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Autores: Fernando Huesca Ramón


Título del trabajo: “La filosofía del arte hegeliana como modelo de análisis
estético institucionalista”

En: Fabelo Corzo, José Ramón; Romero Bello, Mariana


(Coordinadores). La estética y el arte a debate II. Colec-
ción La Fuente. BUAP. Puebla, 2018.

Páginas: pp. 14-25


ISBN: 978-607-525-583-5
Palabras clave: Espíritu, arte, belleza
La fiLosofía deL arte hegeLiana como modeLo deL anáLisis estético institucionaLista

Fernando Huesca Ramón1

El idealismo objetivo de Hegel coloca, ciertamente, el contenido social e histórico del arte
en el centro de sus investigaciones.
Georg Lukács, Contribuciones a la historia de la estética

El tema de un Hegel revival, es decir de un resurgimiento en el interés por el estudio del


pensamiento hegeliano, es ya palpable y evidenciable de modo amplio y concreto: Karl Ilting
2

derecho impartidos por Hegel en Heidelberg y Berlín entre 1818 y 1831. Esta es actualmente
la base sine qua non para todo estudioso a profundidad del pensamiento político hegeliano.
Asimismo, Birger Priddat, precisamente sobre la base de la obra de Ilting publicó en 1990,
un estudio sobre las ideas económicas de Hegel, mismo que se encuentra enmarcado dentro
de un proyecto global de pensamiento que apunta a la defensa de una tercera vía en cuanto
a los paradigmas económicos, con respecto al liberalismo y al comunismo. Además, teóricos
sociales de la llamada escuela comunitarista como Charles Taylor, Amitai Etzioni y Schlomo
Avineri, en la segunda mitad del siglo XX, se han ocupado directamente del pensamiento
hegeliano, en torno al tema general de la relación de lo político, con lo social y lo económico.

Hegel con el psicoanálisis lacaniano, llegando a interesantes y relevantes resultados a efectos


de una teoría global de la cultura. Finalmente, la idea de un “Hegel secreto”3 o un otro
Hegel
las ideas de Ilting sobre la reacción prudente de Hegel ante el clima policial (en el sentido
de política pública) represor y ultraconservador en Prusia en la época de las Deliberaciones
de Karlsbad.4 Todo esto apunta a que las ideas, en lo político, de un Hegel ultraconservador

1 Profesor de la Maestría en Estética y Arte de la BUAP.


2 Siguiendo a Hegel, no tenemos problema alguno en considerar el carácter serio, objetivo, relevante y

carácter en el pensamiento hegeliano.


3 David MacGregor, Hegel, Marx and the English State, p. 15.
4 Las Deliberaciones de Karlsbad fueron una serie de intrigas y reuniones políticas orquestadas en 1819
por el canciller austríaco Metternich, alrededor del estado de Restauración en Europa después de la derrota
de Napoleón, a partir del temor político de las monarquías aristocráticas (incluyendo la del rey de Prusia

revolucionarios o de la ampliación de la vigencia de ideas democráticas y republicanas, como las que llevaron
a la Revolución Francesa. Como parte de este intento de preservar el status quo de la Restauración, se dieron

14
y hasta protototalitario (La sociedad abierta y sus enemigos de Popper, cuenta a la fecha,

un Hegel dogmático y petulante, sobre el tema de la verdad absoluta o el saber absoluto,


se desvanecen o tienden a hacerlo progresivamente, para dar cabida a la integración del
pensamiento hegeliano dentro de un esquema teórico integral sobre la realidad humana de
cuño crítico, objetivista y normativo.5
Precisamente en ese sentido es que proponemos enmarcar nuestro trabajo. Es decir, lo
que nos proponemos en estas páginas es esbozar la manera en que el pensamiento hegeliano,

establecer un marco sólido de estudios estéticos (esto es, de estudios sobre el arte), sobre la
base de un conjunto de categorías de análisis que podrían servir para estudiar el arte, de todas
las épocas y de todos los tipos. Así, nos proponemos, para decirlo de modo claro y abierto,

servirnos como modelo de análisis para obras de arte, incluso en nuestros propios días. Como
veremos a lo largo de la exposición, efectivamente, las categorías de análisis estético podrán
ser integradas con categorías ontológicas, políticas, económicas, sociales, históricas, etc.
Entonces, nuestro trabajo habrá de constar de dos momentos: en primer lugar,
habremos de abordar la cuestión de las instituciones o la institucionalidad a partir de Hegel,
y en segundo lugar habremos de vincular este tema social, económico y político, con la
cuestión estética
núcleo teórico.

