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IGLESIA BETHEL.

LECCIÓN Nª 6
LA SANIDAD DIVINA

Objetivos:
 Al finalizar esta lección el estudiante logrará:
 Conocer los principios bíblicos de la sanidad divina.
 Agradecer a Dios por su obra salvadora y sanadora.
Versículos clave:
 Marcos 16:15 Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.
Declaración de fe:
 Creemos que es una virtud que emana del Sacrificio de Cristo. Practicada por Jesús en su ministerio y ordenada
por Él mismo a todos sus discípulos.

INTRODUCCIÓN

La sanidad del cuerpo es una bendición de Dios, como un privilegio adicional a la salvación. El propósito de la obra
expiatoria de Cristo es para que los creyentes sean salvos y sanos. Dios ha provisto todo, solo resta que tengamos fe en Él,
para recibir sanidad. Aquí se estudia la base bíblica, lo que es la sanidad, el propósito, razones, y polémica respecto de la
sanidad divina.

I. LO QUE ES SANIDAD DIVINA

 “Sanidad” viene del idioma griego iáma 1 Corintios 12:9, 28,30. El verbo “sanar”, viene de iáomai” y se usa en el
sentido de ser curado de una dolencia física Mateo 8:8. Ser curado de dolencia espiritual Mateo
 13:15; Juan 12:40; Hechos 28:27. como restauración espiritual Hebreos 12:13. Además de iáma” e
“iáomai” en el Nuevo Testamento, se usa las palabra “therapeía” que significa sanidad, y “therapeúo” que significa
curar, sanar.

II. PROPÓSITO DE LA SANIDAD DIVINA

 Desde que la primera pareja pecó, surgió la enfermedad. Satanás no solo separó al hombre de la comunión con
Dios, también hizo que sufriera todo tipo de males. El deseo de Dios, es restaurar al hombre a la comunión con él, y
disfrutar de salud espiritual y física; para esto, Jesucristo dio su vida para destruir la obra de Satanás. “Para esto
apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo” 1 Juan 3:8. Se cumple de esa manera la profecía del
profeta Isaías que dice: “Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le
tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Más él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros
pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados” Isaías 53:4,5.
 El ministerio de la sanidad divina es prominente en las Escrituras. Cristo inició su ministerio declarando que uno de
los propósitos por los cuales había sido ungido por el Espíritu Santo era para “sanar a los quebrantados de corazón”
(que incluye los enfermos del cuerpo), “dar vista a los ciegos”, y “poner en libertad a los oprimidos” Lucas 4:18. La
palabra “oprimido” se refiere directamente a los enfermos del cuerpo, tal como se ve en Hechos 10:38: “Cómo Dios
ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo éste anduvo haciendo bienes y sanando a todos
los oprimidos del diablo”.
III. EJEMPLOS DE SANIDAD DIVINA

A. En el ministerio de Jesús.
El ministerio de Cristo se inició realizando una serie de sanidades milagrosas:
“Cuando llegó la noche, luego que el sol se puso, le trajeron todos los que tenían enfermedades, y a los
endemoniados” Marcos 1:32-34.
Según el evangelio de Lucas 6:17, inmediatamente después de la elección de los Doce, una gran multitud de
personas vino a Jesús para oírle y “y para ser sanados de sus enfermedades”. En el versículo 19 dice: “Y toda la
gente procuraba tocarle, porque poder salía de él y sanaba a todos.
Cuando Jesús envió a los Doce, “les dio poder y autoridad sobre todos los demonios, y para sanar enfermedades. Y
los envió a predicar el reino de Dios, y a sanar a los enfermos” Lucas 9:1,2.
En el versículo 6 dice: Pasaba por todas las aldeas, anunciando el evangelio y sanando por todas partes”.
La sanidad de los enfermos fue parte de la gran comisión: “Sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán”
Marcos 16:18. Este ministerio fue ejercido por la iglesia primitiva. Ejemplo: Sanidad de un cojo, Hechos 3:1-10;
14:8; sanidad de un paralítico, Hechos 8:7; 9:33; un enfermo de disentería sanado, Hechos 28:8.

B. En el ministerio de Pedro. En el ministerio del apóstol Pedro Dios obraba sanidades: “Tanto que sacaban los
enfermos a las calles, y los ponían en camas y lechos, para que al pasar Pedro, a lo menos su sombra cayese sobre
alguno de ellos. Y aun de las ciudades vecinas muchos venían a Jerusalén, trayendo enfermos y atormentados de
espíritus inmundos; y todos eran sanados”, Hechos 5:15,16.

C. En el ministerio de Pablo. De la misma manera el ministerio del apóstol Pablo fue saturado de milagros y
sanidades. “Y hacía Dios milagros extraordinarios por mano de Pablo, de tal manera que aún se llevaban a los
enfermos los paños o delantales de ellos, y los espíritus malos salían”, Hechos 19:11,12.

D. En el ministerio de la iglesia primitiva. Cuando Felipe diácono de la Iglesia en Jerusalén, llegó a Samaria, Dios
hizo por medio de él señales y prodigios. “Y la gente, unánime, escuchaba atentamente las cosas que decía Felipe,
oyendo y viendo las señales que hacía. Porque de muchos que tenían espíritus inmundos, salían éstos dando
grandes voces; y muchos paralíticos y cojos eran sanados” Hechos 8:6.7.

