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Nuevas

tendencias
en el estudio
de los
caminos
EDITADO POR

Sofía Chacaltana
Elizabeth Arkush
Giancarlo Marcone

Ministerio de Cultura
Ministro de Cultura
Ministerio de Cultura
Salvador del Solar Labarthe

Viceministro de Patrimonio Cultural e Industrias Culturales


Jorge Ernesto Arrunátegui Gadea

Coordinador General del Proyecto Qhapaq Ñan – Sede Nacional


Giancarlo Marcone Flores

Nuevas tendencias en el estudio de los caminos


Sofía Chacaltana, Elizabeth Arkush y Giancarlo Marcone (editores)

Editado por el Ministerio de Cultura


Proyecto Qhapaq Ñan - Sede Nacional
Avenida Javier Prado Este 2465, San Borja, Lima 41
Teléfono: (511) 618 9393 / anexo 2320
Email: qhapaqnan@cultura.gob.pe
www.cultura.gob.pe

Primera edición, Lima, agosto 2017


500 ejemplares

Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú Nº 2017-09781


ISBN 978-612-4126-90-1

Diseño y diagramación
Edítalo SAC
Centenario 179-509A, Barranco, Lima 04

Impresión
Gráfica Industrial R&S
Mz. J Lote 5 calle Morococha, Urbanización Aprovisa. La Molina
Telf.: 326 5537
Agosto 2017
De Chincha a Manta
a rumbo de guare:
el abastecimiento
de spondylus a larga
distancia durante
la época Inca
SERGIO BARRAZA LESCANO La gran valoración social y ritual que las valvas de mu-
llu (Spondylus sp.) gozaron entre las poblaciones andi-
PROYECTO QHAPAQ ÑAN, PERÚ
nas prehispánicas desde, por lo menos, el período Ho-
rizonte Temprano (1200-200 a.C.) ha sido resaltada por
diversos investigadores durante los últimos cincuenta
años. En ocasiones, los estudios sobre esta temática se
focalizaron en enfatizar el origen ecuatorial de dicha
especie, explayándose en la descripción de sus carac-
terísticas biológicas y su hábitat natural. Asimismo,
resaltaron su importante simbolismo, vinculado a
prácticas propiciatorias de lluvias (v. g. Cordy-Collins
et al. 1999; Marcos 1977-1978, 2002; Murra 1975; Paul-
sen 1974; Pillsbury 1996); hallazgos arqueológicos y
representaciones iconográficas fueron empleados a
menudo como evidencia de la profundidad histórica de
su uso ritual. En otros casos, el interés estuvo dirigido
a identificar los centros de extracción o procesamiento
de las preciadas valvas y sus rutas de ingreso hacia los
Andes Centrales (v. g. Currie 1995; Hocquenghem 1993,
2010; Marcos y Norton 1981; Martin 2010; Norton 1986;
Vílchez 2013).
Desde el campo de la Etnohistoria, noticias pun-
tuales registradas en las crónicas indianas y docu-
mentos burocráticos de los siglos XVI y XVII vinieron
a respaldar la existencia de un antiguo sistema de
intercambio de spondylus; entre todas estas fuentes,
destacan dos recurrentemente citadas por los especia-
listas. La primera de ellas es la Relación de los primeros
descubrimientos de Francisco Pizarro y Diego de Almagro
redactada en 1526 por Juan de Sámano, secretario del
rey Carlos V, a partir de testimonios tempranos pro-
cedentes del Perú; en esta relación se ofrecen noticias
sobre la famosa balsa de mercaderes de Salangone (en
la actual costa central ecuatoriana) encontrada por el
piloto Bartolomé Ruiz durante la segunda expedición
dirigida por Francisco Pizarro a Sudamérica (Fernán-
dez et al. 1844: 193-201).
418

La segunda fuente corresponde al denomina- El intercambio


do Aviso del modo que había en el Gobierno de
los Indios…, un documento escrito alrededor marítimo chinchano
del año 1570 por un autor desconocido en el
que se anota información sobre la presencia puesto en debate
de mercaderes en el antiguo señorío de Chin-
cha (Rostworowski 1970). El hallazgo de este
manuscrito en la Biblioteca del Palacio Real Como ya lo hemos adelantado, el modelo
de Madrid, durante la segunda mitad del siglo de intercambio marítimo a larga distancia
pasado, y su posterior difusión y análisis en planteado por Rostworowski supone un
los trabajos de María Rostworowski, estimu- contacto permanente entre los mercaderes
ló en gran medida el interés por el estudio chinchanos y aquellos provenientes de las
de las rutas de intercambio marítimo en el provincias ecuatorianas del Guayas y Mana-
Pacífico prehispánico, particularmente aque- bí, adscritos a menudo a la sociedad Mante-
llas vinculadas a la circulación del spondylus. ña-Huancavilca (Espinoza 1987, I: 131-135),
De acuerdo a la interpretación inicialmente quienes habrían abastecido al Tawantinsuyu
postulada por Rostworowski, los “tratantes” no solo de las valvas de spondylus (en sus dos
chinchanos habrían participado activamente variedades princeps y calcifer) sino también de
en un fluido tráfico marítimo de mullu prove- caracolas Strombus galeatus empleadas como
niente de la costa occidental ecuatoriana, el trompetas (guayllaquipas), chaquiras de oro,
cual era permutado por recursos procedentes esmeraldas, ámbar, palos de balsa (Ochroma
de los Andes Centrales, particularmente por lagopus) y cañas de Guayaquil (Guadua an-
cobre. gustifolia) utilizadas en las construcciones.
Si bien durante las últimas décadas un im- Las poblaciones norteñas, por su parte, se
portante número de estudiosos adoptó abier- veían beneficiadas con la llegada de impor-
tamente la hipotética red de tráfico propuesta tantes cantidades de cobre arsenical (bajo la
por Rostworowski, sus planteamientos no forma de lingotes conocidos como “naipes”),
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

han estado exentos de cuestionamientos (v. g. obsidiana y textiles elaborados con fibra de
Caillavet 2000: 92-93; Curatola 1997: 225-226; camélido.
Hocquenghem 1993: 703-707; Ramírez 1982: Pese a la aparente solidez de este modelo,
129-132; Topic 2013: 349-350). En las siguien- la participación chinchana en esta red de in-
tes páginas abordaremos algunos aspectos de tercambio marítimo ha sido cuestionada du-
esta problemática, intentando esclarecer el lu- rante las últimas décadas a partir de argumen-
gar ocupado por el señorío de Chincha dentro tos bastante lógicos que, en líneas generales,
del intercambio de spondylus. se encuentran sustentados en los siguientes
tres puntos:

• La carencia que la sociedad chincha tenía


de fuentes de madera, específicamente de
palo de balsa (Ochroma lagopus), que per-
mitiera la elaboración de embarcaciones
capaces de realizar largos viajes oceánicos
entre la costa central peruana y el Golfo de
Guayaquil o Manta (Szasdi 1984: 97).
419
• La dificultad que habrían tenido los balse- truyendo pequeños barcos “empleando en
ros chinchanos o manteño-huancavilcas ellos la madera de espino, que producen aque-
para navegar de norte a sur, e introducir el llos montes. Es pesada, muy fuerte, dura y tan
spondylus a los Andes Centrales, debido a la cerrada de poros, que el clavo que una vez en-
presencia de la corriente marina de Hum- tra en ella, se rompe antes de volver a salir; está
boldt y a los vientos del sur (Hocquenghem muy sujeta a rajarse” (Juan y Ulloa 1826: 68).
1993: 707; Szasdi 1984: 97; Topic 2013: 349). Como ya lo hemos señalado, la factibili-
dad de realizar viajes desde el área en que se
• La escasa aparición de restos de spondylus o recolectaba el spondylus (en mar ecuatorial)
artefactos de este material en las coleccio- hasta las costas de Chincha, teniendo en con-
nes arqueológicas recuperadas en la región tra la corriente marina de Humboldt y los
de Chincha (Hocquenghem 1993: 706). vientos del sur, es otro de los aspectos que
resulta problemático para el intercambio ma-
Estas argumentaciones, sin embargo, se en- rítimo a larga distancia. Diversos investigado-
cuentran lejos de ser concluyentes. Las carac- res (v. g. Alcina et al. 1987: 68; Caillavet 2000:
terísticas medioambientales de la región de 93; Hocquenghem 1993: 707) han expresado
Chincha y los registros históricos disponibles su escepticismo ante la posibilidad de que ma-
indican que, efectivamente, los pobladores rinos prehispánicos, con el tipo de balsas que
locales carecían de los livianos troncos de la abordaban, hubieran podido navegar de norte
especie Ochroma lagopus (propia de bosques a sur. Esta situación, tempranamente recono-
húmedos tropicales) que pudieran emplear cida por los conquistadores españoles, fue re-
para la confección de balsas. No obstante, portada a mediados del siglo XVI por Pascual
contaban con otra especie que, aunque me- de Andagoya en los siguientes términos:
nos óptima para la navegación, suplía la fal-
ta del palo de balsa, nos referimos al espino En esta mar del sur ay muchas corrientes a
(Acacia macracantha). cuya cabsa esta costa no se puede navegar syno
Sin lugar a dudas, fue con madera de espi- es junto a tierra sino es con dylacion y ansi se
no que en 1537 el adelantado Diego de Alma- corre la costa surgiendo cada tarde y casi con
gro y el tesorero Manuel de Espinal construye- mareas porque hay muchas puntas que no
ron una balsa destinada a trasladar despachos, puede el viento contra la corriente… La buena
cartas, oro y plata desde Chincha hasta la ciu- navegación desde Panamá al Pirú o a Nycara-
dad de Panamá, esto en el marco de las guerras gua es desde enero hasta mayo que es el tiem- SERGIO BARRAZA
civiles entre los conquistadores (Espinal 1865 po que andar el norte y el nordeste y para vol-
[1538]: 167, 180); asimismo, es muy probable ver hasta Paita y aún hasta Puerto Viejo todo el
que con este material hubiera sido confeccio- año sur (Andagoya 1993 [1541]: 178).
nado el navío que en 1557 poseía el curaca
de Chincha, con el cual su maestre de navío Estas dificultades, sin embargo, no consti-
Esteban Iriarte transportaba mangles desde tuían necesariamente un impedimento para
DE CHINCHA A MANTA...

Guayaquil hasta Lima (Rostworowski 2005: la navegación marítima, la programación de


111; Szaszdi 1988: 40, nota 56). los viajes aprovechando las temporadas y
Ya en el siglo XVIII, en el marco de su ex- horas del día favorables y el desplazamiento
pedición científica, los humanistas españoles próximo a las costas permitían efectuar las
Jorge Juan y Antonio de Ulloa pudieron cons- travesías (Caillavet 2000: 94). Por consiguien-
tatar que en Chincha aún se continuaba cons- te, no debemos descartar que fuera el cabota-
420

foto 1.
Paqcha ceremonial
Chimú y valva de
spondylus procedentes
de la localidad de
San Miguel de Acos,
en la sierra central
de Huaral (Qhapaq
Ñan – Sede Nacional,
Ministerio de Cultura
(foto por Edwin Rivera
Camacho).

je, caleteando desde puertos intermedios de dores chimúes, asentados en tiempos incaicos
desembarco hacia pequeñas caletas, el siste- a lo largo de la costa central y sur peruana en
ma que hubiera primado en la distribución calidad de mitmas, hubieran participado en el
marítima del spondylus. Asumiendo que la transporte marítimo de las valvas de spondylus
navegación se efectuaba en las cercanías de desde los puertos principales en los que eran
la línea costera, el transporte también podría desembarcadas hacia caletas y el interior de
haberse realizado en embarcaciones menores los valles (en el marco de intercambios trans-
confeccionadas con fibras vegetales (“caballi- versales costa-sierra). Siguiendo esta idea, re-
tos de totora”), como lo sugieren algunas re- sulta bastante diagnóstico el hallazgo de una
presentaciones escultóricas de cerámica de la paqcha de cerámica estilo Chimú Negro Pulido
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

costa central y norcentral peruana asignables y una valva de spondylus en el distrito de San
a los inicios del Horizonte Medio (c. 650 d.C.) Miguel de Acos, en la sierra de Huaral (foto 1).
y al Horizonte Tardío (1470-1532 d.C.). La vasija lleva la representación de un pesca-
En otro lugar (Barraza 2014) hemos pos- dor transportando la valorada valva de aguas
tulado la posibilidad de que grupos de pesca- ecuatoriales.1

1 Estos hallazgos, que for- qué modo podría haberse 1989: 272). De otro lado, es atados con sogas y con-
man parte de una colección difundido el culto a la oportuno mencionar que teniendo ceramios negros
local, fueron registrados diosa de los pescadores durante sus excavacio- del tipo norteño “Chimú”,
por miembros del Proyecto de Pachacamac, Chincha nes en Chichacara, sitio pueden indicar entierros
Qhapaq Ñan del Ministerio y Pisco, denominada localizado en las serranías secundarios de “mercade-
de Cultura durante las sa- Urpay Huachac, en las de Chilca, Fréderic Engel res” transeúntes que hayan
lidas de campo efectuadas serranías de Cajatambo descubrió algunos fardos [sic: habrían] muerto en el
en el año 2004 (Ausejo (específicamente en el funerarios que identificó camino. Uno de los fardo[s]
2005: 84). La participación pueblo de Mangas) según como correspondientes contenía una pequeña
de los pescadores en la fuera reportado en el siglo a mercaderes debido al balanza compuesta por
introducción del spondylus XVII por los extirpadores tipo de asociaciones que dos canastas de algodón
hacia el interior de los de idolatrías que visitaron presentaban. Al respecto, suspendidas de un madero”
valles permitiría explicar de la región (Rostworowski escribió: “Algunos fardos (Engel 1987: 163).
421
De otro lado, según lo anotara en la segunda viento contrario, lo mismo que las de quilla y
década del siglo XIX el piloto de la Real Ar- va segura en la dirección que se le quiere dar,
mada española Andrés Baleato, parafrasean- de la que discrepa muy poco, lo que se logra
do una descripción más antigua de los expe- con distinto artificio que el del timón, y se re-
dicionarios Jorge Juan y Antonio de Ulloa, duce á unos tablones de 3 á 4 varas de largo y
los navegantes prehispánicos contaban con media de ancho, que nombran guares, los que
un accesorio de sus balsas que les permitía se acomodan verticalmente en la parte poste-
navegar a contra viento: los guares, también rior ó popa y en la anterior ó de proa, calándo-
conocidos como guaras, orzas o tablones de los por entre los palos de que se forma la balsa,
quilla (figura 1).2 Baleato describiría estos ins- para cuyo medio y el de ahondar unos en el
trumentos con las siguientes palabras: agua y sacar alguna cosa otros se consigue que
orce, arribe, vire por avante ó por redondo y se
Lo más particular de esta embarcación [bal- mantenga á la capa, según conviene (Baleato
sa de Guayaquil] es que navega y bordea con 1820: 77).

figura 1.
Balsa de
Guayaquil y
detalle del SERGIO BARRAZA
empleo de
guares (Juan
y Ulloa 1748:
lámina XI).
DE CHINCHA A MANTA...

