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UNIDAD 1
¿Por qué se distancia de Weber?: Niega la objetividad de las ciencias sociales /// Reconoce una
fisura irreconciliable entre las palabras y las cosas
Foucault negará la existencia de categorías universales que posibiliten el conocimiento. Para él, el
lenguaje es una práctica generadora de saber. Las cosas están ahí y sólo podemos conocerlas por
la producción del lenguaje, a través del cual las conocemos, ubicamos, clasificamos y distinguimos.
Las claves del pensamiento de Foucault están en la capacidad del autor de posar la mirada para
detenerse en lo discontinuo, para validar aquello que estaba oprimido o excluido, permitiendo así
hacer visibles los núcleos de poder que generan las particiones y ubican a algunos en lugares de
opresión y exclusión.
Frase fundamental: “El papel de los intelectuales no es el de formar a la clase trabajadora sino el de
permitir que la conciencia y el conocimiento obrero entren en el sistema de información, se difun-
dan y por consiguiente ayuden a los trabajadores o a otras personas que no lo sean a tomar con-
ciencia de lo que esté pasando”.
¿Por qué elige la genealogía?: Sirve para excavar en lo más profundo utilizando el concepto de pers-
pectiva como intensificador del sentido /// Permite privilegiar el análisis y la interrogación sobre
justificación/racionalización (ARQUEOLOGÍA) /// Basada en la premisa de que bajo las palabras se
esconde un discurso más esencial
Para el autor no es posible englobar de modo uniforme todo aquello que se pretende describir o ex-
plicar acerca de una época. Lo correcto para Foucault es el análisis, la interrogación acerca de la
justificación o racionalización de determinados órdenes de cosas para encontrar así las asimetrías y
paradojas. Básicamente se propone indagar las configuraciones que dieron lugar a las diversas for-
mas de conocimiento empírico: a esto es a lo que el autor denominará arqueología.
Foucault afirma que el hombre es una invención reciente, una extraña figura que se abrió un espa-
cio propio a las ciencias humanas y que es producto de una alteración en el orden de las cosas que
lo hizo entrar en el campo del saber occidental.
Atención sobre el cuerpo como objeto al que se le puede manipular, dar forma, educar, obedecer:
UN CUERPO ES DÓCIL CUANDO PUEDE SER SOMETIDO, UTILIZADO, TRANSFOR-
MADO Y PERFECCIONADO.
¿Qué es la disciplina?
En toda sociedad el cuerpo queda prendido en el interior de poderes muy ceñidos que le imponen
coacciones, interdicciones u obligaciones a través de una escala de control que descompone al
cuerpo en partes yendo hacia una economía que permita avanzar hacia movimientos más eficaces.
A esto último llamamos DISCIPLINA.
Su invención no debe entenderse como un descubrimiento repentino sino como una multiplici-
dad de procesos con frecuencia menores que coinciden, se repiten o se imitan-apoyan unos so-
bre otros, entrando en convergencia y dibujando de a poco el diseño de un método general. Ac-
túan de forma temprana en colegios, escuelas elementales, hospitales e institutos de instruc-
ción militar: pequeñas técnicas que definen cierto modo de adscripción política y detallada del
cuerpo: una nueva microfísica del poder.
Localización elemental: Dividir el espacio disciplinario en tantas parcelas como cuerpos o elementos
que repartir haya, anulando los efectos de las distribuciones indecisas.
Intercambiabilidad: Todos los elementos son intercambiables debido a que cada uno se define por
el lugar que ocupa en una serie y por la distancia que lo separa de otros.
Controlando la actividad:
Empleo del tiempo: Establecer ritmos, obligar a ocupaciones determinadas y regular los ciclos de
repetición.
Elaboración temporal del acto: Establecer un ritmo colectivo y obligatorio. Permite descomponer al
acto de sus elementos y hacer que el tiempo penetre en el cuerpo.
Establecimiento de correlación entre cuerpo y gesto: imponer la mejor relación entre un gesto y la
actitud global de cuerpo a fin de que sea rápido y eficaz.
Utilización exhaustiva: Economía positiva. Extraer del tiempo cada vez más instantes disponibles y
de cada instante cada vez más fuerzas útiles
El poder disciplinario funciona según el modelo de una economía calculada pero permanente.
Su éxito se debe al uso de instrumentos simples.
¿Qué es la norma?
Es un principio de coerción que obliga a la homogeneidad, pero permite ciertas deviaciones con el
fin de determinar niveles, fijar especialidades y hacer útiles las diferencias haciendo que se ajusten
unas a otras.
Con la incorporación de los exámenes, la escuela pasa a ser el lugar de elaboración de la pedago-
gía. El individuo constituye objeto para el conocimiento y presa para el poder.
¿Qué es el panoptismo?
Nace en el siglo XVII cuando se declaraba peste en las ciudades y se aplicaba un espacio cerrado,
recortado y vigilado en todos sus puntos.
El Panóptico de Bentham era una construcción en forma con una torre en el centro que disponía de
gran cantidad de ventanas que podían ser vistas por un vigilante externo y que permitían que los ha-
bitantes de cada celda vean a los vigilantes, pero no a sus compañeros.
En estos dispositivos el individuo es visto pero no ve, es objeto de información, pero jamás sujeto de
comunicación. Su principal efecto es el de inducir en los detenidos un estado permanente y cons-
ciente de visibilidad, garantizando así el funcionamiento automático del poder.
Es el principio general de una nueva anatomía política cuyo objeto y fin son las relaciones de disci-
plina. Permite desencerrar a las disciplinas y hacerlas funcionar de manera polivalente.
- el juego que por medio de luchas y enfrentamientos incesantes las transforma, refuerza o invierta
- los apoyos que dichas relaciones de fuerza encuentran entre unas y otras
El poder es omnipresente, no es una institución ni una estructura: es el nombre que se presta a una
situación estratégica compleja en una sociedad dada.
El poder no se adquiere / Las relaciones de poder no son exteriores / El poder viene de abajo / las
relaciones de poder son intencionales y no subjetivas / las relaciones de poder no pueden existir
sino en función de una multiplicidad de puntos de resistencia
MÉTODO
1) Regla de inmanencia: La sexualidad se constituyó como campo a conocer a partir de las institu-
ciones de poder que la instituyeron como objeto posible pero que también la sitiaron e inmoviliza-
ron.
2) Reglas de las variaciones continuas: Las distribuciones de poder nunca representan más que cor-
tes instantáneos de ciertos procesos: matrices de transformaciones.
3) Regla del doble condicionamiento: Hay que pensar el doble condicionamiento de una estrategia
por la especificidad de las tácticas posibles y de las tácticas por envoltura estratégica que las hace
funcionar. Ni la familia reproduce a la sociedad ni la sociedad imita a la familia, pero el dispositivo
familiar sirvió de soporte para grandes maniobras.
4) Regla de la polivalencia táctica de los discursos: poder y saber se articulan en el discurso. Es ne-
cesario concebir al discurso como una serie de segmentos discontinuos cuya función táctica no es
uniforme ni estable. Hablamos de una multiplicidad de elementos discursivos que pueden actuar en
estrategias diferentes: los discursos transportan y producen poder, pero a su vez lo exponen, lo tor-
nan frágil y le permiten detenerlo.
El poder reside y se ejerce en el nivel de la vida, la especie, la raza y los fenómenos masivos de la
población. Estamos ante un nuevo derecho de hacer vivir o arrojar a la muerte.
Todos los problemas fueron tomados por una serie de intervenciones o controles reguladores deno-
minados biopolítica de la población, ocupada de desarrollar la organización del poder sobre la vida.
¿Qué el biopoder?
Conjunto de prácticas políticas y observaciones económicas de los problemas de natalidad, longevi-
dad, salud pública, vivienda, migración, explosión y de técnicas diversas y numerosas para obtener
la sujeción de los cuerpos y el control de las poblaciones.
Cuando cuerpo y población se unieron, el sexo se convirtió en el blanco central para un poder bien
organizado alrededor de la gestión de la vida.
Los objetivos se definen por elementos heterogéneos, pero también por un cierto tipo de génesis
con dos momentos: un proceso de sobredeterminación funcional y un proceso de perpetua ocupa-
ción estratégica.
