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Cristian Fernando Vásquez Aquino.

201641923
La pobreza ocasiona que los estudiantes abandonen sus estudios.
Según (Alvizurez 2020)

Según la prensa nacional de Guatemala En lo que va del año, 13 mil menores de


edad abandonaron sus estudios por diferentes causas, entre ellas trabajo,
especialmente en la provincia, según cifras oficiales.

Sectores de la sociedad coinciden en que debe sobresalir la voluntad del Gobierno


para reducir el desafío de contrarrestar la deserción escolar en el país, cuyas
causas son pobreza, migración, trabajo infantil, condiciones de salud,
infraestructura escolar y racismo. Guatemala es el país que menos invierte en
educación, con el 2.8% del producto interno bruto.
Los establecimientos deben ser atractivos para los estudiantes y la calidad
educativa debe ser igual para todos.
Los maestros deben ser capacitados para detectar las señales de deserción
escolar y evitarlas.
Es necesario promover nuevas políticas públicas que garanticen la calidad
educativa.

En Escuintla, la causa de deserción escolar en muchas adolescentes es el


embarazo precoz. En el 2016 se registraron 65 casos. Miriam Maribel Glinz
Palencia, directora Departamental de Educación en Escuintla, explicó que la
mayoría de niñas que desertaron fueron víctimas de violación. Comentó que
preocupa no solo que no hayan terminado el ciclo escolar, sino que no se
inscribieron en el actual.

Carlos Rodríguez, de la Oficina de Planificación de la Dideduc en Suchitepéquez,


refirió: “Este año tenemos 154 mil estudiantes en todo el departamento y de esta
cantidad, 635 ya han abandonado las escuelas. Los problemas siguen siendo los
mismos: que los padres no tienen empleo y en el caso de las niñas, tienen que
cuidar a sus hermanos o salir a trabajar”.

Rodríguez añadió que con el objetivo de disminuir las cifras de deserción han
promovido estrategias, entre estas que los maestros visiten las viviendas de los
estudiantes y hablen con los padres para hacerles conciencia sobre la
importancia de la educación.

De acuerdo con el último censo, recogido recientemente en ese departamento,


unos ocho mil niños en edad escolar trabajan o ayudan a sus padres en la
agricultura.

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