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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE

MÉXICO

FACULTAD DE CIENCIAS POLITICAS Y SOCIALES

DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO


Dr. JCVE, 2010
SEMBLANZA GENERAL:
LA NACIONALIDAD MEXICANA EN EL
DERECHO VIGENTE

1
Índice
Introducción……………………………………………………………3

La nacionalidad en el derecho vigente……………………………..5

1. Concepto de la nacionalidad………………………………….6
1.1El Estado que la otorga……………………………………9
1.2El individuo que la recibe……………………………….....9
2. Antecedentes………………………………………………….13
3. Normas jurídicas aplicables……………………………….....15
3.1Tratados internacionales………………………………….15
3.2Normas jurídicas constitucionales…………………….....18
3.3Normas jurídicas ordinarias………………………………18
3.4Normas jurídicas reglamentarias………………………...19
4. Adquisición……………………………………………………..19
4.1Por nacimiento……………………………………………..19
4.2Por naturalización………………………………………….20
5. Derecho de opción……………………………………………..27
6. Doble nacionalidad……………………………………………..27
7. Determinación…………………………………………………..30
7.1Prueba de la nacionalidad a nivel interno………………..34
7.2Prueba de la nacionalidad a nivel internacional………....36
8. Perdida de la nacionalidad……………………………………..36
8.1Recuperación de la nacionalidad…………………………..39
9. Nacionalidad de personas morales…………………………….40

Conclusiones…………………………………………………………….43

Fuentes………………………………………………………………….45

2
Introducción

La nacionalidad es uno de los aspectos más importantes para un ciudadano ya


que muchas de sus actividades jurídicas, es decir, para el ejercicio de sus
derechos y obligaciones es necesaria la nacionalidad, por lo que es un derecho
primordial de cualquier ciudadano, según el diccionario de Porrúa, la
“nacionalidad es el atributo jurídico que señala el individuo como miembro de un
pueblo constituido en un Estado. Es el vínculo legal que relaciona a un individuo
con un Estado”. Otra definición que considero pertinente es la del jurista francés
Lerebours-Pigeonniére que la define como “la calidad de una persona en razón del
nexo político y jurídico que la une a la población constitutiva de un Estado”. Por
esto es necesario que todos los Estados prevean como otorgar la nacionalidad a
sus ciudadanos, que en este caso el Estado que nos ocupa es México. La
constitución mexicana ha tenido que solucionar los problemas que se relacionan
con este tema, por lo mismo, actualmente la constitución prevé diferentes tipos de
nacionalidad.
Resulta importante saber cuáles son los cambios que ha sufrido la
constitución mexicana, del momento en que surgió como nueva nación hasta
ahora, ya que los aspectos principales que se tomaron en cuenta al principio de
nuestra historia fueron muy diferentes a los que se intenta englobar con el paso
del tiempo. Tal es el caso de que hace 30 años se propuso que en México debía
existir la posibilidad de una doble nacionalidad, la razón principal fue porque
millones de mexicanos residen en Estados Unidos y no lo hacen por voluntad
propia, ya que en su inmensa mayoría son forzados a conseguir un medio de
subsistencia digno que su país no les ha proporcionado.
De igual forma otras razones de menor envergadura, sin embargo no de
menor importancia, tal es el caso cada vez más frecuente de los hijos nacidos en
México de padres extranjeros que se encuentran en este país por razones de
trabajo o simplemente de los mexicanos casados con extranjeros cuyos hijos
pueden conservar la nacionalidad de ambos padres. A estas personas que son
educadas en el seno de una familia con determinadas costumbres, se considera
que tiene la libertad de conservar, junto a la nacionalidad mexicana, la

3
nacionalidad de sus padres. Por otro lado, es importante señalar que México
permaneció cerrado hacia el exterior durante muchos años, y por lo tanto se
desligo de lo que acontecía en el extranjero.
La propuesta de una doble nacionalidad tuvo que esperar varios años y,
como sucede en estas ocasiones, se requirió un detonador político para que la
idea prosperara. En efecto el Partido de la Revolución Democrática descubrió que
entre la población mexicana que habita en Estados Unidos de América tenía un
gran número de simpatizantes y, por lo tanto, de votantes potenciales, lo cual
significaba un numero interesante de votos.
También es de vital importancia la nacionalidad ya que dentro de la
ciencia del Derecho Privado se incluye su estudio, ya sea de personas físicas,
jurídicas, morales, etc. Por lo que autores como Arellano García, expresa que la
nacionalidad le corresponde a los llamados conflictos de leyes, sino solo con la
calidad de un importantísimo punto de conexión que determina la norma jurídica
aplicable en muchos países respecto a estado civil y capacidad de personas . Es
por ello que considero importante tratar este tema, ya que es uno de los múltiples
problemas que se presenta, principalmente, cuando surge un Estado
independiente, y también por otras razones como son los desplazados, y
actualmente el flujo de personas y las migraciones son cada día mayores, por lo
que es obligación de los Estados, en este caso del mexicano, proveer de una
nacionalidad a sus ciudadanos, para evitar el problema de los apátridas. No es un
problema ajeno o que no se presente en la actualidad, al contrario, a pesar de que
ya no surgen nuevos Estados, los desplazados por conflictos políticos, religiosos,
etc., se siguen presentando en el escenario internacional.
La Constitución mexicana ha tenido múltiples modificaciones respecto a la
nacionalidad, ya que anteriormente existía la Ley de Nacionalidad y
Naturalización, que fue sustituida por la Ley de Nacionalidad que actualmente rige.
Debido a esto, entre los principales objetivos de esta compleja investigación, el
primero es conocer la importancia dentro del Derecho Internacional Privado, para
posteriormente lograr comprender las modificaciones en las regulaciones en el
derecho mexicano respecto de este tema.

4
Se pretende primero explicar lo que es la nacionalidad, a nivel
conceptual, para que con base en esto se logre explicar los antecedentes
históricos-jurídicos de la nacionalidad en México, ya que ha sufrido diferentes
cambios con el paso del tiempo, por los diferentes fenómenos que se han ido
presentando, es decir, los diferentes fenómenos sociales que ha tenido que
prever. De igual forma es primordial establecer cuáles son las normas jurídicas
aplicables, y por supuesto explicar, conforme a la ley mexicana, los tipos de
nacionalidad originaria, y de esta forma explicar la nacionalidad no originaria. Las
maneras de adquisición, pero también las maneras de perderla o en todo caso
recuperarla.
Primero se abordaran aspectos generales de la nacionalidad, como los
diferentes conceptos, el Estado que la otorga, el individuo que la recibe, y el nexo
de la nacionalidad, para continuar con el análisis especifico de la nacionalidad
mexicana, contemplado sus antecedentes, la adquisición y tipos de nacionalidad
que prevé la constitución mexicana, el derecho de opción, la doble nacionalidad, la
determinación de esta, la perdida de la nacionalidad a nivel interno e internacional
entre otros aspectos.

5
La nacionalidad en el derecho vigente

La nacionalidad no solo representa un derecho de toda persona, sino que en el


ámbito del Derecho Internacional Privado es muy importante y necesario, ya que
sirve como punto de conexión y con ello determina la norma jurídica aplicable en
muchos países respecto al estado civil y la capacidad de las personas. Sin
embargo cabe señalar que no es el único punto de conexión, el domicilio también
lo es, pero aun los países que proclamen el domicilio como punto de conexión en
materia personal, la capacidad está influida por la nacionalidad en tanto este factor
se toma en cuenta para limitar la capacidad de las personas en multitud de
materias.
Cuando al hombre se le sujeta a la ley se toman en consideración ciertas
circunstancias que le son propias de su persona, tal es el caso del; domicilio,
nacionalidad, origen, lugar en que se ubica, etc. Lo cual sirven para vincularlo con
la norma jurídica, por lo que de ahí surge la denominación de punto de conexión o
de elemento de sujeción.
Conceptualizar el término “nacionalidad” resulta difícil ya que es una
expresión equivoca que se utiliza no solo para designar el punto de conexión que
relaciona al individuo persona-física con una ley extranjera, sino que también se
utiliza para aludir al principio político cuya meta es elevar a la categoría de sujeto
de derecho internacional a las Naciones en lugar de los Estados con la pretensión
de lograr una división más natural de la comunidad internacional.
Ahora bien, como es sabido la nación está conformada por un conjunto
de individuos que hablan un mismo idioma, tienen una historia y tradiciones en
común, y pertenecen, en su mayoría, a una misma raza. En estos términos,
entonces, podemos decir que una nación puede encontrarse diseminada por el
mundo, como los gitanos o los judíos, o bien, varios grupos de individuos con
estas características pueden conformar un Estado, como lo fue la antigua
Yugoslavia, donde había serbios, bosnios, croatas y macedonios.

6
Concepto de nacionalidad

El concepto, como tal, de nacionalidad más extendido es el de J. P. Niboyet que


nos define este término diciendo que “es el vínculo político y jurídico que relaciona
a un individuo con un Estado”1. Este concepto carece de ciertos aspectos
relevantes relacionados con la nacionalidad, por lo que no es aceptado tan
ampliamente, uno de estos motivos es que este autor excluye la nacionalidad de
las personas morales y de las cosas. Esta definición de Niboyet sufre de un doble
defecto; primero, introduce el elemento “vinculación política” que no es elemento
necesario en la nacionalidad y que si lo es en la ciudadanía. Y en segundo lugar
emplea en forma demasiado amplia la expresión “vinculación jurídica” sin precisar
a qué tipo de enlace jurídico se refiere de tal manera que pueda distinguir la
nacionalidad de otros vínculos jurídicos que unen al individuo con el Estado 2.
Sin embargo cabe señalar que tanto el concepto de nacionalidad como el
de nación, han sido considerados desde diferentes ángulos disciplinarios como el
social, filosófico y jurídico, etc. Estos dos términos están estrechamente ligados,
ya que si se cuenta con un concepto completo de nación, el concepto de
nacionalidad será aún más fácil de precisar.
a) Marco Tulio Cicerón, en su obra la República, dice que “para que una
sociedad pueda llamarse pueblo y construir una República, debe tener las
mismas normas jurídicas en las que están concordes los ciudadanos y por
objeto el bien común”
b) Juan Jacobo Rousseau consideraba que una nación no es comunidad de
raza, idioma e historia, sino la determinación de un grupo de individuos de
permanecer juntos y alcanzar objetivos comunes. En otras palabras, según
este autor los elementos fundamentales de la nación son de tipo volitivo y
proyectados hacia el futuro.
c) Pascual Estanislao Mancini, considera que “la nación es una sociedad
natural de hombres, creada por la unidad de territorio, de costumbres y de
idioma, formada por una comunidad de vida y de conciencia social”. De

1
J.P. Niboyet, Principios de Derecho Internacional Privado, edit. Nacional, S.A, México, 1951, 77 p.
2
Arellano García, Carlos, Derecho Internacional Privado, Editorial Porrúa, México, 1999, 195 y 196 pp.

7
acuerdo con este autor, hay tres factores que contribuyen a la formación de
las naciones:
1. Naturales (territorio, raza e idioma).
2. Históricos (tradiciones, costumbres, religión y orden jurídico).
3. Psicológicos (conciencia nacional)3.