El dispositivo está siempre inscripto en un juego de poder pero también ligado a unos bornes de sa-
ber que nacen allí pero que igualmente lo condicionan: el dispositivo es unas estrategias de relacio-
nes de fuerzas soportando a unos tipos de saber y soportadas por ellos.
En las sociedades occidentales el poder suele ser representado de una forma negativa o con una
forma jurídica.
El sexo en juego
Cuando se habla de confesión, se entienden todos esos procedimientos mediante los cuales se in-
cita a un sujeto a producir un discurso de verdad que sea capaz de tener efectos en el mismo su-
jeto.
Uno de los puntos fundamentales de la dirección de conciencia cristiana era que el sujeto no sabe
la verdad. Él no sabe lo que pasa en él y necesita ser ayudado por un director que le ayudará a tra-
bajar juntos para descubrirlo.
El racismo
El Siglo XIX trajo consigo la aparición de una biología del tipo racista, enteramente centrada alrede-
dor de la concepción de la degeneración.
No es correcto partir a la búsqueda de un origen sino más bien ocuparse de las meticulosidades y
los azares de los comienzos. Es preciso saber reconocer los sucesos de la historia, sus sacudidas,
sus sorpresas y victorias afortunadas, las derrotas mal digeridas que dan cuenta de los comienzos,
atavismos y herencias: buscarle un alma a la lejana idealidad del origen.
Defender la sociedad
¿Qué son los saberes sometidos?
Contenidos históricos que fueron sepultados, enmascarados en coherencias funcionales o sistema-
tizaciones formales. Bloques de saber históricos que estaban presentes y enmascarados dentro de
los conjuntos funcionales y sistemáticos recuperados a través de la genealogía.
También podemos incluir a todos esos saberes de abajo que estaban descalificados, tales como el
saber de la gente (particular, local, regional, diferenciar) a través de los cuales se hace la crítica.
Las genealogías son anticiencias que van contra los efectos de poder centralizadores que están liga-
dos a la institución y al funcionamiento de un discurso científico organizado dentro de una sociedad
como la nuestra.
Por otro lado, el derecho político del siglo XIX completó este viejo derecho de soberanía con el poder
de hacer vivir y dejar morir.
Poder disciplinario
En los siglos XVII y XVIII constatamos la aparición de ciertas técnicas de poder que se centraban
esencialmente en el cuerpo individual. Todos estos procedimientos mediante los cuales se asegu-
raba la distribución espacial de los cuerpos individuales y la organización de todo un campo de visi-
bilidad. Al mismo tiempo, estábamos ante un poder que debía ejercerse de la manera menos cos-
tosa posible, a través de todo un sistema de vigilancia, jerarquía, inspeccione, escrituras, informes.
A esto llamamos disciplina.
¿Qué es la biopolítica?
Durante la segunda mitad del siglo XVIII vemos aparecer una nueva tecnología de poder no discipli-
naria. Esta nueva tecnología engloba la anterior, la integra y modifica. Esta nueva técnica se aplicará
no al hombre cuerpo sino al hombre especie. Podemos decir que pasamos de una anatomopolítica
del cuerpo humano a lo que podemos denominar una biopolítica de la especie humana.
La biopolítica tiene que ver con la población y, por lo tanto, con fenómenos colectivos que solo mani-
fiestan sus efectos en el nivel de las masas.
¿Qué papel juega la muerte en la biopolítica?
La muerte dejó de ser una de las ceremonias brillantes en las que todo el mundo participaba y se
convirtió en algo que se oculta, algo privado y vergonzoso. Anteriormente, la muerte era el momento
en el que se pasaba de un poder soberano de abajo a un poder soberano del más allá, de una
instancia a otra, de un juicio a otro.
Ahora, la muerte es el final de la vida, el límite extremo del poder, por lo cual pasa a estar en el
lugar más privado de lo privado. El poder ya no conoce la muerte, sino que la abandona.
Podemos decir que la sexualidad está exactamente en la encrucijada del cuerpo y la población
y, por lo tanto, compete tanto a la disciplina como a la regularización.
¿Qué es la norma?
Es el elemento que circula de lo disciplinario a lo regularizador y se aplica en ambos niveles, funcio-
nando tanto para el cuerpo como para la población a la que se pretende regularizar.
En el biopoder, la muerte solo es admitida cuando tiende a la eliminación del peligro biológico. Si
hay una sociedad normalizada, entonces debe haber racismo.
Omnes et singulatim
La obra de Foucault se divide en tres etapas: Arqueológica: SABER /// Genealógica: PODER /// De
Gubernamentalidad: ÉTICA
¿Qué es la ética?
Hablamos de ética para referirnos al dominio de la constitución del hombre como sujeto moral.
El pastor asegura la salvación de su rebaño: BENEVOLENCIA CONSTANTE (A los dioses griegos solo
se les demandaba buenas tierras y cosecha)
El pastor se guía por el principio de abnegación: TODO POR EL BIEN DEL REBAÑO (el deber del Jefe
Griego era glorioso, sus decisiones debían ser en interés de todos)
En ese sentido, hablará de que la misma fue formulada en dos cuerpos de Teoría: la razón de Es-
tado (intentar definir el aspecto por el cual los principios y métodos de Gobierno diferían de otros
como familia, iglesia) y la teoría de la Policía (definir la índole de los objetivos que persigue el Estado
y la forma general de los instrumentos que emplea)
La razón de Estado no es un arte de gobernar con arreglo a leyes divinas, naturales o humanas. Se
trata de un gobierno acorde con la potencia del Estado. El fin de este gobierno no es otro que incre-
mentar esta potencia dentro de un marco extensivo y competitivo.
Es necesario que aparezca un saber concreto, preciso y medido que guarde relación con la potencia
del Estado.
Para este autor, la Policía es lo que permite al Estado aumentar su poder y ejercer su potencia en
toda su amplitud. Además, la policía debe mantener a la gente feliz, entendiéndose a la felicidad
como la supervivencia, la vida mejorada.
La racionalidad política llegó para conciliar al individuo y sus intereses con la comunidad y sus exi-
gencias. Primero lo hizo a través del poder pastoral y luego a través de la razón de Estado.
Para resolver este problema el Estado se desinteresará de un cierto número de cosas, problemas y
detalles a los cuales les dedicaba una atención particular. El Estado no puede ya permitirse un ejer-
cicio puntilloso del poder, está obligado a economizar su propio ejercicio del poder.
Finalmente, se constituye un consenso que pasa por toda la serie de controles, coerciones e incita-
ciones a través de los mass-media y haciendo que el poder se autorregule, se perpetúe y se auto-
controle a través de sus propios agentes.
Las relaciones de poder no son exteriores sino inmanentes al dominio que se ejercen.
La sexualidad, por ejemplo, no es una realidad independiente y afectada sino que los discursos que
se generaron sobre ella encuentran explicación en el efecto de las relaciones de poder que genera-
ron el dispositivo sexualidad como un mecanismo destinado a controlar la población después de la
Revolución Industrial.
La verdad de este mundo no está fuera del poder. En nuestras sociedades, la verdad está centrada
en el discurso científico y en las instituciones que lo producen. Circula por medios de comunicación
y aparatos educativos.
Para Foucault, incluso los sujetos de conocimiento son generados socialmente. Las prácticas socia-
les pueden generar dominios de saber y no solo hacen que aparezcan nuevos objetos, conceptos,
técnicas, sino que producen nuevas formas de sujeto y sujetos de conocimiento. Así, el loco-delin-
cuente-individuo normal son producidos socialmente.
El conocimiento tiene su base en los instintos, pero a la vez es contrainstintivo porque es una cons-
trucción artificial. Al no haber afinidad entre la naturaleza humana y conocimiento, éste último ter-
mina siendo la chispa que produce el choque de dos espadas.
Podemos decir que hay una doble ruptura entre el conocimiento y las cosas (no continuidad) y
con el sujeto soberano de conocimiento.
No se trata de saber cuál es el poder que pesa desde el exterior sobre la ciencia sino qué efectos de
poder circulan entre los enunciados científicos, cuál su régimen del poder y cómo y por qué ese régi-
men se modifica de forma global.
¿Cómo es la verdad?
