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MÉXICO
superficie de la Tierra, explicar su papel en la distribución de
los ecosistemas, así como describir el uso del suelo en un
país como México, cuya riqueza se refleja también en una
gran edafodiversidad.
DE SUELOS DE
Si bien es imprescindible seguir avanzando en el
estudio de este tema, resulta coyuntural y muy útil dar a co-
nocer lo que hasta la fecha se ha logrado en las áreas del
conocimiento y la investigación de los suelos de México.
Los editores y colaboradores de Geografía de suelos
de México han logrado un excelente trabajo al capturar la
esencia de los avances en los procesos edáficos y al
enlazarlos a la teoría científica. El enfoque que en esta
GEOGRAFÍA
edición se presenta, sin duda incidirá en la formación de
estudiantes de educación media superior y superior,
especialmente en las áreas de ciencias biológicas y ciencias
de la tierra.
•
ISBN: 978-607-02-2704-2
9 786070 227042
EDITORES
Pavel Krasilnikov
Francisco Javier Jiménez Nava
Teresa Reyna Trujillo
Norma Eugenia García Calderón
Geografía de suelos de México
Editores:
Pavel Krasilnikov
Francisco Javier Jiménez Nava
Teresa Reyna Trujillo
Norma Eugenia García Calderón
ISBN: 978-607-02-2704-2
• Al biólogo Aslam Narváez Parra por los materiales de dibujo del capítulo 1 y
18, y por la imagen de portada.
Presentación
v
Geografía de suelos de México
hay otros nombres para la misma provincia (“Faja Volcánica Transmexicana”, por
ejemplo).
La clasificación de suelos que se usa en este libro está hecha de acuerdo con la
Base Mundial Referencial del Recurso Suelo, oficialmente aceptada para la car-
tografía edáfica en México. La terminología está ajustada a la última edición de
esta clasificación (2006, con la traducción al español publicada en 2008).
Las figuras de color se presentan en forma electrónica en el CD encartado en
este volumen. Una gran parte de los dibujos que aparecen a lo largo del texto
están preparados por los autores y su versión final fue realizada por Mauricio
Vargas; algunas figuras están tomadas de otros trabajos, y se agradecen los
permisos de reproducción concedidos por las editoriales que poseen los dere-
chos patrimoniales; para los capítulos 1 y 18 fue el ilustrador Aslam Narváez
Parra quien colaboró con los editores.
Los editores agradecen el apoyo de la administración del inegi, que fue de
gran importancia para la preparación de esta obra. También se agradecen los
recursos que se proporcionaron para editar y publicar este libro: los proyectos
de sep-Conacyt 55718 y papime pe-101809.
Los editores
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Índice general
Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . vii
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Geografía de suelos de México
viii
Índice general
ix
Geografía de suelos de México
x
Índice general
xi
Geografía de suelos de México
xii
Índice general
xiii
Geografía de suelos de México
Anexo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 461
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Capítulo 1. Distribución espacial de los suelos y
los factores que la determinan
Pavel Krasilnikov1*
Bases teóricas
La geografía históricamente fue una ciencia práctica orientada a la acumulación
del conocimiento empírico. Desde el inicio de la civilización humana el hombre
quiso saber la distribución espacial de los objetos en la superficie de la Tierra
para orientarse en el espacio, planear los viajes y la expansión. Entonces, una
gran parte de la geografía, y también parte de la geografía de suelos, son ciencias
descriptivas. Sin embargo, ya desde el Siglo xix, los geógrafos se enfocaron a
la interpretación de la información espacial, intentando entender las reglas de
ubicación y comportamiento de los objetos geográficos. Desde entonces la
1Lab. Edafología “Nicolás Aguilera”, Facultad de Ciencias, Universidad Nacional Autónoma de México.
Instituto de Biología, Centro de Investigación de Karelia de la Academia de Ciencias Rusa, Petrozavodsk, Rusia.
* pv@hp.fciencias.unam.mx
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Geografía de suelos de México
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Capítulo 1. Distribución espacial de los suelos y los factores que la determinan
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Geografía de suelos de México
Pedón. Es el bloque más pequeño del suelo que refleja todos los horizontes
del suelo. Su área lateral debe ser suficiente para el estudio de la relación de
los horizontes y sus formas, y varía entre 1 y 10 m2. En los suelos, donde hay
ciclicidad en las propiedades (como en las tundras poligonales, en adobes-sue-
los esmectíticos con macrogrietas en la superficie, etc.), en las distancias
lineales entre 2 y 7 m, el pedón tiene dimensiones correspondientes a la
mitad del ciclo. Si los ciclos tienen dimensión mayor de 7 m, el pedón regre-
sa al área de 1 m2 y los suelos del ciclo se relacionan con diferentes pedones.
El concepto de pedón, introducido por la escuela norteamericana (Buol et al.,
1974), tiene mucho en común con los conceptos del perfil y solum.
Solum. Término aplicado por la escuela francesa (Jamagne y King, 2003) para
el volumen mínimo del suelo, que se usa para su descripción y clasifica-
ción. En gran parte corresponde al concepto de pedón.
Suelos zonales. Este término, así como los intrazonales y azonales, fue introdu-
cido a la ciencia del suelo por Nikolay Sibírtsev (1900), alumno de Dokuchaev,
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Capítulo 1. Distribución espacial de los suelos y los factores que la determinan
Figura 1.1. Mapa de la distribución ideal de las zonas edáficas del hemisferio norte, presentado por Dokuchaev
en la Exhibición Mundial en París en 1900.
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Geografía de suelos de México
Suelos intrazonales. Son los suelos donde la influencia del material parental,
del hidromorfismo o de un proceso edafogénetico, tiene un mayor efecto.
Por este motivo los suelos intrazonales no reflejan de manera pronunciada
los factores bioclimáticos, y se encuentran con la morfología y propiedades
muy parecidas en más de una zona bioclimática. Estos suelos pueden tener
ciertas diferencias dependiendo de las condiciones climáticas, pero estas
diferencias son mucho menores que las diferencias entre los suelos azona-
les y zonales en la misma zona. En este grupo se encuentran los suelos deri-
vados de arenas, arcillas (especialmente de las arcillas esmectíticas), de las
cenizas volcánicas y de la roca caliza. Los suelos arenosos se clasifican
mayormente como Arenosoles, los suelos arcillosos, como Vertisoles, los
suelos volcánicos, como Andosoles, y los suelos derivados de caliza se lla-
man Leptosoles o Phaeozems réndzicos. Los afectados por un exceso de
humedad, como los Histosoles, Gleysoles, Planosoles y Stagnosoles, también
son mayormente intrazonales. Los suelos salinos y alcalinos (Solonchaks y
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Capítulo 1. Distribución espacial de los suelos y los factores que la determinan
Suelos azonales. Son los suelos sin mayor evidencia de edafogénesis. Por eso
no reflejan en su perfil los factores formadores del suelo. El concepto princi-
pal de estos suelos es que son muy jóvenes; sin embargo, la mayoría de los
suelos azonales tienen un desarrollo leve por el efecto de la erosión o sedi-
mentación continua. En la primera versión de la clasificación, Dokuchaev
(1885) separó todos los suelos en normales, seminormales y anormales: en
el grupo de los seminormales incluyó los suelos aluviales y eólicos, los cuales
tienen desarrollo escaso, y en el grupo de los suelos anormales a las arenas
móviles de las costas y a los desiertos, donde el suelo no tiene oportunidad
para el desarrollo. Sibírtsev (1900) incluyó los suelos anormales de Doku-
chaev y la mayor parte de los seminormales en los azonales. En la tradición de
la escuela Rusa de clasificación de suelos esta división se refleja en el nivel
más alto de la taxonomía: todos los suelos se dividen en tres “troncos”: pos-
tlitogénicos (formados en los materiales parentales minerales estables),
sínlitogénicos (donde los procesos de litogénesis son iguales o más activos
que los procesos edafogénicos) y los organogénicos (formados de los mate-
riales orgánicos, como las turbas). Cabe mencionar que el concepto de los
suelos sinlitogénicos no es completamente idéntico al de los suelos azona-
les: algunos suelos postlitogénicos con grado de desarrollo escaso también
entran al concepto de los azonales. Los suelos azonales en la clasificación
internacional (iuss Working Group wrb, 2006) caen mayormente en los
grupos de los Regosoles, Leptosoles, Arenosoles y Fluvisoles. También los
suelos urbanos, pavimentados, perturbados por las actividades de minería
e industriales (Tecnosoles) pueden considerarse como azonales. Aunque
anteriormente los suelos azonales se consideraban de menor importancia,
en México estos suelos dominan en algunas provincias por el desarrollo
amplio de los procesos de erosión hídrica y eólica.
La división de los suelos zonales, intrazonales y azonales puede parecer un
poco artificial, y se puede preguntar ¿para qué se hace esta división formal?
Sin embargo, el concepto es bastante útil para las cuestiones de regionali-
zación geográfica y para extrapolación geográfica de los datos edáficos. En el
caso de la dominancia de los suelos zonales, el criterio de extrapolación es
climático; en el caso de la dominancia de los suelos intrazonales litológico e
hidrológico, y en el caso de los suelos azonales, lo que cuenta son los procesos
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Geografía de suelos de México
Suelos dominantes. Son los que ocupan el área mayor en un territorio. Prin-
cipalmente en los mapas edafológicos de escalas medianas y grandes, que
implican la generalización de los datos, se demuestran los polígonos por el
suelo dominante, independientemente de que estos suelos sean zonales,
intrazonales o azonales. En México la mayor parte del territorio nacional
tiene a los intrazonales o azonales como dominantes. (Mapa anexo II).
Suelos modales. Son los suelos que reflejan de manera más evidente el com-
plejo de factores formadores del suelo. En contraste a la definición de los
suelos zonales, para los suelos modales se toma en cuenta el material paren-
tal, la historia del paisaje, el régimen de humedad etc., entonces, los suelos
modales pueden incluir tanto a los zonales como a los intrazonales. Por ejem-
plo, para los pantanos de Centla los suelos modales son los Histosoles y
Gleysoles, aunque no son zonales (los suelos hidromorfos no se incluyen
en el concepto de los zonales), para la Península de Yucatán los suelos moda-
les son los Leptosoles réndzicos, que tampoco son zonales por la peculiaridad
del material parental. Los suelos azonales generalmente no se consideran
como modales, con excepción de las situaciones en que estos suelos domi-
nan absolutamente en la cobertura edáfica; por ejemplo, en las regiones de
la erosión —o sedimentación— eólica intensa, con desarrollo muy escaso
de los suelos debido a las condiciones climáticas extremas (desiertos), o
por la erosión hídrica que ha afectado toda la superficie del suelo. Los sue-
los modales no son necesariamente dominantes; en ciertas regiones ocu-
pan las áreas menores por la abundancia de los suelos azonales, perturba-
dos por las actividades antropogénicas, por la heterogeneidad de los factores
ambientales (por ejemplo, en el relieve complejo) y varias otras razones,
los cuales deben ser reconstruidos en el transcurso de los estudios edafo-
geográficos particulares. Para detectar el suelo modal hay que preguntarse
cuáles suelos se encuentran en la región del estudio y que casi no se pre-
sentan en las demás regiones. Por ejemplo, para el Eje Neovolcánico Trans-
mexicano los suelos modales son los Andosoles, aunque no son dominan-
tes (el área mayor en el Este la ocupan los Phaeozems) ni zonales (porque
las cenizas volcánicas se consideran como los materiales parentales parti-
culares, que cambian completamente la ruta de la edafogénesis). En algu-
nos mapas edafológicos de escalas grande y mediana los polígonos de sue-
los reflejan más suelos modales que dominantes; la elección del método de
generalización de los datos cartográficos depende del concepto del autor
del mapa.
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Capítulo 1. Distribución espacial de los suelos y los factores que la determinan
Suelos monogenéticos. Son los suelos que reflejan completamente los factores
formadores actuales del suelo. Mayormente son los suelos relativamente
jóvenes, de la edad del Holoceno, que no sufrieron cambios climáticos mayo-
res, ciclos de erosión y sedimentación, etc. Sin embargo, existen los suelos
bastante antiguos que se desarrollaron en condiciones relativamente esta-
bles (los Vetusoles, según el término propuesto por Cremaschi (1987)) y la
única diferencia entre estos y los suelos típicos (modales) de una región es la
edad de los sedimentos superficiales (de la superficie expuesta). En México
los suelos monogenéticos jóvenes son bastante abundantes, mientras que los
Vetusoles no fueron reportados todavía; se considera poco probable que
en las regiones de alta actividad tectónica y de procesos de erosión y sedi-
mentación se forme un suelo en condiciones estables por varios cientos de
milenios. Los suelos zonales obligatoriamente deben ser monogenéticos,
los suelos intrazonales no tienen tantos requerimientos, como tampoco
los azonales. Aunque los suelos azonales se consideran como poco desa-
rrollados, éstos pueden tener ciertas evidencias de los ciclos anteriores de
edafogénesis: los suelos erosionados a veces tienen pocos centímetros de ma-
terial residual de productos de intemperismo profundo (como en los Lepto-
soles ferrálicos), derivado de la formación del suelo anterior, y en los sue-
los poco desarrollados en los sedimentos recientes a veces se encuentran los
perfiles sepultados de paleosuelos (como en los Regosoles y Arenosoles
thápticos).
Suelos poligenéticos. Son los que reflejan en su perfil, aparte de los factores y
procesos actuales, los ciclos anteriores de edafogénesis y litogénesis. Algunos
especialistas los consideran como paleosuelos superficiales; según Bronger y
Cutt (1989), todos los paleosuelos incluyen los sepultados, los superficiales
y los exhumados. Cabe mencionar que es la terminología de los paleoeda-
fólogos, la mayoría de los especialistas en otras áreas de las ciencias del suelo
no la usan, prefiriendo el término “suelos poligenéticos”. Sin embargo, los
conceptos paleoedafológicos son bastante importantes para el entendi-
miento del papel de los suelos poligenéticos en la cobertura edáfica actual.
Todos los suelos poligenéticos se pueden dividir según la contribución de
los procesos de sedimentación en su desarrollo, de la manera siguiente:
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Geografía de suelos de México
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Capítulo 1. Distribución espacial de los suelos y los factores que la determinan
Los suelos con un perfil sepultado. Son suelos que tienen un perfil de paleo-
suelo sepultado por los sedimentos mas recientes. El suelo superficial
puede variar en el grado de su desarrollo en un gran rango: la compa-
ración del suelo actual con el suelo sepultado proporciona informa-
ción valiosa sobre los cambios ambientales. Si el suelo sepultado se
encuentra dentro de los primeros dos metros desde la superficie del
suelo, y no está separado del suelo superficial por una capa de sedimen-
tos sin evidencias de edafogénesis, todo el perfil se clasifica en conjun-
to, como un solo cuerpo edáfico (Krasilnikov y García Calderón, 2006).
En el sistema wrb generalmente los suelos sepultados dentro del primer
metro del perfil se reflejan con un modificador con el prefijo “thapto-”
(thaptoándico, thaptolúvico, thaptohístico, etc.). Estas capas sepulta-
das de paleosuelos afectan las propiedades del suelo y su uso, por eso
en la cartografía de suelos se consideran en los mapas. La cartografía
de los suelos con perfiles sepultados es difícil, porque su distribución
espacial depende de los factores ya inexistentes. Los suelos sepultados
a una profundidad mayor de dos metros, o aislados del suelo superfi-
cial por una capa de sedimentos, no afectan tanto las propiedades del
suelo, se clasifican aparte (se utiliza incluso una clasificación diferente
para los paleosuelos sepultados), y no se reflejan en los mapas. En casos
excepcionales (el efecto importante de los paleosuelos sobre la hidro-
logía del paisaje o la distribución extensa de los paleosuelos) la presen-
cia de los suelos sepultados se refleja por los métodos cartográficos
(como fases).
También existe cierta confusión sobre los términos que caracterizan las
secuencias de los suelos. La dificultad de la terminología aplicada en esta área
de la edafogeografía es más compleja por el cambio de los conceptos en el
transcurso del tiempo y diferencias en el entendimiento de estos conceptos
para las diferentes escuelas científicas.
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Capítulo 1. Distribución espacial de los suelos y los factores que la determinan
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Geografía de suelos de México
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Capítulo 1. Distribución espacial de los suelos y los factores que la determinan
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Geografía de suelos de México
Su
Sh
a
Bs
Fs
Ts RG
CM
CM
GL
HS
b
GL
CMgl
CM
PZgl PZ
c
LV
LV
AN
AN
VR
Figura 1.2. Algunos ejemplos de catenas: a) una catena típica diferenciada por la hidrología de suelos derivados de sedimentos limo-arcillosos; b) una catena atípi-
ca diferenciada por la hidrología de suelos, donde la parte elevada está constituida por los sedimentos arcillosos, mientras que los sedimentos del piedemonte son
arenosos; c) una catena diferenciada por los flujos geoquímicos, erosión y, por lo tanto, por la mineralogía de suelos. Su⫽la cima; Sh⫽la hombrera; Bs⫽la parte
media recta; Fs⫽el pedestal; Ts⫽el piedemonte; HS⫽Histosoles; GL⫽Gleysoles; RG⫽Regosoles; CM⫽Cambisoles; CMgl⫽Cambisoles gléyicos; LV⫽Luvisoles;
PZ⫽Podzoles; PZgl⫽Podzoles gléyicos; VR⫽Vertisoles; AN⫽Andosoles.
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Capítulo 1. Distribución espacial de los suelos y los factores que la determinan
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Geografía de suelos de México
rectas de las laderas, orientadas hacia el sur, y constituidas por los mate-
riales arenosos. En las zonas templadas húmedas la mayor acumulación
de materia orgánica se encuentra en la parte cóncava de la ladera (en la
forma de humus) y en el piedemonte (en la forma de turba mayormente).
En las zonas templadas secas el humus se acumula con mayor frecuen-
cia en el piedemonte, y los carbonatos de calcio edafogénicos en la cima, y
en el caso de las laderas orientadas hacia el sur, en las partes rectas de la
ladera. Birkeland (1999) casi siempre considera que a este grupo perte-
necen las catenas de las zonas áridas, donde se observa la acumulación
de los carbonatos de calcio y de las sales solubles en los perfiles.
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Capítulo 1. Distribución espacial de los suelos y los factores que la determinan
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6000
1
5000
4000 1 1 11
1 12
3000 1 5 11
1 1 6 6
2000 5 5 2 10
6 9 12
1000 2 2 7 6 13
4 3 10 14
0 8
I II III IV V VI VII
7000
1
6000 1
1 1
11 18
5000 1 11 11
4000 12
1 11 12 12
3000 11 18
12
12 14 19
2000 15 17 19
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1000 15 16
0
VIII IX X XI XII XIII XIV
Figura 1.3. Tipos principales de la estructura vertical de las zonas edáficas. Las zonas bioclimáticas donde se encuentran las montañas: I⫽desiertos árticos;
II⫽desiertos árticos y tundra; III⫽boreales húmedos; IV⫽boreales extracontinentales; V⫽boreales continentales; VI⫽templados húmedos; VII⫽templados con-
tinentales; VIII⫽subtropicales mediterráneos; IX⫽subtropicales continentales; X⫽subtropicales húmedos; XI⫽subtropicales áridos; XII⫽tropicales áridos;
XIII⫽tropicales subhúmedos; XIV⫽tropicales húmedos. Los suelos dominantes: 1⫽zona de nieves; 2⫽Criosoles (arídicos); 3⫽Criosoles háplicos; 4⫽Criosoles
(reductáquicos y oxiáquicos); 5⫽Podzoles énticos; 6⫽Podzoles y Albeluvisoles; 7⫽Cambisoles geliestágnicos; 8⫽Phaeozems gréyicos; 9⫽Chernozems lúvicos;
10⫽Chernozems háplicos; 11⫽Umbrisoles; 12⫽Umbrisoles mólicos; 13⫽Kastañozems háplicos; 14⫽Calcisoles lúvicos; 15⫽Kastañozems lúvicos;
16⫽Calcisoles háplicos; 17⫽Acrisoles y Alisoles; 18⫽Calcisoles y Regosoles arídicos; 19⫽Ferralsoles; 20⫽Lixisoles.
Las laderas orientadas hacia los océanos tienen los climas semihúme-
dos, húmedos y extrahúmedos; los últimos se encuentran en las zonas de des-
carga de las lluvias y en el nivel de neblina, que corresponde al cinturón de los
bosques mesófilos de montaña. Las laderas orientadas hacia la parte conti-
nental son mucho más secas, así como los valles protegidos por la sombra
formada por las montañas. En términos generales, a nivel nacional la geo-
grafía de suelos de México está determinada en gran parte por la ley de la
“sombra geográfica”.
En términos generales, la ley de la “sombra geográfica” para la teoría de
edafogeografía sólo repite el principio de que “los suelos siguen el clima”.
Pero un aspecto importante teórico es que los factores formadores del suelo
no actúan de manera independiente: en este caso el clima está regulado por
el relieve. Hay que tomar en cuenta que la distribución de los suelos en las
montañas mexicanas no puede ser interpretada sólo con los gradientes climá-
ticos relacionados con la zonalidad vertical y del efecto de la sombra de las
montañas. También la participación de los suelos intrazonales, como en la
sierra Madre Oriental con una gran abundancia de roca caliza, o de los sue-
los azonales (los Leptosoles y los Regosoles) que se encuentran en todas las
laderas por el desarrollo de los procesos de erosión pueden cambiar com-
pletamente la cobertura edáfica. Los procesos de ladera también dan origen
frecuentamente a la formación de perfiles complejos con suelos sepultados o
con evidencias de discontinuidad litológica (por ej. Krasilnikov et al., 2007).
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Geografía de suelos de México
1) las catenas de los paisajes jóvenes montañosos de las zonas frías húmedas
(la secuencia de suelos incluye sólo los Leptosoles y Criosoles con un
aumento del espesor del suelo en el piedemonte);
2) las catenas de lomeríos de los paisajes glaciales con el clima boreal (la se-
cuencia de suelos de la cima a piedemonte es: Leptosoles, Podzoles énticos,
Podzoles háplicos);
3) las catenas de lomeríos de las zonas húmedas tropicales, generalmente con
el nivel alto del agua freática (Acrisoles, Ferralsoles, Plinthisoles);
4) las catenas de las zonas montañosas templadas subhúmedas (Cambisoles
dístricos, Cambisoles éutricos, Phaeozems, Chernozems);
5) las catenas de lomeríos y planicies acumulativas templadas subhúmedas
(Luvisoles, Phaeozems, Gleysoles mólicos cálcicos);
6) las catenas de lomeríos y planicies aluviales y lacustres de las zonas subhú-
medas y subáridas (Chernozems y Kastañozems, Solonetz, Solonchaks);
7) las catenas de lomeríos de las zonas subhúmedas tropicales y subtropicales
(Ferralsoles, Vertisoles y Solonetz);
8) las catenas de lomeríos de las zonas áridas y semiáridas (Calcisoles, Solo-
netz, Solonchaks);
9) las catenas de los desiertos árticos, antárticos y de altamontaña (los Lep-
tosoles nudilíticos, los Criosoles lépticos cálcicos, los Criosoles cálcicos, los
Criosoles sálicos).
2La clasificación de las catenas está modificada por el autor del capítulo: en el texto original las definiciones de los paisajes fueron muy
largos y complejos, y además usaron una terminología que no se usa internacionalmente.
28
Capítulo 1. Distribución espacial de los suelos y los factores que la determinan
La ley del efecto del relieve y la escala en el mosaico de suelos indica que en las
zonas húmedas los elementos y sustancias móviles se acumulan en las depre-
siones, y en las zonas áridas en los elementos más elevados del microrrelieve.
Es conveniente señalar que microrrelieve se refiere aquí a las elevaciones y
depresiones menores de 0.5 m; este límite es relativo, porque en el efecto fun-
cional del relieve la distribución de los elementos en el paisaje depende no sólo
de la diferencia de elevación, sino también de la forma del relieve (abrupta u
ondulada) y de la litología. Un ejemplo más ilustrativo de esta ley es la distri-
bución de las sales solubles en los elementos del microrrelieve; en las zonas
más áridas las sales se concentran en los elementos más elevados y en las zo-
nas semihúmedas en las depresiones. Sin embargo, la distribución de las sales,
como los componentes minerales más móviles del suelo, también refleja la
dinámica temporal: en la época húmeda las sales se acumulan en las depresio-
nes y en la época seca ascienden en los elementos del microrrelieve. La situa-
ción es común, por ejemplo, en la zona chinampera de la Ciudad de México,
donde las sales se concentran en los componentes elevados del microrrelieve
en invierno, y se acumulan en los componentes bajos en la temporada de llu-
vias. Si hablamos de la distribución de las propiedades más estables de los sue-
los, podemos mencionar la distribución de los Vertisoles o suelos con propie-
dades vérticas en varias planicies y valles de México que tienen superficie
ondulada. En las depresiones los suelos siempre tienen las propiedades vérti-
cas más pronunciadas, a veces lo suficiente para cambiar el nombre taxonómi-
co del suelo. En el Eje Neovolcánico se observan superficies planas onduladas,
donde se encuentra un mosaico de los Vertisoles (en depresiones) con los
Phaeozems vérticos y háplicos (en las partes elevadas del microrrelieve).
Un aspecto importante de la ley del efecto del relieve en el mosaico de sue-
los es que la escala del estudio cambia completamente las reglas de distribu-
ción de los componentes de la cobertura edáfica. Por ejemplo, en las zonas
templadas húmedas las depresiones pequeñas tienen los suelos con ciertos
rasgos de hidromorfismo, pero se clasifican en el mismo grupo de referencia.
A veces las diferencias en la morfología y propiedades de los suelos son muy
escasas y no afectan la clasificación del suelo de ninguna manera. Al contra-
rio, las depresiones más amplias y profundas, que acumulan más agua, tienen
los suelos completamente diferentes, hasta que se forman los Histosoles. En
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Geografía de suelos de México
México los ejemplos son los Vertisoles que se encuentran en las depresiones
del Eje Neovolcánico, entre los Andosoles en los elementos elevados del relie-
ve, o los Planosoles que se forman en las depresiones en las terrazas aluviales
en la mesa central. Para las sales solubles, y parcialmente para los carbonatos
de calcio edafogénicos en los ambientes áridos, la escala del relieve puede cam-
biar su distribución de manera contraria. Por ejemplo, en la escala de una
catena las sales y los carbonatos (en el caso del clima semiárido) se mueven
hacia abajo, al piedemonte, y se acumulan en las depresiones extensas. Sin
embargo, en las mismas depresiones con el fondo ondulado se concentran
en las partes más elevadas.
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Capítulo 1. Distribución espacial de los suelos y los factores que la determinan
Erosión
Estabilidad Sedimentación
Tiempo
Figura 1.4. Grado del desarrollo del suelo con el tiempo en las condiciones de diferentes grados de dinámica de erosión o sedimentación (modificado después de
Birkeland, 1999).
La ley de herencia de los edafopaisajes relictos dice que los atributos de sue-
los heredados de épocas húmedas se acumulan en el suelo, mientras que los
atributos de las épocas áridas se borran por los ciclos de edafogénesis si-
guientes. Esta regularidad es bien conocida entre los paleoedafólogos (por ej.,
Targulian y Goryachkin, 2004), pero su importancia para la geografía de sue-
los no se refleja mucho en las publicaciones. En estudios edafogeográficos
31
Geografía de suelos de México
siempre hay que tomar en cuenta que la distribución de suelos puede tener
relación con los factores formadores ya no existentes. Como mencionamos
antes, la mayoría de los suelos en el mundo son poligenéticos, por eso a veces
es difícil encontrar la correspondencia exacta con los factores geográficos
actuales. Por ejemplo, la distribución del horizonte tosca (una capa delgada
cementada por carbonato de calcio) en los Phaeozems de Argentina no se
explica sin interpretación del paleoambiente (Buschiazzo, 1986). Para algu-
nas regiones antiguas el poligenetismo de suelos tiene mayor importancia:
Cliff Ollier, el gran geomorfólogo y edafólogo australiano, dijo alguna vez que
“en Australia ningún perfil del suelo corresponde a los factores actuales”.
Cabe mencionar que los periodos secos también dejan cierta herencia en
los edafopaisajes actuales. Aunque los productos edafogénicos de los suelos
áridos se destruyen en los periodos más húmedos, los productos de los pro-
cesos geomorfológicos se quedan. Los procesos de erosión son más activos en
las épocas secas, cuando la superficie de la tierra no está protegida por la vege-
tación densa. Entonces, en los edafopaisajes actuales a veces se puede encon-
trar los suelos desarrollados en las superficies erosionadas o los sedimentos
acumulados en piedemonte que no corresponden a la actividad geomorfoló-
gica actual. Eso también complica la interpretación del paisaje.
La lista de las leyes y regularidades de geografía de suelos todavía no está
completa; se requiere mucho trabajo adicional para descubrir todas las reglas
de distribución de suelos en la superficie de nuestro planeta.
32
Capítulo 1. Distribución espacial de los suelos y los factores que la determinan
33
Geografía de suelos de México
IV. Regiones dominadas por rocas piroclásticas. IV.1. Montañosa del Eje Neovolcánico.
Se debe tomar en cuenta que actualmente las regiones edáficas son provisio-
nales y la acumulación del conocimiento empírico puede llevar incluso a de-
terminar subdivisiones. Además, los límites exactos entre las regiones todavía
34
Capítulo 1. Distribución espacial de los suelos y los factores que la determinan
1 4 6
3
5
7
8 9
10 13
12
11
15
14
Figura 1.5. Provincias fisiográficas: 1⫽Baja California; 2⫽Llanura Sonorense; 3⫽Sierra Madre Occidental; 4⫽Sierras y Llanuras del Norte; 5⫽Sierra Madre Orien-
tal; 6⫽Grandes Llanuras de Norteamérica; 7⫽Llanura Costera del Pacífico; 8⫽Mesa Central; 9⫽Llanura Costera del Golfo Norte; 10⫽Eje Neovolcánico;
11⫽Sierra Madre del Sur; 12⫽Llanura Costera del Golfo Sur; 13⫽Península de Yucatán; 14⫽Sierras de Chiapas y Guatemala; 15⫽Cordillera Centroamericana.
no están bien marcados según los criterios edafogeográficos. A través del aná-
lisis hecho en este capítulo queda de manifiesto que faltan aún investigaciones
serias y sistematizadas que coadyuven en la consolidación de la geografía regio-
nal de este país.
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39
Capítulo 2. Material parental como factor geográfico
en la distribución de suelos
Elizabeth Solleiro Rebolledo1* y Jorge Enrique Gama Castro1
E
potencial.
materia sólida que constituirá un suelo. Es conveniente señalar que
el concepto material parental no es del todo claro, ya que no se tra-
ta únicamente de materiales geológicos subyacentes, intemperiza-
dos, a partir de los cuales se desarrolla el suelo, sino que todo aquel
material que queda expuesto a los factores ambientales constituye una fuente
S f (cl o r p t),
41
Geografía de suelos de México
42
Capítulo 2. Material parental como factor geográfico en la distribución de suelos
43
Geografía de suelos de México
44
Capítulo 2. Material parental como factor geográfico en la distribución de suelos
45
Geografía de suelos de México
a b
Figura 2.1. Comparación entre las series de reacción de Bowen: a) que indica la secuencia de cristalización de un magma y la secuencia de estabilidad mineral;
b) Propuesta por Goldich (1938).
46
Capítulo 2. Material parental como factor geográfico en la distribución de suelos
a b
Figura 2.2. Microfotografías de cristales de plagioclasas que muestran las maclas, que constituyen planos de debilidad por donde se produce la alteración y for-
mación de arcilla. Observaciones bajo microscopio óptico con nícoles cruzados. Las fotos corresponden a horizontes C de paleosuelos volcánicos del Nevado de
Toluca.
por las que el agua entra más fácilmente, rompiendo la estructura y permi-
tiendo la alteración a través de dichos planos (Sedov, 2005).
El cuarzo, ubicado en el extremo de la serie, es un sorosilicato con una
estructura cristalina tetraédrica, con un silicio por cuatro oxígenos, lo que le
da una estabilidad estructural alta. De esta manera el cuarzo no se hidroliza
fácilmente, sino que en su mayoría sufre una lenta disolución.
Los materiales que mas fácilmente se intemperizan son los de naturaleza
básica, ricos en ferromagnesianos, como los basaltos y las andesitas. Sin embar-
go, aún estas rocas no se alteran fácilmente, porque hay otros factores que
también intervienen fuertemente en su intemperismo: el tamaño de partículas,
la porosidad y el grado de compactación. En el primer caso, las rocas que poseen
partículas de tamaño pequeño (limo y arcilla) permiten una alteración más
rápida, en tanto que las partículas de mayor tamaño primero deben fragmen-
tarse para que la alteración sea más eficiente.
Una roca porosa permite mejor el paso del agua y hay una mayor superfi-
cie de contacto con los minerales. Una roca compacta difícilmente deja pasar
el agua, de tal manera que no hay contacto con las superficies minerales y por lo
tanto no se intemperiza fácilmente. Un ejemplo concreto de esto se puede obser-
var en las regiones de vulcanismo reciente del centro de México, en donde se
tienen flujos de lava, poco porosa, de naturaleza básica. Las lavas que fueron
expulsadas durante la erupción del Xitle, hace 1 500 años (Siebe, 2000), y que
constituyen el relieve del Pedregal de San Ángel, no muestran signos de in-
temperismo, en consecuencia, los escasos suelos formados a partir de ellas son
delgados (Leptosol Lítico y Regosol Téfrico) y, por lo general, derivados de la
ceniza volcánica que cayó en las fracturas y poros de los basaltos. En el caso
de las lavas del Paricutín, cuya última erupción tuvo lugar en 1943 (Figura 2.3a.),
las lavas se encuentran intactas y conservan claramente su estructura fluidal.
Diversos tipos de vegetación rupícola se ha instalado entre las fracturas de las
rocas, intemperizándolas; sin embargo, después de 60 años de la erupción, no se
ha formado suelo residual.
47
Geografía de suelos de México
a b
Figura 2.3. Aspectos de los materiales volcánicos. a) Lavas basálticas del Paricutín, procedentes de la erupción de 1943; b) materiales piroclásticos (ceniza y
pómez) de la erupción del Popocatépetl.
