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Critica Del Derecho
Critica Del Derecho
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INTRODUCCIÓN
BLANCA ESTELA MELGARITO ROCHA, ALMA
MELGARITO ROCHA Y DANIEL SANDOVAL
CERVANTES
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Introducción
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Blanca Melgarito, Alma Melgarito y Daniel Sandoval
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Introducción
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Blanca Melgarito, Alma Melgarito y Daniel Sandoval
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Introducción
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Blanca Melgarito, Alma Melgarito y Daniel Sandoval
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Introducción
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Blanca Melgarito, Alma Melgarito y Daniel Sandoval
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Introducción
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Blanca Melgarito, Alma Melgarito y Daniel Sandoval
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Introducción
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Blanca Melgarito, Alma Melgarito y Daniel Sandoval
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Introducción
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Introducción
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Blanca Melgarito, Alma Melgarito y Daniel Sandoval
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Introducción
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Blanca Melgarito, Alma Melgarito y Daniel Sandoval
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SECCIÓN I. APORTES TEÓRICOS Y
METODOLÓGICOS PARA PENSAR AL
DERECHO MODERNO CAPITALISTA
DEL SIGLO XXI EN NUESTRA AMÉRICA
DESOBEDIENCIA Y DERECHO
¿PRINCIPIO DE VALIDEZ O FORMA
ESTRATÉGICA DE LUCHA?
JAIME EDUARDO ORTIZ LEROUX
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Desobediencia y derecho
1 Por esa lucha Martín Luther King fue asesinado en 1967 y Nelson Mandela pasó
casi treinta años en prisión (Mandela, 1992).
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Desobediencia y derecho
De acuerdo con Oscar Correas las teorías sobre la validez del or-
den jurídico son formas ideológicas por medio de las cuales se legiti-
ma el ejercicio de la violencia; las relaciones sociales para reproducir-
se «necesitan esconder su verdadera naturaleza a los individuos cuyas
conductas constituyen» (Correas, 2010, p. 248-256). La función del
discurso jurídico sería establecer un sujeto interpelado y una verdad
para poder dotar al sistema de una justificación que permita crear una
totalidad de sentido para los súbditos, que permita el discurso jurídico
procesar sus necesidades y expectativas2..
De acuerdo con la ideología de la desobediencia civil, la única
forma posible de lucha y de protesta es la que se conduce por medio
de la obediencia a las normas, aquella que prácticamente no tiene
efectos en el sistema. Esa concepción, que busca la despolitización
del conflicto, influirá en sectores importantes de la población que ve-
rán a la acción política que no cumple con la descripción normativa
como indebida, creando una subjetividad refractaria a toda expresión
de fuerza que no esté revestida de institucionalidad.
No obstante, los intentos por legitimar los tópicos de la forma co-
rrecta de la acción política chocan con el sentido que representan las
acciones concretas de protesta y abonan a la profundización de la bre-
cha que existe entre el discurso del derecho y la conducta política de la
sociedad, es decir a la separación sociedad-estado, el distanciamiento
entre las interpretaciones que proceden del orden social y aquellas
que se producen en el orden estatal.
Las justificaciones de la teoría de la desobediencia ocultan que la ac-
ción política adquiere sentido en un contexto de disputa en el campo de
las relaciones de poder; mantiene silencio respecto de la existencia de for-
mas alternativas de derecho representadas por los movimientos sociales,
las asociaciones, las colectividades y comunidades en resistencia, formas
cuya eficacia es reconocida por sus efectos negativos en el orden jurídico.
La incapacidad de la teoría jurídica para comprender las relacio-
nes sociales como relaciones políticas, así como para conducir los mo-
vimientos y resistencias dentro del modelo de representación política,
radica en pretender reducir la política a un concepto jurídico. Los
esfuerzos por explicarla, enmarcados dentro de la teoría del contrato,
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Desobediencia y derecho
CONCLUSIONES
Para caracterizar el fenómeno político la teoría de la desobediencia
civil utiliza los mismos conceptos que dan unidad y sistematicidad
al ordenamiento jurídico, con ello desvirtúa la comprensión de la
desobediencia y de cualquier otra forma de acción política de
protesta contra la norma o el ordenamiento, pero además sus
definiciones normativas tienen el efecto de señalar una forma correcta
o válida de la acción política, delimitada por los aspectos formales del
ordenamiento jurídico.
La comprensión de los actos de protesta desde la teoría jurídica,
tanto la que los concibe como un derecho como la que los ve como
condición de la democracia, pasa por alto que este tipo de manifesta-
ciones políticas, individuales y colectivas, constituyen una forma de
acción caracterizada por su negatividad respecto del sistema y sus
definiciones. Los actos de los desobedientes no remiten solamente a
un principio de validez o una concepción alternativa del bien, sino que
remiten en primera instancia a una fuerza social, que es irrepresen-
table como principio de validez porque se trata de una movilización
opositora, con reglas propias, cuya efectividad destruye el vínculo en-
tre violencia y derecho.
El problema de la violencia sigue siendo la cuestión más espinosa,
la censura por parte de la teoría democrática al uso de ciertas formas
de coerción o de medios no persuasivos muestra que en su concepto el
vínculo normativo en cuanto a la autorización de la violencia es abso-
luto; el uso de la fuerza es necesario, prevalece la fuerza de ley sobre la
norma. La utilización de los principios de validez interno como cate-
gorías para la explicación de la desobediencia, configura una doctrina
ideológica que sirve para la justificación del uso la violencia.
En cuanto al uso de la coerción por parte de los desobedientes,
se considera que la forma y el contenido de la desobediencia se pre-
sentan frente a estos como un acto de necesidad frente al sistema, que
tiene que ser analizado y juzgado caso por caso. En ese caso, se abre
un espacio de indeterminación del derecho en el que, como sucede
en un estado de excepción, surge una fuerza de no ley, sobre la que se
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Jaime Eduardo Ortiz Leroux
BIBLIOGRAFÍA
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Desobediencia y derecho
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REFLEXIONES MARGINALES PARA UNA
FUNDAMENTACIÓN CONTRAHEGEMÓNICA
DE LOS DERECHOS HUMANOS
ALEJANDRO KARIN PEDRAZA RAMOS
INTRODUCCIÓN
Los derechos humanos deben ser entendidos como resultado del
proceso de conciencia de los pueblos sobre las condiciones de
posibilidad, o derechos, que son necesarios para la vida digna; son
conquistas producto de la lucha de los pueblos por la libertad, la
autonomía, la igualdad, la identidad, por su “derecho a tener derechos”.
Si bien se ha logrado mucho con el paso de los años y el estable-
cimiento de nuevas cartas, tratados, declaraciones, convenios, pactos
y protocolos facultativos en materia de derechos humanos, el objetivo
de lograr un mundo donde los seres humanos puedan gozar efectiva-
mente de todos sus derechos1, parece lejos de alcanzarse, esto se debe,
entre otras, a las siguientes razones: a) Falta de reconocimiento: para
que un derecho humano pueda disfrutarse debe estar contenido en las
obligaciones y deberes de los estados, mediante su reconocimiento nor-
mativo y el establecimiento de mecanismos para su garantía, que a su
vez especifican su judiciabilidad; b) Falta de capacidad y/o voluntad de
los estados: para comprometerse a la materialización de los derechos
humanos, tanto en lo referente al respeto y promoción de los derechos
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Reflexiones marginales para una fundamentación contrahegemónica de los derechos humanos
pone por fuerza, necesariamente tiene que ser lo justo, puesto que la
justicia sin fuerza es impotente. Pues “la justicia exige, en tanto justi-
cia, el recurso a la fuerza” (Derrida, 1997, p. 27). Sin embargo, aunque
la razón antes aducida puede aceptarse como válida, la supuesta auto
implicación entre justicia y fuerza corre el riesgo de mutar y ante la
imposibilidad que lo justo sea fuerte, se hace que lo fuerte sea justo.
El ejercicio del derecho aparece entonces no como instrumento de la
justicia, sino que la justicia se subordina al orden interno de la fuerza
que hace efectivo el derecho. Detrás de esta relación que supone que
solo se trata de técnica jurídica o aplicación del derecho científico y
neutral, se oculta un uso ideológico del derecho hegemónico.
Para Oscar Correas (2014) el derecho no hace sino transmitir una
técnica al servicio del poder, que legitima cierto tipo de violencia: la
del estado y sus funcionarios. Lo relevante de la denuncia de Correas
es identificar que el presupuesto discurso jurídico de la llamada Teoría
Pura del Derecho, si bien sostiene que “la validez de las normas tiene
como condición la eficacia de éstas, al igual que la validez de los siste-
mas en su conjunto” (Correas, 2007, p. 11), lo que realmente sucede es
que en su aplicación es interpretada e impuesta por los funcionarios
estatales a partir de una lógica que considera incuestionable. Dicha
lógica interna se usa para validar al sistema de derecho por sí mismo,
olvidando que su justificación o validez está en virtud de su eficacia.
Es decir, la relación con la que se debería reconocer a un derecho
fuerte, y por tanto válido, por ser eficaz, aliena la relación de la jus-
tificación epistemológica y moral de la validez de la norma a la pura
lógica interna del sistema que hace de lo válido lo coherente consigo
mismo, aunque no sea eficaz. Y si bien es cierto que en tanto sistema
de derecho es importante que las normas que lo constituyan tengan
una lógica que cohesione al derecho no deben olvidarse dos cosas: 1.
La lógica que determina la sistematicidad de un orden jurídico depen-
de de la ideología del grupo en el poder, a la vez que es impuesta hege-
mónicamente a otros sistemas jurídicos subordinados; 2. La exclusiva
verificación lógica de la norma, que determina su coherencia con el
sistema, corre el riesgo de dar lugar a normas obsoletas e ineficaces
que no tomen en cuenta las exigencias de derechos a las que la praxis
jurídica de una sociedad da lugar.
Ahora bien, ¿para qué requiere el poder hegemónico afirmar ésta
“fuerza de ley”? de manera concreta podemos identificar al menos tres
usos hegemónicos de los derechos humanos en México:
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dar que siempre puede haber derechos más urgentes según las
particulares condiciones históricas y sociales.
v. Reconocer la legitimidad del “derecho a tener derechos” de los
movimientos sociales y políticos, que interpelan y exigen la ga-
rantía de los derechos humanos en tanto condiciones de posi-
bilidad para la vida digna.
Para pensar la permanente voluntad de igualdad, es necesaria la
inclusión de los sujetos marginados o que sufren precarizaciones de
sus derechos, desde sus exigencias. La propuesta debe ser por un su-
jeto libre, liberado de la opresión, a favor de la dignidad humana. No
puede perderse de vista nunca a los sujetos que le interpelan desde la
negatividad y la exclusión, como víctimas; en tanto que son ellos que
le dan sentido a los proyectos por construir que exigen cambios a favor
de la justicia. La búsqueda de la garantía y protección efectiva de
los derechos considerados condición de posibilidad de la vida digna,
debe ser el motor histórico del desarrollo de los derechos humanos.
No se trata sólo de ir ampliando el bloque de derechos que se consi-
deran inherentes a todo humano, sino también de reconocer las di-
ferencias, las injusticias, los fracasos de ese supuesto progreso lineal
(que está puesto en evidencia por la biopolítica y el neocolonialismo).
Desde el reconocimiento de la diferencia se trata de realmente prote-
ger y hacer efectivos unos derechos válidos y valiosos para todo hu-
mano. Derechos que respondan al criterio de necesidad, antes que al
de interés. La importancia de la orientación ética e intercultural de los
derechos humanos, está en reconocer que el Otro puede requerir un
cúmulo diferente de derechos exigidos por nuestra tradición política.
El sujeto, al definir las posibilidades de su acción, comenzando
por las de la razón instrumental que evalúan medio-fin, debe partir de
la posibilidad de seguir viviendo, que da lugar al fundamento material
del derecho a la vida. La evaluación no admite equívocos, pues “nadie
se muere de manera parcial”. Su criterio de verdad es por tanto el de
vida-muerte. Pero al mismo tiempo, ya que su vivir se desarrolla en
comunidad, inmerso en su cultura, como indica el filósofo de la libe-
ración Alejandro Rosillo: “el sujeto tiene que afirmar la vida del otro
para afirmar la propia” (Rosillo, 2014, p. 140). Esta interpelación que
nos hace el otro, en tanto que somos responsables de su vida, requiere
complementar el fundamento material de la de la vida con el de la
alteridad. En este sentido, como afirma este autor:
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REFLEXIÓN FINAL
Es importante no olvidar que la fundamentación de los derechos
humanos no se completa hasta que se logra su positivación, pues no
tendría sentido teorizar sobre un derecho que no puede ser incluido para
su protección en el Derecho positivo.
Es necesario hacer valer todos los derechos humanos para todos
los seres humanos, sin importar sus diferencias. Atender la diferencia
y respetarla es la condición misma de la igualdad. El derecho está obli-
gado a cambiar según las exigencias y necesidades de los sujetos po-
líticos que exigen derechos. Es necesario reconocer que el derecho es
incompleto y debe cambiar constantemente, producto de la dialéctica
regulación-emancipación, más aún si se afirma como derechos huma-
nos interculturales.
El trabajo por hacer es mucho y el presente escrito sólo tiene
como consigna comenzar por evidenciar la gravedad de no reconocer
de manera efectiva los derechos humanos exigidos por los sujetos so-
ciales excluidos, para dar paso a unos derechos humanos intercultu-
rales, surgidos desde la negatividad, que inviertan las valencias de la
regulación/emancipación a favor de ésta última.
El disfrute de un derecho humano frente a las arbitrariedades del
Poder es condición de la libertad, pero más importante aún, es
condición para afirmar la autonomía en el camino permanente de la
liberación de la opresión, la desigualdad, la exclusión, la injusticia e
incluso del olvido. Los derechos humanos serán importantes siempre
que haya alguien que no pueda gozar de ellos, es decir, mientras sigan
siendo privilegio de unos cuantos.
BIBLIOGRAFÍA
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los Romanos. Editorial Trotta.
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TRES MESETAS: ECONOMÍAS
ACOPLADAS, ACUMULACIÓN AMPLIADA
Y LIBERACIÓN DE LA VIOLENCIA
ESTEBAN RODRÍGUEZ ALZUETA
CRIMEN Y CAPITAL
Marx decía en El capital que todas las fuerzas económicas de
reproducción del capitalismo están en la legalidad. No estudió
la ilegalidad del capitalismo que hoy es una de las fuerzas más
importantes del capitalismo financiero. No hay capitalismo sin
ilegalidad. El capitalismo está por encima de la ley, de la Constitución,
de la policía. El capitalismo crece y reproduce en las tramas informales
e ilegales, produciendo ilegalidad. Pero también esas tramas policiales
informales y las zonas de ilegalidad, crean nuevas oportunidades para
aumentar la rentabilidad. No hay capitalismo sin paraísos fiscales, sin
fraudes financieros, evasión impositiva, y la circulación y lavado de
gigantescos flujos financieros provenientes de actividades delictivas.
Y no hay capitalismo criminal sin corrupción política, o controles
blandos, estructuras institucionales precarias, despresupuestadas y
desarticuladas.
El capitalismo contemporáneo ya no se valoriza —centralmen-
te— en la apropiación de la fuerza de trabajo material al interior de
las fábricas, sino en la velocidad de rotación del dinero, en las apuestas
oportunas sobre los activos empresariales en los mercados bursátiles; y
en el trabajo inmaterial al interior de la sociedad. Más aún, se valoriza
optimizando sus costos laborales y financieros a través de la expansión
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Esteban Rodríguez Alzueta
Si alguien roba un vehículo solemos ver un caso y unas personas (el que
roba el vehículo y la persona propietaria del vehículo) pero ello nos dice
muy poco a los efectos de organizar una política de control de criminali-
dad. Lo que nos debiera interesar es la estructura de mercado, qué hace
que esa persona robe ese vehículo, el circuito de la venta o de desguace en
el que lo introduce, los intermediarios que organizan el robo de vehículos,
el encubrimiento de desguace o la venta de lo robado, los transportistas,
los acopiadores, los financistas, los compradores, etcétera (2009, p. 34).
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rejiles porque cuando se los arranca vuelven a crecer solos otra vez. Pereji-
les, finalmente, porque no son el ingrediente principal en ninguna comida,
sino un condimento que puede sacrificarse, pero nunca prescindirse.
Ruggiero (1999) está pensando en el mercado minorista de drogas,
lo que nosotros llamamos “universo transa”. Porque si por arriba, el
mercado externo de drogas, se organiza a través del modelo posfordista,
una comercialización que demanda saberes técnicos muy específicos y
complejos: Se trata de un sector altamente especializado, toda vez que
estamos frente a mercados diversificados y globalizados, y los especia-
listas contratados tienen que encargarse no sólo de la logística que de-
manda el tráfico internacional sino del lavado del dinero a través de una
compleja trama financiera. Por abajo, por el contrario, las cosas son
muy distintas: La distribución a baja escala, la comercialización mino-
rista y la venta para el consumo directo o narcomenudeo, se organiza a
partir de actores reclutados entre los actores más marginales, que pro-
vienen de las economías subterráneas, a través de la mediación de una
persona que conoce el territorio y su población disponible. Aquellos
actores son los famosos dealers: ejércitos de consumidores-vendedores
que viven el oficio como una oportunidad laboral alternativa.
Rescatamos la noción de dealers porque nos parece que arroja luz
sobre el rol que tienen estos actores en los mercados ilegales. En la eco-
nomía financiera los dealers son los agentes profesionales que trabajan
para una institución financiera, o bien de manera individual, es decir,
actúan en mercados organizados operando por cuenta propia, como
poseedor, o por cuenta de clientes, como intermediario. Y lo mismo
sucede con los dealers en los mercados minoristas de drogas: Venden
drogas para sus clientes o los clientes de su “jefe” pero también para
poder cubrir los costos de su propio consumo y otros consumos igual-
mente encantados. Y lo mismo cabe decir de aquellos que roban autos:
son actores que trabajan por cuenta propia, o atendiendo las demandas
de determinada cartera de clientes regenteada por mediadores ilegales
(compradores de autos robados) y/o informales (los vendedores de re-
puestos de autopartes procedentes de la sustracción de vehículos).
Con todo, el lumpenproletariado constituye una fuerza de trabajo
reciclable o, mejor dicho, conforma un recurso fácilmente renovable.
“Renovable”, en el sentido que puede ser reemplazado fácilmente en
cualquier momento. Los empresarios saben que cuentan con un ejér-
cito de actores para ocupar la posición que antes ocupaba otro. La ex-
pansión del delito callejero es el mejor potrero para capacitar la mano
de obra que necesitan las economías ilegales. Siempre tendrá a su dis-
posición nuevos actores para hacer el trabajo sucio. De modo que los
empresarios saben que no tienen mucho que perder cuando son abati-
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Esteban Rodríguez Alzueta
dos por la policía o atrapados por la justicia. Saben que, en los barrios
pobres, levantan una piedra y tendrán un actor que estará dispuesto a
ocupar el lugar que tenía la otra persona.
Las operaciones no sólo se han segmentado y reticulado, sino que
además suponen tareas repetitivas. Actividades que no necesitan sa-
beres específicos para su realización, que se sostienen la mayoría de
las veces de manera bastante rudimentaria. Por eso, la característica
de los microdelitos vinculados a estos mercados, sigue siendo la des-
cualificación. Sus protagonistas no son profesionales (“delincuentes
profesionales”), sino “delincuentes comunes”, dueños de saberes ge-
nerales y lugares comunes. Para vender pastillas, cocaína o paco en un
barrio pobre, no se necesitan conocimientos especiales, basta conocer
los códigos del campo donde se mueven. En otras palabras: actores
descualificados se vuelven fácilmente reemplazables. Siempre habrá
“un pibe chorro” dispuesto a “meter caño”. Un “pibe chorro” es fácil-
mente reemplazable por otro “pibe chorro”. Nadie es imprescindible
para estas economías. Los mercados ilegales e informales no necesi-
tan delincuentes profesionales sino jóvenes avezados y jugados y si no
tienen escrúpulos tanto mejor.
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Y luego:
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Gráfico 2. Quimera
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EL DERECHO EN CONDICIONES DE
DEPENDENCIA
EL ESTADO DE DERECHO DESIGUAL Y
COMBINADO EN AMÉRICA LATINA
DANIEL SANDOVAL CERVANTES
INTRODUCCIÓN
El presente texto tiene como objetivo contribuir a la construcción de
una metodología interdisciplinaria de la crítica jurídica que permita
un análisis del derecho realmente existente en procesos históricos
concretos de los países dependientes, desde una perspectiva crítica
de la epistemología dominante y su sentido de mundo, cuyo lenguaje
jurídico consolida la dialéctica dependiente y sus contradicciones en
correspondencia con el capitalismo mundial. Por tanto, tiene como
base conceptual a la Crítica Jurídica y la Teoría de la Dependencia.
Para ello se dividirá en tres partes, en la primera se realizará un
análisis de las limitaciones de la teoría jurídica dominante en el mo-
mento de explicar la realidad social concreta; en la segunda sección
se explicarán algunas de las categorías que la Crítica Jurídica ha cons-
truido para observar el derecho capitalista; en la última parte se pro-
ponen categorías y conceptos que, desde la Crítica Jurídica, permiten
analizar el derecho realmente existente en países dependientes.
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CONCLUSIONES
La teoría jurídica dominante tiene grandes limitaciones para poder
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Daniel Sandoval Cervantes
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108
El derecho en condiciones de dependencia
109
HERRAMIENTAS PARA UNA SOCIOLOGÍA
JURÍDICA CRÍTICA
ACERCA DE LA CARGA EXPLOSIVA DE LA
CONTRADICCIÓN VALOR—VALOR DE USO
ALMA GUADALUPE MELGARITO ROCHA
INTRODUCCIÓN
El artículo pone sobre la mesa algunas herramientas teóricas en una
apuesta por desafiar las pretensiones de dominación del discurso
jurídico pro capitalista, al considerar el derecho como un campo de
batalla en el que se desarrolla una continua disputa por la hegemonía
de los significados. De este modo, reconociéndose como parte del
Movimiento Latinoamericano de Crítica Jurídica, y haciendo pie de
apoyo en el anarquismo epistemológico y en la lectura que de Marx
hacen Correas y Echeverría, el artículo desarrolla una Crítica de la
Ideología Jurídica que pone en el centro de la discusión la contradicción
entre el valor de uso y la forma parasitaria del valor como referente
directo para una Sociología Jurídica Crítica. Así, la autora se sitúa en
los esfuerzos realizados en el seno del movimiento de Crítica Jurídica
en América Latina.1
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Herramientas para una sociología jurídica crítica
por las posibilidades de colocación del discurso de lo jurídico como una herramienta
que puede y debe colocarse al servicio de la emancipación humana.
2 Y es que aún este nivel de la discusión, persiste la idea de que el derecho es un
“algo”, “una cosa”, una especie de “apéndice de la realidad social o económica” que
de manera mecánica y necesaria se transformará, una vez transformada la realidad
económica.
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Alma Guadalupe Melgarito Reyes
que el discurso del derecho y el jurídico connotan desde una teoría del
derecho según la cual el derecho es una técnica social que consiste en la
organización de la violencia (Kelsen, 1982). Esto es, que NO es que el
derecho se ayude de la violencia, sino que el derecho mismo es la orga-
nización de la violencia. Pero no sólo, porque el derecho es, al tiempo,
un campo de confrontación en tensión constante en el que se disputa la
organización de la violencia social y no solamente el resultado final de
la lucha. De modo que, a pesar de que el derecho moderno es un discur-
so prescriptivo que produce y reproduce el sistema capitalista, —por lo
que desde luego es favorable a sus intereses—, también es un campo de
resistencia y de ataque contra esos intereses.3
Toca ahora dedicarnos a delinear modelos, categorías y técnicas
que nos permitan realizar el análisis que nos proponemos desde una
mirada crítica, que es el objetivo de esta investigación. Sin embargo,
en el libro Pluralismo jurídico: la realidad oculta. Enfoque socio se-
miológico de la relación estado—pueblos indígenas (Melgarito, 2012)
el lector podrá encontrar con mayor profundidad una serie de herra-
mientas que en este texto solamente ocuparán una breve digresión por
razones de espacio. Veamos.