La verdad no está fuera del poder y sin poder. Es producida gracias a múltiples imposiciones. Cada
sociedad tiene su propio régimen de verdad: un conjunto de discursos que acoge y hace funcionar
como verdaderos o falsos.
¿Qué es la verdad?
Por verdad entendemos un conjunto de procedimientos reglamentos por la producción, la ley, la re-
partición, la puesta en circulación y el funcionamiento de los enunciados. Ligada circularmente a los
sistemas de poder que la producen y la mantienen y a los efectos de poder que induce y la acompa-
ñan.
El examen es la nueva forma de análisis que aparece en el siglo XIX y da lugar a la Sociología, Psico-
patología, etc.
Por otro lado, el conocimiento y el mundo no tienen una relación de continuidad natural. Por tal mo-
tivo, entre ambos solo puede haber una relación de violencia, de dominación, poder y fuerza: Una
violación.
Los tres instintos tienen en común una manera de conservar el objeto a distancia, diferenciándose
de él, de protegerse de él por la risa, desvalorizarlo por la deploración, alejarlo y finalmente des-
truirlo por el odio.
Solo puede haber ciertos tipos de sujetos de conocimiento, órdenes de verdad, dominios de saber a
partir de condiciones políticas, que son como el suelo en que se forman el sujeto, los dominios de
saber y las relaciones con la verdad.
Lo antes mencionado provoca que se establezcan demandas dirigidas directamente a los distintos
niveles del Estado y con el fin de restablecer el orden de convivencia colectivo. Buen ejemplo de
esto fue el caso Bloomberg, a partir del cual la sociedad comenzó a demandar cambios en el sis-
tema penal.
Teniendo en cuenta la noción de poder foucaultiana, entendemos que en este ejemplo fueron varios
los vectores de fuerza que lucharon entre sí, dando como resultado de esa lucha los cambios en el
sistema penal.
¿Qué es un dispositivo?
Hablamos de la red que resulta de un conjunto heterogéneo que implica discursos, instituciones,
disposiciones arquitectónicas, decisiones reglamentarias, leyes, medidas administrativas, enuncia-
dos científicos, posiciones morales y filosóficas.
Dado que el dispositivo también es la naturaleza del vínculo entre los elementos antes menciona-
dos, entonces pueden darse situaciones como las de la cárcel en Argentina
Vagos y malentretenidos
El texto simplemente habla sobre la evolución del concepto de vagancia en nuestro país y sobre
como consistía en castigar la ociosidad de los ciudadanos, yendo contra aquellos que no tuviesen
profesión, oficio u ocupación útil de que subsistir.
UNIDAD 2
-Se distancia del liberalismo porque la libertad no parte del individuo sino de la pluralidad: el hom-
bre solo es libre en el espacio público.
¿Qué es comprender?
Comprender es enfrentarse a la realidad y acercarse a ella con atención y sin prejuicios, viéndola tal
como es y tal como fue.
La política es acción entendida como la capacidad de comenzar algo nuevo, siendo esto último no
su finalidad, sino su condición y sentido.
La condición humana
¿Cuál es el papel del discurso?
El discurso es lo que hace del hombre un ser único. Dondequiera que esté en peligro lo propio del
discurso, la cuestión se politiza.
Cualquier cosa que el hombre haga, sepa o experimente solo tiene sentido en el grado en que
pueda expresarlo. Puede que haya grandes verdades para el hombre en singular más allá del dis-
curso, pero los hombres en plural solo experimentan el significado debido a que se hablan y se sien-
ten unos a otros a sí mismos.
¿Qué es labor?
Es la actividad correspondiente al proceso biológico del cuerpo humano y cuyo crecimiento está li-
gado a las necesidades vitales. Su condición humana es la vida.
¿Qué es el trabajo?
La actividad que corresponde a lo no natural de la existencia del hombre. Proporciona un mundo ar-
tificial de cosas y su condición humana es la mundanidad.
¿Qué es la acción?
Es la única actividad que se da entre los hombres sin mediación de cosas o materia. Su condición
humana es la pluralidad.
Solamente la pluralidad es la condición de toda la vida política. La acción crea la condición para un
nuevo comienzo que permite al recién llegado empezar algo nuevo, actuar.
¿Cuáles son las facultades humanas que permiten al hombre hacer política?
Perdonar es la única posibilidad que posee el hombre para modificar el pasado, para cambiar las
consecuencias de un acto pretérito que, como hecho histórico, es ya inmodificable. El perdón per-
mite romper con la irreversibilidad de lo ya sucedido, y concede a una comunidad humana la oportu-
nidad de volver a empezar de nuevo, libre de las ataduras que le unen a un pasado equivocado.
Por su parte, la facultad de hacer y de mantener las promesas es la que permite crear islas de segu-
ridad en el futuro, un océano que de otra forma sería impredecible. Nos permite a los humanos salir
de nuestro miedo primordial a la conducta de los demás, ese miedo que por sí mismo nos llevaría a
protegernos contra ellos acumulando poder y dominación.
Bajo las condiciones normales de gobierno, los movimientos totalitarios solo pueden emplear el te-
rror hasta cierto grado. Como los movimientos totalitarios existen en un mundo que no es totalitario,
se ven forzados a recurrir a la propaganda.
Cuanto más pequeño sea un movimiento, más energía deberá gastar en propaganda. Cuanta más
presión reciba del mundo exterior, más activa se lanzará la propaganda.
Podemos decir, entonces, que la propaganda es el instrumento más importante del totalitarismo en
sus relaciones con el mundo no totalitario.
Antes de conquista el poder y establecer el mundo conforme a su doctrina, los movimientos totalita-
rios conjuran un ficticio mundo de consistencia que es más adecuado a la realidad que a las necesi-
dades de la mente humana: la fuerza que posee la propaganda totalitaria está en su capacidad de
aislar a las masas del mundo real.
Sin embargo, debemos decir que, sin la fuerza del movimiento, el dogma tampoco posee ninguna
fuerza.
Lejos de ser ilegal, el totalitarismo se remonta a las fuentes de la autoridad de las que las leyes po-
sitivas reciben su legitimación última.
Hablamos de terror total para referirnos a un terror que se torna independiente de toda oposición y
domina de forma suprema cuando ya nadie se alza en su camino.
El terror es la realización de la ley en movimiento: su objetivo principal es hacer posible que la fuerza
de la naturaleza o la Historia corra libremente a través de la Humanidad. A través del terror es que
se elimina a los individuos en favor de la especie, se sacrifica a las partes en favor del todo.
El papel clave del terror es el de eliminar la misma fuente de la libertad que procede del hecho del
nacimiento del hombre: el lograr un nuevo comienzo, el suprimir la capacidad de acción.
¿Qué es la ideología?
La dominación totalitaria necesita algo para guiar el comportamiento de sus súbditos en una prepa-
ración que les permita convertirse tanto en ejecutores como en víctimas. Las ideologías combinan el
enfoque científico con resultados de relevancia filosófica y pretenden ser filosofía científica.
Una ideología es la lógica de una idea. Su objeto es la Historia, que no aparece a la luz de la idea
sino como algo que puede ser calculado por ella. Los movimientos son consecuencia de la misma
idea y no necesitan de ningún factor exterior para ponerse en marcha.
Las ideologías suponen siempre que basta una idea para explicar todo en el desarrollo de la pre-
misa y que ninguna experiencia puede enseñar nada, porque todo se halla comprendido en este pro-
ceso consistente de deducción lógica.
¿Cuáles son los tres elementos totalitarios que son peculiares a todo pensamiento
ideológico?
- Prometen explicar todo el acontecer histórico, la explicación total del pasado, el conoci-
miento total del presente y la fiable predicción del futuro
- El pensamiento ideológico se torna emancipado de la realidad que percibimos en pos de
una realidad más verdadera, oculta tras las cosas más perceptibles (ayudada por la Propa-
ganda)
- Ordenan los hechos con premisas axiomáticamente aceptadas, deduciendo todo a partir de
ahí.
Hay un nuevo gobierno que convivirá con nosotros, pero con él llega la convicción de que hay una
verdad que siempre contiene un nuevo comienzo, una suprema capacidad del hombre: su libertad.