I
En el título de esta presentación hemos colocado el anexo institucionalista a la noción de
análisis estético. En efecto, a lo que apuntamos con ello es a resaltar la centralidad de la

severas restricciones a la libertad de prensa y de cátedra en Alemania, a partir de la instauración obligatoria de


instancias censoras, hacia los escritores, los profesores y los estudiantes. Cfr. Eberhard Büssem, Die Karlsbader
Beschlüsse von 1819, die endgültige Stabilisierung der restaurativen Politk im Deutschen Bund nach dem
, Gerstenberg, Hildesheim, 1974. La Filosofía del derecho de Hegel fue sujeta a

académica y política, tuvo que adaptar los contenidos de su texto de imprenta, a efectos de no llamar la atención
de las autoridades inquisitorias, reservando para el marco de cátedra, la exposición libre y extensa, de sus ideas
sociales y políticas.
5 El “otro Hegel” vendría a ser un Hegel, si bien no del todo liberal, sí por lo menos crítico ante las instancias
institucionales de todo Estado moderno que son incompatibles o restrictivas de la libertad subjetiva y de la
libertad política. Este otro Hegel vendría a ser así, un agudo crítico del Estado prusiano como realmente existía
este hacia 1820. Igualmente, el tema ha llevado a plantear la cuestión de un “Hegel de izquierda” o un Hegel
cercano a ideas democráticas. Cfr. Stefan Gandler, Fragmentos de Frankfurt.

15
cuestión institución dentro del pensamiento hegeliano en general, pero igualmente en la parte
estética de este. Cabe apuntar, entonces, siquiera de modo sumario, la noción hegeliana de
institución.

realidad (Wirklichkeit) del todo libre yace por ello en las instituciones de la libertad de la
persona y de la propiedad, leyes públicas, tribunales arbitrados […] además en la montura
de las ramas particulares de la sociedad civil”.6 A partir de este pequeño fragmento podemos
entender a las instituciones, como “garantía y realidad del todo libre”. Naturalmente este

para decirlo en términos sencillos, de sociedad u organización humana como totalidad, en


el sentido de que todas las formaciones y fuerzas humanas deben dirigirse hacia una agenda

por todos).
En la concepción hegeliana esto solamente puede darse de modo pleno y adecuado en
un Estado, y en un Estado que funcione como organismo7 y no como mero agregado atómico
de partes conjuntadas por vínculos contractuales y/o de coerción (como en un Estado à la
Hobbes). Luego, partiendo del entendido de que las instituciones son la garantía y realidad
de una totalidad ética (estatal por excelencia, en Hegel), cabe retomar la segunda parte del

del todo: “libertad de la persona y de la propiedad”, “leyes públicas”, “tribunales arbitrados”


y la “montura” general de la sociedad civil (en otros loci textuales hegelianos sería posible
instituciones de libertad, empero basten estas para
nuestro argumento) son las instancias concretas, que permiten el desarrollo libre y orgánico
del todo ético. Podemos apuntar, sumariamente, que si estas instituciones faltan o fallan, el
todo ético se malogra o en todo caso, si se mantiene estable, lo hace de manera despótica y a
costa del respeto a la esencia humana, es decir, la libertad. En resumen: para juzgar la justeza
o la aceptabilidad de un determinado entorno ético el criterio a esgrimir es precisamente el
de la patencia de estas instituciones garantes de la libertad humana.
Luego, el tema de la constitución (Verfassung, Konstitution) concomitante al de
las instituciones en el pensamiento político hegeliano (de hecho podríamos marcar que
constitución e instituciones son los conceptos nucleares de Hegel en ese tema) es el anclaje
clave para entender la teoría del Estado del autor de la Filosofía del derecho
y categórica concepción sobre lo político. En sus propias palabras:

6 Friedrich Hegel,
, p. 271.
7 F. Hegel, vol. IV, p. 644.

16
Estas instituciones [como el matrimonio y las de la sociedad civil, como pueden ser policía,
corporación y administración de la justicia] forman la constitución (Verfassung), esto es, la
racionalidad desarrollada y realizada, en lo particular

los pilares fundamentales de la libertad pública, puesto que en ellas la libertad particular está
realizada (realisiert) y racionalmente a la mano, de modo que en ellas mismas se encuentra
igualmente en sí (an sich), la unión de libertad y necesidad .8

Se trata de un fragmento sumamente sustancioso a efectos de nuestra exposición. En


un primer momento se entiende, de manera clara, que la constitución, en tanto “racionalidad
instituciones
que conforman la concreción (encarnación si se quiere, para ser más didáctico) del “concepto
de libertad”9 (la esencia humana que apuntamos con anterioridad) en la realidad efectiva

Podríamos igualmente consignar, que una constitución propiamente racional


requiere necesariamente de instituciones racionales, esto es, instituciones compatibles con
sancionantes de la libertad subjetiva y la libertad sustancial. En un segundo momento cabe

absoluta necesidad de inclusión

que sea nuclear y fundamental en la concepción ontológica hegeliana es precisamente el


tema de la subjetividad, de la autoconsciencia
considerarse que hay constitución política alguna, fundada sobre la base de instituciones que,

derecho” hegeliana, redunda en la defensa a ultranza de la patencia en la organización estatal


de “distintos poderes” (en Hegel: soberano, legislativo y gubernativo) que a su vez son la

8 F. Hegel, Grundlinien der Philosophie des Rechts, p. 412.


9 Cfr. F. Hegel, Vorlesungen über die Philosophie der Geschichte, p. 135. “La libertad sustancial es la razón
de la voluntad existente en sí, que se desarrolla luego en el Estado. Por esta determinación de la razón no se

se comportan en entera sumisión. Estas leyes no necesitan corresponder a la propia voluntad”. Así, de acuerdo
a Hegel, el concepto de libertad tiene dos componentes constitutivos, a saber, el subjetivo, que implica los
sustancial, que
implica la patencia de arreglos institucionales (estatales, por excelencia), o de instancias organizativas (como
la familia, organizaciones de la sociedad civil como fábricas y corporaciones, etc.), que integran al individuo
dentro de un determinado grupo, lo que requiere que el individuo, en tanto particular, adapte su voluntad
individual a las exigencias universales de sostenimiento funcional de estos elementos grupales. A partir de
Hegel, se puede hablar con toda propiedad de libertad subjetiva y libertad sustancial, en este sentido.

17
garantía efectiva y operativa de la libertad subjetiva y la libertad sustancial.

este hilo argumentativo con el así llamado, actualmente, institucionalismo,10 mismo que
implicaría en términos muy generales la apuesta por la mirada a las instituciones como

y lo macro, desde lo normativo y lo positivo, desde la economía, el derecho, la historia y


la sociología”,11 y así de una manera, de principio, integrativa de distintas áreas del saber.

los teóricos más eminentes y reconocidos en el tema institucionalismo en la actualidad)


de la noción de institución
hegeliana:

Las instituciones son las reglas del juego en una sociedad, o más formalmente, son las

ellas estructuran incentivos para el intercambio humano, ya sea político, social o económico.

tiempo y por lo tanto es la clave para entender el cambio histórico.12

Consideramos plenamente que con un par de ajustes terminológicos y conceptuales,


las ideas de Hegel podrían colocarse par a par con este hilo de argumentación.13

10 Cfr. Adolfo Eslava Gómez, Hernán Orozco Guayara y Germán Valencia Agudelo, “Los nuevos
institucionalismos como riqueza metodológica para el estudio de la política”, p. 6. Los autores hablan, en
efecto, de “nuevos institucionalistas” que han “retomado el programa de investigación del institucionalismo
clásico y le han incorporado los desarrollos metodológicos del conductismo y de la elección racional, así como
aportes de diversas disciplinas como la sociología, la historia, la economía y otras ciencias sociales. Con ello se

la ciudadanía y los partidos políticos, entre otros) pueden encontrar explicaciones más coherentes y completas.”
Así, el nuevo institucionalismo estaría caracterizado, en primer lugar, por la continuación

cuanto lo antropológico y lo económico, proveniente de distintas disciplinas.


