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cional en los seres humanos, la totalidad del sólo por los filósofos sino también por los
ser personal, son algunos de los atributos anatomistas. Notablemente, el tratado médi-
que la misma recoge [6]. El estudio de su sig- co hipocrático "De la Enfermedad Sagrada"
nificado lleva a los términos con los que se afirma enfáticamente que el cerebro "dice a
vincula desde los orígenes mismos de la cul- los miembros como actuar" y que además el
tura occidental: basar, nefesh, ruah y leb cerebro "es el mensajero de la conciencia
(hebreo), sarx, psyje, pneuma, kardia (grie- diciéndole que es lo que ocurre" [11]. Tam-
go), y por último los vocablos latinos caro, bién se describe el cerebro como el intérprete
anima, spiritus y cor ó mens. [7-9] Volvere- de la conciencia.
mos a estos términos más adelante.
Una larga tradición pre-aristotélica ubica- El pensamiento platónico
ba el asiento del alma en el diafragma, mús- Para Platón el alma pertenece al dominio
culo que separa el tórax del abdomen [6]. El de las formas o ideas [12]. Su concepto de la
hígado, el corazón y por último el cerebro mente consta de tres componentes: razón,
fueron considerados en distintas épocas y apetitos, energía. La noción del cuerpo como
culturas como el hábitat corporal del alma prisión del alma, la contraposición entre
[6]. En Homero y en la tradición materialista espíritu y materia, caracteriza tanto la con-
de los pensadores griegos prearistotélicos, el cepción del hombre como la cosmología pla-
alma era considerada como un aliento o tónica. Las relaciones entre cuerpo y alma se
envoltura del cuerpo, una suerte de fuerza, conciben de forma antagónica ó casi hostil: el
vapor o espectro, una esencia material más cuerpo se percibe como "prisión del alma".
sutil. El aire, el fuego, o los átomos del alma El símil platónico de la mente como el piloto
constituían diferentes elementos considera- del cuerpo no tiene una connotación biológi-
dos esenciales por distintos pensadores en ca, como sí es posible observar en el concep-
esta línea. De acuerdo con Popper [10] aún to del alma aristotélico que más adelante
estos materialistas sostenían un dualismo consideraremos. Con la muerte ocurre una
donde el alma o la mente eran consideradas liberación de lo inmaterial-trascendente en el
como la esencia del cuerpo. En realidad exis- ser humano. Lo que ya existía queda así, libre
tían dos nociones acerca de dicha esencia, de la esclavitud de la materia. Con este trán-
una corporal y otra incorpórea. Esta última sito no ocurre una transformación sino una
posición la asumieron Pitágoras y los pitagó- supervivencia de lo incorpóreo e ideal que ya
ricos quienes consideraban la esencia de las existe en el hombre. La muerte afecta sólo al
cosas como algo abstracto, un número o "cuerpo". Se trata de una concepción de la
armonía. relación mente-cuerpo dualista-interaccio-
nista, por tanto implica una antropología
El cerebro como órgano rector también dualista. A diferencia del pensa-
La idea del cerebro como "locus" del miento platónico, el pensamiento aristotélico
alma recorre los siglos, y las localizaciones desarrolla un concepto unitario de gran tras-
más variadas dentro de dicho órgano fueron cendencia.
consideradas como el asiento del alma no
sus doctrinas más fundamentales acerca de que, para ser, no tiene necesidad de ningún
la persona humana. El arte gótico se desarro- lugar ni depende de ninguna cosa material"
lló a partir de un conjunto de circunstancias [19]. Ahora bien, si las interrelaciones y toda
que no es de interés reseñar aquí. Una de causación en el mundo físico tienen lugar por
esas circunstancias, sin embargo, la confor- presiones o empujes, sólo es posible la inte-
mó el paso de una mentalidad platónica - racción alma-cuerpo de un modo similar.