2 Si bien los guares ante una corriente marina que las balsas provistas de a remos para surcar los
constituyen un implemento particularmente fuerte velas y estos tablones de ríos próximos al litoral; así
exitoso para timonear y vientos desfavorables, quilla no eran empleadas lo constató el geógrafo
las balsas en el océano, resultaría infructuoso cual- exclusivamente para los español Dionisio de Alcedo
aprovechando el viento quier intento de navegar a viajes marítimos, podían y Herrera a mediados
mediante el uso de velas, contra viento (Buse 1973: acondicionarse convirtién- del siglo XVIII (Alcedo y
no es menos cierto que 250). Es oportuno precisar dolas en embarcaciones Herrera 1741: 44).
422

La presencia chinchana (2) Si los contactos fueron limitados al comer-


cio e involucraron materias primas principal-
en las rutas del spondylus mente, éstas no serían fácilmente detectadas
en las distribuciones de artefactos en general,
provenientes sobre todo de las recolecciones
Con referencia al tercero de los argumentos superficiales. Sería necesario localizar los ta-
señalados, coincidimos con algunos investi- lleres donde la materia prima se convertía en
gadores (v. g. Hocquenghem 1993: 706; Mo- artefactos, o los depósitos de materias impor-
rris y Santillana 2007: 136; Nigra et al. 2014: tadas […] (Morris 1997: 109).
44) al afirmar que en la región de Chincha
han sido escasos los reportes de hallazgos de Esta última sugerencia de Morris, sin embar-
spondylus o de artefactos elaborados a partir go, podría resultar infructuosa si se contem-
de esta valva. Podemos mencionar una doce- pla la posible inexistencia de grandes talleres
na de valvas recuperadas formando parte de o áreas de almacenamiento destinadas al
las asociaciones de tumbas pertenecientes al acopio de spondylus en Chincha. Al respecto,
Horizonte Tardío excavadas por Max Uhle es pertinente mencionar la situación obser-
en el sitio Pampa de Canelos (frente al sitio vada en Lurín, otro valle de la costa central
La Centinela), además de algunas cuentas peruana que también cuenta con referencias
laminares de forma rectangular ligeramente etnohistóricas sobre la presencia de antiguos
redondeada y sartas de diminutas cuentas mercaderes y pescadores (del poblado coste-
circulares procedentes de estos mismos con- ño de Quilcay) que en ocasiones se moviliza-
textos funerarios (Garaventa 1979: 224; Kroe- ban hasta el golfo de Guayaquil (Pizarro 1986
ber y Strong 1924a: 30 y 46, lámina 15); una [1571]: 58; Rostworowski 2005: 125). Aquí, los
cuenta circular y dos fragmentos de espinas restos de mullu en proceso de transformación
sin trabajar provenientes del sitio Lo Demás recuperados arqueológicamente no provie-
(Sandweiss 1989, I: 362, 366), y una figurina nen de instalaciones formalmente configura-
femenina descubierta recientemente en La das como talleres sino de espacios domésticos
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

Centinela (Luján 2011: 497, figura 4a). o multifuncionales localizados dentro de


Consciente de esta situación, Craig Mo- conjuntos residenciales de élite correspon-
rris escribiría a fines del siglo pasado: dientes a los períodos prehispánicos tardíos;
hallazgos de este tipo han sido efectuados al
[…] ni los reconocimientos ni las pequeñas interior de la Pirámide con Rampa N° 2 de
excavaciones de prueba en tres sitios, ni aún Pachacamac (Rodrígues 1998: 77) y en un re-
los estudios del material de Uhle reportados cinto perteneciente al Sector IV-2 de Pueblo
por Rowe y Menzel, muestran una evidencia Viejo-Pucará, sitio localizado en las lomas de
concluyente de estrechos lazos con la región Lurín. Estas evidencias, antes que una produc-
ecuatoriana. Un pequeño número de artefac- ción intensiva de artefactos de spondylus, pa-
tos de concha Spondylus han sido encontrados, recerían reflejar la manufactura a tiempo par-
pero no en cantidades que se puedan conside- cial de un reducido número de estos bienes.
rar excepcionales, tomando en cuenta la im- El limitado número de hallazgos, en todo
portancia del material [spondylus] a lo largo de caso, podría constituir una evidencia nega-
los Andes centrales. Hay que tener presente tiva a la pretendida participación de merca-
dos puntos: (1) La muestra es todavía dema- deres chinchanos en el tráfico de spondylus
siado pequeña y desigual para ser indicativa. solamente si asumimos que la redistribución
423
del recurso era efectuada tomando como eje Como ya ha sido sugerido por Lydia Fossa
referencial el valle de Chincha, en donde de- (2006: 250), parte del territorio gobernado
bía localizarse un “puerto de intercambio” por el cacique Mayçabilica o Maizabilica
(Morris 1997: 112). Es decir, siguiendo la (también registrado en otras fuentes como
modalidad de intercambio denominada por Mayçabilca, Maycavilca, Mayabilca, Maia-
Colin Renfrew central place redistribution (Ren- billa y Maricavilica) podría corresponder al
frew 1975: 42). actual distrito de Marcavelica, ubicado en la
Si bien Alexander Martin (2007: 440-451) provincia piurana de Sullana. La identifica-
ha propuesto la existencia de este tipo de or- ción de este noble indígena como “cacique
ganización centralizada en el área estudiada, de Chincha”, por su parte, ha sido explicada a
ello a partir de la comparación sistemática partir de la existencia de un poblado indígena
de las densidades de spondylus recuperadas colonial denominado Chinchachara (César
en distintos sitios arqueológicos del área an- Astuhuamán Gonzáles. Comunicación per-
dina, existen algunas fuentes históricas que sonal, 2014) que se localizaba en la sierra de
sugieren una participación descentralizada Piura, en la antigua provincia de Caxas (Astu-
de agentes chinchanos en la redistribución huamán 2008: 176-179).
de estas valvas y, en general, en la organiza- Existen, no obstante, algunos problemas
ción de la producción de artefactos de mullu. con esta última interpretación. A la notoria
Una de estas fuentes data de 1545, se trata del distancia existente entre el área de Pohechos,
testamento de Martinillo, uno de los indios donde gobernaba Mayçabilica3, y la región
intérpretes recogido por Francisco Pizarro en de Caxas, debemos añadir que, de acuerdo a
la región piurana de Pohechos, en la cuenca información transmitida por el cronista Juan
del río Chira, durante su segundo viaje de de Betanzos (2004 [1551]: 307), en los domi-
descubrimiento (1526-1527). En el aludido nios de este cacique residían grupos mitmas4;
documento, el lenguaraz declara que es decir, se trataba de una población ajena a
la región de Piura. De otro lado, el hecho que
[…] a el tiempo que el gobernador don Fran- Mayçabilica compartiera su jurisdicción con
cisco Piçarro vino a descubrir estos rreynos[,] otro curaca que entregó a Francisco Pizarro
Mayçabilica cacique de Chincha dio a el di- otro de sus intérpretes, el huancavilca Felipi-
cho marqués y gobernador que esta en gloria llo (Cieza 1987 [1551]: 68), quien era natural
por lengua a my el dicho don Martín[,] para la de la isla Puná, abre la posibilidad de que se
conquista destos reynos[,] como my señor y tratara de un poblado multiétnico. SERGIO BARRAZA
caçique y my tío que era y el dicho don Fran- Contamos, además, con el testimonio del
cisco Piçarro me recibió y llevó consigo a Es- soldado Diego Zapata, recogido en 1566 como
paña (Romero 1943: 131; resaltado nuestro). parte de la Información de los méritos y servicios
DE CHINCHA A MANTA...