Los granitos y las riolitas tienden a formar suelos similares, los cuales son
poco permeables, generalmente ácidos y con bajos contenidos de bases, por lo
que su reserva de nutrimentos es baja (suelos con saturación de bases 50%:
Regosol dístrico, Cambisol dístrico). Los granitos son abundantes en los
Estados de Guerrero y Oaxaca, mientras que las riolitas se presentan en el Eje
Neovolcánico, pero no son tan frecuentes como los basaltos y las andesitas.
A partir de los gabros y basaltos, dioritas y andesitas, se forman suelos ricos
en arcillas, de color rojizo por la presencia de hierro (e. g. Luvisol férrico,
Plintosol eútrico). En condiciones de drenaje moderado muestran conteni-
dos altos de bases y pH neutros (por ejemplo Phaeozem vértico). En México
estas rocas son abundantes, sobre todo los basaltos y andesitas, generando
una gran variedad de suelos (Vertisol, Cambisol, Phaeozem, Luvisol). En climas
secos las rocas son atacadas por el intemperismo físico que las fragmenta,
aumentando la superficie de exposición y ataque de los factores ambientales
(Regosoles). En los climas húmedos y cálidos el intemperismo químico es más
eficiente y produce suelos profundos y bien desarrollados (Luvisoles, Acri-
soles, Nitisoles).
Otro tipo de rocas, no tan frecuentes en México, se refiere a los más de
veinte complejos ultramáficos-máficos que se encuentran principalmente en
la región occidental del país, desde Baja California, Baja California Sur, Si-
naloa, Guerrero, Oaxaca y Chiapas (Ortiz-Hernández et al., 2006). Las rocas
que comprenden estos complejos están formadas por minerales ferromagne-
sianos en porcentajes elevados (90%). En consecuencia, en los lugares donde
se presentan influyen directamente en la formación de suelos de mayor grado
48
Capítulo 2. Material parental como factor geográfico en la distribución de suelos
49
Geografía de suelos de México
Suelos
Suelos sobre
sobre rocas
rocas calcáreas
calcáreas
Las rocas calcáreas en México son abundantes, ya que se presentan en exten-
sas zonas del país, como la península de Yucatán y la sierra Madre Oriental,
que cubre los estados de Hidalgo, Nuevo León, Coahuila y San Luis Potosí.
Los productos de intemperismo de esta roca, compuesta predominantemente
por carbonato de calcio, son escasos, tal como se aprecia en la reacción:
Este bicarbonato es sumamente soluble, de tal forma que se lixivia con facili-
dad del medio. En consecuencia, las calizas muestran rasgos de disolución, tal
como se presenta en la Figura 2.4a, en una roca de la península de Yucatán.
Los suelos que se producen a partir de calizas son delgados: Leptosoles rénd-
zicos, Calcisoles lépticos (Bautista et al. 2005; Sedov et al., 2007), aunque sus
propiedades reflejan un alto grado de desarrollo (Sedov et al., 2007) y calidad
agroecológica, cuya única limitante es la profundidad (Flores-Delgadillo et
a b
c d
Figura 2.4. Alteración de rocas calcáreas en clima tropical de la península de Yucatán. a) Huellas de disolución en la roca. b) Alteración profunda de la caliza y
formación de Luvisoles, en el área de Kantunilkin, Quintana Roo, sobre calizas terciarias. c) y d) Suelos rellenando cavidades de disolución sobre calcarenitas pleis-
tocénicas en canteras cercanas a Playa del Carmen, Quintana Roo.
50
Capítulo 2. Material parental como factor geográfico en la distribución de suelos
51
Geografía de suelos de México
52
Capítulo 2. Material parental como factor geográfico en la distribución de suelos
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Geografía de suelos de México
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Capítulo 3. El factor clima en la distribución
de suelos en México
Carlos A. Ortiz Solorio1*, Patricio Sánchez Guzmán1, Édgar V. Gutiérrez Castorena1 y
María del Carmen Gutiérrez Castorena1
57
Geografía de suelos de México
58
Capítulo 3. El factor clima en la distribución de suelos en México
59
Geografía de suelos de México
60
Capítulo 3. El factor clima en la distribución de suelos en México
61
Geografía de suelos de México
ETP
ETP
0.5 ETP 0.5 ETP
t
p
a b1 b2 c d a c/d
1. Normal 2. Intermedio
ETP
t
0.5 ETP
ETP
0.5 ETP
Figura 3.1. Tipos de períodos de crecimiento: a) Inicio del período de crecimiento y de lluvias. b1 y b2) Inicio y
final del período húmedo. c) Terminación de la estación lluviosa. d) Terminación del período de crecimiento.
P⫽Precipitación mensual y ETP⫽Evapotranspiración mensual.
62
Capítulo 3. El factor clima en la distribución de suelos en México
150 días
Período
= 150 días con agua
Inicio Terminación disponible
30 días
Período
= 30 días con temperatura
menor a 6.5º C
120 días
Período
= 120 días de crecimiento
efectivo
63
Geografía de suelos de México
90
90
210
150
210 150 210
150 90 270
210 150
330 230
150 210
210
210
210 270 330 270
Isolínea 330
150
Tierras bajas
330
Tierras altas 210 150
330
Tierra muy altas
210 270
270
64
Capítulo 3. El factor clima en la distribución de suelos en México
Tabla 3.1. Extensiones (en miles de ha)* de las zonas de períodos de crecimiento por divisiones climáticas (Ortiz, 1981)
División Climática
Zona de período Extensión
de crecimiento (días) Tropical caliente Tropical templada Tropical fría Total (000 ha) (% del territorio)
0-74 86 376 8 271 88 647 45.55
75-89 3 993 3 246 7 239 3.72
90-119 11 168 5 510 66 16 744 8.60
120-149 9 450 3 179 125 12 754 6.55
150-179 13 214 2 254 166 15 634 8.03
180-209 18 798 1 697 71 20 566 10.57
210-239 7 287 395 6 7 688 3.95
240-269 3 661 221 6 3 888 2.00
270-299 6 148 134 6 6 288 3.23
300-329 5 348 204 6 5 648 2.90
330-364 84 84 0.04
365 9 023 395 9 418 4.84
Total 168 640 25 506 452 194 598 100.00
* No se cuantificaron los grandes cuerpos de agua (presas, lagunas, etc.).
65
Geografía de suelos de México
Ácuico (L. aqua, agua). Es un régimen de reducción en el que el suelo está vir-
tualmente libre de oxígeno disuelto por estar saturado con agua. Si la tem-
peratura del suelo es menor a 1°C, dicho régimen no se considera como
Ácuico.
Údico (L. udus, húmedo). Su sección de control está húmeda en alguna parte
por un período tan largo como 90 días acumulativos. Si la temperatura
media anual del suelo es menor de 22°C y las temperaturas medias de verano
(junio, julio y agosto) y de invierno (diciembre, enero y febrero) a los 50 cm
de profundidad difieren en 6°C o más, la sección de control puede estar seca
por menos de 45 días consecutivos dentro de los 4 meses después del solsti-
cio de verano. Este régimen, cuando es extremadamente húmedo, se llama
Perúdico (L. per, a través del tiempo y udus, húmedo).
Arídico o tórrido (L. aridus, seco y del L. torridus, caliente y seco). Estos tér-
minos se usan para el mismo régimen de humedad. Su sección de control
66
Capítulo 3. El factor clima en la distribución de suelos en México
en años normales está seca en todas partes por más de la mitad de los días
acumulativos cuando la temperatura del suelo es superior a 5°C y húmeda
en alguna o en todas partes por menos de 90 días consecutivos cuando la
temperatura del suelo es superior a 8°C.
Xérico (Gr. xeros, seco). Es el régimen que caracteriza a las regiones con clima
mediterráneo, donde los inviernos son húmedos y frescos y los veranos
cálidos y secos.
30°
30°
W E
26°
26°
Océano
Pacífico Golfo de
22°
México
22°
Nomenclatura
Superficie 1,964,375 km2 (%)
Árido . . . . . . . . . . . 0.56
Arídico . . . . . . . . . . 38.52
Ústico. . . . . . . . . . . 40.74
Údico. . . . . . . . . . . 19.38
Periódo . . . . . . . . . . 0.80
Escala 1:12,500,00
18°
18°
Kilómetros
0 225 450 625 900
67
Geografía de suelos de México
68
Capítulo 3. El factor clima en la distribución de suelos en México
Cryico (Gr. Kryos, frío; para indicar muy frío). Los suelos de este régimen tienen
una tma⬍8°C y no tienen permafrost.
69
Geografía de suelos de México
12%. Además, los que cubren una menor extensión son el Mésico (1.4%), el
Isomésico (⬍1%) y el Cryico (en la Estación Meteorológica del Nevado de
Toluca, a 4 000 m de altura).
En la Tabla 3.3. se reportan las extensiones estatales de los regímenes de tem-
peratura de los suelos, donde se pueden establecer las mayores coberturas terri-
toriales de los regímenes establecidos en el país.
Comentarios finales
Es importante reconocer que en el tema tratado tenemos un rezago histórico,
que hace recomendable que tanto las instituciones educativas como las guber-
namentales dedicadas al estudio de los suelos se conviertan en promotoras
para la elaboración de investigaciones, tanto a nivel básico como aplicado.
Asimismo, es notoria la falta de trabajos en el país que relacionen las dife-
rentes propiedades de los suelos con parámetros climáticos específicos o com-
binados. Por otra parte, respecto a la clasificación de los suelos, se requiere
aceptar la necesidad de una verdadera actualización en relación a los que se
usan actualmente para poder definir la escuela de conocimiento que conviene
seguir en relación al factor clima.
30°
30°
W E
26°
26°
Océano
Pacífico
Golfo de
Nomenclatura México
Superficie 1,964,375 km2 (%) 22°
22°
Cryico . . . . . . . . . . 0.01
Frígido . . . . . . . . . . 0.11
Mésico . . . . . . . . . . 1.35
Iso térmico . . . . . . . 12.00
Térmico . . . . . . . . . 23.00
Isohipertérmico . . . . . 37.17
Hipertérmico . . . . . . 26.00
18°
18°
Escala 1:12,500,00
Kilómetros
0 225 450 625 900
70
Capítulo 3. El factor clima en la distribución de suelos en México
Tabla 3.3. Extensiones estatales, en porcentaje, de los regímenes de temperatura del suelo
Estados Cryico Isomésico Mésico Isotérmico Térmico Isohipertérmico Hipertérmico
Aguascalientes 80,67 16,92 0,93 1,48
Baja California 0,10 12,31 47,89 20,59 19,11
Baja California Sur 0,81 4,68 29,64 64,87
Campeche 100.00
Chihuahua 3,84 10,16 64,26 16,8 4,94
Chiapas 3,66 12,50 83,84
Coahuila 1,04 9,21 37,26 52,49
Colima 100.00
Distrito Federal 1,36 24,64 74.00
Durango 0,04 5,70 15,34 48,76 16,06 14,1
Estado de México 0,01 6,54 18,27 55,25 8,83 11,1
Guanajuato 77,61 17,11 4,21 1,07
Guerrero 0,94 7,62 91,44
Hidalgo 0,08 2,70 63,72 13,63 12,84 7,03
Jalisco 21,31 31,69 46,91 0,09
Michoacán 0,16 1,14 25,88 18,75 54,07
Morelos 3,15 1,90 5,40 23,04 66,51
Nayarit 0,04 15,82 84,14
Nuevo León 9,60 14,62 4,85 70,93
Oaxaca 0,02 1,19 14,55 24,02 60,22
Puebla 0,12 4,98 44,69 14,20 32,82 3,19
Quintana Roo 100.00
Querétaro 57,47 13,40 12,70 16,43
Sinaloa 0,63 5,54 24,62 69,21
San Luis Potosí 30,71 29,89 16,12 23,28
Sonora 0,08 0,38 7,04 14,32 78,18
Tabasco 100.00
Tamaulipas 1,18 3,47 7,68 87,67
Tlaxcala 0,1 11,34 88,56
Veracruz 0,46 1,85 5,50 3,65 61,16 27,38
Yucatán 99,51 0,49
Zacatecas 26,93 58,63 14,04 0,4
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72
Capítulo 4. El factor relieve en la distribución
de suelos en México
Lenom Cajuste Bontemps1* y Ma. del Carmen Gutiérrez Castorena1
Conceptos básicos
El relieve comprende las deformaciones de la superficie terrestre, dictadas por
la geomorfología del paisaje (Chorley et al., 1984) e interactúa con los otros
factores formadores (clima y biota) de manera dinámica, determinando dife-
rentes paisajes y diferentes unidades del suelo (Jenny, 1994). De igual manera,
73
Geografía de suelos de México
Altitud
La elevación tiene efectos sobre variables climáticas y florísticas del paisaje
que inciden en el desarrollo de los suelos (Figura 4.1). En lugares de baja ele-
vación el clima tiende a ser cálido y las temperaturas ambientales, por ende,
favorecen velocidades de reacción altas en el suelo, que aceleran el intempe-
rismo y la pedogénesis (Duchaufour, 1970). Además, la vegetación en estas
zonas aporta materia orgánica que se mineraliza rápidamente (Liu et al., 2007).
Contrariamente, el clima en regiones con elevaciones altas es generalmente
ha
C
hb
hc
Figura 4.1. Efecto de la altitud topográfica en el régimen de temperatura e intensidad de reacción del suelo. En el punto A), la altitud (ha) es máxima con respecto
a los puntos B) (hb) y C) (hc); la conducción de calor es menor y la convección atmosférica es mayor, debido a la baja densidad relativa del aire, a pesar que la radiación
es casi la misma en los tres puntos. La oscilación térmica, además, tiende a ser mayor en A), en comparación con los otros dos puntos. En contraste, la conducción de
calor es mayor y la convección atmosférica es menor en el punto C), debido a la menor altitud y la mayor densidad relativa del aire, respectivamente. Consecuentemente,
la oscilación térmica es menor y la temperatura del suelo es mayor en C), en comparación con los otros dos puntos (Soil Web, 2004). El punto B) ilustra una situación
intermedia, donde el régimen de temperatura y las velocidades de reacción en el suelo se hayan entre los límites de los mismos, demarcados por los puntos A) y C)
anteriores.
74
Capítulo 4. El factor relieve en la distribución de suelos en México
frío y por lo tanto las velocidades de reacción en el suelo son más bajas (Ritter,
2000); en consecuencia, el proceso de intemperismo y el desarrollo pedogéneti-
co es más tardado en dichos lugares. Adicionalmente, la vegetación en estos
lugares puede aportar materia orgánica que no se mineraliza tan rápido (Liu
et al., 2007), por lo tanto su acumulación es visible en la superficie del suelo.
Meseta. Planicie extensa situada a considerable altura sobre el nivel del mar.
Cantil. Sitio o lugar que forma escalón en la costa o en el fondo del mar.
Talud. Superficie plana, inclinada o con pendiente, que forma los derrubios, acu-
mulados por la erosión al pie de un acantilado o de una vertiente abrupta.
Planicie. Terreno llano cuyo espacio tiene poca o ninguna variación en la altura de
la superficie con respecto al nivel del mar (no tiene inclinación ni pendiente).
Cresta
Ladera
Meseta
Cantil Barranca
Talud
Declive Declive
Depresión
Cauce
75
Geografía de suelos de México
Cada uno de estos términos puede ser modificado con base en la forma de la
pendiente; por ejemplo: meseta ligeramente convexa, talud escarpado, declive
cóncavo, planicie ligeramente ondulada, ladera convexa, crestas agudas, crestas
romas, y en términos de la magnitud de la pendiente: declive ligero, declive pro-
nunciado, ladera convexa ligeramente escarpada y ladera escarpada, entre mu-
chos otros. También se pueden utilizar términos geomorfológicos como: cono
cinerítico, abanico aluvial, dique o escarpa.
Pendiente
La pendiente se describe en términos de forma y de porcentaje. La forma de la
pendiente, comparada con la forma del terreno, es particular; aunque es posible
que las dos coincidan, como en las planicies, o que las dos difieran, como en los
terrenos ondulados donde puede haber pendientes cóncavas y convexas. Las
formas básicas de las pendientes se presentan en la Figura 4.3.
Hay también formas compuestas de pendientes, que son combinaciones
de las anteriores. Para describir una pendiente compuesta se comienza nom-
brando a la pendiente superior y después a las inferiores.
76
Capítulo 4. El factor relieve en la distribución de suelos en México
Cresta
Ladera
pendiente alta
Material residual
Pendiente media
Pendiente baja
(pie de monte)
Material residual
Plano aluvial
Material aluvial
Manto
rocoso
77
Geografía de suelos de México
Pendiente: inclinación
La magnitud de la pendiente influye en el escurrimiento y en las propiedades
físicas del suelo, principalmente en la textura (Foth, 2008; Levine, 2001). En
terrenos con alta pendiente la infiltración del agua es menor, como se ilustra
en la Figura 4.6, y por lo tanto el escurrimiento del agua es mayor, ocasionando
un efecto erosivo más fuerte, transportando con mayor facilidad las partícu-
las finas de la superficie del suelo. Consecuentemente, la textura en las capas
superficiales es más gruesa, la porosidad total y la capacidad de retención de
humedad son menores, el tamaño de poros y la densidad aparente son más
altas, y el intercambio gaseoso es mayor (Krasilnikov et al., 2007; Ritter, 2000).
Por el contrario, en zonas con baja pendiente la infiltración del agua aumenta
(véase nuevamente Figura 4.6) y el escurrimiento superficial es menor, aunado
a un aporte de material proveniente de zonas con mayor pendiente. Como re-
sultado, la textura en capas superficiales tiende a ser más fina, la porosidad total
y la capacidad de retención de humedad son mayores, el tamaño de poros y la
densidad aparente son más bajas, y el intercambio gaseoso es más tortuoso
(Brady y Weil, 2009; Krasilnikov et al., 2007; Liu et al., 2007). Adicionalmente,
Figura 4.5. Efecto de la topoforma en el desarrollo pedogenético de los suelos. En el punto a) la infiltración depende de la permeabilidad de la capa superficial;
cuando existe material vegetal que favorece la retención de humedad, las partículas minerales forman agregados con el material orgánico, disminuyendo el escurrimien-
to y favoreciendo el desarrollo in situ de los suelos. Cuando no existe cubierta vegetal el escurrimiento se ve favorecido y las partículas minerales se desplazan con el
proceso anterior. Contrariamente, en el punto d) se recibe material de todo ese escurrimiento proveniente del exterior; no obstante, la infiltración es nuevamente fun-
ción de la permeabilidad de la capa superficial, llegando en ocasiones a presentar condiciones de inundación. Los puntos b), c) y e) presentan escurrimiento y poca
infiltración, que dependen principalmente del grado de inclinación de la superficie. De manera particular, el punto e) presenta menor escurrimiento superficial, compara-
do con los puntos b) y c); mientras que el punto b) presenta el mayor índice de escurrimiento, en comparación con los demás puntos.
78
Capítulo 4. El factor relieve en la distribución de suelos en México
d
e
Figura 4.6. Efecto de la inclinación topográfica sobre la formación del suelo. En el punto a) la pendiente no es fuerte, por lo tanto el escurrimiento superficial no
es considerable, el arrastre de material superficial es mínimo. La textura en este punto puede ser de media a fina. A medida que la pendiente del terreno aumenta
b), el escurrimiento superficial es mayor, removiendo las capas superficiales y produciendo suelos con texturas gruesas, hasta el punto en que no habría suelo c) y la
roca madre quedase descubierta, caso ilustrado en las cascadas. En el punto d) la energía cinética del escurrimiento superficial es máxima, aun cuando la pendiente
comienza a disminuir; en consecuencia, en ocasiones produce la deposición de sedimentos y socavamientos. En este punto la textura de los suelos es de gruesa a
media. Finalmente en el punto e) la pendiente vuelve a ser mínima y el escurrimiento es casi nulo; los aportes de material dan a los suelos del lugar una textura
generalmente fina y su desarrollo morfológico es por lo regular incipiente.
79
Geografía de suelos de México
corta
verano a
b
c larga
d invierno
verano
N
E invierno
O
S
Figura 4.7. Efecto de la exposición del terreno al Sol, sobre el desarrollo del suelo. Durante el verano, el Sol a) ilumina de manera más directa y uniforme la
superficie, proporcionando una cantidad de luz de onda corta mayor que la proporcionada durante el invierno. En este último punto d) el Sol ilumina con mayor can-
tidad de energía las superficies expuestas al sur, mientras que las superficies expuestas al norte reciben menor cantidad de iluminación en comparación con el verano.
Las longitudes de onda durante el invierno son generalmente mayores que en verano. El resultado final es mayor humedad, menor temperatura y menor oscilación
térmica en terrenos expuestos al norte, y mayor oscilación térmica, mayor temperatura y menor humedad en terrenos orientados al sur. La textura en ocasiones
varía, encontrándose suelos de textura fina en lugares con exposición norte, y ubicándose suelos de textura media en terrenos con exposición al sur.
Clima
estable Bordo de
in situ transmisión
incipiente
A
B Ladera de
transmisión
Roca
C Pie de
recepción
coluvial Valle
recepción
fluvial
D
E
80
Capítulo 4. El factor relieve en la distribución de suelos en México
considerable de material a las zonas bajas (Figura 4.8), en las cuales es difícil el
desarrollo de suelos y a menudo queda descubierto el material parental (Krasil-
nikov et al., 2007). En el pie de monte se establece una zona coluvial debido a
la recepción de material proveniente de las partes altas (Sauer et al., 1998). El
clima es menos húmedo y el desarrollo del suelo es incipiente a causa de la
constante adición de material transportado (Sowcroft et al., 2004). El valle es
igualmente una zona de recepción de material fluvial, con un clima también
menos húmedo, y con una cantidad de escurrimiento menor, lo que permite
en ocasiones el desarrollo de suelos en el lugar (Levine, 2001).
Los eventos descritos hacen evidente una estrecha relación entre las pro-
piedades del suelo y el relieve en el cual se desarrolla su perfil (Burt y Arkell,
1987; Dere et al., 2006; Avilés-Hernández et al., 2009). Dichas asociaciones se
conocen también como topofunciones (Krasilnikov et al., 2007). Las aplicacio-
nes de las topofunciones son útiles, sobre todo en la cartografía digital de suelos,
actividad que últimamente está tomando gran auge, principalmente en las
áreas de agricultura de precisión, y prevención y mitigación de desastres natu-
rales.
También existe una dependencia entre el grado de evolución del suelo y su
posición en el paisaje. Esta relación entre los suelos y el relieve se llama catena
de suelos o topo secuencias (Sedov et al., 2008).
La catena representa el escalonamiento regular de suelos (Brady y Weil, 2009;
Krasilnikov et al., 2007; ncss, 2010) dando una sucesión cuyo grado de desa-
rrollo varía de forma continua con la pendiente y mostrando niveles de igual
desarrollo para suelos situados en la misma posición topográfica (con iguales
inclinaciones y cotas topográficas).
Una de las catenas más estudiadas es la del Tláloc-ex lago de Texcoco en el
Estado de México (Figura 4.9).
Se han realizado estudios de los diferentes materiales parentales, específi-
camente los relacionados con los tepetates (Quantin, 1992; Rodríguez et al.,
1999) y con los materiales fluviales y lacustres (Del Valle, 1983; Gutiérrez-Cas-
torena et al., 2005, 2006), además de estudios de diferentes sucesiones vegetales
(Sánchez González et al. 2006), grados de intemperismo (Gutiérrez-Castorena
et al., 2007) presencia de metales traza (Balderas-Plata et al., 2006), indicadores
bioquímicos (Pájares-Moreno et al., 2010) y diferentes tipos de erosión (Ventura
et al., 2001).
81
Geografía de suelos de México
Leptosol
Andosol
Andosol /
4100 msnm Luvisol
A
0 Cambisol
R A 0
A
Bw Bw
Bw2 Fluvisol
2Btb A
2Crt Bw Feozem Solonchak
2Crt
Ap
Ap 2 230 msnm
2C
3C 2C L1
4C 3L
L2
L3
800 mm 700 mm 600 mm 550 mm 550 mm 450 mm 400 mm
6ºC 7ºC 8ºC 9ºC 10ºC 11ºC 12ºC
Pastizal B. Pino B. Pino-Encino V. secundaria Material fluvial Pastizal P. halófilo
Roca Ceniza volcánica Ceniza volc/toba Toba Material fluvial Material fluvial Lacustre
udic/frigid udic/frigid udic/mesic ustic/mesic ustic/mesic ustic/mesic ustic/mesic
Figura 4.9. Catena de suelos de la región del Tláloc, Eje Neovolcánico, Estado de México (Rodríguez et al., 1999; Gutiérrez-Castorena et al., 2005).
82
Capítulo 4. El factor relieve en la distribución de suelos en México
83
Geografía de suelos de México
Tabla 4.1. Las asociaciones entre topoformas y los suelos encontrados en ellas
Planicie Valles Cono Planicie Área de
Montaña Lomeríos Planicie ondulada Valles estrechos Cordilleras volcánico Cañada Cuestas lacustre inundación
Andosoles xxx xxx
Regosoles xx xx
Leptosoles xx xx xx xx xx
Gleysoles xxx
Vertisoles xx xx xx
Planosoles xx
Luvisoles xx xx xx xx xx
Acrisoles xx xx
Cambisoles xx xx xx
Solonchaks xx
Kastañosems xx xx
Nitisoles xx xx
Calcisoles xxx xx
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Geografía de suelos de México
86
Capítulo 5. El tiempo como factor de la variabilidad
y distribución geográfica de los suelos
Sergey Sedov1* y Elizabeth Solleiro Rebolledo1*
87
Geografía de suelos de México
También hay que tener en cuenta que hay procesos que ocurren con mayor
rapidez, como las reacciones de intercambio de gases, aire, calor, agua y iones
en solución, cuyos ritmos son diarios o anuales (Richter, 1987).
Las diferencias marcadas de los tiempos característicos determinan el im-
pacto de la duración de la edafogénesis en las propiedades de los suelos. Las
propiedades formadas en intervalos cortos de desarrollo en suelos jóvenes,
son principalmente consecuencia de procesos rápidos. Los procesos intermedios
y lentos se realizan en los cuerpos edáficos más antiguos, cuyos lapsos de des-
arrollo son comparables con sus tiempos característicos. Esto origina un con-
junto de rasgos pedogenéticos distintos y, en consecuencia, en una diversidad
de tipos de suelo en ambos casos de edafogénesis (joven y antigua), siempre y
cuando los otros factores (clima, material parental y biota) estén nivelados.
88
Capítulo 5. El tiempo como factor de la variabilidad y distribución geográfica de los suelos
89
Geografía de suelos de México
90
Capítulo 5. El tiempo como factor de la variabilidad y distribución geográfica de los suelos
91
Geografía de suelos de México
92
Capítulo 5. El tiempo como factor de la variabilidad y distribución geográfica de los suelos
93
Geografía de suelos de México
94
Capítulo 5. El tiempo como factor de la variabilidad y distribución geográfica de los suelos
AE
A A
E
AB
AC Bt
Bw
C C C
Figura 5.1. El esquema evolutivo de los suelos desarrollados en las cenizas volcánicas (Sedov et al., 2003; reproducido con el permiso de Elsevier).
95
Geografía de suelos de México
96
Capítulo 5. El tiempo como factor de la variabilidad y distribución geográfica de los suelos
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Geografía de suelos de México
98
Capítulo 6. Los ecosistemas como factor geográfico
de distribución de los suelos
Norma Eugenia García Calderón1*
1Laboratorio de Edafología “Nicolás Aguilera”, Unidad Multidisciplinaria de Docencia e Investigación, Facultad de Ciencias,
Campus Juriquilla, Universidad Nacional Autónoma de México.
* normaeu@fata.unam.mx.
99
Geografía de suelos de México
Tabla 6.1. Los biomas principales de la Tierra, los suelos dominantes correspondientes y sus propiedades,
modificado después de Woodward (2003)
Bioma Suelos Propiedades de suelos más importantes
Acrisoles, Alisoles, Ácidos, desaturados, el ecosistema desarrolla adaptaciones para
Bosque tropical cálido húmedo
Ferralsoles, Nitisoles fijar nitrógeno, solubilizar fósforo, contenidos de MO* bajos
Ácidos, en general desaturados, el ecosistema desarrolla
Bosque tropical cálido húmedo Lixisoles, Luvisoles, Cambisoles adaptaciones para fijar N y solubilizar P, contenidos de
MO bajos a medios
Sabanas tropicales Alisoles, Lixisoles, Vertisoles, Acrisoles plínticos Desde ácidos desaturados, contenidos de MO bajos a medios
Someros en general, saturados, neutros a alcalinos, contenidos
Calcisoles, Gypsisoles, Regosoles, de MO muy bajos. En el relieve plano y en cuencas endorreicas,
Desiertos
Cambisoles, Solonchaks acumulan sales, o carbonatos formando horizontes endurecidos
(caliche)
Saturados, de reacción neutra a ligeramente alcalina, con
Praderas templadas horizontes diagnósticos de acumulación de MO, suelos fértiles
Chernozems, Kastañozems, Phaeozems
(estepas, praderas, pampas) ricos en nutrimentos, con acumulación de carbonatos de calcio
secundarios más evidentes en los ambientes subhúmedos
Luvisoles y Cambisoles (Terra rosa y Terra Compactados, pedregosos, poco desarrollados en general.
Bosques y matorrales mediterráneos
fusca), en las áreas estables antiguas Durisoles Con acumulación de calcio y de otras bases y de óxidos de fierro
Ligeramente ácidos, relativamente ricos en MO y nutrimentos.
Bosques caducifolios templados
Luvisoles, Phaeozems gréyicos, Cambisoles Los carbonatos de calcio secundarios se encuentran en la
(de hoja ancha)
profundidad mayor de 1 m
Ácidos, lixiviados de bases y nutrimientos, pobres en MO,
Bosques boreales Cryosoles, Podzoles, Albeluvisoles, Histosoles
con alta movilidad de Fe y Al en el perfil
Tundra Cryosoles, Gleysoles Ligeramente ácidos, pobres en nutrimientos y MO
Histosoles, Gleysoles, Stagnosoles, Ricos en MO (mayormente poco descompuesta), Fe y Mn
Humedales
Solonchaks se encuentran en la forma reducida
*MO ⫽ materia orgánica.
100
Capítulo 6. Los ecosistemas como factor geográfico de distribución de los suelos
101
Geografía de suelos de México
102
Capítulo 6. Los ecosistemas como factor geográfico de distribución de los suelos
Trópico húmedo
Este bioma incluye los ecosistemas de mayor productividad biológica y diver-
sidad de especies del planeta; se distribuye desde la planicie costera del Golfo
de México y abarca el sureste de San Luis Potosí, el extremo norte de Puebla, la
mayor parte de Veracruz y Tabasco, el norte de Oaxaca y el norte de Chiapas.
También incluye el oriente de Chiapas hasta su frontera con Guatemala, la
vertiente del Pacífico de la Sierra Madre de Chiapas, así como las porciones
meridional y oriental de la península de Yucatán. Algunos autores clasifican
las selvas subhúmedas del sur de Oaxaca y la costa de Jalisco y Nayarit como
selvas medianas subperennifolias, pero lo más usual es que en conjunto se cla-
sifiquen dentro de la zona ecológica tropical subhúmeda, que en general se
encuentra muy fragmentada. Las extensas selvas que cubrieron hace tiempo
los trópicos húmedos de México han desaparecido en su mayor parte, quedan-
do reducidas a menos del 10% de su extensión original. Su fragilidad potencial
se manifiesta ante la perturbación antropogénica en su degradación biofisico-
química edáfica, en donde su gran complejidad en cuanto a composición, es-
tructura y funcionamiento ecológico se deteriora en función de la pérdida del
103
Geografía de suelos de México
Tabla 6.2. Los suelos más representativos de los biomas y ecosistemas en México (modificado de Rzedowski, 1978
y Palacio-Prieto et al., 2000)
Suelos Bioma Ecosistemas terrestres
Acrisoles
Luvisoles
Alisoles
Ferralsoles Bosque tropical perennifolio Trópico húmedo
Cambisoles
Nitisoles
Acrisoles
Luvisoles
Umbrisoles
Cambisoles Bosque tropical subperennifolio Trópico subhúmedo
Alisoles
Nitisoles
Feozems
Luvisoles
Chernozems
Bosque tropical caducifolio y subcaducifolio
Cambisoles
Kastañozems Templado subhúmedo
Calcisoles
Bosque espinoso (mezquital)
Leptosoles
Chernozems
Kastañozems Pastizal
Feozems Matorral xerófilo y pastizal semidesértico
Calcisoles
Matorral xerófilo
Arenosoles
Andosoles
Bosque de coníferas
Feozems
Cambisoles
Leptosoles Bosque de coníferas y latifoliadas
Regosoles Bosque de pino y encino
Feozems
Cambisoles
Bosque de quercus
Regosoles
Leptosoles
Andosoles
Cambisoles
Bosque mesófilo de montaña Bosque mesófilo de montaña
Luvisoles
Umbrisoles
Gleysoles
Stagnosoles Vegetación acuática y subacuática Canacoitales, corozales, jahuactales, punktales y timbales
Fluvisoles
Andosoles
Umbrisoles Pastizales de páramo de altura Zacatonales alpinos
Regosoles
104
Capítulo 6. Los ecosistemas como factor geográfico de distribución de los suelos
105
Geografía de suelos de México
Ejemplos de ello son el cambio de uso del suelo en Los Tuxtlas, Veracruz, el
área más septentrional ocupada por selvas húmedas tropicales en el continente
americano, áreas donde las selvas se han reducido de 250 000 ha a ⬍40 000; en la
península de Yucatán las selvas altas quedaron dentro de las reservas de la biosfe-
ra de Calakmul y Sian Ka’an; la condición actual es fragmentaria y sólo prevalece
en los estados de Chiapas, Campeche, Quintana Roo, Oaxaca y Veracruz.