Entonces, en términos generales podemos observar que el concepto de nación es


algo más que la raza, el idioma, las costumbres y la historia, sino se refiere más a
la voluntad de un grupo de individuos de permanecer unidos, de desarrollar juntos
un proyecto de vida social que irán construyendo de acuerdo con las épocas y las
circunstancias, y a lo largo de ese camino surgirá la “conciencia nacional”, que
será el vínculo que profundice su vida en común y le dé un sentido definido de
trascendencia4.
En cuanto al concepto de nacionalidad, Henri Baitiffol la definió como la
“pertenencia jurídica de un persona a la población constitutiva de un Estado”.
Asimismo, Benito Aláez Corral explica, “lo habitual es que el ordenamiento cree un
ámbito personal de aplicación permanente, en el que concentrar la eficacia de sus
normas que coincidan con la población que más contacto posee con un territorio
sobre el que ejerce el poder político”. Por otro lado Lerebours-Pigeonniére
menciono que la nacionalidad es “la calidad de una persona en razón del nexo
político y jurídico que la une a la población constitutiva de un Estado” 5
Existen infinidad de conceptos de nacionalidad, desde enfoques
diferentes, donde algunos toman ciertos aspectos en cuenta mientras descuidan
otros, y en todo caso no se llega a precisar ciertos términos, como vimos con el
concepto de Niboyet, padecen ambigüedad, lo cual llegaría a ocasionar ciertos
problemas, ya que en muchas ocasiones no se puede generalizar.
En términos un aspecto más precisos, la nacionalidad es la institución
jurídica a través de la cual se relaciona una persona física o moral con el Estado,

3
Pérez-Nieto Castro Leonel, Derecho internacional Privado, parte especial, 9° edición, Oxford, 2011, 44 y 45
pp.
4
Ibídem.
5
Todos estos conceptos fueron sustraídos de Óp. Cit. Pérez-Nieto Castro, Leonel, Derecho internacional
Privado, 46 p.

8
en razón de pertenencia, por si sola, o en función de cosas, de una manera
originaria o derivada6.
Podría decir que la nacionalidad son todos los aspectos sociológicos
(religión, tradiciones, raza, cultura, etc.), históricos, territoriales (idioma y territorio),
que conectan al individuo con el Estado, ya que al habitar dentro del territorio
delimitado se atiene a las leyes de ese Estado, por él se establece el nexo jurídico
directo con el Estado, sin embargo no solo las personas físicas poseen esta
característica, sino que también las personas morales cuenta con nacionalidad,
que al estar dentro de un territorio delimitado tendrán que acatar las reglas del
Estado en el que se encuentran.

El Estado que la otorga

Ahora bien, con los conceptos antes mencionados, podemos notar que los sujetos
son; la persona física o moral y el Estado. El Estado que otorga la nacionalidad en
un sentido internacional, es decir, con carácter soberano y autónomo, de ahí que
pueda establecer de manera discrecional y unilateral los requisitos para obtener su
nacionalidad. Batiffol recordaba que esa unilateralidad y esa discrecionalidad
deben ser ejercidas por un Estado sabedor de que es parte de una comunidad
internacional, por lo que se reglamentación debe ser prudente y no provocar
conflictos de nacionalidad o dejar a los individuos en la apatridia.

El individuo que la recibe

Como se mencionaba al principio de este escrito, toda persona tiene derecho a


recibir una nacionalidad; es un derecho humanos, debido a que esa nacionalidad
será su vínculo con un determinado Estado, su identificación frente a otros
Estados, aunque existen casos extremos en lo que ciertos individuos no cuenta
con una nacionalidad, por lo que se les denomina apátridas. Respecto a la primera
parte, es un derecho, ya que al establecer su vínculo con el Estado este tendrá la
obligación de proteger, por medio de sus leyes a este individuo, dentro y fuera de
su territorio.

6
Óp. Cit., Arellano García, Carlos, Derecho Internacional Privado, 197 p.

9
El concepto de nacionalidad evoluciona debido a los múltiples actores
internacionales que se han formado, en el cual, si bien el Estado es quien siempre
ha otorgado la nacionalidad, en casos como Europa aún existen las
nacionalidades, sin embargo, los países de la Unión Europea otorgan por medio
de esta, un pasaporte común, de manera paralela a la facultad de cada Estado
miembro tiene para otorgar sus propios pasaportes, es decir, sin perder los
regionalismos y su cultura e identidad, en el futuro podamos encontrar en este
continente una nacionalidad común, o en todo caso un vínculo de pertenencia a la
UE, lo cual cambiaria en muchos aspectos los matices que actualmente se le
otorgan a la nacionalidad.
Los factores que fundamentan el nexo de la nacionalidad son
básicamente históricos, y entre ellos están los económicos, las necesidades del
Estado, que solo son sufragables con el concurso de sus nacionales mediante el
pago de impuestos. En contraste, algunos autores mantienen que se trata de un
nexo meramente administrativo, ya que tanto su otorgamiento como su regulación
están vinculados con las entidades administrativas del Estado. A su vez, los
Estados internacionalmente están interesados en que exista una organización
mínima de la nacionalidad. Con ello en 1930, a través de la Sociedad de
Naciones, declararon dos postulados, el primero es que todo individuo debe
poseer una nacionalidad y el otro es que no debe poseer más de una.
Ambos postulados fueron adoptados por la Declaración de los Derechos
del Hombre, de 1948. Posteriormente entre las dos guerras mundiales y la
segunda posguerra un problema común era la apatridia, es decir, personas que no
contaban con una nacionalidad, por ello estaban desprotegidas, por ello era
eminentemente necesario resolverlo. A pesar de que los Estados han logrado
regular la nacionalidad, en especial la doble nacionalidad, es un problema que aún
se presenta, tal es el caso de los palestinos, entre otros.
Jus sanguinis y jus soli
En términos generales existen reglas que en la mayoría de los Estados se
aplica respecto a la nacionalidad, como principios elementales en la nacionalidad
existe el jus sanguinis y el jus soli.

10
El instituto de Derecho Interamericano, en su sesión de Cambridge de 24
de agosto de 1895, adopto ciertos principios jurídicos, en materia de nacionalidad,
que son producto de reflexiones lógicas y de experiencias de las diversas
naciones. El acuerdo establece estos principios:

1. nadie debe carecer de nacionalidad.


2. nadie puede tener simultáneamente dos nacionalidades.
3. Cada uno debe tener el derecho de cambiar de nacionalidad.
4. La renuncia pura y simple no basta para perderla.
5. La nacionalidad de origen no debe transmitirse indefinidamente de
generación en generación establecida en el extranjero 7.

Estos principios y reglas se han creado por la experiencia de los Estados sobre el
tema de la nacionalidad, como es la nacionalidad de origen basada en jus soli o el
jus sanguinis, el problema heimatlosismo y la cuestión de la nacionalidad múltiple.
En lo que respecta al jus sanguinis se atribuye al individuo, desde
nacimiento, la nacionalidad de sus padres o sea, la nacionalidad derivada del
parentesco consanguíneo. Son los vínculos de sangre los que imprimen al
individuo la cualidad de nacional de un Estado. Esto sucede porque el recién, por
ley natural, está imposibilitado para manifestar su voluntad sobre la nacionalidad
que le corresponde, de allí que el Estado le atribuya la nacionalidad originaria para
que sea protegido hasta que este tenga edad suficiente para elegir su
nacionalidad.
En cuanto al jus soli marca la tendencia de atribuir al individuo desde su
nacimiento la nacionalidad del Estado en cuyo territorio nació. Este tipo de
nacionalidad se le atribuye históricamente al feudalismo. Por lo tanto este principio
tiene como finalidad la dominación propia del feudalismo, que al combatirse el
sistema feudal también se impugno el jus soli y al vencer el feudalismo la
humanidad adopto como principio por excelencia al jus sanguinis.
La elección entre estos dos principios es difícil, esta dificultad deriva de la
complejidad de intereses en juego: a) el interés del Estado respecto del cual son

7
Ibíd., 206 p

11
nacionales progenitores; b) el interés del Estado del lugar en donde el nacimiento
acaece; c) el interés de los padres, y d) el interés del individuo de cuya
nacionalidad se trata y también se desprende lo difícil de la elección en lo variante
que puede ser la influencia de los factores sanguíneos o de los factores
geográficos, influencia que dependerá, no solo del vigor de lo nacional en los
padres, o del vigor de lo nacional en el lugar de nacimiento, sino que dependerá
asimismo de la susceptibilidad del sujeto de la nacionalidad a unos o a otros
factores, y esto último, es cambiante de uno a otro individuo, aun tratándose de
miembros de la misma familia8.
Los países que tiene una migración alta simpatizan más con el jus
sanguinis que con el jus soli porque de esta suerte, sus emigrados seguirán
ligados a ellos por la nacionalidad con todas las consecuencias de hegemonía
política, económica, cultural, etc., según les convenga. A diferencia de estos, los
países de inmigración serán partidarios del jus soli que corta la penetración
extranjera y evita se haga difuso el elemento humano que integra su esencia. Así
se explica que países como Alemania, Austria, China, Hungría, Japón, entre otros,
hayan optado por el sistema absoluto del jus sanguinis y que países como
Argentina, Bolivia, Chile, Ecuador, entre otros de América Latina, hayan optado
por el sistema del jus soli.
Son dos las teorías que pretenden explicar la naturaleza jurídica de la
nacionalidad atendiendo a las voluntades que en ella intervienen. Una de ellas que
pretende considerar a la nacionalidad como “un contrato signalagmático que liga al
individuo y al Estado” y la otra que le da a la nacionalidad la categoría de un acto
unilateral del Estado comprendido dentro del Derecho público interno.
La teoría del acto contractual localiza la doble voluntad en la voluntad
estatal expresada en una ley o en un tratado y en la voluntad de los particulares,
manifestada está expresamente a través de la solicitud del otorgamiento de una
nacionalidad; y tácitamente cuando el individuo no realiza actos que tiendan a
sustraerlo de la aplicación de la nacionalidad.

8
Ibíd., 206-208 pp.

12
Por otro lado, la segunda teoría, que fija a la nacionalidad el carácter de
un acto unilateral, no es admisible para todos aquellos casos en que la
nacionalidad se sujeta a una manifestación de voluntad de los destinatarios de la
nacionalidad.
Para el autor Carlos Arellano la teoría contractual, ni la teoría unilateral, están en
condiciones, aisladamente, de establecer con precisión la intervención de la
voluntad estatal y de la particular en la institución jurídica de la nacionalidad.

