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Voces de esclavitud y libertad

Documentos y testimonios
Colombia, 1701-1833
Editorial Universidad del Cauca

2013
© Universidad del Cauca, 2013
© de los autores: Orián Jiménez Meneses / Edgardo Pérez Morales

Diseño de la Serie: Editorial Universidad del Cauca


Diagramación: Andrea Vaca Muñoz / Maritza Martínez A.
Diseño de carátula: Maritza Martínez A.
Diseño de la carátula con base en "Acuarela No.21. Cauca:
Cigarrera 1853"; en: Barona, Guido, Camilo Domínguez, Augusto
Gómez y Apolinar Figueroa (editores). 2002. Geografía, física
y política de la confederación granadina Vol. 1. Popayán:
Universidad del Cauca
Editor General de Publicaciones: Axel Rojas

Editorial Universidad del Cauca


Casa Mosquera Calle 3 No. 5-14.
Popayán, Colombia
Teléfonos: (2) 8209900 Ext 1134
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todo o en parte, siempre y cuando se cite la fuente y se haga con
fines académicos y no comerciales.

ISBN: 978-958-732-120-3

Impreso en Popayán, Cauca, Colombia. Printed in Colombia.


Samava Ediciones
Calle 1 No. 2-99 Popayán - Colombia
A roberto luis Jaramillo y jaime arocha rodríguez,
cuyas lecciones han animado esta búsqueda
Contenido
Abreviaturas utilizadas ................................................................................... 11

Estudio preliminar: esclavitud, libertad y voces del pasado


Orián Jiménez Meneses
Edgardo Pérez Morales.....................................................................................13

Entre la vida y la muerte


Testamentos de negros, pardos y mulatos....................................................... 35

1. Testamento de Gregoria de Salazar (liberta)


Buga. Llanogrande, 5 de febrero de 1800 ..............................................37

2. Testamento de Vicente Baraona (liberto)


Bugalagrande, 14 de agosto de 1803 .....................................................43

3. Testamento de José Vicente Arce (pardo libertino)


Buga, 14 de agosto de 1803 ...................................................................49

4. Testamento de Manuela Quintero (mulata libertina)


Cali, 2 de febrero de 1773 ......................................................................55

5. Testamento de Juana de Villalobos (mulata libertina)


Cali, 26 de diciembre de 1776 ................................................................59

6. Testamento de Hilario Piedrahita (mulato)


Pueblo de la Paz del Espíritu Santo, 3 de diciembre de 1734 ..............63

7. Testamento de Ángela María Castrillón (parda libre)


Popayán, 2? de agosto de 1735 ..............................................................67

8. Testamento de María de Vegonaga (parda libre)


Popayán, 6 de enero de 1743 .................................................................69

9. Testamento de Petrona Trujillo del Campo (parda libre)


Popayán, 14 de diciembre de 1763 ........................................................75

10. Testamento de Manuel Polanco de Velasco (negro libre)


Popayán, 17 de junio de 1772 .................................................................83
11. Testamento de María de Velasco (negra libre)
Popayán, 4 de septiembre de 1775 ........................................................89

12. Testamento de Juana de Bonilla (negra libre)


Popayán, 14 de diciembre de 1775 ........................................................95

13. Testamento de Tomás Gómez (negro libertino)


Popayán, 30 de abril de 1781 ...............................................................103

14. Testamento de Tomás Gómez (negro libertino)


Popayán, 24 de noviembre de 1781 .....................................................107

15. Testamento de Javier Velasco (pardo)


Popayán, 31 de octubre de 1796 ..........................................................113

16. Testamento de Manuel José de Vergara (pardo)


Popayán, 13 de febrero de1805 .........................................................119

17. Testamento de Bernardo de Belén (negro libertino)


Popayán, 10 de mayo de 1820 .............................................................125

18. Testamento de Pedro García (negro libre)


Vega de Supía, 10 de octubre de 1701..................................................129

19. Testamento de Baltasara de Aragón y Perea


Cali, 18 de enero de 1791......................................................................133

20. Testamento de Francisco de Peñalosa


Popayán, 30 de abril de 1732 ...............................................................139

21. Testamento de Pascual Dorado


Popayán, 24 de julio de 1776 ...............................................................149

8
Cautiverio y libertad
Esclavos, Señores y Magistrados.....................................................................161

22. Autos seguidos en razón de su libertad Jacinto Benítez, color


pardo, y doña María Rosa de Caicedo, viuda del capitán Pedro
Santiago Benítez de la Serna
Chocó 1732-1733 ...................................................................... 163

23. Paulina Montaño, mulata liberta, sobre su libertad con el doctor


don Juan de Caicedo, alférez real de la ciudad de Cali
1738-1739 ................................................................................. 197

24. Comunicación de don Francisco de Paula Salcedo, sobre la


aprehensión de una goleta francesa
Fragata el Rosario, Cartagena de Indias,
11 de julio de 1773 ................................................................................259

25. Representación de Juan Francisco y su mujer María Francisca,


esclavos, al Virrey
Presentado en Cartagena de Indias, 30 de diciembre de 1784 ........ 265

26. Representación de Francisco Javier de Mier, esclavo, al Virrey


Mompós, 24 de diciembre de 1760.......................................................267

27. Representación de José Antonio Molla, esclavo, a don Pedro


Bruno Escandón, juez comisionado para la causa mortuoria
del Marqués de Santa Coa don Julián de Trespalacios Mier
Presentado en Mompós, 20 de septiembre de 1770 ...........................273

28. Representación de Gregorio José Cevallos, moreno esclavo,


al corregidor de Mompós don Ignacio de San Miguel
Mompós, 17 de febrero de 1777 ..........................................................275

29. Representación de María Isabel de la Guardia sobre la


libertad de su hermano José Román
Presentada en Santafé, 28 de agosto de 1778 .....................................277

30. Representación de Dominga Pérez, esclava,


a la Real Audiencia de Santafé
Presentada en Santafé, 1 de octubre de 1798 ......................................279

9
En los campos de batalla
Memorias de las guerras de independencia..................................................283

31. Juan Manuel Mosquera, esclavo,


testigo oculto de la batalla de Palacé
Popayán, diciembre 15 de 1812 ...........................................................285

32. Jerónimo Torres Tenorio relata la insubordinación


de los esclavos de la mina de San Juan al gobernador de Popayán
Mina de San Juan, Junio 20 de 1820 ....................................................289

33. José María Martínez hace recuento de su libertad,


méritos y servicios durante la época de la Independencia
Santafé de Antioquia, presentada en Septiembre 6 de 1822................295

34. Un veterano de la guerra y antiguo esclavo relata la acción


de Tenerife a un extranjero
Tenerife, río Magdalena, 1823 ..............................................................297

35. Hoja de servicios del sargento segundo Juan Castillo,


su país África, su calidad negro
Piedecuesta, noviembre 2 de 1826........................................................301

36. Hoja de servicios de Lorenzo Pardo,


del Batallón de Milicias de Cartagena
Cartagena, 1833......................................................................................303

10
Abreviaturas utilizadas

ACC Archivo Central del Cauca, Popayán-Colombia

AGN Archivo General de la Nación, Bogotá-Colombia

AHA Archivo Histórico de Antioquia, Medellín-Colombia

AHB Archivo Histórico de Buga, Buga-Colombia

AHC Archivo Histórico de Cali, Cali-Colombia

11
esclavitud, libertad y voces del pasado:
Estudio preliminar

Orián Jiménez Meneses1


Edgardo Pérez Morales2

L uis Murillo tenía tan sólo doce años cuando las tropas del Rey
de España lo reclutaron como pífano de la tercera compañía
del regimiento Numancia. Era el año 1818 y en el Nuevo Reino de
Granada y la Capitanía General de Venezuela las tropas españolas
trataban de custodiar territorios amenazados por guerrillas patriotas
que ganaban cada vez más experiencia y legitimidad. El Nuevo Reino
de Granada estaba en crisis, azotado como había sido por el colapso
de la monarquía de los Borbones en 1808, las hostilidades civiles
que se iniciaron en 1811 y la reconquista comandada por Pablo
Morillo desde 1815.3 El mundo ardía alrededor del pequeño Murillo.
Había nacido en Buga, en la gobernación de Popayán, en agosto
de 1806. Sus padres, demasiado pobres, se lo habían entregado a
un hombre que le proporcionó algunos rudimentos de cristiandad y
primeras letras. Pero su educación se vio repentinamente cambiada

1 Universidad Nacional de Colombia


2 University of Michigan
3 José Manuel Restrepo, Historia de la revolución de la república de
Colombia en la América meridional (Medellín: Universidad de Antioquia,
2009, 2 vols.).

13
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

por la vida en medio de las tropas y la música de guerra.4 Como


Murillo, muchos otros individuos --libres y esclavos, blancos,
negros, mestizos y mulatos-- fueron reclutados en el valle del
Cauca e hicieron parte de la conflagración de aquellos tiempos.
Murillo nació en una comarca en la que podía constatar a diario
qué significaba ser libre y qué significaba ser esclavo. A fines del
siglo XVIII había más de mil cien esclavos en la jurisdicción de
su ciudad natal y más de veintitrés mil en toda la gobernación.5
Igualmente, trabajó al lado de esclavos y antiguos esclavos,
no sólo en las tropas del Rey sino también en las patriotas.
En efecto, el regimiento Numancia viajó hasta el Perú, donde,
animados por el capitán Tomás Heres, sus miembros desertaron
el campo español y se unieron a las tropas del general José
de San Martín convirtiéndose en el regimiento Voltígeros, que
peleó en las batallas de Junín y Ayacucho.6

Murillo estuvo también en el Alto Perú (Bolivia), pero de allí regresó al


Perú, donde trabajó como arriero de llamas en Arica y como jornalero
en una hacienda cerca de Arequipa. Allí acumuló veinte reales con
los cuales se fue a Lima, donde se hizo empelado de Felipe Cortés,
a quien acompañó en un viaje de dos años a Chile. A su regreso a
Lima se casó y tuvo doce hijos. Con más de setenta años, viviendo
“pobre e ignorado,” en 1881 tomó pluma y papel y escribió una corta
relación de su vida.

Las circunstancias de la vida de Murillo así como su testimonio


iluminan con claridad meridiana dos claves interpretativas que han
sido fundamentales en la construcción de la presente colección
de fuentes documentales. En primer lugar, creemos que el estudio

4 Luis Murillo, “Relación de un soldado,” Alberto Montezuma Hurtado,


Antología de la batalla de Ayacucho (Bogotá: Caja de crédito agrario,
industrial y minero, 1974), 251-256.
5 Hermes Tovar Pinzón, Camilo Tovar M. y Jorge Tovar M., Convocatoria
al poder del número. Censos y estadísticas de la Nueva Granada (1750-
1830) (Bogotá: Archivo General de la Nación, 1994), 321-322.
6 Luis Murillo, “Relación…”; Clément Thibaud, Repúblicas en armas. Los
ejércitos bolivarianos en la guerra de Independencia en Colombia y
Venezuela (Bogotá: IFEA, Planeta, 2003).

14
esclavitud, libertad y voces del pasado

de la esclavitud es inseparable del estudio de la libertad. Estas


dos condiciones de vida, estos dos tipos de estatus, existen
dialécticamente, son mutuamente influyentes y sólo adquieren sus
respectivos sentidos en contraste o diálogo con la contraparte.
Comprender esto y prestarle igual atención a esclavos y señores,
es decir a sus interacciones, expectativas mutuas y relaciones de
deferencia y paternalismo, así como a sus enfrentamientos y pleitos,
es clave para avanzar hacia la construcción de una historia social
más sofisticada de Colombia durante la época de la esclavitud.

En segundo lugar, estamos convencidos de que para avanzar en


ese camino es necesario recurrir a las fuentes documentales y a los
testimonios de personas como Murillo, es decir de soldados, esclavos,
libertos, arrieros, artesanos y costureras. En ellos, precisamente, se
rebela la complejidad de su interacción con coroneles y generales,
amos y antiguos amos, o patrones y clientes. Se trata de interacciones
mediadas por la jerarquía, por la deferencia, por la violencia y el
abuso de poder, pero también por el paternalismo, el agradecimiento
o el amor. Murillo conoció a San Martín, a Simón Bolívar, a Antonio
José de Sucre y a José María Córdoba. Fue un soldado que siguió
órdenes pero que también las desobedeció.

No obstante nuestro énfasis en la necesidad de comprender


estas interacciones, queremos señalar que los documentos aquí
reunidos y que son testimonio de personas del común, revelan
también circunstancias que eran propias de sus estilos de vida
y de sus posiciones en la jerarquía étnica y social. Aunque
podríamos recurrir a grandes teorías sociológicas, antropológicas
e históricas para discutir esto, nuevamente preferimos remitir
al lector a las palabras de Murillo. Él sabía que su testimonio
de la guerra tenía un ritmo y una perspectiva distinta a la que
aportaban los relatos sobre los grandes héroes que todo el mundo
recordaba. Se había encontrado en una situación tan inferior que
había podido presenciar los detalles ignorados por aquellos que
estuvieron por encima de él:

Los historiadores de esa época pasan en silencio


muchos pormenores, al parecer insignificantes al lado
de los altos hechos que refieren, pero en realidad dejan
vacíos que debemos llenar los que los presenciamos.

15
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

Por eso me atrevo a escribir estas líneas, en las


cuales no hay nada de grande ni de poético, porque
me encontré en un punto tan bajo del cuadro, que
no pude ver más que los detalles.7

Voces de esclavitud y libertad es una colección de fuentes


documentales que pretende contribuir a llenar los vacíos de los que
habló el veterano Murillo y, justamente, con los testimonios dejados
por aquellos que vivieron en esos tiempos. Se trata de proporcionarles
a historiadores, docentes y aficionados a la historia de Colombia y de
América Latina una muestra de documentos de época en los cuales
abundan los detalles de la vida y de la muerte de hombres y mujeres
esclavizados, libertos y libres cuyas interacciones cotidianas con sus
pares y superiores se revelan también en esos pormenores. Aunque le
hemos prestado especial atención al siglo XVIII, presentamos también
algunos documentos de la época de la independencia y temprana
república que indican que es posible salir a la búsqueda de fuentes
para complementar las famosas memorias de los grandes héroes de
la emancipación política y los más esquivos testimonios de soldados
comunes como Murillo.

Con esta contribución, esperamos ayudar a cambiar los términos


del debate sobre qué tanto pueden “hablar” los esclavizados y los
libres y cuál es la magnitud de sus voces que se puede rescatar
en los documentos manuscritos. En efecto, creemos que una
vez cumplida la primera responsabilidad del historiador, que es
indagar y buscar, es imposible afirmar que aquellas voces no han
llegado hasta nuestros días o que han llegado tan distorsionadas
que no es posible comprenderlas. En nuestros años de experiencia
investigando en archivos de Medellín, Santafé de Antioquia,
Rionegro, Cartago, Buga, Cali, Popayán, Ibagué y Bogotá, hemos
comprendido que lo más relevante es aprender a “escuchar”
mediante la lectura crítica de las fuentes documentales; sólo así
se puede constatar la existencia y claridad de aquellas voces que
surgen de entre los antiguos folios y la añeja tinta.

7 Luis Murillo, “Relación…,” 251.

16
esclavitud, libertad y voces del pasado

Este es un libro que, a partir de documentos rescatados de distintos


archivos de Colombia, presenta la voz de hombres y mujeres
comunes que hablaron ante escribanos, amanuenses y papelistas
--escribientes sin educación formal pero versados en las formulas
y estilos legales-- cuyo trabajo y responsabilidad era transcribir
sus palabras fielmente o elaborar escritos con sus ideas y según
sus necesidades. Estos treinta y seis documentos, transcritos con
ortografía modernizada pero conservando la puntuación que
aparece en los originales, servirán como fuente y referencia
para investigadores, para docentes y para las comunidades afro-
descendientes. Pueden ser al mismo tiempo piezas de información
histórica de valor único, como también eslabones de cadenas más
amplias que cobran nuevos sentidos cuando se sitúan en conexión
con otros documentos. Voces de esclavitud y libertad es pues una
invitación a ir en busca de fuentes similares o a seguir el rastro de
las personas que aparecen en estas páginas.

Esta es una invitación de carácter cosmopolita. Los archivos de


Bogotá son sumamente importantes, pero, aunque allí hay fuentes
sobre todos los rincones de Colombia, y también sobre Venezuela,
Ecuador y Panamá, el verdadero tesoro de las fuentes históricas
colombianas está en los archivos departamentales y locales, donde
se encuentran protocolos notariales, juicios civiles y criminales,
libros de cuentas y otras series documentales que no existen
e ninguna otra parte del mundo. El historiador cosmopolita es
precisamente aquel que se aventura más allá de lo que percibe
como el centro de su universo para descubrir que su ciudadanía
profesional está allí donde los hombres y mujeres del pasado
dejaron testimonios de su paso por la tierra.

***

La primera parte de esta colección contiene veintiún testamentos,


nueve de ellos otorgados por mujeres y doce por hombres. Tres
fueron otorgados en la jurisdicción de Buga, tres en Cali, trece en
Popayán, uno en el pueblo de la Paz, en jurisdicción de la ciudad de
Iscuandé, y uno en la Vega de Supía. Se trata pues de un interesante
mosaico que nos acerca a las vivencias de varios hombres y mujeres
de la Gobernación de Popayán entre 1701 y 1820. Aquella importante
porción del Nuevo Reino de Granada se caracterizó por la importancia

17
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

y la centralidad de la institución de la esclavitud. A finales del siglo


XVII y comienzos del siglo XVIII, los primeros señores de cuadrillas
de esa sociedad esclavista consolidaron las bases fundamentales
para la explotación de las minas de oro de Nóvita, Citará, El Raposo
y Barbacoas: culminaron la empresa de la conquista militar que se
había extendido a lo largo del siglo XVII; reconocieron, por mano
de mineros baquianos, los lugares más promisorios para extraer
oro; enviaron las primeras cuadrillas de esclavos, y comenzaron
a establecer métodos eficaces para su abastecimiento tales como
el uso de la mano de obra de indígenas sometidos y el envío de
vituallas producidas en sus propias haciendas del interior andino.
Los artífices de la empresa estaban asentados en centros urbanos
como Anserma, Cartago, Toro, Buga, Cali y Popayán, la ciudad más
importante por ser cabeza de gobierno y donde residían los más
poderosos propietarios.8

Esta muestra documental de aquella sociedad nos permite


escuchar las voces de los esclavos que alcanzaron su libertad y
de personas que descendían de esclavos. En la primera sección
ofrece testamentos de negros, pardos y mulatos, muchos de
los cuales se describían a sí mismos como libertinos, es decir
emancipados. Mientras que los llamados libres de todos los colores
no necesariamente descendían de esclavos o habían sido esclavos,
los libertinos fueron esclavos pero alcanzaron su libertad. Estos
documentos nos hablan de sus cortos o muchos bienes, de sus
casas de habitación, de sus relaciones familiares y sociales, de sus
devociones y de sus expectativas y temores cotidianos. En esta
sección conocemos vidas como las de Vicente de Baraona, quien
había comprado su libertad pero cuya mujer e hijos seguían aun en
el cautiverio de la esclavitud (doc. 2), o la de María de Vegonaga,
una parda libre que vivía en el convento de la Encarnación de
Popayán donde se ejercitaba en el ejercicio de la costura (doc. 8).

8 Germán Colmenares, Cali: terratenientes, mineros y comerciantes. Siglo


XVIII (Bogotá: Tercer Mundo Editores, 1997); Germán Colmenares, Historia
económica y social de Colombia II: Popayán, una sociedad esclavista, 1680-
1800 (Bogotá: Tercer Mundo Editores, 1997).

18
esclavitud, libertad y voces del pasado

En la primera sección hemos incluido tres testamentos también


procedentes de la Gobernación de Popayán. En estos casos los
testadores no enunciaron su condición étnica. Pero son tres
piezas valiosas, incluyendo la cautivadora memoria testamental de
Pascual Dorado, un hombre atormentado por sus pecados. Dorado
manifestó que deseaba tener “mil vidas” para gastarlas en alabar a
Dios, reconociendo que la única vida que tenía la había gastado en
ofenderlo. El pecador, por tanto, manifiesta en su testamento que su
cuerpo debería, tras la muerte, ser “arrojado en un muladar apartado
de la compañía de los fieles” (doc. 21).

Los historiadores conocen el potencial de los testamentos como


documentos históricos y con esta contribución aportamos un poco
más a los cientos de testamentos que reposan en diversos archivos
de América Latina y que han sido publicados en ricas colecciones
documentales. Varios investigadores se han dado a la tarea de
localizar, trascribir y traducir estos valiosos documentos. Se trata,
en casi todos los casos, de testamentos de hombres y mujeres
indígenas. En Colombia, Pablo Rodríguez ha publicado noventa
y un testamentos de indígenas que dejaron disposiciones antes
de su muerte en Santafé, entre los años 1567 y 1667.9 En el caso
de México, la serie Vidas y bienes olvidados ofrece ciento sesenta
testamentos de la época novohispana.10 Son testamentos indígenas,

9 Pablo Rodríguez (edición y prólogo), Testamentos indígenas de Santafé


de Bogotá, siglos XVI-XVII (Bogotá: Instituto Distrital de Cultura y
Turismo, 2002).
10 Teresa Rojas Rabiela, Elsa Leticia Real López y Constantino Medina Lima,
Vidas y bienes olvidados. Testamentos indígenas novohispanos. Vol. 1.
Testamentos en castellano del siglo XVI y en náhuatl y castellano de
Ocotelulco de los siglos XVI y XVII (México: Centro de Investigaciones
y Estudios Superiores en Antropología Social, Consejo Nacional de
Ciencia y Tecnología, 1999); Teresa Rojas Rabiela, Elsa Leticia Real
López y Constantino Medina Lima, Vidas y bienes olvidados. Testamentos
indígenas novohispanos. Vol. 2. Testamentos en náhuatl y castellano del
siglo XVI (México: Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en
Antropología Social, Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, 1999);
Teresa Rojas Rabiela, Elsa Leticia Real López y Constantino Medina Lima,
Vidas y bienes olvidados. Testamentos indígenas novohispanos. Vol. 3.

19
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

muchos de los cuales fueron originalmente otorgados en lenguas


como el náhuatl, mixteco y zapoteco. Provenientes de los siglos
XVI y XVII, estos documentos ofrecen valiosa información sobre
los procesos de aculturación, mestizaje y consolidación de la
sociedad Indiana en la Nueva España. Tal como anotó Teresa
Rojas Rabiela, “esta clase de documentos constituye una fuente
privilegiada para realizar estudios de diversa índole sobre la
transformación de los pueblos mesoamericanos después de
la conquista, así como acerca de la continuidad de la cultura
prehispánica durante el período colonial.”11

Como una contribución a la historia regional del Perú durante


la época virreinal, Carlos Hurtado Ames y Víctor Solier Ochoa
localizaron en el Archivo Regional de Junín testamentos de
curacas de los repartimientos del valle del Mantaro.12 Son nueve
testamentos de los siglos XVII y XVIII que revelan las dinámicas
culturales, familiares y económicas de un valle en los Andes
del Perú. Estos documentos muestran, en la escala micro, la
realidad compleja del papel de los curacas en la consolidación y
funcionamiento de la sociedad indiana.

Existe también un trabajo que reúne cien documentos entre


testamentos, memorias, codicilos y poderes otorgados ante los
escribanos de Santiago de Chile entre 1564 y 1801 por indígenas
de diversas procedencias dentro de Chile, pero también del
antiguo virreinato del Perú además de una mujer de Tucumán.13
También hay otra colección que, aparte de presentar criterios más

Testamentos en náhuatl y castellano del siglo XVI (México: Centro de


Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social, Consejo
Nacional de Ciencia y Tecnología, 2000).
11 “Teresa Rojas Rabiela, “Estudio Introductorio,” Teresa Rojas Rabiela et al.,
Vidas y bienes olvidados. Testamentos indígenas novohispanos. Vol. 1, 17.
12 Carlos. H. Hurtado Ames y Víctor Solier Ochoa, Fuentes para la historia
colonial de la sierra central del Perú: testamentos inéditos de los curacas
del Valle del Mantaro, siglo XVII-XVIII (Huancayo: Universidad Nacional
del Centro del Perú, 2004).
13 Julio Retamal Ávila, Testamentos de Indios en Chile colonial: 1564-1801
(Santiago de Chile: Universidad Nacional Andrés Bello, 2000).

20
esclavitud, libertad y voces del pasado

sofisticados de transcripción, ofrece una muestra más amplia de


los diversos grupos de la sociedad Chilena. Ese libro presenta
cincuenta y cuatro testamentos y otros documentos como poderes
y codicilos otorgados por blancos, indios, mestizos, negros y
mulatos entre 1593 y 1697.14

La palabra testamento proviene de la expresión latina testatio


mentis, es decir testimonio de la voluntad o la mente. Se trataba
de un testimonio que, para su legitimidad, debía ser creado y
legalizado según formalidades y convenciones cuyo fin era darles
validez dentro y fuera de juicio y así evitar el fraude y la existencia
de testamentos forjados por la avaricia.15 Un testamento y última
voluntad es siempre un documento sumamente informativo y, a
menudo, estimulante. Cuando alguien dictaba un testamento o
lo escribía en la intimidad evaluaba y sintetizaba toda su vida
al tiempo que examinaba su conciencia y ordenaba sus asuntos
terrenales para morir en paz y alcanzar la vida eterna. Es por
ello que, en muchos casos, los testadores confesaban aquello que
parecía innombrable y mencionaban asuntos sobre los cuales
habían optado por no hablar hasta ese momento. También es
cierto, sin embargo, que había casos en los cuales tales asuntos
se discutían con alguien de confianza a quien se hacían encargos,
en vez de mencionarlos en el testamento. Ahora bien, cuando
alguien necesitaba asegurarse de que algo se hiciera según su
voluntad la mejor opción era siempre dejar indicaciones escritas y
debidamente solemnizadas.

Estos documentos, además de ser el resultado de actos de


evaluación de la conciencia y una estrategia para dejar instrucciones
claras para después de la muerte, fueron resultado de actos al

14 Raïssa Kordic Riquelme (prólogo y edición crítica), Cedomil Goić (estudio


preliminar), Testamentos coloniales chilenos (Madrid: Iberoamericana;
Frankfurt am Main: Vervuert, 2005).
15 José Joaquín Escriche, Diccionario razonado de legislación y
jurisprudencia (París: Casa Editorial Garnier Hermanos, ca. 1820), 1564.
Ver también Robert I. Burns, S.J., ed., Las Siete Partidas (traducción y
notas por Samuel Parsons Scott) (Philadpehia: University of Pennsylvania
Press, 2001, 5 vols.), vol. 5, 1176.

21
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

mismo tiempo jurídicos y espirituales. Se trataba de documentos


solemnes en los cuales se registraba la vida material del testador,
es decir sus posesiones, bienes, fortunas o la carencia de éstos,
así como de una declaración formal de la fe, de las devociones y
de la vida social. En efecto, cuando se dejaba la última voluntad
por escrito se establecía con claridad la vinculación del individuo
con sus comunidades o grupos sociales familiares, personales,
públicos y sagrados. En los testamentos, al prepararse para la
muerte, sus autores dejan en claro que quieren hacer parte de la
comunidad de los santos, describen su familia, relatan su estatus y
su pertenencia a diferentes cuerpos socials como la ciudad o villa,
las ordenes militares, las instituciones administrativas, los gremios
y las hermandades.16 Los testamentos resumían pues la existencia
de un individuo y es por ello que hoy nos parecen pequeñas
biografías, relatos de personas de todo tipo de extracción étnica
y social, incluyendo patricios y plebeyos, pobres y ricos, blancos,
indios, negros, mestizos y mulatos.

Las instrucciones contenidas en un testamento sólo podían tener


efecto después de la muerte del testador. Las mismas, además,
podían revocarse o modificarse por el mismo testador entre el
momento de dictar su última voluntad formal y el momento
de la muerte.17 De hecho, muchas personas redactaban varios
testamentos a lo largo de sus vidas, teniendo siempre prevalencia
el último de ellos por sobre los anteriores. Esto se debe a que
un testamento se creaba ante la cercanía de la muerte y muchas

16 Philippe Ariès, Western Attitudes Toward Death: From the Middle Ages to
the Present (Baltimore: Johns Hopkins University Press, 1974), 63-64; Pablo
Rodríguez, “Testamento y vida familiar en el Nuevo Reino de Granada
(siglo XVIII),” Boletín Cultural y Bibliográfico, vol. 31, No. 37 (1994): 4-6;
Jacques Poloni-Simard, “Figures et configurations formes et conformations
du métissage : testaments indiens de Huamanga au XVIIe siècle,” Louise
Bénat Tachot y Serge Gruzinski, Passeurs Culturels: Mécanismes de
métissage (Paris: Presses universitaires de Marne-la-Vallée, Maison des
sciences de l’homme, 2001), 45-67; Renán Silva, “Lo que los testamentos
nos pueden enseñar,” Renán Silva, A la sombra de Clío. Diez ensayos sobre
historia e historiografía (Medellín: La Carreta, 2007).
17 Las Siete Partidas, vol. 5, 1185.

22
esclavitud, libertad y voces del pasado

personas podían reponerse después de una enfermedad grave, o


simplemente regresaban después de un largo viaje antes del cual
habían dictado testamento en caso de morir lejos del hogar.

Tal fue el caso de negro libre Manuel Polanco de Velasco,


alférez de la compañía de negros libres de Popayán. Antes de
salir de aquella ciudad con destino a Quito, temeroso de que
la muerte lo sorprendiera en el camino, formalizó su última
voluntad en un testamento. En ese documento previno que si
moría en Popayán, “mi cuerpo sea sepultado en la iglesia del
colegio de Misiones de nuestro padre san Francisco y si fuere en
el camino o en otra ciudad en la iglesia Matriz o más inmediata
que corresponda […]” (doc. 10).

Para los mercaderes, casi siempre, todo viaje más allá de los límites
de su comunidad local era antecedido por la elaboración de un
testamento. Los caminos eran peligrosos y los hombres de las
villas y ciudades pensaban en la posibilidad de ser atacados por
bandidos, por indios o cimarrones. Polanco de Velasco, justamente,
iba de negocios a Quito y salió bien preparado para el camino, en
el cual lo acompañó un baquiano. Según consta es su testamento,
este negro libre llevaba consigo “una negra nombrada Catarina,
mi esclava, algo renca,” a quien quería vender en la capital de la
audiencia, además de llevar también

una carga de tabaco de humo, doscientos cuarenta


patacones en plata, algunos rezagos o mimes de
Castilla, [sic] polaca con el pico engastado en plata,
estribos de fierro, freno, jáquima y pa[be]llón, un par
de petacas con cadenas, un sartén de camino, un sable
de mi uso, con sus tiros y me lleva el yerno de Pascual
Tangua que vive en la Provincia de Pasto (doc. 10).

La segunda parte del libro nos traslada más de cerca al mundo de


la esclavitud y tiene la intención de dejar en claro la existencia de
la personalidad jurídica de los esclavos, es decir la posibilidad y
capacidad que tenían de interactuar con los tribunales de justicia
y las autoridades a pesar de su condición de servidumbre. La
legislación medieval castellana, de la que hablaremos con más
detalle y que era fuente fundamental de la jurisprudencia Española

23
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

e hispanoamericana, estipulaba que la esclavitud era una condición


indeseable y contraria a la naturaleza. Por ello, era lógico que todo
esclavo pretendiera naturalmente su libertad. La odiosa esclavitud
era la condición más vil que podía existir entre los hombres.18
Los esclavos eran considerados miserables y aunque no podían
testificar en la mayoría de causas criminales sí podían aparecer
frente a los tribunales de justicia en varias circunstancias. 19

Una de esas circunstancias era precisamente la de tratar de mejorar


sus condiciones de vida dentro de la servidumbre o, en efecto,
tratar de obtener su libertad. Gregorio José Cevallos, moreno
esclavo de don José Antonio de Bros en la villa de Mompós,
por ejemplo, acudió a los tribunales de justicia para cambiar de
amo quejándose de los maltratos y desnudeces a que lo sometía
Bros (doc. 28). Ante los maltratos, los esclavos podían quejarse
ante un magistrado si las circunstancias lo permitían.20 Peticiones,
representaciones y juicios como los que presentamos aquí eran
pues comunes. Ahora bien, mientras que los esclavos que vivían
en el campo tenían que vencer más dificultades para ejercer estos
derechos, para los esclavos en las villas y ciudades, por estar más
cerca de los magistrados, escribanos y papelistas, era más fácil
hacer que sus voces fueran escuchadas.

Muy pocos esclavos podían leer o escribir. Aquellos que contaban


con tales habilidades podían usarlas en su propio beneficio. Tal es
el caso de Francisco Javier de Mier, quien trabajaba en Mompós
para el primer marqués de Santa Coa en el “ejercicio de la pluma.”
Tras la muerte de su amo en 1750 se convirtió en esclavo del
mariscal de campo José Fernando de Mier y Guerra, de quien

18 Las Siete Partidas, vol. 4, 901, 977-981.


19 Las Siete Partidas, vol. 3, 670-671; Frank Tannembaum, Slave and Citizen.
The Negro in the Americas (New York: Vintage Books, 1946); Alejandro
de la Fuente, “Slave Law and Claims-Making in Cuba: The Tannembaum
Debate Revisited,” Law and History Review, vol. 22, No. 2 (Summer 2004):
339-369; Alejandro de la Fuente, “Slaves and the Creation of Legal Rights
in Cuba: Coartación and Papel,” Hispanic American Historical Review,
vol. 87, No. 4 (November 2007): 659-692.
20 Las Siete Partidas, vol. 3, 847 y vol. 4, 979.

24
esclavitud, libertad y voces del pasado

aseguró haber recibido un tratamiento cruel y violento. Decidido


a ejercer su derecho de solicitar un nuevo amo, este esclavo-
escribiente presentó una denuncia en 1758. Mientras estaba
depositado en prisión esperando la resolución de su juicio, el
esclavo le escribió una representación al virrey en 1760 detallando
su caso y relatando que había sido asaltado en la prisión, de
donde le robaron el “arca” de sus papeles con los documentos
concernientes a sus esfuerzos judiciales (doc. 26).

Quienes no eran alfabetos podían recurrir a los servicios


de abogados, papelistas y escribanos para escribir cartas,
representaciones y otros documentos. José Antonio Molla, un
esclavo ingenioso de la casta Chalá quien se presentaba a sí mismo
como propiedad de la casa de Santa Coa y había pasado mucho
tiempo trabajando en propiedades rurales, logró contratar los
servicios de un escribiente que escribió y firmó por él una petición
de emancipación (doc. 27).

Una de las rutas de acceso a la libertad y a la autonomía para


los esclavos que vivían en ciudades puerto, cerca de las costas o
en las islas del Caribe, fue la de obtener empleos en los barcos
de vela. Esclavos, cimarrones y libertos se hacían a la mar para
huir de las plantaciones o de las limitaciones de la vida en tierra.
Algunos esclavos, autorizados por sus amos para trabajar como
marineros, debían concederle a sus siervos cierta autonomía
dada la naturaleza itinerante de esa ocupación. En el Caribe, los
esclavos marineros, los cimarrones marítimos y los libertos que le
dieron sentido a su libertad buscando empleo en barcos mercantes
o de guerra, cruzaban las fronteras imperiales y lingüísticas con
bastante facilidad. A las costas de Colombia llegaron muchos
de esos marineros afrodescendientes. Tal es el caso del “negro
holandés” Juan Pedro de Castro, nacido en la isla de San Tomás,
criado en la isla de Curaçao y quien arribó a Cartagena en una
goleta francesa en 1773 (doc. 24). Esta dinámica propia del siglo
XVIII fue la base sobre la cual se construyó una vibrante red de
marineros negros y mulatos que se convirtieron en protagonistas
de las guerras libradas durante la época de la Revolución de Haití,
las guerras napoleónicas y las revoluciones de independencia
de Colombia y Venezuela. Después de que Cartagena declarara
su independencia de España en 1811, la ciudad comenzó a

25
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

inundarse de marineros antillanos que sirvieron como corsarios al


nuevo Estado de Cartagena de Indias y fueron uno de los pilares
fundamentales de la lucha de los cartageneros contra España.21

Finalmente, la tercera parte de este libro es una pequeña miscelánea


de documentos ilustrativos de la época de la independencia, de un
mundo convulsionado por la revolución y la guerra que transformó
las vidas de patricios y plebeyos, de libres y esclavos, y del cual
surgió la República de Colombia en 1819-1821. Se trata de la época
en que el pequeño Luis Murillo, reclutado como pífano de las tropas
españolas, tuvo que abandonar su hogar y su tierra. La memoria de
aquellos tiempos se ha conservado y transmitido por diversas vías.
Entre otros documentos, Presentamos un testimonio valioso acerca
de la experiencia del esclavo Juan Manuel Mosquera, quien relató en
Popayán lo que le aconteció antes, durante y después de la Batalla
de Palacé (1811), el primer enfrentamiento armado de las guerras de
independencia en el Nuevo Reino de Granada (doc. 31). Igualmente,
es de sumo interés el relato del esclavo antioqueño José María
Martínez, quien antes de ser soldado en los ejércitos libertadores viajó
con su amo, un acérrimo realista antioqueño, hasta la isla de Jamaica
en un exilio de tres años (doc. 33).

A través de las memorias escritas de un viajero extranjero podemos


conocer el relato oral que el viajero escuchó de un antiguo
esclavo que combatió a las tropas españolas en el río Magdalena
(doc. 34), mientras que las hojas de servicios de un combatiente
cartagenero y otro combatiente nacido en África nos dan una
muestra de cómo estos documentos, de los cuales se conservan
cientos en archivos de Colombia y Venezuela, combinan los hitos
de la guerra y las vivencias personales para generar registros
individuales de las guerras de independencia (docs. 35 y 36). El
caso de Juan Castillo, nacido en África, trasladado forzadamente
al Nuevo Mundo en condición de esclavo y quien combatió junto
a las fuerzas revolucionarias desde 1811 en Venezuela, nos indica
la movilidad geográfica y social que pudieron alcanzar muchos

21 Edgardo Pérez Morales, El gran diablo hecho barco. Corsarios, esclavos


y revolución en Cartagena y el Gran Caribe. 1791-1817 (Bucaramanga:
Universidad Industrial de Santander, 2012).

26
esclavitud, libertad y voces del pasado

esclavos y libertos durante el conflicto que separó al Nuevo Reino


de Granada de España. Castillo cruzó los Andes con Bolívar en
1819 y triunfó en las batallas de Boyacá, Pichincha y Ayacucho. Le
tomó más de una década viajar desde Venezuela hasta la actual
Bolivia y en el proceso acumuló cinco medallas y se elevó hasta
la categoría de sargento segundo (doc. 35). La revolución había
transformado su mundo.

***

La existencia de las fuentes documentales aquí presentadas se


debe, en gran medida, a la presencia de una cultura escrituraria
y notarial en la tradición castellana. El régimen de escritura legal
que atravesaba las prácticas e ideas sobre la propiedad, la muerte,
los lazos familiares y la verdad era parte de una estructura más
grande que había evolucionado desde la Edad Media hasta la Edad
Moderna. En medio de la confrontación y la “convivencia” entre
cristianos, judíos y musulmanes en la península Ibérica ocurrieron
importantes procesos y préstamos culturales que le dieron origen
a ese mundo de la legalidad de lo escrito. Es pertinente, por tanto,
acercarnos aunque sea someramente a ese proceso histórico.

Las batallas de la Reconquista duraron entre inicios del siglo VIII


y 1492. Hacia mediados del siglo XIII los musulmanes habían sido
arrinconados en Granada. Mientras tanto, en la ciudad de Toledo,
en Castilla la Mancha, el rey cristiano Alfonso X, conocido como El
Sabio, construía sobre las bases de la “convivencia” el entramado de
una sociedad política moderna centralizada y coherente. En su corte,
escritores, traductores, músicos, juristas y filósofos cristianos, judíos y
musulmanes estaban a cargo de recolectar y registrar las tradiciones
y documentos más importantes de cada una de sus especialidades y
culturas. Durante el reino de Alfonso X sobre Castilla, León y Galicia
(1252-1284) se produjeron importantes obras y se hicieron cambios
drásticos en la política y las relaciones sociales cotidianas.

En su esfuerzo para robustecer el poder de la monarquía y hacerse


con el control de muchos aspectos de la sociedad castellana, el rey
Alfonso introdujo un “régimen obligatorio de escritura” para darle
validez a negocios públicos y privados y dotó al reino de un código
de leyes y de un sistema judicial. Comenzó así en la península

27
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

Ibérica la historia de los registros escritos regulados según las leyes


codificadas en las Siete Partidas, un código en siete partes basado
en el derecho y las costumbres romanas y en las tradiciones
cristianas e islámicas. Las Siete Partidas ocuparon desde entonces,
y hasta el temprano siglo XX, un lugar fundamental en el mundo
de la ley no sólo en España sino también en sus posesiones y
antiguas posesiones de ultramar.22

Entre las reformas que se ejecutaron desde la corte de Toledo


en la época del rey Alfonso X estuvo la de los escribanos. Esta
profesión se remontaba a la época romana. Durante la edad media
existieron los scriptor, de cuyas prácticas se derivan las de los
escribanos de la baja edad media y el período Moderno. El scriptor
medieval era una persona cuyo trabajo era escribir documentos
para aquellos que no tenían la habilidad de escribir. El scriptor
actuaba de acuerdo con la solicitud de quienes requerían sus
servicios y su trabajo era considerado como el de un artesano
más entre los demás artesanos o trabajadores especializados que
ejercían sus talentos en villas y ciudades. Sus labores no estaban
necesariamente autorizadas o supervisadas por ninguna autoridad
o institución. Se trataba, en ocasiones, de sacerdotes cristianos o
judíos alfabetos que escribían cartas, recibos o títulos de propiedad
pero que nunca guardaban copias de aquellos documentos, que
eran privados y pertenecían a quienes los hubiesen encargado.

Esto cambió drásticamente en la época de Alfonso el Sabio. De


acuerdo con las nuevas normativas introducidas entonces, el
scriptor se convertiría en un escribano, es decir un escribiente cuyo
trabajo debía regularse según la procesalística, ars dictandi y ars
notariae. El escribano debía seguir reglas específicas para escribir
y hacer documentos. Estas reglas determinaban la uniformidad del
estilo y de las fórmulas jurídicas particulares para cada tipo de
documento. La razón de esta transformación fue muy clara: los
escribanos tendrían un “oficio real,” es decir, ejercerían una labor
para la cual estaban autorizados por el rey. Los documentos por
ellos producidos, entonces, estarían imbuidos de la “fe pública,” lo

22 Al respecto, ver el estudio introductorio de Robert I. Burns, S.J., “The


Partidas: Introduction,” Las Siete Partidas, pp. xi-xxix

28
esclavitud, libertad y voces del pasado

cual quiere decir que serían considerados instrumentos públicos


con valor probatorio en los tribunales de justicia. En otras
palabras, las que habían sido hasta entonces scripturas privadas
se convertían ahora en registros públicos conservados en un libro
de protocolos por los escribanos. A las partes interesadas en cada
negocio o contrato que se formalizara ante un escribano, a su vez,
se le entregarían copias legalizadas.23

Los protocolos de los escribanos podían ser entonces consultados


por los funcionarios de la monarquía y por los jueces en busca de
evidencias. De la existencia de escribanos, decían las Siete Partidas,
se derivaban inmensos beneficios siempre y cuando ellos hicieran
bien y fielmente sus labores. Con sus actos se despachaban
negocios importantes y en sus registros escritos se preservaba
la memoria de los eventos del pasado.24 En efecto, el escribano
se hizo parte fundamental de la vida cotidiana en ciudades y
villas y se convirtió en un funcionario crucial en el andamiaje
administrativo de la monarquía. Los escribanos constituían uno de
los pilares más relevantes en la construcción y sostenimiento de
una monarquía centralizada y de un sistema uniforme de control
sobre un territorio definido.

Nombrar escribanos era una prerrogativa del rey. Ahora bien, el


monarca podía cederle este derecho a municipalidades, señoríos
e instituciones religiosas en forma de pago por favores o servicios
recibidos o para asegurar el control político en ciertos escenarios.
Pero cuando llegó la hora del último enfrentamiento con la presencia

23 Las Siete Partidas, vol. 3, xxiii; José Joaquín Escriche, Diccionario


razonado, 641-642; María de los Ángeles Guajardo-Fajardo Carmona,
Escribanos en Indias durante la primera mitad del siglo XVI (Madrid:
Colegios Notariales de España, 1995, 2 vols.), vol. I, 27-29 y 182-191;
Tamar Herzog, Mediación, archivos y ejercicio: los escribanos de Quito
(siglo XVII) (Frankfurt am Main: Vittorio Klostermann, 1996), 3-5; César
García del Pino y Alicia Melis Cappa, El libro de los escribanos cubanos:
de los siglos XVI - XVII y XVIII (La Habana: Editorial de Ciencias Sociales,
1982); Kathryn Burns, “Notaries, Truth, and Consequences,” American
Historical Review, vol. 110, No. 2 (2005): 350-379.
24 Las Siete Partidas, vol. 3, 759.

29
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

musulmana en la Península Ibérica y el subsiguiente esfuerzo por


unificar los reinos de lo que sería España, la reina Isabel y el rey
Fernando volvieron a reclamar el derecho exclusivo de nombrar
escribanos a finales del siglo XV. En 1492, no bien consolidada la
Reconquista en Granada, los castellanos patrocinaron una empresa
de exploración ultramarina cuyos efectos no alcanzaban siquiera a
imaginar. Con el apoyo de Isabel, Cristóbal Colón se hizo a la mar
en busca de una ruta más corta hacia la India.

Colón entregó el prospecto de nuevos dominios a los triunfantes reyes


católicos. Los nuevos territorios crecerían tanto que lo que había sido
una ganancia política para los reyes católicos en Iberia se transformó
en una prerrogativa de los gobernadores de Indias. En efecto, ellos
podían nombrar escribanos aunque, en teoría, los nombramientos
debían ser confirmados en España. Más tarde, el emperador Carlos
V otorgó a los conquistadores del Nuevo Mundo el derecho de
nombrar personas para diversos cargos como parte de su botín en las
empresas de la conquista. A medida que maduró la sociedad indiana,
este derecho fue recuperado por las Audiencias y virreinatos.25

Durante el siglo XVI, la monarquía española invirtió a manos


llenas en un plan para el dominio político y militar del mundo
mediterráneo. Felipe II, quien gobernó en la segunda mitad de
aquella centuria, heredó una monarquía en bancarrota. En un
esfuerzo por mejorar la situación económica de sus reinos, decidió
transformar algunos oficios de nombramiento real en cargos que
podían ser comprados por los vasallos, incluido el oficio de
escribano. Después de 1559, cualquier vasallo con la capacidad
económica podía comprar oficios en al administración monárquica
y a partir de 1606 los cargos así adquiridos se consideraron de total
propiedad. Los compradores tenían una capacidad casi ilimitada
para disponer según su voluntad de los cargos comprados.26

25 María de los Ángeles Guajardo-Fajardo Carmona, Escribanos, vol. I, 31-48.


26 Mark A. Burkholder y D. S. Chandler, From Impotence to Authority: The
Spanish Crown and the American Audiencias, 1687-1808 (Columbia:
University of Missouri Press, 1977); Jesús Bravo Lozano y Patricio Hidalgo
Nuchera, De indianos y notarios (Madrid: Colegios Notariales de España,
1995), 63-65; Tamar Herzog, Mediación, 77.

30
esclavitud, libertad y voces del pasado

En el Nuevo Mundo los escribanos tenían pues una posición


privilegiada y de poder. Ahora bien, debían tener ciertas
habilidades para ejercer el oficio y muchas veces orbitaban junto
a ellos amanuenses que les ayudaban en las tareas cotidianas
de la escribanía. Para ello, se podían auxiliar y guiar con obras
que servían como verdaderos manuales del oficio. Desde la
época de las Siete Partidas ya circulaban en Europa manuales
para escribanos. Estas obras guiaban a los escribientes hacia la
perfecta combinación del acto de la escritura y la legitimidad
de la fórmula jurídica. Los juristas de Alfonso el Sabio conocían
los manuales de Rainiero de Perugia, Salatiel de Bolonia y
Rolandino de Padua.27 La invención de la imprenta en el siglo XV
introdujo un nuevo soporte para la circulación de viejos y nuevos
manuales, los cuales se usaron ampliamente no sólo en España
sino también en sus reinos de ultramar.

Continuando con esta tradición, a inicios del siglo XVIII Joseph


Juan y Colom publicó un manual para escribanos que entró, como
otros, a competir por la credibilidad de sus públicos lectores. A
inicios de la década de 1740 el libro de Juan y Colom ya iba por su
quinta edición pero existían otros que contradecían algunos de sus
contenidos. Tal era el caso de las obras de Joseph Berni y Antonio
Martínez Salazar.28 Ahora bien, uno de los manuales más detallados
fue el publicado por Josef Febrero titulado Librería de Escribanos.
Este libro proveía a los escribanos y amanuenses con los principios
legales y teóricos que gobernaban su oficio así como con los
modelos para escribir diversos tipos de negocios notariales.29

27 Las Siete Partidas, vol. 3, xxiii.


28 Joseph Juan y Colom, Instrucción de escribanos, en órden a lo judicial:
utilissima tambien para procuradores, y litigantes, donde sucintamente
se explica lo ritual, y forma de proceder en las caufas civiles, y criminales,
afsi en la theorica, como en la practica, fundada sobre las leyes reales, y
eftilo de tribunales ordinarios (Madrid: En la Imprenta de Antonio Marín,
1761 y 1787, 2 vols.).
29 Josef Febrero, Librería de escribanos, e instrución jurídica theórico
práctica de principiantes. Parte segunda dividida en tres tomos. Tomo
segundo (Madrid: Imprenta de Don Pedro Marín, 1786.)

31
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

La Curia Philipica de Juan de Hevia Bolaños, un magistrado de la


Real Audiencia de Quito, era otro libro popular en la época. Se trataba
de un manual de leyes y gobierno que incluía también definiciones
legales y tipos de procedimientos que podían ser confusos en la
ausencia de guías precias. Publicado originalmente en Lima, era un
compendio de la tradición legal castellana, las leyes de Indias y la
práctica del gobierno en el Nuevo Mundo.30 Las huellas de tinta, los
subrayados y los comentarios manuscritos en los márgenes de las
páginas de estos libros que se han conservado dan cuenta del uso
que esas obras tuvieron durante los siglos XVIII y XIX en la actual
Colombia.31

Es así que cuando alguien escribía un testamento, cuando éste


era otorgado ante un escribano, o cuando una persona prestaba
declaración juramentada frente a un juez y un escribano, la cultura
escrituraria castellana y la tradición de la fe pública jugaban
siempre un rol fundamental. Y para ello, las personas cuyo oficio
era escribir se entrenaban junto a personas más expertas y usando
los manuales impresos. El trabajo de los escribanos generaba
registros escritos legales que eran considerados “mecanismos
superiores de prueba.” No por ello los escribanos eran agentes
neutrales o desinteresados en la creación de esos registros. Aun
así, el escribano era un mediador entre las esferas de lo legal, lo
técnico, lo convencional y lo institucional --todo esto resumido en
las fórmulas--, y el mundo circunstancial y cambiante de la vida

30 Juan de Hevia Bolaños, Curia Philipica. Primero y segundo tomo, El primero


dividido en cinco partes donde se trata breve y compendiosamente de los
juidcios civiles y criminales eclesiástcos, y seculares con lo que sobre ello
está dispuesto por Derecho y resoluciones de doctores [...] El segundo tomo
distribuido en tres libros, donde se trata de la mercancía y contratación de
tierra y mar: útil y provechoso para mercaderes, negociadores, navegantes
y sus consulados, ministros de los juicios, y profesores de jurisprudencia
(Madrid: En la Oficina de Ramón Ruíz, 1797).
31 Ver las copias que se conservan en la Sala de Manuscritos y Libros Raros,
Biblioteca Luís Ángel Arango -Bogotá-, y la Colección Patrimonial,
Biblioteca Pública Piloto -Medellín-.

32
esclavitud, libertad y voces del pasado

cotidiana.32 Las voces de ese mundo, voces de esclavitud o de


libertad, voces de acuerdos o de confrontaciones, nos llegan pues
a través de registros escritos cuyas contradicciones y tensiones no
las acallan pero que nos invitan a escucharlas con atención crítica
y con capacidad imaginativa. Se trata de las voces que revelan los
importantes detalles de aquello que el veterano Murillo llamó el
punto más bajo del cuadro.

32 Tamar Herzog, Mediación, 3-5; Kathryn Burns, “Notaries…,” 354-357 y


363-367; Renán Silva, “Lo que los testamentos…,” 126.

33
Entre la vida y la muerte
Testamentos de negros, pardos y mulatos
1. Testamento de Gregoria de Salazar
(liberta)
Buga. Llanogrande, 5 de febrero de 18001 [f. 133r.]

E n el nombre de Dios nuestro señor a quien se deben


encomendar todas las cosas amén. Sea notorio a todos los
que la presente escritura de testamento vieren como yo Gregoria
de Salazar, vecina de este sitio de Llanogrande estando enferma
del cuerpo y sana del entendimiento, memoria y voluntad
tal cual Dios nuestro señor ha sido servido creyendo como
firmemente creo en el misterio de la santísima Trinidad, Padre,
Hijo y Espíritu Santo, tres personas distintas y un solo Dios
verdadero y en el altísimo misterio de la Encarnación, muerte
y resurrección de Cristo señor nuestro y en todos los demás
misterios que tiene, cree y confiesa nuestra santa Madre Iglesia
católica, apostólica, romana, en cuya fe y creencia he vivido
y protesto [f. 133v.] vivir y morir creyéndolos como verdadera
y católica cristiana y como tal recelándome de la muerte
por ser cosa natural a todo viviente quiero para descargo de
mi consciencia y que mi alma se salve por ser mi última y
postrimera voluntad este mi testamento y para el acierto de
él pongo por intercesora y abogada a la sacratísima Reina de
los Cielos María Santísima, madre de Dios y señora nuestra, al
santo ángel de mi guarda y santo de mi nombre, San Pedro y
San Pablo y a todos los cortesanos del cielo para que con su
protección y amparo lo haya y ordeno en la manera siguiente.

1 AHB, Notaría Primera, t. 1 (1800-I), ff. 133r.-143v. [Traslado]

37
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

1. Primeramente encomiendo mi alma a Dios nuestro


señor que la crio y redimió con su preciosísima sangre
y mando mi cuerpo a la tierra de que fue formado.

2. Ytem quiero y es mi voluntad que si Dios nuestro


señor fuere servido de sacarme de esta presente
vida mortal a la eterna mi cuerpo sea amortajado
con el hábito de mi padre san Francisco [f. 134r.]
y se le dé sepultura en la santa iglesia de esta
parroquia y que acompañen mi cuerpo el cura
y el sacristán de la misma parroquia y por lo
que mira a las demás formalidades del funeral y
entierro lo dejo a disposición de mis albaceas y
todos los derechos se saquen de lo mejor y más
bien parado de mis bienes.

3. Ytem declaro que fui casada y velada con Nicolás de


Escobar de cuyo matrimonio hubimos y procreamos
por nuestros hijos legítimos a Antonia difunta, a
José ausente, Apolinar ausente, Leonardo, Manuel
ausente, Martina difunta, Nicolás difunto, Joaquín,
Ubaldo, Josefa, María Teresa difunta, Mateo difunto,
decláralos así para que conste.

4. Mando se le dé a las mandas forzosas y acostumbradas


a razón de un cuartillo a cada una con que se paguen
y aparten de mis bienes.

5. Ytem declaro que por fallecimiento del citado


mi legítimo esposo Nicolás de Escobar [f. 134v.]
recayeron en mi poder los bienes que por su
memoria otorgada antes de su fallecimiento costa y
habiéndose practicado las diligencias de inventarios
y avalúos se pasó a partir extrajudicialmente entre
mis hijos y les correspondió a cada uno a razón de
trece pesos y reales y están cubiertos todos excepto
los ausentes y esclavos que como se adjudicaron
sus hijuelas en bienes muebles se han consumido
como también las de los difuntos como es Antonia,
Teresa y Mateo se advierte que como era tan poco

38
Testamento de Gr egor ia de Salazar

se consumió en entierro y velorio de los dichos,


decláralo así para que conste.

6. Ytem declaro que a Manuel mi hijo ausente, que


ignoro su paradero por ser este esclavo, le es deudor
de su pertenencia mi hijo Ubaldo como consta por
su recibo, decláralo así para que conste.

7. Ytem declaro así mismo ser el citado mi hijo Ubaldo


deudor a su hermana Josefa de tres pesos y seis
reales como por el mismo recibo consta.

8. Ytem declaro para descargo de mi [f. 135r.]


consciencia que los ciento veinte y tres pesos que
en la causa mortuoria del difunto mi marido Nicolás
constan gastados en entierro, misas y dependencias,
me los suplió mi hijo Leonardo, por lo que le doy
las debidas gracias y mando se le pague de lo mejor
de mis bienes, decláralo así para que conste.

1. Ytem declaro por bienes míos setenta y cinco


pesos que se me adjudicaron en la casa cubierta
de paja, pues aunque se avaluó en ciento veinte y
cinco pesos le tocaron a Leonardo cincuenta pesos
que costeó en acabar a la citada casa y aunque en
aquel entonces se le dio ese avalúo en el día me
remito al nuevo avalúo que se le diere y sacando
los cincuenta pesos de Leonardo declaro por bienes
míos el sobrante, decláralo así para que conste.

2. Ytem declaro por bienes míos el platanar en este


poblado y dos mulas, la una muy vieja.

3. Ytem el sillón y la silla con sus estribos, baúles


[f. 135v.] freno y jáquima.

4. Ytem un santo Cristo y el San Antonio, dos piedras


de moler, una mesa de cajón, un vaso de vidrio
y otro de talabera, dos platones grandes y dos
medianos de barro y una cajeta mediana.

39
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

5. Ytem una yegua rosilla con dos crías, un potro y


una potranca alazana mocha y el potro rosillo, una
vaca parida de un ternero y una ternera decláralos
por bienes míos para que conste.

6. Ytem declaro por más bienes dos marranos grandes de


ceba y dos medianos y una marrana de vientre con dos
lechones decláralos por bienes míos para que conste.

7. Ytem declaro por más bienes míos tres gargantillas,


dos de oro, una con cruz e igas todo de oro, la que
dejo separado para el bien de mi alma y la otra de
estampa de filigrana y setenta y dos cuentas lisas
y labradas medianas, un rosario de venturinas con
veinte y dos cuentas de oro, un colmillo de caimán
engastado en oro, [f. 136r.] unas orejeras de perlas
con dos cuentas de oro grandes y cuatro medianas
lisas, la gargantilla y rosario, hago donación y regalía
a mi hija Josefa, mando a mi albacea se las entregue.

8. Ytem declaro por bienes míos unos zarcillos de oro


con venturinas azules y perlas menudas y la otra
gargantilla de perlas menudas, cuentas de oro e igas
azules, decláralo así para que conste.

9. Ytem declaro por bienes míos dos follados de


bayeta de la tierra nuevos, los que dejo para que
con su valor se haga bien por mi alma, con claridad
que si mi nuera Teresa quisiere comprarlos se le
den por seis pesos todos dos, sin más a precio ni
avalúo por mi voluntad.

10. Ytem declaro otro follado de sarga azul, el cual


atendiendo a la lealtad y amor con que hasta la
presente me ha servido mi nuera Teresa mando se
le dé en manera de recompensa para que [f. 136v.]
a mi nombre le sirva, decláralo así para que conste.

11. Ytem declaro una paila pequeña de martillo y un


plato de peltre, dos camisas una buena de lienzo

40
Testamento de Gr egor ia de Salazar

buena y otra vieja y una caja vieja con su cerradura y


llave y un toldo viejo, decláralo así para que conste.

12. Ytem declaro que los bienes que en mi poder


quedaron de mis hijos ausentes le correspondió a
José una tercerola en ocho pesos, la que se vendió
por un caballo rucio el que está en ser, como también
el espadín que en mi poder mantengo, como la
mesa grande en doce reales de manera que solo se
consumió la pistola, decláralo así para que conste.

13. Ytem declaro que a mi hijo Apolinar le corresponde


igual herencia y se le adjudico en dos palas viejas,
dos hachas lo mismo, el machete se consumió, la
plancha y las tijeras están en ser y también la lanza y
el taburetico, excepto la silla que la perdió Joaquín,
decláralo así para que conste. [f. 137r.]

14. Ytem declaro que a José se le adjudicó su pertenencia


en un caballo madrino, está en ser muy viejo y los
otros tres los debe Ubaldo como lo tengo declarado
para que conste.

15. Ytem declaro que es mi voluntad mejorar a mi hijo


Leonardo en el quinto de mis bienes atendiendo
a la lealtad y amor con que hasta la presente me
ha servido, esto es en remuneración y pago de
su trabajo, considerándolo pobre y cargado de
familia para que con la bendición de Dios y la mía
goce lo que le corresponda por quinto, decláralo
así para que conste.

16. Ytem declaro le debo a don Ignacio Blanco dos


patacones, mando se le paguen y una lechona a
Rosalía esclava del señor vicario, mando se le pague.

17. Ytem declaro que mi hijo Leonardo me es deudor de


trece patacones, esto es resto de los ciento veinte y tres
pesos que me hace cargo por la mortuoria [f. 137v.] del
difunto su padre decláralo así para que conste.

41
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

Y para cumplir y pagar todas mis deudas y legados de este mi


testamento nombro por mis albaceas testamentarios en primero,
segundo y último lugar a mi hijo Leonardo de Escobar a quién
suplico por amor de Dios acepte el albaceazgo y para su
cumplimiento le concedo y otorgo todo el poder y facultades que
por derecho se requiere y es necesario para que luego que yo
fallezca entre en todos mis bienes, pague mi entierro y sufragios
que se hicieren por mi alma, cumpla con todas las mandas y
legados de este mi testamento y en caso necesario les prorrogo
todo el más tiempo que necesitare y hubiere menester pasado el
año fatal del derecho y por el presente revoco y anulo y doy por
de ningún valor ni efecto otro cualesquiera testamento, memoria o
codicilio [f. 138r.] o poderes que haya dado para testar que quiero
no valgan en juicio ni fuera del y que solo es este y haga fe el
presente que tengo otorgado por mi última y postrimera voluntad
en este sitio de Llanogrande, a los cinco días del mes de febrero de
mil ochocientos años, ante los testigos que se hallaron presentes,
llamados y rogados para su otorgamiento.

Y en este estado vi de acuerdo que el citado mi hijo Leonardo me


es deudor de veinte y siete pesos y dos reales como que es mi
voluntad que el dicho mi albacea por sí y sin anuencia de justicia
use del tal albaceazgo por ser así mi voluntad y del remanente de
mis bienes, sacado mi entierro, mandas y legados lo que quedare
se partirán por iguales partes en mis hijos por ser mi voluntad
en el mismo día, mes y año, siendo testigos el señor factor don
Joaquín de Castro, don Gabriel de Francisco y [f. 138v.] Prado,
don Nicolás de la Torre, don Pedro Ledesma y Manuel Belalcázar,
todos vecinos y Francisco Barona. A ruego de Gregoria Salazar,
Joaquín de Castro, testigo Gabriel de Francisco y Prado, testigo
Nicolás de la Torre, testigo Pedro José de Ledesma, testigo Manuel
de Belalcázar, testigo Francisco Barona.

42
2. Testamento de Vicente Baraona
(liberto)
Bugalagrande, 14 de enero de 18031 [f. 380r.]

I n nomine Dei amén. Sepase y sea notorio a todos cuantos


esta mi memoria testamental vieren como yo Vicente
Baraona, natural y vecino de esta jurisdicción de la ciudad de
Buga hallándome como me hallo enfermo del cuerpo pero en
mi sano y entero juicio, memoria, entendimiento y voluntad, tal
cual que es todo poderoso, ha sido servido de darme creyendo
como firmemente creo y confieso el alto misterio de la santísima
Trinidad, padre, hijo y espíritu santo, que son tres personas
realmente distintas y con diversos atributos, son un solo Dios
verdadero y en todos los demás misterios y sacramentos que
cree, enseña [f. 380v.] y confiesa nuestra santa madre Iglesia
católica, apostólica, romana, bajo cuya verdadera fe y creencia
he vivido, vivo y protesto vivir y morir, invocando como invoco
por mi protectora y abogada a la Reina de los ángeles, María
Santísima madre de Dios, al patriarca señor San José, San Pedro
y San Pablo, al ángel de mi guarda, al santo de mi nombre y
demás de la corte celestial para que impetren de nuestro señor
Jesucristo me perdone mis pecados y lleve mi alma a gozar de
su beatifica presencia, temeroso de la muerte, que es natural
y forzosa a toda criatura humana y su hora incierta y que para
cuando llegue me coja aparejado con el arreglo de mis cosas
temporales, hago y ordeno esta mi última y final disposición en
la forma y manera siguiente.

1 AHB, Notaría Primera, (1803-II), ff. 380r.-390v. [Traslado]

43
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

1. Primeramente enco[f. 381r.]miendo mi alma a Dios


nuestro señor que de la nada la crió y el cuerpo a
la tierra de que fue formado, el cual hecho cadáver
mando se amortaje con el hábito de nuestro seráfico
padre san Francisco y sepulte en la Iglesia de Señor
San Bernabé de este sitio de Bugalagrande con misa
de cuerpo presente, rezada si fuere hora competente
y de no al siguiente día.

2. Yten mando se les dé a las mandas forzosas a medio


real a cada una y cuatro reales a la casa santa de
Jerusalén, cuyo importe se sacará de mis bienes.

3. Yten declaro que aunque fui esclavo de los bienes


del difunto don José Ignacio Baraona compré mi
libertad con mi dinero, como consta de escritura
pública que se me otorgó por su albacea y que soy
casado y velado según orden de nu[f. 381v.]estra
santa madre iglesia con Teresa Corrales y Baraona,
esclava que fue de los mismos bienes del dicho
don José Ignacio Baraona, y hoy lo es del doctor
don Joaquín Prieto cura y vicario de la Ciudad de
Toro, en cuyo matrimonio tuvimos dos hijos, los
mismos que son también esclavos de dicho señor
cura, llamados Agustina y Vicente, ambos nuestros
hijos legítimos y de nuestro legítimo matrimonio,
decláralo así para que conste.

4. Yten declaro por bienes míos y adquiridos con mi


propio trabajo los siguientes: dos caballos castrados,
el uno de color rucio y el otro retinto, dos yeguas y
un potrico aguilón, una silla jineta con sus estribos,
baúles viejos, jáquimas, [f. 382r.] y freno, un machete
nuevo, nueve marranas de cría con cinco lechones,
hembra y macho, un rosario de oro con crucero,
dos gargantillas de oro, cuyas alhajas de rosario y
gargantillas las mantiene en su poder la dicha mi
mujer, más dos pares de calzones, los unos de eterna
negra y los otros de manta, dos capisallos nuevos, dos
pares de calzones de lienzo, un par de charreteras

44
Testamento de Vicente Baraona

y tres botones de plata, un escritorio viejo con su


cerradura y setenta y cinco patacones en plata.

