nivel motor en el intestino delgado con el envejecimiento. Esto
incluye relativamente un menor efecto en el intestino delgado de los patrones manométricos
con disminución de la frecuencia de contracciones después de comer. La absorción de
nutrientes por el tracto gastrointestinal depende de varios factores. Los compuestos
lipofílicos como la vitamina A muestran un incremento de su absorción mientras que la
vitamina D está disminuida. La absorción de grasa decrece, mientras que se incrementa la
absorción del colesterol.
la absorción de agua debido al aumento del tiempo de tránsito y la colágena en la pared del
colon.
Piel
La piel es el órgano más grande del cuerpo. Entre sus funciones están el de barrera
mecánica, regular la temperatura, iniciar la función inmunológica, transmitir el estímulo
externo al cuerpo, además de proteger contra los efectos ultravioletas de la luz. Se compone
de tres capas: la epidermis, la dermis y la hipodermis; los cambios más frecuentes son los
siguientes: en la epidermis aparecen fenómenos atróficos, la capa basal se hiperpigmenta
y existe algún grado de hiperqueratosis. En la dermis también se evidencia cierta atrofia y
degeneración de la colágena, que da lugar a elastosis del anciano y degeneración actínica,
junto con dilatación de los vasos y roturas vasculares que, ante traumatismos
insignificantes, produce púrpura senil. Son comunes la atrofia e hipertrofia del tejido
subcutáneo en los viejos.
Endócrino
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Los cambios en el sistema endocrino varían entre unas glándulas y otras. El envejecimiento
se vincula con cambios anatómicos de las glándulas endocrinas como resultado de la
muerte celular programada, la destrucción autoinmunitaria o la transformación neoplásica
del tejido glandular. Los cambios relacionados con la edad también ocurren en la secreción
hormonal secundaria a cambios fisiológicos por los ritmos circadianos y estacionales, o en
la frecuencia o la intensidad de los pulsos hormonales. Otros cambios con la edad incluyen
los siguientes:
Los cambios hormonales se relacionan más con alteracio- nes fisiológicas celulares y
menos con una disminución del agotamiento celular. Con la edad ocurre la desincronización
de varios ritmos biológicos. La sensibilidad glandular a los secretagogos también se afecta
con algunas glándulas, lo que reduce, incrementa, inhibe o no produce alteraciones en la
respuesta.
Los cambios a nivel pituitario por la edad se atribuyen a un patrón pulsátil alterado de
secreción hormonal. En la adenohipófisis apenas se modifica la secreción de la hormona
estimuladora del tiroides (TSH), hormona adrenocorticotrópica (ACTH) y hormona del
crecimiento (GH) pero si cambian las concentraciones de la hormona foliculoestimulante
(FSH) y hormona luteinizante (LH), en relación con las alteraciones hormonales ligadas al
climaterio. Las hormonas T3 y T4 mantienen concentraciones normales. Es posible un
cierto descenso de su secreción, pero se compensa con una peor eliminación. Algo
parecido ocurre en la corteza suprarrenal.
No se modifican las concentraciones del cortisol libre plasmático y urinario ni los del cortisol
unido a proteínas, y es más lenta la depuración metabólica y menor el número de receptores
a los glucocorticoides. No cambia tampoco la respuesta de la ACTH plasmática a la
sobrecarga quirúrgica o a la hipoglucemia. En cambio, sí disminuyen la producción de
andrógenos suprarrenales y las concentraciones de renina y aldosterona en sangre y orina.
Hay pocos cambios en las tasas de secreción de insulina y se conserva normal la unión
insulina-receptor, por lo que la menor sensibilidad a la insulina observada con la edad se
atribuye a una mayor resistencia a ella en los tejidos periféricos. Esta resistencia a la
insulina es un fenómeno muy importante en la clínica y contribuye a explicar no sólo el
aumento de los individuos diabéticos y con intolerancia a los carbohidratos, como ocurre
entre la población anciana, sino también el incremento de las alteraciones relacionadas con
el síndrome metabólico. Por último, la depuración de las hormonas también se modifica en
el envejecimiento.
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f ) optimizar la comunicación
La valoración es un proceso continuo que debe guiar a través del tiempo, identificar los
problemas actuales y señalar las posibles soluciones. Asimismo, es preciso estar alerta
para detectar otros que pueden aparecer, ya sea por la evolución natural de estas
afectaciones o por las manipulaciones terapéuticas instituidas.
