UNIDAD 4: A) DERECHOS Y ACTOS PERSONALES – B) BIOÉTICA dignidad personal, el honor, la imagen, la integridad física; y la doctrina responde con una
elaboración dogmática de esos derechos.
A) DERECHOS Y ACTOS PERSONALISIMOS.
1. Derechos personalísimos: concepto.
Los derechos personalísimos, también llamados “derechos de la personalidad" son aquellas
prerrogativas de contenido extrapatrimonial, inalienables, perpetuas y oponibles erga omnes, que
corresponden a la persona desde su nacimiento hasta después de su muerte. Las personas no pueden
ser privadas de estos derechos, ni por acciones del estado, ni por acciones de otros particulares
porque ello constituiría un menoscabo a la personalidad.
Caracteres.
Los derechos personalísimos tienen las siguientes características:
 Son innatos: porque corresponden a la persona desde su nacimiento, lo tiene por el solo
hecho de ser persona;
 Son necesarios: no pueden faltar en el ser humano durante su vida, ni perderse de forma
definitiva;
 Son esenciales: ya que representan un mínimo imprescindible para el contenido de la
personalidad;
 Son de objeto interior: porque las manifestaciones de la personalidad que corresponden a
estos derechos personalísimos son internas, son modos peculiares de su ser;
 Son inherentes: hay un vínculo inseparable entre el sujeto y los derechos personalísimos;
 Son de contenido extrapatrimonial: estos derechos no tienen contenido económico. Pero en
el caso de ser lesionados generan una acción de resarcimiento económico, además de que la
persona lesionada en sus derechos puede reclamar las medidas necesarias para prevenir la
agresión, y para el cese de la misma;
 Son relativamente indisponibles: porque no se pueden transmitir, ni enajenar durante la vida
de la persona titular de los derechos;
 Son absolutos: es decir, son oponibles erga omnes frente a todo aquel que pretenda
menoscabarlos o desconocerlos.
 Son autónomos: porque el conjunto de los caracteres conforma una categoría de derechos
subjetivos que se diferencian de todos los demás.
La incorporación de los derechos personalísimos al CCyCN.
Los derechos personalísimos son resultado de una elaboración dogmática moderna, ya que es recién a
partir de la finalización de la segunda guerra mundial que las constituciones que salían de regímenes
totalitarios elaboraron una serie de derechos humanos y, a partir de ello, comienza a hablarse de la
Ese movimiento tuvo repercusión en el derecho internacional, y por ello numerosas convenciones
internacionales trataron cuestiones de derechos humanos. Así, estos quedan constitucionalizados con
la reforma constitucional de 1994. A partir de que esos derechos personalísimos son implementados en
la constitución, se incorporaron al CCyCN en el capítulo 3 del título I del libro primero.
Art. 51. La dignidad e inviolabilidad de la persona humana. “La persona humana es inviolable y en
cualquier circunstancia tiene derecho a que se le reconozca y se le respete su dignidad”.
Todo ser humano tiene derecho, frente a cualquier otro, a que se respete su persona y se le reconozca
su dignidad porque de lo contrario, se vería perjudicado tanto en su existencia (vida, cuerpo y salud)
como también en su dignidad (imagen, honor, intimidad e identidad).
Art. 52. Afectaciones a la dignidad. “La persona humana que sea afectada tanto en su intimidad
personal o familiar, honra o reputación, imagen o identidad, o que de cualquier modo resulte menosca-
bada en su dignidad personal, puede pedir la prevención y reparación de los daños sufridos”.
Art. 55. Disposición de derechos personalísimos. “El consentimiento para la disposición de los
derechos personalísimos es otorgado si no es contrario a la ley, la moral o las buenas costumbres. El
consentimiento no se presume, es de interpretación restrictiva y es libremente revocable”.
En principio, los derechos personalísimos son indisponibles y por ello su transmisión o renuncia están
prohibidas. Pero hay supuestos en que existe una “disponibilidad relativa” porque la persona puede
prestar el consentimiento para actos que puedan generar una afectación de esos derechos, como lo
hace, por ejemplo, en el consentimiento informado prestado por el paciente al médico para la
afectación de su integridad corporal por medio de un acto médico.
2. Derecho a la vida.
El derecho a la muerte digna engloba a las prácticas eutanásicas. La eutanasia en sentido amplio
refiere a una muerte buena, serena, tranquila, sin sufrimiento. En sentido estricto, es la muerte que se
le provoca a una persona que padece de una enfermedad incurable y dolorosa, con el objeto de
evitarle una larga y penosa agonía.