La causa de la deforestación proviene en gran parte de la suposición de que
los suelos que permiten el desarrollo de la vegetación tan exuberante son suelos
muy fértiles; sin embargo, en relación con el ecosistema, son también suelos muy
frágiles, donde las reservas de nutrimentos se concentran en los primeros cen-
tímetros de su superficie y por lo tanto no son aptos para la agricultura exten-
siva, y mucho menos para la ganadería por el deterioro de sus propiedades
físicas. En Tabasco, la reserva de la biosfera pantanos de Centla, de 302 706 ha,
donde quedaron áreas protegidas importantes de selva mediana subperenni-
folia y de manglares, la formación de Histosoles se favorece por la productividad
del ecosistema en condiciones de descomposición muy lenta debido a la poca
aireación en relación con la saturación de humedad.
Trópico subhúmedo
En la zona ecológica tropical subhúmeda de México predomina el bosque tro-
pical caducifolio en el que la precipitación pluvial se concentra en una breve
temporada de lluvias de verano seguida por una temporada de sequía que dura
de cinco a ocho meses (noviembre a junio) y durante la cual la mayoría de las
plantas pierden sus hojas (Challenger, 1998).
En esta zona también existen el bosque tropical subperennifolio y las selvas
altas o medianas subcaducifolias, durante la temporada de estiaje cuando la
humedad atmosférica se mantiene alta en las áreas donde se establecen estos
tipos de vegetación, por causas como pueden ser la orientación en la ladera o
en barrancas, o donde los suelos son capaces de retener mayor humedad (suelos
con propiedades ándicas o con horizontes superficiales con abundante acumu-
lación de materia orgánica y arcillosos). Esto alivia las condiciones de sequía y
favorece gran cantidad de especies perennifolias, aun cuando dominan las ca-
106
Capítulo 6. Los ecosistemas como factor geográfico de distribución de los suelos
ducifolias. Aunque durante la época de lluvias las selvas medianas o altas sub-
caducifolias se asemejan superficialmente a los bosques del trópico húmedo,
desde el punto de vista fenológico y ecológico se consideran un tipo de vege-
tación de transición entre ambos tipos de bosque, como en la península de
Yucatán (Rzedowski, 1978).
El bosque espinoso también se incluye en esta zona ecológica, con afinidades
florísticas netamente tropicales, donde debido a la sequía la mayoría de las
especies son caducifolias y están armadas con espinas. Estas selvas predomi-
nan en las planicies costeras del norte sobre suelos profundos y una modalidad
puede predominar en la vegetación secundaria, derivada de los desmontes de
los bosques medianos subcaducifolios y de la selva baja caducifolia, siendo en
muchas ocasiones difícil de identificar la vegetación primaria de esta zona
ecológica por el gran impacto de las actividades antrópicas.
La mayor parte de las selvas subhúmedas está distribuida a lo largo de las
planicies costeras del Pacífico (desde el sur de Sonora hasta Chiapas) y en las
faldas adyacentes de la Sierra Madre Occidental y la Sierra Madre del Sur, en el
norte de Jalisco, la Depresión del Balsas, el centro de Veracruz, el sur de Tamau-
lipas, la Depresión Central de Chiapas y el estado de Yucatán (Rzedowski, 1978).
También conocido como bosque seco y selvas tropicales secas, cubrían del 8 al
14% de la superficie del país (Rzedowski, 1978; Trejo y Dirzo, 2000); sin em-
bargo, es uno de los ecosistemas con mayor alteración, se desarrolla desde el
nivel del mar hasta 1 900 metros sobre el nivel del mar; la temperatura media
anual fluctúa entre 20 y 29°C y la precipitación se restringe a una temporada
de cuatro a siete meses; corresponde en general a climas cálido subhúmedos, los
árboles alcanzan de 5 a 15 m hasta 20 m. En su composición florística sobre-
salen una gran cantidad de especies de las familias Leguminosae y Burseraceae,
la mayor diversidad de especies del género Bursera se localiza en la cuenca del
Balsas (Oaxaca, Guerrero y Michoacán) donde se encuentra su máxima concen-
tración; en particular, se distribuye desde la reserva de la biosfera de sierra de la
Laguna en el sur de la península de Baja California. En algunas áreas con este
tipo de selvas se ha hecho una fuerte sobreexplotación de algunas especies
para manufactura de artesanías, entre ellas del palo fierro (Olneya tesota) y de
otras de uso medicinal como la cancerina (Hippocratea excelsa), extendidas en
la costa de Sonora y en la región Tarahumara de Chihuahua, respectivamente;
las selvas subhúmedas se localizan también en la sierra de San Javier en Sonora,
y en Chihuahua, Durango y Sinaloa en las vertientes occidentales de la Sierra
Madre Occidental, además de Nayarit, Colima y Jalisco —en donde la mayoría
de los estudios actuales proceden de la reserva de la biosfera de Chamela-Cuix-
mala dentro de la Estación de Biología— y algunas del Parque Nacional Huatulco
en la costa de Oaxaca, así como en extensiones menores en la reserva de la
biosfera sierra de Manantlán. En Chiapas, en la depresión central y en la plani-
cie costera, en donde sólo queda como vegetación residual. En la península de
Yucatán sobre suelos someros Calcisoles y Phaeozems calcáricos, en la cuenca
alta del Papaloapam, Oaxaca, y en porciones variables de los estados de Veracruz,
Hidalgo, Querétaro, Guanajuato, San Luis Potosí y Tamaulipas (Puig, 1991, ci-
tado en Salas, 2002). En la parte oriental de la costa de Oaxaca se ha determina-
do la variación de la estructura de la vegetación en función de sus variables
107
Geografía de suelos de México
Bosque espinoso
Se desarrolla en lugares de clima más seco que el de bosque tropical caducifo-
lio; en general en suelos profundos y en algunos casos mal drenados con inun-
dación temporal, desde el nivel del mar a más de 2 000 metros sobre el nivel
del mar, en climas contrastantes que favorecen la acumulación de bases y la
estabilidad del humus en el horizonte superficial, formando horizontes os-
curos; este tipo de vegetación alcanza de 4 a 15 m de altura y a menudo se
observa una formación densa a nivel de estrato arbóreo, en el caso de los mez-
quitales; en general se consideran especies freatófilas y calcófilas, en suelos
profundos, de texturas medias y con el complejo de cambio saturado de bases.
En todos los casos abundan las especies espinosas y con cierta frecuencia exis-
ten también cactáceas candelabriformes asociadas. En la planicie costera nor-
oriental y en la península de Yucatán ocupan grandes extensiones de suelos
someros, arcillosos, de reacción alcalina, sobre lutitas o calizas, con pendien-
tes leves, lomeríos, y en el pie de monte de montañas; en suelos arcillosos, con
mal drenaje, las inundaciones periódicas favorecen la presencia de propieda-
des reductomórficas, en terrenos planos, representando un climax edáfico,
pues en zonas vecinas de características más favorables existe bosque tropical
perennifolio o subcaducifolio.
108
Capítulo 6. Los ecosistemas como factor geográfico de distribución de los suelos
Bosque de encinos
El bosque de encinos representa un bioma de gran dispersión en México con alre-
dedor de 150 a 200 especies, ocupando uno de los primeros lugares por su biodi-
versidad a nivel mundial, donde algunas existen como masas puras de encinos y
otras se ubican dentro de otros biomas con especies características que respon-
den a propiedades del suelo, fundamentalmente al abastecimiento de humedad y
nutrimentos, abarcando su distribución un área aproximada de 15⫻106 ha; inclu-
so dentro de una misma especie la naturaleza del suelo influye en la fisonomía y
en la edad del arbolado. El bosque de encinos se localiza entre 1 000 y 2 500 metros
sobre el nivel del mar, sobre todo en las cadenas montañosas de la Sierra Madre
Occidental, Sierra Madre Oriental, Sierra Madre del Sur, existen varias comu-
nidades en donde las especies de encinos y su estructura son diferentes:
Comunidades xerófilas entre 2 000 y 2 600 metros sobre el nivel del mar de
Quercus sideroxyla, Q. laeta, Q. gentry, Q. deserticola y Q. potosina, entre algu-
nas de las principales especies con menor demanda de humedad edáfica.
109
Geografía de suelos de México
Comunidades termófilas entre 1 000 y 2 000 metros sobre el nivel del mar, en
el sur del eje neovolcánico y de la Sierra Madre del Sur con Quercus mag-
noliifolia, Q. resinosa, Q. scytophylla, Q. germana y Q. conspersa.
Bosque de pino-encino
Se ubica en la zona templada del país, entre las cotas de 1 800 a 2 400 metros
sobre el nivel del mar, en forma de asociaciones donde domina uno u otro
género; su dominancia depende de las condiciones abióticas y su geografía se
relaciona con áreas de ladera en ambientes desde condiciones templado
húmedas a templado semiáridas, en la sierra de San Pedro Mártir en Baja
California, en la Sierra Madre Occidental, Sierra Madre Oriental, Eje Neovol-
cánico, Sierra Madre del Sur, donde también coexiste con otros géneros de
coníferas. Estudios cuantitativos de este bioma han sido elaborados por múl-
tiples autores; entre los primeros se mencionan los de Madrigal et al. (1970),
quienes estudian además la asociación de Pinus douglasiana, P. pseudostrobus
y Quercus crassifolia en Michoacán y la asociación de Pinus pringlei, P. dougla-
siana, P. lawsonii, P. maximinoi, Quercus obtusata, Q. resinosa y Q. castanea en
el cerro de la Cruz, dentro del Eje Neovolcánico, relacionando parámetros edá-
ficos de Andosoles con el desarrollo de las masas forestales para determinar la
calidad de estación mediante curvas edad-altura y diámetro-altura, entre al-
gunos de los parámetros dasométricos en función de algunas propiedades del
suelo (textura) y del relieve; después de aplicar modelos de regresión múltiple
110
Capítulo 6. Los ecosistemas como factor geográfico de distribución de los suelos
Bosque de coníferas
Este bioma se ubica también en gran parte de los declives de las principales
sierras del país, desde el nivel del mar hasta 4 000 metros sobre el nivel del
mar. El bosque de Pinus es el más distribuido en ese rango de relieve y sus
estudios tradicionalmente han sido los más abundantes dentro de las relacio-
nes de dependencia entre el suelo y el ecosistema, puesto que desde princi-
pios del siglo pasado se iniciaron investigaciones orientadas a la productividad
maderable de estos ecosistemas y por los usos redituables que se le dan. El
bosque de oyamel es una comunidad mesófila que se desarrolla en las laderas
entre 2 800 y 3 600 metros sobre el nivel del mar (Bello y Lavat, 1987) y se dis-
tribuye ampliamente en el Eje Neovolcánico y en la Sierra Madre Occidental,
en suelos profundos con elevados contenidos de materia orgánica en sitios
donde se conserva la humedad, por su posición en el relieve y por la presencia
de arcillas y complejos arcilla-humus que favorecen el crad y las buenas condi-
ciones de aireación, muy evidentes en los Andosoles.
En el bosque de Pinus la presencia de ciertas especies se da en función de su
posición en el relieve y de la profundidad del suelo, en su mayoría correspon-
den a especies con baja demanda de nutrimentos, oligotróficas; sin embargo,
su desarrollo se potencia en ambientes mesotróficos, todas son dependientes de
un efecto de rizosfera en el cual se den condiciones aerobias y dependen de su
simbiosis con ectomicorrizas.
Existen varias comunidades dominadas por diferentes especies:
Entre 1 500 y 2 200 metros sobre el nivel del mar, en el eje neovolcánico, domi-
nan especies de Pinus douglasiana, P. montezumae, P. oocarpa, P. michoacana
var. cornuta y P. lawsonii, suelos profundos, aireados y con moderada can-
tidad de nutrimentos, de los grupos Andosol, Phaeozem, Acrisol.
Entre 2 000 y 2 700 metros sobre el nivel del mar se ubican P. leiophylla, P.
montezumae y P. teocote.
111
Geografía de suelos de México
Entre 2 700 y 3 000 metros sobre el nivel del mar se distribuyen P. pseudostrobus,
P. rudis y P. teocote, en Andosoles, Phaeozem, Acrisoles y en algunos casos
Regosoles ándicos y Leptosoles.
Entre 3 500 y 4 000 metros sobre el nivel del mar sólo se desarrolla P. hartweggii
en suelos muy aireados, en su mayoría Andosoles vítricos, Regosoles y Lep-
tosoles.
112
Capítulo 6. Los ecosistemas como factor geográfico de distribución de los suelos
ocupan. Los géneros arbóreos más importantes son Quercus, Carpinus, Clethra,
Cornus, Meliosma, Sympocos, Oreopanax, Ficus, Styrax, Ternstroemia.
113
Geografía de suelos de México
114
Capítulo 6. Los ecosistemas como factor geográfico de distribución de los suelos
de Cortés, hasta las costas de Sinaloa. Luego se tienen las zonas de manglares
más extensas del país en la costa de Nayarit, donde los Solonchaks se desarro-
llan en terrazas actuales. Su uso y manejo se ha dado en agroecosistemas de
palmares en el Pacífico sur, en grandes extensiones de las costas de Jalisco,
Guerrero y Oaxaca; también se presentan Solonchaks en el litoral más plano
de la región del istmo de Tehuantepec, con los graves problemas de intrusión
marina, aunque no es la única región en donde se tienen, debido al aumen-
to en la extracción de los mantos freáticos de agua dulce cercanos. Por otro
lado, en el litoral del Golfo de México estos mismos problemas se han agudiza-
do en los últimos años en las zonas de costa de los estados de Tamaulipas y el
norte del estado de Veracruz, vinculados a la naturaleza de los suelos con altos
contenidos de arcillas expandibles en zonas cercanas a los litorales, mientras
que en el sur las propiedades de los suelos se relacionan a un mayor aporte de
residuos orgánicos de la vegetación de los manglares con dominancia de va-
rias especies de Rhizophora, Avicinnia, Laguncularia y Conocarpus, que uni-
dos a los residuos de la fauna de las zonas salobres en el relieve más extendido de
los estados de Tabasco y Campeche han formado suelos orgánicos profundos
del grupo de los Histosoles. En todos los litorales los suelos mencionados al-
ternan con Arenosoles y Fluvisoles; en las playas de relieve muy plano los
materiales varían en función de los arrastres en el relieve desde materiales con
predominancia de minerales primarios producto del ambiente volcánico en
las costas del océano Pacífico, y de minerales secundarios que predominan en las
costas del Golfo y del Caribe, ambos influyen en los colores característicos de
los suelos.
115
Geografía de suelos de México
Conclusiones
El análisis de los ecosistemas puede involucrar una gran diversidad de suelos.
Su mapeo se realiza conforme a las propiedades permanentes que afectan los
patrones geográficos en los ecosistemas y los procesos asociados a los facto-
res, como son el clima y la geoforma. Los suelos ayudan a definir fronteras
para elaborar inventarios funcionales, como aquellos relacionados a la mejor
calidad de sitio silvícola, agrícola o pecuario, o de otras funciones que desem-
peña el suelo en la naturaleza. Este conocimiento requiere de un manejo mul-
ti e interdisciplinario integral y es deseable que el factor geográfico se aplique
a escala similar, que permita definir los mosaicos y las eco-regiones. Esto per-
mitirá definir la interacción entre los sitios y los procesos de un mosaico de
paisajes para su uso y manejo adecuado.
Las estrategias de manejo, los niveles de mapeo y los inventarios deben
correlacionarse para obtener un proceso de manejo más eficiente y consistente.
Los mapas de los ecosistemas y los mapas edáficos proporcionan unidades
permanentes comunes para el manejo integral, y por lo tanto pueden servir
de base para desarrollar mapas de ecosistemas para el desarrollo integral con
base en su interpretación y en la agrupación de los grupos y calificadores de
los suelos y de los ecosistemas para generar mapas de propósitos múltiples, los
cuales serán muy útiles cuando se representen los ambientes en las zonas de
pendientes pronunciadas (steep-slopes) que ocupan gran parte del territorio
del país.
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Capítulo 7. Cambio de la cobertura del suelo
por influencia antropogénica: énfasis en las
regiones tropicales
Alberto Hernández1*, José Irán Bojórquez2, Miguel Osvaldo Ascanio3,
Juan Diego García2, Marisol Morales4, Yenia Borges5
* ahj@inca.edu.cu.
119
Geografía de suelos de México
120
Capítulo 7. Cambio de la cobertura del suelo por la influencia antropogénica: énfasis en las regiones tropicales
Cada tipo de cambio tiene sus aspectos peculiares dependiendo del grado
de impacto humano y de las condiciones ambientales.
• salinización del suelo en el transcurso del riego en las zonas áridas provo-
ca la transformación de los Cambisoles a Solonchaks;
• erosión de los Acrisoles plínticos provoca la exposición y endurecimiento
del horizonte plíntico y formación de los Plintisoles pétricos;
• erosión profunda de los Luvisoles ocasiona la formación de Regosoles;
• el riego de los Nitisoles háplicos bajo el cultivo de arroz lleva al estanca-
miento del agua, conduciendo a la formación de Nitisoles antrácuicos;
• el drenaje continuo de los Gleysoles se manifiesta en la oxidación del hierro
en el perfil y formación de los Cambisoles;
• la oxidación de los sulfuros de hierro en los Fluvisoles prototiónicos des-
pués del drenaje lleva a la formación de Fluvisoles ortotiónicos;
• el manejo y la fertilización continua de los Albeluvisoles ocasiona homo-
geneización de los horizontes superficiales y formación de los Luvisoles.
121
Geografía de suelos de México
122
Capítulo 7. Cambio de la cobertura del suelo por la influencia antropogénica: énfasis en las regiones tropicales
123
Geografía de suelos de México
124
Capítulo 7. Cambio de la cobertura del suelo por la influencia antropogénica: énfasis en las regiones tropicales
125
Geografía de suelos de México
Así, los suelos de las áreas agrícolas pueden degradarse hasta Regosoles,
Solonchaks, Stagnosoles, etc. o transformarse en Antrosoles de alta fertili-
dad. Los suelos de las áreas urbanas, industriales y mineras principalmente,
se transforman en Tecnosoles. La presencia de los suelos transformados
por el hombre complica el proceso de predicción de la distribución geográ-
fica de suelos y de cartografía edáfica. La distribución espacial de suelos y
su delineación (la cartografía) se basa en la distribución de los factores for-
madores de suelo; en el caso de los suelos transformados por el hombre
hay que tener en cuenta otros parámetros: ¿Qué tipo de uso y manejo de
suelo se aplica?, ¿es adecuado y lleva al incremento de la fertilidad de suelo?;
si el manejo no es adecuado ¿qué tipo e intensidad de degradación del sue-
lo se observa? También la historia del uso de suelo tiene importancia. En-
tonces, la geografía de los suelos modificados por las actividades humanas
tiene sus complicaciones y trampas.
126
Capítulo 7. Cambio de la cobertura del suelo por la influencia antropogénica: énfasis en las regiones tropicales
a
HS
0.5m
b
HS GLh GL GLh
0.5m
Figura 7.1. El cambio de la cobertura edáfica de una zona de suelos orgánicos a) después del drenaje y b) la compactación de la turba consecuente;
HS⫽Histosoles; GL⫽Gleysoles; GLh⫽Gleysoles hísticos.
127
Geografía de suelos de México
128
Capítulo 7. Cambio de la cobertura del suelo por la influencia antropogénica: énfasis en las regiones tropicales
vertir los sedimentos marinos en suelo fértil (de Bakker, 1979), en Perú los
indígenas construían terrazas artificiales (Sandor y Eash, 1995), en México los
aztecas crearon las chinampas de los sedimentos lacustres (Ramos et al., 2001).
Una de las tecnologías más comunes y antiguas en todo el mundo es la cons-
trucción de terrazas (Sandor, 2006).
Los suelos construidos por el hombre generalmente se clasifican como
Antrosoles (iuss Working Group wrb, 2006). Aunque estos suelos ocupan
áreas menores es muy importante tomarlos en cuenta en los estudios geo-
gráficos y reflejarlos en los mapas edáficos. Por ejemplo, los suelos de chinampas
anteriormente fueron clasificados como Phaeozems, aunque sus propiedades y
productividad potencial son muy diferentes de dicho grupo; actualmente los
suelos de chinampas se reconocen como Antrosoles térricos.
La contribución antropogénica a la distribución espacial de suelos aumenta
cada año. Sin embargo, la teoría de incorporación de los suelos afectados por
el hombre al esquema general de edafogeografía todavía no está bien desarro-
llada. Esta tarea es una de las más importantes para el futuro.
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Capítulo 8. Metodología de la geografía de suelos
Pavel Krasilnikov1*
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Instituto de Biología, Centro de Investigación de Karelia de la Academia de Ciencias Rusa, Petrozavodsk, Rusia.
* pv@hp.fciencias.unam.mx.
133
Geografía de suelos de México
Materialismo dialéctico
Independientemente de su connotación ideológica del conflicto de materia-
lismo dialéctico, en las ciencias naturales la aplicación del método es bastante
exitoso.
La filosofía del materialismo dialéctico fue desarrollada por Frederico Engels
en los años 70 del siglo XIX, en sus trabajos “Anti-Dühring” y “Dialéctica de la
naturaleza” (se puede consultar, por ej., Engels, 2001). Principalmente, el autor
desarrolló tres leyes del materialismo dialéctico que se comentan a continuación:
134
Capítulo 8. Metodología de la geografía de suelos
ción; por ejemplo, el aluminio activo generalmente daña las plantas, pero
al mismo tiempo mejora la estructura y propiedades físicas del suelo. El
manejo agrícola de la tierra provoca la unificación de los suelos, pero, al
mismo tiempo, causa la diferenciación de suelos por los procesos de ero-
sión y degradación (se puede ver el capítulo 1 de este libro). Hay varios
ejemplos de cartografía: no se pueden mostrar en un mapa, simultánea-
mente, las distancias y los ángulos sin distorsión, no se puede hacer un
mapa informativo y fácil para la percepción, etcétera.
135
Geografía de suelos de México
Tecnología de la investigación
En todas las ciencias naturales el procedimiento de investigación científica
sigue las mismas reglas. Cualquier estudio empieza con una hipótesis. Una hi-
pótesis nace, sobre todo, de una sorpresa. Existe algo que no entendemos y
tenemos que proponer alguna explicación. Las hipótesis más generales en las
ciencias naturales vienen de las preguntas básicas de la humanidad (por ejem-
plo, ¿cuál es el origen de la vida?, ¿dónde y cómo aparecieron los humanos?, ¿qué
procesos determinan la diversidad de suelos en la Tierra, etc.), y determinan la
selección de objetos. Sin embargo, los investigadores, en su mayoría, tienen que
trabajar con los objetos de estudio particulares. En este caso el objeto deter-
mina la hipótesis: la sorpresa y la falta de entendimiento de las propiedades
del objeto nos hacen buscar las explicaciones, que son nuestras hipótesis.
136
Capítulo 8. Metodología de la geografía de suelos
Una vez formulada la hipótesis se elaboran los objetivos y métodos del es-
tudio. La parte más importante de la investigación es el experimento. El expe-
rimento puede ser activo o pasivo. En un experimento activo modelamos ciertas
condiciones en el campo o en laboratorio, y en un experimento pasivo busca-
mos en la naturaleza las condiciones que nos convienen. Después los resultados
del experimento se manejan y se interpretan. Si hay necesidad se aplica la mode-
lación matemática como parte de la interpretación (a veces la modelación
puede reemplazar a la parte experimental). Una característica excelente de la
metodología de investigación científica aplicada a edafología la presenta
David Rossiter (2006).
137
Geografía de suelos de México
138
Capítulo 8. Metodología de la geografía de suelos
los mismos que existen actualmente en la Tierra. Esto no significa que en cada
sitio particular los procesos eran los mismos, sino que para cada proceso anti-
guo se puede encontrar un análogo contemporáneo. Es un concepto básico
para la interpretación de los perfiles de paleosuelos: se busca un análogo entre
los suelos superficiales y así se reconstruye el paleoambiente. El concepto de
actualismo también implica la idea de los procesos principalmente graduales
evolutivos. Al contrario, el concepto de catastrofismo (Cuvier, 1985) permite
dilucidar los eventos catastróficos en el pasado, incluyendo los procesos que
ya no se observan actualmente. Por un lado, el concepto se aplica a la historia
de edafosfera a largo plazo: algunos ecosistemas ya se extinguieron (como los
bosques Paleozóicos y Mesozóicos), y se cree que los suelos de estos ecosiste-
mas eran diferentes de los actuales. Por otro lado, a corto plazo hay que tomar
en cuenta que los procesos catastróficos geológicos y climáticos, como sismos y
huracanes, afectan fuertemente la cobertura edáfica, especialmente en las zonas
montañosas (por ej. Krasilnikov et al., 2007).
Métodos de modelación
Los métodos de modelación matemática ahora se usan ampliamente en todas
las ciencias de la Tierra. En geografía de suelos la aplicación de estos métodos
también se desarrolló recientemente (por ej., Minasny y McBratney, 2006;
Thompson et al., 2006). Se aplican principalmente en geomorfología de suelos
para modelar el desarrollo de topoformas y edafogénesis correspondiente.
Por otro lado, existe un área grande de estudios en edafología que aplica
los métodos geoestadísticos (Wackernagel, 2003) para interpolación de los
datos espaciales, principalmente de las propiedades particulares de los suelos
(Webster y Oliver, 2007). Estos métodos, aparte de interpolación y visualiza-
ción de las características de suelos, también se usan para predecir el espesor
de los horizontes edáficos (Bourennane, 2000; Sidorova y Krasilnikov, 2008), y
permiten precisar los mapas edáficos. Los métodos geoestadísticos también per-
miten planear la estrategia de muestreo en el proceso de la cartografía edáfica
(Di et al., 1989) y cumplir otras varias tareas en edafología (Goovaerts, 1999;
McBratney et al., 2000). Sin embargo, la mayoría de investigadores usa los
métodos geoestadísticos como instrumento técnico para generar los mapas de
139
Geografía de suelos de México
140
Capítulo 8. Metodología de la geografía de suelos
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143
Capítulo 9. Edafodiversidad: concepto, estimación
y utilidad en el análisis global de suelos
Juan José Ibáñez1* y Asunción Saldaña2
1Centro de Investigaciones sobre Desertificación, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Universidad de Valencia, España.
2Departamento de Ecología, Universidad de Alcalá, Alcalá de Henares, Madrid, España.
* choloibanez@hotmail.com.
145
Geografía de suelos de México
abundancia relativa de cada uno de estos objetos. Los juicios de valor son: (a) si las
clases seleccionadas son lo suficientemente diferentes como para ser consideradas tipos
distintos; y (b) si los objetos pertenecientes a una clase determinada son lo suficiente-
mente similares para considerar que pertenecen al mismo tipo.
146
Capítulo 9. Edafodiversidad: concepto, estimación y utilidad en el análisis global de suelos
Índices de riqueza
Cuando existe la posibilidad de reconocer la totalidad de los objetos (taxa) pre-
sentes en un determinado espacio geográfico, la estimación de la riqueza es muy
sencilla y extremadamente útil. Si, por el contrario, sólo se puede obtener una
muestra de la población, resulta importante discernir entre riqueza numérica y
densidad de los objetos. Así, por ejemplo, en el caso de los inventarios de suelos
y geomorfología, la primera consiste en la razón entre el número de diferentes
taxa encontrados (edafotaxa, unidades geomorfológicas) y el de objetos inventa-
riados. Por el contrario, la densidad da constancia del número de taxa por super-
ficie muestreada. Resulta imperativo conservar el inventario de las especies o
edafotaxa (de un determinado hábitat, localidad o región) con vistas a la conser-
vación de los recursos y el diseño de las reservas naturales. Sin embargo, existe
una gran dificultad (a veces insuperable) a la hora de obtener un censo o inven-
tario completo. Por estas razones se han desarrollado diversos algoritmos para
hacer una estimación aproximada de la riqueza total de la población Smax a
partir del inventario de ciertas muestras representativas de la misma Sobs. Estos
índices, por tanto, ofrecen una valoración de la “integridad” del inventario, a la
par que permiten comparar la riqueza entre distintas localidades. Uno de los mé-
todos más simples es la denominada curva de acumulación de especies. Entre
los más conocidos destacan los estimadores de Chao (Chao y Lee, 1992), los mé-
todos de rarefacción y el denominado Jacknife. También se han propuesto pro-
cedimientos no paramétricos. Southwood y Henderson (2000), entre otros,
ofrecen un sumario de los índices más utilizados para estimar Smax.
147
Geografía de suelos de México
Índices de diversidad
Los índices basados en la distribución proporcional de los objetos han sido
muy utilizados en ecología teórica. Como hemos visto con anterioridad, el
concepto de diversidad tiene dos componentes que resulta imprescindible
diferenciar: riqueza y equitabilidad. Tal discriminación resulta crucial y lógica, ya
que para dos unidades espaciales con el mismo tamaño e idéntica riqueza, la más
diversa es aquella en donde la distribución de objetos distintos es totalmente
equiprobable (todos los objetos distintos o taxa tendrían el mismo número
de elementos —individuos— o éstos ocupan la misma extensión). En este
sentido cabe mencionar que los distintos índices dan diferente peso a la riqueza
y equitabilidad. En cualquier caso, Hill (1973) y Magurran (1988) demostra-
ron que la mayor parte de los índices propuestos en la literatura se encuentran
correlacionados.
El índice de diversidad más utilizado proviene de la teoría de la información.
Se trata del denominado índice de Shannon (Shannon, 1948; Shannon y Weaver,
1949). Desde esta perspectiva, la diversidad es equivalente al grado de incerti-
dumbre o información existente al extraer al azar, o encontrar, un determinado
elemento de un tipo de objeto determinado (por ejemplo taxa) en la pobla-
ción muestreada. Más aún, el índice de Shannon posee estrechas conexiones
matemáticas con el desarrollado por Boltzmann (1872, 1905) con objeto de
determinar la entropía estadística de los sistemas termodinámicos; por esta
razón Shannon denominó a su algoritmo índice de entropía. Su expresión ma-
temática es:
148
Capítulo 9. Edafodiversidad: concepto, estimación y utilidad en el análisis global de suelos
duos (o el área total que ocupa cada objeto en la unidad espacial muestrea-
da). Los valores de H⬘ pueden variar entre “0” (logaritmo neperiano de 1), si
todos los individuos o elementos pertenecen al mismo tipo de objeto, e lnN si
el número de objetos es igual al número de individuos. El índice H⬘ alcanza
valores máximos para una riqueza dada cuando todos los objetos están repre-
sentados por el mismo número de elementos. Un índice semejante, proce-
dente también de la teoría de la información es el de Brillouin, HB (Brillouin,
1956). Más información sobre el tema puede encontrase en Ibáñez y García-
Álvarez (2002).
149
Geografía de suelos de México
150
Capítulo 9. Edafodiversidad: concepto, estimación y utilidad en el análisis global de suelos
8000
7000
6000
5000
Área
4000
3000
2000
1000
Ve
Oe
I+RO
E
Lc
Bc
I
To
Rc
Be
Gc
Ie
Bd
Re
Bh
Le
Lo
Je
Id
RO
Bk
Lv Pedotaxa
Figura 9.1. Las hollow curves en el mundo edafológico (edafotaxa en las islas del Mar Egeo; después de Ibáñez et al. 2005a). La lista de suelos (área en
km2) se presenta en el orden del grado del desarrollo del suelo: rocas expuestas (RO); una mezcla de Leptosoles y las rocas expuestas (I⫹RO); Leptosoles calcáricos
(Lc); Leptosoles éutricos (Ie); Leptosoles dístricos (Ld); Leptosoles asociados con las rocas volcánicas (I); Regosoles calcáricos (Rc); Regosoles éutricos (Re); Leptosoles
réndzicos (E); Leptosoles úmbricos (U); Cambisoles éutricos (Be); Cambisoles éutricos (Bc); Cambisoles dístricos (Bd); Cambisoles cálcicos (Bk); Cambisoles húmicos
(Bh); Andosoles háplicos (To); Fluvisoles calcáricos (Jc); Gleysoles calcáricos (Gc); Histosoles éutricos (Oe); Vertisoles éutricos (Ve); Luvisoles háplicos (Lo); Luvi-
soles vérticos (Lv); Luvisoles chrómicos (Lc). Reproducido con el permiso de Elsevier.
151
Geografía de suelos de México
a b
25
10 000
20
1000
15 valores observados
Log N
100
Log N
log-normal
log-normal
series log
10 series log geométrica
10
barra rota
geométrica
observados
5 barra rota 1
1 3 5 7 9 11 13 15 17 19 21 23
0
1 1 000 2000 3000 4000 5000 6000 7000 8000
Rango Rango
Figura 9.2. a) Representación rango-abundancia: distribución de edafotaxa en las islas del Mar Egeo (después de Ibáñez et al. 2003, 2005a y 2005b). b) Repre-
sentación de los datos de la Figura 9.1 en un gráfico de funciones de distribución según lo expuesto en el texto (después de Ibáñez et al., 2003).
y⫽a∗Xb,
152
Capítulo 9. Edafodiversidad: concepto, estimación y utilidad en el análisis global de suelos
S⫽C∗Az,
153
Geografía de suelos de México
Fractales y multifractales
Fractales
Hace casi tres decenios los investigadores han mostrado que la distribución
de objetos, como las montañas, las nubes o las galaxias, pueden describirse en el
marco de leyes potenciales. Mandelbrot (1975, 1977) introdujo el término frac-
154
Capítulo 9. Edafodiversidad: concepto, estimación y utilidad en el análisis global de suelos
tal para definir aquellos objetos o fenómenos espaciales y/o temporales que
son continuos pero no diferenciables y que exhiben correlaciones parciales
sobre muchas escalas. Una definición más formal del término fractal puede
consistir en “series de medidas en las cuales la dimensión de Hausdorff-Be-
sicovitch excede la dimensión topológica” (Burrough, 1985). La aparición de
tales modelos matemáticos en la escena de la edafología fue muy temprana, al
contrario de lo que ocurrió con las ciencias de la complejidad, y se debe a
Burrough (1981). Sin embargo, la literatura en ciencias del suelo sobre fractales
se ha circunscrito fundamentalmente a la física de suelos, incluyendo la hidrolo-
gía, calidad del agua y flujo de contaminantes. De este modo, se han detectado
estructuras fractales o multifractales en la distribución de las partículas del
suelo según su tamaño, estructura (dimensiones de los agregados del suelo), po-
rosidad, etc. (Pachepski y Crawford, 2004). Sin embargo, apenas existen estudios
que competen a la geografía de suelos.
