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La Paz, marzo 19 de 2021.

Señores:
CIDH DENUNCIAS
Presente. -

Ref.- Presenta Denuncia contra


el Estado Peruano

JULIO CESAR VASQUEZ VASQUEZ, peruano, con Carnet de


Extranjería Nº E - 0000771, refugiado en el Estado
Plurinacional de Bolivia, con Resolución CONARE Nº 394 del 30
de marzo de 2000, con Domicilio en la Calle Donoso Torrez Nº
3 Zona Bajo San Isidro - La Paz - Bolivia, me presento y
expongo:

Que, considerando que la tortura es un delito que no


prescribe ya que constituye un delito penal y una ofensa
directa a la dignidad humana y se reconoce como una de las
violaciones más graves a los derechos humanos.

Que, considerando que la tortura es una modalidad de


violación de los derechos humanos y una práctica común y
extendida en el Perú, que ésta fue estimulada por el Estado
en la época del conflicto interno, como trato con la persona
detenida.

Que, comprendiendo que el Estado Peruano, en el año 1998 ha


tipificado a la tortura como un delito y para mi caso, las
torturas sufridas fueron ocasionadas por agentes estatales,
las mismas que a pesar de los años transcurridos ésta ha
generado secuelas.

Que, habiendo señalado la Comisión de la Verdad y


Reconciliación (CVR) que “la tortura en el Perú constituyó un
crimen de lesa humanidad. La CVR concluye que durante el
periodo de 1983 a 1997 ha existido por parte de los agentes
del Estado una práctica sistemática y generalizada de la
tortura…estos tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes
no fueron hechos aislados sino por el contrario fueron
prácticas que se institucionalizaron y fueron aceptados como
norma para la lucha contra la subversión…”

Que, existiendo diversos instrumentos que proscriben la


tortura, como los adoptados por las Naciones Unidas y que
tienen carácter universal y, aquellas adoptadas por la
Organización de los Estados Americanos de carácter regional,
suscritas por el Estado Peruano y al amparo de las cuales
señalo:
- Declaración Universal de los Derechos Humanos. Adoptada
y proclamada en las Naciones Unidas con Resolución 217 A
(iii) del 10 de diciembre de 1948.
Artículo 5.- “Nadie será sometido a torturas, ni a penas
o tratos crueles, inhumanos o degradantes”.
- Convención de Ginebra, ratificada el 15 de febrero de
1956 por el Estado Peruano.
- Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos,
ratificada constitucionalmente según la decimosexta
disposición general de la Constitución Política del Perú
de 1979.
- Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional,
firmado por el Estado Peruano el 7 de diciembre del año
2000 y ratificada el 10 de noviembre de 2001.
- Convención Internacional sobre la Eliminación de Todas
las Formas de Discriminación Racial, Aprobada por el
Perú mediante Decreto Ley Nº 18969 del 21 de septiembre
de 1971, y ratificada el 29 de septiembre de 1971.
- Convención Internacional sobre la Represión y el Castigo
del Crimen de Apartheid, suscrita por el Perú el 1º de
noviembre de 1978.
- Declaración sobre la Protección de Todas las Personas
Contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles
Inhumanos y Degradantes.
- Declaración Americana de los Derechos y Deberes del
Hombre.
- Convención Americana Sobre Derechos Humanos
- Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar la
Tortura.
- Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar la
Tortura, entre otras.

Por lo que, recurro a Ustedes en busca de justicia, ya que,


al solicitar y ser reconocido como refugiado no pude
continuar con mi denuncia presentada ante la CIDH, cuya
petición conforme ustedes indican está registrada como P-981-
98 y a la fecha se encuentra en estado procesal Inactivo,
que, ratificando la presentación y trámite de mi petición,
DENUNCIO al Estado Peruano.