3 El cronista Pedro Maycauilca porque por una lista de caciques y Tordesillas 1601: 226) como
de Cieza dejó escrito: baxo del valle estaba un repartimientos norteños gobernante de cien indios
“Saliendo de Solana principal, o señor llamado elaborada en 1548 se mitmas (Hocquenghem
[actual Sullana] se llega a deste nombre” (Cieza 1995 registra al cacique Maia- 1994: 38-39, nota 27).
Pocheos [sic: Pohechos] [1553]: 186-187). billa (probable variante
que está sobre el río de Mayabilca, un nombre
llamado también Pocheos, 4 Anne-Marie Hocquen- alterno de Pohechos
aunque algunos les llaman ghem informa que en consignado en Herrera y
424

de don Martín Pizarro, nombre que adoptó el Ala o Serrán (Hocquenghem 1994: 30; Rodrí-
lenguaraz Martinillo en reconocimiento a su guez y Olaya 2003: 35).
cercanía con la familia Pizarro. En dicho docu- Por otra parte, la presencia de estos mitmas
mento, Zapata declara que “conoció al dicho en territorio piurano podría guardar relación
don Martyn Piçarro y save que fue yndio na- con los grandes desplazamientos que el Señor
tural del Perú y a lo que se acuerda del valle de Chincha solía efectuar, sentado en andas,
de Chincha que está en cabeça de Su Majes- junto al propio Inca hacia el norte del Chin-
tad” (Busto 1981: 323, nota 9; resaltado nues- chaysuyu. A través del cronista Pedro Cieza de
tro).5 Esta última frase resulta concluyente. León tenemos conocimiento que “en las gue-
Sabemos que los únicos repartimientos andi- rras que se hizieron en tiempo de Guaynacapa
nos que estuvieron directamente en poder de se halló en las más dellas el señor de Chincha”
la Corona española, es decir que se constitu- (Cieza 1995 [1553]: 220); considerando que
yeron en repartimientos reales “en cabeza de durante el dominio incaico las sociedades
Su Majestad”, fueron el antiguo reino Lupaca costeñas estuvieron prohibidas de contar con
(Chucuito), la isla Puná y el valle de Chincha grupos armados (Zárate 1995 [1555]: 59), sur-
en la costa central peruana (Hampe 1985). ge la interrogante sobre el tipo de apoyo que,
La instalación de mitmas chinchanos y en un contexto bélico, podría haber brindado
huancavilcas en la región de Pohechos cobra el curaca chinchano al monarca cusqueño.6
sentido al prestar atención a la ruta terrestre ¿Se trataba de una colaboración a nivel de
de ingreso del mullu al área andina central intermediación diplomática o de un ejercicio
(figura 2), siguiendo el Qhapaq Ñan desde el de presión económica, aprovechando las re-
Taller de Spondylus de Cabeza de Vaca, en el laciones comerciales que le señorío costeño
distrito tumbesino de Corrales o San Pedro mantenía con las etnias del litoral ecuato-
de los Incas (Vílchez 2013). En Pohechos po- riano? Quizás nunca lleguemos a responder
dría haberse controlado el flujo hacia la sierra con total certeza a esta pregunta; sin embar-
de Piura y el territorio lambayecano tanto go, podemos afirmar, según lo constataron
de valvas completas como de algunos arte- los primeros conquistadores españoles que
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

factos acabados provenientes de los talleres se adentraron en el Tawantinsuyu, que el se-


de Cabeza de Vaca y Rica Playa, este último ñorío de Chincha gozaba de gran fama en te-
localizado en el distrito de San Jacinto, en la rritorio tumbesino (Cieza 1987 [1551]: 62,69)
provincia de Tumbes. Al sur de Pohechos, si- y su gobernante ostentaba el privilegio de
guiendo el Camino Inca, concentraciones im- acompañar al Inca en sus viajes provinciales,
portantes de conchas Spondylus prínceps han tal como quedó evidenciado durante la captu-
sido reportadas en Chillaco, sitio ubicado en ra del Inca Atahualpa en Cajamarca (Pizarro
la margen izquierda del río Chira, y en Juan 1986 [1571]: 37, 39, 222) y lo han resaltado
Velasco II, próximo al antiguo poblado de La recientemente Sandweiss y Reid (2016: 312).

5 Si bien la declaración de f. 7r), guarda particular 6 Carlos A. Romero señaló en el ejército organizado
Zapata resulta imprecisa, importancia ya que viene a a mediados del siglo pasa- por el Inca para combatir
pues por otro testimonio de confirmar la ascendencia do que el cacique Mayça- a Huáscar” (Romero 1943:
1557 sabemos que Martini- chinchana del lenguaraz y bilica “andaba en el real de 126), afirmación que, en
llo había nacido en el valle de la comunidad de mitmas Atahualpa, quizá al frente de nuestro concepto, carece
piurano del Chira (AGI 1573: a la que pertenecía. fuerzas militares chinchanas de respaldo documental.
425
figura 2. Ruta de ingreso del spondylus a la costa norte peruana
Sitios arqueológicos
A Quito
Localidades
Manta
modernas
Portoviejo
Isla de
La Plata
* Dibujo: Fiorella Rojas
Respaldiza.

Fuente: Hocquenghem
1998: 189.

Guayaquil

Océano Pacífico

Isla Puná
Cuenca

Golfo de Guayaquil

Cabeza de Vaca Tumbes

Rica
Playa
Loja

Guineal

SERGIO BARRAZA

Pohechos Olleros
Chillaco Aypate

Salvia

Yapatera
Caxas
Piura La Vieja
DE CHINCHA A MANTA...

Huancabamba
Juan Velasco II

A Chincha A Cusco
0 40 km
426

A la luz de estos datos, resulta llamativo que, lizada de agentes chinchanos en la organiza-
si bien se ha reportado el hallazgo de algunas ción de la producción de artefactos de mullu.
piezas de alfarería y metalurgia chinchanas Si bien la fuente no indica explícitamente la
distribuidas a lo largo de la costa peruana, que presencia de pobladores de Chincha en los
reflejarían la participación de esta sociedad en territorios arequipeños de Atico y Caravelí, el
un intercambio a escala macro regional (v. g. hecho de que uno de los caciques entrevista-
Heyerdahl et al. 1996: 109, foto 70; Hudtwalcker dos respondiera al nombre de Chincha Pulca
y Pinilla 2005: 15; Muelle 1940: 72-73; Reiss y y que el traductor de la Visita (aparentemente
Stübel 1880-1887: lámina 81, figura 13; lámi- un residente local) tuviera origen chinchano,
na 96, figuras 4 y 6; Tello 1956: 317), el estilo ha llevado a que se sospeche la existencia de
cerámico costeño que mayor difusión tuvo algún tipo de nexo entre estas comunidades y
durante el período Horizonte Tardío, no solo el importante señorío costeño (Galdós 1975-
en localidades del litoral sino también al in- 1976: 71; Rostworowski 2005: 112).
terior de los Andes, fue el Chimú Negro Pulido. Existen, efectivamente, motivos para
Piezas de dicho estilo acompañan a la cerá- pensar que estas poblaciones se encontraban
mica Inca Imperial e Inca Provincial no solo en controladas por élites chinchanas. La Visita
el valle bajo del Chira (Kelley 1971: 15; Ravi- nos informa que en Caravelí existía un “pue-
nes 1986-1987: 63, 75, 82, 85, 117), territorio blo de los mates” que, en tiempos coloniales,
gobernado por el cacique Mayçabilica, sino aún tributaba cada cuatro meses trescientos
también en las regiones de Chincha, Pisco pares de mates pintados (Galdós 1975-1976:
e Ica (Kroeber y Strong 1924a: 16, figura 4a; 75, 80); coincidentemente, según aparece re-
1924b: lámina 39b; Menzel 1966: 115, lámi- gistrado en la crónica del dominico Reginal-
na XV - figuras 66-67; 1976: 77, 236; Menzel y do de Lizárraga, era éste uno de los bienes que
Rowe 1966: 68-69; Morris y Santillana 2007: acostumbraban intercambiar los tratantes de
145) y en la propia isla de La Plata, frente a la Chincha (Lizárraga 2002 [1605]: 134).
costa ecuatoriana de Manabí, donde aparecen De otro lado, resulta particularmente
asociadas a fragmentos de Spondylus prínceps y valiosa la información que Chincha Pulca y
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

tiestos del estilo local Manteño-Huancavilca sus curacas sujetos ofrecen sobre las figurinas
(Marcos 1982: 5; Marcos y Norton 1981: 146). antropomorfas (empleadas en los sacrificios
Por consiguiente, es posible que en el contex- Capacocha) y cuentas de spondylus que solían
to de estos poblados multiétnicos dedicados a producirse para el Inca:
la distribución y procesamiento de spondylus,
los incas hubieran privilegiado el uso de cerá- Yten fueron preguntados de qué cosas y qué tri-
mica de los estilos Chimú y Chimú-Inca.7 butos solyan dar al Ynga e a los demás Señores
La denominada Visita de Atico y Caravelí que an tenido y en que lugar se lo ponían… [di-
realizada en 1549 por órdenes del Presidente jeron] que de los Guancavelicas [Huancavilcas]
don Pedro de la Gasca, es otro de los documen- les traían unas conchas coloradas que llaman
tos que insinúa una participación descentra- mollo y dellas hazian bultos de indios e yndias