5. Yten declaro que me son deudores Bruno Andrada,


vecino de la Vega de veinte y siete patacones que
constan de obligación y sus abonos, con más me
debe el dicho Bruno un botón de oro [f. 382v.]
con peso de cinco tomines que le di para su
composición. Y Manuel José Baraona las partidas
siguientes: treinta y siete patacones que pagué por
él a don José Tello de una fianza que le hice, trece
marranos a cuatro patacones y cuatro reales cada
uno, cuarenta patacones que le presté en dinero
para la compra de unos marranos al negro Ignacio,
once patacones de un caballo que di para que
me vendiera y me dio por razón haberlo vendido
por los dichos once pesos, cuatro patacones que
se obligó a pagarme por Meregildo García, cuyas
partidas que me adeuda el dicho Manuel José
importan la cantidad de ciento cincuenta patacones
y cuatro reales para que conste.

6. Yten declaro que le soy deudor a doña María


[f. 383r.] Ortiz la cantidad de once patacones, resto
de mi libertad, mando se le paguen de lo mejor de
mis bienes, decláralo así para que conste.

7. Yten declaro que así mismo le debo a don José


Tello doce patacones, resto de la fianza que le hice
al dicho Manuel José en la misma conformidad
mando se le paguen, decláralo así para que conste.

8. Yten declaro no le debo a otra persona alguna, poca


ni mucha cantidad pero atendiendo a la fragilidad
de la memoria, si alguna saliese demandando mis
bienes, siendo corta la cantidad, se esté a su simple
juramento para su pago y si de mucho que lo
justifique, decláralo así para que conste.

45
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

9. Yten declaro por haberme acordado en este estado


que José Gómez me es deudor de treinta y cuatro
patacones, importe de [f. 383v.] unos marranos que
le di para que me criase y después fue el dueño de
venderlos a su arbitrio, mando se le cobren como al
Bruno y al Manuel José, decláralo así para que conste.

10. Yten mando y ordeno que pagado mi entierro y


mandas de mi quinto se saquen veinte y cinco
patacones y se me manden decir otras tantas
misas por mi alma y al residuo de dicho quinto se
le entregue a mi albacea que nombrare para que
los distribuya según le comunicará don Casimiro
González, sin que a mi dicho albacea se le tome
cuenta por persona alguna de su inversión y que del
cuerpo de mis bienes, pagadas las deudas, se hagan
dos par[f. 384r.]tes, la una que se le entregue a mi
dicha mujer Teresa Corrales y Baraona, procediendo
en esto conforme a derecho y la otra parte se le dé a
mis dos referidos hijos, Agustina y Vicente, a quienes
instituyo por mis únicos y universales herederos de
mis referidos bienes, derechos y acciones para que
los gocen con la bendición de Dios y la mía y según
Leyes del Reino.

Y para cumplir con todo lo contenido en esta mi memoria


testamental, nombro por mi albacea testamentario, fideicomisario
a don Miguel Jerónimo González a quien suplico por amor de
Dios lo acepte y me descargue la consciencia, dándole todo el
poder y facultades que por derecho se requieren y le prorrogo
[f. 384v.] el año fatal del albaceazgo y el más tiempo necesario en
la inteligencia de que inmediatamente de mi fallecimiento tome
posesión de todos bienes y haga su distribución extrajudicialmente
sin que sea necesario comprobar esta mi dicha memoria
judicialmente atendiendo a obviar costos por la cortedad de mis
bienes y por este revoco y anulo otros y cualesquiera testamentos,
poderes y codicilios que hubiese fecho de palabra o por escrito
y solo quiero que valga el presente en la mejor vía y forma que
haya lugar en derecho y por ser mi última y postrimera voluntad,
firmo el presente subscripto en papel común, por lo distante que

46
Testamento de Vicente Baraona

se halla de este sitio de Bugalagrande la ciudad de Buga en donde


se vende el papel sellado y hallarme con evidente peligro de mi
vida y con los testigos rogados y llamados por mí que lo son don
Fran[f. 385r.]cisco Marmolejo y Potes, don Vicente Becerra, don
Alberto Reyes, León de Escobar, Ignacia Escobar, firmando a mi
ruego por mí por no saberlo hacer, don Casimiro González, que
es fecho en este dicho sitio de Bugalagrande a los catorce días del
mes de enero de mil ochocientos y tres años. A ruego del testador
Casimiro González y Correa. Testigo Francisco Marmolejo y Potes.
Testigo Vicente Becerra, por León e Ignacio Escobar: Miguel
Jerónimo González, testigo Alberto Reyes.

47
3. Testamento de José Vicente Arce
(pardo libertino)
Buga, 14 de agosto de 18031 [f. 103r.]

I n nomine Dei amen. Sepan cuantos esta carta de testamento


última y postrimera voluntad vieren como yo José Vicente
Arce, pardo libertino, vecino de esta ciudad, hijo natural de Juana
de Arce, también vecina mi madre, ya difunta, creyendo como
firmemente creo en el alto y soberano misterio de la santísima
Trinidad, padre, hijo y espíritu [entre renglones: santo] [f. 103v.]
tres personas que aunque realmente distintas no es más que
un solo Dios verdadero de y en todos los demás misterios y
artículos que tiene, cree, enseña y predica nuestra santa madre
la iglesia católica, apostólica, romana, tomando como tomo por
mi intercesora y abogada a la serenísima Reina de los ángeles
María santísima madre de Dios y señora nuestra, a los santos
apóstoles san Pedro y san Pablo, a los santos ángel de mi guarda,
de mi nombre y devoción para que impetren de la Majestad
divina que por los méritos de su preciosísima vida, pasión y
muerte me perdone mis pecados y coloque mi alma entre sus
bienaventurados y en la gloria eterna temiéndome de la muerte
como tan natural y precisa a toda criatura humana, como incierta
la hora y para cuando esta llegue hallarme libre de los mundanos
ajenos que sirven de limosna a la consciencia y ahora en este
tiempo en que me hallo aunque enfermo del cuerpo, en mi
entero y sano juicio, memoria y entendimiento natural y con
los conocimientos necesarios hago y ordeno este mi testamento
última y final voluntad en la forma y manera siguiente.

1 AHB, Notaría Primera, (1803-I), ff. 103r.-105r.

49
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

1. Primeramente encomiendo mi alma a Dios nuestro


señor que la crio y redimió de la nada y el cuerpo
mando a la tierra de que fue formado y para cuando
este cadáver mando sea amortajado con un hábito
de lienzo azul y sepultado en la Iglesia de la Santa
Ermita del señor Milagroso, diciéndoseme misa de
cuerpo presente si fuese hora competente, y de no
que se me diga al siguiente día.

2. Ytem mando a las mandas forzosas de redención


de cautivos cristianos a dos reales a cada una de
ellas y cuatro reales a la casa santa de Jerusalén lo
que aporto de lo mejor y más bien parado de mis
bienes, decláralo así para que conste.

3. Yten declaro que soy casado y velado según el


orden de nuestra señora madre la Iglesia con María
Lauriana Naranjo, natural de esta ciudad, de cuyo
matrimonio no hemos tenido ni procreado hijo
alguno, decláralo así para que conste.

4. Yten declaro que cuando contraje el citado matrimonio


aportó a él la citada mi esposa por razón de dote
y casamiento los efectos siguientes: [f. 104r.] una
novillona, una gargantilla y dos sortijas de oro, que
todo regulo importaría veinte y dos patacones con
más la ropa de su uso y decencia, y así mismo recibí,
como perteneciente a dicha mi esposa por muerte
de su madre y mi suegra por razón de herencia que
le tocó un derecho de tierras en el sitio de Sabaletas
de esta jurisdicción que se compone de dos cuadras
de ancho y diez y media en lo largo, como también
veinte y cinco patacones en dinero, mando sea
pagada de todo lo dicho con el privilegio que le es
correspondiente, decláralo así para que conste.

5. Yten declaro que así mismo cuando contraje el


referido mi matrimonio aporté de capital los efectos
siguientes: una chupa de borlón, otra de lienzo
azul y algunos otros efectos de ropa de mi uso,

50
Testamento de José Vicente Ar ce

dos caballos, uno castrado y otro entero, la silla de


montar de barras con sus estribos, baúles de cobre,
freno y más adherentes, un sable con puño de
plata, cuatro novillonas, tres yeguas y tres puercas
de vientre, decláralo así para que conste.

6. Yten declaro por bienes míos esta casa de mi morada,


cubierta de teja sobre paredes de embutido, situada
en medio solar de tierra y dentro de ella el menaje
de que a su tiempo dará razón la referida mi esposa.

7. Yten declaro por bienes míos once cabezas de


ganado chico y grande, cuatro cabezas de yeguas,
tres caballos castrados, otro entero, tres potros, los
dos quebrantados y el otro cerrero, un macho y
una mula de servicio, tres cabezas de cabros y dos
puercas de vientre, decláralo así para que conste.

8. Yten declaro tres cabezas más de ganado, dos yeguas


y un potro, un fierro de herrar, dos gargantillas, la silla
de mi uso con estribos y otra silla más con estribos
y freno, declaro así para que conste. Yten declaro
por bienes míos la cantidad de cincuenta y cuatro
patacones que me es deudor Manuel Rosero, vecino
de Roldanillo, procedentes de unos marranos que
le vendí, cuya cantidad la asegura como fiadora y
llana pagadora Micaela Correa tía del citado Manuel,
mando y es mi voluntad que cobrada que sea se le
den veinte y siete patacones al santísimo sacramento
que se venera en la Iglesia Matriz de esta ciudad,
para que con ellos se haga una alhaja de plata y
los otros veinte y siete se den a las benditas almas
del Purgatorio y su cofradía de la misma iglesia ma
[f. 104v.]triz decláralo así para que conste.

9. Yten declaro que soy deudor de la cantidad de seis


patacones al señor cura vicario doctor don José
Matías de la Plaza, mando se le paguen, decláralo
así para que conste. Yten declaro que así mismo soy
deudor a Francisco López de diez reales y a Manuel

51
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

Correa ocho reales, mando se les paguen decláralo


así para que conste.

10. Yten declaro no deber a otra persona más que a


mi hermano Manuel seis patacones los que tengo
asegurados en don Fernando Nuñez, mando se cobren
y se paguen y si alguna otra persona se apareciese
demandando a mis bienes, mando se le pague hasta
la cantidad de tres patacones con solo su simple
juramento y excediendo de esta cantidad que se pruebe
conforme a derecho decláralo así para que conste.

11. Yten declaro que José Valverde me es deudor de


cuatro patacones, dos reales, mando se le cobren y
agregue a mis bienes, decláralo así para que conste.

12. Yten declaro que tengo un hijo natural llamado


Joaquín habido antes de mi matrimonio, el que hace
sobre un año se profugó de mi casa y poder y por
razón de tal mi hijo natural le dejo del quinto de mis
bienes una silla con sus estribos y una yegua, con
más una novillona, decláralo así para que conste.

13. Yten declaro y es mi voluntad donarle como le


dono a mi ahijado llamado Joaquín, hijo de mi
hermana Leonor, mando que inmediatamente de
mi fallecimiento se le entregue a su madre una
potranca, decláralo así para que conste.

14. Yten declaro que al Patriarca Señor San José que


se venera en la Santa Ermita se le dé una vaca
que quedará a cargo y cuidado de la referida mi
esposa para con sus productos, estos es con los
terneros machos, se me digan misas por mi alma
en su altar y las que resultasen nacer hembras
se vaya aumentando hasta el fallecimiento de
la citada mi esposa, en cuyo tiempo entregará
todas las cabezas que hubiese al que haya de
correr con la devoción de dicho santo Patriarca
y que con su valor se le haga una alhaja la más

52
Testamento de José Vicente Ar ce

necesaria para el santo o que siga multiplicando


y con sus productos hacer lo que llevo expuesto,
dejándolo todo a la consideración cristiana del
que corriese con la devoción del santo Patriarca,
decláralo así para que conste. Yten declaro y es
mi voluntad que respecto a no tener herederos
forzosos instituyo por tales de todos mis bienes,
derechos y acciones que quedaren al tiempo de
mi fallecimiento rebajadas las mandas y legados
que llevo dispuestas a la referida mi amada esposa
María [f. 105r.] Lauriana Narango, al señor de los
Milagros que se venera en la Santa Ermita de esta
ciudad y a las benditas almas del Purgatorio de la
citada Iglesia Matriz por iguales partes, decláralo
así como mi última deliberada voluntad para que
conste. Y para cumplir, ordenar y ejecutar este mi
testamento, mandas y legados en él contenidos
elijo y nombro por mi albacea testamentaria,
fideicomisaria a la referida mi esposa María
Lauriana Naranjo, prorrogándole como le prorrogo
todo el tiempo en derecho necesario aunque sea
pasado el año fatal del albaceazgo.

Y por el presente revoco y anulo otros testamentos que antes de


ahora haya formalizado por escrito o de palabra o poderes para
testar, pues solo quiero se esté y pase por el presente que ahora
otorgo por ante el presente escribano de su Majestad público y de
Cabildo don Agustín Bernardo de Santa Coloma para que valga en
aquella vía y forma que más haya lugar en derecho en esta ciudad
de Buga a los catorce días del mes de agosto de mil ochocientos
tres años, hallándose presentes a todo lo expuesto los testigos que
fueron llamados, rogados, al efecto y vecinos de esta dicha ciudad
que lo fueron don Francisco de la Llamosa, don José Antonio de la
Concha e Ignacio Fernández. Y yo el infrascripto escribano que al
otorgante doy fe conozco, quien al parecer, aunque enfermo del
cuerpo se halla en su entero y sano juicio con el pleno uso de sus
potencias y sentidos que así lo certifico, así lo dijo, otorgó y no
firma porque expresó no sabía escribir, hízolo a su ruego don José
Antonio Murgueitio que también se halló presente, siendo llamado
al efecto y todo por ante mí de que doy fe.

53
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

A ruego del otorgante [Firma] José Antonio Murgueitio [Rúbrica]


Testigo [Firma] Francisco de la Llamosa y Racines [Rúbrica]

Testigo [Firma] José Antonio de la Concha [Rúbrica] Testigo Ignacio


Fernández [Rúbrica]

Presente fui a su otorgamiento y en fe de ello lo signo y firmó en


el día de su fecha.

En testimonio de verdad [Firma] Agustín Bernardo de Santa


Coloma. Escribano de Su Majestad público y de cabildo [Rúbrica]

54
4. Testamento de Manuela Quintero
(mulata libertina)
Cali, 2 de febrero de 17731 [f. 74r.]

E n el nombre de Dios todopoderoso amén. Sepan todos


cuantos esta memoria última y postrimera voluntad vieren
como yo Manuela Quintero, libertina mulata, esclava que fui
del maestro don Luis de la Puente, hallándome enferma en
cama, pero en mi entero y sano juicio, tal cual ha sido servido
Dios dármelo, creyendo como firmemente creo en el misterio
de la santísima Trinidad, padre, hijo y espíritu santo, tres
personas distintas y no más que un solo Dios verdadero y en
todos los demás misterios que tiene, predica y enseña nuestra
santa madre iglesia católica, apostólica, romana, bajo de cuya
fe y creencia he vivido y protesto vivir y morir como católica
y fiel cristiana y temerosa de la muerte que a toda criatura
es natural, hago y ordeno esta mi memoria testamental en la
forma y manera siguiente:

1. Primeramente encomiendo mi alma a Dios que la


crio y redimió y el cuerpo mandó a la tierra de que
fue formado.

2. Yten declaro que fui casada y velada con Baltasar


de Mesa libre, de cuyo matrimonio aunque tuve un
hijo se murió, decláralo para que conste.

1 AHC, Notaría Primera, t. 4, ff. 74r.-75v.

55
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

3. Yten declaro que habiéndome libertado aun


viviendo mi marido, después de libre tuve a dos
hijas mías que llaman María Manuela y María de la
Encarnación de la Puente y la dicha María Manuela
de la Puente se halla casada con Benancio Reyes,
decláralo para que conste.

4. Yten declaro que mediante a que soy pobre y que


la casa y tierra en que vivo toca y pertenece a mis
dos hijas quienes me están cuidando en la cama,
les ruego que me entierren en la parte y lugar
que hallaren por más conveniente de por Dios, en
cuyo nombre les pido le asignen alguna cosa a las
mandas forzosas.

5. Yten declaro para el descargo de mi consciencia


que por el mucho amor que el maestro don Luis de
la Puente tuvo a mis dichas dos hijas María Manuela
y María de la Encarnación, desde la tierna edad de
ellas para su mejor educación las puso en poder de
Anica la Guevara como madrina de ellas, y como
de la confianza de dicho maestro don Luis por su
mano le dio a la dicha Ani[f. 74v.]ca Guevara para las
dichas mis hijas lo siguiente: dos pares de zarcillos,
dos gargantillas, un par de orejeras, seis platos y
un platón todo de China, cuatro platos de peltre,
uno de plata, dos mates embarnizados, un fondo
nuevo de arroba y media, una frasquera de quince
frascos de a cuartillo y por mi mano le entregué lo
siguiente: un sombrero de París negro, un reboso
piche, dos costales de lana, un par de zarcillos, dos
gargantillas, un par de orejeras, [nueve] cajetas de
hacer bizcochuelos de hoja de lata, dos libros de a
folio nuevos, todo lo cual me dio dicho maestro para
que lo entregara a dicha Anica para dichas mis hijas,
y así mismo, se le hará cargo del oro que percibió
de Manuel Arias quien le era deudor a dicho Puente
por [sic] y se lo entregó para su cobro y su importe
se diese a dichas mis hijas, cuyo importe ignoro y
si fuere necesario en caso de negativa que declare

56
Testamento de Manuela Quinter o

dicho Arias y su importe se le haga cargo a dicha


Anica como que lo cobro pertenece como dicho
es a dichas mis hijas decláralo para que conste.
Así mismo se le hará cargo de una pajuela de oro
que tenía mi hija María Manuela que la percibió de
una almohada con su funda, una botijuela vidriada,
decláralo así para que conste.

6. Yten declaro que le tengo vendido a dicha Ángela


de Casaja de la Anica dos vacas, la una parida y la
cría de la otra pertenece a mi hija María Manuela
quien la percibirá y dichas vacas, la una con su cría
en doce pesos y la otra sin cría en ocho, del cual
importe me [sic] do dos cerca de cuatro pesos y me
resta más de diez y seis pesos los que cobraran mis
hijas, decláralo para que conste.

7. Yten declaro que la casa en que vivo con solar y


medio de tierra pertenece a mis dos dichas hijas
por derecho que les hizo dicho maestro Puente, y
paran los instrumentos de propiedad en poder de la
dicha Anica Guevara quien los entregará decláralo
para que conste.

8. Yten declaro que tengo otros dos hijos, el uno llamado


Lorenzo Rodríguez el que lo [he] entregado a su
padrino Antonio de la Puente y la otra llamada María
Liberata Rodríguez que la tengo entregada a su padre
Manuel Rodríguez a quienes no tengo que darles
cosa alguna por mi pobreza, ni porque sus padres
les hayan dado, decláralo así para que conste. [f. 75r.]

9. Yten declaro que si la dicha Anica alegare alguna cosa


sobre la crianza de dichas mis dos hijas, es claridad
que cuando fueron de su poder estaban de edad
la una de siete años y la otra de seis, con claridad
que en vida de dicho maestro Puente siempre les
mandaba todo lo necesario superabundantemente
para su mantención y después de muerto concurría
yo con lo que podía para dicha mantención y

57
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

siendo encargo que le hizo dicho difunto a dicha


Anica que jamás le remitiese a dichas mis dos hijas
a vender por las calles, lo primero que hizo luego
que murió fue el despacharlas a vender y hacerlas
trabajar, sin enseñarles cosa alguna, decláralo así
para que conste.

10. Y para el descargo de mi consciencia, nombro por


mis universales herederas como dueñas de todo lo
referido a las dichas mis dos hijas María Manuela y
María de la Encarnación de la Puente, de todos mis
derechos y acciones para que los hayan y gocen
con la bendición de Dios y la mía.

Y para el cumplimiento de todo lo dicho nombro por mi albacea


a Benancio Reyes mi yerno a quien le prorrogo el más término a
más del año fatal para el cumplimiento de este testamento. Y por
el presente revoco y anulo y doy por ningunos otros cualesquiera
testamentos, memorias, codicilios u en otra forma que de palabra o
por poder antes de este haya fecho y otorgado y solo quiero que valga
este por mi testamento y última voluntad o por aquel instrumento
que más haya lugar. Y la otorgante a quien yo el presente escribano
doy fe conozco ser vecina de esta ciudad, así lo dijo, otorga y no
firma por decir no saber y a su ruego lo hace uno de los testigos
que se hallaron presentes y se nominaran en Cali y febrero dos de
mil setecientos setenta y tres años siendo dichos testigos presentes el
teniente de forasteros don José Ramos y Morales, Florencio Ramírez
[f. 75v.] y Miguel de Vidal, vecinos, de que doy fe.

A ruego de la otorgante [Firma] José Ramos [Rúbrica] Testigo


[Firma] José Ramos [Rúbrica]

Testigo [Firma] Florencio Ramírez [Rúbrica] Testigo [Firma] Miguel


Vidal [Rúbrica]

Fui presente a su otorgamiento y en fe de ello lo signo y firmo en


testimonio de verdad

[Firma] Marcelo Roso. Escribano de su Majestad público del


número [Rúbrica]

58
5. Testamento de Juana de Villalobos
(mulata libertina)
Cali, 26 de diciembre de 17761 [f. 189r.]

E n el nombre de Dios todo poderoso amén. Sepan cuantos


esta carta de testamento vieren como yo Juana de Villalobos,
mulata libertina, estando enferma en cama pero [f. 189v.] en
mi sano y entero juicio tal cual Dios ha sido servido de darme,
creyendo como firmemente creo en el misterio de la santísima
Trinidad, padreo, hijo y espíritu santo, tres personas distintas y
un solo Dios verdadero y en todos los demás misterios que tiene,
predica y enseña nuestra santa madre iglesia católica, apostólica,
romana, bajo de cuya fe y creencia he vivido y protesto vivir y
morir como católica y fiel cristiana y temerosa de la muerte que a
toda criatura es natural, hago y ordeno este mi testamento última
y final voluntad en la forma y manera siguiente.

1. Primeramente encomiendo [entre renglones: mi


alma] a Dios nuestro señor que la crio y redimió
con su santísima y preciosísima sangre y el cuerpo
mando a la tierra de que fue formado, el que
quiero y es mi voluntad sea sepultado en la iglesia
parroquial de esta ciudad y amortajado con el
hábito de mi padre san Francisco y que mi entierro
y exequias se hagan a disposición de mis albaceas
decláralo así por ser mi voluntad.

1 AHC, Notaría Segunda, t. 7, ff. 189r.-v. y 194r.

59
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

2. Yten mando a las mandas forzosas y acostumbradas


a real a cada una cuyo importe separo de mis bienes.

3. Yten declaro no haber sido casada, ni que en el


estado de soltera he tenido hijos ningunos, por
cuya causa no tengo heredero forzoso alguno
descendiente ni ascendente por haber muerto mis
padres y abuelos decláralo así para que conste.

4. Yten declaro por bienes míos la casa cubierta


de teja que actualmente vivo fundada en medio
solar de tierra que compré a Agustín Caicedo y su
importe que fueron el de noventa patacones se los
tengo satisfechos y no me ha otorgado la escritura
de propiedad y por más instancias que le he hecho
mando a mis albaceas se la manden otorgar si
necesario fuere, decláralo por bienes míos.

5. Yten una caja de madera de más de vara con su


cerradura, dos vasos de cristal, un platón vidriado,
una pala, decláralo todo por bienes míos.

6. Yten declaro que las camisitas que tengo con la


corta cama y ropita de mi uso se lo dejo a Mauricia
Fernández por lo mucho que me ha asistido y me
está asistiendo, decláralo así por ser mi voluntad.

7. Yten declaro me debe doña María de Amaya ocho


patacones, Gertrudis Perea cuatro patacones, su
negra Gertrudis tres patacones y cuatro reales,
Nicolás Rodríguez nueve reales [f. 194r.] Reymundo
Díaz siete patacones, Carmela Ochoa ocho reales
y medio, José García cuatro reales, mando se les
cobre y agreguen a mis bienes.

8. Yten declaro deberle al maestro Valencia trece


patacones, al negro Santiago de los Sirguelos
doce patacones, al negro Santiago de doña Javiera
Caicedo tres patacones y tres reales, a doña Javiera

60
Testamento de Juana de Villalobos

de Caicedo seis patacones y a Gertrudis Guerrero


ocho reales, mando se pague.

9. Yten nombre por mi universal heredera de todos


mis bienes, derechos y acciones a mi alma para que
las goce con la bendición de Dios.

10. Yten declaro que pagado mi entierro y demás


dependencias en el remanente de mis bienes, lo
distribuya mi albacea en beneficio de mi alma como
mi heredera sin que tenga que dar cuenta a persona
alguna, decláralo así por ser mi voluntad.

Y para cumplir y pagar este mi testamento, mandas y legados


y todo lo en él dispuesto, nombro por mi albacea a don Luis
Cosio a quien a más del año fatal le prorrogo todo el tiempo que
necesitase para su cumplimiento y por el presente revoco y anulo
y doy por ninguno de ningún valor ni efecto otros y cualesquiera
testamentos que antes de este haya fecho y otorgado de palabra o
por escrito y solo quiero que valga este por mi testamento o por
aquel instrumento que más haya lugar que otorgo en esta ciudad
de Santiago de Cali en veinte y seis días del mes de diciembre de
mil setecientos setenta y seis. Y la otorgante que yo el escribano
doy fe conozco aunque enferma en cama pero al parecer en su
sano y entero juicio así lo dijo y otorga, no firma por decir no
saber hízolo uno de los testigos que lo fueron Francisco Mateus,
Agustín Castillo, Jerónimo Mercado vecinos, testado: Yo el escri,
no vale, entre renglones: mi alma, vale.

A ruego de Juana Villalobos [Firma] Francisco Mateus [Rúbrica]


Testigo [Firma] Francisco Mateus [Rúbrica]

Testigo [Firma] Agustín Castillo [Rúbrica]

Testigo [Firma] Jerónimo Mercado [Rúbrica]

Fui a su otorgamiento y en fe de ello lo signo y firmo en testimonio


de verdad [Firma] Marcelo Roso. Escribano de su Majestad público
del número [Rúbrica]
Iscuandé

61
6. Testamento de Hilario Piedrahita
(mulato)
Pueblo de la Paz del Espíritu Santo,
3 de diciembre de 17341 [f. 1r.]

S epan cuantos esta carta de mi testamento última y postrimera


voluntad vieren como yo Hilario Piedrahíta estando enfermo
en la cama de mal que Dios nuestro señor ha sido servido de
darme y hallándome sano de mi entendimiento y [Entre renglones:
como] cristiano católico, apostólico, romano creo y confieso todo
aquello que nuestra santa madre iglesia nos enseña, creo en el
misterio de la santísima Trinidad, padre, hijo y espíritu santo, tres
personas distintas y un solo Dios verdadero, creo que la segunda
persona de la santísima Trinidad es el hijo de Dios que encarnó
y se hizo hombre, en las purísimas entrañas de María santísima
quedando virgen antes del parto y en el parto y después del
parto siempre virgen, creo que nuestro señor Jesucristo nació,
padeció y murió, resucitó y subió a los cielos y está sentado a la
diestra de Dios padre todopoderoso, creo que al fin del mundo
ha de venir a juzgar vicios y muertos dando premios a los buenos
y castigos a los malos, y para alivio de mis tribulaciones me
encomiendo a María santísima, abogada de pecadores y a los
santos apóstoles san Pedro y san Pablo y al glorioso san Miguel
y al santo ángel de mi guarda y a todos los santos y santas
de la corte del cielo, para que sean mis abogados y defensores
en la hora de mi muerte y en sus santos nombres prosigo mi
testamento y es en la manera siguiente:

1 ACC, Sig. 9963, (Col J11-6su) ff. 1r.-2r.

63
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

1. Yten declaro que Dios nuestro señor fuere servido de


llevarme de esta presente vida a la otra le entrego mi
alma como a mi Dios y redentor que la crio y redimió.

2. Yten declaro el cuerpo a la tierra de que fue formado.

3. Yten declaro mi cuerpo sea enterrado en esta santa


iglesia a la entrada de dicha santa iglesia.

4. Yten declaro que mi entierro sea muy humilde y si


es a tiempo sea con misa de cuerpo presente con
dicho cura. [f. 1v.]

5. Yten declaro a las mandas forzosas a medio real a


cada una.

6. Yten declaro por bienes míos una casa de tres


brazas, la estantería de palma y la cubierta de paja.

7. Yten declaro que alrededor de la dicha casa tengo


muchos árboles frutales, los declaro por bienes míos.

8. Yten declaro por bienes míos una paila de cobre


que pesa dos arrobas.

9. Yten otra paila pequeña.

10. Yten declaro por bienes míos una escopeta corriente.

11. Yten declaro por bienes míos tres hachas, un


machete, dos aguinches buenos.

12. Yten declaro por bienes míos dos suelas grandes


llanas y dos dichas gurbias, dos cepillos pequeños y
uno grande, dos escopetas grandes y dos chiquitas.

13. Yten declaro por bienes míos una espada y un


sombrero de bicuña blanco, dos cajas de cedro
viejas con sus cerraduras buenas.

64
Testamento de Hilar io Piedrahita

14. Yten declaro por bienes un capote de paño azul de


Quito.

15. Yten declaro por bienes míos una petaca con mi


ropa de vestir.

16. Yten declaro por bienes míos una roza de maíz que
esta para coger.

17. Yten declaro por bienes míos un capado y una puerca.

18. Yten declaro por bienes míos un platanar viejo


que está en el Monte alto y alrededor calabazos,
chuntaduros, caimitos y cacaos.

19. Yten declaro por bienes míos otro platanar que está
en el Hormiguero el que téngole dado a mi ahijada
para que lo goce sin impedimento ninguno.

20. Yten declaro por bienes míos un libro de cuentas


que está dentro de una papelera vieja en donde se
hallarán los que me deben y a quienes debo.

21. Yten declaro una guitarra, lo declaro por bienes míos.

22. Yten debo a don José Basan diez y seis patacones.


[f. 2r.]

23. Yten debo al señor doctor don Nicolás Rodríguez


mi cura seis patacones.

24. Yten debo al reverendo padre maestro fray Juan


Montaño veinte y dos patacones, mando a mis
albaceas que de mis bienes se paguen estas tres
partidas para lo cual nombro y elijo y es mi última
voluntad que sean mis albaceas Atanasia de la
Cruz, mi legítima madre y su compañero Félix de
Aguirre para que ambos juntos o cada uno de por
sí, dispongan de mis bienes, cumplan y ejecuten

65
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

todas mis mandas y legados que se lo pido, ruego y


encargo por amor de dios a los dichos mis albaceas.

25. Yten ruego y encargo a mis albaceas que de lo más


bien parado de mis bienes se pague mi entierro
arreglándose al arancel como mulato.

26. Yten mando que pagadas mis dependencias lo


que sobrare de mis bienes, es todo de mi madre
como mi legítima heredera y todo lo referido en
este mi testamento, es mi última voluntad que así
se cumpla y ejecute y es fecho en el Pueblo de la
Paz del Espíritu Santo, jurisdicción de la ciudad de
Santa Bárbara [de Iscuandé] en tres días del mes de
diciembre de mil setecientos treinta y cuatro años,
ante mi José Palomino, alguacil mayor y regidor
de dicha ciudad y su jurisdicción y firmo conmigo
dicho testador y testigos por falta de escribano
público ni real de que doy fe.

[Firma] José de Palomino [Rúbrica] [Firma] Hilario de Piedrahíta


[Rúbrica]

Testigo [Firma] Prudencio Bustos de Lara [Rúbrica] Testigo [Firma]


Pedro Esteban Delgado de Salas [Rúbrica]

Popayán

66
7. Testamento de Ángela María Castrillón
(parda libre)
Popayán, 2? de agosto de 17351 [f. 43v.]

E n el nombre de Dios todopoderoso amén. Notorio sea a


todos los que este instrumento vieren como yo Ángela
María de Castrillón, parda libre, vecina de esta ciudad, estando
como estoy enferma en cama pero en mi entero juicio y
entendimiento natural, creyendo como fiel y verdaderamente
creo en el misterio de la santísima Trinidad, padre, hijo y espíritu
santo y en todo aquello que cree y confiesa nuestra santa
madre iglesia católica, romana, debajo de cuya fe y creencia
he vivido y protesto vivir y morir como católica y fiel cristiana,
invocando como desde luego invoco por mi intercesora y
abogada a la serenísima reina de los Ángeles, María madre de
Dios y señora nuestra y a todos los santos y santas de la corte
celestial, a quienes ruego y suplico pongan mi alma en carrera
de salvación [f. 44r.] y porque el morir es natural a toda criatura
viviente, por estar prevenida ordeno y hago este mi testamento
última y final voluntad en la manera siguiente.

1. Primeramente encomiendo a Dios mi alma que la


crio y redimió con su preciosa sangre y el cuerpo a la
tierra de que fue formado y si su divina Majestad fuere
servido de llevarme de esta presente vida mando que
mi cuerpo sea sepultado en la santa iglesia catedral y
mi entierro sea a disposición de mi albacea.

1 ACC, Notaría Primera, t. 29 (1735-II), ff. 43v.-44v.

67
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

2. Yten mando a las mandas forzosas a real a cada una y


nueve reales a la casa santa de Jerusalén y dos reales
a la cofradía del santísimo sacramento por una vez.

3. Yten declaro por mis hijas a Olaya y María Castrillón,


decláralo para que conste.

4. Yten declaro que el mulato Valentín me debe cuatro


patacones, más me debe el negro de las Monjas
llamado Tomás tres patacones.

5. Yten declaro que debo a Paulino cuatro patacones.

6. Yten declaro por mis bienes, tres follados, uno de


sarga y dos de ricote, tres mantillas de bayeta, una
gargantilla de granates finos y cuentas de oro, un
toldo de Ruán.

Y para cumplir y pagar este mi testamento, mandas y legados de


él, nombro por mi albacea al señor doctor don Francisco Javier
Torijano, provisor y vicario general de este obispado para que
luego que yo fallezca entre en mis bienes y disponga de ellos,
según lo que le tengo comunicado.
Y cumplido y pagado este mi testamento, nombro por mis
universales herederas a las dichas mis hijas, para que lo hereden,
hayan y gocen con la bendición de Dios y la mía y revoco y anulo
otros y cualesquiera testamentos que haya fecho antes de este,
que quiero que no valgan y solo quiero que valga este que ahora
otorgo ante el presente [f. 44v.] escribano por mi testamento última
y final voluntad y yo el escribano doy fe conozco a la otorgante
que estaba en su entero juicio al parecer, no firmo porque dijo
no saber y fírmolo a su ruego uno de los testigos que lo fueron
llamados y rogados, a Matías Vivas, Nicolás del campo y Marcelino
Castrillón, vecinos de esta dicha ciudad fecho en Popayán a veinte
y [sic] de agosto de mil setecientos y treinta y cinco años.
A ruego de la otorgante y testigo [Firma] Matías Vivas [Rúbrica]
Ante mi [Firma] Miguel de Torres, escribano de cabildo y
gobernación [Rúbrica]

68
8. Testamento de María de Vegonaga
(parda libre)
Popayán, 6 de enero de 17431 [f. 1v.]

E n el nombre de Dios todopoderoso amén. Sepan cuantos


este instrumento vieren como yo María de Vegonaga parda
libre, vecina de esta ciudad, habitante en este convento de
Religiosas, de nuestro señora la Encarnación, estando como
estoy enferma del cuerpo y sana del entendimiento, creyendo
como fiel y verdaderamente creo en el Misterio de la santísima
Trinidad, padre, hijo y espíritu santo, tres personas distintas y
no más de un solo Dios verdadero y en todo aquello que cree,
confiesa y nos enseña nuestra santa madre iglesia católica,
apostólica, romana, debajo de cuya fe y creencia he vivido
y protesto vivir y morir como [f. 2r.] católica y fiel cristiana,
invocando como desde luego invoco por mi intercesora y
abogada a la serenísima emperatriz de los cielos, madre de
Dios y señora nuestra concebida en gracia y a todos los santos
y santas de la corte celestial para que intercedan con su divina
majestad y no me desamparen hasta poner mi alma en carrera
de salvación. Y porque el morir es natural a toda criatura
viviente y la hora incierta por estar prevenida para cuando
llegue el caso, ordeno y hago este mi testamento última y final
voluntad en la manera siguiente.

1. Primeramente encomiendo mi alma a Dios nuestro


señor que la crio y redimió con su preciosísima
sangre y el cuerpo a la tierra de que fue formado.

1 ACC, Notaría Primera, t. 31 (1743-V), ff. 1v.-4v.

69
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

2. Yten mando y es mi voluntad que cuando Dios


nuestro señor fuere servido de llevarme de esta
presente vida, mi cuerpo sea sepultado en la iglesia
del Monasterio de Monjas de nuestra señora de
la Encarnación donde al presente vivo y que mi
entierro sea a la disposición de mis albaceas a
quienes les suplico sea al pie del altar de nuestra
señora de la Limpia Concepción.

3. Yten mando mandas forzosas a patacón a cada


una y otro patacón a la cofradía del santísimo
sacramento y a las santos lugares de Jerusalén
donde fue obrada nuestra redención, mando una
gargantilla de cuentas de oro con su medalla [f. 2v.]
con que las aparto de mis bienes.

4. Yten declaro que no he sido casada ni he tenido


hijos algunos, decláralo para que conste.

5. Yten declaro por bienes míos tres cajas grandes,


una cajita de costura, una papelera de Quito nueva,
una pailita que al parecer tendrá cinco libras, una
hacha de fierro, una mesita, tres follados de sarga,
el uno verde con tres franjitas de hilo, otro azul
con dos encajes anchos, otro llano azul, un follado
azul de lamparilla con tres encajitos de hilo, un
follado de bayeta azul, siete varas de bayeta azul,
una mantilla de bayeta rosada de Castilla con
tres vueltas, otra azul también con tres vueltas de
encaje, una mantilla verde de bayeta de Castilla con
tres vueltas, dos mantillas amarillas de Castilla, la
una con vuelta negra y otra llana, una mantillina de
bayeta azul de la tierra llana con su tafetán carmesí,
un volante de Bretaña con sus encajes, un paño de
manos de Quito con listas azules, una camisa de
Bretaña con tres guardas de seda carmesí, otra de
mangas agustinas con tirillas matizadas, una camisa
también de Bretaña con arandela de encajitos,
otra de platilla con dos guardas azules, otras cinco
camisas ya más servidas, tres sábanas de lienzo,

70
Te s t a m e n t o d e M a r í a d e Ve g o n a g a

la una más servida que las otras, una manta del


reino nueva, una almohada y dos cubiertas nuevas,
tres enaguas de lienzo, las unas bordadas de azul
y otra de colorado y otras de verde, tres enaguas
de Ruán, las unas con catatumba, y las dos con sus
puntas y tres dichas más servidas de lienzo, cinco
cupidos buenos con sus puntas, y otros viejecitos,
un pañuelo con sus encajes, un pabellón ya viejo,
una cuja, tres fresadas, las dos buenas y la otra ya
vieja, un colchón, una gargantilla de oro que es la
que dejo para los santos lugares de Jerusalén, otra
[f. 3r.] gargantilla de cuentecitas menudas de oro con
sus granates finos y perlitas, estas mando se le dé a
nuestra señora de la Concepción de este convento,
unos zarcillos de otro con tres esmeralditas y su
aguacate, estos mando se le den a nuestra señora
de la Asunción para que los tenga siempre en la
capilla, otros zarcillos esmaltaditos, unos aritos de
oro con sus pinjantes, una gargantilla de corales
con iguitas azules, unos brazaletes de corales con
cuentecitas de oro, otros brazaletes de corales
menudos torcidos, tres tacitas, tres pares de tijeras,
dos cuchillos, una escudilla de barro grandecita,
cuatro barras esta las dejo a mi señora santa Ana,
con la mesita para que se sirva de ellas, una cajetica
en que guardo las ostias esta la dejo al señor para
que la que cuidare de ellas las use con un paño de
lienzo de Quito, tres matecitos pintados.

6. Yten declaro que no debo a persona alguna nada.

7. Yten declaro que Félix de Paz, vecino de esta


ciudad, me tiene a censo cien patacones de que me
otorgó escritura de la que tengo testimonio en mi
poder y me ha pagado los réditos de ellos y aunque
me debe algo mando no se le cobre.

8. Yten declaro que por mano de la madre Teresa de


Santa Elena llevó el doctor don José de Alegría para
vender una camisa mía de Bretaña con tres guardas de

71
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

seda azul, tasada en veinte pesos de oro, cuando fue


visitador y no me la ha pagado, mando se le cobren.

9. Yten declaro que así mismo me debe dicho doctor


don José veinte patacones que me remitió de la
ciudad de Cartago don Ignacio Rentería y [f. 3v.]
de ellos pertenecen a mi señora santa Ana catorce
patacones y no me lo ha pagado, mando se le cobren.

10. Yten declaro que me debe la madre priora Tomasa


de San Rafael religiosa carmelita veinte patacones
y siete reales que por ser reverenda le pague a don
José Hidalgo, mercader de esta ciudad y así mismo
me debe dicha madre dirá lo que fuere y mando
se lo cobren.

11. Yten mando que a Manuela de Aguinaga mi


hermana se le den de mis bienes un follado de
sarga llana color azul, una camisa, una mantillina
azul llana con tafetán, un paño de lienzo de Quito
con listas azules, unos cupidos viejos.

12. Yten mando que se le den de mis bienes a Ana


hija de la mulatica Agustina mi sobrina, la cajita
de costuras y los brazaletes torcidos, y a la dicha
Agustina mi sobrina, mando se le dé una camisa de
las traídas y más usadas y un follado azul de bayeta
nuevo llano y una mantellina verde de Castilla con
tres encajitos.

13. Yten mando se le den a Pascuala de Urriaga mi


sobrina residente en la ciudad de la Plata, los trastes
siguientes: una pieza de platilla que está en una de
mis cajas y siete varas de bayeta azul, que también
está en mis cajas.

14. Yten mando que a Marcela del Campo se le dé un


follado de sarga azul con dos vueltas y cuatro varas
y cuarta de Ruán que están en mis cajas.

72
Te s t a m e n t o d e M a r í a d e Ve g o n a g a

15. Yten mando se le den a mi señora santa Ana la


manta del reino y una sábana y las dos cubiertas de
almohadas y el cobertor bueno.

16. Yten mando que lo demás de mi cama, cuja, pabellón


[f. 4r.] y colchón se reparta entre las niñas que tiene
mi señora santa Ana, todo a su disposición.

17. Yten mando que a María, vecina de mi señora santa


Ana, se le den unas enaguas de lienzo labradas y un
medio [sic] prensada que tengo en mi caja y un chumbe.

18. Yten mando que a la referida Marcela se le den


unas enaguas labradas de lienzo y otras también
labradas se le den a la referida Agustina mi sobrina.

19. Yten mando que los cien patacones que llevo dicho
me tiene Félix de Paz a censo se den al convento de
limosna, en correspondencia y gratitud de haberme
mantenido y criado en él, para que se gasten a
disposición de la madre priora que fuere a quien
ruego, me encomiende a Dios con la santa comunidad.

20. Yten declaro por bienes míos cuatro vasos de vidrio,


mando que dos de ellos se den a Jesús resucitado y
los otros dos a mi señora santa Ana.

21. Yten declaro que a mi señora Teresa de Jesús le


debo un cuchillo, mando se le de lo que pidiere por
el de mis bienes, o que se le pague en plata el cual
se me perdió y no se lo he pagado.

Y para cumplir y pagar este mi testamento, mandas y legados


de él, nombro por mis albaceas y tenedores de bienes en primer
lugar al maestro don Francisco de Bonilla a mi señora Teresa de
Jesús y a mi señora santa Ana, a todos tres juntos y a cada uno
insolidum con igual facultad para que luego que yo fallezca entren
en mis bienes y de ellos hagan lo que dejo dispuesto sobre que les
encargo yo las conciencias. [f. 4v.]

73
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

22. Yten declaro que tengo por bienes míos, veinte y


dos velas de cera, mando se le den a la mayordoma
de nuestra señora de la Asunción para que si las
hermanas de esta cofradía quisieren fiesta se las den
y si no que se gasten en la fiesta de la calle.

Y cumplido y pagado este mi testamento, mandas y legados de


él, en el remanente de todos mis bienes, derechos y acciones
instituyo y nombro por mi universal heredera mi alma y revoco y
anulo otros y cualesquiera testamentos, codicilios o poderes que
haya dado antes de este, de palabra o por escrito, o en otra forma
que quiero que no valgan ni hagan fe en juicio ni fuera de él, salvo
este que ahora otorgo ante el presente escribano que quiero que
valga por mi testamento, última y final voluntad.

Y yo el escribano doy fe conozco a la otorgante y que al parecer


está en su entero juicio según las palabras concertadas que habló
y habiéndole leído este su testamento dijo así lo otorgo y no firmó
porque dijo no saber fírmalo a su ruego una de las testigos que
lo fueron Lucía de Santa Ana y la madre Mariana de san Cayetano
priora de dicho convento, en él a seis de enero de mil setecientos
y cuarenta y tres años.

[Sin firma]

74
9. Testamento de Petrona Trujillo del Campo
(parda libre)
Popayán, 14 de diciembre de 17631 [f. 321r.]

E n el nombre de Dios todopoderoso amén. Notorio sea a todos los


que esta presente carta de testamento vieren como yo Petrona
Trujillo del Campo, parda libre, vecina y natural de esta ciudad de
Popayán, estando como estoy enferma en cama del accidente que
adolezco y sin embargo de él en mi sano juicio y entendimiento
natural con el que creo en el misterio de la santísima trinidad, padre,
hijo y espíritu santo, tres personas distintas y no más de un solo
Dios verdadero, y en todo lo demás que cree, confiesa y nos enseña
nuestra santa madre iglesia católica, apostólica, romana, bajo de
cuya fe y creencia he vivido y protesto vivir y morir como católica y
fiel cristiana, invocando por mi intercesora y abogada a la serenísima
reina de los ángeles, María madre de Dios concebida en gracia en su
advocación dolorosa y a los bienaventurados apóstoles san Pedro y
san Pablo y a todos los demás santos y santas de la corte celestial
a quienes suplico con toda humildad y entendimiento, intercedan
por mi alma ante el divino acatamiento y no la desamparen hasta
ponerla en carrera de salvación.

Y por cuanto el morir es natural a toda criatura viviente y la hora


incierta por estar prevenida para cuando llegue el caso ordeno y
hago este mi testamento en descargo de mi conciencia en la forma
y manera siguiente.

1 ACC, Notaría Primera, t. 40 (1763-III), ff. 321r.-324r.

75
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

1. Primeramente encomiendo mi alma a Dios nuestro


señor que la crio y redimió con su preciosa sangre
y el cuerpo mando a la tierra de que fue formado
y es mi voluntad que cuando se verifique la de su
divina majestad el llevarme [f. 321v.] de esta presente
vida a la eterna mi cuerpo sea sepultado en la santa
iglesia del Convento de nuestro gran padre san
Agustín de esta ciudad y que le acompañe el cura
rector con capa de coro, diáconos, cruz alta, y doble
de campanas y si fuere hora competente que se me
diga misa de cuerpo presente con su vigilia cantada y
de no al siguiente día ofrendada de pan, vino y cera
y que los derechos de todo se paguen de mis bienes.

2. Ytem es mi voluntad que en dicho día de mi entierro


o al siguiente se me digan ocho misas rezadas por
el estipendio ordinario por los reverendos padres de
dicho convento cuyo importe se sacará de mis bienes.

3. Ytem es mi voluntad se den a las mandas forzosas


y acostumbradas a dos reales a cada una de ellas,
ocho reales a la cofradía del santísimo sacramento
situada en la santa iglesia catedral de esta ciudad y
otros ocho a las casas santas de Jerusalén donde fue
obrada nuestra redención todo lo cual se entenderá
por una vez y no más con que las aparto del derecho
que puedan tener a mis bienes.

4. Ytem declaro que aunque fui casada y velada según


orden de nuestra santa madre iglesia con Manuel
Mejía, ya difunto, durante nuestro matrimonio no
tuvimos hijos ningunos lo que declaro para que
conste, como también el no tener ningún hijo natural.

5. Yten declaro por bienes míos la casa en que vivo,


cubierta de paja con su solar correspondiente
el cual hube y compré de mi hermano Santiago
Trujillo que ya es difunto.

76
Testamento de Petr ona Tr ujillo de Campo

6. Yten declaro por bienes míos una negra nombrada


Teresa mi esclava, la cual es mi voluntad que luego
que yo fallezca quede libre en recompensa de la
fidelidad y amor con que me ha servido. [f. 322r.]

7. Ytem declaro por bienes míos una mulatica


nombrada Brígida de edad de trece años y un
negrito nombrado Juan Manuel de seis a siete años
de edad, y una negrita nombrada Dominga de
cosa de cinco años, todos tres mis esclavos como
también otro negrito nombrado Manuel de pechos,
todos hijos de la dicha negra Teresa y es mi voluntad
que la dicha negrita Dominga también quede libre
después de mis días.

8. Ytem declaro por mis bienes doce mulas de arrea


aparejadas y un caballo madrino y un pretal de
campanillas y dichas bestias se hallan al cuidado del
Bartolo indio del Zarzal a quien se le deben [entre
renglones: cuatro] patacones de resto de potreraje y
cuidado de ellas, mando se le paguen de mis bienes.

9. Ytem declaro que en el sitio y tierras de Jamau


tengo cosa de veinte y tres reses de ganado vacuno
poco más o menos chico y grande, decláralo así
para que se sepa y agregue a mis bienes.

10. Ytem declaro por bienes míos dos pailas pequeñas,


la una buena y la otra agujereada, un sobretodo
de camino y otra pailita de sacar aguardiente
agujereada, una olleta, dos pares de aritos de oro,
los unos con sus venturinas y perlas y los otros de
esmeralditas con sus aguacaticos de lo mismo, una
gargantilla de cuentas de oro labradas menudas y
sus iguitas de lo mismo, una joya de oro y perlas
que esta se dará a la cofradía de nuestro padre san
Antonio situada en el convento de nuestro padre
san Francisco de esta ciudad.

77
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

11. Ytem declaro por bienes míos dos palas de fierro,


una hacha de lo mismo, un follado de granilla con
tres vueltas de guarnición falsa, un sombrero blanco
fino viejo, un frasco de vidrio verde y dos vasos
grandes de cristal, un par de brazaletes de corales
con sus cuentecitas de oro, una caja vieja con su
cerradura y llaves, dos mesitas viejas pequeñas, unos
cuadros viejos, cuatro mayores y el uno pequeño de
distintas advoca[f. 322v.]ciones.

12. Ytem un santo Cristo de madera encarnado que se le


dará a mi hermana Manuela y a mi hermano Manuel,
un santo Eccehomo que tengo pequeño de bulto y
el cajoncito de nuestra señora de Chiquinquirá a mi
hermano Andrés, y la efigie de san Judas Tadeo, y el
cuadro de nuestra señora de los Dolores se le dará a la
dicha negra Teresa que así es mi voluntad se ejecute.

13. Ytem declaro que deja una efigie pequeña de nuestro


padre san Antonio de bulto que es mi voluntad se dé
a la iglesia de nuestro padre san Agustín para que
se ponga en alguno de sus altares y en cada año
se le diga [entre renglones: cinco] misas rezadas por
el bien de mi alma a arbitrio del reverendo padre
Prior actual y al de los que le sucedieren en lo de
adelante y para ellos se han de sacar de mis bienes,
cien patacones y se impondrán a censo y con sus
réditos se pagaran dichas cinco misas.

14. Yten es mi voluntad que se saque de mis bienes


lo necesario y se compren las varas de Damasco
morado de buena calidad que entraren en una túnica
y se lo dé al señor de las Caídas de dicho convento
de san Agustín costeándose de dichos mis bienes
los demás aliños y aperos hasta perfeccionarla.

15. Yten es mi voluntad se saquen de mis bienes


cuatro patacones y se den a Jesús de la Ermita por
tenérselos mandados a su tiempo.

78
Testamento de Petr ona Tr ujillo de Campo

16. Yten declaro que debo a los bienes del maestro


don Pedro de Castro presbítero difunto diez y ocho
patacones de resto de unas harinas, mando se paguen
de mis bienes como también a don Gregorio de Abenia
vecino de Llanogrande diez patacones y dos reales.

17. Ytem declaro no tener presente deber a otras


personas [f. 323r.] y si parecieren demandando
contra mis bienes algunas cantidades justificadas en
forma se pagará de ellos.

18. Ytem declaro que me debe Ventura de Zúñiga


tres pesos y cuatro reales, Teresa Vásquez cuatro
patacones, Catarina Martínez doce reales, Patricio
Achinito indio del Tambo, doce patacones, Juan
de Sabogal catorce patacones, Manuel Cabezas
seis patacones, mando se cobre todas las referidas
cantidades y se agreguen a mis bienes.

19. Yten declaro que le debo a mi hermana Manuela


nueve velas de cera de Castilla de a media libra,
mando se pague de mis bienes.

20. Ytem declaro para el descargo de mi conciencia


como después de haber muerto el maestro don
Pedro de Castro y Fren, presbítero, llegó a mi
noticia por demandas que contra mí puso su hijo el
maestro don Nicolás de Castro, clérigo de menores
órdenes, pretendiendo le pagase el importe de
unos réditos por decreto le fundé al dicho padre
una capellanía de cuatrocientos pesos de principal
cargándolas, en mi casa, esclavos, mulas y los
demás bienes a cuya fundación no he concurrido y
por eso he resistido dicho pago pues aunque haya
escritura hecha de ella no ha sido por mi orden
ni porque yo diese consentimiento para ella ni
menos rogué a ninguna persona firmase por mí,
pues en el tiempo y cuando se supone con lugar a
prestar mi consentimiento que jamás di para dicha
imposición y fundación me hayaba sumamente

79
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

enferma y aún dementada como se podrá justificar


por mis albaceas a que se agrega que si yo hubiera
concurrido a dicha fundación después del tiempo y
año que se dice está otorgada hice mi testamento
por ante [f. 323v.] el mismo escribano que lo es don
Juan Andrés Sandoval, y en dicho testamento, no
se hallará que yo hubiese declarado ser deudora
de la tal fundación por su principal, ni réditos ni
menos el que dicho escribano me lo advirtiese
cuando es cierto que en dicho testamento dejaba
libres a dichos mis esclavos, por lo que declaro no
ser deudora de dicho principal ni réditos ni deber
correr dicha fundación de capellanía en los términos
en que se halla siendo mi voluntad se imponga de
nuevo una capellanía de esa misma cantidad para
que recaiga en el convento de dicho nuestro padre
san Agustín de la que a tener patrono y capellán el
reverendo prior que es o fuere de dicho convento
con la obligación de decir en cada año cinco misas
rezadas aplicadas por mi alma y las de las benditas
ánimas del purgatorio y demás de mi obligación así
por el título de Justicia como de caridad para lo que
desde ahora roto cada misa a cuatro patacones que
se pagarán de lo que redituare los cuatrocientos
patacones por cada un año.

Y para cumplir y pagar este mi testamento, sus mandas y legados,


nombro por mis albaceas testamentarios, fideicomisarios y
tenedores de mis bienes a Andrés y Manuel Trujillo de Campo mis
hermanos, vecinos de esta ciudad entre ambos juntos y a cada uno
in solidum con igual facultad para que luego que yo fallezca entren
y dispongan de ellos según dejo ordenado dentro del año fatal
que dispone el derecho sobre que les encargo las consciencias.

Y cumplido y pagado al dicho mi testamento instituyo y nombro


en el remanente líquido que quedare como [f. 324r.] en todas
mis acciones y derechos por mis únicos y universales herederos
a Andrés, Manuel y Manuela Trujillo del Campo, mis hermanos
para que los hayan, hereden y gocen por iguales partes con la
bendición [entre renglones: de Dios] y la mía. Y revoco y anulo

80
Testamento de Petr ona Tr ujillo de Campo

otros cualesquier testamentos, mandas, legados, poderes, para


testar o codicilios que antes de ahora haya fecho y otorgado por
escrito, de palabra o en otra forma para que no valgan ni hagan fe
en juicio ni fuera de él, salvo este que ahora otorgo en esta ciudad
de Popayán en catorce de diciembre de mil setecientos sesenta y
tres años por ante el presente escribano de su Majestad público
de cabildo y mayor de gobernación. Y yo dicho escribano doy fe
conozco a la otorgante ser vecina de esta ciudad y que al parecer
está en su entero juicio según las palabras concertadas que hablo
y habiéndosele leído este su testamento debido adverbum dijo a si
lo otorgaba no firmo porque dijo no saber fírmalo a su ruego uno
de los testigos que se hallaron presentes que lo fueron rogados
y llamados Alejo de la Rosa, Gregorio Patiño, Fernando de Tobar,
Nicolás de Saa y José de la Rosa, vecinos de esta dicha ciudad.
Entre renglones: cuatro, cinco, de Dios, vale. Enmendado: año,
vale. Testado: dos, una, no vale.

A ruego de la otorgante [Firma] Fernando de Tobar [Rúbrica] ante


mi [Firma] Joaquín Sánchez de la Flor. Escribano de su Majestad
público del cabildo [Rúbrica]

81
10. Testamento de Manuel Polanco de Velasco
(negro libre)
Popayán, 17 de junio de 17721 [f. 116r.]

E n el nombre de Dios todopoderoso amén. Notorio sea a todos


como yo Manuel Polanco de Velasco negro libre, alférez de la
compañía de negros libres de esta ciudad, vecino de ella, estando
sano del cuerpo y en pie y en mi entero juicio y memoria natural
con el que creo en el misterio de la santísima Trinidad padre, hijo
y espíritu santo, tres personas distintas y no más de un solo Dios
verdadero y estando cuando nuestra santa madre iglesia católica,
apostólica, romana, nos enseña tiene y cree bajo de cuya fe y
creencia ha vivido y protesto vivir y morir como católico, cristiano,
invocando por mi intercesora a la serenísima emperatriz de los
cielos, reina de los ángeles María madre de Dios y señora nuestra
concebida en gracia, a los bienaventurados san Pedro y san Pablo
y he todos los demás santos y santas de la corte celestial a quienes
pido intercedan por mi alma ante el divino acatamiento y no la
desamparen hasta ponerla en carrera de salvación. Y por cuanto el
morir es natural y la hora incierta para estar prevenida para cuando
llegue el caso, hago este mi testamento en la manera siguiente:

1. Primeramente encomiendo mi alma a Dios nuestro


señor que la crio y redimió con su preciosa sangre
y el cuerpo mando a la tierra de que fue formado
y es mi voluntad que cuando Dios se digne de
llevarme de esta presente vida a la eterna si fuera
en esta ciudad, mi cuerpo sea sepultado en la

1 ACC, Notaría Primera, t. 45 (1772-I), ff. 116r.-118v.

83
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

iglesia del colegio de Misiones de nuestro padre


san Francisco y si fuere en el camino o en otra
ciudad en la iglesia Matriz o más inmediata que
corresponda y si fuere hora competente se me
diga misa [f. 116v.]de cuerpo presente y de no al
siguiente día y que el entierro sea a disposición de
mis albaceas y que los derechos de todo se paguen
de lo más bien parado de mis bienes.

2. Yten es mi voluntad se den a las mandas forzosas


y acostumbradas a dos reales a cada una, cuatro
reales a la cofradía del santísimo sacramento y otros
cuatro reales a las casas santas de Jerusalén donde
fue obrada nuestra redención lo que se entenderá
por una vez y no más.

3. Yten declaro que soy casado y velado según orden


de nuestra santa madre iglesia con María Teresa de
Arriaga, mulata libre y de este nuestro matrimonio
hemos procreado algunos hijos, de los cuales solo
viven, María Isidora y Bartolo Polanco, declárolos
por mis hijos legítimos y de la dicha mi mujer, como
al póstumo que hubiere.

4. Yten declaro que cuando me casé con la dicha tenía


yo cosa de quinientos patacones propios míos, los
que di al matrimonio y la dicha mi mujer no trajo
otra cosa que la corta ropita de su uso, muy [sic]
y su cama compuesta de cuja y cobijas y después
de pasados tiempos por muerte de Sebastiana
Baca mi suegra, le tocaron de herencia a la dicha
mi mujer cien patacones que se le adjudicaron en
la casa y solar de que me hice cargo, dándoles a
los demás interesados sus [f. 117r.] pertenencias
como lo hecho con la parte de María Eugenia que
se la tengo entregada y a su cuñado Pablo Arriaga
lo mismo cien patacones sin ser o llegado a darle
réditos pues él y su mujer viven en dicha casa en mi
gusto declárolo así para que conste.

84
Te s t a m e n t o d e M a n u e l Po l a n c o d e Ve l a s c o

5. Yten declaro por bienes míos las casas y solares


que poseo según las escrituras otorgadas a mi favor
y lo que ha edificado a mis expensas en el solar de
abajo en la esquina con más los trastes caseros y
menaje que se encontrare y también mi ropa de uso
y la de mi mujer que ésta siempre que llegue el caso
manifestará cuanto hubiere.

6. Yten declaro que debo a la fecha al capitán don Tomás


Ruiz de Quijano, de resto de seiscientos ochenta y tres
patacones, mando se paguen de mis bienes.

7. Yten declaro que debo al convento de nuestra señora


de la Encarnación y en su nombre a la reverenda
madre Priora trescientos y cincuenta patacones de
un negro esclavo del convento nombrado Bartolo
Bozal que me vendió y anda huido, mando se le
pague y que se recaude dicho negro.

8. Yten declaro que le resto de un vale, le debo a Javier


Hernández, carpintero, ciento y cincuenta patacones
de que hallo deberle pagar al rédito de un cinco por
ciento y a cuenta de este de su orden pague a don
Marcos Bermúdez diez y seis patacones lo que declaro
para que conste y se le pague lo que se le debiere al
tiempo de mi fallecimiento sino lo he hecho antes.

9. Yten declaro que Marcos de Sandoval de resto de


una mulata que le vendí me debe veinte y cinco
[f. 117v.] patacones mando se cobren y agreguen
a mis bienes, como también el negro Alberto libre
esclavo que fue del señor Arzobispo don Fray Diego
Fermín de Veregara, el que vive en la quebrada
de Caloto trece patacones, mando se le cobren y
un patacón que me debe la señora doña Manuela
del Campo. El concho del Callejón Gregorio de
Velasco me debe sobre un pico cuatro patacones
se cobraran y se le entregará la prenda. El negro
Sebastián Zapatero esclavo del señor alférez real
don José Tenorio dos patacones se cobrarán.

85
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

10. Yten declaro que me voy para la ciudad de Quito


y llevo para vender una negra nombrada Catarina,
mi esclava, algo renca, una carga de tabaco de
humo, doscientos cuarenta patacones en plata,
algunos rezagos o mimes de Castilla, [sic] polaca
con el pico engastado en plata, estribos de fierro,
freno, jáquima y pa[be]llón, un par de petacas con
cadenas, un sartén de camino, un sable de mi uso,
con sus tiros y me lleva el yerno de Pascual Tangua
que vive en la Provincia de Pasto.

11. Yten declaro no deber a otras personas y si


parecieren justificándolo en forma se pa[f. 118r.]
gará de mis bienes.

Y para cumplir y pagar este mi testamento nombro por mis


albaceas al doctor don Melchor de Valenzuela presbítero y a la
dicha María Teresa de Arriaga mi mujer vecina de esta ciudad a
entre ambos juntos y a cada uno insolidum con igual facultad y
que siempre que yo fallezca entren en mis bienes y dispongan de
ellos según tengan por más conveniente procurando el descargo
de mi conciencia y el bienestar de la dicha mi mujer e hijos que así
es mi voluntad para lo que les prorrogo el más tiempo que hayan
menester sobre que les encargo las consciencias.

Y cumplido y pagado mi testamento en el remanente de todos


mis bienes, derechos y acciones instituyo y nombro por mis
únicos y universales herederos a los dichos María Isidora y
Bartolo Polanco de Velasco mis hijos legítimos y al póstumo si lo
hubiere para que con la bendición de Dios y la mía los hayan,
hereden y gocen por iguales partes.

Y revoco y anulo otros cualesquier testamentos, mandas, legados,


codicilios y poderes para testar que antes de ahora haya fecho
y otorgado por escrito, de palabra o en otra forma para que
no valgan en juicio ni fuera de él, salvo el presente que ahora
otorgo en esta ciudad de Popayán en diez y siete de junio de
mil setecientos setenta y dos años ante el presente escribano don
Joaquín Sánchez de la Flor.

86
Te s t a m e n t o d e M a n u e l Po l a n c o d e Ve l a s c o

Y yo dicho escribano doy fe conozco al otorgante quien [f. 118v.] es


vecino de esta ciudad y de que al parecer está en su entero juicio
según las palabras concertadas que habló y habiéndosele leído
este su testamento dijo así lo otorgaba y lo firma habiendo sido
testigos presentes rogados y llamados Miguel Jerónimo Molineros,
Ambrosio de Ulloa y Manuel Pardo vecinos de esta ciudad.

[Firma] Manuel Polanco [Rúbrica] Ante mi [Firma] Joaquín Sánchez


de la Flor. Escribano de su Majestad de Cabildo [Rúbrica]

87
11. Testamento de María de Velasco
(negra libre)
Popayán, 4 de septiembre de 17751 [f. 267r.]

E n el nombre de Dios todopoderoso amén, sepan cuantos


esta carta de memoria testamental vieren como yo María
de Velasco, negra libre y vecina de esta ciudad de Popayán
estando enferma en cama del accidente que Dios nuestro
señor ha sido servido de darme pero en mi sano y entero
juicio y entendimiento natural tal cual así fue servido de
darme, creyendo como firmemente creo en el alto y poderoso
misterio de la santísima Trinidad, padre, hijo y espíritu santo,
tres personas distintas y un solo Dios verdadero y en todos
los demás misterios que tiene, cree, enseña y predica nuestra
santa madre iglesia católica, apostólica, romana, bajo de cuya
fe y creencia he vivido y protesto vivir y morir como católica y
fiel cristiana y temiéndome de la muerte que es natural a toda
viviente criatura y su hora incierta para cuando llegue la mía
quiero y es mi voluntad estar prevenida para el descargo de
mi consciencia para lo cual hago y ordeno esta mi memoria
testamental en la forma y manera siguiente.

1. Primeramente encomiendo mi alma a Dios nuestro


señor que la crio y redimió con el infinito precio de
su purísima y santísima sangre y el cuerpo mando a
la tierra de que fue formado.

1 ACC, Notaría Primera, t. 47 (1775-I), ff. 267r.-268v.

89
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

2. Yten es mi voluntad que cuando la divina Majestad


fuer servido de llevarme de esta presente vida para
la eterna mi cuerpo sea amortajado con el hábito
de nuestro padre san Francisco y sepultado en la
santa iglesia catedral de esta dicha ciudad y que
mi funeral y entierro se haga a la disposición de mi
albacea y que si fuere hora competente que se me
diga misa de cuerpo presente y todo ello se pague
de mis bienes y lo declaro para que conste.

3. Yten mando que de mis bienes y por una vez se den


de limosna a las mandas forzosas y acostumbradas
a medio real a cada una, un real a los santos lugares
de Jerusalén y otro real a la cofradía del santísimo
sacramento con lo cual las aparto del derecho que
puedan tener a mis bienes y la declaro así para
que conste. [f. 267v.]

4. Yten declaro que soy de estado soltera que no he


tenido ni tengo hijos naturales algunos y lo declaro
así para que conste.