Verdad y política
¿Qué relación hay entre verdad y política?
Jamás nadie ha dudado acerca de la mala relación que tienen la verdad y la política, sobre todo si
se tiene en cuenta que la mentira apareció siempre como una herramienta necesaria y justificable
para la actividad de los políticos.
Las verdades de hecho, en cambio, son aquellos actos y acontecimientos entendidos como el pro-
ducto invariable de hombres que viven y actúan juntos y que constituyen la textura misma del
campo político.
¿Qué caracteriza a las verdades de hecho?
Los hechos y acontecimientos son mucho más frágiles que los axiomas, descubrimientos o teorías
dado que se producen en el campo de los asuntos siempre cambiantes de los hombres y en cuyo
flujo no hay nada más permanente que la presuntamente relativa estructura de la mente humana.
Una vez perdidos, no existe esfuerzo racional que pueda devolverlos, sobre todo si se enfrenta a la
mentira organizada por parte del Estado.
¿Y las opiniones?
Durante mucho tiempo se creyó que la opinión (entendida como ilusión) era la antítesis de la ver-
dad. Esto avivó el conflicto dado que, en la política, la opinión es uno de los requisitos indispensa-
bles.
La razón humana solo puede funcionar si el hombre puede hacer público de ella. En ese sentido, el
desplazamiento de la verdad racional hacia la opinión implica un paso del hombre en singular hacia
los hombres en plural, haciendo que la confianza esté depositada en el número de los que tienen
una misma opinión.
Quizás sea propio de la naturaleza del campo político estar en guerra con la verdad en todas sus for-
mas.
El problema es que la verdad de hecho exige reconocimiento perentorio y, por lo tanto, evita el de-
bate, siendo este último la esencia misma de la vida política.
La veracidad jamás se incluyó entre las virtudes políticas porque poco contribuye a ese cambio del
mundo y de las circunstancias que está entre las actividades políticas más legítimas. Solamente
cuando una comunidad se embarca en la mentira organizada es cuando la veracidad puede conver-
tirse en un factor político de primer orden: cuando todos mienten acerca de todo lo importante, el
hombre veraz (lo sepa o no) ha empezado a actuar.
Quienes dicen una verdad factual, al entrar a un campo político e identificarse con algún interés par-
cial o formación de poder, comprometen la veracidad de su verdad, que estaba garantizada por su
imparcialidad, integridad e independencia.
Las mentiras políticas modernas se ocupan con eficacia de cosas que son conocidas por casi todos.
Gracias a las técnicas modernas y a los medios masivos, ese sustituto es mucho más público que su
original. Suele estar caracterizada por el autoengaño.
La mentira organizada
En el caso de la mentira organizada, ésta siempre tiende a destruir lo que se haya decido anular. La
mentira organizada hace cambios constantes en las falsedades con las que se sustituye la historia
real. Eso conduce a que se suplante un libro de historia por otro, y que se produzca “el reemplazo de
páginas en las enciclopedias y libros de consulta, la desaparición de ciertos nombres para incluir
otros desconocidos o poco conocidos antes
Si el falsario tiene éxito, es muy probable que caiga en la trampa de sus propias elucubraciones:
solo el autoengaño es capaz de crear una apariencia de fiabilidad. Nuestra captación de la realidad
depende de que compartamos el mundo con nuestros semejantes y se requiere una gran fuerza de
carácter para no apartarse de lo no compartido, sea verdad o mentira.
Todo lo que ha pasado en el campo de los asuntos humanos podría haber sido de otra manera, por
lo cual las posibilidades de mentir son ilimitadas. Esto presenta un peligro para quienes adapten
constantemente imágenes y relatos a las circunstancias, dado que podrán perderse flotando en un
horizonte abierto de potencialidad.
Hay instituciones como las judiciales y la universidad en donde la verdad constituye el criterio más
alto del discurso y del empeño. Todas las funciones políticas relevantes que manejan la verdad se
realizan fuera del campo político: exigen falta de compromiso, imparcialidad y una liberación con
respecto de los intereses propios en el pensamiento y el juicio.
En cuanto a la política, está limitada por las cosas que los hombres no pueden cambiar según su
voluntad. Solamente si respeta sus propias fronteras, este campo podrá conservar su integridad y
permanecer intacto: llamamos verdad a aquello que no logramos cambiar.
La culpa organizada
¿Por qué el pueblo se identificaba con los nazis?
La posibilidad de clandestinidad dependía de que nadie sea capaz de saber quién es un nazi y quién
no, de que no haya distintivos visibles exteriormente. A tal efecto, fue necesario en Alemania intensi-
ficar el terror con el fin de que no quede con vida nadie cuya popularidad pudiera acreditar su anti-
fascismo.
Quién es un nazi o antinazi en Alemania solo podrá averiguarlo quien sea capaz de ver el corazón
humano. Por tal motivo, solo podemos saber que alguien estaba contra los nazis si aparecía col-
gado. No había otra prueba.
¿Por qué hablamos de culpa colectiva?
La culpa colectiva fue el resultado de una política sin patria y antinacional en el que el único pueblo
alemán posible es el que está en el poder de los que ahora gobiernan. La política total ha conse-
guido que la existencia privada de cada individuo dependa de si comete crímenes o es cómplice de
los mismos.
Al servicio de la administración del asesinato en masa se logró poner a todo un pueblo. En la má-
quina de la muerte, todos están obligados a ocupar un puesto, aunque no sean directamente acti-
vos en los campos de exterminio.
Cuando todos son culpables, nadie puede juzgar de verdad, ya que a esta culpa también se la ha
despojado de la mera apariencia, de la mera hipocresía de la responsabilidad.
Cada vez que la sociedad deja sin medios de subsistencia al hombre pequeño, mata el funciona-
miento y el auto respeto normal del mismo y lo prepara para una última etapa en la que estará dis-
puesto a asumir cualquier función, incluyendo la de verdugo.
El pequeñoburgués es el hombre masa moderno visto en el refugio seguro de sus cuatro paredes.
Ha llevado tan lejos la escisión de lo privado y lo público que no puede encontrar una conexión entre
ambos, ni siquiera en su propia identidad personal.
¿Qué es la política?
¿En qué se basa?
Se basa en el hecho de la pluralidad de los hombres. Estos son un producto humano, terrenal, pro-
ducto de la naturaleza humana.
Siempre que ocurre algo nuevo se da algo inesperado, imprevisible e inexplicable: cada nuevo co-
mienzo es un milagro.
¿Qué es la acción?
A la acción le es peculiar poner en marcha procesos cuyo automatismo parece muy similar al de los
procesos naturales y le es peculiar sentar un nuevo comienzo o empezar algo nuevo.
La aparición de los campos de concentración y exterminio solo fue posible debido a que la misma se
sumerge profundamente en la sociedad, permeándola y nutriéndose de ella.
En Argentina el poder circuló por todo el tejido social, por lo cual hablamos de un poder concentra-
cionario.
Los actores principales fueron las patotas, los grupos de inteligencia, los guardias y los desaparece-
dores de cadáveres. Todos ellos funcionaban en un dispositivo que justificaba de manera automá-
tica sus tareas, despojando siempre a las víctimas de sus atributos humanos.
¿Cuál era el papel de las víctimas casuales?
Si bien la mayoría de los detenidos eran parte de las organizaciones armadas y de la oposición, tam-
bién había muchos detenidos casuales. Estos jugaban un importante papel en la diseminación del
terror, siendo la prueba irrefutable de la arbitrariedad del sistema y de su omnipotencia.
¿Qué es el juicio?
Se trata de un concepto elaborado por Arendt en escritos que fueron realizados poco antes de su
muerte. Es una nueva categoría que se suma a las ya presentadas en La Condición Humana y que
tiene que ver con una nueva forma de actuar.
La idea de la autora era establecerlo como la facultad que permite unir las dos formas de vida del
hombre que se encuentran separadas en su obra: vida contemplativa y vida activa, actuando como
puente entre ambas actividades.
Para elaborarlo, Arendt se basó en algunos conceptos de Kant, pero agregando la política dado que
ambos están relacionados porque es la misma disposición del hombre la que los habilita.