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Herramientas para una sociología jurídica crítica
4 En nuestra cultura, vemos este discurso como distinto del religioso y del jurídico,
distinción que a las otras culturas les parece insostenible.
5 Pero es necesario evitar el fetichismo del método. Es decir, tener siempre presente que el método
es una creación humana, y no al revés.
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Alma Guadalupe Melgarito Reyes
6 Ya que acerca del concepto de ideología existe un amplio debate en su acepción de ‘falsa con-
ciencia’.
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Herramientas para una sociología jurídica crítica
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Alma Guadalupe Melgarito Reyes
CONNOTACIÓN Y DENOTACIÓN
La particularidad del lenguaje de transmitir diversos sentidos, y
en particular, del lenguaje jurídico de transmitir sentidos diversos
de aquél del cual se ocupa y reconoce la Ciencia jurídica puede
clarificarse merced al uso de los conceptos de connotación y denotación
(Hjemslev, 1971, p. 85). Si aceptamos que es posible identificar
sistemas significantes diversos en el interior de los textos, entonces
será posible aceptar también que la función de transmisión de la
ideología puede cumplirse con la presencia de un solo elemento en un
discurso, con la condición de que el receptor reconozca el código que
sirve para identificar ese elemento como parte del sistema ausente.
En una primera aproximación al concepto podemos decir que el
uso denotativo de un vocablo consiste en emplearlo para designar
aquella idea que, conforme con el código usual es la que debe ser
designada con ese vocablo. Mientras que el uso connotativo consiste
en emplearlo para designar una idea distinta de la que se designa con
su uso denotativo. En este último caso se le imprime un nuevo valor
semántico al término que es diferente de su significación originaria.
Aunque, claro está, el uso denotativo es más fácilmente reconocible
por todo lector en un texto. Esto significa que para el caso del uso
denotativo nos encontramos simplemente ante un signo lingüístico en
su más pedestre función de unir un significado con un significante.
Pero cuando se da el caso de que este lenguaje de denotación se
convierte a su vez en elemento de otro lenguaje, realizando el papel
de significado –contenido– nos encontramos frente a un metalenguaje.
Y si realiza también el papel de significante –expresión– tenemos
entonces un lenguaje de connotación.
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9 Luego, lo único que justifica nuestro enfoque es una decisión política, que en mi
caso es mi decisión por mantener en piso una teoría en el camino hacia la transfor-
mación de esta sociedad que considero injusta, o si se quiere llamarle de algún modo,
lo que a mí me interesa es el camino hacia la emancipación social.
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Herramientas para una sociología jurídica crítica
Esto es, partimos de una mirada que nos invita a continuar una
lectura del concepto del valor de uso no solamente como soporte mate-
rial de los valores de cambio, sino como un aporte a la reconstrucción
de la forma social natural.
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Cuando Marx habla la contradicción entre valor de uso y valor, lo que inten-
ta es una explicación del carácter manifiestamente absurdo de la vida mo-
derna. Parte de la experiencia de esta vida como una realidad que violenta
toda razón, como una situación perversa en la que los seres humanos, para
poder vivir, deben vivir contra sí mismos. (Echeverría, 1998, p. 9).
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Fuente: elaboración propia
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A MANERA DE CONCLUSIÓN
Con las anteriores consideraciones, estamos en forma para hacer la
distinción entre las formas de manifestación de los modelos teóricos
propuestos «Sistema Jurídico de la Reproducción del Valor (SJK)»
y «Pluralismo Jurídico de la Reproducción de la Vida (PJT)», y la
manera en que sus contradicciones son neutralizadas, con el objetivo
de contrastarlos con las descripciones de los «Sistemas Jurídicos
Realmente Existentes (SJ₁, SJ2, SJ₃, SJ₄, etcétera)». Esta es la apuesta
teórica para el debate que proponemos, y en ello estribará la utilidad
de estos modelos, a saber,
Modelo Modelo
Sistema Jurídico de la Reproducción del Pluralismo Jurídico de la Reproducción de la
valor (SJK) Vida (PJK)
Atomización social basada en la estrategia del Cohesión social objetiva del proceso de reproduc-
derecho subjetivo ción social
Ámbito temporal lineal de validez de la norma Ámbito temporal múltiple de validez de la norma
133
Alma Guadalupe Melgarito Reyes
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Herramientas para una sociología jurídica crítica
135
A ESPECIFICIDADE DA ONDA PUNITIVA
BRASILEIRA
MARCO ALEXANDRE DE SOUZA SERRA
INTRODUÇÃO
O cenário brasileiro atual está traçado em fortes cores. Distingui-las é
tarefa que precisa levar em conta suas especificidades. Tal não pode se
dar, no entanto, abstraindo que esse cenário se insere num momento
histórico muito preciso, inscrito num mundo que vivencia uma
cultura política e jurídica altamente difusa, que é sobretudo punitiva,
a tal ponto pasteurizada, que a poucos paladares incomoda. Uma
aproximação da realidade brasileira atual, dependendo, claro, desde
onde se lhe contempla, traz consigo a marca da perplexidade. Uma
orientação para procurar reduzir tal perplexidade está associada a uma
espécie de lei criminológica, assimilada e difundida pela criminologia
que se convencionou, de modo impreciso, chamar de crítica, a partir
da obra paradigmática de Georg Rusche (Rusche, 1978), que depois se
desenvolveria no livro que este autor dividiu involuntariamente com
Otto Kirchheimer (Rusche/Kirchheimer, 2004)1.
1 Alude-se aqui ao fato, observado por Gizlene Neder na nota introdutória da edição
brasileira, de que a obra conjunta foi concluída por Kirchheimer já no exílio estadu-
nidense (Universidade de Colúmbia) do Instituto de Pesquisas Sociais fundado em
1923 na cidade de Frankfurt.
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PREVIDENCIARISMO PENAL
Assiste-se desde pelo menos o início da década de oitenta do século
vinte a retomada, em níveis avassaladores, de uma política repressiva
e criminalizadora que as avaliações imediatamente anteriores a
esse evento consideravam improvável. Inicialmente observado nos
Estados Unidos, esse fenômeno desde então, senão se espraiou,
insinua-se como uma onda avassaladora por pelo menos os países
mais proximamente afetados pela cultura e pelo poder econômico
transnacional que esse verdadeiro império ainda representa. A tendência
dessa difusão é a de desembocar no aumento vertiginoso de pessoas
submetidas à intervenção punitiva estatal.
Antes de prosseguir na descrição da ruptura que se estabelece
quanto à assunção e à redistribuição recentes, inclusive de ênfases, nas
funções que o Estado desempenha, convém discorrer um pouco sobre o
cenário em que a necessidade de atuar em inúmeras frentes foi tomada
seriamente pelo Estado. Tal se deu em momento anterior, como
resposta à Grande Depressão. Deste último acontecimento foi enviado
o sinal da incapacidade do mercado para assegurar as bases de sua futura
reprodução. Justamente quando se consolidara o regime de produção
e de consumo de massas. Assim passou-se a confiar ao Estado uma
diversidade de competências que até então não lhe incumbiam, aten-
dendo, inclusive, às demandas das classes trabalhadoras, engrossando
a perspectiva reformista em prejuízo daquela revolucionária. Preconi-
zou-se uma estabilidade para o mercado de mão-de-obra, com redobra-
da atenção para a necessidade de se fomentar a demanda por consumo,
mesmo por parte daqueles não-empregados, como principal estratégia
de crescimento econômico. Em suma, a necessidade de se manter ati-
vada a demanda implicava não engrossar a legião de miseráveis, re-
clamando maior atenção à gestão da força de trabalho útil, ainda que
efemeramente inutilizada, do que à pobreza e àquele estoque de mão-
de-obra desimportante para a reprodução das condições de existência
implantadas.
O sistema penal, claro, é abarcado por toda essa nova estrutu-
ração que ficou consagrada como Welfare State. Suas inovações ins-
titucionais se fazem sentir tanto nos discursos quanto na elaboração
política, compreendida em termos legislativos. Implicou uma reorde-
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8 Basta lembrar o episódio que ficou conhecido como Watts Riots, vivenciado em
1965 em Los Angeles, resultando em aproximadamente 34 mortos, 2 mil feridos e 3
mil presos. Nela a pilhagem das lojas foi também um dos aspectos marcantes.
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que confere aos poderes locais grande importância. Isso facilita uma
maior ingerência dos interesses privados na esfera pública, bem como
encoraja o processo de privatização dos serviços públicos, inclusive
através da contratação de entidades que se pretendem fora tanto da
esfera pública quanto da esfera privada (terceiro setor). A atuação so-
cial do campo burocrático estadunidense se designa ainda por ser (3)
dual, pois desde sua origem está claramente dividida em dois domí-
nios incomunicáveis: o do social ensurance, responsável pela gestão
coletiva dos riscos dos assalariados; e do welfare propriamente dito, ao
qual compete a assistência social dos indivíduos e famílias dependen-
tes ou na miséria. Estes últimos são, em suma, os colocados sob um
severo constrangimento estatal, contaminando a consciência coletiva,
que os toma como cidadãos de segunda classe, verdadeiros parasitas,
aos quais o Estado entrega benefícios e serviços sem nada exigir em
troca. Ainda, o Estado providência dos Estados Unidos revela-se (4)
apenas residual, seja por não ter avançado tanto na constituição de
um patrimônio social comparável à experiência europeia, seja por se
achar no interior de um processo em que essa tendência de focalização
de seus programas sociais, tendo por destinatários apenas as catego-
rias vulneráveis, se aprofunda. Finalmente, o Estado estadunidense
pode ser qualificado de (5) racial: em seu seio ainda persiste a
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A specificidade da onda punitiva brasileira
Wacquant, 2001)10. Mais uma vez esse fenômeno pode ser compreen-
dido no nível das tendências, sem descer aos detalhes das inúmeras
experiências culturais e institucionais dos países europeus, quer em
nível nacional ou em nível regional11. Como esclarecerem Dünkel e
Snacken em referência à Europa, muitas são as dificuldades para
se comparar e explicar as diferentes taxas de encarceramento entre
os países, o mesmo se dando quanto às suas modificações no curso
dos anos. Sem embargo, uma diferença marcante entre a experiência
europeia e a estadunidense, mesmo pressuposto o aumento da taxa
de encarceramento, é que na Europa ele não derivou do incremento
dos fluxos, particularmente de admissões, mas da maior extensão das
penas (Dünken y Snacken, 2005, p. 19; Wacquant, 2012b).
No que concerne à América Latina é preciso ainda agregar as mu-
danças políticas transcorridas em vários de seus países, especialmente
durante a primeira década deste século. A partir desta temporalidade
é que se consolida a singular virada punitiva que subverteu as taxas
de encarceramento existentes no subcontinente, fazendo-o abandonar
as cifras escandinavas ostentadas no início dos anos 199012.
Deve-se tomar cuidado, assim, para não se incorrer em simplifi-
cações, de que é exemplo a associação fácil entre taxas de criminalida-
de e sua linear repercussão nas taxas de encarceramento. Por outras
palavras, não se pode perder de vista que muitos são os fatores —tanto
externos quanto internos— a serem levados na devida conta, na tare-
fa mesma de compreender as dinâmicas de funcionamento das taxas
10 Em seu conjunto as taxas de detenção da maior parte dos países da Europa oci-
dental aumentaram no curso dos últimos quinze anos, sendo que Holanda, Portugal
e Espanha, com experiências muito distintas, inclusive dos pontos de vista econômi-
co e social, mais que dobraram suas taxas depois de 1984. (Dünkel/Snacken, 2005,
p. 15).
11 Dünkel e Snacken apontam, por exemplo, que países pertencentes a Europa Cen-
tral ou Oriental têm taxas médias de detenção que representam o dobro ou o triplo
da maioria dos países ocidentais. (Dünkel/Snacken, 2005, p. 12)
12 É Máximo Sozzo que relata que em 1992, à exceção dos pequenos países com
menos de um milhão de habitantes do norte (Guiana, Guiana Francesa e Suriname),
apenas três países da América do Sul tinham 100 presos ou mais para cada 100 mil
habitantes, para vinte anos depois ficarem muitíssimo acima dos países escandina-
vos, em grande medida mantidos durante este mesmo intervalo de tempo. Nesta
mesma introdução à compilação por ele próprio organizada, Sozzo adverte para os
possíveis exageros que a trasladação do fenômeno identificado por Wacquant para os
países da América do Sul, principalmente em razão de fortes mudanças políticas re-
centemente implementadas em vários de seus principais países (principalmente Ar-
gentina, Bolívia, Brasil, Equador, Uruguai e Venezuela) a partir da primeira década
do século vinte e um, em linha de princípio, e guardadas as devidas especificidades,
de sentido antagônico às ideias neoliberais (Sozzo, 2016).
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A ESPECIFICIDADE BRASILEIRA
A transposição do cenário traçado acima para a realidade brasileira
não pode consistir numa tradução linear ou com qualquer pretensão
de fidelidade. Deve promover, ao contrário, as adaptações necessárias,
compreendendo inclusive a força que os processos históricos legaram
para a conformação do espaço social que se apresenta no Brasil
contemporâneo. A grande questão a dar direção à reflexão a seguir
esboçada, talvez até mais do que delinear a especificidade da conjuntura
social e política brasileiras, reside em proceder ao escrutínio da natureza
do neoliberalismo, a fim de concluir pela sua maior ou menor presença
no contexto brasileiro. Antes, porém, algumas questões precisam ficar
estabelecidas.
Sem dispor de condições de avançar na descrição do trágico ce-
nário no qual a população brasileira está imersa, convém apenas ter
em vista que, segundo a fonte mais atualizada, o Brasil contava no
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A specificidade da onda punitiva brasileira
15 Enquanto a população, entre os anos 1990 e 2017, não cresceu mais de 40 por
ciento, a população carcerária passou de aproximadamente 90 mil para 726,7 mil
presos, aumentando algo em torno de 700 por ciento. (Brasil, 2017).
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A specificidade da onda punitiva brasileira
confundem com determinismo, com qualquer relação causal e imediata entre estru-
tura econômica e estruturas mentais. A relação não deve ser linear, de causa e efeito,
mas relação dialética em que ambas as esferas (objetiva e subjetiva) se influenciam
reciprocamente, conduzindo à noção de circularidade.” (Souza Serra, 2009, p. 242).
18 Mais uma vez merece destaque a capacidade heurística, mas nada simplificadora
que Bourdieu aportou ao conceito de habitus. Cf. entre tantos outros de seus inú-
meros trabalhos: Bourdieu, 2013, p. 86 e segs; também, Bourdieu, 2011, p. 164: “Es-
trutura estruturante que organiza as práticas e a percepção das práticas, o habitus é
também estrutura estruturada: o princípio de divisão em classes lógicas que organiza
a percepção do mundo social é, por sua vez, o produto da incorporação da divisão
em classes sociais”.
19 A esse respeito cabe recorrer às já clássicas interpretações de Andrade, 1997, p.
266; Cirino dos Santos, 2000; e especialmente o já citado Baratta, 1999).
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Marco Alexandre de Souza Serra
20Segundo Baratta, somente neste plano o conceito de metarregras ´não ficaria li-
mitado às regras ou aos princípios metodológicos conscientemente aplicados pelo
intérprete (as agências oficiais, os juízes), mas se transforma no plano das leis e
dos mecanismos que agem objetivamente na mente do intérprete, e que devem ser
pressupostos para os fins de uma explicação sociológica da divergência entre a delin-
qüência reconhecida e a delinqüência latente” (Baratta, 1999, p. 105).
21 Cabe aludir, vez mais, às importantes pesquisas empíricas empreendidas —inclu-
sive lançando mão do arsenal conceitual bourdieusiano— por Jessé Souza (Souza,
2009; Souza, 2010).
22 “Os grupos sociais, e notadamente as classes sociais, existem de algum modo
duas vezes, e isso antes mesmo de qualquer intervenção do olhar científico: na ob-
jetividade de primeira ordem, aquela registrada pela distribuição das propriedades
materiais; e na objetividade de segunda ordem, aquela das classificações e das re-
presentações contrastantes que são produzidas pelos agentes na base de um conhe-
cimento prático das distribuições tal como se manifestam nos estilos de vida. Esses
dois modos de existência não são independentes, ainda que as representações te-
nham certa autonomia em relação às distribuições: a representação que os agentes
se fazem de sua posição no espaço social (assim como a representação - no sentido
teatral, como em Goffman - que realizam) é o produto de um sistema de esquemas
de percepção e apreciação (habitus) que é ele mesmo o produto incorporado de uma
condição definida por uma posição determinada quanto à distribuição de proprie-
dades materiais (objetividade 1) e capital simbólico (objetividade 2) e que levam em
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A specificidade da onda punitiva brasileira
conta não somente as representações (que obedecem às mesmas leis) que os outros
têm dessa mesma posição e cuja agregação define o capital simbólico (comumente
designado como prestígio, autoridade, etc.), mas também a posição nas distribuições
retraduzidas simbolicamente no estido de vida.” (Bourdieu, 2013).
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Marco Alexandre de Souza Serra
saio não deseja abdicar, que o dispositivo midiático opera para urdir e
consolidar esse consenso pré-reflexivo que constitui nosso senso comum
criminológico. Ele é a expressão da doxa da classe dominante, à qual mui-
tos aderem sem perceber. Para isso atua o poder simbólico, exercido sem
a percepção dos que a ele acabam submetidos. E o faz desde o próprio
campo burocrático, não obstante os meios de comunicação de massa se
concentrarem, especialmente no Brasil, nas mãos de alguns poucos par-
ticulares. Nilo Batista faz tempo divisara a conversão do campo midiáti-
co em agência executiva do sistema penal (Batista, 2003), com isso ace-
nando para o seu total engajamento na constituição da adesão subjetiva
à barbárie. O dilema se aprofunda. Tendo ele em vista é que Zaffaroni
elegeu o que vem designando de criminologia midiática como o principal
discurso a ser derrotado por um outro que, atuando com cautela, vise evi-
tar, com a urgência necessária, a produção de mortes em massa que o po-
der punitivo sempre se revelou desenvolto em realizar (Zaffaroni, 2011).
É sobre esse senso comum criminológico que se erige o programa
político criminalizante contemporâneo. Sob a égide de um verdadei-
ro populismo punitivo (Salas, 2005), é que se sucedem os eleitos e se
dinamizam os processos eleitorais despolitizados23. Em seu entorno
ainda gravitam a ojeriza à política e sua própria criminalização.
É por isso, enfim, que parece possível afirmar que o dispositivo
midiático efetivamente integra o campo burocrático, nele funciona-
do de forma análoga àquilo que Althusser concebeu como aparelhos
ideológicos do Estado (Althusser, 1985) —com o cuidado de não se
incorrer em algo como instrumentalização conspiratória. Mais ou di-
ferentemente de um quarto poder —inclusive porque assim poderia
assumir uma conotação positiva (integrando a esfera pública, p. ex.)
—, compreender o aparelho midiático como algo que colabora com o
campo burocrático para a consolidação da dominação, de forma algo
indistinguível com a operacionalidade do aparelho repressivo, aporta
o avanço que Wacquant entende necessário para se aproximar devida-
mente da natureza neoliberal do Estado.
Tivesse condições de avançar no desenvolvimento dessa pretensão,
talvez fosse possível concluir que o neoliberalismo não é corretamente
compreendido apenas desde um enfoque econômico. Tampouco é sufi-
ciente agregar que o neoliberalismo implicou o alheamento do Estado
frente aos deveres sociais que o Welfare State lhe havia cometido. Por
158
A specificidade da onda punitiva brasileira
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Marco Alexandre de Souza Serra
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A specificidade da onda punitiva brasileira
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SEGURIDAD NACIONAL Y EL DISCURSO
DE LOS DERECHOS HUMANOS COMO
IDEOLOGÍA OCULTADORA DE SU
VIOLACIÓN
AUGUSTO SÁNCHEZ SANDOVAL
162
José Ricardo Pachón Niño
regirse por normas de derecho, de manera que sólo podían hacer lo que
jurídicamente estaba previsto en función de su acuerdo con la volun-
tad popular. Así, el Estado y las personas debían regirse por reglas que
fueran construyéndose hasta conformar el llamado Estado de Derecho,
cuyas características deberían ser: i. El respeto de la soberanía popular
en la creación de las reglas y de las normas jurídicas, por las cuales
debían regirse quienes ejercían el poder del Estado y los particulares;
ii. La división y equilibrio de los poderes públicos para que pudieran con-
tenerse y controlarse unos con otros; iii. La responsabilidad de los servi-
dores públicos por la violación a las normas de derecho en el ejercicio
de sus funciones; iv. La protección jurídica efectiva de las personas y de
sus derechos, respecto a los abusos del poder, realizados por los servido-
res públicos directamente o a través de otros incitados por aquellos. Si
falta alguna de esas características, entonces no hay Estado de Derecho,
sino abuso del poder. con el tiempo y el capitalismo extractivo, se vio la
necesidad de incluir otro requisito, que entraña el reconocimiento de las
personas que habitan en los centros de producción de riqueza: v. La par-
ticipación de la población en las ganancias del proceso productivo y en los
beneficios de la explotación de los recursos naturales.
Aparecen entonces dos sujetos en la relación jurídica: el poder del
Estado ejercido a través de los servidores públicos, y las personas per-
tenecientes a la sociedad civil. Por lo tanto, los derechos humanos sólo
pueden ser violados por los servidores públicos en ejercicio de un poder
que extralimita a la norma jurídica acordada. Y es por ello por lo que
existe arbitrariedad y abuso. Además, como la soberanía popular en
ciertos países no es respetada, las normas jurídicas también pueden
constituirse como instrumento legitimador de la violencia de los pode-
rosos que controlan el Estado y que, por sí, o a través de los órganos
legislativos y de administración del derecho, crean y aplican legislacio-
nes espurias. De esta forma, habrá servidores públicos que, en ejercicio
de esas atribuciones jurídicas, se escuden en ellas para realizar graves
violaciones a los derechos humanos o para gozar de impunidad, por
normas jurídicas posteriores que los liberan de responsabilidad. No
obstante, los principios consagrados en otros instrumentos jurídicos
nacionales o de carácter internacional suscritos y ratificados, que son
vinculantes para esos Estados.
Por ello, el concepto de Derechos Humanos dentro de la adminis-
tración del derecho en nuestros países debe cumplir una doble fun-
ción: una función de carácter negativo, que debe expresarse al servir
de límite y de contención de la intervención del derecho en general, y
del derecho penal en particular; y una función positiva, concerniente
a la definición del objeto posible pero no necesario de su tutela, a tra-
163
Augusto Sánchez Sandoval
vés del Derecho Administrativo y/o del Derecho Penal. Para lograrlo
se hace imperativa una visión histórica y social de los Derechos Hu-
manos vinculados al concepto de necesidades reales relativas a cada
sociedad particularmente considerada:
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Augusto Sánchez Sandoval
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Augusto Sánchez Sandoval
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174
CONCEPTOS CONTINGENTES Y
NECESARIOS EN LA TEORÍA MARXISTA
BERNARDO BOLAÑOS GUERRA
INTRODUCCIÓN
Suponiendo que existe Crítica Jurídica sólo cuando hay crítica
estructural del capitalismo, entonces los conceptos marxistas
fundamentales forman parte de la Crítica Jurídica ¿Pero debemos
considerar entre estos solamente a los popularizados directamente
por Marx (alienación, clase social, ideología, capital, medios de
producción, fuerzas productivas, dictadura del proletariado, entre
otros) o también los que él no pudo haber propuesto pero que son
necesarios para dicha crítica estructural? ¿Todos los conceptos
fundamentales del marxismo son estructurales y necesarios o algunos
son contingentes?