La eutanasia puede ser: voluntaria, cuando el paciente presta su consentimiento por sí mismo; y es
involuntaria cuando el paciente, por el estado de gravedad en que se encuentra, no puede prestar su
consentimiento. A su vez, éstas pueden ser pasivas y activas:
 Eutanasia voluntaria pasiva: se da cuando el paciente presta el consentimiento para que se
le suspendan los tratamientos terapéuticos o quirúrgicos que le prolonguen la vida;
 Eutanasia voluntaria activa: es cuando el paciente presta el consentimiento para que se le
suministren drogas o medicamentos que le produzcan la muerte;
 Eutanasia involuntaria pasiva: se da cuando, por razón de que el paciente se encuentra en
estado de gravedad que lo mantiene imposibilitado para consentir, los parientes o, en su
defecto, el médico prestan el consentimiento para suspenderle los tratamientos terapéuticos
o quirúrgicos que tenga por finalidad prolongarle ese estado de gravedad;
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  Eutanasia involuntaria activa: consiste en que los parientes o, en su defecto, el médico
prestan el consentimiento para suministrarle drogas o medicamentos que le produzcan la
muerte.
Análisis de la ley 26.742 de “Muerte digna" y ley 26.529 sobre “Derechos del paciente”.
La ley de muerte digna vino a modificar el Art. 2 de la ley sobre derechos del paciente, el cual quedó
así redactado:
“El paciente tiene derecho a aceptar o rechazar determinadas terapias o procedimientos biológicos o
médicos, con o sin expresión de causa, como también a revocar posteriormente su manifestación de la
voluntad.
Los niños, niñas y adolescentes tienen derecho, en virtud de la ley 26.061 a intervenir en la toma de
decisión sobre terapias y procedimientos biológicos o médicos que involucren su vida o su estado de
salud.
Los pacientes que padezcan una enfermedad irreversible, incurable o se encuentre en un estadio
terminal o haya sufrido lesiones que lo hayan colocado en igual situación, informado fehacientemente,
tiene derecho a rechazar procedimientos quirúrgicos o de reanimación artificial o disponer el retiro de
medidas de soporte vital cuando sean extraordinarias o desproporcionadas en relación a la
perspectiva de mejoría o le produzcan un sufrimiento desmesurado. También tiene derecho a rechazar
procedimientos de hidratación y alimentación que tengan por único efecto prolongar en el tiempo ese
estadio terminal, irreversible o incurable. En todos los casos, el rechazo de tales procedimientos no va
a tener influencia sobre las medidas y acciones para el adecuado control y alivio del sufrimiento del
paciente”.
La “muerte digna" es un concepto jurídico que importa el derecho de la persona de morir bien. El Art.
2 de la ley 26.742 (ley de muerte digna) y el Art. 5 de la ley 26.529 (ley sobre derechos del paciente)
prevén el “consentimiento informado", donde se establece que “el consentimiento informado es la
declaración de voluntad del paciente después de haber recibido información clara, precisa y adecuada
sobre:
a) Su estado de salud;
b) El procedimiento propuesto, especificando el objetivo que se busca con él;
c) Los beneficios que se esperan del procedimiento propuesto;
d) Los riesgos, molestias y efectos adversos del procedimiento propuesto;
e) Los procedimientos alternativos, especificando los riesgos y beneficios en relación con el
procedimiento propuesto;
f) Las consecuencias de la no realización del procedimiento propuesto y los alternativos;
g) El derecho que tiene el paciente que padece una enfermedad irreversible, incurable o se
encuentre en estadio terminal o haya sufrido lesiones que lo hayan puesto en iguales
condiciones, de rechazar terapias o procedimientos quirúrgicos, como también de rechazar
procedimientos de hidratación o alimentación;
h) El derecho a los cuidados paliativos, en el procedimiento de atención de su enfermedad.
Estos cuidados son aquellos que no tienen por fin curar una enfermedad, sino controlar o
aliviar el sufrimiento del paciente.
Este consentimiento es libremente revocable en cualquier momento, y el médico debe aceptar las
decisiones del paciente y dejar constancia de ello”.
3. Derecho a la integridad corporal: concepto. Bien jurídico protegido.
El derecho a la integridad corporal es un derecho humano fundamental que consiste en el respeto por
la vida y el sano desarrollo de ella. El ser humano, por su condición de tal, tiene el derecho de
conservar su integridad corporal y ello implica la preservación de todas las partes y tejidos del
cuerpo. El reconocimiento de este derecho implica que nadie puede ser lesionado físicamente, ni sufrir
daños mentales o morales que le impidan preservar su estabilidad psicológica.