marcada por el simbolismo y la abstracción y Siendo un dualista interaccionista, a partir de
por un distanciamiento de la realidad mate- estas premisas, desarrolla una teoría mecani-
rial-, a una concepción más aristotélica del cista de la relación mente-cuerpo [10].
universo. El mundo fue entendido entonces En relación con el tema de la muerte, con-
como creación de Dios que merecía ser inves- viene señalar que para Descartes la relación
tigado, admirado, imitado ... el hombre, en del alma inextensa se da, sin embargo, a tra-
sus manifestaciones tangibles, fue revaloriza- vés de una estructura extensa: la glándula
do. Las grandes dimensiones verticales del pineal. Para los neocartesianos como Pen-
arte gótico encontraron una contrapartida en field [20] ó para Eccles [21], dicha relación
el naturalismo y la humanización de las for- ocurriría a través del llamado "centroencéfa-
mas; un símbolo de la unidad de las dimen- lo" o mediante las estructuras vinculadas al
siones "vertical" y "horizontal" que constitu- lenguaje en el hemisferio cerebral izquierdo,
yen al ser humano, y de su integración respectivamente. De acuerdo con el concepto
esencial con el cosmos. de Penfield, probablemente se requeriría la
muerte de la mayor parte del encéfalo para
Descartes considerar que ha ocurrido la "desanima-
La frase de Gilbert Ryle [17] respecto al ción" del cuerpo; en tanto que según el crite-
hombre como "el fantasma en la máquina" rio propuesto por Eccles, dicho cambio ocu-
resume el dualismo mecanicista de Descartes rriría con la destrucción de una restringida
[18]. El cuerpo humano es considerado como región del encéfalo.
un autómata dotado, sin embargo, de movi- El concepto del alma como una entidad
mientos voluntarios. El pensador francés vaporosa, sombra, o espectro -su entificación
consideraba la extensión como la esencia de o reificación- crea las bases que conducen a
la corporeidad o materialidad y en esto se una desestimación del substrato biológico y
asemejaba a la teoría aristotélica de la mate- postula una concepción del alma como enti-
ria prima ó a los conceptos platónicos acerca dad separable y en relación de yuxtaposición
del espacio. Por otra parte sustentaba, junto a con el organismo. Desde un punto de vista
una tradición de pensamiento anterior, la práctico esta perspectiva dualista-mecanicis-
teoría según la cual la mente es incorpórea. ta conduce al requerimiento de que cada una
Al asumir la extensión como esencia de la de las partes del organismo deba dejar de
materia se veía obligado a postular que la funcionar antes de que pueda determinarse
substancia incorpórea, el alma, era inextensa, la muerte, ó a una selección arbitraria de cua-
en palabra de Descartes: "una sustancia cuya les sean las porciones que permiten la vincu-
esencia ó naturaleza total no es sino pensar y lación de ambas entidades [22].