7 La cerámica negra pulida frecuentemente adscrita puntual del valle de Chincha, tieron reconocer que el
de pasta fina, ampliamente a los estilos Chimú o excavaciones efectuadas 6 % de la alfarería recupera-
difundida en el territorio Chimú-Inca; sin embargo, en el Sector III (el complejo da correspondió a cerámica
andino durante el periodo espera aún ser estudiada administrativo-religioso inca) negra pulida (Morris y
Horizonte Tardío, ha sido a profundidad. En el caso del sitio La Centinela, permi- Santillana 2007: 145).
427
entretallados y chaquiras y para esto tenían Finalmente, un tercer documento que sugie-
cinquenta indios ordinariamente en el Cuzco re la participación descentralizada de agen-
para labrar esta obra […] (Galdós 1975-1976: 77). tes chinchanos en actividades de intercam-
bio se ve constituido por una cédula firmada
A partir de la lectura de este párrafo puede in- por Francisco Pizarro en Pachacamac el 5
ferirse que, fundamentalmente, eran las valvas de enero de 1534, mediante ella el Marqués
de spondylus las que circulaban por el Tawan- Gobernador concedió a su hermano Hernan-
tinsuyu8 y que los productos finales obtenidos do la encomienda de los indios de Chincha.
a partir de ellas eran elaborados en las proxi- En este documento se puede leer: “[…] por la
midades de sus destinatarios, probablemente presente en nonbre de Su Magestad os en-
debido al riesgo que acarreaba su movilización comiendo el valle de Chincha con todos sus
dada la fragilidad de las piezas. Es más, en las yndios e caçique e prinçipales que le perte-
colecciones arqueológicas conservadas en mu- neçen y son sujetos, con todos sus mitimaes
seos nacionales y extranjeros a menudo encon- y tratantes e plateros que tienen fuera de
tramos piezas escultóricas de cerámica con la su tierra, sujetos y naturales del dicho valle”
representación de los mercaderes encargados (citado en Hampe 1985: 121; el resaltado es
de este transporte (foto 2). En ocasiones, cier- nuestro). Es probable que estos mitmas y tra-
tos elementos diagnósticos exhibidos por los tantes correspondieran a aquellos migrantes
personajes (aros nasales, turbantes, diseños en asentados en poblados multiétnicos simila-
la indumentaria, etcétera) permiten reconocer res al detectado en Pohechos y a mercaderes
la etnia a la que pertenecían estos cargadores. marítimos o terrestres.

foto 2.
Izquierda.- Cántaro Ica-Inca con
representación escultórica de
portador de spondylus huancavilca,
reconocible por su característico
piercing nasal. Procedencia: Ica.
Museo Etnológico de Berlin, VA
50932 (Ethnologisches Museum -
Staatliche Museen zu Berlin, foto por
Ines Seibt). Derecha.- Botella Ica-Inca SERGIO BARRAZA
con representación de portador de
spondylus. Procedencia: desconocida.
Museo de la Nación, Ministerio de
Cultura, MN-03316 (foto por Sergio
Barraza Lescano).
DE CHINCHA A MANTA...

8 De acuerdo al testimonio obtenidos como producto quentezitas muy delicadas los vocabularios quechuas
de Agustín de Zárate, era de la tributación; entre que pareçian a manera y aimaras coloniales con el
“cosa de espanto” constatar estos bienes el cronista de coral…” (Zárate 1995 coral (v. g. Anónimo 1586:
la cantidad de bienes que menciona “unas conchas de [1555]: 86). Indudablemente, G2; Bertonio 1612: 227;
el Inca tenía almacenados la mar coloradas que traían Zárate se refería al mullu, Gonçález Holguín 1608: 245;
en sus depósitos del Cusco, de Túmbez para hazer unas usualmente comparado en Santo Tomás 1560: 153).
428

Los guares, remos y La procedencia exacta de la mayor parte de


estos materiales permanece desconocida; no
balanzas con diseño obstante, sabemos que muchos de ellos fue-
ron recuperados como parte de las asociacio-
distintivo nes de contextos funerarios excavados en los
valles de Pisco e Ica (Buse 1973: 246; Docksta-
der 1967: lámina 162; Kvietok 1987: 247-248;
El hallazgo de largos artefactos de madera Lothrop 1932: plate XIX; Mason 1962: lámina
finamente decorados en diversas localidades 49b). Dwight Wallace reporta algunos de
del departamento de Ica, ha sido reportado estos implementos, a los que denomina “re-
desde las primeras décadas del siglo pasado mos”, aparentemente provenientes de la Ha-
(Farabee 1922: plate 26; Schmidt 1929: 429- cienda Chungas, en el valle de Pisco (Wallace
432).9 Si bien algunos investigadores se han 1971: PV 58-19).
inclinado por identificarlos como instrumen- En el valle de Ica, Max Uhle descubrió
tos agrícolas (v. g. Bonavia 1994: 248; Kvietok artefactos de este tipo al interior de algu-
1987: 259-261; Lanning 1967: 169, plate 15; nas tumbas excavadas en el cementerio de
Menzel 1976: 222), en ocasiones empleados Soniche, identificado por él como el Sitio T
ceremonialmente, y otros vacilan entre ca- (Uhle 1924: 127); según ha sido establecido
racterizarlos como herramientas de labranza por Dorothy Menzel, estos tablones tallados
o navegación (Horkheimer 1973: 31, 66), el aparecerían en los contextos funerarios del
exhaustivo estudio realizado por Hermann sitio, por lo menos, desde la Fase 3 del estilo
Buse sobre el tema le permitió concluir que alfarero Ica (Menzel 1976: 222), que se extien-
se trataría de dos tipos de implementos de de del 1050 al 1200 d.C., correspondiendo
navegación: a) guares o tablones de quilla, parcialmente al período Intermedio Tardío.
constituidos por anchas planchas de made- De las localidades iqueñas de Ocucaje y Ca-
ra de aproximadamente 1.95 metros de lar- llango provienen asimismo algunos remos de
go provistas de una agarradera semicircular guarango; el ejemplar encontrado en Ocucaje
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

simple en su extremo superior, y b) remos o exhibe la representación escultórica de una


zaguales, integrados por una paleta plana y escena de sacrificio humano además de pin-
ancha, un largo astil redondeado y un remate tura roja y amarilla (Sawyer 1968: 100-101);
a modo de contrapeso cuidadosamente deco- el hallado en Callango, en cambio, lleva la
rado que, en conjunto, alcanzan entre 1.50 y representación escultórica de un pelicano
2.50 metros de largo (Buse 1973: 240, 254). (pintado de color amarillo) que sostiene un
Buse confirmaba así la interpretación que so- pescado con el pico (Pezzia 1969: 82-83).
bre estos objetos propusiera algunas décadas Si bien hasta la actualidad no se ha regis-
atrás Samuel Lothrop (1932: 240). trado el hallazgo arqueológico de estos imple-