El bien jurídico protegido por este derecho es el cuerpo humano, todas sus partes y sus tejidos.
El cuerpo humano. Su tratamiento como cosa, bien, objeto del derecho o soporte de la personalidad.
El cuerpo vivo. Las partes.
Art. 17. Derechos sobre el cuerpo humano. “Los derechos sobre el cuerpo humano o sus partes no
tienen valor comercial, sino afectivo, terapéutico, científico, humanitario o social y sólo pueden ser
disponibles por su titular en la medida en que se respete alguno de esos valores y según lo dispongan
las leyes especiales”.
Así vemos que el cuerpo humano no es una cosa en el sentido de objeto material susceptible de valor
económico, sino que es un objeto de derecho que tiene valor afectivo, terapéutico, científico,
humanitario o social. Estos valores son los que van a configurar la noción de bien, así el cuerpo
humano tiene valor afectivo porque representa un interés no patrimonial para su titular, sino
sentimental. Tiene valor terapéutico para la cura de enfermedades, valor científico para la
experimentación en humanos, tiene valor humanitario porque representa un valor para toda la
humanidad, y tiene valor social porque representa un valor para toda la sociedad.
El cuerpo humano es soporte de la noción de persona, de este modo, aunque sus partes (entendidas las
piezas anatómicas, tejidos, órganos, células, genes) pueden ser separados de ella, identificados,
trasplantados, transferidos comercialmente, pero este derecho se extiende a todas las partes del
cuerpo, aunque sean separadas de las personas, aunque ya hayan sido trasplantadas, mientras sea
posible la identificación de las partes con la persona a la que pertenecen.
Art. 54. Actos peligrosos. “No se exige el cumplimiento de contratos que tengan por finalidad la
realización de actos peligrosos para la vida o la integridad de una persona, excepto que esa actividad
corresponda a las actividades habituales de la persona y que se adopten las medidas de prevención y
seguridad adecuadas a las circunstancias”.
Art. 56. Actos de disposición sobre el propio cuerpo. “Están prohibidos los actos de disposición sobre
el propio cuerpo que produzcan una disminución permanente en la integridad de la persona o resulten
contrarios a la ley, la moral o las buenas costumbres, excepto que se realicen para mejorar la salud de
la persona, o excepcionalmente de otra persona, conforme a lo dispuesto por el ordenamiento.
La ablación de órganos para ser trasplantados en otras personas se rige por la legislación especial
(ley 24.193 - ley de trasplantes de órganos).
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El consentimiento para los actos no comprendidos en la prohibición establecida en el primer párrafo
no puede ser suplido y es libremente revocable”.
Art. 57. Prácticas prohibidas. “Está prohibida toda práctica destinada a producir una alteración
genética del embrión que se transmita a su descendencia”.
A partir del descubrimiento de la cadena de ADN, los avances de la medicina y la ingeniería genética
abrieron perspectivas de incidir en la conformación genética de las personas en gestación. El citado
artículo establece la prohibición de encomendar, contratar o realizar manipulaciones que tengan por
objeto la mutación de los elementos gestantes de la persona humana, dentro de los cuales podemos
analizar desde la clonación hasta la modificación artificial de los elementos constitutivos de la
persona en gestación.
Art. 58. Investigaciones en seres humanos. “La investigación médica en seres humanos que implique
intervenciones, tales como tratamientos y pruebas diagnósticas o predictivas, cuya eficacia y
seguridad no están comprobadas científicamente, sólo va a poder realizarse si se cumplen los
siguientes requisitos:
a) Se debe describir claramente, en un protocolo de investigación, el proyecto y el método que
se aplicará;
b) La investigación debe ser realizada por personas que cuenten con la formación y
calificaciones científicas y profesionales apropiadas;
c) Se debe contar con la aprobación previa de un comité acreditado de evaluación de ética en
la investigación;
d) Se debe contar con la autorización previa del organismo público correspondiente;
e) La investigación debe estar fundamentada en una cuidadosa comparación entre los riesgos y
beneficios que ella representa para las personas que participan de la investigación y para
otras personas afectadas por el tema que se investiga;
f) Se debe contar con el consentimiento previo, libre, escrito, informado y específico de la
persona que participa de la investigación, a la cual se le debe explicar, en términos que ella
comprenda, los métodos y objetivos de la investigación, como también sus riesgos y posibles
beneficios, y este consentimiento es libremente revocable;
g) La investigación no debe implicar para el participante riesgos y molestias
desproporcionadas en relación con los beneficios que se esperan obtener de ella;
h) Se debe resguardar la intimidad de la persona que participa de la investigación, como
también la confidencialidad de su información personal;
i) Se debe asegurar que la participación de los sujetos en la investigación no les resulte
onerosa a éstos, y también que ellos tengan acceso a la atención médica apropiada en caso
de efectos adversos de la investigación, esa atención médica debe estar disponible cuando
sea requerida;
j) Se debe asegurar a las personas que participan de la investigación la disponibilidad y
accesibilidad a los tratamientos que la investigación haya demostrado beneficiosos”.
