Está en la página 1de 5

5 dimensiones de la Recuperación de las Adicciones.

De la experiencia fenomenológica que ha surgido de la recuperación de las adicciones, es decir del


proceso de cambio que relatan los adictos recuperados, surge un propósito de explicar aquellas
dimensiones que conforman el proceso de la recuperación de los adictos a sustancias que alteran el
estado de ánimo o conciencia. Todo lo que a continuación se relata, viene a ser un esbozo del resultado
de la investigación que este autor lleva a cabo con un grupo de adictos en recuperación pertenecientes a
Narcóticos Anónimos, con más de 20 años “limpios”. De las entrevistas realizadas a este grupo surgen
ciertas dimensiones que definen el proceso por el que han pasado para llegar a la situación de “cambio
profundo de personalidad” en la que se autoadscriben.

1. Cambio en la Estructura Psíquica. Se constituye por indicadores o variables que tienden a


reconformar la estructura psicológica, a través de la metabolización psíquica de sentimientos que
pasa por sensaciones y emociones, así como la resignificación de eventos con potencial traumático,
que implica la práctica de los doce pasos de recuperación, como son:
1.1. Perdón. Enright y colaboradores, citados por Casullo (2005), describieron las siguientes fases de
la capacidad de perdonar: la etapa temprana, en la que el perdón es condicionado a una
especie de justicia: el ofensor debe ser castigado para que se le perdone. La etapa intermedia,
en la que el perdón responde a la presión por parte de personas significativas. Y la etapa final,
del perdón incondicional. No todos llegan a esta última fase; de hecho, para algunas personas,
perdonar siempre es muy difícil. Quien tiene un perfil narcisista, por ejemplo, con su
autoestima vulnerable, su pobre capacidad de empatía y ausencia del sentido de reciprocidad
social, tenderá a responder al daño u ofensa con comportamientos vengativos: le resultará casi
imposible perdonar (Casullo, 2005).Las experiencias disruptivas con potencial traumático tienen
mucha relación con el desarrollo de trastornos adictivos. En esa medida es lógico que la
capacidad de perdonar puede mejorar el pronóstico de recuperación. En la recuperación, los
empeños autodestructivos deben ceder gracias al esfuerzo del sujeto en tratamiento. Hay un
reordenamiento de aquellas situaciones del pasado que ocasionaron el trastorno de
personalidad que llevó a consumir drogas como solución de compromiso.

Kancyper (1991: 25) plantea que el sujeto resentido sostiene que “ese objeto, aunque malo en
muchos aspectos, retiene para sí lo bueno; una posesión y un estado de los cuales ha sido
“injustamente” privado”, por ello tiene espera la venganza y goza del sufrimiento del otro.
Quiere preservarle pero inmovilizado y procurándole daño. Esta relación destructiva se
encuentra al servicio de la pulsión de muerte. La . el objeto odiado puede ayudarse con la
compasión y la agresión puede sublimarse