11 Ibidem, p. 14.
12 Douglass North, Institutions, Institutional Change and Economic Performance, p, 3.
13 Por ejemplo: Hegel hablaría de instituciones qua garantía de la racionalidad de una sociedad, misma que,
precisamente, para dar concreción a una racionalidad concreta plena, en lo político, debería estar constituida
en un Estado con división de poderes. El “intercambio humano” vendría a ser entendido como eticidad en el
sentido de una organización de convicciones y prácticas que redundaran en la atención, tanto de la subjetividad
como de la sustancialidad ética

hacia la realización del concepto de libertad


como un “cambio histórico”, hegelianamente, tendría que ser entendido en una dimensión de progreso hacia la
racionalización de la realidad inmediata en el sentido sencillo de hacer a esta realidad, en lo general, compatible
con las determinaciones del concepto de libertad.

18
II
Es momento de marcar la transición hacia la parte propiamente estética de nuestro trabajo,
sin olvidar, por supuesto, la estructural vinculación que existe en el pensamiento hegeliano

Consideramos que la manera más adecuada de iniciar nuestra exposición sobre el

(Dasein objetiva
para la intuición y representación. Lo bello en y para sí es objeto del arte, no la imitación de
la naturaleza […] La estética considera las formas concomitantes a esta presentación bella.14

por Hegel para sus estudiantes preparatorianos de Nürnberg) nos da todos los elementos que
necesitamos a efectos de esta exposición.

del “espíritu” para la “intuición y representación” (sensible podemos agregar, aunque ello

sobre el vocablo espíritu cabe la sucinta aclaración, primero, de que es posible entenderlo en
relación de sinonimia con otros términos hegelianos como la Idea, lo racional, lo ético, lo
verdadero, lo sustancial, lo humano, la verdad en y para sí, etc. Para agregar un ulterior anexo

del derecho de Hegel para explicitar el tema del espíritu o la Idea: “El objeto de la ciencia

(Verwirklichung)”15 y “La idea del derecho es la libertad, y para ser verdaderamente captada,
debe reconocerse la Idea en su concepto y en su existencia”.16 Consideramos que una síntesis
(hasta traducción, si se quiere) de estas ideas redunda en el planteamiento: el objeto de la

como en su realización social e histórica en la existencia concreta.


Efectivamente, si uno se propusiera desglosar el “concepto del derecho” (tema, por lo
demás que es el núcleo argumentativo de la Filosofía del derecho), entroncaría cabalmente
con el tema de la libertad de propiedad, de la libertad de convicción, de la libertad económica
y la libertad política. Podemos establecer, así, que el tema del espíritu o la Idea, redunda

14 F. Hegel, Nurnberger und Heidelberger Schriften, p. 65.


15 F. Hegel, , p. 96.
16 F. Hegel, Grundlinien, p. 29.

19
fundamentalmente en categorías jurídicas, morales, económicas y políticas, mismas que a su
vez, no están desvinculadas de nociones ontológicas y (piénsese en universalidad,
realidad, existencia, necesidad
(lo cual veremos en breve). El espíritu, o el concepto de espíritu (en Hegel la realidad y la
conceptuación son temas concomitantes e inseparables) entonces equivale a un entramado
conceptual, integrativo de todas las esferas de la experiencia del hombre llevadas a un plano
jerárquico que establece una arquitectónica de temáticas de la acción humana (desde lo
volitivo y sensitivo hasta lo artístico, religioso y teorético).

“para la intuición y representación” del arte. Si algo caracteriza esencialmente al arte en la


concepción hegeliana, es el hecho de que este existe en la sensibilidad (como objeto material
si se quiere) y para la sensibilidad (accesible a la percepción sensible –visual y auditiva–
por excelencia). Existe como objetividad exterior, y presentando de manera individualizada
preservada (salvaguardada de la ruina de
lo perecedero a través del material o sencillamente, a través del existir como imagen en
la memoria humana –o podríamos decir actualmente–, subsistir en alguna plataforma
informática) instancias de carácter espiritual. Esto tiene que ver, a su vez, con la cuestión
de la forma y el contenido, instancias nucleares a la concepción hegeliana (y a su vez a toda
estética posterior a Hegel):17 “en el contenido concreto yace igualmente el momento también
de aparición fenoménica exterior y real (wirklicher), en efecto, sensible”.18
Sobre el hilo de exposición hegeliano queda claro que el “contenido concreto” que
aparece de manera “fenoménica exterior y real” es el espíritu, entendido de la manera arriba
expuesta, mientras que el tema de la forma debe remitirse a la cuestión de la sensibilidad