- No fáctico
- Desinteresado
- Universal
- Basado en el sentido común a todos y todas
- Sociales y discutibles (presuponen comunicación con los otros)
Juicio reflexionante: Se ejerce sobre objetos de los cuales no existen reglas y, por tanto, tampoco
pautas pre-establecidas. Parten de lo particular para luego intentar encontrar el equilibrio que les
permita decidir si eso que se aprecia place o no. Cada nueva observación se vuelve un libre juego
entre la imaginación y el entendimiento.
Podemos decir, entonces, que la cultura se convierte en una forma de relacionarse con los objetos
artísticos, con un fuerte acento en la construcción subjetiva que produce la apreciación.
Una obra de arte es aquella que logra la inmortalidad tras realizar una transmutación y lograr ingre-
sar en el ámbito de lo público.
Lo que arte y política tienen en común es la misma facultad del hombre: el gusto. Dicha habilidad
solo puede funcionar en tanto exista una comunicación con los demás.
Arte y política se encuentran íntimamente relacionados ya que es la misma facultad del hombre la
que les da vida tanto a uno como al otro.
La antigua sociedad quería cultura y abusaba de ellos para sus fines egoístas, pero sin consumirlos.
Sin embargo, la nueva sociedad de masas no quiere cultura, sino que demanda entretenimiento y
consume los objetos que ofrece la Industria como lo haría con cualquier otro bien de consumo.
Por tal motivo es que el autor prefiere hablar de constelaciones dado que la imagen nos revela un
orden desordenado o un desafío a la linealidad de las cosas. Además, también se puede trazar un
paralelismo con sus intelectuales dado que todos ellos estaban reunidos bajo una causa común: la
de realizar una crítica a la racionalidad de un orden social desigual cuya expresión es el capitalismo.
Si hay dos características que definen muy bien a la Escuela de Franfkurt son su continua
transformación o movilidad (teórica y territorial) y la capacidad de hacer interactuar y convivir a
intelectuales tan símiles y disimiles.
La Escuela de Frankfurt esconde el potencial de intelectuales que produjeron una crítica de nosotros
mismos y de aquellos procesos culturales, comunicaciones y mediáticos constructores de
subjetividades.
El ideal del iluminismo es un sistema del cual se deduce todo y cualquier cosa. Su instrumento por
excelencia es la abstracción
El individuo queda determinado como una cosa cuyo criterio es la autoconservación. Reducido a
simple ser genérico, igual a los demás por el aislamiento de la colectividad.
La Industria Cultural absolutiza la imitación. Con ella, las masas tienen lo que quieren y reclaman la
ideología mediante la cual se los esclaviza. Busca el amusement, la prolongación del trabajo tardío:
divertirse siempre significa que no hay que pensar.
Cada individuo debe comportarse espontáneamente de acuerdo con su level determinado en forma
anticipada por índices estadísticos y dirigirse a la categoría de productos de masa que ha sido pre-
parada para su tipo.
Los consumidores son obreros y empleados, farmers y pequeños burgueses. La totalidad de las ins-
tituciones existentes los aprisiona de tal forma en cuerpo y alma que se someten sin resistencia a
todo lo que se les ofrece. Las mass tienen lo que quieren y reclaman obstinadamente la ideología
mediante la cual se las esclaviza.
¿Qué es el amusement?
La Industria Cultural es la industria de la diversión. Su poder sobre los consumidores es mediado
por el amusement, que es la prolongación del trabajo bajo el capitalismo tardío y es buscado por
quien quiere sustraerse al proceso del trabajo mecanizado para ponerse de nuevo en condiciones
de poder afrontarlo.
Al mismo tiempo, la mecanización ha conquistado tanto poder sobre el hombre durante el tiempo
libre y sobre su felicidad, determina tan íntegramente la fabricación de los productos para dis-
traerse, que el hombre no tiene acceso más que a las copias y a las reproducciones del proceso de
trabajo mismo. El supuesto contenido es una farsa: lo que se imprime es la sucesión automática de
operaciones reguladas.
Cuanto más sólidas se tornan las posiciones de la Industria Cultural, tanto más brutalmente puede
obrar con las necesidades del consumidor, producirlas, guiarlas, disciplinarlas, suprimir incluso la
diversión.
Al adecuarse enteramente a la necesidad, la obra de arte defrauda por anticipado a los hombres
respecto a la liberación que debería procurar en cuanto al principio de utilidad. LO que se podría de-
nominar valor de uso es sustituido por el valor de intercambio. Todo tiene valor en la medida en que
se pueda intercambiar, no solo por el hecho de ser en sí algo.
Puede pasar que la concentración sea estatal. En los países capitalistas, el Estado se suele concen-
trar los poderes de censura y autorización. En los socialistas, en cambio, el Estado es el jefe abso-
luto.
¿Cuál es la contradicción?
El problema es que esta tendencia choca con la naturaleza del consumo cultural que exige siempre
un producto individualizado y nuevo. La Industria Cultural debe vencer permanentemente la contra-
dicción entre sus estructuras burocratizadas-estandarizadas y la originalidad del producto que debe
suministrar.
¿Cómo se resuelve?
La resolución está en la propia estructura de lo imaginario. Esta se determina según arquetipos
constituidos según patrones-modelos que ordenan sueños y actitudes.
En determinado momento también hará falta la invención. Por este motivo, la concentración en un
solo medio siempre es inconcebible (aunque puede darse a escala financiera)
La racionalización significa la ampliación de los ámbitos sociales que quedan sometidos a los crite-
rios de la decisión racional y la industrialización del trabajo social con la consecuencia de que los
criterios de la acción instrumental penetran también en otros ámbitos de la vida.
El concepto de razón técnica se hace muy similar al de ideología. No solo su aplicación, sino que ya
la técnica misma es dominio sobre la naturaleza y sobre los hombres: dominio metódico, científico,
calculado y calculante.
La técnica es siempre un proyecto histórico-social en el que se proyecta lo que una sociedad y los
intereses en ella dominantes tienen el propósito de hacer con los hombres y con las cosas.
La evolución de la técnica responde a la estructura propia del trabajo, por lo tanto, no puede ser re-
emplazada mientras sigamos manteniendo nuestra vida por medio del trabajo social. El error de
Marcuse es que no piensa una nueva técnica, sino en una actitud alternativa frente a la naturaleza.
El autor concluirá diciendo que “el a priori tecnológico es un a priori político en la medida en que la
transformación de la naturaleza tiene como consecuencia la del hombre y en que las creaciones del
hombre surgen de una totalidad social y vuelven a ella. Sin embargo, cabe insistir en que la maqui-
naria del universo tecnológico es <como tal> indiferente a los fines políticos, pudiendo servir como
acelerador o freno a una sociedad.
¿Qué es la tecnocracia?
Es una nueva ideología en la que se disocia la autocomprensión de la sociedad del sistema de refe-
rencia de la acción comunicativa y de los conceptos de la interacción simbólicamente mediada y los
sustituye por un modelo científico. De esta forma, la autocomprensión culturalmente determinada
de un mundo social de la vida queda sustituida por la autocosificación de los hombres.
La diferencia entre la acción racional con respecto a fines y la interacción desaparece de las cien-
cias del hombre y de la propia conciencia del hombre. Aquí es donde radica la fuerza de la concien-
cia tecnocrática.
Esto no denota una cancelación, pero si una latencia en los conflictos de clase. Las diferencias apa-
recen ahora en forma de tradiciones subculturales y actitudes políticas.
En la sociedad del capitalismo tardío, los grupos privilegiados y subprivilegiados ya no pueden en-
frentarse como clases socioeconómicas.
Esta última permitirá que la comunicación se vea libre de las restricciones a las que está sometida.
La discusión pública sin restricciones y coacciones sobre la adecuación y deseabilidad de los princi-
pios y normas orientadores de la acción a la luz de las condiciones socioculturales del progreso de
los subsistemas de acción racional con respecto a fines: una comunicación de este tipo a todos los
niveles de los procesos políticos y de los otra vez repolitizados, de formación de la voluntad colec-
tiva, es el único medio en el que es posible algo así como la racionalización.
El único potencial de protesta que podría avivar estas zonas de conflicto son determinados grupos
de estudiantes.