1.2. Empatía. La empatía implica una relación entre dos personas en la cual una sensación de
separación entre el sí mismo y los objetos se sostiene. Es una capacidad compleja de intimidad,
momento de naturaleza compartida que envuelve una forma de conocer, comprender o
percibir lo que otra persona experimenta, sobre todo en un sentido emocional (Buie, 1981).
Además envuelve factores conscientes e inconscientes verbales, no verbales, de acción,
observables e inferidos Anshin, R.N. (1995).
1.3. Flexibilidad. El sentimiento de tener mente abierta y en esa medida ser receptivo ante
situaciones y mensajes constituye un elemento que en la vida cotidiana ayuda al adicto en
recuperación a mantener niveles aceptables de ansiedad. La flexibilidad tiene que ver con
aceptar la ambivalencia que surge de las elecciones que se presentan cotidianamente. El
desarrollo de la creatividad, con un Yo cada vez más diversificado en nuevos intereses, es otra
muestra de que se está dejando el estado de rigidez del adicto en consumo. En algún momento,
se ha elegido una solución diferente a lo que se intentó en el pasado para frenar el consumo
compulsivo de sustancias. Kohut (1984) hizo notar como una relación madura con objetos del
self está caracterizada por la flexibilidad. A través del tiempo, la persona madura experimenta
fluctuaciones en sus necesidades de objetos del self. Durante tiempos de frustración, pérdida o
estrés, la persona madura puede sufrir la reactivación de necesidades arcaicas de espejeo que
puedan remodelar y resignificar la experiencia subjetiva. Por ello, estar dispuesto a conocer
alternativas para el manejo de crisis es un elemento primordial para no acceder a objetos del
self patológicos. Al hacer una comparación teórica, Muller (1989: 363) postula que “tanto Lacan
como Kohut criticaron hacer del ego el criterio de la verdad y la realidad. Ambos hombres
enfatizaron la ansiedad por desintegración y pusieron los fenómenos de espejeo en la
vanguardia de los procesos de identificación que configuran la experiencia subjetiva. Ambos
impugnaron la noción aceptada de la "resistencia" del paciente y en su lugar destacaron la
importancia clínica del reconocimiento”. De la identificación que surge en las reuniones, puede
moldearse una nueva estructura de personalidad.
1.4. Gratitud. La gratitud viene a ser una disposición emocional, algo que reúne emociones, estado
de ánimo y rasgos afectivos y se combina con otros elementos psicológicos para contribuir a
una personalidad que funciona en un estado de mayor plenitud. Es un reconocimiento y
aprecio a sí mismo, a otro o incluso a un Poder Superior, acerca de las cosas buenas que se
tienen o se han recibido. La gratitud es un sentimiento opuesto a la envidia. Es una memoria
positiva del pasado. Expresar gratitud a otro implica que ambos tendrán una percepción de
mayor fortaleza del vínculo (Lambert, Clark, Durtschi, Fincham y Graham, 2010). La persona en
recuperación, al sentir, reconocer y expresar gratitud tiende a estimular su estado de ánimo.
1.5. Independencia. Establecer vínculos en los que no se establecen demandas patológicas hacia
otras personas, es uno de los logros que se relatan en la recuperación. La sensación de
independencia implica reconocer al otro como alguien que es relativamente igual a nosotros,
con quien se puede tener confianza mutua.
2. Conciencia destructiva. El proceso implica “darse cuenta” de que hay algo autodestructivo, que bien
está definido por el Psicoanálisis como la pulsión de muerte, ese instinto que invita al retorno al
estado inamovible, sin emoción, previo al nacimiento y que el inconsciente identifica también como
la muerte. En muchos casos de búsqueda activa de ella por parte de los adictos en recuperación,
existe ese deseo de agotamiento de toda pulsión vital. Esto puede quedar instalado en el proceso de
recuperación y desplazarse hacia otro tipo de conductas autodestructivas. Por ello darse cuenta y
dar paso a situaciones de la mayor vitalidad, puede conducir a dinamizar el proceso de
recuperación.
2.1. Sublimación. La sublimación en la recuperación de las adicciones implica realizar conductas
constructivas que tienden a desplazar a las destructivas, asociadas éstas al instinto de muerte.
Se busca una meta más adaptativa para la satisfacción de los impulsos. Al sublimar, hay un
escape de la represión del instinto o de su actuación destructiva. En el caso de la adicción existe
una mezcla aberrante entre la libido o instinto de vida y el tánatos o instinto de muerte. Sin
darse cuenta del todo, el adicto en recuperación
2.2. Abstinencia. La abstinencia de drogas es una condición inicial para inscribirse en un programa
de recuperación. Pero además, hay que conservarla y saber por qué conserva, es decir, que se
está limpio porque hay un deseo pleno de alejarse del daño que producen las drogas. En esa
medida, los primeros tiempos de este proceso de “cura” implican un inventario del daño
causado a sí mismo por el uso compulsivo de sustancias psicoactivas.
2.3. Humildad. Esto implica la conciencia de la necesidad de mejorar y recibir ayuda. El adicto en
recuperación llega a un punto en el que no solamente desea salir del infierno de las drogas,
sino que al por fin encontrar un cimiento, desea mejorar, darse a sí mismo una nueva
personalidad que le proporcione felicidad y bienestar en todos los sentidos.
2.4. Compasión. El desarrollo de la actitud compasiva produce un cambio importante en la
condición egoísta del adicto, pues despierta sentimientos positivos hacia el otro y hacia sí
mismo. Al quererse, el sujeto en proceso de cambio empieza también a querer a los demás y a
sentir la necesidad de ayudar a otros compartiendo su experiencia, fortaleza y esperanza, lo
cual implica compartir sentimientos profundos que modifican el carácter. De vuelta, el sujeto se
siente con la capacidad de amar y ser amado. Aquí hay una posible diferencia contra la forma
en que se entrena a los psicoterapeutas en no avanzar a tener sentimientos compasivos
profundos con el paciente; en los grupos de autoayuuda, la compasión es fundamental para el
cambio.
3. Adherencia al tratamiento.
3.1. Seguir principios espirituales. La persona que trabaja espiritualmente quiere llevar su Ser a
donde puede sentirse bueno porque hace el bien. Esto puede ser el resultado de un proceso de
autoconocimiento como el que usualmente ocurre en las psicoterapias constituye un esfuerzo
por el que nos recreamos (Tovilla 2017: 92). Heráclito proponía el eterno movimiento y la