Un elemento esencial de la geometría fractal es lo que se denomina dimen-
sión fractal D (Mandelbrot, 1977). En un espacio euclidiano los puntos tienen
dimensión “0”, las líneas dimensión “1”, los planos dimensión “2” y los volú-
menes dimensión “3”. La dimensión fractal, por el contrario, adopta valores
fraccionales. Así, una curva que se retuerce indefinidamente hasta parecer que
llega a ocupar un plano de referencia, poseería una dimensión tanto más cer-
cana a “2” cuanto más se aproximara a tal relleno completo. Análogas consi-
deraciones podrían realizarse en lo que concierne a un plano respecto a un
volumen de referencia. En geografía de suelos dos simples procedimientos
permiten detectar tales estructuras (y/o procesos); por un lado está el método de
las cuadrículas (box counting method), que es muy sencillo y cuya aplicación
se muestra en la Figura 9.3; por otro lado, una forma útil de reconocer visual-
mente una estructura de estas características consiste en llevar a cabo una tras-
formación logarítmica de los datos en ambos ejes y observar si se obtiene una
línea recta.
¿Por qué son de interés los fractales en los análisis de diversidad? En pri-
mer lugar porque son extremadamente ubicuos en la naturaleza, incluyendo
diversos aspectos que son competencia del edafólogo. Por tratarse de una
estructura invariante a los cambios de escala puede inferirse que, si se detecta
tal estructura, los procesos que la hacen posible no varían en el intervalo de los
órdenes de magnitud en los que aparece tal constructo. Por la misma razón,
cuando en el espacio y el tiempo se rompe la simetría fractal del objeto o proce-
so de estudio que se mantenía en un determinado intervalo, puede aseverarse
que la dinámica subyacente ha cambiado justamente a partir de tal inflexión.
En otras palabras, son potentes modelos de predicción. Muchas relaciones
edafodiversidad-área son estructuras fractales puesto que se ajustan a una ley
potencial que abarca al menos tres órdenes de magnitud cuando se analiza el
objeto de estudio. Este es el caso de los suelos en archipiélagos si obtenemos la
susodicha distribución potencial cuando la población de los tamaños de las islas
en él alcanza como mínimo tales órdenes (por ejemplo, desde 10 km2 a más de
1 000 km2) (Ibáñez et al., 2005a, 2005b).
Como se ha visto con anterioridad, se han propuesto numerosos índices con
vistas a determinar la edafodiversidad. Empero, si la estructura que analizamos
155
Geografía de suelos de México
Figura 9.3. Mapa de la distribución de los Gleysoles eútricos en Europa y muestra de la estructura fractal.
Multifractales
Si la conceptualización, detección y cuantificación de las estructuras fractales
resulta ser sumamente sencilla, no puede decirse lo mismo de los denomina-
dos multifractales. Por tanto, tan sólo describiremos los aspectos básicos que son
fundamentales, con vistas a entender la relación entre los índices de diversidad
y las estructuras multifractales. A menudo encontramos que al cambiar la
escala de resolución se mantienen las leyes potenciales, pero no su dimensión
fractal (D), que varía en función de la escala. Por tanto, un único valor de D ya
no puede dar cuenta de toda la estructura considerada.
Existen dos metodologías ampliamente usadas por los expertos en materia
de multifractales. Una de ellas se denomina espectro de singularidades y la
otra es conocida como dimensiones generalizadas de Rényi. Ibáñez et al. (2006)
y Caniego et al. (2006, 2007) describen su aplicación al ámbito de la edafología.
De ambas aproximaciones se puede obtener información distinta, aunque la más
utilizada es la primera.
Puede ocurrir que las bases de datos a analizar sean fractales, o no sean frac-
tales ni multifractales. Caniego et al. (2006, 2007) constatan cómo la edafodi-
156
Capítulo 9. Edafodiversidad: concepto, estimación y utilidad en el análisis global de suelos
Diversidad y escala
En función de la escala utilizada es posible distinguir varios tipos de diversidad.
Whittaker (1972, 1977) (véanse también las ligeras modificaciones propuestas por
157
Geografía de suelos de México
a
Número taxa Incremento de riqueza
Tamaño
parches
Disminución tamaño
Línea límite
b
Número taxa Incremento de riqueza Total
ocupación
Tamaño parches 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
1 9
2 8
3 7
4 7
5 5
6 5
7 5
8 4
9 3
Dism tamaño Línea límite Hueco Atípica 2
10
11 1
Riqueza 11 8 7 7 6 5 4 4 3 1
Figura 9.4. a) Esquema ideal de un anidamiento perfecto. b) Esquema teórico de un anidamiento en la naturaleza.
158
Capítulo 9. Edafodiversidad: concepto, estimación y utilidad en el análisis global de suelos
Figura 9.5. Patrones jerárquicos y escalas de diversidad genética, taxonómica y ecológica (modificado de Di Castri e Younès, 1996).
Tabla 9.2. Ejemplo de aplicación de las diversidades de escala y diversidades  en el ámbito de la cartografía de suelos, a escala 1:250,000
(Ibáñez et al., 1998)
Estructura del paisaje Jerarquía de unidades cartográficas de suelos Escala Diversidad de escalas -diversidad
159
Geografía de suelos de México
25
Suelos probables
20
15
Riqueza
10
0
CEE España Guadalajara Ayllón
1/1000 000 1/1000 000 1/25000 1/20 000
Figura 9.6. Riqueza en edafotaxa al segundo nivel de la FAO (1988) para espacios geográficos anidados y muestreados a distintas escalas.
Algunas aplicaciones
En este apartado se muestran dos ejemplos del uso de la edafodiversidad en
una cuenca de drenaje, que son un claro ejemplo de estructuras fractales
(Rodríguez-Iturbe y Rinaldo, 1997).
160
Capítulo 9. Edafodiversidad: concepto, estimación y utilidad en el análisis global de suelos
Tabla 9.3. Edafodiversidad según aumenta la complejidad de los sistemas de incisión fluvial
en el Macizo de Ayllón
Núm. cuencas Riqueza Equitabilidad Entropía Diversidad de
Rango cuencas muestreadas (S) (E) máxima (Hmax ) Shannon (H⬘)
1 163 1,6 0,76 1,79 1,36
2 53 2,0 0,77 2,49 1,91
3 20 3,5 0,85 2,64 2,34
4 5 8,8 0,97 2,89 2,80
Tabla 9.4. Rango (Horton-Strahler) de los segmentos de la cuenca del río Torote y diversidad geomorfológica
Unidades geomorfológicas
Cortes Rango Superficie Terrazas Terrazas Conos Riqueza Diversidad
transversales cuenca raña altas bajas Laderas aluviales u. geomorfol. Shannon
Torote-1 1 63% 0% 0% 31% 9% 3 1,18
Torote-2 2 40% 0% 0% 50% 0% 3 1,36
Torote-3 3 10% 0% 40% 44% 0% 4 1,64
Torote-4 4 4% 8% 35% 42% 0% 5 1,88
Torote-5 4 0% 4% 21% 46% 24% 5 1,88
Torote-6 4 0% 15% 26% 33% 20% 5 2,14
161
Geografía de suelos de México
Tabla 9.5. Rango (Horton-Strahler) de los cortes transversales de dos cuencas fluviales (Centro de España)
y diversidad geomorfológico
Unidades geomorfológicas
Cortes Rango de Superficie Superficie Terrazas Terrazas Conos Fondo Riqueza Diversidad
transversales la cuenca páramo raña altas bajas Laderas aluviales valle geomorf. Shannon
Torote 1,2,3 0% 47% 1% 4% 46% 0% 2% 2 1.39
Henares 5 2% 4% 21% 20% 23% 23% 5% 5 2.54
Tabla 9.6. Diversidad geomorfológica de la paleo-reconstrucción de una sección transversal del río Henares
Unidad geomorfológica T0 T1 T2 T3 T4 T5 “S”*
162
Capítulo 9. Edafodiversidad: concepto, estimación y utilidad en el análisis global de suelos
T1
T4
T5
Terrazas altas (0.6-0.7 millones de años)
Figura 9.7. Paleo-reconstrucción de la fisiografía de una sección del río Henares de 2.5 millones de años.
163
Geografía de suelos de México
164
Capítulo 9. Edafodiversidad: concepto, estimación y utilidad en el análisis global de suelos
Boreal
Tropical y subtropical (estacionalmente seco)
Frío
a
Templado Mediterráneo
Árido
ÁRIDO
MEDITERRÁNEO
TEMPLADO
FRÍO
BOREAL
b
ALPINO o de MONTAÑA
TROPICAL Y SUBTROPICAL
(ESTACIONALMENTE SECO)
TROPICAL Y SUBTROPICAL
(HÚMEDO)
Figura 9.8. Rasgos relevantes de los paisajes de suelos bajo clima mediterráneo. a) Árbol de conexiones mínimas de los paisajes de suelos bajo diferentes biomas a
escala global. b) Se presenta la misma información que en la figura anterior pero mediante un dendrograma convencional.
165
Geografía de suelos de México
ciarse los biomas del mundo en función de dos tipos de análisis multivariantes
distintos. La Figura 9.8a recoge los resultados gráficos de un procesamiento de
datos mediante el procedimiento estadístico denominado “árboles de confi-
guraciones mínimas”. Por su parte, la Figura 9.8b es un simple dendrograma
de los resultados obtenidos de un análisis de agrupamiento o clúster. En el
trabajo mencionado se dan más detalles sobre los análisis estadísticos utilizados.
Como puede observarse, en el dendrograma los biomas del mundo se asocian
muy coherentemente a partir de sus ensamblajes de suelos. Podemos decir
entonces que cada bioma no sólo puede caracterizarse por su -biodiversidad,
sino también mediante su -edafodiversidad. Si atendemos al árbol de conexio-
nes mínimas, lo que detectamos es un claro gradiente latitudinal de tales biomas
en función de sus ensamblajes de suelos. Los biólogos no disponen de los in-
ventarios adecuados para hacer análisis de este tipo, y menos aún con la fina-
lidad de agrupar sus paisajes dentro de una misma región biogeográfica. Tal
análisis, como indicamos anteriormente, es independiente de los cambios de es-
cala, por lo que el análisis de la -diversidad resulta ser una poderosa herramien-
ta en el análisis de geografía de suelos. Ibáñez et al. (1998) también encontraron
relaciones interesantes entre la -diversidad y la historia paleogeográfica de los
continentes en función de la tectónica de placas.
166
Capítulo 9. Edafodiversidad: concepto, estimación y utilidad en el análisis global de suelos
Madrid
)
Km
(40
drid
Ma
0 5 Km
Figura 9.9. Muestreo intensivo en tres parcelas cuadradas de las terrazas altas, medias y bajas del río Henares.
167
Geografía de suelos de México
1.6
1.2
Pedodiversidad taxonómica
Subgrupo
0.4
0
A1 A2 A3
Área de muestreo
Figura 9.10. Incremento de la edafodiversidad de Shannon en tres parcelas cuadradas de las terrazas altas (A3), medias (A2) y bajas (A1) del río Henares
(Saldaña e Ibáñez, 2004).
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168
Capítulo 9. Edafodiversidad: concepto, estimación y utilidad en el análisis global de suelos
y 0.2816 x 0.8762
0.8
R2 0.8546
0.6
0.4
0.2
log(s)
2 4 6
0.2
0.4
log(A)
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Capítulo 10. Cartografía de la degradación de suelos
en la República Mexicana: evolución y perspectivas
Carlos Alberto Ortiz Solorio1*, Ma. del Carmen Gutiérrez Castorena1,
Patricio Sánchez Guzmán1 y Edgar Vladimir Gutiérrez Castorena1
ada la serie de limitaciones conceptuales y metodológicas que
173
Geografía de suelos de México
Métodos cualitativos
Los primeros levantamientos de erosión de suelos se realizaron a finales de 1930 y
durante la década de los años 40 para caracterizar los tipos y grados de erosión
a través de reconocimientos aéreos de grandes áreas. En Estados Unidos este
tipo de trabajos tuvieron el objetivo de apoyar a una serie de programas gu-
bernamentales para la conservación del suelo y gestión forestal (Castillo, 2005).
Se puede considerar que estos levantamientos fueron los primeros que se apo-
yaron en la fotointerpretación.
La clasificación de la erosión del suelo que se empleaba para el mapeo, consi-
deraba cinco clases:
En ese contexto, la erosión moderada indicaba que del 25 al 75% del suelo
superficial se había perdido y se podían presentar algunas cárcavas; mientras
que la erosión severa significaba que más del 75% del suelo superficial se
había perdido y existían numerosas cárcavas profundas.
Otro sistema de campo, que complementaba a los trabajos de fotointer-
pretación, fue el método codificado de Morgan (1979). Este método carac-
terizaba a la erosión con valores de 0, ½, 1, 2, 3, 4 y 5; por ej.: la clase 0 se
identificaba a través de uno o más de los siguientes indicadores: no hay
exposición de raíces de árboles, no se aprecian costras superficiales ni pe-
destales y una cobertura vegetal de más del 70%; en la clase 4 existen raíces
expuestas, pedestales y montículos de suelo de 5 a 10 cm, presencia de ma-
teriales gruesos por el lavado o por el viento, canales de 8 cm de profundi-
dad y el suelo está desnudo. La clase 5, que es la más degradada, se caracte-
riza por la presencia de cárcavas, canales de más de 8 cm, dunas o suelo
desnudo.
El uso de fotografías aéreas es una técnica común y vigente para los levan-
tamientos de erosión en diferentes países. Actualmente se están utilizando
imágenes de satélite para realizar este tipo de estudios.
174
Capítulo 10. Cartografía de la degradación de suelos en la República Mexicana: evolución y perspectivas
Métodos cuantitativos
A partir de 1940, en los Estados Unidos de Norteamérica se iniciaron investi-
gaciones para desarrollar un procedimiento cuantitativo, con el objetivo de
estimar la pérdida de suelo en la franja maicera. En las primeras ecuaciones se
consideraban la pendiente y las prácticas de conservación; después se intro-
dujo el factor lluvia, y en 1954 se creó en la Universidad de Purdue el Centro
Nacional de Datos de Pérdida de Suelo y Escorrentía. Wischmeier et al. (1958)
evaluaron los factores de la ecuación de pérdida de suelo y propusieron la
Ecuación Universal de Pérdida de Suelo, también conocida como USLE por
sus siglas en inglés. Este modelo fue publicado en el Handbook Núm. 537
(Wischmeier y Smith, 1978).
La usle es útil para calcular la erosión total laminar y en surcos; se le considera
como un método paramétrico o modelo multiplicativo, y tiene la siguiente forma:
A⫽R⫻K⫻LS⫻C⫻P
Donde:
Y⫽11.8 (Q⫻qp)0.56⫻K⫻L⫻S⫻C⫻P
175
Geografía de suelos de México
generó para estimar el promedio anual de la erosión eólica potencial del suelo,
como sigue:
WE⫽f(I,WK,WC,WL,VE)
Con:
El modelo weq (Ecuación de erosión eólica) es una versión del modelo we,
y fue desarrollado para convertir la predicción anual de la erosión eólica a pre-
dicciones diarias (wecs), y utilizarse en modelos de simulación como el epic
(Calculador del impacto de la erosión sobre la productividad).
El modelo epic es un modelo a escala de campo, de tiempo continuo, que
simula la respuesta de sistemas de cultivo al clima, a los suelos y al manejo y con-
servación de los suelos (Williams et al., 1984; Williams y Renard, 1985). Utiliza una
escala a nivel horario-diario para simular factores tales como: clima, hidrolo-
gía, erosión hídrica y eólica, entre otros.
Otro modelo swrrb (Simulador para recursos hídricos en cuencas rura-
les), simula la hidrología, la producción de sedimentos y procesos relacionados a
nivel diario y hasta para 10 subcuencas. Un modelo más reciente es el wepp
(Proyecto para la predicción de la erosión hídrica) que se generó para desarro-
llar una nueva tecnología para determinar la erosión/sedimentación que
reemplazará a la usle; contiene tecnología de al menos 30 años pero ha sido
criticado por su dificultad de aplicación (Laflen et al., 1991).
176
Capítulo 10. Cartografía de la degradación de suelos en la República Mexicana: evolución y perspectivas
a) Erosión hídrica. Incluye los procesos del impacto de gotas de lluvia, ero-
sión laminar, cárcavas y varios tipos de movimiento de masas, tales como
deslizamientos, avalanchas y solifluxión.
b) Erosión eólica. Entendida como la remoción y deposición de las partícu-
las del suelo por la acción del viento y su efecto abrasivo.
c) Salinidad y sodicidad. Procesos de acumulación de sales y sales sódicas.
d) Degradación química. Involucra los procesos de lixiviación de bases y
materiales tóxicos.
e) Degradación física. Se refiere a los cambios adversos en las propiedades
físicas del suelo como porosidad, permeabilidad, densidad aparente y
estabilidad estructural.
f) Degradación biológica. Cuando ocurre un incremento en la mineraliza-
ción del humus.
Para obtener datos de las variables y elaborar mapas de degradación del sue-
lo a escalas entre 1:1,000,000 a 1:5,000,000 la fao propuso varios factores e
índices, los cuales se reportan en forma resumida en la Tabla 10.1.
Las fórmulas de los índices climáticos son las siguientes:
177
Geografía de suelos de México
Tabla 10.1. Factores e índices de degradación de suelos propuestos por FAO (1978) para su cartografía a escalas pequeñas
Factor Erosión hídrica Erosión eólica Salinización Sodificación Degradación química Degradación física Degradación biológica
Índice de Índice de
Índice de agresividad Índice climático Índice climático Índice climático Índice climático
Clima agresividad agresividad
de la lluvia (1)* (1) (2)* (3)*
del viento de la lluvia
Nomograma de
Wischmeier (a Clases de
partir de MO, erodabilidad de las
Textura del
estructura, unidades del mapa
Grupos de suelo, %CaCO3
permeabilidad y Solonchaks y Solonetz y fases Textura del suelo y mundial; relación
Suelo erodabilidad propiedades
textura), o a fases salinas sódicas tipo de arcilla limo/arcilla y
al viento hidromórficas
valores para las relación modificada,
y fases sódicas
unidades del mapa que considera
mundial de suelos a la MO
y para sus texturas
Depresiones y
Clases de Clases de Clases de
valles pobremente
pendientes Presencia de sodio pendientes pendientes
drenados y clases
Topografía reportadas en el en formaciones reportadas en el reportadas en el
de pendientes del
mapa mundial de geológicas mapa mundial mapa mundial
mapa mundial
suelos de suelos de suelos
de suelos
* Las fórmulas de los Índices Climáticos (1), (2) y (3) se describen en los siguientes párrafos.
Donde:
pi⫽Precipitación mensual, mm y
P⫽Precipitación anual, mm.
Donde:
c) Índice climático (1) fue usado para caracterizar a las zonas bioclimáti-
cas del Mapa Mundial de Desertificación:
178
Capítulo 10. Cartografía de la degradación de suelos en la República Mexicana: evolución y perspectivas
Donde:
Donde:
Donde:
179
Geografía de suelos de México
c) Erosión eólica.
d) Salinización.
e) Reducción de la materia orgánica del suelo.
f) Encostramiento y compactación del suelo.
g) Acumulación de sustancias tóxicas para plantas o animales.
A los cuatro primeros se les conocían como procesos primarios y a los últi-
mos tres como procesos secundarios. Los procesos primarios fueron así desig-
nados porque su efecto cubría grandes áreas y tenían un impacto muy signifi-
cativo sobre la productividad de la tierra.
La desertificación se evaluaba con base a tres criterios: estado actual, velocidad
y riesgo. Para cada criterio se consideraban cuatro clases de desertificación:
ligera, moderada, severa y muy severa.
El estado actual de desertificación era definido como el cambio que había
ocurrido en una región en un periodo de tiempo. Ese periodo tenía como
valor final el tiempo presente y su dificultad era determinar la longitud de dicho
periodo. Sin embargo, se recomendaba suponer o deducir el estado inicial del
terreno en el que se estudiaba el proceso de desertificación. Así, por ejemplo,
al estar un terreno sujeto a problemas de sales, de acuerdo con el grado de sali-
nidad se establecía la clase de desertificación y se suponía que la condición
inicial era de un terreno no salino.
La velocidad de desertificación era la rapidez con la que los procesos avan-
zaban en una zona por unidad de tiempo.
El riesgo de desertificación era la susceptibilidad de un terreno a la desertifica-
ción, o una predicción de lo que sucedería si se mantuviera la misma tendencia.
Para cada proceso y criterio de desertificación se propusieron una serie de
factores de evaluación, los cuales fueron probados en diferentes países. Los fac-
tores para la evaluación de los procesos primarios se presentan en la Tabla
10.2.
Sobre la cartografía de la desertificación (estado actual, velocidad y riesgo), se
indicaba que se podían utilizar varios métodos. El mejor método era el que rea-
lizaba determinaciones cuantitativas. Los métodos detallados requerían tra-
bajo de campo o de procedimientos de teledetección muy detallados ya que a me-
nor detalle se incrementaba el empleo de la detección aérea o satelital.
Se propusieron tres grupos de escalas:
180
Capítulo 10. Cartografía de la degradación de suelos en la República Mexicana: evolución y perspectivas
181
Geografía de suelos de México
Tabla 10.3. Datos, materiales y/o procedimientos de trabajo para la cartografía de la degradación de la cubierta vegetal en función de la escala
Escalas cartográficas
Criterio Factor de evaluación 1:10,000 a 1:50,000 1: 100,000 a 1:250,000 1: 1,000,000 a 1:2,500,000
1) Cobertura de la vegetación perenne. C, FG FP N, IS
Estado actual 2) Estado de los pastizales. C, FG N N
3) Productividad actual. C N N
1) Disminución de la productividad de la C, FG N, FP N, IS
biomasa.
Velocidad 2) Degradación del estado de los pastizales. C N N
3) Tala en tierras arboladas sin reemplazo. C, FG N N
4) Disminución de la producción de forraje. C, FG N N
1) Condiciones climáticas para la productividad C, Dm Dm, N Dm, N
Riesgo biológica.
2) Potencial de rehabilitación. C, Dm Dm, N Dm, N
C⫽Observaciones y mediciones de campo; Dm⫽Datos meteorológicos; FG⫽Fotografías aéreas de escala grande; FP⫽Fotografías aéreas de escala pequeña; IS⫽Imágenes de satélite;
N⫽Interpolación de datos existentes.
182
Capítulo 10. Cartografía de la degradación de suelos en la República Mexicana: evolución y perspectivas
Tabla 10.4. Datos, materiales y/o procedimientos de trabajo para la cartografía de la degradación por erosión hídrica en función de la escala
Escalas cartográficas
Criterio Factor de evaluación 1: 10,000 a 1: 50,000 1:100,000 a 1:250,000 1: 1’000,000 a 1:2’500,000
1) Estado superficial. C, FG FP, N N, IS
2) Tipo de erosión. C, FG FP IS
3) Subsuelo al descubierto. C, FG FP, N N, IS
Estado actual 4) Área de cárcavas. C, FG FP IS
5) Pérdida del espesor del suelo sobre C, FG N N
una capa limitativa a las raíces.
6) Productividad actual. C N N
1) Aumento del área erosionada. C, FG FP IS
2) Pérdida del suelo. C, FG M, FP M, IS
3) Disminución de la producción anual C N N
Velocidad
de biomasa.
4) Deposición de sedimentos en embalses. C,M M,N M, N
5) Pérdida anual de almacenamiento. C,M M,N M,N
1) Grado de agresividad climática. Dm, M M, N M
2) Grado de las condiciones M M M
Riesgo
edafo-topográficas.
3) Grado de pérdida potencial del suelo. C, T, M M, N M
C⫽Observaciones y mediciones de campo; Dm⫽Datos meteorológicos; FG⫽Fotografías aéreas de escala grande; FP⫽Fotografías aéreas de escala pequeña; IS⫽Imágenes de satélite;
M⫽Métodos paramétricos o matemáticos; N⫽Interpolación de datos existentes; T⫽Mapas topográficos.
183
Geografía de suelos de México
sobre las extensiones de los diferentes tipos de degradación, así como su grado
y factores causales, publicándose en 1991.
Fue así que se dio a conocer a nivel mundial que 10% del planeta estaba
degradado y 25% en riesgo de degradación. glasod despertó gran interés y
sus resultados han sido mencionados en varios documentos de política inter-
nacional y referenciados en artículos de algunas revistas científicas.
Los tipos de degradación estudiados con los símbolos que los identifican
en los mapas son los siguientes:
184
Capítulo 10. Cartografía de la degradación de suelos en la República Mexicana: evolución y perspectivas
Et2.3g⫹
Donde:
185
Geografía de suelos de México
186
Capítulo 10. Cartografía de la degradación de suelos en la República Mexicana: evolución y perspectivas
187
Geografía de suelos de México
ción. Sin embargo, medio siglo después de su elaboración, los datos actuales
de la erosión global (hídrica y eólica) del suelo reportan menores superficies
afectadas (Semarnat-CP, 2002; Ortiz et al., 1994) y la “Revolución Verde”
impulsada por la Fundación Rockefeller resultó cuestionada por su acción
contaminante al ambiente (Brady y Well, 1999). Además, el conocimiento
campesino ha sido revalorado a tal grado que se le considera un ejemplo
digno dentro del tema sobre agricultura sustentable (Ortiz, 1999).
La clasificación sobre erosión del suelo también fue empleada en levan-
tamientos de erosión, pero realizados con interpretaciones visuales de imá-
genes del satélite landsat (Trueba et al., 1984). Estrada-Berg y Ortiz
(1977) propusieron que la interpretación de las imágenes debería realizarse
a través de la vegetación en dos épocas del año: la seca y la húmeda; además,
si en ambas fechas no existía cubierta vegetal se consideraba el área como
erosionada. Después del estudio de gabinete se realizaban muestreos de
campo para determinar el grado de erosión (García Lagos, 1983).
El conocimiento campesino también ha sido utilizado para generar ma-
pas sobre la erosión del suelo. Al respecto, González et al. (2003) compara-
ron el conocimiento local de los productores sobre erosión del suelo en un
ejido del estado de Guerrero contra un estudio técnico que zonificó el área
con un levantamiento fisiográfico (Ortiz y Cuanalo, 1984); utilizaron imá-
genes de satélite y fotografías aéreas y dentro de las unidades paisajistas se
seleccionaron de 2 a 6 sitios de observación; la erosión se caracterizó con
la metodología de Morgan (1979). El número de sitios dependió de la seve-
ridad, el grado y la forma del proceso erosivo. Los resultados mostraron que
existen ligeras diferencias en superficies, similitudes en su localización y
correspondencia en los conceptos derivados entre productores y técnicos, con
la ventaja que los mapas generados con el conocimiento campesino son más
rápidos y baratos.
188
Capítulo 10. Cartografía de la degradación de suelos en la República Mexicana: evolución y perspectivas
80
80
80
80
80
80
100
80
80
200
80 100
100 100
80 200 200
300 100 100
189
Geografía de suelos de México
LIGERA 0 – 10
MODERADA 10 – 15
ALTA 50 – 200
SEVERA 200
Elaboraron:
Juan Estrada Berg Wolf – Carlos A. Ortíz Solorio
Figura 10.2. Plano de erosión hídrica de la República Mexicana (Estrada-Berg y Ortiz, 1982).
190
Capítulo 10. Cartografía de la degradación de suelos en la República Mexicana: evolución y perspectivas
34.3%; erosión alta 20.5% y erosión muy alta 8.6%. Mientras que para los
autores la primera clase (de ninguna a erosión ligera) no tiene problemas
mientras que para los revisores es todo lo contrario.
Esta situación se puede considerar como una desafortunada alteración
de datos, pero con mayores consecuencias, al convertir la nueva cifra (98%)
como un referente comparativo de la afectación nacional (Figura 10.3).
Debido a estas inconsistencias, se decidió corroborar la información de
la Figura 10.3 con los textos originales y se encontró que el trabajo de Bald-
win corresponde a 1954 y no a 1945; el resto de los estudios carecen de un
mapa nacional a excepción del de Estrada-Berg y Ortiz (1982). El dato de la
sarh tiene como apoyo un manuscrito no publicado y el valor que repor-
tan Geissert y Rossignol (1987) sobre la erosión del suelo no está sustenta-
do con información de campo ni de gabinete; además la cita correcta es
Rossignol y Geissert (1987). De esta figura sólo son rescatables los trabajos
de Baldwin (1954) y el de Estrada-Berg y Ortiz (1982), pero con el valor de
63%, quedando la duda de si es posible comparar erosión global contra
erosión hídrica.
Otro aspecto importante que se detectó en los estudios de erosión de
suelos, la falta de recursos y fue particular la falta de personal capacitado,
además de la condición geográfica de nuestro país; la suma de todo ello
dificultó la realización de mapas de erosión por falta de datos.
Ante la falta de información de calidad y la carencia de planeación para
este tipo de trabajos hasta antes de 1978, García Lagos (1983), quien fungió
como director general de Conservación del Suelo y del Agua de la sarh,
manifestaba textualmente:
100
90
80
70
60
% 50
40
30
20
10
0
Baldwin, 1945 SARH, 1945 Andrade, Estrada y Ortiz, García Lagos, SARH, 1986 Geissert y Rossignol,
1976 1982 1983 1987
191
Geografía de suelos de México
A pesar de este comentario, el propio García Lagos (1983) sólo dio infor-
mación de la erosión para 17 estados y terminó estimando el resto sin pre-
sentar ningún mapa. Al igual que Baldwin (1954), este trabajo adoptó la
clasificación de erosión en cinco clases: A, A/B, B, B/C y C.
Para resolver esta situación, a partir de los 70 se comenzó a utilizar una
combinación de métodos para detectar áreas erosionadas. Se usaron méto-
dos cualitativos; por ejemplo, se combinaron las regiones fisiográficas con el
enfoque del Colegio de Postgraduados (Ortiz y Cuanalo, 1984), con imáge-
nes de satélite de dos épocas: la seca y la húmeda (Estrada-Berg y Ortiz, 1977)
y con interpretación de fotografías aéreas y muestreos de campo (Trueba et
al., 1984). El primer estado analizado con este enfoque fue Guanajuato por la
Dirección General para la Conservación del Suelo y del Agua (dgcsa, 1979),
y llevado a cabo por Juan Estrada-Berg, Nicolás Cerda y Jaime Rey, de la
Universidad Autónoma Chapingo (uach) y Alejandro Trueba y Andrés
Benítez de la dgsca.
También se realizaron algunas evaluaciones de los factores para calcular
la tasa de erosión hídrica con el método de la fao-unep-unesco (1979).
Al respecto, Ortiz y Anaya en 1984, citados por Ortiz (1987), con informa-
ción de 15 estaciones pluviográficas de la cuenca del río Texcoco, en el Es-
tado de México, intentaron comprobar la relación encontrada por Arnoldus
en África entre el índice de agresividad de la lluvia 兺pi2/P y el valor de R
(EI30, más propiamente dicho) de la usle de Wischmeier. Sus resultados
mostraron una correlación baja (r⫽⫺0.24), lo que dio origen a la búsqueda
de otras alternativas; la mejor fue la relación entre la EI30 y la precipitación
mensual. Además, Ortiz (1987) indicó que se tenían evidencias de que los
resultados con ese procedimiento eran más altos que los obtenidos en lotes de
escurrimiento; por tal motivo, se recomendó que ese tipo de resultados
se usaran con fines comparativos y no predictivos.
192
Capítulo 10. Cartografía de la degradación de suelos en la República Mexicana: evolución y perspectivas
193
Geografía de suelos de México
LIGERA 10
MODERADA 10 – 20
SEVERA 50 – 200
MUY SEVERA 200
Figura 10.4. Mapa de (velocidad de) erosión eólica (Ortiz y Estrada-Berg, 1993).
LIGERA 10
MODERADA 10 – 20
SEVERA 50 – 200
MUY SEVERA 200
194
Capítulo 10. Cartografía de la degradación de suelos en la República Mexicana: evolución y perspectivas
195
Geografía de suelos de México
Por su parte, la evaluación de la erosión eólica indicó que el 89% del terri-
torio nacional está afectado por lo menos en un grado de erosión. La superficie
con pérdida de suelo causada por el viento se distribuye de la siguiente ma-
nera: 7% del territorio nacional en grado ligero (5 a 10 t/ha/año); 32% en
grado moderado (10 a 50 t/ha/año); 29% en grado alto o severo (50 a 200
t/ha/año), y muy severo en 19% (mayor a 200 t/ha/año). Su distribución
se muestra en la Figura I.10.3 del Anexo I.
Cuando se analizó la metodología utilizada por este estudio y las publi-
caciones gubernamentales relacionadas con él, se encontraron dos aspectos
relevantes: Semarnat (2006) se refiere a este trabajo como erosión po-
tencial, tanto para la hídrica como para la eólica y sus resultados son reporta-
dos como “riesgos de erosión”, como lo recomendaba la metodología de deser-
tificación de la fao-pnuma (1984); la Conago (2006), la reporta como
riesgo de erosión eólica, y la Conafor (2007) la cita como erosión actual.
Esto indica que hay confusión sobre las metodologías empleadas para estu-
diar la degradación y desertización de suelos tanto por parte de los usuarios
como por parte los técnicos que la elaboran.