un lado, que se den diferentes instancias sensibles, en la cual el espíritu, o lo espiritual se


presenta para la intuición, lo que a su vez, determina todo un “sistema de las artes” que abarca
desde la arquitectura hasta la poesía (en la concepción hegeliana, pero consideramos que se
puede ampliar el esquema, sin mayor problema, para abarcar la cuestión de la fotografía y
del cine), artes concretas que vendrían a entenderse, sencillamente, como formas sensibles en
las cuales se presenta algo espiritual (esto es, algo cultural concerniente a la acción humana

dimensión histórica (el siguiente aspecto que vamos a considerar, por cierto) se den distintos
modos de plasmación, por así decirlo del contenido espiritual en la forma sensible, lo que

17 Ya sea que se les elabore en un sentido político como en Lukács y en Adorno, o que se les abandone
conscientemente por motivos fenomenológicos, como en el caso de Heidegger.
18 F. Hegel, , p. 128.

20
redunda, en la historia del arte, entendida, a partir de Hegel, como despliegue progresivo de
la adecuada captación de lo espiritual y su plasmación en lo sensible.
Precisamente el tema, en el fragmento citado sobre las “formas concomitantes” a
la “presentación bella” incide en esta cuestión de la historicidad del arte. En efecto, Hegel

patente un proceso progresivo de entendimiento adecuado de la Idea en el sentido concreto


de que a lo largo de la historia universal, la esencia de lo humano (en este punto debe quedar
claro el arreglo cómodo de Hegel con la metafísica), es decir, la libertad, en general, es
paulatinamente captada y determinada, en lo conceptual (pero también en lo religioso, lo
artístico y lo institucional) de modo recto. Sin entrar en detalles en la cuestión, consignamos
que Hegel establece tres modos o formas en que se da la captación progresiva de la esencia
de lo humano en el arte. Se trata de su concepción sobre la forma de arte simbólica, clásica
y romántica que son, a su vez y sucesivamente, mejores y más adecuados modos de plasmar
lo espiritual (lo humano) en lo sensible. Es en este sentido que cabe hablar del arte romántico

universal en sí, como se hace consciente de sí en el hombre, constituye el contenido interior


del arte romántico, y así la materia inmensa de este es toda la humanidad y su desarrollo
entero”.19
En este punto es menester establecer el puente concebible a partir del pensamiento
hegeliano entre “lo institucional” y “lo artístico” (el tema central en nuestra exposición).
Notablemente habremos de limitarnos, en la presente exposición, al ámbito de la poesía (en
el sentido hegeliano), o para decirlo en términos más palpables, de la literatura. Empero cabe
por lo menos señalar que el modelo de análisis institucional aquí propuesto podría llevarse a
otras áreas de lo artístico.20

Para el actuar verdaderamente trágico es necesario, que el principio de la libertad individual


y la autonomía, o por lo menos, de la autodeterminación para el querer responder por el acto
propio y sus consecuencias, se encuentre ya despierto.21
En lo novelesco, en el sentido moderno, la casualidad de la existencia (Dasein) exterior se
bürgerliche Gesellschaft) y del
Estado (Staats), de modo que ahora la policía (Polizei), los tribunales, la armada, el gobierno
22

19 Ibidem, p. 575.
20 Cfr. Katerina Deligiorgi, “Modernity with pictures: Hegel and Géricault”, en , pp.
La balsa de la Medusa de Géricault, explorando
elementos de contenido histórico y político, y de construcción formal de la imagen y en el lienzo.
21 F. Hegel, Ästhetik III, p. 320.
22 F. Hegel, p. 658.