Consentimiento informado para actos médicos e investigaciones en salud: Art. 59 y ley 26.529.
Art. 59. Consentimiento informado para actos médicos e investigaciones en salud. “El
consentimiento informado para actos médicos e investigaciones en salud es la declaración de voluntad
expresada por el paciente, luego de recibir información clara, precisa y adecuada sobre:
a) Su estado de salud;
b) El procedimiento propuesto, especificando el objetivo que se persigue con él;
c) Los beneficios que se esperan del procedimiento propuesto;
d) Los riesgos, molestias y efectos adversos del procedimiento propuesto;
e) Los procedimientos alternativos, especificando los riesgos y beneficios en relación al
procedimiento propuesto;
f) Las consecuencias de la no realización del procedimiento propuesto y alternativos
especificados;
g) Los derechos que tiene el paciente en caso de padecer una enfermedad irreversible,
incurable o se encuentre en un estadio terminal o haya sufrido lesiones que lo hayan puesto
en ese estado, informado fehacientemente, puede expresar su voluntad rechazando
procedimientos quirúrgicos o de reanimación artificial o medidas de soporte vital, cuando
sean extraordinarias o desproporcionadas en relación a las perspectivas de mejoría o que le
produzcan un sufrimiento desmesurado; también tiene el derecho a rechazar procedimientos
de hidratación y alimentación que tengan por único efecto prolongar en el tiempo ese estadio
terminal, irreversible o incurable;
h) El derecho a recibir cuidados paliativos en el procedimiento de atención de su enfermedad.
Ninguna persona con discapacidad puede ser sometida a investigaciones en salud sin su
consentimiento previo, para lo cual se les debe garantizar el acceso a los apoyos que necesiten.
Nadie puede ser sometido a exámenes o tratamientos clínicos o quirúrgicos sin su consentimiento libre
e informado, excepto disposición legal en contrario.
Si la persona se encuentra totalmente imposibilitada para prestar su consentimiento al tiempo de la
atención médica y no la ha expresado anticipadamente, el consentimiento puede ser otorgado por el
representante legal, el apoyo, el cónyuge, el conviviente, el pariente o el allegado que acompañe al
paciente, siempre que medie situación de emergencia con riesgo cierto e inminente de un mal grave
para su vida o su salud. En ausencia de todos ellos, el médico puede prescindir del consentimiento si
su actuación es urgente y tiene por objeto evitar un mal grave al paciente”.
Art. 60. Directivas médicas anticipadas. “La persona plenamente capaz puede anticipar directivas y
conferir mandato respecto de su salud y en previsión de su propia incapacidad. También puede
designar a la persona o personas que van a expresar el consentimiento para los actos médicos y para
ejercer su curatela.
Las directivas que impliquen desarrollar prácticas eutanásicas se tienen por no escritas.
Esta declaración de voluntad puede ser revocada en todo momento”.
Las directivas médicas anticipadas o “actos de autoprotección” es el testamento vital por medio del
cual una persona, en pleno uso de su capacidad de obrar, anticipa su voluntad respecto de qué tipo de
prácticas médicas no quiere recibir, o designando a una o más personas para que presten el
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consentimiento en caso de incapacitarse, es decir, en caso de que él mismo no pueda prestar
consentimiento por su futuro estado de salud.
Art. 61. El cadáver: exequias. “La persona plenamente capaz puede disponer, por cualquier forma, el
modo y circunstancias de sus exequias e inhumación, así como la dación de todo o parte de su cadáver
con fines terapéuticos, científicos, pedagógicos o de índole similar. Si la voluntad no fue expresada o
no puede ser presumida, la decisión corresponde al cónyuge, al conviviente y en su defecto a los
parientes según el orden sucesorio, quienes no pueden dar al cadáver un fin distinto al que le habría
dado el difunto de haber podido expresar su voluntad”.
