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INTRODUCCION
1.1 ANTECEDENTES
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Dependencia Emocional
Siguiendo, Echeburúa & De Corral (1999) en el II Congreso de la Asociacion
Española de Psicología Clínica y Psicopatología, exhibe su articulo sobre los
Avances en el Tratamiento Cognitivo-Conductual de los Trastornos de
Personalidad, presentando por primera vez el termino “Dependencia Afectiva”
exhibida como una dimension de un trastorno de la personalidad caracterizado
por un patrón crónico y estable a lo largo de la vida con síntomas variados
como depresión reactiva, trastornos obsesivos o síndromes desadaptativos.
Abriendo de esta manera el campo de investigacion cientifica como un patrón
crónico con sintomatologia propia.
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edad. Los resultados obtenidos de interes refieren que la edad predominante
se sitúa entre los 26 y los 45 años y el 78% de ella se encuentran en plena
formacion academica superior a nivel universitario o técnico, cruzando de esta
manera un periodo crucial en el desarrollo sus capacidades y habilidades. En
cuanto a los niveles de Dependencia Emocional estos son significativamente
elevados, los factores que puntaron con mayor intensidad son: Ansiedad de
separación, Necesidad de expresión afectiva por parte de la pareja,
Modificación de planes y el Miedo a la soledad, en cambio la dimension de
Expresión límite y la Busqueda de atención se presentan con menor intensidad
en comparación con los anteriores, sin dejar de presentar niveles altos.
Desde otra perspectiva, los psicologos Izquierdo & Gomez (2013) exponen que
las relaciones de los dependientes estandar, suelen estar expuestas a
manifestaciones emocionales de celos obsesivos, sensaciones de inseguridad
y sospecha constante sobre el comportamiento de la pareja, expresion
emociónal impulsiva, al igual que una serie de comportamientos obsesivos que
el dependiente utiliza para controlar a la persona, estos suelen ser llamadas o
mensajes continuos, revisión de redes sociales, de objetos personales, entre
otras. Demostrando así que dentro de la dinamica patologica de relacion, la
pareja del dependiente esta sujeto a comportamientos desagrables que
pertuban de igual manera su bienestar psicologico.
El autor Castello J (2012) refiere que por factores culturales y biológicos las
mujeres al ser más afectivas les dificulta desvincularse emocionalmente y
permitir que la agresividad se mezcle con dicha afectividad, en cambio los
varones se le es más accesible la salida de desvinculación afectiva y con ella,
la fusión de sentimientos de amor con los de agresividad, abriendo el paso a
manifestar una Dependencia Emocional Atípica de alta peligrosidad para sus
miembros regida por actitudes ambivalente de amor, posesividad desinterés y
desprecio que convierten lo bonito del amor en un trastorno que resta amor
propio y calidad de vida en este caso a ambos miembros de la relación.
En cambio, los autores Mallma (2014), Laca & Mejia (2017) citan que a menor
edad mayor es el nivel de DE, argumentando que la población adolescente y
adulta joven son más vulnerable, por el hecho de que se encuentran en etapas
cruciales de formación de su identidad y el establecimiento de relaciones de
intimidad, resaltando los lazos afectivos que se dan en una relación de pareja
que involucra compromiso.
1.5 HIPOTESIS
1.6 RELEVANCIA
1.6.1 Académica
Por ende, consecuentemente tras una investigación científica que abarca sobre
las dimensiones de esta en sus diferentes niveles de manifestación, además
desarrollada en la población de Santa Cruz de la Sierra con una muestra
aleatoria y diversa que abarca ambos sexos, diferentes edades, niveles de
instrucción y estratos socioeconómico. Otorgará a los profesionales interesados
un mayor dominio del trastorno y como este funciona en la dinámica de
relacionamiento de la pareja, además de la relación que puede coexistir con las
características sociodemográficas de la población.
Una vez, presentado ello ayudara en gran proporción a optimizar las acciones
profesionales que pueden desempeñar en el campo terapéutico, acerca de las
medidas y acciones a desarrollar tanto en la prevención terciaria, secundaria y
primaria, ya sean programas de psicoeducación, concientización, protección y
promoción de la salud emocional que intervengan sobre la incidencia de esta
problemática presente en la población.