- El fin de la historia: La secuela de polarización social arroja una ominosa sombra de duda
sobre el optimismo posmoderno en un próximo milenio de feliz coexistencia democrática.
- El fin de los grandes relatos: Las transformaciones tecnológicas imponen un nuevo estilo
de globalización, pero esto no implica el pasaje a una nueva sociedad que no sea
capitalista.
- El fin de los sujetos: No podemos decir que toda noción de subjetividad social o cultural
haya desaparecido. Recordar que no hay ideología más ideológica que aquella que no se
muestra como ideología.
- El fin de las ideologías: Es solo una manera elíptica y poco artera de aludir a la decadencia
del pensamiento teórico, de la pasión simbolizadora y de la figura intelectual del crítico en
pos de los especialistas.
- El fin de los estados nacionales y las ilusiones de autosuficiencia: Hay una nueva
hegemonía cultural totalizadora. Es verosímil porque el concepto siempre estuvo en crisis,
pero no quita que no existan otras alternativas viables de agrupación.
Históricamente las estrategias hegemónicas lograron estabilizar las crisis internas de sus ideas uni-
versales. Sin embargo, hoy las formas teórico-ideológicas dominantes han tenido que recurrir a la
recusación de toda idea universalista.
Esto hace que la globalización pueda ser recusada por muchos en nombre de alguna de las formas
particularistas de la ideología dominante. Podemos decir, entonces, que esta tensión parece estar a
punto de superarse mediante alguna nueva hegemonía cultural totalizadora y que, por otro lado, la
fragmentación del mundo parece destinada a profundizarse a medida que se profundice la globali-
zación posstmoderna.
Además, la Industria Cultural postula hoy su propia utopía tecnotrónica: la comunicabilidad total.
El triunfo de la Comunicabilidad Total sería el descanso tibio y final en el goce del tedio, el goce total
y definitivo de la barbarie.
El cine es un objeto ideológico por excelencia, dado que porta la ilusión de la representabilidad total
y se hace presente ante los ojos del consumidor como si fuera el mundo mismo.
UNIDAD 4
Para leer a Pierre Bourdieu (Ferraguti)
“La intención de ruptura se orientaba en mí hacia los poderes instituidos, especialmente contra la
institución universitaria y todo lo que encubría de violencia, impostura, tontería canonizada y, a través
de ella, contra el orden social” – Pierre Bourdieu
Podemos decir que el habitus es un esquema de percepción, apreciación y acción producido y situado
socialmente. Es un productor de prácticas, estructura estructurante e interiorización de una exteriori-
dad.
El habitus permite explicar por qué diferentes agentes en condiciones diferentes actúan de maneras
diversas, aprecian distintas cosas y ven el mundo de formas opuestas.
Debido a esto, el habitus adquiere una gran flexibilidad operativa dado que, permite interpretar con-
ductas individuales percibiendo las motivaciones que (en virtud de una posición en el espacio social)
disponen a un agente a tomar tal o cual decisión.
Cualquier variante individual o desviación corresponde a lo que llamamos estilo personal o huella de
individualidad.
La dominación simbólica hace que se oculten la arbitrariedad y usurpación que existen detrás de
una ley, contribuyendo así a mantener la estructura de reproducción social.
Es por esto que decimos que el habitus es una estructura hecha carne e incorporada de modo
tal que se hace inconsciente.
¿Qué es el capital?
Hablamos de propiedades que tienen una doble acepción: propiedad en tanto cualidad, pero también
en cuanto a posesión o adquisición. Dotan al agente de una serie de propiedades que lo diferencian
y distinguen, siendo a su vez acumulables de forma material.
El capital es una energía social que no existe ni produce sus efectos si no es en el campo en la que
se produce y reproduce.
El campo es a la vez mercado y juego. Es mercado en tanto en él se cotizan y circulan bienes y pro-
piedades escasas y de variable valor. Es juego dado que la posición de un agente está determinada
por la composición del capital que determina las expectativas y estrategias que utilizará para obtener
un beneficio.
Podemos decir que la posición de un agente en el espacio social se determina de acuerdo a la posición
que ocupa en los diferentes campos y en la distribución de poderes que actúan en cada uno de ellos:
estos son el CAPITAL ECONÓMICO, EL CAPITAL CULTURAL, EL CAPITAL SOCIAL Y EL CAPITAL SIMBÓ-
LICO: este último como la forma percibida y reconocida legítima de estas diferentes especies de ca-
pital.
Hay que entender que las clases que pueden recortarse en el espacio social no existen como grupos
reales, aunque sí pueden explicar la probabilidad de constituirse en grupos prácticos.
Bourdieu considera que la tradición marxista falsifica lo político al hacer coincidir los intereses
reales que conducen a un grupo con sus intereses teóricos, sin considerar la acción diversa y
descoordinada de los agentes, en nombre de una toma de conciencia (de clase) extensa, cohe-
rente y universalmente adquirida gracias a la labor pedagógica del partido.
Si bien no existe una conciencia de clase, sí es posible la lucha política que aparezca en la pluralidad
de puntos de vista que entran en una lucha simbólica por la imposición de una visión legítima del
mundo.
La lucha política es siempre cognitiva. El Estado es quien detenta el monopolio de la violencia simbó-
lica legítima y a su vez pone un límite a la lucha simbólica de todos contra todos. Podemos hablar de
un proceso de doble naturalización que asegura la imposición del sentido común.
Podemos decir que nada clasifica a nadie mejor que sus propias clasificaciones y eso es: todo con-
sumo o práctica está destinado a funcionar como un principio de distinción aceptado como natural
debido a la incorporación de esas categorías clasificatorias en el ámbito de las creencias.
A través de este poder, el Estado puede reconocer una lengua e historia oficiales y al mismo tiempo
ocultar y naturalizar la violencia y arbitrariedad de los cimientos bajo los cuales se ha constituido todo
poder.
La construcción de una teoría del espacio social supone una serie de rupturas con la teoría marxista:
ruptura contra la tendencia a privilegiar sustancias en detrimento de las relaciones y ruptura contra
la ilusión intelectualista que lleva a considerar una clase teórica construida científicamente como una
clase real. Ruptura también con el economicismo que lleva a reducir el campo social a un campo
meramente económico y con el objetivismo que lleva a ignorar las luchas simbólicas cuyo lugar son
los diferentes campos y si disputa la representación misma del mundo social y la jerarquía en el inte-
rior de cada uno de los campos y entre los diferentes campos.
La Sociología para Bourdieu se presenta como una topología social. El mundo es representado como
un espacio constituido sobre la base de principios de diferenciación o distribución constituidos por el
conjunto de las propiedades que actúan en el universo social en cuestión, las propiedades capaces
de conferir poder y fuerza en ese universo.
Se puede definir como un espacio pluridimensional de posiciones tal que toda posición actual puede
ser definida en función de un sistema pluridimensional de coordenadas cuyos valores corresponden
a los de las diferentes variables pertinentes: los agentes se distribuyen en él en dos dimensiones:
primero según el volumen global del capital que poseen y segundo la composición de su capital.
El capital representa un poder respecto de un campo. Las especies de capital son poderes que definen
las probabilidades de obtener un beneficio en un campo determinado.
La posición de un agente en un determinado espacio social puede definirse por la posición que ocupa
en los diferentes campos.
Le llamamos así a clases o conjuntos de agentes que ocupen posiciones semejantes y que situados
en condiciones semejantes tengan todas las probabilidades de tener disposiciones e intereses seme-
jantes y de producir prácticas y tomas de posición semejantes. Es un conjunto de agentes que opon-
drá menos obstáculos objetivos a las empresas de movilización que cualquier otro grupo de agentes.
En el caso de las etnias estamos ante el producto de una intersección de dos espacios parcialmente
independientes. Un agente puede ocupar una posición superior en cierto campo, pero siempre tendrá
tasas de representación inferiores con respecto a otras etnias situadas en posición superior.
El espacio social es lo que permite que no se pueda juntar cualquiera con cualquiera.