9 Estos objetos, elabora- rango (Prosopis juliflora), el nacionales (v. g. Museo de de Berlín, American
dos de acuerdo a Kvietok espino (Acacia macracan- Nacional de Arqueología, Museum of Natural History
(1987: 247) con maderas tha) y el calato (Bulnesia Antropología e Historia del y Museum of Primitive Art
disponibles en la costa retama), actualmente Perú y Museo Regional de Nueva York).
peruana como el algarrobo forman parte de las colec- de Ica) y extranjeros (v. g.
(Prosopis pallida), el gua- ciones de diversos museos Museum für Völkerkun-
429
mentos en la región de Chincha, el hecho de Resulta muy sugerente que este diseño apa-
que los valles de Pisco e Ica se localicen dentro rezca también representado en algunos fie-
del área de influencia del señorío de Chincha, les de balanza prehispánicos elaborados en
unido a ciertas afinidades iconográficas que hueso, vinculando de este modo la navega-
presentaremos a continuación, no deja duda ción con el intercambio. Al igual que en el
que, aunque permanecen esquivos para los caso de los guares y remos, desconocemos la
arqueólogos que investigan en el valle, los procedencia exacta de la mayoría de estas
guares y remos también fueron empleados por balanzas. Una de ellas fue reportada a fines
esta sociedad. Uno de los diseños decorativos de la década de 1920 como procedente de
más frecuentemente exhibido por los guares y la región de Ica (Schmidt 1929: 444, foto 4).
remos ha sido descrito por Hans Horkheimer Otro ejemplar fue hallado en 1925 en Huaca
(citado en Buse 1973: 256) como “un triángulo Malena, valle de Asia, formando parte de una
de lados escalonados, de cuyo vértice salen ar- ofrenda del período Horizonte Tardío depo-
cos a la derecha y a la izquierda” (foto 3). sitada al interior de una olla doméstica; jun-

SERGIO BARRAZA

foto 3.
Izquierda: Guare u orza de quilla elaborada de madera y provista de diseños distintivos. Procedencia: Ica;
DE CHINCHA A MANTA...

largo: 1.92 metros. Museum of Primitive Art, New York (pieza completa tomada de Dockstader 1967: lámina
162; detalle tomado de Lavallée y Lumbreras 1985: 377, foto 338). Derecha: Remos de madera con diseños
distintivos. Procedencia: Ica; largo: 2.03 metros. La pieza completa pertenece al Museo Nacional de Arquelogía,
Antropología e Historia del Perú, MO-3709 (Ilmonen y Talvitie 2001: 206, foto 181); el detalle ha sido tomado
de un remo idéntico aunque fragmentado que perteneciera a la Colección Wilhelm Gretzer del Museum für
Völkerkunde de Berlin (Schmidt 1929: foto 430, foto 2).
430

to a este fiel de balanza fueron recuperados las Noticias americanas de Antonio de Ulloa
varios objetos, entre los que se incluían sus (1792) en donde se anota:
dos platillos de plata (uno completo y otro
fragmentado), una diminuta esfera de ámbar, […] en las piezas de la antigüedad se encuentran
otro fiel de balanza pequeño confeccionado balanzas pequeñas, cuyos platos son de plata,
de madera, dos fragmentos de cabeza de tupu y lo mismo la barretilla por donde se suspen-
con la representación escultórica de pesca- de: aquellos no son llanos, sino rematando en
dores sentados en sus “caballitos de totora”, punta al modo de conos al revés. Estas por el
cuatro valvas de Spondylus pictorum y varias tamaño parece que les servían para pesar cosa
hachuelas o tumis de cobre (Hurtado 2000 de oro ó plata, porque para las de otro volumen
[1925]: 149, 157-166). no son suficientes […] (Ulloa 1792: 320).
Una tercera balanza con este diseño fue
hallada durante la década pasada en el sitio La segmentaria información dispersa en las
Tambo de Mora, valle de Chincha, esta vez al fuentes coloniales permite complementar los
interior de un relleno constructivo del perío- datos proporcionados por este documento en
do Inca (José Ismael Alva. Comunicación per- lo que respecta al manejo de las balanzas y las
sonal, 2013). Debemos aclarar que no es este regulaciones del intercambio durante el do-
el único asentamiento chinchano donde se minio incaico. Por una Instrucción redactada
ha reportado el hallazgo de balanzas, aunque en 1561 sabemos que antes de ser conquis-
con otros diseños estructurales y decorativos, tadas por los incas, “algunas comunidades
también han sido encontradas en los sitios de los llanos rescataban oro i plata con los
de La Centinela, Pampa de Canelos, Pampa bastimentos que llevaban a la sierra”, esta si-
de Cotegeros, Las Palmas y el Cementerio de tuación cambió tras la llegada cusqueña con
La Cumbe (Alcalde et al. 2002: 45; Garaventa la disminución de este tipo de transacciones
1979: 224; Hagen y Morris 1998: 158; Kroeber y la generalización de intercambios de “ropa
y Strong 1924a: 38-39). de algodón por [ropa] de lana, o pescado por
A través del Aviso escrito por el año 1570 otras comidas; lo primero se hacía con los
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

sabemos que los mercaderes chinchanos “es- principales porque la gente común solo res-
timaban cada peso de oro en más de diez ve- cataua comida por comida” (citado en Ros-
ces el pesso de la plata y tenían sus pesos y pe- tworowski 1989: 286).
sas con que pesaban oro y plata y sus toques10 Al parecer, la élite chinchana fue uno
con sus puntas con que tocaban el oro desde de los grupos que recibió un trato especial
diez quilates hasta veinte y uno y medio” del Inca y podían intercambiar bienes sun-
(citado en Rostworowski 1970: 171), lo que tuarios a grandes distancias, sus mercaderes
evidencia el grado de precisión que poseían “tenían licencia de discurrir por este reino
en su sistema de pesos y la meticulosidad im- con sus mercadurías”, algunas de las cuales
plicada en sus intercambios. De la lectura del (como sus mates) eran muy estimadas hasta
Aviso, asimismo, podemos inferir que estas en la provincia de Chucuito (Lizárraga 2002
pequeñas balanzas eran empleadas principal- [1605]: 134). Al respecto, en el Aviso se indica
10 En el más antiguo
mente para pesar oro y plata, posibilidad que que los chinchanos “con sus compras y ven- diccionario de la lengua
ya ha sido señalada por algunos investiga- tas iban desde Chincha al Cuzco [y] por todo española se explica que
dores contemporáneos (Morris y Santillana el Collao, y otros iban a Quito y a Puerto Vie- “el toque del oro, es
una piedra en la qual se
2007: 157; Rostworowski 1963: 131) y se vería jo, de donde traían mucha chaquira de oro y manifiestan sus quilates”
respaldada por otras fuentes antiguas, como muchas esmeraldas ricas y las vendían a los (Covarrubias 1611: 47).
431
caciques de Ica, que eran mui amigos” (citado como era el caso de Chincha (Alcalde et al.
en Rostworowski 1970: 171). 2002)12, los orfebres debían enviar directa-
Resulta muy interesante que, aunque no mente al Cusco algunos de sus productos (es-
se mencione el spondylus, en el Aviso se alu- pecíficamente las chipanas o brazaletes) “sin
da a la adquisición de chaquira de oro y es- que quedase cosa en poder del curaca, porque
meraldas en territorio manteño (Portoviejo) no podían tener cosa alguna dello si no fue-
pues en esas negociaciones, necesariamente, se dado por el Inga”; añade, asimismo, que el
debieron emplearse las balanzas que venimos monarca cusqueño asignaba a cada provin-
estudiando. No debemos olvidar que entre los cia, entiéndase al curaca que la gobernaba, “la
objetos observados por Bartolomé Ruiz en la cantidad que habían de sacar de oro y plata
balsa de mercaderes de Salangone figuraban por unas pesas que él les daba” (Santillán
“unos pesos chiquitos de pesar oro, como 1879 [1563]: 42, 45).
hechura de romana”11 (Fernández et al. 1844: Es decir, los fieles de balanza eran entre-
197) y que estos tratantes poseían “toque para gados por el propio Inca a los caciques locales
conosçcer el oro é romana para pessarlo é pe- quienes los distribuían entre los plateros y
sar la plata labrada é otros metales” (Fernán- mercaderes sujetos a su autoridad13, proba-
dez de Oviedo 1855 [1549]: 122). blemente no solo para regular los intercam-
El tratamiento especial otorgado a los bios de estos últimos sino también las alea-
mercaderes chinchanos, por otra parte, tam- ciones de los primeros (Rostworowski 1963:
bién podría haber respondido al estableci- 133). La relativa libertad de la que gozaban
miento de un nuevo tipo de relación econó- los mercaderes bajo este régimen se ve refleja-
mica entre el Estado Inca y los especialistas, da en la Relación y descripción de los pueblos del
la cual se veía intermediada por las élites partido de Otavalo escrita en 1582 por Sancho
locales que los administraban. Al respecto, el Paz Ponce de León, donde se precisa que en
licenciado Fernando de Santillán dejó escrito esta localidad anexada al Tawantinsuyu por
que en las provincias donde existían plateros, el Inca Huayna Capac:

11 Pese a las reiteradas en realidad se estuviera vivió ocupado en este 13 El control que los
menciones en las fuentes aludiendo a balanzas ministerio [conversión de caciques tenían sobre las
historiográficas coloniales convencionales con dos los naturales], le ofrecían balanzas y el peso de los
sobre el uso de balanzas platillos o redecillas y un un navío cargado de oro metales se ve reflejado en SERGIO BARRAZA
tipo romanas (con palanca eje central suspendido. y plata, y jamás se pudo la Visita de Jayanca rea-
y pilón o contrapeso) acabar con él recibiese lizada en 1570. En aquella
entre algunos grupos 12 El dominico Reginaldo un grano, y haciéndole ocasión, el cacique princi-
indígenas que habitaban de Lizárraga menciona fuerza los curacas a que pal del pueblo declaró que
Ecuador, Colombia y en su crónica un episodio tomase alguna cosa, jamás cada “dos lunas” él y sus
Venezuela en tiempos que viene a evidenciar lo pudieron acabar con él, principales debían entregar
prehispánicos, hasta la no solo la presencia de ni para sí, ni para la Orden, a su encomendero diez
DE CHINCHA A MANTA...

fecha no se dispone de orfebres en el valle de ni para hombre viviente. tejuelos de oro y barretillas
ningún ejemplar arqueoló- Chincha, sino también la Lo que hizo fue decir a de plata, metales que obte-
gico recuperado científica existencia de embarcacio- los curacas hiciesen un nían por medio de rescate;
o clandestinamente; por nes, oro y plata en poder cáliz de oro para su iglesia, para establecer el peso del
ello, como fuera señalado de sus caciques: “A este como lo hicieron, y fue el oro y plata tributados, el
por Marshall H. Saville religioso [fray Cristóbal primer cáliz que se hizo en cacique contaba con dos
(1925: 281), lo más pro- de Castro], los curacas el Perú…” (Lizárraga 2002 pesas de plomo que fueron
bable es que se trate de del valle de Chincha, [1605]: 102-103). exhibidas a las autoridades
una imprecisión y que donde por la mayor parte (Espinoza 1975: 270-271).
432

foto 4.
Fiel de balanza
elaborado de
hueso, similar a
otros recuperados
en la región de
Chincha, provisto
de diseño distintivo
central. Museo
del Oro (Bogotá),
H00332. Largo: 12.8
centímetros, alto: 1.9
centímetros; ancho:
0.4 centímetros (foto
por Sergio Barraza
Lescano).
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

[…] los indios no tenían cosa alguna más de lo peculiar diseño que hemos presentado inte-
que el cacique les quería dejar; de manera que grando parte de la colección del Museo del
era señor de todo lo que los indios poseían y de Oro de Bogotá (foto 4), más aún si tomamos
sus mujeres e hijos e hijas y servíanse de todos en cuenta que casi la totalidad de materiales
ellos como si fueran sus esclavos, excepto de arqueológicos depositados en esta institu-
los indios mercaderes, que estos no servían ción provienen de territorio colombiano.
a sus caciques como los demás, sólo paga- Las intervenciones de conservación mu-
ban tributo de oro y mantas y chaquira de seográfica practicadas a esta pieza han sido
hueso blanco o colorado (Paz Ponce de León publicadas en detalle (Bateman y Martínez
1991 [1582]: 364; resaltado nuestro).14 2006: 74-81); sin embargo, al desconocerse
su lugar de procedencia, a partir de un cri-
En el escenario planteado, en que merca- terio exclusivamente iconográfico (la repre-
14 No está demás aclarar
deres itinerantes respaldados por el Estado sentación de aves estilizadas en la pieza), se
que el “hueso colorado” al
Inca y administrados por la élite chinchana le ha adscrito imprecisamente a la tradición que se alude en el párrafo
tenían libertad para desplazarse a grandes cultural Zenú, desarrollada en las llanuras transcripto corresponde al
mullu, según ha sido expli-
distancias, resulta intrigante constatar la del caribe colombiano (Catalina Bateman. cado por Chantal Caillavet
existencia de un fiel de balanza provisto del Comunicación personal, 2013). (2000: 88).
433
De haber sido hallada en algún punto del a costas colombianas en tiempos prehispá-
territorio colombiano, este fiel de balanza nicos, cabe la posibilidad de que hubiera
constituiría una clara evidencia del radio de sido entregada a los pobladores locales por
acción que podían alcanzar los intercambios tratantes chinchanos u otros intermediarios
chinchanos; es bien sabido que las poblacio- (¿manteños-huancavilcas?) interesados en
nes prehispánicas del Darién colombiano obtener una mayor exactitud y rapidez en los
eran ricas en oro y que los incas tenían acceso intercambios, evitando recurrir a los cálculos
a piedras preciosas extraídas de la provincia aproximados y al regateo.
ecuatoriana de Esmeraldas, limítrofe con Co- Fuera de los guares, remos y fieles de ba-
lombia, en la costa del Pacífico. Por otro lado, lanza, tenemos conocimiento que el diseño
de acuerdo al temprano testimonio del con- escalonado coronado con volutas también
quistador Pascual de Andagoya, los caciques aparece representado en otros artefactos pre-
y mercaderes de la provincia del Birú, loca- hispánicos tardíos provenientes de la costa
lizada en la actual frontera colombiana-pa- peruana: mates pirograbados, cetros de ma-
nameña, tenían amplio conocimiento de la dera tallados y láminas metálicas caladas
existencia de los incas: (de aleación plata-cobre) que posiblemente
formaban parte de tocados, estas últimas per-
[…] en esta provincia [de Birú] supe y uve rela- tenecen a la Colección Soldi (Paloma Manri-
ción ansí de los Señores como de mercaderes e que. Comunicación personal, 2014).
ynterpretes quellos tenyan de toda la costa de Ya hemos indicado que los “mates pinta-
todo lo que después se a visto hasta el Cuzco dos”, es decir pirograbados, figuran entre los
particularmente de cada provincia la manera bienes que solían ser intercambiados por los
y gente della porque estos alcanzavan por bia mercaderes chinchanos; de otro lado, Craig
de mercadurya mucha tierra […] (Andagoya Morris ha sugerido que las prendas confec-
1993 [1541]: 139). cionadas con fibras de camélido también
“pudieron haber sido introducidas en una
Estos mismos informantes podrían haber red de intercambio entre Chincha y el norte”,
transmitido a Andagoya las siguientes noti- recordando además que “la tela destaca pro-
cias sobre los plateros del Inca registradas en minentemente en la carga de la balsa captu-
su Relación: rada por Bartolomé Ruiz” (Morris 1997: 110).
Mencionamos estos bienes buscando resaltar
La gente de aquella tierra [el Tawantinsuyu] que el intercambio de spondylus nunca ocu- SERGIO BARRAZA
[era] de muy gran razón y trato con pesos y rrió aislado, como parecería verse sugerido
medida[s] grandes oficiales de plateros a su cuando el interés del investigador se ve foca-
modo y tenya el Guanacaba tanta policía en lizado exclusivamente en la distribución de
las cosas de plata y oro que le hazian que el la preciada valva, sin prestar atención a los
platero que no le acertava a hazer la [pieza] otros recursos que participaban de la misma
como él la pedía moría por ello (Ibíd.: 156). ruta de tráfico.
DE CHINCHA A MANTA...