persona se preocupa por mover su psique si en ello está lograr trascendencia. Los principios
espirituales, son varios y cada individuo puede escoger los que le acomodan más para sentirse
sereno. Indagar en sí mismo acerca de esta combinación apropiada de principios espirituales,
es una tarea implícita en el proceso de recuperación.
3.2. Mejorar vínculos. Una de las consecuencias claras de que hay recuperación es que el tipo y
calidad de vínculos cambia. Se hace manifiesta la existencia del self intersubjetivo, en donde se
le da al otro una parte y se toma una parte de él. Esto retoma las ideas de Husserl que postula
la existencia de la constitución de un horizonte de otros que son trascendentes como
coexistentes dentro de una intersubjetividad que constituye a la totalidad de los objetos
externos. El uno da significado y existencia al otro en una relación mutua y cuando la gratitud
se hace presente, la percepción de tener relaciones que producen fortaleza y seguridad cada
vez es mayor.
3.3. Servicio desinteresado. Sentir satisfacción y orgullo por la forma en que otro cambia para
mejorar gracias a la atención y ayuda que se le proporciona, es el motivo principal por el que el
servicio es importante en estas confraternidades. Si bien hay personas que sirven más que
otras, hacerlo es importante para todos. Es una forma de darle un nuevo significado a la vida y
los sujetos más experimentados del grupo, siempre motivarán a la gente a servir.
3.4. Prevención de recaídas. El cambio está también en darse cuenta cómo se superan problemas o
situaciones difíciles y no se consumen drogas. ¿A qué se debe? A qué ha existido una
deliberada actitud de reunir factores de prevención de recaídas como pueden ser mantener
condiciones físicas saludables, tener el apoyo constante de pares, reconocer la fortaleza que se
tiene y todo lo que pueda servir para sostener la abstinencia y el alejamiento de otras
conductas autodestructivas.
4. Resiliencia. El concepto de resiliencia es adecuado para describir la capacidad que tienen algunos
adictos, lamentablemente no la mayoría, de recuperarse de la adicción activa. Pasar de tener una
personalidad trastornada que busca la destrucción propia y de sus vínculos a ser una persona con
identidad totalmente diferente hace suponer que se ha tenido cierta fortaleza interna que se
conjugó con un programa de tratamiento exitoso. Si la locura de la adicción se vive en soledad en
sus últimas etapas, la recuperación siempre es con la participación de otros. La resiliencia implica
para el Yo una vida con el Otro. Una meta terapéutica interesante que permite prevenir recaídas en
los adictos es la formación. La resiliencia difiere en la asociación típica entre evento potencialmente
traumático (disruptivo) y trauma o recuperación de éste. La resiliencia es en realidad el resultado
más común ante eventos disruptivos. Hay muchos factores inesperados que pueden promover un
resultado resiliente de un hecho disruptivo. Esto quizá incluya factores situacionales como las
relaciones significativas e individuales como la adaptabilidad flexible a los retos.
4.1. Resignificación de lo traumático. Es muy importante darle un nuevo significado, de forma
actualizada, en el aquí y ahora, a lo que sucedió y posiblemente causó los cuadros de angustia
que llevaron al consumo de drogas. En los grupos de doce pasos, normalmente hay un dejo de
agradecimiento por las malas experiencias, “pues esto fue lo que me trajo al programa”.
4.2. Reconocimiento de regresión y progresión del Yo. En la dinámica de grupo, ha una regresión
implícita en la que el relato del compañero hace que se recuerden eventos similares y se
acceda a sensaciones radicadas en la memoria de lo preconsciente. De aquí puede llegarse a
conocer la emoción sentida y a darle palabra al sentimiento relacionado con lo que se vivió.
5. Creatividad e Inteligencia. Otro resultado primordial de los procesos psicoterapéuticos es sin duda
el desarrollo de la inteligencia creativa, que le da mayor riqueza existencial y un mejor concepto de
sí mismo a la persona.
5.1. Simbolización y generación de ideas. En el desarrollo de la capacidad de simbolizar, el sujeto
encuentra en cada objeto un significado. Cuando la adicción ha trastocado esta capacidad,
puede ser que no se tenga una adaptación plena y se sufra la necesidad de sentirse soportado
por algo que ya no “está” allí. De ahí la necesidad de la droga como “ayuda” para la
simbolización. Cuando se logra la abstinencia y se procura un nuevo desarrollo psíquico
acompañado de pares, empieza a recuperarse cierta “sanidad” o “sano juicio”. En este sentido,
el ambiente de contención del grupo proporciona de manera constante elementos para una
nueva interpretación de la realidad. En la medida en que se da esta forma de inteligencia
adaptativa, se impulsa un mejor desarrollo psíquico.
5.2. Constancia. El sujeto en recuperación sabe que su permanencia constante en el programa es
una actividad útil e importante que le puede proporcionar satisfacción constante. Dada la
conciencia de la necesidad de mejorar y que en el programa de doce pasos se establece “un día
a la vez”, de prono el sujeto en proceso de cambio se da cuenta de la habilidad de persistir en la
mejora y que esto lo puede llevar a todos los aspectos de su vida. Con la constancia, hay un
sostenimiento en el crecimiento integral para la trascendencia.
5.3. Curiosidad. Todo lo nuevo proviene de la curiosidad. Descubrirse a sí mismo como una persona
que cada vez es mejor y más feliz, implica la renovación constante de la curiosidad hacia dentro
de sí mismo y hacia toda la experiencia de vida. Se trata de una propensión constante, en una
actitud amable, a conocer más sobre algo o alguien.
5.4. Intuición. Existe un punto de quiebre en donde surge la intuición. El adicto en recuperación se
maravilla de que al parecer, sus decisiones cada vez son de mejor calidad y los errores que
pudiera cometer no afectan su estado de felicidad. La intuición requiere de receptividad ante lo
que proviene del exterior; es una intensa disposición corporal y capacidad de observación, de
todos los sentidos y un lance hacia la metabolización de lo percibido para dar lugar a respuestas
adaptativas y útiles.
5.5. Serendipia. De la intuición, surge de pronto el descubrimiento de nuevas herramientas para
enfrentar la vida con éxito y felicidad. La ansiedad de origen desconocido empieza a ceder y
cosas que podrían haber aparecido irresolubles ahora pueden ser desechadas o resueltas con
procedimientos que sorprenden a la misma persona.