embargo no sólo trasciende el mundo físico rencia a los seres humanos como unidad con-
de esta manera sino que permanece abierto a siderada desde distintos ángulos. Estos son
lo infinito y trascendente y se presenta ante el cuatro términos esenciales: basar, nefesh,
un proyecto de colaboración con el Creador. ruah y leb (griego: sarx, psyje, pneuma, kar-
En su esencia relacional-imagen de Dios- dia, y latín: caro, anima, spiritus, cor o mens)
el hombre, en unidad con el mundo, y [7-9]. Los mismos indican aspectos y compo-
"mayordomo" de la creación, trasciende sus nentes diferenciados relacionados con la
condicionamientos biológicos y sociológicos, totalidad del ser humano. Basar: El hombre-
en una búsqueda que tiene su más natural carne (en griego: sarx) [8,9] enfatiza la rela-
horizonte en Dios mismo [8,9]. El hombre ser ción del hombre con el mundo material, su
finito y capaz de Dios, y querido en sí mismo mortalidad, el hombre reducido a su existen-
yen su totalidad por Dios, se encuentra dota- cia empírica terrena. El hombre no tiene un
do de capacidad para la libertad y la espon- cuerpo, él es un cuerpo. Es el hombre bioló-
taneidad, tiende hacia el ser total [29]. En su gico expuesto al sufrimiento y a la enferme-
búsqueda realiza siempre nuevas síntesis dad, a la tentación y al pecado. El hombre en
[30]. La unidad de la persona humana es teo- tanto que vive en una dimensión egocéntrica,
lógicamente axiomática, sobre la base de ella en una cerrazón con respecto al prójimo y a
se da la posibilidad en el hombre de una rea- Dios. El hombre-cuerpo (en griego soma)
lización en el mundo de lo creado y en su [8,9] el hombre entero, en sus relaciones con
relación con el Creador [9,29]. El fundamen- los demás, en muchas ocasiones traducible
to teológico de esta comprensión no puede como "yo", afín a nuestro concepto de perso-
ser otro que la Cristología: "sólo Cristo reve- nalidad. Nefesh: El hombre-alma (griego:
la el hombre al hombre mismo ... " [29]. El psyjé) [8,9] hace referencia a la identidad
hombre reconoce allí su estatuto antropológi- consciente: "Yo", al hombre completo como
co, su libertad, su dignidad y su destino ser viviente. El hombre no "tiene" vida sino
sobrena tural. que él "es" vida. La participación en el deve-
nir de los asuntos humanos, en la historia, su
La antropología semítica dimensión social, y su responsabilidad al res-
Si volvemos nuestra mirada hacia la tra- pecto. Ruah: El hombre-espíritu (griego:
dición judeocristiana encontramos una com- pneuma) [8,9] expresa la diferencia con el
prensión del ser humano coherente con los mundo material, la afinidad y tendencia
datos que, en la actualidad, ofrecen las cien- hacia Dios. La realización de su capacidad de
cias que estudian al hombre. A los ojos del relación y comunión con la totalidad de lo
hombre moderno el cuadro que presentan las creado y con el Creador. El hombre-cuerpo-
Escrituras aparece con un marcado realismo. alma así redimensionalizado. Leb: La síntesis
El mismo capta la pluralidad y complejidad de emoción y razón, de lo físico y lo espiri-
de sus dimensiones constitutivas tanto como tual, la interpenetración de las diferentes
la unidad de la persona humana. dimensiones que le constituyen [8,9]. Con
Pasemos breve revista a los términos frecuencia la palabra "alma" en las traduc-
antropológicos que en la Biblia hacen refe- ciones al español es intercambiable por la
palabra "vida" (ej. Mr. 8:36, Lc. 12:20, etc.). cepto mismo de cuerpo debe ser reconsidera-
La antropología bíblica capta al ser do como algo que no es separable del alma
humano como una unidad: enteramente sino que es parte esencial y constitutiva de
cuerpo, alma, espíritu; no obstante, esto no esta. Si es así -según veremos desde otro
implica unicidad ni uniformidad [8,9,29]. Se ángulo más adelante-- esto implica que tam-
presentan ante él dos opciones existenciales: bién el alma participa de la transformación
como hombre-carne se cierra hacia los demás que es la muerte. La predicación cristiana
y hacia Dios; contrariamente como hombre- encuentra su centro en la inmortalidad de la
espíritu, se abre a Dios quien le ofrece la exis- persona humana total y no únicamente de
tencia, la plenitud y la inmortalidad [8]. una parte de ella. La expresión definitiva de
la redención humana en la resurrección no
Los eventos centrales de la fe cristiana implica el abandono del cuerpo sino su com-
La muerte y la resurrección de Cristo, sin pleta asunción y liberación en Dios y para
lugar a dudas, los eventos centrales de la fe Dios [8]. San Pablo habla de un "cuerpo espi-
cristiana, se articulan según las coordenadas ritual" lo cual resulta -sólo en apariencia-
de interpretación que ofrece la antropología contradictorio. La contraposición se da entre
semítica [8,9,31]. La redención y la expresión espíritu y "carne" y no entre espíritu y cuer-
de la persona "como un todo" a través de la po.