IV. RAZONES PARA CREER QUE DIOS SANA EN EL TIEMPO ACTUAL

A. Primera razón, la sanidad se encuentra en la Biblia, y la Biblia, que es inspirada por el Espíritu Santo, es para
nosotros hoy. El mismo Jesucristo revelado en las Escrituras como Sanador es el mismo Señor al que servimos hoy.
“Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos” Hebreos 13:8.

B. Segunda razón, la sanidad divina se encuentra dentro de la obra expiatoria de Cristo. La enseñanza bíblica sobre
la sanidad es paralela a su enseñanza sobre la salvación. En la salvación se incluye la sanidad de nuestra vida en
todos sus aspectos, y toda ella brota de la expiación. Todos los dones buenos y perfectos que proceden de lo alto
son consecuencia de la obra expiatoria de Cristo, tal como se registra en Isaías 53.

C. Tercera razón, la sanidad divina se encuentra en la convergencia entre las enseñanzas de la Biblia sobre la
salvación y sobre la naturaleza de la humanidad. Así como un ser humano no es una desarticulada asociación del
cuerpo, alma y espíritu, y es una unidad muy real, la salvación deberá tener aplicación a todas las facetas de la
existencia humana. El evangelio entero es para la persona entera.
D. Cuarta razón, es la creencia de que se debe comprender la salvación en última instancia como una restauración
del mundo caído. Dios está opuesto al sufrimiento humano, porque el sufrimiento no es consecuencia de su
voluntad, sino de la caída.

Se debe entender la redención como el plan de Dios para restaurar a toda la creación, y en especial a la humanidad.

V. POLÉMICA RESPECTO A LA SANIDAD DIVINA.

A. Por qué no todos sanan?

1. Porque algunos están enfermos debido a los efectos del pecado. En 1 Corintios 11:29-30 dice: “Porque el que come y
bebe indignamente, sin discernir el cuerpo del Señor, juicio come y bebe para sí. Por lo cual hay muchos enfermos y
debilitados entre vosotros, y muchos duermen”.

2. Porque Dios esté tratando de enseñarnos algo, como hizo con Pablo. “Para que la grandeza de las revelaciones no me
exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no
me enaltezca sobremanera” 2 Corintios 12:7. En estos casos, se necesita buscar que el Señor nos dé capacidad para
comprender.

3. Muchos no reciben la sanidad inmediatamente, porque Dios tiene su tiempo para actuar. En este caso debemos
recordar las palabras del Señor que debíamos orar siempre, sin desmayar Lucas

18:1. El creyente no debe abandonar la esperanza, porque Dios tiene un momento para la sanidad de sus hijos.

4. La falta de fe también puede ser un impedimento a la recepción de la sanidad. En 1 Juan 5:4 dice: “Porque todo lo que
es nacido de Dios, vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe”. El apóstol Santiago agrega:
“Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará” Santiago 5:15. Después que hayamos examinado nuestro
corazón, y no parezca haber indicación alguna de una razón para no ser sanados, se debe descansar en las promesas de
Dios.

B. ¿Por qué eran sanados todos los creyentes en el tiempo de Jesús, pero no lo son todos los creyentes de hoy?

1. Algunos pasajes de los evangelios hablan que Jesús sanaba a todos los enfermos, pero en otros pasajes sugiere que no
todos eran sanados. En el evangelio de Juan 5:3.5,13, dice que había muchos enfermos, pero solo uno sanó.

2. En 2 Corintios 12: 7-10; y Gálatas 4:13, leemos que Pablo luchó con algún tipo de enfermedad, y por medio de la misma,
llegó a predicar el evangelio a los Gálatas. Dios usó una enfermedad para llevar a su siervo a un lugar concreto, a un pueblo
concreto, y con el propósito concreto de que anunciase el evangelio.

3. Pablo recomienda a Timoteo que beba un poco de vino porque tiene un problema estomacal. “Ya no bebas agua, sino
usa de un poco de vino por causa de tu estómago y de tus frecuentes enfermedades” 1 Timoteo 5:23. Esto es lo que
podríamos llamar un relato histórico que sirve como ilustración. Es decir, que este texto funciona como precedente
histórico, para justificar el uso de medicinas durante los tiempos de enfermedad, cuando no hayamos experimentado una
sanidad divina.

C. Se debiera considerar la sanidad divina más como excepción, que como regla.

Algunos hablan hoy de la sanidad divina como algo excepcional e inesperado.

En cambio, la Iglesia primitiva no creía que la sanidad divina, fuera un acto totalmente inesperado de Dios. Al contrario,
oraban por los enfermos, esperando que se recuperaran. En Santiago 5:14y 15, no deja dudas en cuanto a esto. En este
pasaje se afirma que “la oración de fe salvará al enfermo”. La voluntad normativa de Dios consiste en sanar a los enfermos
a partir de la base de la obra de Cristo, y por medio de la fe del creyente en Él.
CONCLUSIÓN

La doctrina de la sanidad divina no es una doctrina secundaria sino, al contrario, parte integral del mensaje de la Biblia
entera. Cuando están dañados el bienestar y la salud de los humanos, Dios está activamente envuelto en la obra de
restauración, y los cristianos tienen la responsabilidad de compartir este ministerio. El Señor Jesucristo nos ha llamado a
predicarle el evangelio completo a la persona completa, hasta que Él vuelva de nuevo. Esto comprende la sanidad
sobrenatural del cuerpo, tanto como la del alma.

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