La persona con plena capacidad de obrar puede disponer libremente de su cadáver en dos aspectos: la
manera en que quiera que su cadáver sea tratado, es decir, decidir si quiere sepelio con o sin velatorio
o la inhumación o cremación; también puede decidir sobre el destino del cadáver, de manera integral:
si quiere que su cadáver sea destinado a investigaciones científicas en la facultad de medicina, o de
manera parcial: si es donante de órganos de origen cadavérico.
Análisis de la ley de trasplantes de órganos: ley 24.193.
La norma establece, en principio, que la ablación de órganos y tejidos para ser implantados en seres
humanos solo se va a realizar cuando los otros medios o recursos se hayan agotado. Así también, que
los trasplantes sólo pueden ser realizados por profesionales médicos registrados y habilitados para
ello, los cuales estarán a cargo de un jefe, y en un establecimiento médico que esté igualmente
registrado. Los jefes deberán informar a los dadores y receptores, y en caso de ser estos incapaces, a
su representante legal sobre los riesgos de la ablación y el implante y si los participantes no se oponen
se procede con el acto médico.
Solo está permitida la ablación de órganos o tejidos en vida, con fines de trasplantes, en la persona
mayor de dieciocho años, quien podrá autorizarla solo cuando el receptor sea su pariente
consanguíneo o por adopción, su cónyuge, su conviviente por el tiempo no menor de 3 años, y ese
tiempo se reducirá a 2 años si se constare que de esa relación hubiesen nacido hijos. En los supuestos
de implantación de médula ósea, cualquier persona mayor de dieciocho años puede ser dador sin
limitación de parentesco. El consentimiento del dador no puede ser sustituido y es revocable en todo
momento, incluso en el instante mismo de la intervención quirúrgica.
En cuanto a la ablación de órganos o tejidos de origen cadavérico, la persona puede manifestar su
voluntad afirmativa o negativa sobre ello, restringir de un modo específico la voluntad afirmativa, y
también disponer el destino de sus órganos o tejidos, sea integral o parcial. En caso contrario, si la
persona mayor de dieciocho años no deja expresada su voluntad, si podrá procederse a la ablación de
sus órganos, pero para ello se requiere la autorización del cónyuge, el conviviente, cualquiera de los
hijos mayores de dieciocho años, cualquiera de los padres, cualquiera de los hermanos mayores de
dieciocho años, cualquiera de los abuelos; y en el caso de menores de 18 años fallecidos, sus padres o
sus representantes legales podrán expresar la voluntad positiva o negativa acerca de la ablación de
órganos o tejidos, y también la finalidad de los mismos.
Esta norma prevé también que los gastos vinculados a la ablación e implante de ningún modo estarán
a cargo del dador, estos gastos estarán a cargo de las entidades encargadas de la cobertura social o
sanitaria del receptor, o de éste cuando no la tuviera.
Tratamientos médicos: el principio de autonomía, los derechos del paciente (ley 26.529).
Este principio hace referencia a que el paciente tiene autonomía en cuanto a la decisión sobre aquellos
tratamientos médicos que quiere o no recibir, y sobre los derechos que tiene en lo atinente a su salud.
El Art. 2 de la ley 26.529 prevé los derechos que tiene el paciente con relación a los profesionales de
la salud. Así, el paciente tiene derecho de:
1) Asistencia: el paciente, y prioritariamente los niños, niñas y adolescentes tienen derecho a
ser asistidos por los profesionales de la salud sin distinción alguna en cuanto a sus creencias
religiosas, políticas o su condición socioeconómica, raza sexo, orientación sexual, entre
otras. El profesional sólo podrá eximirse de brindar asistencia al paciente en el caso de que
otro profesional asuma ese cargo.
2) Trato digno y respetuoso: el paciente tiene derecho a que los agentes del establecimiento de
salud le otorguen un trato digno y respetando sus convicciones personales y morales,
principalmente las convicciones relacionadas con sus condiciones socioculturales, de género
y a su intimidad.
3) Intimidad: toda actividad médico-asistencial que tiende a obtener, clasificar, utilizar,
administrar, custodiar y transferir información y documentación clínica del paciente debe
observar el debido respeto a su dignidad personal y a su autonomía de la voluntad, como
también el debido resguardo de su intimidad.
4) Confidencialidad: el paciente tiene derecho a que toda persona que participe en la
elaboración o manipulación de la documentación clínica, o bien que tenga acceso a la
misma, mantenga la debida reserva de ellos, excepto disposición emanada de juez
competente.