La última de las preguntas es acerca de cómo se relacionan el
azar, la biografía y la teoría. Hoy es común reconocer la gran impor-
tancia que la contingencia y el azar tienen en la historia y las ciencias
sociales. Frente a la distinción típica en sociología entre acción y sis-
tema, el sociólogo mexicano Jorge Galindo (2008) propone una alterna-
tiva: la distinción directriz entre necesidad y contingencia. Según este
autor, la dicotomía acción/sistema se estaría convirtiendo ya en un
obstáculo epistemológico en el sentido de Bachelard, es decir, es una
distinción teórica que impediría el pensamiento y por lo tanto el pro-
greso científico. Por ejemplo, hacer la diferencia entre actos humanos
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Conceptos contingentes y necesarios en la teoría marxista
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Bernardo Bolaños Guerra
EUROCÉNTRICO Y DECIMONÓNICO
El concepto de clase social en Marx remonta a su lectura de las
reflexiones del historiador francés François Guizot acerca de los tipos
de gente que protagonizaron la revolución francesa (comerciantes e
industriales urbanos, por un lado, nobles latifundistas, por el otro).
Guizot veía con buenos ojos la derrota de la aristocracia terrateniente
por parte de la burguesía industrial, sin augurar el surgimiento y
triunfo de una tercera clase, el proletariado (Collins, 1996, p. 57).
Los detallados estudios de Engels sobre las luchas campesinas en
Alemania y sobre la clase obrera en Inglaterra también sirvieron a
Marx como modelos de la metodología de interpretación de la historia
como conflicto de tipos de personas (la clase social, para Marx, era un
tipo de gente y, en ese sentido, la teoría de las clases sociales es una
especie de la teoría de la subjetividad que se ocupa del surgimiento
de tipos de personas o sujetos). En estudios históricos como el del
golpe de Estado de 1848 en Francia (El 18 Brumario...), Marx describe
un gran número de tipos de sujetos (pequeñoburgueses progresistas,
financieros, industriales, proletarios, etcétera), pero en el Manifiesto
del Partido Comunista reduce dicha complejidad a la lucha de las dos
clases principales: burguesía contra proletariado.
Se dice que, para Marx, esos sujetos lo son por su relación con los
medios de producción (propietarios o no propietarios). Pero esta defi-
nición esquemática forma parte de interpretaciones ligadas más a sus
escritos económicos que a sus escritos históricos realmente enfocados
en las clases sociales. En cambio, de acuerdo con otro de los mayo-
res sociólogos de la historia, el alemán Max Weber, la lucha de clases
ocurre en un plano con tres ejes: clases sociales en sentido marxista,
grupos de estatus y grupos de poder o facciones.
Para Weber, la clase era el mismo dominio del que hablaron Marx
y Engels. Así pues, se podría decir que Weber incluyó la sociología
de éstos como un elemento de su sistema, pero al hacerlo modificó el
modelo. Para é1, el conflicto de clases es más complejo de lo que su-
pusieron Marx y Engels, quienes aludieron (por lo menos en sus textos
teóricos) al conflicto entre el capitalista y el trabajador, el dueño de los
medios de producción y el que aporta su trabajo. Weber refinó la idea
para añadir el conflicto de los capitalistas financieros (descritos por
Marx en la revolución de 1848 en Francia) con los que obtienen capi-
tal en préstamo, y la pugna entre los vendedores y los consumidores.
Norbert Wiley mencionó más recientemente este plan general para de-
mostrar que la política de los Estados Unidos ha estado llena de con-
flictos de clase. Aunque la batalla entre capitalistas y trabajadores ha
sido menos evidente, la pugna entre deudores y acreedores fue patente
178
Conceptos contingentes y necesarios en la teoría marxista
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Bernardo Bolaños Guerra
180
Conceptos contingentes y necesarios en la teoría marxista
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Bernardo Bolaños Guerra
ALIENACIÓN
La alienación o enajenación es el alejamiento que los seres humanos
tienen respecto de sí mismos y de su comunidad. Con el redescubrimiento
y publicación en el siglo XX de los Manuscritos económico-filosóficos
de 1844 de Marx, los marxistas se dividieron durante el siglo XX en
ortodoxos y humanistas. Los primeros reivindicaban el papel central
de El capital, como obra económica estructuralista, mientras que los
segundos defendían la importancia de la teoría de la enajenación
(o alienación) contenida en dichos manuscritos (Sánchez Vázquez,
1982). Este hecho muestra la importancia de una mera contingencia
(el redescubrimiento y publicación de los manuscritos en
determinada fecha) para definir las ideologías políticas. También
ilustra el carácter ecléctico de la obra marxista, interesada en 1844 en el
humanismo crítico que defiende la autonomía de la persona autónoma
y en 1865 en las leyes de la acumulación capitalista. Hay una posible
línea de continuidad entre los Manuscritos y el Capital, pero esa línea
es en buena medida contingente. Marx hubiera podido haber leído
primero a los economistas políticos y después a la filosofía kantiana
y el orden de los factores habría probablemente alterado el producto.
El deber de los marxistas contemporáneos es no caer en la tram-
pa que estableció la contingencia biográfica de Marx. Deben proceder
a una armonización desprejuiciada de los dos Marx.
CONCLUSIONES
Galindo (2008) defiende una tesis original e importante para la
sociología teórica: contra Marx y Bourdieu, o mejor, más allá
de Marx y de Bourdieu, Galindo sostiene que las contingentes
relaciones de proximidad explican a veces más que las abstractas y
deterministas relaciones de clase. Pensemos en las azarosas relaciones
generacionales (los amigos de generación en una preparatoria), en las
relaciones profesionales (entre colegas) o las vecinales. Galindo nos
182
Conceptos contingentes y necesarios en la teoría marxista
hace ver que el mundo social es mucho más aleatorio, más caprichoso
o contingente de lo que Marx o Bourdieu pensaban.
La contingencia se desprende, para Giddens, del concepto de
agencia. Para éste los fenómenos de la acción son capaces de apartar-
se de las tendencias estructurales dominantes. Para el sociólogo in-
glés, el atributo constitutivo más fundamental de la acción humana es
precisamente su capacidad de haber sido distinta. Como escribieron
los estudiantes del mayo francés, las estructuras no salen a la calle. La
historia la hacen las personas con sus acciones.
Los conceptos marxistas se entretejen entre sí para aclararse y vali-
darse. Como cuando Newton define fuerza como masa por aceleración
y, por lo tanto, masa como fuerza sobre aceleración. Clase social suele
ser definida en función de la propiedad de los medios de producción y
está determinada por cierta etapa tecnológica (la sociedad feudal por el
molino de mano, la sociedad capitalista por la máquina de vapor). A su
vez, los medios de producción son los que poseen los miembros de una
clase social y suelen ser las máquinas más avanzadas de una era. Redes
de conceptos donde no se puede eliminar uno sin afectar el conjunto.
El tejido conceptual, sin embargo, con todo lo brillante y coheren-
te que pueda ser, no coincide con la historia de los conceptos. Fuer-
za, masa y aceleración se engarzan matemáticamente en la ecuación
newtoniana, pero la historia de cada uno de ellos refiere a diferentes
trayectorias: la obra de Galileo, el el lenguaje ordinario, las distinciones
filosóficas, etcétera. Igual sucede con los conceptos de Marx. Tienen
una lógica que difiere de su historia pasada y futura. Como vimos, el
concepto de clase social remonta por lo menos a las reflexiones del his-
toriador francés François Guillot. Así como Marx y Engels modificaron
el concepto del francés, Weber modificó el de Marx.
¿Qué le sobra y que le falta a la teoría marxista desde la perspecti-
va de una lógica e historia de los conceptos? Hemos apuntado algunos
ejemplos de los cambios que se hacen necesarios. Para lograr una ac-
tualización teórica, vale la pena conocer la biografía de Marx. Azares en
el sistema marxista fueron que la crisis del hegelianismo de izquierda
coincidiera con los estudios universitarios de Marx o que éste y Engels se
encontraran en París en 1844. Quizá sea un azar relevante el que Marx
haya leído a Adam Smith y a David Ricardo traducidos al francés, entre
1843 y 1845, porque entonces aceptó de mejor gana el exilio en Londres,
a donde ya llevaba una poderosa línea de investigación para el resto de
su vida: la crítica británica de la economía política ¿Es completamente
ocioso preguntarse qué habría pasado si la suerte hubiera querido que
Schelling emprendiera su ofensiva contra los hegelianos de izquierda
unos años después de cuando lo hizo y que, para entonces, Marx ya con-
183
Bernardo Bolaños Guerra
tara con una plaza universitaria? ¿Es absurdo imaginar que, en vez de
tejer una alianza con Engels, que le señaló la importancia de la economía
política británica, Marx lo hubiera hecho con un positivista comtiano o
con un discípulo del evolucionista Lamarck? ¿O es tonto ejercitar la men-
te suponiendo que Marx hubiera encontrado siendo más joven a quien
llegaría a ser su amigo, John Stuart Mill, de tal modo que sus influencias
recíprocas hubiesen calado más hondo en ambas obras?
No. Estos juegos de imaginación contrafácticos nos ayudan a
pensar qué queda y qué debe cambiar del edificio teórico marxista.
El ejercicio habrá servido para encontrar aspectos estructurales, no
contingentes, en la biografía de Marx. Concluir, por ejemplo, que éste
jamás hubiera podido aliarse con un positivista comtiano o con un
utilitarista benthamiano también es importante.
Los conceptos marxistas clásicos no conforman una estructura
rígida que nos deba guiar en la interpretación del devenir político de
la sociedad. Fueron esfuerzos en su momento por filosofar para la
acción por parte de una persona (dos, pues Engels nunca fue una fi-
gura decorativa). Hoy es necesario actualizarlos. Para no caer en un
revisionismo reaccionario basta con aceptar como horizonte que nos
guíe: la búsqueda por la libertad individual, la igualdad social y la
emancipación de todos los seres humanos.
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184
¿PLATÓN EN EL MARXISMO?
APUNTES PARA UNA CRÍTICA DE LAS
CATEGORÍAS MARXISTAS DE ESENCIA
Y APARIENCIA COMO INDICADORES
EPISTEMOLÓGICOS
RICARDO MIRANDA
I
La hipótesis de la que partiré en este texto es la siguiente: varios textos
de Crítica Jurídica Latinoamericana contemporáneos persisten en
entender las categorías de esencia y apariencia, en mayor o menor
medida, en el sentido de la epistemología clásica, lo que termina por
reproducir una postura más bien idealista, la cual, desde luego, no
puede ser suscrita por la Crítica Jurídica. Esto quedará claro, espero,
en el tercer apartado a partir de la revisión del uso de estas categorías en
tres autores de la Crítica Jurídica mexicana. He de mencionar desde
ahora que no se trata de una revisión exhaustiva de los trabajos de dichos
autores sino, como ya mencioné, de una hipótesis de trabajo. En este
sentido, no creo en absoluto, por un lado, que la crítica que realizo
a estos autores se extienda a otros de sus trabajos, análisis o pasajes
186
¿Platón en el marxismo?
sino solamente a los que aquí comento; por el otro, tampoco debe
entenderse que todos los trabajos reunidos bajo el nombre de Crítica
Jurídica tendrían el problema que atribuyo a los autores aquí citados,
eso requeriría de un trabajo mucho más amplio y minucioso.
En el segundo apartado presento lo que entenderé por epistemo-
logía clásica para estar en mejores condiciones de mostrar por qué
sostengo que algunos autores de la Crítica Jurídica siguen pensan-
do dentro del horizonte de la misma. El cuarto apartado (IV), por
otra parte, se intenta mostrar de manera sucinta cuál es el principal
problema con el entendimiento exclusivamente epistemológico de las
nociones de esencia y apariencia. El último apartado (V), antes que
presentar conclusiones acabadas, da unas líneas intuitivas de respues-
ta al problema aquí planteado.
Así pues, el objetivo del presente trabajo es uno bastante modesto,
pero, de vital importancia: insistir en que el debate en torno a dichas
categorías está lejos de haber llegado a una respuesta satisfactoria
desde el punto de vista de una postura propiamente materialista.
II
En unas cuantas palabras podemos decir que la epistemología clásica
se ocupa de la justificación de la creencia verdadera1. Es decir, se
trata de una definición tripartita del conocimiento: creencia, verdad
y justificación. Así, se acepta que el problema del conocimiento no
estriba en saber qué es una creencia (se parte del punto de que todos
tenemos creencias, ideas, pensamientos) sino en saber si esa creencia es
o no verdadera, y en saber si esa creencia, además de ser verdadera,
está justificada —i. e. puede ser explicada.
La epistemología moderna cree que la concepción de conocimien-
to puesta en escena por la epistemología clásica puede ser suscrita en
lo fundamental2, corrigiendo algún error salvable en el que haya caí-
do3, pero con la certeza firme de encontrar la esencia del conocimiento,
187
Ricardo Miranda
esencia que sería, desde luego, objetiva y universal, esto es, aprueba de
todos los vaivenes subjetivos, históricos y contingentes.
El problema con este entendimiento de la labor epistemológica es
que implica, necesariamente, una teoría/búsqueda de la verdad como
suturación de la realidad que garantizaría un ejercicio particular, con-
tingente, del poder.
La teoría de la verdad dominante aún hoy en día en el discurso
científico es la teoría de la verdad por correspondencia. La cual, dicho
someramente, es aquella en donde la verdad es tenida como una ade-
cuación entre un enunciado y un hecho, entre lo que pensamos y la
realidad. Es Aristóteles quien ofrece una de las primeras formulaciones
acabadas de esta noción de verdad: “Decir de lo que no es que es, o de
lo que es que no es, es falso; y decir de lo que es que es, y de lo que no es
que no es, es verdadero; de suerte que el que dice que algo es o que no
es, dirá verdad o mentira” (Aristóteles, 1994, p. IV, 7)4. Esta concepción,
como ha sido ya mostrado por varios autores tiene serios problemas, y,
llevada hasta sus últimas consecuencias, termina por desembocar en
un positivismo cientificista —que dicho sea de paso, no era la postura
aristotélica— de poca utilidad para los propósitos de la crítica jurídica.5
No desconozco que, en realidad, en el discurso filosófico contem-
poráneo —ya no en la ciencia— dicha teoría de la verdad ha ido per-
diendo, cada vez más, adeptos o defensores. Han surgido otras teorías
de la verdad tales como: teoría pragmática de la verdad, teoría de la
coherencia, teoría semántica de la verdad y teoría de la verdad como
redundancia. Sin embargo, todas ellas, todas esas búsquedas, siguen
partiendo del mismo presupuesto: obtención de la verdad por reduc-
ción al absurdo del escepticismo.
Según la epistemología moderna, el conocimiento —i. e., la
creencia verdadera justificada— está garantizado por la imposibilidad
de su contrario: el escepticismo. Para mostrar esta imposibilidad
se dice que la proposición escéptica radical, ‘el conocimiento objetivo
(la creencia verdadera justificada) es imposible’, se encuentra insal-
vablemente en contradicción consigo misma ya, si quiere tener algún
esa cuarta condición que garantizaría finalmente que la proposición “S sabe que P”
es el caso siempre que se den esas condiciones enunciadas por la epistemología. Cfr.
Gettier (2013, p. 186-188).
4 En otras palabras, se trata de la identidad del “objeto pensado en el concepto-predicado
con un elemento del objeto pensado en el concepto sujeto”, véase Kropp (1961, p. 16).
5 Quizá es Heidegger el principal crítico -aunque antes que él estaría Marx, desde
luego, no obstante, sin una crítica tan acabada como la del primero- de dicha teoría
de la verdad. Cfr. Heidegger (2007).
188
¿Platón en el marxismo?
189
Ricardo Miranda
III
Las categorías de esencia y apariencia en la Crítica Jurídica siguen
siendo utilizadas como indicadores epistemológicos en el sentido
anteriormente expuesto. Es decir, se presupone una voluntad de
verdad como inherente al acto de conocimiento cuando se habla de
“develar la esencia tras la apariencia de los fenómenos” —que es como
generalmente se utilizan dichas categorías—, lo que implica, en última
instancia, que este discurso crítico caiga también en el problema de la
epistemología clásica y moderna: el idealismo del sujeto trascendental.
Comenzaré la argumentación correspondiente para defender la
tesis anterior, utilizando para ello, algunos pasajes de autores de la
Crítica Jurídica donde implícita o explícitamente muestran que sus
análisis dependen, en mayor o menor medida, de: 1) una separación
radical entre esencia y apariencia; y 2) la esencia al ser más verdadera
nos sirve para el establecimiento de afirmaciones científicas u objeti-
vas que legitiman a la Crítica Jurídica.
Así, en una tesis de maestría reciente, donde “[l]a metodología
utilizada fue el materialismo histórico y la interdisciplina” (Romero,
2016: 8), podemos leer lo siguiente:
190
¿Platón en el marxismo?
Por ejemplo, también Hesíodo dice que «hay cien piezas en un carro»,
cuando habla de éste. Yo no sería capaz de enumerarlas, y tú, creo
yo, tampoco. Pera si alguien nos preguntara qué es un carro, tendría-
mos que contentarnos si pudiéramos enumerar las ruedas, el eje, el
cuerpo, los aros y el yugo […] Ahora bien, este hombre podría consi-
derarnos gente ridícula, de la misma manera que si nos preguntaran
por tu nombre y respondiéramos silaba a sílaba. Y, efectivamente, lo
seríamos. si por opinar rectamente y decir lo que decimos, llegáramos
a creer que éramos ya gramáticos y que poseíamos y decíamos la ex-
plicación gramatical del nombre de Teeteto (Platón 1988a, p. 207a-b).
Ese “contenido más rico que no es posible captar por los sentidos”,
como asevera Romero, sería lo que permite la explicación de lo que es
un carro o “la explicación gramatical del nombre de Teeteto”, en los
ejemplos de Sócrates, se trata, pues, de una realidad que no es apreciable
de modo empírico. En el mismo sentido Romero prosigue: “[e]s necesa-
rio, que el sujeto se dé cuenta de que su percepción con los sentidos es
sólo el primer desglose de la realidad, que existe algo más que las sim-
ples formas, ya que detrás de esas formas existen esencias mucho más
profundas que explican el mundo (Romero, 2016, p. 27; énfasis propio).
En otro diálogo platónico, que me parece íntimamente relacio-
nado con el tema, podemos leer el reproche que le hace Sócrates a
Menón por fragmentar la realidad y explicar la virtud atendiendo úni-
camente a sus sentidos —reproche que me parece suscribiría Romero,
de acuerdo a su pasaje recientemente citado— y, por ello, no poder
explicar la virtud en tanto que virtud, es decir, por su esencia:
191
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¿Platón en el marxismo?
IV
El problema principal de nuestros autores es que no existe una
problematización del acto de conocimiento que ellos mismos llevan
a cabo con sus análisis. Parten de la presuposición de que ese
desenmascaramiento de la apariencia para lograr aprehender la esencia
es un acto que no implica mayores problemas. Sin embargo, esto está lejos
de ser el caso.
Desde la perspectiva de Zizek, toda idea de un objeto positivo, antes
de la percepción, es idealista porque remite al perspectivismo absolu-
to de un sujeto hipotético para quien el objeto es objeto (Zizek, 2016:
caps. 5 y 6)7. En el horizonte de los autores citados ese objeto positivo
antes de la percepción —i. e., antes del desenmascaramiento— sería la
esencia. Esta postura remite al perspectivismo absoluto del que habla
Zizek porque creen que esa esencia, si bien es entendida “no como
7 Ese sujeto hipotético sería el sujeto trascendental kantiano, un sujeto no apto para
los propósitos de la crítica jurídica pues se trata de un sujeto abstracto universal.
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¿Platón en el marxismo?
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¿Platón en el marxismo?
V
Quizás podríamos conceptualizar que la verdad y el deseo siempre
están en una relación compleja, la verdad subyuga al deseo, la verdad,
es, o se plantea como el límite del deseo. Esto significaría que el deseo
15 Lo anterior lo intuye Romero cuando asevera “Pero entonces, ¿todas las demás
filosofías están erradas y sólo el materialismo histórico es el único correcto? No se
pretender afirmar lo anterior. Lo que sí se pretende afirmar es que la decisión de una
u otra forma de concebir al mundo es una decisión política, una directriz de vida
que nos compromete con una u otra posición frente al mundo, que nos llevará a un
debate con otras propuestas y que se debe hacer de la manera más seria posible [
]”
(Romero, 2016, p. 30), sin embargo, me parece que tal intuición no la lleva hasta sus
últimas consecuencias como lo estamos intentando aquí. D´Auria, por otra parte, pa-
rece igualmente estar frente a este problema, no obstante, termina por no abordarlo
de manera radical: “¿es posible una Crítica que no corra el riesgo de plasmarse ul-
teriormente en ideología? Como no es posible renunciar a toda pretensión de validez
intersubjetiva en tanto se haga uso del lenguaje, esa pregunta puede reformularse de
este modo: ¿qué clase de universal supone ya-siempre una Crítica que pueda cuestio-
nar recurrentemente la contingencia de lo fáctico-positivo sin traicionarse eventual-
mente a sí misma tornándose «ideología» de un orden fáctico-positivo alternativo?
La respuesta resulta obvia: un universal nunca afirmativo que no tenga el carácter
de una preferencia ético-política; en otras palabras: un universal negativo, postulado
como supuesto epistemológico” (D´Auria, 2016, p. 121; énfasis original). El proble-
ma más evidente con esta postura de D´Auria es que, como he intentado mostrar,
es sumamente problemática la idea de un universal negativo que se plantee sólo en
términos epistemológicos, es decir, que no sea principalmente político o normativo,
es decir, la guía directa de una práctica ético-política. Ahora bien, la noción de un
universal negativo es justamente propia de la crítica actual (e. g., las nociones de
“democracia radical” en Negri o Laclau, de “comunismo” en Zizek, de “máquina de
guerra” en Deleuze, etc.), por lo tanto, el universal negativo de D´Auria está fechado
siendo, además, el síntoma desde donde el poder ha devenido casi invencible. Es
decir, su tiempo es el tiempo del capitalismo global, donde el poder tiene formas casi
infinitas de apropiarse de toda crítica, de toda heterogeneidad, hasta de su propia
ruina. En este sentido, es posible imaginar un horizonte más allá del capitalismo glo-
bal donde dicho universal ya no sea estrictamente necesario donde la lucha política
ya no sea la lucha entre dos infinitos: entre la capacidad de recuperación infinita del
capitalismo y la crítica radical de un universal negativo.
197
Ricardo Miranda
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¿Platón en el marxismo?
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EL DERECHO A LA AUTODETERMINACIÓN
DELOSPUEBLOSY EL ORDEN GLOBAL DE
THOMAS CHRISTIANO
FRANCISCO MARTÍNEZ CRUZ
INTRODUCCIÓN
La configuración política del mundo actual parece seguir dos
tendencias que, desde cierta perspectiva, pueden ser contradictorias.
Por un lado, vivimos en un tiempo en el cual pueblos de distintas
latitudes exigen, cada vez con más fuerza, el reconocimiento y
ejercicio de su derecho a la autodeterminación, con lo cual nos
enfrentamos a un mundo más complejo y fragmentado políticamente.
Y por el otro, las circunstancias de nuestro tiempo urgen tomar
medidas frente a problemas que debemos resolver como humanidad,
y que en los hechos están configurando un orden político global. En
términos simples, la contradicción se daría pues mientras el derecho
a la autodeterminación conduce hacia una heterogeneidad, el orden
global lo hace hacia una homogeneidad política.
Lo anterior no significa que siempre que se conciba el derecho a la
autodeterminación y la existencia de un orden global de manera conjun-
ta, habrá necesariamente una contradicción entre ambos. Más bien, lo
que quiero decir es que en una concepción muy particular de estos dos
elementos como la actualmente imperante, se da una contradicción. Me
explico. En el plano del derecho internacional, el derecho a la autode-
terminación de los pueblos inicialmente fue concebido como la facultad
202
El derecho a la autodeterminación de los pueblos y el orden global de Thomas Christiano
203
Francisco Martínez Cruz
204
El derecho a la autodeterminación de los pueblos y el orden global de Thomas Christiano
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Francisco Martínez Cruz
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El derecho a la autodeterminación de los pueblos y el orden global de Thomas Christiano
que por múltiples circunstancias quedaron inmersos dentro de los límites geográ-
ficos de los estados creados. Por ejemplo, al concluir las guerras de independencia
en Latinoamérica durante el siglo XIX, el principal propósito de las políticas guber-
namentales fue forjar una identidad nacional. Entonces, a imitación de los estados
nacionales europeos, se trató de imponer una lengua como condición de la unidad
nacional. El efecto fue la asimilación de numerosos pueblos indígenas, la pérdida de
su identidad, así como la marginación, discriminación y deslegitimación de quienes
se negaron voluntariamente a quedar asimilados dentro del pueblo mayoritario o
que no habían contado con la oportunidad de aprender la lengua nacional. Sobra
decir que estos problemas persisten pues aun cuando en estados como el mexicano
se ha reconocido expresamente su carácter plurinacional, poco se ha hecho para
garantizar la supervivencia de las lenguas de las naciones que viven en el territorio.