resurrección constituyó la novedad antropo- El hombre alcanza su meta al ser lleno de
lógica y el centro del mensaje cristiano y no la realidad divina y superar todas sus aliena-
la inmortalidad del alma en el sentido plató- ciones. Es la entrada definitiva del hombre,
nico [8]. Este último desconoce la dignidad en su plenitud, en el reino de Dios. Esto es lo
del cuerpo. La predicación de los apóstoles, que -en un escrutinio más detallado- se
sin embargo, reconoce el cuerpo como "tem- encuentra implícito en la palabra alma cuan-
plo del Espíritu". (1 Co. 3:16) La definición do esta se utiliza para hacer notar el principio
clásica de la muerte como separación del dinámico en el hombre que lo hace dirigirse
alma y del cuerpo según la influencia plató- en una búsqueda insaciable hacia lo infinito
nica -si bien reconoce una dimensión espiri- de forma que en la muerte se transforma y
tual trascendente en el ser humano, y de hay cristaliza lo esencial-trascendente en la per-
su valor- no capta, sin embargo, toda la sona humana [8]. En virtud de la apertura
riqueza revelada en el hecho de la resurrec- que le confiere su dimensión espiritual, el ser
ción, y se presenta por tanto como antropoló- humano puede transcender el dominio de lo
gicamente incompleta. La misma implica que puramente físico para alcanzar una nueva
la muerte afecta solamente al cuerpo en tanto morada, un cuerpo transformado. Recono-
que el alma permanece intacta. El hombre ciendo esto, el mensaje cristiano introduce,
abandonaría una parte de su estatuto antro- sin embargo, una dimensión más abarcadora
pológico, su "corporalidad". [8,9,29]. La resurrección no concierne sola-
La resurrección de Cristo indica que la mente al hombre en su aspecto personal más
muerte implica a la totalidad del hombre y nuclear sino que en la consumación del
no únicamente a su "cuerpo" [8,9,31]. El con- mundo toda la creación será redimida, su
patria, el cosmos, será transformada para vista ético y de lo que es el camino del hom-
que Dios sea todo en todas las cosas. La uni- bre en el plano de la creación y de la salva-
dad del hombre con el universo tendrá una ción cristiana" [32]. En cuanto al segundo
consumación (Ro 8: 21). aspecto, Santo Tomás retoma y elabora la fór-
Una vez considerados, a manera de resu- mula de Boecio. La persona es "individua
men, estos aspectos fundamentales en la tra- substancia rationalis natura" (sustancia indi-
dición hebrea y en los eventos centrales de la vidual de naturaleza racional). En síntesis:
fe cristiana, veremos cómo se articula el prin- [33] La substancialdad indica el substrato
cipio teológico y antropológico de la unidad ontológico de la persona, la persona como un
de la persona humana con la tradición tomis- todo es superior a la suma extrínseca de las
ta. Por último resultará evidente, en su rela- partes y su identidad subsiste como superior
ción con el tema de la muerte, cómo estos a la expresión de sus actos, con independen-
aspectos conforman un todo coherente con cia de cuales sean estos. La individualidad
los datos aportados por las ciencias antropo- señala la distinción de cada hombre como ser
lógicas actuales, en particular por el conoci- viviente único e irrepetible, el estatuto bioló-
miento biomédico. gico y corporal, su distinción como unidad y
totalidad. La racionalidad se refiere a un atri-
IV. LA TRADICION TOMISTA buto esencial del hombre con independencia
Santo Tomás de Aquino retomó y trans- de su capacidad de expresión en un momen-
formó las categorías de la filosofía aristotéli- to o circunstancias determinados. Se es per-
ca, la relación entre materia y forma (Hile- sona en virtud de la constitución propia de
morfismo, del griego "hilo" materia y los seres humanos, no en virtud de los actos
"morfe" forma), y desarrolló una concepción de la persona. Los dos aspectos señalados, la
que explicita la unidad plural de la persona doctrina de la naturaleza humana como uni-
humana. Con su doctrina del alma como dad y la doctrina de la persona, tienen valor
forma substancial del cuerpo, Santo Tomás, axiológico para el debate bioético actual.