196
Capítulo 10. Cartografía de la degradación de suelos en la República Mexicana: evolución y perspectivas
197
Geografía de suelos de México
Tabla 10.6. Parámetros para evaluar la desertificación en México para los procesos primarios
Criterio Degradación de la cubierta vegetal Erosión hídrica Erosión eólica Salinización
Pedregosidad y afloraciones Superficie cubierta por arena,
CEe máxima dentro de los 75 cm
rocosas (% del área) montículos o dunas (% del área)
Espesor del suelo perdido
Tipo de erosión (% del área) PSI en parte del suelo
(% o cm)
Cobertura de la vegetación Presencia del subsuelo Productividad actual % Rendimiento potencial de un
Estado actual (% del área) (% productividad potencial) cultivo de referencia
perenne (% del área)
Espesor del suelo (cm) Indicadores morfológicos
Superficie con gravas cuando Profundidad del suelo afectado
Sedimentos depositados en presas la erosión es inducida por el
(cm)
(% de retención /año) hombre (% del área)
Superficie afectada (% del área)
Parámetros anteriores medidos Factores Socio-económicos Incremento del área afectada con
Incremento de la degradación de
Velocidad con una periodicidad de 5 años Incremento del área afectada sales, con CE 16 y/o PSI 20
la vegetación perenne (%/año)
y aplicando la regla propuesta (%/año) en periodos de 10 años
Incremento de tierras arables de
Pendiente (%) Pérdida del suelo (ton/ha/año) Número de meses secos
secano (%/año)
Riesgo Profundidad media del
Incremento de unidades animal Pérdida del suelo (ton/ha/año) Extrapolación de la velocidad manto freático
por ha (%/año)
Calidad del agua de riego
198
Capítulo 10. Cartografía de la degradación de suelos en la República Mexicana: evolución y perspectivas
MATRIZ DE DATOS
FISIOGRAFÍA SUELOS
TºC
VEGETACIÓN
199
Geografía de suelos de México
IVf (México). La elaboración del mapa y las tablas de las matrices de datos
para México fueron responsabilidad directa de C. A. Ortiz Solorio y J.
González Meraz (Oldeman et al., 1990). En este primer mapa resultó que
el proceso de degradación más significativo fue la erosión hídrica, seguida
de la erosión eólica.
200
Capítulo 10. Cartografía de la degradación de suelos en la República Mexicana: evolución y perspectivas
1. Tijuana
3 4 2. La Paz
1
3. Chihuahua
4. Monterrey
5. Guadalajara
2 6. México
7. Villahermosa
8. Mérida
7 8
6
5
201
Geografía de suelos de México
202
Capítulo 10. Cartografía de la degradación de suelos en la República Mexicana: evolución y perspectivas
I
11 12 10
2 3 1 2 3 1 2
H 5-6 4 5 6 4 5
9 7 8 9 7 9
8 7
12 10 11 12 10 11 12 10
5 1 2 3 1 2 3 1 2
G 4 5 6 4 5
6 4 6
7-8 6 7 8 9 7 8 6
10-11 12 10 12
11 10 11 12
2-3 5-6 1 2 3 1 2
F 5 6 4 5 3-6
4-7 7 6
7 8 9-
8 9 9 12
10 11
11 12 10 11 12
1-5 3 3 1
3 1 2 5
E 6 4 5 6 4-7
6-9 4 5
7 8 9
7-10 8 9
10-9 11 12
11 12
3 2
D 5
11 12 13 14 15 16
203
Geografía de suelos de México
Los tipos específicos con mayor dominancia para cada proceso a nivel
nacional fueron los siguientes:
204
Capítulo 10. Cartografía de la degradación de suelos en la República Mexicana: evolución y perspectivas
205
Geografía de suelos de México
Conclusiones
Uno de los aspectos más sobresalientes, después de revisar los trabajos sobre
degradación de suelos en México, fue encontrar la alteración de datos, el des-
conocimiento de las metodologías que se emplean y su modificación o altera-
ción sin justificaciones sólidas.
Para los grupos de investigadores, dentro de la corriente que considera a la
erosión como sinónimo de degradación de suelos, es notoria la limitación de
datos o datos de mala calidad, y el extremo es el querer dar la apariencia
de continuar evolucionando en el conocimiento de nuevos procedimientos;
mientras que en la otra tendencia, los investigadores que estudian grupos de
procesos de degradación de suelos, comparando a México con otros países
dentro de las tendencias internacionales, sólo llegaron hasta la metodología
assod, aun cuando se demostró que es posible aplicarla a niveles más detalla-
dos, no sólo a la escala 1:250,000, sino a mayor precisión como es a 1:75,000.
En México falta por aplicar y evaluar la metodología soveur, para conocer
los procesos de contaminación de los suelos del país, considerados como parte
de los procesos de degradación causada por el hombre y también buscar pro-
cedimientos que conlleven a evaluaciones más cuantitativas, no como los
métodos paramétricos, sino para realizar delimitaciones de los procesos de
degradación de suelos en forma más exacta, para así cuantificar su ocurrencia.
Finalmente, con el proyecto lada, aparentemente se vuelve a cambiar con-
ceptos al pasar de suelo a tierras como objeto de estudio y se está presionando
para encontrar soluciones verdaderas que resuelvan los problemas de las
sociedades que habitan los ambientes frágiles de las zonas áridas y semiáridas
del mundo, incluyendo todo tipo de conocimiento (desde el local hasta el
científico).
Una opinión muy interesante que se da dentro de este proyecto es el de la
subdirectora de Agricultura de la fao (2002), que puede hacerse extensivo a
nuestro país, quien indica que “Es una gran tentación sentarse ante una compu-
tadora, pero es importante conocer exactamente lo que pasa sobre el terreno”.
206
Capítulo 10. Cartografía de la degradación de suelos en la República Mexicana: evolución y perspectivas
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209
Geografía de suelos de México
210
Capítulo 11. Cartografía edáfica y mapas
edáficos en México
Eliseo Gerardo Guerrero Eufracio1* y Carlos Omar Cruz Gaistardo1
Antecedentes históricos
El proyecto del mapa mundial de suelos a escala 1:5,000,000 (Figura I.11.1. del
Anexo I), preparado por la fao a recomendación de la Sociedad Internacional
de la Ciencia del Suelo (sics), durante el periodo 1961-1978, fue el detonante
que dio la pauta para iniciar los trabajos sobre cartografía de suelo de manera
sistemática en el país. Ese primer documento permitió contar con un mapa de
suelos de México que consideraba a América del Centro y el Caribe en el con-
texto de una leyenda uniforme de carácter mundial.
Los objetivos del proyecto fueron: hacer una estimación de los recursos del
suelo, proporcionar bases científicas para el intercambio de experiencias en
211
Geografía de suelos de México
212
Capítulo 11. Cartografía edáfica y mapas edáficos en México
213
Geografía de suelos de México
Mapas edafológicos
El inegi generó el conjunto de datos edafológicos serie II en su versión digital,
mediante la interpretación de espaciomapas del satélite Landsat tm (Tematic
Mapper), clasificando grupos de suelos y calificadores con la Base Referencial
Mundial del Recurso Suelo (wrb).
Mapas geopedológicos
Mapas que combinan la geomorfología y la edafología. La primera propor-
ciona los límites de las unidades de mapeo, mientras que el componente edáfico
proporciona las bases para la clasificación que en conjunto coadyuvan al reco-
nocimiento de distribución espacial de los suelos. Este enfoque combina los
procedimientos convencionales de verificación de campo con las ventajas de
la teledetección y de los sig para el procesamiento de los datos.
214
Capítulo 11. Cartografía edáfica y mapas edáficos en México
215
Geografía de suelos de México
de efecto invernadero generados por el cambio en el uso del suelo, erosión e in-
ventario nacional de suelos; por otro lado, actualizar la información existente
con base en los cambios conceptuales implementados en los sistemas de cla-
sificación.
Actualmente existen varias dependencias que dentro de sus actividades está
la de generar información de interés nacional. Uno de los grandes retos es esta-
blecer convenios de colaboración interinstitucional para formalizar proyectos
conjuntos que sean de interés para ambas partes y en beneficio de la sociedad.
Otro es fortalecer el intercambio de datos para la simplificación de tareas, evitar
la duplicidad de tareas, y optimizar los recursos humanos y financieros.
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216
Capítulo 12. Geografía de suelos regional:
península de Baja California
Yolanda Maya1*, Francisco Raúl Venegas2 y Francisco Javier Manríquez3
* ymaya04@cibnor.mx.
217
Geografía de suelos de México
PROVINCIA PENÍNSULA DE
1.1 BAJA CALIFORNIA
SUBREGIONES
Oasis más
importantes
Discontinuidades
fisiográficas
1.2
1.3
1.4
1.5
Trópico de Cáncer
Climas de la región
La península de Baja California se encuentra dentro de la zona subtropical de
altas presiones del hemisferio norte, a excepción del extremo sur, que penetra
en la zona de influencia del Trópico de Cáncer. La influencia de las altas presio-
nes se manifiesta como una angosta faja de aridez extrema (con menos de 100
mm de lluvia al año) que atraviesa oblicuamente la península desde la parte
baja del río Colorado hasta el litoral del Pacífico (García y Mosiño, 1968). Pre-
senta también una gran variación climática latitudinal, además de la asociada
218
Capítulo 12. Geografía de suelos regional: península de Baja California
a las altitudes, que varían desde el nivel del mar hasta más de 3 600 m en el nor-
te, en la sierra de San Pedro Mártir y 2 000 m en el sur, en la sierra de La Laguna.
Por otra parte, de norte a sur exhibe el efecto que ejercen dos cuerpos de agua
de características muy diferentes: el océano Pacífico y el golfo de California.
En la costa del Pacífico emerge la llamada corriente de California, que transpor-
ta agua de las profundidades del mar con temperaturas frías, entre 13 y 19°C,
generando nubes bajas y neblina que forman una barrera y producen una
inversión térmica anómala, en la que la temperatura aumenta con la altitud.
En contraste, el golfo de California es un cuerpo de agua de relativamente poca
profundidad, alimentado por aguas cálidas del Pacífico tropical, que durante
el verano recibe toda la insolación diurna por estar el cielo totalmente despe-
jado. Debido a esto la costa del Golfo es más caliente, sobre todo en verano; su
temperatura media anual superficial es de 24°C, en contraste con los 18°C de
la costa del Pacífico (García y Mosiño, 1968).
La suma de todas estas diferencias da por resultado climas variados a lo lar-
go y ancho de la península. Así, el noroeste en su porción más septentrional
cuenta con un régimen de clima mediterráneo único en el país, la sierra de San
Pedro Mártir presenta nevadas en invierno y el extremo sur tiene características
tropicales y subtropicales. Esta gama de climas se analizará con mayor detalle en
los apartados correspondientes a las diferentes subregiones. En la Tabla 12.1
se muestran los datos de precipitación y temperatura de las estaciones meteoro-
lógicas representativas de cada subregión y del área de influencia del estero de
San José del Cabo, que es uno de los oasis más importantes del sur de la pe-
nínsula.
Cabe además señalar tres fenómenos climáticos que tienen influencia en la
península. El primero se debe a que ésta se encuentra en el área que recorren
los huracanes y tormentas tropicales que se forman en la cuenca oriental del
Pacífico Norte entre los 10 y 18° N y los 95 y 110° W. Una vez formados, los
meteoros se mueven con dirección oeste–noroeste hacia las aguas abiertas del
océano Pacífico. Sin embargo, ocasionalmente siguen una ruta norte–noroeste,
afectando la península y el suroeste de Estados Unidos, llegando incluso a
Tabla 12.1. Datos climáticos de estaciones meteorológicas representativas de cada subregión y de un oasis
Coordenadas (grados decimales) Temparaturas ( °C)
Subregión Estación Altitud (msnm) pp (mm)
Lat N Long W Máx Mín Prom
Presa López Zamora
Sierras de Baja 31.8908 116.5911 50 28.7 7.9 17.2 258.0
(Ensenada)
California Norte
Sierra de Juárez 32.0036 115.9483 1,580 19.4 2.8 11.1 464.3
Desierto de Vizcaíno Guerrero Negro 27.9680 114.0458 10 24.7 13.1 18.9 85.2
Sierra La Giganta El Mezquital 27.4111 112.5777 450 29.2 12.6 20.9 128.0
Llanos de Magdalena Villa Constitución 25.0000 111.6500 45 31.4 12.7 22.0 149.7
Sierra de La Laguna 23.5486 109.9791 1,800 20.0 6.6 13.3 676.9
Discontinuidad del Cabo
Santiago 23.4805 109.7138 125 33.0 14.5 23.8 352.8
Oasis San José del Cabo 23.0694 109.7069 40 29.5 17.2 23.4 309.7
Lat⫽latitud; Long⫽longitud; msnm⫽metros sobre el nivel del mar; Máx⫽máxima; Mín⫽mínima; Prom⫽promedio; pp⫽precipitación total anual.
219
Geografía de suelos de México
220
Capítulo 12. Geografía de suelos regional: península de Baja California
Hidrografía de la región
Como quedó establecido en el apartado sobre climatología, la condición de ari-
dez es una característica relevante en casi toda la península de Baja California, la
cual puede considerarse pobre en recursos hídricos en general, dado que prác-
ticamente todas sus corrientes son intermitentes. A excepción del volumen alma-
cenado en seis presas (en el norte: río Tijuana, arroyo El Carrizo y arroyo En-
senada; en el sur arroyo San Lázaro, arroyo Grande y arroyo El Cajoncito), el resto
de la península depende del agua subterránea como única fuente de abasteci-
miento para actividades agrícolas y urbanas. Su calidad varía de dulce a salada
(⬍1 000 ppm a ⬎2 000 ppm, respectivamente), debido a que las tasas de evapo-
ración altas causan el incremento de salinidad de los acuíferos. A manera de ejem-
plo, más del 61% de 500 pozos analizados en el estado de Baja California Sur reba-
saron las 500 ppm establecidas para consumo humano por la Norma Oficial
Mexicana nom-127-ssa1-1994-Modificación 1999 (Semarnat, 2005). En muchas
de las zonas de aprovechamiento los recursos hídricos subterráneos se están
sobreexplotando, generando problemas de intrusión marina en algunos acuíferos
(cna 1995, 2003) y aumentando los problemas de salinidad que ya se presenta-
ban por causas naturales. En consecuencia, los suelos agrícolas están en proceso
de contaminación y degradación a causa de la mala calidad del agua de riego.
En cuanto a la distribución de las cuencas, la península cuenta con un parte-
aguas muy bien definido que divide dos grandes vertientes de escurrimiento
que son constantes en toda su longitud: la del golfo de California y la del océano
Pacífico. En el norte las cumbres de las sierras Juárez y San Pedro Mártir separan
221
Geografía de suelos de México
vertientes de anchura casi semejante. Hacia el sur los parteaguas de las diversas
cadenas montañosas que corren a lo largo de la península están francamente
desplazados hacia el golfo, dando lugar a cuencas pequeñas en esa vertiente y
mucho más amplias en la del Pacífico (Flores, 1998). Por esta razón, la ver-
tiente del Pacífico presenta arroyos de curso bastante largo debido a la distancia
que hay entre el parteaguas y la costa, a diferencia de la vertiente del golfo, en
donde las corrientes son relativamente cortas y descargan directamente al
mar. Esta situación cambia en el extremo sur de la península, en donde el par-
teaguas es más cercano al océano Pacífico y por lo tanto la vertiente del golfo
presenta corrientes de mayor longitud.
Desierto micrófilo. Se localiza al oriente de las sierras Juárez y San Pedro Mártir,
por debajo de los 1 000 m de altitud. El arbusto dominante es Larrea tridenta-
ta (gobernadora); también se presentan Fouqueria splendens (ocotillo), Am-
brosia spp. (yerba del burro), Olneya tesota (palo fierro) y Bursera micro-
phylla (torote blanco). La distribución de la cactácea Opuntia cinerea está
confinada a esta subdivisión. Presenta extensas superficies sin vegetación
aparente que incluyen la Laguna Salada y sus alrededores, y que llegan hasta
el golfo de California.
222
Capítulo 12. Geografía de suelos regional: península de Baja California
30º
5. Desierto Sarcocaule 30º
6. Región de Magdalena
7. Región Sierra de la Giganta 29º
29º
8. Región Árido-Tropical
FUENTE: Wiggins, 1980.
28º 4 28º
5
27º
27º
26º
26º
Desierto Sonorense 6 7
25º
25º
24º
24º 8
Región del Cabo
23º
23º
223
Geografía de suelos de México
224
Capítulo 12. Geografía de suelos regional: península de Baja California
Valle del Vizcaíno. Fue abierto a la producción en la misma época que el valle
de Santo Domingo. Es mucho más pequeño (alrededor de 8 660 ha), sus
suelos son muy arenosos y tienen problemas naturales de concentración
de sales y sodio, característicos de los suelos de esta subregión. En este valle
se produce principalmente trigo, algodón, maíz, frijol, vid, dátil y alfalfa,
con sistemas de riego por aspersión, goteo y gravedad. Actualmente, ade-
más de la agricultura mecanizada de riego, se practica la agricultura en
invernaderos (Navejas et al., 2006).
Subregiones
En la Figura 12.1 se muestra la distribución de las subregiones, las cuales se
describen a continuación.
225
Geografía de suelos de México
226
Capítulo 12. Geografía de suelos regional: península de Baja California
227
Geografía de suelos de México
Las especies más representativas son Spartina foliosa (pasto marino), Fran-
kenia grandiflora (yerba reuma), Salicornia bigelovii (salicornia), Distichlis
spicata (pasto salado) y Suaeda californica, Monanthochloe littoralis (zacate
salado) y Batis maritima (saladillo). Finalmente, la vegetación de dunas
costeras se distribuye a lo largo de las costas del Pacífico. Las geoformas
más significativas en esta subregión son Los Médanos, El Ciprés, La Joya,
San Quintín y El Rosario. Estos ecosistemas juegan un importante papel
debido a que protegen la línea de costa, ya que disipan y amortiguan los
efectos producidos por la fuerza del oleaje y el viento. Se les considera eco-
sistemas frágiles y representan una importante reserva de arena en playas
erosionadas. Este tipo de vegetación se caracteriza por tener especies pe-
queñas y suculentas, consideradas especies clave porque juegan un papel
importante como pioneras y fijadoras de arena al estabilizar y propiciar el
desarrollo de pastizales en suelos arenosos, además de tener un alto grado
de endemismo (Delgadillo, 1998). Especies representativas son Abronia
maritima (verbena), Ambrosia chamissonis (chamizo), Carpobrotus aequi-
laterus (hielito) y Camissonia cheiranthifolia (inegi, 2001).
Desierto de Vizcaíno
Fisiografía. Esta región constituye en sí misma una península, es una de las
discontinuidades fisiográficas de la provincia península de Baja Califor-
nia. Tiene la particularidad de haberse formado por un levantamiento
del terreno que se intensificó durante el Oligoceno Superior, hace alrede-
dor de 30 millones de años (Flores, 1998). Las rocas que forman las sie-
rras al oeste poseen el registro geológico más antiguo de Baja California
(periodo Triásico), con una antigüedad de alrededor de 220 millones de
años, cuando formaban parte del piso oceánico (Flores, 1998). A partir del
extremo occidental se encuentran varias sierras de geología compleja con
orientación noroeste-sureste. Destacan la sierra San José de Castro, que
alcanza 920 m, las sierras bajas Hornitos, Los Indios y Morro Hermoso,
que llegan sólo a 500 m y la sierra Pintada y el cerro El Elefante, que son
elevaciones aisladas. Aledaños a las sierras se encuentran lomeríos y
mesas de poca pendiente así como cañadas de poca profundidad. Otro
rasgo importante lo constituye la sierra de Santa Clara, con altitudes que
oscilan entre 250 y 500 m, destacándose algunos picos de fuerte pendien-
te que alcanzan 790 m y que forman uno de los múltiples monumentos
paisajísticos que posee esta región. El desierto de Vizcaíno es una enorme
llanura con muy poca pendiente, formada por depósitos eólicos. El vien-
to forma campos de dunas en grandes extensiones, localizándose los más
grandes al noroeste de la llanura, particularmente en las inmediaciones
de la laguna Ojo de Liebre, a la cual prácticamente rodea el desierto. En
algunas zonas a lo largo de la llanura se encuentran otros campos de
dunas estabilizadas que forman un lomerío bajo muy suave. Muy impor-
tantes en esta subregión son las llanuras de evaporación que rodean las
lagunas San Ignacio y Ojo de Liebre, las cuales se describen detalladamen-
te más adelante.
228
Capítulo 12. Geografía de suelos regional: península de Baja California
Geología. La mayor parte del desierto de Vizcaíno está conformado por exten-
sas planicies de escasa elevación sobre el nivel del mar, constituidas por
formaciones de areniscas y conglomerados. Como se mencionó, en esta
subregión se encuentran las rocas más antiguas de la península, que pro-
vienen del periodo Triásico del Mesozoico (inegi, 1995; Flores, 1998).
Forman los complejos metamórficos que se encuentran expuestos en la
sierra San José de Castro y al sur de la sierra Santa Clara, la cual está for-
mada por rocas volcánicas del Terciario (inegi, 1995). Las formaciones
geológicas de estas serranías sustentan la hipótesis de que la superficie
peninsular ha estado sujeta a variaciones continuas del nivel del mar y a
una intensa actividad volcánica desde los albores de su origen (Durham y
Allison, 1960). De acuerdo con esta hipótesis, los incrementos en el nivel del
mar habrían causado intrusiones marinas que formaron extensos mares
someros, dando por resultando condiciones edáficas de salinidad y alcali-
nidad elevadas. En el resto de la subregión prevalece un relieve eólico acu-
mulativo en el que destacan las dunas y los depósitos lagunares con con-
centraciones salinas (inegi, 1995).
229
Geografía de suelos de México
Sierra La Giganta
Fisiografía. En esta subregión destaca, al norte, la sierra de San Francisco, la
cual es un macizo montañoso con grandes y profundos cañones, que en
la vertiente occidental forma un conjunto de elevaciones de pendientes
abruptas, truncadas y alargadas. Estas elevaciones oscilan entre 500 y 1 000
m y se encuentran orientadas en forma prácticamente radial al pico de
mayor altitud de la sierra, que alcanza 1 590 m. En esta vertiente se en-
cuentran varias mesas, entre las que están la mesa Julio, la mesa San Gre-
gorio, la mesa Alta, la mesa San Jorge y la mesa el Pitacio. En la vertiente
oriental en cambio, la sierra está fuertemente disectada, con elevaciones
que oscilan entre 500 y 750 m y que descienden gradualmente hasta trans-
formarse en un lomerío. Otro elemento fisiográfico importante de esta
subregión lo constituyen el conjunto de volcanes formado por el volcán
de Las Vírgenes y el volcán El Azufre, de origen reciente. La imponente
masa del volcán Las Vírgenes alcanza 1 920 m, constituyéndose en la ma-
yor elevación de la subregión, la cual se puede observar a gran distancia.
El volcán El Azufre, por su parte, alcanza 1 370 m; en sus inmediaciones
se encuentran varias fumarolas, testimonio de que es un volcán activo, el
único en el sur de la península. La naturaleza de la sierra La Giganta es
mayormente montañosa, de fuertes pendientes, en las que son dominan-
tes los afloramientos rocosos. Está formada por bloques afallados e incli-
230
Capítulo 12. Geografía de suelos regional: península de Baja California
Geología. En las cadenas que constituyen esta subregión (sierra San Francisco,
volcán Las Vírgenes, sierra San Pedro y sierra La Giganta) se reúnen monta-
ñas volcánicas, montañas en bloques, mesetas y picachos, que corresponden
en su mayoría a aparatos volcánicos de rocas volcánicas y sedimentarias
del Terciario y Cuaternario de la era Cenozoica. Se considera que se en-
cuentran en una etapa geomorfológica de juventud (inegi, 1995). La por-
ción central de la sierra La Giganta está formada principalmente por rocas
volcano-sedimentarias del Mioceno-Plioceno Inferior. Son un conjunto
heterogéneo de derrames de lava riolíticos, andesíticos y basálticos, así como
piroclásticos y aglomerados, asociados a conglomerado, brecha, arenisca y
depósitos argilíticos lagunares. Tienen estratificación evidente que presenta
una variación litológica lateral y en algunos sitios están coronados por lavas
basálticas del Cuaternario, cuyo origen se atribuye a un arco insular mag-
mático que estuvo activo durante el Mioceno del Terciario (inegi, 1995).
La porción sur de La Giganta está formada por areniscas tobáceas y arenis-
cas blancas marinas masivas, fosilíferas, con mucho yeso y con un espesor
aproximado a 800 m (inegi, 1995), en las que sobreyacen alternadamente
derrames de riolita (cuya antigüedad corresponde al mismo evento mag-
mático de riolitas de Nayarit), areniscas y conglomerados. Estudios del fe-
chamiento de las diferentes depositaciones sugieren que el cambio de con-
diciones marinas a terrestres tuvo lugar hace alrededor de 24 millones de
años (Uphoefer et al., 2001; Drake et al., 2004).
231
Geografía de suelos de México
Clima. Las partes más altas de las cadenas que forman esta subregión (a par-
tir de los 1 000 msnm), como en el volcán Las Vírgenes, tienen, de acuerdo
con la clasificación de García (1964), clima BS0kw(x⬘) semiárido, templa-
do, con lluvias en verano. Las temperaturas medias anuales están entre 12
y 18°C. La precipitación total anual fluctúa entre 300 y 400 mm, de los que
el 10.2% cae en invierno. En las áreas de menor altitud se presenta clima
BWhw(x⬘) árido, semicálido, con lluvias en verano. La temperatura media
anual varía entre 18 y 22°C (inegi, 1995).
Llanos de Magdalena
Fisiografía. Esta región es una de las tres discontinuidades fisiográficas de la
provincia Península de Baja California. Es una gran llanura formada por lo
que fueron terrenos bajos del fondo marino (Beal, 1948), los cuales emer-
gieron y dieron lugar a la forma actual de la península durante las últimas
etapas de su formación, hace alrededor de 5 millones de años (Flores, 1998).
Se encuentra fuertemente disectada por los arroyos que bajan de la sierra
La Giganta, que han dado lugar a la formación de diversas geoformas, des-
de lomeríos suaves en los que son comunes los terrenos arenosos que lle-
gan a formar campos de dunas, hasta cerros y mesetas con varias decenas
de metros de altura sobre el terreno. Sedimentos de una gran variedad de
materiales geológicos forman campos de dunas costeras de colores varia-
dos; son particularmente interesantes y vistosas las playas de arenas negras.
Uno de los rasgos fisiográficos importantes de la región de Magdalena es que
muchos de los arroyos que bajan de la sierra La Giganta se pierden en los
terrenos arenosos de la llanura, formando ocasionalmente pequeñas lagu-
nas intermitentes en algunas depresiones del terreno. La más grande de
ellas se encuentra en los llanos Iray.
232
Capítulo 12. Geografía de suelos regional: península de Baja California
233
Geografía de suelos de México
234
Capítulo 12. Geografía de suelos regional: península de Baja California
235
Geografía de suelos de México
Oasis
Características generales. Este tipo de ecosistema se distribuye en la porción
árida al sur de la península sin constituir una región en particular. Su
importancia no sólo radica en el gran atractivo que tiene la existencia de
islas de vegetación en el desierto, sino por constituir ecosistemas de condi-
ciones muy particulares y porque históricamente permitieron el pobla-
miento humano de un territorio agreste y de clima extremo, en donde el
recurso hídrico se limita a acuíferos subterráneos, incluso de aguas fósiles.
Los oasis son refugios de gran interés biológico y evolutivo; se definen
como parches de vegetación diferente a la circundante con alta disponibili-
dad biológica del agua, considerando como referencia la requerida para el
establecimiento de vegetación mésica como los palmares (cibnor, 2005).
En la península se formaron por la evolución geomorfológica a través de
millones de años en los que se transformó un hábitat con vegetación mésica
tropical en un matorral xerófilo (Axelrod, 1979; Arriaga, 1997). Maya et al.
(1997) determinaron que en la península existen 81 oasis, la mayoría dis-
tribuidos en el sur, donde dominan climas áridos y semiáridos; de ellos,
cinco tienen cuerpos de agua permanente y una extensión relativamente
grande (0.15 a 2.70 km2); en la mayoría el cuerpo de agua se mantiene gra-
cias a obras de construcción, en cuyas inmediaciones se encuentran varias
comunidades vegetales, destacando los palmares. Otros 14 oasis son man-
tos freáticos que en el pasado fueron manantiales superficiales y perma-
nentes, los cuales se han abatido debido a que sostienen las actividades
agrícolas y urbanas de poblaciones con un número relativamente grande
de habitantes. Se reconocen por una vegetación mésica que cubre de 0.05 a
1.5 km2. La distribución de los oasis más importantes de la península se
muestra en la Figura 12.1.
236
Capítulo 12. Geografía de suelos regional: península de Baja California
cia de una cubierta vegetal densa es suficiente para mantener una tempera-
tura más baja dentro del oasis debido a la reducción de la insolación. A ello
se suma que la vegetación mésica, a diferencia del matorral xerófilo que la
rodea, tiene altas tasas de evapotranspiración que contribuyen a enfriar el
aire, el cual además está en contacto con el suelo más fresco de este micro-
ambiente.
(a)
Humedal
arbustivo
Humedal
Nivel inter e emergente
intra-anual
4
2 3
1
1. Permanentemente inundado
2. Intermitentemente inundado
3. Estacionalmente anegado
4. Temporalmente anegado
FUENTE: León de la Luz y Domínguez (2006)
1
15 m (b)
10
2 5
1
5
1 3 3 2 3
1 1
0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 m
1. Washingtonia robusta
2. Baccharis glutinosa
3. Perytile sp.
4. Encelia californica
5. Cynanchum palmer
FUENTE: Maya (1994)
Figura 12.3. a) Perfil esquemático de un sistema de oasis. b) Perfil esquemático del palmar del oasis “estero de San José”.
237
Geografía de suelos de México
238
Capítulo 12. Geografía de suelos regional: península de Baja California
239
Geografía de suelos de México
240
Capítulo 12. Geografía de suelos regional: península de Baja California
241
Geografía de suelos de México
Oasis. Las principales características de los suelos de los oasis, que los dife-
rencian de los suelos de las zonas xéricas que los rodean, son el alto conte-
nido de materia orgánica y los colores oscuros, independientemente de su
textura. Esto se debe a que estos ecosistemas sostienen comunidades vegeta-
les con características mésicas que se constituyen en una fuente constante
de materia orgánica fresca, que es rápidamente humificada debido a que la
actividad de los microorganismos también se mantiene a lo largo del año,
independientemente de la temporada húmeda o seca de la región.
242
Capítulo 12. Geografía de suelos regional: península de Baja California
Tabla 12.2. Principales grupos de suelo que se encuentran en la península de Baja Calfornia
Grupo de suelo
(WRB 2006) Porcentaje
Arenosol 20.6
Leptosol 20.3
Regosol 14.1
Fluvisol 11.2
Calcisol 11.1
Planosol 8.0
Phaeozem 7.3
Solonchak 4.3
Cambisol 2.3
Vertisol
Gypsisol 1.0
Gleysol
243
Geografía de suelos de México
244
Capítulo 12. Geografía de suelos regional: península de Baja California
Perfiles topográficos
30º
1
28º
26º
Transecto
3
24º Perfil edafológico
4
22º
Figura 12.4. Ubicación de los transectos que cortan transversalmente la península, representativos de variaciones latitudinales. La descripción de los transectos y de
los perfiles edafológicos se encuentra en el texto.
245
Geografía de suelos de México
Tabla 12.3. Perfiles representativos de los transectos que se muestran en la Figura 13.9
Transecto Punto Geoforma Perfil Nombre (WRB 2006)
punto 311 Llanura aluvial A, B1, B21t, B22t Luvisol cutánico (hiperéutrico)
punto 521 Piedemonte A, E, B21t, B22t Planosol lúvico (hiposódico)
1 punto 331 Piedemonte A, C1, R Phaeozem epiléptico (esquelético)
punto 421 Sierra A, R Regosol epiléptico (epiesquelético)
punto 181 Laguna intermitente C1, C2 Fluvisol háplico (arídico, arénico)
114 2103 Sierra A, Cr, R Regosol epiléptico (Epiesquelético)
114 2123 Llanura AC1, C1, C2, C3k Arenosol hiposálico (Sódico)
114 2053 Llanura A, B21w, B22w, BCk, Ckm Calcisol háplico (Arídico) (Arénico)
2 114 2153 Llanura de evaporación C1m, C2m, C3mg Solonchak petrosálico (Hipersódico)
Vertisol mázico (Calcárico)
116 2103 Sierra A, B21v, B22v, B23v
(Crómico)
206 1093 Sierra A, R Leptosol nudilítico (Esquelético)
punto 682 Llanura aluvial C1, C2. C3, C4, C5, C6 Arenosol háplico (Hiposódico)
punto 2 Portuario Sn Carlos4 Depresión con intrusión marina A11, A12, C1 Solonchak gléyico (Sódico)
punto 372 Llanura aluvial A, B21, B22ca, B23ca, B24ca Calcisol háplico (Arídico) (Sódico)
3
punto 642 Llanura aluvial Ap, B21, B22t, B23 Luvisol háplico (Arídico) (Sódico)
punto 232 Sierra A11, A12, A13 Vertisol endoléptico (Crómico)
punto 202 Sierra C1 Regosol epiléptico (Epiesquelético)
Fluvisol háplico (Hiposódico)
Rcho SL4 Playa C1, C2, C3
(Arénico)
60 1073 Lomerío A, C1, C2, C3, C4 Regosol háplico (Eutrico)
Leptosol nudilítico (Eutrico)
60 0533 Sierra A, R
(Esquelético)
4
7 del libro S de la L Sierra A, R Phaeozem léptico (Esquelético)
Regosol háplico (Hiposódico)
60 0423 Meseta de disección A, AC, C1, C2
(Yérmico) (Arénico)
C.P. 2 Ord. Cabos4 Sierra A, R Leptosol hiperesquelético (Calcárico)
Cabo 1 Ord. Cabos4 Playa C1, C2 Fluvisol háplico (Eutrico) (Arénico)
1 SPP, 1982; 2 INEGI, 1988; 3 INEGI, 2007; 4 descrito por Yolanda Maya.
246
Capítulo 12. Geografía de suelos regional: península de Baja California
247
Geografía de suelos de México
248
Capítulo 12. Geografía de suelos regional: península de Baja California
diferentes factores formadores del suelo son los que se manifiestan como do-
minantes a diferentes escalas.