Antecedentes

A lo largo de su vida como Estado independiente, México tuvo que afrontar


muchos problemas, ya que al ser un nuevo Estado no sabían si apegarse al
derecho de su antigua colonizador o al de su vecino del norte, con muchas más
experiencia en estos aspectos.
Uno de estos problemas que tuvo que enfrentar fue la división entre el
patriotismo criollo y el creciente nacionalismo de sus habitantes frente a la
autoridad colonial. Por ello, desde los primeros documentos libertarios (Elementos
constitucionales, de López Rayón, 1811; los Sentimientos de la Nación, de
Morelos 1813; y el Plan de Iguala, 1821) se establecieron el principio de una
“nacionalidad americana”, primero, de una “nacionalidad mexicana”, después.
En lo que se refiere al edicto de Hidalgo se desprende su concepto de
una nueva nacionalidad distinta a la española peninsular. La cual se refiere
frecuentemente a sus ciudadanos, los llama americanos y los exhorta a no dejarse
seducir por los opresores españoles9.
Los elementos constitucionales de Rayón se pretendían que a través de
estos principios jurídicos se estructurara jurídicamente a la patria. Se establecía lo
siguiente: todo extranjero que desea gozar de los privilegios de ciudadano
americano, deberá impetrar cartas de naturaleza a la Suprema Junta que se
concederá con acuerdo de Ayuntamiento respectivo y disensión del Protector

9
S/A, La nacionalidad, disponible en línea en:
http://catarina.udlap.mx/u_dl_a/tales/documentos/ledi/idunate_g_fa/capitulo1.pdf, 11p.

13
Nacional; mas solo los patrios obtendrían los empleos sin que exista privilegio
alguno o carta de naturaleza10.
Posteriormente en el Plan de Iguala que fue proclamada por Agustín de
Iturbide lanzada el 24 de febrero de 1821, ya no se limita la atribución de la
nacionalidad mexicana a los nacidos en una nueva nación y parece que en lugar
del jus soli de aquella primera Carta Fundamental se utiliza un jus domicili11.
En la constitución de 1824 se definió la nacionalidad mexicana, que más
tarde volvió a ser regulada en varios ordenamientos constitucionales del siglo XIX,
es especial en la Constitución de 1857, para quedar en términos más o menos
semejantes a los actuales. Orgánicamente ha habido varios ordenamientos
reglamentarios de los preceptos constitucionales: el decreto del gobierno sobre
extranjería y nacionalidad, del 30 de enero de 1854; la Ley de Extranjería y
Naturalización, del 28 de mayo de 1886; la Ley de Nacionalidad y Naturalización,
del 5 de enero de 1934; la Ley de Nacionalidad del 21 de junio de 1993. Como
última encontramos la Ley de nacionalidad vigente en nuestro país, publicada en
el Diario Oficial de la Federación el 23 de enero de 1998 y encontró en vigor el 20
de marzo de 1998.
Esta última fue producto de una reforma constitucional donde el punto
central fue establecer el principio de que la nacionalidad mexicana no se pierde
por adquisición de otra nacionalidad, es decir, se establecieron las bases para que
un mexicano por nacimiento pudiera adquirir o conservar otra nacionalidad.
Esta reforma era eminentemente necesaria debido a razones como la
emigración de nuestros nacionales al extranjero, principalmente a nuestro vecino
del norte, Estados Unidos, ya que no lo hacen por voluntad propia, en su mayoría
lo hacen por necesidad para conseguir un medio de subsistencia digno, que su
país no ha sido lo suficientemente capaz de proporcionárselo. De igual forma, en
su mayoría, deciden mantener su nacionalidad mexicana y al no adquirir la
estadounidense pierden muchas oportunidades de lograr una mejor calidad de
vida, es decir pierden derechos, como el derecho a votar.

10
Ibídem.
11
Ibíd., 12 p.

14
Además de esta razón, existen otras más complejas, por ejemplo, esos
mexicanos residentes en Estados Unidos aportan a sus familias en México varios
miles de millones de dólares al año, lo cual es conocido como las remesas. Dinero
con el que adquieren inmuebles. Por lo que se fortalece la idea de mantener la
nacionalidad mexicana ya que en múltiples ocasiones esos inmuebles están en la
zona restringida.
Por ello y otras razones resulta necesario la propuesta de una doble
nacionalidad, sin embargo de requirió de un detonador político para que la idea
prosperara y se consolidará. El Partido de la Revolución Democrática descubrió
que entre la población mexicana que habitan e E.U.A tenía un gran número de
simpatizantes y, por ello, de votantes potenciales 12.

Las normas aplicables


En lo que respecta a las normas jurídicas aplicable en el derecho mexicano,
podemos clarificarlas en cuatro categorías, a saber:
a. tratado internacional
b. normas jurídicas constitucionales
c. normas jurídicas ordinarias
d. reglamentos

a) Tratados internacionales

En lo que respecta a los tratados internacionales, el día 26 de diciembre de 1993,


México suscribió en Montevideo una Convención sobre la Nacionalidad, junto de
Honduras, E.U.A, El Salvador, República Dominicana, Haití, Argentina, Venezuela,
Uruguay, Paraguay, Bolivia, Guatemala, Brasil, etc. Que se promulgo tres años
después, donde el tema central fue evitar la doble nacionalidad, postulado en sus
artículos del 1 al 6, a saber:

Art. 1° La naturalización ante las autoridades competentes de cualquiera de los


países signatarios implica la pérdida de la nacionalidad originaria.

12
Óp. cit., Pérez-Nieto Castro, Leonel, Derecho Internacional Privado, 49 y 50 pp.

15
Sin embargo esta disposición no tiene total congruencia con la fracción del
artículo 37 constitucional en el inciso a) donde se prescribe que la nacionalidad
mexicana se pierde por la adquisición voluntaria de una nacionalidad extranjera.
Es decir, respecto a este tratado internacional provoca que haya un choque en las
disposiciones internas y el tratado multilateral, aparte que no distingue entre
adquisición voluntaria y automática de la nacionalidad extranjera; siendo así que la
Constitución mexicana sólo contempla el caso de la pérdida de nacionalidad por
adquisición voluntaria. Otro de los artículos más relevantes de este tratado es el
art. 2° dónde se dispone que un país, por vía diplomática se dará conocimiento de
la naturalización al Estado del cual es nacional la persona naturalizada. Resulta
relevante porque permite saber a ciertos Estados que sus nacionales han
adquirido otra nacionalidad.
Referente a la naturalización, México también hizo reserva, por lo que en
el artículo 30 en su inciso B) fracción II dónde se le otorga la naturalización
mexicana a la mujer extranjera que se esposa con un mexicano, fija también que
su domicilio este en territorio nacional, y así obtiene la nacionalidad mexicana.
Otro tratado que realizo México a nivel internacional fue la Convención
sobre Nacionalidad de la Mujer, el cual fue firmado por México, Honduras, E.U.A.,
Venezuela, Uruguay, Paraguay, Panamá, Bolivia, Guatemala, entre otros, donde
en el artículo 1° se postula que no se hará distinción basada en el sexo en materia
de nacionalidad, ni en la legislación ni en la práctica.
A pesar de ello, México tiene reservas de que no se aplicara este artículo
en aquellos casos que estén en oposición con el artículo 20 de la ley de
nacionalidad, el cual ordena lo siguiente:
“Artículo 20. El extranjero que pretenda naturalizarse mexicano deberá acreditar que ha
residido en territorio nacional cuando menos durante los últimos cinco años inmediatos
anteriores a la fecha de su solicitud, salvo lo dispuesto en las fracciones siguientes:
I. Bastará una residencia de dos años inmediatamente anteriores a la fecha de la
solicitud cuando el interesado:
a) Sea descendiente en línea recta de un mexicano por nacimiento;
Quedarán exentos de comprobar la residencia que establece la fracción I, aquellos
descendientes en línea recta en segundo grado de un mexicano por nacimiento, siempre

16
que no cuente con otra nacionalidad al momento de la solicitud; o bien no le sean
reconocidos los derechos adquiridos a partir de su nacimiento;
b) Tenga hijos mexicanos por nacimiento;
c) Sea originario de un país latinoamericano o de la Península Ibérica, o
d) A juicio de la Secretaría, haya prestado servicios o realizado obras destacadas en
materia cultural, social, científica, técnica, artística, deportiva o empresarial que beneficien
a la Nación. En casos excepcionales, a juicio del Titular del Ejecutivo Federal, no será
necesario que el extranjero acredite la residencia en el territorio nacional a que se refiere
esta fracción.
II. La mujer o el varón extranjeros que contraigan matrimonio con varón o mujer
mexicanos, deberán acreditar que han residido y vivido de consuno en el domicilio
conyugal establecido en territorio nacional, durante los dos años inmediatamente
anteriores a la fecha de la solicitud.
III. Bastará una residencia de un año inmediato anterior a la solicitud, en el caso
de adoptados, así como de menores descendientes hasta segundo grado, sujetos a la
patria potestad de mexicanos”13.
Posteriormente en el Diario Oficial de 25 de octubre de 1979, se publicó
el decreto de promulgación de la Convención sobre la Nacionalidad de la Mujer
Casada que se abrió bajo los auspicios de las Naciones Unidas, donde sus
artículos principales son los tres primeros, postula que ni el cambio de domicilio
del marido durante el matrimonio, ni la disolución del matrimonio podrá afectar la
nacionalidad adquirida de la mujer. De igual forma ordena que el hecho de que
uno de los nacionales adquiera voluntariamente la nacionalidad de otro Estado o
el que renuncie a su nacionalidad ni impedirá que la cónyuge conserve la
nacionalidad que posee. Continuando, en el artículo tercero menciona que una
mujer extranjera casada con uno de sus nacionales podrá adquirir la nacionalidad
del marido, si así lo decide.
Uno de los temas principales por los que se abrió esta discusión es
debido a que, anteriormente en México solo se adquiría la nacionalidad mexicana
por naturalización en caso de que una mujer extranjera se casara con un

13
Ley de nacionalidad, disponible en línea en http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/53.pdf,
consultado el 20 de mayo del 2014 a las 2:30 am.

17
mexicano, sin embargo si sucedía al revés la nacionalidad no la adquiría el
cónyuge extranjero.

b) Normas jurídicas constitucionales

Es menester mencionar que, a pesar de que en la doctrina y en la legislación de


los diversos Estados es variable el tema de la nacionalidad, esta suele estar en
ordenamientos constitucionales, administrativos o civiles, pero en México la
nacionalidad se asienta en los textos constitucionales, que señala las bases que
orientan a la legislación secundaria.
En la Constitución en los artículos 30, 33, 37 y 73 se perfilan los rasgos
fundamentales de la nacionalidad mexicana, a saber, en el art. 30 se dice quiénes
son mexicanos por nacimiento y los que lo son por naturalización. En el art. 33
determina quienes son extranjeros. En el art. 37 es un precepto que se refiere a
los nacionales, no a los ciudadanos, a pesar de que se encuentra dentro del título
“De los ciudadanos mexicanos” y establece los casos de extinción o restricción de
los derechos que la Constitución consagra. Por último, en el art. 73, reserva al
Congreso de la Unión legislar, es decir, se refiere a que los Estados de la
federación no tiene la facultad de tocar un tema federal 14.

c) Normas jurídicas ordinarias

En el artículo 73 constitucional se ordena que el Congreso de la Unión tiene la


facultad para legislar sobre ciudadanía y naturalización no sobre nacionalidad en
general y sobre condición jurídica de los extranjeros. Por ello se realizó la reforma
correspondiente el 18 de enero de 1934.
En virtud de la fracción XVI del artículo 73, corresponde al legislador
federal expedir las leyes sobre nacionalidad y no a los Estados de la República.
Además de la anterior Ley de Nacionalidad y Naturalización de 1934, en
materia de nacionalidad, otros ordenamientos como: el Código Civil, Código
Federal de Procedimientos Civiles, Ley General de Población, Reglamentos de la
Ley General de Población y la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal.