5) Autonomía de la voluntad: Art. 2 de la ley 26.529 sobre derechos del paciente.
6) Información sanitaria: el paciente tiene derecho a recibir la información sanitaria necesaria,
vinculada a su salud. Este derecho también refiere al de no recibir esa información.
7) Interconsulta médica: el paciente tiene derecho a recibir la información médica sanitaria
por escrito, con el fin de poder obtener otras opiniones acerca de su diagnóstico, pronóstico
y los tratamientos relacionados a su estado de salud.
Las prácticas esterilizantes: ley 26.130.
Las prácticas esterilizantes son denominadas “ligaduras de trompas de Falopio” y “ligaduras de
conductos deferentes o vasectomía” y toda persona que sea mayor de edad se las puede realizar,
siendo el único requisito su consentimiento previo e informado. Así, no se requiere el consentimiento
del cónyuge, conviviente o una autorización judicial, excepto en el caso de que la persona haya sido
declarada incapaz por medio de sentencia judicial. Por otra parte, el profesional médico interviniente
debe informar a la persona que solicite una práctica esterilizante, sobre la naturaleza de la práctica,
otros anticonceptivos no quirúrgicos autorizados y los riesgos del procedimiento quirúrgico.
Estas prácticas esterilizantes deben ser realizadas sin cargo para el adquirente, en un establecimiento
público de salud.
4. El derecho a la imagen. Concepto.
El derecho a la imagen es un derecho personalísimo que permite a la persona titular del derecho
oponerse a que otros individuos capten, reproduzcan, difundan o publiquen, sin su consentimiento o el
de la ley, su propia imagen. En caso de que este derecho sea lesionado, su titular, y a su muerte sus
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herederos, quedan facultados para obtener tanto el cese de la difusión, como el adecuado
resarcimiento.
Art. 53. Derecho a la imagen. “Para captar o reproducir la imagen o la voz de una persona, de
cualquier modo que se haga, es necesario su consentimiento, excepto en los siguientes casos:
a) Que la persona participe de actos públicos;
b) Que haya en esa difusión, un interés científico, cultural y educacional, y que se tomen las
precauciones necesarias para evitar el daño innecesario;
c) Que se trate del ejercicio regular del derecho de informar sobre acontecimientos de interés
general.
En el caso de personas fallecidas, pueden prestar el consentimiento sus herederos o la persona
designada por el causante como una disposición de última voluntad. Si hay un desacuerdo entre
herederos de un mismo grado para prestar el consentimiento, resuelve el juez. Y después de pasados
veinte años desde la muerte de la persona, la reproducción no ofensiva es libre”.
También se encuentra previsto en el art. 1770, protección de la vida privada. “El que arbitrariamente
se entromete en la vida ajena y publica retratos, difunde correspondencia, mortifica a otros en sus
costumbres o sentimientos o perturba de cualquier modo su intimidad, debe ser obligado a cesar en
tales actividades, si antes no cesaron, y a pagar una indemnización que debe ser fijada por el juez.
Además, a pedido del agraviado, puede ordenarse la publicación de la sentencia en un diario o
periódico del lugar, si esta medida es procedente para una adecuada reparación”.
El límite a este derecho es la libertad de prensa que constituye la publicación sin censura previa, y
publica retratos sin consentimiento.
Derecho al honor. Concepto.
El honor comprende dos aspectos: encontramos así el honor subjetivo, que hace referencia a la
“autovaloración” que consiste en el sentimiento que tiene la persona de su propia dignidad y la de su
familia. En segundo lugar, el honor objetivo, que refiere a la “reputación” que consiste en el
pensamiento que tienen los terceros sobre él.
Este derecho encuentra su protección en el art. 52, afectaciones a la dignidad. “La persona humana
afectada en su intimidad personal o familiar, honra o reputación, imagen o identidad, o que de
cualquier modo resulte menoscabada su dignidad personal, puede reclamar la prevención y
reparación de los daños sufridos”.
También está previsto en el art. 1771, acusación calumniosa. “En los daños causados por una
acusación calumniosa, se responde por dolo o culpa grande.
El denunciante o querellante responde por los daños causados por la falsedad de su denuncia o de la
querella, si se prueba que no tenía razones justificadas para creer que el damnificado por la acusación
estaba implicado”.
El límite de este derecho es la libertad de prensa que afecta al honor de las personas. Este derecho
tiene un factor de atribución de responsabilidad, ello consiste en que si la persona involucrada es un
funcionario público, la responsabilidad del órgano de prensa sólo puede ser comprometida si prueba
el dolo o la culpa grande, en cambio, si es un ciudadano común, sólo le vas a bastar con probar la
negligencia del órgano de prensa para atribuirle responsabilidad por la afectación al honor.