Sobre el mito que vincula el monolingüismo a la unidad nacional y las dificultades
que ha supuesto garantizar los derechos lingüísticos a los pueblos de México, remito
al estudio de Pellicer (1997).
5 El tema propició un interesante y muy rico debate entre los marxistas de la época,
particularmente entre Rosa Luxemburgo y Vladimir Lenin. Al respecto, remito a los
artículos escritos por Luxemburgo y publicados bajo el título “El problema de la
nacionalidad y la autonomía” en el periódico polaco Przeglad Sozialdemokratyczny
de 1908 y 1909, cuya versión en inglés se puede consultar en la siguiente liga: https://
www.marxists.org/archive/luxemburg/1909/national-question/index.htm. En cuanto
a Lenin, remito a su artículo “El derecho de las naciones a la autodeterminación”,
publicado en los números 4, 5 y 6 de la revista Prosveschenie en 1914, disponible
en castellano en https://www.marxists.org/espanol/lenin/obras/1910s/derech.htm; así
como el texto “La revolución socialista y el derecho de las naciones a la autodetermi-
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Francisco Martínez Cruz
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10 Para un análisis de las teorías que tratan de explicar cuándo un pueblo es titular
de la autodeterminación externa, pero aplicado a Cataluña: (Requejo y Sanjaume,
2015).
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11 Alain Badiou explica los diferentes sentidos con los que la gente emplea la palabra
“pueblo” y las dificultades que cada una implica. De acuerdo con él, hay dos sentidos
negativos de dicha palabra. El primero se relaciona con la identidad racial o nacio-
nal, cuya creación ficticia origina violentamente un estado. El segundo subordina el
reconocimiento de un pueblo a un estado que previamente se asume como legítimo
(Badiou, 2016).
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Francisco Martínez Cruz
12 En mayo de 2016, se publicó un estudio que dio a conocer los efectos del aumento
global del nivel del mar en las Islas Salomón. A partir de una comparación de imá-
genes aéreas y satelitales de un periodo comprendido entre 1947 y 2014, los inves-
tigadores constataron el hundimiento de cinco islas y la reducción dramática de la
superficie de otras seis. En este último caso, la población de dos de estas islas ha sido
reubicada y si bien muchas familias han trasladado su residencia a zonas más altas,
las más pobres sólo han podido reconstruir sus hogares en las zonas más vulnerables
(Simon et al., 2016).
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14 Estos dos requisitos constituyen una base de legitimidad. Sin embargo, Christiano
argumenta que esto nos lleva a un impasse puesto que con el propósito de conseguir
esa legitimidad, se requeriría deliberación democrática y una toma de decisiones sin
que existan instituciones democráticas globales que sean capaces de garantizar ese
proceso (Christiano, 2012: 79-92).
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CONCLUSIONES
217
Francisco Martínez Cruz
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El derecho a la autodeterminación de los pueblos y el orden global de Thomas Christiano
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Francisco Martínez Cruz
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El derecho a la autodeterminación de los pueblos y el orden global de Thomas Christiano
221
PERSPECTIVA DE UNA VISIÓN LIBERADORA
DE LA SOCIOLOGÍA
JURÍDICA
DESDE LOS APORTES
DEL PENSAMIENTO PEDAGÓGICO
DE CAMILO TORRES RESTREPO
CARLOS PEREA SANDOVAL Y TANIA MENESES CABRERA
INTRODUCCIÓN
Es necesario empezar por precisar algunos aspectos de la Teoría
de Cierre Categorial aplicada a las Ciencias Sociales, con el fin de
comprender el enfoque usado para identificar los determinantes
ideológicos presentes en los discursos y prácticas de Camilo Torres,
a través de lo que para esta metodología implica ubicar el campo de
versores, entendido como un sistema de enunciados.
La estructura lógica, trasladada del campo de la geometría al
campo las ciencias sociales, actúa de manera tal que: “una clase pue-
de estar formada por el conjunto de los valores (dos en lógica biva-
lente; más de dos en lógica polivalente), y una clase p, por el conjun-
to de las variables (variables proposicionales, predicativas, etc.) que,
a su vez, constituyen configuraciones de otras clases, como puede
ser la clase de las funciones (funciones de un argumento, de dos,
de tres, etc.), de suerte que las variables proposicionales vendrían
ahora determinadas por las funciones de cero argumentos” (Velarde,
1992, p.108). Asimismo se utiliza para el análisis los funtores de re-
sistencia, entendiendo por funtor un operador que relaciona, en este
caso, las categorías pedagógicas y jurídicas en discursos y prácticas
comunitarias.
A partir de estas comprensiones, podemos dar continuidad al análi-
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Perspectiva de una visión liberadora de la sociología jurídica
Indignados que sólo piden una ley social decente, alternativa a ese
Estado y Derecho de la derecha, podrido y corrupto. Nos están
demostrando que si existen y además nacen otros nuevos derechos al-
ternativos y justo en el límite invisible que separa lo ilegal para los
explotadores, pero legal y en legítima defensa para los obreros cami-
nantes indignados y les bastó saber a estos redentores que para que esa
ley opresora deje de existir, sólo es menester que unidos politicemos el
conflicto social única forma de procrear un nuevo y verdadero derecho
social” (Morales, 1991, p. 41).
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Perspectiva de una visión liberadora de la sociología jurídica
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CONCLUSIONES
Las especificidades de la dimensión educadora y su articulación con
la práctica jurídica alternativa, evidentes en el análisis categorial,
permitió rescatar los siguientes elementos:
Camilo Torres Restrepo desarrolló una propuesta de educación
popular centrada en el papel protagónico de los pobres como ge-
neradores de conocimiento innovador y trasformador. La propuesta
educativa, rompe con los modelos conductistas e instruccioncitas
imperantes en ese momento.
Para Camilo, el centro de la educación era el sujeto marginado y
sus condiciones sociales y el conocimiento que se generaba debía ser
un conocimiento para la libertad. El espacio educativo debía ser un
espacio social en la cual actuara una inteligencia colectiva propicia-
dora de la riqueza social como bien común. Invitaba en su accionar a
comprender el entorno desde la integralidad, para vivir en él, apren-
diendo del azar y propiciar su transformación.
En el campo de la sociojurídica, Camilo Torres fue un militante
consecuente con una jurisprudencia de la insurgencia que acompaña
sus llamados realizados en los mensajes y proclamas. Quizás es en Ca-
milo Torres donde es posible identificar, por primera vez en América
Latina, un discurso y una práctica de confrontación con el Derecho y
las formar jurídicas hegemónicas, en el sentido que propone (De La
Torre, 2006).
Los pobres constituyen los principales sujetos históricos que legiti-
man el nuevo paradigma de juridicidad, o sea, los movimientos sociales
en cuanto portadores de ‘valores’ que fundamentan modalidades liber-
tarias de vida cotidiana.”
La formación universitaria en Ciencias Sociales y en particular
236
Perspectiva de una visión liberadora de la sociología jurídica
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Carlos Perea Sandoval y Tania Meneses Cabrera
238
Perspectiva de una visión liberadora de la sociología jurídica
239
DECONSTRUCCIÓN DE LA EDUCACIÓN
EN LAS FACULTADES DE DERECHO EN
LATINOAMÉRICA
DESDE LOS SABERES Y CONOCIMIENTOS
POPULARES
JOSÉ RICARDO PACHÓN NIÑO
INTRODUCCIÓN
El presente trabajo académico, tiene como derrotero evidenciar la
necesidad de construir escenarios y contextos que permitan una
deconstrucción en términos críticos del concepto de educación (Derrida,
2002, p. 13)1, así como de las prácticas educativas, desde los aportes
de las pedagogías críticas (Mejía, 2013) Teniendo en cuenta que, como
se ha entendido y practicado en la institucionalidad de las facultades
de derecho, no solo en Colombia sino en Latinoamérica (Pérez Rocha,
2011), el derecho fundamental a la educación (Crighton, 2006) ha sido
cercenado, pero también trasmutado, por lo tanto, no permite que
responda a las necesidades concretas de los sectores populares, siendo
pertinente subvertir las lógicas y prácticas académicas institucionales
de la educación especialmente en las facultades de derecho, desde las
perspectivas de la educación popular y pedagogías críticas.
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Preciso destacar los esfuerzos […], por difundir sus ideas sobre una ense-
ñanza igualitaria para todas las razas y clases sociales, que fueron expuestas
al cabildo de Caracas en 1794. Los maestros se debían preocupar —decía—
por una enseñanza objetiva, con igualdad para todos (Múnera et al, 2013).
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6 Construido desde los aportes epistemológicos que hacen los autores de la educa-
ción popular.
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CONCLUSIÓN
Se puede decir que las prácticas educativas institucionales en las
universidades, históricamente han estado determinadas por las lógicas
que imponen los detentadores del poder, bien sea, político, jurídico,
social o cultural. Donde se ha desconocido e invisibilizado a los sujetos
que hacen parte de los sectores populares, desconociendo las realidades
y necesidades concretas de las personas. Desafortunadamente, se ha
heredado las prácticas que imposibilitan que las personas construyan
un pensamiento críticos frente a las dinámicas propias de las
cosmovisiones culturales y sociales de sus comunidades.
Por lo anterior, se puede referir que es pertinente construir es-
cenarios en la academia universitaria que posibiliten la deconstruc-
257
José Ricardo Pachón Niño
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Deconstrucción de la educación en las facultades de derecho en Latinoamérica
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PEDAGOGÍAS CRÍTICAS DESDE EL SUR Y
ANTROPOLOGÍA SIMBÓLICA: RESISTIENDO
A LA VIOLENCIA SIMBÓLICA
UNA MIRADA A LA PEDAGOGÍA HEGEMÓNICA
DE LA EDUCACIÓN EN BOGOTÁ, COLOMBIA
KENDY DAYANA GONZÁLEZ VALENCIA
INTRODUCCIÓN
El presente escrito tiene como propósito poner en tensión las formas en
las que se ejercen prácticas pedagogías hegemónicas, teniendo como
punto de mayor relevancia la violencia simbólica que se suscita en las
mismas y son reproducidas al interior de las instituciones educativas,
a partir del quehacer académico, particularmente en las facultades
de derecho en Latinoamérica, teniendo como referente el contexto de
Bogotá en Colombia. Se parte de los elementos de análisis propuestos
por la pedagogía crítica, especialmente por Peter McLaren, Henry
Giroux y Marco Raúl Mejía, el abordaje empírico se realiza con base
en metodología descriptiva cualitativa (Bonilla Castro y Rodríguez
Sehk , 1997). Se estudian los fenómenos socio educativos que se dan al
interior de las universidades, específicamente, las formas de enseñar.
Adicionalmente, se hace un acercamiento que permite enunciar
diversas formas en las que se desarrollan las prácticas de enseñanza
y aprendizaje —normalizadas en las instituciones— que limitan la
generación de conocimiento con estrategias como la memorización
excesiva, la falta de interiorización de temáticas y la urgencia del
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SUGERENCIAS Y CONCLUSIONES
Se puedo establecer que la educación es un derecho fundamental
(Articulo 67 CP) y no se debe permitir que se mercantilice marginando
y limitando aún más el acceso a la misma, por ello es fundamental
generar escenarios de reivindicación que garantice la autonomía y
la libertad de cátedra en nuestras universidades públicas, sentando
un precedente a nivel nacional e internacional, el cual pueda ser
replicado; partiendo de que “hay que escuchar todas la propuestas,
porque la universidad es eso, universal y contiene un universo de
pensamientos (Subcomandante marcos, 2000, p. 231). En este
sentido se hace indispensable establecer conductas coherentes con la
transformación social que se quiere alcanzar, pues es la única forma
de generar verdaderos cambios. Por ello, la pertinencia de entender,
interiorizar y replicar conceptos colectivos de inclusión enfocados en
la trascendencia de la educación para establecer un futuro mejor.
Para ello, se hace necesario la utilización de las pedagogías crí-
ticas como insumo que se contraponga a las formas actuales de he-
269
Kendy Dayana González Valencia
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DERECHOS HUMANOS Y
GUBERNAMENTALIDAD
INTRODUCCIÓN
Es indiscutible la importancia de los derechos humanos (DDHH) en
la configuración de la relación entre el individuo y el Estado, y como
referentes de organizaciones que han jugado un papel fundamental en
procesos de democratización. Sin embargo, dichos derechos no están
logrando salvaguardar la dignidad humana mediante el “desarrollo
integral” de las personas (a saber ¿qué se entiende por eso?, ¿quién
lo establece?, ¿bajo qué parámetros? y hasta ¿cómo se mide?) como
se señala, por ejemplo, en la definición de la Comisión Nacional de
Derechos Humanos en México, la cual establece que:
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te la idea de que los derechos humanos son una evolución más del De-
recho que surgió principalmente cuando la humanidad entera se tor-
nó sujeto de derecho y ya no solamente el ciudadano; además surgió
al darse un movimiento evolutivo paradójico en el que la soberanía
interna se limitó, esto al surgir el Estado de derecho y posteriormente
su perfeccionamiento en Estado constitucional de derecho, pero a la
par la soberanía se absolutizó en el ámbito del derecho internacional.
De lo anterior se derivan dos consecuencias: la primera es la
negación del propio derecho internacional y la segunda es el espíritu
de potencia, así como la vocación expansionista y destructiva que
emerge de esa absolutización externa de la soberanía estatal. La su-
peración de estas negativas consecuencias vendrá con la creación de
la Carta de la ONU, la Declaración Universal de Derechos Humanos
y más tarde los Pactos, pues esos documentos transforman el orden
jurídico mundial, ya que la soberanía externa se subordina a dos
normas fundamentales: el imperativo de paz y la tutela de los dere-
chos humanos. Es entonces que el concepto de soberanía externa
trastabilla y se puede hablar de una doctrina monista siguiendo a
Hans Kelsen, en donde derecho internacional y derechos estatales
conforman un ordenamiento único: “(…) un auténtico pacto social
internacional –histórico y no metafórico, acto constituyente efecti-
vo y no mera hipótesis teórica o filosófica– por medio del cual el
derecho internacional se transforma estructuralmente, dejando de
ser un sistema pacticio, basado en tratados bilaterales interpares, y
convirtiéndose en un auténtico ordenamiento jurídico supraestatal”
(Ferrajoli, 2010: 145).
El recorrido anterior permite sostener que en el centro de los de-
bates teóricos de los juristas estuvo siempre el interés por cómo limitar
el poder estatal, sin embargo aunque los DDHH son el esfuerzo más
acabado desde una perspectiva jurídica, su efectividad resulta cuestio-
nable. Vemos también que el derecho moderno no tiene nada de na-
tural, que se va configurando a través de diversas relaciones de poder,
con arreglo a las necesidades de cada tipo de Estado que ha ido confor-
mándose, pero que se presenta también, de forma más general, como lo
quieren y lo construyen los hombres, sus reivindicaciones y sus luchas.
Sin duda encontramos que existen condiciones favorables para
construir un sistema de derechos humanos fuerte, como un mundo
bastante globalizado, la constitución del Tribunal Penal Internacional
dotado de competencia mundial, el que la humanidad entera se tor-
nara sujeto de derecho, límites muy establecidos tanto internos como
externos a la potestad de los Estados, que al erosionarse su soberanía,
están dando lugar a la creación de nuevas instituciones tanto políticas
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conjunto de técnicas, está más apegado al concepto de policy que existe en inglés y
que se traduciría como políticas públicas al español.
3 Recordemos que Foucault es francés, por lo que está pensando fundamentalmente
esa región.
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LA GUBERNAMENTALIDAD LIBERAL
De acuerdo con Botticelli (2015), para Foucault si bien la razón de
Estado supuso una serie de profundas transformaciones, aún así, la
felicidad de los individuos seguía supeditada a la actuación estatal,
por lo que los beneficios o perjuicios que las personas experimentaban
seguían sin depender de ellos mismos. Fue la tensión que apareció
entre gobernar sobre todos, pero también sobre cada uno, lo que generó
una fisura que originó un cambio en las tecnologías de gobierno. La
felicidad general sólo podía ser alcanzada a partir de una ruptura de las
constricciones del Estado que convirtiera a los sujetos en responsables
de su propio bienestar; como vemos aparece así la impronta liberal.
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Derechos humanos y gubernamentalidad
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LA GUBERNAMENTALIDAD NEOLIBERAL
Hacia finales del siglo XIX se consolida el Estado benefactor, que
buscaba contener la expansión del pauperismo, el aumento de
la población urbana, la proletarización de la burguesía y demás
circunstancias producto de la industrialización, lo que generó
modificaciones en las técnicas liberales de gobierno que eran opuestas
a los planteamientos del liberalismo clásico. En contra de esta
gran transformación es que aparece el neoliberalismo, formulado
inicialmente en Alemania al final de la Segunda Guerra Mundial, pero
reformulado por Norteamérica en la actualidad.
Foucault analizará en su seminario de “Nacimiento de la Biopo-
lítica” el neoliberalismo en sus dos versiones: el ordoliberalismo ale-
mán y el norteamericano de la Escuela de Chicago; en ambos casos el
liberalismo se presenta como una crítica de la irracionalidad caracte-
rística del exceso de gobierno, que se caracterizaba por que el Estado
tomó bajo su tutela todo: el empleo, la vivienda, la salud, la educación,
los beneficios a sindicatos y cooperativas entre muchas otras cosas
que, a los ojos de los neoliberales, sólo generaba una cultura de mu-
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En el análisis que hacen del capital humano, como recordarán, los neo-
liberales tratarán de explicar, por ejemplo, que la relación madre-hijo,
caracterizada concretamente por el tiempo que la primera pasa con
el segundo, la calidad de los cuidados que le brinda, el afecto que le
prodiga, la vigilancia con la que sigue su desarrollo, su educación (…)
representa para ellos, los neoliberales, una inversión mesurable en el
tiempo. ¿Y qué va a constituir esa inversión? Un capital humano, el
capital humano del niño, que producirá una renta. ¿Y qué será esa ren-
ta? El salario del niño cuando se haya convertido en adulto. (Foucault,
2007, p. 280).
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REFLEXIONES FINALES
Este trabajo ha pretendido demostrar, desde una perspectiva jurídica,
que los derechos humanos no han surgido para salvaguardar la dignidad
humana, ni garantizar el desarrollo integral del individuo como se
nos quiere hacer creer por parte de la comunidad internacional, sino
que han surgido como una evolución más del Derecho, en donde lo
importante ha sido siempre el Estado y no las personas, pues no se
puede perder de vista que cuando hablamos de sistemas jurídicos, el
único sujeto posible es el Estado, ya que es quien puede hacer las
leyes.
Así mismo, desde un perspectiva política muy influenciada por
la teoría del filósofo francés Michel Foucault, se ha pretendido de-
mostrar que los derechos humanos son un dispositivo funcional a la
gubernamentalidad estatal que se ha venido desarrollando primero
con la razón de Estado, en donde aparece la idea de población, así como
los dispositivos de seguridad con los cuales se comienza a delinear lo
que serán los DDHH. Luego con el liberalismo, en donde aparece
la necesidad de constreñir al Estado mediante dos alternativas: el ra-
dicalismo jurídico francés que defiende los derechos fundamentales
y el utilitarismo inglés que defiende la economía, por lo cual surge
una tensión que termina por inclinar la balanza hacia el utilitarismo
inglés. Finalmente surge la gubernamentalidad neoliberal en donde
aparece la idea del capital humano que termina por consolidar la im-
portancia central de la economía por sobre la dignidad humana.
El dispositivo de DDHH en un nivel estatal es entonces funcional
para la preservación del capital humano de cada Estado, es decir, para
la gestión de la población, para ocultar políticas de Estado como las
de miedo y para administrar el sufrimiento humano a través de toda
una compleja red de instituciones, discursos, procedimientos y tácti-
cas; del mismo modo, es cierto que los Estados se autolimitan, pero no
para salvaguardar las vidas humanas de las arbitrariedades, como suelen
decir muchas veces en un afán por conseguir legitimidad, sino para
que se respeten las especificidades de la economía.
Por otro lado, a nivel supraestatal, el dispositivo es funcional para
mantener cierto orden externo que se suma al orden interno propor-
cionado por las estrategias de seguridad, pero a su vez, encontramos
que los derechos humanos terminan siendo el instrumento para legiti-
mar intervenciones ya sea militares, económicas, o políticas de países
290
Derechos humanos y gubernamentalidad
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II
BATALLAS POR EL SENTIDO DEL DERECHO,
ENTRE LA DOMINACIÓN CAPITALISTA Y LA
ASPIRACIÓN SUBVERSIVA ANTAGÓNICA,
ESTUDIOS DE CASO
LA DESAPARICIÓN DE LA CIUDADANÍA
LABORAL EN LOS PROCESOS DE TRABAJO
TRASNACIONALIZADOS
MÉXICO-ESTADOS UNIDOS A INICIOS DEL
SIGLO XXI
FRUCTUOSO MATÍAS GARCÍA
INTRODUCCIÓN
Con el presente trabajo se abonará a la discusión del concepto
de ciudadanía laboral desde la perspectiva del tipo de relaciones
económicas relativamente recientes que caracterizan un proceso de
trabajo disgregado a nivel internacional, haciendo énfasis no en los
cambios reflejos de las condiciones laborales, sino en el proceso que
los generan. Para ello se procederá en cuatro partes; 1) la inserción de
México en el mercado internacional a finales del siglo XX y principios
del XXI, 2) la caracterización de la inversión extranjera directa en la
industria manufacturera de exportación en México, 3) evidencias de
un mercado laboral dependiente, y 4) Procesos económicos antes que
el derecho ¿cómo se regula la relación capital-trabajo en el proceso
productivo trasnacional de América del Norte?
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Fructuoso Matías García
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La desaparición de la ciudadanía laboral en los procesos de trabajo transnacionalizados
Fuente: Elaboración propia con datos del Grupo de Trabajo de Estadísticas de Comercio Exterior. (BdeM, INEGI)
299
Fructuoso Matías García
Fuente: Elaboración propia con datos de INEGI, Estadísticas del Comercio Exterior. Grupo de Trabajo de Estadísticas
de Comercio Exterior, integrado por el Banco de México, INEGI, Servicio de Administración Tributaria y la Secretaría de
Economía
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301
Fructuoso Matías García
Fuente: Elaboración propia con datos de la Secretaria de Economía. Dirección General de Inversión
Extranjera.
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La desaparición de la ciudadanía laboral en los procesos de trabajo transnacionalizados
Fuente: Elaboración propia con datos de INEGI, Encuesta Industrial Mensual y el AEEUM (varios años)
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Fructuoso Matías García
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La desaparición de la ciudadanía laboral en los procesos de trabajo transnacionalizados
que las mercancías que de esta forma se producen en nuestro país ten-
gan como su principal mercado destino los Estados Unidos. Tomando
el PIB como la principal referencia de la demanda agregada en este
mercado destino, al bajar su expectativa de venta, se desencadena un
efecto a la baja de la producción dirigida a la exportación desde Méxi-
co pero de una magnitud considerablemente mayor, dado el tamaño y
esta característica dependiente de la economía mexicana.