14
Para mayor detalle consultar la Constitución política de los Estados Unidos mexicanos.

18
En la nueva Ley de Nacionalidad, que entro en vigor en 1993, se abrogo la
Ley de Nacionalidad y Naturalización de 1934. De igual forma se dispuso que las
cartas y declaratorias de naturalización, así como los certificados de nacionalidad
mexicana por nacimientos y recuperación de nacionalidad, expedidas por la
Secretaria con anterioridad, seguirían siendo válidas.

d) Normas jurídicas reglamentarias.

No se llegó a expedir un reglamento de carácter general para la Ley de


Nacionalidad y Naturalización de 1934.

En cuanto a la misma Ley se expidieron dos reglamentos, a saber,


 El Reglamento de 20 de agosto de 1940, que hacían referencia y
complementaba los artículos 47 y 48 de la Ley de Nacionalidad y
Naturalización, sobre nulidad de cartas de naturalización.
 El Reglamento publicado de 18 de octubre de 1972, referente al artículo 57
de la misma sobre ley de expedición de certificados de nacionalidad.
Sin embargo, la nueva Ley de Nacionalidad de 1993, en sus artículos transitorios,
no formulo disposición alguna sobre los dos reglamentos de los artículos 47, 48 y
57 de la ley anterior.

Adquisición de nacionalidad mexicana.

Según el art. 30 constitucional (reformado el 18 de enero de 1934), en sus


apartados A y B, la nacionalidad mexicana solo se adquiere mediante dos formas,
a saber, por nacimiento y por naturalización. Disposiciones complementadas por la
Ley de Nacionalidad.

Por nacimiento
Esta forma de adquirir la nacionalidad mexicana puede ser por nacimiento dentro
del territorio nacional o fuera de este, pero sujeto en este último a que la persona
sean hija de padres, padre, o madre mexicanos.
“Articulo 30. La nacionalidad mexicana se adquiere por nacimiento o por naturalización.
a) Son mexicanos por nacimiento:
I. Los que nazcan en territorio de la República, sea cual fuere la nacionalidad de sus padres.

19
II. Los que nazcan en el extranjero, hijos de padres mexicanos nacidos en territorio nacional, de
padre mexicano nacido en territorio nacional, o de madre mexicana nacida en territorio nacional;
III. Los que nazcan en el extranjero, hijos de padres mexicanos por naturalización, de padre
mexicano por naturalización, o de madre mexicana por naturalización, y
IV. Los que nazcan a bordo de embarcaciones o aeronaves mexicanas, sean de guerra o
mercantes.
b) Son mexicanos por naturalización:
I. Los extranjeros que obtengan de la Secretaría de Relaciones carta de naturalización.
II. La mujer o el varón extranjeros que contraigan matrimonio con varón o con mujer mexicanos,
que tengan o establezcan su domicilio dentro del territorio nacional y cumplan con los demás

requisitos que al efecto señale la ley”15.

Las fracciones I y IV del inciso a), respecto a los nacidos en territorio


mexicano, y en embarcaciones y aeronaves mexicanas, sin importar la
nacionalidad de los padres se basa en el criterio jus soli, solo el hecho de nacer
dentro del territorio es suficiente para que se adquiera la nacionalidad mexicana,
como se explicó anteriormente, tiene su antecedente en la época feudal.
En cuanto a las fracciones II y III del inciso a) se basa en el principio del
jus sanguinis, según el cual se transmite la nacionalidad por la filiación, que se
inicia en el siglo XIX.

Por naturalización

Ahora bien, respecto a los nacionales por naturalización, que por otros es tratado
como “nacionalidad no originaria”, se reglamenta en el inciso b), y se puede dividir
en tres supuestos, lo cuales son16:

i. Por vía ordinaria


ii. Por vía especial
iii. Por vía automática
La primera se trata de los extranjeros que obtengan de la Secretaría de
Relaciones Exteriores su carta de naturalización según el procedimiento previsto
en el art. 19 de la Ley de Nacionalidad17.
15
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, disponible en línea en
http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/1.pdf, consultado el 20 de mayo de 2014 a las 3:00 pm.
16
Óp. Cit., Pérez-Nieto Castro, Leonel, Derecho Internacional Privado, 53 p.
17
Artículo 19.- El extranjero que pretenda naturalizarse mexicano deberá:

20
Debe notarse que dentro del procedimiento, se establece que se debe renunciar a
la nacionalidad “actual”, por ello, en el art. 37 se refiere a la irrenunciabilidad de la
nacionalidad mexicana únicamente, lo cual permite la adquisición de una
nacionalidad extranjera, sin embargo, esta disposición tiene como objetivo que
quien posea una nacionalidad extranjera y opte por obtener por la mexicana debe
renunciar a la nacionalidad extranjera frente al Estados mexicano. La renuncia de
una nacionalidad extranjera no tiene efectos frente al Estado de la nacionalidad
originaria.
El segundo supuesto el Dr. Pérez-Nieto lo subdivide en cinco casos: a) el
matrimonio de extranjero o extranjera con mexicano o mexicana, previsto en la
fracción II, apartado B del art. 30, anteriormente citado; b) el de personas que
sean descendientes de mexicanos en línea recta; c) el de extranjeros que tengan
hijos mexicanos por nacimiento; d) el de personas originarias de un país
latinoamericano o de la Península ibérica y e) el de personas que hayan prestado
servicios o realizado obras destacadas en materia de cultura, ciencia, etc. de
México.
En el caso a) si el cónyuge de nacionalidad mexicana tuviese una
comisión en el extranjero encargada por el gobierno mexicano, no será necesario
el supuesto de que establezca su domicilio conyugal en el territorio.
El segundo inciso de la vía especial, es decir de los descendientes en
línea recta de mexicanos. Este supuesto era para brindar una vía para las
personas que descienden de mexicanos y que por múltiples limitaciones de
transmisión no adquirían la nacionalidad. Sin embargo esta disposición ya no es
necesaria con la reforma de 1997.

I. Presentar solicitud a la Secretaría en la que manifieste su voluntad de adquirir la nacionalidad


mexicana;
II. Formular las renuncias y protesta a que se refiere el artículo 17 de este ordenamiento;
La Secretaría no podrá exigir que se formulen tales renuncias y protestas sino hasta que se haya
tomado la decisión de otorgar la nacionalidad al solicitante. La carta de naturalización se otorgará una vez
que se compruebe que éstas se han verificado.
III. Probar que sabe hablar español, conoce la historia del país y está integrado a la cultura nacional; y
IV. Acreditar que ha residido en territorio nacional por el plazo que corresponda conforme al artículo 20
de esta Ley.
Para el correcto cumplimiento de los requisitos a que se refiere este artículo, se estará a lo dispuesto en el
reglamento de esta Ley. Ley de nacionalidad disponible en
http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/53.pdf,

21
El tercer caso es el previsto en el art. 20 de la Ley de Nacionalidad para
los extranjeros que deseen adquirir la nacionalidad mexicana y tengan hijos
mexicanos por nacimiento, y con objeto de lograr la unión de familia, la ley reduce
el plazo de la residencia en México, anterior a su solicitud, de cinco años a dos
años.
El cuarto caso previsto en el inciso c) fracción I del art. 20 de la Ley de
Nacionalidad, hace énfasis en el origen común, latinoamericano o ibero, incluidos
los portugueses.
Finalmente, el quinto caso se refiere a las personas que hayan contribuido
con sus actividades al beneficio de México, a juicio de la Secretaría de Relaciones
Exteriores.
El supuesto tercero, que se refiere a la vía automática, trata de los
adoptados o descendientes hasta segundo grado, sujetos a la patria potestad de
personas que adquieran la nacionalidad mexicana, y de los menores extranjeros
adoptados por mexicanos, siempre que tengan su residencia en territorio nacional
por un año inmediato anterior a la solicitud y que se solicite, por quien ejerce la
patria potestad, la carta de naturalización correspondiente.
En otras palabras podríamos decir que la nacionalidad por nacimiento se
considera como nacionalidad originaria, y esta se puede obtener por medio de jus
soli, jus sanguini y jus domicili.
Jus soli, como ya se ha mencionado en diferentes ocasiones, se refiere al
simple hecho de nacer dentro del territorio nacional, ya sea directamente en el
territorio o en aeronaves o embarcaciones, que son elementos extraterritoriales de
México, en cualquiera que sea el caso, se obtenía la nacionalidad mexicana.
Jus sanguini, este precepto se refiere al hecho de ser hijo de padres,
madre o padre mexicano, sin importar el territorio en el que el niño hubiera nacido,
por el hecho de ser descendiente de mexicanos obtenía la nacionalidad.
Jus domicili, este precepto tiene como primer objetivo evitar la presencia
sobre su suelo, de colonias, fieles a su patria protegidos por el derecho mexicano.
Este se refiere a que para lograr obtener la naturalización se debía primero
establecer el solicitante por varios años en México.

22
Derecho de opción

El jus optandi, es un supuesto que parte de la base de que tanto el jus


soli como el jus sanguini imponen una nacionalidad al menor recién nacido, que no
está en condiciones de expresar su voluntad de pertenecer a un país y que con el
tiempo ese menor adquirirá la capacidad para decidir, por ello, en concreto, este
supuesto es el derecho de opción que tiene una persona a quien dos o más
Estados le atribuyen su nacionalidad para que, a su mayoría de edad, pueda
decidir si se queda con la nacionalidad mexicana y renuncia a la nacionalidad
extranjera, o viceversa. Por lo tanto no se trata de un medio para adquirir la
nacionalidad mexicana, pues parte de un supuesto de que esta existe previamente
en el individuo.
En el sistema de la opción, cuyas características son necesariamente
mixtas, el Estado otorga, con fundamento o en el jus soli, o con base en el jus
sanguinis, o combinando ambos, pero el otorgamiento de esta nacionalidad es
provisional hasta que el sujeto tiene la capacidad volitiva requerida por la ley para
manifestar su voluntad de pertenecer a un país y por tanto para adquirir una
nacionalidad definitiva, esto previsto en los artículos 16 y 17 de la Ley de
Nacionalidad.
Sin embargo, tal derecho, según la legislación mexicana, no tiene plazo
para ser ejercitado después del cumplimiento de la mayoría de edad. Como se
trata de una norma jurídica sin sanción, la persona podrá no hacer uso de este
derecho y no se producirá ninguna consecuencia jurídica, salvo que desee
acceder al ejercicio de algún cargo o función para el que se requiera ser mexicano
por nacimiento y que no adquiera otra nacionalidad.
En primer lugar, el derecho de opción se basa en el principio general del art. 37
constitucional, apartado A, conforme el cual “ningún mexicano por nacimiento
podrá ser privado de su nacionalidad”. Esto no tiene que ver con el hecho de que
ese mexicano por nacimiento pueda o no renunciar voluntariamente a su
nacionalidad. Lo que realmente se dispone en esta parte es que si un mexicano
por nacimiento tiene otra nacionalidad puede consérvala, siempre que solo se

