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5 Principios para Vencer Los Gigantes en Tu Vida
5 Principios para Vencer Los Gigantes en Tu Vida
Con la historia bíblica de David y Goliat podemos aprender cinco principios que nos
ayudarán a hacer frente a los grandes desafíos o "gigantes" que nos lleguen en la vida.
Por 40 días Goliat, un gigante filisteo con una armadura impresionante, salió por la
mañana y por la tarde a retar al pueblo de Israel con un tono bastante burlesco:
¿Para qué están ordenando sus filas para la batalla? ¿No soy yo un filisteo? ¿Y no están
ustedes al servicio de Saúl? ¿Por qué no escogen a alguien que se me enfrente? Si es
capaz de hacerme frente y matarme, nosotros les serviremos a ustedes; pero, si yo lo
venzo y lo mato, ustedes serán nuestros esclavos y nos servirán.
(1 Samuel 17:8b-9)
Todo el ejército de Israel se sentía intimidado, desde el rey Saúl hasta el soldado más
joven. ¡Estaba en juego la libertad del pueblo! La Biblia dice que «al oír lo que decía el
filisteo, Saúl y todos los israelitas se consternaron y tuvieron mucho miedo» (1 Samuel
17:11).
David era el menor de ocho hermanos y sus tres hermanos mayores estaban con el
ejército de Israel. Como habían pasado ya 40 días, su padre Isaí - que estaba muy
mayor - le pidió que fuera al frente de batalla a llevar algo de comer y a ver cómo
estaban sus hermanos.
David era pastor así que dejó a otro pastor encargado de sus ovejas, fue al frente de
batalla y se encontró con la situación. Cada ejército en su monte, el valle en el centro, y
Goliat desafiando a los israelitas a viva voz. También escuchó que aunque Saúl ofrecía
un buen premio al que se atreviera a pelear, el número de voluntarios era
sorprendentemente bajo: ¡exactamente 0!
David se indignó. «¿Quién se cree este filisteo pagano, que se atreve a desafiar al
ejército del Dios viviente?» preguntó. Algunos que lo oyeron fueron donde Saúl y este
mandó a llamar a David. Hablaron un rato y David logró convencer a Saúl para que le
permitiera enfrentarse a Goliat. ¿Su razonamiento? Dios lo había librado varias veces
de animales salvajes y él confiaba en que Dios lo libraría de Goliat.
Así fue como David se enfrentó a Goliat, le ganó y lo mató armado únicamente con una
honda, su bastón, su bolsa de pastor y 5 piedras lisas. ¡Pero, en realidad, esas no eran
las únicas armas de David!
Veamos cinco principios básicos que fueron decisivos en esta historia.
Como pastor de ovejas David había visto animales grandes y feroces atacar a su
rebaño. Dios lo había ayudado dándole la fuerza y las aptitudes necesarias para
vencerlos. Por eso su fe en Dios era firme y estaba completamente seguro de que el
Señor lo ayudaría en esa ocasión a vencer a Goliat.
El Señor, que me libró de las garras del león y del oso, también me librará del poder de
ese filisteo.
(1 Samuel 17:37)
David también conocía cuál era su arma más poderosa: ¡el nombre del Señor
Todopoderoso! Su confianza estaba realmente puesta en Dios, no en sus propias
habilidades como pastor de ovejas. Por eso estaba tan seguro de que conseguiría la
victoria, aun cuando la lógica y la vista apoyaran lo contrario.
Tú vienes contra mí con espada, lanza y jabalina, pero yo vengo a ti en el nombre del
Señor Todopoderoso, el Dios de los ejércitos de Israel, a quien has desafiado.
(1 Samuel 17:45)
Para reflexionar: ¿Conoces la armadura que Dios ha provisto para sus hijos? Lee
Efesios 6:10-18 y permite que Dios te examine y te muestre cómo usar las armas que
él te ha dado para que puedas vencer en los momentos de prueba, de tentación o
dificultad que llegan a tu vida.
Para reflexionar: ¿Conoces los talentos, dones y fortalezas que Dios te ha dado?
¿Estás usando todo el potencial que Dios ha puesto en ti para su gloria? Dios nos ha
creado con un propósito y espera que aportemos lo mejor de nosotros para bendecir y
ayudar a las personas de nuestro entorno.
David se concentró en algo en lo que los demás no se fijaron: la parte de Goliat que
estaba sin proteger. Ese pequeño espacio de la frente del gigante que quedaba
expuesto. Concentró su atención en acertar ahí, dar un buen golpe justo en ese punto,
¡y así lo venció!
Un famoso guerrero, oriundo de Gat, salió del campamento filisteo. Su nombre era
Goliat, y tenía una estatura de casi tres metros.
(1 Samuel 17:4)
Para reflexionar: ¿Aprovechas las oportunidades que Dios pone en tu vida? ¿Te
enfocas en las puertas que Dios abre ante ti o en lo difícil que parecen? ¿Llenas tu
mente con la Palabra de Dios y vas al Padre en oración cada día para recibir el ánimo
necesario? ¿O te dejas llevar por pensamientos derrotistas y la creencia de que no
podrás hacer las cosas?
5. David tenía un propósito: que Dios fuera glorificado
La gloria sería para Dios, su nombre sería ensalzado. David tenía la certeza de que
lograría vencer a Goliat en el nombre del Señor, pero no buscaba ser reconocido o
admirado por eso. Él sabía que la victoria solo vendría por intervención divina. Dios
sería glorificado y todos verían el gran poder salvador de Dios librando a sus hijos del
mal.
La forma en la que Dios batalla o las armas que usa pueden parecer ilógicas
humanamente hablando. Sin embargo, sus armas son las más efectivas porque vienen
llenas de poder, con su bendición y nos llevan a glorificar su nombre.
Todos los que están aquí reconocerán que el Señor salva sin necesidad de espada ni
de lanza. La batalla es del Señor, y él los entregará a ustedes en nuestras manos.
(1 Samuel 17:47)
Para reflexionar: ¿Haces todo para la gloria de Dios o te envaneces con tus logros?
¿Hablas de las cosas que Dios hace en tu vida? ¿O prefieres hablar de ti, de tu
inteligencia, tu fuerza o tus destrezas? Haz un recuento de cosas "inexplicables" que
has visto en tu vida: provisión en el momento oportuno, protección de algún mal,
sanidad o mejoría de tu salud. Da la gloria a Dios. Agradece al Padre y cuenta a otros
sus maravillas.