En primer término hay que desprenderse de los prejuicios antes de formular cualquier
diagnóstico. No es posible atribuir los síntomas y la mayoría de los problemas al mero
proceso de envejecimiento, ni tampoco renunciar antes de iniciar la empresa ante lo que
podría representar un reto difícil.
A continuación se revisan las pruebas de detección (o tamizaje) más utilizadas hoy en día.
2. La prueba del reloj. La idearon Shulman et al. en 1986 (Clock Drawing Test) y valora
principalmente las alteraciones visoespaciales y constructivas. El examen se desarrolla
como sigue: se pide al paciente que di- buje la carátula de un reloj en donde las manecillas
marquen las 3:00 h.
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3. El examen corto del estado mental. Pfeiffer lo ideó en 1975; es otro instrumento de
valoración utilizado con frecuencia en estudios epidemiológicos (sensibilidad de 86% y
especificidad de 90%; nivel de evidencia, II). El examen consiste en 10 preguntas:
f) ¿Cuándo nació?
Valoración social
Aunque la valoración social exhaustiva es función del trabajador social, el médico debe
conocer y hacer constar en su historia todos aquellos datos que puedan ser de interés y
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tengan repercusión presente o futura sobre el anciano. Permite conocer la relación entre el
anciano y su entorno. Aspectos relacionados con el hogar, apoyo familiar y social son
cuestiones importantes a la hora de organizar el plan de cuidados de un anciano. En función
de ellos podremos ubicar al paciente en el nivel asistencial adecuado y tramitar los recursos
sociales que va a precisar. Pongamos el caso de un varón de 82 años, viudo, que vive en
un tercer piso sin ascensor y que ingresa en una unidad de agudos por un accidente
cerebrovascular con hemiplejia izquierda secundaria. Una vez estabilizado, el paciente
inicia la recuperación funcional, siendo capaz a los diez días de caminar con ayuda de
andador, pero es dependiente para las actividades básicas de la vida diaria (aseo, vestido).
Este paciente no puede ser dado de alta a su domicilio dada la ausencia de un soporte
familiar que asegure el cuidado del paciente y que permita continuar su recuperación, por
ejemplo, en un Hospital de Día Geriátrico. En ocasiones, una falta de previsión de este tipo
de aspectos puede ser fuente de reingresos hospitalarios.
¿Qué preguntas deberíamos hacer como geriatras a un paciente para conocer su situación
social?:
— ¿Soltero, casado o viudo?
— ¿Tiene hijos?; en caso afirmativo, ¿cuántos?, ¿viven en la misma ciudad?
— ¿Con quién vive?
— ¿Tiene contactos con familiares, amigos o vecinos? ¿Con qué frecuencia?
— ¿Cómo es el domicilio donde vive?
— ¿Tiene ascensor el edificio donde vive?
— ¿Precisa algún tipo de ayuda para su autocuidado?
— ¿Quién es la principal persona que le ayuda o le cuida?, ¿tiene esa persona algún
problema de salud?
— ¿Recibe algún tipo de ayuda formal?
Creada a finales de los años noventa, se emplea para valorar la situación social y familiar
de las personas mayores que viven en domicilio. Su objetivo es detectar situaciones de
riesgo y problemas sociales para la puesta en marcha de intervenciones sociales. Evalúa
cinco áreas de riesgo social: situa ción familiar, vivienda, relaciones y contactos sociales,
apoyos de la red social y situación económica. La puntuación oscila entre 0 y 20, indicando
mayor puntuación peor situación social.
• Escala de Filadelfia
Desarrollada en 1975 por Lawton (Gerontol 1975; 30: 85-89) es la escala recomendada por
grupos de expertos de la British Geriatrics Society y el American Nacional Institute of Aging
para la medición o cuantificación de la calidad de vida. Evalúa la actitud frente al
envejecimiento, la insatisfacción con la soledad y la ansiedad con un objetivo claro, el de
medir el grado subjetivo de satisfacción del anciano. Su aplicabilidad es excelente y sólo se
ve limitada o interferida por la presencia de trastornos del lenguaje (afasias) y deterioro
cognitivo. Al realizar la valoración social, no debemos olvidarnos del cuidador principal,
pieza clave en el entramado de la atención en el día a día del anciano (9). En la sobrecarga
de los cuidadores pueden influir los siguientes factores: 1) la gravedad de la demencia y los
problemas de comportamiento que mostraba el paciente; 2) el tipo de relación entre el
cuidador y el paciente (esposo/a, hermano/a, hijo/a, nuera...); 3) los mecanismos de
enfrentamiento utilizados por los cuidadores, y 4) la accesibilidad a los recursos sociales.