"resolvió el arduo problema de una relación
que salvara por una parte la distinción de los Significación del tomismo para la com-
componentes y por otra la unidad del ser prensión de la unidad de la persona, y por
personal del hombre" [32]. La concepción así tanto de la muerte y de otros problemas bio-
desarrollada pasó a ser parte del patrimonio éticos.
de la fe cristiana al encontrarse en consonan- Consideraremos ahora cómo la tradición
cia con el modelo bíblico. tomista aporta una serie de fundamentos de
En la antropología de Santo Tomás, se carácter filosófico y teológico de la mayor
han hecho notar dos aspectos fundamenta- importancia para una comprensión de la
les: "La doctrina de la naturaleza humana muerte que supere el reduccionismo y el
como unidad de "alma y cuerpo" que expli- mecanicismo, y que nos acerque a una con-
ca la inteligibilidad del ser humano y de su cepción unitaria, integradora. El valor de la
historia" y "la doctrina de la persona que nos concepción tomista, en tal sentido, radica en
orienta de modo especial desde el punto de que consigue articularse con la dimensión
enfoque filosófico consecuente, segun vere- dora y precisa de la muerte humana. Dicha
mos más adelante, para la trascendente com- racionalidad se fundamenta en la definición,
prensión de la muerte como un evento o con un grado de precisión necesario y sufi-
transición. ciente, del sistema encefálico para el cual se
propone el término descriptivo de concien-
V. LA UNIDAD DE LA PERSONA: SU cia-organismo-como-un-todo [4-5] de acuer-
FUNDAMENTACION DESDE UNA do con su función y nivel jerárquico. A partir
PERSPECTIVA BIOMEDICA de dicha definición y de la capacidad para la
Los errores y simplificaciones no han sido meta-función que determina la criticalidad
infrecuentes en el tratamiento de los temas del sistema se ilumina no sólo la racionalidad
que venimos considerando, los más impor- que subyace a la consideración de la "muer-
tantes en este sentido son [1-5]: (a) El trata- te encefálica" como equivalente a la muerte
miento unívoco ó impreciso de los niveles del individuo, sino también el fundamento
jerárquicos en el organismo humano. (b) La neurológico sobre el cual se sustenta el esta-
inadecuada especificación en cuanto a que tuto unitario de la persona humana [2].
función o funciones indican la criticalidad El sistema proporciona la capacidad para
del encéfalo en relación con la categoría de realizar integradamente las funciones esen-
persona. (c) La atribución de todo "conteni- ciales del encéfalo y del organismo y esta
do" de la conciencia exclusivamente a la neo- compuesto por los siguientes subsistemas:
corteza cerebral. (d) La desestimación del 1- Estructuras del (sub)sistema reticular acti-
proceso de encefalización de los mecanismos vador ascendente: Poblaciones neuronales
de la vigilia (arousal) en el ser humano, así inespecíficas localizadas en el tegmento de la
como la riqueza de sus componentes, y por protuberancia rostral y del mesencéfalo, así
tanto, su contribución al contenido de la con- como los núcleos intralaminares y reticulares
ciencia -y el significado médico y filosófico del tálamo y el hipotálamo posterior;
de este hecho. (e) La consideración de que la 2- Estructuras del (sub)sistema límbico: el
integración y regulación "no cognoscitivas" hipotálamo, la amígdala, el complejo hipo-
o "vegetativas," en el ser humano, encuen- cámpico, el cíngulo y la corteza cingulada, la
tran su centro en el tronco encefálico. (f) paleocorteza orbitofrontal y temporal, la
Como consecuencia de (c) y (e), la dicotomi- región septal, el núcleo basal de Meynert y
zación conciencia (neocorteza cerebral) /inte- núcleos reticulares del mesencéfalo y la pro-
gración autonómica (tallo cerebral). (g) el tuberancia rostral. También el núcleo pedun-
pasar por alto la integración "como un todo" culopontino, los núcleos del rafe rostral, la
de dichas funciones. (h) Por último, como sustancia gris periacueductal y el núcleo
resultado de todo lo anterior, el fracaso en locus ceruleus;
reconocer y explicitar un hecho de carácter 3- La corteza cerebral conjuntamente con el
fundamental: la esencial unidad de la perso- tálamo y los núcleos basales.