Derecho a la intimidad. Concepto.
El derecho a la intimidad es un derecho personalísimo que permite a su titular desarrollar su vida y su
conducta en el ámbito de lo privado, sin intromisiones tanto de particulares como del estado y en la
medida en que esas actividades no ofendan al orden y a la moral pública, ni perjudiquen a un tercero.
Además de los caracteres de derecho personalísimo, el derecho a la intimidad tiene dos caracteres
más:
1) Facultad de exclusión: es la facultad que tiene el titular del derecho para excluir a terceros
de la intromisión sobre aquello que es privado, reservado, íntimo.
2) Facultad de autoconfiguración: es la facultad de decidir qué actos deben ser íntimos y
protegidos, es decir, el ámbito que va a ser privado y que la persona quiera proteger.
El derecho a la intimidad se encuentra protegido en el art. 52, afectaciones a la dignidad. “La persona
humana lesionada en su intimidad personal o familiar, honra o reputación, imagen o identidad, o que
de cualquier modo resulte menoscabada su dignidad personal, puede reclamar la prevención y
reparación por los daños sufridos”.
También está previsto por el art. 1770, protección de la vida privada. “El que arbitrariamente se
entromete en la vida ajena y publica retratos, difunde correspondencia, mortifica a otros en sus
costumbres y sentimientos o perturba de cualquier modo su intimidad, debe ser obligado a cesar
mentales actividades, si aún no ha cesado, y a pagar una indemnización que deberá ser fijada por el
juez. Además, a pedido del agraviado, puede ordenarse la publicación de la sentencia en un diario o
periódico del lugar, si esta medida es procedente para una reparación adecuada”.
La arbitrariedad hace referencia a la antijuridicidad: la antijuridicidad hace referencia a que la
acción de entrometimiento es realizada “sin derecho".
En cuanto al factor de atribución de la responsabilidad: la responsabilidad de quien se entromete en la
vida del otro puede serle atribuida por dolo o culpa, se excluye aquí el riesgo de entrometimiento como
factor de atribución, por lo tanto, quien pretenda atribuir responsabilidad a un órgano de prensa, debe
probar la culpa.
Con respecto a la intimidad del difunto, la información que se va a dar o publicar debe ser de acuerdo
con el consentimiento que él dejó expresado o en su defecto, de los familiares.
Con respecto a las personas jurídicas, no tienen derecho a la vida privada porque, por ejemplo, una
fundación no podrá tener ámbito de reserva. Estos derechos sólo se predican de la persona humana.
Derecho a la identidad. Concepto.
El derecho a la identidad es un derecho personalísimo que consiste en que toda persona humana tiene
derecho a ser representado en su vida con su verdadera identidad. La Corte Suprema de Justicia
afirmó que el derecho a la identidad es la facultad de la persona de conocer sus orígenes.
Este derecho está establecido en el art. 596 del CCyCN: “El adoptado con edad y grado de madurez
suficiente tiene derecho a conocer los datos relativos a su origen y puede acceder, cuando lo requiera,
al expediente judicial y administrativo en el que se tramitó su adopción. El adoptado adolescente que
cumplió trece años puede iniciar una acción autónoma con el fin de conocer sus orígenes, y para ello
debe contar con asistencia letrada”.
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La persona tiene derecho a conocer y a no conocer sus orígenes y por ello, la CSJN resolvió el
conflicto existente entre el derecho de la persona a no conocer su identidad biológica y el derecho de
sus familiares de conocer la verdad. Ante esos derechos de igual jerarquía, la corte estableció que
nadie puede ser sometido a una extracción de sangre sin su consentimiento, pero pueden obtenerse
muestras para hacer estudios de ADN con procedimientos menos invasivos, por ejemplo, secuestro de
peines o cepillos de dientes; el resultado de esas pruebas asegura a los familiares del adoptado el
conocimiento de la verdad, y éste puede decidir si desea conocer sus orígenes o no.
Habeas data.
Art. 43, CN. “Toda persona podrá interponer acción expedita y rápida de amparo para tomar
conocimiento de los datos a ella referidos y de su finalidad, que consten en registros o bancos de datos
públicos, o los privados destinados a proveer informes, y en caso de falsedad o discriminación, para
exigir la supresión, rectificación, confidencialidad o actualización de aquellos. No podrá afectarse el
secreto de las fuentes de información periodística”.
