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Sesión 1: Mejorando nuestro bienestar

Sesión 1: Mejorando nuestro bienestar

Lo que todos deseamos es sencillamente sentir-


nos bien y, como padres, lo hemos aprendido al ver
a nuestros hijos felices. Esto lo sabe la sociedad, las
naciones, los gobiernos, la medicina, la psicología e,
incluso, nuestro cerebro, órgano que se encarga, entre
otras funciones, de analizar recompensas y castigos
para no vernos expuestos a una situación de mucha
demanda. En Psicología, a esta experiencia, se le co-
noce como «bienestar». Por años, solo se trató de dis-
minuir los síntomas físicos y psicológicos negativos; sin
embargo, desde 1948, la Organización Mundial de la
Salud también incluye al bienestar como un elemento
importante. En este sentido, gozar de buena salud es
la suma de dos situaciones: sentir que somos felices y
no tener algún problema físico o psicológico1. Y aun-
que pueda parecer que los factores psicológicos no
afectan la salud física, realmente sí lo hacen: pueden
mejorar o empeorar los síntomas de una enfermedad2.
Por esta razón, ¡desarrollemos nuestro bienestar!

¿Qué es bienestar?

El bienestar se puede dividir en dos:

• Bienestar subjetivo: es la evaluación que ha-


cemos de nuestra calidad de vida. Para ello, nos pre-
guntamos cuántas emociones placenteras y negativas
experimentamos (componente afectivo), y cómo nos
sentimos con nuestra vida en general (satisfacción con
la vida), tomando en consideración nuestra salud, tra-
bajo, relaciones, etc.3

• Bienestar psicológico: es el desarrollo de


nuestro verdadero potencial4. Las personas que tienen
un alto bienestar psicológico se sienten bien consigo
mismas y conocen sus limitaciones (autoaceptación),
crean y mantienen relaciones cercanas (relaciones po-
sitivas con los demás), diseñan un ambiente que cum-
pla con sus necesidades y deseos (dominio del medio
ambiente), desarrollan una fuerte libertad (autonomía),
tienen un sentido de vida que une sus esfuerzos y de-
safíos (propósito de vida), y se capacitan y aprenden
constantemente (crecimiento personal)5,6

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Sesión 1: Mejorando nuestro bienestar

¿Cómo el bienestar puede ayudarnos a nosotros y a nuestros hijos?

Lo que sucede es que las personas felices tienen relaciones saludables y exitosas, porque buscan actividades
sociales, interactúan con frecuencia, fortalecen sus vínculos y tienen una mejor red de soporte3. Incluso, son más
proclives a casarse y tener un matrimonio satisfactorio7. De hecho, contar con un buen grupo de apoyo nos ayuda a
responder mejor ante eventos negativos8. Pero los beneficios no se reducen al ámbito social: las personas con bien-
estar tienen una mejor salud física y menos visitas al médico9, debido a que su sistema inmunológico es más fuerte3.
Por ejemplo, diversos estudios han encontrado que las personas con bienestar son menos propensas a enfermarse
de rinovirus o resfriado común10, son más longevas11 y presentan menos cuadros cardiovasculares12.

¿Qué podemos hacer para mejorar nuestro bienestar y el de nuestros hijos?

Sabemos que el bienestar depende tanto de la genética, las circunstancias y lo que nosotros hagamos para mejorar
nuestra situación13,14. Por esta razón, existen actividades que podemos poner en práctica con nuestra familia para
incrementar nuestro bienestar3:

• Expresemos gratitud

La gratitud es, básicamente, sentirnos agradecidos cuando sucede algo que va más allá de los esperado15. Pode-
mos hacer, en familia, una lista de cosas por las que nos sentimos agradecidos o escribir cartas de agradecimiento
a personas importantes en nuestra vida3 y leérselas16. Esto permite apreciar las experiencias positivas de nuestra
situación actual e incrementar nuestra satisfacción. Además, puede fortalecer nuestros lazos con los demás17 e ins-
pirar a otras personas a ser mejores3.

Muchas personas llevan un diario personal: en él, describen las situaciones placenteras del día, qué sintieron y por
qué18,19.

• Llevemos a cabo actos de bondad

Las personas con bienestar realizan más actos altruistas y ayudan a los demás13. Comprar pequeñas cosas (comi-
da a una persona que no lo puede costear), hacer donaciones o llevar a cabo acciones que no impliquen dinero16
son algunos ejemplos. Estas acciones pueden mejorar nuestra evaluación de nosotros mismos, nuestro sentido de
eficacia y nuestra confianza.

• Visualicemos nuestra mejor versión

Las personas felices piensan de forma optimista y observan su vida de la mejor manera posible. Para ello, podemos
escribir acerca de nuestra mejor versión en el futuro teniendo en cuenta a nuestra familia, amigos, pasatiempos,
carreras profesionales, pareja romántica y salud20. Otra actividad que podemos realizar se conoce como «Resumen
de vida» o «Currículum de vida». Consiste en escribir 1 o 2 páginas como si fuera una biografía de una vida larga y
feliz21. Esto nos ayuda a aprender de nosotros y a estructurar nuestras prioridades, deseos y motivaciones.

• Aprendamos a saborear

Para prolongar los efectos placenteros de una experiencia, podemos prestar más atención a los detalles. Por ejem-
plo, cuando comemos, prestemos más atención a todos los elementos: la textura, el sabor, la temperatura, etc.
Pensemos en todas las partes separadas y también juntas22. También, podemos concentrarnos en practicar una
actividad y habilidad puntual. Una estrategia muy conocida se llama «fotografía consciente». Para llevarla a cabo,
tomemos fotografías de objetos y situaciones que tengan un significado para nosotros23.

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Sesión 1: Mejorando nuestro bienestar

• Fortalezcamos nuestras capacidades

Si reconocemos nuestras fortalezas, podemos desarrollarlas24. Lo que podemos hacer es identificar cuáles son esas
habilidades que tenemos y utilizarlas25.

• Busquemos un significado de vida

Investiguemos cuál es nuestro propósito en la vida y alineemos nuestras acciones para alcanzarlo16. Podemos escri-
bir nuestras metas significativas y diseñar un plan para cumplirlas26.

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Sesión 1: Mejorando nuestro bienestar

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