na humana. Convergen y se interpenetran en este
En otro lugar se propone [2] una nueva substrato ana tomo-funcional las dimensio-
racionalidad para una reformulación integra- nes diferenciadas que conforman a la perso-
ca unida del individuo y por tanto pertinen- la persona adulta. Tal capacidad, constituye
te al problema de la muerte. El deterioro pre- una propiedad que obedece a un dinamismo
vio del sistema -el proceso de morir- se inmanente y real que el embrión ya posee.
entiende como una secuencia de accidentes Aquí los autores se dividen en función de sus
que modifican propiedades del sistema aun- posiciones filosóficas y antropológicas entre
que aún no su naturaleza, hasta que el daño quienes consideran tal capacidad como una
alcanza un nivel supracrítico que causa, mera posibilidad futura y quienes ven en la
como una transición instantánea, la desinte- misma una realidad merecedora de todo el
gración del individuo. Por último, a partir de respeto y salvaguarda dignos de la persona
ese momento continúa el proceso de desinte- humana. La concepción aquí considerada no
gración del resto de los sistemas del organis- es excluyente en cuanto a ninguno de los
mo. estadios del desarrollo ontológico humano
sino que lleva implícito el reconocimiento de
VI. CONSIDERACIONES BIOETICAS la vida humana como un continuo, en tal
A partir de la racionalidad anteriormente sentido debe entenderse la importancia del
considerada se define la muerte como "la termino capacidad también en su dimensión
pérdida permanente de la conciencia (consi- temporal, es decir en función de la coordena-
derando sus tres componentes anatómicos y da que representa al desarrollo desde la
fisiológicos) y, de forma inherente e insepara- etapa embrionaria hasta la adultez. Estos
ble, la pérdida de la capacidad del organismo conceptos están en consonancia con un prin-
para funcionar como un todo". Esta es una cipio bioético fundamental: la vida constitu-
manera de decir, enfatizando la unidad e ye un valor fundamental [44].