5. Yten declaro por bienes míos la casa de mi morada


con su cocinita de paja y solar correspondientes con
declaración de que en la posesión de María Lucía
de Charria tengo una vara de sierra de gotera lo que
declaro para que conste.

6. Yten declaro por bienes míos dos gargantillas


de cuentas de oro, la una revuelta con granates
finos y ambas con seis estampas de oro y la que
no está revuelta se halla empeñada en poder de
don Francisco Gómez por los medicamentos que
me ha suministrado, otra gargantilla de corales con
su cruz, una iga y una cuenta todo de oro, otra
gargantillita de venturinos blancos de Quito, un par
de zarcillos de piedras de inga engastados en oro
con perlas, otro de par de zarcillos de oro macizo
que se hallan en poder de María Moriones quien
vive por el barrio de san Francisco quien los tiene

90
Te s t a m e n t o d e M a r í a d e Ve l a s c o

empeñados en poder de don Francisco de Sañudo


en siete pesos, cinco sortijas, dos usadas de oro, tres
de Tumbaga y otra engastada en plata, un rosario
de venturinos con su cruz de Jerusalén engastada,
un colmillo también engastado y sus paternóster de
oro todo, un par de brazaletes de corales con sus
cuentas de oro, lejolejo, otro par de brazaletes de
agüitas blancas, con corales, un par de orejeras de
cuentas de oro y venturinos, otro par de orejeras de
perlas, la una cabal y la otra media con sus iguitas y
cuentas de oro, una necha [sic] engastada en plata,
más un rosario de punta de coco, con sus cuenticas
de oro con su medallita de plata y limpiantes de lo
mismo, un pasador de oro entre otros trastes, todo
lo dicho se hallará en poder de mi tía Lucía Tenorio
y lo declaro para que conste.

7. Yten declaro que la dicha María Moriones me es


deudora de la cantidad de cuatro patacones y más
una pailita si la trajese mando que se recoja y si no
que se le cobren veinte reales por pertenecer a mi
hermano Lorenzo, lo que declaro para que conste.

8. Yten declaro por más mis bienes una camisa de


Bretaña con sus pechos de hilo de oro, un follado
de sarga verde con dos vivos, un reboso azul, otro
dicho amarillo de bayeta de Castilla, cuatro varas
de Bretaña sin usar, ocho varas de lienzo sin usar
y de estas pertenecen cuatro a mi tía Lucía, seis
vidrios y otros más que se halla en poder de la
mulata Dionisia de Mosquera y dos reales más que
me debe, otro follado más de bayeta de la tierra
azul con su vivito, un par de enaguas.

9. Yten declaro que de los seis vidrios uno de ellos


grandes, sin labrar pertenece a mi hermano Lorenzo,
con una limeta, otra dicha más perteneciente [f. 268r.]
a mí, seis platos de barro de la tierra ordinarios y
un platillo de peltre, dos sombreros negros finos de
Castilla usados, un vasito de la China, un vidrio de

91
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

comprar [sic] de ámbar, dos vasos de barro blanco


que [sic], tres botijas peruleras de revolver chicha
que tiene Manuela Ledesma, alias la Sánchez, otra
dicha más verde perulera, dos mates embarnizados,
dos botijas grandes de revolver que tiene la dicha
María Moriones, un machete grande de a vara, una
pala y un aguinche, cuatro cuadritos plateados, tres
más, una cruz plateada, un cajoncito de nuestra
señora de la Concepción, veinte y ocho estampas,
países y vitelitas viejas, una caja de a vara con su
cerradura y llave correspondiente, una tarima de
cuero con su pabellón viejo, su pavana de lienzo y
colchoncito todo viejo.

10. Yten declaro que las ollas y bateas de mi servicio


mando se le den a María Moriones, por lo que me está
atendiendo y sirviendo decláralo así para que conste.

11. Yten ordeno y mando que a la dicha María Moriones,


una camisa de lienzo nueva que actualmente estoy
cosiendo y que así mismo viva en esta mi casa hasta
que mis herederos dispongan de ella y lo declaro
para que conste.

12. Yten declaro que Felipa Sánchez me es deudora


de cinco pesos y medio con más real y medio, el
indio Pascacio me es deudor de cuatro pesos del
arrendamiento de esta casa y más tres reales de
una olla, la negra Mónica Montalvo me es deudora
de cinco pesos, más la negrita Dorotea, esclava de
Paula Hernández me es deudora de diez reales,
Rosalía Sánchez me debe un peso y un real, más la
Marita cuñada de Pacho Zúñiga seis reales, Ignacia
la Dorada me debe tres pesos de un terno de sortijas
que le presté, la negra Clarita del Carmen un peso y
dos reales y más siete y medio reales por otra parte,
más Apolinarda que vive en Cauca me debe tres
pesos y de estos pertenecen a María Moriones doce
reales, más en poder de Nicolasa hija de Ventura
del Campo difunta se halla un frasco perteneciente

92
Te s t a m e n t o d e M a r í a d e Ve l a s c o

a mí, más diez reales que me debe la china María,


hija del santafereño, y la mulata vieja de Forrontera
me debe cuatro reales, todas las cuales cantidades
mando se cobren y lo que resulte se tenga por mis
bienes y lo declaro para que conste.

13. Yten declaro que a Antonio Rosas le soy deudora


de real y medio, mando que de mis bienes se
satisfaga y pague.

14. Yten declaro que Mariano Jiménez alias


Arrancaplumas se le dieron por mi difunta madre
dos rosarios, el uno de corales y el otro de punta de
coco, todos con sus pater nosters de cuentas de oro
de a dos reales para que los ensartase y habiéndolos
traído faltaron seis cuentas de oro por cuyo motivo
aunque pidió su tra[f. 268v.]bajo no se le satisfizo y
ordeno y mando que siempre que entregue las seis
cuentas se le pague de mis bienes un patacón que
es su trabajo, lo cual declaro para que conste.

15. Yten declaro por más mis bienes tres taburetes,


una mesita y un estradito de tablas, todo viejo, más
una escalera.

Y para cumplir y pagar esta mi memoria testamental, mandas y


legados en ella contenido, instituyo y nombro por mi albacea
testamentario y tenedor de mis bienes a don José Lorenzo de
Largacha y Angulo para que después de mi fallecimiento use de
dicho albaceazgo aunque sea pasado el año fatal que dispone
el derecho porque en tal caso le prorrogo el demás tiempo que
necesitare para ello.

Y cumplida y pagada esta mi memoria testamental, sus mandas


y legados en el remanente que quedare y fincare de todos mis
bienes, derechos y acciones instituyo y nombro por mis únicos
y universales herederos de todos ellos a mis hermanos Catalina
Chaburra, Paula Ayala, Lorenzo Bueno y a mis sobrinos José y
Sebastián hijos de mi hermana Catalina para que los hayan, gocen
y hereden con la bendición de Dios y la mía. Y revoco y anulo

93
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

y doy por nulos de ningún valor, ni efecto, otros cualesquiera


testamentos, mandas, legados, codicilios y poderes para testar que
antes de esta mi memoria testamental haya fecho y otorgado por
escrito, de palabra o en otra forma para que no valgan ni hagan
fe en juicio ni fuera de él salvo esta mi memoria testamental que
ahora otorgo por ante el presente escribano real y público del
número de esta dicha ciudad y yo don Ramón de Murgueitio,
escribano real y público del número de ella, certifico y doy fe que
esta memoria testamental se otorgó en mi presencia que conozco a
la otorgante que es vecina de esta ciudad y de que al parecer está
en su entero juicio y entendimiento natural quien no firmó por no
saber, hízolo a su ruego uno de los testigos que lo fueron rogados
y llamados, Marcos de León Figueroa, Manuel de Ballesteros y
Manuel López Salazar vecinos de esta ciudad de Popayán en ella
a cuatro de septiembre de mil setecientos setenta y cinco años.

A ruego de la otorgante y testigo [Firma] Manuel López de Salazar


[Rúbrica]

Ante mi [Firma] Ramón de Murgueitio. Escribano real y público


[Rúbrica]

94
12. Testamento de Juana de Bonilla
(negra libre)
Popayán, 14 de diciembre de 17751 [f. 354v.]

E n el nombre de Dios todopoderoso amén. Sepan cuantos


esta memoria testamental vieren como yo Juana de Bonilla,
negra libre y vecina de esta ciudad de Popayán, estando enferma
en cama del accidente que Dios nuestro señor ha sido servido
de darme, pero en mi sano entero juicio y entendimiento
natural tal cual Dios nuestro señor ha sido servido de darme,
creyendo como firmemente creo en el alto y poderoso misterio
de la santísima Trinidad, padre, hijo y espíritu santo, tres
personas distintas y un solo Dios verdadero y en todos los
demás misterios que tiene, cree, enseña y predica nuestra santa
madre iglesia católica, apostólica, romana, bajo de cuya fe y
creencia he vivido y protesto vivir y morir como católica y
fiel cristiana y temiéndome de la muerte que es natural a toda
viviente criatura y su hora incierta para cuando llegue la mía,
quiero y es mi voluntad estar prevenida para el descargo de
mi conciencia por lo cual hago y ordeno esta mi memoria
testamental última y final voluntad en la forma y manera
siguiente:

1. Primeramente encomiendo mi alma a Dios nuestro


señor que la crio y redimió con el infinito precio de
su purísima y santísima sangre y el cuerpo mando a
la tierra de que fue formado.

1 ACC, Notaría Primera, t. 47 (1775-I), ff. 354v.-356v.

95
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

2. Yten declaro que es mi voluntad que cuando


la divina Majestad fuere servido de llevarme de
esta presente vida para la eterna mi cuerpo sea
sepultado en la santa iglesia catedral y amortajado
con el hábito de nuestra señor Padre san Francisco
y que su entierro y funeral sea menor y que se haga
a la dirección de mi albacea y que todo se pague de
mis bienes y lo declaro para que conste.

3. Yten mando que a las mandas forzosas y


acostumbradas se le den de mis bienes y por una
vez de limosna a real a cada una, dos a la cofradía
del santísimo sacramento y otros dos a los santos
lugares de Jerusalén, en donde Cristo vida nuestra
obró nuestra redención con lo cual las aparto del
derecho que puedan tener a mis bienes y lo declaro
así para que conste.

4. Yten declaro que soy de estado soltera [f. 355r.] y


que tengo por mi hijo natural a Juan Manuel a quien
declaro por tal para que así conste.

5. Yten declaro por bienes míos una casa de teja que


tengo en el barrio nuevo de esta ciudad y en ella
tres sillas de asiento, dos mesas, una caja con su
cerradura grande, dos escaños, tres cuadros grandes,
el uno de nuestra señora del Rosario y el otro de
nuestra señora de los Dolores y el otro de nuestra
señora santa Ana, cuatro más pequeños y otro más,
dos pailas pequeñas, una jeringa, una olleta, una
pala, un machete, dos toldos de Ruán, una tarima,
una escudilla de china y otra de talabera, cuatro
cocos, una sábana de Ruán y otra cobija, todo lo
cual declaro por mis bienes.

6. Yten declaro por más mis bienes un negrito llamado


Lucas y una mulatica llamada María Manuela, el
primero de tres años entrados a cuatro y la mulatica
de nueve meses y lo declaro para que conste.

96
Testamento de Juana de Bonilla

7. Yten declaro que Josefa Paredes, beata de san


Francisco me es deudora de la cantidad de cuatro
pesos cinco reales, mando que se cobren y tengan
por mis bienes y lo declaro para que conste.

8. Yten declaro que Petrona Santofino me es deudora


de siete pesos mando que se cobren y tengan por
mis bienes y lo declaro para que conste.

9. Yten declaro que es Dominga mulata del maestro


Anaya me es deudora de dos pesos, mando que se
cobren y tengan por mis bienes, decláralo así para
que conste.

10. Yten declaro que la mujer del barbero Matías llamada


la Mariota me es deudora de catorce y medio reales,
mando que en la misma conformidad se cobren y
tengan por mis bienes, decláralo para que conste.

11. Yten declaro que al maestro don Cristóbal Baca


cura del pueblo del Cajón en las Provincias del
Chocó le di cuando se fue de esta ciudad para su
beneficio una lista o nómina de varios deudores
que en dichas provincias tengo y me deben, ordeno
y mando que se dé noticia a dicho maestro a fin de
averiguar y saber si ha verificado dichos cobros y de
no se practiquen las diligencias correspondientes a
su consecución bien sea por él mismo o por otra
persona para lo cual se recaudará de poder de dicho
maestro la referida nómina y lo que se cobrase se
tendrá por mis bienes y lo declaro para que conste.

12. Yten declaro que al referido maestro Baca le di


para su venta cuando se fue de esta ciudad un
faldellín de niño de Damasco y un corpiño para su
venta en las citadas provincias. Y ordeno y mando
que su importe o dichos efectos se recauden del
connotado maestro con declaración de que el
corpiño pertenece a doña Margarita Ruiz Bueno, lo
que declaro para que conste.

97
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

13. Yten declaro que Rosalía Daza me es deudora de


siete pesos que en efectos le he suplido para sus
urgencias y necesidades, mando que se le cobren y
tengan por mis bienes.

14. Yten declaro que la india Hilaria que me está


cuidando mi casa me es deudora de siete pesos y
cuatro reales, mando que se cobren.

15. Yten declaro que el negro Manuel de las Monjas


que vive en barrio nuevo me es deudor de lo que
consta de un papel que para en mi caja, mando que
por él se le haga el cargo correspondiente.

16. Yten declaro que en poder de doña Rosalía Ruiz y


Bueno tengo la cantidad de veinte y seis pesos que le
entregué para que me comprase de vestir para mí y
mi hijo, ordeno y mando que se esté a la cuenta que
dicha señora diese mediante la satisfacción que de su
buen proceder tengo y lo declaro para que conste.

17. Yten declaro que Ignacia [f. 355v.] Hurtado, alias


la Morlaca me es deudora de la cantidad de ocho
pesos importe de una puerca que le vendí y la
mulata Inecita del doctor don Jerónimo de Bonilla
la de tres pesos mando que una y otra cantidad se
recauden y tengan por mis bienes como también
de Petrona Lemos, mujer de don Agustín el Francés
dos pesos y Brígida viuda de Nicolás Hurtado otros
dos pesos y lo declaro para que conste.

18. Yten declaro que Isabel Yanguas me es deudora de


la cantidad de tres pesos y Juan Agustín de Mera
me es deudor de doce reales mando que una y otra
cantidad se recauden y tengan por mis bienes y lo
declaro para que conste.

19. Yten declaro que soy deudora al maestro don José


de Anaya por escritura otorgada ante el presente
escribano de la cantidad de doscientos y cincuenta

98
Testamento de Juana de Bonilla

pesos, los ciento y cincuenta que encargaban a


censo y tributo sobre mi casa a favor de la cofradía
del señor san Pedro y ciento que en puerta me
entregó por mano de dicho escribano mando que
se le satisfaga y pague de mis bienes y lo declaro
así para que conste.

20. Yten declaro que soy deudora a doña María Josefa


Ruiz y Bueno de cantidad de doce pesos, mando
que de mis bienes se satisfagan y pague.

21. Yten declaro que le soy deudora a doña Clara


Hurtado de la cantidad de trece pesos cuatro reales
importe de seis arrobas de cebo, que me vendió al
precio de diez y ocho reales, mando que de mis
bienes se le satisfaga y paguen.

22. Yten declaro que al señor alcalde ordinario don Juan


Antonio de Ibarra le soy deudora de diez pesos,
mando que en la misma conformidad se le satisfaga.

23. Yten declaro que soy deudora de la cantidad de


cinco pesos al doctor don Francisco de Mosquera,
mando que de mis bienes se le satisfaga y pague.

24. Yten declaro para el paso en que me hallo y a


consulta de hombre docto, que el maestro don Juan
de Bonilla difunto dejó un legado o comunicato
de un mil y quinientos pesos y que estos se le
entregasen al maestro don José de Anaya presbítero
como albacea que fue de dicho difunto y cuyo
comunicato fue en beneficio mío y de dos hijos
llamados Manuel y Juan Manuel para que se nos
entregasen a razón de quinientos pesos a cada
uno y habiendo fallecido mi primer hijo Manuel y
por esta causa perteneciéndome su herencia que
junta está con la parte que me corresponde a mi
del citado legado o comunicato hacen la cantidad
de un mil pesos y no habiendo recibido por esta
cuenta más que setecientos y cincuenta me es

99
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

deudor el referido maestro para el complemento de


la dicha cantidad perteneciente a mí y al citado mi
hijo difunto de doscientos y cincuenta pesos de los
que he otorgado escritura como si fuese deudora
de ellos y mediante a que esta cantidad se me hace
de cargo por el referido maestro en virtud de la
dicha escritura otorgada es claridad que con estos
doscientos y cincuenta pesos se com[f. 356r.]pleta
la citada pertenencia de los un mil pesos y por esta
razón debe ser la escritura otorgada de ningún valor
ni efecto y tener en su poder el referido maestro
Anaya pertenecientes a mi hijo Juan Manuel [entre
renglones: quinientos pesos] los mismos que me
ofreció entregar siempre y cuando se verificase la
compra de la citada casa y solar al alférez Ignacio
Rodríguez Molano lo que dijo en presencia del señor
prebendado doctor don Felipe Hurtado de don
Francisco Quintana y del dicho Molano y aunque se
verifico no entregó dichos quinientos pesos y a más
de esto me obligó a otorgar la escritura que llevo
referida siendo así que quedó de su cargo el censo
de los cuentos y cincuenta pesos del señor san
Pedro como les consta a los citados señores que dejo
enunciados y solo se entregaron por dicho maestro
Anaya para la compra quinientos y cincuenta pesos
quedando de su cargo los ciento y cincuenta de
dicho censo y así aunque dejo declarado en una
cláusula deberle los doscientos y cincuenta pesos
está queda derogada por lo que dejo relacionado en
esta y lo declaro para que conste.

25. Yten declaro que al señor prebendado doctor don


Melchor de Valencia le soy deudora de la cantidad
de dos pesos, mando que de mis bienes se satisfagan
y paguen y lo declaro para que conste.

Y para cumplir y pagar esta mi memoria testamental, sus mandas


y legados en él contenidos, instituyo y nombro por mi albacea
testamentario y tenedor de mis bienes al citado señor prebendado
doctor don Felipe Hurtado a quien así mismo nombro por tutor

100
Testamento de Juana de Bonilla

y curador de mi menor hijo Juan Manuel con las formalidades


prevenidas por derecho para que use de él, aunque sea pasado el
año fatal que dispone el derecho porque en tal caso le prorrogo
todo el término que necesitare para ello.

Y cumplida y pagada esta mi memoria testamental, sus mandas


y legados en ella contenidos instituyo y nombro por mi único y
universal heredero al referido mi hijo natural Juan Manuel para que
lo haya, goce y herede con la bendición de Dios y la mía. Y revoco,
anulo y doy por nulos de ningún valor ni efecto otros y cualesquiera
testamentos, mandas, legados, codicilios [f. 356v.] y poderes para
testar que antes de esta mi memoria testamental haya fecho por
escrito, de palabra ni en otra forma para que no valgan ni hagan fe
en juicio ni fuera de él, salvo esta mi memoria testamental que ahora
otorgo por ante el presente escribano real y público del número
de esta ciudad que quiero que valga por mi testamento, codicilio
o por el instrumento que más haya lugar en derecho. Y yo don
Ramón de Murgueitio escribano real y público del número de ella,
certifico y doy fe [Entre renglones: que esta memoria se otorgó en
mi presencia] que conozco a la otorgante que es vecina de esta
ciudad y de que en mi presencia habló quien no firmó por no saber,
y a su ruego lo hizo uno de los testigos que lo fueron presentes,
rogados y llamados don Antonio de Castro, Agustín Molano y José
de Velasco, vecinos de esta ciudad de Popayán y en ella a catorce
días del mes de diciembre de mil setecientos setenta y cinco años.
Y en este estado dijo la otorgante que era su determinada voluntad
que a su madre Agustina Ortiz que está muy desdichada y pobre y
así por esta razón, atendiendo a lo que le amplia el derecho, ordena
y manda que todo el remanente del quinto después de pagado
su funeral y entierro y demás gastos precisos se le entregue para
ayuda de subvenir sus necesidades y en caso de que este no haya
sobrante es su voluntad es precisa que del tercio de sus bienes se
le den cincuenta pesos bien entendido que esto se debe entender
y comprender siempre que le alcance en vida a la otorgante la
referida su madre y si hubiere fallecido que vuelva al cuerpo de sus
bienes, testigos los dichos doy fe. Entre renglones: quinientos pesos
que esta memoria se otorgó en mi presencia, vale.

A ruego de la otorgante [Firma] Antonio de Castro [Rúbrica] Ante


mi [Firma] Ramón de Murgueitio. Escribano real y público [Rúbrica]

101
13. Testamento de Tomás Gómez
(negro libertino)
Popayán, 30 de abril de 17811 [f.114v.]

E n el nombre de Dios todopoderoso amén. Sepan cuantos


esta carta de memoria testamental vieren como yo Tomás
Gómez, negro libertino pobre de solemnidad, natural de esta
ciudad de Popayán, estando enfermo aunque en pie de los
achaques y accidentes que su divina Majestad ha sido servido
de darme, pero en mi sano, entero juicio y entendimiento
natural, creyendo como firmemente creo en el alto y poderoso
misterio de la santísima Trinidad, padre, hijo y espíritu santo,
tres personas distintas y una esencia divina y en todos los
demás misterios que cree, enseña y predica nuestra santa
madre iglesia, católica, apostólica, romana, bajo de cuya fe
y creencia he vivido y protesto vivir y morir como católico
y fiel cristiano y temiéndome de la muerte que es natural a
toda viviente criatura y su hora incierta para cuando llegue la
mía quiero y es mi voluntad expresiva estar prevenido para el
descargo de mi conciencia, por lo que hago y ordeno esta mi
memoria testamental en la forma y manera siguiente.

1. Primeramente encomiendo mi alma a Dios nuestro


señor la crio de la nada y redimió con el infinito
precio de su purísima y santísima sangre y el cuerpo
mandó a la tierra de que fue formado.

1 ACC, Notaría Primera, t. 51 (1781-I), ff. 114v.-115r.

103
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

2. Yten quiero y es mi voluntad que cuando la divina


Majestad fuere servida de llevarme de esta presente
vida a la eterna, mi cuerpo sea amortajado con una
mortaja pobre disposición de mi albacea y sepultado
en la iglesia de nuestro padre santo Domingo al pie
del altar de nuestra señora de Guadalupe y que mi
funeral y exequias sea a disposición del dicho mi
albacea y lo declaro así para que conste.

3. Yten mando de mis bienes y por una vez se den


de limosna a las mandas forzosas y acostumbradas,
a medio real a cada una, un real a la casa santa
de Jerusalén donde fue obrada nuestra redención y
otro real a la cofradía del santo sacramento que se
venera en esta santa iglesia catedral con lo cual las
aparto del derecho que puedan tener a mis bienes
y lo declaro así para que conste.

4. Yten declaro que fui casado y velado según orden


de nuestra santa madre iglesia con Paula Carvajal
y Salinas difunta de cuyo matrimonio hubimos y
procreamos por nuestros hijos entre varios a Juan
y María, que ya son difuntos, habiendo fallecido el
primero de veinte y nueve años y la segunda de diez
y seis, viendo igualmente muerto todos los demás
en tierna edad, lo que declaro para que conste.

5. Yten declaro por bienes míos las acciones y derechos


que tengo instaurados contra doña Catalina de
Chaos, viuda de don José Manuel Rodríguez, [sic]
y penden en la Real Audiencia del Distrito, ordeno
y mando a mi albacea que por todos sus trámites
siga dicha instancia hasta tanto que se verifique la
solución y determinación de las dichas acciones
sobre que le encargo la conciencia y lo declaro así
para que conste.

6. Yten declaro que verificada la solución y


recaudaciones de dichas mis acciones y derechos
después de satisfecho y pagado lo que yo debiese

104
Te s t a m e n t o d e To m á s G ó m e z

(que por separado instruiré a dicho mi albacea) es


mi voluntad expresiva que de todo el remanente
que quedare y fincare se funde un Patronado de
Legos, libre y exento de la jurisdicción eclesiástica
a beneficio de mi alma, la de mi mujer e hijos,
mis padres, demás otras personas, a quienes por
obligación deba hacerlo y por las del Purgatorio
dotando cada misa que se diga [sic] de decir a
razón de diez pesos cada una siendo el capellán
propietario y de decirlas este por la pitanza ordinaria,
quedando a su favor el demás superávit y que estas
se digan en el altar del señor san José del Convento
de la Encarnación de esta ciudad lo que así declara
para que se cumpla y ejecute.

7. Yten declaro que es mi voluntad expresiva hayan


de gozar este Patronado de Legos [f. 115r.] los hijos
y descendientes legítimos al señor Regidor don
José de Caldas y doña Vicenta Tenorio su legítima
mujer prefiriendo el mayor al menor, y el varón a la
hembra, conforme a la Ley de la Sucesión a quienes
nombra también por Patronos a cada uno en su
tiempo y lugar para que cuiden de la perpetuidad y
aseguramiento en este Patronato y su principal si se
verificase lo que declaro para que conste.

Y para cumplir y pagar esta mi memoria testamental, sus mandas


y legados en ella contenidos, instituyo y nombro por mi albacea
testamentario y tenedor de mis bienes al expresado señor regidor
don José de Caldas para que use de dicho albaceazgo aunque
sea pasado el año fatal que dispone el derecho por que en tal
caso le prorrogo el demás que necesitase para ello. Y cumplida y
pagada esta mi memoria testamental en el remanente que quedare
y fincare de todos mis bienes, derechos y acciones instituyo y
nombro por mi única y universal heredera a mi alma para que
todo ello se agregue al Patronato y se verifique más aumento de
sufragios y lo declaro para que conste.

8. Yten declaro y es mi voluntad expresiva que


fenecida en el todo los legítimos descendientes por

105
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

línea recta de los expresados señor Regidor don José


de Caldas y doña Vicenta Tenorio, recaiga dicho
Patronato y capellanía de Legos en el Colegio de los
padres de la Buenaventura de esta dicha ciudad lo
que declaro para que conste.

Con lo cual revoco y anulo y doy por nulos de ningún valor ni


efecto otros y cualesquier testamentos, mandas, legados, codicilios
y poderes que para testar haya fecho y otorgado antes de ahora
para que no valgan ni hagan fe en juicio ni fuera de él, bien sea por
escrito, de palabras o en otra forma salvo esta memoria testamental
que otorgo ante el presente escribano real y público del número de
esta ciudad que quiero valga por mi testamento, disposición final
o codicilio o por el instrumento que en derecho lugar haya. Y yo
dicho escribano certifico y doy fe que esta memoria testamental se
otorgó en mi presencia, que conozco al otorgante que es residente
en esta ciudad y de que esta al parecer en su entero juicio y lo
firmo con los testigos que lo fueron presentes, rogados y llamados
los señores sargento mayor don Pedro Saavedra, capitán don Juan
Antonio Pombo, y alférez don Manuel José Saavedra, vecinos de
esta ciudad, quienes también lo firmaron en ella, en treinta de abril
de mil setecientos ochenta y un años.

[Firma] Tomás Gómez [Rúbrica]

[Firma] Juan Antonio Pombo [Rúbrica] [Firma] Pedro Saavedra


[Rúbrica]

[Firma] Manuel José Saavedra [Rúbrica] Ante mi [Firma] Ramón de


Murgueitio. Escribano Real y público [Rúbrica]

106
14. Testamento de Tomás Gómez
(negro libertino)
Popayán, 24 de noviembre de 17811 [f. 112v.]

E n el nombre de Dios todopoderoso amén. Notorio sea a todos


los que la presente memoria testamental última y final voluntad
vieren como yo Tomás Gómez negro libertino y vecino de esta
ciudad, que estando como estoy enfermo en cama del accidente
que Dios nuestro señor ha sido servido darme pero en mi entero
y sano juicio y entendimiento natural, creyendo y confesando ante
todas cosas como firme y verdaderamente creo y confieso en el
alto e incomprensible misterio de la inefable beatísima y santísima
Trinidad, padre, hijo y espíritu santo, tres personas distintas y no
más de un solo Dios verdadero y en todo aquello que cree, tiene,
confiesa, predica y nos enseña nuestra santa madre, iglesia, católica
y apostólica, romana y en cuya fe y creencia he vivido y protesto
vivir y morir como católico y fiel cristiano, invocando desde ahora
por mi protectora y abogada a la madre de Dios y señora nuestra
María santísima concebida en gracia sin la mancha original desde
el primer instante de su purísimo [f. 113r.] ser a los bienaventurados
apóstoles san Pedro y san Pablo y a todos los santos y santas de
la corte celestial, ángel de mi guarda y santo de mi nombre para
que intercedan por mí en el divino acatamiento y pongan mi
alma en carrera de salvación y temiendo como es natural a todo
viviente, la hora de mi muerte para disponerme a dar en esta a su
divina Majestad, libre de todo pecado y reato de conciencia, me
veo precisado con estímulos propios de ella a disponer este mi
testamento última y final voluntad en la forma y manera siguiente:

1 ACC, Notaría Primera, t. 51 (1781-III), ff. 112v.-114v.

107
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

1. Primeramente encomiendo mi alma a Dios nuestro


señor Jesucristo que la crió y redimió con el
infinito precio de su sangre y el cuerpo a la tierra
de que fue formado.

2. Yten mando y es mi voluntad que si Dios nuestro


señor fuere servido llevarme de esta vida mortal a la
eterna quiero que mi cuerpo sea sepultado premisa
la licencia del señor cura rector en la Iglesia de
nuestro gran padre santo Domingo delante del altar
de nuestra madre y señora de Guadalupe y que mi
entierro sea con la pompa que regulen necesaria mis
albaceas, a quienes, ordeno y mando sea entierro
mayor que comúnmente se llama así, cuando sale
el párroco diácono, subdiácono, cruz alta, ciriales,
dobles de campanas y misa de cuerpo presente si
fuere hora competente y sino que la misa sea al
segundo día con vigilia y demás necesarios para la
pompa de este sacrificio.

3. Yten mando y es mi voluntad que a las mandas


forzosas se les pague a cada una de ellas, a dos
reales y a la del santísimo sacramento del convento
de la Encarnación y a las casas santas de Jerusalén
otros cuatro reales, mando los paguen mis albaceas
y se cobren de mis bienes.

4. Yten declaro que fui casado y velado según


orden de nuestra santa madre iglesia con Manuela
Jiménez parda esclava a quien para casarme la
liberté aunque no consumé el santo matrimonio
con ella porque la encontré embarazada y solo
sobrevivió cuarenta días después del parto del que
murió, dejando un hijo al cuidado de una persona
cristiana y caritativa que [f. 113v.] que lo crió a sus
expensas y la dicha mi mujer no trajo a mi poder
un maravedí, decláralo así para que conste.

5. Yten declaro que así mismo fui casado y velado


según orden de nuestra madre iglesia con Paula

108
Te s t a m e n t o d e To m á s G ó m e z

Carvajal y Salinas, parda libre, con quien viví


maridablemente, el espacio de diez y seis años
en cuyo tiempo tuvimos y procreamos por hijos
nombrados María, Lucas, Antonia, Nicolasa, Felipa,
Francisco de Paula, Juan Custodio, María Ludovica,
y el último que no se acuerda su nombre con el
que son nueve, a los cuales se murieron todos, unos
antes y otros después, siendo claridad que por vía
de dote, no me dio ni entregó a mí cosa alguna
porque aunque trajo a mi poder alguna ropita de
su uso y menaje casero, este se corrompió en el
transcurso del tiempo del matrimonio con más las
alhajitas y ropa que yo le di en este tiempo y lo
poco que cuando falleció dejó se distribuyó con
sus propios hijos quien murieron sin dejar nada,
decláralo así para que conste.

6. Yten declaro que a don José Lorenzo Laregacha y


Angulo le debo cien patacones, mando se le paguen.

7. Igualmente declaro que a Juan Ignacio Domínguez


le debo treinta patacones. Mando se le paguen.

8. Yten ordeno que las demás dependencias que


después de mi fallecimiento resultaren contra mí
después de justificadas se paguen.

9. Yten mando que de lo mejor y más bien parado


de mis bienes se saquen trescientos pesos y se le
entreguen al señor mayordomo de la cofradía de mi
padre san Pedro, cita en esta santa iglesia catedral
para que se empleen en su culto y diarios reparos
que ocurren lo cual así declaro para que conste.

10. Yten declaro por cláusula fundamental que todas


las que tenía que otorgar en este dicho testamento
con particularidad las he ceñido y suprimido en esta
por la que quiero que mi primer albacea cumpla y
ordene todo lo que en calidad de comunicato [sic] le
tengo encargado y suplicado sin que persona alguna

109
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

pueda objetarle ni contradecirle disposición alguna


que practique de su propia voluntad porque esta es
la mía y todo desde ahora lo apruebo y doy por bien
hecho declarando que persona alguna tiene que
instruirle ni tomarle cuenta de cuanto prac[f. 114r.]
ticare desde la fecha de este otorgamiento aunque yo
sobreviva el tiempo que Dios fuere servido pues para
ello cedo, renuncio y traspaso mi acción, propiedad
y señorío para sí y sus herederos, insertando en esta
misma cláusula lo que ha de practicar en beneficio
del maestro don Fernando Correa que por instrucción
verbal separada se lo he entregado.

11. Yten declaro por bienes míos toda la cantidad


que me debe doña Catalina Chaos, sus bienes y
herederos por razón de la instancia que tengo
seguida y se halla sentenciada a mi favor contra
la susodicha para su alteza la Real Audiencia de
Quito como consta de los autos de la materia
que existen en poder de mis albaceas a quienes
encargo que por la vía ejecutiva agiten todos las
diligencias conducentes a la verificación del cobro
que por mi insolvencia y desvalidez no he podido
personalmente practicarlo en tantos años porque la
dicha y los suyos como poderosos han estorbado
toda justicia por más que se ha encargado esta seme
confiera, pos los tribunales superiores lo que en
descargo de mi conciencia declaro para que conste.

Y para cumplir y pagar este mi testamento, sus mandas y legados


nombro por mis albaceas testamentarios, fideicomisarios y
tenedores de mis bienes en primer lugar a doña Josefa Caicedo
con quien debe entenderse el antedicho comunicato y distribución
de mis bienes y en segundo al enunciado maestro don Fernando
Correa en quienes tengo entera satisfacción y confianza y de su
actividad pende la salud eterna de mi alma como la espero de la
infinita misericordia de Dios.

No obstante que en dicho comunicato previne a dicha Doña


[f. 114v.] Josefa Caicedo mi primer albacea que mi voluntad es y

110
Te s t a m e n t o d e To m á s G ó m e z

ha sido que propenda al apoyo del citado maestro don Fernando


Correa en los términos que le son posible, reitero mi suplica por
esta cláusula particular en la que le encargo la conciencia.

Y porque quiero se cumpla mi voluntad, en lo presente desde


ahora y para siempre jamás revote y anule todos y cualesquiera
testamentos, codicilios, poderes para testar, comunicatos,
memorias o legados que en esta o en cualquiera forma hubiere
hecho u otorgado antes de este y solo quiero que este valga que
otorgo ante el presente escribano público y de Real Hacienda don
Bernardino Ignacio de Alarcón. Y yo dicho escribano doy fe como
el otorgante a quien conozco por trato y comunicación está en su
entero y sano juicio al parecer según las palabras concertadas que
habló conmigo, y habiéndole leído este su testamento y última
voluntad de verbo ad verbum dijo así lo otorgo y quiero y por no
saber firmar lo hizo a su ruego uno de los testigos que lo fueron
llamados y rogados, Francisco Sánchez, Mariano Domínguez y
Juan Correa, vecinos de esta muy noble y muy leal ciudad de
Popayán a los veinte y cuatro días del mes de noviembre de mil
setecientos ochenta y un años.

Y en este estado añadió que es su voluntad que de lo que se


recaudase por medio de sus albaceas se le den mil patacones
a doña María Lazo a quien graciosamente se dé y da por vía de
donación, para que no se olvide de hacer bien por su alma. [sic] lo
que yo el presente escribano doy fe.

[Firma] Francisco Sánchez [Rúbrica] A ruego de la otorgante y


como testigo.

Ante mi [Firma] Ignacio Bernardino de Alarcón, escribano público


y de Real Hacienda [Rúbrica]

111
15. Testamento de Javier Velasco
(pardo)
Popayán, 31 de octubre de 17961 [f. 112v.]

E n el nombre de Dios todopoderoso amén. Notorio sea a


todos los que esta carta de testamento última y final voluntad
vieren como yo Javier Velasco, de color pardo, vecino de esta
ciudad, hijo legítimo de Jacinto Velasco y de Manuela Bustamante
Hurtado de el Águila, difuntos, estando enfermo en cama de
accidente que Dios nuestro señor ha sido servido darme, pero
me hallo en mi sano y entero juicio, memoria, entendimiento
y voluntad, creyendo como firme y verdaderamente creo en el
alto y poderoso misterio de la santísima Trinidad, padre, hijo y
espíritu santo, tres personas distintas y no es más que un solo
Dios verdadero y una esencia y naturaleza divina y en todos los
demás misterios que tiene, predica y enseña nuestra santa madre
[f. 113r.] iglesia católica, apostólica, romana, bajo de cuya fe y
creencia he vivido y protesto vivir y morir como católico y fiel
cristiano. Invocando como desde luego invoco por mis abogados
e intercesores a la reina de los ángeles y de todo lo creado María
santísima señora nuestra concebida en gracia desde su purísimo
ser, a los bienaventurados apóstoles san Pedro y san Pablo, al
santo ángel de mi guarda y santo de mi nombre, y a todos los
demás santos y santas de la corte celestial a quienes encargo,
suplico y ruego que como tales mis protectores intercedan con su
divina Majestad por la salvación de mi alma, hasta ponerla entre
sus escogidos, y por cuanto el morir es natural a toda criatura
viviente y la hora incierta para cuando llegue la mía y estar

1 ACC, Notaría Primera, t. 61 (1796-V), ff. 112v.-115v.

113
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

prevenido en descargo de mi conciencia, otorgo este testamento


en la forma y manera siguiente.

1. Primeramente encomiendo mi alma a Dios nuestro


señor que la crio y redimió, con el infinito precio de
su sangre purísima que derramó y el cuerpo mandó
a la tierra de que fue formado.

2. Yten mando que si Dios nuestro señor fuere servido


[f. 113v.] de llevarme de esta presente vida a la
eterna, mi cuerpo cadáver sea amortajado con el
hábito de nuestra señora del Carmel y sepultado en
su iglesia, y que a mi entierro concurra el señor cura
rector y lo demás necesario para él, diciéndome
misa de cuerpo presente si fuere hora competente y
de no al siguiente día, cuyos derechos se satisfarán
de lo más bien parado de mis bienes.

3. Yten mando se les den a las mandas forzosas y


acostumbradas a real a cada una, dos reales a la cofradía
de santísimo sacramento cita en esta santa iglesia
catedral, otros dos reales para ayuda de la canonización
de la Venerable madre Mariana de Jesús de Quito y
otros dos reales a las casas santas de Jerusalén donde
Cristo nuestro bien obró nuestra redención.

4. Yten declaro que soy casado y velado según orden


de nuestra santa madre iglesia con María Narváez
también parda y durante nuestro matrimonio hemos
tenido y procreado por nuestros hijos legítimos
once de los que solo viven ocho (y los demás se
murieron) llamados Pedro, María Rosa, Francisco,
Juan Pablo, Bárbara, Isidra, Mariano y Manuel Cruz.

5. Yten declaro que cuando contraje dicho matrimonio la


citada mi mujer trajo por vía de dote doscientos pesos
en las tierras de la Tetilla que fueron de mi suegro
Manuel Narváez y de su mujer [Entre renglones:
Gabriela] Pico y Asuna, y aun [f. 114r.] que dichas
tierras las avaluaron en trescientos pesos yo satisfice

114
Te s t a m e n t o d e J a v i e r Ve l a s c o

los cien pesos en los gastos de entierro de los dichos


mis suegros y otros que constan de autos seguidos
ante el escribano que fue de esta ciudad don Joaquín
Sánchez del Flor a los que me remito. Y yo introduje
de capital una silla Jerónima con su estribera, baúl y
todo adherente, dos caballos y una mula.

6. Yten declaro que a mi hijo Pedro que contrajo


matrimonio con Bartola Sánchez le di un potro.

7. Yten declaro que a mi hija María Rosa cuando la


casé con George Plaza pagué al cura los derechos
del casamiento.

8. Yten declaro que por el fallecimiento de Felipe


Narváez mi cuñado quedaron unos cortos bienes
de ganado, afectos a varios créditos que satisfice y
el residuo que quedó lo dejó para su hermana, mi
mujer, como así mismo consta de autos seguidos ante
el mismo escribano Sánchez quedando únicamente
ha deber doce reales de las mandas forzosas que
mando se satisfagan de mis bienes prontamente.

9. Yten declaro por bienes míos y de la dicha mi mujer


las dichas tierras de la Tetilla, cuya propiedad consta
de escrituras que mantengo en mi poder [f. 114v.]

10. Yten declaro por más mis bienes treinta cabezas de


reses vacunos, chico y grande, quince yeguas y otros
quince caballos con más un muletico, [una cuvaca
vieja de griseta], cuatro agüinches, tres hachas, dos
palas y un fierro de errar, una azuela o gurbia, dos
escoplos, una sierra, un pabellón viejo, una silla de
montar con todo adherente y su estribera baula vieja.

11. Yten declaro por más mis bienes una rosa sembrada
de maíz, un platanar, dos casas de vivienda en dichas
tierras de la tetilla, una caja grande, un machetico viejo.

115
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

12. Yten declaro que Pedro Correa el limeño, me debe


seis pesos seis reales mando se le cobren.

13. Yten declaro que al señor tesorero don Francisco


Quintana, le tengo prestadas dos cargas de maíz
que le he de devolver en la misma especie, lo que
así se cumplirá.

14. Yten declaro que al señor superintendente de la


Real Casa de Moneda, don Joaquín Valencia le debo
cuatro pesos, mando se le paguen.

15. Yten mando que a mi [Entre renglones: hijo] Francisco


que me ha cuidado y me está cuidando con amor y
caridad se le dé el quinto de mis bienes deducidos
todos los gastos de mi entierro y demás de derecho
sin que sea preciso hacerme cabo de año.

Y para cumplir y pagar este mi testamento sus deudas, mandas y


legados, nombro por mis albaceas testamentarios a la expresada
mi mujer María Narváez y a mi hijo Francisco para que le den su
[f. 115r.] debido cumplimiento entro el año fatal que prescribe el
derecho y prorrogándoles en caso necesario el más término que
necesitaren.

Y cumplido y pagado que sea dicho mi testamento en el remanente


que quedare y fincaren mis bienes, derechos y acciones instituyo
por mis únicos y universales herederos por iguales partes a los
enunciados mis hijos Pedro, María Rosa, Francisco, Juan Pablo,
Bárbara, Isidra, María y Manuel Cruz, para que los gocen con la
bendición de Dios y la mía. Y revoco y anulo y doy por nulos de
ningún valor ni efecto otros cualesquiera testamentos, memorias,
codicilios, poderes para testar, mandas y legados que haya fecho
y otorgado por escrito, o de palabra que quiero que no valgan ni
hagan fe en juicio ni fuera de él, sino este que ahora otorgo y ante
testigos y el escribano de su Majestad público de Real Hacienda
que quiero y es mi expresa voluntad se tenga por tal mi testamento,
codicilio o por el instrumento que más haya lugar en derecho. Y
yo dicho escribano doy de conozco al otorgante quien al parecer
se halla en su entero juicio, según las palabras concertadas que

116
Te s t a m e n t o d e J a v i e r Ve l a s c o

habla. Y habiéndosele leído este testamento dijo ser lo mismo que


tiene declarado y es su última voluntad. En cuyo testimonio así lo
dice, otorga y no firma porque dijo no saber y a su ruego lo hace
uno de los testigos que se hallaron presentes, rogados y llamados
que lo son vecinos de esta ciudad Mariano Burbano de la Ara, José
María Burbano de [f. 115v.] la Ara y Manuel Espinosa en Popayán
a treinta y uno de octubre de mil setecientos noventa y seis años.
Entre renglones: Gabriela, hijo, vale.

A ruego del otorgante y como testigo [Firma] Mariano Burbano de


Lara [Rúbrica]

[Firma] José María Burbano de Lara [Rúbrica]

[Firma] Manuel Espinosa [Rúbrica]

Ante mi [Firma] Antonio Astudillo. Escribano de su Majestad


público y de Real Hacienda [Rúbrica]

117
16. Testamento de Manuel José de Vergara
(pardo)
Popayán, 13 de febrero de 18051 [f. 12v.]

E n el nombre de Dios todopoderoso amén. Notorio sea a todos


los que esta carta de testamento última y final voluntad vieren
como yo Manuel José de Vergara de color pardo, vecino y natural
de esta [f. 13r.] ciudad de Popayán, hallándome como al presente
me hallo enfermo pero caminando en pie en la casa del presente
escribano en mi entero y sano juicio, memoria, entendimiento y
voluntad con la que creo en el alto y poderoso misterio de la
santísima Trinidad, padre, hijo y espíritu santo, tres personas
distintas y un solo Dios verdadero y en todos los demás Misterios
que cree y confiesa nuestra santa madre iglesia católica, apostólica,
romana, bajo de cuya fe y creencia he vivido y protesto vivir y morir
como católico y fiel cristiano, temeroso de la muerte y deseando
estar aparejado para cuando llegue el caso, hago y ordeno este mi
testamento en la forma siguiente.

1. Primeramente encomiendo mi alma a Dios nuestro


señor que la crio y redimió con el infinito precio de
su sangre preciosa y el cuerpo mando a la tierra de
que fue formado.

2. Yten declaro que cuando la voluntad de Dios


fuere servido llevarme de esta presente vida a
la eterna, mi cuerpo cadáver sea sepultado en
la iglesia de la Ermita de Jesús Nazareno de esta

1 ACC, Notaría Primera, t. 70 (1805-III), ff. 12v.-15v.

119
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

ciudad y amortajado con el hábito que quisieren


mis albaceas y de no aunque sea con lienzo y que a
mi entierro concurra el señor cura rector, diáconos
y lo demás necesario para él diciéndoseme misa de
cuerpo presente si fuere hora competente y de no
al siguiente día, cuyos derechos se pagarán de lo
más bien parado de mis bienes.

3. Yten mando se les den a las mandas forzosas y


acostumbradas a real a cada una, cuatro reales a la
cofradía del santísimo, otros cuatro para ayuda de la
ca[f. 13v.]nonización de la venerable sierva de Dios
Mariana de Jesús de Quito y otros cuatro reales a las
casas santas de Jerusalén donde Cristo nuestro obró
nuestra redención.

4. Yten declaro que fui casado y velado según orden


de nuestra santa madre iglesia con Margarita
Hernández, vecina y natural de esta ciudad de
Popayán que ya es difunta, hija legítima de José
Hernández y de Lorenza Quintero también difuntos,
y durante nuestro matrimonio hemos tenido y
procreado por nuestros hijos legítimos a Manuel
Joaquín, a José María y a Francisco que este murió
sin dejar sucesión y también murió el José quien fue
casado con Cruz Rivera que vive y dejó dos hijos
llamados Manuel y Rafaela que esta murió y solo
vive mi hijo Manuel Joaquín quien es casado con
María Isidora Salgado.

5. Yten declaro que cuando contraje el citado


matrimonio yo no introduje capital, ni mi mujer
dote alguno y verificado que fue el fallecimiento de
mis suegros por el de mi suegra se hizo extrajudicial
división y partición de un solar que dejó en la calle
de la Pamba de esta ciudad y le correspondieron a
mi mujer cinco y media varas de tierra.

6. Yten declaro que durante el matrimonio no


adquirimos más bienes que cinco varas de tierra

120
Te s t a m e n t o d e M a n u e l J o s é d e Ve r g a r a

que compré pegadas a las que heredó mi mujer


a Joaquina Hernández mi cuñada como consta
del testimonio de la escritura que me otorgó por
ante el [f. 14r.] escribano que fue de esta ciudad
don Ramón Murgueitio (el cual mantengo en mi
poder) que tiene la fecha de once de diciembre de
mil setecientos sesenta y nueve y en el cual solar
edifiqué la casa de teja de mi habitación, la cual
se halla libre de gravamen de censo alguno y la
declaro por bienes míos y de la citada mi mujer.

7. Yten declaro que mi hijo José se cogió una espada


que había quien me diera diez pesos por ella, un
pico de picar piedra que valía veinte reales, una
hacha en veinte y dos reales, una olleta que valía
seis reales, una azuela en seis reales y mi nuera
Cruz Rivera me sacó de una alcancía como dos
pesos que habrían en ella y también me vendió una
palita que valdría cuatro reales.

8. Yten declaro que a mi hijo Manuel Joaquín le vendí una


barrita en ocho pesos y solo me ha dado dos pesos y
me resta seis y así mismo tiene en su poder la silla de
montar con su estribera, baula sin freno, ni jáquima.

9. Yten declaro que el citado mi hijo Manuel por mi


recomendación por no poderlo hacer yo por no
tener facultades, pagó los derechos parroquiales del
entierro de su hermano José que importaron ocho
pesos al cura don Andrés Pacho y gastó veinte reales
en el velorio y demás que consta por un apuntico
de mi nuera María Isidora Salgado, y así mismo le
dio la mortaja que le compró en ocho patacones al
padre Fray Francisco de la Purificación, mando que
de lo que le corresponda de herencia a mi hijo José
se le paguen a mi hijo Manuel. [f. 14v.]

10. Yten declaro no deberme persona alguna corta ni


mucha cantidad.

121
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

11. Yten declaro que siendo procurador el padre Felipe


Romay del colegio de la Buena muerte me dio siete
patacones para piedra de cantera, la que [sic] e hice
tirar algunas partidas que no tengo presente cuantas
y por consiguiente ignoro si se pagó el todo de la
deuda, aunque me parece [Entre renglones: que no]
lo que se averiguará con el procurador de dicho
colegio y se pagará lo que restase.

12. Yten declaro deber varios piquillos que los pagará


mi hijo Manuel.

13. Yten mando que por el mucho amor que le tengo


a mi nuera María Isidora Salgado por lo que me ha
cuidado con caridad se le dé el remanente del quinto
después de deducidos los gastos de mi entierro y
demás necesario y así mismo se le paguen de mis
bienes diez patacones que hoy día de la fecha me ha
suplido en dinero (de que yo el escribano doy fe).

Y para cumplir y pagar este mi testamento, mis deudas, mandas


y legados y el tercio de mis bienes que es mi expresa voluntad se
le adjudique a mis cuatro nietos, hijos de mi hijo Manuel y de la
Salgado, llamados María Manuela, Agueda, Casimira y María por
iguales partes con la pensión de que verificado mi fallecimiento
entre las cuatro me manden decir una mi [f. 15r.]sa [Entre renglones:
cada año] por mi alma y demás de mi obligación, nombro por mis
albaceas testamentarios y tenedores de mis bienes a los expresados
mi hijo Manuel Joaquín y a su mujer para que le den su debido
cumplimiento dentro el año fatal que prescribe el derecho,
prorrogándoles en caso necesario el más tiempo que necesitaren,
siendo de advertir que la pensión de la misa solo ha de ser durante
las vidas de mis cuatro nietas y no [Entre renglones: más].

Y cumplido y pagado dicho mi testamento del remanente que


quedare y fincaren mis bienes, derechos y acciones instituyo por
mis únicos y universales herederos a los referidos mi hijo Manuel
Joaquín y mi nieto Manuel para que lo gocen con la bendición
de Dios y la mía. Y revoco y anulo [Entre renglones: y doy por
nula de ningún valor ni efecto] otros y cualesquiera testamentos,

122
Te s t a m e n t o d e M a n u e l J o s é d e Ve r g a r a

mandas y legados, poderes para testar y codicilios que haya hecho


y otorgado por escrito, de palabra o en otra forma que quiero
que no valgan, ni hagan fe en juicio ni fuera de él, sino este
que ahora otorgo por ante testigos y el presente escribano de su
Majestad público y de Real Hacienda que es mi expresa voluntad
se tenga por tal mi testamento, codicilio o por el instrumento que
más haya lugar en derecho. Y yo el escribano doy fe conozco al
otorgante que es vecino y natural de esta ciudad quien se halla
[f. 15v.] caminando en pie y está en esta mi casa y al parecer en
su sano y entero juicio aunque con alguna enfermedad según el
semblante y habiéndosele leído este testamento dijo ser lo mismo
que tiene declarado y en testimonio de ello así lo dice, otorga
y no firma porque dijo no saberlo hacer, y a su ruego lo hace
uno de los testigos, rogados y llamados vecinos de esta ciudad
que lo son el mayordomo de Propios Narciso Martínez, Miguel
Domínguez y Manuel José Macías en Popayán a trece de febrero
de mil ochocientos cinco años. Entre renglones: que no, y doy por
ningunos de ningún valor, ni efecto, más, cada año, vale.

A ruego del otorgante y testigo [Firma] Narciso Martínez [Rúbrica]

Testigo [Firma] Miguel Domínguez [Rúbrica]

[Firma] Manuel José Macías y Espinosa [Rúbrica]

Ante mi [Firma] Antonio Astudillo. Escribano de su Majestad,


Público y de Real Hacienda [Rúbrica]

123
17. Testamento de Bernardo de Belén
(negro libertino)
Popayán, 10 de mayo de 18201 [f. 44v.]

E n el nombre de Dios todopoderoso amén. Notorio sea a todos los


que esta carta de testamento última y final voluntad mía vieren
como yo Bernardo de Belén, negro libertino, esclavo que fui de este
Real Hospital, hallándome en cama del accidente que Dios ha sido
servido darme pero me hallo en mi sano y entero juicio, memoria,
entendimiento y voluntad, creyendo como firme y verdaderamente
creo en el sacro santo misterio de la santísima Trinidad, padre, hijo
y espíritu santo, tres personas distintas y no es más que un solo
Dios verdadero y una creencia y naturaleza distinta y en todos los
demás misterios que tiene, cree y confiesa nuestra santa madre iglesia
católica, apostólica, romana, bajo de cuya fe y creencia he vivido y
pro[f. 45r.]testo vivir y morir como católico y fiel cristiano. Invocando
como desde luego invoco por mis abogados e intercesores a la
emperatriz de los cielos María santísima, madre de Dios y señora
nuestra, a los bienaventurados apóstoles san Pedro y san Pablo, al
santo Ángel de mi guarda y de mi nombre y demás santos y santas de
la corte del cielo, a quienes encargo, suplico y ruego que como tales
mis protectores intercedan con su divina Majestad por la salvación
de mi alma hasta ponerla entre sus escogidos. Y por cuanto el morir
es natural a toda criatura viviente por estar prevenido para cuando
llegue la mía otorgo este testamento en la forma siguiente.

1. Primeramente encomiendo mi alma a Dios nuestro


señor que la crio y redimió con el infinito precio de

1 ACC, Notaría Primera, t. 78 (1820-II), ff. 44v.-47r.

125
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

su sangre purísima y el cuerpo mandó a la tierra de


que fue formado.

2. Yten mando que cuando su divina Majestad me


saque de esta presente vida a la eterna mi cuerpo
cadáver sea amortajado con el hábito que se pueda
conseguir por mi albacea y sepultado en la iglesia
de Jesús Nazareno o donde se consiga.

3. Yten mando a las mandas forzosas a medio real


a cada una, dos reales a la cofradía del santísimo
sacramento y otros dos reales a las casas santas de
Jerusalén. [f. 45v.]

4. Yten declaro que fui casado y velado según orden


de nuestra santa madre iglesia con Josefa Torres,
de cuyo matrimonio tuvimos un hijo que murió, lo
declaro para que conste.

5. Yten declaro que con lo adquirido con mi trabajo


personal consigne el valor de mi libertad al mismo
Hospital, cuyo documento dejo en poder de mi albacea.

6. Yten declaro haber dado en empréstito al reverendo


padre fray Diego del Carmen Provisor de dicho
Hospital la cantidad de ochenta patacones en dinero
para socorro de las necesidades de dicho Hospital,
según consta de documento que dejo en poder de
mi albacea obligado a satisfacerme a razón de un
cinco por ciento, siendo claridad que en una de
las emigraciones que hizo dicho padre dejó en mi
poder varios trastes de ropa de uso de los que se
tomó Francisco Antonio Chaus los mejores, dejando
en mi poder los más inservibles, los que vendí
de acuerdo con dicho Chaus, entregándole a este
veinte y cuatro pesos cuatro reales que importaron
como agente y escribiente de la confianza de dicho
reverendo padre para que en ningún tiempo se me
hiciese cargo, siendo del de Chaus el responder de
lo que tomó para sí. A cuenta de la dependencia

126
Testamento de Ber nardo de Belén

de los ochenta pesos que di prestados como queda


dicho me entregó Francisco Antonio Chaus veinte y
cinco pesos cuatro reales y se me restan cin[f. 46r.]
cuenta y cuatro pesos cuatro reales según consta
del documento que dejo en poder de mi albacea
subscripto por el mismo Chaus, mando se cobren
los citados cincuenta y cuatro pesos y cuatro reales,
con sus correspondientes réditos y se agreguen a
mis bienes, decláralo para que conste.

7. Yten declaro que José Ricardo me empeñó un


rosario de oro con su crucecita y una pajuelita de
lo mismo en diez pesos, mando se le cobren se le
devuelva la alhaja.

8. Yten declaro dejar en poder de dicho mi albacea


un par de candonguitas de piedras falsas azules
engastadas en oro y un engaste de corazón de
oro que no hago memoria quien me los hubiese
empeñado pero se devolverán a sus dueñas que
reclamasen dando las señas y el importe del empeño
que según un apuntito en que se hallan envueltos
las candonguitas están en tres pesos y el engastito
en dos reales.

9. Yten declaro que María Ignacia conocida por la


Timaneja, de cuyo apellido no me acuerdo y sé
que murió, me empeñó una gargantilla de oro en
trece patacones con la expresa condición de sacarla
al plazo que estipulamos, y como no lo hubiese
verificado la vendí después de pasado dicho plazo
en diez pesos, lo que declaro por si en algún tiempo
resultase quien reclame sobre el particular. [f. 46v.]

10. Yten declaro por bienes míos los cortos muebles


de ropa de mi uso que sin necesidad de por
minorizarlos por su corto valor dejo en poder de mi
albacea para que disponga de ellos según y como
le tengo comunicado.

127
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

11. Yten declaro así mismo dejar en poder de dicho


señor mi albacea cien pesos en dinero efectivo
para que deducidos de esta cantidad primeramente
los costos y gastos que se hubiesen impedido en
mi enfermedad que se satisfarán a la persona que
me ha hecho la caridad de asistirme en ella, del
sobrante se pague mi entierro y si quedase alguna
cosa sea a beneficio de mi alma, siendo mi voluntad
sea todo a disposición del citado señor mi albacea.

Y para cumplir y pagar este mi testamento sus mandas y legados,


nombro por mi único albacea al presbítero don Inocencio del
Campo, para que le dé su debido cumplimiento.

Y cumplido y pagado que sea nombro por mi única heredera a mi


alma. Y revoco y anulo otros y cualesquiera testamentos que antes
de este haya fecho y otorgado que quiero que no valgan ni hagan fe
en juicio, ni fuera de él, salvo el presente que ahora otorgo por ante
testigos y el presente escribano público y [f. 47r.] de Real Hacienda
que quiero se tenga por mi última y final disposición. Y yo dicho
escribano doy fe conozco al otorgante quien al parecer se halla
en su entero juicio según las palabras concertadas que habla pues
habiéndosele leído este su testamento dijo ser lo mismo que tiene
declarado, en cuyo testimonio así lo dice, otorga y no firma por no
saber y a su ruego lo hace uno de los testigos que lo son José de Paz,
Gaspar Correa y Manuel José Macías y España vecinos de esta ciudad
de Popayán en ella a diez de mayo de mil ochocientos veinte años.

A ruego del otorgante y como testigo [Firma] José de Paz [Rúbrica]

Testigo [Firma] Gaspar Correa [Rúbrica] [Firma] Manuel José Macías


y España [Rúbrica]

Ante mi [Firma] José Antonio Sánchez. Escribano público y de Real


Hacienda [Rúbrica] Vega de Supía

128
18. Testamento de Pedro García
(negro libre)
Vega de Supía, 10 de octubre de 17011

E n el nombre de la Santísima Trinidad Padre Hijo y


Espíritu Santo= hago esta memoria testamental protesto
de la Santísima Sacramento del Altar que dejo mi pobreza al
Santísimo Sacramento del Altar de la ciudad de Antioquia como
persona libre lo puedo hacer sin que sin que haya intervención
de justicia y digo que dejo ocho arrobas de tabaco más un
machete bueno más un cajón de serafines sobredorado de plata
más ocho libros [sic] de oro de dorar más una capa de picote ya
raída más media arroba de lana sucia que va entre una enjalma
que quedó juntamente con las cargas Yten más los bienes que
dejo en este sitio de Vega primeramente una libra de solimán
más una [sic] ceñido de lana colorada más un chumbe de lana
más una petaquita donde llevo unos trastes menudos y son
los siguientes veinte varas de listones de raso coloradas y un
limpiadiente de oro que pesa dos pesos y dos tomines más
ocho varas de puntas echizas más un dedal de plata más cuatro
varas de puntas grandes echizas más un cintillo de perlas que
pesa una cuarta las puntas y el sentillo [sic] son de mi paisano
Badillo más un par de medias de seda azul ya puestas más un
rosario de gueso [sic] que es de Juan Sirilio vecino de Antioquia
más tres paños de agujas más once dozones de sarcillos de
vidrio más dos libras de ajos más un par de zapatos traídos
más un peso de pesar oro con sus pesas más un escritorio que
no es mío que es de Francisco Martínez vecino de Mariquita

1 AHA, Mortuorias, t. 222, doc. 5191, ff. 488r.-489r.

129
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

mando que se venda y se le remita el valor de ello El peso es


de Alejandro de la Roza que asiste en el Real de Bocame Yten
más una imagen de Chinquira [sic] con su marco que viene en
la carga de las bulas que quedó en el monte más unos calzones
de estameña de Ynglaterra traídos que dejo juntamente con los
demás trastes que reza esta memoria en este sitio de la Vega
más un puñal del Sacristán de Antioquia que se le entregue
con su chapa de plata y el brocal y la contera más una freçada
que es de Hipólito un mulato de Antioquia Yten tengo en mi
casa en la ciudad de Antioquia en una petaquita dos pares
de medias de seda más dos sortijas de oro una de piedra de
cruz y unas memorias y un Santo Cristo de oro el limpiadiente
sortijas y el Santo Cristo es para mi hija se le entregue a don
Cristobal Zapata me los guarde que es para mi hija juntamente
con la Virgen de Chinquiquira [sic] unos aritos que están en
la petaquita son de una negra del maestro Mora Y le den
cuatro tomines más una cuchara [f. 488v.] de plata que tiene mi
madrina Anota más una casaca de terciopelo más una sábana
de ruan florete nuevo más dos varas de morles que dejé para
una camisa sino se ha hecho las den de limosna al [sic] virgen
de la Soledad para unos manteles más una camisa y un armador
de crea la camisa es platilla más una pailita de camino más
un caballo castaño que tengo en poder de Juan de la Serna=
débeme el capitán Felipe de Herrera seis pesos más me debe
Francisco Garro dos pesos, y dos tomines más me debe Miguel
de Lezcano tres pesos y seis tomines más me debe el capitán
Joseph de Lezcano dos pesos y seis tomines más me debe el
padre Fernando Muriel más me debe Lorenzo Muriel peso y
medio más me debe la hija de Jeromica Anica dos pesos más
me debe el sacristán dos pesos y dos tomines Madalena [sic] de
Lorza me debe tres pesos más me debe Miguel Hidalgo cuatro
pesos su hermano Juan cuatro tomines Isabel de Mora me debe
cuatro tomines el Alguacil mayor Francisco Foronda me debe
dos pesos más el negro Agustín del Maestro Mora me debe
cuatro pesos procedidos de unos puños de plata Juan Varela
me debe un peso Antonia Manuela mujer del minero me debe
cinco pesos más le di a don Joseh [sic] Zapata un vale de diez
pesos que me lo cobrara Juan María su sobrino me debe diez
tomines más mi comadre Bernarda me debe cinco pesos de
una camisa más me debe doña Isabel de Lorza quince tomines

130
Testamento de Pedr o Gar cía

más su prima doña Madalena un peso que so lo den a Juan


Crisóstomo más me debe Juan Sirilio seis tomines más me debe
Maginiano un peso doña Margarita de Vera peso y medio que
se loden a Juan Crisóstomo más la negra Isabel de don Agustín
de Osa me debe seis pesos más un peso de un rosario más dies
tomines de una bolante Margarita de doña Ana de Castellón
me debe tres pesos el mulato Salvador de la dicha doñana [sic]
me debe çinco tomines Nicolasa la negra del capitán Lauro de
Piedrahita me debe cuatro pesos María Lanuda me debe cinco
pesos de resto de una saya y un peso de un rosario más peso
y medio de una mantellina Y tres tomines de un pescado Juan
de la Serna me debe cuatro pesos de oro en prestado más diez
tomines del par de zapatos que pagué a Balentín más nueve
pesos que le di= ha de haber siete almudes de maíz que me
dio a cuenta de lo que me debe más me debe señora Elena
un peso y todo esto cobrarase para entregalo [sic] al Santísimo
Sacramento para que su divina majestad pague lo que yo
[f. 489r.] Debo y es lo que se sigue a don Antonio Sampayo
le debo nueve pesos a Francisco Antía debo catorse tomines
al padre Balsa debo siete pesos y lo más que yo debiese sea
pesquisado en la ciudad de Antioquia el señor gobernador me
debe ocho pesos y yo le debo lo que su merced dijere Yten
declaro que hice concierto con Jorge Jaramillo de Andrade
de asistirle de ida y vuelta hasta esta ciudad en el viaje que
hizo a la ciudad de Santafé y me concerté con el dicho en
treinta y ocho pesos de oro de los cuales fue concierto que
me había de dar en la ciudad de Santafé los treinta y los ocho
restantes en esta ciudad, después del viaje y en cumplimiento
del contrato me dio sesenta patacones en la ciudad de Santafé
Yten debo al dicho cuatro tomines más le debo un doblón
de dos que me dio el uno fue para mi sustento y el otro para
pagar un compañero que fuera conmigo a ver las cargas que
dejamos en el monte Yten declaro que la libra de solimán que
dejo juntamente con los demás trastes en este sitio de la Vega
en vendiéndose le darán a Gaspar Gutiérrez ocho pesos Yten
mano que en cobrándose de los que me deben le darán le
darán un velo a San Javier= a mi madrina que por amor de Dios
me cumpla unas novenas que debo a la Virgen de Sopetrán y
tres días a la virgen de Chinquirá [sic]= Y a Juan Pérez me le
cobre diez tomines que todo esto que tengo en cobrándolo se

131
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

saquen cincuenta pesos y se entreguen a don Cristóbal Zapata


que los tenga a censo para mi hija.

[Firma] Pedro García

Yten mando que de lo más bien parado de mis bienes se saquen


para mi entierro y que sea enterrado mi cuerpo con cruz baja y
se pague como entierro de pobre que soy y también mando se
paguen las mandas forzosas a tomín a cada manda y dejo por mi
albacea al capitán Jorge Antonio Jaramillo de Andrade y que todo
lo que dejo es mi última voluntad que esta memoria sea válida
aunque tenga otras hechas se esté a esta no más y se hizo esta
memoriaa diez de octubre deste año de mil y setecientos y un año
ante testigos=

[Firma] Pedro García.