Grafica 6. Variación porcentual anual del PIB. México y Estados Unidos (2006-2011)
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Fructuoso Matías García
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Fructuoso Matías García
Cifras ajustadas por el INEGI de acuerdo al los resultados definitivos del Censo de Población y Vivienda, 2010Fuente:
Elaborado por el Centro de Análisis Multidisciplinario de la Facultad de Economía de la UNAM con metodología acorde a
la XIII Conferencia Internacional de Estadísticas del Trabajo de la OIT y con datos de la ENOE del INEGI
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La desaparición de la ciudadanía laboral en los procesos de trabajo transnacionalizados
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Fructuoso Matías García
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La desaparición de la ciudadanía laboral en los procesos de trabajo transnacionalizados
317
CAPITALISMO LATINOAMERICANO,
RELACIONES DE TRABAJO E IMPUNIDAD
ESTUDIOS DE CASO EN EL SIGLO XX
DANIEL CIEZA
INTRODUCCIÓN
La violación de los derechos de un grupo importante de trabajadores no
es una problemática exclusiva del siglo XX. Como señalan Wallerstein
y Quijano, desde los lejanos orígenes del capitalismo en el siglo XVI
una parte de la población trabajadora, la que no pertenecía a la raza
blanca fue discriminada en el mundo del trabajo y sufrió grandes
niveles de violencia. En los siglos sucesivos, el color de la piel y la
condición de migrante fueron elementos asociados a crueles formas
de explotación laboral. Dicho de otra forma, hay una continuidad
en la violación de los derechos humanos en el mundo de lo trabajo
que afecta en especial a trabajadores/as vulnerables por ser mestizos,
afrodescendientes o de pueblos originarios, migrantes, entre otros.
La violencia y la violación sistemática de los derechos huma-
nos ha sido resistida por las víctimas. A la huida individual en
los casos de trabajo forzoso de principios del siglo XX se suman las
organizaciones sindicales y los movimientos sociales en el trans-
curso del siglo XX. En ese contexto surgen instrumentos legales,
como la legislación social inaugurada hace 100 años con la Cons-
titución Política de los Estados Unidos Mexicanos y los tratados
de Derechos Humanos que se despliegan en la segunda mitad del
siglo XX.
318
Capitaismo latinoamericano, relaciones de trabajo e impunidad
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Daniel Cieza
(...) los dos centros financieros hegemónicos del mundo, Nueva York y
la City de Londres, con las constelaciones de guaridas que giran en torno a
ellos, succionan capital de los países del ‘Sur’ – y también del resto del Norte
– limitando su ritmo de crecimiento, restando recursos del giro local de los
negocios, afectando severamente la creación de empleos, empujándolos al
endeudamiento externo y exponiéndolos, por fin, a las graves crisis fiscales
y externas que resultan de la deuda. En momentos de crisis los fondos de
los ricos de los países en desarrollo vuelan “hacia la calidad” de la herman-
dad anglosajona vía las guaridas fiscales que ella controla (Gaggero, 2016).
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Capitaismo latinoamericano, relaciones de trabajo e impunidad
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Daniel Cieza
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Capitaismo latinoamericano, relaciones de trabajo e impunidad
SUBCONTRATACION Y TERCERIZACION
La subcontratación y la tercerización son modalidades que le permiten
a los grandes empresarios evadir sus obligaciones laborales o realizar
prácticas que están prohibidas en sus países de origen. Si bien hoy hay
un área especial de la investigación que hace foco en estas prácticas,
en rigor no son novedosas.
Si utilizamos las categorías analíticas de sistema-mundo y de to-
talidad podemos observar que estas prácticas son antiguas. En este
texto hemos visto muchos ejemplos. Grandes empresas norteame-
ricanas tercerizaban la producción de henequén o la extracción de
maderas finas en el sureste mexicano en las primeras décadas del
siglo XX (De Vos,2002,1998; Peniche,2010). Las empresas fruteras
norteamericanas, como la Unisted Fruit o la Dole utilizaban “en-
ganchadores” o contratistas locales para reclutar mano de obra en
centro-américa y Colombia, durante la primera mitad del siglo XX
(Buchelli,2005,1991). Las empresas automotrices y de fabricación
de neumáticos, tercerizaban la extracción del caucho en el Ama-
zonas con empresas peruanas como la Casa Aranas, que a su vez
subcontrataban “capataces” en la Isla de Barbados, en las primeras
décadas del siglo XX(Steiner,2014). Empresas británicas como La
Forestal Co tercerizaba tareas de “seguridad” con cuerpos policiales
creados por una gobierno provincial en la Argentina (Gori, 2006; Ja-
sinky, 2012) hacia 1920.Las empresas de los Braun y Menéndez- in-
migrantes rusos y españoles- contrataban capataces escoceses para
administrar sus estancias de ovejas en Tierra del Fuego, y exterminar
a los pueblos originarios (Alonso, 2014)
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Daniel Cieza
2 Se destacan los trabajos de Julia Strada sobre una gran emporesa siderúrgica que
en la actualidad es controlada por capitales de la India (Strada,2015)
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Capitaismo latinoamericano, relaciones de trabajo e impunidad
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Daniel Cieza
3 Entre los subcontratados por entes cooperadores para el Estado nacional destacan
los que dependen de la Asociacion de Concesionarios de automóviles de la República
Argentina (ACARA) lo que implica una situación escandalosa. Los vendederos de au-
tos en lugar de ingresar una retención al Fisco, subcontratan trabajadores que ponen
a disposición del Ministerio de Justicia.
4 Entre otros se pueden mencionar los siguientes autores : Abajo Olivares,Francisco,
2006, “El mobbing.Acoso psicologico en el ámbito laboral” en: Lexis-Nexos(CABA:
Fucito); Felipe, 2010 “Algunos aportes a los distintos tipos de acosos en la organiza-
ción” en: Cieza, Daniel Violencia y trabajo en la Argentina,(Argentina: UNLP-UBA);Va-
lenciano,Zunilda 1997 Acoso sexual.Violencia Laboral (Buenos Aires: UPCN).
326
Capitaismo latinoamericano, relaciones de trabajo e impunidad
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Daniel Cieza
LA FISCALIZACIÓN PUBLICA
La fiscalización del mundo del trabajo que deben realizar los poderes
públicos está a cargo centralmente de los Ministerios de Trabajo, y
secundariamente de los Ministerio de Salud. Esta fiscalización es
muy deficiente por varios motivos: escaso número de inspectores,
sanciones irrisorias, escaso equipamiento. Todo esto conduce a que
las grandes empresas gocen de una notable impunidad.
A fin de desarrollar estos temas, nos basamos en los aportes del
profesor Carlos Aníbal Rodríguez, que desempeñó varios cargos pú-
blicos en el área de fiscalización del trabajo en la Argentina. Es nece-
sario tener en cuenta, en primer lugar, que recién a mediados del siglo
XX hacen su irrupción en Latinoamérica los Ministerios de Trabajo.
En 1978 culmina la evolución de la administración del trabajo con la
adopción unánime por los países miembros de la OIT, del Convenio
150 y la Recomendación 158, sobre la administración del trabajo, su
cometido, funciones. En este momento surgen organismos públicos
específicos de fiscalización laboral. Esta consolidación fue una asig-
natura pendiente, ya que no puede olvidarse que el Tratado de Versa-
lles de 1919 quefundó la OIT ya invitaba a los estados a “organizar un
servicio de inspección que comprenderá a las mujeres, con objeto de
asegurar la aplicación de las leyes y reglamentos para la protección de
los trabajadores” (Rodriguez, 2005)
El desarrollo de las agencias estatales de fiscalización de higiene,
seguridad, y salud laboral, ha sido muy precaria en nuestro subcon-
tinente, y no han tenido impacto sobre los trabajadores más vulnera-
bles. Los inspectores han sido muy escasos —con excepción del caso
de Cuba—, y en general son reclutados con mecanismos poco claros.
Dice Rodríguez:
328
Capitaismo latinoamericano, relaciones de trabajo e impunidad
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Daniel Cieza
CONCLUSIONES
Solamente una pequeña parte del trabajo realmente existente se
puede considerar como “trabajo decente”, tal como lo define la O.I.T.
El trabajo informal representa no menos de la mitad de la ocupación
urbana y bastante más en el sector agrario. Pero además, buena
parte del empleo formal genera riesgos a la salud por la prolongación
de la jornada de trabajo, por turnos rotativos artificiales o por una
elevación inhumana de los ritmos laborales. Y la tendencia no parece
apuntar hacia el trabajo formal, asalariado y de calidad, sino hacia la
tercerización, la subcontratación, la deslocalización y la utilización de
una fuerza de trabajo estacional y precaria.
En este sentido, pareciera que los poderes públicos no hacen los
esfuerzos suficientes por regular el mercado de trabajo. El mundo la-
boral controlado por los grandes empresarios parece irreductible ante
unos derechos humanos reconocidos por tratados internacionales y
Convenios y recomendaciones de la OIT. Los poderes públicos no tie-
nen un efectivo poder de regulación y se limitan básicamente a soste-
ner el empleo de baja calidad y promover cierta inclusión social.
Hay una historia del sindicalismo latinoamericano que refleja la
resistencia de grupos de obreros a los abusos del gran capital (Go-
dio,1979; Zapata,1986). Hasta mediados del siglo XX, es posible ubi-
car las luchas del sindicalismo organizado de orientación anarquista,
socialista o comunista, y más tarde, con algunos matices nacionalis-
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Capitaismo latinoamericano, relaciones de trabajo e impunidad
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Capitaismo latinoamericano, relaciones de trabajo e impunidad
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339
ESTADO DE DERECHO E INVERSIÓN
EXTRANJERA DIRECTA EN AMÉRICA
LATINA
EL CASO DE LA MINERÍA
ROCÍO HERNÁNDEZ VITE
INTRODUCCIÓN
La liberalización e ingreso de Inversión Extranjera Directa (IED)
en América Latina, concomitante al aumento de sus flujos hacia
sectores económicos estratégicos y prioritarios como la minería, se
ha justificado en el discurso oficial bajo el argumento de que aquélla
favorece el desarrollo económico e incluso al Estado de derecho. Pero
¿cuáles han sido los efectos de la IED en el Estado de derecho? Dada
la internacionalización del derecho, ¿es viable la conformación de un
Estado de derecho global o internacional que regule la IED?
En esta línea, se presentan los avances de una investigación
orientada a documentar los efectos de la IED en el Estado de derecho,
a partir del caso de la minería. Una primera parte se dedica a las acep-
ciones político-jurídicas fundamentales para el estudio del Estado de
derecho, y su relación con el sistema capitalista. Mientras que en un
segundo apartado se realiza el análisis de la IED en minería bajo el
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1 Un estudio de J.M Arellano (2010) basado en datos de la CEPAL, indica una dupli-
cación de la inversión extranjera en el sector minero de Latinoamérica, a partir del
año de 2007. Asimismo, señala que los principales receptores de estas inversiones
(durante la última década y desde 2006 en el caso de Colombia) fueron Brasil, Méxi-
co, Chile, Colombia y Argentina, en ese orden (Veltmeyer y Petras, 2014, p. 64).
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CONCLUSIONES
La aportación o impacto de la IED en el Estado de derecho es todavía
una cuestión pendiente por documentar. No obstante, contrario
al discurso oficial que favorece el ingreso de la IED en los países
de América Latina, algunos elementos observables indican que la
participación de la IED podría contribuir al sostenimiento de un
Estado de derecho débil en el país huésped.
Esto en la medida que la entrada de IED supone la aplicación de
un régimen jurídico internacional en el que prevalecen los intereses del
inversionista sobre el interés y la legislación nacionales, así como el
predominio de una jurisdicción internacional que sustituye al Estado
en sus funciones de regulación de la inversión extranjera. De esta ma-
nera, el régimen internacional de la inversión se ha constituido en una
vía para eludir la legislación y jurisdicción domésticas que, en el ámbito
concreto de la minería, podría facilitar la transferencia (de facto y/o por
ley) del dominio estatal sobre los minerales metálicos en favor de las
empresas trasnacionales, y entrañar formas de desposesión de tierras y
recursos naturales en perjuicio de pueblos originarios o grupos sociales.
Asimismo, la evasión de la legislación y jurisdicción del país hués-
ped podría formar parte de una nueva estrategia de dominación acor-
de a la era global y que, derivado del despliegue o reactivación de an-
tiguos procesos de acumulación por desposesión de tierras y recursos
naturales, reflejaría cambios sustanciales en la dinámica de ejercicio
del poder político y económico (tanto a nivel nacional como interna-
cional) en el marco del Estado de derecho.
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REFORMA ENERGÉTICA: MARCOS DE
NEGOCIACIÓN Y TRANSFORMACIÓN DEL
TERRITORIO
INTRODUCCIÓN
La reforma energética representa un cambio de paradigma en la
regulación del sector energético con implicaciones en los territorios
donde se han construido enclaves energéticos. El dominio de la lógica
extractivista se expresa en la redefinición de las reglas del juego y en la
transformación de los marcos de negociación de los actores. En este
proceso, sostenemos que la redefinición de los objetivos de la empresa
estatal acentúa las tensiones que se viven en las “comunidades
petroleras”, debido a que los arreglos sociales que se construyeron
bajo un carácter redistributivo, las cuales se recomponen bajo
la lógica utilitarista que impera en la asignación de contratos a
empresas particulares, creado un contexto de incertidumbre para los
habitantes del lugar.
En este sentido, las tensiones van más allá de la confrontación en-
tre el gobierno municipal y el gobierno federal, pues la descentraliza-
ción del conflicto se expresa fuertemente en zonas petroleras, como la
zona costera de Paraíso, Tabasco, donde convergen los campos petro-
leros, pero también comunidades dedicadas generacionalmente a la
agricultura y a la pesca. Apoyándose en el trabajo de campo (diciem-
bre 2016 y abril 2017) y en entrevista a pescadores de la comunidad de las
Flores, abundaremos en las tensiones vividas en la localidad frente a
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Reforma energética: marcos de negociación y transformación del territorio
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Reforma energética: marcos de negociación y transformación del territorio
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Reforma energética: marcos de negociación y transformación del territorio
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Úrsula Bonfil Jiménez y Édgar Belmont Cortés
Comunidad de Las Flores 3ª sección entre la costa del Golfo de México y el sistema lagunar que rodea la comunidad
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Reforma energética: marcos de negociación y transformación del territorio
Zona licitada de Tajón dividida en A y B, así como la ubicación que guarda respecto a la zona de la comunidad de las
Flores, la Laguna de las Flores y los ejidos circundantes
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Reforma energética: marcos de negociación y transformación del territorio
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Úrsula Bonfil Jiménez y Édgar Belmont Cortés
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Reforma energética: marcos de negociación y transformación del territorio
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Úrsula Bonfil Jiménez y Édgar Belmont Cortés
CONCLUSIONES
La salida de una lógica redistributiva en la orientación de la política
social y en la redefinición de los objetivos de la empresa estatal converge
con la conversión productiva de Pemex y el rediseño del Estado. En
este escenario, la empresa estatal y las empresas privadas se sujeta
a una lógica utilitarista y a una normatividad de carácter mercantil
modificando las reglas del juego y los marcos de negociación en las
comunidades donde hacen presencia.
La gramática de responsabilidad social empresarial y de compro-
miso con la sociedad se inscribe en principios de sostenibilidad y de
respeto de los derechos humanos de las comunidades y de los pueblos
de las regiones en los que se pretendan desarrollar. Desde esta pers-
pectiva, los estudios de impacto social en las zonas donde se asignan
contratos tienen por objeto alcanzar acuerdos o crear consentimiento
entre la población afectada, sin embargo, es posible prever una fuerte
conflictividad debido a la historia de agravios vividos por la población.
En cuanto a la protección al medio ambiente continúa prevaleciendo
una lógica de cuantificar los daños con el propósito de sufragar la repara-
ción de los mismos. La paradoja es que si bien se señala la importancia
de asegurar condiciones que propicien el equilibrio ecológico frente a las
afectaciones creadas por las actividades energéticas, la lógica extractiva
que impera sobre los territorios acentúa el poder del capital en la explota-
ción de los recursos sin que medie una auténtica voluntad de repartir las
“ganancias” obtenidas.
La ley tampoco es clara en hacer un vínculo con la afectación al
medio ambiente en relación con el costo social o productivo de las co-
munidades, y de igual forma lo reduce a una compensación económica,
abriendo la interrogante de cuál será el valor que se le adjudicará a estos
daños, cuál será la base para calcularlo, y es de esta forma que los recur-
sos naturales se ven convertidos en algo simplemente monetario, siendo
que la mayoría de estas afectaciones son irreversibles en el ecosistema.
El nuevo paradigma en la regulación de la actividad energética
impacta en las actividades de la empresa estatal y en la regulación
370
Reforma energética: marcos de negociación y transformación del territorio
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371
LEGISLACIÓN MIGRATORIA CHILENA
MIRADAS DESDE Y HACIA LATINOAMÉRICA
MIRIAM ROQUE
INTRODUCCIÓN
El objetivo de este texto es realizar un recorrido por la coyuntura
migratoria actual en Chile para desligarnos de las propuestas de
análisis económico-liberales y adoptar un enfoque latinoamericanista.
Debido a que en años recientes se vienen estudiando los flujos
migratorios intralatinoamericanos, y que estos no han mostrado
condiciones muy distintas para los migrantes en los países de destino,
se trata de explicar que más allá de las diferencias económicas, la raza
es un elemento de clasificación que se debe incorporar al análisis de
estos flujos regionales. Para el caso, se hace un breve recorrido por la
realidad migratoria chilena, para después retomar los ejes centrales
que regulan en la materia. Finalmente, se identifican la segmentación
laboral, discriminación y la falta de integración a la que se enfrentan los
inmigrantes de origen latinoamericano en relación al estancamiento
de la reformulación a la política migratoria.
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Legislación migratoria chilena
1 Esta omisión que Quijano hace del sexo, en este punto, destaca que su propuesta
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Legislación migratoria chilena
3 Para esta proporción del norte grande integramos las regiones de Arica y Parina-
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Legislación migratoria chilena
5 Por vínculo familiar; hijo o hija de extranjero transeúnte; ex-residentes; por interés
o por utilidad para el país; acuerdo MERCOSUR; por motivos laborales; para muje-
res embarazadas o en tratamiento médico; por unión civil; para víctimas del delito
tipificado en el artículo 411 quáter del Código penal.
6 Tal es el caso de las visas especiales Mercosur, que forma parte del “Acuerdo sobre
residencia de los Estados Partes del MESCOSUR, Bolivia y Chile”, la cual entró en vi-
gencia a finales del año 2009. También, durante el año 2015, entró en vigencia la visa
especial por “motivos laborales”, la cual se puede solicitar una vez que el extranjero
ha conseguido empleo ya estando en Chile en calidad de turista.
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Legislación migratoria chilena
8 Lo más cercano que se ha tenido a la integración han sido las dos amnistías migra-
torias otorgadas, la primera el año 1998 concedida a 23,000 extranjeros, y la segunda
en 2007, en la cual se recibieron más de 50,000 solicitudes (Jensen, 2008).
9 En su estudio, Liberona muestra como, en la prensa, se ha asociado frecuentemen-
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Legislación migratoria chilena
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CONSIDERACIONES FINALES
A lo largo de este texto realizamos un recorrido por coyuntura
migratoria actual de Chile, para lo que revisamos las características
de la movilidad y las reglas generales en las que se basa la política
migratoria. Identificamos a este país andino como uno de los que
tiene mayores flujos ascendentes en la región, presentando así un
escenario particular en el tema, sobre todo si consideramos que al dar
fin la dictadura y reincorporarse a un sistema democrático comenzó a
cambiar la realidad migratoria.
El eje principal de esta reflexión considera que la creciente inmi-
gración de población de origen latinoamericano nos permite observar
condiciones de desventaja ante los aparatos jurídicos estatales, así
como condiciones de precariedad y discriminación evidentes, sobre
todo, en el mercado laboral. Así, refutamos la idea de que las des-
igualdades económicas explican la vulnerabilidad de las personas in-
migrantes, pues en los flujos migratorios intrarregionales que se ven
en Chile las condiciones no son muy distintas. De esta manera, propo-
nemos que en el estancamiento de la reforma migratoria y el análisis
de los estudios migratorios sur-sur, la propuesta de la colonialidad del
poder ofrece elementos más puntuales a la realidad latinoamericana.
El estancamiento de las propuestas de renovación a la legislación
migratoria y la creación de una dependencia que se encargue del tema
en el país andino, muestra poco interés de la autoridad en mejorar las
condiciones de la población inmigrante e incluirla en la política do-
méstica, y lejos de todo eso, la ley migratoria obsoleta que rige actual-
384
Legislación migratoria chilena
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Miriam Roque
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Legislación migratoria chilena
387
LA CONVENIENCIA DE CONTAR CON EL
VOTO INDÍGENA
UN FACTOR DETERMINANTE EN LA ELECCIÓN
A GOBERNADOR DEL ESTADO DE MÉXICO 2017
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La conveniencia de contar con el voto indígena
2 Es conveniente resaltar que estos municipios coinciden con el nombre de los Dis-
trito Electorales a los que pertenecen, siendo los Distritos Electorales 9, 10, 13, 14 y
15 respectivamente.
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La conveniencia de contar con el voto indígena
Sin embargo, y para poder considerar que ocurre una total inclu-
sión de los derechos de los pueblos indígenas y no solo de los electora-
les, es necesario que estos sean aceptados por ellos mismos, al interior
de sus comunidades, así como por el resto de los ciudadanos. Así pues,
entendemos que el reto de dicha inclusión debe ser en dos vertientes:
en primer lugar, deben ser plasmados legalmente en los distintos ins-
trumentos jurídicos nacionales y estatales, para posteriormente; en un
segundo plano, obtener el respeto y apego de estos por parte de la ciu-
dadanía en general. De lograr lo anterior, estaríamos frente a una con-
cepción de democracia en dos sentidos simultáneos, como un “régimen
político” y como una “cultura cívica” (Cuevas, 2014, énfasis original).
Los Acuerdos de San Andrés Larráinzar, firmados entre el Ejérci-
to Zapatista de Liberación Nacional y el gobierno federal, provocaron
que en el año de 1996 se llevará a cabo una reforma al artículo 53
constitucional, en el sentido de hacer posible una nueva distribución
geográfica electoral y propiciar con ello una mayor participación polí-
tica de los pueblos indígenas5.
No obstante, estos acuerdos no fueron concretados en términos de
lo que inicialmente fue pactado, sino que, hasta el año 2001, cuando, por
una iniciativa turnada por el entonces presidente de la república, Vicente
Fox Quezada, el Congreso de la Unión aprobó una iniciativa que preten-
día cubrir la intención de los Acuerdos de San Andrés Larráinzar.
A pesar del rechazo a esta reforma por parte del Ejército Zapatista
y del Congreso Nacional Indígena, ésta hizo propicio el proceso de re-
distritación que dio lugar a los ya mencionados 28 distritos electorales
con mayoría de población indígena, 8 de éstos en el estado de Oaxaca,
4 más en el estado de Chiapas y, el resto se concentran en otras nueve
entidades federativas, incluido el Estado de México. A la luz de esta
nueva distritación, se vieron concretados los últimos cuatro procesos
electorales federales: los presidenciales de 2006 y 2012, así como la re-
novación en la Cámara de Diputados de 2009 y 2015. Sin embargo, pese
a la intención de permitir el acceso de una representación indígena en
el Congreso de la Unión y colocar los temas relacionados con ellos en la
agenda legislativa nacional, esto aún no ha sido posible del todo, según
lo refiere la especialista Adriana Báez Carlos. (Báez, 2010, p. 55).
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7 Abro un paréntesis para aclarar la necesidad de señalar la diferenciación entre pueblos indígenas
y comunidades indígenas, pues hasta antes de abordar el presente trabajo, consideraba a ambas
como sinónimos, sin embargo, atendiendo a lo señalado por la Mtra. Rosalía Bustillo Marín, en su
obra Líneas Jurisprudenciales, Derechos Políticos-Electorales de los indígenas, existe una diferen-
cia entre pueblo indígena y comunidad indígena, y es que las segundas son unidades territoriales
dentro de un mismo pueblo o grupo cultural. El pueblo indígena es caracterizado de forma general
(cultura) y la comunidad indígena con características específicas (localidad); según el párrafo ter-
cero del Artículo 2 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Para los indíge-
nas, la comunidad es el lugar donde fincan su identidad primaria, por eso se llaman comunidades
indígenas, porque se identifican con un poblado preciso en la localidad geográfica (un territorio)
sobre todo como una comunidad humana. (Bustillo, sin año, p. 7).
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Fuente: Datos tomados del Informe sobre Desarrollo Humano de los Pueblos Indígenas. 2010. Imagen de elaboración
propia.
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Fuente: Datos del Histórico del Financiamiento a los Partidos Políticos. INE. Imagen de elaboración propia.