inseparabilidad de los aspectos considera- En la actualidad el estatuto de persona es
dos, que la muerte es la pérdida permanente condicionado y devaluado en relación con
de la capacidad para la meta función crítica criterios meramente funcionales. Así la per-
del organismo humano. El término capaci- sona queda reducida a sus actos y la noción
dad [43] es de suma importancia. El mismo de trascendencia como destino último de la
implica en primer lugar, la relación de vida humana queda eliminada. Como conse-
dependencia determinante entre el substrato cuencia se plantea una paradoja de expan-
ana tomo-funcional y la meta función crítica, sión y al mismo tiempo reducción del con-
y por tanto va más allá de un concepto fun- cepto de persona [33]. En el extremo
cionalista. De forma más general, es posible restrictivo de tal paradoja, la condición de
referir la capacidad para la metafunción críti- persona es negada a un gran número de seres
ca a una dimensión temporal, aplicable a humanos cuyas vidas se encuentran limita-
aquellos estados -como el de la vida intraute- das por diversas situaciones, de manera defi-
rina- en que existe tanto una unidad integra- nitiva ó transitoria: los fetos, los neonatos, los
dora como una tendencia innata e inmanente pacientes con enfermedades terminales, los
dirigida hacia el desarrollo y la expresión de retrasados mentales severos, los encefalópa-
las dimensiones diferenciadas que constitu- tas, los dementes, etc. En su vertiente expan-
yen como unidad, totalidad y continuidad a siva el término se le atribuye a criaturas no
humanas como determinados animales. Por de manera central e indispensable, una fun-
ejemplo, el loro gris de Gabón es capaz de damentación centrada en la información bio-
retener cientos de palabras, más que un niño médica más actual. La confusión existente en
de varios años de edad [45], y seguramente las discusiones actuales conduce con fre-
sería considerado en la lista, al igual que los cuencia a una difuminación de las fronteras
mamíferos más desarrollados. Esta paradoja entre categorías como "la muerte" y "el dejar
de expansión y reducción conduce al absur- morir". En este contexto resulta claro que un
do de conceder el estatuto de persona a enraizamiento más preciso en el conocimien-
robots o a dispositivos de "inteligencia" arti- to biomédico es indispensable no sólo en
ficial. Ahora bien, cuando se considera la función de un consentimiento válido sino
unidad, interpenetración, inseparabilidad y para una clara diferenciación de estas catego-
riqueza de las dimensiones que conforman a rías, y consiguientemente para un mejor ejer-
la persona humana tal reducción resulta cicio del principio bioético personalista de
totalmente injustificada [46]. Los argumentos libertad y responsabilidad [44].
aquí considerados hablan fehacientemente El tema de la muerte humana es parte de
en contra de tal concepción reduccionista, y un candente debate actual. El público desea y
aún absurda, del concepto de persona. debe participar activamente en estos debates
La persona es más que un montaje socio- así como aquellos que llegan al mismo desde
psico-fisiológico. Cualquier concepción rea- otras disciplinas. La complejidad y sutileza
lista de la vida y la muerte humanas debe ser de los asuntos a considerar y de su funda-
formulada armonizando la totalidad de la mentación neurológica es fuente de confu-
vida biológica, psicológica y espiritual [46]. sión y de error. Son indispensables enfoques
El todo es cualitativamente mayor que la que de forma comprensible presenten u¡;¡a
suma cuantitativa de las partes. Por tanto, las fundamentación biomédica rigurosa junto a
intervenciones sobre cualquiera de las partes una compresión integradora para alcanzar
requieren la consideración del todo. La for- soluciones viables y precisas que faciliten un
mulación que he propuesto fundamenta, bio- mayor grado de consenso.
lógicamente, el principio bioético de totali- Los aspectos filosóficos, teológicos y bio-
dad o terapeútico [44] entendible solamente éticos considerados indican que la concep-
a la luz del concepto de unidad de la persona ción unitaria de la persona aquí expuesta,
y del significado ontológico de su fundamen- con todas sus implicaciones en cuanto al
tación neurológica. replanteamiento de problemas bioéticos fun-
Las discusiones sobre la muerte, y otros damentales, cumple con los requisitos más
problemas bioéticos no pueden desarrollarse exigentes que cabe esperar satisfaga una con-
sobre un vacío filosófico y biomédico. Es cepción de valor axiológico: en primer lugar,
indispensable una integración multidiscipli- su sustentación conceptual, nítida y coheren-
naria para fundamentar decisiones bioéticas te, en los datos empíricamente verificables de
calificadas. La extensa gama de problemas las ciencias biológicas; y en segundo término,
bioéticos del final de la vida, los llamados una aportación específica -desde el horizonte
problemas "omega" de la bioética requieren, de las ciencias biológicas- que fundamente el
miento filosófico y teológico confluye en la 7- Kittel, G.(Ed.) Theological dictionary of the New
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