132
19. Testamento de Baltasara de Aragón y Perea
Cali, 18 de enero de 17911 [f. 2v.]

E n el nombre de Dios todopoderoso amén. Sepan cuantos


esta carta pública de testamento vieren como yo Baltasara
de Aragón y Perea, hija legítima de José de Aragón y de Manuela
Perea difuntos, estando enferma en cama pero en mi sano y
entero juicio, memoria y entendimiento natural, tal cual Dios ha
sido servido de darme, creyendo como firmemente creo en el
altísimo misterio de la santísima Trinidad, padre, hijo y espíritu
santo, tres personas [f. 3r.] distintas y un solo Dios verdadero y
en todos los demás misterios que tiene, cree y enseña nuestra
santa madre iglesia católica, apostólica, romana, bajo de cuya
fe y creencia he vivido y protesto vivir y morir como católica
y fiel cristiana y temerosa de la muerte que a toda criatura
es natural, hago y ordeno este mi testamento última y final
voluntad en la forma y manera siguiente.

1. Primeramente encomiendo mi alma a Dios nuestro


señor que la crio y redimió con el infinito precio
de su santísima y preciosísima sangre y el cuerpo
mandó a la tierra de que fue formado, el que
quiero y es mi voluntad sea sepultado en la iglesia
parroquial de esta ciudad, amortajado con el hábito
de mi padre San Francisco y que mi entierro y
demás exequias se hagan a disposición de Mateo
de Córdoba y de Manuel Esteban de Córdoba mis
hijos, decláralo así por ser mi voluntad.

1 AHC, Notaría Segunda, t. 21, ff. 2v.-5v.

133
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

2. Yten mando a las mandas forzosas y acostumbradas


a medio real a cada una, cuyo importe se pagará de
mis bienes por ser así mi voluntad.

3. Yten declaro que fui casada y velada según orden de


nuestra santa madre Iglesia con Marcos de Córdoba
difunto de cuyo matrimonio tuvimos y procreamos
por nuestros hijos legítimos a María Josefa, a Mateo, a
Manuel Esteban, a María Manuela, a Vicente, a Manuel
de la Rosa, a José Agustín y a María Isabel de Córdoba
y Aragón mis hijos legítimos y del dicho mi marido
difunto que por tales los declaro para que conste.

4. Yten declaro que por muerte del dicho mi marido,


se hicieron inventarios y avalúos de todos nuestros
bienes, según de la manera que lo dejó dispuesto
por su memoria testalmental y habiéndose remitido
a juicio de cuentas según las datas que a cada uno
de nuestros hijos se les hizo, les tengo entregado a
cada uno su por[f. 3v.]ción de lo que a cada uno les
cupo por razón de herencia paterna a excepción
de tres hijos nuestros que por menores no se les
ha dado, que son Manuel Vicente, José Agustín y
Manuel de la Rosa, cuyas importancias son de mi
cargo y se deberán satisfacer de mis bienes decláralo
así para que conste.

5. Yten declaro que a María Isabel de Córdoba, mi hija la


puse en el estado del santo matrimonio, con Manuel
de los Ríos en vida del dicho mi marido y por su
fallecimiento para las cargas matrimoniales le entregué
la porción que le correspondía de herencia paterna y
fuera de esta casa le tengo dado por mi parte alguna
cantidad de pesos que consta por obligación de la
que se deberán bajar cuatro pesos que me tiene dados
a su cuenta, mando se tenga todo presente para la
igualdad que debe haber en mis hijos.

6. Yten declaro que así mismo puse en estado del santo


matrimonio a Manuela de Córdoba, mi hija con Isidro

134
Testamento de Baltasara de Aragón y Per ea

Rodríguez, a quien también le he dado la herencia


paterna que le correspondió a mi hija y por mi parte
también le he dado algunos pesos en efectos y bienes,
lo que constará por apunte que dejo a [sic] y al que
me remito mando se tenga presente para la igualdad
que debe haber, decláralo así para que conste.

7. Yten declaro que a los demás mis hijos por parte


mía no les tengo dado cosa alguna, decláralo a
[f. 4r.]para que conste.

8. Yten declaro por bienes míos la casa cubierta de


teja en que actualmente vivo en la que ha de ser
privilegiada a vivir en ella mi hija María Josefa en un
cuarto que se fabricó para ella sin que ningún otro
de mis hijos se lo pueda impedir, esto es en razón
de la pertenencia que le pueda caber por mi parte,
decláralo por bienes míos.

9. Yten declaro por bienes míos dos vacas y tres


novillitos con más tres novillonas y una yegua que
todo pasta en el sitio de Jamundí al cuidado de mi
hijo Mateo de Córdoba.

10. Yten declaro por bienes míos dos pailitas de cobre,


dos olletas de lo mismo, dos sartén de lo mismo, dos
botijuelas vidriadas, una tachuela de plata, un plato
de la China, un frasco de vidrio verde, una limeta de
lo mismo, una barra, una hacha y una pala y todos
los demás utensilios que se hallasen en mi casa y
darán cuenta mis hijos, decláralos por bienes míos.

11. Yten declaro deberme mi hijo Manuel Esteban


siete pesos y medio de oro, mando se le cobren y
agreguen a mis bienes. Yten declaro deberme Pedro
Correa veinte reales, Salvador Villalobos ciento y
ocho pesos, mando se cobre todo y agregue a mis
bienes. Yten me debe Francisco García quinientas
y cincuenta o seiscientas tejas, mando que de su
importe se le pague, fanega y media de maíz y el

135
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

resto se le cobre y agregue a mis bienes. Así mismo


se le cobrarán al Maestro don Francisco Antonio
Perea ciento veinte y cinco ladrillos que le presté.
Yten declaro deberme Margarita mujer de Javier
Chaverra [f. 4v.] tres patacones, mando se le cobren.

12. Yten declaro no acordarme deber yo a persona


alguna y si alguna demandare a mis bienes, mando
que con su simple juramento se le pague hasta
ocho reales y de exceder que lo justifique conforme
a derecho por ser así mi voluntad.

13. Yten mando y es mi voluntad que a mis tres menores


hijos de la herencia así paterna que les tengo como
de lo que por mi parte hubiere de haber a cada uno
a cuenta de ello se le dé una novillona de las que
tengo en el sitio de Jamundí por ser así mi voluntad.

14. Yten quiero y es mi voluntad, que del quinto de


mis bienes se le dé a Francisco Javier de Córdoba
mi nieto, hijo natural de mi hija María Josefa una
ternerita, decláralo así por ser mi voluntad.

15. Yten quiero y es mi voluntad que el remanente de


mi quinto, pagado mi entierro, demás exequias, el
exceso se le entregue a Manuel Esteban de Córdoba
mi hijo en remuneración de lo mucho que me ha
servido y atiende como así mismo se le entregará
toda la ropa de mi uso, como perteneciente del
referido de habérmela dado de su propio peculio,
como que de ello son todos mis hijos sabedores y
que en esto no les hago agravio.

16. Yten quiero y es mi voluntad que la cama de mi


uso se le dé a María Francisca de Córdoba, mi nieta,
decláralo así por ser mi voluntad.

17. Yten nombro por mis únicos y universales [f. 5r.]


herederos de todos mis bienes, derechos y acciones
a mis ocho hijos legítimos de suso nominados para

136
Testamento de Baltasara de Aragón y Per ea

que los hayan y gocen por iguales partes con la


bendición de Dios y la mía.

Y para cumplir y pagar este mi testamento, mandas, legados y


todo lo en él dispuesto, nombro por mis albaceas testamentarios,
fideicomisarios y tenedores de mis bienes a Mateo y a Manuel
Esteban de Córdoba y Aragón mis hijos, a ambos, a dos juntos y
a cada uno de por sí dándoles como les doy el poder necesario
para el uso y ejercicio de dicho albaceazgo y que sin necesidad
de la Real Justicia les pongan a todos en paz, sin pleito alguno,
ampliándoles como los amplio a más del año fatal dispuesto por
derecho todo el más tiempo que necesitaren para el cumplimiento
de este mi testamento última y final voluntad. Y por el presente
revoco y anulo y doy por ningunos de ningún valor ni efecto
otros y cualesquiera testamentos que antes de este haya fecho y
otorgado por escrito, de palabra o en otra forma y sólo quiero que
valga este por mi testamento, última y final voluntad, o por aquel
instrumento que más haya lugar el que otorga en esta ciudad de
Santia[f. 5v.]go de Cali en diez y ocho días del mes de enero de mil
setecientos noventa y un años. Y la otorgante que yo el escribano
doy fe conozco aunque enferma en cama, pero al parecer en su
sano y entero juicio así lo dice y otorga, no firma porque dijo no
saber y a su ruego lo hizo uno de los testigos que lo fueron Juan
Jiménez, Rafael Ledesma y Antonio Alderete vecinos.

Y en este estado dijo que un yerro de herrar que tiene por


suyo propio se le dé y entregue a José Agustín Córdoba su hijo,
fecho ut supra.

A ruego de Baltasara de Aragón y Perea [Firma] Juan Jiménez


[Rúbrica] Testigo [Firma] Juan Jiménez [Rúbrica]

Testigo [Firma] Rafael de Ledesma [Rúbrica] Testigo [Firma]


Francisco Antonio Alderete [Rúbrica]

Presente fui a su otorgamiento y en fe de ello lo signo y firmo. En


testimonio de verdad.

[Firma] Marcelo Roso. Escribano de su Majestad público del


número [Rúbrica]

137
20. Testamento de Francisco de Peñalosa
Popayán, 30 de abril de 17321 [f. 1r.]

E n el nombre de Dios todopoderoso amén. Sea notorio a


todos los que la presente memoria de testamento y última
voluntad vieren como yo Francisco de Peñalosa, vecino de esta
ciudad de Popayán, estando como estoy enfermo del cuerpo
y sano de la voluntad y en mi entero juicio y entendimiento
natural como Dios nuestro señor ha sido servido de darme,
creyendo como firmemente creo en el misterio de la santísima
Trinidad, padre, hijo y espíritu santo, tres personas distintas
y no más que un solo Dios verdadero y en todo aquello que
tiene, cree y confiesa y nos enseña nuestra santa madre iglesia
católica, apostólica, romana debajo de cuya fe y creencia he
vivido y protesto vivir y morir como católico y cristiano y
porque la muerte es natural a todo viviente para descargo de
mi conciencia hago este mi testamento última y final [f. 1v.]
voluntad en la forma siguiente.

1. Primeramente encomiendo mi alma a Dios nuestro


señor que la crio y redimió con su preciosa sangre
y el cuerpo mandó a la tierra de que fue formado.

2. Yten es mi voluntad que cuando la de Dios nuestro


señor fuere servido llevarme de esta presente vida
para la otra mi cuerpo sea enterrado en la santa
iglesia catedral de esta ciudad y que mi entierro se
haga a disposición de mis albaceas.

1 ACC, Sig. 9755, (Col J11-4su), ff. 1r-8v.

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Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

3. Yten mando a las mandas forzosas y acostumbradas


a cuatro reales a cada una, a la cofradía del santísimo
sacramento ocho reales y a las casas santas de
Jerusalén otros ocho reales por última vez.

4. Yten declaro que fui casado y velado según orden de


nuestra santa madre iglesia con Tomasa del Campo
que falleció a tiempo de nueve meses y durante
nuestro matrimonio tuve en la dicha mi mujer por
mis hijos legítimos a Pedro, Agustín, Josefa y María
de Peñalosa, a los cuales declaro por tales mis
hijos legítimos habidos en la dicha mi mujer que
aunque tuve otros hijos murieron en la menor edad,
decláralo así para que conste.

5. Yten declaro que no tengo ni he tenido ningún


[f. 2r.] hijo natural.

6. Yten declaro que aunque he dado estado de


casamiento a mis dos hijas Josefa y María no les he
dado más que el vestuario corto y cama como pobre.

7. Así mismo declaro que aunque di estado de


casamiento a mis dos hijos Pedro y Agustín no les he
dado más que el corto vestuario y cama como pobre.

8. Yten declaro por bienes míos medio solar de tierra


y dos casas cubiertas de paja, la una embarrada y la
otra sin embarrar que están en la calle empedrada
que compré de los bienes de Margarita Fernández y
Manuela Fernández, como consta de los instrumentos
que tengo en mi poder, las cuales casas y tierra las
dejo para mis dos hijas, la embarrada para María y
la otra para Josefa y que del solar se aprovechen
ambas, o partan de por mitad para que cada una
conozca lo que es suyo.

9. Así mismo tengo por bienes míos otras dos casas


cubiertas de paja con un solar de tierra que está en
la Pamba del Egido, las cuales casas las dejo para mis

140
Testamento de Francisco de Peñalosa

dos hijos Pedro y Agustín para que sea de entrambos


dicha posesión por iguales partes con declaración
[f. 2v.] de que esta tierra y casas si valiere más que la
otra posesión se le dará a mis hijas el más exceso en
otros bienes, así lo declaro para que se ejecute.

10. Yten declaro por bienes míos una paila de cobre de


a botija, la cual es mi voluntad que se le dé cómo la
doy a la dicha mi hija Josefa.

11. Más tengo por bienes míos una caja de madera de


vara y tres cuartas con cerradura, más dos totumitas
y dos cucharas de plata, más dos espadas de fierro,
Yten dos sayas el uno de carro de oro y el otro de
paño de Castilla viejos, Yten dos capas, la una de
carro de oro, la otra de paño, Yten diez y seis o diez
y siete vasitos de vidrio, un frasco de vidrio, dos
varas y cuarta de paño de Quito, dos jaeces, digo
tres, los dos con sus pretales de cascabeles, dos
rosarios, uno de corales y otro de piedra de cruz
con pater nosters de oro, Yten dos gargantillas de
cuentecitas de oro menudas, tres pares de calzones,
uno de raso, otros de tupé y otros de Calamaco, un
armador de raso, un par de medias de seda amarilla
y otras dichas de seda pardas, dos pares de medias
de lana, tres o cuatro pares de calsetas de hilo, un
[sic] [f. 3r.]cu y otro más, el uno con hebillas de
plata, dos sombreros de Bicuña, mi silla de montar
con todos sus recudos, menos espuelas, la cual
silla mando se le dé para en cuenta de lo que le
hubiere de tocar en herencia a mi yerno José de los
Santos con una espada también para en cuenta de
la legítima de su mujer, más tengo por bienes míos
un pabellón de Quito, el cual mando se le dé a mi
hijo Agustín, más tengo dos cajitas viejas, más dos
sábanas de lienzo, una fresada, dos escaños, dos
taburetes, dos mesitas, Yten una imagen de santa
Bárbara de bulto, un san Antonio, dos crucifijos,
otro san Antonio, dos ermitas, con otras hechuritas
que están en el altarcito de la casa del Empedrado,

141
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

Yten tres camisas de lienzo, otras tres dichas de


Ruán, con más otra dicha nueva, cuatro pares de
calzoncillos blancos, un poco de cera de Castilla
labrada en velas de a media libra y de a cuarta,
dos bandas de tafetán ya traídas, cuatro pares de
botones de plata de puños, unas hebillas de zapatos
de plata, Yten dos caballos mansos, los [f. 3v.] dos
de ellos de carrera, con más otro de carrera oscuro,
un yerro de errar, ocho mulas mansas ya viejas las
tres, Yten tengo una romana la cual se la doy a mi
hijo Agustín, Yten una piedra del Inga, más tengo
seis yeguas, Yten dos arcabuces, un trabuco, una
escopeta que está en poder de Bernardo Fernández,
una caja vieja con chapa y sin llave, dos pares de
tijeras, más tengo ocho cabezas de ganado vacuno
en el sitio de Quilcase, más el ganado que tengo
en el sitio de la Asunción debajo de mi yerro al
cuidado de Manuel Hernández, más seis tablas de
ensenillo, más otra dicha.

12. [A margen: Deudas] Yten declaro que me deben


las personas siguientes: Manuel Hernández cien
patacones que le di prestados en plata, Cristóbal
de Moriones cincuenta patacones de dos mulas que
me dio menos de las que le di para que anduviera
con ellas, Yten el dicho cinco patacones de un
torillo que le vendí, más el dicho otra mula en
veinte y cinco patacones que la mató el susodicho,
Yten Nicolás de Morales el viejo, me debe cinco
patacones de un [f. 4r.] toro que le vendí, más el
indio Dionisio de Anacona me debe cinco patacones
de un novillo, su hijo Juan me debe otro toro en
cinco patacones, Perucho el hijo de Dominguito me
debe cinco patacones de un toro, el indio Francisco
de la Estancia me debe otro toro en cinco patacones
y me ha dado cinco cargas de paja, mando se le
descarguen. El dicho indio Perucho me debe otro
toro más en cuatro patacones, el indio Melchorcito
de la Estancia hijo de la Polonia me debe cinco
patacones de un toro, Damaso mayordomo de don

142
Testamento de Francisco de Peñalosa

García Hurtado me debe cinco patacones de un toro


que quedó a volvérmelo, Pedro Bermúdez me debe
cinco patacones de un toro, Carlos Bermúdez me
debe otro toro en cinco patacones, Nicolás Sánchez
me debe otro toro en seis patacones, Gabriel
Pérez me debe un toro por cinco patacones, se le
descontará lo que dijere haberme dado, Manuel
Rolo me debe un toro de los que me vendió, que
fueron tres y no entregó más que dos, los hijos de
Luis de Guevara me deben un toro que me debía
su padre por cuatro patacones, más una [f. 4v.]
yegua alazana que me debía su padre en cinco
patacones, el Bermejo de la Polla me debe un toro
por cinco patacones, Yten Manuel de Cárdenas me
debe un toro que lo mató el susodicho y lo ha de
pagar dando cuatro patacones, no [Entre renglones:
obstante] de haberme costado cinco patacones, más
el dicho doce reales de una arroba de cecina que
le di cuando se fue para el Chocó, Yten Antonio
Quintero me debe un toro en cuatro patacones
y medio, Yten María la Rosada sobrina de Diego
Fernández me debe cuatro patacones de un toro,
la cofradía de la Gloriosa santa Bárbara me debe
tres toros que aunque eran cinco los que me debía
he cobrado dos, Yten Luis Beltrán me debe cinco
patacones de un toro, Francisco Montenegro me
debe un toro nevado por cinco patacones, don Juan
Betancur me debe dos patacones por una espada
que está empeñada en poder de Lucas de Sarria y
dichos dos patacones pertenecen al dicho Lucas,
Manuela Betancur me debe dos patacones y una
cuchara de plata que entra esta en las dos cucharas
que tengo declaradas por mías, más su padre Miguel
me debe un toro que le vendí en seis patacones
y yo le tenía dada plata de más, él lo verá [f. 5r.]
en su conciencia, Juan Fernández hijo de Bernardo
Fernández me debe un macho que le compré y me
lo volvió a pedir para venderlo y me lo debe, Agustín
Fernández me debe ocho patacones de un caucho
morcillo que le vendí, con más seis patacones de un

143
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

cañón de escopeta, el hijo de Sebastián de Marulanda


me debe dos potros procedidos del hijo del dicho
Bernardo Fernández y así se le cobraran por bienes
míos, Manuel el frailecito me debe doce patacones
de un caballo rucio que le vendió su cuñado en
Cali y le dio una estribera de metal para que a mí
me pagara y no lo ha hecho, más un macho que le
di a Marcos de Tobar por diez pesos y me los debe
por haber vendido dicho macho dicho Manuel, más
un resto que me debe de un caballo castaño que le
vendí y no me acuerdo lo que me dio déjelo a su
conciencia para que pague el resto, más un caballo
que me debía el difunto Pedro del Campo [Entre
renglones: y quedó a darme un macho el dicho
Pedro del Campo] Yten Pablito el Mando me debe
un zurrón de miel en tres patacones, Nicolás de
León me debe una mula que le presté que la ha de
volver o por ella veinte y cinco patacones, Lorenzo
de Olaya me debe otra mula que le presté que
me daban por ella [f. 5v.] treinta patacones y solos
me ha dado cuatro patacones, Francisco Plaza me
debe ocho patacones por un caballo que le vendí,
Manuel de Ojeda me debe diez patacones que le
di en dos ocasiones que me pidió plata prestada,
Manuel Candela me debe un caballo por deuda que
debía a mi madre, Carlos Bermúdez me debe dos
libras de yerro a cuatro reales libra, más una chapa
por veinte reales, que todo lo que me debe son
cuatro patacones y medio, más el dicho me debe
tres reales de cuenta de un machete que le mandé
hacer, más me debe el indio Cristóbal de Chircuio
once patacones de un macho, José Inga me debe
veinte y cinco patacones por un macho que le vendí,
más el dicho treinta y seis patacones que le había
dado de los cuales me dio once patacones, con más
un herraje que no me acuerdo en cuanto. Yten Ana
Ramírez me debe un peso de oro en veinte reales
procedidos de una sobrecama que le vendí, Yten
Juana Ramírez me debe tres patacones y dos reales,
más su marido doce reales y medio por dos varas y

144
Testamento de Francisco de Peñalosa

medias de bayeta que le vendí, más dos patacones


de un sombrero, más tres varas y media de [f. 6r.]
choleta a seis reales y medio vara, Yten seis reales
que le di para comprar papel para una comedia,
don Jerónimo Hurtado me debe un caballo por el
que me quitó su tía don García quien le mandó
me volviera otro y este caballo pertenece a mi
hijo Agustín, Ignacio de Escobar esclavo me debe
diez y seis patacones de los cuales se descontará
lo que a mí y a mi yerno nos hubiese dado, Blas
de Guevara me debe cinco yeguas con sus hijos al
precio de tres patacones y medio cada cabeza, la
una muerta de los cuales recibí dos patacones, más
me hizo un follado y una mantellina con más otro
follado y no nos conchabamos lo que dijere en su
conciencia se le descuente, Ignacio de Medina me
debe un toro, Lino de Medina me debe otro toro y
ambos para volvérmelos, Yten Eduardo me debe
cinco patacones de una silla que le vendí, Yten
Matero Quintero me debe veinte y cinco patacones
por una bestia mular que quedó a pagarme fuera
de otros reales que me debe de cuenta de ganado,
más Javier Inga me debe dos patacones de resto de
un potro que le vendí, Yten el Zarco Chirrillas un
patacón que le presté en lo de Guagua, Yten me
debe Bonifa[f. 6v.]cio de Valencia cinco patacones,
los tres de ellos de un caballo y los dos que la presté
en plata, Yten la india Tomasa del Callejón me debe
tres patacones que le presté en plata, Yten la mujer
del Guapo me debe veinte reales procedidos de
una carga de caldo.

13. Más declaro por bienes míos unos brazaletes de


corales con cuentencitas de oro, los cuales mando
se le den a la dicha mi hija Josefa.

14. Yten declaro que me debe Diego de Triana la


cantidad que consta por un vale que para en poder
del doctor don José Beltrán de Caicedo de cuya
cantidad le debo yo a dicho doctor cien patacones

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Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

y la restante de dicho vale me pertenece a mí, que


es procedida de doce mulas que le vendí a razón de
veinte patacones cada una y un caballo en siete u
ocho patacones, con más dos patacones que quedó
a pagarme por la traída de las mulas, con más la
retardada, con declaración que hago que aunque
dicho vale está en cabeza del dicho doctor fue
por que quedó a recibir la plata de dicho Triana y
entregármela a mí de contados los cien patacones
que yo le debo, con más veinte patacones que ha
de dar dicho doctor pro haber quedado de darlos
por esa cuenta decláralo así para que conste. [f. 7r.]

15. Yten declaro que habiéndole dado a mi yerno


Pascual Baca dos bestias mulares para que fuera en
ellas al sitio de LLanogrande se le perdió un macho
colorado frontino bueno, y pasado algún tiempo lo
hallé en esta ciudad entre las mulas del reverendo
Padre fray Ignacio Corrales, Prior del convento
de Predicadores de esta ciudad y habiéndolo
manifestado ante la real Justicia y justificado ser
mío se me adjudicó y después se me pidió prestado
dicho macho y lo largué, el cual quedó a pagármelo
con Leandro Corrales sino se me volvía que no se
me ha vuelto y por él me ha de pagar veinte y
cinco patacones y así lo declaro para que conste.
Yten declaro que debo a las personas siguientes: al
señor don Felipe de Usuriaga veinte patacones, al
capitán don Juan Álvarez nueve patacones con más
al dicho cuatro patacones de una novillona y otros
cuatro patacones de un toro, a Damián de Paz diez
y nueve patacones y seis reales por cuya cuenta
le tengo dados diez patacones. Más me debe un
mulato llamado el Colorado que asistía en el Misal
un macho o una mula por un vestido que le vendí,
más Luis Vanegas me debe una mula de dos que
yo y mi hijo le había[f. 7v.]mos dado prestadas y las
vendió, con más una vaca que me debe, más tengo
un pico de picar piedra, Chepe Barranca me debe
diez pesos de oro de lo que le suplí para su libertad,

146
Testamento de Francisco de Peñalosa

Yten tengo dos llaves de escopeta, Manuel Plaza me


debe cuarenta y seis patacones procedidos de ropa
que le di y no me la ha pagado.

16. Y para cumplir y pagar este mi testamento, sus


mandas y legados nombro por mis albaceas
testamentarios a Agustín de Peñalosa mi hijo y a
Pascual Baca mi yerno, a entrambos juntos y a cada
uno de por sí con igual facultad que les doy para
que usen del dicho albaceazgo aunque sea pasado
el término que el derecho dispone porque les
prolongo el más que hubieren menester para ello.

17. Y cumplido y pagado este mi testamento en el


remanente de todos mis bienes, derechos y acciones
y nombro por mis herederos legítimos de todos
ellos a los dichos Pedro, Agustín, Josefa y María de
Peñalosa, mis hijos legítimos para que los hayan
y gocen por iguales partes con la bendición de
Dios y la mía, y revoco y anulo y doy por ningunos
de ningún valor ni efecto otros y cualesquier
testamentos, mandas, legados, codicilios o poderes
para testar que [f. 8r.] antes de este haya otorgado
por escrito, de palabra o en otro forma para que no
valgan ni hagan fe en juicio, ni fuera de él y que
solo se guarde, cumpla y ejecute por testamento,
codicilio o en la forma que más haya lugar en
derecho este que ahora otorgo ante el presente
escribano de esta ciudad y yo José de Andrada
escribano de su Majestad y público del número de
esta ciudad de Popayán certifico y doy fe que este
testamento se otorgó a mi presencia, que conozco
al otorgante ser vecino de esta ciudad y que al
parecer está en su entero juicio, a lo cual fueron
testigos presentes, llamados y rogados don Jacinto
Jironza, Manuel de Villaquirán y Bonifacio Gómez,
vecinos de esta ciudad en esta a treinta de abril de
mil setecientos y treinta y dos años y el otorgante
no firmó porque dijo no saber escribir, fírmalo a su
ruego el dicho don Jacinto Jironza.

147
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

18. [A margen: Más deudas] Y en este estado el otorgante


dijo que debe a Marcos de Tobar un toro y a Isabel
del Campo doce patacones, fecho ut supra, así
mismo declaro que le debe al licenciado Jerónimo
Lucio veinte patacones que quedó a pagarle por
su padre, Nicolás Sánchez le debe una mula que la
llevó por decir que le se la dio, [f. 8v.] prestada su
hijo Pedro que no conviene el otorgante en eso.

19. Así mismo manda se le dé a un niño que ha criado


llamado José de Benavides un caballo moro fecho
ut supra, a ruego de Francisco Peñalosa y como
testigo, don Jacinto Jironza, ante mí, José de Andrada
escribano real, entre renglones: obstante y quedo a
darme un macho el dicho Pedro del Campo, Baca,
un. Testado: mula, no vale.

Fui presente a su otorgamiento y en fe de ello lo signo y firmo en


Popayán a cinco de mayo de dicho año para ponerlo por causa de
los inventarios de Francisco Peñalosa difunto.

En testimonio de verdad [Firma] José de Andrada. Escribano real


[Rúbrica]

148
21. Testamento de Pascual Dorado
Popayán, 24 de julio de 17761 [f. 16r.]

E n el nombre de la santísima Trinidad, padre, hijo y espíritu


santo yo Pascual Dorado, sabiendo que la muerte es
inevitable, ignorando la hora de la mía, declaro al presente
que me hallo con pleno conocimiento y entera libertad, que
quiero morir como hijo de la santa iglesia católica, apostólica,
romana, que la reconozco por mi madre y señora fuera de
la cual no hay salvación, yo creo todo lo que ella enseña,
condeno todo lo que ella condena y protesto delante de toda
la corte celestial que muero en la unión de la fe que ella tiene
y enseña, también declaro que muero en la comunión de la
santa sede y en la obediencia que todo fiel católico debe al
Papa, como vicario de Cristo en la tierra, cabeza de la iglesia
universal, sucesor del señor san Pedro y pastor supremo del
[f. 16v.] rebaño de Cristo.

Yo creo y estoy pronto a morir por las siguientes verdades católicas,


es a saber que hay solo un Dios todopoderoso y eterno subsistente
en tres personas, padre, hijo y espíritu santo, que él crio el cielo
y la tierra, que me dio el ser que tengo para amarlo, servirlo y
honrarlo, que Jesucristo nuestro señor, su hijo, el verdadero Dios
y verdadero hombre, que en cuanto Dios reina desde ab eterno, y
en cuanto hombre nació en tiempo de la virgen María madre suya
que vino al mundo para enseñarnos con su doctrina ilustrarnos
con sus ejemplos y redimirnos con su sangre y con su muerte,

1 ACC, Sig. 10517 (Col J11-19su), ff. 16r.-27r. [Traslado]

149
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

enriquecernos con sus merecimientos, santificarnos con su gracia


y para hacernos eternamente felices con su gloria.

Creo que resucitó al tercero día, que subió a los cielos, que está
sentado a la diestra de su eterno padre y que he de comparecer
ante su tribunal para darle cuenta de todas las acciones de mi
vida. Confieso y creo que soy deu[f. 17r.]dor a mi Dios de infinitos
beneficios, no solo por los bienes que me ha hecho y comunicado
sino también por los males de que me ha librado.

Yo lo adoro y le doy gracias de todo corazón, quisiera tener mil


vidas para hacerle de todas ellas un sacrificio de reconocimiento
pero no teniendo más que una mísera vida que he gastado
toda en ofensas suyas, declaro que me alegro de perderla en
reconocimiento del dominio absoluto que sobre mí tiene para
rendir vasallaje a su grandeza infinita, para satisfacer a su justicia,
a quien tanto he ofendido, por cumplir su santísima voluntad, por
gozar de su presencia, por imitar a su hijo, y para dar las muestras
de mi amor y mi reconocimiento.

Y si acaso sucediere que me halle acometido del accidente que


me prive del uso de los sentidos, yo declaro desde ahora que
mi voluntad e intención es recibir los sacramentos de la Iglesia,
principalmente el de la peniten[f. 17v.]cia y ruego al sacerdote
que me asiste que me de la absolución bajo esta declaración que
hago y dejo firmado de mi mano, pues la deseo y la pido con las
mayores veras y protesto que me pesa de todo mi corazón de
cuantas culpas he cometido en toda mi vida, aceptando la muerte
en recompensa de otras penitencias, que ya no podré hacer. Amén.

Pero no obstante que soy tan indigno de vuestra misericordia,


espero, oh Dios de bondad, que la usases conmigo y me salvareis
por la sangre que por mí derramó vuestro santísimo hijo mi redentor,
porque yo creo Dios mío firmísimamente que él murió por la salud
de todos los hombres y por la mía, en particular, y estoy pronto a
sellar con mi sangre este artículo fundamental de mi religión.

Oh Jesús! A mí me pesa infinito de haberte ofendido y en señal


de mi dolor, yo acepto la muerte y todas las incomodidades de
mi enfermedad, es mi [f. 18r.] voluntad que este miserable cuerpo

150
Te s t a m e n t o d e Pa s c u a l D o r a d o

a quien he dado tantos gustos ilícitos sea consumido de dolores


antes de morir y comido de gusanos después de muerto.

Yo pongo mi alma en tus manos y por los innumerables pecados


que he cometido, consiento si lo dispones así, que vaya al
Purgatorio donde esté hasta que quede satisfecha tu justicia.

Gloriosísimo patriarca señor san José, esposo dignísimo de la


virgen, padre y protector de Jesucristo mi redentor, al causadme
una muerte semejante a la vuestra asistidme en aquella hora y
alcanzadme que yo espire como vos entre los dulcísimos brazos
de Jesús y María, amén.

Ángeles de Dios, celestiales inteligencias que tanto cuidado habéis


tenido de mi en mi vida, no me abandonéis a la hora de mi muerte,
yo ruego al Glorioso señor san Miguel que me defienda de mis
enemigos en el último combate, a mi ángel de guarda que me
consuele en [f. 18v.] mi enfermedad y a todos mis santos, abogados
que rueguen por mí y me consigan una buena muerte.

Después de esta declaración de mi fe y de mi penitencia hago la


disposición de los bienes que Dios me ha dado del modo que
debe hacerla una persona que va a dar cuenta al Tribunal de la
Justicia divina, no mirando a otra cosa que a la Gloria de su santo
nombre a la salud de mi alma, a la quietud de mi conciencia y a la
paz y unión de mi familia, esta es pues mi última voluntad.

Yo doy mi alma a Dios de quien la recibí, la pongo en sus santísimas


manos y la abandono enteramente a su misericordia por toda la
eternidad, mi cuerpo lo entrego a la santa iglesia y le suplico lo
reciba en su seno y se digne de enterrarlo con los que mueren en
su comunión, bien que merecía por los delitos que ha cometido de
ser arrojado en un muladar apartado de la compañía de los fieles.

Yo perdono [f. 19r.] de corazón a todos los que me han agraviado


y ofendido y pido perdón a los que yo agravié porque Dios me
perdone. Amén.

Yten declaro que soy casado y velado como lo ordena nuestra


santa madre iglesia con Francisca Morales el tiempo de veinte y

151
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

cuatro años, y en este tiempo hemos tenido siete hijos y de estos


los cinco nacieron muertos, de los dos el uno murió a los veinte
días, este fue varón y se llamaba Vicente. La otra sobrevive y se
llama Juana y tiene la dicha edad de cinco años y estos fueron
todos de legítimo matrimonio.

Yten mando a las mandas forzosas y acostumbradas a real cada


una, a la cofradía del santísimo sacramento y a la casa santa de
Jerusalén a dos reales, mando se le den los que aparto de mis
bienes para estas mandas.

Yten mando que si dios me lleva de esta presente vida a la eterna,


mando se sepulte mi cuerpo en la iglesia parroquial [f. 19v.] de san
Miguel de Patía con misa de cuerpo presente a la elección de mi
albacea que lo es mi hermano Nicolás Hernández quién pagará mi
entierro al cura párroco de dicho Pueblo de san Miguel de Patía
de lo más bien parado de mis bienes.

Yten que cumpla mi albacea lo que tengo mandado al señor de la


Plaza una misa rezada.

Yten mando se me mande decir siete misas rezadas a las ánimas,


pues las tengo ofrecido.

Yten dejo por bienes míos noventa reses hembras, con más veinte
y dos terneros con más diez y ocho yeguas con su padrón y
pollino hechor con más diez y siete caballos y dos chúcaras y dos
mulas mansas.

Yten después de pagados los derechos y mandas y deudas lo que


sobrase dejo para mi hija y mi mujer y bien para mi alma, dejo a
Jacinto Muñoz, un potro o potranca.

Yten declaro que tengo unas tierras en el sitio de Papa [f. 20r.]
gaiero pertenecientes a mi hermano, en cuya compañía las
hemos poseído unánimes y conformes y estas dichas tierras las
heredamos de nuestra madre y la parte que a mí me toca las dejo
para mi hija y mi mujer y que no la quieren en ningún modo
contradecir dichas tierras.

152
Te s t a m e n t o d e Pa s c u a l D o r a d o

Yten declaro que tengo otro pedazo de tierras en el sitio de


Padobobo también pertenecientes a mí y a mi hermano en cuya
compañía las hemos tenido, las que también dejo para mi hija, la
parte que a mí me toca.

Yten tengo otro pedazo de tierras en el Salado de Patía que


fueron de mi abuelo Manuel de Rojas, quien fue padre de mi
madre Bárbara de Rojas. De quien heredamos yo y mi hermano,
y las hemos tenido en compañía, también dejo la parte que a mí
me pertenece a mi hija Juana Dorado, y a mi mujer Francisca
Morales. Aunque es cierto que es cierto [f. f. 20v.] que mi
mujer no me dio nada a mi poder, pero no por esto deja de
tener parte en los bienes que dejo, teniendo una sola hija y mi
mujer que después de pagados los derechos parroquiales y mis
dependencias y ver lo que queda y de ella se hagan las partes
de por mitad, de lo que quedare para mi hija Juana Dorado
y su madre Francisca Morales, sin que en esto haya la menor
contrariedad ni depajarción de su morada, y que así se lo suplico
a mi albacea, como también tiene dicha mi mujer veinte y dos
reses en esta forma, que luego que contraje el matrimonio le dio
mi madre María de los Cobos una vaca y yo le di otra, de estas
han producido dichos ganados, hago esta prevención, porque no
quiera meterlas en cuenta, también tiene cuatro caballos, los dos
producidos de una yegua que yo le di, que produjo dos caballos
y dos que [f. 21r.] yo le di en recompensa del que la gaste,
también advierto para que se sepa.

Yten por lo que mira a las dependencias, dejo suplicado a mi


albacea las satisfaga.

Yten declaro como fue albacea de mi madre María de los Cobos,


quien deja una capellanía impuesta de trescientos pesos al padre
Juan de Paz, a su fallecimiento son llamados los hijos de Manuel
de Zúñiga y a fallecimiento de estos a los sobrinos del padre Juan
de Paz y si dicho padre Juan fallece y los llamados no se ordenan
como patrono que soy, dispondrá mi albacea quien queda con el
mismo patronato y lo que dejo ordenado en tal caso se imponga
en el maestre don Mariano Viedma que la goce dicha capellanía,
intentando que los llamados se ordenan y ordenados que sean se
restituirá dicha capellanía.

153
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

Yten la capellanía que quise imponerla, esta era [f. 21v.] por mi
espontánea voluntad y hoy me hallo resuelto a no imponerla como
que ya he desistido del intento. Ahora como queda mi hermano
Nicolás Hernández de mi albacea y padrón de la dicha capellanía,
él dará las fianzas correspondientes.

Yten declaro como albacea que fui de mi madre María de los


Cobos, quien continuamente celebraba a mi señora santa Bárbara
yo quedé con el mismo cargo de celebrarla cada un año, para lo
que dejo unas cortas vaquitas para con el usufructo de ellas, la
celebrase como lo he hecho hasta lo presente, esto no cofradía ni
hermandad, sino una mera devoción y queda mi albacea con el
mismo cuidado de seguir la misa devoción para lo que dejo diez
y seis reses para que con su aumento la celebre, entendiéndose
que ninguno lo quiera violentar porque solo es devoción. [f. 22r.]

Yten declaro que fui fiador de Lorenza Córdoba y juntamente su


albacea en compañía de Pedro Ramírez hijo de dicha Lorenza que
es segundo albacea y hallándome postrado en esta cama, supliqué
a mi albacea que reconozca este mi albaceazgo, en quien sustituyo
dicha fianza y el albaceazgo y que cumpla lo que la testadora
manda, para lo que dejo el testamento para su gobierno.

Pues hice esta fianza el día diez y siete de febrero del año de
mil setecientos setenta y cuatro, dando por fianzas las tierras de
Papagaieros, siendo así que mi albacea las dará también y luego
que se proporcione el entregar a Pedro Ramírez para lo que será
el libro Bautismal se hallará la edad y siendo tiempo lo llevará
a Popayán para que el padre de menores le dé orden a que se
le entregue su legítima, esto es dándole noticias de su proceder,
pues hasta ahora [f. 22v.] no se le ha conocido vicio ninguno ni
modo desbaratado, y este lo hará mi albacea como en coger el
recibo para su gobierno.

Lo mismo hará con dicha legítima de la Paula Ramírez que en esa


no hay novedad en su entrega respecto a estar emancipada y que
cada cual de estos dos hagan su fierro, porque el fierro del tronco
queda a los menores quienes son mejoración en el tercio, cuyos
bienes mantendrá mi albacea en su poder quien será tutor de
dichos menores así como yo lo hubiera sido.

154
Te s t a m e n t o d e Pa s c u a l D o r a d o

Yten también dejo los recibos de las personas a quien mando dicha
testadora entregar lo que verá en los recibos para su gobierno.

Yten también dejo un apunte de gastos y ventas de ganado que


hizo Lorenza Córdoba después de los inventarios y la fianza que
hice, como también dejo apunte de lo que se gastó después de
su muerte, para pagar el casa[f. 23r.]miento, pues dicha testadora
se caso en artículo mortis, y también el entierro que uno y
otro importó treinta pesos, las que verán por el recibo del cura
interdmaestro Nicolás de Villafaña, y en lo demás se seguirá por la
cláusula lo que en ella deja ordenado y también del cúmulo de los
bienes se pague el diezmo.

Como también de dicho cúmulo de bienes se han de sacar seis


novillos para los negocios de la esclavitud, en lo que están
comprendidos los cuatro herederos en dicha esclavitud.

Yten dejo tres sillas de montar, la una de mi uso, está vestida con
su estribera baula de azófar, un freno, jáquima y bozal, más otra
silla de barras con su estribera jineta y su hebilla de gurupera.

Yten otra silla también de barras para mi mujer.

Yten la silla de mi uso, la dejo a Pascualito Zúñiga, menos los


estribos baúles, sino con los estribos jinetos [f. 23v.] en que él anda.

Yten la otra silla que está en poder de Manuel de Zúñiga, está


vestida la dejo para mi hija Juana Dorado y la estribera de mi uso
es para mi hija, como también el freno, jáquima y bozal también
dejo a mi hija.

Yten dejo dos hachas y dos machetes, una barra y una pala, una
olleta, una pailita, otra olleta vieja.

Yten dos hierros de herrar.

Yten un machete de cinta.

155
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

Yten dejo las alhajas de mi señora santa Bárbara es como se sigue:


primeramente una gargantilla de oro menuda con diez y ocho
cuentas y su cruz también de oro.

Yten unos brazaletes de oro con cuarenta y cinco cuenticas


menudas, con veinte y dos higas.

Yten un rosario de oro con su crucero de oro, su María de oro, y


sus medallitas de oro.

Yten unos aritos [f. 24r.] de oro.

También suplico a mi albacea que de ningún modo permita avalúos,


almonedas ni inventarios que no hay porque solo dejo una sola
hija de heredera y mi mujer, por lo que mira a la satisfacción de
mis dependencias, queda mi albacea con este cuidado, también a
cobrar lo que me deben las personas que quedan apuntadas.

Cuenta de las dependencias que dejo es como se sigue: Me liquide


de cuentas con Manuel de Zúñiga y le quedo debiendo sesenta
pesos y cuatro reales, mando se le paguen.

Yten debo al señor don Francisco Puga ciento treinta y un pesos


dos reales, mando se le paguen.

Yten debo a Manuel Viera siete pesos cuatro reales de mayor


cantidad.

Yten debo a Manuel Solarte cuatro reales.

Yten debo a Ignacio Viracacho tres pesos.

Yten debo al padre cura don Mariano Viedma doce pesos de dos
procesiones [f. 24v.]

Yten debo al mismo padre cura veinte y cinco pesos.

Yten debo al padre cura del Tambo don Agustín Sandoval


cincuenta pesos.

156
Te s t a m e n t o d e Pa s c u a l D o r a d o

Yten debo a Andrés de Rivera diez pesos.

Yten debo a Manuel Galindes seis pesos de un potro, debo al dicho


seis pesos en plata, más once pesos de una yegua castaña parida.

Yten debo a Pedro de Martos ocho reales de unas arretrancas.

Yten debo a Cándida Alegría, siete pesos de un novillo.

Yten debo a Juan Andrés cuatro pesos.

Yten debo a Juanico Tumba tres pesos dos reales.

Yten debo a Toribia Avendaño tres pesos.

Yten debo a don Juan Maquilón doce pesos.

Yten debo a Antonio de Castro cinco reales.

Yten debo a Juan José Manezas doce pesos.

Yten debo al padre Juan de Paz treinta pesos del rédito de la


capellanía.

Yten debo a Juan Martín Gómez cua[f. 25r.]tro pesos.

Yten debo a Joaquín Baca once pesos que de diez y nueve pesos
que le debía le di ocho, y quedaron los once pesos, aunque es
cierto que los dichos ocho pesos me los prestó que entren en la
cuenta que le deberá y quedarán dichos once pesos.

Cuenta de los que me deben: Yten me debe Lorenzo Galindes


cuatro patacones.

Yten me debe Cornelio Rodríguez veinte patacones.

Yten me debe Juan Pablos cuatro patacones.

Yten me debe el capitán de dicha Minan Nicolás Adrada tres pesos


cuatro reales.

157
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

Yten me debe Victorino Rosero cuatro patacones.

Yten me debe Manuel Morales hijo de Fabián Morales doce pesos.

Yten me debe Antonio Hurtado dos pesos.

Yten me debe Juan José Sánchez catorce reales.

Yten me debe Ramón Medina seis reales.

Yten me debe Francisco Tamayo [f. 25v.] tres patacones.

Yten me debe Justo Caicedo lo que él dijere en su conciencia.

Yten me debe Pascual Polo dos pesos.

Yten me debe Lorenza Monguina doce reales.

Yten me debe Andrés de Rivera cuatro novillos que le presté.

Yten me debe María Contreras tres pesos.

Yten me debe Domingo López un peso.

Yten me debe Custodio Contreras ocho pesos.

Cuentas que tengo con Agustín Viera es como se sigue: Yo le di


a dicho Viera seis pesos, de esta cuenta le di una vaca en ocho
pesos, me resta dos patacones.

Yten también me debe un ternero en tres pesos.

Yten también le presté un novillo que valía ocho patacones y me


volvió uno de cinco patacones y ajustadas estas cuentas me debe
ocho patacones.

Yten me debe el negro Pablico de la Caleña tres patacones menos


dos reales.

158
Te s t a m e n t o d e Pa s c u a l D o r a d o

Yten me debe Juan [f. 26r.] Cabrera seis patacones y seis reales, de
estos se sacan seis reales y solo debe los seis patacones.

Yten me debe el señor don Vicente Rodríguez cinco pesos de una


carga de maíz que le di a su mayordomo Mariano que dijo era para
la Hacienda que lo mismo dijo dicho Maríano delante del señor
alcalde Agustín Sánchez al negro, que el maíz lo debía la hacienda.

Siendo así como el señor alcalde lo dice, siempre me es deudor


dicho don Vicente.

Yo el alcalde pedáneo Agustín Sánchez de Alvarado fui llamado


de Nicolás Hernández, albacea de su hermano Pascual Dorado,
para que por vista mía pasase dicho testamento y las demás
determinaciones y asistí desde el día cinco de febrero hasta el
día siete de mil setecientos setenta y seis. Y por haberme hallado
presente y constarme todo lo que se ha dispuesto en mi presen[f.
26v.]cia lo firmó Agustín Sánchez.

Y para que conste lo firmé con testigos en siete días del mes de
febrero de mil setecientos setenta y seis. Pascual Dorado.

Y por no haber escribano público, ni real, firmaron a ruego los


testigos siguientes: Testigo Ignacio Villareal, testigo José de Velasco,
testigo a ruego Feliciano Días, testigo Juan Agustín Muñoz. Yo el
alcalde pedáneo y ordinario por su majestad doy fe de los testigos
que firmaron en mi presencia y para que conste lo firmo.

Agustín Sánchez de Alvarado. Presentado con petición ante el


señor alcalde ordinario don Francisco José de Quintana doy fe.
Murgueitio. Testado: do, dicción, no vale.

Concuerda este testimonio con la memoria testamental de que


hace mención que original por ahora queda en la escribanía de
mi cargo, con la que corregí, enmendé y conserva cierto seguro
y verdadero a que en lo necesario me remito y en virtud de lo
mandado en decreto proveído en el día de ayer y para entregar la
original que siga al Valle de [f. 27r.] Patía para evacuar la diligencia
que en dicho decreto se viene y agregar este a los autos de la
materia doy el presente, signo y firmo en esta ciudad de Popayán

159
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

en veinte y cuatro del mes de julio de mil setecientos setenta y


seis años.

En testimonio de verdad.

Derechos a dos reales foja dos del signo y papel común. Corregido

[Firma] Ramón de Murgueitio. Escribano real y público [Rúbrica]

160
Cautiverio y libertad
Esclavos, Señores y Magistrados
22. Autos seguidos en razón de su libertad
Jacinto Benítez, color pardo, y doña María Rosa
de Caicedo, viuda del capitán Pedro Santiago
Benítez de la Serna
Chocó 1732-1733 [f. 614r.] 1

A ño de 1732. Autos seguidos en razón de su libertad Jacinto


Benítez, color pardo, y doña María Rosa de Caicedo, viuda
del capitán Pedro Santiago Benítez de la Serna, ante el señor
sargento mayor don Salvador Gómez de la Asprilla y Novoa,
gobernador y capitán general de estas provincias del Chocó
por su Majestad.

Y después está siguiendo dicho Jacinto Benítez demanda contra la


susodicha por su servicio personal.

[f. 615r.]

Señor Vicario juez eclesiástico.

Jacinto Benítez de la Serna, pardo libre, parezco ante Vuestra


merced como más haya lugar en derecho y digo que tengo que
hacer de dar información sobre que se me ampare en dicha libertad
en el fuero Real del señor gobernador y capitán general de estas
provincias. Y para ello necesito que Vuestra merced se sirva como
lo suplico de conceder licencia al maestro don Felipe de Valencia,
presbítero para que haga una declaración de lo que supiere sobre
el particular debajo de la protesta que hago de usar de ella, en lo

1 AGN, Negros y esclavos del Cauca, t. 2, ff. 614r.-643r.

163
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

civil y civilmente volviéndomelo original para el efecto mediante


lo cual:

A Vuestra merced pido y suplico así lo provea y mande con justicia


y juro lo necesario. Etcétera

[Firma] Jacinto Benítez de la Serna [Rúbrica]

Por presentada y se le concede licencia al maestro don Felipe de


Valencia para que jure y declare en lo civil y civilmente lo que
supiere sobre el particular de la libertad que esta parte refiere
volviéndosele original como lo pide, en prosecución de su justicia.

[Firma] Doctor José Joaquín Hurtado del Águila [Rúbrica]

Proveyó el decreto de suso, el señor doctor don José Joaquín


Hurtado del Águila, cura vicario, juez eclesiástico y de diezmos de
esta provincia de Nóvita, en cuatro días del mes de febrero de mil
setecientos y treinta y dos años, por ante mí el presente notario.

[Firma] Don Manuel Dávila Notario Eclesiástico [Rúbrica]

[Al Margen: Derechos gratis]

[f. 615v.]

Presentada con petición de Jacinto Benítez de la Serna ante mí


el sargento mayor don Salvador Gómez de la Asprilla y Novoa,
gobernador y capitán general de estas provincias del Chocó en el
Real de Minas del Playón a cinco de febrero de mil setecientos y
treinta y dos años.

[Firma] Asprilla [Rúbrica]

[f. 616r.]

Señor gobernador y capitán general.

164
Autos seguidos en razón de su liber tad Jacinto Benítez

Jacinto Benítez de la Serna, color pardo, parezco ante Vuestra


Señoría como más haya lugar en derecho y digo que el mío
conviene que Vuestra Señoría se sirva como lo suplico de recibirme
información con los testigos que parecieren para que digan si
saben que soy hijo del capitán Pedro Santiago Benítez de la Serna
que ya es difunto y de por ser yo tal su hijo, siendo de tierna edad
y habiéndolo sabido el maestre de campo Agustín de Valencia,
mi amo que ya es difunto, por la atención y servicio de dicho mi
padre se dio mi valor para que gozase de mi libertad. Y porque
sobre ello no procedió ni instrumento judicial ni extrajudicial y
hallarme sin ningún resguardo que favorezca dicha mi libertad y
por esta razón le he estado sirviendo hasta el tiempo presente a la
viuda de dicho mi padre sin poder usar de ningún recurso o curso
al amparo de Vuestra Señoría para que en vista de lo que resultare
de dicha información pueda gozar de dicha mi libertad y por ser
uno de los testigos sabedores del caso el maestro don Felipe de
Valencia, presbítero presente, licencia del juez eclesiástico de este
partido mediante lo cual.

A Vuestra Señoría pido y suplico se sirva de recibirme dicha


información y que los testigos de ella en el tenor de este mi escrito
y todo lo más que les constare sobre el particular en que recibiere
bien y merced con justicia y juro lo necesario etcétera.

[Firma] Jacinto Benítez de la Serna [Rúbrica]

Por presentada con la licencia que refiere y está presente de la


información que ofrece con cuya vista se determinará en justicia.
Así lo proveí, mandé y firmé el sargento mayor don Salvador
Gómez de la Asprilla y Novoa, gobernador y capitán general de
estas provincias del Chocó en el Real de Minas del Playón de la
Provincia de Nóvita a cinco de febrero de mil setecientos y treinta
y dos años, con testigos por falta de escribano.

[Firma] Don Salvador Gómez de la Asprilla y Novoa [Rúbrica]

Testigo [Firma] Diego Martín de Morales [Rúbrica] Testigo [Firma]


Mateo de Galvis Barbosa [Rúbrica]

En dicho mes y año [f. 616v.]

165
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

[Al margen: Testigo el maestro don Felipe de Valencia] La parte de


Jacinto Benítez de la Serna para la información que tiene ofrecida,
presentó por testigo ante mi dicho gobernador al maestro, don
Felipe de Valencia, presbítero, de quien en virtud de la licencia
presentada recibí juramento que lo hizo in verbo sacerdotis
puesta la una mano en el pecho y la otra en la corona, debajo del
cual prometió decir verdad y preguntado el tenor de la petición
antecedente dijo que sabe que el maestro de campo Agustín
Valencia y su padre difunto, sabiendo que la parte que le presenta
era hijo del capitán Pedro Santiago de la Serna, su sobrino, quien
le servía de minero queriéndole librar el dicho Pedro Santiago de
la Serna dicho maestro de campo, padre del declarante, no quiso
recibir cosa ninguna por su valor, del que le hizo gracia al referido
Jacinto para que gozare de libertad, por ser este hijo de una negra
esclava suya nombrada Luisa y que esto lo sabe por haberlo oído
y entendido así de público y notorio y la verdad so cargo de
su juramento que fecho tiene en que siéndole leído se afirmó y
ratificó dijo ser de edad de treinta y seis años poco más o menos
y que no le tocan las generales de la ley y lo firmó conmigo y
testigos por falta de escribano.

[Firma] Don Salvador Gómez de la Asprilla y Novoa [Rúbrica]


[Firma] Felipe Valencia [Rúbrica] [Firma] Mateo de Galvis y Barbosa
[Rúbrica]

Testigo [Firma] Diego Martín de Morales [Rúbrica]

[Al margen: Testigo Pedro de Paz Figueroa] En dicho Real, dicho


día para la información ofrecida la parte presentó por testigo ante
mi dicho gobernador a Pedro de Paz Figueroa, residente en esta
Provincia de quien recibí juramento que lo hizo por Dios nuestro
señor y una señal de cruz debajo del cual prometió decir verdad
y preguntado al tenor de la petición antecedente dijo que sabe
por haberlo oído decir de público y notorio en esta Provincia que
el maestro de Campo Agustín Valencia, difunto, por haber sabido
que la parte que la presenta era hijo del capitán Pedro Santiago de
la Serna, su sobrino y minero, le cedió a la parte que le presenta
para que fuese libre y gozase de libertad, mediante a ser hijo
de una negra su esclava, nombrada Luisa, que en esta virtud el
testigo siempre le ha tenido al [f. 617 r] sobredicho por persona

166
Autos seguidos en razón de su liber tad Jacinto Benítez

libre sin que haya cosa en contrario y que esta es la verdad, so


cargo de su juramento que fecho tiene en que siéndole leído se
afirmó y ratificó dijo ser de edad de más de cuarenta años y que
no le tocan las generales de la ley y lo firmó conmigo y testigos
por falta de escribano.

[Firma] Don Salvador Gómez de la Asprilla y Novoa [Rúbrica]

[Firma] Pedro de Paz Figueroa [Rúbrica] Testigo [Firma] Diego


Martín de Morales [Rúbrica]

[Firma] Mateo de Galvis Barbosa [Rúbrica]

[Al margen: Testigo el capitán Vicente Becerra] En el Pueblo de san


Francisco de Quibdó de la Provincia del Citará a veinte y ocho de
febrero de mil setecientos y treinta y dos años, para la información
ofrecida la parte de Jacinto Benítez, de color pardo, presentó por
testigo ante mi dicho gobernador al capitán Vicente Becerra de
la Serna, dueño de esclavos y minas en esta provincia, de quien
recibí juramento, que lo hizo por Dios nuestro señor y una señal
de cruz, debajo del cual prometió decir verdad y preguntado al
tenor de la petición de la parte, dijo que el testigo le oyó decir en
varias ocasiones al capitán Pedro Santiago Benítez de la Serna, tío
del declarante como la parte que le presenta era libre y su hijo que
lo había habido del maestre de campo don Agustín de Valencia,
su tío, por haberlo habido en una negra llamada Luisa, esclava del
dicho maestre de campo y que por tal persona libre lo ha tenido
el testigo desde el tiempo que se lo dijo dicho su tío, que habrá
cosa de veinte años, más o menos, sin que en esto haya cosa en
contrario, y que es la verdad [f. 617v.] so cargo de su juramento
que fecho tiene en que siéndole leída se afirmó y ratificó, dijo ser
de edad de treinta y seis años, poco más o menos y que no le
tocan las generales de la ley, más que en la conformidad que lleva
dicho y lo firmó conmigo y testigos por falta de escribano.

[Firma] Don Salvador Gómez de la Asprilla y Novoa [Rúbrica]


[Firma] Vicente Becerra de la Serna [Rúbrica]

[Firma] Agustín Martínez Iñigo del Santivañez [Rúbrica] Testigo


[Firma] Diego Martín de Morales [Rúbrica]

167
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

[Al margen: Testigo el ayudante don Manuel de Arriaga] En el


Pueblo de san Francisco de Quibdó de la Provincia del Citará, a
ocho de marzo de mil setecientos y treinta y dos años, para la
información ofrecida, la parte presentó por testigo al Ayudante
don Manuel de Arriaga Ibarra, dueño de minas y esclavos en esta
Provincia, de quien recibí juramento que lo hizo por Dios nuestro
señor y una señal de cruz, debajo del cual prometió decir verdad,
y preguntado al tenor de la petición presentada de la parte, dijo
que conoce desde su tierna edad a la [f. 618r.] parte que le presenta
en los Reales de Minas del Carmen de la Provincia de Nóvita, que
es hijo de una negra llamada Luisa, esclava del maestre de campo
don Agustín de Valencia, su tío que ya es difunto, y que en todo
aquel contorno era público y notorio que la parte que le presenta
era hijo del capitán Pedro Santiago Benítez de la Serna, su tío que
ya es difunto, y que por tal libre lo ha tenido y reputado el testigo,
y que en esta atención lo saco el dicho capitán Pedro Santiago
del dicho Real de Minas y se lo llevó de muy tierna edad a la
ciudad de Anserma, para que lo criase su mujer, con todo cuidado
como a tal su hijo y persona libre. Y que así mismo se acuerda el
testigo que estando en dicho Real de Minas viviendo un hombre
que llamaban el Pastuso, le preguntó el testigo cuanto le había
costado aquel mulatico del dicho maestre de campo don Agustín
de Valencia a que le respondió que nada porque habiendo sabido
que era hijo del capitán Pedro Santiago, su sobrino, no le había
querido llevar interés ninguno sino que lo hizo de caridad darle
la libertad, y que esta es la verdad so cargo de su juramento que
fecho tiene en que siéndole leída se afirmó y ratificó, dijo ser de
edad de cuarenta y cinco años y que aunque es como lleva dicho,
sobrino del dicho capitán Pedro Santiago Benítez de la Serna,
no por eso a faltado a la verdad y porque así conste [f. 618v.] lo
firmó conmigo dicho gobernador y testigos por falta de escribano.
Testado: y que no le tocan las generales.

[Firma] Don Salvador Gómez de la Asprilla y Novoa [Rúbrica]


[Firma] Manuel de Arriaga Ibarra [Rúbrica]

[Firma] Agustín Martínez Iñigo del Santivañez [Rúbrica] [Firma]


Diego Martín de Morales [Rúbrica]

168
Autos seguidos en razón de su liber tad Jacinto Benítez

[Al margen: Testigo Simón Holguín Pantoja] En dicho Pueblo,


dicho día, mes y año, para la dicha información, la parte presentó
por testigo ante mi dicho gobernador a Simón Holguín Pantoja, de
quien recibí juramento que lo hizo por Dios nuestro señor y una
señal de cruz debajo del cual prometió decir verdad y preguntado
al tenor de la petición presentada dijo que ha muchos años que
conoce el Real de Minas del Carmen de la Provincia de Nóvita y
que ha tenido en este tiempo comunicación con la cuadrilla de
esclavos de dicho sitio y que por este motivo conoce de vista, trato
y comunicación a Luisa, negra que es madre del que le presenta
y que en distintas ocasiones a oído decir comúnmente que es hijo
el que le presenta del capitán Pedro Santiago Benítez de la Serna
(que ya es difunto) y que el maestre de campo don Agustín de
Valencia su amo, no le había llevado por el caso alguna sino que
por ser hijo del dicho Pedro Santiago su sobrino había usado con
el de aquella galantería y que esto es público y notorio pública
voz y fama y la verdad so cargo de su juramento que fecho tiene
en que siéndole leído se afirmó y ratificó dijo ser de edad de
cuarenta y dos años que no le tocan las generales de la ley y lo
firmó conmigo y testigos por falta de escribano.

[Firma] Don Salvador Gómez de la Asprilla y Novoa [Rúbrica]


[Firma] Simón Holguín Pantoja [Rúbrica] Testigo [Firma] Diego
Martín de Morales [Rúbrica]

En atención [f. 619r.] a decir la parte de Jacinto Benítez no tener


por ahora más testigos que presentar se le dará traslado a la parte
de la viuda del capitán Pedro Santiago Benítez de la Serna quien
responda dentro de tercero día y dejando recibo de estos autos
se le entregarán para que se concluya breve y sumariamente por
estar en término de visita de gobierno. Así lo proveí, mandé y
firmé el sargento mayor don Salvador Gómez de la Asprilla y
Novoa y capitán general de estas provincias del Chocó a ocho de
marzo de mil setecientos y treinta y dos años, con testigos por
falta de escribano.

[Firma] Asprilla [Rúbrica] Testigo [Firma] Francisco Cervantes


[Rúbrica]

Testigo [Firma] Diego Martín de Morales [Rúbrica]

169
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

[Al margen: Notificación] En dicho día, mes y año, yo dicho


gobernador leí e hice saber el decreto antecedente a Jacinto Benítez
y porque conste lo firmo, con testigos por falta de escribano

[Firma] Asprilla [Rúbrica] Testigo [Firma] Francisco Cervantes


[Rúbrica]

Testigo [Firma] Diego Martín de Morales [Rúbrica]

[Al margen: Notificación y entrega de autos] En dicho día, mes y


año, yo Diego de Morales, en virtud de orden de su señoría el
señor gobernador y capitán general de estas Provincias di traslado
de estos autos a doña María Rosa de Caicedo y se los entregué
en cinco fojas escritas, con esta y porque conste lo pongo por
diligencia y firmo con testigos.

[Firma] Diego Martín de Morales [Rúbrica] [Firma] Francisco Solano


Benítez de la Serna [Rúbrica] Testigo [Firma] Francisco Cervantes
[Rúbrica]

[f. 620r.]

Señor gobernador y capitán general.

Doña María Rosa de Caicedo, ante Vuestra Señoría parezco


respondiendo al traslado que por orden de Vuestra Señoría se
me ha dado del escrito presentado por Jacinto de la Serna en que
demanda su libertad por decir ser hijo del capitán Pedro Santiago
de la Serna, mi marido difunto, digo que respecto a la justificación
que dice tiene dada de ser hijo del dicho difunto, mi marido,
no se me ofrece que contradecir cosa alguna que desde luego
me desisto y aparto del derecho que he tenido de poseedora de
buena fe, por haber criado y educado al dicho Jacinto de la Serna
como propio hijo mío por todo lo cual.

A Vuestra Señoría pido y suplico se sirva de mandar hacer lo que


hallare de Justicia que pido, etcétera.

A ruego de María Rosa de Caicedo [Firma] Roque Rodríguez Luján


[Rúbrica]

170
Autos seguidos en razón de su liber tad Jacinto Benítez

Por presentada y tráiganse los autos a la vista para su determinación.


Así lo proveí, mandé y firmé el sargento mayor don Salvador
Gómez de la Asprilla y Novoa, gobernador y capitán general
de estas Provincias del Chocó en el Pueblo de san Francisco de
Quibdó a catorce de marzo de mil setecientos y treinta y dos años,
con testigos por falta de escribano.

[Firma] Don Salvador Gómez de la Asprilla y Novoa [Rúbrica]


[Firma] Agustín Martínez Iñigo del Santivañez [Rúbrica] [Firma]
Diego Martín de Morales [Rúbrica]

[f. 620v.]

[Al margen: Notificación] En dicho Pueblo, dicho día, mes y año,


yo dicho gobernador leí e hice saber el decreto antecedente a
Roque Rodríguez Luján como marido y conjunta persona de doña
María Rosa de Caicedo y porque conste lo firmó conmigo.

[Firma] Asprilla [Rúbrica] [Firma] Roque Rodríguez Luján [Rúbrica]

[Al margen: Otra] En dicho Pueblo, dicho día, mes y año, yo


dicho gobernador leí e hice saber el decreto antecedente a Jacinto
Benítez y porque conste lo firmé con testigos.

[Firma] Asprilla [Rúbrica] [Firma] Agustín Martínez Iñigo del


Santivañez [Rúbrica] [Firma] Diego Martín de Morales [Rúbrica]

[Al margen: Auto definitivo] En el pueblo de san Francisco de


Quibdó de la Provincia del Citará a diez y siete días del mes de
marzo de mil setecientos y treinta y dos años. El sargento mayor
don Salvador Gómez de la Asprilla y Novoa, gobernador y capitán
general de estas provincias del Chocó por su Majestad, habiendo
visto estos autos seguidos entre partes de la una Jacinto Benítez
de la Serna, mulato, y doña María Rosa de Caicedo como viuda
del capitán Pedro Santiago Benítez de la Serna, en que según
parece de cinco testigos contestes, de [f. 621r.] mayor excepción
instrumentales han declarado que el dicho Jacinto Benítez es hijo
del capitán Pedro Santiago Benítez de la Serna y de Luisa, negra
esclava del maestre de campo don Agustín de Valencia Benítez
quien en conformidad de que el dicho capitán Pedro Santiago

171
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

Benítez de la Serna (que ya es difunto) era su sobrino y su minero


que le sirvió en el Real de Minas del Carmen de la Provincia
de Nóvita siendo de tierna edad el dicho Jacinto Benítez, quiso
el dicho capitán Pedro Santiago libertar al susodicho pagando
su importe al dicho maestre de campo, quien por las razones
referidas no le quiso admitir cosa alguna sino que fue su voluntad
hacerle gracia y donación de su importe para que fuese libre el
dicho Jacinto Benítez y atendiendo a la dicha información plena
y a lo que habiéndosele dado vista y traslado de ella, a la dicha
viuda, dijo por petición que presentó en este gobierno, y consta
de los dichos autos no tener que contradecir en ella. Declaraba
y declaré por libre al dicho Jacinto Benítez, mulato, y no sujeto a
servidumbre desde el tiempo que dicho maestre de campo don
Agustín de Valencia, le hizo la dicha donación y gracia, y por
considerarse juntamente que la pudo hacer en la décima parte
de sus bienes sin haber perjudicado como no perjudicó a sus
herederos, sin embargo de no haber otorgado instrumento de la
dicha libertad y arreglándome a lo que consta y parece de la dicha
justificación en estos autos y para resguardo y seguro del dicho
Jacinto Benítez, mulato, [f. 621v.] se le dé testimonio de este auto
haciéndose saber a las dichas partes. Así lo proveí, mandé y firmé,
definitivamente actuando con testigos por falta de escribano.