RELACION DE HECHOS:
1.- El 16 de octubre de 1992, siendo aproximadamente las
21:00 horas fui detenido en la Ciudad de Juanjui - Provincia
de Mariscal Cáceres - Departamento de San Martín, por
miembros del Ejército Peruano, sin que medie razón aparente
fui golpeado salvajemente y maniatado mientras ponían un
cuchillo en mi garganta, para ser trasladado en condiciones
humillantes a la Base Militar "Otorongo", donde fui primero
amarrado a un poste, donde me golpearon salvajemente antes de
ser llevado a un canal de agua donde me atravesaron para
infringirme golpes en el estómago y pecho, así como
introducirme agua por las fosas nasales, con el objeto de
auto inculparme como autor del delito de Terrorismo.
La patrulla militar, no mostró orden o mandamiento de
aprehensión de autoridad competente.
2.- El 17 de octubre, en horas de la madrugada, fui conducido
vendado y maniatado con cables de luz, a un cuarto donde me
sumergieron en agua con detergente, muchas veces hasta casi
ahogarme donde perdí el conocimiento. este mismo día, en
horas de la tarde mientras seguían torturándome, los
militares me cambiaron de ropa y me pusieron uniforme
militar, me amordazaron, vendaron y me volvieron a maniatar,
reforzando con alambres antes de introducirme en la cajuela
de una camioneta 4 x 4, en la que me trasladaron a la Base
Militar de Ingeniería, donde desesperadamente quise escapar,
allí fui golpeado con las culatas de sus fusiles y pateado en
el cuerpo y rostro.
Posteriormente semiinconsciente, fui trasladado en una
camilla, maniatado, a una avioneta, donde me amenazaron
tirarme al vacío si no aceptaba ser miembro del MRTA.
Bajo una intensa tortura psicológica llegué al Aeropuerto de
la Ciudad de Tarapoto, en la zona militar, donde fui orinado
en la cara por los militares cuando los pedí agua.
Trasladado al Cuartel Morales de la Ciudad de Tarapoto, fui
golpeado a puños y patadas por el llamado Comandante "Víctor"
antes de ser enviado a una celda, atado de pies y manos. 
3.- En la madrugada del día 18 de octubre, fui trasladado a
la vivienda del llamado comandante "Víctor" quien, gritando,
ordenó: ¡No lo pongan en celda!... ¡Llévenlo a mi casa, allí
no ingresan, ni cruz roja, ni fiscales! allí fui enmanillado
a un camarote, donde fui apaleado por los soldados que
riéndose introducían pan y avena en mi boca hasta casi
asfixiarme.
En la noche, al promediar las 23: 00 horas fui conducido a
las instalaciones de la G - 2 donde por casi dos horas, fui
sometido a descargas eléctricas en hombros y testículos.
Desde entonces cada noche, a la misma hora, era trasladado
vendado, amordazado, enmanillado con las manos atrás y
amarrado los tobillos, “caminaba” dando saltos mientras el
militar que me conducía, me agarraba del cuello de la camisa
para no caer.    
4.- El día, 19 de octubre, nuevamente fui trasladado a la G -
2, siendo aproximadamente las 23:00 horas, donde con las
manos a la espalda fui colgado hasta perder el conocimiento.
5.- El día 20 de octubre, fui trasladado a una oficina de un
oficial del Ejército, donde fui sometido a un interrogatorio
arrodillado sobre granos de maíz, donde al perder el
equilibrio era sometido a feroces patadas en el estómago y
los testículos.
6.- El 21 de octubre, siempre a la misma hora, fui conducido
a la G - 2 donde fui torturado, con descargas eléctricas y
golpes de puño en el estómago.
7.- El día 22 de octubre, en la G - 2, fui sometido a palos,
donde estuvo presente el denominado Comandante "Víctor" quien
amenazaba con matarme con su pistola.
8.- El día 23 de octubre, me condujeron a la oficina del
Comandante "Víctor", donde fui sometido a una tortura
psicológica y amenazado de muerte, percutando en varias
oportunidades su pistola en mi sien.  
9.- El día 24 de octubre, el llamado Mayor "Ricardo" luego de