La percepción del mundo social es el producto de una doble estructuración social: por la parte obje-
tiva, la percepción está socialmente estructurada porque las propiedades relacionadas con los agen-
tes o instituciones no se ofrecen a la percepción de manera independiente sino en combinaciones de
muy desigual probabilidad. Por la parte subjetiva está estructurada porque los esquemas de percep-
ción y de apreciación susceptibles de funcionar en un momento dado son el producto de luchas sim-
bólicas anteriores y expresan el estado de las relaciones de fuerza simbólicas.
Las categorías de percepción del mundo social son -esencialmente- el producto de la incorporación
de las estructuras objetivas del espacio social. En consecuencia, inclinan a los agentes a tomar el
mundo social tal cual es, a aceptarlo como natural, más que a rebelarse frente a él.
Lo que verdaderamente está en juego en la lucha política es el conocimiento del mundo social y de
las categorías que lo posibilitan. Una lucha inseparablemente teórica y práctica por el poder de con-
servar o transformar el mundo social conservando o transformando las categorías de percepción de
ese mundo.
La Política es el lugar por excelencia de la eficacia simbólica, acción que se ejerce por signos capaces
de producir cosas sociales y, en particular, grupos. La representación política produce y reproduce en
todo momento una forma
Quienes ocupan posiciones dominadas en el espacio social también están situados en posiciones
dominadas en el campo de la producción simbólica y tienen un escaso acceso a los instrumentos
necesarios para expresar su propio punto de vista acerca de lo social.
El agente tiene una comprensión inmediata del mundo familiar porque las estructuras cognitivas que
pone en funcionamiento son producto de la incorporación de las estructuras del mundo en el que
actúa.
Los esquemas de habitus se ajustan a las estructuras y tendencias del mundo y permiten adaptarse
sin cesar a contexto parcialmente modificados, elaborando la situación como un conjunto dotado de
sentido.
Las prácticas que engendra el habitus son percibidas y valoradas por los demás como justas, correc-
tas, habituales y adecuadas.
El capital simbólico proporciona formas de dominación que implican dependencia con respecto a
aquellos que permite dominar: solo existe por medio de la estima, el reconocimiento, etc.
El Estado instituye e inculca formas simbólicas de pensamiento comunes, marcos sociales de la per-
cepción, el entiendo o la memoria, formas estables de clasificación o esquemas prácticos de percep-
ción, evaluación y acción, creando así las condiciones de una sintonización inmediata de los habitus.
¿Qué es el estilo?
Hablamos de estilo para referirnos a la separación individual con respecto a la norma lingüística. Esta
elaboración es la que tiende a conferir al discurso de propiedades distintivas.
El estilo existe solo en relación a agentes dotados de esquemas de percepción y apreciación que
permiten constituirlo como un conjunto de diferencias sistemáticas, sincréticamente aprehendidas.
Es enseñada por el sistema escolar, que contribuye directamente a la devaluación de los modos de
expresión populares y a la imposición del reconocimiento de la lengua legítima.
Hablar es apropiarse de uno u otro de los estilos expresivos ya constituidos por el uso y objetivamente
caracterizados por su posición en una jerarquía de estilos que a su vez expresa la jerarquía de los
correspondientes grupos.
Las luchas que oponen a los escritores respecto al arte de escribir legítimo contribuyen a producir la
lengua legítima definida por la distancia que la separa de la lengua común y la creencia en su legiti-
midad.
El habitus realiza una aplicación sistemática y universal. Hace que el conjunto de prácticas de un
agente sea a la vez sistemáticas (como producto de la aplicación de diversos esquemas) y sistemáti-
camente distintas de las prácticas constitutivas de otros estilos de vida.
¿Qué es el gusto?
El gusto es la propensión y aptitud para la apropiación (material y/o simbólica) de una clase determi-
nada de objetos o de prácticas enclasadas y enclasantes. Es el operador práctico de la transmutación
de las cosas en signos distintos y distintivos. Transforma unas prácticas en expresión simbólica de la
posición de clase.
Es difícil explicar aquellos casos en los que ingresos iguales se encuentran asociados con nos consu-
mos de estructuras totalmente distintos. El verdadero principio de las diferencias que se observan en
el terreno del consumo es la oposición entre los gustos de lujo (o libertad) y los gustos de necesidad.
Los gustos de lujo o libertad son propios de aquellos individuos producto de unas condiciones mate-
riales de existencia definidas por la distancia con respecto a la necesidad, por las libertades o facili-
dades que asegura su posesión. Por otro lado, los gustos por necesidad solo pueden engendrar un
estilo de vida definido negativamente por la relación de privación que mantiene con los demás estilos
de vida.
El gusto es una elección del destino, pero es forzada porque está producida por unas condiciones de
existencia que, al excluir como puro sueño cualquier otra posible, no deja otra opción que el gusto de
lo necesario.
Sobre la televisión
El autor piensa que la televisión pone en muy serio peligro las diferentes esferas de la producción
cultural, pero sobre todo a la vida política y a la democracia.
Es importante hablar por televisión, pero en determinadas condiciones. En este caso, el autor lo
hace porque a) su tiempo no está limitado, b) no hay nadie para llamarlo al orden.
Cuando un sociólogo acepta ir a televisión sin preocuparse por saber si se podrá decir alguna cosa,
se pone claramente de manifiesto que no está ahí para decir algo, sino por razones completamente
distintas: dejarse ver y ser visto. Podemos decir que la pantalla de la televisión se ha convertido en
un lugar de exhibición narcisista.
El acceso a la televisión tiene como contrapartida una formidable censura. Una pérdida de
autonomía que está ligada a que el tema es impuesto, a que las condiciones de comunicación son
impuestas y a que la limitación del tiempo impone al discurso tantos obstáculos que es poco
probable que finalmente pueda decirse algo.
También hay censuras económicas: cosas notorias y burdas pero que ocultan mecanismos
anónimos invisibles, a través de los cuales se ejercen las censuras de todo orden que hacen que la
televisión sea un colosal instrumento de mantenimiento del orden simbólico.
El autor expondrá una serie de mecanismos que hacen que la televisión ejerza una forma particular
de violencia simbólica. Ésta, debe ser entendida como la violencia que se ejerce con la complicidad
tácita de quienes la padecen y también de quienes la practican en la medida en que unos y otros no
son conscientes de padecerla o practicarla.
El primer mecanismo es la crónica de sucesos. Estos son elementos de distracción que se utilizan
para llamar la atención sobre una cosa distinta de la que se está haciendo. Se busca priorizar la
atención sobre unos hechos que pueden interesar a todo el mundo, que pueden ser para todos los
gustos pero que por su propia naturaleza no tocan nada importante. La crónica de sucesos es una
especie de sucedáneo elemental de la información muy importante, dado que interesa a todo el
mundo, pero ocupa un tiempo que podría emplearse para decir otras cosas más valiosas, dejando
de lado noticias pertinentes que debería conocer el ciudadano para ejercer sus derechos
democráticos.
Por otro lado, la televisión puede ocultar mostrando. Este mecanismo se aplica cuando muestra algo
distinto de lo que tendría que mostrar si hiciera lo que se supone que hay que hacer (informar) y
también cuando muestra lo que debe, pero de tal forma que hace que pase inadvertido o parezca
insignificante. El principio de selección consiste en la búsqueda de lo sensacional. La televisión
incita a la dramatización: escenifica en imágenes y exagera su importancia y su carácter trágico-
dramático. Se trata de una coerción terrible que impone la búsqueda de la primicia y termina
desembocando en la uniformalización y banalización.
De este modo, la televisión que pretende ser un instrumento que refleja la realidad, acaba
convirtiéndose en un instrumento que crea una realidad. Se convierte en el árbitro del acceso a la
existencia social y política.
Por lo antes expuesto, se hace cada vez más necesario producir manifestaciones para la televisión,
dado que ésta es la única forma de que las mismas alcancen su plena eficacia.
El mundo de los periodistas es un mundo fragmentado, pero los productos periodísticos son mucho
más homogéneos de lo que la gente cree. Se dice que la competencia diversifica, pero cuando ésta
se da entre periodistas o periódicos sometidos a unas mismas imposiciones, termina por
homogeneizar.
Hay temas que son impuestos a los espectadores porque antes lo fueron a los productores,
precisamente por la competencia con otros productores. Todo esto se traduce en elecciones,
ausencias y presencias.