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La conveniencia de contar con el voto indígena
A MANERA DE CONCLUSIÓN
Para efectos de concluir el presente trabajo conviene resumir lo
expuesto aquí:
1.- Es indudable, y también fue impugnable, por lo que hace a
cifras, la victoria del priista Alfredo del Mazo. Sin embargo, es conve-
niente señalar que la mayoría de los sufragios que obtuvo, a diferencia
de sus antecesores, considerando desde Arturo Montiel, Enrique Peña
Nieto y Eruviel Ávila, fueron de zonas consideradas como rurales, en
las que predominan indígenas en condiciones de desigualdad. En tan-
to que, en municipios de la zona metropolitana, antiguos bastiones
priistas por el número de votos a su favor, se observó un hartazgo en
términos políticos, pues a pesar de la elección de estado que se fraguó
desde la alta cúpula del gobierno federal, los resultados fueron míni-
mos en comparación a los obtenidos por los anteriores gobernadores.
No es posible afirmar si la victoria de la candidata Delfina Gómez
en los municipios de la zona metropolitana atiende a un proceso razo-
nado, por considerarla como la mejor opción o simple o sencillamente
por estar frente a lo que, como ya lo indiqué, se puede señalar como
hartazgo político.
2.- Lo que sí es un hecho es que difícilmente parecerá creíble que
el voto obtenido en las zonas rurales cumple con las características de
ser razonado, espontáneo, libre de toda coacción y democrático. Quién
puede pensar en democracia y candidatos políticos teniendo el estóma-
go vacío, con carencias y desigualdades. Hay prioridades; y difícilmente
creo que, para un hermano indígena, su prioridad sea ver quién será su
próximo gobernador, salvo, claro que se le amenace con el retiro de los
programas sociales a que tiene derecho. Se le manipule para obtener éste.
3.- Por otra parte, continuamos inmersos en un discurso político
y de poder que intenta controlar los ánimos de los pueblos indígenas
401
Guadalupe Urbina Martínez
402
La conveniencia de contar con el voto indígena
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403
Guadalupe Urbina Martínez
404
MULHERES: SUJEITAS AO DIREITO?
O DEBATE PÚBLICO SOBRE A VIOLÊNCIA
CONTRA A MULHER E AS POSSIBILIDADES DA
FORMA JURÍDICA
TAINÃ GÓIS
INTRODUÇÃO
Em setembro de 2017 um caso de assédio no transporte público em
São Paulo–SP tomou conta do debate público. A situação: em um
ônibus, um homem de pé no corredor se masturba e ejacula em uma
mulher que dormia sentada a sua frente. Ao descer do ônibus, a vítima
imediatamente se dirige às autoridades policiais e o homem é detido
e encaminhado à delegacia.
Frente às autoridades policiais, presta depoimento e é solto, tendo
obtido permissão para responder em liberdade uma vez enquadrado
em tipo penal de baixo potencial ofensivo: prática de ato obsceno em
público. Caso extremamente explorado pela mídia, tanto seu comporta-
mento aparentemente reincidente em violência contra e mulher quanto
o posicionamento das autoridades públicas suscitaram um grande de-
bate na sociedade, inicialmente mediado pela internet, mas que logo
tomou as vias presenciais, circulando principalmente entre os meios
feministas e jurídicos, mas não só.
A legislação que regulamente os crimes sexuais foi alterada no Brasil
em 2009, deixando dois tipos penais que foram alvo dos debates na ques-
tão do “ejaculador do busão”, com ficou conhecido popularmente o caso:
o tipo de estupro e o tipo de prática de ato obsceno. Entre eles, uma la-
cuna grande no que se refere ao potencial ofensivo e às possíveis vítimas.
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Mulheres: sujeitas ao direito?
a) compreender que existe uma falha no tipo penal, mas que essa
falha não deve ser remendada por uma maior liberdade ao apli-
cador da pena em majorar o enquadramento de forma a “fazer
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Tainã Góis
1 Treta é o nome corrente dada às controvérsias que nascem em debates nas redes sociais e na
internet em geral.
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Mulheres: sujeitas ao direito?
2 As edições, lançadas quase que concomitantemente no ano de 2017, são das edito-
ras Boitempo e Sundermann.
3 Autor, entre outras, das relevantes obras Marxismo e Direito, São Paulo: Boitempo,
2000, e A questão do direito em Marx, São Paulo: Outras Expressões, 2014.
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Mulheres: sujeitas ao direito?
I propose that the state is male in the feminist sense. The law sees and
treats women the way men see and treat women. The liberal stat coer-
cively and authoritatively constitutes the social order in the interest
of men as a gender, throught its legitimizing norms, relation to socie-
ty, and substantive policies. It achieves this throught embodying and
ensuring male control over women`s sexuality at every level, occasio-
nally cushioning, qualifying, or de jure prohibiting its excesses when
necessary to its normalization. Substantively, the way the male point
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4 Quijano, Aníbal.
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Mulheres: sujeitas ao direito?
pela própria redução “política” do valor de força de trabalho, que faz com
que a vontade não possa se manifestar de forma absolutamente livre e
igual.
Nesses termos, lutar pela garantia de direitos iguais pode servir
como forma de extressar não só a condição de classe do sistema, senão
também sua condição patriarcal e sua condição racial, criando camin-
hos para evidenciar que não existe igualdade, alçando a condição de
sujeito de direitos aqueles que dela foram historicamente alienados
em sistemas não homogêneos como os exemplos europeus.
Thus, and idea may be both what it appears to be and something else
at the same time, the idea may contain the seeds of its own contradic-
tion, and ideas that appear to be in opposition may really be the same
or connected. At any given “moment”, ideas may appear to be connec-
ted or in opposition because this connection or opposition exists in
only one stage of a larger process (Schneider, 1986, p. 320).
415
Tainã Góis
416
Mulheres: sujeitas ao direito?
417
Tainã Góis
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418
EDUCAÇÃO DE GÊNERO E LAICIDADE
FORMAS DE COMBATER A VIOLÊNCIA CONTRA
AS MULHERES NO BRASIL
ANA CAROLINA DE BRITO MORAES
INTRODUÇÃO
Este trabalho é dedicado à pesquisa sobre o Plano Nacional de
Educação do Brasil (2014-2024), que propõe a implementação de
políticas de gênero entre seus vinte objetivos principais, de modo que
do ensino básico público os alunos tenham contato com materiais
e estudos de gênero para reduzir dados sobre a violência contra
mulheres brasileiras. No entanto, a questão da negação da proposta
no Congresso brasileiro é questionada, mesmo com as medidas
anteriores do governo, como a política pública de a Secretaria de
Políticas da Mulher, as diversas conferências nacionais, reuniões e
debates.
Durante a investigação, observou-se que essa recusa deveu-se
principalmente à organização de organizações religiosas e políticas
ligadas a elas, conhecido como banco religioso, que inclui principal-
mente cristãos e evangélicos neo-pentecostais. Para entender os ar-
gumentos utilizados pelos religiosos para rejeitar estudos de gênero
propostos que acessam sites, vemos entrevistas de programas de tele-
visão, relatórios e panfletos publicados e analisamos esses discursos.
Observamos que as bases eram meramente religiosas e prejudicavam
a laicidade do Estado brasileiro, protegidas pela Constituição Federal
de 1988, mas isso não parece suficiente no momento de salvaguardar
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Querem esculhambar a nossa cidade? Nós não vamos aceitar que uma
minoria tenha voz. Amanhã vão dizer que galo e galinha não existem
mais, vaca e boi não existem mais. E é um absurdo isso. Nós respei-
tamos as pessoas que têm esses desvios, esses problemas. Mas querer
implantar isso aí como lei é um absurdo (Site The Huffington Post).
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Educação de gênero e laicidade
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certo sexo. Por isso, Butler (2003) acreditava que “escolher um gêne-
ro” seria como eleger um conjunto de possibilidades anteriormente
previstas em uma organização de regras sociais interligadas.
O vereador Jorge Scheneider do PTB chegou a compartilhar em
sua página na internet uma cartilha que explicava a ideologia de gêne-
ro e os perigos que esta causava para a sociedade:
Fonte: huffpost
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Fonte: huffpost
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Fonte: Huffpost
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O PNE que fala sobre identidade de gênero está sustentado pela ideolo-
gia de gênero, que prega igualdade e liberdade. Isto é, não há distinção
de masculino e feminino, e liberdade sexual, incluindo aí o incesto e a
pedofilia, que para os que defendem tal desgraça, por questões estra-
tégicas, não falam sobre isso e centralizam toda discussão no homos-
sexualismo. O resultado é que vão querer ensinar as crianças de 6 anos
a desconstrução da heteronormatividade, colocando no mesmo nível
da homossexualidade (Malafaia, 2014).
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CONSIDERAÇÕES
O desenvolvimento do presente estudo possibilitou uma análise do
Plano Nacional de Educação (2014-2024) no que tange aos estudos de
gênero. Abordando algumas concepções de estudiosas feministas e os
discursos religiosos sobre o tema. Discursos esses que repercutiram
em campanhas religiosas no cenário político contra as diretrizes
que buscaram tutelar o direito à educação de gênero com o intuito
de diminuir a discriminação e a violência que a intolerância vem
causando.
Conforme demonstram as pesquisas realizadas as políticas pú-
blicas, conferências nacionais, debates e militâncias que construíram
442
Educação de gênero e laicidade
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Educação de gênero e laicidade
445
Ana Carolina de Brito Moraes
446
LA INTERVENCIÓN DEL TRABAJADOR
SOCIAL PARA PREVENIR Y ERRADICAR LA
VIOLENCIA OBSTÉTRICA
CYNTHIA GONZÁLEZ CÁRDENAS
“Ni la tierra, ni las mujeres somos
territorio de conquista”
MUJERES CREANDO
INTRODUCCIÓN
En los últimos años el término violencia obstétrica ha tomado fuerza y
el reclamo de justicia hacia las situaciones en donde se ha presentado.
Organismos independientes estudian y elaboran estrategias que van
desde la información y la denuncia, hasta la memoria de casos desde
las víctimas y sus familias. Este tipo de violencia tiene diferentes
manifestaciones, se ha normalizado e invisibilizado de tal forma
que una de las cuestiones más complicadas de combatirla es sobre
todo que las pacientes puedan nombrarla. El Trabajo Social como
disciplina para la intervención puede tener un nicho de acción con
las pacientes y el personal de salud para que, primero, se conozca
el tema, se sensibilice sobre él y además se realicen estrategias
para poder erradicarla. Pareciera que las usuarias incluso teniendo la
información sobre violencia obstétrica no denuncian o defienden
sus derechos por miedo, vergüenza o presión o si lo llegan a hacer, sus
casos son silenciados, ignorados u ocultados; en ningún momento son
empoderadas por el personal de salud y en parte, sucede, porque la
violencia obstétrica es una forma de control estructural y sistemático
hacia las mujeres.
448
La intervención del trabajador social para prevenir y erradicar la violencia obstétrica
1
Las mujeres han sido a lo largo de la historia objetos: sus cuerpos
y sus vidas se controlan de tantas formas, que incluso recuperar y
visibilizar su paso por los años es sido un logro que se dio gracias a los
estudios feministas y de historia de las mujeres. Teóricas como Silvia
Fedirici (2010) y Norma Blázquez Graf (2011) han intentado explicar
cómo se robó el conocimiento de los cuerpos a partir de la gran caza
de brujas, cómo hubo una apropiación del útero, de la sexualidad
y de la reproducción en beneficio del desarrollo del capitalismo.
Bajo el concepto de bruja y hechicera, se explica cómo las parteras
y los benandanti (practicantes del culto a la fertilidad) fueron grupos
que cayeron bajo sospecha de ejercer maleficios asociados con el
Diablo (Blázquez Graf, 2011: 19). La cacería de brujas, ya no como
estudio histórico heredero de la demonología del siglo XVI, sino
resignificado por el movimiento feminista por plantear que cientos de
miles de mujeres no podrían haber sido masacradas y sometidas a las
torturas más crueles de no haber sido porque planteaban un desafío
a la estructura de poder (Fredirici, 2010: 249). Es por eso que en la
sociedad capitalista, el cuerpo es para las mujeres lo que la fábrica ha
sido para los trabajadores asalariados varones: el principal terreno de
explotación y resistencia, en la misma medida en que el cuerpo femenino
ha sido apropiado por el estado y los hombres, forzado a funcionar
como un medio para la reproducción y la acumulación del trabajo
(Fredirici, 2010, p. 29).
2
En la actualidad el conocimiento del cuerpo de las mujeres está en
manos de otros, incluso, con todo el compendio de derechos que hay,
se sufre por ejercer la libertad para decidir cómo realizar su vida,
cuándo y de qué forma ejercer su sexualidad, y quienes lo eligen así, sus
derechos reproductivos. Si revisamos, podremos ver que la suma de
vulnerabilidades depende de cada una, pero no importa el ámbito, la
violencia aparece sin cesar, afecta a todas las mujeres, pero de formas
diversas. Ésta se agudiza para quienes viven en las periferias, como
sujetas de la alteridad: indígenas, mujeres afro, quienes no tienen
escolaridad, quienes viven en condición de calle, las adolescentes, las
mujeres trabajadoras explotadas, y las migrantes. Quienes la padecen,
también pueden ser, con mayor probabilidad las mujeres solteras, las
de nivel socioeconómico bajo, las que pertenecen a una minoría étnica
y las que padecen VIH, que entre otras, sufran un trato irrespetuoso y
ofensivo, dice la OMS (2015) en su documento.
449
Cynthia González Cárdenas
1 Hay que revisar el caso del Dr. Sims torturando a Anarcha, esclava negra a quien
le practicó 30 cirugías, sin anestesia ni autorización para conocer la técnica en la
cirugía de la fístula, una necrotización de tejidos blandos internos que deriva en
desgarro, generando canales que filtran orina y/o caca por la vagina. Es causada
por partos prolongados, mal uso de fórceps o violaciones, propensa a generarse por
desnutrición, falta de desarrollo pélvico por corta edad (Hysteria, 2015). A ella la re-
cordamos por ser a la paciente a quien le practicó más cirugías, su cuerpo fue el que
450
La intervención del trabajador social para prevenir y erradicar la violencia obstétrica
ejercidos para ultrajar a las mujeres2 y, en más de una ocasión, sus nom-
bres nunca serán recordados3.
La idea de que alguien más tenga el conocimiento y ejerza poder
sobre el cuerpo es algo que prevalece en la práctica médica y en los
servicios públicos de salud, que aparentemente, no se replantea; “(…)
fue cuando la atención médico-obstétrica trastocó los protagonismos,
pasando de manos de las parteras a manos de profesionales de la sa-
lud (…) fue cuando trasladan los partos del hogar a los hospitales,
concibiendo éstos como el espacio que certifica seguridad para las
madres y los/as recién nacidos/as” (Cuevas, 2009, p. 148). Y minimi-
zando hasta nuestros días los espacios tradicionalmente seguros “se
piensa a la unidad hospitalaria como lugar seguro, cuando también es
creador de la enfermedad” (Foucault, 1978, p. 39).
La violencia obstétrica es una de las más terribles que padecen las
mujeres, es ejercida durante el embrazo, el parto y puerperio (postpar-
to); y es terrible porque es uno de los momentos más vulnerables que
vive alguien que elige reproducirse. Es cuando la mujer soporta dolo-
res como las contracciones, que son naturales en muchos casos, pero
como carga extra sufre vejaciones, acoso y maltrato; son violados sus
más resistió, pero también estuvieron Lucy y Betsey, junto a otras 11 o 12 mujeres
esclavas africanas, víctimas de éste hombre. Quien se atribuyó el “descubrimiento”
de la, mal llamada, glándula de Skene. Se pretende desde una perspectiva menos
sexista renombrar como Glándula de Anarcha y Glándulas de Lucy y Betsey, o glán-
dulas eyaculadora o parauretral, lubricantes o vestibulares mayores respectivamente
(Hysteria, 2015).
2 “(…) La histeria, se sabe bien que nació como un mal eminentemente femenino,
asociación que se ha conservado históricamente en el imaginario de esta enferme-
dad. La histeria como síndrome se encuentra atravesada por una concepción de lo
femenino como caótico, mimético e inexplicable, más aún cuando en ella se involu-
cran simultáneamente lo psíquico y lo somático. (…) Suelen encontrarse remisiones
de pacientes al Asilo con diagnósticos como “locura del embarazo o “locura puerpe-
ral”. Tanto estos como la histeria, se describen como estados de delirio y excitación
extrema en los que las pacientes, incluso, tienen accesos de onanismo, convulsiones
y periodos febriles, además de parálisis motoras. Desde las perspectivas meramente
biológicas hasta las psicoanalíticas, hay una constante referencia en los síntomas
descritos a la condición y al ejercicio sexual de las mujeres, ambas consideradas
esferas “misteriosas” para la práctica médica. Sobra anotar que quienes emitían los
diagnósticos eran en su totalidad médicos hombres hasta entrada la década de 1970
(Ospina Martínez, 2006, p. 311).”
3 Uno de los casos de esterilizaciones forzadas más conocido ocurrió en Perú en el gobierno de
Alberto Fujimori (1990-2000), con el Programa Nacional de Salud Reproductiva y planificación
Familiar donde aproximadamente 300.000 mujeres de procedencia rural, indígenas o pobres fue-
ron engañadas, amenazadas o forzadas a la esterilización, testimonios han registrado que muchas
fueron atadas y anestesiadas a la fuerza (TELESUR - NA, 2017).
451
Cynthia González Cárdenas
derechos en vez de tener una atención digna por quienes debieran ve-
lar por su salud: profesionales de medicina, enfermería, trabajo social.
Lo que ha desencadenado, en algunos casos donde sí se interponen las
denuncias formales, es que las autoridades toman medidas persecu-
torias y de cacería ante los individuos que la ejercen, sin darse cuenta
que las mismas instituciones con el poco acceso a la salud, la falta de
personal, por lo tanto una excesiva carga de trabajo, la corrupción, la
falta de capacitación, sensibilización y el desabastecimiento de medi-
camentos, dan como resultado que sea el mismo Estado quien da inicio
a un interminable ciclo de violencia.
Esta violencia existe en todos los niveles de atención de la salud,
así como se divide la prevención y atención en el primer, segundo y
tercer nivel, existen diferentes manifestaciones de este tipo de violencia
dependiendo el lugar donde se atienda la paciente. La falta de interés o
conocimiento del tema hace, no sólo que se ejerza, sino que se establez-
ca el escenario perfecto para que ésta sea consumada en algún momen-
to, lo que ocasiona es que, si no somos ejecutoras de la violencia hacia
las pacientes, somos facilitadoras de ésta porque no empoderamos a las
mujeres que atendemos, ni a practicar la defensa de sus derechos.
En este texto se hará una breve descripción de la violencia obs-
tétrica, se intentará explicar su contexto, además del marco jurídico
en nuestro país. Pero sobre todo se trata de plantear cómo el trabajo
social puede intervenir para evitarla. Es importante remarcar que si
decimos que es una violencia que se ejerce desde la misma estructura
por la cual está conformada nuestra sociedad, no se podría erradicar
por completo y de manera aislada a otras formas de violencia hacia las
mujeres. Lo que sí se podría hacer es empoderar a las pacientes para
identificarla y denunciarla, si fueran vulnerados sus derechos. Socia-
lizar el conocimiento entre usuarias y familias es parte fundamental
del trabajo social, además de orientar y asesorar para la búsqueda de
justicia en los casos que se han identificado, aquellos que no han teni-
do resolución o los que no han obtenido un fallo satisfactorio. Existe
jurisprudencia que ha permitido en diferentes casos de mujeres con-
tra sus Estados obtener fallos a su favor, aun cuando sabemos que es
una cuestión muchas veces irremediable. La búsqueda de reparación
por parte del Estado para los casos es fundamental para alcanzar la
justicia (GIRE, 2015, p. 10-12). Buscar justicia y reparación en los
casos que se han identificado es también fundamental.
La violencia obstétrica se ha nombrado como tal en años recientes,
pero es a partir de los años sesentas cuando el activismo feminista de la
segunda ola, comenzó el reclamo sobre los derechos de las mujeres en
todos los ámbitos sobre su cuerpo y su sexualidad. Pero históricamente
452
La intervención del trabajador social para prevenir y erradicar la violencia obstétrica
podemos ubicarlo incluso, con ayuda del libro Calibán y la Bruja (Fre-
dirici, 2010), a partir de la gran caza de brujas, donde hubo una ocupa-
ción del cuerpo de las mujeres, incluyendo su útero: la reproducción, el
cuidado de su salud y una apropiación de su conocimiento ancestral.
Este tipo de violencia está fundada desde la mirada del sector de
atención en salud pública en la concepción de que la experiencia de la
mujer sobre su cuerpo no es legítima. Por lo tanto, se ha normalizado
a gran escala, de forma que en todos los niveles de salud se ejerce y se
invisibiliza.
Es digno de mencionar que apenas en 2014 la OMS hizo su pri-
mera declaración acerca del tema refiriéndose a éste como un trato
irrespetuoso, ofensivo o negligente durante el parto en centros de sa-
lud. “(…) una violación de la confianza entre las mujeres y los profe-
sionales de la salud que las atienden, y también puede ser un impor-
tante factor de desmotivación para las mujeres que buscan asistencia
materna y que utilizan estos servicios” (OMS, 2014). En el texto de
cuatro páginas nunca es mencionado el término violencia obstétrica
como tal, ni tampoco la cuestión estructural que la causa. “Aunque
desde hace varios años, se publicaron medidas recomendadas para la
atención del parto como mantener la tasa de cesáreas (…) entre 10 y
15% de los nacimientos” (GIRE, 2015, p. 13).
La violencia obstétrica definida por la Asociación Grupo de Infor-
mación en Reproducción Elegida (GIRE) está definida como:
(…) una forma específica de violencia contra las mujeres que consti-
tuye una violación a los derechos humanos. Se genera en el ámbito de
la atención del embarazo, parto y posparto en los servicios de salud
públicos y privados, y consiste en cualquier acción u omisión por parte
del personal del Sistema Nacional de Salud que cause un daño físico
y/o psicológico a la mujer durante el embarazo, parto y puerperio, que
se exprese en la falta de acceso a servicios de salud reproductiva, un
trato cruel, inhumano o degradante, o un abuso de medicalización,
menoscabando la capacidad de decidir de manera libre e informada
sobre dichos procesos reproductivos (GIRE, 2015, p. 12).
453
Cynthia González Cárdenas
454
La intervención del trabajador social para prevenir y erradicar la violencia obstétrica
3
El régimen jurídico en nuestro país hacia las manifestaciones de la
violencia obstétrica tiene diferentes tratados internacionales como la
1° Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar
la Violencia contra la Mujer (Belén Do Pará), el Pacto de San José De
Costa Rica, el Comité para la Eliminación de Todas las Formas de
Discriminación contra la Mujer (CEDAW) y la Ley general de acceso de
las mujeres a una vida libre de violencia. Dentro de los ordenamientos
está la Ley general de salud, el Código Civil para el DF, el Código Penal
para el DF, la Norma 007 y la Norma 005.
De acuerdo con GIRE (2015) los siguientes derechos son violados
al ocurrir un caso de violencia obstétrica: el derecho a la salud, den-
tro de éste el derecho a la accesibilidad, aceptabilidad, calidad, la no
discriminación, derecho a la integridad personal, a no ser sometida a
tortura ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes, ampara-
do en convenios internacionales como la Convención Americana sobre
Derechos Humanos, el derecho a la integridad personal como parte de
la Convención do Pará, incluyendo la prohibición de la tortura y de
pena o tratos crueles, inhumanos o degradantes, que en los últimos
años, se ha admitido que en la justificación de la asimetría en conoci-
mientos médicos, se hace amparando la mejora de salud de la persona
a la que se trata; derecho a la información (más allá del consentimiento
informado); derecho de las mujeres a vivir libres de violencia (Art. 1
Belén Do Pará);4 el derecho a la vida privada, 4° de la Constitución, 11
de la Convención Americana. El Comité CEDAW, en su Recomendación
General 19 sobre violencia contra la mujer, señaló la necesidad de pre-
venir actos de coerción respecto de la fertilidad y la reproducción de las
mujeres (GIRE, 2015).