que fui sometido a torturas de ahogamiento, me amenazó de
muerte.
10.- El 25 de octubre, en la G - 2, fui sometido a descargas
eléctricas en los hombros y golpes en la espalda y el
estómago.
11.- El 26 de octubre, en la G - 2 me colgaron de los pies en
el techo y me introdujeron en un cilindro con agua, por mucho
tiempo hasta casi ahogarme, allí perdí la noción del tiempo y
el conocimiento.
12.- El 27 de octubre, entraron los militares a la celda
donde estaba confinado, allí fui golpeado en el piso con
patadas y culatazos.
13.- El 28 de octubre en la G - 2, pidieron que acepte ser
"terrorista", como me negué, me pusieron boca arriba en el
suelo y con un trapo mojado introdujeron agua en mis fosas
nasales hasta que el dolor fue insoportable.
14.- El 29 de octubre, me pidieron que firme un "Acta" ante
mi negativa, fui torturado.
15.- El 30 de octubre, fui obligado a tenderme en el suelo y
a la fuerza me sumergieron la cabeza en una bañera con agua y
detergente, casi desmayado me dejaron tirado en el piso,
desperté en la celda.    
16.- El 31 de octubre, fui golpeado en los brazos, espalda y
extremidades, no sé cuánto tiempo.
17.-  El 1º de noviembre, fui llevado ante el Comandante
"Víctor" quien me pidió colaborara con ellos, que me pondrían
uniforme militar y pasamontañas para que nadie me
reconociera, como les respondí que no sabía nada, sacó su
pistola y presionando el caño en mi sien, empezó a percutar
repetidamente.
18.- El día 2 de noviembre, fui sometido a torturas con
corriente eléctrica en los hombros, hasta que me desmayé.
En la mañana fui conducido vendado y maniatado a un lugar
desconocido, allí me tomaron fotos y me volvieron a la celda.
19.- El día 3 de noviembre, en horas de la mañana se abrió la
mirilla de la puerta, un hombre dijo “soy el Fiscal ¿estás
bien? Solo levante la cabeza y dijo “vuelvo”. En la noche
entraron los militares a la celda para decirme que, si no
colaboraba con ellos, debía pensar donde quería ser
enterrado. Fui agarrado a patadas y cachetadas, hasta
doblarme y caer al piso.
20.- El día 4 de noviembre, me maniataron los brazos por
detrás y me colgaron, colgándose de mis piernas, el dolor fue
insoportable y no podía sentir mis brazos, creo estuve así
unas dos o tres horas, perdí la noción del tiempo.
21.- El día 5 de noviembre, fui conducido nuevamente donde el
Comandante "Víctor", ahí fui golpeado con un palo, cuando caí
al piso, me levantaron de los cabellos y percutaron un arma
en mi sien.
22.- El día 6 de noviembre, el Teniente "Erick" me condujo a
la G - 2 donde fui torturado ya que me colgaron de los brazos
hacia atrás con los ojos vendados, me preguntaron dónde
estaba mi hermano menor, que yo conocía su paradero, como les
dije que no sabía, me golpeaban estando colgado.
23.- El día 7 de noviembre, en la mañana vinieron los
soldados, querían quitarme las manillas como estaba con
sangre no pudieron abrirlas, entonces me pusieron una camisa
deshilando los costados y me sacaron al baño, allí estaban
los Delegados de la Cruz Roja Internacional, ellos me tomaron
declaraciones. En la noche, nuevamente fui colgado con los
brazos hacia atrás en el cual fui golpeado con una tabla
hasta perder el conocimiento, recobré el conocimiento cuando
me echaron agua sucia, luego me condujeron a la celda.
23.- El día 8 de noviembre, me sacaron de la celda y me
llevaron nuevamente a torturarme, sumergieron mi cabeza en
una tina con detergente innumerables veces y cuando estaba
casi ahogado, me apretaban los músculos del cuello y decían
“un poquito más…aun aguanta”.
24.- El día 9 de noviembre, fui nuevamente interrogado, esta
vez me pidieron que acepte ser integrante del MRTA y firme el
Acta de Declaración, como no acepté, les dije que era
dirigente de la Comunidad Autogestionaria Gran Pajaten,