21
A partir de estos dos fragmentos tomados de las lecciones sobre estética hegelianas
(en la edición de Hotho) deseamos esbozar el armazón teórico de la metodología de análisis
estético institucionalista que nos proponemos acuñar. A su vez, este armazón teórico servirá
para apuntar, aunque sea de modo sucinto, las líneas generales de examinación sobre un caso
estético concreto, como lo es el Wilhelm Meister de Goethe.

poesía dramática moderna y la antigua, la pauta de análisis es clara: el drama propiamente


trágico requiere de la plasmación, en el terreno de los caracteres y las acciones, del “principio
de la libertad individual”. Esto no se encuentra en poesía alguna anterior a la griega (en el
análisis hegeliano sobre la historia de la poesía), de modo que la conclusión que se establece
es, sencillamente, que antes de la tragedia griega (como la poseemos actualmente a partir
de las obras de Esquilo en adelante), no existió arte dramático trágico alguno. En efecto,
sin la instancia de autodeterminación y aceptación de la responsabilidad por las acciones no

aceptaciones de responsabilidades se enfrenten y colisionen de manera aguda y hasta violenta


entre sí. Una colisión aguda así se da, precisa y claramente, en la Antígona de Sófocles, o en
la Orestíada de Esquilo.23
Nuestra conclusión preliminar en este punto es: a efectos del estudio de la poesía
moderna, antigua y simbólica, una categoría central a tener estrechamente en cuenta es la
del “principio de libertad individual”, o en otras palabras, el principio de subjetividad. En la
dimensión diacrónica, entonces, un análisis estético institucionalista, debe partir del entendido
de que un elemento central que es menester invocar para la mirada teorética sobre la obra
literaria es el del grado en que se presenta la “libertad individual”, la autodeterminación de
los caracteres y el devenir de las acciones como producto de su propia deliberación (y así, no
por mero hado o azar exterior).

seguro, de la sociedad civil y del Estado”, “la policía”, “los tribunales”, “la armada”, “el
gobierno estatal”, son nada más y nada menos que aquellas instituciones apuntadas al inicio
de este trabajo y caracterizadas como “garantía y realidad del todo libre”. Lo son, en la
dimensión histórica, puesto que ellas marcan la transición del mundo feudal (Hegel habla en
esos términos) al mundo moderno
la patencia y operatividad del principio de libertad (individual y sustancial). Entonces, para

23 Cfr. Peter Szondi, An Essay on the Tragic. El tema, notoriamente tiene estrechamente relación con la
llamada, a partir de los estudios de Szondi, .

22
en la concepción hegeliana, se valen del mismo aparato teórico de análisis, a saber, el de la
forma, manera y vigencia en que la instancia de “todo libre” se presenta, ya sea en el discurso

historia (y en este caso, a las instituciones y al arte) de manera “neutral”, o “sin prejuicios” o
“sin conceptos”, se acerca con la mirada del lente de la razón: “El convencimiento y visión de
que la razón gobierna el mundo es un requisito en la consideración de la historia como tal, en
general”.24
hegeliana, la Fenomenología del espíritu.
Finalmente, a partir de este desarrollo previo, podemos establecer que el análisis
institucionalista de la literatura (en este caso) se propone rastrear y explicitar las estructuras
institucionales y los comportamientos en los individuos, que se encuentran presentados o
plasmados en el discurso literario. Se propone evidenciar cómo instancias jurídicas, morales,
económicas y políticas (entre otras espirituales, igualmente) se encuentran en el discurso
literario, encarnadas en caracteres y acciones concretas que muestran el despliegue de “lo
humano”25 en toda su dimensión y dinamismo ético, de manera inmediata al receptor, y

investigador de lo espiritual).
En el caso del Wilhelm Meister de Goethe, para asentarlo aunque sea a manera de
basto esbozo, a lo largo del decurso de narración se presentan las instancias del deseo de
sustraerse de la “enmohecida vida burguesa”,26 de la espiritualidad de los “negocios” y lo
aplaudible del “comercio”,27 de la honorabilidad tanto del aristócrata ilustrado, como del
“burgués” laborioso,28 de la deseabilidad del ahorro o economía a efectos de no malemplear
el “capital”,29 de “valor” económico y de “verdades económicas”,30 de la deseabilidad (y
hasta carácter terapéutico) de “vivir según las costumbres de un buen número de personas”,31
de “derechos”, concesiones de tierras o prerrogativas, repartición de “rentas” y conciliación