Actualmente, de acuerdo a la página de GIRE, solamente los Es-
tados de Chihuahua (art. 55 actualizado en julio de 2014), Durango
4 “Define la violencia contra las mujeres como cualquier acción o conducta, basada en
su género, que cause muerte, daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico a la mujer,
tanto en el ámbito público como en el privado, y establece en su artículo 7° la obliga-
ción de debida diligencia del Estado para investigarla y sancionarla.” (GIRE, 2015).
5 Los tipos de violencia contra las mujeres son: VI. Violencia obstétrica: Es todo
acto u omisión intencional, por parte del personal de salud que, en el ejercicio de su
455
Cynthia González Cárdenas
456
La intervención del trabajador social para prevenir y erradicar la violencia obstétrica
proceso de embarazo, parto o puerperio, y que puede ser expresada de cualquiera de las siguientes
formas: a) Atención inoportuna e ineficaz de las urgencias obstétricas; b) Trato deshumanizado; c)
Patologización del proceso de embarazo, parto o puerperio; d) Medicalizar sin causa justificada el
proceso de embarazo, parto o puerperio; e) Negativa u obstaculización del apego precoz del recién
nacido con su madre sin justificación terapéutica; o f) Impedir el libre ejercicio de sus derechos
sexuales y reproductivos, atentando contra su privacidad y dignidad ante la pérdida de su autono-
mía. (GIRE, 2017)
11 Los tipos de violencia contra las mujeres son: VIII. Violencia obstétrica: es todo acto u omisión
intencional, por parte del personal de salud, que dañe, lastime o denigre a la mujer durante el em-
barazo y parto, así como la negligencia en su atención médica (GIRE, 2017).
12Reforma que integra la definición de violencia obstétrica. Publicación pendiente a la fecha
(GIRE, 2017).
13Son tipos de violencia contra las mujeres: VI. La violencia obstétrica: Apropiación del cuerpo
y procesos reproductivos de las mujeres por personal de salud, que se expresa en un trato deshu-
manizador, en un abuso de medicalización y patologización de los procesos naturales, trayendo
consigo pérdida de autonomía y capacidad de decidir libremente sobre sus cuerpos y sexualidad;
se consideran como tal, omitir la atención oportuna y eficaz de las emergencias obstétricas, obligar
a la mujer a parir en posición supina y con las piernas levantadas, existiendo los medios necesarios
para la realización del parto vertical, obstaculizar el apego precoz del niño o niña con su madre
sin causa médica justificada, negándole la posibilidad de cargarlo y amamantarlo inmediatamente
después de nacer, alterar el proceso natural del parto de bajo riesgo, mediante el uso de técnicas de
aceleración, sin obtener el consentimiento voluntario, expreso e informado de la mujer y practicar
el parto por vía de cesárea, existiendo condiciones para el parto natural, sin obtener el consenti-
miento voluntario, expreso e informado de la mujer. (GIRE, 2017)
14 Los tipos de violencia contra las mujeres son: VII. Violencia obstétrica.- Apropiación del cuer-
po y procesos reproductivos de las mujeres por personal de salud, que se expresa en un trato des-
humanizador, en un abuso de medicalización y patologización de los procesos naturales, trayendo
consigo pérdida de autonomía y capacidad de decidir libremente sobre sus cuerpos y sexualidad;
se consideran como tal, omitir la atención oportuna y eficaz de las emergencias obstétricas, obligar
a la mujer a parir en posición supina y con las piernas levantadas, existiendo los medios necesarios
para la realización del parto vertical, obstaculizar el apego precoz del niño o niña con su madre
sin causa médica justificada, negándole la posibilidad de cargarlo y amamantarlo inmediatamente
después de nacer, alterar el proceso natural del parto de bajo riesgo, mediante el uso de técnicas de
aceleración, sin obtener el consentimiento voluntario, expreso e informado de la mujer y practicar
el parto por vía de cesárea, existiendo condiciones para el parto natural (GIRE, 2017).
15 Los tipos de violencia contra las mujeres son: “La violencia obstétrica.- Es toda acción u omi-
sión intencional por parte del personal de salud, que dañe, lastime o denigre a la mujer durante el
embarazo y parto, así como la negligencia en su atención médica que se exprese en un trato des-
humanizado, en un abuso de medicalización y patologización de los procesos naturales, trayendo
consigo pérdida de autonomía y capacidad de decidir libremente sobre sus cuerpos y sexualidad;
considerando como tales, la omisión de la atención oportuna y eficaz de las emergencias obstétri-
cas y practicar el parto por vía de cesárea, existiendo condiciones para el parto natural, sin obtener
el consentimiento voluntario, expreso e informado de la mujer” (GIRE, 2017).
457
Cynthia González Cárdenas
Las teorías modernas del derecho penal como ultima ratio o derecho
penal mínimo, 35 sostienen que la criminalización de una conducta
debe ser la última medida a utilizar para lograr el respeto y garantía de
los derechos humanos y el orden social. Por lo tanto, antes de crimi-
nalizar deberían buscarse medidas de tipo administrativo y de política
pública que refuercen el marco normativo y de derechos humanos.
En su caso, el incumplimiento o violación de los derechos humanos
tendría que sancionarse por la vía administrativa o civil.(GIRE, 2013,
p. 43)
458
La intervención del trabajador social para prevenir y erradicar la violencia obstétrica
4
Uno de los términos que se emplea para identificar las características de
la violencia obstétrica es su carácter estructural, es decir, se identifica en
muchos estratos, sin importar el escenario y tiene diversas manifestaciones,
aun cuando sean castigados los sujetos que la ejercen, se seguirá repitiendo,
ya que el sistema está propiciando éstas acciones. El Triángulo de la
Violencia en John Galtung nos ayuda a revisar esta categoría. Define en
su esquema tres tipos de violencia: directa, estructural y cultural. Aunque
en la violencia obstétrica se pueden ejercer las tres formas de violencia, la
estructural es la que no se castiga, incluso es la más invisibilizada.
“Una definición genérica de la violencia podría corresponder-
se a todo aquello que, siendo evitable, impide, obstaculiza o no
facilita el desarrollo humano” (Jiménez-Bautista, 2012, p. 18). La
violencia estructural, la que nos interesa, se refiere a la aplicable
en aquellas situaciones en las que se produce un daño en la sa-
tisfacción de las necesidades humanas básicas como resultado de
los procesos de estratificación social, se reconoce también como
violencia institucional, sistémica, oculta o indirecta. Su objetivo es
mostrar que su amenaza está presente de manera institucional in-
cluso cuando no hay violencia en el sentido literal o “amplio”. La
violencia estructural no involucra a actores que infligen daño me-
diante la fuerza, sino que es equivalente a injusticia social “(…) y
es útil para introducir los mecanismos de ejercicio del poder como
causantes de procesos de deprivación de necesidades humanas bá-
sicas” (La Parra y Tortosa, 2003, p. 62).
Como propuesta “no se trata de correr a los responsables de la muer-
te de un o una paciente, se trata de cambiar las condiciones que permiten
que tragedias irremediables sucedan” (Ávila, 2014, p. 1). Las condiciones
institucionales y las acciones del personal médico, deben separarse para
poder hacer un panorama real de la situación de la violencia obstétrica.
Una de las definiciones más abordadas para explicar el compor-
tamiento del personal, quienes viven su propia violencia estructural,
es lo que Roberto Castro llama habitus médico:
16 Sostienen el informe de GIRE que en el estado de Veracruz sólo se presentaron seis denuncias
y ningún proceso penal. (GIRE, 2013)
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La intervención del trabajador social para prevenir y erradicar la violencia obstétrica
461
Cynthia González Cárdenas
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La intervención del trabajador social para prevenir y erradicar la violencia obstétrica
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Cynthia González Cárdenas
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PROSTITUCIÓN Y ENGANCHADORES
SEXUALES EN LOS ALTOS DE CHIAPAS.
ENTRE EL NARCOMENUDEO, LA SEDUCCIÓN Y
LOS “USOS Y COSTUMBRES”
JOSÉ RUBÉN ORANTES GARCÍA
INTRODUCCIÓN
A finales del siglo pasado, en el año 1995, cuando realizaba trabajo de
campo con tsotsiles y tseltales, autoridades y habitantes (mujeres y
hombres), en municipios de los Altos de Chiapas, conversaba acerca de
una serie de delitos que se cometían en las ciudades caxlanas (mestizas),
como el narcomenudeo y la prostitución, empero, ellos en ese momento
no sabían lo cerca que estaban, de sus pueblos, estas viejas-nuevas
formas de delinquir. Las autoridades se negaban a responder por
delitos, decían ellos, que no ocurrían entre su gente. Pero mi trabajo en
los archivos legales desmentía lo que la gente y autoridades ocultaban
o bien, desconocían. Encontraba casos de pederastia, narcomenudeo y
trata de personas que sirvieron para entender un sistema jurídico sui
géneris entre los tseltal tenejapanecos y que posteriormente publiqué
en el libro Derecho Tenejapaneco (Orantes 2014). Sin embargo, el
tiempo pasó y en la segunda década del siglo XXI las autoridades
tradicionales han sido rebasadas por la penetración, en mayor medida,
de esas mismas formas de delinquir en sus pueblos. En este texto
expondré las “estrategias legales” de las autoridades tseltales, a nivel
de los Juzgados de Paz y Conciliación Indígena (JPCI), en casos de
prostitución y narcomenudeo, y cómo ello ha influido en un nuevo
ordenamiento legal en los JPCI de los Altos de Chiapas.
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1 Datos obtenidos del informe realizado por la Misión de Observación Paz con De-
mocracia, 2005, San Cristóbal de Las Casas, 17 de febrero.
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(...) cuando son sencillos los problemas se resuelven aquí. Cuando son
problemas de divorcio aquí no lo podemos resolver y tiene que hacer
juicio en San Cristóbal porque hay que hacer papeles. Pasan primero
aquí para ver si se pueden conciliar y, si se puede, pues se arregla aquí;
si entran en acuerdo a ver quién fue el ofendido, si la mujer o el hom-
bre, primero hay que conciliar. Ahora, si definitivamente no entran en
acuerdo hay que mandarlos a San Cristóbal; o si no que piensen bien,
se les da un plazo de quince o veinte días o dos meses; según si está
bien duro el problema, hay que darle plazo (...) (entrevista con Diego
Girón, ex autoridad de Tenejapa, Chiapas, marzo de 2004).
2 No obstante, los reclamos realizados por la ONU, la Cruz Roja Internacional u Organizaciones
de Derechos Humanos, utilizando esta clase documentos, en contra de violaciones a los derechos
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Prostitución y enganchadores sexuales en Los Altos de Chiapas
humanos por parte de los Estados Unidos de Norteamérica en cárceles de alta seguridad como
Guantánamo o Abu Ghraib.
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4 Información proporcionada por Félix Girón L. y Ramón López G., Tenejapa, Chiapas, julio
de 2017
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5 Entrevista realizada con Maruch L. G., julio de 2017, San Cristóbal de Las Casas, Chiapas.
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Sin embargo, como pudimos constatar, con el paso del tiempo las
cantinas-prostíbulos se reactivaron y funcionan de manera ilegal en
diversos puntos de la cabecera municipal de Tenejapa. Es frecuente
ver a mujeres embriagándose con hombres entre los que se observan
a funcionarios del ayuntamiento municipal, incluso en sus vehículos
particulares utilizados como transporte para lugares remotos y
“cómodos” para tener relaciones sexuales con ellas. De acuerdo con
estas mujeres los funcionarios son los que mejor pagan, hasta 500
pesos.
El caso más reciente de prostitución ilegal en este tipo de esta-
blecimientos, es el de una mujer que había sido abandonada por su
cónyuge, madre de una niña, que había trabajado en la Ciudad de
México, pero por tener problemas laborales la despiden y se regresa a
Tenejapa. Ella empezó a trabajar como mesera con don David, luego
en otras cantinas de Tenejapa. Gracias a esto llegó a tener su propia
cantina en la que regentea a otras mujeres. Se cuenta que también
vendió la virginidad de su hija de 15 años, cobrando una fuerte suma
de dinero por ella y prostituyéndola a partir de esa edad.
Es importante hacer mención que las mujeres que llegan a trabajar en
las cantinas y que son de municipios vecinos de Tenejapa como Mitontic,
Oxchuc y San Juan Cancuc adoptan la vestimenta tradicional de las mujeres
tenejapanecas, incluso la variante del habla tseltal tenejapaneco, para tener
preferencia y una buena comunicación entre los hombres de Tenejapa.
Las autoridades municipales, y particularmente los jueces de Paz
y Conciliación, no intervienen ni previenen los delitos llevados a cabo
en este tipo de establecimientos debido a que son parte del problema,
por frecuentar estos lugares. Sin embargo, investigando en el archivo
del JPCI de Tenejapa encontré casos en los que mujeres denunciaban
a hombres por maltrato, golpes, adeudos, violaciones. Al revisar los
casos me pude dar cuenta de la falta de una categoría jurídica tsel-
tal en lo referente a la prostitución. Si bien se utiliza la expresión en
tseltal: ants ya xchon sba que podemos traducirla como mujer que se
vende, no existe más que denuncias por “engaño” o “traición”, no por
prostitución. Como lo platicó una autoridad pasado de Tenejapa:
“Cuando la mujer tiene amantes fuera del matrimonio y el marido
se entera, entonces el hombre pide la separación aquí en el juzgado. El
marido puede solicitarle al o a los amantes de la mujer que le devuel-
van lo que ha gastado durante el tiempo que han vivido juntos. Las
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Prostitución y enganchadores sexuales en Los Altos de Chiapas
El castigo que se les impone a las mujeres que ‘traicionan’ (no se ha-
bla de prostitución) consiste en que mandan a traer a la muchacha,
si quiere resolverlo aquí (en el JPCI), aquí se le da solución, si no, lo
llevan a la cárcel de San Cristóbal o al Amate. Se mandan a dos o hasta
cuatro regidores tradicionales a traerla. A veces se huye la persona
culpable pero como los parajes son muy chiquitos, rápido la gente da
información de dónde lo vieron y ahí vamos nosotros a traerla. A veces
no quiere pero también nosotros le decimos ‘entrégate, no seas tonta,
porque le hiciste eso a tu marido, si tenés tu hombre, ahora entrégate
para que se resuelvan las cosas, no tiene caso que andés huyendo, pues
tarde o temprano te van a agarrar y te va ir peor’. Aunque le digo que
a veces dan lástima pero ni modos es nuestro trabajo, y así es la ley y
se tiene que hacer cumplir porque si no después se burlan de las auto-
ridades y si no se castigan todos lo quieren hacer así mismo. Cuando
lo llevamos en presencia del juez, ella dice que no lo quería hacer, pero
que otros hombres le coqueteaban y que desde chiquita ha sido muy
cuzca que tiene muchos novios. El juez le dice que no es el caso que
porque lo tuvo que hacer así si tiene su marido, la mujer se arrepiente
y pide perdón pero no es caso de pedir perdón, tiene que pagar su
familia por el daño que le causó a su marido. Pues así ya nadie la va
a querer recibir y ya anda en boca de todos, ya andan diciendo que es
una ‘puta’ porque hasta con su papá se metió. El caso es que se castiga
según lo que pida el marido y su familia. Si la familia de la mujer no
quieren que lo metan a la cárcel no lo meten, pero si la familia del ma-
rido pide cárcel y que pague un dinero, pues lo pagan ni modos, el juez
dice: ‘el marido aquí fue ofendido por eso, hay lo ves, para que no lo
pensaste antes de hacer tus cochinadas’. Aquí en Tenejapa también hay
6 Entrevista con don Alfonso L. G., febrero 2016. Kotolté, municipio de Tenejapa, Chiapas.
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7 Entrevista a don Víctor G. M., Cruz Chen, municipio de Tenejapa, Chiapas, mayo 2017.
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En Amatenango del Valle hace como veinte años había una casita que
la rentaban puras prostitutas, allí trabajaban y citaban a los hombres.
Llegaban hombres de Amatenango y de Teopisca y de otras partes. En
ese lugar dicen que se vendía cerveza, pox (aguardiente tradicional de
caña) y drogas como la mariguana. Era un lugar prohibido para las
mujeres de aquí, nadie podía llegar. Nosotras como estábamos chicas
no nos dejaban pasar por esos rumbos. Nos decían, hay pura gente
mala y a todas las niñas nos regañaban si decíamos que íbamos a pasar
por esos rumbos. La gente se empezó a quejar porque había muchos
pleitos de gente de fuera y el presidente municipal fue y corrió a toda
esa gente de Amatenango para evitar más pleitos. Al dueño de esa casa
lo regañaron por rentar su casa a gente mala.
En el pueblo hay viudas que se meten con varios hombres para sacarles
dinero, son haraganas, no quieren hacer otra cosa. Una de ellas desde
joven empezó a tener muchos amantes. Se casaba y luego se dejaba y se
metía con otro y otro. Hasta que llegó un señor de Amatenango que se
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8 Entrevista con Juliana L.P. junio de 2017. Amatenango del Valle, Chiapas
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9 Entrevista con don Mariano P. M. Pasado Autoridad, Amatenango del Valle. Julio de 2017.
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pasar nada. Regañaron a la señora por dejar ir a sus hijas solas con un
desconocido y tuvo que pagar los gastos de los mayoles. La otra hija
de esta señora salió huyendo y contó en donde estaba su hermana con
la policía. Le aconsejaron que no dijera nada porque si no también la
iban a matar, por eso tuvo miedo, entonces no habló nada. La hija que
sobrevivió ya está en Amatenango, pero como no saben bien los mu-
chachos a qué se dedicaba en Sonora pues ya se casó10.
CONCLUSIÓN
En la revisión de actas, se encontró un mayor número de demandas
presentadas por mujeres que por parte de hombres. Las mujeres
tseltales intervienen en las demandas en calidad de demandantes,
como de demandadas o como objeto de demanda. En los juicios
apelan a distintos referentes, tanto los de su sistema legal, como los
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José Rubén Orantes García
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Prostitución y enganchadores sexuales en Los Altos de Chiapas
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José Rubén Orantes García
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CONFLICTO SOCIOAMBIENTAL
EN LA JOYA, HUIMILPAN, QUERÉTARO
MÓNICA RIBEIRO PALACIO, EDGAR BELMONT
CORTÉS, MERCEDES CABRERA ROSAS Y CLAUDIA
MORALES GÓMEZ
INTRODUCCIÓN
En las últimas dos décadas han proliferado los conflictos
socioambientales en México (Tetreault et al., 2012; Toledo et al., 2014;
Toledo, 2015). El interés por su abordaje social y ambiental señala
su carácter diverso en virtud de que las causas y los recursos que son
objeto de disputa varían de un lugar a otro. Para Fernanda Paz (2012),
el registro de conflictos socioambientales en 2012 fue de 95 casos en 21
estados de la república; en otro estudio, Toledo y colaboradores (2014)
reconocen alrededor de 177 conflictos socioambientales distribuidos
en 180 municipios, haciendo referencia a 9 tipos: agrícolas,
biotecnológicos, energéticos, forestales, hidráulicos, mineros, por
residuos peligrosos y rellenos sanitarios, turísticos y urbanos, en
los que incluye la construcción inmobiliaria y redes carreteras. Si
bien, los conflictos suscitados por la construcción de carreteras no
son los más numerosos, como serían los mineros o los hidráulicos;
resultan de gran relevancia porque ponen en disputa, más que un
recurso particular (como agua, tierras de cultivo, bosque), el territorio
como espacio geográfico identitario, las prácticas socioculturales y
productivas. En efecto, la disputa por la gestión del territorio sugiere
un reclamo por el reconocimiento de derechos y el ser considerado en
la toma de decisiones que modifican las prácticas y los modos de vida.
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Mónica Ribeiro, Edgar Belmont, Mercedes Cabrera y Claudia Morales
1Entre los objetivos necesarios para lograr esta meta destacan la identificación y control de los fac-
tores que pusieran en riesgo la ejecución de proyectos estratégicos de construcción de infraestruc-
tura, la resolución de la problemática en materia de adquisición de derechos de vía, la eliminación
de la regulación innecesaria y los inhibidores a la inversión sobre todo en términos de construcción
carretera (Flores, 2014).
2 De acuerdo a Peniche y Mireles (2015) los gobiernos de la región Bajío se han caracterizado, por
implementar iniciativas para la creación y concesión de industrias con capital privado y aprobar
la construcción de infraestructura necesaria para su reproducción, impulsando la mano de obra
calificada por medio de la educación pública y privada a nivel medio superior y superior para
trabajar en estos sitios.
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Conflicto socioambiental en La Joya, Huimilpan, Querétaro
EL SITIO DE ESTUDIO
La carretera Palmillas–Apaseo el Grande es una construcción de cuatro
carriles que incluye 9 entronques, 15 puentes y 29 pasos superiores e
inferiores vehiculares. Está ubicada entre los estados de Querétaro y
Guanajuato (Gráfico 1); corre a lo largo de la zona sur del estado de
Querétaro, pasando por los municipios de San Juan del Río, Amealco,
Huimilpan y Corregidora, hasta llegar al estado de Guanajuato, en
Apaseo el Grande. En su paso atraviesa tierras privadas como tierras
ejidales, entre estas últimas se encuentra la localidad campesina La
Joya.
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Mónica Ribeiro, Edgar Belmont, Mercedes Cabrera y Claudia Morales
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Conflicto socioambiental en La Joya, Huimilpan, Querétaro
Gráfico 2. Uso de suelo en la localidad La Joya y el sitio por el que pasa la carretera
Palmillas-Apaseo el Grande
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Conflicto socioambiental en La Joya, Huimilpan, Querétaro
bases del conflicto entre los del norte y los del sur; por un lado, los eji-
datarios de la localidad que no conocían con claridad el programa no
podían sacar leña para la venta, ni plantas medicinales u otros insu-
mos como tierra para sus macetas; por otro lado, el comisariado y su
grupo de allegados incrementaron la tala ilegal y el ingreso de ganado
a pastorear en zonas poco visibles. Además, el hecho de que la pobla-
ción de La Joya ya no “usara” el bosque, permitió que taladores ilega-
les entraran a cortar leña verde. En esta situación aplica con precisión
el señalamiento de Ostrom (2011): la mejor vigilancia de los recursos
comunales es la que hacen los mismos habitantes de la comunidad
con su presencia en tanto hacen uso del recurso.
Tercera línea. Además de los eventos mencionados, debemos
considerar que en esta comunidad —desde los años 80´s— se ha de-
sarrollado una lata migración, principalmente a Estados Unidos y,
recientemente, a la creciente ciudad de Querétaro, que ha inscrito a
Huimilpan como parte de su zona metropolitana. La migración, como
en otras partes de la región del bajío, se ha convertido en una estrate-
gia de sobrevivencia al constituir la fuente de ingresos principal para
los habitantes de la comunidad. La migración no sólo se asocia a la
pobreza o el bajo salario que prevalece en la región, sino también a los
bajos precios de los productos del campo (Bárcenas, 2007). En esta te-
situra, actualmente la mayoría de las familias —en La Joya— tienen al
menos un miembro de la familia migrante varón en Estados Unidos;
mientras que las y los miembros que se quedan en la comunidad, prin-
cipalmente mujeres, migran por semana a la ciudad de Querétaro,
para hacer algún trabajo asalariado o como empleadas domésticas.
Ambas formas de migración profundizan la crisis de identidad que
se vive en el territorio. Las consecuencias de la migración permanente
o circular se han resentido en el semiabandono del trabajo agrícola, por
falta de fuerza de trabajo. Sin embargo, aun con la ausencia física, los
migrantes siguen interactuando en la comunidad a través de los recur-
sos económicos que generan. En ambos casos, migración permanente
o circular, el dinero que “viene de afuera” se emplea en la compra
de ganado, de fertilizantes y herbicidas para la agricultura. Lo anterior
implica que la migración mantiene a las actividades agropecuarias vi-
vas, configurando una especie de resistencia a los procesos de metropo-
litización en defensa de una identidad que se basa en el ser campesino.
Aun cuando sean empleadas domésticas, albañiles o jardineros, ellos
siguen reconociéndose como campesinos.