“entonces eres terrorista” – dijo el militar – entonces me
colgaron de las manos y me pusieron corriente eléctrica en
los testículos, el dolor fue insoportable y me desmayé.
25.- El 10 de noviembre, fui sometido a una golpiza con
palos, en la vivienda del Comandante “Víctor”, la tortura
parecía no tener fin y mi resistencia va cediendo, el dolor
es tremendo, tengo una sensación de cansancio, de sueño de
ganas de morir... de despertar y comprender que todo es una
pesadilla.
26.- El 11 de noviembre, fui puesto de rodillas sobre
piedrillas, fui golpeado con un palo en la espalda, mientras
el militar gritaba: “llévate señor esta alma que no quiere
su patria, llévalo a tu reino”. Ahí estuve casi dos horas,
cuando me llevaron a la celda, casi no podía caminar, ellos
se reían al ver que mis rodillas temblaban.
27.- El 12 de noviembre, me colgaron de los pies antes de
introducirme en un cilindro con agua sucia, ¡Vas a colaborar
o te vamos a matar! Gritaba el Mayor EP “Ricardo”, mientras
me introducían agarrándome de los cabellos hasta casi
ahogarme, dejaban que me recupere un poco y otra vez
repetían la tortura que solo se detenía cuando me quedaba
semidesmayado.
28.- El 13 de noviembre, el denominado “Saulo”, inició un
interrogatorio bajo amenaza de muerte, ya que mi tiempo se
estaba acabando, sentado en una silla fui salvajemente
golpeado con puños y patadas. “Mañana esperamos tu
colaboración” dijo antes de conducirme y arrojarme a la
celda.
29.- El 14 de noviembre, nuevamente pidieron que colaborara
con ellos, dijeron que los lleve a la Comunidad y los
señalara quienes eran terroristas, cuando les dije que no
conocía a nadie, fui tendido boca abajo en el piso, donde
levantaban mis brazos hasta que sentí que se desgarraban,
grité y lloré, pero ellos seguían con la tortura.
30.- El 15 de noviembre, me dejaron colgado de las manos,
mientras conversaban y reían, cuando no aguante el dolor,
les dije que colaboraría con ellos, entonces me descolgaron
y fueron a llamar al comandante; cuando llegó les dije que
no sabía nada, que solo quería descansar los brazos y calmar
el dolor, entonces me agarraron a patadas y golpes hasta que
se cansaron.
31.- El 16 de noviembre, permanecí de rodillas sobre granos
de maíz, mientras el militar me gritaba y pedía acepte ser
terrorista, ante mi negativa, me dio una terrible patada en
los testículos, cuyo intenso dolor me hizo revolcar en el
suelo, allí fui pateado sin compasión.
32.- El 17 de noviembre, sentado en una silla me pidieron
que me someta a la Ley de Arrepentimiento, que colaborara
con el País y me ofrecieron liberarme para reunirme con mi
familia, como señalé que no tenía de que arrepentirme, me
amarraron a la silla y levantando mi cabeza me hicieron
tragar mucha agua hasta casi la asfixia, cuando pedía aire,
me daban a cachetadas.
33.- El 18 de noviembre me llevaron ante el Comandante
“Víctor”, él se encontraba junto a un arrepentido de Sendero
Luminoso, a quien le dijo, “hijo, dile como los tratamos a
ustedes”, el arrepentido explicó las bondades del ejército
para él y su familia, cuando le dije que no, sacó un puñal
que puso en mi cuello y me dijo “de aquí solo vas a salir
muerto” para tirarme al piso y patearme. De ahí, me llevaron
a la celda.
34.- El 19 de noviembre, fui conducido al lugar de las
torturas, siempre a la misma hora (23:00 horas) donde fui
sometido a torturas psicológicas, me dijeron que iban a
matar a mis hijos y a mi familia; que sabían dónde estaban y
donde vivían, que necesitaban datos, informes y nombres.
En la mañana, me dijeron que tendría una entrevista con mi
entonces esposa Lesly Cáceres, “si hablas o dices algo, te
convertiremos en abono” dijo el Mayor Ricardo. Ciertamente
no dije nada, ni hubo espacio para las lágrimas nos miramos
sin acercarnos, desde una distancia de tres metros