Así, a escalas cartográficamente pequeñas (1:2,000,000), sólo es posible
representar el grupo de suelo de referencia dominante en la unidad cartográfica,
destacando aquellos en los que el relieve y el clima han sido determinantes:
las unidades con mayor extensión son Leptosoles, los cuales se distribuyen en
todas las elevaciones con pendientes abruptas que abundan a lo largo de la
península, seguidos por los Calcisoles y Cambisoles, que se han desarrollado
en las planicies emergidas del fondo del mar, en las que prevalecen condiciones
de aridez y de las que parecieran surgir las cadenas montañosas. Finalmente, en
este nivel tan general, también pueden representarse los Arenosoles, formados
por procesos eólicos y que dominan grandes extensiones en esta provincia
fisiográfica, particularmente en el desierto del Vizcaíno y en áreas colindantes
con el oceáno Pacífico de los llanos de Magdalena.
En una escala geográficamente más grande (por encima de 1:1,000,000)
pueden representarse unidades de suelo en donde ya es posible añadir los
calificadores prefijos a los grupos de suelo de referencia, los cuales aludirían a
la influencia de factores formadores como el material parental y el aporte de
materia orgánica proveniente de la vegetación. Ambos, junto con el clima, de-
terminan los procesos que se llevan a cabo. A esta escala los suelos dominantes
serían los Leptosoles nudilíticos, los Calcisoles pétricos o háplicos y podrían
representarse los Cambisoles hiposálicos. Pueden ya representarse las grandes
llanuras de evaporación que se ubican en la región lagunar del desierto del
Vizcaíno, en donde la intrusión marina, en conjunto con las altas temperaturas
y la evaporación, dan por resultado la formación de Solonchaks petrosálicos.
A esta escala ya es posible representar también unidades reducidas de Phaeozem
epilépticos y de Vertisoles háplicos, que se distribuyen en la región noroeste
de la península y en los llanos de Magdalena.
A medida que la escala geográfica permite mayor detalle (de 1:500,000 hasta
1:1,000,000), se pueden separar más unidades, no sólo por la dominancia re-
lativa de los diferentes grupos de suelos, sino por sus fases físicas y químicas, las
cuales están determinadas en gran parte por el relieve (líticas en laderas mon-
tañosas; gravosas y pedregosas en abanicos aluviales y arroyos), el origen geoló-
gico (fases petrocálcicas en las llanuras emergidas del fondo del mar, o pedrego-
sas en derrames basálticos; cadenas montañosas formadas por conglomerados y
brechas volcánicas) y clima (cuencas endorreicas, intrusiones marinas, vientos
constantes).
Una escala más detallada (1:250,000) permite la delimitación de unidades
más específicas, a las que es posible asignar asociaciones de suelos, además de
un mayor número de calificadores que hacen referencia a procesos edáficos
que han actuado en forma más restringida o que reflejan la influencia de alguna
condición local. Ejemplo son los Arenosoles próticos (eutricos, hiposódicos)
que se asocian a Solonchaks gléyicos (sódicos) de unidades de los llanos de
Magdalena colindantes con el mar y con el desierto del Vizcaíno; estas unidades
se refieren a las dunas arenosas activas que forman grandes barras paralelas a
la costa —de ahí que presenten cierta acumulación de sodio—, entre las cuales
se localizan depresiones sometidas a intrusión marina y que presentan procesos
249
Geografía de suelos de México
Referencias
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de la península de Baja California. Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste,
Publicación No. 13, S.C. La Paz, B.C.S., México, pp. 1-4.
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Northwestern Mexico. Plant Ecology 189:213-225.
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Capítulo 13. Geografía de suelos regional:
llanura sonorense
José María Solís Portillo1*, y Francisco Raúl Venegas2
Los
Los factores
factores formadores
formadores
Orografía de la región
sta provincia es compartida con el estado de Arizona, EU; su forma
255
Geografía de suelos de México
Desierto de Altar
erosión que formó el Gran Cañon del Colorado con edades Plioceno-Pleis-
toceno (Pacheco et al., 2006). Estos sedimentos fluvio-deltáicos al ser deposita-
dos, nivelando la depresión del Salton y el entonces recién formado protogolfo,
han sido retrabajados por procesos litorales hasta dar al delta del río Colorado la
forma que tiene en la actualidad y su desembocadura en el Mar de Cortés.
En la actualidad esta gran depresión del Salton (Salton Trough) (Gastil et al.,
1975) aún se encuentra bajo el nivel del mar y localizada en su mayor parte en
el estado de California, en lo que se conoce como valle Imperial y una mínima
parte en el valle de Mexicali. Ambos valles son parte de la misma unidad fisio-
gráfica definida por Shreve and Wiggins, como bajo valle del Colorado (Lower
Colorado Valley). Es una unidad casi plana con alturas medias cercanas a los
40 msnm, en los límites de la entrada del río Colorado a territorio mexicano y
256
Capítulo 13. Geografía de suelos regional: Llanura Sonorense
Climas de la región
De manera general, se describen a continuación los principales climas presen-
tes, de acuerdo con la clasificación hecha por Köpen y modificada por Enriqueta
García (1964).
Climas muy secos. Estos tipos de climas, también llamados desérticos, abarcan
cerca de 46% de la superficie de Sonora, y se caracterizan por su precipitación
257
Geografía de suelos de México
Muy seco cálido con lluvias de verano. Influye en la zona costera, del centro
hacia el sur, y comprende más o menos 12% del territorio estatal. En el cen-
tro se distribuye en los alrededores de Hermosillo, Miguel Alemán y El Triun-
fo, así como en una mínima porción al sureste de Caborca.
Las temperaturas medias anuales varían en un rango de 22°C —como suce-
de en la estación meteorológica San José (26-055), situada unos 40 km al orien-
te de Bahía de Kino— a 26°C, valor reportado en la estación meteorológica El
Orégano (26-045), ubicada al noreste de Hermosillo; mientras que en esta ciu-
dad, con base en la estación 26-025, es de 25.1°C. La temperatura media men-
sual más alta, en general, corresponde a julio, en las estaciones citadas los valo-
res reportados son de 31.4°, 34.9° y 32.3°, pero el valor menor pertenece a la
estación La Chupasclilla (26-017) con 31°C. La temperatura media mensual
más baja se produce en enero con 13.5°, 17.2°, 17.3° y 13.1°, respectivamente.
Las precipitaciones totales anuales son de 186.4, 336.3, 242.7 y 147.4 mm en las
estaciones mencionadas, en ellas el mes más lluvioso es julio o agosto, con pro-
medios de precipitación de 532.1, 102.0, 74.2 y 46.8 mm. Cabe señalar que en
estos lugares la lluvia invernal, es decir, la ocurrencia en los meses de enero,
febrero y marzo, corresponde a más de 10.2% de la precipitación total anual.
Hacia el sur, por Guaymas, Empalme, Ciudad Obregón, Navojoa y Huata-
bampo, prevalece el mismo clima (muy seco cálido), pero el porcentaje de
lluvia invernal es menor; entre 5 y 10.2 mm. En estos terrenos se localizan
tres estaciones meteorológicas (una en Guaymas y dos en Navojoa) cuya
temperatura media del mes más frío es mayor de 18°C, por lo que se con-
sidera su clima muy seco muy cálido; sin embargo, en el resto del área y
con base en las demás estaciones, el mes más frío siempre tiene una tem-
peratura media menor de 18.0°C y es clasificado como cálido, así ocurren
la primera región descrita y en la estación 26-041 de Ciudad Obregón entre
otras, donde se reportan 16.9°C en enero. En esta ciudad, según datos de la
misma estación, la temperatura media anual es de 24.9° y el mes más calu-
roso es julio con 32.2°C de temperatura media; la precipitación total anual
en promedio llega a 298.5 mm, agosto es el mes de mayor precipitación
con 81.6 mm, y mayo es el de menor, con 0.3 mm.
Muy seco cálido con lluvias en invierno. La porción sonorense donde las lluvias
se concentran en el invierno comprende la ciudad de San Luis Río Colorado
258
Capítulo 13. Geografía de suelos regional: Llanura Sonorense
y sus proximidades, así como los terrenos situados al oeste y sur de la locali-
dad Estación Coahuila; esta es una extensión dominada por condiciones muy
secas cálidas, en la cual, con base en la estación meteorológica 26-056 San
Luis Río Colorado, la temperatura media anual es de 22.8°C, la precipitación
de 50.6 mm totales al año y el porcentaje de lluvia invernal menor de 36; la
temperatura media del mes más caluroso (julio) es de 34.0°C, y la del mes
más fresco (enero) es de 12.7°C; el mes más húmedo es diciembre con tan sólo
7.9 mm de precipitación en promedio; el mes más seco es junio con 0.3
mm. Los datos anteriores, junto con los de las estaciones aledañas del estado
de Baja California, muestran que esta zona es una de las más secas del país.
259
Geografía de suelos de México
260
Capítulo 13. Geografía de suelos regional: Llanura Sonorense
cuarcitas, cuya edad aproximada va de 1 700 a 1 800 Ma, y están afectadas por
rocas intrusivas calcoalcalinas que se calcula tienen entre 1 710 y 1 750 Ma.
Este conjunto es denominado Complejo Bámori. La unidad de gneisses
que aflora de las poblaciones Las Cruces a El Tiro y al suroeste de la Ciénega,
entre otros sitios, se correlaciona con las rocas metamórficas antes citadas.
En el área de Caborca también se encuentra un conjunto de rocas sedimen-
tarias del Precámbico Tardío que sobreyace en discordancia tectónica al
Complejo Bámori y está constituido de rocas carbonatadas (dolomías), con
estromatolitos, así como de areniscas de cuarzo y lutitas. Estas rocas perte-
necen a las formaciones Pitiquito y Gamuza.
261
Geografía de suelos de México
Norteamérica; esto provocó que las aguas del golfo penetraran hasta los
pies de monte de las Sierras Transversas (Transverse Ranges) en el desierto
de Mojave en California, dando lugar a la provincia extensional del golfo de
California, cuyas fronteras son al oriente: la Sierra Madre Occidental y al
occidente el escarpe del golfo formado por las sierras de Juárez y San Pedro
Mártir (Martín-Barajas, 2000).
Hidrografía de la región
Región Hidrológica 7 Río Colorado (RH-7). Abarca los terrenos situados
sobre las márgenes izquierda (Sonora) y derecha (Baja California) del río
Colorado en la parte final de su recorrido. Tiene como límite superior la
línea divisoria internacional con Estados Unidos de América y termina en
el golfo de California. La corriente principal, el río Colorado, inicia en
Wyoming, EU, con dirección inicial hacia el sureste; su cauce, que va de
cerca de los Algodones, B.C. a San Luis Río Colorado, sirve como límite
internacional entre México y el vecino país del norte. A partir de esta zona el
río drena hacia el sureste hasta su desembocadura en el golfo de California.
La extensión de esta región corresponde a una parte de la cuenca (A),
Bacanora-Mejorada, representada por el Distrito de Riego Núm. 14 “Río Co-
lorado”, en el cual se aprovechan las aguas de la corriente principal y de
algunos de sus afluentes para uso agrícola, después para doméstico, pecuario
e industrial. Representa el 2.81% del territorio sonorense. Se ha determinado
para la cuenca una precipitación media anual de 301 mm, un coeficiente
de escurrimiento de 7.2% que relacionado con 1 434.9 millones de metros
cúbicos (Mm3), determinan un escurrimiento anual de 103.31 Mm3, de los
que sólo son disponibles 2.5 Mm3, ya que el resto fluye hacia el territorio nor-
teamericano.
262
Capítulo 13. Geografía de suelos regional: Llanura Sonorense
Vegetación
En gran parte del Desierto Sonorense dominan diferentes tipos de matorrales
xerófilos ya que los climas imperantes son muy secos y secos. En esta región
existe gran diversidad de formas de vida. Predominan efímeras, arbustos,
suculentas, etc., que le dan distintas fisonomías a las comunidades; además, la
composición florística y la densidad vegetal son variables. Sin embargo sólo
algunas especies se desarrollan por toda esta zona como el palo fierro (Olneya
tesota), la gobernadora (Larrea tridentata) y la jojoba (Simmonsia chinensis),
al igual que los géneros Ambrosia, Cercidium y Fouquieria.
263
Geografía de suelos de México
Subregiones
La provincia está dividida en dos subprovincias y una discontinuidad, las cuales
son: Sierras y Llanuras Sonorenses, desierto de Altar y Sierra del Pinacate.
264
Capítulo 13. Geografía de suelos regional: Llanura Sonorense
tarco Elías Calles, Nogales, Magdalena, Santa Ana, Opodepe, Quiriego, Ures,
Villa Pesquiera, La Colorada, Guaymas, Suaqui Grande y Cajeme.
Está formada de sierras bajas separadas por llanuras; tales sierras son más
elevadas (700 a 1 400 msnm) y más estrechas (rara vez más de 6 km de ancho)
en el oriente y más bajas (de 700 msnm o menos) y más amplias (de 13 a 24
km) en el occidente. Casi en todos los casos las sierras son más angostas que las
llanuras y su espaciamiento es tal que nunca quedan fuera de la vista. En ellas
predominan las rocas ígneas instrusivas ácidas, aunque también son importan-
tes, particularmente en la parte central de la subprovincia, las rocas lávicas,
metamórficas, calizas antiguas y los conglomerados del Terciario. La isla del
Tiburón forma parte de este sistema de sierras, cuyas cimas son bajas y muy
uniformes. Las pendientes son bastante abruptas, siendo frecuentes las mayores
de 45 grados, especialmente en las rocas intrusivas, lávicas y metamórficas, en
tanto que las menores a 20 grados son raras; en general, las cimas son almace-
nadas, es decir dentadas. Los arroyos que drenan esta región efectúan una fuer-
te erosión produciendo espolones laterales que se proyectan en las llanuras.
Las llanuras representan alrededor del 80% de la subprovincia, están cu-
biertas en la mayor parte o en toda su extensión de amplios abanicos aluviales
(bajadas) que descienden con pendientes suaves desde las sierras colindantes.
La llanura aluvial de Hermosillo (200 msnm) baja hacia la costa ensanchán-
dose en sentido noreste-sureste; tiene 125 km de largo y 60 km en la costa.
El río más grande de esta porción es el Sonora, que nace en Cananea, en la
provincia Sierra Madre Occidental, donde fluye hacia el sur. A la altura de
Hermosillo se une con el San Miguel de Horcacitas, también procedente de esta
provincia, y con El Zanjón, que se origina en esta subprovincia.
Desierto de Altar
La subprovincia abarca un área de 22 818.6 km2 comprende desde la frontera
hasta el golfo de California, y del límite con Baja California al oriente de So-
noyta. Solamente ocupa parte de tres municipios: San Luis Río Colorado, Puerto
Peñasco y General Plutarco Elías Calles.
En su mayoría, es un desierto arenoso con altitudes debajo de 200 m (Figura
I.13.1. del Anexo I), en la parte occidental se localiza el mayor delta del país: el
del río Colorado, que cruza la subprovincia en sentido norte-sur, tiene un ancho
de 90 km en la frontera y una longitud aproximada de 140 km hasta su desem-
bocadura. En él se encuentra el Distrito de Riego número 14 “Río Colorado”.
La región está constituida dominantemente de campo de dunas semilunares
(tipo barján) con la ladera abrupta y los cuernos del lado opuesto (sotavento) al
que recibe los vientos dominantes. Estos campos son interrumpidos al oriente
del delta y al norte de la bahía de San Jorge por lomeríos de rocas metamórfi-
cas del Precámbico.
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Geografía de suelos de México
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Capítulo 13. Geografía de suelos regional: Llanura Sonorense
267
Geografía de suelos de México
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Capítulo 13. Geografía de suelos regional: Llanura Sonorense
Referencias
Contreras, J., Martin-Barajas, A., Herguera, J.C. 2005. Subsidence of the Laguna
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(para adaptarlo a las condiciones de la República Mexicana). 2a ed. Instituto de
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J.I., García Calderón, N.E., García Paredes J.D. 2006. El suelo: Fundamentos sobre
su formación, los cambios globales y su manejo. Universidad Autónoma de Nayarit,
Tepic, México.
269
Geografía de suelos de México
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Capítulo 14. Geografía de suelos regional:
Sierra Madre Occidental
Jesús Noel Herrera Pedroza1*
271
Geografía de suelos de México
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6
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Figura 14.1. La ubicación de la provincia Sierra Madre Occidental y su división a las subprovincias: 1. Sierras y Valles del norte; 2. Sierras y Cañadas del norte; 3. Sie-
rras y Llanuras Tarahumaras; 4. Pie de la Sierra; 5. Gran Meseta y Cañones Chihuahuenses; 6. Sierras y Llanuras de Durango; 7. Gran Meseta y Cañones Duranguenses;
8. Mesetas y Cañadas del Sur; 9. Sierras y Valles Zacatecanos.
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Capítulo 14. Geografía de suelos regional: Sierra Madre Occidental
Subregiones
Sierras y Valles del Norte
Orografía. Las elevaciones que dominan en esta subprovincia van de los 100 a
los 2 600 msnm. Se caracteriza por altitudes decrecientes hacia el sur y
amplios valles paralelos, orientados norte-sur, entre los brazos montañosos.
Al norte de Mazacahuí, Sonora, la mayoría de las elevaciones exceden los
1 000 msnm, pero pocas los 2 000, dándose la mayor altitud en la sierra de
Los Ajos al este de Cananea, con 2 645 msnm. Al sur de Mazacahuí la ma-
273
Geografía de suelos de México
yoría de las cimas quedan por debajo de los 1 000 msnm, con muy pocas supe-
rando esa altitud. Las laderas son escarpadas. Los ríos San Miguel de Horca-
sitas y Sonora (que se unen en la provincia vecina de la Llanura Sonorense)
fluyen por los valles occidentales, en tanto que el Moctezuma y el Bavispe,
ambos afluentes del Yaqui, fluyen por los dos valles orientales. Estos ríos des-
cienden hasta los 400 msnm en las orillas suroccidentales de la subprovincia.
Geología. En las sierras dominan las rocas volcánicas ácidas, un gran cuerpo
ígneo intrusivo aflora desde la sierra Los Hornitos, hasta Mazatán y Nácar
Grande, pasando por Mazacahuí.
En los valles dominan materiales sedimentarios continentales (conglo-
merados del Terciario). Una enorme falla normal baja al sur, desde Ignacio
Zaragoza al suroeste de Agua Prieta y corre por los costados occidentales
de las sierras de Los Ajos, Buenos Aires y La Madera, terminando en el
extremo sur. Otra de menor longitud corre por el valle de Moctezuma
sobre sedimentos aluviales, andesita, andesita-toba intermedia, arenisca,
arenisca-toba intermedia.
Tabla 14.1. Datos de precipitación y temperatura en estaciones meteorológicas representativas de las subprovincias
Estación Altitud Precipitación Temperatura
Subprovincia meteorológica Ubicación (msnm) (mm) (grados C)
Gran Meseta y 10018 El Cantil, Durango 2 035 1 497.3 14.9
Cañadas Duranguenses
Gran Meseta y 08106 Norogachi, Chihuahua 2 015 666.3 12.2
Cañadas Chihuahuenses
Mesetas y 18018 Jesús María, Nayarit 610 815.8 26.9
Cañadas del Sur
Pie de la Sierra 25019 Choix, Sinaloa 225 729.5 24.4
Sierras y 05055 El Poleo, Chihuahua 2 300 1 184.8 10.0
Cañadas del Norte
Sierras y 10068 San Juan del Río, Durango 1 700 530.1 18.8
Llanuras de Durango
Sierras y 08104 Namiquipa, Chihuahua 1 840 451.9 14.2
Llanuras Tarahumaras
Sierras y 26005 Arizpe, Sonora 830 466.1 20.0
Valles del Norte
Sierras y 32073 Villanueva, Zacatecas 1 920 448.6 16.8
Valles Zacatecanos
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Capítulo 14. Geografía de suelos regional: Sierra Madre Occidental
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Geografía de suelos de México
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Capítulo 14. Geografía de suelos regional: Sierra Madre Occidental
Clima. La precipitación en esta subprovincia va de los 300 a los 800 mm; las
precipitaciones de 300 y 400 mm de esta región se localizan al norte en una
pequeña área; las de 500 y 600 cubren la mayor área de norte a sur; las de
700 y 800 cubren parte de la zona oeste.
Su temperatura varía de los 8 a los 16°C. Las temperaturas de 8 y 14°C
se ubican al oeste y de12 a 16°C al este; la temperatura de 10°C cubre una
pequeña área al norte.
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Geografía de suelos de México
Pie de la Sierra
Orografía. Las elevaciones que dominan en esta subprovincia van de los 100
a los 1 700 msnm. La altitud de esta subprovincia se extiende en una angos-
ta franja al occidente del macizo principal de la Sierra Madre Occidental
limitando con la Llanura Costera del Pacífico, desde el sur de Sonora hasta
la parte central de Nayarit. La caracterizan sierras y lomeríos similares en
litología a la Sierra Madre pero bastante más heterogéneas, ya que además
de los materiales volcánicos se presentan también granitos y algunas rocas
metamórficas.
Las sierras son de elevaciones muy inferiores a las características para la
provincia y hay muy pocas mesetas. Algunas cumbres se levantan a más de
700 m sobre los terrenos más bajos que las rodean. Están constituidas de uno
o varios núcleos altos, rodeados de lomeríos abigarrados de cerros más ba-
jos con alturas de 200 a 300 m sobre los 50 msnm de sus llanuras limítrofes.
Presentan disección intensa y, en ocasiones, algunas mesetas. Hay algunas
llanuras aluviales entre estos lomeríos.
278
Capítulo 14. Geografía de suelos regional: Sierra Madre Occidental
279
Geografía de suelos de México
así como pocas áreas al centro y centro sur; los bosques de encino se encuen-
tran distribuidos desde el centro norte hasta el sur; el matorral sarcocaule
se localiza en la zona centro norte del lado oeste; al norte tenemos la mayor
concentración de selva baja espinosa, y en la parte centro sur, escasas; el
pastizal inducido se encuentra distribuido en pequeñas áreas en toda la
subprovincia, teniendo la mayor concentración en el sur; el mezquital se
ubica en pequeñas áreas dispersas que van del centro al norte; la vegeta-
ción halófila se ubica en la zona sur de lado oeste; la sabana se localiza al
sur, del lado oeste; el palmar se localiza distribuido en la zona sur; la vege-
tación de galería se encuentra localizada en pocas áreas del centro norte y
centro sur de lado oeste; en la zona centro sur del lado oeste se ubican dos
áreas de tular; en el área centro norte se ubican dos espacios de bosque de
encino-pino; en la zona centro al oeste, se localizan dos áreas de popal.
Clima. La precipitación en esta subprovincia va de los 500 a los 1 000 mm; las
precipitaciónes de 500 y 600 mm se localizan al este; las de 700 y 800 cu-
bren la mayor área en la zona central y las de 1 000 cubren parte de la zona
280
Capítulo 14. Geografía de suelos regional: Sierra Madre Occidental
oeste y sur. Su temperatura varía de los 10 a los 22°C. Las de 10, 12, 14 y
16°C se ubican del este hacia el centro y de 16, 18, 20 y 22°, de la zona cen-
tro hacia el oeste (Tabla 14.1).
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Geografía de suelos de México
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Capítulo 14. Geografía de suelos regional: Sierra Madre Occidental
Clima. Las precipitaciones en esta subprovincia oscilan entre 500 y 1 200 mm;
las de 500, 600, 700 y 800 mm se localizan al este; las de 1 000 y 1 200 mm
en la zona oeste con dos incrustaciones de 800 mm. Su temperatura varía
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Geografía de suelos de México
de 10 a 24°C. Las de 10, 12, 14 y 16°C se ubican del centro al este y de las de
16, 18, 20, 22 y 24°C en la zona centro con rumbo al oeste (Tabla 14.1).
Geología. La geología de esta región está conformada por las siguientes tipos
de roca: la que mayor superficie ocupa es la riolita-toba ácida con una
cobertura de norte a sur y su mayor concentración en el este; en segundo
término está la granodiorita ubicada al oeste; la andesita se localiza en el
costado oeste; la asociación toba ácida-brecha volcánica ácida se ubica en
el norte; el conglomerado en el lado este de concentraciones mayores en el
norte y sur; la andesita-brecha volcánica intermedia, basalto y toba inter-
media-brecha volcánica intermedia se localizan en el extremo norte; el aluvial
se representa por áreas pequeñas dispersas en la región; la metavolcánica se
ubica en el extremo norte y la metasedimentaria el norte; de la toba ácida
se localizan áreas pequeñas en el norte y sur; de caliza se ubican áreas en el
oeste y este; la pizarra se localiza en el oeste con rumbo norte; la asocia-
ción arenisca-conglomerado se ubica en la zona sur; la andesita-toba inter-
media en el lado oeste y este en pequeñas áreas; el granito y la asociación
arenisca-toba ácida se ubica en el extremo norte; la asociación caliza-lutita
en la zona norte con rumbo oeste; la volcanosedimentaria se localiza en el
lado oeste y en el norte; la riodacita se ubica un área en la zona central; la
asociación pizarra-filita y volcanoclástico en el extremo norte del costado
oeste; la asociación lutita-limolita al sur; la asociación basalto-brecha vol-
cánica básica se ubican dos áreas en la zona norte; la asociación lutita-are-
nisca se localiza en el costado oeste; la dacita se ubica en el extremo norte; el
suelo residual se encuentra en áreas dispersas de la zona central; la asocia-
ción arenisca-brecha sedimentaria se localiza al norte con rumbo oeste; la
brecha volcánica ácida se ubica en el costado oeste; la tonalita y la brecha
volcánica básica se ubican en el costado este; la asociación limolita-arenis-
ca y esquisto se ubican en el lado oeste.
284
Capítulo 14. Geografía de suelos regional: Sierra Madre Occidental
en el lado este y oeste situadas del centro hacia el sur; el bosque de oyamel
se ubica en la zona norte, el bosque mesófilo de montaña se ubica en la zona
central del lado oeste; el bosque de táscate en el costado este con rumbo
sur; el pastizal cultivado se ubica en el lado oeste y el halófilo en el costado
este. La selva baja espinosa se localiza al norte en el costado oeste; el bos-
que cultivado se ubica en el lado este de la zona sur.
285
Geografía de suelos de México
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Capítulo 14. Geografía de suelos regional: Sierra Madre Occidental
287
Geografía de suelos de México
288
Capítulo 14. Geografía de suelos regional: Sierra Madre Occidental
En primer término, los Leptosoles cubren una superficie de 1 295 773 987.75
ha, repartida en 108 polígonos distribuidos de norte a sur con una mayor con-
centración del lado este; en segundo término están los Phaeozems con un cu-
brimiento de 861 206 473.61 ha dispersos por toda la región con una mayor con-
centración de áreas en el lado este; los Regosoles están en tercer lugar en
cuanto a cubrimiento con una área de 556 124 894.18 ha que integran 86 polígo-
nos situados en la zona central, la mayor cantidad de estos con algunas áreas ais-
ladas en el este y oeste; los Luvisoles cubren una superficie de 442 835 004.42
ha, integrada por 97 polígonos, la mayor cantidad de áreas se ubica en la zona
oeste y hacia el centro de esta región; los Cambisoles tienen un cubrimiento
de 138 442 189.00 ha, integradas en 78 polígonos ubicados en la zona central
principalmente; los Umbrisoles tienen una superficie de 29 383 250.08 ha for-
madas por 37 polígonos distribuidos en el lado oeste, con una mayor concen-
tración al sur; los Vertisoles, con 18 455 923.12 ha en 23 polígonos concen-
trados en el oeste, el centro y sur; los Calcisoles cubren una superficie de
11 361 770.26 ha, integrados en 24 polígonos que se ubican en la zona central
con rumbo norte; los Fluvisoles tienen una superficie de 11 005 370.17 ha,
integrada por 37 polígonos, con pequeñas áreas dispersas en la región; los
Durisoles cubren una superficie de 7 000 558.43 ha que forman 25 polígonos
ubicados en la zona sur y suroeste; los Planosoles tienen un cubrimiento de
363 333.17 ha, integradas por 3 polígonos que se localizan en la zona central;
el Gleysol es un solo polígono ubicado al sur con 3 058.22 ha.
Pie de la Sierra
Los tipos de suelos de acuerdo con la superficie que cubren y que se encuentran
en esta subprovincia son los siguientes:
El suelo que mayor superficie abarca es el Phaeozem, con 712 844.98 ha inte-
grado por 505 polígonos, se encuentran distribuidos en toda la subprovincia.
El Leptosol ocupa el segundo lugar con una superficie de 639 131.98 ha, en 444
polígonos, distribuidos en toda el área. El suelo que ocupa el tercer lugar es el
Regosol con una área de 625 177.84 y está conformado por 503 polígonos
diseminados por toda la subprovincia. Así sucesivamente ocupan los siguien-
tes lugares los demás tipos de suelos como es el Luvisol con 174 186.85 ha en
158 polígonos con mayor concentración del centro al sur, y con algunas áreas
al norte. El Vertisol se encuentra dispersado del centro hacia el norte con algu-
289
Geografía de suelos de México
nas áreas en el sur y una extensión de 163 299.78 ha integrada en 197 polígonos.
El Cambisol con 151 701.41 ha en 154 polígonos, su distribución es dispersa
del centro norte al sur que es donde se encuentra la mayor concentración. El
Fluvisol distribuido en forma muy local en toda la provincia con una superfi-
cie de 42 028.45 en 105 polígonos. El Durisol se ubica en la zona central con
28 130.65 ha en 7 polígonos. El Calcisol cubre un área de 17 317.37 ha confor-
madas por 14 polígonos distribuidos al norte por el lado oeste. El Umbrisol
se encuentra ubicado al sur cubriendo una superficie de 12 184.05 ha en 26
polígonos. El Kastañozem abarca 4 833.31 ha en 4 polígonos localizados en el
lado norte. El Acrisol, con 5 polígonos abarca 4 184.25 ha que se ubican en la
zona sur. El Arenosol, con una superficie de 3 604.69 ha, lo conforman 3 polí-
gonos ubicados en forma dispersa del centro hacia el norte. El Nitisol con una
superficie de 2 833.19 ha, repartidas en 9 polígonos, se encuentran distribui-
dos en la zona sur. El Lixisol tiene un cubrimiento de 632.02 ha en un solo
polígono en el sur del lado este. El Solonchak tiene un cubrimiento de 67.12
ha en 7 polígonos ubicados en la zona centro sur del lado oeste.
290
Capítulo 14. Geografía de suelos regional: Sierra Madre Occidental
291
Geografía de suelos de México
sol con 2 polígonos que abarcan 1 719 210.39 ha; en la zona sur el Acrisol tiene
un cubrimiento de 730 527.11 ha en 8 polígonos; en la zona norte se ubican
áreas de Arenosoles que cubren 444 160.30 ha, integradas por 12 polígonos.
En primer lugar tenemos el Leptosol que cubre una área de 958 884.28 ha
integradas a 387 polígonos, dispersos en toda la subprovincia. En segundo
término se encuentra el Phaeozem con un cubrimiento de 678 067.21 ha que
integran a 438 polígonos distribuidos en forma dispersa por toda la subprovin-
cia. En forma secuencial tenemos el Luvisol con una extensión de 421 251.18
ha con 338 polígonos, distribuidos de norte a sur con más frecuencia en el
lado oeste. El Regosol cubre una superficie de 188 741.57 ha conformadas por
102 polígonos distribuidos en el norte, con una mayor concentración en el
centro sur. En seguida tenemos el Kastañozems con una superficie de 175 267.98
292
Capítulo 14. Geografía de suelos regional: Sierra Madre Occidental
ha, las integran 96 polígonos distribuidos del centro al norte con una mayor
concentración del lado este. El Cambisol tiene un cubrimiento de 63 873.80 ha
con 39 polígonos, distribuidos en forma dispersa en el norte, sur y con una mayor
concentración en el centro. El Vertisol tiene un cubrimiento de 58 787.42 ha
formadas por 39 polígonos distribuidos en el norte y sur con una mayor con-
centración del lado oeste. El Calcisol cubre una superficie de 54 360.23 ha
integradas con 32 polígonos distribuidos en forma dispersa de norte a sur. El
Planosol tiene un cubrimiento de 4 7024.20 ha con 25 polígonos ubicados en
la zona del centro. El Fluvisol tiene una extensión de 34 253.38 ha constitui-
das por 44 polígonos distribuidos en forma dispersa de norte a sur. El Durisol
engloba una superficie de 22 668.09 ha conformadas por 31 polígonos distri-
buidos en forma dispersa de norte a sur con algunas concentraciones del lado
este. El Chernozem engloba una superficie de 22 620.98 ha constituidas por 6
polígonos que están ubicados del centro al norte. El Umbrisol tiene un cubri-
miento de 9 893.24 ha que se integran con 3 polígonos que están ubicados en
el extremo norte. El Lixisol tiene un cubrimiento de 1 927.51 ha con 3 polígonos
que se localizan en el sur del lado este. El Gleysol está representado por un
polígono con una superficie de 1 634.07 ha y se encuentra ubicado en la zona
norte de esta subprovincia.
Acrisoles
Los Acrisoles son suelos que se caracterizan por presentar acumulación de
arcilla de baja actividad en un horizonte árgico, además de un nivel bajo de sa-
turación de bases y un pH ácido (Driessen et al., 2001). Generalmente se des-
arrollan sobre topoformas montañosas u onduladas donde las condiciones
climáticas provocan un fuerte intemperismo degradando paulatinamente los
materiales del suelo. En la Sierra Madre Occidental se localizan principalmente
al sur de la misma en partes de las subprovincias Sierras y Cañadas del Sur, Pie
de la Sierra y Gran Meseta y Cañones Duranguenses, donde se registran valo-
res elevados de temperatura y/o precipitación que acelera en un alto grado la
velocidad de los procesos de meteorización y la eliminación de los productos
resultantes (Figura 14.2). Se presentan diferentes tipos de Acrisoles cuyas con-
diciones ambientales más representativas se muestran en Tabla 14.2.