La escala más utilizada para valorar la sobrecarga del cuidador principal de pacientes con
demencia es la escala de Zarit.
• Escala de Zarit
La escala de Zarit fue desarrollada con la finalidad de medir el grado en que el cuidador
percibía que su trabajo de asistencia al enfermo con demencia alteraba su propia salud
física y emocional, así como su situación económica (Gerontologist 1980; 20: 649- 654).
Explora el sufrimiento del cuidador principal en áreas de salud física, psíquica, actividad
social y recursos económicos. Es un instrumento autoadministrado del que existen varias
versiones, la más extendida de las cuales consta de 22 ítems, los cuales se encuentran
organizados en las subescalas de integración social (5 ítems), ocupación y orientación (5
ítems), independencia física (16 ítems) y movilidad (3 ítems). Cada ítem se puntúa de 1
(nunca) a 5 (casi siempre). La puntuación mínima es de 22, y la máxima, 110. Se han
establecido los siguientes puntos de corte: entre 22 y 46 indica no sobrecarga; de 47 a 55,
sobrecarga leve, y de 56 a 110, sobrecarga intensa. Se aconseja el despistaje sistemático
en pacientes con estadios leve-moderado, moderado y moderadograve, así como en todas
las demencias que cursen con síntomas psíquicos y conductuales.
Escuela Superior de Medicina
Instituto Politécnico Nacional
Hernández Jiménez María Guadalupe
1. Historial clínico en relación con la salud física. El objetivo es conocer los antecedentes y
la evolución de los diagnósticos establecidos.
2. Identificación de síndromes geriátricos:
a) Privación sensorial: visual y auditiva.
b) Incontinencia.
c) Inmovilidad.
d) Pérdida de peso y desnutrición.
e) Caídas.
f) Disfunción sexual.
g) Polifarmacia.
h) Problemas dentales.
i) Problemas de los pies.
3. Depresión.
4. Valoración del estado mental.
5. Valoración de la función.
6. Problemas sociales y familiares.
7. Medicina preventiva.
8. Colapso del cuidador.
9. Direcciones avanzadas.
10. Potencial rehabilitatorio.
1. Mental: mencionar tres objetos (mesa, cortina, lápiz, etc.), esperar un minuto y entre
tanto hablar con el paciente de otras cosas; pasado ese tiempo preguntar acerca de
los tres objetos. Si el paciente olvida uno de ellos, hay que aplicar el examen de
Folstein o Lobo.
2. Fármacos: preguntar por la lista de todos los fármacos, en especial los
anticolinérgicos y los psicotrópicos. Al mismo tiempo, se realiza el cálculo de la
depuración de creatinina según la siguiente fórmula: 140 – edad × peso/72 ×
creatinina sérica.
3. Función: preguntar acerca de dependencia para realizar las actividades de la vida
cotidiana. Si encuentra depen- dencia en más de una, realizar la escala de Katz.
4. Mobilidad: inquirir sobre las caídas en los últimos 12 meses; solicitar al paciente que
se levante y camine 10 pasos y vuelva a sentarse.
5. Social: preguntar al paciente: ¿quién le ayudaría si usted se enfermara?
6. Direcciones avanzadas: preguntar al paciente: ¿tiene usted un testamento en vida
o un poder notarial para su atención en caso necesario?
7. Audición: hacer la prueba del susurro, tras ocluir un conducto auditivo a la vez.
8. Visión: realizar la prueba de agudeza visual (Snellen) mediante los lentes que usa
el paciente de manera cotidiana.
9. Incontinencia: preguntar en el caso de la mujer: ¿ha tenido fugas de orina al toser,
estornudar?, ¿en oca- siones no puede llegar al retrete y moja usted la ropa interior?
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