El sobrepastoreo por ganado, el abandono del laboreo de los cam-
pos y el uso continuo de herbicidas dejan descubierto el suelo y generan
problemas de erosión pluvial y pérdida de fertilidad de los suelos. Los
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agua y que además es el sitio con mayor diversidad biológica para la co-
munidad, fue cancelada poco a poco. A esta sensación de despojo de sus
tierras, de pérdida de control sobre la “gestión” del territorio, se sumó
la idea de que la comunidad fue objeto de engaños y fraudes porque la
carretera sería de cuota y de alta velocidad, que permanecería cerrada
por 5 años aproximadamente; lo que rompía con la ilusión de favorecer
el desarrollo económico con la instalación de negocios a un costado de
la carretera. Frente a este desolador escenario, quienes habían acep-
tado la venta intentaron negociar con la constructora el pago de una
indemnización adicional, un mejor pago de las tierras y del material de
construcción (piedras) que habían obtenido de la explotación del lugar
y la construcción de un puente para el paso del ganado.
La carretera materializó los miedos de los habitantes, el testimo-
nio de un ejidatario señala: “Pues […] yo pienso que de todos modos la
autopista aparte de la destrucción que hace de lo natural, va a causar
algunos problemas, uno de ellos se facilita más para que haya asaltos,
robos, a lo mejor más tarde habrá más gente que le venda a otra gente
que no son de la región, lo de la carretera no nos sirve de progreso a la
comunidad, aunque alguna gente eso es lo que espera que haya, algún
progreso, yo no veo que haya progreso con la carretera […] ¿a quién
beneficia la carretera? a los de Querétaro, a ellos los beneficia”.
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CONCLUSIÓN
Sumando la degradación ambiental de la localidad, los macro-intereses
económicos involucrados en la construcción de la carretera, la crisis
identitaria de los habitantes y la falta de voluntad de la constructora
y las autoridades para dar respuesta parece ser que esto apunta a una
batalla prolongada cuyos afectados ya se saben perdedores desde el
inicio. Una batalla que parece aplazar, para los habitantes de La Joya,
el fin inevitable de volverse una comunidad de asalariados al servicio
de la ciudad de Querétaro, la reconfiguración de la vida de un pueblo
cuya vocación campesina, se empeña, para convertirlos en mano de
obra barata para satisfacer a la ciudad y sus nuevos estilos de vida.
Esta carretera representa el colapso de un sistema socio-ecológico,
que durante años se había sostenido con la construcción de un territo-
rio vivido, simbolizado y valorado por sus habitantes. El colapso ocurrirá
cuando al pasar del tiempo, estos habitantes dependan de la ciudad de
Querétaro, y no tengan ninguna conexión con su territorio y el ecosistema
en que habitan. Esta desconexión convierte a la Joya en un simple espacio
geográfico que bien puede ser abandonado, para ir a la propia ciudad en
busca de otros horizontes de vida, dejará de ser un territorio de vida para
volverse solo un espacio de tránsito para las mercancías de grandes corpo-
rativos.
Las dos carreteras construidas en esta comunidad, aunada a otros
mecanismos, como el pago por servicios ambientales y la precariza-
ción laboral, se han convertido en una estrategia de despojo para los
505
Mónica Ribeiro, Edgar Belmont, Mercedes Cabrera y Claudia Morales
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con pagos a ejidatarios afectados por el libramiento Palmillas-Apa-
seo” en AM Querétaro. http://www.grieta.org.mx/ica-y-la-sct-in-
cumplen-con-pagos-a-ejidatarios-afectados-por-el-libramien-
to-apaseo-palmillas/
Contreras, Guillermo. (2015, 15 de septiembre). Postergan la conclusión
del libramiento Apaseo-Palmillas. AM Querétaro. <http://amquereta-
ro.com/queretaro/2015/09/15/postergan-la-conclusion-del-libramien-
to-apaseo-palmillas>
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EL BOOM DE LA QUINUA Y SUS
REPERCUSIONES EN LAS COMUNIDADES
ANDINAS
DESPOSESIÓN DE LA TIERRA TERRITORIO
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EL INDÍGENA-CAMPESINO: AUTONOMÍA-ORGANIZACIÓN-
AUTODETERMINACIÓN
En la región nuestra, el término campesino no es homogéneo, aunque
ciertamente podemos encontrar elementos en común. La heteroge-
neidad de las diversas sujetidades que se inscriben en el proceso de
producción de la vida a través del trabajo directo con la tierra y, de
ese modo, la reproducción de su identidad en relación con la misma,
sobre todo para el caso boliviano, nos ha conducido a retomar el tér-
mino compuesto indígena campesino.
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10 Se estima que el 50 por ciento producido se exporta. La otra cuarta parte, señalan
las autoras, se fuga por medio del comercio informal hacia el Perú. Por tanto, entre
el 75 y 80 por ciento de la producción total es para exportación.
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El boom de la quinua y sus repercusiones en las comunidades andinas
En el ámbito ecológico, los suelos del altiplano sur son definidos, tanto
por sus propiedades físicas como por las condiciones climatológicas,
como de “alta fragilidad y susceptibilidad a la erosión eólica”, lo cual
se agrava por la poca fertilidad de los mismos; en ese sentido, se hace
indispensable su constante abono. La expansión de la producción de
quinua condujo, en ese sentido, no sólo a anular la diversidad de cul-
tivos sino a sustituir el uso de suelo de pastoreo por uso de cultivo.
Esto, a su vez, redujo significativamente la proporción de cabezas de
ganado —principalmente camélidos—y, por ende, el aporte de abono
para conservar tanto la fertilidad del suelo como de sus nutrientes —
primordiales para el cultivo de quinua. (Pari, et al., 2014, p. 10)
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El boom de la quinua y sus repercusiones en las comunidades andinas
11 Según el informe en mención, hasta ahora se han detectado más de tres mil
variantes de este grano, las cuales se clasifican en cinco categorías: ecotipos del nivel
del mar, del altiplano, de valles interandinos, de los salares y de los yungas.
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13 Continúa la cita: “Cada miembro de la comunidad suele tener dentro de esta aynuqa
una o unas pocas parcelas que usufructúan desde tiempo inmemorial en forma individual,
pero sincronizada con las actividades de los otros individuos en sus respectivas parcelas”.
14 El primero, es aquella forma colectiva basada en el intercambio mutuo de trabajo
(podría equipararse, al menos en términos generales, lo que en Oaxaca persiste como
“tequio”), muchas veces se expresa entre familias o, incluso, entre comunidades, so-
bre todo para labores de siembra y cosecha: una familia ayuda a la otra y viceversa.
La mink’a es el tipo de trabajo basado en la reciprocidad, como el ayni, pero que, en
lugar de pagarse con el mismo tipo de trabajo, se retribuye con una especie o servicio
diferente. El chuqu, por otro lado, se refiere al trabajo colectivo para beneficio de
una sola familia o individuo. Éste generalmente se retribuye con una comunidad por
parte de los beneficiados para quienes colaboraron.
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El boom de la quinua y sus repercusiones en las comunidades andinas
15 Estatuto orgánico TIOC “Jacha Marka Tapacarí Cóndor Apacheta”. Gestión 2014.
Agradecemos a las autoridades originarias de la marka por habernos proporcionado los
estatutos de este Territorio Indígena Originario Campesino para fines de este trabajo.
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COMENTARIOS
El caso como el que ocurrió hace parte de una gran cantidad de casos
similares que tuvieron lugar en esta región del altiplano boliviano en el
marco del boom de la quinua. Muchos de ellos han sido documentados,
pero la gran mayoría no.
Los conflictos por la tierra territorio suscitados a partir del
boom de la quinua se suman, además, a los conflictos generados
por otros factores que igualmente contribuyen a la acumulación de
capital, por un lado, y la desposesión de las comunidades indígenas
campesinas de sus recursos, por el otro. Así pues, el panorama se
complejiza más cuando nombramos casos como el conflicto por el
Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS); o el
Parque Nacional Tunari (PNT), que se refiere a un área declarada
como protegida para evitar que la comunidad indígena de Ayopaya
ejerza el control y uso de sus recursos; o bien, todas las tierras-te-
rritorios que, desde el año 2000, se han visto comprometidos por el
Corredor Biológico Amboró Madidi Vilcabamba que abarca desde
la Zona de Reserva Apurímac, en Perú, hasta el Parque Nacional
Amboró, en Santa Cruz, Bolivia, pasando por el parque Carrasco, el
TIPNIS, Madidi, Sonene, Tambopata, Pilón Lajas.17
Es importante no perder de vista que la región, por sus rique-
zas diversas, ha sido el blanco histórico para el despojo —entre otros
532
El boom de la quinua y sus repercusiones en las comunidades andinas
pueblos del sur—. Despojo que, para poder tener lugar, requiere del
concierto de las diversas estructuras sociales hegemónicas: clases he-
gemónicas, aparato estatal, clase política, aparato jurídico, medios de
comunicación masiva, etcétera. Pero, al mismo tiempo, es necesario
señalar que la desposesión es visible ante nuestros ojos porque hay
pueblos resistiendo, organizándose y construyendo las estrategias que
su tiempo histórico les permiten.
BIBLIOGRAFÍA
Albó, Xavier. (2010). Desafíos de la solidaridad aymara. La mirada Sal-
vaje).
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Cynthia Berenice Salazar Nieves
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PLURALISMO JURÍDICO Y DIÁLOGO
INTERCULTURAL
EL CONCEJO INDÍGENA DE GOBIERNO Y LA
ELECCIÓN DE 2018
SERGIO MARTÍN TAPIA ARGÜELLO
Si un poco de sueño es peligroso,
lo que puede curar no es menos sueño,
sino más sueño, sino todo el sueño.
Marcel Proust, A la sombra de las muchachas en flor.
INTRODUCCIÓN
La reforma constitucional de 2011 en materia de amparo y derechos
humanos ha colocado al concepto y la idea de los “derechos” como uno
de los elementos centrales del discurso jurídico contemporáneo (cfr.
Apreza Salgado, Tapia Argüello y Meza Flores, 2017). Inicialmente,
la reforma fue recibida con un optimismo generalizado, pero su
aplicación concreta ha mostrado ser mucho más problemática de
lo que originalmente se consideraba (por ejemplo, el resultado de la
contradicción de tesis 293/11, que limitó la aplicabilidad del principio
pro-persona y la interpretación amplificadora).
Estas dificultades, que en algunas ocasiones son vistas como pro-
blemas centrales de los derechos humanos (De la Barreda Solórzano,
2015), son en realidad una muestra del carácter paradojal de los dere-
chos. Al estar insertos en una lógica moderna dentro de una sociedad
contradictoria y segmentada jerárquicamente (Berman, 2008), los de-
rechos reproducen esa contradicción al interior. En este sentido, re-
sulta necesario recordar que los derechos, como el derecho, contienen
en sí mismos tanto elementos de dominio como, también, elementos
de emancipación (Santos, 2003) y, por lo tanto, que no deben ser ob-
servados de formas unilineales o simplistas (Tapia Argüello, 2018).
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LA DEMOCRACIA
El concepto de democracia se ha modificado drásticamente desde la
readaptación que se generó de ella en las civilizaciones mediterráneas,
especialmente en la Atenas clásica, misma que sirvió de modelo
ideal (incluso en oposición) de nuestra conceptualización. La idea,
que originalmente debe ser entendida como “el poder del demos”, en
donde “demos”, si bien ha sido interpretado como “pueblo”, refería
a la unión, espacialmente localizada, de las clases populares de la
sociedad ateniense (esta aclaración resulta importante, pues existe en
la actualidad una derivación de “pueblo” para ser identificado como
comunidad política y no, como en el caso que nos ocupa, como la
parte popular de esa comunidad), tenía, debido a estas características
una connotación fuertemente negativa (Aristóteles, 1994). A través
de esta forma de organización social, aquellos que se encuentran
directamente vinculados pueden participar en las decisiones de la
comunidad política sobre la actuación a seguir; la gente (el “pueblo”)
puede dar su opinión y decidir en la esfera pública.
De acuerdo al mito moderno sobre la democracia (Dussel, 2000),
esta idea, originada (y no retomada e interpretada) en las civilizacio-
nes “clásicas” ha servido, a través de diversas reinterpretaciones, para
construir una forma de gobierno basada en los principios, aunque no
en las prácticas, de la democracia antigua (Sartori, 2007). De esta for-
ma, la democracia de los modernos ha modificado la manera en que
las personas participan en la actividad política de la comunidad, pues
el dar una audiencia personal y comunitaria a cada uno de los indivi-
duos (es decir, una democracia directa) resulta imposible, por lo que
es necesario generar una nueva institución: la representación. A través
de ella, todas las voces pueden ser escuchadas, aun cuando no todas
tengan que estar, necesariamente, presentes en cada una de las deci-
siones tomadas (Bobbio, 2004).
Esta forma de democracia, que podríamos mostrar como indi-
recta y procedimental, fue vaciándose progresivamente de contenido
material, volviéndose debido a ello, una simplificación absoluta de los
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CONCLUSIONES
EL 19 de febrero terminó el plazo extraordinario de recolección de
firmas que el Instituto Nacional Electoral (INE) otorgó a las y los
aspirantes a la candidatura independiente presidencial. A medida
que estas se presentaban el Instituto proporcionaba una revisión y
en su caso, validación para el conteo final. Margarita Zavala presentó
un millón quinientas setenta y ocho mil setecientas setenta y cuatro
firmas, pero de ellas más de setecientas ocho mil resultaron apócrifas,
simuladas, repetidas o bien ilegales. Esto quiere decir, 45 por ciento
de las firmas que ella presentó resultaron falsas. En el caso de los otros
dos aspirantes que inicialmente habían logrado superara el umbral
necesario, las cosas no eran muy diferentes; el Bronco, con poco más
de dos millones de firmas, presentó un 58 por ciento falsas mientras
que Ríos Piter, solo tuvo un 14 por ciento de firmas legales en las
poco más de un millón setecientas mil que presentó. De los tres, sólo
Zavala conservó el registro después de la revisión (Instituto Nacional
Electoral, 2018b).
El procedimiento de recolección de firmas de apoyo se realizó
mediante una aplicación para el teléfono celular que capturaba los
datos del ciudadano interesado, tomaba una fotografía y recolectaba
algunos datos de la credencial para votar. En muchos casos se intentó
burlar el sistema a través de fotografías falsas, fotocopias, duplicacio-
nes o alteraciones. A pesar del dictamen del INE que mostraba con
claridad que casi la mitad de los supuestos apoyos de Margarita Za-
vala habían sido obtenidos de esta manera, ella mintió abiertamente
en una entrevista televisiva negando que hubiera un solo apoyo falso
(Ramos, 2018). No es la primera vez que lo hace; en una entrevista
anterior y a pesar de la cantidad inmensa de estudios (tanto académi-
cos como gubernamentales, e.g. Escalante, 2011) que demuestran lo
contrario (por no hablar de la experiencia inmediata), ella dijo que no
había datos para indicar que durante el sexenio en que fue primera
dama hubiera habido un aumento de la violencia en México (Loret de
Mola, 2018).
Estas declaraciones son fácilmente demostrables como falsas; sin
embargo, la intención de Zavala cuando las menciona consiste no en en-
gañar; cuando una persona con poder miente de esta manera, la mentira
busca instaurarse como una verdad alterna que al ser repetida por aque-
llos que le apoyan, se convierte lentamente en una “posible verdad” que
es mostrada como igualmente válida a la verdad de los hechos y los datos
y que por lo tanto debe ser tomada en cuenta. Hay muchos ejemplos en la
historia, desde la famosa frase de Goebbels hasta las fake news de Trump.
Quienes quieren creer en algo, sólo necesitan que una voz autorizada
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se los diga. El apoyo popular (o mejor dicho, la falta del mismo) mos-
tró muy pronto la falsedad de las firmas; el 17 de mayo de 2018, Zavala
renunció a la candidatura (Redacción El Financiero, 2018), dejando al
Bronco (quien logró acceder a la candidatura mediante un recurso judi-
cial) como único candidato independiente de la contienda.
Contra la falsedad y la mentira de estos candidatos, la figura del
Concejo CIG y su vocera, Marichuy se presentó como una maravillo-
sa excepcionalidad de nuestro sistema político. Si la utopía no tie-
ne lugar en el mundo, tenemos entonces dos opciones, la primera,
es olvidarla, la segunda construirla. El CIG apostó por este camino
para mostrar con sus acciones no sólo que estaba bloqueado desde el
inicio, sino también que las formas pseudo democráticas de nuestro
sistema son demasiado estrechas para la búsqueda de una vida buena.
Esta búsqueda no estuvo exenta de contradicciones ni peligros,
pues a cada paso se enfrentaron a la violencia (El País, 2018) y el racis-
mo institucional de un Instituto que privilegiaba (e inicialmente exi-
gió) el uso teléfonos celulares inteligentes, sin pensar en los indígenas
y campesinos en zonas sin luz o sin cobertura telefónica (Miranda,
2018), al silencio cómplice de medios de comunicación que evitaban
en cualquier momento hablar de la figura por la que este cuerpo co-
legiado y horizontal pugnaba, a los peligros cotidianos que acontecen
en nuestro país y al machismo, clasismo, racismo de una sociedad
empujada por los amos del miedo a odiar a aquellos que son distintos
(Redacción El Universal, 2017).
La izquierda toda tuvo que estar con el CIG. Su propuesta, más
allá de las posibles fallas que pudiera contener, era el grito de aquellos
a los que generalmente no se les permite una voz y eso era suficiente.
Con recursos limitados, que se reflejan en los múltiples problemas que
tuvo su campaña, el Concejo logró recibir más apoyo de lo que mucha
gente habría creído posible, de personas de todos lugares y contextos.
Este apoyo no se vio mal correspondido: más del 90 por ciento de
las firmas presentadas por Marichuy, fueron validados por el Instituto
Electoral (Instituto Nacional Electoral, 2018a). La comparación, entre
los políticos profesionales, ya dentro de un partido, ya fuera de él y un
pequeño grupo que buscó la imposible candidatura, habla de las enor-
mes diferencias que existen en nuestro país. La mentira y el engaño
son las armas del poder; y por eso la memoria, viva, presente, activa,
es el único camino para pelear contra ellos.
El Concejo supo temprano que no lograría las firmas (Redacción
SDPnoticias, 2018); para ellos, la organización y el mutuo conocimien-
to, era más importante aún que la candidatura en sí. Por ello, la lucha
no iba encaminada al plano netamente electoral, sino a una transfor-
552
Pluralismo jurídico y diálogo intercultural
mación radical de cómo se hacen las cosas. Como dijera Estela Hernán-
dez (2017), mujer indígena detenida ilegalmente por la policía federal
en el acto de desagravio a su persona a la que fue obligada la autoridad:
la lucha es para que la dignidad (esa, que no permite presentar casi un
millón de firmas falsas, mentir en televisión o proteger a tu familia con-
tra la muerte de cuarenta y nueve niños) se haga costumbre.
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Sergio Martín Tapia Argüello
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LA CLASE TRABAJADORA EN LA DISPUTA
POR DERECHOS LABORALES
INTRODUCCIÓN
La crisis capitalista del siglo XXI amenaza con la extinción de la vida
en todas sus formas, de ahí que la lucha contra el capital es al mismo
tiempo una lucha por la vida. Uno de los frentes en este camino es el
de las batallas orientadas a desnaturalizar las ideas dominantes de la
sociedad capitalista. Por ello, el presente texto busca aportar algunas
notas en esa inmensa labor, entre ellas, la concepción del derecho
moderno capitalista como consustancial a la existencia humana; en
segundo lugar, la idea del derecho al trabajo como algo bueno y justo
que protege a la clase trabajadora; en tercer lugar la idea de que en
el contexto del desarrollo científico y tecnológico del siglo XXI la
sociedad se dirige hacia el fin del trabajo, por lo que conceptos como
ley del valor o clase trabajadora dejan de tener valor explicativo.
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para reconocerse como clase y actuar como tal para resistir al capital.
Por ello, considero útil el concepto clase trabajadora ampliada, por-
que incorpora a la totalidad del trabajo social, la totalidad del trabajo
colectivo que vende su fuerza de trabajo como mercancía y que cam-
bia por salario, y no se limita a los trabajadores manuales directos.
Así, este concepto comprende, de manera central, al conjunto de tra-
bajadores productivos que “producen plusvalor y que participan del
proceso de valorización del capital, por medio de la interacción entre
trabajo vivo y trabajo muerto, entre trabajo humano y la maquina-
ria científico-tecnológica”, e incorpora al conjunto de los trabajado-
res improductivos, excluye a gestores del capital y pequeña burguesía
(Antunes, 2018, p. 91).
Enfrentar la fuerza con la que el sistema del capital depreda al
mundo entero demanda de los movimientos sociales una mayor ar-
ticulación de clase para resistir la mercantilización de la vida y su
tendencia destructiva. En ese camino, es importante tomar en cuenta
las aportaciones de cada una de las luchas que enfrenta el dominio
del capital, en un mundo en el que los capitalistas pretenden evadir la
crisis a través de su expansión en tiempo y espacio, lo que hace que las
peores condiciones de trabajo y vida de la clase trabajadora presionan
hacia abajo las condiciones de la clase trabajadora en el mundo. Esta
articulación mundial dada por el capital hace necesaria también la
articulación de las diversas luchas que confrontan al capital dentro y
fuera del estado, de forma que sea posible enfrentar las distintas for-
mas de dominación política del capital.
EPÍLOGO
Como se ha planteado, el derecho moderno capitalista está imbricado
con el desarrollo capitalista, al ser una construcción históricamente
determinada es también históricamente superable. Más aún, el derecho
moderno capitalista sostiene a la sociedad capitalista pues le permite
mantener estables las condiciones de su reproducción a pesar de su
inherente tendencia al conflicto. Al mismo tiempo, el derecho moderno
capitalista es un espacio en permanente disputa entre clases, en ese
sentido, la aspiración de quienes luchan por ampliar derechos imprime
un carácter subversivo al uso del derecho moderno porque enfrenta su
aspiración al interés de las personificaciones del capital por apropiarse
de mayores ganancias. La importancia de la lucha por derechos aquí
y ahora es fundamental pero parcial en el horizonte de emancipación
social, porque la emancipación no puede limitarse a la forma política
del capital, sino que ésta debe abarcar todas las esferas de la vida social.
571
Blanca Estela Melgarito Rocha
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La clase trabajadora en la disputa por derechos laborales
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SOBRE LAS AUTORAS Y LOS AUTORES
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Blanca Estela Melgarito Rocha, Daniel Sandoval Cervantes y Alma Guadalupe Melgarito Rocha
RICARDO MIRANDA
Asesor en el Seminario de Filosofía del Derecho de la Facultad de
Derecho, UNAM; Managing Editor de Mexican Law Review del
Instituto de Investigaciones Jurídicas, UNAM. Correo electrónico:
mirandam.ricardo@gmail.com
576
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Sobre las autoras y los autores
DANIEL CIEZA
Profesor de la Facultad de Ciencias Sociales-Universidad de Buenos
Aires. Coordinador del Observatorio de Relaciones de Trabajo y
Derechos Humanos de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA y
dirige proyectos de investigación sobre el mundo del trabajo. Correo
electrónico: danielcieza22@gmail.com.
ÉDGAR BELMONT
Profesor investigador adscrito a la Facultad de Filosofía, Universidad
Autónoma de Querétaro.. Correo: edgar.belmont@uaq.edu.mx
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Blanca Estela Melgarito Rocha, Daniel Sandoval Cervantes y Alma Guadalupe Melgarito Rocha
MIRIAM ROQUE
Licenciada en Relaciones Internacionales y Maestra en Estudios
Latinoamericanos por la UNAM, becaria del proyecto PAPIIT No.
N303717, titulado: “Evaluación de los objetivos económicos y de
movilidad de la Alianza Pacífico” en el CIALC. Correo electrónico:
aketoq@gmail.com
TAINÃ GÓIS
Mestranda em Direito Coletivo do Trabalho da Faculdade de Direito da
USP, membra da Rede Feminista de Juristas e pesquisadora do Grupo
de Pesquisas Trabalho e Capital – GPTC USP. Correio electrónico:
tain4gois@gmail.com
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Sobre las autoras y los autores
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C O L E C C I Ó N G R U P O S D E T R A B A J O