La secuencia de horizontes en los Acrisoles en la zona es generalmente A-Bt-C
en suelos profundos que se forman en pendientes relativamente suaves; sobre
293
Geografía de suelos de México
Tabla 14.2. Los subgrupos de los Acrisoles y sus factores ambientales más representativos
Altitud Pendiente Precipitación Temperaturas
Suelo Material parental Geoformas (msnm) (porcentaje) Clima (milímetros) (grados C) Vegetación
Acrisol abrúptico Riolita-Toba ácida Lomerío 2 815 12 Templado subhúmedo 915 14 Bosque de pino
Acrisol háplico Riolita-Toba ácida Lomerío 1 900 8 Templado subhúmedo 1 500 18 Bosque de
pino-encino
Acrisol léptico Riolita-Toba ácida Cerril 2 100 17 Templado subhúmedo 1 200 18 Bosque de
pino-encino
Acrisol profúndico Riolita-Toba ácida Lomerío 1 370 8 Cálido subhúmedo 930 19 Bosque de encino
Acrisol úmbrico Riolita-Toba ácida Terrenos suavemente 300 6 Cálido húmedo 2 000 24 Selva mediana
ondulados subcaducifolia
294
Capítulo 14. Geografía de suelos regional: Sierra Madre Occidental
Arenosoles
Son suelos que tienen un alto porcentaje de arena, con textura arena francosa o
más gruesa hasta una profundidad de 100 cm o más. Se trata de suelos profun-
dos, poco desarrollados cuya formación está condicionada principalmente
por el material parental.
Los Arenosoles en la Sierra Madre Occidental se han formado básicamente al
oeste sobre áreas muy localizadas de granodiorita en las subprovincias Pie de
la Sierra, Gran Meseta y Cañadas Duranguenses, en un clima semicálido sub-
húmedo donde prospera la vegetación baja caducifolia, tal como lo muestra
la Tabla 14.3.
La granodiorita es una roca ígnea intrusiva ácida que por su modo de for-
mación está compuesta de granos gruesos de sílice con una estructura mine-
ralógica muy estable y por ello difícil de intemperizar, dando lugar a suelos de
color claro y con partículas gruesas. Debido a esto el suelo más representativo
bajo estas condiciones es el Arenosol háplico (Figura 14.3).
Generalmente tiene una secuencia de horizontes A-AC-C (Figura I.14.2. del
Anexo I). El horizonte A con frecuencia se presenta como una capa delgada y
oscura, rica en materia orgánica, arenosa y con una estructura poco desarro-
llada como granular o migajosa. El horizonte AC también es delgado y muestra
evidencias de humificación que le otorgan un tono poco más oscuro que el
horizonte C pero prácticamente sin estructura, y el horizonte C es grueso, muy
arenoso y muy claro por efecto del color de los cristales de la granodiorita.
Son suelos poco fértiles y con poca retención de humedad que los hacen ina-
propiados para la agricultura. Se encuentran asociados a Regosoles arénicos y
lépticos.
Calcisoles
Los Calcisoles se distinguen por tener una cantidad considerable de carbonatos
de calcio secundario o por estar limitados por una cementación rica en este
Tabla 14.3. Los subgrupos de los Arenosoles y sus factores ambientales más representativos
Altitud Pendiente Precipitación Temperaturas
Suelo Material parental Geoformas (msnm) (porcentaje) Clima (milímetros) (grados C) Vegetación
Arenosol Granodiorita Cerril 479 16 Semicálido 900 22 Selva baja
háplico subhúmedo caducifolia
295
Geografía de suelos de México
material. Son propios de las regiones áridas y semiáridas donde existen con-
diciones ambientales favorables para la translocación de carbonatos desde el
horizonte superficial a una capa de acumulación a alguna profundidad.
En la provincia Sierra Madre Occidental se distribuyen principalmente en
las tierras bajas cercanas a los límites norte, este y sur de la misma, en las sub-
provincias Sierras y Valles Zacatecanos, Sierras y Llanuras de Durango, Sierras y
Llanuras Tarahumaras, Sierras y Cañadas del Norte y Sierras y Valles del Norte
que están bajo la influencia de climas secos y semisecos; allí se forman estos
suelos a partir de conglomerados o depósitos aluviales y sostienen vegetación
de matorral o pastizal (Figura 14.4, Tabla 14.4).
Los carbonatos de calcio se presentan como concreciones o de manera
cementada formando un horizonte cálcico o petrocálcico. Debido a que la
mayoría de los Calcisoles se forman sobre conglomerados, es frecuente que
presenten cantidades considerables de esqueleto y en algunos casos acumula-
ción de arcilla en el subsuelo, inclusive muestran propiedades vérticas en pla-
nicies aluviales. La secuencia de horizontes en Calcisoles profundos puede ser
A-Bck o Btck-Cck y en Calcisoles someros A-Cmk (Figura I.14.3. del Anexo I).
El horizonte A en climas secos semicálidos es generalmente delgado, claro con
bajo contenido de materia orgánica y con estructura de bloques subangulares
o migajosa; en los climas semisecos templados éste puede ser oscuro con una
cantidad considerable de materia orgánica, pero que no tiene el espesor sufi-
ciente para ser mólico y su estructura es de bloques subangulares.
296
Capítulo 14. Geografía de suelos regional: Sierra Madre Occidental
Cambisoles
Son suelos que se caracterizan por estar en una etapa transicional de desarrollo,
presentan una incipiente diferenciación de horizontes que indica la evolución
de un suelo joven hacia otro más desarrollado. Su formación está condicionada
Tabla 14.4. Los subgrupos de los Calcisoles y sus factores ambientales más representativos
Altitud Pendiente Precipitación Temperaturas
Suelo Material parental Geoformas (msnm) (porcentaje) Clima (milímetros) (grados C) Vegetación
Calcisol arénico Conglomerado Terrenos suavemente 1 757 3 Semiseco templado 500 16 Pastizal natural
ondulados
Calcisol arídico Conglomerado Terrenos suavemente 1 120 5 Seco semicálido 500 18 Matorral desértico
ondulados microfilo
Calcisol Conglomerado Terrenos suavemente 1 300 5 Seco semicálido 450 18 Matorral desértico
esquelético ondulados microfilo
Calcisol háplico Aluvial Planicie 800 0 Seco semicálido 500 20 Matorral desértico
microfilo
Calcisol léptico Conglomerado Terrenos suavemente 938 5 Seco semicálido 500 20 Matorral desértico
ondulados microfilo
Calcisol lúvico Conglomerado Lomerío 978 14 Semiseco templado 500 18 Pastizal natural
Calcisol pétrico Aluvial Planicie 2 256 2 Semiseco templado 500 16 Pastizal natural
Calcisol vértico Aluvial Planicie 1 900 0 Semiseco templado 500 16 Huizachal
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Geografía de suelos de México
298
Capítulo 14. Geografía de suelos regional: Sierra Madre Occidental
Tabla 14.5. Los subgrupos de los Cambisoles y sus factores ambientales más representativos
Altitud Pendiente Precipitación Temperaturas
Suelo Material parental Geoformas (msnm) (porcentaje) Clima (milímetros) (grados C) Vegetación
Cambisol Aluvial Terrenos suavemente 1 091 5 Seco semicálido 400 20 Matorral desértico
calcárico ondulados micrófilo
Cambisol Granodiorita Terrenos suavemente 276 3 Semiseco cálido 700 24 Agricultura
crómico ondulados de temporal
Cambisol Riolita-Toba ácida Cerril 371 19 Cálido húmedo 1 500 24 Pastizal
esquelético inducido
Cambisol Riolita-Toba ácida Lomerío 2 286 9 Semifrío 1 000 12 Bosque
éutrico subhúmedo de pino-encino
Cambisol Toba ácida Lomerío 1 197 11 Semiseco 500 18 Pastizal natural
hiposódico templado
Cambisol Riolita-Toba ácida Lomerío 1 344 14 Semiseco 400 16 Matorral desértico
léptico templado micrófilo
Cambisol Arenisca- Planicie 100 0 Seco 500 24 Agricultura
vértico Conglomerado cálido de temporal
Cambisol Riolita-Toba ácida Lomerío 1 715 10 Semicálido 800 20 Bosque
vítrico subhúmedo de encino
Kastañozems
Son suelos cuya formación está condicionada por el clima; se ubican en zonas
semiáridas o de transición hacia climas más lluviosos donde predominan los
pastizales. Se caracterizan por presentar un horizonte mólico, generalmente café
oscuro y un subsuelo con una considerable acumulación de carbonatos de
calcio secundario.
Dentro de la provincia se distribuye hacia el este y sur en las subprovincias
Sierras y Llanuras de Durango y Sierras y Valles Zacatecanos, en lugares en que
predomina el clima semiseco templado con lluvias en verano y prospera el pas-
tizal natural o se practica la agricultura de temporal (Figura 14.6).
Se desarrollan sobre depósitos aluviales generalmente profundos, con acumu-
lación de arcilla o carbonatos de calcio en el subsuelo, excepto en lugares en
que se ha formado un horizonte petrocálcico que limita su profundidad; en con-
glomerados el perfil presenta alto porcentaje de esqueleto y aunque es poco
frecuente también se forman sobre riolitas encontrándose el lecho rocoso a
menos de 1m de profundidad (Tabla 14.6).
El perfil generalmente se conforma por los horizontes A-Bck o Back en sue-
los profundos y A-Bck-R o Cmk en suelos someros (Figura I.14.5. del Anexo
I). Como ya se ha dicho, el horizonte A es oscuro, grueso y rico en materia
orgánica y nutrientes. El horizonte B puede tener evidencias de acumulación
de carbonatos de calcio secundario o tener una cantidad muy importante de
este como es el caso de los Kastañozems cálcicos, también en algunas áreas
presenta acumulación de arcilla. Sobre estos suelos junto a los Chernozems se
desarrolla de forma muy rentable la ganadería extensiva.
299
Geografía de suelos de México
Chernozems
Al igual que los Kastañozems, estos suelos están condicionados por el clima,
se forman en regiones con inviernos fríos y veranos cálidos; también tienen
acumulaciones de carbonatos de calcio secundario en el subsuelo pero con
un horizonte superficial negro, rico en materia orgánica y nutrientes.
En la Sierra Madre Occidental se concentran casi exclusivamente en la sub-
provincia Sierras y Llanuras de Durango y en menor medida en las Sierras y
Valles Zacatecanos (Figura 14.7).
En geoformas planas u onduladas con pastizal natural o bosque bajo y
abierto, la mayoría de ellos se forman a partir de conglomerados donde puede
300
Capítulo 14. Geografía de suelos regional: Sierra Madre Occidental
Durisoles
Son representativos de ambientes áridos y semi-áridos e incluye suelos desde
muy someros hasta moderadamente profundos y muy drenados que contienen
sílice secundario cementado en el primer metro superior del suelo (Figura
14.8).
En la zona de estudio se ubican principalmente al pie de las sierras de rocas
ácidas sobre topoformas coluviales de conglomerado suavemente onduladas,
el clima predominante es semiseco templado con lluvias en verano, donde se
registra una precipitación total anual promedio de 600 mm y una temperatu-
301
Geografía de suelos de México
Tabla 14.7. Los subgrupos de los Chernozems y sus factores ambientales más representativos
Altitud Pendiente Precipitación Temperaturas
Suelo Material parental Geoformas (msnm) (porcentaje) Clima (milímetros) (grados C) Vegetación
Chernozem Basalto Meseta 1 944 2 Semiseco templado 600 16 Agricultura
abrúptico de riego
Chernozem Caliza-Lutita Terrenos suavemente 1 947 6 Semiseco templado 400 16 Pastizal
cálcico ondulados natural
Chernozem Arenisca- Terrenos suavemente 1 960 3 Semiseco templado 600 16 Agricultura
esquelético Conglomerado ondulados de temporal
Chernozem Aluvial Planicie 1 970 2 Semiseco templado 600 16 Agricultura
hipercálcico de temporal
Chernozem Riolita-Toba ácida Lomerío 1 723 8 Semiseco templado 400 18 Pastizal-
léptico huizachal
Chernozem Metavolcánica Terrenos suavemente 196 5 Semiseco cálido 800 24 Selva baja
lúvico ondulados caducifolia
Chernozem Conglomerado Terrenos suavemente 1 797 4 Semiseco templado 500 16 Bosque
petrocálcico ondulados bajo abierto
Chernozem Aluvial Planicie 2 039 1 Semiseco templado 500 16 Agricultura
petrodúrico de temporal
ra media anual de 15°C. En condiciones naturales la vegetación más repre-
sentativa es el bosque bajo y abierto con especies de Quercus, Pinus, Juniperus
y gramíneas con elementos de pastizales naturales (Tabla 14.8).
Son utilizados en la ganadería extensiva o pueden estar sometidos a agri-
cultura de temporal con rendimientos bajos. Aunque en otras partes del país
302
Capítulo 14. Geografía de suelos regional: Sierra Madre Occidental
Tabla 14.8. Los subgrupos de los Durisoles y sus factores ambientales más representativos
Altitud Pendiente Precipitación Temperaturas
Suelo Material parental Geoformas (msnm) (porcentaje) Clima (milímetros) (grados C) Vegetación
Durisol pétrico Conglomerado Meseta 2 033 2 Semiseco templado 500 12 Agricultura
de temporal
Phaeozems
Son parecidos a los Chernozems y Kastañozems, su formación está condicio-
nada por el clima, se presentan en zonas más lluviosas por lo que son más
intensamente percolados en la temporada húmeda. En consecuencia, tienen
horizontes superficiales, pardos, humosos que son menos ricos en bases que
los Chernozems y Kastañozems. Los Phaeozems no tienen signos de carbo-
natos secundarios en el primer metro superior del suelo.
Debido a que en la Sierra Madre Occidental se forman en varias condiciones
ecológicas, presentan una amplia gama de calificadores que denotan el factor
climático que determina con mayor intensidad su formación (Tabla 14.9).
En las zonas más húmedas se encuentran los Phaeozems háplicos, los húmi-
cos y los abrúpticos; en las más secas se ubican los calcáricos, lúvicos, petro-
cálcicos y vérticos. En zonas con mayor pendiente predominan los lépticos y
los húmicos y el calificador esquelético es más frecuente cuando se derivan de
conglomerados (Figura 14.9).
Cuando son profundos la secuencia de horizontes es Ah-Bw o B-C y cuando
son someros Ah-Bw-Cmk o Cmq (Figura I.14.8. del Anexo I). El horizonte
Ah es oscuro, rico en materia orgánica y grueso, incluso puede alcanzar los
50 cm o más de profundidad como en el caso del Phaeozem páquico. El hori-
zonte B se puede distinguir del horizonte Ah por color ya que generalmente
adquiere colores rojizos y/o pueden tener estructura de bloques angulares
cuando hay acumulación de arcilla. Debido a su fertilidad son utilizados para
la ganadería extensiva y la agricultura de riego y temporal con buenos rendi-
mientos.
Fluvisoles
Son suelos aluviales jóvenes que muestran estratificación o alguna otra evi-
dencia de sedimentación reciente y cuya formación está condicionada por la
topografía del terreno. Se desarrollan en tierras bajas y niveladas en áreas
303
Geografía de suelos de México
Tabla 14.9. Los subgrupos de los Phaeozems y sus factores ambientales más representativos
Altitud Pendiente Precipitación Temperaturas
Suelo Material parental Geoformas (msnm) (porcentaje) Clima (milímetros) (grados C) Vegetación
Phaeozem Conglomerado Meseta 1 984 2 Semiseco templado 500 16 Agricultura
abrúptico de temporal
Phaeozem Andesita Terrenos suavemente 1 892 7 Semiseco templado 500 16 Bosque
álbico ondulados bajo abierto
Phaeozem Conglomerado Terrenos suavemente 1 013 4 Semiseco semicálido 500 18 Pastizal
calcárico ondulados inducido
Phaeozem Andesita Cerril 609 21 Cálido húmedo 1 000 24 Selva
esquelético baja caducifolia
Phaeozem Riolita-Toba ácida Lomerío 335 11 Cálido húmedo 1 200 24 Selva
háplico baja caducifolia
Phaeozem Riolita-Toba ácida Montañosa 1 000 28 Cálido húmedo 800 24 Pastizal
húmico inducido
Phaeozem Riolita-Toba ácida Cerril 1 668 19 Semicálido subhúmedo 700 12 Bosque
léptico de encino
Phaeozem Conglomerado Terrenos suavemente 1 929 3 Semiseco templado 400 14 Pastizal
lúvico ondulados natural
Phaeozem Toba ácida Terrenos suavemente 1 293 7 Semiseco cálido 800 22 Selva
páquico ondulados baja caducifolia
Phaeozem Aluvial Planicie 2 256 2 Semiseco templado 500 16 Agricultura
petrocálcico de riego
Phaeozem Conglomerado Terrenos suavemente 2 202 5 Templado subhúmedo 600 12 Pastizal
petrodúrico ondulados inducido
Phaeozem Aluvial Planicie 100 0 Seco cálido 500 24 Agricultura
plágico de riego
Phaeozem Conglomerado Terrenos suavemente 1 132 4 Seco semicálido 500 18 Matorral
vértico ondulados desértico micrófilo
304
Capítulo 14. Geografía de suelos regional: Sierra Madre Occidental
Leptosoles
Son suelos muy someros, con 25 cm o menos de profundidad que yacen sobre
roca dura o material altamente calcáreo, pero también suelos más profundos que
son extremadamente gravosos y/o pedregosos. Los Leptosoles son suelos azo-
nales con un solum incompleto y/o sin rasgos morfológicos claramente ex-
presados (Figura 14.11).
Son particularmente comunes en áreas de montaña con una topografía
fuertemente disectada. Los Leptosoles se encuentran en todas las zonas cli-
máticas, particularmente en áreas muy erosionadas (Tabla 14.11).
Tabla 14.10. Los subgrupos de los Fluvisoles y sus factores ambientales más representativos
Altitud Pendiente Precipitación Temperaturas
Suelo Material parental Geoformas (msnm) (porcentaje) Clima (milímetros) (grados C) Vegetación
Fluvisol Aluvial Planicie 750 1 Semiseco semicálido 500 20 Selva
arénico baja caducifolia
Fluvisol Aluvial Planicie 1 620 2 Semiseco templado 600 18 Pastizal
calcárico natural
Fluvisol Aluvial Planicie 400 0 Semiseco semicálido 800 22 Selva
esquelético baja caducifolia
Fluvisol Aluvial Planicie 1 945 1 Semiseco templado 500 16 Agricultura
éutrico de riego
Fluvisol Aluvial Planicie 1 950 1 Semiseco templado 500 16 Pastizal
mólico natural
305
Geografía de suelos de México
306
Capítulo 14. Geografía de suelos regional: Sierra Madre Occidental
Tabla 14.11. Los subgrupos de los Leptosoles y sus factores ambientales más representativos
Altitud Pendiente Precipitación Temperaturas
Suelo Material parental Geoformas (msnm) (porcentaje) Clima (milímetros) (grados C) Vegetación
Leptosol Caliza-Lutita Terrenos suavemente 1 700 7 Semiseco 500 17 Pastizal
calcárico ondulados templado natural
Leptosol Riolita-Toba ácida Lomerío 2 500 9 Semifrío 1 000 12 Bosque
dístrico subhúmedo de pino
Leptosol Riolita-Toba ácida Lomerío 1 668 12 Semicálido 900 21 Bosque
éutrico subhúmedo de encino
Leptosol Riolita-Toba ácida Lomerío 2 400 10 Semifrío 700 12 Bosque
hiperesquelético subhúmedo de encino-pino
Leptosol Riolita-Toba ácida Lomerío 2 500 11 Semifrío 900 12 Bosque
húmico subhúmedo de pino-encino
Leptosol Riolita-Toba ácida Cerril 1 700 19 Semiseco 650 19 Bosque
lítico templado de encino
Leptosol Riolita-Toba ácida Cerril 1 400 22 Semicálido 1 000 20 Selva
mólico subhúmedo baja caducifolia
Leptosol Conglomerado Planicie 1 500 2 Semiseco 500 18 Matorral
réndzico semicálido desértico micrófilo
Leptosol Riolita-Toba ácida Lomerío 2 545 8 Semifrío 800 12 Bosque
úmbrico subhúmedo de pino
Leptosol Volcanoclástico Terrenos suavemente 700 3 Seco 700 25 Selva
vértico ondulados semicálido baja caducifolia
Si bien los Leptosoles como grupo son suelos azonales, algunos de sus ca-
lificadores responden claramente a factores ambientales que determinan su
presencia y su distribución. Así tenemos que en la provincia fisiográfica Sierra
Madre Occidental el clima ejerce gran influencia en ellos, los Leptosoles cal-
cáricos y réndzicos se ubican en las partes bajas con ambientes secos donde es
frecuente la acumulación de carbonatos de calcio y en ocasiones la cementa-
ción de este. En contraste, hacia las partes altas con temperatura media anual
baja y precipitación relativamente alta, permiten el lavado del suelo y retar-
dan los procesos de descomposición de la materia orgánica, ahí los calificado-
res dístricos, úmbricos y húmicos son comunes.
En condiciones ambientales intermedias encontramos los calificadores
mólico y éutrico y, finalmente, los calificadores lítico, hiperesquelético y vértico
que dependen de otros factores ambientales como las pendientes y la geología
y que se pueden presentar en cualquier parte de la provincia. El perfil típico
de un Leptosol en la Sierra Madre Occidental está compuesto por un hori-
zonte A, sobreyaciendo directamente a la roca que puede ser de diferente ori-
gen, ocasionalmente se puede encontrar un incipiente horizonte B con rasgos
morfológicos poco desarrollados (Figura I.14.10. del Anexo I). Su uso está li-
mitado a la ganadería extensiva y al aprovechamiento forestal generalmente mal
manejados y han provocado erosión de leve a fuerte. Se asocia a suelos Rego-
soles, Phaeozems, Umbrisoles y Cambisoles.
Luvisoles
Son suelos cuya formación está condicionada por el clima. Se ubican en regiones
subhúmedas y en los cuales la característica dominante es una marcada dife-
307
Geografía de suelos de México
renciación textural dentro del perfil del suelo, con el horizonte superficial ago-
tado de arcilla y con una acumulación de ésta en un horizonte subsuperficial
árgico. Los Luvisoles tienen arcillas de alta actividad carecen de un horizonte
superficial mólico y un bajo contenido de aluminio intercambiable.
En la Sierra Madre Occidental existe una gran variedad de Luvisoles en
regiones bajas con clima semiseco templado donde las condiciones de hume-
dad no son muy altas; se presentan los calificadores arénicos generalmente
sobre conglomerados, y se caracterizan por un elevado contenido de arena hasta
los 50 cm o más de profundidad, el esquelético sobre conglomerados donde
el perfil presenta alto porcentaje de gravas y/o piedras que los hace difíciles de la-
borar en las partes aluviales, sobre todo en los bajíos existe el calificador hipo-
sódico cuya acumulación moderada de sodio intercambiable está asociada en
algunos casos a la influencia de cuerpos de agua naturales donde la acumulación
de sodio es elevada; los crómicos y ródicos denotan Luvisoles con alto conte-
nido de óxidos de fierro y cuyos colores rojizos a rojo intenso indican un drenaje
eficiente del perfil (Tabla 14.12).
En zonas un poco más altas con clima templado subhúmedo encontramos
Luvisoles con un cambio textural abrupto, propio del calificador abrúptico,
también el calificador profúndico cuyo contenido de arcilla del horizonte árgico
puede ser muy homogéneo y no decrecer a más del 20%, en este ambiente es
más común la presencia de Luvisol léptico el cual puede estar limitado por
roca antes o después de los 50 cm. Aunado a este clima y a la geología de basalto
se han formado los Luvisoles vérticos, que son muy arcillosos y presentan fa-
cetas de fricción-presión y grietas que se pueden adentrar a 50 cm o más de
profundidad. En las partes más altas de la provincia los calificadores están
íntimamente relacionados con el clima semifrío subhúmedo que ahí impera;
existen condiciones para que se produzca un lavado lateral del suelo debido a
la presencia de una capa impermeable en el subsuelo que generalmente es un
horizonte arcilloso y para que se formen los Luvisoles álbicos, también para
una intensa iluviación de arcilla y la formación de películas de este material
en el subsuelo; en el caso del calificador cutánico, intrínseco a este movimiento
de materiales provocados por el agua, también existe el lavado de bases intercam-
biables propio del calificador dístrico; aunque no es muy común en topoformas
cóncavas existe en el subsuelo acumulación de agua por largos periodos en el
año que promueven procesos de óxido-reducción y originan el calificador
gléyico, asimismo las bajas temperaturas que se registran retardan los proce-
sos de degradación de la materia orgánica, debido a esto existen los Luvisoles
húmicos y úmbricos que se caracterizan por tener un horizonte superficial
oscuro, grueso, ácido y con alto contenido de materia orgánica (Figura
14.12).
En los climas cálidos y semicálidos se localizan los calificadores férrico,
crómico, háplico y cálcico (Figura I.14.11. del Anexo I). En el primer caso se
trata de suelos muy intemperizados con arcillas de baja actividad y altas con-
centraciones de óxidos de hierro y manganeso el segundo caso refleja la inten-
sidad de los colores rojizos a amarillentos dentro de los 150 cm de la superficie
del suelo, con 30 cm o más con un matiz de color de 7.5 YR o más intenso en
comparación con las tablasMunsell y un croma en húmedo mayor de 4; los
308
Capítulo 14. Geografía de suelos regional: Sierra Madre Occidental
Tabla 14.12. Los subgrupos de los Luvisoles y sus factores ambientales más representativos
Altitud Pendiente Precipitación Temperaturas
Suelo Material parental Geoformas (msnm) (porcentaje) Clima (milímetros) (grados C) Vegetación
Luvisol Riolita-Toba ácida Terrenos suavemente 100 7 Cálido 800 25 Selva mediana
férrico ondulados subhúmedo subcaducifolia
Luvisol Aluvial Planicie 100 0 Cálido 800 25 Selva mediana
háplico subhúmedo subcaducifolia
Luvisol Conglomerado Meseta 1 700 1 Semicálido 650 18 Matorral
cálcico subhúmedo subtropical
Luvisol Conglomerado Terrenos suavemente 2 000 4 Semifrío 600 10 Bosque
álbico ondulados subhúmedo de encino-pino
Luvisol Riolita-Toba ácida Cerril 2 394 15 Semifrío 1 000 12 Agricultura
cutánico subhúmedo de temporal
Luvisol Riolita-Toba ácida Cerril 2 400 12 Semifrío 1 000 12 Bosque
dístrico subhúmedo de pino
Luvisol Riolita-Toba ácida Bajío 2 360 0 Semifrío 800 12 Agricultura
gléyico subhúmedo de temporal
Luvisol Riolita-Toba ácida Terrenos suavemente 2 650 4 Semifrío 900 12 Bosque
húmico ondulados subhúmedo de pino
Luvisol Riolita-Toba ácida Cerril 2 400 9 Semifrío 800 10 Bosque
úmbrico subhúmedo de pino
Luvisol Conglomerado Meseta 2 024 1 Semiseco 500 14 Agricultura
arénico templado de temporal
Luvisol Conglomerado Terrenos suavemente 2 300 2 Semiseco 500 14 Agricultura
crómico ondulados templado de temporal
Luvisol Conglomerado Terrenos suavemente 1 800 4 Semiseco 500 15 Pastizal
esquelético ondulados templado natural
Luvisol Aluvial Meseta 2 000 0 Semiseco 500 16 Pastizal
hiposódico templado natural
Luvisol Conglomerado Meseta 2 178 1 Semiseco 500 12 Agricultura
ródico templado de temporal
Luvisol Riolita-Toba ácida Cerril 1 900 15 Templado 900 17 Bosque
abrúptico subhúmedo de pino-encino
Luvisol Riolita-Toba ácida Terrenos suavemente 2 445 6 Templado 800 14 Bosque
léptico ondulados subhúmedo de pino
Luvisol Riolita-Toba ácida Terrenos suavemente 2 300 3 Templado 900 16 Bosque
profúndico ondulados subhúmedo de encino-pino
Luvisol Basalto Cerril 2 150 11 Templado 650 12 Bosque
vértico subhúmedo de pino-encino
Planosoles
Son suelos desarrollados con un horizonte superficial que muestra signos de
estancamiento periódico de agua y sobreyace abruptamente a un subsuelo
denso y lentamente permeable con significativamente más arcilla que el hori-
309
Geografía de suelos de México
Tabla 14.13. Los subgrupos de los Planosoles y sus factores ambientales más representativos
Altitud Pendiente Precipitación Temperaturas
Suelo Material parental Geoformas (msnm) (porcentaje) Clima (milímetros) (grados C) Vegetación
Planosol Conglomerado Terrenos suavemente 1 400 4 Semiseco 500 16 Bosque
esquelético ondulados templado de encino
Planosol Conglomerado Planicie 1 700 0 Templado 700 14 Agricultura
éutrico subhúmedo de temporal
Planosol Riolita-Toba ácida Terrenos suavemente 2 200 2 Templado 600 14 Bosque
léptico ondulados subhúmedo de encino
Planosol Aluvial Planicie 2 140 1 Semiseco 650 17 Pastizal
mólico templado natural
Planosol Conglomerado Planicie 1 950 2 Semiseco 600 18 Pastizal
vértico templado natural
310
Capítulo 14. Geografía de suelos regional: Sierra Madre Occidental
Regosoles
Suelos ubicados en muy diversos tipos de clima, vegetación y relieve. Tienen
poco desarrollo y por ello no presentan capas diferenciadas. Son claros y/o
pobres en materia orgánica, se parecen bastante al material parental que les
dio origen y conservan muchas de las características de él. La baja coherencia
311
Geografía de suelos de México
Tabla 14.14. Los subgrupos de los Regosoles y sus factores ambientales más representativos
Altitud Pendiente Precipitación Temperaturas
Suelo Material parental Geoformas (msnm) (porcentaje) Clima (milímetros) (grados C) Vegetación
Regosol Riolita-Toba ácida Cerril 300 19 Cálido 900 19 Bosque
éutrico subhúmedo de encino
Regosol Conglomerado Terrenos suavemente 1 000 6 Seco cálido 500 20 Matorral
calcárico ondulados subtropical
Regosol Riolita-Toba ácida Terrenos suavemente 2 500 7 Semifrío 800 12 Bosque
dístrico ondulados subhúmedo de pino
Regosol Granodiorita Planicie 250 2 Semiseco 800 24 Selva
arénico cálido baja caducifolia
Regosol Riolita-Toba ácida Lomerío 900 14 Semiseco 650 19 Matorral
léptico semicálido subtropical
Regosol Conglomerado Terrenos suavemente 1 721 3 Semiseco 500 16 Bosque
abrúptico ondulados templado bajo abierto
Regosol Conglomerado Lomerío 1 900 8 Semiseco 500 14 Bosque
esquelético templado bajo abierto
Regosol Riolita-Toba ácida Cerril 1 900 20 Templado 800 17 Bosque
húmico subhúmedo de pino-encino
en el material de la matriz hace que la mayoría de los Regosoles en áreas incli-
nadas sean propensos a la erosión (Tabla 14.14).
Se reportan prácticamente en toda la Sierra Madre Occidental, sin embargo
su presencia se ve más acentuada hacia el norte de la misma, en las subpro-
vincias Sierras y Valles del Norte, Sierras y Cañadas del Norte y Gran Meseta y
Cañones Chihuahuenses (Figura 14.14).
La morfología y características de los Regosoles está determinada en gran
medida por el clima y el material parental, en regiones secas tienen general-
mente un contenido de bases más alto que los Regosoles de regiones más
húmedas; lo anterior se manifiesta claramente en algunos calificadores fre-
cuentes en la provincia, tal es el caso del Regosol calcárico el cual se encuentra
en conglomerados derivados de formaciones calizas adyacentes que aunado a
las condiciones secas en que se desarrollan, produce la acumulación de carbo-
natos de calcio; el calificador léptico es más común en estas condiciones de baja
humedad en que la formación de suelo es lenta y la roca está cercana a la super-
ficie; los calificadores arénico y esquelético también guardan una relación
directa con la geología del lugar, los primeros se derivan de granodiorita que
por ser una roca ígnea intrusiva está formada principalmente por cristales
gruesos de sílice, el cual tiene una estructura mineralógica muy estable y por
lo mismo es difícil de intemperizar dando lugar a suelos con textura arenosa, en
tanto que otros se forman sobre conglomerados cuya naturaleza pedregosa es
heredada para el calificador esquelético.
Lo contrario sucede en climas fríos, donde los Regosoles dístricos y húmi-
cos son profundos, ácidos, con bajo contenido de bases intercambiables y el
horizonte superficial contiene materia orgánica pobremente descompuesta.
La secuencia de horizontes de un Regosol es A-C en suelos profundos, A-C-
R en suelos con profundidad intermedia y A-R en los someros (Figura
I.14.13. del Anexo I). Generalmente está asociado a Leptosoles, Cambisoles y
Calcisoles.
312
Capítulo 14. Geografía de suelos regional: Sierra Madre Occidental
Solonetz
Se caracterizan por tener un subsuelo arcilloso con estructura prismática o
columnar y altas concentraciones de sodio y/o magnesio intercambiables. Los
Solonetz están normalmente asociados con tierras planas en climas secos y
veranos cálidos, o con depósitos costeros que contienen una alta proporción
de iones de sodio. Las principales concentraciones de Solonetz están en terre-
nos planos o ligeramente planos con materiales no consolidados, mayormente
sedimentos finamente texturados (Tabla 14.15).
En la Sierra Madre Occidental se localizan casi exclusivamente en la sub-
provincia Sierras y Llanuras de Durango al oriente de la provincia, específica-
mente en depresiones con un contenido alto de arcilla y permeabilidad y lixi-
viación reducida donde se han acumulado grandes cantidades de sodio a
Tabla 14.15. Los subgrupos de los Solonetz y sus factores ambientales más representativos
Altitud Pendiente Precipitación Temperaturas
Suelo Material parental Geoformas (msnm) (porcentaje) Clima (milímetros) (grados C) Vegetación
Solonetz Aluvial Bajío 1 900 0 Semiseco 500 17 Pastizal
háplico templado natural
Solonetz Lacustre Bajío 2 000 0 Semiseco 500 16 Pastizal
sálico templado halófilo
Solonetz Lacustre Bajío 1 900 0 Semiseco 500 16 Pastizal
vértico templado halófilo
313
Geografía de suelos de México
Umbrisoles
Son suelos cuya formación está condicionada por el clima, se les encuentra
en los templados, semifríos y en otros con humedad relativamente alta, se
derivan de materiales silíceos intemperizados; los distingue un horizonte
superficial bien estructurado oscuro, grueso, desbasificado y con un contenido
de materia orgánica de moderada a alta.