[Firma] Don Salvador Gómez de la Asprilla y Novoa [Rúbrica]


[Firma] Agustín Martínez Iñigo del Santivañez [Rúbrica]

Testigo [Firma] Simón Holguín Pantoja [Rúbrica] Testigo [Firma]


Diego Martín de Morales [Rúbrica]

[Al margen: Notificación] En dicho día, mes y año, yo dicho


gobernador leí e hice saber el auto antecedente a don Roque
Rodríguez Luján, como marido y conjunta persona de doña María
Rosa de Caicedo y porque conste lo firmó conmigo

[Firma] Asprilla [Rúbrica] [Firma] Roque Rodríguez Luján [Rúbrica]

[Al margen: Otra] En dicho día, mes y año, yo dicho gobernador leí
e hice saber el auto antecedente a Jacinto Benítez y porque conste
lo firmé con testigos.

172
Autos seguidos en razón de su liber tad Jacinto Benítez

[Firma] Asprilla [Rúbrica] [Firma] Agustín Martínez Iñigo de


Santivañez [Rúbrica] [Firma] Diego Martín de Morales [Rúbrica]

Sacose testimonio de este auto como en él se manda y así lo


certifico.

[f. 622r.]

Señor gobernador y capitán general.

Jacinto Benítez de la Serna, pardo libre. Parezco ante Vuestra


Señoría como mejor proceda en derecho. Y digo que mediante la
justificación plena que di en razón de mi libertad, se sirvió Vuestra
Señoría ampararme en ella, con vista de lo que respondió doña
María Rosa de Caicedo, viuda que fue del capitán Pedro Santiago
Benítez de la Serna mi padre, en que dedujo no tener sobre
que oponerse ni contradecir dicha mi libertad y respecto de que
la susodicha me debió siempre tratar como persona libre y no
haberme sujetado a que le sirviese como su esclavo en cuanto se
ha ofrecido hasta el tiempo presente que estuve ya advertido de
mi derecho. Y que este no pudo haber ignorado la sobredicha,
fue poseedora de mala fe y aunque lo fuera de buena. Y así
en méritos de justicia debe pagarme mi servicio personal desde
que falleció dicho mi padre hasta que salí a buscar mi recurso
ante Vuestra Señoría cuyo tiempo ha sido el de diez años poco
más o menos, por lo cual, le pongo demanda en forma a razón
de cien pesos de oro en cada un año que es lo menos que me
debe satisfacer por haberme echado el más del tiempo a jornal.
Y porque yo no estuve de mi voluntad sirviéndole, sino que
discurrí que era esclavo y la dicha doña Rosa de Caicedo, luego
que falleció dicho mi padre, me debió haber puesto en libertad o
ajustándose a pagarme mi servicio personal porque el que yo le
sirviera a dicho mi padre lo debí hacer por haber conseguido por
él, respecto de haber sido mi padre, la dicha libertad, pero esto
no se pudo extender a la dicha doña Rosa de Caicedo después
del fallecimiento de dicho mi padre [f. 622v.] y en esta virtud
se ha de servir Vuestra Señoría como lo suplico de mandar se
pague mi servicio personal del referido tiempo por las razones
expresadas mediante lo cual:

173
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

A Vuestra Señoría pido y suplico que con vista de lo que llevo


representado se sirva de mandar hacer como pido con justicia,
costas y juro lo necesario etcétera.

[Firma] Jacinto Benítez de la Serna [Rúbrica]

Désele traslado de esta demanda a la parte de Doña María Rosa


de Caicedo. Así lo proveí, mandé y firmé el sargento mayor don
Salvador Gómez de la Asprilla y Novoa, gobernador y capitán
general de estas provincias del Chocó por su Majestad en el
Pueblo de san Francisco de Quibdó a veinte y seis de marzo de mil
setecientos y treinta y dos años, con testigos por falta de escribano.

[Firma] Don Salvador Gómez de la Asprilla y Novoa [Rúbrica]


Testigo [Firma] Simón Holguín Pantoja [Rúbrica] Testigo [Firma]
Diego Martín de Morales [Rúbrica] [Firma] Agustín Martínez Iñigo
del Santivañez [Rúbrica]

[Al margen: Notificación] En dicho día, mes y año, yo dicho


gobernador leí e hice saber el decreto antecedente a Jacinto Benítez
y porque conste lo firmé con testigos por falta de escribano.

[Firma] Asprilla [Rúbrica] [Firma] Agustín Martínez Iñigo de


Santivañez [Rúbrica] [Firma] Diego Martín de Morales [Rúbrica]

[Al margen: Notificación] En el Pueblo de san Francisco de Quibdó


a veinte y siete de dicho mes [f. 623r.] y año, yo dicho gobernador
di traslado de esta petición y decreto a don Roque Rodríguez
Luján, marido y conjunta persona de doña María Rosa de Caicedo
y porque conste lo firmó conmigo.

[Firma] Asprilla [Rúbrica] [Firma] Roque Rodríguez Luján [Rúbrica]

[f. 624r.]

Señor gobernador y capitán general.

Jacinto Benítez de la Serna, de color pardo, en la demanda que


tengo puesta contra doña Rosa de Caicedo, sobre mi servicio
personal de diez años. Digo que Vuestra Señoría fuere servido de

174
Autos seguidos en razón de su liber tad Jacinto Benítez

mandar dar traslado a la parte de la susodicha a quien se le notificó


y entregó el decreto de mi demanda, habrá nueve días y por ser
pasado el término y no haber respondido ni dicho cosa alguna le
acuso la rebeldía, para que Vuestra Señoría se sirva de haberla por
acusada y mandar se traiga el dicho escrito para determinar en
justicia, sobre la dicha mi demanda, mediante lo cual.

A Vuestra Señoría pido y suplico se sirva de proveer y mandar,


como llevo pedido, que es de justicia y juro lo necesario etcétera.

[Firma] Jacinto Benítez de la Serna [Rúbrica]

Por acusada la rebeldía, notifíquesele a la parte de doña Rosa de


Caicedo responda luego o entregue el escrito de demanda de que
se le dio traslado hoy en todo el día. Así lo proveí, mandé y firmé
el sargento mayor don Salvador Gómez de la Asprilla y Novoa,
gobernador y capitán general de esta provincia del Chocó por su
Majestad en el Pueblo de san Francisco de Quibdó, provincia del
Citará a cuatro de abril de mil setecientos y treinta y dos años,
actuando con testigos por falta de escribano.

[Firma] Don Salvador Gómez de la Asprilla y Novoa [Rúbrica]


[Firma] Agustín Martínez Iñigo del Santivañez [Rúbrica]

Testigo [Firma] Diego Martín de Morales [Rúbrica]

[f. 624r.]

[Al margen: Notificación] En dicho Pueblo a cinco de dicho mes y


año, yo dicho gobernador leí e hice saber el decreto de la vuelta a
don Roque Rodríguez Luján, quien lo firmó conmigo.

[Firma] Asprilla [Rúbrica] [Firma] Roque Rodríguez Luján [Rúbrica]

[f. 625r.]

Señor gobernador y capitán general.

Jacinto Benítez de la Serna, color pardo, en la demanda que tengo


puesta contra doña María Rosa de Caicedo, por mi servicio personal

175
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

de diez años. Digo que ha muchos días que de dicha mi demanda,


se mandó dar traslado a la parte de la susodicha y aunque se le
notificó y entregó mi petición y tengo acusada la rebeldía, no ha
respondido, ni dicho cosa alguna, por lo cual, le acuso la segunda,
para que Vuestra Señoría se sirva como lo suplico de mandar traer
dicha petición por acusada la rebeldía y que se traigan los autos a
la vista para su determinación, mediante lo cual.

A Vuestra Señoría pido y suplico así lo prevea y mande con justicia


y juro lo necesario, etcétera.

[Firma] Jacinto Benítez de la Serna [Rúbrica]

Por acusada la rebeldía, notifíquele a la parte de doña María Rosa de


Caicedo responda luego como está mandado con apercibimiento
que le parará perjuicio en lo que hubiere lugar, así lo proveí,
mandé y firmé el sargento mayor don Salvador Gómez de la
Asprilla y Novoa, gobernador y capitán general de estas provincias
del Chocó en el Pueblo de san Francisco de Quibdó a diez y siete
de abril de mil setecientos y treinta y dos años, actuando con
testigos por falta de escribano.

[Firma] Don Salvador Gómez de la Asprilla y Novoa [Rúbrica]


Testigo [Firma] Diego Martín de Morales [Rúbrica] Testigo [Firma]
Simón Holguín [Rúbrica]

[f. 625v.]

[Al margen: Notificación] En dicho Pueblo a diez y ocho de


dicho mes y año, yo dicho gobernador leí e hice saber el decreto
antecedente a don Roque Luján como marido y conjunta persona
de doña María Rosa de Caicedo y porque conste lo firmó conmigo.

[Firma] Asprilla [Rúbrica] [Firma] Roque Rodríguez Luján [Rúbrica]

[f. 626r.]

Señor gobernador y capitán general.

176
Autos seguidos en razón de su liber tad Jacinto Benítez

Don Roque Rodríguez Luján, marido y conjunta persona de doña


María Rosa de Caicedo, mi esposa, al traslado y decreto que se
sirvió hacer saber Vuestra Señoría sobre lo pedido por Jacinto
de la Serna, parezco ante Vuestra Señoría en la mejor forma que
hubiere lugar en derecho y digo que dicha mi esposa poseyó hasta
el tiempo presente al dicho Jacinto con buena fe y justo título
que tengo a la justificación de Vuestra Señoría, pues habiéndolo
comprado el capitán Pedro Santiago Benítez de la Serna al maestre
de campo don Agustín Valencia en cantidad de cien pesos de oro,
siendo el dicho Jacinto Benítez de tierna edad lo poseyó como
esclavo y al tiempo de su fallecimiento, habiendo dado poder
para hacer su testamento a la dicha mi esposa, esta le preguntó en
presencia de varios testigos de que prometo plena justificación, si
el sobredicho Jacinto lo declaraba como los demás esclavos que
poseía, a que respondió ser el dicho esclavo y como tal lo dejaba a
la dicha mi esposa para que usase de él para la satisfacción de las
deudas, a cuya satisfacción quedó obligada dicha mi esposa doña
María Rosa de Caicedo, quien con este derecho pacífico y libre,
hasta lo presente, lo ha ocupado en esta provincia en el servicio
y ocupación de conducir raciones y otros ministerios caseros y
en cuyo tiempo ha gozado dicho Jacinto de tiempo y lugar de
algunas especiales ocupaciones suyas de interés y no de sacar
jornales para el provecho de dicha mi esposa de que daré prueba
bastante por haberlo siempre tratado más como a libre que no
como [f. 626v.] a esclavo, en cuya atención y buena fe, conque
lo ha poseído digo que no debe el dicho Jacinto demandar el
servicio que expresa a la dicha mi esposa, quien no contradijo la
pretensión de su libertad en que la justificación de Vuestra Señoría
se sirvió de ampararle mediante la justificación que dio, no por
carecer de derecho, sino por atender a la expresión de nombrarse
hijo del dicho capitán Pedro Santiago a que tuvo por bien ceder
gustosa y libremente teniendo divida atención por haber sido su
esposo, lo cual debía haber reparado por haberlo comprado en
públicos pregones, por todo lo cual.

A Vuestra Señoría pido y suplico que en consideración del justo


título y buena fe conque dicha doña María Rosa, mi esposa ha
poseído al dicho Jacinto y teniéndolo en las ocupaciones referidas
en que fuera del buen tratamiento y amor con que le trató la
ha contribuido abundantemente con el vestido, comida y haberlo

177
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

criado desde tierna edad, declare la justificación de Vuestra Señoría


no deberle dicha mi esposa cosa alguna del servicio que alega en
que pido justicia y en lo necesario, juro costas, protesto, etcétera.

[Firma] Roque Rodríguez Luján [Rúbrica]

Dese traslado de este escrito a Jacinto Benítez. Así lo proveí,


mandé y firmé el sargento mayor don Salvador Gómez de la
Asprilla y Novoa, gobernador y capitán general de estas provincias
del Chocó por su Majestad en esta Pueblo de san Francisco de
Quibdó a diez y ocho de abril de mil setecientos y treinta y dos
años, actuando con testigos por falta de escribano.

[Firma] Don Salvador Gómez de la Asprilla y Novoa [Rúbrica]


Testigo [Firma] Diego Martín de Morales [Rúbrica]

[Firma] Agustín Martínez Iñigo del Santivañez [Rúbrica]

En dicho Pueblo [f. 627r.] [Al margen: Notificación] dicho día, mes
y año dichos, yo dicho gobernador leí e hice saber el decreto
antecedente a don Roque Luján quien lo firmó conmigo.

[Firma] Asprilla [Rúbrica] [Firma] Roque Rodríguez Luján [Rúbrica]

[Al margen: Notificación]En dicho Pueblo dicho día, yo dicho


gobernador di traslado de este escrito a Jacinto Benítez y porque
conste lo firmé con testigos por falta de escribano.

[Firma] Don Salvador Gómez de la Asprilla y Novoa [Rúbrica]


Testigo [Firma] Diego Martín de Morales [Rúbrica]

[Firma] Agustín Martínez Iñigo del Santivañez [Rúbrica]

[f. 628r.]

Señor gobernador y capitán general.

Jacinto Benítez de la Serna, pardo libre, en la demanda que tengo puesta


contra doña María Rosa de Caicedo, viuda que fue del capitán Pedro
Santiago Benítez de la Serna mi padre, sobre que me pague diez años

178
Autos seguidos en razón de su liber tad Jacinto Benítez

de servicio personal que contra mi voluntad le estuve sirviendo en esta


provincia desde que falleció dicho mi padre hasta el tiempo presente,
digo que Vuestra Señoría fue servido de mandar darme traslado de
una petición presentada por parte de la susodicha en que por el
todo contradije, no deberme pagar cosa alguna por dicha razón, por
decir lo primero, que fue poseedora de mi en buena fe, habiéndome
comprado dicho mi padre, del maestre de campo don Agustín de
Valencia mi amo, difunto en cien pesos de oro y respondiendo a este
primer punto, hallará Vuestra Señoría ser esto que se opone a lo que
consta del dicho de cinco testigos contestes y de mayor excepción
que tengo presentados para el efecto de conseguir mi libertad en que
han declarado ante Vuestra Señoría el que dicho maestre de campo,
sabiendo que yo era hijo del dicho capitán Pedro Santiago su sobrino
y que le estaba actual sirviendo de minero y queriéndome comprar
para el efecto de libertarme, no quiso recibirle cosa alguna sino que
le hizo gracia y donación de mi valor, siendo de tierna edad para
que fuese libre y así me sacó a la sabana para que me criasen en su
casa como su hijo y mal se compadece esto con lo que se alega de
contrario de que me compro en cien pesos, porque si fuera así, no
ayuda que tuviera escritura u otro instrumento y suponiendo que me
hubiera comprado como es dable, que siendo yo su hijo y él con
bastantes bienes me había de querer dejar esclavo y más siendo contra
conciencia y bastaba que le hubiera servido hasta que murió y el decir
la parte contraria que le pregun[f. 628v.]tó al dicho padre, cuando le
otorgó poder para testar, antes de su fallecimiento, si yo era esclavo
y que le respondió que sí, es materia que repugna por lo mismo que
es público y notorio de este yo hijo de dicho difunto y que como tal
me crio en su casa porque lo cierto es también que no ha de justificar,
ni comprobar que di este por mi ni un tomín, y esta contradicción
la pudo haber hecho cuando se le dio traslado de mi prueba y no
solamente no lo hizo, pero vino condescendiendo de plano en mi
libertad, por lo cual queda convicta en que fue poseedora de mala
fe, porque es materia posible que ignorase que era libre e hijo de su
marido, cuando hay muy pocas personas que no lo sepan, así en estas
Provincias como en la ciudad de Anserma, y así en conformidad debe
pagarme mi servicio personal desde que falleció dicho mi padre hasta
el tiempo presente por no haber razón que persuada para lo contrario
y tener tanto privilegio el servicio personal como está dispuesto por
derecho sobre que se ha de servir Vuestra Señoría como lo suplico
demandar se me pague, despreciando la pretensión contraria, pues

179
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

tiene lugar en justicia para que como pobre miserable sea amparado,
mediante lo cual.

A Vuestra Señoría pido y suplico se sirva de mandar hacer como llevo


pedido por ser de justicia, que pido costas y juro lo necesario etcétera.

[Firma] Jacinto Benítez de la Serna [Rúbrica]

Désele traslado de este escrito a la parte de doña María Rosa


de Caicedo quien responda dentro del término prevenido por
derecho. Así lo proveí, mandé y firmé [f. 629r.] el sargento mayor
don Salvador Gómez de la Asprilla y Novoa, gobernador y capitán
general de estas provincias del Chocó por su Majestad en el
Pueblo de san Francisco de Quibdó a veinte y dos de abril de mil
setecientos y treinta y dos años, con testigos por falta de escribano.

[Firma] Don Salvador Gómez de la Asprilla y Novoa [Rúbrica]


[Firma] Pedro Blas Blanco de Potes [Rúbrica]

Testigo [Firma] Diego Martín de Morales [Rúbrica]

[Al margen: Notificación] En dicho día, mes y año, yo dicho


gobernador leí e hice saber el decreto antecedente a Jacinto Benítez
y porque conste lo firmé con testigos por falta de escribano

[Firma] Asprilla [Rúbrica] [Firma] Pedro Blas Blanco de Potes


[Rúbrica]

Testigo [Firma] Diego Martín de Morales [Rúbrica]

[Al margen: Otra] Y luego incontinenti yo dicho gobernador leí e


hice saber el decreto antecedente a don Roque Luján como marido
y conjunta persona de doña María Rosa de Caicedo y porque
conste lo firmó conmigo.

[Firma]Asprilla [Rúbrica] [Firma] Roque Rodríguez Luján [Rúbrica]

[f. 630r.]

Señor gobernador y capitán general.

180
Autos seguidos en razón de su liber tad Jacinto Benítez

Don Roque Rodríguez marido y conjunta persona de doña María


Rosa de Caicedo ante Vuestra Señoría parezco en la mejor vía que
haya lugar en derecho en la causa de demanda que me ha puesto
Jacinto, que doy y digo que se me dio traslado de una petición del
susodicho cuyo tenor por ser puesto y en lo necesario satisfaciendo
digo que se halla por ella vinculada su esperanza para tan injusta
demanda en que condescendí con su libertad de llano en pleno
y debiera tener presente que el motivo que tuve para ello fue lo
primero escrupulizar mediante la información que dio sobre si era
esclavo o no, no obstante el justo derecho con que la dicha mi mujer
mantuvo como esclavo suyo y como que lo fue del capitán Pedro
Santiago Benítez de la Serna, como constará por los autos que se
siguieron por su fin y muerte y lo segundo hallarme con tan corto
valimiento y que la información que podía dar era en la ciudad de
Anserma así con los autos como con testigos de exclusión que se
hallaron al tiempo y cuando falleció dicho Pedro Santiago y declaro
verbalmente por su esclavo al dicho Jacinto sobre cuyo punto pido
no pare perjuicio por si no pudiese en esta provincia probar mi
derecho en testamento probanza pues en tal caso debe tener lugar
suspensión en la causa porque no perezca mi justicia y en lo que
mira al punto en que dice que ha sido público y notorio que fue
hijo del capitán Pedro Santiago parece materia irregular pues si así
fuera no hubiera aguardado hasta este tiempo para demandar su
libertad y en cuanto a lo que di si el dicho Pedro Santiago no dio
dinero ninguno por él, protesto [f. 630v.] justificarlo y si el susodicho
tenía cierta evidencia de su libertad, la pudo demandar al tiempo
y cuanto apreciaron por bienes del dicho capitán Pedro Santiago,
pues se hallaba mayor de diez y ocho años, estado en que no puede
alegar minoridad ni ignorancia, por la cual.

A Vuestra Señoría pido y suplico sirva de mandar según que pido


justicia, costos, protesto y juro lo necesario.

[Firma] Roque Rodríguez Luján [Rúbrica]

Autos y vistos se recibe esta causa a prueba con término de nueve


días comunes a las partes dentro del cual se ratifiquen los testigos
que han declarado en esta causa, así lo proveí, mandé y firmé
el sargento mayor don Salvador Gómez de la Asprilla y Novoa,
gobernador y capitán general de estas provincias del Chocó por

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Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

su Majestad en el Pueblo de san Francisco de Quibdó, Provincia


del Citará a dos de mayo de mil setecientos y treinta y dos
años, actuando con testigos por falta de escribano. Enmendado:
gobernador y capitán general.

[Firma] Don Salvador Gómez de la Asprilla y Novoa [Rúbrica]


[Firma] Agustín Martínez Iñigo de Santivañez [Rúbrica] [Firma]
Diego Martín de Morales [Rúbrica]

[Al margen: Notificación] En dicho pueblo, dicho día, mes y año,


yo dicho gobernador [f. 631r.] leí e hice saber el auto decreto de
prueba antecedente a Jacinto Benítez y porque conste lo firmé con
testigos por falta de escribano.

[Firma] Asprilla [Rúbrica] [Firma] Agustín Martínez Iñigo de


Santivañez [Rúbrica] [Firma] Diego Martín de Morales [Rúbrica]

[Al margen: Notificación] En dicho pueblo, dicho día, mes y año,


yo dicho gobernador leí e hice saber el auto decreto antecedente
a don Roque Rodríguez Luján quien lo firmó conmigo.

[Firma] Asprilla [Rúbrica] [Firma] Roque Rodríguez Luján [Rúbrica]

[f. 632r.]

Señor gobernador y capitán general.

Jacinto Benítez de la Serna, pardo libre, en la demanda que sigo


contra doña Rosa de Caicedo, viuda que fue del capitán Pedro
Santiago Benítez de la Serna, sobre que me pague mi servicio
personal de diez años. Digo que Vuestra Señoría fue servido de
recibir la dicha causa a prueba con término de nueve días comunes
a las partes y que dentro de él se ratifiquen los testigos que han
declarado en dicha causa y en atención a que dos de dichos
testigos se hallan en la Provincia de Nóvita se ha de servir Vuestra
Señoría, como lo suplico dar la providencia necesaria para que
se ratifiquen concediéndome más término como es el de quince
días más y citar a la parte contraria por si me conviniere dar más
prueba en seguimiento de mi demanda, así en esta Provincia como
en la referida de Nóvita, mediante lo cual.

182
Autos seguidos en razón de su liber tad Jacinto Benítez

A Vuestra Señoría pido y suplico se sirva de mandar hacer, como


en esta se contiene con justicia, costas, protesto y juro lo necesario.

[Firma] Jacinto Benítez de la Serna [Rúbrica]

Visto lo representado por esta parte se le concede el término que


pide y cítese a la otra parte como lo pido y mi lugarteniente de esta
provincia pase luego a ratificar los tres testigos que han declarado
en esta causa y fecho queden citadas las partes para que ocurran
a la provincia de Nóvita para donde estoy hoy próximo, y en ella
se fenecerá y determinará en justicia. Así lo proveí, mandé y firmé
el sargento mayor don Salvador Gómez de la Asprilla y Novoa,
gobernador y capitán general de estas provincias del Chocó por su
Majestad en el Pueblo de san Francisco de Quibdó Provincia del
Citará a ocho de mayo [f. 632v.] de mil setecientos y treinta y dos
años, actuando con testigos por falta de escribano.

[Firma] Don Salvador Gómez de la Asprilla y Novoa [Rúbrica]


[Firma] Agustín Martínez Iñigo de Santivañez [Rúbrica] Testigo
[Firma] Diego Martín de Morales [Rúbrica]

[Al margen: Citación] En dicho pueblo, dicho día, mes y año


dichos, yo dicho gobernador cité en forma a Jacinto Benítez y
porque conste lo firmé con testigos por falta de escribano

[Firma] Asprilla [Rúbrica] [Firma] Agustín Martínez Iñigo de


Santivañez [Rúbrica] [Firma] Diego Martín de Morales [Rúbrica]

[Al margen: Citación]En dicho pueblo, dicho día, mes y año dichos,
yo dicho gobernador cité en forma a don Francisco Javier Luján
quien lo firmó conmigo.

[Firma] Asprilla [Rúbrica] [Firma] Roque Rodríguez Luján [Rúbrica]

[Al margen: Ratificación de Simón Holguín] En el Pueblo de san


Francisco de Quibdó, provincia del Citará, dicho día, mes y año. Yo
el capitán don Alonso de Moya y Ordaz, teniente general y Justicia
mayor de esta dicha Provincia, en virtud de lo a mi cometido por el
decreto antecedente hice parecer ante mí a Simón Holguín Pantoja,
de quien recibí juramento que lo hizo por Dios nuestro señor y una

183
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

señal de cruz, bajo el cual prometió decir verdad y habiéndose leído


su declaración que tiene hecha en esta causa a fojas cuatro vuelta,
dijo que esta como la hizo que [f. 633r.] no tiene que añadir y quitar
y que la firma es suya que por tal la reconoce, ratificándose en la
dicha declaración y que es de la edad y generales que tiene dicho y
lo firmó conmigo y testigos por falta de escribano.

[Firma] Don Alonso de Moya y Ordáz [Rúbrica] [Firma] Simón


Holguín Pantoja [Rúbrica]

[Firma] Agustín Martínez de Santivañez [Rúbrica]

[Al margen: Ratificación del alférez Vicente Becerra] En dicho


día, mes y año dichos, yo dicho teniente general pasé a la cárcel
pública donde está preso el alférez Vicente Becerra y como testigo
que ha declarado en esta causa, le recibí juramento que lo hizo
por Dios nuestro señor y una señal de cruz, bajo el cual, prometió
decir verdad y habiéndole mostrado su declaración que está a
fojas tres y vuelta, dijo que se ratifica en la declaración que tiene
fecha, que no tiene que añadir ni quitar y que es la firma suya y
que es de la edad y generales que tiene dicho y lo firmó conmigo
y testigos por falta de escribano.

[Firma] Don Alonso de Moya y Ordáz [Rúbrica] [Firma] Vicente


Becerra de la Serna [Rúbrica]

[Firma] Lorenzo de Acuña y Sosa [Rúbrica]

En dicho pueblo, dicho día, mes y año, yo dicho teniente general


[f. 633v.] [Al margen: Ratificación del ayudante don Manuel de
Arriaga] hice parecer ante mí al ayudante Manuel de Arriaga,
testigo que ha declarado en esta causa y habiéndole mostrado su
declaración, que está a fojas cuatro y vuelta, le recibí juramento
que lo hizo por Dios nuestro señor y una señal de cruz y en su
conformidad dijo que la dicha declaración está como la hizo,
que no tiene que añadir ni quitar, que la firma es suya que por
tal la reconoce y se afirma y ratifica en dicha declaración y que
es de la edad y generales que tiene dicho. Y lo firmó conmigo y
testigos por falta de escribano.

184
Autos seguidos en razón de su liber tad Jacinto Benítez

[Firma] Don Alonso de Moya y Ordáz [Rúbrica] [Firma] Manuel de


Arriaga Ibarra [Rúbrica]

Testigo [Firma] Diego Martín de Morales [Rúbrica] [Firma] Agustín


Martínez Iñigo de Santivañez [Rúbrica]

[Al margen: Ratificación del Licenciado Felipe Valencia] En el Real de


Minas del Playón de la Provincia de Nóvita a diez y seis de mayo de
mil setecientos y treinta y dos años, yo dicho gobernador y capitán
general, en conformidad de lo mandado para las ratificaciones de
los testigos, que han declarado en esta causa, habiendo parecido
ante mí el licenciado Felipe Valencia Presbítero, de quien en virtud
de la escritura de su prelado que está en estos autos, le recibí
juramento, que hizo in verbo sacerdotis tacto pectore debajo del
cual prometió decir verdad, y habiéndole mostrado su declaración,
que está a fojas dos vuelta, juntamente con su firma dijo que está
según y cómo la hizo, que no tiene que añadir ni quitar, que en
ella se afirma y ra[f. 634r.]tífica y que la firma donde dice Felipe
de Valencia es suya, que por tal la reconoce y que es de la edad
y generales que tiene dicho, y porque conste lo firmó conmigo y
testigos por falta de escribano.

[Firma] Don Salvador Gómez de la Asprilla y Novoa [Rúbrica]


[Firma] Felipe Valencia [Rúbrica]

Testigo [Firma] Francisco Cervantes [Rúbrica] Testigo [Firma]


Francisco de Herrara [Rúbrica]

[Al margen: Ratificación de Pedro de Paz Figueroa] En dicho Real,


dicho día, para las ratificaciones mandadas hacer yo dicho gobernador
y capitán general hice parecer ante mi a Pedro de Paz, testigo que ha
declarado en esta causa de quien recibí juramento, que lo hizo por
Dios nuestro señor, y una señal de cruz, debajo del cual prometió
decir verdad y habiéndole mostrado su declaración, que está a fojas
dos vuelta hasta tres y así mismo su firma dijo que la dicha declaración
está en la misma conformidad que la hizo, que no tiene que añadir ni
quitar, que en ella se afirma y ratifica, y que la firma donde dice Pedro
de Paz Figueroa es suya que por tal la reconoce y que es de la edad
y generales que tiene dicho, debajo del dicho juramento, y lo firmó
conmigo y testigos por falta de escribano.

185
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

[Firma] Don Salvador Gómez de la Asprilla y Novoa [Rúbrica]


[Firma] Pedro de Paz Figueroa [Rúbrica]

Testigo [Firma] Francisco de Herrara [Rúbrica] Testigo [Firma]


Francisco Cervantes [Rúbrica]

[f. 635r.]

Señor gobernador y capitán general.

Jacinto Benítez, color pardo libre, en la causa que sigo contra doña
María Rosa de Caicedo, viuda que fue del capitán Pedro Santiago
de la Serna, mi padre natural, sobre que me pague mi servicio
personal del tiempo que tengo demandado, digo que Vuestra
Señoría fue servido de recibir la casa a prueba con término de
nueve días comunes a las partes, el cual se ratificó y por la mía
pedí prolongación para que se pudiesen ratificar los testigos de la
sumaria como con efecto se hizo en esta provincia y en la de Nóvita
en atención a que es pasado dicho término y mucho tiempo más
sin que la parte de la susodicha haya usado de ningún derecho,
ni dado ninguna justificación se a de servir Vuestra Señoría como
lo suplico de mandar hacer publicación de testigos y abertura de
probanzas por el término dispuesto y que para el efecto se envíe
a llamar por carta, orden a la sobredicha, al sitio de Pune donde
se halla y que no se le permita la menor dilación por depender de
esto mi justicia mediante lo cual.

A Vuestra Señoría pido y suplico se sirva de mandar hacer como


en esta se contiene con justicia costas y juro lo necesario, etcétera.

[Firma] Jacinto Benítez [Rúbrica]

Autos y vistos hagan publicación de testigos y abertura de probanzas


por el término de seis días dentro del cual alegarán las partes de
bien probado por estar de próximo para pasar a la provincia de
Nóvita, en cuya atención por carta orden con remisión de canoa
e indios a su costa se enviará a llamar y emplazar [f. 635v.] a doña
María Rosa de Caicedo para que luego y sin dilación comparezca
en este gobierno a decir y alegar de su derecho con apercibimiento
que le parará perjuicio. Así lo proveí, mandé y firmé el sargento

186
Autos seguidos en razón de su liber tad Jacinto Benítez

mayor don Salvador Gómez de la Asprilla y Novoa, gobernador


y capitán general de estas provincias del Chocó por su Majestad
en el pueblo de san Francisco de Quibdó provincia del Citará a
treinta de enero de mil setecientos y treinta y tres años, actuando
con testigos por falta de escribano.

[Firma] Don Salvador Gómez de la Asprilla y Novoa [Rúbrica]


Testigo [Firma] Francisco Cervantes [Rúbrica]

Testigo [Firma] Diego Martín de Morales [Rúbrica]

[Al margen: Notificación] En dicho pueblo, dicho día, yo dicho


gobernador leí e hice saber el auto decreto antecedente a Jacinto
Benítez y porque conste lo firmé con testigos.

[Firma] Asprilla y Novoa [Rúbrica] Testigo [Firma] Francisco


Cervantes [Rúbrica]

Testigo [Firma] Diego Martín de Morales [Rúbrica]

[Al margen: Notificación] En el Pueblo de Quibdó a diez de febrero


de dicho año, yo dicho gobernador leí e le hice saber el auto
antecedente a don Roque Luján, marido y conjunta persona de
doña María Rosa de Caicedo quien lo firmó conmigo.

[Firma] Asprilla y Novoa [Rúbrica] [Firma] Roque Rodríguez Luján


[Rúbrica]

[f. 636r.]

Señor gobernador y capitán general.

Roque Rodríguez Luján, marido y conjunta persona de doña María


Rosa Caicedo, dueño de minas y esclavos en estas provincias, ante
Vuestra Señoría parezco como más haya lugar en derecho procedo
y digo que Vuestra Señoría se sirvió demandar se recibiese la causa
a prueba que estoy siguiendo ante Vuestra Señoría por la injusta
demanda que me tiene puesta en nombre de mi esposa Jacinto,
mulato esclavo de los bienes que quedaron por fin y muerte del
capitán Pedro Santiago Benítez de la Serna, por demandar su trabajo

187
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

personal de diez años con el presupuesto de decir ser hijo del dicho
difunto Pedro Santiago, sin que conste por cláusula de su testamento
y antes bien lo contrario como consta de los autos de inventarios
que se obraron el año de fallecimiento por los alcaldes ordinarios
de la ciudad de Anserma en que consta su avalúo y adjudicación
[f. 636v.]que se le hizo a dicha doña Rosa, mi esposa y esta obligadose
por esta razón y pagado y obligadose a pagar las legítimas de
sus menores y [sic] como es notorio ver enterado a don José de
Munditibi y Francisco Javier Rodríguez Luján lo que les pertenecía,
además enterar a una hija, la menor que tiene del dicho difunto su
primer marido y sin embargo de la libertad que contra todo derecho
goza el dicho Jacinto, mulato, por las razones siguientes la primera
que se me debió admitir información de contrario de lo que la parte
prueba por ser derecho y permitido la defensa de las partes y no
habiendo yo ni mi mujer usado de este derecho parece hablando
con el debido respeto que es ninguna la libertad aunque parezca
firmada por mí porque la hice por evitar inconvenientes. Lo segundo
que padece el vicio de nulidad por que no consta haber citado a los
demás herederos por estar mancipadas y que de derecho deberán
volver al tronco de la hacienda, lo que han servido por razón de
la [sic] valor en que se adjudicó al cuerpo de bienes, además de
las costas causadas y que en adelante se causaren en la injusta
posesión del dicho Jacinto que se hace reparable que intitulando
ser hijo del dicho difunto Pedro Santiago pretende el que se le
pague su trabajo, además de la libertad pues aun [f. 637r.] que él
por ser padre le debía la libertad este por ser ya hijo por esto estaba
obligado a servir sin pensión alguna mayormente no habiendo de
hecho el difunto tal declaración de ser su hijo. Aunque lo declaran
los testigos que a favor de dicho Jacinto hacen además de haberse
pasado diez años de por medio, en que prescribió el derecho,
además de la posesión que por la Real Justicia se le dio del dicho
esclavo a la referida doña Rosa en que ha sido poseedora de buena
fe. Lo tercero que para la mucha demanda y paga que pretende se
le haga de diez años, haber servido, se les debe citar y que siga el
juicio con los demás herederos porque caso negado que a este se
le debiera pagar el trabajo que pretende se debiera entre los demás
interesados pues no se hallará ser de razón el que lo paguen los
bienes que por razón de dote y gananciales se le entregó a dicha mi
mujer. Lo cuarto que habiéndoseme notificado por Vuestra Señoría
que concurriese a la provincia de Nóvita a justificar mi derecho en el

188
Autos seguidos en razón de su liber tad Jacinto Benítez

término de prueba y haberlo hecho por apoderado que lo es Pedro


Valverde quien me dicen se pre[f. 637v.]sentó escrito en tribunal de
Vuestra Señoría sobre el artículo y no se le admitió y sin haber dado
prueba por no haberme avisado el dicho Pedro Valverde pretende
el dicho Jacinto alegar de bien probado por lo que suplico a Vuestra
Señoría con todo rendimiento se sirva de despreciar la pretensión
de la contraria parte por estar indefenso, además de que se debe
seguir este juicio con los dichos interesados y herederos y que se
me conceda término de recetorías para la ciudad de Anserma donde
se halla el testamento y testigos de ciencia y consciencia, además de
los que ofrezco dar en esta provincia en ello recibiré bien y merced
con justicia, ella mediante a Vuestra Señoría pido y suplico se sirva
de darme por presentado con dicho escrito y con su vista mandar
a ser como pido citándose a los herederos por ser de justicia pido
costas y juro lo necesario, etcétera.

[Firma] Roque Rodríguez Luján [Rúbrica]

Désele traslado con los autos a Jacinto Benítez para que alegue
de bien probado. Así lo proveí, mandé y firmé el sargento [f. 638r.]
mayor don Salvador Gómez de la Asprilla y Novoa, gobernador
y capitán general de estas provincias del Chocó por su majestad
en el Pueblo de san Francisco de Quibdó, provincia del Citará a
catorce de febrero de mil setecientos y treinta y tres años, actuando
con testigos por falta de escribano.

[Firma] Don Salvador Gómez de la Asprilla y Novoa [Rúbrica]


Testigo [Firma] Diego Martín de Morales [Rúbrica] Testigo [Firma]
Francisco Cervantes [Rúbrica]

[Al margen: Notificación] En dicho pueblo, dicho día, yo dicho


gobernador, leí e hice saber el decreto antecedente a don Roque
Rodríguez Luján quien lo firmó conmigo.

[Firma] Asprilla y Novoa [Rúbrica] [Firma] Roque Rodríguez Luján


[Rúbrica]

[Al margen: Notificación] En dicho pueblo, dicho día, yo dicho


gobernador, di traslado de estos autos a Jacinto Benítez y porque
conste lo firmé con testigos.

189
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

[Firma] Asprilla y Novoa [Rúbrica] Testigo [Firma] Diego Martín de


Morales [Rúbrica] Testigo [Firma] Francisco Cervantes [Rúbrica]

[f. 639r.]

Señor teniente general.

Jacinto Benítez, pardo libre en la causa que sigo contra doña Rosa
María de Caicedo, viuda que fue del capitán Pedro Santiago Benítez
de la Serna, mi padre, sobre que me pague mi servicio personal.
Digo que Vuestra Señoría fue servido de mandar hacer publicación
de testigos y aberturas de probanzas por el término de seis días
comunes y habiéndosele entregado los autos a don Roque Rodríguez
Luján, segundo marido y conjunta persona de la susodicha viene
alegando el haberse presentado ante Vuestra Señoría por medio de
su apoderado Pedro Valverde en la provincia de Nóvita, pidiendo
término para poder ir y traer de la ciudad de Anserma justificación
en contra de mi demanda y Vuestra Señoría no la quiso admitir y
por esta razón pide restitución de término probatorio para poderla
dar según más largamente consta de su escrito, a que me remito, y
siendo esto a lo que se reduce su representación sin alegar otra cosa
que le pueda favorecer, hallará Vuestra Señoría ser cosa siniestra
la tal presentación que se supone, lo primero por no constar el
poder en los autos, lo segundo por no haber llegado a mi noticia,
lo tercero por no haber habido motivo urgente para su devolución
y lo cuarto porque luego que supo que no se le quise admitir debió
haber ocurrido personalmente o por otro apoderado para que
volviesen a instar pues conviniendo a su derecho tanto como su
descargo y que estaba citado enferma, no debió en manera alguna
haberse suspendido, sino que siempre constase haberse presentado
dentro del término probatorio para pedir prolongación, de que se
conoce clara y evidentemente ser vago su alegato y por esto se
debe despreciar denegándole el nuevo término que pide por ser
fuera de ti[f. 639v.]empo y haber nueve meses que se han pasado
de intermedio, como parece de los dichos autos y antes bien a mí
se me ha seguido el atraso de la determinación de esta causa, por
no haber ocurrido a presentarse la parte contraria y así queda esta
convicta en la demanda que le tengo puesta, pues parece de la
justificación que tengo dada con testigos de excepción y de cierta
ciencia el que desde tierna edad, fui libre por ser hijo del dicho mi

190
Autos seguidos en razón de su liber tad Jacinto Benítez

padre, cuya caridad y merced ejecutó el maestre de campo Agustín


de Valencia Ramírez de quien era esclavo así por el deudo que tenía
con dicho mi padre como por estarle asistiendo en sus minas en la
ocasión en que tiene consentido sobre el juicio de mi libertad, la
parte contraria como parece de su escrito a fojas seis y así me debe
pagar también mi servicio personal del dicho tiempo, porque no fue
como alega, poseedora de buena fe y no pudo ignorar el que yo era
libre pues es público y notorio haber sido y reputado por hijo del
dicho mi padre y así esta representación es maliciosa tirando por
este medio a no pagarme una cosa tan justa como es mi servicio
personal que por derecho es de privilegio a otras cualesquier
demandas mayormente cuando la parte contraria no ha justificado
el que yo no le hubiese servido el referido tiempo demandado,
por lo cual y sea impertinente los pretextos que dé contrario se
alegan omito contestar en ellos, y no ser otra cosa que confundir el
ajuicio, se ha de servir Vuestra Señoría como lo suplico demandar
se me dé entera satisfacción a razón de cien pesos de oro por uno
que es lo regular, que pude devengar y que asimismo satisfaga las
costas procesales y papel sellado que he gastado siendo una pobre
miserable imposible de poder trabajar por los achaques habituales
que padezco dimanados de la continua tarea que tuve en el servicio
de la dicha doña María Rosa de Caicedo, mediante lo cual [f. 640r.] a
Vuestra Señoría pido y suplico en vista de los dichos autos se sirva
de mandar hacer como en esta se contiene por ser de justicia que
pido, costas protesto y juro lo necesario, etcétera.

[Firma] Jacinto Benítez de la Serna [Rúbrica]

En atención a no haberse presentado en tiempo como expresa


la parte de doña María Rosa de Caicedo, en este gobierno en la
provincia de Nóvita para donde fue citada no ha lugar el nuevo
término de prueba que pide y más habiendo de intermedio nueve
meses por lo cual sea por conclusa esta causa y tráiganse a la vista
los autos para su definitiva citadas las partes. Así lo proveí, mandé
y firmé el sargento mayor don Salvador Gómez de la Asprilla y
Novoa, gobernador y capitán general de estas provincias del Chocó
por su Majestad en el Pueblo de san Francisco de Quibdó de la
provincia del Citará a diez y siete de febrero de mil setecientos y
treinta y tres años con testigos por falta de escribano.

191
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

[Firma] Don Salvador Gómez de la Asprilla y Novoa [Rúbrica]


Testigo [Firma] Diego Martín de Morales [Rúbrica] Testigo [Firma]
Francisco Cervantes [Rúbrica]

[Al margen: Citación] En dicho pueblo, dicho día, yo dicho


gobernador cité en forma para sentencia a don Roque Rodríguez
Luján quien lo firmó conmigo.

[Firma] Asprilla y Novoa [Rúbrica] [Firma] Roque Rodríguez Luján


[Rúbrica]

[f. 640v.]

[Al margen: Citación]En dicho pueblo, dicho día, yo dicho


gobernador cité en forma a Jacinto Benítez y porque conste lo
firmé con testigos.

[Firma] Asprilla y Novoa [Rúbrica] Testigo [Firma] Diego Martín de


Morales [Rúbrica] Testigo [Firma] Francisco Cervantes [Rúbrica]

Para más bien proveer en esta causa las partes cada una por la
suya nombren personas desapasionadas que en consciencia digan
lo que hayan se le puede mandar pagar cada año de su servicio
personal a Jacinto Benítez lo que cumplirán dentro de tres horas
por estar para pasar a la Provincia de Nóvita a negocios del Real
servicio. Así lo proveí, mandé y firmé al sargento mayor don
Salvador Gómez de Asprilla y Novoa, gobernador y capitán general
de estas provincias del Chocó por su Majestad en el Pueblo de
san Francisco de Quibdó a veinte de febrero de mil setecientos y
treinta y tres años con testigos por falta de escribano

[Firma] Don Salvador Gómez de la Asprilla y Novoa [Rúbrica]


Testigo [Firma] Diego Martín de Morales [Rúbrica] Testigo [Firma]
Pedro Díaz Blanco de Potes [Rúbrica]

[Al margen: Notificación] En dicho pueblo dicho día, yo dicho


gobernador leí e hice [f. 641r.] saber el decreto antecedente a
Jacinto Benítez y porque conste lo firmé con testigos.

192
Autos seguidos en razón de su liber tad Jacinto Benítez

[Firma] Asprilla y Novoa [Rúbrica] Testigo [Firma] Diego Martín de


Morales [Rúbrica] Testigo [Firma] Francisco Cervantes [Rúbrica]

[Al margen: Notificación] En dicho pueblo dicho día, yo dicho


gobernador leí e hice saber el decreto antecedente a don Roque
Rodríguez Luján quien lo firmó conmigo. Y fue como a las nueve
del día según el sol.

[Firma] Asprilla y Novoa [Rúbrica] [Firma] Roque Rodríguez Luján


[Rúbrica]

[Al margen: Escritura de compromiso] En el Pueblo de san


Francisco de Quibdó de la Provincia del Citará en veinte y un días
del mes de febrero de mil setecientos y treinta y tres años, ante
mi el sargento mayor don Salvador Gómez de la Asprilla y Novoa,
gobernador y capitán general de estas provincias del Chocó por
su Majestad y testigos por falta de escribano parecieron presentes
don Roque Rodríguez Luján, como marido y conjunta persona
de doña María Rosa de Caicedo, dueño de minas y esclavos
en esta provincia y Jacinto Benítez, color pardo libre a quienes
[f. 641v.] ratifico que conozco y renunciando como expresamente
renunciaron las leyes de duobus rex de vendi de la autentica
presente ochita de fide incoribus y demás de la mancomunidad
como en ellas se contiene, dijo el dicho Jacinto Benítez que por
cuanto ha estado siguiendo Litis con la dicha doña María Rosa de
Caicedo sobre que le pague su servicio personal del tiempo de
diez años que tiene demandados a razón de cien pesos por año
según parece de estos autos, los cuales estaban ya en estado de
sentencia y porque habiendo considerado bien que los pleitos son
dudosos las costas y costos que de ellos se originan, ha tenido por
conveniente para quietud de su consciencia haberse concordado,
tranzado y ajustado por vía de compromiso y en la mejor forma
que más haya lugar en derecho con el dicho don Roque Rodríguez
Luján como tal marido y conjunta persona de la dicha doña María
Rosa de Caicedo en que le haya de dar como en efecto le tiene
dados y percibidos doscientos pesos de oro a su satisfacción y
contento que por no parecer de presente la entrega para que de
ello certifique yo dicho gobernador y capitán general [f. 642r.]
renuncio la excepción de la non numerata pecunia leyes de la
entrega y prueba de ella. Y que así mismo ha de contribuir lo que

193
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

toca dicha costas procesales y papel sellado que se ha originado


hasta el otorgamiento de esta escritura de compromiso y en esta
conformidad desde hoy en adelante se desiste, quita y aparta de
seguir en adelante esta demanda, por ninguna causa ni razón que
sea porque este compromiso lo hace de su libre y espontánea
voluntad y que en caso que por algún accidente le vuelva a
remover a la sobredicha esta demanda se obliga a volverle luego
al instante los dichos doscientos pesos de oro y que sin embargo
de esto no sea oído en juicio ni fuera de él sino que siempre
han de ser despreciados [f. 642v.] sus pedimentos y en esta virtud
el dicho don Roque Rodríguez Luján convino y condescendió
con las cláusulas y condiciones suso referidas para no tener que
repetir ni demandar ahora ni en tiempo alguno contra el dicho
Jacinto Benítez respecto de que en la misma conformidad por
evitarse de pleitos y diferencias se ha reconvenido, tranzado y
ajustado en nombre de la dicha su mujer. Por lo cual ambos a
dos otorgantes cada uno por lo que le toca, a voz de uno y cada
uno de por sí insolidum se obligaron a no ir ni contravenir en
manera alguna contra las cláusulas y condiciones de esta escritura
de compromiso, sino que siempre serán existentes por ceder en
utilidad de ambas partes para su quietud y sosiego a cuya seguridad
y cumplimiento obligaron sus personas y bienes, muebles y raíces
habidos [f. 643r.]y por haber con poder que dieron a las justicias
de su Majestad de cualesquier partes que sean a cuyo fuero y
jurisdicción se sometieron, renunciaron el suyo propio y otro que
ganen vecindad y domicilio, ley sit cumbenerit etcétera para que
a todo ello les compelan y apremien por todo rigor de derecho
y vía ejecutiva y como por sentencia pasada en autoridad de
cosa juzgada consentida no apelada y dada a entrega, sobre que
renunciaron todas las demás leyes, fueros y derechos que sean
de su favor con la general renunciación de leyes que lo prohíbe.
En cuyo testimonio así lo dijeron, otorgaron y firmaron conmigo
dicho gobernador y capitán general y testigos presentes por dicha
falta de escribano. Y por decir no saber firmar lo hizo uno a su
ruego del dicho Jacinto de los testigos.

[Firma] Don Salvador Gómez de la Asprilla y Novoa [Rúbrica]


[Firma] Roque Rodríguez Luján [Rúbrica]

194
Autos seguidos en razón de su liber tad Jacinto Benítez

A ruego de Jacinto Benítez y como testigo [Firma] Miguel Pérez


de Hagle [Rúbrica] [Firma] Agustín Martínez Iñigo de Santivañez
[Rúbrica] Testigo [Firma] Diego Martín de Morales [Rúbrica]

[f. 643v.]

Para lo que pueda haber lugar Antonio Girón declare cuanto trajo
estos autos y de que orden o cómo los hubo.

Proveyose el señor don Simón de Lesama gobernador y capitán


general y juez de residencia en Nóvita a cuatro de octubre de mil
setecientos treinta y seis años.

[Firma] José Vélez de Guevara [Rúbrica]

En Nóvita a cuatro de octubre de mil setecientos treinta y seis


años el señor gobernador y capitán general juez de residencia hizo
parecer ante si a Antonio Girón de quien por ante mi el escribano
recibió juramento en forma por Dios nuestro señor y una señal de
cruz prometió decir verdad y siéndole leído el decreto antecedente
de que hoy día de la fecha estando el testigo en casa del comisario
don Francisco de la Asprilla presbítero le entregó estos autos
diciendo los había encontrado en la de su hermano el sargento
mayor don Salvador de la Asprilla con orden del que los trajere
y entregase con otro cuaderno de distinta materia y entregase al
señor gobernador como lo ejecuto y que lo llevaba declarado es
verdad en cargo del juramento fecho en que se afirmó y firmó y
su señoría lo rubricó.

[Firma] Antonio Girón [Rúbrica] Ante mi [Firma] José Vélez de


Guevara [Rúbrica]

Agréguense estos autos a los de las demanda puesta en residencia


por Roque Luján.

Proveyose el señor don Simón Lesama gobernador y capitán


general de estas Provincias del Chocó, juez de residencia en Nóvita
a cuatro de octubre de mil setecientos treinta y seis años.

[Firma] Guevara [Rúbrica]

195
23. Paulina Montaño, mulata liberta, sobre su
libertad con el doctor don Juan de Caicedo,
alférez real de la ciudad de Cali

1738-1739 [f. 408r.]1

Paulina Montaño, sobre su libertad con el doctor don Juan de Caicedo.

Testimonio de los autos originales entre partes el doctor don Juan


de Caicedo, alférez real de la ciudad de Cali y Paulina Montaño,
mulata liberta. [f. 409r.]

D on Antonio Cavero, gobernador y capitán general de estas


provincias del Chocó, dijo que por cuanto habiendo llegado
de visita al Real de Minas, que llaman Santa Rosa de las Ánimas,
Paulina Montaño, esclava de la dicha cuadrilla, se presentó por
vía de agravio en la retención que se le ha hecho de su libertad,
habiendo dado ésta cuatro años ha la cantidad de ciento y cincuenta
colaos de maíz, para que de este efecto lo que pudiese importar
[f. 409v.] su libertad, fuese satisfecho su amo, quedando a su favor
cualquiera demasía que sobrase del valor de los dichos ciento
y cincuenta colaos de maíz y habiendo sido injusta la retención
de esta libertad, pues esta parte tiene satisfecho, no solamente
su importe pero con conocida sobra de aquel legítimo valor que
puede tener la dicha esclava y atendiendo al amparo de la libertad
y que no perezca la justicia, doy comisión bastante tanta cuanta
de derecho se requiere y en tal caso es necesaria a don Antonio
de la Cruz Corregidor del Pueblo de san Agustín a quien [f. 410r.]

1 AGN, Negros y esclavos del Cauca, t. 1, ff. 408r.-510v. [Traslado]

197
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

ordeno y mando, luego y sin la menor dilación haga comparecer


ante si a Nicolás de la Serna, minero de la dicha mina y que este
debajo de juramento declare la cantidad de colaos de maíz que
recibió de la dicha Paulina, esclava y lo demás que en razón de
esta materia supiere y que tanto tiempo ha que recibió dicha
cantidad y que debajo del mismo juramento declare el precio
que en ese tiempo tenía el colao de maíz, todo lo cual ejecutará
el dicho corregidor don Antonio de la Cruz [f. 410v.] so pena de
cien pesos de buen oro aplicados en la forma ordinaria que es
fecho en este Real de san Jerónimo de Nóvita en siete días del
mes de enero de mil setecientos y treinta y ocho años. Actuando
con testigos por falta de escribano. Don Antonio Cavero. Testigo
Santiago del Pozo. Testigo Felipe Forero de Chávez.

[Al margen: Obedecimiento] En el Pueblo de san Agustín en


diez y siete días del mes de enero de mil setecientos y treinta y
ocho años. Yo don Antonio Moreno de la Cruz corregidor y juez
ordinario [f. 411r.] de dicho pueblo, leí y notifiqué el auto de arriba
librado por su señoría el señor gobernador y capitán general de
estas Provincias, don Antonio Cavero a Nicolás de la Serna, minero
del Real de Minas de Santa Rosa de las Ánimas y para que conste
lo firmó conmigo y testigos dicho día, mes y año por falta de
escribano Antonio de la Cruz Moreno, Nicolás de la Serna. Testigo
Nicolás de Llanos [Entre renglones: y José de Cortés].

[Al margen: Declaración] En el Pueblo de san Agustín en diez


y siete días del mes [f. 411v.] de enero de mil setecientos y
treinta y ocho años, yo don Antonio de la Cruz, corregidor y
juez ordinario, compareció ante mi Nicolás de la Serna a quien
tomé su juramento, por Dios nuestro señor y una señal de cruz,
siéndole leído el auto mandado y a su tenor dijo que habrá
tiempo de tres años poco más o menos que el corregidor de
este dicho pueblo le dio a dicha Paulina cinco indios, don José
Trujillo, quien lo era en dicho tiempo y habiéndoselos dado se
le agregaron otros en donde consiguió [f. 412r.] una rocita que
le producía ciento sesenta y seis colaos y de los cuales dio seis
a dicho Serna sobre pesos que le debía de cuenta suya y que le
quedaron ciento y sesenta, de los cuales, habiendo visto que la
hacienda los había menester para su manutención los hubo de
meter al gasto de dicha hacienda como constará también por

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Pa u l i n a M o n t a ñ o , m u l a t a l i b e r t a , s o b r e s u l i b e r t a d

carta que tiene dicha Paulina de orden del señor doctor don
Jerónimo Ceballos, apoderado que lo era en aquel tiempo de
dicha hacienda, para que se gastasen y dijo que es verdad que
en aquel tiempo corría el precio el colado de maíz a dos pesos
[f. 412v.] y medio y que esta es la verdad so cargo del juramento
que fecho tiene en que se afirmó y ratificó siendo leída dicha
declaración y dijo ser de edad de cuarenta años poco más o
menos, no le tocan las generales de la ley y lo firmó conmigo y
testigos por falta de escribano. Antonio de la Cruz. Nicolás de la
Serna. Testigo Nicolás de Llanos. Testigo José Ortiz.

[Al margen: Carta] Señor Capitán Nicolás de la Serna. Muy señor


mío acabo de recibirla de Vuestra merced hoy quince del corriente,
hallándome en la cama bastante que [f. 413r.] brantado de la salud,
me pongo a responder con bastante quebranto, señor mío, por lo
que mira a la roza de la Paulina, estaba con el designio de irme
a cogerla, llevando mis negros, que aunque me costaba el colao
de maíz a dos pesos cuatro tomines, hallándome con necesidad
del maíz, había hecho la determinación de ir a esta diligencia y
no es venderle a Vuestra merced fineza que bastaba estar Vuestra
merced de por medio y en la hacienda que maneja Vuestra merced
supla la necesidad de la casa y hágala coger, señor mío, por lo
que mira a los diezmos [f. 413v.] y supuesto que el señor que la
quiere entrar en ellos soy de parecer que Vuestra merced los puje
hasta cuatrocientos treinta pesos, porque me dijo el señor doctor
Ceballos que le había dicho el señor gobernador, que él los [sic] y
los [sic] para esa hacienda. Vuestra merced este a lo que el señor
Ceballos le escribiese supuesto que Vuestra merced le avisado.
Mucho sentí el no haber podido ir alta para ir con la ocupación
de estar bajando la acequia a la quebrada del Charco que solo eso
espero para llevarme 20 piezas a más puerco que será en medio
de la [f. 414r.] Pascua, motivo de no ir a ponerme a los [pies] de
la señora Rosa y de Vuestra merced que me alegrare se hallen
con perfecta salud, amigo y señor, con esta son dos súplicas que
he hecho a Vuestra merced que me haga el cariño de que me dé
el oro de los follones, camisa y mantellina, esto sea por vida de
Vuestra merced sin recibir enfado no puedo proseguir más en
esta por mi accidente pido a Dios guarde a Vuestra merced más
años de esta mina de san Pablo diciembre 15 de 1733 años. Mi
señor mío. Beso la mano de Vuestra merced su criado. Gregorio de

199
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

Zúñiga Velasco [f. 414v.] presentada con petición en veinte y cuatro


de enero de mil setecientos y treinta y ocho años.

[Al margen: Petición] Cavero. Señor gobernador y capitán general.


Paulina de color pardo, esclava de las minas que dejó Juan Jacinto
Palomino en el río de san Agustín de esta provincia, para obra
pía en beneficio de las benditas ánimas del Purgatorio cuyo
patrono y administrador es el doctor don Juan de Caicedo, vecino
y alférez real de la ciudad de Cali. Ante Vuestra Señoría parezco
como más haya lugar en derecho y digo que el año pasado [f.
415r.] de setecientos y treinta y tres con mi industria y a costa de
unos pesos de oro que tenía adquiridos con mi trabajo los días
festivos como es costumbre en las cuadrillas de labor de minas,
hice hacer una roza de maíz en dicho rio de san Agustín a vista
y ciencia y paciencia de Nicolás de la Serna, minero y estando ya
dicha roza en positiva de poderse coger pretendió comprarme el
maíz que producía, el capitán Gregorio de Zúñiga, cogiéndolo
con sus esclavos y pagándome el colado de maíz a dos pesos y
medio de [entre renglones: de oro] por la necesidad que había en
la ocasión como consta [f. 415v.] de la carta misiva que escribió
dicho Zúñiga a dicho minero que es la que originalmente presentó
con la solemnidad prevenida en derecho para que conste lo que
llevo representado y porque la dicha hacienda de dicho mi amo
se hallaba con alguna falta de bastimento no quiso dicho minero
corriese dicho trato pasando hacer coger dicha roza con los
esclavos de la cuadrilla con los que cogió ciento sesenta y seis
colados entrando en la hacienda los ciento y sesenta libres de la
primicia y diezmo por haberlo yo satisfecho como obligada de
ello que dichos colados [f. 416r.] al dicho precio hacen la cantidad
de cuatrocientos pesos de oro de los cuales me es deudora dicha
hacienda desde dicho año y aunque he pretendido se me de
libertad por la cantidad que fuere justo y se me pague la demasía
no lo he podido conseguir a causa de la larga distancia en que
se halla el dicho patrono y administrador a quien he remitido
y reconozco por mi amo y porque el dicho minero no le habrá
dado la cuenta que debe sobre el particular a que se agregó el
fallecimiento del maestre de campo don Nicolás de Caicedo, mi
primer [f. 416v.] amo, padre legítimo del actual, por lo cual suplico
a Vuestra Señoría rendidamente se sirva de mandar sea amparada
en la libertad, que debo gozar por el precio justo que se me diere

200
Pa u l i n a M o n t a ñ o , m u l a t a l i b e r t a , s o b r e s u l i b e r t a d

según la avaluación que se hiciere por personas que para ello


se nombraren y que se me pague lo que se hallare quedarme
debiendo mediante lo cual a Vuestra Señoría pido y suplico me
haya por presentada con dicha carta y en su vista y lo por mi
representado, mandar sea amparada en mi libertad por el justo
precio que se me diere proveyendo en todo según justicia que
[f. 417r.] pido y juro en debida forma lo necesario etcétera.
Paulina de Caicedo.

[Al margen: Decreto] Por presentada y esta petición se agregue con


la carta a las diligencias hechas de oficio de justicia en términos
de visita y se nombren personas de ciencia y consciencia para
que avalúen el legítimo valor de esta parte o precio que debe
tener por su libertad. Así lo proveyó, mandó y firmó el señor don
Antonio Cavero, gobernador y capitán general de estas provincias
del Chocó en Nóvita en veinte y cuatro días del mes de enero de
mil setecientos y treinta y ocho años, con testigos [f. 417v.] por
falta de escribano. Don Antonio Cavero. Testigo Santiago del Pozo.
Testigo Felipe Forero de Chávez.

[Al margen: Auto] En dicho Real, en dicho día, mes y año, dicho
señor gobernador y capitán general de estas provincias del Chocó,
mandó en virtud del decreto antecedente comparezcan José López,
Marcos Díaz de Lucena y Juan de Zúñiga y todos tres mineros de
inteligencia, quienes se conjuntarán en parte retirada y conferirán
el legítimo valor de la dicha Paulina esclava. Así lo proveyó, mandó
y firmó dicho señor gobernador [f. 418r.] con testigos por falta de
escribano. Don Antonio Cavero. Testigo Santiago del Pozo. Testigo
Felipe Forero de Chávez.

[Al margen: Auto] En el Real de san Jerónimo de Nóvita en veinte


y cinco días del mes de enero de mil setecientos y treinta y ocho
años, ante el señor don Antonio Cavero, gobernador y capitán
general de estas Provincias del Chocó en conformidad de lo
mandado por el auto de la vuelta comparecieron los mineros
nombrados para avaluar a Paulina esclava quienes habiéndose
conjuntado en parte retirada con[f. 418v.]firieron sobre el valor
legítimo de la dicha Paulina, los que hallaron ser su legítimo valor
el de cuatrocientos patacones y dijeron ser así y entenderlo según
la experiencia que de ello tienen y su leal saber y para que conste

201
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

lo firmaron con su señoría dicho señor gobernador y capitán


general de estas provincias y con testigos por falta de escribano.
Don Antonio Cavero. José López García Aníbal. Juan de Zúñiga y
Valencia. Marcos Díaz de Lucena. Testigo Felipe Forero de Chávez.

Testigo Santiago Felipe Forero de Chávez. Testigo Santiago del Pozo.

[f. 419r.]

[Al margen: Auto]

En el Real de San Jerónimo de Nóvita en veinte y siete días del


mes de enero de mil setecientos treinta y ocho años. El señor
don Antonio Cavero Gobernador y capitán general de estas
Provincias del Chocó dijo que habiendo vistos estas diligencias
que se han actuado a pedimento de Paulina esclava de la mina,
nombrada Santa Rosa de las Ánimas, en el río de san Agustín,
sobre la demanda que la dicha tiene puesta contra la dicha mina
por serle deudora de ochocientos patacones que la dicha mina le
debe de la especie [f. 419v.] de ciento y sesenta colaos de maíz
al precio de dos castellanos y medio y sobre su libertad, que
pretende y demás deducido y teniendo presente la injusticia que
esta parte experimenta en la demora de cuatro años en que pudo
haber recibido el beneficio de la libertad. Y así mismo haberse
beneficiado en lo restante que le sobra de la dicha cantidad, en
estos términos, acordó dicho señor gobernador que debía mandar
y mandó que respecto de que el patrono y administrador de la
dicha mina no se halla en estas provincias, ni persona con poderes
suyos se le hagan saber [f. 420r.] al minero de la dicha mina quien
dará esta noticia al dicho administrador, quien será obligado
en el término de sesenta días a otorgar la carta de libertad a la
sobredicha Paulina por el precio y cuantía de cuatrocientos
patacones, en que está avaluada. Y así mismo de dar y pagar a
la sobre dicha Paulina los cuatrocientos patacones que le sobran
libres del importe de los ochocientos que le debe la sobredicha
mina con apercibimiento de que de no ejecutarlo dentro del dicho
término de los sesenta días, se pasará a otorgarle [f. 420v.] la carta
de libertad a la dicha Paulina. Y así mismo se embargarán en la
dicha mina los efectos que fueren necesarios al cumplimiento de
los sobredichos cuatrocientos patacones de que le es deudora la

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Pa u l i n a M o n t a ñ o , m u l a t a l i b e r t a , s o b r e s u l i b e r t a d

sobredicha mina a la sobredicha Paulina a quien se le dará de todo


lo obrado el tanto o tantos que necesitare para lo que hubiere
lugar en derecho y por bien tuviere. Así mismo declaró dicho
señor gobernador por amparada en libertad, sin que por persona
alguna le sea obligada [f. 421r.] a esclavitud, so pena de que al que
lo intentare por el mismo hecho desde ahora y para entonces se
le multa en doscientos pesos de buen oro, aplicados en la forma
ordinaria que es fecho en este dicho real, en dicho día, mes y año,
con testigos por falta de escribano. Don Antonio Cavero. Testigo
Santiago del Pozo. Testigo Juan Francisco Arazavaleta.