23
ostente como mexicano dentro del territorio nacional y ante autoridades
mexicanas.
El problema aún no está definido por completo, pero existen ciertas bases
que permiten aclararlo; es el caso de las personas que son mexicanas por
naturalización y el Estado del que fueron nacionales originalmente las sigue
atribuyendo una nacionalidad. En este caso, consideramos que el precepto
constitucional solo se refiere a que los mexicanos por naturalización adquieran
voluntariamente una nacionalidad extranjera (art. 37, inciso B, fracción I), pero si
ya la tiene no aplica esta disposición y, por tanto, no habrá problemas para que
ese mexicano por naturalización siga conservando la nacionalidad originaria.
Por ello es necesario destacar que el extranjero que opto por la
nacionalidad mexicana debió renunciar a su nacionalidad originaria. Pero como
hemos visto, esa renuncia ante autoridades mexicanas puede no tener ningún
valor ante las autoridades de cuyo Estado es originaria la persona que adquirió la
nacionalidad. Aún más, hay un sinnúmero de legislaciones nacionales que
consideran que sus nacionales nunca pueden perder su nacionalidad originaria.
Siguiendo esta lógica, ese extranjero que obtuvo la nacionalidad mexicana y
renuncio a su nacionalidad originaria puede seguir manteniendo su nacionalidad
de origen en la medida en que, independientemente de su voluntad de renunciar,
su Estado de origen se la sigue atribuyendo 18.
Relacionado con las disposiciones antes citadas está el Reglamento para
la Expedición de Certificados de Nacionalidad Mexicana, del 18 de octubre de
1972, que reglamento la anterior Ley de Nacionalidad y Naturalización y, que no
fue derogado por la Ley de Nacionalidad de 1994 ni por la de 1998 vigente, ni por
el Reglamento, ya que las disposiciones del Reglamento se refiere al caso del
derecho de opción y a otros de los supuestos a los que hemos hecho alusión y
cuyas principales disposiciones son:
“ Art. 1°. La Secretaria de Relaciones Exteriores procederá a expedir Certificados de
Nacionalidad Mexicana por Nacimiento a las personas que lo soliciten y justifiquen tener derecho a
ella, en términos establecidos por la Ley de Nacionalidad y Naturalización. Esta disposición fue
derogada posteriormente por la Ley de Nacionalidad.

18
Óp., Cit., Pérez-Nieto Castro, Derecho Internacional Privado, 56-58 pp.

24
Art. 2°. El certificado de nacionalidad mexicana contendrá la disposición legal en virtud
de la cual el interesado acredite su calidad de mexicano, el lugar y fecha de su nacimiento, así
como la nacionalidad de su padre, de su madre o de ambos.
Art. 3°. A las personas que conforme a nuestras leyes se les considere mexicanos y al
propio tiempo otro Estado les atribuya una nacionalidad extranjera, se les podrá exigir, por
cualquier autoridad, la presentación de un certificados de nacionalidad cuando pretendan ejercer
derechos que las leyes reservan exclusivamente a los nacionales.
Art. 4°. Los nacidos en territorio de la República de padre o madre extranjero podrán
obtener certificado de nacionalidad mexicana siempre que comprueben fehacientemente su
nacimiento en el país, que son mayores de edad, su identidad a juicio de la Secretaría de
Relaciones Exteriores y que hagan las renuncias y propuestas a que se refieren los artículos 16 y
17 de la Ley de Nacionalidad citada.
Art. 5°. Los nacidos en el extranjero de padres mexicanos, de padre o madre mexicana,
podrán solicitar su certificado de nacionalidad mexicana comprobando la nacionalidad de su o sus
progenitores, que son mayores de edad al momento de hacer la solicitud, su identidad y hacer las
renuncias y protestas a que se refiere el art. anterior.
Art. 8°. Los certificados de nacionalidad mexicana por naturalización se expedirán a
extranjeras casadas con mexicanos y a los hijos menores del extranjero que se naturalice, en los
términos establecidos por los artículos 2, fracción II; 20 y 43 de la Ley de Nacionalidad y
Naturalización (actualmente los artículos 16 y 17 de la Ley de Nacionalidad. Nótese que este
articulo y en los dos siguientes se habla de la extranjera casada con mexicano y no se hace alusión
al supuesto inverso. La razón es que cuando se expidió este reglamento aún no se hacían las
reformas constitucionales al art. 30, por las cuales se les dio también el derecho a los varones
extranjeros casados con mexicanas)
Art. 9°. La extranjera que haya contraído matrimonio con mexicano podrá solicitar su
certificado de nacionalidad mexicana por naturalización y, para ello, deberá hacer las renuncia a su
nacionalidad de origen y su protesta de adhesión a las leyes y autoridades de la República
Mexicana, comprobar su residencia legal en el país, y la nacionalidad mexicana del esposo.
Art. 10°. La mujer extranjera, cuyo esposo adquiera la nacionalidad mexicana con
posterioridad a la fecha del matrimonio, podrá solicitar el certificado de nacionalidad mexicana
correspondiente, mediante la comprobación ante la Secretaría de Relaciones Exteriores de su
residencia en el país, de la celebración del enlace y la adquisición posterior de la nacionalidad
mexicana por parte del esposo. Así mismo, deberá formular las renuncias y protestas
correspondientes.
Art. 11°. A los hijos de extranjero que se naturalice mexicano se les expedirá certificado de
nacionalidad mexicana por naturalización, siempre que ocurran ante la Secretaría por conducto de
quien ejerza sobre ellos la patria potestad; si se trata de mayores de edad, por si mismos, si no lo

25
solicitaron durante su minoría de edad y hagan las renuncias y protestas de ley, presentando con
su solicitud los documentos que acrediten su derecho.
Art. 12°. La expedición del certificado con las renuncias que implica deberá ser notificada a
la representación diplomática o consular del Estado cuya nacionalidad puede también
corresponder a la persona de que se trata”19.
Como podemos notar, los arts. 3°, 4° y 5° se refieren al caso de la doble
nacionalidad, y como se vio al estudiar el derecho de opción, se trata de una
persona que se encuentra en esta situación por el lugar de su nacimiento o por la
nacionalidad de sus padres o de uno de ellos, y tiene la oportunidad de ser
nacional de otros país, además de la mexicana.
En el caso del art. 9°, el legislador incurre en el error de emplear
indistintamente los términos de residencia y domicilio, los cuales jurídicamente son
diferentes. Mientras que el art. 30 constitucional dispone como requisito establecer
domicilio, y se hace alusión a la residencia. Esto difiere, por lo menos en materia
de tiempo con el dispositivo constitucional, de modo que es incongruente.
Mientras que en el art. 11° existen dos supuestos: aquel en cual el menor
dispone libremente cambiar su nacionalidad, pura cuyo efecto concurre a la
Secretaría de Relaciones Exteriores acompañado de su tutor, declara que quiere
adquirir la nacionalidad mexicana, renunciando a su nacionalidad extranjera; el
segundo supuesto seria aquel en el cual el tutor decide que el pequeño debe
cambiar su nacionalidad, de modo que ambos asisten a la Secretaría. En el primer
supuesto y, si se considera que la mayoría de edad se adquiere a los 18 años, la
renuncia hecha por el menor a su nacionalidad actual no tendrá validez respecto
del país de donde sea nacional. Por lo tanto, al adquirir la nacionalidad mexicana
será doble nacional.
Como se mostró a los largo de este apartado, todo mexicano, ya sea que
haya adquirido la nacionalidad por jus soli o jus sanguinis, tiene el derecho de
elegir entre una nacionalidad extranjera adquirida o la nacionalidad mexicana
también atribuida, y es lo que se denomina jus optandi, este precepto está dentro
de la adquisición de nacionalidad mexicana originaria, es un sistema mixto, y un
tanto complejo, ya que se han hecho diferentes reformas a la Ley de Nacionalidad,

19
Ibíd., 58 y 59 pp.

26
sin embargo actualmente se continua atribuyendo este derecho de opción a todos
los nacionales que se encuentren es esta situación.

Doble nacionalidad

El acuerdo del Instituto de Derecho Internacional tomado en la sesión de


Cambridge de 24 de agosto de 1895, establecía en segundo término: “nadie
puede tener simultáneamente dos nacionalidades.” Así se enfatizaba una
aspiración de la humanidad que está todavía muy lejos de convertirse en una
realidad absoluta. El mismo Instituto, en la sesión de Venecia, el año siguiente,
estableció: “Artículo 5°. Nadie podrá naturalizarse en un país extranjero sin probar
previamente que ha quedado desligado de todo vínculo nacional con su país de origen, o
que, por lo menos, ha manifestado su voluntad al gobierno del mismo y cumplido el
servicio militar activo con arreglo a las leyes de este país”20.
Los casos de doble nacionalidad pueden contemplarse en dos
situaciones distintas: a) casos en que la doble nacionalidad proviene desde el
momento del nacimiento, y b) casos en que la doble nacionalidad surge con
posterioridad al nacimiento por la adquisición de otra nacionalidad diversa a la de
origen. Que a su vez, este segundo caso admite dos posibilidades: 1. Adquisición
voluntaria de una nueva nacionalidad, y 2. Adquisición automática de una nueva
nacionalidad.
En la Haya, bajo el control de la extinta sociedad de Naciones, del 13 de
marzo al 12 de abril de 1930 se reunió una Conferencia en la que se aprobó una
convención relacionada con los conflictos de leyes sobre nacionalidad. En esta
convención se incluyeron las siguientes determinaciones: a) en caso de doble
nacionalidad cada Estado tiene competencia sobre el individuo titular de las dos
nacionalidades; b) un Estado no puede ejercer su protección diplomática en
beneficio de uno de sus nacionales, en contra de un Estado donde aquel es
también nacional; c) todo individuo que posea dos nacionalidades, se si manifiesta
este conformidad al hecho de la doble nacionalidad, en cuanto a la forma de
adquisición, podrá renunciar a una de ellas, con la autorización del Estado donde

20
Óp. Cit., Arellano García, Carlos, Derecho Internacional Privado, 216 p.

27
quiere renunciarla. Esta autorización no será rechazada al individuo que tenga su
residencia habitual fuera de ese Estado21.
Por lo que es posible evitar los casos de doble nacionalidad con la
cooperación entre Estados. Tratándose de la doble nacionalidad que se suscita
desde el nacimiento de los individuos porque un Estado adopta el jus soli y otro jus
sanguinis, los Estados pueden resolver esta situación anómala, dando facultad al
sujeto con doble nacionalidad para, que al llegar a su mayoría de edad elija
definitivamente alguna de las dos nacionalidades.
La doble nacionalidad es un fenómeno que está presente con las reformas
de la Constitución; e inclusive podríamos afirmar que en el anterior esquema
constitucional existía la doble nacionalidad, aunque sea de carácter temporal,
hasta cumplir los 18 años de edad, cuando el individuo debía optar por la
nacionalidad.
Ahora bien, la Constitución fue reformada en su artículo 32, para dar paso
a la doble nacionalidad, con esto se da paso a la instrumentación jurídica de la
problemática jurídica derivada de la doble nacionalidad. Pero reformas también las
sufrieron los artículos 32 y 37. En el artículo 30 se adicionaron tres párrafos en el
inciso a), que se refiere a los mexicanos por nacimiento, y un párrafo en el inciso
b), que regula a los mexicanos por naturalización. Se modificado el art. 32,
adicionando dos párrafos regulatorios de la doble nacionalidad, y el art. 37, que
dispone las causales de perdida de la nacionalidad mexicana; también fue
adicionado con un párrafo inicial, que es el objeto de la reforma y que establece
que ningún mexicano por nacimiento puede ser privado de su nacionalidad, entre
otras modificaciones. Anteriormente ya se citó el artículo 30 constitucional actual 22.
La reforma fue a la fracción II para limitar el alcance de la transmisión de
la nacionalidad a una sola generación de las personas que nazcan en el
extranjero. Es explicable esta posición del Constituyente permanente mexicano,
después de haberse mantenido dentro de concepciones nacionalistas fuertemente
arraigadas durante el siglo XIX; pero, este es un primer paso hacia la
universalidad de la nacionalidad mexicana.
21
Ibídem.
22
Página 17 de este trabajo.