Si la televisión privilegia a cierto número de fast thinkers que propongan un fast food cultural es
porque hay serviciales bustos parlantes que eximen de la necesidad de buscar a alguien que
verdaderamente tenga algo que decir.
En los debates vemos una serie de operaciones de censura. La primera de ellas está dada por el
papel del presentador que hace permanentemente intervenciones que coaccionan: impone el tema,
la problemática, el respeto a las reglas de juego, concede la palabra, reparte elogios, distribuye los
tiempos, manipula la urgencia.
La segunda podemos verla en la composición del panel de invitados. Se trata de una labor invisible
cuyo resultado es la propia composición de ese panel. Esto es importante porque es lo que ha de
dar la imagen de un equilibrio democrático.
Contradicciones y tensiones
La televisión es un instrumento de comunicación muy poco autónomo sobre el que recae una serie
de constreñimientos originados por las relaciones sociales entre los periodistas: relaciones de
competencia encarnizada hasta el absurdo pero que también son relaciones de convivencia,
complicidad objetiva, basada en los intereses comunes vinculados a su posición en el campo de la
producción simbólica y en el hecho de que comparten unas estructuras cognitivas y unas categorías
de percepción y valoración ligadas a su origen social y a su información.
CAPÍTULO 2
Entre las diferentes cadenas no solo hay interacciones, contactos mutuos, influencias sino también
unas relaciones de fuerza completamente invisibles que hacen que haya que tener en cuenta el
conjunto de las relaciones de fuerza objetivas que constituyen la estructura del campo. Estructura
que no es advertida.
Cuanto más amplio es el público que un medio de comunicación pretende alcanzar, más ha de limar
sus asperezas y de evitar todo lo que pueda dividir, intentando no escandalizar a nadie. La televisión
jamás haría algo así dado que está perfectamente ajustada a las estructuras mentales del público
(se ve claramente en el moralismo de la televisión)
A pesar de ocupar una posición inferior dominada, en los campos de producción cultural los
periodistas ejercen una forma realmente insólita de dominación: son dueños de los medios de
expresarse públicamente.
Otras consecuencias son el paso de una política de acción cultural a una especie de demagogia de
lo espontáneo con el fin de alcanzar una audiencia lo más amplia posible.
El campo del periodismo tiene una particularidad: depende mucho más de las fuerzas externas que
cualquier otro campo de producción cultural. Depende muy directamente de la demanda y está
sometido a la sanción del mercado. En él, el peso del polo comercial es particularmente fuerte.
La influencia de la televisión
Cuando se hace sociología, se aprende que los hombres y las mujeres tienen responsabilidades
pero que mayormente se definen en sus posibilidades e imposibilidades por la estructura en la que
están colocados y por la posición que ocupan en ella. Actualmente, todos los campos de producción
cultural están sometidos a la coerción estructural del campo periodístico. El campo periodístico
actúa, en tanto que campo, sobre los demás campos. En otras palabras, un campo cada vez más
dominado por la lógica comercial impone una creciente coerción sobre los demás universos.
Conclusión
Se puede y se debe luchar contra los índices de audiencia en nombre de la democracia. Los índices
de audiencia significan la sanción del mercado, de la economía, es decir, de una legalidad externa y
puramente comercial y el sometimiento a las exigencias de ese instrumento de mercadotecnia que
es el equivalente exacto en materia de cultura de lo que es la demagogia orientada por los sondeos
de opinión en materia de política.
ANEXOS
La influencia de los mecanismos de un campo periodístico cada vez más sometido a las exigencias
de mercado ejerce, en primer lugar, sobre los periodistas y luego sobre los diferentes campos de
producción cultural. Hay que examinar cómo la coerción estructural que impone este campo (a su
vez dominado por las coerciones de mercado) modifica más o menos profundamente las relaciones
de fuerza dentro de los diferentes campos, afecta a lo que se hace y lo que se produce en ellos y
tiene unos efectos muy parecidos a esos universos fenomenalmente muy diferentes.
Los diferentes poderes actúan no solo a través de las imposiciones económicas que están en
disposición de ejercer, sino también de todas las presiones que permite el monopolio de la
información legítima. Este monopolio facilita, en primer lugar a las autoridades gubernamentales y la
administración, a la policía, pero también a las autoridades jurídicas, científicas, unas armas en
lucha que las enfrenta a los periodistas.
El campo periodístico es sede de una lógica específica propiamente cultural que se impone a los
periodistas a través del entramado de coerciones y controles al que se obligan a someterse unos a
otros y cuyo respeto fundamenta las reputaciones de honorabilidad profesional.
Otro efecto de campo es que la competencia incita a ejercer una vigilancia permanente de las
actividades los competidores. En este ámbito, la competencia tiende a favorecer a la uniformidad de
la oferta.
La influencia del campo periodístico por sobre los campos de producción cultural se ejerce
principalmente a través de la intervención de unos productores culturales situados en un lugar
incierto entre el campo periodístico y los campos especializados. Estos intelectuales periodistas
están en disposición de ejercer dos efectos importantes: por un lado, introducir formas nuevas de
producción cultural y por el otro, imponer unos principios de valoración de las producciones
culturales que tienden a reforzar el efecto de los índices de audiencia.
El periodismo y la política
En un mundo dominado por el temor a ser aburrido y el afán de divertir a cualquier precio, la política
está condenada a aparecer como un tema ingrato que se excluye en la medida de lo posible de las
horas de gran audiencia, un espectáculo poco estimulante y deprimente que hay que convertir en
interesante.
Todos los mecanismos utilizados para convertirla en interesante se aúnan para producir un efecto
global de despolitización o de desencanto de la política. La búsqueda de diversión tiende a desviar
la atención hacia un espectáculo cada vez que la vida política hace que surja una cuestión
importante. También a reducir lo que se suele llamar la actualidad a una rapsodia de
acontecimientos divertidos.
Los malestares sociales solo tienen existencia visible cuando los medios hablan de ellos, es decir
cuando los periodistas los reconocen como tales. El campo periodístico los somete, sin embargo, a
un verdadero trabajo de construcción que depende en muy amplia medida de los intereses
específicos del sector.
Los malestares para periodistas son aquellos cuya representación pública se fabricó explícitamente
para interesar a los periodistas o los que por sí solos atraen a estos porque son fuera de lo común.
Los periodistas se leen y ven mucho entre sí. Por tal motivo, los medios actúan en un principio y
fabrican colectivamente una representación social que perdura pese a los desmentidos o
rectificaciones posteriores porque, con mucha frecuencia, no hacen más que fortalecer las
interpretaciones espontáneas y por lo tanto moviliza en primer lugar los prejuicios y tiende a
redoblarlos.
Un falso objeto
Los dominados son los menos aptos para controlar la representación de sí mismos. Para los
periodistas, el espectáculo de su vida cotidiana no puede ser sino chato y carente de interés. Como
culturamente están desamparados, son además incapaces de expresarse en las formas requeridas
por los grandes medios.
Un círculo vicioso
Si esta representación deja poco lugar al discurso de los dominados, es porque estos son muy
difíciles de escuchar. Esto se debe principalmente a que se habla de ellos más de que lo que ellos
mismos hablan y cuando se dirigen a los dominantes, tienden a emplear un discurso prestado, el
que éstos emiten a su respecto.
El desfase entre la representación de la realidad y la realidad tal como pueden mostrarla
investigaciones más pacientes es aún más importante en el tratamiento televisivo de los incidentes.
La atención de los periodistas se concentra en los enfrentamientos más que en la situación objetiva
que los provoca. Estos se convierten en síntomas de una crisis más general de la sociedad que
tiende a abordarse independientemente de las situaciones concretas.
La lógica de las relaciones que se instauraron entre los actores políticos, los periodistas y los
espectáculos de la “opinión pública” llegó a tal punto que políticamente es muy difícil actuar al
margen o contra los medios. Por eso, el poder de la prensa nunca dejó indiferente al poder político,
que trata de controlar lo que se denomina la actualidad cuando no contribuye a fabricarla por sí
mismo.
Las violencias espectaculares que constituyen la primera plana de los medios ocultan pequeñas
violencias corrientes que se ejercen permanente sobre todos los habitantes de esos barrios,
incluidos los delincuentes juveniles que también son víctimas.