1.6.2 Científica
1.6.4 Personal
MARCO TEORICO
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2.1 AREA DE INVESTIGACION: PSICOLOGÍA CLÍNICA
Para los autores Tomas, Jaumen, Gondon, & Batlle (2008) y Ruiz, Diaz, &
Villalobos (2012) el enfoque cognitivo conductual se fundamenta en principios y
procedimientos validados empíricamente. Basándose dichos principios en la
integración de los dos modelos cognitivo y conductual, los cuales se
expondrían a continuación:
2.3.1 DEFINICIÓN
El citado autor refiere que la finalidad evolutiva del apego es distinta, la del
apego ansioso esta direccionada a la búsqueda de cuidado y protección, en
cambio en la dependencia emocional su vínculo es afectivo, busca relacionar
emocionalmente a los individuos con el propósito de lograr una organización
social cohesionada, es decir una relación amorosa sexual.
Otra opinión es la otorgada por Morris (1982) citado por Feeney & Noller (2001)
argumenta que, “debido a la primacía y profundidad de la relación temprana de
apego entre niño y cuidador, es probable que este vínculo sirva como prototipo
para las posteriores relaciones de intimidad”. Por lo que se puede ver que la
persona que presenta apego ansioso trasfiera esto a todas las áreas de su
vida, en este caso servirá como prototipo en su relación sentimental, además
de ello Morris menciona los sorprendentes paralelismos existentes entre el
apego ansioso y la mala elección de parejas sentimentales y el matrimonio
disfuncional.
2.3.2.2 Adicción al amor
Así mismo Moral & Sirvent (2008) refiere que la adicción al amor se encuentra
dentro de las dependencias relacionales genuinas (dependencia emocional,
adicción al amor, dependencias atípicas), conformándose como una de las
principales características de la dependencia emocional manifestándose a
través de comportamientos adictivos en la relación interpersonal.
Otros autores como Sophia, Tavares, & Zilberman (2007), Mayor I (2000)
citado por Izquierdo & Gomez (2013) al comparar los criterios con el modelo
tradicional de los trastornos relacionados con sustancias contenidos en el
DSM-IVR (APA, 1994) con características que normalmente presentan las
personas con DA, han encontrado las siguientes similitudes:
2.3.2.3 Sociotropía
Los autores Beck (1983), Clark & Beck (2010), Alford, Clark, & Beck. (1999)
Otani, y otros (2014) citado por Toro, Aarias, & Sarmiento (2016) mencionan
que dentro del modelo cognitivo existen dos tipos de estilos en los pacientes
deprimidos sociotropía y autonomía. En este apartado se analizará el primero,
cuyo contenido específico está asociado a una elevada necesidad de
aceptación, compañía, relaciones cercanas y un miedo excesivo al abandono,
rechazo y desprecio, este puede desarrollar un trastorno ansioso o depresivo si
un evento estresante resulta congruente con sus esquemas desadaptativos
latentes.
Para los autores Medina, Moreno, Lillo, & Guija (2014) definen la sociotropía
como un estilo afectivo que se basa en la necesidad imperiosa de cariño, con
una sobrevaloración del rechazo que se considera como predictiva y fiable de
padecer cuadros depresivos.
En su estudio los autores Moral & Sirvent (2008) clasifican la sociotropía dentro
de las dependencias sentimentales atípicas junto con el apego ansioso, las
cuales no tienen una naturaleza vincular bien definida ya que puede derivarse
de un proceso mórbido primario.
Los autores Medina, Moreno, Lillo, & Guija (2014) refieren que la sociotropía es
uno de los estados genéricos de dependencia emocional, que contiene
elementos conceptuales propios de la DE, pero no al revés.
Para el autor Mayor I (2000) esta necesidad de acceso cada vez mayor dirigida
a la pareja recibe el nombre de “craving” conformándose como uno de los
elementos importantes relacionados con las «adicciones amorosas». Cabe
mencionar la similitud de las conductas adictivas con la dependencia
emocional.
Otros autores que argumentan ello es Moral & Sirvent (2008) quien postula que
en los dependientes sentimentales se va instaurando una tendencia toxicofílica
que les impele a depender de esa persona, bajo las manifestaciones de los
imperativos del craving (anhelo intenso de la pareja).
Los autores Izquierdo & Gomez (2013) citan que dentro del área conductual se
desarrolla un repertorio de conductas adictivas e incluso obsesivas que se
pueden observar en comportamientos encaminados a disponer del otro, a
buscar activamente de su atención como forma de asegurar su permanencia de
la pareja en la relación y una posición central en la vida de esta.