[Al margen: Petición] Señor gobernador y capitán general. Paulina


Montaño de color pardo, liberta de la hacienda de Santa Rosa
de las Ánimas, cuyo patrón [f. 421v.] y administrador es el doctor
don Juan de Caicedo, vecino de la ciudad de Cali, en la causa de
recurso de agravio, que padecía y representé a Vuestra Señoría
en términos de visita ordinaria sobre la deuda de cuatrocientos
castellanos de oro que me debía dicha hacienda, producto de
ciento y sesenta colados de maíz que cogí de una roza sembrada a
mi costa e industria y compensación que solicité de mi libertad en
cuenta de pago de dicha partida en el grado que más el derecho
me favorezca y permita y premisa toda [f. 422r.] la solemnidad
prevenida parezco ante Vuestra Señoría y digo que como llevo
representado, por el mes de enero de este año, me presenté ante
Vuestra Señoría estando en visita ordinaria de gobierno y le hice
notorio como habiendo con mi industria y trabajo conseguido
unos indios del Pueblo de san Agustín y agregado otros operarios,
sembré una roza de maíz, pagando su costo de mi trabajo en los
días de fiesta y de dicha roza entregué a Nicolás de la Serna ciento
y sesenta colados de maíz al precio de dos castellanos y cuatro
tomines, colado [f. 422v.] precio a que me lo pagaba el capitán
Gregorio de Zúñiga como consta, y habiéndose pasado cuatro años
sin poder conseguir la satisfacción ni que a cuenta de dicho débito
se me diese libertad de mi esclavitud, en cuyo caso y viendo lo que
se procuraba debilitar mi derecho, pretendiéndose encomendar al
olvido mi demandar pedí en el grado que nos es permitido el que
Vuestra Señoría se sirviese de ampararme y que se procediese a
la práctica de mi recurso y habiendo el ánimo piadoso de Vuestra
Señoría sido servido de admitirme en juicio por auto que [f. 423r.]
proveyó el día diez y siete del dicho mes de enero de este año, se

203
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

sirvió mandar que don Antonio de la Cruz, corregidor del Pueblo


de san Agustín hiciese comparecer ante si al expresado Serna y
que bajo del juramento dijese lo que supiese sobre los puntos
que llevo deducido y habiéndose ejecutado como se mandó con
lo que de ella resultó y con mi segundo pedimento y carta que
presenté del capitán Gregorio de Zúñiga con que comprobé el
precio del maíz y derecho de la roza, proveyó Vuestra Señoría se
nombrasen personas [f. 423v.] para que tasasen lo que se debía
dar por mi libertad lo que se ejecutó por José López, Marcos Díaz
de Lucena y Juan de Zúñiga, mineros prácticos y constó ser el
valor en que me apreciaron cuatrocientos patacones, con cuyas
diligencias, en veinte y cinco de dicho mes de enero, proveyó
Vuestra Señoría auto con tácita fuerza de definitivo, en que mandó
que respecto a que el patrono y administrador de dicha cuadrilla
no se hallaba en estas provincias, persona con poder suyo se
le hiciese saber, al minero de dicha [f. 424r.] mina que diera
cuenta al administrador para que en el término de sesenta días
me diese libertad en la cantidad de los cuatrocientos patacones,
para el entero del débito del maíz y que quedase apercibido
para que pasado dicho término se pasaría a dar dicha libertad y
embargar los efectos correspondientes al saneamiento de dichos
cuatrocientos patacones y se sirvió Vuestra Señoría de ampararme
en mi libertad, en fuerza de visita imponiendo pena al que me
la impidiese como todo lo cual constará [f. 424v.] de los autos
de este asunto y habiendo pasado seis meses sin que se haya
verificado el que se me haga escritura de libertad y habiéndose
preguntado al dicho Serna sobre el resulto de las diligencias que
Vuestra Señoría mandó hiciese con el administrador da por razón
haber ido las diligencias y que se las devolvió sin noticiarle cosa
alguna lo que no es presumible, pues siempre el que pregunta o
noticia alguna cosa en fuerza de política se considera ser forzosa
la respuesta más o menos extensa y no es verosímil que dicho
administrador volviese las diligencias [f. 425r.] sin instruir al
minero aunque fiase a él sigilo, de que se sigue que practicando
ese se pretende invalidar mi libertad, la que por todo derecho
debo gozar pues aunque en contra se me pretenda argüir varias
razones civil en orden a que yo el siervo adquiere, lo adquiere
para su dueño, pues estas y las que aluden y nacen de estas tiene
presente la gran justificación de Vuestra Señoría que se deben
tomar como tales razones civiles, pues es penal el alegarlas

204
Pa u l i n a M o n t a ñ o , m u l a t a l i b e r t a , s o b r e s u l i b e r t a d

por leyes respecto de donde nacieron y la libertad y ningún


reconocimiento que tiene la corona de España a otro señor
[f. 425v.]en lo temporal y el alegarlas por tales razones civiles,
estas y otras es practicables y no en caso de que haya razón
legal, recopilada del fuero de las partidas y otras disposiciones
legales de estos dominios pero en el caso presente será la
instancia de poderse alegar, pues hay disposición recopilada a
favor de la libertad en cuya fuerza es constante en derecho, que
esta destruye todas aquellas leyes que acá son razones civiles
pues ellas invalidan (sempere pro semper) al esclavo de que sea
libre y en el piadoso reino de España es amparada la [f. 426r.]
libertad, mandándose que se tenga especialísimo cuidado, sobre
este punto es notorio a Vuestra Señoría que en estas provincias,
como lo acredita la experiencia y esta patente a los esclavos, se
les da los días de fiesta para que con el trabajo de ellos se vistan
y mantengan de lo más que necesitan, fuera de la ración de
plátanos, con cuyo hecho y expreso consentimiento, tácitamente,
les permiten el dominio de lo que en tales días adquirieren con
lo cual hay muchos ejemplares, se han librado muchos esclavos
de su esclavitud, gozando el beneficio de la libertad, pues si
esto tiene [f. 426v.] acreditado la experiencia con cuantas más
razones debo yo gozar de mi libertad y peculio que resultó de
la roza, pues esta fue pagada con lo que yo adquirí en las fiestas
y el feliz éxito fue voluntad divina para que yo logre la amable
libertad, en cuya defensa y para gozarla sin óbice se ha de servir
Vuestra Señoría y se lo suplico rendidamente se sirva de mandar
que Nicolás de la Serna jure y declare si es cierto que dio noticia
a su amo, el doctor don Juan de Caicedo con las diligencias que
llevo citadas [f. 427r.] y que diga lo que respondió con protesta
que hago de decir lo que haga a mi favor sobre este asunto por
el cual. A Vuestra Señoría pido y suplico se sirva de mandar
hacer según lo que pido con justicia y juro lo necesario etcétera.
Paulina Montaña.

[Al margen: Decreto] Por presentada cometese al corregidor de


san Agustín quien hará comparecer ante si a Nicolás de la Serna,
para que debajo de juramento declare si despachó el tanto de
autos que se han seguido en este gobierno sobre la demanda
puesta por [f. 427v.] esta parte al dicho doctor don Juan de Caicedo
como se le tiene mandado y si ha tenido respuesta o no etcétera.

205
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

Así lo proveyó, mandó y firmó el señor don Antonio de Cavero,


gobernador y capitán general de estas provincias del Chocó, en
este Real de san Jerónimo de Nóvita en veinte y cuatro días del
mes de julio de mil setecientos y treinta y ocho años con testigos
por falta de escribano. Don Antonio Cavero. Testigo Santiago del
Pozo. Testigo Francisco Javier de Peralta. [f. 428r.]

[Al margen: Declaración] En el pueblo de san Ignacio de Sipi en


veinte y siete días del mes de julio de mil setecientos y treinta
y ocho años, yo don Antonio de la Cruz, corregidor y juez
ordinario en él, habiendo visto el decreto librado por el señor
gobernador y capitán general de estas provincias, en vista a que
haga comparecer ante mi juzgado a Nicolás de la Serna, a quien
hice comparecer ante mí y siéndole leído el decreto de arriba a
su tenor debajo del juramento acostumbrado dijo: que es cierto
y verídico [f. 428v.] que al corregidor de este Pueblo, dicho don
Antonio de la Cruz, le entregó los autos obrados sobre la causa de
libertad de Paulina Montaño, los cuales remitió al doctor don Juan
de Caicedo, su amo, para que determinase en vista de la cuenta
que le daba con dichos autos, quien le respondió por carta misiva
había visto dichos autos, los que le devolvió, diciéndole en dicha
carta que a su tiempo hablaría, radicando la causa a Santa Fe y
que así mismo haría [f. 429r.] declarase el doctor don Tomás de
Salinas por medio de una censura lo que sabe sobre este asunto y
que esta es la verdad de que tiene dado vista a dicho doctor don
Juan de Caicedo de dichos autos y de lo que le responde por su
carta siendo esta la verdad, so cargo del juramento el que hizo
por Dios nuestro señor y una señal de cruz y dijo ser de edad de
cuarenta y un años poco más o menos y no le tocan las generales
y porque conste lo firmó con[f. 429v.]migo y testigos por falta de
escribano público ni real, dicho día, mes y año. Antonio de la Cruz
y Moreno. Nicolás de la serna. Testigo Nicolás de Llanos. Testigo
Tomás del Castillo y Valderrama. Testigo José Ortiz.

[Al margen: Auto] En el Real de san Jerónimo de Nóvita en


catorce días del mes de agosto de mil setecientos y treinta y
ocho años, don Antonio Cavero, gobernador y capitán general
de estas provincias del Chocó por su majestad dijo que respecto
[f. 430r.] a constar estos autos habérsele remitido testimonio de
ellos para su contestación al doctor don Juan de Caicedo, alférez

206
Pa u l i n a M o n t a ñ o , m u l a t a l i b e r t a , s o b r e s u l i b e r t a d

real de la ciudad de Cali, administrador y patrono de la obra pía


que dejó Juan Jacinto Palomino, sobre la demanda puesta por
Paulina Montaña, color parda, pidiendo su amparo en la libertad
y repitiendo su derecho por cuatrocientos patacones que le debe
la hacienda y minas de santa Rosa en esta provincia del distrito
del Pueblo de san Agustín [f. 430v.] en que fue amparada por mí en
cuatrocientos patacones fue avaluada por lo que se nombraron para
este efecto y para los más resultos como de estos autos parece a la
cual providencia no sea respondido por el dicho doctor, no obstante
la suave que por entonces se dio en diez y siete de enero de este
año, hallándome entendido en la visita ordinaria de gobierno, por
lo cual debo de mandar y mando se libre carta requisitoria con
inserción de este auto a los señores teniente general y alcaldes
ordinarios de la dicha ciudad [f. 431r.] de Cali para que se sirvan
citar y citen al expresado doctor don Juan de Caicedo para que
por si o su apoderado comparezcan en mi juzgado dentro del
término de sesenta días, primeros siguientes al de la notificación, a
la contestación de la demanda puesta por la dicha Paulina Montaño
que no ignora respecto a constar haber visto el testimonio de ella
que le remitió Nicolás de la Serna como parece de su declaración y
a otorgar la escritura de libertad de la referida con apercibimiento
que pasado dicho término y no eje[f. 431v.]cutandolos le parará
todo el perjuicio que hubiere lugar en derecho y se seguirá esta
causa en mis estrados en su rebeldía. Así lo proveí, mandé y firmé
con testigos por falta de escribano. Don Antonio Cavero. Testigo
Santiago del Pozo, testigo Juan de Argomedo.

[Al margen: Razón] En el día de la fecha se libró la carta requisitoria


mandada por el auto de la vuelta. Cavero.

[Al margen: Auto] Don Antonio Cavero, gobernador y capitán


general de estas provincias del Chocó por su Majestad etcétera.
Por cuanto proveí un auto del tenor siguiente [f. 432r.]. En el real
de san Jerónimo de Nóvita en catorce días del mes de agosto
de mil setecientos y treinta y ocho años, don Antonio Cavero,
gobernador y capitán general de estas provincias del Chocó por
su Majestad, dijo que respecto a constar estos autos habérsele
remitido testimonio de ellos para su contestación al doctor don
Juan de Caicedo, alférez real de la ciudad de Cali, administrador
[Entre renglones: y patrono de la obra pía que dejó Juan Jacinto

207
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

Palomino] sobre la demanda puesta por Paulina Montaño, color


pardo, pidiendo [f. 432v.] su amparo en la libertad y repitiendo
su derecho por cuatrocientos patacones que le debe la hacienda
y Minas de Santa Rosa en esta provincia del distrito del Pueblo
de san Agustín, en que fue amparada por mí en cuatrocientos
patacones, fue avaluada por lo que se nombraron para este
efecto y para los más resultos como de estos autos parece a
la cual provincia no se a respondido por el dicho doctor, no
obstante lo suave que por entonces se dio en diez [f. 433r.] y
siete de enero de este año, hallándome entendiendo en la visita
ordinaria de gobierno, por lo cual debo demandar y mando se
libre carta requisitoria con inserción de este auto a los señores
teniente general o alcaldes ordinarios de la dicha ciudad de Cali
para que se sirvan citar y citen al expresado doctor don Juan
de Caicedo para que por sí o su apoderado comparezca en mi
juzgado dentro del término de sesenta días primeros siguientes
al de la notificación, a la contestación de la de [f. 433v.] manda
puesta por la dicha Paulina Montaño que no ignora, respecto a
constar haber visto el testimonio de ella, que le remitió Nicolás
de la Serna, como parece de su declaración y a otorgar la
escritura de libertad a la referida con apercibimiento que pasado
dicho término y no ejecutándolo, le parará todo el perjuicio que
hubiere lugar en derecho y se seguirá esta causa en los estrados
en su rebeldía. Así lo proveí, mandé y firmé con testigos por falta
de escribano. Don Antonio Cavero. [f. 434r.] Testigo Santiago del
Pozo. Testigo Juan de Argomedo.

Mediante lo cual libre la presente por la cual en nombre del


Rey nuestro señor (Dios le guarde) exhorto y requiero a Vuestra
Mercedes dicho señor teniente general y alcaldes ordinarios de la
dicha ciudad de Cali y de la mía, ruego y suplico se sirvan mandar
ver el auto preinserto y que en su conformidad con efecto se cite
al dicho doctor don Juan de Caicedo en la forma expresada y que
fecho se me devuelva original [f. 434v.]

El escribano real y público del número de ella y testigos pareció


presente el doctor don Juan de Mosquera Figueroa, clérigo,
presbítero, vecino de esta ciudad a quien doy fe que conozco y
dijo que el poder antecedente lo substituiré y substituyo en don
Jacinto Gironza, vecino de esta ciudad, para que use de dicho

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Pa u l i n a M o n t a ñ o , m u l a t a l i b e r t a , s o b r e s u l i b e r t a d

poder en todo y por todo, según y cómo en él se contiene y lo


releva de costas en forma, según es relevado. Y así lo dijo y firmó
sin registro de su pedimento siendo testigos don Agustín Delgado
y don Tomás de Arrachatagui.

[f. 435r.]

El maestre don Juan de Ceballos, teniente y justicia mayor de esta


dicha ciudad, en virtud del despacho antecedente del ruego y
encargo del señor gobernador y capitán general de las provincias
del Chocó, notifique he hícelo saber al doctor don Juan de Caicedo,
Alférez real, Regidor perpetuo y Alcalde ordinario por merced del
Rey, nuestro señor por ausencia del propietario, en su persona,
que habiéndolo oído y entendido dio por su respuesta [f. 435v.]
[Al margen: Respuesta] Que en la libertad intentada y pedida por
Paulina Montaño, esclava de la hacienda que dejó el maestre de
campo don Nicolás de Caicedo, su legítimo padre, tiene que alegar
y contradecir para lo cual necesita de más término y gozar de lo
ordinario, dispuesto por derecho, para la contestación y hacer sus
probanzas y que siga la causa hasta su definitiva, para que el señor
juez que conoce de ella le amplié y prolongue que desde luego
contradice una, dos y tres veces [f. 436r.] y las más que el derecho
le permite la libertad intentada por los motivos y causas siguientes:

La primera, porque dicha mulata sacó los treinta o cuarenta pesos


que se dieron a don José Trujillo por la mitad, que se pidió de indios
para hacer la roza de maíz que alega la expresada haber sido suya
de un cortecillo en que puso a la susodicha, el minero Nicolás de la
Serna en medio de dos cortes de la hacienda, lo que en ningún real
de minas es permitido pues siempre la labor de los [f. 436v.] negros
se separa y divide de la de los amos, como es notorio y lo dicho lo
es en dicho real de minas, cuya verdad declaran todos los negros de
ella y el contraminero Ambrosio Ballesteros.

Lo segundo, porque dicha mita de indios se pidió a dicho corregidor


don José Trujillo, para la hacienda y no para dicha mulata, ni
menos para dicho Nicolás de la Serna, lo que en descargo de su
consciencia y manifiesto dicho, don José Trujillo, manifestándome
a mí su libro de cuentas [f. 437r.] en que asentó la partida y data de
dichos indios con día, mes y año por la que consta haberse dado

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Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

dicha mita, para dicha hacienda lo que se verifica más claramente


por los negros de ella regaron el maíz y lo guardaron de pájaros,
cogieron y acarrearon como es notorio en todo el Río de Sipi y
protesto manifestar por declaración de dicho don José Trujillo,
agréguense a estas razones el público concubinato que tuvo y ha
tenido dicha mulata Paulina con dicho Nicolás de la Serna, minero
de dicha hacienda por el que se considera la [f. 437v.] coligación y
fraude que tuvieron en contra de la dicha hacienda en perjuicio de
ella, las cuales razones, con otras más que protesta expresar a su
tiempo, suplica a dicho señor gobernador tenga presente suspenda
el juicio, para que se siga la causa y sea oído en justicia, protestando
ocurrir a su apoderado y con los instrumentos necesarios y esto dio
por su respuesta y para que conste lo firmó conmigo y testigos por
falta de escribano. Juan de Ceballos. Doctor don Juan de Caicedo.
Pablo del [f. 438r.] Arco y Chica, José Pretel y Llanos.

[Al margen: Poder] En la ciudad de Cali en doce días del mes


de septiembre de mil setecientos treinta y ocho años. Ante mi
don Juan Ruiz Calzado, alcalde ordinario de primer voto, de esta
dicha ciudad por su Majestad y testigos por falta de escribano, el
señor doctor don Juan de Caicedo Alférez real, Regidor perpetuo y
alcalde ordinario por merced del rey nuestro señor y ausencia del
propietario, mi compañero a quien certifico que conozco, otorga
y daba y dio su poder [f. 438v.] cumplido, el que de derecho se
requiere y es necesario al doctor don Juan de Mosquera presbítero,
domiciliario de este obispado, especial para que en su nombre y
representado su persona comparezca y pida ante las justicias de
su Majestad de don José Trujillo, haga declaración de cierta mita
que se le pidió por Nicolás de la Serna, de indios del Pueblo de
san Agustín, hallándose en el de corregidor, si dicha mita la dio
para dicho Nicolás de la Serna o para Paulina, mulata esclava de
los bienes [f. 439r.] del maestre de campo don Nicolás de Caicedo
o si dicha mita la dio, en beneficio de la hacienda y cuadrilla de las
minas y qué cantidad fue la que ha percibido por dicha mita, como
así mismo diga si le consta si los indios acabaron de rozar la roza
de maíz o si los negros de dicha hacienda, lo ejecutaron. Como así
mismo si dichos negros guardaron dicha roza, hasta estar sazonado
el fruto y esto hecho, si los dichos negros lo cogieron y acarrearon
y las más razones que le comunico en el real de [f. 439v.] minas de
Santa Rosa para el descargo de su consciencia. Como así mismo

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Pa u l i n a M o n t a ñ o , m u l a t a l i b e r t a , s o b r e s u l i b e r t a d

el tiempo que fue corregidor en dicho pueblo, si tuvo noticia que


el dicho Nicolás de la Serna tuvo ilícito comercio y amistad con
dicha mulata Paulina, de la redundó haber dicha mulata sublevado
y alborotado toda la dicha cuadrilla con grave perjuicio de la
hacienda la que fue apaciguar el capitán Gregorio de Zúñiga y
fecha en debida forma de derecho pedirá se le entregue original,
para los efectos que le convengan que el [f. 440r.] poder que se
requiere se le da con todas su cláusulas, aunque no se expresen y
con facultad de enjuiciar, jurar y sustituir y relevación de costas y
obligación a su firmeza, en cuyo testimonio así lo otorgo y firmó
conmigo dicho alcalde y los testigos por la falta de escribano y de
su pedimento, no quedó en registro. Juan Ruiz Calzado, doctor
don Juan de Caicedo. Testigo José Pretel y Llanos. Testigo Pablo
del Arco y Chica. En la ciudad de Popayán en diez y siete días del
mes septiembre de mil setecientos treinta y ocho años, ante mi
[f. 440v.] por convenir así a la buena administración de justicia a
que Vuestra merced deben concurrir como leales ministros que yo
haré al tanto cada que sus justas letras vea fecha en este real de san
Jerónimo de Nóvita en catorce de agosto de mil seiscientos treinta
y ocho años, con testigos por falta de escribano. Don Antonio
Cavero. Testigo Santiago del Pozo. Testigo don Nicolás de Mesa.

[Al margen: Notificación y respuesta] En la ciudad de Cali, en diez


días del mes de septiembre de mil setecientos y treinta y ocho
años [f. 441r.] doctor don Juan de Mosquera Figueroa. Ante mi José
Andrada escribano real [Al margen: Presentación] Presentado este
poder con petición por don Jacinto Gironza hoy diez y ocho de
septiembre de mil setecientos treinta y ocho años doy fe. Andrada.

[Al margen: Petición] Don Jacinto Gironza, vecino de esta ciudad,


en nombre del señor doctor don Juan de Caicedo Alférez real,
Regidor perpetuo y Alcalde ordinario, por ausencia del propietario
de la ciudad de Cali y vecino de ella, parezco ante Vuestra merced
como más haya lugar en derecho y con el juramento necesario
[f. 441v.] hago presentación del poder en mi sustituido, suplicando
a Vuestra merced se sirva mandar comparecer ante si a don José
Trujillo del Águila y que debajo de juramento y al tenor de dicho
poder declare lo que le constare y fecha que sea dicha declaración
que se me entregue original, con dicho poder para devolverlo
todo a mi poder para devolverlo todo a mi parte y que obre lo que

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Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

hubiere lugar en derecho mediante lo cual. A Vuestra merced pido


y suplico que habiendo por admitido el citado poder se proveer y
mandar como llevo pedido que es justicia y juro en ánima de mi
parte lo necesario. Etcétera. [f. 442r.] Jacinto Gironza.

[Al margen: Decreto] Por presentada con el poder sustituido


que refiere comparezca don José Trujillo del Águila y debajo de
juramento declare al tenor de las preguntas contenidas en dicho
poder y fecho entréguesele todo original a la parte como lo pide
y óbrelo que hubiere lugar en derecho. Así lo proveyó, mandó y
firmó el señor sargento mayor don Gonzalo de Arboleda Salazar,
Alcalde Ordinario más antiguo de esta ciudad de Popayán y su
jurisdicción por su Majestad, en ella a diez y ocho días del mes de
septiembre de [f. 442v.] mil setecientos treinta y ocho años. Don
Gonzalo de Arboleda Salazar. Ante mi José Andrada escribano real.

[Al margen: Notificación] En Popayán en dicho día, yo el escribano


notifique el decreto de la vuelta a don Jacinto Gironza en nombre
de su parte, doy fe. Andrada.

En la ciudad de Popayán, en el dicho día, diez y ocho de septiembre


de dicho año su merced, el señor alcalde ordinario don Gonzalo
de Arboleda Salazar, mando parecer ante si a don José Trujillo del
Águila, vecino de esta ciudad, de quien su merced y por ante mi
el presente escribano le recibió ju [. 443r.] ramento que lo hizo por
Dios nuestro señor y una señal de cruz, según derecho y prometió
decir verdad de lo que supiere y se le preguntare y se le hicieron
las preguntas según el poder y respondió lo siguiente:

1. Dijo que hallándose de juez ordinario y corregidor


de naturales del Pueblo de Sipi de san Agustín en la
provincia del Chocó por el año de mil setecientos
y treinta y cuatro le pidió Nicolás de la Serna,
administrador que era de la cuadrilla de esclavos
de las Benditas Ánimas y del maestre de campo
don Nicolás de Caicedo [f. 443v.] Hinestrosa, que
ya es difunto, una mita de indios que los que dio
no se acuerda ni para qué efecto fueron y que al
dicho Serna, que fue el que los pidió, se los entregó
para hacer dicha mita de una sementera de maíz

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Pa u l i n a M o n t a ñ o , m u l a t a l i b e r t a , s o b r e s u l i b e r t a d

y que después de pasados muchos días vio al que


declara el doctor don Luis de Borja, cura que era
del dicho Pueblo y le dijo con mucho enfado que
tenía indios para darle a Serna para la libertad de la
mulata Paulina con el producto de la roza y que no
los tenía para dárselos a él, a que le respondió que
al dicho se los había dado [f. 444r.] por minero y no
por otra causa, porque no lo sabía, hasta después
que la misma mulata Paulina le dijo al que declara
que la mita y trabajo de los indios había pagado
ella, y lo que había producido la dicha sementera
lo tenía el dicho Serna, para su libertad, y que no
se la quería dar y que el importe de dicha mita
no se acuerda los indios que dio, ni el tiempo que
trabajaron, por lo que no se acuerda tampoco, lo que
percibió. Y que le consta que los indios acabaron
de rozar dicha roza y no los negros de la dicha
hacienda que refiere la pregunta [f. 444v.] y no sabe
que dichos negros guardaron la roza, pero que si
sabe que los negros de dicha hacienda cogieron la
roza y acarrearon el maíz hasta la bodega de dicha
hacienda y que en cuanto a las palabras que se le
preguntan le comunicó en el Real de Minas de Santa
Rosa, para el descargo de su consciencia, dice que
no se acuerda y que en el tiempo de dos años que
fue corregidor de dicho Pueblo, supo de público
y notorio que el dicho Nicolás de la Serna tenía
amistad y trato ilícito con la dicha mulata Paulina y
supo después de haber venido [f. 445r.] al ejercicio
de tal Corregidor haber estado la cuadrilla sublevada
y que el dicho doctor Borja, había pasado a quitarla
pero que no supo el motivo de dicha sublevación
y que esto que ha dicho y declarado es lo que le
consta y la verdad so cargo su juramento que fecho
tiene en que se afirmó y ratificó siéndole leída esta
su declaración que no le tocan las generales de
la ley y que es de edad de cincuenta años poco
más o menos y lo firmo con su merced el señor
Alcalde ordinario de que yo el escribano doy fe.
Don Gonzalo. Don José Trujillo del Águila. [f. 445v.]

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Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

ante mi José Andrada escribano real. Hoy diez y


ocho de septiembre de dicho año. Yo el escribano,
entregué estos instrumentos originales a la parte en
tres fojas con esta doy fe.

[Al margen: Petición] El doctor don Juan de Caicedo, Alférez real y


Regidor perpetuo de esta ciudad y administrador de las haciendas
que dejó el maestre de campo don Nicolás de Caicedo mi legítimo
padre, ya difunto ante Vuestra merced parezco y digo que conviene
a mi derecho, el que Vuestra merced se sirva de mandar comparecer
a Juan Laso vecino de [f. 446r.] esta ciudad y residente que ha sido
en la Provincia del Chocó y que debajo de juramento y al tenor de
esta declaración y demás instrumentos que presento, declare lo que
supiere acerca de las preguntas insertas como mayordomo que fue
de las haciendas y minas de las ánimas en el río de Sipi y fecha
se me entregue original con los demás papeles. Mediante lo cual
a Vuestra merced pido y suplico provea y mande según y cómo
llevo pedido en que recibiré merced con justicia que pido y en lo
necesario juro etcétera. Doctor don Juan de Caicedo.

[f. 446v.]

[Al margen: Decreto] Por presentada, Juan Laso comparezca [Entre


renglones: y debajo de juramento] y al tenor de los instrumentos,
haga la declaración que se pide y fecha se le entregue original.
Así lo proveyó, mandó y firmó don Juan de Ruiz Calzado, Alcalde
ordinario de primer voto de esta ciudad de Cali en trece días del
mes de octubre de mil setecientos y treinta y ocho años, actuando
con testigos por falta de escribano. Juan Ruiz Calzado. Testigo José
Pretel y Llanos. Testigo José García de la Flor.

[Al margen: Declaración de Juan Laso] En la ciudad de Cali, en


catorce de octubre de [f. 447r.] mil setecientos y ocho años, en
conformidad de lo proveído, hice comparecer a Juan Laso, natural
de esta ciudad a quien certifico que conozco y le recibí juramento
que lo hizo por Dios nuestro señor y una señal de cruz según
derecho so cuyo cargo prometió decir verdad y siéndolo al tenor
de la petición y demás instrumentos presentados por el señor
doctor don Juan de Caicedo, dijo que lo que sabe es que en el
tiempo que fue mayordomo de la hacienda de las Ánimas en el rio

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Pa u l i n a M o n t a ñ o , m u l a t a l i b e r t a , s o b r e s u l i b e r t a d

de Sipi [f. 447v.] Provincia del Chocó al tiempo y cuando se sembró


la roza de maíz que se refiere oyó decir que el minero, Nicolás
de la Serna, se la había aplicado, a la mulata Paulina, con que era
público y notorio, tenía amistad ilícita y que de mandato de dicho
minero, con la gente de la hacienda cogió dicha roza, deshojó el
maíz, lo desgranó y encolaguó y carreo a la troja y que habiendo
oído decir que el maíz lo apuntaba a la hacienda a razón de
tres pesos de oro cada colado, exclamó el declarante delante de
todos [f. 448r.] los negros y especial con el capitán de la cuadrilla
y que de todo esto es sabedor Ambrosio Ballesteros, quien se
halló presente a la exclamación que hizo por tan subido precio,
que no podía ser así porque la hacienda había tenido costo en el
beneficio de haberlo cogido, deshojado, desgranado y encolado
como llevo dicho y puesto en la troja y que esta es la verdad,
en fuerza de su juramento en que se afirmó y ratificó, siéndole
leído su dicho que es de edad de treinta años, más o menos y
no le tocan [f. 448v.] las generales y lo firmó conmigo y testigos
por falta de escribano. Juan Ruiz Calzado. Juan Laso. Testigo José
Pretel y Llanos. Testigo Agustín Delgado.

[Al margen: Poder] En la ciudad de Cali, en treinta días del mes


de octubre de mil setecientos y treinta y ocho años. Ante mi don
Juan Ruiz Calzado, Alcalde ordinario de primer voto en ella y su
jurisdicción por su Majestad y testigos por falta de escribano el
señor doctor don Juan de Caicedo, Alférez real y Regidor perpetuo
de esta [f. 449r.] dicha ciudad y Alcalde Ordinario, por ausencia del
propietario, a quien certifico que conozco y dijo que daba y dio
su poder cumplido el que de derecho se requiere y es necesario
para valer a don Felipe de la Torre, a don Sebastián Perlaza y
Rivas, a Pascual de Tovar, a todos juntos y a cada uno de por si
insolidum con igual facultad especial para que en su nombre y
representando su persona hagan presentación de los instrumentos
que les remite ante el señor gobernador y capitán [f. 449v.] general
de las provincias del Chocó o ante su lugarteniente y justicia mayor
de la provincia de Nóvita sobre la libertad pedida por una mulata
nombrada Paulina, esclava de los bienes del maestre de campo don
Nicolás de Caicedo, su legítimo padre y alcance que la susodicha
ha demandado, dimanado de la roza de maíz, sobre cuyo punto
principalmente pedirá se haga nuevo aprecio del valor de maíz
que pretende cargar a la hacienda por precio excesivo, respecto

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Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

haberse beneficiado con los [f. 450r.] negros de la dicha hacienda


como consta de las declaraciones de don José Trujillo y Juan laso y
ser público y notorio la [sic] que tuvo con el minero sea válido en
un todo para pedir libertad de la dicha hacienda. Y así mismo harán
presente a la justificación y recto obrar de dicho señor gobernador,
todos los daños y menoscabos que ha causado la dicha esclava a
la hacienda en la sublevación y tumulto que levantó en la cuadrilla
y el robo que hizo de los cortes que actual estaban laboreando
de cuyos frutos sacó el valor que dio por la mitad de la roza
[f. 450v.] de maíz, sobre lo cual harán los pedimentos,
requerimientos y demás alegaciones que convengan, oyendo los
autos y sentencias que se pronunciaren, acepten los favorables y
de lo en contrario apelen para ante quien con derecho pueda y
deba, recusen, tachen y abonen y presenten los instrumentos y
probanzas de su favor hasta que se consiga el intento que el poder
que se requiere ese les da con todas sus cláusulas, aunque no se
expresen y con facultad de enjuiciar, jurar y sustituir y relevación
de costas y obligación a su firmeza de todos sus bienes y los de
dichas hacienda en [f. 451r.] cuyo testimonio así lo dijo, otorgó y
firmó conmigo dicho Alcalde ordinario y los testigos presentes por
la falta de escribano y de su pedimento no quedó en registro. Juan
Ruiz Calzado. Doctor don Juan de Caicedo. Testigo José García de
la Flor. Testigo José Pretel y Llanos. Presentados estos instrumentos
con petición hoy diez y ocho de noviembre de mil setecientos
treinta y ocho años. Cavero.

[Al margen: Sustitución de poder] En el Real de san jerónimo de


Nóvita en diez y ocho de noviembre [f. 451v.] de mil setecientos y
treinta y ocho años, ante el señor don Antonio Cavero, gobernador
y capitán general de estas provincias del Chocó y testigos por falta
de escribano, compareció Pascual de Tovar y dijo que sustituía
y sustituyó el poder que se contiene en esta foja con todas las
calidades y circunstancias que en él se expresan en don Gaspar
Perea y para que conste lo firmó con testigos por falta de escribano.
Don Antonio Cavero. Pascual de Tovar y Juárez. Testigo [f. 452r.]
Santiago del Pozo. Testigo Francisco Javier de Peralta.

[Al margen: Petición] Señor gobernador y capitán general. Pascual


de Tovar, vecino de la ciudad de Cali y residente en este Real en
nombre del doctor don Juan de Caicedo, Alférez real y Regidor

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Pa u l i n a M o n t a ñ o , m u l a t a l i b e r t a , s o b r e s u l i b e r t a d

perpetuo de dicha ciudad y en virtud de su poder que con la


solemnidad y juramento necesario presentó ante Vuestra Señoría
como más haya lugar en derecho y al de mi parte convenga
parezco y digo que según consta [f. 452v.] de los instrumentos
que con la misma solemnidad presento en virtud de la citación
que se le hizo, se reconoce y con prueba la insustancial demanda
de Paulina, mulata esclava de dicha mi parte, porque según la
declaración hecha por don José Trujillo del Águila, consta que
hallándose de Corregidor y Juez ordinario del Pueblo de san
Agustín, el año pasado de setecientos y treinta y cuatro, dio dicha
mita a Nicolás de la Serna, minero y administrador que era en la
ocasión de dichas minas de las [f. 453r.] Benditas Ánimas y que los
dio a dicha Paulina para que hiciera una roza de maíz y que con
efecto la hizo para libertarse con su producto y que el dicho Serna
los había pagado al expresado Trujillo, lo cual le refirió al doctor
don Luis de Borja, difunto, cura y vicario que fue de dicho Pueblo,
porque este le había dicho, había indios para la mulata Paulina,
y no para él, y por la declaración de Juan Laso, mayordomo que
fue de las rozas y estancias de dichas minas reconocerá [f. 453v.]
Vuestra Señoría dicha roza el referido y que había oído decir
que el minero Nicolás de la Serna se la había aplicado a dicha
mulata Paulina con quien era público tenía amistad ilícita y que
de mandato de dicho minero con la gente de dicha hacienda
cogió dicha roza de maíz lo desgranó, encolaguo y acarreó a
la troja y que habiendo oído decir que el maíz lo apuntaba a
la hacienda a tres pesos colao, exclamó el referido Juan Laso,
delante de todos [f. 454r.] los negros y especial con el capitán de
la cuadrilla que en la ocasión era Tomás Criollo, porque era precio
excesivo, mayormente porque la hacienda había tenido costo en
cogerla con su gente, deshojado, desgranado, encolaguado [sic] y
puestolo en la Troja, por lo cual se ha de servir Vuestra Señoría
como lo suplico, mandar comparecer al expresado negro capitán
y que debajo de juramento declare al tenor de este escrito para
más justificación del dicho de dicha mi parte y en vista [f. 454v.] de
todo declarar por ninguna dicha demanda imponiéndole perpetuo
silencio a la expresada mulata Paulina y declararla por esclava y
perteneciente a dicha mi parte, reservando como reservo repetir
el dicho que tiene el dicho mi parte contra el expresado Nicolás
de la Serna, luego que se finalice este artículo por todo lo cual.
A Vuestra Señoría pido y suplico se sirva haber por presentados

217
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dichos instrumentos y mandar en justicia que es la que pido y en


ánima de mi parte juro lo necesario. Costas etcétera.

Otro si suplico a Vuestra Señoría se sirva [f. 455r.] admitirme


sustitución del expresado poder con todas sus cláusulas, hasta
la conclusión de esta causa en don Gaspar de Perea y Mendoza
residente en este Real por ser precisa mi asistencia en dicha
hacienda de las Ánimas, de donde soy administrador y minero
pido ut supra etcétera. Pascual de Tovar y Zea.

[Al margen: Decreto] Por presentada con los instrumentos que


refiere dese traslado a la parte y el negro capitán comparezca, jure
y declare lo que supiere, hágase saber a las partes [f. 455v.] por
Santiago del Pozo, a quien se comete la diligencia y las demás que
se ofrezcan en esta causa y en cuanto al otro si haga la sustitución
del poder como lo pide. Así lo proveyó, mandó y firmó el señor
don Antonio Cavero, gobernador y capitán general de estas
Provincias del Chocó, en Nóvita en diez y ocho días del mes de
noviembre de mil setecientos y treinta y ocho años. Con testigos
por falta de escribano. Don Antonio Cavero. Testigo Santiago del
Pozo. Testigo Fran[f. 456r.]cisco Javier de Peralta.

[Al margen: Declaración de Tomás Criollo] En dicho Real, en dicho


día, mes y año, dicho señor gobernador y capitán general de estas
provincias, en virtud de lo mandado por el decreto de la vuelta,
hizo comparecer y compareció a Tomás Criollo, de quien recibió
juramento que hizo por Dios nuestro señor y una señal de cruz,
de decir verdad de lo que supiere y le fuere preguntado y siéndole
sobre el precio que intentaba Nicolás de la Serna, minero que era
entonces de la mina [f. 456v.] de las Benditas Ánimas en el río de
Sipi, términos y Jurisdicción de esta Provincia de Nóvita, sobre cada
colado de maíz de la roza que dice este declarante sembró Paulina
Montaño intentaba cargarlo al precio de tres pesos de oro, con lo
cual la gente de dicha mina, viendo tan subido el precio, lo resistió
diciendo que estaba muy caro, todo lo cual, que lleva declarado,
dice ser cierto y verdadero, quien por no saber leer no firmó la
declaración y firman los testigos que se hallaron presente. Y para
que conste [f. 457r.] lo firmó dicho señor gobernador, con testigos
por falta de escribano. Don Antonio cavero. Testigo Santiago del
Pozo. Testigo Francisco Javier Peralta.

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[Al margen: Notificación] En dicho real, en dicho día, mes y año yo


Santiago del Pozo, notifiqué e hice saber el decreto proveído, por el
señor gobernador según lo a mí mandado a Pascual de Tovar quien
lo firmó conmigo y testigos por falta de escribano. Santiago del
Pozo. Pascual de Tovar [f. 457v.] testigo Francisco Javier de Peralta.

[Al margen: Otra] En dicho Real, en dicho día, mes y año, notifiqué
e hice saber el dicho decreto a Paulina Montaña y no sabiendo
firmar se hizo la diligencia ante testigos, Santiago del Pozo, testigo
Juan de Argomedo, testigo Francisco Javier de Peralta.

[Al margen: Petición] Señor gobernador y capitán general don


Gaspar de Perea y Mendoza, en nombre del doctor don Juan de
Caicedo, alférez real y vecino de la ciudad de Cali y en virtud de su
[f. 458r.] poder en mi sustituido por Pascual de Tovar, en la causa
con Paulina ante Vuestra Señoría como más haya lugar en derecho
parezco y dio que al de mi parte conviene el que Vuestra Señoría
mande comparecer a Juan Laso, residente en este Real y que
debajo de juramento se ratifique en la declaración que tiene hecha
y está presentada ante Vuestra Señoría y así mismo que declare en
que conformidad fue la saca de oro que se hizo para la paga de los
peones que [f. 458v.] hicieron la roza de maíz, sobre que pretende
la libertad y si fue de la Cabecera de los Cortes de la hacienda de
dicho mi parte y lo más que supiere sobre el particular para que
en su vista determine Vuestra Señoría en justicia, ella mediante. A
Vuestra Señoría pido y suplico así lo provea y mande que es de
justicia que pido, en ánima de mi parte juro lo necesario etcétera.
Gaspar de Perea y Mendoza.

[Al margen: Decreto] Por presentada comparezca la persona que


esta parte refiere, jure y declare [f. 459r.] lo que supiere. Así lo
proveyó, mandó y firmó. El señor don Antonio Cavero, gobernador
y capitán general de estas provincias del Chocó en Nóvita en veinte
y cinco días del mes de noviembre de mil setecientos treinta y ocho
años, con testigos por falta de escribano. Don Antonio Cavero.
Testigo Santiago del Pozo. Testigo Francisco Javier de Peralta.

[Al margen: Declaración y ratificación de Juan Laso] En el real de


san Jerónimo de Nóvita, en veinte y seis días del mes [f. 459v.]
de noviembre de mil setecientos treinta y ocho años, ante el

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Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

señor don Antonio Cavero, gobernador y capitán general de estas


provincias del Chocó y testigos por falta de escribano, compareció
Juan Laso de quien recibió juramento que hizo por Dios nuestro
señor y una señal de cruz, so cargo de él prometió decir verdad
de lo que supiere y le fuere preguntado y siéndolo al tenor del
escrito de la vuelta dijo que se ratificaba [f. 460r.] y ratifico en la
declaración que tiene hecha en la ciudad de Cali, la cual se le leyó
y en cuanto a la pregunta que se hace sobre que este declarante
diga de a dónde salió el oro que se dio para la paga de los indios
de san Agustín, que trabajaron en la roza, dice este declarante que
le consta porque lo vio, que la mulata Paulina le entregó el oro
a Nicolás de la Serna, para que este lo diese a don José Trujillo
Corregidor que era entonces del Pueblo de san Agustín [f. 460v.]
para la paga de los indios que trabajaron en la dicha roza de la
mulata Paulina y sobre si el oro fuese de la Cabecera de los Cortes,
dice este declarante que no lo sabe y esto responde y que todo
lo que a dicho y declarado es la verdad, de público y notorio, so
cargo del juramento que fecho tiene en que se afirmó y ratificó
siéndole leída esta su declaración, y dijo ser de edad de treinta y
tres años poco más o menos y que no le tocan las generales de
la ley y lo firmó con dicho señor gobernador y testigos por falta
[f. 461r.] de escribano. Don Antonio Cavero. Juan Laso. Testigo
Santiago del Pozo. Testigo Francisco Javier de Peralta.

[Al margen: Petición] Señor gobernador y capitán general. Paulina


Montaño, color pardo, residente en este Real, respondiendo al
traslado que por Vuestra Señoría se me hizo saber del escrito
presentado por Pascual de Tovar, minero de la Hacienda de las
Benditas Ánimas en el partido de san Agustín, su administrador
y patrono el doctor don Juan de Caicedo, como más haya lugar
en derecho y al mío convenga ante Vuestra Señoría parezco y
digo que es cierto interpuse a Nicolás de la [f. 461v.] Serna para
que le pidiese a don José Trujillo unos indios del pueblo de san
Agustín para el beneficio de una roza, los que con efecto para
mi, pidió y consiguió se le diesen e inmediatamente puse por
obra el regarla y de este beneficio logre fraguadle cosecha, la
que en pie tuve vendida a dos pesos y medio al capitán Gregorio
de Zúñiga como consta de la carta del dicho que ante Vuestra
Señoría tengo presentada y después por ser mucha la falta de
bastimentos que en aquel tiempo había con la misma obligación

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Pa u l i n a M o n t a ñ o , m u l a t a l i b e r t a , s o b r e s u l i b e r t a d

de cogerla, desgranar el maíz, y conducirlo [f. 462r.] a la mina,


la compro el dicho Nicolás de la Serna y bastimento la gente de
dicha mina por lo que habiendo dedicado parte de su importe
para mi libertad y careciendo de ella mucho tiempo como consta
de los autos pedí ante Vuestra Señoría me amparase en ella lo
que en méritos de justicia y según derecho, según consta de
los expresados autos fue Vuestra Señoría servido concederme
dicho amparo y por hallarme pobre, sin forma de mantenerme
en este Real, mediante a ser apoderado de dicho doctor don
Juan de Caicedo don [f. 462v.] Gaspar de Perea y Mendoza [Entre
renglones: sea de servir Vuestra Señoría como rendidamente se lo
suplico, mandar] se reciba la causa a prueba dentro los términos
que previene el derecho que por lo que a mi parte toca estoy
pronta a dar la que me compete es de justicia ella mediante. A
Vuestra Señoría pido y suplico provea según llevo referido que
en ello recibiré merced con justicia, costos y costas y juro lo
necesario etcétera. Paulina Montaño.

[Al margen: Decreto] Por presentada traslado a la parte a una y


a otra se les haga saber. Así lo proveyó, mandó y firmó el señor
don Antonio Cavero, gobernador y capitán general [f. 463r.] de
estas provincias del Chocó, en Nóvita en primero de diciembre
de mil setecientos treinta y ocho años, con testigos por falta de
escribano. Don Antonio Cavero. Testigo Santiago del Pozo. Testigo
Juan Francisco de Irureta.

[Al margen: Notificación] En dicho Real, en dicho día, mes y


año. Notifique e hice saber este decreto a Paulina Montaño y no
sabiendo firmar se hizo la diligencia ante testigos por falta de
escribano. Santiago del Pozo. Testigo Nicolás de Villa Quirán.
Testigo Cristóbal Mujica.

[f. 463v.]

[Al margen: Otra] Y luego incontinenti notifique e hice saber el


dicho decreto a don Gaspar de Perea quien lo oyó y entendió y
firmó conmigo y testigos, por falta de escribano. Santiago del Pozo.
Gaspar de Perea y Mendoza, testigo Juan Francisco de Irureta.
Testigo Cristóbal Mujica Lezcano.

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Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

[Al margen: Petición] Señor gobernador y capitán general. Don


Gaspar de Perea y Mendoza en nombre del doctor don Juan
de Caicedo, en virtud del poder que tengo presentado ante
Vuestra Señoría respondiendo al traslado [f. 464r.] que fue
servido mandar se me diese del escrito presentado por Paulina,
mulata, digo que Vuestra Señoría, en méritos de los autos y lo
que hace a favor de dicho mi parte (que reproduzco) se a de
servir de terminar en justicia lo que le pareciere conveniente,
no teniendo otra prueba que dar ni justificar más de lo que de
ellos consta por lo que renuncio todos los términos que me
competen para la definitiva, mediante lo cual. A Vuestra Señoría
pido y suplico se sirva determinar lo que fuere de justicia y en
ánima de mi parte juro [f. 464v.] lo necesario costas etcétera.
Gaspar de Perea y Mendoza.

[Al margen: Decreto] Por presentada traslado a la parte y se les


haga saber. Así lo proveyó, mandó y firmó el señor don Antonio
Cavero, gobernador y capitán general de estas provincias del Chocó
en Nóvita en trece días del mes de diciembre de mil setecientos
treinta y ocho años. Con testigos por falta de escribano. Don
Antonio Cavero. Testigo Santiago del Pozo, testigo Juan Francisco
Antonio de Irureta.

[f. 465r.]

[Al margen: Notificación] En dicho real, en dicho día, mes y año


notifique e hice saber este decreto a don Gaspar de Perea, quien lo
oyó y entendió y firmó conmigo y testigos por falta de escribano.
Santiago del Pozo. Gaspar de Perea y Mendoza. Testigo Juan
Francisco Antonio de Irureta. Testigo Cristóbal Mujica Lezcano.

[Al margen: Otra] Y luego incontinenti notifiqué e hice saber el


dicho decreto a Paulina Montaño en presencia de testigos y por
no saber firmar los que firmaron conmigo [f. 465v.] Santiago del
Pozo. Testigo Pedro Antonio de Requeta. Testigo Juan Francisco
Antonio de Irureta.

[Al margen: Petición] Señor gobernador y capitán general. Paulina


Montaño de color pardo, residente en este Real respondiendo
al traslado que Vuestra Señoría mando se me diese del escrito

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Pa u l i n a M o n t a ñ o , m u l a t a l i b e r t a , s o b r e s u l i b e r t a d

presentado por don Gaspar de Perea y Mendoza, apoderado del


doctor don Juan de Caicedo como más haya lugar ante Vuestra
Señoría parezco y digo conviene a mi derecho mande Vuestra
Señoría hacer la publicación de probanzas [f. 466r.] y que se me
entreguen los autos para con vista de ellos alegar y probar tengo
satisfecho el importe de mi valor y el alcance de cuatrocientos
patacones que hago a la hacienda de las Benditas Ánimas (de Santa
Rosa) en el partido de san Agustín es de justicia y ella mediante.
A Vuestra Señoría pido y suplico provea y mande según y cómo
llevo pedido por ser de justicia que pido y juro lo necesario, costos
y costas etcétera. Paulina Montaño.

[Al margen: Decreto] Por presentado traslado a la parte y se les


haga saber. Así lo [f. 466v.] proveyó, mandó y firmó el señor
don Antonio cavero gobernador y capitán general de estas
provincias del Chocó en Nóvita, en diez y siete de diciembre
de mil setecientos treinta y ocho años con testigos por falta
de escribano. Don Antonio Cavero. Testigo Santiago del Pozo.
Testigo Juan Francisco Antonio de Irureta.

[Al margen: Notificación] En dicho Real, en dicho día, mes y


año, notifique e hice saber este decreto a Paulina Montaño y no
sabiendo firmar se [f. 467r.] hizo la diligencia ante testigos por
falta de escribano. Santiago del Pozo. Testigo Pedro Antonio de
Requeta. Testigo Juan Francisco Antonio de Irureta.

[Al margen: Otra] Y luego incontinenti notifiqué e hice saber el


dicho decreto a don Gaspar de Perea, quien lo firmó conmigo y
testigos por falta de escribano. Santiago del Pozo. Gaspar de Perea
y Mendoza. Testigo Juan Francisco Antonio de Irureta. Testigo
Cristóbal Mujica Lezcano.

[f. 467v.]

[Al margen: Petición] Señor gobernador y capitán general don Gaspar


de Perea y Mendoza, en nombre del doctor don Juan de Caicedo,
al traslado que Vuestra Señoría fue servido mandar se me diese
del escrito presentado por Paulina Montaño, en que pide se haga
publicación de probanzas y se le entreguen los autos, para alegar
lo que hace a su favor, digo que convengo en lo referido y pido se

223
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

me entreguen los autos referidos, para reproducir el derecho de mi


parte, mediante lo cual. A Vuestra Señoría [f. 468r.] pido y suplico así
lo provea y mande por ser de justicia que con costas pido y en ánima
de mi parte juro lo necesario, etcétera. Gaspar de Perea y Mendoza.

[Al margen: Decreto] Por presentada, hágase la publicación de


probanzas, entréguese los autos al actor demandante y responda
dentro del término de los seis días de la ley, hágase saber a las
partes. Así lo proveyó, mandó y firmó el señor don Antonio
Cavero, gobernador y capitán general de estas provincias del
Chocó, en Nóvita en cinco de enero de mil sete [f. 468v.] cientos
treinta y nueve años. Con testigos por falta de escribano. Don
Antonio Cavero. Testigo Santiago del Pozo. Testigo Juan Francisco
Antonio de Irureta.

[Al margen: Notificación] En dicho día, mes y año, notifique e hice


saber este decreto a don Gaspar Perea quien lo firmó conmigo y
testigos por falta de escribano. Santiago del Pozo. Gaspar de Perea
y Mendoza. Testigo Juan Francisco Antonio de Irureta. Testigo
Cristóbal Mujica Lezcano.

[Al margen: Otra] Y luego incontinenti notifiqué el dicho decreto a


Paulina Montaño y no sabiendo [f. 469r.] firmar se hizo la diligencia
ante testigos por falta de escribano. Santiago del Pozo. Testigo Pedro
Antonio de Requeta. Testigo Juan Francisco Antonio de Irureta.

[Al margen: Petición] Señor gobernador y capitán general. Paulina


Montaño en la causa sobre mi libertad y que se me paguen
cuatrocientos patacones que me debe la hacienda de las Ánimas,
digo que se me ha hecho saber el proveído por Vuestra Señoría
el día cinco del corriente mes en que manda se haga publicación
[f. 469v.] de probanzas y siendo las que constan de los autos
bastantemente suficientes para la plena justificación de mi libertad
y demanda que reproduzco en debida forma, no se me ofrece
que decir, solo si suplicar rendidamente a Vuestra Señoría se sirva
mandar declararme por libre y que sin ninguna dilación se me
paguen los cuatrocientos patacones, que se me deben por la suma
necesidad que padezco, mediante a mantenerme con mi sudor y
trabajo el que habiendo cesado [f. 470r.] por mi precisa asistencia
en este Real, al seguimiento de mi justa demanda, me hallo

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Pa u l i n a M o n t a ñ o , m u l a t a l i b e r t a , s o b r e s u l i b e r t a d

precisada a mantenerme de limosna lo que pongo en la piedad y


discreta consideración de Vuestra Señoría para que teniendo esto
presente y los insustanciales alegatos y diligencias y de la parte
contraria, que nada le favorecen y antes bien favorecen mi justicia
y solo pretenden sin más razón que su pretensión en oscurecer
y volver cuestión el hecho de la verdad considerándome inválida
[f. 470v.] y sin más favor que el de Dios nuestro señor sin que obste
el decir que con el procedido de un cortecillo de dicha hacienda,
hice la roza, pues caso negado y no concedido que cuando fuese
cierto, cierto este cargo se le debería hacer al minero de cuyo
cargo era la administración y cuidado y no del mío, por lo que debe
ser despreciable en esta atención como llevo dicho, se a de servir
Vuestra Señoría (que así se lo suplico rendidamente) mandar se
me pague la expresada cantidad y declararme por libre [f. 471r.] de
la esclavitud, en atención a que tengo satisfecho el importe por el
avalúo como consta de los autos, en cuyos méritos y todo lo más
que haga y pueda hacer por falta de letrado, con quien aconsejarme.
A Vuestra Señoría pido y suplico se sirva proveer según que llevo
pedido, en que recibirme bien y merced, con justicia que pido y
costas en lo necesario juro etcétera. Paulina Montaño.

[Al margen: Decreto] Por presentada traslado a la parte y se le


entreguen los autos, responda dentro del [f. 471v.] término de los
seis días de la ley, hágasele saber a las partes. Así lo proveyó, mandó
y firmó el señor don Antonio Cavero, gobernador y capitán general
de estas provincias del Chocó en Nóvita en catorce días del mes de
enero de mil setecientos treinta y nueve años con testigos por falta
de escribano. Don Antonio Cavero. Testigo Santiago del Pozo. Testigo
Juan Francisco Antonio de Irureta. Testigo Cristóbal Mujica Lezcano.

[f. 472r.]

[Al margen: Notificación] En dicho día, mes y año, notifique e hice


saber este decreto a Paulina Montaño y por no saber firmarse hizo la
diligencia con testigos por falta de escribano. Santiago del Pozo. Testigo
Juan Francisco Antonio de Irureta. Testigo Cristóbal Mujica Lezcano.

[Al margen: Otra] Y luego incontinenti notifiqué e hice saber el


dicho decreto a don Gaspar Perea, quien lo firmó conmigo y
testigos por falta de escribano Santiago del Pozo. Gaspar de Perea

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Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

y Mendoza. Testigo Juan Francisco Antonio de [f. 472v.] Irureta.


Testigo Cristóbal Mujica Lezcano.

[Al margen: Petición] Señor Gobernador y capitán general don


Gaspar de Perea y Mendoza en nombre del doctor don Juan
de Caicedo, en virtud de su poder sustituido, en mi presentado
a Vuestra Señoría en la demanda puesta por Paulina Montaño,
mulata al traslado del escrito de la susodicha en que alega de bien
probado que se sirvió Vuestra Señoría mandarme dar como más
haya lugar en derecho y al de mi parte convenga respondiendo
[f. 473r.] a él digo que según los méritos de los autos y de lo que de ellos
resulta, probado y justificado a favor de mi parte se a de servir Vuestra
Señoría como lo suplico, declarar a la referida por su esclava y por
consiguiente ser injusta la demanda de los cuatrocientos patacones
que pone pues de lo que produjeron y la libertad que pretende fue
de la roza de maíz que sembró con indios del Pueblo de san Agustín
y negros esclavos de mi parte y los indios los pidió Nicolás de la
Serna que [f. 473v.] en la ocasión era minero y administrador de dicha
hacienda y se le dieron para utilidad de ella y no para el de la dicha
mulata, como consta de la declaración hecha por don José Trujillo
y si el referido Serna por sus fines particulares, como está aprobado
pretendía o quería librarla y adelantarle algún dinero más, este lo
pudo hacer de su peculio y no del de mi parte porque si este hubiera
reconocido que legítimamente le pertenecía hubiera mandado que
luego se le hubiera dado [f. 474r.] la libertad y se le hubiera satisfecho
la demasía lo que no ha ejecutado en tanto tiempo, por las razones
expresadas, lo que se ha de servir Vuestra Señoría tener presente
para la determinación de la causa declarando según ella lo que llevo
referido y lo más que convenga a mi parte y a su favor haga que
reproduzco y de por expresado y no alego por falta de abogado. A
Vuestra Señoría pido y suplico se sirva determinar sumariamente en
justicia que es la que pido con costas y en su ánima juro lo necesario
etcétera. Gas[f. 474v.]par de Perea y Mendoza.

[Al margen: Decreto] Por presentada, tráiganse los autos a la vista, así
lo proveyó, mandó y firmó el señor don Antonio Cavero, gobernador
y capitán general de estas provincias del Chocó en Nóvita en veinte
días del mes de enero de mil setecientos treinta y nueve años, con
testigos por falta de escribano. Don Antonio Cavero. Testigo Santiago
del Pozo. Testigo Juan Francisco Antonio de Irureta.

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Pa u l i n a M o n t a ñ o , m u l a t a l i b e r t a , s o b r e s u l i b e r t a d

[f. 475r.]

[Al margen: Auto] En el Real de san Jerónimo de Nóvita en veinte y


cuatro de enero de mil setecientos treinta y nueve años, el señor don
Antonio Cavero, gobernador y capitán general de estas provincias
del Chocó, dijo que hallándose esta causa conclusa se cite a las
partes para la sentencia definitiva. Así lo proveyó, mandó y firmó
con testigos por falta de escribano don Antonio Cavero. Testigo
Santiago del Pozo. Testigo Juan Francisco Antonio de Irureta.

[f. 475v.]

[Al margen: Notificación] En dicho Real, en dicho día, mes y año,


notifiqué e hice saber este auto a don Gaspar de Perea quien lo
oyó y entendió y firmó conmigo y testigos por falta de escribano.
Santiago del Pozo. Gaspar de Perea y Mendoza. Testigo Juan
Francisco Antonio de Irureta. Testigo Cristóbal Mujica Lezcano.

[Al margen: Otra] Y luego incontinenti notifiqué e hice saber el dicho


auto a Paulina Montaño y por no saber firmar se hizo la diligencia
con testigos por falta de escribano [f. 476r.] Santiago del Pozo, testigo
Juan Francisco Antonio de Irureta, testigo Cristóbal Mujica Lezcano.

[Al margen: Sentencia definitiva] En El Real de san Jerónimo de


Nóvita en doce días del mes de febrero de mil setecientos treinta y
nueve años. Yo don Antonio Cavero, gobernador y capitán general
de estas provincias del Chocó, habiendo visto estos autos seguidos
entre partes de la una Paulina Montaño, de color pardo, actora
[f. 476v.]demandante y de la otra el Alférez real, de la ciudad, de
Cali, el doctor don Juan de Caicedo, reo demandado de la cantidad
de cuatrocientos castellanos de oro de los cuales pidió la dicha
actora se rebajasen el importe de su valor y se le pagase el residuo.
Visto lo alegado, pedido y probado por dicha actora lo contradicho
y alegado por parte de dicho doctor con todo lo más que verse y
considerarse convino etcétera, fallo atento al mérito del [f. 477r.]
proceso que la dicha Paulina de Montaño ha probado su acción
y derecho como probarla debía, doy la por bien probada y que
el dicho doctor don Juan de Caicedo, no ha probado su acción
y derecho como probarlo convino, decláralo por no probado en
cuya virtud declaro que la dicha Paulina Montaño debe ser habida

227
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

y tenida por persona libre, en virtud de la presente definitiva en


conformidad de los cuatrocientos patacones [f. 477v.] en que fue
apreciada, los cuales rebajados de los cuatrocientos castellanos de
oro que demandó y probó se le restan cuatrocientos patacones,
los que luego, luego se le entregarán de que se agregará recibo
jurídico a estos autos y por esta mi sentencia definitivamente
juzgado. Así lo pronunció, mandó y firmó con costas en que por
entero condeno a la parte del dicho doctor y se hará tasación de
los autos en conformidad del real arancel por Santiago del Pozo
[f. 478r.] don Antonio Cavero.

[Al margen: Publicación de la sentencia definitiva] Pronunciose y


publicose la sentencia antecedente por mí, don Antonio Cavero,
gobernador y capitán general de estas Provincias del Chocó, estando
en audiencia pública en esta casa real de Nóvita en trece días del
mes de febrero de este presente año de mil setecientos y treinta y
nueve y lo firmé con testigos por falta de escribano. Don Antonio
Cavero, testigo Santiago del Pozo. Testigo Cristóbal Mujica Lezcano.

[f. 478v.]

[Al margen: Notificación] En dicho real, en dicho día, mes y año,


yo Santiago del Pozo notifiqué e hice saber este auto de sentencia
definitiva a Paulina Montaño en su persona que lo oyó y entendió
y por no saber firmar se hizo la diligencia con testigos que lo
firmaron conmigo. Santiago del Pozo. Testigo Indalecio García.
Testigo Gregorio Montaño.

[Al margen: Otra] Y luego incontinenti le notifiqué e hice saber el


dicho auto a don Gaspar de Perea y Mendoza, apoderado del doctor
don Juan de [f. 479r.] Caicedo en su persona que lo oyó y entendió
y firmó conmigo Santiago del Pozo, Gaspar de Perea y Mendoza.

[Al margen: Petición] Señor gobernador y capitán general. Don


Gaspar de Perea y Mendoza en nombre del doctor don Juan de
Caicedo, Alférez real de la ciudad de Cali en el litigio que sigo
con Paulina, mulata ante Vuestra Señoría como más haya lugar
en derecho y al de mi parte convenga parezco y digo que ayer
que se contaron trece del presente mes se me hizo [f. 479v.] saber
la sentencia dada por Vuestra Señoría en dicha causa de la cual

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Pa u l i n a M o n t a ñ o , m u l a t a l i b e r t a , s o b r e s u l i b e r t a d

hablando con la venia debida es mi parte damnificada por lo que


una, dos y tres veces y las más que el derecho me permite apelo
de ella para ante su alteza señores presidente y oidores de este
Nuevo Reino, donde protesto repetirá y alegará lo que hace y
hacer pueda a su favor en ambos efectos, suplicando a Vuestra
Señoría se sirva suspender lo mandado, en razón de que se le
entreguen a la dicha [f. 480r.] mulata, los cuatrocientos patacones
declarados por Vuestra Señoría de la roza de maíz y que las costas
se paguen según lo que se determinare por su alteza, para cuyo
efecto se ha de servir Vuestra Señoría mandar se me dé testimonio
integrum de todos los autos para dicho efecto, mediante lo cual.
A Vuestra Señoría pido y suplico se sirva proveer y mandar en
justicia que es la que pido en nombre de mi parte en su ánima
juro lo necesario. Etcétera. Gaspar [f. 480v.] de Perea y Mendoza.

[Al margen: Decreto] Por presentada traslado a la parte, hágaseles


saber. Así lo proveyó, mandó y firmó el señor don Antonio Cavero,
gobernador y capitán general de estas provincias del Chocó en
Nóvita en catorce días del mes de febrero de mil setecientos treinta
y nueve años, con testigos por falta de escribano. Don Antonio
Cavero, testigo Santiago del Pozo, testigo Cristóbal Mujica Lezcano.

[Al margen: Notificación] En dicho Real [f. 481r.] en dicho día, mes y
año, notifiqué e hice saber este decreto a don Gaspar de Perea quien
lo firmó conmigo. Santiago del Pozo, Gaspar de Perea y Mendoza.

[Al margen: Otra] Y luego incontinenti notifiqué e hice saber el dicho


decreto a Paulina Montaño en presencia de testigos por no saber
firmar conmigo. Santiago del Pozo. Testigo Francisco Javier de Peralta.

[Al margen; Petición] Señor gobernador y ca[f. 481v.]pitán general.


Paulina de Montaño de color pardo, en la causa ejecutiva que sigo
en favor de mi libertad, por la cantidad de cuatrocientos patacones,
rebajado el valor de mi persona, todo del producto que de una
roza vendí a la hacienda del Alférez real don Juan de Caicedo,
respondiendo al traslado que Vuestra Señoría fue servido mandar
se me diese del escrito presentado por la parte en que interpone
[f. 482r.] apelación, parezco ante Vuestra Señoría y digo que como
consta de dicho escrito, solo se interpone la apelación sobre los
cuatrocientos patacones mandados se me entreguen y costas, con

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Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

lo que es visto consentir en la sentencia pronunciada por Vuestra


Señoría en lo respectible a mi libertad, cuya acción que favorece a
mi derecho, acepto y suplico a Vuestra Señoría que atento a que
la sentencia que tiene diversos artículos se pueden aceptar unos
y apelar de otros y que lo sigilado induce aceptación [f. 482v.]
y consentimiento se sirva de declarar dicha sentencia, en dicho
punto, por pasada en autoridad de cosa juzgada y en atención a
la apelación que interpone y pide se le conceda en ambos efectos
debo representar a Vuestra Señoría que el punto sobre que se
apela es ejecutivo pues esta aprobada la demanda y consentida
según lo que llevo a legado, en cuya atención contradigo dicha
apelación en lo suspensible [f. 483r.] pues como consta a Vuestra
Señoría no hay efecto suspensivo en causas ejecutivas por lo
que suplico a Vuestra Señoría que se sirva mandar se exhiba la
cantidad mandada entregar y las costas y que hasta cumplir con
el tenor de dicha sentencia se suspenda el testimonio de los autos
comprimiendo a la parte a la exhibición. Mediante lo cual a Vuestra
Señoría pido y suplico se sirva de mandar hacer según que pido
con justicia [f. 483v.] y juro lo necesario etcétera. Paulina Montaño.

[Al margen: Auto] Autos y vistos. En atención a lo que consta


alegado concédase la apelación el efecto devolutivo a la parte
del Alférez real don Juan de Caicedo y en el suspensivo no ha
lugar. Exhiba los cuatrocientos patacones los que se depositarán
en persona lega, llana y abonada, hasta el resulto de la apelación
y por lo que mira a las costas, cúmplase lo proveído [f. 484r.] en la
sentencia de doce de febrero de este presente año. Así lo proveyó,
mandó y firmó el señor don Antonio Cavero, gobernador y capitán
general de estas provincias del Chocó, en Nóvita en diez y nueve
de febrero de mil setecientos treinta y nueve año. Con testigos
por falta de escribano. Don Antonio Cavero. Testigos Santiago del
Pozo. Testigo Cristóbal Mujica Lezcano.