Cabe decir que todo esto produce al final dos situaciones muy importantes: sabiduría y felicidad. Puede
notarse que hay interrelación entre las cinco dimensiones que se han encontrado y todos sus
componentes, que una de las habilidades psíquicas más notables de este grupo es la capacidad de
combinarlas para enriquecer su vida.

Anshin, R.N. (1995). Intersubjectivitiy, Creative Uncertainty, and Systems Theory. J. Am. Acad.
Psychoanal. Dyn. Psychiatr., 23(3):369-378

Buie, D. (1981), Empathy: Its nature and limitations, J. Amer. Psychoanal. Assn., 29, 281-308. [→]

Casullo, M. M. (2005). La capacidad para perdonar desde una perspectiva psicológica. Revista de
Psicología, PUCP, 23, 39-64. Recuperado el 15 de julio del 2017, de:
http://www.redalyc.org/html/3378/337829529002/

Kohut, H. (1973). Análisis del Self. Buenos Aires, Amorrortu, 1989.

Lambert, N., Clark, M., Durtschi, J., Fincham, F., & Graham, S. (2010). Benefits of Expressing Gratitude:
Expressing Gratitude to a Partner Changes One's View of the Relationship. Psychological Science, 21(4),
574-580. Retrieved September 4, 2020, from http://www.jstor.org/stable/41062251

Tovilla, A. (2017). Me Duele Más que a Tí. Querétaro, México. Psicogrupo.

También podría gustarte