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CÁNCER POR MALDICIONES GENERACIONALES

Juan 9:1-3
Jesús sana a un ciego de nacimiento

9 Al pasar Jesús, vio a un hombre ciego de nacimiento. 2 Y le preguntaron sus


discípulos, diciendo: Rabí, ¿quién pecó, este o sus padres, para que haya nacido
ciego? 3 Respondió Jesús: No es que pecó este, ni sus padres, sino para que las
obras de Dios se manifiesten en él

Se conoce como maldición generacional a las consecuencias de los pecados, que heredamos de
nuestros padres o antepasados, los cuales pueden ser maldiciones de ruina, enfermedades,
muerte, ataduras o destrucción. Esto quiere decir, que los hijos podemos estar practicando un
pecado que ha sido heredado como una atadura espiritual, o que estamos sufriendo los efectos de
un pecado como una herencia de nuestros padres.

Estas consecuencias pueden llegar en formas de malas prácticas (defectos físicos, malos hábitos,
falencias múltiples) y diversas enfermedades, entre ellas el cáncer, que es el tema que estamos
tratando.

Debemos hacer una evaluación retrospectiva e investigativa de los pecados de nuestros


progenitores, ya que esto puede que sea la razón de que un pecado o un patrón pecaminoso,
ruina o enfermedad, persistan en nuestras vidas. En simples palabras, una maldición generacional
apunta a las consecuencias que podemos estar pagando, en este caso un cáncer, por los pecados
de un antepasado (Padres, abuelos, bisabuelos, tatarabuelos, etc).

¿Por qué una maldición generacional puede traer un cáncer?

Cuando Dios creo al hombre, lo creo sin pecado. Lógicamente, al no tener pecado, tampoco
tendría enfermedades, sus genes estaban totalmente sanos.

Génesis 3:17
 
Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te
mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás
de ella todos los días de tu vida.

Al Adán desobedecer el mandamiento divino, se produjo el primer pecado en la raza humana. Ese
pecado trajo la muerte física a la humanidad, Adán tenía vida eterna, y Dios le dice que si pecaba
moriría, o sea, que sus días serían limitados. La genética humana fue modificada por ese pecado,
Ya que Adán hubiese podido vivir miles de años más, pero por los daños genéticos fueron
acortados sus días.

Pero cuando el hombre decide andar en obediencia


Deuteronomio 30:19
19 
A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante
la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu
descendencia;

Al Adán desobedecer el mandamiento divino, se produjo el primer pecado en la raza humana. Ese
pecado trajo la muerte física a la humanidad, Adán tenía vida eterna, y Dios le dice que si pecaba
moriría, o sea, que sus días serían limitados. La genética humana fue modificada por ese pecado,
Ya que Adán hubiese podido vivir miles de años más, pero por los daños genéticos fueron
acortados sus días.

Los seres humanos han seguido pecando, y esto ha traído muchas otras enfermedades más,
porque cada pecado cometido, dependiendo de su gravedad, daña o modifica el genoma humano,
transmitiendo enfermedades y otras malformaciones a sus descendientes, las cuales les acortarán
sus días. Y entre esas enfermedades está el cáncer, el cual puede aparecer en un niño de tan solo
un año, alguien que no ha hecho ni bien ni mal, pero trae una tara en sus genes, heredados de sus
padres, los cuales producen el cáncer.

Una de las escenas más deprimentes para mi es cuando llego a las clínicas oncológicas de mi
ciudad y veo a niños de pocos años con leucemia o tumores en su cuerpo. Esto parte el alma, pero,
aunque ellos no han hecho maldad a nadie, los pecados de sus padres hacen que ellos reciban
estas enfermedades.

Jesucristo nunca se enfermó, ¿sabe por qué? Porque a pesar que era cien por ciento humano, no
procedía de un padre terrenal, con sus genes degenerados, sino que fue engendrado en el vientre
de María por el Padre celestial, el cual le suministró su sangre inmaculada, la cual no tenía pecado,
y, por ende, sin enfermedades. Científicamente los bebés heredan el tipo de sangre del padre, no
de la madre, y en la sangre traen su ADN, que viene siendo la información genética, si el padre trae
un gen dañado, éste se transmitirá a sus descendientes por medio de la sangre.

En el pasaje de Juan 9:1-3 que citamos en el inicio de este capítulo, los discípulos le preguntan al
Señor por la ceguera de aquel hombre, su pregunta específica es sobre el origen de esa ceguera, si
fue por herencia o por pecado propio. Jesús no cuestiona lo dicho por ellos, solo les aclara que en

este caso en especial, no tiene nada que ver las maldiciones generacionales, sino que esa
enfermedad vino para que la gloria de Dios se manifestara
¿Qué pecados pueden generar una maldición generacional?
La biblia nos enseña que la maldición nunca llega sin causa, algo la produce,

Proverbios. 26:2. Como el gorrión en su vagar, y como la golondrina en su vuelo,


Así la maldición nunca vendrá sin causa.

Un pecado es una desobediencia a uno de los mandamientos que Dios dejó en su Palabra, sea
creyente o no.