El autor Bogerts (2005) citado por Izquierdo & Gomez (2013) manifiestan que
dichas conductas se reflejan, por ejemplo: en llamadas o mensajes continuos,
revisión de redes sociales, entre otras) que, para él suelen ser resultado de la
evitación que hace la persona a establecer contacto con sus experiencias
privadas y se comporta deliberadamente para alterar, tanto la forma o
frecuencia de tales experiencias.
Otro autor Schaeffer (1999) argumenta que, en esta necesidad del otro el
dependiente emocional quiere disponer continuamente de la presencia de la
otra persona como si estuviera “enganchado” a ella, aspecto
comportamentalmente similar al apego ansioso.
- “yo soy solo para él y él es solo para mí, nosotros nos bastamos
mutuamente”.
Lo que conlleva a que este considere a su pareja como su “prioridad” el centro
se su existencia, el objeto predilecto de su atención, el sentido de su vida. Este
deja de tener vida propia para vivir la vida del otro, mientras que el objeto se lo
perimida.[CITATION Jor12 \l 3082 ]
Para el dependiente solo le importa la pareja a tal punto que todo lo demás
molesta, desde amigos hasta compañeros de trabajo, pasando por los hijos.
[CITATION Jor12 \l 3082 ]
Para los autores Medina, Moreno, Lillo, & Guija (2014) la modulación actitudinal
hacia la exclusividad por parte del dependiente emocional es otorgada al objeto
como beneficio de la ayuda de este al suplir sus carencias afectivas.
Para los autores Feeney & Collins (2001) citado por Izquierdo & Gomez (2013)
al igual que el argumento anterior, formula que el dependiente emocional emite
conductas dirigidas a complacer por medio de la atención exclusiva a la pareja,
dejando de lado necesidades e intereses personales incluso de manera
obsesiva, tal como podría presentarse dentro de un trastorno obsesivo
compulsivo.
El mismo autor cita la formulación del autor Schaeffer (1999), en donde expone
que este tipo de relaciones se pueden calificar de “asimétricas”, en donde se es
frecuente la elección de parejas explotadoras (ver más adelante el apartado
sobre la “elección de objeto”) que conducen al dependiente emocional a una
continua y progresiva degradación. Es característico que sean víctimas de
desprecios y humillaciones, que no recibían reciprocidad y verdadero afecto, en
ocasiones suelen sufrir maltrato emocional y físico, relegándose sus gustos e
intereses en un segundo plano, renunciando a su orgullo y a sus ideales.
Con referencia a ello, Castello (2005) anuncia que, a lo largo de la vida del
dependiente emocional, hay una sucesión de relaciones de pareja tormentosa y
desequilibrada. En el caso de existir sola una relación esta ha sido duradera y
significativa en la vida del individuo, a pesar de su deterioro.
El dependiente emocional vive las relaciones con una gran inquietud ante el
temor de la disolución de estas. A causa de este temor este puede aguantar
prácticamente todo con tal que no se rompa la relación, por el siempre hecho
de que no concibe su vida sin el afecto del objeto, por más distorsionada que
esta sea, frase como: “con él estaba fatal, pero es que ahora me siento mucho
peor” son características en este tipo de psicopatología. [CITATION Jor12 \l
3082 ]
Los autores Anicama, Caballero, Cirilo, & Aguirre (2014) citan esta
característica con el nombre de ansiedad por separación definidas como
expresiones emocionales del miedo que se origina ante la posibilidad de no
contar con el apoyo de nadie, temor por el abandono, la separación o el
distanciamiento.
Los autores Moral & Sirvent (2008) expresan esta característica con el nombre
de autofobia definida como miedo irracional e intolerancia a estar solo en virtud
de la cual, se induce al individuo con inmadurez afectiva a no soportar la
soledad, máxime aún en lo concerniente a la ausencia del sujeto del que se
depende. Este autor postula que el incremento de las concesiones ante las
demandas afectivas y relacionales de los otros se da como consecuencia del
intento frustrante de evitar el sentimiento fútil de desamparo y soledad.
Argumento similar expuesto por el autor citado anteriormente.