[Al margen: Notificación] En dicho Real, en dicho día, mes y año,


notifiqué e hice saber este decreto a Paulina Montaño en pre
[f. 484v.]sencia de testigos los que firmaron conmigo. Santiago del
Pozo. Testigo Cristóbal Mujica de Peralta.

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Pa u l i n a M o n t a ñ o , m u l a t a l i b e r t a , s o b r e s u l i b e r t a d

[Al margen: Otra] Y luego incontinenti notifiqué e hice saber


el dicho decreto a don Gaspar Perea quien lo firmó conmigo.
Santiago del Pozo, Gaspar de Perea y Mendoza.

[Al margen: Auto] En el Real de san Jerónimo de Nóvita en veinte


y seis días del mes de febrero de mil setecientos treinta y nueve
años. Yo Santiago del Pozo en conformidad de lo mandado por el
señor don Antonio Cavero, gobernador y capitán general de estas
provincias del Chocó, teniendo presente el real arancel hice esta
[f. 485r.] tasación en la manera siguiente.

Primeramente por cuarenta y cuatro firmas que se hallan en autos,


decretos y notificaciones a dos tomines cada una importan once pesos.

Yten por la presentación de cinco instrumentos y doce peticiones


a dos tomines cada una importa cuatro pesos y dos tomines.

Yten por un despacho tres pesos.

Yten por el examen de dos testigos el primero a dos tomines y el


otro un tomín importa tres tomines.

Yten por la sustitución de un poder cuatro tomines.

Yten por la sentencia diez tomines.

Yten por cuatro pliegos de papel del sello tercero cuatro tomines.

Yten por once fojas escritas reguladas por tiras a dos tomines cada
una importa dos pesos y seis tomines.

Yten por esta tasación [f. 485v.] un peso.

Por manera que según las partidas que constan en esta tasación
suman y montan veinte y cuatro pesos y cinco tomines, salvo
yerro de pluma o suma y para que conste lo firmo, Santiago del
Pozo. Enmendado: e, t, e, ub, s, ma, y, ran, como, virtud, vale.
Entre renglones: y José de Ortiz, oro y Patrono de la obra pía que
dejó Juan Jacinto Palomino, y debajo de juramento, se ha de servir

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Vuestra Señoría como rendidamente se lo suplico mandar, vale.


Testado: testigo, l, en, l, para, y, en, le, no vale.

Concuerda este traslado de autos con su original, va cierto y


verdadero, corregido y concertado y legalmente sacado a que en lo
necesario a su original me remito y de pedimento del apoderado del
doctor don Juan [f. 486r.] de Caicedo, doy el presente en este real de
san Jerónimo de Nóvita en diez y ocho de marzo de mil setecientos
treinta y nueve años y lo firmó con testigos por falta de escribano.

[Firma] Don Antonio Cavero [Rúbrica] Testigo [Firma] Cristóbal


Mujica Lezcano [Rúbrica]

Testigo [Firma] Santiago del Pozo [Rúbrica] Testigo [Firma] José


Andueza [Rúbrica]

Derechos del testimonio con el concuerda y firma última diez y


nueve pesos y cinco tomines.

[f. 486v.] Entre alegando y la vista importa cuatro pesos cinco


reales y medio. Habiendo rebajado fojas. Al relator le tocan tres
pesos para la definitiva y el artículo de que se hagan los autos en
estrados toca al relator diez reales.

El Regidor recibió el importe de esta regulación de [Firma] don


Diego de Caicedo Flórez [Rúbrica]

[f. 487r.]

En la ciudad de Santiago de Cali en diez y seis días del mes de abril


de mil setecientos y treinta y nueve años, ante mi don Fernando de
Cuero, alcalde ordinario de primer voto en ella y su jurisdicción por
su Majestad y testigos por falta de escribano, pareció presente el
señor doctor don Juan de Caicedo, Alférez real, Regidor perpetuo
de esta dicha ciudad y alcalde ordinario en ella por ausencia del
propietario a quien certifico que conozco y otorga que daba y
dio todo su poder cumplido el que de derecho se requiere y es
necesario especial para valer en primer lugar al sargento mayor
don Francisco Javier de Echaverri y Cobo, vecino de la ciudad de
Santa Fe y alcalde ordinario en ella y en segundo a don Diego

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Pa u l i n a M o n t a ñ o , m u l a t a l i b e r t a , s o b r e s u l i b e r t a d

de Caicedo, vecino de dicha ciudad, ambos juntos y a cada uno


de por si insolidum con igual facultad para que en su nombre y
representando su persona fecho y causa se presenten en grado
de apelación con el testimonio de autos que le remite en la Real
Audiencia de aquella corte ante los señores presidente y oidores de
ella sobre la libertad que el señor gobernador de las Provincias del
Chocó dio a una mulata nombrada Paulina esclava de los bienes
del maestre de campo don Nicolás de Caicedo su legítimo padre y
alcance que la susodicha ha demandado dimanado de la roza de
maíz que dice haber hecho a su costa sobre cuyo punto pedirán lo
que convenga y consta por dicho [f. 487v.] testimonio sobre lo que
harán los pedimentos y requerimientos y demás alegaciones que
convengan, oyendo las sentencias que se pronunciaren aceptando
lo favorable y lo de en contrario supliquen para ante quien y
con derecho puedan que el poder que se requiera ese les da con
todas sus cláusulas aunque aquí no se expresen que la que faltase
la da por inserta y mencionada y con facultad de enjuiciar, jurar
y sustituir en una en personas las que hallaren por conveniente
nombrar unos y revocar otros sustitutos y a todos releva de costas
en debida forma de derecho y con obligación a su firmeza de
todos sus bienes y rentas y los de la dicha hacienda de su padre
difunto en cuyo testimonio así lo dijo, otorgó y firmó conmigo
dicho Alcalde ordinario y testigos por la dicha falta de escribano y
de su pedimento no quedó en registro.

[Firma] Fernando de Cuero [Rúbrica] [Firma] Doctor don Juan de


Caicedo [Rúbrica] [Firma] Antonio Deamiano y Satisaval [Rúbrica]
[Firma] Francisco San Jurjo de Montenegro [Rúbrica]

[Al margen: Sin derechos]

El cabildo, justicia y regimiento de esta muy noble y muy leal


ciudad de Santiago de Cali [Entre renglones: de la gobernación de
Popayán] que de suso firmamos, certificamos en la manera que
podemos ya lugar en derecho a los señores que la presente vieren
como [f. 488r.] don Fernando de Cuero de quien parece autorizado
el poder antecedente es tal alcalde ordinario como se intitula ya
todos sus semejantes y demás instrumentos que ante el pasan se
les da entera fe y crédito en juicio y fuera de él como a juez legal y
de confianza y para que conste damos la presente en Cali en diez y

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Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

siete días del mes de abril de mil setecientos y treinta y nueve años
y lo firmaron por ante sí y por si por falta de escribano público y
de cabildo. Entre renglones: de la gobernación de Popayán, vale.

[Firma] Juan de Ceballos [Rúbrica] [Firma] Juan Antonio de la Llera


Gómez [Rúbrica]

[Firma] Francisco Ventura de Olarve y Gamarra [Rúbrica]

[f. 489r.]

Muy Poderoso Señor

Don Diego Agustín de Caicedo, vecino de esta ciudad en nombre


del doctor don Juan de Caicedo, Alférez real de la ciudad de Cali
y en virtud de su poder que presento con el juramento y solemnidad
necesaria, ante Vuestra Alteza parezco y digo que por el mes de
enero del año próxime pasado de setecientos y treinta y ocho,
habiendo dejado de visita vuestro gobernador de la Provincia del
Chocó don Antonio Cavero, del Real de Minas de santa Rosa,
compareció Paulina Montaño, esclava de la cuadrilla y verbalmente
pidió se le amparase en su libertad que dijo tenía adquirida con el
precio de unos colados de maíz que dijo tenía dados a la hacienda
y que se le restituyese lo que sobraba del valor de dicho maíz y
sin más justificación que la declaración del minero, mando dicho
vuestro gobernador que diese noticia a mi parte para que fuese
obligado a dar carta de libertad a dicha esclava y que le diese los
cuatrocientos patacones que le sobraban mandando embargar los
efectos [f. 489v.] necesarios del cumplimiento de ellos y así mismo
declaro por amparada en su libertad a la sobredicha y que por
persona alguna fuese obligada a esclavitud y habiéndosele hecho
saber a mi parte el despacho librado, contradijo la pretensión de
la sobredicha y representó lo que tuvo por conveniente y dado
poder para el seguimiento de la causa y excepcionándose todo lo
que bastaba, sin embargo dicho vuestro gobernador en once del
mes de febrero de este presente año declaró que la dicha Paulina
Montaño, debía ser tenida por persona libre y que luego se le
entregasen cuatrocientos patacones que le sobraban del valor de
dicho maíz, de la cual sentencia se apeló prontamente por ante
Vuestra Alteza y que se suspendiese lo mandado en razón de que

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Pa u l i n a M o n t a ñ o , m u l a t a l i b e r t a , s o b r e s u l i b e r t a d

se le entregasen dichos cuatrocientos patacones y las costas se


pagasen según lo que se determinase por Vuestra Alteza que pidió
se diese testimonio integro para el efecto de dicha apelación en
diez y nueve de dicho mes, se le concedió la apelación en el
efecto devolutivo y no en el suspensivo y que se exhibiesen y
depositasen los cuatrocientos patacones [f. 490r.] y que se cumpliese
lo proveído por lo que miraba a las costas y con efecto se dio el
testimonio para el seguimiento de la apelación, en cuya prosecución
le presentó con la solemnidad necesaria para que habiéndome por
presentado en dicho grado se sirva Vuestra Alteza como lo suplico
de revocar, suplir o enmendar la dicha sentencia que corre a f. 68
declarando por esclava de la mina y hacienda a la dicha Paulina
Montaño, lo primero porque se hallará que como solo por una
mera representación de la sobredicha se mandase avaluar y se
avaluase sin noticia ni citación de mi parte y se le amparase en
libertad y se mandase ser tenida por libre, fue motivo para que la
dicha instare sobre el cumplimiento de lo mandado. Lo otro,
porque se hallará el escrito de la sobredicha a f. 7 que en lo que
quiso fundar su pretensión fue en decir que con su industria y a
costa de unos pesos de oro que tenía adquirido con su trabajo los
días festivos e hizo hacer una roza de maíz, en el río de san Agustín,
en dicha hacienda y que habiendo el minero cogido el maíz que
produjo ciento y sesenta y seis colados y entraron en la hacienda
libres ciento y sesenta de que le [f. 490v.] era deudora la hacienda
y que aunque había pretendido se le diese libertad no lo había
podido conseguir cuando todo esto lo pudiese dar derecho para la
pretendida libertad, nada justificó ni le podía aprovechar porque
confesando que adquirió unos pesos de oro con su trabajo, es
constante en derecho que el dominio de ellos pertenecía al señor
y en el caso presente mejor pues diciéndosele opuesto el que el
oro lo sacó de la misma hacienda, dice que este cargo se le debiera
hacer al minero a cuyo cargo estaba la administración y cuidado
con que quiere dar a entender que adquirió dicho oro por descuido
del minero y así lo hubo hurtado por el cual me dio y siendo de
la misma hacienda mal pudo haber dado principio a adquirir más
y hacerlo suyo que cuando no fuese esclava lo que se adquiría con
el dicho oro, era de la hacienda o dueño del oro y mina de donde
se sacó [f. 491r.] pues el oro era de ella y aunque la dicha en su
escrito a f. 62 quiere negar haber sacado dicho oro de dicha mina
no dice ni probó de adonde lo hubo y quiere atribuir su adquisición

235
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

al descuido del minero como cierto le diere derecho para que


hiciese suyo dicho oro y lo cierto es que por la amistad que tenía
dicho minero con la dicha le permitió sacar dicho oro y por lo
mismo pidió indios al corregidor pretextando ser para la mina
como consta de la declaración de f.35 y se los dio a la dicha para
que hiciese la roza en la misma hacienda y está justificado así por
dicha declaración como por la de f.78 y las de 38 y 51 la dicha roza
se hizo en la dicha hacienda se benefició y cogió con los esclavos
de ella, con que no tuvo en esto la dicha Paulina más parte que el
Arte de que se pidiesen los indios como que eran para la hacienda
y mina y la dicha en su escrito a f.53 confiesa ser cierto que
interpuso a Nicolás de la Serna, minero para que pidiese los indios
para el beneficio de la roza que si la dicha lo pudiese hacer por si
no necesitaba de esta interposición [f. 491v.] con que los indios se
dieron para dicha hacienda y su beneficio que si no fuera así no
se hubieran dado como lo tiene declarado el mismo corregidor y
el quererse aprovechar de la obligación que había de dar indios no
puede resultar en perjuicio de la misma hacienda pues era en su
favor, con que esta convenido el que por la amistad ilícita que
tenía la dicha con el dicho minero, pudo conseguir la saca del oro,
el que se diesen indios y hacer la roza en la misma hacienda y el
que se figurase que el maíz lo recibía dicho minero de la dicha
como suyo, para la hacienda aunque esto no era tan cierto pues
dice en dicho su escrito de f. 7 que no había podido conseguir el
que se le diese la libertad en tanto tiempo, habiendo entrado y
gastadose en la hacienda el dicho maíz y así lo cierto es que se
aplicó a ella como frutos de la misma y como tales se cuidaron,
beneficiaron, cogieron y guardaron por los esclavos, de la misma
hacienda y el que la dicha se aplicase a que se hiciese dicha roza
sería como buena esclava que está obligada a servir en dicha
hacienda y si se pagaron dichos indios con dicho oro, se pagaron
por la hacienda pues el oro era de sus minas y cuando no [f. 492r.]
la esclava que lo adquirió era esclava y así no lo hizo suyo, sino
de su amo y por eso lo aplicó del gasto de dicha hacienda y
después se le ofrecería el querer que con el valor de dicho maíz
se le libertase porque la roza había hechose a su solicitud ( y no
advirtiendo como ignorante) que aunque la roza de maíz se
hubiese hecho con solo su trabajo y con el mismo solo hubiese
llegado a cogerse siendo en la misma hacienda y por una esclava
de ella, no lo hacía suyo pues de esta suerte todos los frutos de las

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Pa u l i n a M o n t a ñ o , m u l a t a l i b e r t a , s o b r e s u l i b e r t a d

haciendas fueran de los esclavos, pues como su trabajo se consigue,


lo otro que la dicha dijo que el oro lo adquirió con su trabajo, de
los días festivos y si lo justificó ni pretendió hacerlo con que queda
constante que fue adquirido como va dicho, lo otro que caso
negado que el dicho maíz lo hubiese adquirido la dicha no
habiendo sido por la administración que tuviese libre facultad para
ello a permiso de su amo, con concesión expresa de que lo que
adquiriese fuese suyo o en los demás modos que el siervo hace
suyo lo que adquiere proceden las disposiciones legales que
ordena que todo lo [f. 492v.] que el siervo adquiere es del señor y
así en el caso presente, no solo el dicho oro sino todo el importe
de dicho maíz, pertenece a la hacienda del dueño de ella con que
indebidamente se aplicó a la libertad de la dicha y los cuatrocientos
pesos del recibo se le mandaban dar pues no se le debían ni eran
suyos y así no había causa para que se mandasen exhibir y
depositar ni para haber negado la apelación y aunque mi parte dio
escrito sobre ello, se le devolvió sin proveer, con que habiendo
sido la dicha Paulina actor en la causa y no habiendo probado
cosa alguna y pedido ella misma publicación de probanzas, en su
escrito de f. 57 y haber dicho en el escrito de f.61 que las probanzas
que tenía dadas [Entre renglones: eran] bastantemente suficientes
para la plena justificación de su libertad no hallándose otras que
las dadas por mi parte padeció engaño en pensar que le
aprovechaban y aunque por mi parte no se hubiese dado prueba
alguna no le obstaba pues no tenía necesidad de ella cuando no
se ha dudado ser esclava, la sobredicha perteneciente a la hacienda
que administra mi parte y a la dicha era a quien le incumbía la
prueba en cuya atención [f. 493r.] y a lo más que esta dicho por mi
parte en su respuesta a f.26 y lo alegado en el discurso de la causa
que reproduzco. A Vuestra Alteza pido y suplico se sirva de
proveer según que pido con justicia, costas y juro lo necesario en
ánima de mi parte etcétera.

[Firma] Don Márquez [Rúbrica] [Firma] Don Diego Agustín de


Caicedo y Fajardo [Rúbrica] [Firma] Agustín Blanco [Rúbrica]

Por presentados y traslado.

Proveyose por los señor Presidente y oidores de la Audiencia Real


de su Majestad Licenciado don José de Quintana y Acevedo oidor

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Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

en Santa Fe a veinte y dos de mayo de mil setecientos treinta y


nueve años. [Firma] Arias [Rúbrica].

Certifico haber solicitado entre los procuradores del número de


esta Real Audiencia si tiene poder de Paulina Montaño, mulata de
la cuadrilla del doctor don Juan de Caicedo y se me respondió
por dichos procuradores no tenerlo y para que conste lo firmo
en Santa Fe a veinte y dos de mayo de mil setecientos treinta
[f. 493v.] y nueve años.

[f. 494r.]

Muy Poderoso Señor

Don Diego Agustín de Caicedo en nombre del doctor don Juan de


Caicedo, Alférez real de la ciudad de Cali, en la causa con Paulina
Montaño, sobre la libertad que pretende digo que como consta
de la certificación dada por el presente escribano, no hay poder
de la sobredicha y así no hubo a quien hacerle saber el traslado
mandado dar y respecto a que la sobredicha fue citada y no ha
comparecido por si ni por Procurador. Le acuso la rebeldía para
que se sirva Vuestra Alteza de haberla por acusada, mandando se
hagan los autos en los estrados mediante lo cual.

A Vuestra Alteza pido y suplico se sirva de proveer según y cómo


tengo pedido con justicia, costas y juro lo necesario en ánima de
mi parte etcétera.

[Firma] Don Diego Agustín de Caicedo y Fajardo [Rúbrica] [Firma]


Agustín Blanco [Rúbrica]

[f. 494v.]

Por acusada la rebeldía y autos en estado.

Proveyose por los señores Presidente y oidores de la Audiencia


y Cancillería Real de su Majestad Licenciado don Silvestre García
de Quesada oidor en Santa Fe a veinte y seis de mayo de mil
setecientos y treinta y nueve años.

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Pa u l i n a M o n t a ñ o , m u l a t a l i b e r t a , s o b r e s u l i b e r t a d

Háganse los autos en los estrados de esta Real Audiencia por


rebeldía de Paulina Montaño, notificado en ellos.

Proveyose que los señores Presidente y oidores de la Audiencia y


Cancillería Real de su Majestad Licenciado don José de Quintana
y Acevedo, don Andrés Verdugo y Oquendo oidores en Santa Fe
a veinte y nueve de mayo de mil setecientos treinta y nueve años.
Y quedó notificado en los estrados de esta Real Audiencia por
rebeldía de Paulina Montaño notificada en ellos.

[Firma] Arias [Rúbrica]

[f. 495r.]

Muy Poderoso Señor

Don Diego Agustín de Caicedo en nombre del doctor don Juan


de Caicedo, alférez real de la Ciudad de Cali en la causa con
Paulina Montaño sobre la libertad que pretende digo que Vuestra
Alteza se sirvió de mandar hacer los autos en los estrados de
esta Real Audiencia por rebeldía de la sobredicha, lo cual se hizo
saber en ellos, en cuya consecuencia reproduzco lo que tengo
dicho y alegado, para que se sirva Vuestra Alteza como lo suplico
de revocar la sentencia pronunciada en esta causa por vuestro
gobernador de las Provincias del Chocó mediante lo cual.

A Vuestra Alteza pido y suplico se sirva de proveer según que pido


con Justicia, costas y juro lo necesario en ánima de mi parte etcétera.

[Firma] Don Márquez [Rúbrica] [Firma] Don Diego Agustín de


Caicedo y Fajardo [Rúbrica]

[Firma] Juan de Puertas Olarte [Rúbrica]

[f. 495v.]

Por reproducido y traslado.

Proveyose por los señores Presidente y oidores de la Audiencia y


Cancillería Real de su Majestad Licenciado don José de Quintana

239
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

y Acevedo oidor en Santa Fe a dos de junio de mil setecientos y


treinta y nueve años. Y quedo notificado en los estrados de esta
Real Audiencia y [sic] de Paulina Montaño.

[f. 496r.]

Muy Poderoso Señor

Don Diego Agustín de Caicedo y Fajardo en nombre del doctor


don Juan de Caicedo alférez real de la ciudad de Cali, en la causa
con Paulina Montaño, sobre la libertad que pretende digo que
el traslado mandado dar de mi último escrito se hizo saber en
estrados y porque no se ha respondido por parte de la sobredicha
y es pasado le acuso la rebeldía para que se sirva Vuestra Alteza
como lo suplico de haberla por acusada y mandar se traigan los
autos a la vista mediante lo cual.

A Vuestra Alteza pido y suplico se sirva de proveer según que pido


con justicia costas y en lo necesario juro en ánima de mi parte etcétera.

[Firma] Don Diego Agustín de Caicedo y Fajardo [Rúbrica] [Firma]


Juan de Puertas Olarte [Rúbrica]

[f. 496v.]

Por acusada y autos en estrado.

Proveyose por los señores Presidente y oidores de la Audiencia


Real de su Majestad Licenciado don Silvestre García de Quesada
oidor en Santa Fe a doce de junio de mil setecientos treinta y nueve
años. Y quedo notificado en los estrados de esta Real Audiencia
por rebeldía de Paulina Montaño. [Firma] Arias [Rúbrica]

Respecto a que esta causa es de libertad se da traslado de lo alegado


por don Juan de Caicedo al procurador y abogado de pobres.

[Rúbricas]

240
Pa u l i n a M o n t a ñ o , m u l a t a l i b e r t a , s o b r e s u l i b e r t a d

Proveyose por los señores Presidente y oidores de la Audiencia y


Cancillería Real de su Majestad don Francisco González Manrique,
presidente general y capitán general de este Reino Licenciados
don José de Quintana y Acevedo, don Silvestre García de Quesada,
don Andrés Verdugo y Oquendo oidores en Santa Fe a diez y seis
de junio de mil setecientos y treinta y nueve años.

[Firma] Arias [Rúbrica]

En Santa Fe a diez y nueve de junio de mil setecientos treinta y


nueve años yo el escribano de Cámara notifiqué el auto de suso
a don Agustín Blanco, procurador de pobres y lo firmó que así lo
certifico. [Firma] Arias [Rúbrica]

[Firma] Blanco [Rúbrica]

En Santa Fe a [f. 497r.] a doce de julio de mil setecientos y treinta


y nueve, yo el receptor hice saber el auto de suso al doctor don
Antonio Verastegui abogado de esta Real Audiencia por la parte de
la que pretende su libertad de quien tiene poder.

[Firma] Don Verastegui [Rúbrica] [Firma] Ignacio Cortés [Rúbrica]

[f. 498r.]

Acusa la rebeldía.

Muy Poderoso Señor

Don Diego Agustín de Caicedo y Fajardo vecino de esta ciudad en


nombre del doctor don Juan de Caicedo, en la causa con Paulina
Montaño sobre la libertad, digo que Vuestra Alteza se sirvió de
mandar que el abogado de podres defendiese a la dicha y en este
estado ocurrió a la secretaria el doctor don Antonio Verastegui
diciendo tenía poder de la sobredicha y se le hizo saber el estado
de la causa, y no ha dicho cosa alguna, y es pasado el término en
que lo debió hacer por lo cual se acusó la rebeldía para que se
sirva Vuestra Alteza como lo suplico se traigan los autos a la vista.

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Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

A Vuestra Alteza pido y suplico lo provea y mande con justicia que


pido y costas y juro lo necesario etcétera.

[Firma] Don Diego Agustín de Caicedo y Fajardo [Rúbrica] [Firma]


Juan de Puertas Olarte [Rúbrica]

[f. 498v.]

Por acusada y autos.

Proveyose por los señores presidente y oidores de la Audiencia


y Cancillería Real de su Majestad Licenciado don Andrés Verdugo
y Oquendo oidor en Santa Fe a veinte y ocho de julio de mil
setecientos treinta y nueve años [Firma] Arias [Rúbrica]

Vistos, respecto a asentarse que don Antonio Verastegui tiene


poder de Paulina Montaño se le dé, notifique el traslado para que
dé juzga lo que tuviere por conveniente con apercibimiento que
le pasará el perjuicio que haya lugar.

[Rúbrica]

Proveyose por los señores presidente y oidores de la Audiencia


Real de su Majestad Licenciado don José de Quintana y Acevedo
oidor en Santa Fe atres de agosto de mil setecientos treinta y nueve
años. [Firma] Arias [Rúbrica]

[f. 499r.]

En el Real de San Jerónimo de Nóvita en veinte días del mes de


abril de mil setecientos treinta y nueve años, ante mi don José
Andueza, teniente general, justicia mayor, corregidor de naturales,
alcalde mayor de minas, administrador de la Real Hacienda y
Caja de esta Provincia del Chocó y testigos de yuso por falta de
escribano pareció presente Paulina Montaño, color pardo, liberta
de la Hacienda de minas y esclavos de las Benditas Ánimas en el
Partido de san Agustín, residente en este Real a quien certifico
conozco y otorga que da todo su poder cumplido el necesario y
bastante para valer en juicio y fuera de él, al doctor don Antonio de
Verastegui, abogado de la Audiencia y Real Cancillería de la ciudad

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Pa u l i n a M o n t a ñ o , m u l a t a l i b e r t a , s o b r e s u l i b e r t a d

de Santa Fe especial para quien su nombre y representando su


propia persona, se presente en dicha Real Audiencia y pida todo
lo que conviniese a su favor y derecho, en la causa de su libertad
que por apelación de don Gaspar de Perea, como apoderado del
doctor don Juan de Caicedo se remitió en diez y ocho de marzo
de este presente año, a dicha Real Audiencia sobre lo que hará
todos los pedimentos y requerimientos necesarios con escritos y
alegaciones en la referida Real Audiencia que para todo lo referido,
concerniente, dependiente y anexo le da y otorga este poder con
libre, franca y general administración [f. 499v.] sin que por falta de
cláusula que expresa mención necesaria y aquí no vaya declarado
deje de obrar que la que así faltare la da por inserta repetida y
declarada competentemente y con facultad amplia de enjuiciar, jurar
y sustituir y con obligación y relevación en forma en cuyo testimonio
así lo dijo y otorgó renunciando como expresamente renuncia todas
las leyes y fueros y derechos que son del favor de las mujeres y
las de Veleyano y emperador Justiniano y no firmo porque dijo no
saber, hizolo a su ruego uno de los testigos con quienes actuó por
la expresada falta y de su pedimento no quedo en registro.

[Firma] José Andueza [Rúbrica] A ruego de la otorgante por testigo


[Firma] Cristóbal Mujica Lezcano [Rúbrica]

Testigo [Firma] Francisco Javier de Peralta [Rúbrica]

Testigo [Firma] Juan Antonio Ruiz Salamando [Rúbrica]

En la ciudad de Santa Fe a ocho de agosto de mil setecientos treinta


y nueve años. Ante mi el escribano de su Majestad y testigos, el
doctor don Antonio de Verastegui a quien doy fe conozco, otorga
que sustituye este poder para lo en él contenido en don Agustín
Blanco, como procurador de pobres de esta Real Audiencia y lo
releva según he relevado y a la firmeza de lo que en su virtud
obrase quedará obligado su parte y así lo dijo, otorgó y firmó siendo
testigos, don José Jurado, Julián de Cortázar y Cristóbal Maldonado.

[Firma] Antonio de Verastegui [Rúbrica] Ante mi [Firma] Francisco


de [sic] escribano de su Majestad [Rúbrica]

[f. 500r.]

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Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

Muy Poderoso Señor

Don Agustín Blanco, Procurador de Pobres, en nombre de Paulina


Montaño que lo es, y en virtud de su poder, en los autos con
el doctor don Juan de Caicedo, sobre el derecho y amparo de
su libertad, respondiendo al escrito de expresión de agravios de
la sentencia dada a favor de mi parte por el gobernador de las
provincias del Chocó y lo demás deducido. Digo que de justicia se
ha de servir Vuestra Alteza de aprobar y confirmar el auto definitivo
proveído por dicho gobernador por lo general de derecho que de
los autos resulta favorable y siguiente.

Y antes de tratar de la confirmación del auto apelado se hace


preciso dar a entender que el hecho que se figura en el exhorto no
se debe entender cómo se refiere por constar de los autos que el
gobernador en fuerza de verbal representación que le hizo mi parte
el tiempo de su visita, mandó el que se justificare por medio de la
declaración de Nicolás de la Serna, quien habiendo hecho a fojas 3
y comprobada con la carta de Gregorio de Zúñiga que corre desde
f. 4 vuelta se procedió al avalúo por tres personas inteligentes y
en vista de todo se proveyó el auto de f.11 para que se citare a
dicho doctor don Juan por medio del administrador de su mina y
por no haberlo así ejecutado se libró carta requisitoria para citar
y emplazar al referido doctor Caicedo sin que en el instaría se
declarase a mi parte por libre ni que se procediese a embargo
alguno sino que estos fueron unos apercibimientos prevenidos
para el caso de que en los dos términos que se asignaron para el
[f. 500v.] seguimiento de la causa no compareciese por sí o por
su apoderado dicho doctor don Juan y así es cosa muy distinta
lo que ahora se expresa de lo que allí pasó según el proceso ni
conduce su narración porque de ello no se apeló ni se indujo
gravamen hasta la definitiva y que la parte contraria en virtud
de su poder no excepcionó nulidad ni defecto alguno, sino que
aprobó lo ejecutado en cuya inteligencia se pasará a responder a
los principales fundamentos que se oponen al auto definitivo de
f.68 sobre lo que se forma la instancia.

Lo primero que se dice es que por la mera representación de mi


parte se mandó avaluar y amparar en su libertad a lo que se responde
que la representación demás de la notoriedad se justificó con la

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Pa u l i n a M o n t a ñ o , m u l a t a l i b e r t a , s o b r e s u l i b e r t a d

declaración de Nicolás de la Serna y carta de Gregorio de Zúñiga


que teniéndose por bastante se consideraría por correspondiente
el que se apreciase el valor de mi parte porque liquidado su
acción y aclarada su demanda se contestase y excepcionase del
modo que la parte contraria tuviese por conveniente con que no
habiendo opuesto excepción alguna así en el modo de proceder
como en haber sido legítimo el precio de cuatrocientos patacones
que los avaluadores asignaron a la persona de mi parte ni influye
la nueva objeción que ahora se discurre.

Menos enbaraza en orden a que los ciento y setenta colados de


maíz que mi parte a sus expensas y con su industria adquirió no
deben juzgarse suyos por ser de oro con que hizo los costos,
sacado de la misma hacienda de donde era esclava, porque a esto
se justificare lo primero de que contrario no consta ni se probó
lo que se supone. Lo segundo que en aquellas provincias es
corriente el que los esclavos los días de fiesta trabajen y busquen
pesos si sin que nadie pueda negar el que con lo que de esta
suerte les franquea la fortuna se visten y contraen sus empeños
a vista y consentimiento de los [f. 501r.] dueños y mineros con
que no se infiere bien que porque mi parte tuviese oro para
los costos de la roza de maíz fuese aquel de los principales
cortes de la mina ni aun del distrito de la hacienda antes si lo
contrario se deduce de la declaración de Juan Laso a f.35 que
siendo mayordomo de dicha hacienda y como tal producido por
testigo por la parte de dicho doctor don Juan, no depone cosa
alguna sobre este particular y lo mismo se nota en la declaración
que hizo a f.48 el negro capitán de la cuadrilla nombrado Tomás
Criollo y los demás testigos, debiéndose tener presente lo que
el dicho Juan Laso en su ratificación a f.32 vuelta expresa, cerca
de no saber que el oro fuese de la Cabecera de los Cortes y
así es imaginario discurso el que se le imputa a mi parte y falta
la cualidad en que tanto se insiste de ser el oro de la misma
hacienda y por esto cuasi furtivo.

Y aunque que se arguye el que la adquisición del oro provenida


de la amistad ilícita que se asienta tuvo mi parte con el minero
Nicolás de la Serna, además de no estar esto probado, no obstante
de que uno u otro testigo de oídas lo exprese se echa menos lo
que esencialmente pudiera influir que es el que mi parte siempre

245
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

hubiese tenido tal amistad con el susodicho y que fuera de ella


no hubiese podido adquirir ni trabajar en los días que son allí
permitidos y que de alguna suerte se probase la tradición y
como quiera que nada de esto conste, tampoco hace el caso este
efugio de la ilícita amistad, debiéndose advertir que si esta se dice
haber sido pública porque no le embarazó el doctor don Juan de
Caicedo, como dueño de la mina ni a Nicolás de la Serna consta se
le hiciese cargo alguno y que únicamente se forme contra mi parte
cuando pretende su libertad?

De este origen se quiere valer la parte contraria para persuadir a


que de él provino el que Nicolás de la Serna pidiese los indios para
la hacienda [f. 501v.] como minero y que la roza o sementera de
maíz se hiciese en las tierras de la misma hacienda y se beneficiase
con sus negros porque en cuanto a lo primero se responde que a
nadie es prohibido interponer a otro para alcanzar aquello que por
si no puede, principalmente cuando a mi parte aunque pidiese los
indios al corregidor no los había de conseguir por concedérseles
solo a los mineros y así esta fue una mera interposición sin perjuicio
pues como afirma Juan Laso en su declaración a f. 52, dice que le
consta porque lo vio que mi parte entregó el oro para la paga de
los indios a Nicolás de la Serna para que este lo diese al corregidor
don José de Trujillo, lo cual no le puede quitar su derecho cuando
pretende una cosa tan favorable como es su libertad.

Por lo que toca a que la sementera se hiciese en la misma hacienda


no perjudica a mi parte porque ninguno que tenga noticia de
aquellas provincias ignorará que a los esclavos se les permite hacer
labranzas que denominan rozas en sus mismas haciendas, sin que
se pueda adaptar la doctrina de que lo que se edifica o siembra en
suelo ajeno pertenece al dueño de él por intervenir allí, expreso
consentimiento e inventada costumbre de que los esclavos tengan
facultad de allanar y rozar un pedazo de monte y laborar en él,
sin que hasta ahora se halla solicitado por algún dueño de minas,
despojarlos de los frutos que percibieron.

Y por lo que mira a que la sementera se beneficiase por los negros


de la misma hacienda o proposición contraria a lo que claramente
resulta del proceso, pues don José Trujillo a f.36 declara que le
consta haber los indios acabado de rozar y no los negros de la

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Pa u l i n a M o n t a ñ o , m u l a t a l i b e r t a , s o b r e s u l i b e r t a d

hacienda ni Tomás Criollo a f.48 que es capitán de la cuadrilla


da a entender otra cosa y lo mismo se halla en la declaración de
Juan Laso a f.39, pues aunque especifica que con la gente de la
Hacienda se cogió el maíz, deshojó, desgranó y se acarreó a la
troja todo esto fue posterior al hecho de rozar, sembrar, cultivar y
beneficiar la sementera por reducirse únicamente su percepción
a verificarse el trato que se había ajustado de que fuese de cargo
del que compraba ya el fruto ya sazonado, el cogerlo de la misma
planta, siendo después consiguiente para [f. 502r.] el uso, el
deshojarlo y guardarlo para su distribución y teniéndolo vendido
mi parte en esta conformidad a Gregorio de Zúñiga, cedió esta a
Nicolás de la Serna la acción de cogerlo por carecer entonces de
la manutención todo el número de esclavos de la hacienda, cuya
necesidad socorrió mediante esta percepción como se reconoce
a f.3 y no se niega de contrario de suerte que habiéndose
convertido en utilidad y manutención de la hacienda la sementera
de mi parte, importa poco la disminución que se le quiere atribuir
cuando la tuvo en el precio conviniendo toda la cuadrilla en que
se cargase el de dos pesos y medio, según se reconoce de la citada
declaración de Tomás Criollo, siendo cosa dura que habiéndose
administrado para la conservación de la hacienda el importante
socorro de los granos de que tanto necesitaba, hubieran costado
más a comprarse de persona extraña se le deniegue a mi parte la
justa compensación de su libertad.

En estos términos no obsta el común principio de que lo que


el siervo adquiere se entiende adquirido al señor por carecer de
persona capaz de dominio, pues se responde que esto milita en
obras propiamente serviles y en las que ejecuta el mandado del
señor u adquiere por su contemplación pero no en aquello en que
interviene consentimiento del propio señor porque en esto tiene
el siervo un cuasi peculio independiente de su señor, de tal suerte
que se pregunta si en tales circunstancias podrá el siervo dar
limosna y hacer su disposición cuasi testamental y atentando que
el siervo puede tener peculio cual es aquel que por su patrimonio,
industria o consentimiento de su señor adquiriere se resuelve la
duda afirmativamente con la razón de que todas las veces que se
denomina peculio servil, está separado de la potestad dominica
y que en cuanto a él se ha de considerar al siervo no como tal,
sino como libre respecto de que residiendo en el señor absoluta

247
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

potestad para hacerlo en el todo libre y padre de familias también


la tiene para serlo por parte libre en la adquisición y disposición
de su peculio. Luego no es extraño sino muy conforme a derecho
el que se repute como propio peculio de mi parte la sementera
que a sus expensas, industria y consenso del señor adquirió por
destinar parte de su importe al deseado fin de su libertad la que es
tan corriente en aquellas provincias concederse a los esclavos que
de este otro modo ofrecen la justa estimación de su personas que
hasta ahora a nadie se ha negado este beneficio.

[f. 502v.]

Siendo estas doctrinas tan legales y teniéndose presente el amplísimo


favor de la libertad no se puede negar que vuestro gobernador del
Chocó procedió justa y arregladamente en declarársela a mi parte,
pues es notorio el privilegio de que en caso de duda se juzgue
siempre a favor de la libertad, limitándose juntamente el procárdico
común de que al reo se le debe favorecer más que al actor pues lo
contrario se dice en disputas de libertad por equipararse a las obras
pías con excelencia de ser entre ellas la más pía, la libertad, por
cuya contemplación se quebrantan las comunes reglas de derecho
y contra ellas está establecido el que basten palabras enunciativas,
testigos singulares y que el siervo que proclama a la libertad
sea amparado en ella y así es digna de confirmarse la arreglada
determinación que dio vuestro gobernador.

Sin que quede la nota de no haberse observado la estrecha forma


del orden judicial porque este no se requiere tan puntualmente en
causas de libertad, además de no haber defecto sustancial, tampoco
lo es el de que mandase pagar íntegramente los cuatrocientos pesos
que restaban al cumplimiento de los ochocientos que importó la
sementera porque si esta se lepidio peculio propio, le competía a
mi parte acción para recuperarlo mayormente cuando se le había
diferido el beneficio de la libertad por el espacio de tres o cuatro
años, aunque en cuanto a esta satisfacción queda en Vuestra Alteza
el superior arbitrio de regalar la restitución de los cuatrocientos
pesos después que la otra igual cantidad quede aplicada y
compensada por la pretendida libertad mediante el beneficio que
recibió la hacienda y a dictar la natural razón el que logre algún
premio el que con sus fatigas lo solicitó y que se alienten al trabajo

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Pa u l i n a M o n t a ñ o , m u l a t a l i b e r t a , s o b r e s u l i b e r t a d

aquellos míseros esclavos [f. 503r.] en la esperanza de su libertad


desestimándose por Vuestra Alteza la queja de haberse prevenido
en el auto definitivo el que se procediese al embargo pues este no
se ha ejecutado ni se ha seguido inconveniente del modo que se
concedió la apelación y así no hay agravio de consideración que
la justifique en cuya atención.

A Vuestra Alteza pido y suplico que habiendo presentado el poder


se sirva de confirmar el auto definitivo precedido por vuestro
gobernador del Chocó declarándolo así en la forma que llevo
pedido con justicia y en lo necesario etcétera.

[Firma] Verastegui [Rúbrica] [Firma] Agustín Blanco [Rúbrica]

Autos, citadas las partes.

Proveyose por los señores Presidente y oidores de la Audiencia Real


de su Majestad Licenciado don Andrés Verdugo y Oquendo oidor en
Santa Fe a once de agosto de mil setecientos treinta y nueve años.

[Firma] Arias [Rúbrica]

[Al margen: Notificación] Yo el receptor cité en el decreto de sus a


don Diego Agustín Caicedo en persona quien lo oyó y por parte
del doctor don Juan de Caicedo admitió dicha notificación que
firmó en Santa Fe, a trece de agosto de mil setecientos y treinta y
nueve años. De que doy fe.

[Firma] Caicedo [Rúbrica] [Firma] Don Diego José Sánchez [Rúbrica]

[f. 503v.]

[Al margen: Otra] Yo el receptor notifiqué el auto de la vuelta a


don Agustín Blanco, procurador de pobres por Paulina Montaño,
en su persona que lo oyó y firmó en santa Fe en trece de agosto
de mil setecientos y treinta y nueve años. De que doy fe.

[Firma] Blanco [Rúbrica]

[f. 504r.]

249
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

Muy Poderoso Señor

Don Diego Agustín de Caicedo en nombre de don Juan de Caicedo,


en la causa de Paulina Montaño en libertad que pretende, digo
que el procurador de pobres se ha aplicado difusamente a lo por
mí deducido, contra lo cual tengo que responder y para poderlo
hacer, se ha de servir Vuestra Alteza como lo suplico demandar
se me dé traslado y en el ínterin contradigo la vista de los autos y
protesto no me corra término ni me pare perjuicio.

A Vuestra Alteza pido y suplico se sirva de proveer y mandar según


y cómo llevo pedido con justicia, costas y juro en lo necesario.

[Firma] Don Márquez [Rúbrica] [Firma] Don Diego Agustín de


Caicedo y Fajardo [Rúbrica]

[Firma] Don Juan de Puertas Olarte [Rúbrica]

[f. 504v.]

Désele traslado.

Proveyose por los señores Presidente y oidores de la Audiencia


Real de su Majestad Licenciado don José de Quintana y Acevedo
oidor en Santa Fe a diez y siete de agosto de mil setecientos treinta
y nueve años. [Firma] Arias [Rúbrica]

[f. 505r.]

Muy Poderoso Señor

Don Diego Caicedo, vecino de esta ciudad. En nombre del doctor


don Juan de Caicedo, alférez real de la ciudad de Cali, en la causa
con Paulina Montaño, sobre la libertad que pretende digo que a mi
pedimento se sirvió Vuestra Alteza demandar se me diese traslado
de lo alegado por parte de la sobredicha y aunque tan difusamente
se hace es en suposiciones y hecho que no constan, si lo contrario
pues la dicha Paulina pretendió dicha libertad por el valor del
maíz que se aplicó a la hacienda y al residuo que se le pagase por
decir que dicho maíz era suyo, y evitándole el que siendo esclava

250
Pa u l i n a M o n t a ñ o , m u l a t a l i b e r t a , s o b r e s u l i b e r t a d

no podía adquirir para si cosa alguna, quiso suponer que el oro


con que pagó los indios lo adquirió con su trabajo ejecutado con
permiso y consentimiento de mi parte, tal cosa no probó y está
en contra la presunción de que habiendo en la hacienda mina
de oro, de ella lo sacó pues no aprobado que de otra parte lo
hubiese y así aunque no fuese esclava el dicho oro no era suyo,
y no desvaneció lo que mi parte opuso en su [f. 505v.] respuesta
a f. 28 en que negándosele también el consentimiento y permiso
de mi parte mal se alegó y se quiere fundar en ello, con que no
habiendo sido el de la dicha, tampoco lo fue la roza de maíz que
con su importe se hizo, pues si este costo fue preciso y no lo hizo
la dicha (de su peculio, que tuviera cuando lo pudiera tener) menos
era suyo el maíz cuyo beneficio se debió al gasto de dicho oro y
solo tuvo parte la dicha en influir a Nicolás de la Serna (con quien
estaba en mal estado) para que pidiese indios para la hacienda y
aplicados a la roza en la misma hacienda, pagarlos con el oro que
no era suyo, esta industria no le podía dar derecho ni dominio del
maíz que se cogió y no habiendo en ello tenido más trabajo ni parte
que el dicho arbitrio o traza, aunque el oro fuese suyo no lo era la
roza ni el maíz y lo más que pudiera repetir fuera el costo cuando
fuera Paulina libre, no siendo esclava y sacado el oro de la mina
de la misma hacienda y así si solo [sic] repetir dicho costo tuviera
ocasión en otras circunstancias, mal puede querer extender esto a
obtener libertad mal y así siendo incierto todo el hecho que sea
[f. 506r.] supuesto en vano es cuanto se alega y queda irrefragable
lo por mi alegado, que no lo desvanece la prolija representación
contrario, que solo se ordena a reparos que no justifican el principal
intento que era lo que la dicha dijo de haber adquirido el oro con
su trabajo en lo días festivos y hecho la roza y cogido el maíz y
vendidolo a la hacienda y todo sido con consentimiento y voluntad
de mi parte y faltando la prueba de esto nada le aprovecha cuanto
alega su procurador, en esta atención se ha de servir Vuestra Alteza
como lo suplico de revocar en todo y por todo la sentencia dada
por el gobernador del Chocó mediante lo cual.

A Vuestra Alteza pido y suplico se sirva de proveer según que


pido con justicia, costas y juro lo necesario en ánima de mi parte
etcétera.

251
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

[Firma] Don Márquez [Rúbrica] [Firma] Don Diego Agustín Caicedo


y Fajardo [Rúbrica]

[Firma] Juan de Puertas Olarte [Rúbrica]

Autos, citadas las partes.

Proveyose por los señores Presidente y oidores de la Audiencia y


Cancillería Real de su Majestad Licenciado don Andrés Verdugo
y Oquendo oidor en Santa Fe a veinte y siete de agosto de mil
setecientos treinta y nueve años. [Firma] Arias [Rúbrica]

[f. 506v.]

En Santa Fe a veinte y nueve de agosto de mil setecientos y treinta


y nueve años yo el receptor cite para la vista de estos autos al
capitán don Diego Agustín de Caicedo por su parte y lo firmó.
Doy fe. [Firma] Caicedo [Rúbrica] [Firma] Ignacio Cortez [Rúbrica]

En Santa Fe en dicho día, yo el receptor hice otra citación a don


Agustín Blanco por su parte y lo firmó, doy fe. [Firma] Blanco
[Rúbrica]

Vistos en 1 de septiembre de 1739, señores Quintana y Verdugo.


Receptor Flórez.

[Firma] Ignacio Cortez [Rúbrica]

[Al margen: Fecha 23 de septiembre 1739] Vistos, confírmase la


sentencia del gobernador del Chocó en cuanto a que sea libre
Paulina Montaño y se revoca en cuanto a que se le den los
cuatrocientos pesos. Y dicha mulata será echada de las Provincias
del Chocó y líbrese Real Provisión de ruego y encargo al reverendo
obispo de Popayán para que como que si ha estado en dichas
Provincias de la providencia más prudente sobre la observancia de
las fiestas en aquellos parajes.

[Rúbricas]

252
Pa u l i n a M o n t a ñ o , m u l a t a l i b e r t a , s o b r e s u l i b e r t a d

Proveyose por los señores Presidente y oidores de la Audiencia


y Cancillería Real de su Majestad en Santa Fe a veinte y tres de
septiembre de mil setecientos treinta y nueve años.

[f. 507r.]

Muy Poderoso Señor

Don Agustín Blanco, Procurador de Pobres, de esta Real Audiencia,


en nombre de Paulina Montaño en los autos con el doctor don
Juan de Caicedo sobre su libertad y lo demás deducido. Digo
que Vuestra Alteza se sirvió de confirmar la sentencia dada por
el gobernador del Chocó a favor de mi parte, en cuanto a que
sea libre, con cuya confirmación se halla revistada la causa y en
término de que se libre Real Provisión para su cumplimiento, pero
porque Vuestra Alteza se sirvió de revocar el auto en cuanto a
que se le diesen a mi parte los cuatrocientos patacones que se
le restaban y que fuese echada de las Provincias del Chocó, se
hace preciso suplicar con el debido respeto de estos dos capítulos
haciendo presente a Vuestra Alteza por lo que toca al primero de
los cuatrocientos patacones que mi parte verificó, refaccionó y
conservó la Hacienda o mina que estaba sujeta con los colados de
maíz, que con su industria adquirió e hizo un cuasi peculio propio,
independiente de su señor, como así se ha considerado por Vuestra
Alteza según lo justificado de los autos para declararle la libertad,
con que restándosele a mi parte todavía la mitad de su peculio
que es el que únicamente ha tenido, sin reservar cosa alguna de
él para poder en el estado de libertad pasar la vida y adelantarlo
con su trabajo, parece que la benignidad de Vuestra Alteza se
ha de propender a aplicarle [f. 507v.] los referidos cuatrocientos
patacones o a lo menos mitad de ellos.

Y por lo que mira a que mi parte salga de aquellas provincias


parece que si esta providencia recae sobre evitar la amistad que se
dice tenía con Nicolás de la Serna, este se halla mucho tiempo ha
en la ciudad de Popayán y mi parte nunca excusará el no residir en
aquellas Provincias con tal que se le aplique la cantidad expresada
para transportarse, costear sus avíos y mantenerse donde fuere a
habitar, mientras busca otra forma de trabajar, en cuya atención.

253
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

A Vuestra Alteza pido y suplico se sirva de haber por interpuesta


esta suplica, suplir y enmendar su auto en cuanto a los dos
capítulos expresados, declarando en ellos como llevo pedido con
Justicia, costas, etcétera.

[Firma] Verastegui [Rúbrica] [Firma] Agustín Blanco [Rúbrica]

[Al margen: 19 de octubre] Traslado.

Proveyose por los señores Presidente y oidores de la Audiencia


Real de su Majestad Licenciado don Silvestre García de Quesada
oidor en Santa Fe a diez y nueve de octubre de mil setecientos y
treinta y nueve años.

[Firma] Caicedo [Rúbrica] [Firma] Arias [Rúbrica]

[Al margen: 31 de octubre] En Santa Fe a treinta y uno de octubre


de mil setecientos y treinta y nueve, yo el receptor hice saber el
traslado de suso al capitán don Diego Caicedo y lo firmó. Doy fe.

[Firma] Caicedo [Rúbrica] [Firma] Ignacio Cortez [Rúbrica]

[f. 508r.]

Muy Poderoso Señor

Don Diego Agustín de Caicedo. En nombre del doctor don


Juan de Caicedo, alférez real de la ciudad de Cali, en la causa
con Paulina Montaño, sobre la libertad que pretende digo que
habiendo suplicado del auto proveído en dicha causa en lo que
le era gravoso a mi parte se sirvió Vuestra Alteza de admitirme
la suplica, en cuya consecuencia se ha de servir Vuestra Alteza
como lo suplico de revocar dicho auto en cuanto a que sea libre
la dicha Paulina que tiene lugar en justicia porque esta libertad la
pretendió la sobredicha por decir que una roza de maíz que se
hizo en la hacienda habría tiempo de cuatro años fue costeada
con unos pesos de oro que había adquirido con su trabajo los
días festivos, donde es de suponer que la roza no es la sementera
que se coge sino de rozas o cortar el monte y así lo que la dicha
dijo fue que hizo hacer una roza con unos pesos de oro que

254
Pa u l i n a M o n t a ñ o , m u l a t a l i b e r t a , s o b r e s u l i b e r t a d

había adquirido con su trabajo y que el maíz se cogió con los


esclavos de la cuadrilla con que cuando fuese como la dicha dijo
lo que únicamente hizo [Entre renglones: fue] pagar los indios
que rozaron el monte con el dicho oro pero todo el beneficio y
disfrute se ejecutó con los negros de la cuadrilla y así caso negado
que el dicho oro fuese de la dicha Paulina [f. 508v.] el derecho que
solo tenía era que se le pagase como acta cualquiera que suple
los costos que se hacen en alguna hacienda o que se aplicara a
la libertad pero como el dicho oro solo fuese treinta pesos más o
menos, no equivale al valor de dicha libertad porque dicha esclava
se apreció en cuatrocientos pesos pero como quiera que el dicho
oro no sea de la sobredicha, aunque hubiese probado (que no lo
ha hecho) que el dicho oro valía los cuatrocientos pesos en que
fue apreciada, no se podía aplicar por su libertad porque aunque
sea costumbre como se dice que a los esclavos en las provincias
del Chocó, se les permite los días de fiesta dar algún corte en las
minas, la dicha no probó que se le permitiese ni que trabajase
los días de fiesta y la costumbre de cualquier cosa no aproveche
aquel. Que no justifica que en si sea practicado y verificado, ni
basta el que pues había esta costumbre y que la dicha tuviese oro,
se presuma que le adquirió con su trabajo en los días permitidos,
como también se presuma que el esclavo que tiene oro lo ha
hurtado en las minas de su amo, es necesario haberlo sacado con
permiso de su amo, trabajando los dichos días y esto se justificó,
con que ceso la presunción y quedo la de haberle hurtado con el
alto que le hacia el administrador con quien estaba en mal estado,
y aunque esto se opuso no probó lo contrario con que era así pues
[f. 509r.] sino lo fuere hubiera probado lo contrario la sobredicha, y
como quiera que este constante que con el medio tan ilícito como
el de dicha amistad, tuviese facilidad para conseguirse se diesen
indios para la Hacienda para aplicarlos a la roza, cuyo fruto con
este arte pensaba hacia suyo no lo hizo, lo uno por ser por medios
ilícitos, lo otro porque el no pedir por sí los indios para hacer
dicha roza prueba que era así que a los esclavos no se les permite
en aquellas provincias hacer rozas para sembrar maíz y aunque
queda esto probado con que la dicha no pidió por si ni para este
efecto dichos indios, lo ofrezco justificar y que lo que únicamente
se suele permitir algunos esclavos es que saquen algún oro, para
si los días de fiesta con que no habiendo podido la sobredicha
hacer dicha roza y a que la hizo, no hizo suyo el fruto, lo uno

255
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

por lo dicho, lo otro porque era en tierra ajena, lo otro por ser
esclava y que mi parte no fue sabedor ni permitió se hiciese tal
roza, pues no estaba allí, ni se probó lo contrario y solo asistía el
administrador cuyo permiso como indebido, no perjudicó a mi
parte. Con que no siendo la roza y siembra de maíz de lo que a
los esclavos se permite hacer allí, no hizo suyo la dicha el fruto y
la que fuese como figuro que el dicho oro era suyo (que lo niego)
solo a él tendría derecho no al producto de la roza que con él se
costeó pues esta no la podía hacer, y ni aun el dicho oro era de
la sobredicha pues no probó el modo de su adquisición con que
le podía hacer suyo y así aunque [f. 509v.] hubiese podido hacer
dicha roza como el dicho oro, fuese adquirido indebidamente
también lo era lo que con él se adquirió y perteneciendo a mi
parte el oro como adquirido por su esclava, también le pertenecía
lo que con él se adquirió y caso negado que dicho oro fuese de
dicha esclava, este no equivale a su valor y así lo más que pudiera
pretender era de restituirse pero como quiero que no probó que
adquirió dicho oro con su trabajo ni con permiso de mi parte en
qué parte, qué días festivos, qué gente le ayudó, no le adquirió
en el modo que le podía hacer suyo y le adquirió para su señor
y a él por consiguiente pertenece el fruto de la roza (cuando no
fuese hecha en su hacienda beneficiada y cogido el maíz con los
esclavos de la cuadrilla, como ella misma lo afirmó en su escrito
de f.7 vuelto y esta también probado) porque si la razón porque
las posesiones compradas con la pecunia usuraria se deben
vender y restituir el precio aquel de quien se recibió la pecunia
usurariamente (como expresamente esta determinado en derecho)
es porque esta pecunia pertenece aquel de quien se recibió, de
la misma suerte si este oro pertenece al señor de dicha esclava
también pertenece lo que con él se consiguió aún cuando no fuese
[f. 510r.] sacado de su misma mina que se confirma con que si el
dicho maíz perteneciera a la dicha esclava no se hubiera revocado
la sentencia en cuanto a que se le pagasen los cuatrocientos pesos
que demandaba del resto del valor del maíz, con que si este no le
pertenece ni lo demás de su valor, porque de la misma suerte se
adquirió el uno y el otro sin diferencia alguna con que si no tiene
derecho a la mayor parte ni al resto y si aquella le perteneciera
también aquel y no pudiendo esto ser, se entiende ser la mediante
de Vuestra Alteza el que el oro solo sea el que se aplicase a dicha
libertad no el que se sacase lo restante del importe de ella del

256
Pa u l i n a M o n t a ñ o , m u l a t a l i b e r t a , s o b r e s u l i b e r t a d

producto demás de dicho maíz, pues se revocó la sentencia en


cuanto a esta pretensión y como quiera que el importe de dicho
oro no equivalga al valor de dicha esclava, nunca pudiera por él
conseguirla a más de no pertenecerle el oro a dicha esclava por lo
que va dicho y como por lo demás que resulta de los autos que
reproduzco, mediante lo cual.

A Vuestra Alteza pido y suplico se sirva de proveer según que


[f. 510v.] pido con Justicia costas y juro lo necesario en ánima de
mi parte, etcétera.

[Firma] Don Márquez [Rúbrica] [Firma] Don Diego Agustín de


Caicedo y Fajardo [Rúbrica]

Traslado.

Proveyose por los señores presidente y oidores de la Audiencia


Real de su Majestad licenciado don José de Quintana y Acevedo
oidor en Santa Fe a veinte y dos de octubre de mil setecientos
treinta y nueve años.

22 de octubre

En Santa Fe a veinte y seis de octubre de mil setecientos y treinta


y nueve años yo el receptor notifiqué el traslado de suso a don
Agustín Blanco y firmó. Doy fe.

[Firma] Blanco [Rúbrica] [Firma] Ignacio Cortés [Rúbrica]

257
24. Comunicación de don Francisco de Paula
Salcedo, sobre la aprehensión
de una goleta francesa

Fragata el Rosario, Cartagena de Indias,


11 de julio de 17731 [f. 285r.]

Excelentísimo señor.

S eñor, habiendo el día once del corriente mes avistado a una


embarcación que navegaba al este en ocasión que con esta
Fragata de mi mando salía yo del puerto de Calidonia, hice
toda la diligencia para reconocerla y alcanzada me dijo ser
una Goleta Francesa, nombrada Santa Rosa, que al cargo de
su capitán Esteban Raf, bajo el correspondiente pasaporte del
Gobernador de Portobelo, se regresaba de aquel puerto para los
Cayos de san Luis y despachando yo a su bordo un oficial para
que prolijamente reconocieses sus papeles, buque y marinería,
aunque no se le encontró carga alguna se le halló un negro
Holandés nombrado Juan Pedro de Castro, al cual por no venir
incluso en el Rol de su tripulación hice tomar declaración y
manifestó [f. 285v.] en ella ser marinero de la Goleta Inglesa
cuyo nombre ignoraba, propia del capitán Alexandro Robetzon
que por disposición del Gobernador de Portobelo, el Coronel
don Manuel de Agreda fue apresada a fin del año pasado de
mil setecientos setenta [y] uno en el Puerto de Bastimentos
o Tambor, y ensenada de Juan Gallegos, a donde había ido
a hacer el trato ilícito y estando yo informado de que dicha
causa está inconclusa y consiguientemente persuadidome que

1 AGN, Negros y esclavos del Cauca, t. 4, ff. 285r.-289v.

259
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

el referido negro habría salido prófugo de aquella ciudad,


pues aunque el capitán expuso (sin duda por pretexto) que
el Gobernador le permitió su licencia a más de no constar tal
permiso no pude persuadirme a ello, por ser un reo de estado,
de cuya confesión y la de otro marinero que son los únicos que
han quedado de la tripulación de dicha Goleta ha de resultar
el mérito sobre que recaiga la declaratoria de los citados autos,
resolví mantenerlo preso en esta fragata hasta [f. 286r.] al negro
Holandés Juan Pedro de Castro que Vuestra Merced aprehendió
a su regreso a ese Puerto en la Goleta francesa nombrada santa
Rosa, quiere el excelentísimo señor Virrey se le destine a las
obras de Bocagrande para lo cual pasará Vuestra Merced el
correspondiente oficio a ese Gobernador. Dios que [sic] Santafe
31 de agosto de 1773.

Don Manuel Miguel de León.

[f. 287r.]

Don Francisco de Paula Salcedo, contador de la Fragata de su


Majestad nombrada nuestra señora del Rosario.

Certifico que habiendo el día de la fecha salido esta Fragata del


Puerto de Calidonia, con destino al de Cartagena y siguiendo en
su derrota, se avistó una goleta de bandera francesa que navegaba
en vuelta del Leste, a la cual habiéndosele dado caza, se le alcanzó
y arrió y preguntándosele de a dónde venía, a dónde iba y que
carga llevaba, con todo lo demás que en semejantes ocasiones se
acostumbra preguntar, respondió que había salido de Portobelo y
que iba en lastre a los Cayos de san Luis y mandándosele poner
a la capa inmediata a esta fragata, dispuso el señor comandante
de ella, don Manuel Miguel de León, que se echase el bote al
agua y pasase a reconocerla el Teniente de Fragata don Ramón
Ansoategui y llegado que fue a bordo de la goleta este oficial,
mando el bote con un negro y unos papeles que conducía el
Patrón de él con un recado del referido oficial, diciendo que la
Goleta estaba en lastre y que los papeles eran los que le había
exhibido el capitán de ella, los cuales vistos por el nominado señor
comandante y manifestándomelos eran unos de ellos el pasaporte
del Gobernador de Portobelo y otro el Rol de la tripulación, en

260
C o m u n i c a c i ó n d e d o n F r a n c i s c o d e Pa u l a S a l c e d o

el que no comprendiéndose el negro que había remitido don


Ramón Ansoategui, se le reconvino al capitán francés, pidiéndole
la licencia con que llevaba aquel negro, a lo que satisfizo, diciendo
que estando falto de tripulación era uno de los hombres que le
había facilitado el gobernador [f. 287v.] de Portobelo para que le
ayudase en la mar y después lo dejase en alguna de las colonias,
con cuyos motivos dispuso el mencionado señor comandante se le
tomase declaración al expresado negro que en mi presencia hizo
la siguiente bajo del juramento de religión, pues dijo ser cristiano
católico y haciéndole levantar la mano derecha y formar con ella la
señal de cruz, juró decir verdad a lo que se le interrogare:

Preguntado: cómo se llama, qué edad tiene, y de dónde es natural,


dijo que se llama Juan Pedro de Castro, que tenía buenos años, y al
parecer serían más de cincuenta y que era natural de san Tomás, una
de las islas de Barlovento, perteneciente a Dinamarca, pero que desde
muy pequeño se había criado en Curaçao, isla de los Holandeses.

Preguntado: qué con que motivo estaba en Portobelo, dijo que


habiendo salido de Jamaica con una goleta cargada de aguardiente
romo, harina y manteca de Flandes, cuyo capitán y dueño era
Alexandro Robetson, no acordándose del nombre de la Goleta,
llegaron al Puerto de Bastimentos en donde dieron fondo y a
los cuatro o cinco días de estar en aquel paraje, le atacaron una
madrugada, dos canoas con gente armada y apresaron la Goleta
llevándola el siguiente día a Portobelo, en donde pusieron en
un castillo al capitán y demás marineros, y después los fueron
sacando y llevándolos a la casa del Gobernador y Contaduría para
tomarles declaraciones.

Preguntado: qué gente tenía la Goleta Inglesa apresada, respondió


que ocho hombres en todos con más [f. 288r.] una mujer blanca
y una negra.

Preguntado: en dónde se halla dicha gente, respondió que dos


de ellos se han huido y cuatro han muerto, uno queda preso en
Portobelo y el restante es el que declara.

Preguntado: que cómo y que con qué motivo se había embarcado


en la Goleta en que se le encontraba, respondió que estando una

261
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

noche con otros presos en el cepo del calabozo del castillo, lo


sacó a él y a otro hombre blanco el caporal y los llevó a casa
del Gobernador quien habiendo hablado algunas palabras con
el hombre blanco, le mandó al caporal que condujese a los dos
al muelle hasta dejarlos embarcados para que los llevasen a la
mencionada Goleta Francesa, cuyo capitán, luego que llegaron a
su bordo les dijo vayan vuestras mercedes a dormir hasta mañana,
y que al día siguiente muy temprano mandó el Gobernador a
bordo de dicha Goleta, otro hombre blanco que también estaba
en el cepo del calabozo del Castillo, los cuales dos hombres le
pareció que eran de la Tripulación de la misma Goleta y de una
Balandra, también francesa que se había echado al través en aquel
Puerto y que el mismo día salieron a navegar, haciendo siempre
diligencia para Barlovento, sin haber llegado a paraje alguno de la
costa hasta el encuentro con esta Fragata.

Preguntado: Si sabe a dónde se dirigía la dicha Goleta francesa,


respondió que iba a sus colonias.

Y habiéndosele leído esta su declaración y advertido si tenía


algo que añadir o quitar en ella dijo que era la misma y que no
teniendo que añadir ni quitar se ratificaba en ella [f. 288v.] bajo del
juramento que lleva hecho y no sabiendo escribir hizo la siguiente
señal que en todos tiempos conocerá: [Una cruz].

Y para que conste donde convenga, doy la presente de mandato


del nominado señor Comandante de esta Fragata don Manuel
Miguel de León, estando a la vela en demanda del Puerto de
Cartagena de Indias, a bordo de la referida Fragata el Rosario a
once de julio de mil setecientos setenta y tres.

[Firma] Francisco de Paula Salcedo [Rúbrica]

[f. 289r.]

La superior disposición de Vuestra Excelencia a cuyas manos dirijo


la adjunta certificación de su declaración para que en vista de ella,
determine Vuestra Excelencia lo que tenga por conveniente.

262
C o m u n i c a c i ó n d e d o n F r a n c i s c o d e Pa u l a S a l c e d o

Nuestro señor conserve la importante vida de Vuestra Excelencia


los muchos años que puede. A bordo de la fragata el Rosario
anclada en el Puerto de Cartagena de Indias a 26 de julio de 1773.

Excelentísimo señor don Manuel de Guirior.

[f. 289v.]

Cartagena. 26 de julio de 1773.

Al comandante de la Escuadra.

Noticia de la aprehensión que hizo viniendo de Portobelo del


negro holandés Pedro de Castro que navegaba en la balandra
santa Rosa.

Se mandó ponerle en las obras de Bocagrande hasta nueva orden.

263
25. Representación de Juan Francisco y su mujer
María Francisca, esclavos, al Virrey
Presentado en Cartagena de Indias,
30 de diciembre de 17841 [f. 979r.]

Ilustrísimo y Excelentísimo Señor Virrey

J uan Francisco marido y conjunta persona de María Francisca


Morenos esclavos de Don Tomás Durán Vecino de esta Ciudad,
postrados humildísimamente a los pies de su excelencia decimos
que en nuestra rústica inteligencia conocemos ser adultos y
que en nosotros está usurpado el Real haber y Derecho de
Su Majestad porque no tenemos Marca Real como la tienen
los que vienen de la etiopa [sic] Guinea, porque somos de la
Nación Holandesa naturales de Curasao de donde venimos
habrá doce años y nueve a que le servimos al dicho Don
Thomas Durán en cuyo Poder, hemos pasado los trabajos que
son de considerar en nuestra esfera humilde y baja, y lo que
es más estar metidos y como desterrados en una Isla desierta
que circunvala a esta Ciudad sin oír Misa el más tiempo. Y
habiéndose proporcionado la venida de su Excelencia a esta
Ciudad se nos franquea el amparo y defensa tanto para nuestro
Caritativo bien que solicitamos como para que Su Excelencia
repare con disimulo prudente lo que Verdaderamente llevamos
expuesto, pues de hoy más queremos que Su Excelencia
disponga de nosotros, y de otros dos de esta propia nación que
sirven en otro poder y en la inteligencia de todo lo que por este
decimos y dejamos de decir por no importunar a la dignidad

1 AGN, Negros y esclavos de Bolívar, t. 1, f. 979r.

265
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

de su Excelencia esperamos de tan Poderosa y piadosamente el


mayor remedio que un miserable esclavo puede desear para su
alivio, y descanso, como lo somos etcétera.