1 Juan 3:4
Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; pues el pecado es infracción de la ley.

Los pecados que bíblicamente traen una maldición generacional en nuestras vidas y que pueden
desencadenar en un cáncer, son los siguientes:

• Pactos con el diablo.

• La idolatría.

• Practicar el ocultismo en cualquiera de sus variaciones.

Brujería, santería, espiritismo, satanismo, gnosticismo, etc.

• Causar desgracias a terceros.

Hay que deshacer los pactos ancestrales.

Un pacto viene a ser una alianza o acuerdo entre dos partes, en este caso, de
una persona con el diablo. En ese pacto, la persona se arriesga a
comprometerse en servidumbre a Satanás, por un beneficio o prebenda.

En la antigüedad se practicaba mucho este tipo de pacto, con el fin de


obtener conocimiento de lo oculto, personas que querían tener sabiduría de
las cosas espirituales para dominar a terceros, hacerles daño a otros o para
saber defenderse de los ataques espirituales que le envíen. Otra de las
razones por las cuales se solía hacer pactos, era para adquirir fortunas. Y por
último hacían pacto para tener dominio sentimental del sexo opuesto y
poder disfrutar de tener a cualquier persona que deseare.
La persona en cuestión firma un contrato con su sangre, en presencia de un
mediador, el cual puede ser un sacerdote de Satanás o brujo, o en algunos
casos muy contados, con el mismo diablo. En ocasiones se hacían los pactos
simples, los cuales se realizaban sin firmas, pero con derramamiento de
sangre de animal. La realización de estos pactos contraía por lo general un
compromiso. Que podía ser desde la entrega de algo material, hasta el
ofrecimiento de vidas humanas, que generalmente comenzaba con la vida
del pactante.

Los pactos con el diablo se hacían por un sin número de beneficios.


Unos lo hacían para obtener riquezas, para multiplicar la ya obtenida, para ser protegido de
robos,

Para protección de sus enemigos,

Para obtener beneficios sexuales o simplemente para dominar la voluntad de terceros.

Todos esos beneficios contraían compromisos, los cuales estaban suscritos


en un contrato que el diablo realiza a su beneplácito. La mayoría de esos
contratos traía la entrega de generaciones posteriores a la muerte del
pactante. Unos contratos podían reclamar la vida de un miembro de la
familia del pactante cada 40 años, por decir algo, ya que los años de cobro de
sus prebendas, el diablo los coloca a placer, como puede ser que muera
alguien de la familia cada 30 años o 20 años, en fin. También puede destruir
la vida de algún miembro de la familia, puede ser con locura,
homosexualidad, prostitución, vandalismo o una enfermedad mortal como el
cáncer u otra enfermedad, la cual le traería la muerte. También estos
contratos pueden traer la muerte trágica por medio de accidentes. Esto es lo
que se conoce en el mundo espiritual como decretos. Los decretos son esas
maldiciones que vendrán en contra de los pactantes y de sus familias. Para
esto hay que hacer análisis de situaciones en nuestra familia, que nos puede
hacer notar un pacto ancestral o maldiciones generacionales, para
deshacerlo y romper con dicha maldición, y así hacernos libres del cáncer,
que es el tema al que nos estamos refiriendo.

Oración para deshacer un pacto ancestral Es necesario deshacer los pactos


ancestrales que nuestros antepasados hicieron, gente que ni siquiera
conocimos, para que la maldición generacional pueda desaparecer de
nuestras vidas. Una vez esos pactos sean rotos, la carta genética es
restaurada, la cadena de maldiciones se rompe.

La oración para romper esos pactos es la siguiente. Señor Jesús, con la


autoridad que tú me has dado, por ser redimido con tu sangre, hoy te pido
perdón por todo pacto con Satanás, que hayan hecho mi familia paterna y mi
familia materna. Toda sangre que ellos derramaron para pactar, sea de
animales o humanas, yo la quemo en el nombre de Jesús y la dejo sin poder.
Toda oración que realizaron, toda vela que encendieron y toda ceremonia
que celebraron, quedan sin poder y anuladas en el nombre de Jesús. Todo
compromiso con satanás, escrito o hablado, queda anulado y toda firma que
plasmaron queda borrada y anulada en el nombre de Cristo Jesús. Y ahora,
todo decreto contrario de enfermedad y muerte de parte de Satanás, queda
anulado. Y todo contrato queda deshecho, en el poderoso nombre de Jesús.
Hoy declaro anulado todo pacto con satanás en mi familia paterna y materna,
mi sangre y mis genes son limpios y regenerados en el nombre de Jesús. Hoy
hago pacto eterno con Jesucristo de Nazaret, le entrego voluntariamente mi
alma, mi cuerpo y mi espíritu. Te entrego Señor toda la autoridad sobre mi
vida, sella este pacto con tu sangre y pelea por mí, destruye todo espíritu de
muerte y de enfermedad en mi cuerpo y limpia mi sangre de toda
enfermedad hereditaria. Gracias Señor, amén.
PROXIMO AYUNO
Rompiendo los decretos sobre mi vida

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