Los autores Lemos & Londoño (2006) exponen que, el temor frente a la
separación y el miedo a la soledad se presentan simultáneamente con
pensamientos recurrentes que conducen al desarrollo de estrategias
interpersonales de control para mantener a la persona al lado, tales como la
expresión afectiva inadecuada, modificación de planes, búsqueda de atención y
expresión emocional impulsiva. Premisa congruente con los llamados
comportamiento de comprobación expuesto por el autor Blasco citado en el
presente apartado.
Los autores Anicama, Caballero, Cirilo, & Aguirre (2014) expresan la necesidad
de agradar con motivo de una “búsqueda de aceptación”, en donde el
dependiente emocional trata de ser el centro de atención en forma exclusiva,
de tal forma que lleva a cabo lo que sea necesario para tener siempre la
atención.
Los autores Moral & Sirvent (2008) asocian la necesidad de aprobación con el
nombre de catagelofobia entendida como temor obsesivo a ser ridiculizado en
público que, en buena medida, condiciona los procesos interactivos en la
esfera pública, obligando en ocasiones a mutar la identidad mimetizándola con
el entorno, de ahí la conexión con la difusión de identidad de los pacientes
dependientes emocionales.
Otros autores con argumentos similares son Moral & Sirvent (2008) quien
revela que lo que impide que el dependiente emocional desarrolle una
adecuada asertividad, se corresponde a su poco contacto con sus experiencias
y con contingencias directas ante la toma de decisiones, solución de problemas
o regulación emocional y además que su demanda de atención hacia otra
persona sobrepasa los límites de los otros y pueden verbalizar su necesidad
sin importarles demasiado la situación o las circunstancias, mostrando así falta
de empatía.
Según la literatura citada las personas con un patrón de DA 3 sus déficits en las
relaciones sociales son característico en ellos, poseer un locus de control
externo, es decir, tienen la percepción de que los eventos ocurren como
resultado del azar, el destino, la suerte o el poder y decisiones de otros.
Sumado a ello una marcada dificultad en el arreglo de contingencias con el fin
de controlar el propio comportamiento (autorregulación). [ CITATION Mor07 \l
3082 ]
El autor Castello J (2005) refiere que los sentimientos que se dirigen los
dependientes emocionales, no se resumen únicamente a una carencia de
afecto positivo, sino que aparece simultáneamente con ella el autodesprecio,
auto rechazó, un odio e incluso asco hacia sí mismos.
El autor Riso (2012) expone que los dependientes emocionales con baja
autoestima su apego va dirigido a las manifestaciones de afecto, deseabilidad
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Dependencia Emocional
por motivos de una carencia de amor. Explicando que la autoimagen está
involucrada en estos, considerándose poco atractivas o feas donde resulta muy
fácil aferrarse a quienes se sientan atraídos por ellas. A veces este apego
funciona como un acto de agradecimiento: «Gracias por tu mal gusto».
Este mimo autor distingue que el apego al objeto por parte de los dependientes
emocionales con un bajo autoconcepto, es otorgado por una carencia de
admiración y reconocimiento. Argumentando que el autoconcepto se refiere a
qué tanto me acepto a mí mismo, es lo que pienso de mí. Estas personas no se
sienten admirables e intrínsecamente valiosas; por tal razón, si alguien les
muestra admiración y algo de fascinación, el apego no tarda en llegar.
Otros autores Moral & Sirvent (2008) refieren como descritores basicos de la
DE un estado ánimo medio disfórico, con sentimientos de vacío e inestabilidad
emocional con tendencias a sufrir excesivas preocupaciones relativas a la
anticipación de una posible separación de sus parejas.
Dichos sentimientos son más frecuentes cuando el dependiente emocional no
está inmerso en relaciones estrechas. [CITATION Jor05 \t \l 16394 ]
Este mismo autor expone que las comorbilidades más frecuentes se producen
con trastornos depresivos y por ansiedad, y en menor medida con trastornos de
la personalidad, o relacionados con sustancias. Siendo estas asociadas a sus
grandes temores: la ruptura, el deterioro de la relación, la soledad, entre otras.
El autor Castello J. (2012) refiere con el termino objeto a las personas, en este
caso la pareja que los dependientes emocionales encuentran especialmente
interesantes para vincularse emocionalmente. Por lo cual en este apartado se
describirán los tres perfiles más comunes de los objetos:
Se podría decir que estas personas constituyen el modelo inverso del perfil de
los dependientes emocionales previamente expuestos, al igual que esta
presenta una descomposición de los suministros afectivos, utilizando casi en
exclusiva el suministro afectivo interno en detrimento del externo, que, por su
bajo funcionamiento, obliga al interno al interno a sobreactuar.
