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LENGUAJE Y COMUNICACIÓN
2° BÁSICO 2015
EVALUACIÓN UNIDAD V: HISTORIAS DEL MUNDO.
OBJETIVOS DE LA EVALUACIÓN:
Leer y comprender una Leyenda.
Reconocer género y número de una palabra.
Escribir palabras con fr, br, tr, dr.
El Trentrén
caballo yy el
Caicaivilú
burro.
En el pasado del pueblo mapuche, dos espíritus muy poderosos se encarnaron
en gigantescas serpientes. Una, Caicaivilú, agitaba en el mar su profundo odio al
género humano. La otra, Trentrén, miraba con afecto a hombres y mujeres desde
la cumbre de un cerro.
Un día Caicaivilú se propuso la destrucción de los seres humanos, haciendo
subir las aguas del mar. Trentrén, desde la cumbre observó la retirada del mar que
anticipa a un maremoto y dio aviso a los humanos y animales llamándolos a
trepar el monte junto a ella. Pumas, zorros, huemules, torcazas, queltehues y
chucaos corrieron y volaron hacia la salvación. Los humanos, en cambio, fueron
más lento. Las aguas subían arrasando chozas, ahogando a humanos que se iban
convirtiendo en peces o mariscos.
Solo un pequeño grupo iba hacia la cumbre. El poder destructivo de Caicaivilú
parecía triunfante, pero Trentrén no abandonaba a la raza amiga y elevaba la
altura del cerro a medida que subían las aguas.
Así, lograron salvarse dos parejas, a las que se les impuso una pena más:
tuvieron que ofrecer en sacrificio a uno de sus pequeños para calmar la furia de
Caicaivilú.
De pronto, todo se calmó. Los humanos y los animales ya estaban a salvo y
convivieron en este nuevo territorio de altas montañas.
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La ninfa Frutillita
A orillas del lago Llanquihue, vivían unos gigantes muy feos, que no
hallaban con quién casarse. El más feo de todos era el rey Patanca. Ahí mismo
habitaban unas hermosas ninfas, diosas del agua, cuya reina se llamaba
Frutillita, la más hermosa de todas.
Un día Patanca estaba durmiendo y roncaba tan fuerte que los árboles
temblaban. El ruido les pareció muy extraño a las ninfas, que salieron del agua
para observar de dónde provenía. Al ver al gigante dormido, cantaron una
alegre ronda en torno suyo. El rey feo no despertó.
Las ninfas, muy traviesas, le echaron piedrecillas por la nariz y de
inmediato el gigante comenzó a estornudar. Asustadas, las ninfas se
escondieron en el agua, pero Frutillita, no alcanzó a llegar y Patanca capturó a
la pobre ninfa.
El gigante, apresó a Frutillita y decidió casarse a la fuerza con ella. La ninfa
lloró durante días, hasta que se le ocurrió ofrecerle al gigante todos sus
tesoros. El rey quedó pensativo, pues era muy codicioso, y aceptó la oferta de
la niña. Frutillita partió donde las demás ninfas. Les dijo que su plan era dejar
los tesoros en la playa y huir rápidamente.
Y así lo hicieron. Patanca corrió hacia la playa, pero apenas llegó, las ninfas
huyeron y se hundieron en el agua dejando en la ribera un canastillo lleno de
piedras preciosas.
El gigante nunca más supo de Frutillita, y para recordarla, los lugareños
llamaron Frutillar al pueblo a orillas del lago Llanquihue.
Anónimo. (2007). La ninfa Frutillita. En Había una vez… ¿Te lo cuento otra vez?
Santiago: Santillana. (Adaptación).
Dictado
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AUTOEVALUACIÓN