[Firmas y rúbrica] Juan Francisco y María Francisca

266
26. Representación de Francisco Javier de Mier,
esclavo, al Virrey

Mompós, 24 de diciembre de 17601 [f. 955r.]

Excelentísimo Señor

F rancisco Xavier de Mier, moreno Criollo, esclavo del


Caballero Maestre de Campo Don José Fernando de Mier y
Guerra, arrestado en esta Real Cárcel dos años y nueve meses,
puesto a los pies de Vuestra Excelencia con la más profunda
humildad, premisas las solemnidades en derecho necesarias
digo: que desde el año de setecientos Cincuenta, por muerte
de mi primer Amo el Señor Marqués de Santa Coa Don Juan
Bautista de Mier y la Torre, entré entré [sic] en el servicio de
dicho Caballero, en el que me mantuve ejercitado en el oficio
de pluma, y lo demás anejo a mi cautiverio, y por laceraciones,
y martirios que sin culpa padecía el diez y nueve de Marzo de
Cincuenta y ocho, impetré el Real amparo ante el Capitán Don
Juan de Anaya, Alcalde ordinario que entonces fue, para que
me diere otro Amo que menos rígido no me tratase tan mal, a
que se resistía, temeroso de su poder, y hubo de condescender,
en fuerza de las protestaciones que verbalmente le hice,
mandándome a esta dicha Cárcel para mí guarda y Custodia,
preceptuándome que desde ella le expresase los motivos que
para no servirle tenía, lo que ejecuté en dos pliegos de papel
común, insinuándole los que asistían, y al mismo tiempo la ley
que me favorecía, con lo que pasó a tomar Parecer a la Ciudad
de Cartagena del Doctor Don Pedro José de la Rada, Abogado de

1 AGN, Negros y esclavos de Bolívar, t. 9, ff. 955r-.958r.

267
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

los Reales Consejos, quien lo dio asentando Que así como todo
esclavo tiene libertad para buscar amo de mejor condición que
la de a quien sirve, ó peor tal vez por su Capricho, cumpliría
exactamente con su obligación [f. 955v.] si prevenía al mío que
dentro de un breve término me diese boleta de Venta; con
cuyo dictamen proveyó su Auto de Conformación, mandando
lo mismo que se le aconsejaba, y habiendo pasado el Escribano
Antonio Solano de León a hacerle saber la providencia, en
el mismo acto de la notificación recusó al Juez, e interpuso
ocurso [sic] para ante la Real Audiencia de este Reino, el que se
le concedió llanamente, y hizo con una información que ante
Don Manuel Blas de Cárcamo Alcalde también ordinario que
fue en dicho año, instruyó, y redujo a Amigos y Comensales
suyos, sin embargo de haberme opuesto para que no se hiciese,
hasta tanto que por Su Alteza se previniera con el requisito de
Receptoría, cuya fuerte reconvención despreció dicho Alcalde
Cárcamo, admitiendo la Recepción de Testigos; Y habiendo
tenido efecto la presentación en aquel Real Senado, pidió por
su apoderado se sirviese su Alteza mandar al Juez que conocía
de la Causa, me devolviese a su servicio bajo la protesta, y
seguridad de buen tratamiento, o que me depositasen, y se
exhibiese la Causa a prueba, de que se le dio traslado al
Procurador de pobres que hizo mis defensas, y asintió a estas
dos proposiciones últimas, en cuya conformidad libró Real
Provisión para que así se verificase, con el aditamento que
conociesen ambos Alcaldes de la Causa, la que presenté antes
los referidos, quienes providenciaron con noticia de mi Amo
sacarme de esta prisión al Veinte y tres de Diciembre del año
que viene citado, y ponerme por Vía de deposito en la Casa de
Don Joseph Antonio Ortíz depositario general. A los dos meses
de estada [sic] en dicha Casa, me mandaron por Auto Judicial
los sucesores Alcaldes del siguiente año de Ciniquita y nueve
Don Fernando José de Cárcamo, y Don José Antonio Zuleta
[f. 956r.] diese por mi parte las pruebas que bastasen a Justificar
la sevicia padecida en el servicio de mi amo, lo que practiqué
no con poca dificultad, porque todos los más que habían de
ser Testigos, se excusaban recelándose, por que es un hombre
que pone las amenazas en ejecución hasta en personas libres,
y Españolas, por fin no faltaron sujetos que declarasen y
concluida la información se le dio traslado para que respondiese

268
Representación de Francisco Javier de Mier

absolviéndose, de lo que allí aparece Justificado, y después de


pasado cuatriplicadamente el término prescripto en derecho, la
dio dicteriando a los Jueces, y a un Caballero particular de esta
Villa con palabras denigrativas, y muy ajenas del punto que
se trataba, de que resultó decretase, se le devolviese el escrito
para que textase [sic] aquellas palabras mal sonantes, y pena
al escribano si admitía otros de semejante naturaleza, y no
obstante este previo, y debido mandato de la Real Justicia, la
enmienda fue, presentar otro reproduciendo lo mismo que en
el antecedente; desacato que obligó al Juez de oficio mandar
se sacase íntegro Testimonio de dicho escrito, y precediendo
el auto de Consulta a los señores Ministros de Su Alteza se
le devolvió original textado, resolución que aprobaron dichos
señores como más largamente consta en la Carta respuesta que
dieron al mencionado Juez por el Escribano de Cámara, y se
halla en los Autos de este articulo=

En este estado Señor Excelentísimo viendo mi Amo los Fatales


fines que le anunciaba el litis contencioso que me formó su Poder,
y que estando libre de prisión, semiplenamente probaría en la
ratificación de Testigos su rígido, y adusto genio, puso los medios
para que me volviesen a esta Real Cárcel, y lo consiguió el [f. 956v.]
24 de Mayo de dicho año de 59 sin más motivo que el de [roto]
dañada intención, á que concurrieron los Jueces gustos (los que
en aquella fecha tenía ya muy de su parte) empero de haberles
hecho presente por un pedimento que inmediatamente se violaba
el precepto de Su Alteza quien tenía mandado que antelado el
depósito de mi persona para que usase de mis naturales defensas,
se siguiere la Causa por sus términos, además de haberlo pedido
así mi Amo, lo que no bastó para que dejasen de insistir guardase
el arresto (ya se ve amparado de mi miseria, y como que me
Conciben imposibilitado cualesquier recurso) desde donde en el
modo que me fue posible hice mis defensas como convinieron; Y
hallándose los Autos en estado de Sentencia los pretéritos Jueces
Don Manuel de Ybiricu, y Don Andrés de Longaray hicieron
remisión de ellos a la Ciudad de Cartagena al estudio del Doctor
Don Manuel Antonio de Córdova, Abogado de la Real Audiencia
de este Reyno, cuyo Dictamen fue, debían precisar al Caballero mi
Amo a la venta pretendida por mí, pues así lo hallaba en mérito
de los Autos, coronando su contexto con esta decisión: que si a la

269
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

mujer (que es parto de mayor consideración) Justificando la movida


que le da su marido, se le puede separar, según sentir de varios
autores de Quod thorum et mutuam cohavitacionem, con mucha
más razón al esclavo en que recibe muy poco daño su Amo por
enterársele el dinero de su importe; y Concluye cargándole a mi
Amo las Costas. Venida que fue esta providencia se me hizo saber el
14 de Mayo, y a mi amo afines de Junio, después de cuatro escritos
que presenté pidiendo se le notificase, que ocultó Don Andres de
Longaray, y el [f. 957r.] Escribano, que he sufrido por mi desamparo,
lo que averigüé, porque habiendo mi Amo apelado de la Sentencia
para ante los señores de la Real Audiencia, y concedídosele, pedí
que el Testimonio se corrigiese en mi presencia, mediante a saber
leer, y escribir, y no tener a quien encargar tan importante diligencia,
lo que resistía el citado Alcalde Longaray y el escribano diciendo
no era necesario satisfacerme a mí, hasta que enterado el Don
Manuel de Ybirícu, los precisó a que se hiciera, y habiendo venido
el Oficial a la corrección de él, y observado no haberse agregado los
cuatro escritos en que les ponía presente lo moroso que andaba el
escribano por culpa de sus mercedes para que por aquellos señores
Ministros se viese unos, y otros procedimientos, y proveyesen de
eficaz remedio, les espré [sic] faltar allí dichos cuatro escritos últimos
que tenía presentados, a que me contestó no haberse Decretado los
tres y el uno aunque lo estaba, había dicho el Escribano importaba
poco su inserción=

A esto se llega señor que no contento mi Amo todavía con la


acérrima prisión que sin causa padezco, me solicitan él, y su
Asociado el Doctor Don Julián García Abogado de la Real
Audiencia (hoy Asesor general del Cabildo de esta Villa) mayores
tormentos e inquietudes por medio de la alianza que tienen con
los presentes Alcaldes: Y es el caso. La noche del día 24 del
próximo pasado Noviembre como a las 7 ½ de ella, con motivo
de haberme levantado había yo informado contra ellos, vinieron
a esta Real Cárcel con gran sigilo, y pasando con el Alcaide al
cuarto donde guardo mi prisión, mandaron á este me llevase a
uno de los Calabozos, y me pusiese en un Cepo, lo que ejecutó sin
permitirme siquiera una estera para guarecerme de la humedad,
y ya seguro pidieron el Arca de mis papeles, y después de haber
gastado tres horas en leerlos, cargaron con todo a dar cuenta á mi
Amo, y a dicho [f. 957v.] Doctor é hicieron que un mulato esclavo

270
Representación de Francisco Javier de Mier

del actual Señor Marqués de Santa Coa nombrado Pedro Vidal


(motor principal de estos enredos) pasase á reconocerlos, y no
habiendo hallado en ellos lo que buscaban al siguiente día 25 a
las 10 de la mañana vinieron a la Sala de Cabildo, y haciendo que
el Alcaide me llevase á sus presencia, me preguntaron que adónde
estaba el borrador de un Informe que había hecho contra la buena
fe que había de dar; con lo que mandaron a dicho Alcaide me
devolviese a la prisión donde estaba antes, y hasta hoy en que van
comprendidos 30 días no me han hecho saber providencia alguna,
ni devuelto mis papeles =

Por lo antedicho vendrá Vuestra Excelencia en pleno conocimiento


de la desventura en que estoy constituido, y que aunque Su Alteza
confirme la sentencia dada por el citado Doctor Don Manuel
de Córdova hará mi Amo con su poder que los Jueces ilusorien
[sic] tan soberanos mandatos, sólo por martirizarme aquí, ya que
no me puede haber; por lo que Ocurro a la pía Justificación de
Vuestra Excelencia para que mirándome con conmiseración, luego
que llegue á la Corte de Santa Fe interponga su autoridad a fin
de que por aquellos Señores Ministros se concluya este articulo,
con lo que terminará mi padecer: Y por ahora con atención a
las extorsiones que de quedar en esta real Cárcel sin duda
ninguna iré experimentando alternativamente de mi Amo por la
coligación, que como tengo dicho tiene con dichos Alcaldes, los
que no hacen cosa que no decline a darle gusto; Rendidamente,
suplico a Vuestra excelencia se sirva por medio de un fiador que
daré de [manchado] Cárcel segura a satisfacción, y abonado, y
que esté á los resol [f. 958r.] tados de mi instancia, respondiendo
en todo a lo que contrario fuese, que los predichos. Jueces que
conocen a esta Causa me den libertad, y que esto sea antes del
tránsito de Vuestra excelencia lo que espero de su benignidad, y
noble Corazón, para lo que implorando, como imploro los Reales
Poderes de su Majestad (Dios le guarde) que en Vuestra Excelencia
condignamente [sic] residen=

A Vuestra Excelencia pido y Suplico que habiendo por representados


mis inaccesibles trabajos provea como solicito, Juro a Dios, y a esta
señal de cruz ✠ no proceder de malicia y en lo necesario etcétera.
Cárcel de Mompox y Diciembre 24 de 1760

271
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

Excelentísimo señor

Puesto a los pies de Vuestra Excelencia rendidamente suplica

[Firma y rúbrica] Francisco Xavier de Mier

272
27. Representación de José Antonio Molla,
esclavo, a don Pedro Bruno Escandón,
juez comisionado para la causa mortuoria
del Marqués de Santa Coa
don Julián de Trespalacios Mier

Presentado en Mompós, 20 de septiembre de 17701 [f. 915r.]

J osé Antonio Molla: como Negro casta chalá Esclavo de la


hacienda del difunto Señor Marqués de Santa Coa y con
licencia del Señor actual Marqués del mismo título mi amo,
y con mi Natural derecho con el que más haya lugar y me
convenga parezco ante vuestra merced y digo, que como
parece del Instrumento Jurídico que con la debida solemnidad
presento, parece tener entregado a José Saavedra mi antecesor
amo doscientos doce pesos y tres reales a cuenta de mi libertad,
y por otro recibo de mi actual amo Señor Marqués cincuenta
pesos que hacen doscientos sesenta y dos pesos y tres reales,
con que me parece estar cuasi completada la cantidad en
que me compró dicho Saavedra, la que al presente no puedo
positivamente decir cuanta fue por no haberse encontrado
la escritura de mi compra, la que tal vez habrá perecido en
el incendio de la Ciudad de Simití, Y respecto a que yo fui
vendido por don Juan de Madroñales mi amo que fue, a Juan
Agustín Moreno, y este me Vendió al Difunto señor Marqués tal
vez en pago de cuentas que tenían, y su Señoría me mandó al
dicho Saavedra, suplico a Vuestra Merced rendidamente se sirva
mandar que dicho señor mi amo [f. 915v.] [mutilado] [manchado]
las cuentas de dicho [manchado] si encuentra en ellas alguna

1 AGN, Negros y esclavos de Bolívar, t. 2, ff. 915r.-915v.

273
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

que diga el valor en que fui comprado [manchado] que dicho


señor Marqués mi difunto amo tuvo con el antedicho Saavedra,
que aquella Cantidad que fuese estoy pronto a cumplimentarla
sobre los doscientos sesenta y dos pesos y tres reales, para que
se me otorgue instrumento jurídico de mi libertad y ahorro que
estoy pronto a satisfacer las costas que se causaren. En cuya
atención=

A Vuestra Merced pido y suplico que habiéndome por presentado


con dichos instrumento, y recibo, se sirva proveer y mandar como
en este se contiene en que recibiré merced con justicia que pido y
en lo necesario juro etcétera=

[firma y rúbirca] José Antonio Molla

274
28. Representación de Gregorio José Cevallos,
moreno esclavo, al corregidor de Mompós
don Ignacio de San Miguel

Mompós, 17 de febrero de 17771 [f. 701r.]

S eñor Corregidor= Gregorio José Cevallos Moreno Esclavo


de Don José Antonio de Bros vecino de esta Villa ante
Vuestra Señoría como en Derecho mejor lugar haya premiso lo
necesario con el más profundo rendimiento prestando la venia
debida a dicho mi Amo parezco, y digo: Que como informé en
el día antes de ayer a Vuestra Señoría (cuando pasé a su tribunal
a impetrar el Real amparo, que gozo en esta Real Cárcel por
Guarda y custodia) son los motivos ciertos que me [tachado:
que me] impelen, a solicitar se me dé nuevo amo; el primero
que siendo el trabajo essolvitante [sic], el mantenimiento se
reduce de almuerzo una totuma de mazamorra de maíz puro,
un cuartillo de plata para comer, y tres bollitos como de cinco
onzas, poco más, a que se agrega de que a cada paso que
cualquier leve defecto, en que incurra un pobre esclavo, de que
así como se le mandó una cosa, no lo hizo recibe de su Amo
un pescozón, o patada, que le hace escupir Sangre, o manda
tumbar en barra, y casti- [f. 701v.] garlo o mandarlo prender. El
Segundo, que en catorce años, que ha le sirvo sólo tres veces
me ha dado ración de vestuario, sin dar lugar a ninguno de
sus Esclavos, pues aunque el día de fiesta por no darnos el
Sábado pudieramos emplearlo en ir al Monte a sacar leña para
venderla e ir juntando para hacer un Vestuario es imposible
porque como no se nos da aquella escasa manutención este día

1 AGN, Negros y esclavos de Antioquia, t. 1, ff. 701r.-702r. [Traslado]

275
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

y gastamos en ella, lo que adquirimos= Lo tercero que siendo


costumbre, que en el día de fiesta , que ocupa cualquiera amo a
su criado lo mantiene, el mío no lo hace así: Por cuyas Razones
(que son constantes a los circunvencinos del tejar del referido
mi amo Don José de Bros) y las de que ultimamente me mandó
al trabajo de cortar leña, no siendo costumbre, que el que la
corta la haya de conducir al tejar sino otro Esclavo por darse
por cumplida la tarea, que hace en el Monte, queriéndome
mi Amo precisar a lo dicho, no obstante mi crecida edad de
sesenta años. Por tanto ocucco a Vuestra señoría para que
mirándome en Caridad se digne mandar al referido mi Amo
de de boleta de venta por precio regular y no excesivo. Sobre
que haciendo el pedimento más humilde y que en Derecho
tenga lugar= A Vuestra Señoría suplico que habiendome por
[f. 702r.] presentado como persona miserable en este papel del
sello cuarto se sirva admitirle, y proveerlo, que más conforme
sea a Justicia, juro no ser de malicia lo necesario &a= Gregorio
José Cevallos

276
29. Representación de María Isabel de la Guardia
sobre la libertad de su hermano
José Román
Presentada en Santafé, 28 de agosto de 17781 [f. 1060r.]

Muy Poderoso Señor

I sabel María de la Guardia, natural y Vecina de esta Villa


de Mompóx, con expreso consentimiento, que me tiene
concedido, Mateo Rodríguez, mi legítimo Marido, ante
Vuestra Alteza con el más profundo rendimiento, y en la
Forma, que más haya lugar en Derecho parezco por medio
de este Memorial, a causa de mi notoria pobreza, y digo: que
habiéndome presentado ante Vuestro Virrey en esta dicha Villa,
en su tránsito para esa Corte, por el Mes de Marzo del pasado
año de Mil setecientos Setenta, y seis, pretendiendo la libertad
de José Román, mi hermano, respecto de que Siendo este
libre, lo poseía como su Esclavo Francisco Miguel Quintero,
Vecino del Sitio del Retiro; y mandádose, por mi indigencia,
que cualquiera de Vuestros Alcaldes Ordinarios de esta citada
Villa averiguase verbalmente mi relato, y que siendo cierto,
hiciese dar Carta de libertad a dicho mi hermano; actuadas,
que fueron, no solamente aquellas extrajudiciales Diligencias,
sino otras muchas Judiciales, resultó finalmente justificada mi
acción, y en su consecuen[f. 1060v.]cia vuestro actual Alcalde
Ordinario Don Domingo Rivero, pronunció Sentencia en Ocho
de Julio del año próximo pasado, declarando al referido José
Román, mi hermano, por libertino libre, y exento del Yugo de

1 AGN, Negros y esclavos de Antioquia, t. 4, ff. 1060r.-1061r.

277
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

la servidumbre y Esclavitud, en que ha querido constituirlo el


nominado Quintero, para que puesto, y amparado en la posesión
de su libertad, usase, y ejerciese las funciones, y facultades que
por Derecho le corresponden. Pero como a más de haber apelado
mi Contrario de esta definitiva determinación, y que esto le fue
concedido para ante el Regio Senado de Vuestra Alteza hubiese
ocurrido de antemano al mismo Regio Senado, Solicitando Real
Provisión compulsoria, para que se remitiesen los Autos; y que
habiéndose así ejecutado, y dirigiéndose el Proceso original (según
hago Memoria) en el Correo de Veinte y nueve de Octubre del
recordado año próximo pretérito; hasta ahora, en que son vencidos
nueves Meses, no se me ha notificado Providencia digna de su
resulto: Hallándome Cada día en mayores necesidades, padeciendo
mi hermano su prisión en la Real Cárcel, y sufriendo Yo, (en
medio de mis Desdichas,) su respectiva manutención, que en
muchas Ocasiones, (por no tenerlo,) se ha estado en ayunas, hasta
la noche, que se la he llevado. Ocurro por este medio, que me
[f. 1061r.] ha dictado mi pobreza, al justificado Tribunal de Vuestra
Alteza suplicando rendidamente, se digne determinar dicha Causa,
confirmando la explicada Sentencia, y condenando en Costas y
Costos al Contrario, preceptuándole me satisfaga también la dicha
Manutención, que he contribuido, y contribuyo al nominado mi
hermano. En cuyos términos, y pidiendo finalmente, se me admita
esta representación en la Conformidad, y Papel que va extendida,
por carecer de todas facultades, para ocurrir por Apoderado,
respecto a mi exclamada notoria pobreza =

A Vuestra Alteza rendidamente pido, y Suplico se digne proveer,


y mandar como solicito, que juro no proceder de malicia y en lo
necesario &=

A ruego de María Isabel de la Guardia=

[Firma y rúbrica] Raymundo Antonio Rodríguez

278
30. Representación de Dominga Pérez, esclava,
a la Real Audiencia de Santafé

Presentada en Santafé, 1 de octubre de 17981 [f. 565r.]

Muy Poderoso Señor

D ominga Pérez, Pobre de Solemnidad, viuda de Francisco


Rojas, y esclava de la testamentaría de este, vecina de la
Ciudad de Simití, y residente en esta Villa de Santa Cruz de
Mompox, desde ella con mi mayor rendimiento, y veneración,
ante la soberanía de Vuestra Alteza como más haya lugar
en derecho parezco y digo: que sin duda alguna como tan
desvalida en el uso de mis naturales defensas, peligrara mi
Justicia en manos de las que por conexiones ejercen Vuestros
Alcaldes ordinarios de dicho Simití, sino tuviese en tal conflicto
el segundo asilo de elevar este recurso a la recta Justificación
de vuestra Alteza con la manifestación de caso de mi querella

Siendo pues en compañía de mi anciana madre esclava de Don


Félix Pérez también del citado vecindario del Simití, y especial
hipoteca del principal de Capellanía de trecientos pesos, solicitó
mi difunto consorte Francisco [f. 565v.] Rojas, casarse conmigo,
bajo de la promesa de sacarme del cautiverio, y habiéndose
verificado el citado nuestro Matrimonio, procedió a cumplirme
aquella oferta, tomando por arbitrio el reconocimiento que hizo
de dicho principal, Sobre una estancia de Cacagual, la general
de sus bienes, y aun según ahora se me ha dicho pignorando mi
cabeza, y la de mi difunto marido bajo de tales principios durante

1 AGN, Negros y esclavos de Bolívar, t. 9, ff. 565r.-567v.

279
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

muchos años de nuestro Matrimonio me mantuve en quieta y


pacífica posesión de mi libertad dentro de cuyo tiempo, tuvimos
por nuestras Legítimas hijas, a Tomasa, que es hoy de edad de doce
años, a Aquilina de ocho, a Estefania de seis, y a Josefa de más de
tres años, que se gozaron en la libertad, que sus padres, hasta que
en la era presente, se ha empeñado la maldad en reducirnos al
cautiverio, como adelante expondré, con la Verdad, que es debida,
para esta exclamación que dirijo a Vuestra Alteza.

Muerto mi dicho consorte en fines del año pasado de noventa y


cinco Quedaron a mi abrigo las citadas nuestras hijas, y recogidas
aquellas en la mencionada estancia de tierras y cacagual, a orillas
del Río de la Magdalena en el paraje nombrado el [f. 566r.] Pital,
donde por aquel entonces fue nuestra mansión cuidándola, hasta
que posteriormente los citados Alcaldes nos lanzaron de ella,
quedando en el abandono, que le ha hecho llegar al estado de
amontarse, y hacerse de menos Valer [sic], siendo al mismo tiempo
despojada de los cortos muebles, que tenía para mis labores como
lo eran cinco machetes, tres hachas, dos lanzas, la herramienta de
construir barquetas y demás trastes cortos de casa, y también de
las aves, que criaba en ella

Puesta por tales motivos en la dura necesidad, de ser mendicante


con mis dichas cuatro hijas, cuando me persuadía, que con la
mencionada estancia, y muebles relacionados, hubiesen cubierto
el referido principal de los trecientos pesos, y Sobre treinta que
quedó adeudando mi difunto esposo de réditos, me halle en el
presente estado, de haberme despojado de las cuatro dichas mis
hijas, y no sólo para el pago del principal sino de los réditos
que desde su fallecimiento me hacen cargo avaluándolas a su
acomodo, para beneficiar a un Nicolás Carrascal a quien las tienen
cedidas por tan baja cantidad, que se ofrece reconocer.

No contentos mis adversos, con tan diliquentes [sic] arbitrios,


han llegado al empeño de reducirme a mi también a Cautive
[f. 566v.] rio pretextando debo ser esclava de las Captivadas mis
hijas, poniendo por apariencias para alucinar su menor edad, con
que se prometen llenar el hueco, de sus ideas, y dar gusto, y
fomento al Nicolás Carrascal, cuyo Genio y personaje no puede
ser más reprensible, cuando aun no sé, si se ha vindicado de la

280
Representación de Dominga Pérez

causa que en esta villa de Mompox se le ha seguido, por fraude


de comiso de Aguardiente clandestino; De modo, que llegando
por ello a tanto mi sentimiento aun no me valió el proponer, como
ignorante, les daría otro amo a mis dichas hijas, pues con solas dos
se hubiera completado el débito, caso de declararse Justo como
era debido.

En medio de este tropel de disgustos, miraba por una parte, que


la Cortedad de sujetos de que se compone el Simití todos son
parientes, y paniaguados, incapaces de proteger mi Justicia, al
paso que reina allí el ningún conocimiento de nuestras Leyes, ni
prácticos de la Judicatura, para poder buscar mi alivio, de cuyos
enlaces y conexiones, no carecen de Justificación en causa seguida
de orden de Vuestro Superior Gobierno donde se hallara, y por
[f. 567r.] ello siendo por mi sexo y rustiquez imposible de usar por
mí misma de mis defensas, me deserté de allí peregrinando por
mi suma miseria hasta esta Villa de Mompox donde apenas he
podido respirar de tal angustia para elevar este recurso a la notoria
Justificación de Vuestra Alteza.

En tal virtud, La sabia penetración de Vuestra Alteza sabrá mejor


discernir mi Justicia para que merezca el amparo que solicito, así
como el que cualquier providencia que se libre para la dicción del
asunto no sea a aquellos sujetos de Simití pues de estos sólo espero
el peligro de mi Justicia o a lo menos el que la entorpezcan, y en
este concepto suplico a la equitativa de Vuestra Alteza, que pues
he manifestado mi desamparo para mi defensa, cuando no sea de
Vuestra superior aprobación cometer la ejecución, y conocimiento
de causa al Administrador y Corregidor del Pueblo de Badillos
por lo más inmediato que está y ser único sujeto que hay en él,
tenga efecto esta solicitud comisionando a quien sea conveniente
en esta villa de Mompox donde por la más civilización, y copia de
sujetos podré lograr mi recta Justicia y nombrar alguno, que por
Causa miserable sea mi defensor, pues al intento si aquellos mis
opositores quisieren reproducir les es menos perjudicial ejecutarlo,
por [f. 567v.] si o por su poder, y me adquiriré con mis dichas hijas
el piadoso Sufragio de ser depositadas en persona imparcial, y el
mejor éxito del asunto y a la quietud de nuestro espíritu, Y por
tanto postrada reverentemente y con el Pedimento mas útil =

281
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

A Vuestra Alteza suplico se digne mandar como más sea de Justicia


pues para ello Juro a Dios nuestro Señor y una señal de cruz no
proceder de Malicia

Muy Poderoso Señor

[Firma y rúbrica] Dominga Pérez

282
En los campos de batalla
Memorias de las guerras de independencia
31. Juan Manuel Mosquera, esclavo,
testigo oculto de la batalla de Palacé

Popayán, diciembre 15 de 18121 [f. 1r.]

E n el mismo día hizo [el ciudadano Agustín Sarasti, teniente


coronel comandante del Batallón de Patriotas de esta capital, juez
comisionado por el presidente del Estado para conocer las causas
de los rebeldes del Valle del Patía] comparecer en el Cuartel de
Prevención donde se halla preso a un negro, a quien se le instmió [sic]
en los mandamientos de la Ley de Dios, y la gravedad del juramento
para que no falte a la verdad; y estando libre de toda prisión le
recibió juramento que hizo por Dios Nuestro Señor, y una señal de
Cruz bajo el cual prometió decir verdad en todo lo que supiere, y se
le preguntarse; en cuya virtud, siéndolo preguntado qué edad, oficio,
y estado tiene, si es libre, o esclavo, de dónde [f. 1v.] es, a donde se
ha mantenido de un año a esta parte, y con qué motivo se hallaba
en este cuartel?, dijo: que se llama Juan Manuel Mosquera, tiene
veinte y tres años, de estado casado con Concepción negra esclava
de Doña María Josefa Hurtado residente en la Hacienda de Calibío,
de cuya señora es también esclavo, y ha vivido el declarante en el
cañaduzal que tiene dicha Señora jurisdicción [sic] del curato de San
Antonio: Que de dicho cañaveral vino a esta ciudad con seis negros
más sus compañeros en tiempo de Don Miguel Tacón por recado
que a nombre de este les llevó uno de dichos negros para que se
viniesen todos los negros a defender la ciudad porque se entraban los
caleños; con cuyo motivo vino y se le presentó con los compañeros
en el campamento que había formado en Cauca en la estancia de
Don Francisco Antonio Balcazar. Que allí se mantuvo hasta la acción

1 ACC, Sig. 6384 (Ind. M I-3 j), ff. 1r-2v.

285
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

de Palacé, en que fue con la tropa de soldado de a pie con lanza, en


cuya acción no obró porque luego que empezó se escondió en el
monte, y se mantuvo hasta las siete de la noche que salió, y se fue
para la Orqueta. Que allí se mantuvo cinco meses hasta que supo
que el gobernador Don Miguel Tacón volvía contra Popayán con
gente de Lima, y entonces se huyó para írsele a incorporar como lo
hizo en el sitio de Mercaderes donde lo encontró, y presentándosele,
y diciéndole que el motivo que lo llevaba era el de unirse a él porque
le habían dicho al declarante que las tropas que traía de Lima venían
matando a cuantos encontraban; le contestó dicho gobernador que
había hecho bien. Que a los tres días de su llegada a Mercaderes,
con motivo de ir las tropas de esta ciudad contra Tacón se retiró
este para el Castigo previniendo a las tropas lo [f. 2r.] siguiesen,
como lo hizo el declarante hasta la ciudad de Barbacoas en que
estuvieron dos meses hasta que se fue a Tumaco siguiéndole el
declarante. Que allí con el motivo de no tener con que mantenerse
[roto] al gobernador le diese algún prest2, quien le contestó se fuese
a trabajar porque ya no había dinero alguno. Que entonces se sujetó
a trabajar a Don Mariano Astudillo en un tabacal que tenía. Que allí
se mantuvo hasta que llegó a dicho Tumaco el comandante Don
Ignacio Rodríguez a quien se le presentó asegurándole que era libre,
y exponiéndole había ido de soldado de Tacón pidiéndole al mismo
tiempo pasaporte para esta ciudad. Que los soldados de dicho señor
comandante lo conocieron por esclavo, y denuciáron a dicho señor
quien entonces lo hizo mantener a su lado, y lo trajo hasta esta ciudad
llegando a este cuartel de Prevención, y el mismo día sin dar parte
a nadie se fue para la Hacienda de Su Señora llamada el Guayabal,
y se le presentó al mayordomo Gregorio Trujillo, donde se mantuvo
trabajando ocho días hasta que lo mandó dicho mayordomo a esta
ciudad a que se presentase a su Señora como lo hizo, sin recibir
castigo alguno de su Señora, quien lo mandó el mismo día a la
Hacienda de Calibío a que viese a la mujer: así lo hizo, y conforme
al orden de su Señora se volvió al día siguiente a trabajar en dicha
Hacienda de Guayabal: que allí se mantuvo hasta que con licencia
del mayordomo fue a la Horqueta a traer una carga de maíz para
llevarle a su mujer a Calibío, como lo verificó, y entró con ella a esta

2 Prest es la ración que, sacada de la totalidad de su estipendio, podía un


soldado recibir semanal o diariamente.

286
Juan Manuel Mosquera

ciudad el día nueve de de octubre; y encontrándose con los Patía


[f. 2v.] nos en el Egido, le preguntaron a dónde iba, y diciéndoles
que a Calibío le impidiéron la entrada porque no fuese a avisar a
los caleños las armas que tenían: Que allí estuvo un rato hasta que
los patíanos supieron que ya los caleños estaban cerca, se entraron
a la ciudad, y en esta confusa se fue el declarante por el barrio de
San Camilo, descargando el maíz donde la Agustina Pastusa que vive
por el Empedrado, y vendiéndolo por almudes con reserva de dos
con un sapallo, y unas incas que su mujer, se iba ya para Calibío, y
lo econtráron las tropas de Cali en la calle de San Francisco tirando
de cabestro un caballo, lo amarraron, trajeron a la plaza, y no lo
mataron porque lo conoció el Señor Comandante Rodríguez quien lo
mandó preso a la Estancia, de donde lo trajeron a este cuartel.

Preguntado si no sabe que siendo esclavo no debía separarse de


lado de su señora, y por qué no tocó con ella para presentarse a Don
Miguel Tacón: Dijo, que aunque su señora estaba en Timbío, no la
vio porque los compañeros no quisieron sino venirse a presentar en
derechura al gobernador y responde.

Preguntado si cuando fue para la Horqueta por el maíz, no vio a los


Patianos, a quienes, qué trató con ellos, y cómo lo dejaron pasar:
Dijo: que si los vio porque se hallaban en Timbío, y que para para
[sic] pasar libremente les prometió que los acomparía [sic], como
en efecto después de haber sufrido tres días de prisión, estuvo los
mismo haciendo fatiga de soldado, como le consta al sargento Carlos
Vivas que [f. 3r.] se hallaba con ellos entonces.

Preguntado qué sueldo le daba Don Mig[uel Tacón] durante el tiempo


que le acompañó: Dijo: que [roto] hasta que llegaron a Tumaco en
donde le dijo que en lo s[u]bcecibo se mantuviera con su trabajo
personal como lo lleva referido.

Preguntado si tenía más que exponer sobre esta declaración: Dijo,


que no y leída que le fue se afirmó y ratificó en virtud del juramento
hecho dijo no saber firmar hácelo su merced por ante mí de que doy
fe como de que queda abierta para lo que convenga
[Firma] Sarasti
Antemí [Firma] Velasco

287
32. Jerónimo Torres Tenorio relata
la insubordinación de los esclavos de la mina
de San Juan al gobernador de Popayán

Mina de San Juan, Junio 20 de 18201 [f. 1r.]

H ace once meses que a instancias del gobierno, vine a


restablecer el orden de esta mina sublevada desde enero
de 1811. A pesar de los enormes perjuicios que habían
ocasionado estos esclavos a sus amos privándonos por tantos
años de los productos de la mina, y recargando las deudas que
gravan sobre ella; y a pesar de que encontré consumidas las
herramientas, aniquilados los plantíos, destruidas las labores, y
repartido el terreno de aquella y de éstas, para sus sementeras
y trabajos particulares; lejos de hacerles cargo alguno, ni aun
la más leve reconvención por lo pasado, adopté un tratamiento
suave complaciente y enteramente paternal: renové las
herramientas de que carecía, y les refaccioné a muchos de
ellos la suya a mi costa: los continué en la posesión de sus
plantíos, no obstante de haberlo hecho con el trabajo de nueve
años de que nos han defraudado, y en los terrenos de la
Hacienda que se han distribuido. Aun hice más, me privé de la
labores de la Mina, por darles tiempo a que concluyesen las
que tenían empezadas, rebajándoles la mitad del jornal
ordinario a las mujeres, y cuasi otro tanto a los hombres. Por
otra parte durante el tiempo de mi residencia aquí los he
asistido y curado en todas sus enfermedades sin economizar
gastos, y empleando hasta para las más leves, remedios
exquisitos que nunca se han acostumbrado en las cuadrillas.

1 ACC, sig. 6596 (Ind. C III -2 g), ff. 1r.-2r.

289
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

Les he distribuido cuantos bastimentos han venido de la


Sabana, meramente por su costo, sin la más pequeña utilidad
por mi parte, y con preferencia muchas veces a mi persona. Les
he permitido las diversiones que han querido, aunque excesivas:
sus defectos y aun delitos, he procurado corregirlos sin castigos,
ni más que represiones puramente verbales, disimulando todo
lo que me ha dictado la prudencia, salvando en cuanto he
podido el orden y la buena moral= Creí Señor Gobernador,
que un manejo tan indulgente y bondadoso, domesticaría a
estos Esclavos por más indomables que fuesen, y domesticaría
la severidad y rigor que siempre se han creído necesarios para
gobernar a los negros; pero una triste experiencia me lo ha
desengañado, convenciéndome del odio innato e irreconciliable
del esclavo para con sus amos que lo explica desde el momento
que no siente el peso de su autoridad sobre él: así ha sucedido
en los de esta mina, cuyos innumerables excesos posteriores a
su antigua y escandalosa insubordinación, ya exige que la
autoridad pública auxilie la de sus amos para sujetarlos y
corregirlos= Sería difusa y tediosa la enumeración
circunstanciada de sus repetidas conmociones desde el tiempo
de nuestros mayores; expondré únicamente a Vuestra Señoría
las más considerables que hemos experimentado mientras han
estado bajo de nuestro dominio. Dos veces tuvo que tomar
medidas serias el Señor Gobernador don Miguel Tacón para
reprimir sus alteraciones castigando en la una a los cabecillas
de los que se sublevaron contra un hermano mío, y sofocando
oportunamente en la otra la fábula alarmante e insidiosa de
que había venido a las Américas una Reina negra trayendo la
libertad para los esclavos, que trataban los amos de ocultarla,
con cuyo [motivo] habían comenzado a celebrar Juntas
nocturnas, y tomar medidas para sacudir la obediencia. Poco
tiempo después rompieron abiertamente [f. 1v.] a principios de
enero de 811 en que me mandaron a prevenir no contásemos
sus amos con los esclavos ni la mina porque esta era suya, y
ellos libres; en vano el mismo gobernador Tacón libró luego
una providencia en 26 de febrero procurando desengañarlos
de sus ideas quiméricas de libertad, y reducirlos al orden; pues
las atenciones públicas de aquel tiempo no le permitieron otras
medidas; todo fue infructuoso, porque se resistieron tenazmente
a la intimación que se les hizo. En este estado se hallaban en

290
Je r ó n i m o To r r e s Te n o r i o

marzo del mismo año cuando faltó el gobierno de la Capital:


entonces fue que se afianzaron más en su libertinaje que
alarmaron con su conducta muchas cuadrillas de la costa, y
que abrieron un asilo a todos los esclavos fugitivos. Desde
aquel tiempo se pusieron en una absoluta independencia: se
gobernaron por si mismos y trabajaron sólo para su comodidad
y provecho. Durante la insurrección no mandaron una onza de
oro ni a su amo don Manuel mi hermano residente en Barbacoas
con quien tenían expedita la comunicación, ni al teniente don
Manuel Silvestre Balverde que gobernaba la provincia del Río
de Micay, y que se hallaba en los mismos términos, pero ni aun
obedecieron a la orden del Señor Gobernador don Aparicio
Vidaurrasga, quien les previno consignasen en el gobierno las
lavadas de la mina; y así es que hasta ahora no han dado
cuenta de los productos de 9 años. Aun terminadas las
alteraciones públicas el de 16 todavía continuaron estos
Esclavos en su anterior insubordinación a pesar de las repetidas
providencias del Señor Gobernador don José Solís para que se
pusieran bajo la obediencia de sus amos. Tres años hacía hasta
el de 19 que todo se hallaba repuesto a su estado primitivo, y
solo los negros de San Juan permanecían en el mismo desorden
que antes. La sublevación de los de Saija, y un homicidio
ejecutado en un esclavo de esta mina, por otro de los forajidos
que tenían refugiado en ella hacía muchos años, determinó al
Señor Gobernador don Pedro Domínguez a tratar de que se
tomasen disposiciones más serias sobre la sujeción de esta
cuadrilla, que intimada de la resolución del gobierno, se redujo
por ultimo a fingir una aparente sumisión al dominio de sus
amos. Entonces fue como he expuesto a vuestra señoría que
vine a encargarme de esta mina por instancias de dicho Señor
Gobernador, mientras se trasladaba a ella mi hermano don
Manuel. Antes de verificarlo propuse al capitán y demás
esclavos que habían salido a esa capital a presentarse al
gobierno, en presencia del doctor don Antonio Carvajal, que se
hallaba encargado accidentalmente de él, que buscasen amo
todos los negros de la mina que no quisiesen servirme, y que
si no se resolvían a dejarla solicitasen comprador para ella: a
todo se denegaron; y en vista de esto creí venir a encontrar
unos esclavos dóciles, sumisos, y dispuestos a repararnos los
enormes perjuicios que habían causado a sus amos. Fue todo

291
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

lo contrario: orgullo, altivez, insubordinación, y desidia es lo


que he encontrado en ellos. Nunca he podido hacerles la más
pequeña reconvención para corregirles los desordenes que he
observado, sin exponerme a grandes incomodidades por el
irrespeto e insolencia con que se han producido, abocándose
a cada instante a mi casa los padres, hijos y parientes del que
reprendía. Jamás conseguí mandarles cosa alguna sin que
dejasen de manifestar una extremada repugnancia de ejecutarlo
cuando no lo eludían con pretextos [f. 2r.] o se denegaban
abiertamente. Han llegado al extremo de abandonar varios de
ellos el trabajo de una sementera que hacían para su
subsistencia, tomar sus lanzas en mi presencia diciéndome que
se iban a cazar; pero serían interminables los hechos todavía
mas escandalosos que pudiera referir. Basta decir a vuestra
señoría que habiendo nombrado el capitán a uno de estos
mismos para que ayudase a sacar mi equipaje a la Sabana,
protestó que venía a presentárseme enfermo, y que en caso de
que yo le reprendiese me atravesaría con su lanza: que en esto
vino, y como yo no contase con él, buscó motivo de desobedecer
e insultar a los mandones y a algunos de mi familia: la
providencia hizo que no tomase yo la mano en estos excesos,
ignorante de sus pésimas disposiciones; advertido de ella traté
de remitirlo al gobierno, mas no pude verificarlo por no tener
con quien contar en la mina: intenté que se fuese a buscar
amo, o a Barbacoas donde mi hermano, se denegó a todo, y no
sólo se ha quedado impune, sino que se considera ya libre, y
al siguiente día, otro de los de su facción, a su ejemplo me han
provocado del mismo modo___. [sic] Así es que en once meses,
ni se ha repuesto los plantíos de la mina, que ellos han
destruido o consumido, ni restablecido las labores, ni el buen
orden. Han resistido lo primero porque hallándose ellos en la
abundancia por los crecidos platanares y cañaduzales que han
sembrado durante el tiempo de su libertinaje, sobrándoles
hasta para vender, no tuviere el amo amo [sic] con que poderlos
racionar, y tomar este pretexto para eximirse del trabajo: lo
segundo porque quieren continuar disfrutando de los minerales
de la hacienda que se repartieron cuando se levantaron; y lo
tercero porque no ha quedado en ellos el menor vestigio de
subordinación, ni respeto a sus amo, cuya autoridad nunca se
podrá reponer si la del gobierno, no los somete a ella. De aquí

292
Je r ó n i m o To r r e s Te n o r i o

es que subiendo a más de setecientos pesos los gastos


ordinarios que he hecho en la mina mientras he residido en
ella sin contar con mi mantención, no llegan sus productos a
400: que me he visto en la precisión de comprarles a mis
esclavos, aun los plátanos que he necesitado para aviar algunos
pasajeros, las cañas de azúcar para mi gasto y mandar a traer
maíces desde el río de Micay para los avíos que me ordenó el
gobierno le preparase a la expedición que debía transitar por
esta vía__. [sic] Todo esto lo toleraría sin distraer la atención de
vuestra señoría ocupada en asuntos de importancia y gravedad,
si esperase que el tiempo y la constancia pudiese doblegar al
fin la dura cerviz de esta cuadrilla; pero fuera de que me parece
esto imposible, se me ha indicado de que se han vuelto a
excitar en ella las anteriores especies de libertad. Lo cierto es
que a poco tiempo de haber venido yo, luego que se vieron
habilitados de herramientas, de que carecían comenzaron a
denegarse al trabajo, con el pretexto anteriormente indicado:
no se contentaron con la rebaja de la mitad del jornal, que les
había hecho, de que a más de haberse excusado una tercera
parte de la mina con pretextos frívolos, deben los demás
muchos pesos; tampoco les bastaron el viernes y el sábado que
se les pasaban, quisieron y se tomaron semana entera hasta
que por último se licenciaron desde mediados de mayo. Lo
más escandaloso ha sido, que cada solicitud de esta la han
hecho abocándose en pandilla los negros a mi sala, y que la
última fue una verdadera asonada, a que concurrieron hombres
mujeres, muchachos y hasta los inválidos. Se me ha asegurado
que la firmeza que encontraron en mí los desarmó, y no los
dejó resolverse a otras pretensiones que tranzar, aunque las
mujeres los instigaban en el acto. Lo cierto es que aquel día la
mayor parte de ellos se conducen como libres, que aun ha
habido muchacho que se me ha denegado a hacerme un
pequeño servicio; y que han armado bailes en mi casa sin mi
licencia insultándome hasta en sus canciones.__ [sic] En este
estado hallándome sin más resguardo que el de la autoridad de
amo, que tantas veces y de diversos modos han irrespetado y
desobedecido, en medio de una cuadrilla extremadamente
insubordinada, e insolente, armada toda ella de lanzas puñales,
y venenos, por que el báculo ordinario de hombres y muchachos
es la lanza, sin que les falte jamás el puñal en cinta, que traen

293
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

muchas veces hasta las mujeres , el el [sic] partido más prudente


que creo debo tomar; es abandonarla hasta que el gobierno
pueda poner el [f. 2v.] remedio conveniente. Este se puede
conseguir a muy poca costa: un comisionado con quince o
veinte hombres son suficientes para hacer un escarmiento en
esta mina, igual que practicó don José Antonio Yllera en las de
la costa; pero lo más importante es sacar las cabezas principales
de motín con sus familias: hacerles resarcir todos los perjuicios
que han ocasionado a sus amos, con el crecido de alhajas de
oro que cada uno de ellos tiene: deduciendo de ellas
primeramente los últimos gastos que se impendan en su
reducción. Debo hacer presente a vuestra señoría que por lo
que he observado conviene no usar ya de comunicaciones
pues acostumbrados a desobedecer impunemente cuantas han
hecho todos los señores gobernadores que han [sic] habido
desde el señor Tacón, hasta el antecesor de vuestra señoría, se
persuaden que por su localidad, el gobierno y sus amos se
hallan en absoluta impotencia de sujetarlos. Por lo menos sería
muy conveniente que viniese un comisionado con cinco
hombres a sacar dos negros de los más perjudiciales en la
mina. Si el gobierno me concede siquiera este pequeño auxilio,
y los hace pasar precisamente a Barbacoas a que los compre
don Casimiro Cortés, yo le cedo todo su producto. Estoy cierto
de que este sólo ejemplar aterrará a la cuadrilla, mucho más si
se recogen las lanzas, que todos tienen, y muchos de ellos
duplicadas__ Dios guarde a vuestra señoría muchos años Mina
de San Juan Junio 20 de 1820= Jerónimo Torres=Señor
Gobernador &a.

294
33. José María Martínez hace recuento
de su libertad, méritos y servicios durante
la época de la Independencia

Santafé de Antioquia, presentada en


Septiembre 6 de 18221 [f. 410r.]

Señor Teniente Asesor

J osé María Martínez por este memorial, y con acostumbrado


respeto, paso a puntualizar a usted las causas, que
precedieron al goce de mi libertad servil al doctor Faustino
Martínez ausente: Por mi humilde nacimiento de esclavo, pasé
al poder, y con la misma condición a servir a aquel doctor
que me adquirió de la testamentaría de Basilio Jaramillo en
noventa castellanos, que compensó con mi fidelidad de siete
años, acompañándolo en viajes largos a Bogotá, y Jamaica, y
mil diferentes servicios, que por notorios omito expresarlos. En
esta serie de años y robado de amor hacia la familia de mi amo,
expuse mi vida por salvarla de su padre el señor Juan Esteban
Martínez en un fuerte acaso, que tuvo como mayordomo de
la fábrica material de esta Santa Parroquial Iglesia, yendo al
tejar, que llaman de la virgen en el barrio de Jesús Nazareno
con un Manuel Herrera, vecino del Titiribí, que encarnizado
con un machete sobre él, yo después de Dios le di la vida,
aunque salí partida la chocosuela de la rodilla, cuya cicatriz
conservo a más de lo público, y de los testigos, el cirujano,
que me curó Rafael Quintero, y su esposa, e hijos que existen
en defecto de este cirujano. Entonces Señor Teniente no sólo

1 AHA, Esclavos, t. 38, doc. 1283, f. 410r.-v.

295
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

me daba toda la familia del señor Juan Esteban debidas gracias,


sino que por mi ahijado me ofrecieron la libertad, difiriéndola
si mientras cogía un poco de experiencia, y al cabo no se
efectuó. En fin mi propio amo, que reconocí el doctor Martínez
en presencia de José María Mena, y José [f. 410v.] Rodríguez,
cuando íbamos a Jamaica, no se cansaba de repetir, que me
llevaba de compañero, y no de esclavo, aunque tal vez lo oiría
también Remigio Leal socio nuestro encargado de los expulsos
de aquella primera época por orden del gobierno, y todos son
testigos. Cosa de tres años de confinación a Jamaica, llevaban
los desterrados, y este mismo tiempo fui amante servidor del
doctor Martínez, hasta que regresamos a este país su domicilio,
sin tratarme de algún premio, lo desamparé en Sogamoso,
y he andado volteando; pero en el restablecimiento de la
República, asenté plaza de soldado, funcionando de marinero
en el Magdalena sitio de Morales, después de haber venido mis
servicios sucesivamente desde el primero que hice, recorriendo
la costa con mi Coronel José María Córdova, cuando iba al
sitio de Cartagena, desviándome el teniente Ventura Correa
con sus tropas a cuenta, contra marchando luego a Mompóx,
y entrando en ambulancias, y diferentes debates militares,
vine a encontrarme con los parientes del doctor Martínez en
Magangué, que funcionaban de oficiales los señores Manuel
Corral, Celestino Martínez, y Julián Arrubla, de quien presento
un credencial, suplicando a usted tome de los demás los
informes, que estime convenientes en el particular, con lo más
que le parezca consiguiente a mi relato, pues de otro modo
peligrará la razón, y me veré reducido a mi antigua esclavitud,
como lo desea el señor Juan Esteban Martínez, debiendo ser
yo de justicia un hombre libre, y emancipado según parece
derecho equidad, y justicia &a.

[firmado] José María Martínez

296
34. Un veterano de la guerra y antiguo esclavo
relata la acción de Tenerife a un extranjero

Tenerife, río Magdalena, 18231 [p. 603]

D esde Plato el río [Magdalena] torna un poco más hacia el


occidente, y la gran corriente, que otorga una navegación
poco directa, se abandona, para seguir un canal precioso, que
ha separado parte de la orilla, y formado la isla de Playatura;
tiene de ancha cerca de la cuarta parte de una milla, y, aunque la
pasamos al medio día, era tal la majestuosidad de los bosques,
que los rayos del sol quedaban excluidos de este encantador
canal. Surgiendo de entre esta sombra, la corriente rompió por
nuestra izquierda con más magnificencia; tras haber ganado
el centro del torrente, se erguía hacia nuestra derecha una
empinada y redonda colina, con un espléndido tramo del río
escabulléndose hacia el norte.

Prevalecí sobre el patron [sic], que se había ahora tornado


comunicativo, para que girara más cerca de la orilla derecha, y
uno de nuestros bogas, que era el único de antepasados Africanos
que yo había hasta ese momento visto en el río, nos dio un relato
de la captura de este lugar. En nuestro viaje desde Mompóx, dado
que este pobre sujeto no estaba mucho mejor vestido o proveído
que los soldados que tienen el honor de ganar batallas para glorias

1 William Duane, A Visit to Colombia, in the Years 1822 & 1823, by


Laguayra and Caracas, Over the Cordillera to Bogota, and Thence by the
Magdalena to Cartagena (Philadelphia: Printed by Thomas H. Palmer,
for the author, 1826), 603-606.

297
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

ajenas, expuso accidentalmente su abdomen, que parecía como si


hubiese sido desgarrado desde la cadera izquierda hasta debajo de
la axila del brazo derecho; y, más extraordinario, tal había sido el
caso: sin saber cómo había sido hecha aquella herida, pregunté,
y así vine a saber que aquel hombre había sido un esclavo, y,
habiendo tomado las armas por Colombia, fue uno de los soldados
bajo las ordenes del Coronel Córdova (desde entonces general
de división, promovido en el campo de Ayacucho)–expuso su
brazo de debajo de su cobija; y aquel había sido maravillosamente
curado de una herida de sable.

Los españoles comandados por Morales habían ocupado Tenerife–


el poblado estaba sobre una barranca, cuyo término más bajo
sobre el río era de unos diez pies por encima de la superficie
de la corriente; una [p. 604] pendiente gradual de unas 110
yardas llevaba hacia una cuesta más empinada, que terminaba
en la colina tan graciosamente formada. El poblado estaba sobre
terrazas inclinadas, desde el río hasta casi la cima de esta colina;
hacia el sur, bellos cultivos; y hacia el norte, haciendas, algunas
en ruinas, y algunas en reconstrucción, eran claras a la vista. Pero
el poblado propiamente dicho era una ruina total; los estragos
de la artillería estaban tan frescos como lo habían estado el día
del asalto; trozos de mazos reposaban en lo sitios en que habían
caído; los maderos de los techos estaban en todas direcciones,
como si una explosión hubiera tomado lugar una semana antes, y
de todos las extensiones y magnitudes, puertas y ventanas daban
toda la actitud que la ruina, y la ruina militar especialmente, es tan
ingeniosa en formar.

Las fuerzas españolas que habían ascendido el Magdalena hasta


este lugar, se habían hecho a la posición con juicio consumado.
Desde su cima se comandaba corriente arriba y corriente abajo, y
una flota de veintisiete flecheras sólidas, con artillería pesada de
bronce, y numerosas embarcaciones de río, les permitía interceptar
cualquier cosa que pasara por el agua, que podía pasar sólo a la
vista de Tenerife. A ambos costados el campo abundaba con rica
agricultura, y ninguna parte de la república tiene tantos poblados
en un sitio similar, compuesto de ganaderos y agricultores, como
estos de la boca del río Opón, o las salidas de Ocaña al Dique de

298
Un veterano de la guerra y antiguo esclavo

Nueva Barranca veinticinco millas abajo. La vista de una posición


militar siempre entusiasma la curiosidad […]

La fuerza de los republicanos, fue seleccionada por el General


Mariano Montilla [sic], intendente del departamento de Cartagena,
[p. 605] cuyo endeble estado de salud lo detuvo abajo, pero fue
puesta bajo las ordenes de un joven de veintidós, quien ya se
había distinguido en el campo. El Coronel Córdova tenía once
flecheras, con armas de diferente calibre, dieciocho champanes
del tamaño más grande, bien tripuladas con los mejores bogas
que podían encontrarse en el río entre Mompox, Cartagena, y
Santa Marta, y algunos de los más expertos pilotos de la costa,
acostumbrados a bulliciosos mares y tormentas, y para quienes
el peligro era temperamental. No había caleta ni hendidura
en frente de Tenerife, y los costados del lugar arriba y abajo
estaban tan cargados de vegetación que prevenían un ataque
en cualquiera de los cuartos, lo cual dejaría a la flotilla española
actuar al mismo tiempo con la fuerza de tierra; un paso en
falso de la una o la otra podía ser fatal para todos. Córdova
se determinó a moverse sobre la flotilla española, abordarla,
y atacarla en su anclaje; habiendo dispuesto a la mitad de sus
tropas en champanes, en la Caña de Plato, y dispuesto botes de
remo para cubrir la corriente externa, subió el banco izquierdo
antes del anochecer, para deslizarse hacia abajo con la corriente
al despuntar el día; su división en el canal debía moverse con
el estruendo de la primer arma. La primer arma era, de hecho,
una señal de la primera felucha [sic], y la línea entera de la
flotilla de Córdova entró en contacto, bote con bote, al mismo
instante. El mismo Córdova fue el primero a bordo de la flechera
líder de los españoles. Las baterías en la orilla no podían ahora
actuar, dada la posición de su propia flotilla–los champanes con
las tropas no se habían todavía aproximado, pero estaban a la
vista, desplegados por el río, que aquí tiene unas tres millas de
ancho. Córdova apresó y se llevó toda embarcación armada de
los españoles; algunos barcos más pequeños fueron alterados, y
las tropas españolas que podían nadar, buscaron su escapada por
el agua, pero muchos perecieron en el intento. Córdova retiró
la flotilla capturada y la suya, y tomando una posición algunas
millas más arriba, distribuyó su fuerza en los faluchos capturadas,
las marinó con los mejores fusileros, de sus cham- [p. 606] panes

299
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

de reserva, y destinó los botes que no se requerían para servicio


efectivo en el banco izquierdo y a distancia de señal.

No se perdió tiempo–los españoles no se había recobrado aun de


su confusión, cuando un duro fuego concéntrico, desde todos las
faluchos, ahora en cantidad de treinta y ocho, se abrieron sobre
las tropas españolas que bordeaban la playa; ellos se retiraron
al poblado, que al estar construido únicamente de materiales
frágiles, siendo muy pocas aún las paredes de pita [sic], o
necesarias en aquel clima, el fuego se extendió hacia el poblado;
y con la eficacia de exhibir una escena de desorden tan nítida
para los atacantes como su propio escuadrón. Se dio la señal para
desembarcar, y Córdova con sus asistentes estaba en la playa, la
flotilla estaba organizada en dos escuadrones, arriba y abajo del
poblado, y entonces comenzó un conflicto el más sanguinario;
no fue la acción de maniobras de columnas y batallones, sino
de destacamentos y escuadrones, y de mano a mano individual.
El honesto boga aquí exhibió la horrible cicatriz en su brazo; él
había pertenecido a una compañía de milicias, cada una de las
cuales había seleccionado algunos hombres para el combate; un
español lo seleccionó, y la herida de sable en su brazo lo postró;
mientras estaba en el suelo, otro atacante, con un cuchillo grande,
desgarró sus entrañas y lo dejó allí; lo que siguió a esto él no sabía,
hasta que se encontró en un rancho ruinoso, con algunas mujeres
del campo a su alrededor; las entrañas que habían saltado por la
herida habían sido repuestas, los lados de la herida cerrados, su
cuerpo vendado, y cataplasmas vegetales aplicados; su brazo fue
tratado de igual forma; y “heme aquí,” dijo él, con una emoción de
carcajadas, que pareció expresar el júbilo de la gratitud y el placer.

300
35. Hoja de servicios del sargento segundo
Juan Castillo, su país África, su calidad negro
Piedecuesta, noviembre 2 de 18261

Glorioso Batallón de Infantería de Línea de Junín.

El Sargento 2º Juan Castillo, su edad 54 años, su país África, su calidad


negro, su salud, regular, sus servicios y circunstancias, la que se expresan.

Tiempo en que empezó a servir Tiempo en que sirvió en el empleo


Empleos Días Meses Años Empleos Años Meses Días
9 Mayo 1811 De Soldado 8 2 28
De Soldado 7 Agosto 1819 ,, 4 16
23 Diciembre 1819 De Cabo 2º ,, 9 10
De Cabo 2º
De Cabo 1º
De Cabo 1º 2 Octubre 1820 6 1
Sargento 2º
Sargento 2º
Cuerpos en que ha servido y tiempo en cada uno
Años Meses Días
En el Batallón Samurito 3 6 24
En el Batallón de Tunja 3 ,, ,,
En el Batallón de Colorados 6 5 10
En el Batallón Bogotá 3 20
En el Batallón Vencedores 1 ,, ,,
En el Batallón Junín 1 2 ,,
Total de Servicios 15 5 24

1 AGN, Hojas de servicios, t. 50, f. 941r.-v.

301
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

Campañas y acciones de Guerra en que se ha hallado


En la Campañade Venezuela, desde el año de 1811 hasta que marchó con el
Señor Libertador a la pasificación del Sur de Colombia. Se halló en el sitio
de Valencia, y en la acción de la Victoria a la ordenes del Señor General
Miranda; en la primera acción de la Puerta, en la de la Cabrera a las orde-
nes del Señor General Campo Elías; en el sitio de San Mateo en la Segunda
acción de la Puerta a las ordenes de Su Excelencia el Libertador. En la sac-
ciones del Sombrero, Calabozo, rincón de los toros, pantano de Vargas, y la
de Boyacá, a las ordenes de Su Excelencia el Libertador en la campaña del
Sur de Colombia, en el año de 1822; y se halló en la acción de Bomboná
a las ordenes de Su Excelencia el Libertador, en la Campaña del Bajo y el
Alto Perú; y se hallo en el Choque de Matará, y Batalla de Ayacucho, a la
sordenes de Su Excelencia el General Antonio José de Sucre=
Goza de las medallas de Boyacá, Pichincha, Ayacucho y escudo de Junín y
Ayacucho; también goza de la estrella de Libertadores de Venezuela.
Alonso Gil de Los Libertadores de Venezuela, condecorado con la meda-
lla de Ayacucho, escudo de Junín, y Ayacucho, Capitán Conqdo de primer
Comandante, y encargado del detal del Batallón de Infantería de Línea de
Junín.

Certifico Que: la anterior Hoja de Servicioes copia a la otra de la Original


que existe en la oficina de mi cargo = Pie de cuesta Noviembre 29 de 1826

Alonso Gil
Notas del 1er
Informe del Inspector
Comandante
Valor: Acreditado.
Aplicación: Poca.
Capacidad: Ninguna.
Conducta:
Regular. Estado:Soltero.

302
36. Hoja de servicios de Lorenzo Pardo,
del Batallón de Milicias de Cartagena

Cartagena, 18331

Batallón Milicias de Cartagena.

El Subteniente 2º Ciudadano Lorenzo Pardo su edad 43 años: su


país Cartagena el Colombia. Su calidad [Ilegible] su salud Robusta
sus servicios y circunstancias las que expresan.

Tiempo en que empezó a servir Tiempo que sirvió cada empleo


Dias
Empleos Meses Años Empleos Años Meses Dias
8
Soldado 20 Julio 1810 De Soldado 1 5 5
Cabo 2° 29 Noviembre 1811 De Cabo 2° Lleg. 10 5
Cabo 1° lo Octubre 1812 De Cabo 1° 11 11 29
Sargento 1° 30 Septiembre 1824 De Sargento 1° 6 7
Subteniente De Subteniente
2° 30 Abril 1831 2° 4 5 4
21 3 43
Cuerpos en que ha servido y cuando en cada uno Años Meses Dias
En el Batallón Milicias de Pardos 4 Lleg. 12
En el Batallón Línea de Cartagena 2 3 9
Prisionero de Guerra 3 1 4
Llegó de la Prisión y estuvoSujetado hasta
2 5 4
incorporarse Lleg.
En el Batallón Antioquia 2 2 4
En el Actual Milicias Auxiliares 7 3 13
Total de servicio hasta el4 de Octubre de 1831 21 9 15

1 AGN, Hojas de Servicios, t. 62, f. 401v.-402r.

303
Vo c e s d e e s c l a v i t u d y l i b e r t a d

Cuerpos en que ha servido y cuando en cada uno Años Meses Días


En el Batallón Milicias de Pardos 4 Lleg. 12
En el Batallón Línea de Cartagena 2 3 9
Prisionero de Guerra 3 1 4
Llegó de la Prisión y estuvo Sujetado hasta 2 5 4
incorporarse Lleg.
En el Batallón Antioquia 2 2 4
En el Actual Milicias Auxiliares 7 3 13
Total de servicio hasta el 4 de Octubre de 1831 21 9 15
Campañas y acciones de guerra en que se ha hallado
Se haya en la acción de Tenerife en año 12 a las ordenes del Señor Co-
mandante Guerrero en el mismo año atacó en la acción de Pedraza a las
Ordenes del Señor Coronel Maria en la acción de Sipaca a las Ordenes de
Miguel Carabaño, en el año 13, a las ordenes del mismo Señor atacó en
el Peñon, en el año 20, fue Prisionero de Guerra en la acción de Tacalea,
Superó diez años cinco meses y día de Prisión huyó de dicha Prisión y se
mantuvo huyendo hasta el año 24 que se incorporó a sus Banderas para dar
la acción a Tenerife en el mismo año 24, Disfruta del Escudo del Magdalena
Notas del 1er
INFORME DEL INSPECTOR
Comandante
Valor Aplicación
Capacidad
Conducta Estado

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De los Autores

Orián Jiménez Meneses. Profesor Asociado de la Universidad


Nacional de Colombia, Sede Medellín. Historiador, Magíster en
Historia y candidato a Doctor en Historia por la Universidad
Nacional de Colombia, sede Medellín. Es autor de El Chocó: un
paraíso del demonio; Tumaco. Historia, memoria e Imagen; Las
Guerras del Magdalena Medio y El Frenesí del Vulgo. Fiestas,
juegos y bailes en la sociedad colonial (Premio Nacional de Ensayo
en Estudios Culturales / Ministerio de Cultura y Universidad de
Antioquia, 2007). Ha publicado varios ensayos y capítulos de
libros en revistas y libros de carácter nacional e internacional. Sus
temas de interés investigativo son la Historia social colonial, la
Geografía Histórica, la Paleografía y la Diplomática, las culturas
subalternas y afrocoloniales y las fiestas, carnavales y diversiones.
En años recientes se ha interesado por investigar, escribir y
dictar conferencias, talleres y módulos sobre conflicto armado,
negociación y reconciliación en Colombia.

Edgardo Pérez Morales. Doctor en Historia por la Universidad


de Michigan. Historiador por la Universidad Nacional de
Colombia, sede Medellín. Es autor de El gran diablo hecho barco.
Corsarios, esclavos y revolución en Cartagena y el Gran Caribe
1791-1817; La obra de Dios y el trabajo del hombre. Percepción y
transformación de la naturaleza en el virreinato del Nuevo Reino
de Granada y Naturaleza, paisaje y sociedad en la experiencia
viajera. Misioneros y naturalistas en América Andina durante
el siglo XVIII. Ha publicado artículos y reseñas sobre historia de
Colombia y América Latina en las revistas Fronteras de la Historia,
Historia Crítica, Historia y Sociedad, Procesos y The Americas.

305
Este Libro se termino de imprimir en Samava Ediciones,
en abril de 2013.

Se imprimieron 200 ejemplares.

Se utilizó fuente ITC Garamond Std a 10,5 pts

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