Es por ello el excesivo amor así mismo considerándose un ser superior a los
demás esto correspondiente al suministro interno, mientras que en el externo
se manifiesta el desprecio arrogante de los demás y la desconexión emocional
con ellos, en este caso el dependiente emocional como pareja; Su relación
sentimental se situara en el plano de alabanzas, buscando en el otro la
sobrevaloración y la admiración. [ CITATION Jor12 \l 3082 ]
Los autores Moral & Sirvent (2008) citan de igual manera que dentro del perfil
del objeto de elección, estos suelen ser parejas con una férrea autoestima, en
ocasiones superiores a la media, son seguros de sí mismos, lo cual ejerce un
estado de fascinación sobre los dependientes emocionales; tienden a ser
narcisistas, careciendo de empatía y afecto, creen que poseen privilegios y
habilidades fuera de lo común.
Este mismo auto menciona que el atractivo percibido por los dependientes
emocionales se corresponde a su fuerza como demostración de poder,
actitudes contrarias a su perfil de autoanulación y baja autoestima.
2.3.5.1 Euforia
Los autores Moral & Sirvent (2007) postulan una propuesta etiológica sobre la
dependencia emocionale o afectiva, en donde citan como uno de los
indicadores el fantaseo excesivo al comienzo de la relación que les suma en un
estado de euforia cuando la empiezan y de idealización excesiva de sus
parejas.
Estos mismos en otros de sus trabajos citan al autor Bruckner (2001) quien
paradogicamente expone en su trabajo titulado la euforia perpetua, donde en
el deber de ser feliz se esconde una penitencia invisible que obliga a estar en
permanente búsqueda de la utopía de la felicidad. Postulando que algo similar
acontece en las relaciones de los dependientes emocionales, los cuales
realizan un sinfín de demostraciones de una euforia perpetua que entorpece el
contentarse con instantes de bienestar en pareja. Estas demostraciones suelen
ser de: idealizacion, fantasía, excesiva atencion, monopolización de los afectos,
de esta maneran tratan de vivir en permanente estado de felicidad. [CITATION
Mor08 \t \l 16394 ]
2.3.5.2 Subordinación
Las actitudes propias de esta fase han sido expuestas en el apartado de las
características de los dependientes emocionales, donde diferentes autores han
abordado en su estudio, por ende, no se considera necesario seguir
explayándose.
2.3.5.3 Deterioro
Este mismo autor enfatiza que la peculiaridad que distingue a la presente fase
corresponde a la vivencia del dependiente este ya no la disfruta, si no que la
sufre estando expuesto a las arbitrariedades del objeto, esto hace que se
acentué más el autodesprecio, se manifiesten psicopatologías como ansiedad
o depresión por parte del dependiente emocional.
El autor Riso (2006) cita un esquema llamado sufrimiento por abandono donde
el miedo a sufrir un abandono hace que las personas negocien con sus
principios y adopten actitudes de sometimiento; prefieren el sufrimiento de una
mala relación al sufrimiento de la separación, así sea mejor y más adaptativo
este último. La manifestación de este esquema es el pesimismo y la
interpretación catastrófica al ver signos de abandono o desamor.
2.3.5.4 Ruptura
El autor Castello J. (2005) expone que el caso de recorrer todas las anteriores
etapas y llegar a la presente para el dependiente emocional significara el fin de
una carrera pero que al mismo tiempo sera el comienzo de la siguiente. Es aquí
donde este encuentra otra persona con el perfil adecuado para establecer una
más de sus relaciones desequilibradas.
Pauta altamente patológica en el que uno de los cuidadores realiza una fusión
o simbiosis con el niño pretendiendo satisfacer con él todas sus necesidades
afectivas, desequilibrando así el vínculo de relación padre e hijo, donde el
padre ocupa el lugar de privilegiado y el niño de subordinado, aprisionando a
este de forma posesiva y estrecha, estacando su desarrollo individual y social.