24 F. Hegel, Vorlesungen über die Philosophie der Geschichte, p. 20.


25 Cfr. F. Hegel, p. 677. “Sin embargo, en este ir del arte más allá de sí mismo hay en igual
medida un retornar del hombre a sí, un descender a su propio pecho, por lo cual el arte se deshace de toda
humano [Humanus] su nuevo
santo y de lo humano su santuario: las profundidades y alturas del ánimo humano como tal, lo universal humano
en sus alegrías y sufrimientos, sus empeños, acciones y destinos”.
Los años de aprendizaje de Wilhelm Meister, p. 114.
27 Ibidem, p. 117.
28 Ibidem, p. 260.
29 Ibidem, p. 364.
30 Ibidem, p. 365.
31 Ibidem, p. 422.

23
de intereses entre terratenientes y “campesinos”,32 de la diversidad de los “modos de vida” de
las “diferentes clases sociales”33
egoísta”34 que espera a quien no ha nacido en una familia privilegiada en lo social y en lo
económico. Nos parece que todos estos elementos rondan con el tema esbozado a lo largo de
esta exposición de la presentación sensible (en este caso para la imaginación poética, por así
decirlo) de instancias jurídicas, morales, sociales, económicas y políticas. El propio juicio de
Hegel sobre el tema es el siguiente:

empero, no son en el mundo moderno sino los años de aprendizaje, la educación del individuo

de aprendizaje consiste en que el sujeto después de sus correrías juveniles alcance prudencia
y circunspección, en que con sus deseos y opiniones se aleccione en las relaciones existentes
y la racionalidad de las mismas, en que entre en la concatenación del mundo y en que alcance
en él un punto de vista adecuado.35

Que las “relaciones existentes y la racionalidad de las mismas” ha de entenderse en la


operación y patencia de instancias como “policía”, “padres”, “Estado”, “leyes” o “derechos”,
en general” (es decir, instituciones) es el entendido de Hegel mismo. El cometido del arte,
siguiendo estas líneas, y que el Wilhelm Meister, en literatura, cumpliría a cabalidad es
sencillamente: llevar a la consciencia los contenidos éticos, y así, institucionales, que operan
y determinan la vida humana en sociedad.
A modo de conclusión, deseamos, meramente apuntar, que el pensamiento estético
hegeliano no se agota en la apuesta por el estudio institucional de las obras de arte. Hay vías
lo
formal en el arte) que encontrar en la estética hegeliana, mismas que servirían para explorar
la cuestión de la ironía y la colocación de los “medios artísticos”36 como contenido del arte
mismo. Sin embargo, estos temas tendrán que ser materia de estudio para otro momento.

Bibliografía citada
Büssem, Eberhard, Die Karlsbader Beschlüsse von 1819, die endgültige Stabilisierung der
,
Gerstenberg, Hildesheim, 1974.

32 Ibidem, p. 511.
33 Ibidem, p. 542.
34 Ibidem. p. 565.
35 F. Hegel, , p. 659.
36 Ibidem, p. 667.

24
Deligiorgi, Katerina, “Modernity with pictures: Hegel and Géricault”, en
modernity
Eslava Gómez, Adolfo, Hernán Orozco Guayara y Germán Valencia Agudelo, “Los nuevos
institucionalismos como riqueza metodológica para el estudio de la política”, en
Revista Opera,
Gandler, Stefan, Fragmentos de Frankfurt, Ciudad de México, Siglo XXI, 2009.
Los años de aprendizaje de Wilhelm Meister, Madrid, Cátedra,
2000.
, Leipzig, Reclam, 1977.
___________, Ästhetik III, Leipzig, Reclam, 2003.
___________, Die Philosophie des Rechts, Die Mitschriften Wannenmann (Heidelberg

____________, Grundlinien der Philosophie des Rechts, Frankfurt am Main, Suhrkamp,1970.


___________, Nurnberger und Heidelberger Schriften, Frankfurt am Main, Suhrkamp, 1970.
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Suhrkamp, 1986.
___________, vol. 4
Holzboog, 1974.
MacGregor, David, Hegel, Marx and the English State, Toronto, University of Toronto Press,
1996.
North, Douglass, Institutions, Institutional Change and Economic Performance, Cambridge,
Cambridge University Press, 1990.
Szondi, Peter, An Essay on the Tragic, Stanford, Stanford University Press, 2002.

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