Ley 25.326: ley de protección de datos personales.
Esta ley tiene por objeto la protección de los datos personales asentados en archivos, registros, bancos
de datos u otros medios técnicos de tratamientos de datos, sean estos públicos o privados destinados a
proveer informes, para garantizar el derecho al honor y a la intimidad de las personas, así como
también el acceso a la información que se registre de ellas mismas.
La libertad.
La libertad como derecho personalísimo comprende dos aspectos:
1) Libertad como estado: que es la situación o condición libre de una persona, sin trabas ni
impedimentos. Es el “sentirse libre".
2) Libertad como facultad: es la absoluta posibilidad de elección y realización de la persona, es
el poder, el derecho de la persona. Es el “sentirse libre para…”
Es un derecho personalísimo, un atributo de la persona porque no puede haber persona que no tenga
libertad, de lo contrario se verifica una destrucción del concepto de persona. El hombre nace libre y su
existencia tiene por condición la libertad.
También tenemos la libertad civil que se encuentra prevista en el art. 19 de la CN: “Ningún habitante
de la Nación será obligado a hacer lo que la ley no manda, ni privado de lo que ella no prohíbe”.
La igualdad y el derecho a la no discriminación.
Este derecho hace referencia a que el estado no debe efectuar distinciones arbitrarias o irrazonables,
es decir, discriminaciones porque la igualdad consiste en un igual trato en igualdad de condiciones, lo
que excluye privilegios y discriminaciones. Así el art. 16 de la CN establece: “La Nación no admite
prerrogativas de sangre ni de nacimiento, no hay en ella fueros personales ni título de nobleza. Todos
sus habitantes son iguales ante la ley y admisibles en los empleos, sin otra condición que la idoneidad.
La igualdad es la base de los impuestos y las cargas públicas”.
B) Bioética. Concepto.
La bioética es la rama de la ética dedicada a proveer los principios para la conducta más apropiada
del ser humano con respecto a la vida, tanto de la vida humana como del resto de seres vivos, así
como al ambiente en el que pueden darse condiciones aceptables para la misma.
La bioética, a diferencia de la ética médica, no se limita al ámbito médico, sino que incluye todos los
problemas éticos que tienen que ver con la vida en general, extendiendo de esta manera su campo a
cuestiones relacionadas con el medio ambiente y al trato debido a los animales.
Ámbito de actuación.
Los ámbitos en los cuales se tiene en cuenta la bioética son muy variados, entre ellos podemos
encontrar: el aborto, la calidad de vida, la sanidad, la clonación humana, avances científicos,
desarrollo sostenible, donación de órganos, la eutanasia, la investigación con células madre, etc. En
general, todos estos ámbitos se pueden dividir en cuatro categorías:
1) Los relacionados con los problemas éticos derivados de las profesiones sanitarias, como por
ejemplo: la eutanasia, trasplante de órganos, el aborto. En suma, engloba los asuntos implicados en la
relación médico – paciente.
2) Los problemas de investigación científica, en concreto la investigación biomédica. Por ejemplo, la
manipulación genética, la investigación con células madre, la clonación, etc.
3) Los problemas ecológicos, relacionado con el medio ambiente y la biosfera. Aquí encontramos la
necesidad de conservación del medio ambiente, como mantener el equilibrio entre las especies,
controlar el crecimiento de la población mundial y el incremento del hambre en los países pobres.
4) Finalmente, los relacionados con la influencia social y política de las categorías anteriores en
cuanto a la educación, la legislación, las políticas sanitarias, etc.
C) Los atributos de la personalidad.
Concepto, enumeración y caracteres.
Los atributos de la persona son aquellas propiedades o características de identidad, propias de las
personas físicas o jurídicas en tanto que ellas son titulares de derechos. Estos atributos tienen las
siguientes características:
 Necesarios: son condiciones para la existencia de la persona, sin ellos la persona no existe;
 Únicos: porque sólo se puede tener un atributo del mismo orden;
 Extrapatrimoniales: ya que no tienen contenido económico y están fuera del comercio;
 Inalienables: porque no pueden transmitirse por ningún acto o negocio jurídico;
 Imprescriptibles: no se adquieren ni se pierden con el transcurso del tiempo;
 Irrenunciables: los titulares de estos atributos no pueden renunciar a ellos por sí mismos, ni
la autoridad pública puede establecer sanción alguna que implique su eliminación.
Los atributos de la persona son:
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1) El nombre;
2) La capacidad;
3) El domicilio;
4) El patrimonio;

5) El estado civil.