aproximadamente.
35.- El 20 de noviembre, me llevaron a otro interrogatorio,
desde mi detención no conocía el aseo, mi cuerpo expelía un
olor nauseabundo, “apestas” dijeron, pero “te bañaremos solo
la cabeza”, para inmediatamente sumergir mi cabeza en una
tina con agua y detergente hasta quedar casi inconsciente.
Mi cuerpo ya no aguantaba, sentí que vivir o morir, ya no
importaba.
36.- El 21 de noviembre, desperté con los puñetes que me
propinaban los militares en el estómago, uno me había
agarrado de los cabellos y otro me tenía tomado del cuello
con el brazo, no podía zafarme, la celda era pequeña,
gritaba y nadie me auxiliaba; así estuve hasta que se
cansaron y se fueron.
37.- El 22 de noviembre, fui conducido a un nuevo
interrogatorio, estaba vendado, pero era como si lo viera
poner las balas en su cacerina de la pistola, “nos cansamos
dijo…hoy despídete de toda tu familia, vas a morir” dijo.
Tuve miedo y empecé a temblar, sentí que no tenía fuerzas,
que músculos y huesos no existían cuando preparó su arma y
disparó a algún lugar del cuarto, luego lo oí reír y señaló,
“lleven esta mierda”.
38.- El 23 de noviembre, una voz rompió mi sueño ¡Levántate!
Eran cerca la 1: 30 de la madrugada, tengo miedo, escucho la
voz de “Saulo” el militar de color de las torturas, esta vez
el dirige al grupo que se encamina rumbo a la G - 2, allí
estaba “Erick” un oficial del ejército y un sub oficial
técnico quienes al verme sin decir palabras me golpearon en
las partes más vulnerables de mi cuerpo, para poner el caño de
la pistola dentro de mi boca diciendo que ya no había más
tiempo que debía firmar el acta de declaración o morir. Escucho
el golpe de las teclas de la máquina de escribir, inventan,
una supuesta “manifestación” mientras la pistola es
percutada y me tiran al piso, mientras gritan “aun no muere”
Me siento destrozado, besando el suelo, sin aliento; sin
nadie que me auxilie o detenga la insana tortura, he caído y
entonces me ponen de rodillas mientras cogen mi mano y lo
dirigen para firmar y dejar mis huellas dactilares impresas.
“... estampo mi huella digital, en señal de conformidad”.
Eso escribió el militar, mientras casi inconsciente dirigían
mi firma, entonces me quita un sucio calcetín militar que
sirvió de mordaza y un trapo manchado de sangre que fue la
vendas. Los militares ríen.
39.- El 24 de noviembre, los militares me sacan de la celda,
ahí, el Comandante “Víctor”, me dice “…Antes que te derive al
juez; dime que vas a cooperar, y traigo un helicóptero, nadie
te va a reconocer… Irás uniformado y con pasamontañas… Es tu
libertad… Tu familia… Tus hijos. Contéstame.”
40.- El 25 de noviembre, fui entregado al Fiscal quien solo
dice, “Todo está bien”, mientras firma un acta de recepción
de detenido. Ese día el Fiscal fui conducido a la policía
Nacional, es decir a los 40 días luego de ser intervenido y
capturado, quienes me derivan al Instituto Peruano de
Seguridad Social de Tarapoto, para ser examinado por
profesionales médicos.
Posteriormente supe que mi hermano Elías Vásquez, pagó al
Mayor “Ricardo”, la suma de 10 mil dólares, sólo para
reconocerme, previamente le prohibieron hablar o realizar
gesto alguno.
Durante casi 40 días, estuve incomunicado y no tuve abogado
que me asistiera.
Que, a la fecha de mi detención, mi persona no registraba
Antecedentes Penales.
Desde noviembre de 1993 a noviembre de 1994, posteriormente
desde aproximadamente septiembre de 1995 hasta enero de 1996
cuando me retornaron del Penal Miguel Castro Castro de Lima,
fui confinado a régimen celular cerrado en las denominadas
“Celdas Bi personales”, sin luz natural, con salida al patio
por media hora, solo los días lunes – miércoles y viernes,
permaneciendo 23 horas y media encerrado, con un régimen de