Como podemos apreciar, en esta fuente vuel-


ve a quedar evidenciado el estricto control
que el Estado Inca ejercía sobre los plateros
y sobre las balanzas empleadas para pesar
los metales. Si la balanza en cuestión llegó
434

La ruta del spondylus


de Chincha a Huaytará:
Tambo Colorado

En la segunda mitad del siglo pasado, Her-


mann Buse llamó la atención de los investi-
gadores andinistas sobre la existencia de un
friso en el sitio inca de Tambo Colorado, en el
valle de Pisco, que reproducía el mismo dise-
ño escalonado que hemos visto ejecutado so-
bre diversos artefactos (Buse 1973: 255-256).
Este friso arquitectónico (foto 5), ac-
tualmente casi totalmente desaparecido, se
localiza en la esquina suroeste del conjunto
arquitectónico más importante de Tambo
Colorado, el denominado Complejo Pala-
ciego (Morris 2013: 242); su ubicación en el
segundo piso de un recinto le permite gozar
de gran visibilidad desde la plaza principal
adyacente al conjunto. El friso guarda simi-
litud con otro que existió en el sitio de Litar-
do Bajo (figura 3), localizado en el valle de
Chincha, al sur de La Centinela. Este último,
sin embargo, difiere del primero al presentar
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

no solo el diseño escalonado con arcos bi-


furcados que venimos estudiando sino tam-
bién motivos de peces y cruces escalonadas
(Lumbreras 2001: 64; Morris 2013: figuras 27-
28). Dada su cercanía a la línea de playa y la
existencia de un camino que lo conecta con
el litoral, el sitio Litardo Bajo ha sido identi-
ficado por Luis Guillermo Lumbreras como
un poblado donde residían los caciques de
grupos de pescadores (Lumbreras 2001: 58).
Esta propuesta resulta muy sugerente si
consideramos la posible participación de los
pescadores en la distribución del spondylus,
tanto en las caletas menores costeñas como
al interior de los valles.
De otro lado, es importante mencionar
la existencia de una estructura construida
435
con tapia al oriente del Complejo Palaciego,
foto 5. esto debido a que, según fuera indicado por
Arriba.- Complejo Palaciego Morris (2013: 243), guarda gran similitud
en Tambo Colorado, valle de con algunas estructuras del valle de Chincha.
Pisco; puede observarse el Esta situación no debería extrañar si como lo
recinto provisto de frisos con
diseños distintivos en la esquina
sostuvo Fréderic Engel, grupos iqueño-chin-
suroeste del conjunto. Maqueta chanos participaron en la construcción del
elaborada por Luis Ccosi Salas asentamiento (Engel 2010: 45), lo que habría
que estuviera expuesta en el quedado evidenciado en los tiestos pertene-
antiguo Museo Nacional de cientes a ambos estilos esparcidos por el sitio.
Antropología y Arqueología de
Lima (Horkheimer y Kauffmann
Pero no es solo el diseño del friso lo que
1965: 27). Abajo, izquierda.- vincula a Tambo Colorado con los imple-
Vista general de los frisos en el mentos de navegación y, más generalmente,
muro norte del mismo recinto, con el intercambio de spondylus, también
fotografía tomada en 1959 lo hace otro componente decorativo que
(Colección Fotográfica Luis
E. Valcárcel del Ministerio
Jean-Pierre Protzen y Craig Morris (2013: 274)
de Cultura, TC-027). Abajo, han denominado “enrejados” (latticework) y
derecha.- Detalle de frisos en que, de acuerdo al primero de ellos (Protzen
el muro sur del mismo recinto, 2008: 230), se encontraría vinculado a una
dando vista a la plaza principal tradición arquitectónica norteña claramente
de Tambo Colorado; fotografía
N° 1259 tomada por Max Uhle
expresada en Chan Chan. Este tipo de diseño
en 1901. The Phoebe Apperson puede ser observado en el remate de un remo
Hearst Museum of Anthropology, de madera tallada proveniente de Ocucaje, en
University of California, Berkeley Ica (Sawyer 1968: foto 770).
(Morris 2004: figura 13) ¿Cuál fue el papel desempeñado por Tam-
bo Colorado en la interacción entre las élites
chinchanas y cusqueñas?, ¿fue el tramo Vil-
cashuamán-La Centinela (Chincha) emplea-
do como ruta de introducción del spondylus
tierra adentro? Son dos preguntas que hemos
comenzamos a abordar.
Hace algunas décadas John Hyslop des- SERGIO BARRAZA
tacó la importancia del camino inca que ba-
jaba de las serranías siguiendo la cuenca del
río Pisco (figura 4) debido a que se constituía
en la principal ruta entre el Cusco y el valle
de Chincha (Hyslop 1984: 100); propuso, asi-
3. mismo, que en tiempos incaicos el sitio Lima
DE CHINCHA A MANTA...

figura
Diseños en fragmento de La Vieja, actualmente desaparecido, podría
friso reportado en el sitio haberse constituido en el centro del gobierno
Litardo Bajo, valle de Chincha
(redibujado por Lorena Mujica
local, mientras que Tambo Colorado era el
centro de administración inca directa (Ibíd: 15 Agradecemos a la ar-
Rubio a partir de Morris 2004:
queóloga Sofía Chacaltana
figura 16). 111). Siguiendo esta idea, a la luz de las evi- Cortez por habernos hecho
dencias presentadas, podemos concluir que el reparar en ese detalle.
436

figura 4 . Ruta de ingreso del spondylus a Huaytará y Vilcashuamán*


Sitios arqueológicos
A Lima
Localidades
Chincha Alta
A Vilcashuamán modernas
y Cusco
La Centinela
Océano * Dibujo: Fiorella Rojas
Pacífico Incahuasi
Huancano Respaldiza.

Huaytará
Humay
Fuente: Hyslop 1984,
Tambillos figura 7.1.
Pisco Lima Tambo Colorado
HUANCAVELICA
La Vieja Monte Sierpe
A Ica
ICA
0 12 km

sitio Tambo Colorado debió haber cumplido


un importante rol como espacio de negocia-
ciones entre las élites cusqueñas, chinchanas
e iqueñas. Aunque aún son tenues, contamos
con algunas evidencias (foto 6) que sugieren
que el tramo Vilcashuamán-La Centinela,
por lo menos en la región de Huaytará, fue
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

empleado como una ruta de intercambios y


distribución de spondylus; en ese contexto, el
centro administrativo también podría haber
cumplido funciones de control en el tráfico
de bienes.16
Hemos intentado esclarecer el papel que
los antiguos mercaderes chinchanos pudie-
ron haber cumplido en el abastecimiento de foto 6 .
spondylus para el Estado Inca, y el tipo de inte- Fragmento de botella Chimú-Inca con representación de portador
racción que habrían mantenido con la socie- de spondylus. Procedencia: Huaytará. Museo Arqueológico
dad Manteña-Huancavilca de la costa ecuato- “Samuel Humberto Espinoza Lozano” (Huaytará), MH-440.
riana. Somos conscientes, sin embargo, que
aún estamos muy lejos de poder comprender
a cabalidad los mecanismos que controlaron
el flujo de las preciadas valvas y el rol que 16 Es oportuno mencionar do de las islas de Chincha manganeso empleados en
que este tramo de camino hacia la serranía (Curatola algunas pinturas murales
cumplieron los distintos agentes involucra- también ha sido vinculado al 1997: 229) y de pigmentos de Tambo Colorado (Wright
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