Al igual que menciona que las mujeres presentan una mayor capacidad de
conexión afectiva con los demás, lo que les dificulta desvincularse
emocionalmente y permitir que la agresividad se mezcle con dicha
afectividad. En el caso de los varones por factores culturales y biológicos se
es más asequible la salida de la desvinculación afectiva y, con ella, la fusión
de sentimientos de amor con los de agresividad.[ CITATION Jor12 \l 3082 ]
En cambio, otra investigación realizada por los autores Laca & Mejia (2017)
realizada con una muestra de población de adultos jóvenes de nacionalidad
mexicana de Colima, citan en sus resultados un contrario al estereotipo
tradicional a los expuestos anteriormente donde las mujeres presentan una
mayor dependencia emocional a la pareja por ser más sensibles y
emocionales, en este estudio se encontró una diferencia estadísticamente
significativa por sexo, siendo los hombres quienes puntúan más alto que las
mujeres ya que estas manifestaron una menor ansiedad de separación y un
porcentaje mayor en el uso de expresiones límites con su pareja, en cambio
los hombres presentan una mayor ansiedad de separación y búsqueda de
atención de la pareja.
La autora Baker Miller (1992) citado por Esteban & Távora (2008) postula la
diferencia de sexo existentes por motivo de socialización quien argumenta
que en la construcción del vínculo subordinado se facilita la ubicación de las
mujeres en un lugar de carencia o de necesidad afectiva, por la edificación
de un malentendido básico sobre la importancia del amor de los otros en la
construcción de la identidad, y por los miedos al desarrollo del propio
proceso de individuación. En la medida que se incorpora la fantasía de que
a través del amor de un hombre se pueden reparar otras carencias afectivas
se produce una organización de sus vidas donde lo priorizado es conseguir
este objetivo. [ CITATION Est08 \l 3082 ]
La autora Congost (2013) de igual manera cita que existe un alto porcentaje
de diferencia en la dependencia emocional según el sexo, remarcando que
la padecen tanto hombres como mujeres, aunque en su experiencia el
porcentaje es claramente diferente, 90 % mujeres y un 10 % de hombres.
Los autores Moral & Sirvent (2009) mencionan que existe una diferencia en
la dependencia emocional según el sexo, esto sustentando por un estudio
realizado con dependientes afectivos españoles, el cual arrojo que los
varones son más buscadores de sensaciones de modo que sienten la
necesidad de experimentar sensaciones fuertes y son más hiper-
estimuladores. Asimismo, los varones dependientes emocionales se
muestran más inflexibles tendiendo a desarrollar un Yo rígido descrito
clínicamente como el resultado a nivel identitario de la creación de una
frontera interpersonal en exceso impenetrable guardando celosamente la
intimidad o costándole demasiado abrirse a los demás. En cambio, de
acuerdo al perfil diferencial la mujer dependiente afectiva emplea más
mecanismos de negación y no afrontamiento (rechazo, reprobación y no
reconocimiento de una situación), siendo tendente a creer que no hay
ningún problema en la relación elaborando una conciencia de problema nula
o distorsionada.
El autor Castello J (2005) cita que dentro del amplio historial de relaciones
amorosas de los dependientes emocionales, este lleva a cabo dos tipos de
relaciones unas significativas y otra de escasa significacion y compromiso
llamadas de transicion o de prueba que cumplen la funcion de mitigar el
dolor causado por la soledad sirviendo de puente y distraccion hasta que
llegue un objeto digno del perfil de su elección, lo que llama la atencion es
el comportamiento que asume el dependiente que es totalmente contrario a
los patrones estandar de sumisión, admiración ni necesidad excesiva,
mostrandose habitualmente fríos, funcionales y sin pasión. Al igual, que
resalta que este tipo de relacion se encuentra asociada con el periodo de la
adolescencia y el principio de la adultez temprana.
Una investigación realizada por los autores Augudelo & Luz (2010) en
población de adolescentes colombianos reveló que a menor edad mayor era
el nivel de dependencia emocional, arrojando cifras estadísticas de un 75%
de adolescentes que cruzaban los 15 años, un 50% los 16 años y un 30%
los 17 años.
El autor Bornstein (1993) citado por Herrera (2016) postula lo contrario a los
estudios citados anteriormente, para este, al incrementar la edad la
dependencia comienza a manifestarse con mayor frecuencia en
comportamientos que podrían calificarse como “socialmente apropiados” y
se tiende a perpetuar esta dependencia emocional como conductas
normales y propias de la vida.
CAPITULO III
MARCO METODOLOGICO