visita restringido de dos familiares por mes a través de un
interlocutorio separado por una doble malla de metal, sin
contacto físico con mi visita, en condiciones de insalubridad
y hacinamiento.
Con prohibiciones de lectura, trabajo físico e intelectual.
A pesar de que el examen médico – legal confirmó las
torturas, el Fiscal Provincial y el Juez Instructor de
Tarapoto abrieron instrucción por el Delito de Terrorismo.
Cuando concluyó la instrucción el Fiscal Provincial de
Tarapoto en su Informe Final señala que: “…se ha llegado a la
conclusión de que no se prueba la presunta vinculación de los
procesados en los delitos imputados…” opinando la NO
RESPONSABILIDAD PENAL.
Por su parte, de manera contradictoria el Juez Especializado
en lo Penal de Tarapoto, en base a una valoración superficial
señala que mi responsabilidad se encuentra ACREDITADA en base
a valoraciones superficiales.
Por su parte el Fiscal Superior, sin cuestionar la validez de
las supuestas declaraciones dadas ante efectivos militares,
da como cierta la responsabilidad, determinando la necesidad
del Juicio Oral.
En enero de 1994, subí a Audiencia ante el Tribunal Sin
Rostro, sin abogado alguno por lo que el Tribunal Sin Rostro,
me designó una “abogada de oficio” que no sabía nada de mi
proceso que antes de iniciar el juicio me insinuó me acogiera
a la Ley de Arrepentimiento. La Audiencia de Juicio Oral tuvo
una duración de 30 minutos y luego de un receso de 5 minutos,
fui sentenciado a 20 años de prisión por el Delito de
Terrorismo.
Casi a finales de 1994 fui trasladado al Penal Miguel Castro
Castro en Lima, donde fui agredido por el Director del Penal
Coronel PNP Gabino Cajahuanca Parra y destinado al Pabellón
“2B” donde permanecí hasta los primeros meses de 1995.
A principios de 1995, fui trasladado al Penal de Picsi en
Chiclayo para subir nuevamente a Juicio Oral, ya que la
apelación a la sentencia resultó favorable. El Director del
Penal, ordenó se me trasladara a las celdas bi personales.
El 17 de enero de 1996, el Tribunal Sin Rostro, en su
Sentencia señala que, “las declaraciones a simple vista,
demuestran que han sido tomadas sin las formalidades y
garantías y requeridas y de cumplimiento obligatorio,
establecidas tanto en la Constitución Política como en la
Norma Adjetiva…esto es que se tomaron sin la presencia del
Ministerio Público ni del abogado defensor…” “el Colegiado
hace convicción de que efectivamente no hay ningún elemento
serio de probanza que pueda acreditar la presunta vinculación
de los procesados con grupos alzados en armas…””las
declaraciones extraídas por la fuerza o con aplicación de la
violencia no pueden ser admitidas como válidas en un proceso
penal, principio éste que tiene categoría de Derecho Humano”,
por lo que FALLA ABSOLVIENDO de la acusación fiscal por el
delito de Terrorismo en agravio del Estado.
El 30 de abril de 1996, la Corte Suprema de Justicia, señala
que “existe una trasgresión en lo preceptuado en el art. 2
del Decreto Ley 25744 donde se determina que la detención
preventiva de un presunto implicado deberá ser por un término
de 15 días…”, por lo que opina por la NO NULIDAD en la
sentencia.
El Estado Peruano, el año 2001 me abren la Instrucción Nº
2001 – 0052 por el Delito de Terrorismo y reservan mi
juzgamiento, según Sentencia Especial Nº 2001 – 0052 –
220601, ordenando mi captura a nivel nacional conforme Of. Nº
354, 355, 356, 357 – 2003 – RDR – SM – M.
En julio de 2005 fui detenido en la Ciudad de Chiclayo y
derivado al Penal de la Ciudad de Juanjui bajo la acusación
de Terrorismo y Bandas, siendo ABSUELTO de los delitos
imputados en febrero de 2006.

Por tanto:
Solicito a la Corte IDH, aceptar mi denuncia por ser de
justicia.
Atentamente

Julio César Vásquez Vásquez


Denunciante

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