28
El hecho de haber admitido por primera vez el principio de la doble
nacionalidad, que se da ahora de forma limitada, implica que, como lo regulan
otras legislaciones, puede en un abrirse para que todo hijo o nieto de mexicano
puedo adquirir la nacionalidad mexicana por nacimiento.
La adición al apartado B de este mismo art., fue en la última frase, que
dice, “y cumplan con los demás requisitos que al efecto señale la ley”; es decir, no
bastan el matrimonio y la adquisición del domicilio para obtener la nacionalidad
mexicana por naturalización, al menos en el plano constitucional, ya que en la
actualidad se incluye la condición que al efecto establezcan las leyes secundarias.
Durante el tiempo que solo el matrimonio y el domicilio eran las bases para la
adquisición de la nacionalidad mexicana por naturalización, siempre existieron
disposiciones en las leyes de nacionalidad que condicionaban la adquisición de la
nacionalidad mexicana, lo cual iba más allá del precepto constitucional, incluso
disposiciones positivas, como que la nacionalidad mexicana fuera solicitada por el
cónyuge, ya que de otra forma seria injusto y limitante a la libertad que fuera
atribuida una nacionalidad sin haber deseado obtenerla por el solo hecho del
matrimonio.
Al art. 32, se le adicionaron los dos primeros párrafos con objeto de
regular la doble nacionalidad. Dicho artículo establece lo siguiente, en su primer
párrafo, “La Ley regulará el ejercicio de los derechos que la legislación mexicana
otorga a los mexicanos que posean otra nacionalidad y establecerá normas para
evitar conflictos por doble nacionalidad”23.
Se trata de un precepto general que constituye la base para que el
legislador ordinario pueda regular oportunamente el tema de la doble nacionalidad,
como ya ha empezado a hacerse en la actual Ley de Nacionalidad y en el
Reglamento de esta ley; a medida que el tema de la doble nacionalidad se
desarrolla, dicha regulación tendera a ampliarse captando las diversas
necesidades que surjan.
En su segundo párrafo, señala “El ejercicio de los cargos y funciones para
los cuales, por disposición de la presente Constitución, se requiera ser mexicano

23
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

29
por nacimiento, se reserva a quienes tengan esa calidad y no adquieran otra
nacionalidad. Esta reserva también será aplicable a los casos que así lo señalen
otras leyes del Congreso de la Unión”24.
De nuevo, se trata de los primeros pasos del legislador ante un tema que
difícilmente puede asimilar; ojala que con el transcurrir del tiempo comprenda su
sentido y alcance.
Regulado como esta en la actualidad equivalente a lo siguiente: los
mexicanos por naturalización quedan sujetos a una amplia serie de restricciones,
lo que los coloca como ciudadanos de segundo nivel respecto de los mexicanos
por nacimiento, que tiene abiertos los derechos. Ahora resulta que habrá una
tercera clase de mexicanos: los que cuenten con “doble nacionalidad”, sin importar
que su nacionalidad originaria sea por nacimiento. En realidad, se trata de temores
de parte del legislador mexicano que, en buena medida, son infundados 25.

Determinación de la nacionalidad

La Constitución Política de la República acoge, para determinar la nacionalidad


por nacimiento, dos causas, que son: la sustentada en el aspecto territorial (jus
soli) y la que se funda en el derecho de sangre (jus sanguinis). Las fracciones I y
III del artículo 30, inciso A), de la Ley Fundamental, consagran el principio de la
territorialidad o derecho de suelo, considerando como una proyección del territorio
las embarcaciones y las aeronaves. La fracción II del citado artículo establece la
nacionalidad mexicana con base en la de los padres, ya sea que ambos o
cualquiera de ellos sean mexicanos (reforma publicada en el Diario Oficial de la
Federación de veintiséis de diciembre de mil novecientos sesenta y nueve).El
principio general establece que quien adquiere la nacionalidad mexicana por
naturalización goza de todos los derechos y está sujeto a todas las obligaciones
que establece la Constitución Política de México. Sin embargo, este principio tiene
varias excepciones26.

24
Ibídem.
25
Óp., Cit., Pérez-Nieto Castro, Leonel, Derecho Internacional Privado, 62-64 pp.
26
S/A, disponible en línea en http://www.ordenjuridico.gob.mx/Publicaciones/DI2005/pdf/J74.pdf,
consultado el 24 de mayo de 2014 a las 8:03 pm.

30
Como ya se mencionó, la adquisición de la nacionalidad mexicana por
naturalización reviste, en tres modalidades:
1. Naturalización ordinaria
2. Naturalización especial
3. Naturalización automática

Como se advierte, la naturalización es una y solo existen diferencias en cuanto a


la manera de adquirir la nacionalidad mexicana por esta vía según los sujetos que
la solicitan.
Ahora, para que se logren atribuir efectos jurídicos a los nacionales
naturalizados, antes debe de adquirirse la nacionalidad mexicana obviamente, por
ello a continuación se describirá en qué momento se vuelve nacional el extranjero
solicitante.
De acuerdo con la Ley de Nacionalidad mexicana se adquiere desde el
día siguiente a aquel en que se expide la carta de naturalización (art. 20, párrafo
último). Por lo que es importante resaltar que este principio rige solo en los casos
de expedición de la carta de naturalización, es decir, cuando se han llevado a
cabo los procedimientos ordinarios reglamentados. El problema llega a
presentarse en los tipos especiales de adquisición de la nacionalidad, como ya se
había mencionado algunos párrafos arriba.
El reglamento de la Ley de Nacionalidad no regula estos casos. La Ley ha
aclarado en principio una gran duda que existía, conforme a los ordenamientos
anteriores, el momento de los efectos de naturalización variaba según el tipo de
vía que se analizaba. Cuando se trataba de la vía ordinaria, se producía en el
momento de la expedición de la carta de naturalización, pero en otras vías se
establecía una “declaratoria” de la Secretaría de Relaciones Exteriores, etc. Ahora,
el dispositivo parece ser uniforme. En efecto, la Ley de Nacionalidad en su artículo
20 establece, después de referirse a todas las vías de adquisición de la
nacionalidad mexicana por naturalización, que “la carta de naturalización producirá
sus efectos al día siguiente de su expedición”. Esto se refiere que, tal parece, no

31
importa la vía de adquisición empleada, en todos los supuestos se expedirá
siempre una carta de naturalización27.
Ahora bien con la determinación de la nacionalidad mexicana, como se
menciona al principio de este apartado, tiene consecuencias en los efectos
jurídicos una vez que se obtuvo la nacionalidad por naturalización. Por ello se
hablara de los efectos jurídicos de la naturalización.
El efecto fundamental de la naturalización es asimilar al elemento
humano nacional de un Estado a personas físicas que se encuentran dentro de los
extremos de hecho que las leyes previenen para otorgar la nacionalidad de un
país después del nacimiento, la equiparación a los nacionales por nacimiento es el
efecto que tiende a producir la naturalización.
Los efectos jurídicos de la naturalización pueden ser enfocados desde el
ángulo de los diversos sujetos relacionados con el individuo naturalizado y desde
el ángulo de este propio individuos.
a. Tenemos en el primer término, al Estado del cual era nacional el individuo
naturalizado en otro país. Este Estado normalmente no permanece
indiferente ante el abandono de la nacionalidad de uno de sus nacionales
puesto que establece como causa de pérdida de nacionalidad el adquirir
voluntariamente una nacionalidad extranjera. Respecto de este Estado se
produce una desvinculación traducida en una extinción de la nacionalidad
de origen de la nacionalidad anterior. No debemos olvidar que es frecuente
establecer derechos y obligaciones para los nacionales, y por ende, su una
persona física de ser nacional deja de tener la sujeción derivada de su
nacionalidad.
b. En segundo lugar, existen efectos referentes al país que ha acogido como
nacional a una persona física que originalmente ostentaba nacionalidad
diversa. Estos efectos pueden clasificarse en dos grupos; según que el país
establezca una identificación absoluta de los naturalizados con los
naturales de origen, o establezca una asimilación parcial. Sobre el
particular, podemos anticipar que el individuo naturalizado abandonara el

27
Óp. cit., Pérez-Nieto Castro Leonel, Derecho Internacional Privado, 64 y 65 pp.

32
grupo social de extranjeros y pasara a formar parte del núcleo de los
nacionales por lo que no regirá respecto de él el cumulo de derechos y
obligaciones que integran la condición jurídica de los extranjeros.
En la legislación mexicana encontramos preceptos como el artículo 31
constitucional que establecen derechos y obligaciones para los mexicanos sin
distinguir entre mexicanos por nacimiento y por naturalización pero, encontramos
muchos artículos que se refieren principalmente al desempeño de importantes
cargos públicos, entre los que destaca el hecho de limitar para los mexicanos por
naturalización el acceso a ciertos puestos públicos. Para ser presidente de la
República, no solo se requería ser mexicano por nacimiento sino que se exigía ser
hijo de padres mexicanos por nacimiento.
Desde el punto de vista del individuo naturalizado, los efectos jurídicos de
su nueva nacionalidad consisten en asimilarlo total o parcialmente al elemento
humano que integra la esencia del país de su nueva nacionalidad, vinculándolo
jurídicamente con todos aquellos casos en los que las normas jurídicas
establezcan el enlace con base en la nacionalidad para la fijación de deberes
ciudadanos, militares, fiscales, etc.28.
Sin embargo, considero que dentro de la determinación de la
nacionalidad, otro aspecto relevante es la prueba de la nacionalidad, que debido a
las complicaciones que ofrece y para lograr mayor claridad en la exposición, este
tema, el Dr. Pérez-Nieto lo subdivide en dos grandes rubros, a saber: a) prueba de
la nacionalidad en el ámbito interno y b) prueba de la nacionalidad en el ámbito
internacional29.

Prueba de la nacionalidad a nivel interno.

Las disposiciones que establece el derecho positivo para que se lleve a cabo la
prueba de la nacionalidad, ya sea mexicana o extranjera, de los individuos que
establece nuestro derecho dentro del país son:

 Prueba de la nacionalidad mexicana por nacimiento.

28
Óp. cit., Arellano García, Carlos, Derecho Internacional Privado, 292 p.
29
Óp. cit., Pérez-Nieto Castro Leonel, Derecho Internacional Privado, 66 y 67 pp.

33
 Prueba de la nacionalidad mexicana por naturalización
 Prueba de la nacionalidad extranjera.
En lo que se refiere a la prueba de la nacionalidad por nacimiento, el art. 3 de la
Ley de Nacionalidad establece que serán documentos probatorios de la
nacionalidad mexicana los siguientes:
1. El acta de nacimiento expedida conforme a lo establecido en las
disposiciones aplicables;
2. El certificado de nacionalidad mexicana, el cual se expedirá a petición de
parte, exclusivamente para los efectos de los art. 16 y 17 de la Ley de
Nacionalidad;
3. La carta de naturalización;
4. El pasaporte;
5. La matrícula consular que cuenta con los siguientes elementos de
seguridad:
a) Fotografía digitalizada;
b) Banda magnética, e
c) Identificación holográfica.
6. A falta de los documentos probatorios mencionados anteriormente, se
podrá acreditar la nacionalidad mediante cualquier elemento que, de
conformidad con la ley, lleve a la autoridad a la convicción de que se
cumplieron los supuestos de atribución de la nacionalidad mexicana.
El acta de nacimiento debe contener una serie de datos, como la hora,
día y lugar de nacimiento, sexo del presentado, en el caso de hijos nacidos de
matrimonio. En caso de que fueran hijos nacidos fuera del matrimonio, los
llamados “hijos adulterios”, “hijos incestuosos” y niños expósitos, puede que no
deba de estar la nacionalidad de los padres, o de alguno de ellos, sin embargo es
necesario saber el lugar de nacimiento del niño, y en todo caso el lugar donde fue
encontrado el niño expósito.
La Cédula de Identidad Ciudadana es un servicio público “que presta el
Estado, a través de la Secretaria de Gobernación”. El art. 105 de la Ley General
de Población dispone “La Cédula de Identidad Ciudadana tendrá valor como

34
medio de identificación personal ante todas las autoridades mexicanas ya sea en
el país o en el extranjero, y las personas físicas y morales con domicilio en el país.
De igual forma la Cédula debe contener los siguientes datos, según lo dispone el
art. 107 de la Ley General de Población:
i. Apellido paterno, apellido materno y nombre(s)
ii. Clave única de Registro de Población
iii. Fotografía del titular
iv. Lugar de nacimiento
v. Fecha de nacimiento
vi. Firma y huella dactilar
Respecto a la prueba de nacionalidad mexicana por naturalización, ya
que es un tipo de prueba de la nacionalidad, no presenta dificultad alguna, pues
quien se ha naturalizado mexicano ha obtenido una carta de naturalización,
documento suficiente con el que puede probar su nacionalidad.
Continuando, solo nos falta explicar la prueba de nacionalidad extranjera,
las autoridades pueden exigirle a un extranjero la prueba plena de su nacionalidad
cuando pretenda ejercer algún derecho que derive de su calidad de tal, aunque no
existía disposición alguna en la Ley de Nacionalidad sobre este particular. Por ello
dicha prueba debe rendirse ante la Secretaria de Relaciones Exteriores, pues se
trata de la autoridad competente para determinar todas las cuestiones relativas a
la nacionalidad mexicana y también tiene la facultad de fijar la nacionalidad
extranjera.

Prueba de la nacionalidad a nivel internacional

La prueba de nacionalidad fuera del territorio nacional se efectúa con el pasaporte


correspondiente30, lo cual no lleva a más problemas. En caso de que se pierda
este en el extranjero, las legaciones diplomáticas o consulares mexicanas podrán

30
Art. 1° y 2° del Reglamento de Pasaportes, y 3, fracción IV de la Ley de Nacionalidad.

35
expedir una reposición de este, previa verificación del registro del pasaporte
correspondiente en los archivos de la Secretaría de Relaciones Exteriores.

Perdida de la Nacionalidad.

El carácter temporal de la nacionalidad se deriva del hecho de que el vínculo


jurídico con el Estado concluye en las hipótesis que el propio Estado establece
para extinguirla.
La extinción o pérdida de la nacionalidad doctrinalmente es
desaconsejable en aquellos casos en que el individuo no ha adquirido otra
nacionalidad. Por el contrario, cuando el interesado ha adquirido otra nacionalidad
es conveniente la supresión de la anterior para evitar la presencia de individuos
con doble nacionalidad.
La Constitución Política de nuestro país, como norma suprema del
sistema jurídico positivo mexicano, establece los supuestos sobre cuya base
puede adquirirse la nacionalidad mexicana. Esa misma norma fundamental
dispone igualmente los supuestos de pérdida de la nacionalidad mexicana y en
esta última disposición se establece que “Ningún mexicano por nacimiento podrá
ser privado de su nacionalidad” (art. 37, A). Pero, esta disposición no implica que
ese mexicano pueda renunciar a su nacionalidad, pues en caso contrario se
estaría violando su derecho de adquirir o mantener o no la nacionalidad
mexicana31.
La pérdida de la nacionalidad en todos los casos depende de la voluntad
del Estado ya que este es quien fija las causas de la perdida de la nacionalidad.
En las diversas causas de perdida de nacionalidad puede tener o no injerencia la
voluntad de los individuos: en forma directa, cuando ellos pueden renunciar a la
nacionalidad y la renuncia extingue la nacionalidad; y en forma indirecta, cuando
sin tener el propósito de renunciar a la nacionalidad, se coloca voluntariamente en
alguno de los supuesto de perdida de la nacionalidad. No tiene injerencia la
voluntad, ni directa, ni indirectamente, en aquellos casos en que su voluntad se ve
constreñida a colocarse en las hipótesis de perdida de la nacionalidad.

31
S/A, http://biblio.juridicas.unam.mx/libros/2/591/47.pdf, consultado el 25 de mayo de 2014 a las 7:50 pm.

36
Cabe señalar que en ninguna caso, la sola voluntad del individuo nacional
de un Estado, sin la aquiescencia del Estado cuya nacionalidad ostenta el
mencionado sujeto, se puede considerar como suficiente para desligar al individuo
de su nacionalidad. De aquí que, en definitiva, la perdida de la nacionalidad
constituya un acto de voluntad eminentemente estatal.
En la legislación mexicana, las causas de perdida de la nacionalidad
están prescritas en los artículos 37 de la Constitución y 3° de la Ley de
Nacionalidad y Naturalización, hoy artículo 22 de la Ley de Nacionalidad de 1993.
El artículo 37 constitucional establece:
“B) La nacionalidad mexicana por naturalización se perderá en los siguientes casos:
I. Por adquisición voluntaria de una nacionalidad extranjera, por hacerse pasar en
cualquier instrumento público como extranjero, por usar un pasaporte extranjero, o por aceptar o
usar títulos nobiliarios que impliquen sumisión a un Estado extranjero, y
II. Por residir durante cinco años continuos en el extranjero ”32.

Desafortunadamente, en este dispositivo se conservaron viejos supuestos


de pérdida y se unieron sin tener una vinculación entre sí, dando como resultado
una mala disposición desde el punto de vista de la técnica legislativa y una pésima
disposición en cuanto al fondo, las razones son las que se describirán a
continuación.
En primer lugar, la adquisición voluntaria. Se establece que por el hecho
de ser mexicano por naturalización opera la perdida de esta nacionalidad por la
adquisición voluntaria de otra nacionalidad, como ya se había mencionado
párrafos arriba. Pero con esto dicho, podríamos desconocer completamente en
donde queda la doble nacionalidad. Es decir, existe una diferencia de tal magnitud
entre un mexicano por nacimiento y un mexicano por naturalización, que para el
primero es dable adquirir una segunda nacionalidad y para el segundo no.
planteamiento, para los expertos, completamente absurdo. Sobre todo en un país
como México, donde por sus amplias y profundas desigualdades sociales existe
casi un sistema de castas que provoca una terrible diferenciación socioeconómica
entre los mismo mexicanos.

32
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, disponible en línea en:
http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/1.pdf, consultado el 23 de mayo de 2014 a las 6:52 pm.

37
Por otra parte, la adquisición voluntaria establecida en la disposición que
se comenta implica que el Estado de donde fue originario el extranjero pueda
continuar atribuyéndole su nacionalidad, a pesar de que esa persona haya
renunciado a la misma ante el Estado mexicano y, por tanto, no se considerara
que voluntariamente posea otra nacionalidad. Sin embargo, ese hecho no será
causa de perdida de la nacionalidad extranjera.
Otra causa de pérdida de la nacionalidad mexicana para los mexicanos
por naturalización, establecida en la misma fracción I, se refiere al hecho de que
se hagan pasar en cualquier instrumento público como extranjeros, o bien, usen
pasaporte extranjero. Esta causal tiene en principio una lógica. Si el extranjero, al
optar por la nacionalidad mexicana, renuncio a su nacionalidad extranjera en
México estaría indicando que su renuncia no fue sincera y de ahí la pérdida de la
nacionalidad que adquirió bajo aquella renuncia, sin embargo, las situaciones para
el mexicano por naturalización no son simples ni lineales.
En efecto, si el extranjero que adquirió la nacionalidad mexicana por
naturalización es originario de uno de los múltiples Estados que no aceptan la
renuncia a su nacionalidad, y menos aún la renuncia hecha ante un gobierno
extranjero, resulta que pese a su renuncia esa persona seguirá siendo
considerada como nacional del Estado extranjero. Por lo tanto, tendrá dos
nacionalidades. Pese a la renuncia a su nacionalidad originaria, si con el tiempo la
persona que adquirió la nacionalidad mexicana se da cuenta de que en su país de
origen le ofrecen una seria de presentaciones sociales como ayuda para el estudio
de sus hijos, un régimen de pensiones y jubilaciones más favorable que el
mexicano, etc.
Continuando, por último, veamos algunas precisiones que son convenientes tener
en cuenta en materia de pérdida de la nacionalidad mexicana 33.
A) La pérdida de la nacionalidad mexicana es personalísima, es decir,
solo afecta de manera directa al interesado.

33
Óp. cit. Pérez-Nieto Leonel, Derecho Internacional Privado, 69-74 pp.

38
B) En el sistema jurídico mexicano existe un procedimiento de carácter
general con base en el cual puede declararse la pérdida de la
nacionalidad mexicana.
En el artículo 22 del Reglamento de la Ley de Nacionalidad se señalan los casos
en los cuales se procederá a declarar la pérdida de la nacionalidad y establece un
procedimiento para tal declaratoria, a saber,
“Artículo 22.- Cuando la Secretaría presuma que existen elementos que puedan configurar los
supuestos de pérdida de nacionalidad mexicana por naturalización previstos en el artículo 37,
apartado B), de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, se estará a lo siguiente :
I. Se notificará personalmente al interesado el inicio del procedimiento de pérdida de
nacionalidad mexicana por naturalización otorgándole un término de quince días
hábiles, contados a partir del día siguiente al que surta efectos la notificación, a efecto
de que manifieste por escrito lo que a sus intereses convenga, pudiendo ofrecer
pruebas, apercibido que de no hacerlo se le tendrá por precluido su derecho;
II. En su escrito, el interesado deberá declarar, bajo protesta de decir verdad, los bienes
inmuebles de su propiedad en el territorio nacional;
III. Del escrito señalado en la fracción anterior se dará vista a la Secretaría de Gobernación,
para que emita la opinión correspondiente, en un término no mayor de cuarenta y cinco
días hábiles contados a partir de la recepción del oficio de petición, y
IV. Una vez que haya sido otorgada al interesado su garantía de audiencia; ofrecidas,
admitidas y desahogadas las pruebas, si existieren, y recabada la opinión de la
Secretaría de Gobernación, la Dirección General de Asuntos Jurídicos de la Secretaría
dictará la resolución que corresponda, dentro de los sesenta días hábiles siguientes a

la fecha en que se reciba dicha opinión”34.

El recurso de reconsideración, y aun el juicio de amparar, son recursos en


contra de una declaratoria de perdida de la nacionalidad mexicana.

Recuperación de la nacionalidad.

Este es un tema que se aborda desde una perspectiva histórica, ya que


actualmente este tema no se prevé en la nueva Ley de Nacionalidad ni en su
reglamento, sin embargo, considero importante señalar que este tema si era

34
Reglamento de la Ley de Nacionalidad, 7 y 8 pág.

39
regulado por la anterior Ley de Nacionalidad y Naturalización, por lo que lo
abordaremos desde esa perspectiva.
La legislación mexicana no es una excepción frente al grupo de legislaciones que
se muestran tolerantes respecto de aquellos que se han desnacionalizado y que
posteriormente pretenden readquirir su antigua nacionalidad.
Acordes con la legislación mexicana, debemos distinguir dos clases de
recuperación de nacionalidad: a) la recuperación de la nacionalidad de los
mexicanos por nacimiento; y b) la recuperación de la nacionalidad de los
mexicanos por naturalización.
a) Los mexicanos por nacimiento que pierdan o hubieran perdido su
nacionalidad, podían recuperarla, según el art. 44 de la ley anterior de
Nacionalidad y Naturalización, con el mismo carácter, siempre que
satisfagan los siguientes requisitos:
1. Residir y tener su domicilio en territorio nacional
2. Manifestar ante la Secretaría de Relaciones Exteriores su voluntad de
recuperarla.
b) Nuestra legislación anterior de 1934 no establece de manera expresa la
posibilidad de la recuperación de la nacionalidad para los mexicanos por
naturalización como lo hace con los mexicanos de origen. Ello no quiere
decir que no exista tal recuperación, ya que en los arts. 21 fracción VI y el
27 de la Ley de Nacionalidad y Naturalización establece la posibilidad de
obtención. Por tanto, la recuperación de la nacionalidad mexicana para los
naturalizados solo existe si se perdió la nacionalidad mexicana por causas
comprendidas en la fracción III del art. 3° y no por otras causales.
Como ya se había mencionado este tema no está regulado actualmente por
ningún dispositivo jurídico.

Nacionalidad de las personas morales.

El tema de las sociedades fue motivo de múltiples controversias doctrinales. Sin


embargo, actualmente, desde un punto de vista práctico, las diversas legislaciones

40
han establecido diferentes dispositivos que regulan las circunstancias en que una
sociedad tiene tal o cual nacionalidad, o bien, evidencian el hecho de que una
sociedad pueda ser de tal o cual nacionalidad y se centran más en el aspecto
práctico de su operación.
En el caso del DIPr, la nacionalidad de las sociedades ha sido punto de
contacto o conexión para determinar la ley aplicable. Por ello realizaremos un
pequeño recuento de lo que disponen las legislaciones en México respecto estos
sujetos.
Según el Código Civil para el Distrito Federal en su artículo 25 dispone
que las personas morales sean:
“I. La Nación, el Distrito Federal, los Estados y los Municipios;
II. Las demás corporaciones de carácter público reconocidas por la ley;
III. Las sociedades civiles o mercantiles;
IV. Los sindicatos, las asociaciones profesionales y las demás a que se refiere la fracción XVI del
artículo 123 de la Constitución Federal;
V. Las sociedades cooperativas y mutualistas;
VI. Las asociaciones distintas de las enumeradas que se propongan fines políticos, científicos,
artísticos, de recreo o cualquiera otro fin lícito, siempre que no fueren desconocidas por la ley.
VII. Las personas morales extranjeras de naturaleza privada, en los términos del artículo 2736 ”35.

Como podemos notar, en todos los casos se trata de la reunión de dos o


más personas para llevar a cabo un objetivo en común, lícito y posible, y del pacto,
acuerdo o contrato que las une surgen derecho y obligaciones de los miembros,
una estructura interna, así como los órganos representantes. Por ello, podemos
encontrar en diferentes dispositivos las regulaciones pertinentes para las personas
morales.
El art. 2°, párrafo I, de la Ley General de Sociedades Mercantiles, dispone, que las
sociedades mercantiles tiene una personalidad jurídica distinta.
En lo que respecta a la nacionalidad mexicana de las personas morales, el
art. 8 de la Ley de Nacionalidad establece que son personas morales de
nacionalidad mexicana las que se constituyan conforme a las leyes mexicanas y

35
Código Civil para el Distrito Federal, disponible en línea en:
http://www.infodf.org.mx/nueva_ley/14/1/doctos/CCDF.pdf, consultado el 25 de mayo de 2014 a las 8:32
pm.

41
tengan en el territorio nacional su domicilio legal.
De esta manera, una sociedad mercantil que se constituya de conformidad
con la Ley General de Sociedades Mercantiles, es decir, ante el notario público, y
en cuya escritura constitutiva se observen los requisitos establecidos por el art. 6
de la misma ley se considera que ha cumplido el requisito formal para adquirir la
nacionalidad mexicana.
Ahora bien, no solo las sociedades mercantiles podrían ser las únicas
consideradas dentro de las personas morales de nacionalidad mexicana, ya que
en razón del valor que los Estados atribuyen a ciertos bienes muebles por su
importancia, costo y movilidad, como lo son las aeronaves y las embarcaciones,
con frecuencia se emplea respecto de estos el término nacionalidad. Como es de
esperarse, en el derecho mexicano, existen dos ordenamientos principalmente
que se refieren a la nacionalidad de aeronaves y embarcaciones, a saber, la Ley
de Aviación Civil y la Ley de Navegación.
1. La Ley de Aviación Civil, en su art. 45 establece que las aeronaves
adquirirán la nacionalidad mexicana con el certificado de matrícula inscrito
en el Registro Aeronáutico Mexicano.
2. La Ley de Navegación en su art. 9, en sus dos primeros párrafos dispone
que son embarcaciones y artefactos navales de nacionalidad mexicana los
abanderados y matriculados en alguna capitanía de puerto, y se inscribirán
en el Registro Público Marítimo Nacional y se le expedirá el Certificado de
Matricula.
Las personas físicas o morales mexicanas pueden abanderar, matricular y
registrar como mexicanos embarcaciones y artefactos navales de su propiedad
mediante un contrato de fletamiento a casco desnudo.

Conclusiones

42
El empleo del término “nacionalidad” es de un carácter eminentemente práctico, ya
que, también las aeronaves y embarcaciones tienen nacionalidad, sin embargo, no
surte los mismos efectos que tiene en las personas físicas.
La nacionalidad mexicana actualmente es regulada por múltiples
ordenamientos en México, que resulta ser un tema muy complejo, ya que debido a
los cambios en la sociedades ha obligados a los juristas mexicanos a prever
situaciones que anteriormente se ignoraban, por ellos existen muchos cambios en
la legislación, tal es el caso de que anteriormente la nacionalidad mexicana era
regulada por la Ley de Nacionalidad y Naturalización, situación que no es igual el
día de hoy, ya que esa ley fue derogada y sustituida por la Ley de Nacionalidad y
su Reglamento, que si bien prevén situaciones que corresponden con los
fenómenos actuales, hay otras situaciones que ignoran, y con la anterior ley si se
preveían, con esto me refiero al caso específico de la recuperación de la
nacionalidad.
En el Derecho Internacional Privado, la nacionalidad es un elemento
esencial, ya que esta es utilizada como punto de conexión y con ello se logra
determina la norma jurídica aplicable en muchos países respecto al estado civil y
la capacidad de las personas. Sin embargo cabe señalar que no es el único punto
de conexión, también lo es el domicilio también, pero aun tomando el domicilio
como punto principal de conexión, la capacidad está influida por la nacionalidad en
tanto este factor se toma en cuenta para limitar la capacidad de las personas en
multitud de materias.
Ahora bien, la nacionalidad es un derecho que tiene todo ser humano, ya
que al adquirirla es protegido por el Estado del que es nacional, sin embargo,
actualmente todavía existen múltiples situaciones de apátridas, cuestión que debe
ser considerada por los Estados, para lograr eliminar este problema, porque
aquellos que no cuentan con una nacionalidad tampoco cuentan con la protección,
es decir, los derecho y deberes que esta le otorga.
La doble nacionalidad es un tema extremadamente controversial en el
Derecho Internacional, por lo tanto México ha previsto esta situación y ha

43
realizado las modificaciones necesarias para regularlo, y que no se queden fuera
todos aquellos que cuentan con una doble nacionalidad.
Aun son muchos los aspectos que se deben estipular en la Constitución,
la Ley de Nacionalidad y su Reglamento, para lograr llenar todos los posibles
vacíos que aún existen en la regulación de este tema, sin embargo nuestro país
ha avanzado mucho en este tema, ya que ha intentado acoplarse e ir de la mano
de los últimos fenómenos sociales.

44
Fuentes:
 Arellano García Carlos, Derecho Internacional Privado, Editorial Porrúa,
México, 1999, p. 1001.
 Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, disponible en línea
en http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/1.pdf
 Código Civil para el Distrito Federal, disponible en línea en:
http://www.infodf.org.mx/nueva_ley/14/1/doctos/CCDF.pdf
 J.P. Niboyet, Principios de Derecho Internacional Privado, edit. Nacional,
S.A, México, 1951.
 La nacionalidad,
http://catarina.udlap.mx/u_dl_a/tales/documentos/ledi/idunate_g_fa/capitulo
1.pdf.
 Manuel Becerra Martínez, La nacionalidad en México, disponible en línea
en:
http://www.juridicas.unam.mx/publica/librev/rev/revdpriv/cont/27/dtr/dtr1.pdf
 Página oficial, http://embamex.sre.gob.mx/suiza/index.php/nacionalidad-
mexicana
 Perdida de la nacionalidad mexicana,
http://www.optivisora.com.mx/espanol/nacionalidad.html
 Pérez-Nieto Castro Leonel, Derecho Internacional Privado, parte general,
novena edición, edit. Oxford, 2011, p. 479.
 Recuperación de la nacionalidad,
http://consulmex.sre.gob.mx/albuquerque/index.php/recuperacion-de-
nacionalidad
 Reglamento de la Ley de Nacionalidad, p. 15.
 S/A, disponible en línea en
http://www.ordenjuridico.gob.mx/Publicaciones/DI2005/pdf/J74.pdf
 S/A, La nacionalidad Mexicana,
http://biblio.juridicas.unam.mx/libros/2/591/47.pdf

45

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