Leyenda
Solonetz vértico
Solonetz sálico
Solonetz háplico
314
Capítulo 14. Geografía de suelos regional: Sierra Madre Occidental
Tabla 14.16. Los subgrupos de los Umbrisoles y sus factores ambientales más representativos
Altitud Pendiente Precipitación Temperaturas
Suelo Material parental Geoformas (msnm) (porcentaje) Clima (milímetros) (grados C) Vegetación
Umbrisol Riolita-Toba ácida Terrenos suavemente 2 349 3 Semifrío 1 000 10 Bosque
álbico ondulados subhúmedo de pino
Umbrisol Riolita-Toba ácida Lomerío 300 15 Cálido húmedo 2 000 24 Selva mediana
esquelético con lluvias en verano subcaducifolia
Umbrisol Riolita-Toba ácida Lomerío 2 204 10 Templado 1 000 14 Bosque
húmico subhúmedo de pino-encino
Umbrisol Riolita-Toba ácida Lomerío 2 500 14 Semifrío 1 000 10 Bosque
léptico subhúmedo de pino
Vertisoles
Suelos determinados por un material parental rico en Ca, Mg, y Na presentes
en rocas volcánicas básicas destacando los flujos basálticos y en otros sustra-
tos como aluviones de tierras bajas, calizas, lutitas y esquistos verdes, entre otros.
315
Geografía de suelos de México
Las propiedades de los Vertisoles son dominadas por una abundancia de arcillas
esmectíticas, las cuales son arcillas tipo 2:1 que le otorgan al suelo la peculiari-
dad de expanderse cuando están húmedos adquiriendo una consistencia plás-
tica y pegajosa; cuando están secos se contraen desarrollando grietas anchas en
la superficie o a determinada profundidad, en este estado su consistencia es
dura (Figura I.14.16. del Anexo I).
En la Sierra Madre Occidental se sitúan preferentemente en climas secos y
semisecos de las subprovincias perimetrales de la zona de estudio donde la
pendiente se vuelve más plana y se han acumulado materiales finos como las
arcillas antes mencionadas, o sobre determinada geología cuya mineralogía
produce esmectitas a través del intemperismo (Tabla 14.17).
En planicies aluviales con cierto grado de pendiente destacan tres calificado-
res; el mázico que se identifica por tener un horizonte superficial con estructu-
ra masiva y consistencia dura; el pélico que muestra un color negro indicador
de un drenaje interno deficiente, y el crómico con una tonalidad rojiza como
consecuencia de un eficiente drenaje y la acumulación de óxidos de fierro en la
matriz del suelo. En depresiones donde se favorece la acumulación de sales, se
presentan los calificadores sódico, hiposódico e hiposálico cuya vegetación es
de pastizal halófilo dedicada a la ganadería extensiva. En derrames basálticos,
en los que sobresale La Breña, al oriente de la ciudad de Durango, Dgo. y Gua-
chochi, Chihuahua, entre otros, el calificador más frecuente es el léptico, el cual
además de la presencia de roca que limita su profundidad tiene una cantidad
considerable de esqueleto en el perfil (Figura 14.17).
316
Capítulo 14. Geografía de suelos regional: Sierra Madre Occidental
Tabla 14.17. Los subgrupos de los Vertisoles y sus factores ambientales más representativos
Altitud Pendiente Precipitación Temperaturas
Suelo Material parental Geoformas (msnm) (porcentaje) Clima (milímetros) (grados C) Vegetación
Vertisol Basalto Terrenos suavemente 700 7 Semiseco 500 20 Matorral
crómico ondulados semicálido desértico micrófilo
Vertisol Basalto Terrenos suavemente 1 100 5 Seco 400 18 Matorral
hiposálico ondulados templado desértico micrófilo
Vertisol Conglomerado Planicie 250 1 Seco cálido 750 24 Matorral
hiposódico sarcocaule
Vertisol Basalto Planicie 1 900 0 Semiseco 500 16 Matorral
léptico templado crasicaule
Vertisol Aluvial Planicie 200 2 Semiseco 750 24 Agricultura
mázico cálido de temporal
Vertisol Aluvial Planicie 2 000 0 Semiseco 500 16 Agricultura
pélico templado de temporal
Vertisol Lacustre Bajío 1 900 0 Semiseco 500 16 Pastizal
sódico templado halófilo
Vertisol Basalto Terrenos suavemente 700 7 Semiseco 500 20 Matorral
crómico ondulados semicálido desértico micrófilo
317
Geografía de suelos de México
sus elementos, entre los que destacan la temperatura y la precipitación los cua-
les aceleran o retardan procesos relacionados con la formación del suelo como
son la descomposición de la materia orgánica, el intemperismo geoquímico y
edafoquímico y la acumulación o pérdida de sustancias en la matriz del suelo,
entre otros; mientras que el segundo influye en profundidad, así como en
color, textura y contenido de la materia orgánica del horizonte superficial. En
consecuencia, se presentan diferentes tipos de vegetación y cobertura de la
misma cuya aportación de restos vegetales puede determinar la presencia o
ausencia de grupos y/o calificadores de suelo.
La geología es el factor de mayor uniformidad en la provincia, predominan
ampliamente las rocas de tipo ácido que otorgan al suelo características distin-
tivas como colores claros, ricos en cuarzo y feldespatos y formación de arcilla
caolinítica cuando existen condiciones favorables para ello. Existen, de manera
más restringida, materiales parentales con orígenes diversos que de igual ma-
nera imprimen sus características a los suelos, un ejemplo muy evidente es el
calificador calcárico en la zona de calizas, esqueleto abundante en conglome-
rados y texturas arcillosas en basaltos.
Así pues, la variabilidad de suelos en la provincia Sierra Madre Occidental
es más acentuada en dirección oeste-este que de norte sur, como lo muestra la
Figura 14.18.
2 500
2 000
Altitud (msnm)
1 500
Bosque de encino
Bosque de pino
1 000 Pastizal natural
Selva baja caducifolia
500 Selva mediana caducifolia
0
0 50 000 100 000 150 000 200 000 250 000 300 000
Distancia (m)
Suelos dominantes
LVlen RGdy LPdy LVlep UMhu LVdy LPeu VRmz CHlv LVcr
Climas presentes
318
Capítulo 14. Geografía de suelos regional: Sierra Madre Occidental
319
Geografía de suelos de México
Referencias
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320
Capítulo 15. Geografía de suelos regional:
Grandes Llanuras de Norteamérica
Arnulfo Valadez Araiza1*
321
Geografía de suelos de México
322
Capítulo 15. Geografía de suelos regional: Grandes Llanuras de Norteamérica
SUBPROVINCIA
DESCRIPCIÓN
Bajada con lomerío
Lomerío de laderas escarpadas
Lomerío de laderas tendidas
Lomerío de laderas tendidas con bajadas
Lomerío de laderas tendidas con llanuras
Meseta típica
Sierra baja
Sierra baja con lomerío
Llanura aluvial con lomerío
Llanura aluvial con lomerío de piso rocoso o cementado
Valle típico
Cuerpo de agua
Clima
El clima es el principal factor que determina la formación de suelos, así como el
principal agente que influye en la distribución de la vegetación y el tipo de pro-
cesos geomorfológicos; forma la base de muchas clasificaciones de fenómenos
naturales, siendo la temperatura y la precipitación sus principales componentes.
Existen diferentes zonas climáticas que varían entre sí según los elementos geo-
gráficos presentes, como son la altitud, la latitud y la distribución de tierras y
aguas.
Los climas dominantes de la subprovincia son los semicálidos subhúmedos
con lluvias de verano (A)C(w0) y lluvias escasas todo el año (A)Cx⬘ en la parte
sur, con precipitación de 600 a 800 mm y temperatura que oscila entre 20 y
323
Geografía de suelos de México
23°C; semisecos muy cálidos y cálidos con lluvias de verano BS1(h⬘)hw y lluvias
escasas todo el año BS1(h⬘)hx⬘ con precipitación de 600 mm y temperatura
de 24°C en las porciones sureste, oeste y centro; semisecos semicálidos con
lluvias de verano BS1hw y con lluvias escasa todo el año BS1hx⬘ con precipita-
ción de 500 mm y temperatura de 22°C sobre las porciones oeste y norte;
secos muy cálidos y cálidos con lluvias de verano BS0(h⬘)hw, BS0(h⬘)hw(x⬘) y
con lluvias escasas todo el año BS0(h⬘)hx⬘ con precipitación de 400 mm y tem-
peratura de 23°C del centro hacia el este y oeste de la subregión; secos semi-
cálidos con lluvias de verano BS0hw, BS0hw(x⬘) y lluvias escasas todo el año
BS0hx⬘ con precipitación de 350 mm y temperatura de 21°C sobre la parte
norte; muy seco semicálido con lluvias de verano BWhw(x⬘) con precipitación
de 300 mm y temperatura de 20°C al noroeste de la subprovincia.
La presencia de granizadas varía entre 2 a 4 días y las heladas oscilan de 0 a
20 días por año6. Durante el verano, la cercanía del mar da lugar a vientos
húmedos y ciclones que provocan la precipitación de gran parte de las lluvias
anuales; en invierno, las masas de aire polar o “nortes” causan una alta hume-
dad y lluvias que afectan las partes centro y norte del Estado de Tamaulipas, esta
última parte de influencia dentro de la subprovincia.
Geología
La provincia fisiográfica de Grandes Llanuras de Norteamérica se sitúa dentro
de México en dos provincias geológicas; a) Coahuila, que integra parte de la sub-
provincia de Sabinas; b) Noreste de México, que integra parte de las subprovin-
cias de Cuenca de Burgos y Plataforma Burro-Picachos (López Ramos, 1980)
(Figura 15.3).
Al norte, la provincia de Coahuila se trata de un anticlinorio cretácico con
rumbo de los pliegues NW-SE, las rocas del Mesozoico están expuestas en
toda la zona, afloran en los potreros y en casi todas las sierras que en su
mayoría forman anticlinales. Los depósitos marinos del Terciario cubren el
límite oriental de la provincia geológica, tienen un echado general hacia el este
y están dispuestos como franjas superpuestas quedando la más joven hacia
el este.
Los sedimentos terrígenos del Cuaternario se encuentran rellenando los
valles intermontanos existentes y tienen un espesor considerable. La actividad
ígnea extrusiva se desarrolla a fines del Terciario y Cuaternario son de tipo
basáltico de olivino que aparece especialmente en la región de Múzquiz-Nueva
Rosita.
La región carbonífera de Coahuila, especialmente sobre la cuenca de Sabi-
nas consiste en una depresión casi plana con pocos y pequeños accidentes
topográficos, resultado de la erosión que ha actuado en esta área, por lo que
geomorfológicamente se puede clasificar su estado como maduro, estando
presentes en el centro de la cuenca las formaciones más jóvenes del Cretácico
superior consistentes en lutitas, limolitas, areniscas y derrames basálticos que
forman los pequeños lomeríos; en el área se encuentran pequeñas elevaciones
que corresponden a los anticlinales, y extensos valles que corresponden a los
sinclinales de aluvión del Cuaternario.
324
Capítulo 15. Geografía de suelos regional: Grandes Llanuras de Norteamérica
COAHUILA
COAHUILA
NORESTE
DE MÉXICO
PROVINCIAS GEOLÓGICAS
SUBPROVINCIAS NORESTE
DE MÉXICO
Coahuila
Cuenca de Burgos
Plataforma Burro-Picachos
Sabinas
Figura 15.3. Provincias geológicas que comparten sustrato con la provincia fisiográfica Grandes Llanuras de Norteamérica.
325
Geografía de suelos de México
Hidrografía
La hidrografía de Grandes Llanuras de Norteamérica es muy ramificada debido
a la variabilidad geomorfológica derivada de una geología tan diversa, así como
de factores endógenos, exógenos y de régimen fisiográfico. La configuración de
la red fluvial se presenta en su gran mayoría de forma intermitente y algunas
corrientes perennes; es muy regular, de tipo paralela, sobre dos regiones hi-
drológicas: la RH24 Bravo Conchos que es la de mayor extensión y la RH25
San Fernando-Soto La Marina con menos extensión al sur de la provincia
(Figura 15.5).
En la RH24 se identifican siete cuencas hidrológicas: a) río Bravo-Matamo-
ros-Reynosa, la cual limita al norte con el río Bravo siendo ésta la más destacada;
b) río Bravo-San Juan, por donde precisamente atraviesa el río San Juan afluente
del río Bravo; en esta cuenca se ubican dos grandes presas de almacenamiento:
la presa Marte Río Gómez y la presa El Cuchillo; c) río Bravo-Sosa, en donde
fluyen los ríos Álamo y Sosa, afluentes principales del río Bravo; d) P. Falcón-río
Salado, en esta cuenca se identifican como principales los ríos Sabinas y el Sala-
do, así como dos grandes presas: la Internacional Falcón y la presa Venustiano
Carranza (Don Martín), además de dos de menor capacidad como la Salinillas
y la de Santa Rosa; e) río Bravo-Nuevo Laredo, en donde la mayoría de la red
fluvial es intermitente y corre el río Bravo como límite internacional; f) río
Bravo-Piedras Negras, cuenca en la que corre el río Bravo en su parte oriental
como limítrofe y corren como principales ríos el San Rodrigo y el Escondido; ade-
más se ubica la zona denominada Cinco Manantiales, que abarca los municipios
de Zaragoza, Morelos y Allende, principalmente, aunque éstos son de poca ex-
tensión, y las presas Fragua de la Solidaridad, San Miguel y Centenario; g) río
Bravo-Presa La Amistad, su red fluvial de tipo intermitente, a excepción del
río Bravo que corre como limítrofe internacional en la parte nororiental y
donde se ubica la presa internacional de La Amistad.
En lo que corresponde a la RH25, intervienen dos cuencas hidrológicas:
c) Laguna Madre, en cuya pequeña porción presente muestra un drenaje inci-
326
Capítulo 15. Geografía de suelos regional: Grandes Llanuras de Norteamérica
Figura 15.4. Litología de la provincia Grandes Llanuras de Norteamérica; a) Parte norte de la provincia. b) Parte
sur de la provincia.
327
Geografía de suelos de México
HIDROGRAFÍA — CUENCAS
N
G
E
RH24
D
GLLNA_Cuenhidro
Cuencas
A R. Bravo - Matamoros-Reynosa
B R. Bravo - San Juan
C Laguna Madre C
C R. Bravo - Sosa
B A
D P. Falcón - R. Salado
D R. San Fernando
E R. Bravo - Nuevo Laredo RH25 C
F R. Bravo - Piedras Negras D
G R. Bravo - P. de la Amistad
H2O
PE
328
Capítulo 15. Geografía de suelos regional: Grandes Llanuras de Norteamérica
Vegetación
Las plantas superiores influyen en el suelo de diversas maneras; al extender
sus raíces actúan como fijadoras impidiendo que haya erosión, en esa función
son particularmente efectivas las gramíneas y se ha sugerido que el desarrollo y
la diseminación de las plantas fanerógamas son de especial importancia para la
formación y preservación de los suelos. Las raíces agrupan entre sí pequeños
grupos de partículas de suelo y ayudan a formar la estructura del mismo; a me-
dida que las grandes raíces de los árboles crecen y se expanden producen cierta
redistribución y compactación del suelo mineral; cuando las plantas mueren,
sus raíces aportan materia orgánica que al podrirse deja una red de espacios
porosos en los cuales pueden circular con más libertad el agua y el aire, acele-
rando con ello algunos procesos del suelo.
La provincia se localiza en la región florística Xerofítica Mexicana dentro del
Reino Neotropical. Derivado del clima árido y semiárido de esta región de Mé-
xico, la cubierta vegetal es tan variada desde el punto de vista fisonómico que
se reconocen y denominan diferentes tipos de vegetación caracterizados por
aspectos sobresalientes de porte arbustivo, quedando bajo el rubro colectivo
de matorral xerófilo (Rzedowski, 1978).
La vegetación dominante es de matorral espinoso tamaulipeco de 2 a 3 m
de altura, en donde sobresalen especies de los géneros Celtis, Koerbelinia, Opuntia,
Acacia, Cercidium, Leucophyllun, Porlieria, Castela y Cordia acompañados con
frecuencia por Prosopis.
En segundo término, se distribuyen grandes áreas de pastizal cultivado, y en
menor escala, pastizal natural de Bouteloua al oeste de la región, utilizadas prin-
cipalmente para pastoreo extensivo debido al manejo derivado de las largas
sequías. De menor cobertura se presenta el matorral desértico micrófilo con
especies dominantes del género Larrea, Prosopis, Flourensia, Fouquieria, Leuco-
phyllum y Opuntia. Este matorral es de los más tolerantes a condiciones de defi-
ciencia de drenaje y a cierta salinidad de los suelos. Dentro del matorral rosetó-
filo característico de sustrato calcáreo se incluyen los géneros Agave, Euphorbia,
Yucca, Hechtia y Dasylirion. La vegetación halófila (otros tipos de vegetación),
indicativa de alta salinidad en los suelos, ocupa pequeñas áreas en las zonas más
bajas dominadas por los géneros Sporobolus, Suaeda y Atriplex.
También destacan zonas de mezquital de forma arbórea (otros tipos de vege-
tación) del género Prosopis, característico de suelo aluvial profundo y calcáreo,
presentes en las partes más bajas de las llanuras, en la parte norte se identifican
pequeños manchones de bosque de encino y de bosque de galería que se des-
arrollan a lo largo de los ríos y corrientes de agua más o menos permanentes.
Dentro de la región, la distribución de la flora obedece de manera estrecha
al clima, ya que el reino florístico al que pertenece es el Neotropical, el cual in-
tegra a la región Xerofítica Mexicana caracterizada por su clima árido y semiá-
rido (Rzedowski, 1988).
329
Geografía de suelos de México
330
Capítulo 15. Geografía de suelos regional: Grandes Llanuras de Norteamérica
331
Geografía de suelos de México
a
PETROCÁLCICO N
GRUPO DE SUELOS
CH
CL
GY
KS
LP
PH
VR
b
PETROCÁLCICO N
GRUPO DE SUELOS
CH
CL
GY
KS
PH
VR
Figura 15.6. Grupos de suelo con cementación de petrocálcico. a) Dentro de los 50 cm de profundidad. b) Dentro de 50 a 100 cm de profundidad. Aquí y ade-
lante: CH⫽Chernozems; CL⫽Calcisoles; GY⫽Gypsisoles; KS⫽Kastañozems; LP⫽Leptosoles; PH⫽Phaeozems; VR⫽Vertisoles.
332
Capítulo 15. Geografía de suelos regional: Grandes Llanuras de Norteamérica
333
Geografía de suelos de México
LÉPTICOS N
GRUPO DE SUELO
CH
CL
CM
KS
LV
RG
VR
Figura 15.7. Grupos de suelo con limitante de roca entre 50 y 100 cm de profundidad.
pastizal cultivado del centro de la provincia hacia el sur, en esta última parte
subyace la vegetación de mezquital; sobre estos suelos destacan grandes áreas
agrícolas, en el distrito de riego número cuatro de la presa Don Martín, sobre
las vertientes del río El Salado y al sur de la provincia, en el área de influencia
del río Conchos. Los climas que han influido en su formación son todos los
que se distribuyen en la provincia, desde los muy secos, muy cálidos hasta los se-
micálidos subhúmedos.
Otros de los suelos con un horizonte mólico y ricos en materia orgánica
son los Chernozems, que se caracterizan por ser más oscuros que los Kastaño-
zems y presentar concentraciones de carbonatos secundarios. Dentro de este
grupo de suelos la variabilidad es reducida, debido al periodo relativamente
corto en que se han estado formando y también a sus condiciones ambienta-
334
Capítulo 15. Geografía de suelos regional: Grandes Llanuras de Norteamérica
335
Geografía de suelos de México
336
Capítulo 15. Geografía de suelos regional: Grandes Llanuras de Norteamérica
337
Geografía de suelos de México
40.00
35.00
30.00
PORCENTAJE
25.00
20.00
15.00
10.00
5.00
0.00
Cuerpos de agua
Chernozems
Calcisoles
Cambisoles
Fluvisoles
Gypsisoles
Kastañozems
País extranjero
Leptosoles
Luvisoles
Feozems
Regosoles
Solonchaks
Vertisoles
Localidades
GRUPOS DE SUELOS
Figura 15.8. Áreas ocupadas por cada grupo de suelo en la provincia Grandes Llanuras de Norteamérica.
338
Capítulo 15. Geografía de suelos regional: Grandes Llanuras de Norteamérica
FASE RÚDICA N
LIMITANTES
FASE SUPERFICIAL
Gravosa
Pedregosa
Sin fase rúdica
Localidad
Cuerpo de agua
País extranjero
339
Geografía de suelos de México
340
Capítulo 15. Geografía de suelos regional: Grandes Llanuras de Norteamérica
HIPOSÁLICOS N
SUELOS HIPOSÁLICOS
GRUPOS
CL
KS
RG
VR
Límite estatal
341
Geografía de suelos de México
Vertisoles (VR). Son los suelos que ocupan el segundo lugar en extensión
dentro de la región con 683 polígonos espaciales; tienen un horizonte vér-
tico dentro de los 100 cm desde la superficie del suelo, cuentan con 30% o
más de arcilla, en todos los horizontes, hasta una profundidad de 100 cm
o más, o hasta una capa lítica (roca), o un horizonte petrocálcico; presen-
tan grietas que se abren y cierran periódicamente dependiendo del grado
de humedad (Figura I.15.3. del Anexo I). Los VR se han formado bajo las
diferentes condiciones ambientales de la parte central hacia el sur de la pro-
vincia, encontrándose mayor distribución dentro del estado de Nuevo
León, seguido del estado de Coahuila y en menor escala en Tamaulipas.
Presentan saturación de bases alta y el contenido de carbono orgánico (CO)
es bajo.
Los Vertisoles son otro grupo de suelos que guardan peculiaridades por
ser muy abundantes y genéticamente se han formado sobre diferentes geo-
formas, principalmente en las llanuras aluviales, bajadas y lomeríos de lutitas
donde crece vegetación de matorral espinoso tamaulipeco y grandes exten-
siones de pastizal cultivado, así como áreas agrícolas. Las altitudes del relieve
342
Capítulo 15. Geografía de suelos regional: Grandes Llanuras de Norteamérica
donde se han formado estos suelos oscilan entre 100 y 400 msnm. Las aso-
ciaciones de los VR son con Kastañozems, Calcisoles y Solonchaks, princi-
palmente, destacando la subunidad de Vertisol crómico (VRcr) sobre sedi-
mentos de lutitas-areniscas del Paleoceno.
Los VR presentan buen número de calificadores primarios (subgrupos)
entre los que dominan, por el origen de sedimentos calcáreos, los Vertisoles
cálcicos (VRcc) con 26% del total de este grupo; tienen un horizonte cálci-
co o concentraciones de carbonatos de calcio secundarios dentro de los
100 cm, desde la superficie del suelo, se han formado en mayor parte sobre
sedimentos no consolidados como son las llanuras de aluviones del Cua-
ternario, y hacia el sur de la provincia, sobre algunos materiales consolida-
dos de lutitas-areniscas del Eoceno, Oligoceno y Mioceno; la cobertura de
vegetación es muy variada, se presenta conforme la distribución del clima:
desde matorral espinoso tamaulipeco, pastizal cultivado, agricultura, mez-
quital y matorral desértico micrófilo. Los Vertisoles calcáreos (VRca) cu-
bren el 25% del total, son calcáreos entre 20 y 50 cm desde la superficie del
suelo; presentan reacción de moderada a fuerte al ácido clorhídrico, su dis-
tribución es muy semejante al anterior subgrupo debido a que los proce-
sos de formación son muy parecidos por lo que las condiciones de los eco-
sistemas son las mismas. Los Vertisoles sódicos (VRso), con 12% del total
de los VR, tienen más del 15% de sodio intercambiable, en alguna parte,
dentro de 100 cm, desde la superficie del suelo; se localizan sobre materia-
les no consolidados de aluvión del Cuaternario en la parte central y al sur
de la región con mayor distribución dentro de la porción del estado de
Nuevo León; la cubierta vegetal que se desarrolla en estos suelos es mez-
quital, muy resistente a este tipo de sales e indicativo de suelos profundos,
vegetación halófila y matorral espinoso tamaulipeco en menor cobertura,
los pH son altos, oscilan entre 8.0 a 8.5 y en algunos casos llega a 9.0 (Fi-
gura 15.11).
Son suelos con acumulación de sales solubles: los Vertisoles sálicos
(VRsz) —que se presentan de manera significativa con 10%— y los Verti-
soles hiposálicos (VRszw) —con 6% del total—; los VRsz tienen un hori-
zonte sálico dentro de los 100 cm, desde la superficie del suelo; los VRszw
tienen una conductividad eléctrica del extracto de saturación de más de
4 dS⭈m⫺1 a 25°C, en un subhorizonte dentro de los 100 cm desde la super-
ficie del suelo, ambos suelos se presentan en el centro y sur de la provincia,
con mayor distribución dentro del estado de Nuevo León y menor en
Coahuila y Tamaulipas; su formación se ve favorecida en las llanuras y
zonas lacustres de acumulación con sedimentos del Cuaternario, las comu-
nidades vegetales que crecen son: mezquital, matorral desértico micrófilo,
espinoso tamaulipeco, y vegetación halófila, esta última en las áreas lacus-
tres (Figura 15.12).
Los Vertisoles endolépticos (VRlen) y epilépticos (VRlep) se presentan
con 8 y 3%, respectivamente, del total; están limitados por la presencia
de roca dura y continua entre 50 y 100 cm, y dentro de los 50 cm, desde la
superficie del suelo. Estos suelos se desarrollan en su mayoría del centro
hacia el sur de la región sobre la vertiente occidental, con más influencia
343
Geografía de suelos de México
SÓDICOS N
SUELOS SÓDICOS
GRUPOS
CH
CL
KS
SC
VR
Límite estatal
344
Capítulo 15. Geografía de suelos regional: Grandes Llanuras de Norteamérica
SÁLICOS N
SUELOS SÁLICOS
GRUPOS
CL
VR
Límite estatal
Leptosoles (LP). Los Leptosoles ocupan tercer orden dentro de los dominantes
con 489 polígonos de unidades. Son de poco desarrollo, someros y están
limitados en profundidad por roca dura continua dentro de los 25 cm des-
de la superficie del suelo o contienen menos del 10% de tierra fina hasta
345
Geografía de suelos de México
346
Capítulo 15. Geografía de suelos regional: Grandes Llanuras de Norteamérica
LEPTOSOLES N
LÍTICOS
Suelos líticos
Límite estatal
347
Geografía de suelos de México
co, de color oscuro y alta saturación de bases (Figura I.15.5. del Anexo I).
Tienen un horizonte mólico con un croma en húmedo de más de 2 hasta
una profundidad de por lo menos 20 cm; presentan concentraciones de
carbonatos secundarios dentro de los 100 cm desde la superficie del suelo;
tienen otros horizontes de diagnóstico como árgico, cálcico, vértico y
petrocálcico. Los KS se han formado en zonas más estables ecológicamen-
te por toda la provincia, como son los lomeríos con pendiente suave de
calizas-lutitas del Cretácico superior en el norte, con vegetación de mato-
rral espinoso tamaulipeco y micrófilo; hacia el centro sobre sedimentos de
conglomerados del Cuaternario con pastizal natural y matorral espinoso
tamaulipeco, dentro del estado de Coahuila en bajadas y lomeríos de conglo-
merados del Cuaternario y del Plioceno y en algunas llanuras con aluvión
del Cuaternario en el estado de Nuevo León con vegetación de mezquital,
matorral submontano, espinoso tamaulipeco y pastizal cultivado; en el esta-
do de Tamaulipas al sureste de la región, los KS se localizan sobre bajadas
de conglomerados del Plioceno, lutitas-areniscas del Mioceno y caliche del
Plioceno, con dominancia de pastizal cultivado, matorral espinoso tamau-
lipeco y algunas áreas de agricultura. Las altitudes en que se desarrollan
estos suelos oscilan de 100 a 200 msnm en el sur de la provincia, de 200 a
300 msnm en el centro y de 300 a 500 msnm hacia el norte. Los grupos de
suelo Kastañozems y Chernozems tienen la peculiaridad de desarrollarse en
las geoformas intermontanas de los lomeríos y llanuras, con regular conte-
nido de materia orgánica que les da colores oscuros característicos, genéti-
camente son calcáreos y con carbonatos secundarios; las asociaciones más
frecuentes son con Calcisoles, Vertisoles y Chernozems con los que com-
parten unidades edafológicas limítrofes.
La distribución de los calificadores primarios dominantes son los Kas-
tañozem epipetrocálcico (KSpcp) con 34% del total de los KS; tienen un
horizonte Petrocálcico dentro de los 50 cm desde la superficie del suelo. Se
presentan con más frecuencia en el sur sobre conglomerados y caliche del
Plioceno, en el norte de la región, y con menos frecuencia hacia el centro,
sobre conglomerados del Cuaternario. Los Kastañozem cálcicos (KScc) se
distribuyen en 24% del total, tienen un horizonte Cálcico o concentracio-
nes de carbonatos secundarios dentro de los 100 cm desde la superficie del
suelo; se localizan del centro hacia el sur de la región sobre aluviones inter-
montanos del Cuaternario. Los Kastañozems epilépticos (KSlep), con 12%
del total, con roca dura continua entre 25 y 50 cm desde la superficie del
suelo y los Kastañozems endolépticos (KSlen), con 8%, con roca dura con-
tinua entre 50 y 100 cm desde la superficie del suelo, se presentan del centro
hacia el sur de la provincia sobre sedimentos de conglomerados del
Cuaternario y Plioceno, lutitas areniscas del Mioceno y Eoceno. Con menos
distribución se localizan Kastañozems endopetrocálcicos (KSpcn) con 7%,
Kastañozems lúvicos (KSlv) con 4%, que tienen un horizonte árgico y Kas-
tañozems vérticos (KSvr), con 4% del total de los KS.
348
Capítulo 15. Geografía de suelos regional: Grandes Llanuras de Norteamérica
349
Geografía de suelos de México
gruesa y tienen bajos contenidos de carbono orgánico (Figura I.15.8. del Ane-
xo I). Los Fluvisoles se localizan sobre las riberas de los ríos y arroyos; su
origen se debe a sedimentos de materiales flúvicos recientes; son arenosos
y esqueléticos ocasionando textura gruesa y bajo carbono orgánico debido a
procesos de lixiviación; las principales asociaciones son con Calcisoles y
Regosoles. Dentro de los subgrupos dominantes están los Fluvisoles calcári-
cos (FLca), con 86% del total de los FL, tienen fuerte efervescencia al ácido
clorhídrico entre 20 y 50 cm desde la superficie. Los Fluvisoles húmicos
(FLhu), con 9% del total, tienen más de 1% de carbono orgánico dentro
de una profundidad de 50 cm o un contacto lítico, la vegetación de mez-
quital es la principal fuente de materiales húmicos en este subgrupo. Los
Fluvisoles mólicos (FLmo) ocupan el 4% del total, tienen un horizonte
mólico también favorecido por aporte de material por parte del mezquital.
Luvisoles (LV). Los LV son de los grupos que tienen menos cobertura; ocupan
apenas 24 polígonos edafológicos en el suroeste de la región; tienen un hori-
zonte árgico con una capacidad de intercambio catiónico (por NH4OAc 1 M)
igual o mayor a 24 cmolc⭈kg⫺1 de arcilla en todo su espesor (Figura I.15.9.
del Anexo I). Los LV con calificadores primarios dominantes son los Luviso-
les endolépticos (LVlen), con 67% del total, que presentan roca dura entre
50 y 100 cm desde la superficie del suelo y los Luvisoles vérticos (LVvr) con
30% y que desarrollan un horizonte vértico.
350
Capítulo 15. Geografía de suelos regional: Grandes Llanuras de Norteamérica
SUELOS SALINOS N
Solonchacks
Límite estatal
Cambisoles (CM). Este grupo de suelos se localiza en una mínima parte sobre la
franja central-transversal de la región con 9 polígonos de unidades edafoló-
gicas únicamente. Los CM tienen un horizonte cámbico y los calificadores
primarios que se presentan solos o en asociación son eútricos (CMeu),
endolépticos (CMlen) y crómicos (CMcr), estos últimos con cromas rojizos.
351
Geografía de suelos de México
352
Capítulo 15. Geografía de suelos regional: Grandes Llanuras de Norteamérica
a
Grandes llanuras de Norteamérica Toposecuencia SE-NW BWhw(x’)
3
MDR
(A)Cx’ BS1(h’)hx’ BS0(h’)hx’ BS1hx’ BS0hw(x’) LP
800 Noroeste
Lomerío de laderas tendidas con llanuras Llanura aluvial 1 2
Sierra con lomerío MDR MDM
baja Matorral Matorral Clima
Pas- Mez- KS Ki
(MSM, Vege- tizal Matorral espinoso Lep- Topoformas
quital (cz)
MED) tación culti- Tem- Pastizal Mez- espinoso tamaulipeco toso- CL
600 haló- vado
poral
tamaulipeco les
anual cultivado quital K Vegetación
L Kastañozems
e
fila a
p K s Ks
R t
t a C V Calcisoles (cz-lu)
ALTITUD (msnm)
C e
o s a
V l
e a g
a
ñ
Q (al) Suelos
s t C V C r l o
e c C F o Ks
400 o a h
V S r i
e
C h
a
l
t c s z (cz-
l ñ e r l i i o
o e o t s a e u e lu)
e r t c s s l
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t o i o e
e o s l s c n s i l s
i n o e o s l s
m z o i o e e
s e s c l s l s z l o s s Geología
o h e o e e l
200
m
s l a s
e
l m s e Q (al)
e k s
TPl e s s
Sureste (cg) s s s Te (lu-ar)
To
(lu-ar) Tpal Ks
Te Q(al) Te (lu-ar) (lu-ar) (lu)
(lu-ar)
0
0 200000 400 000 600 000 800 000
DISTANCIA (mts)
b
Grandes llanuras de Norteamérica Toposecuencia SE-NW BWhw(x’)
3
MDR
N 800
(A)Cx’ BS1(h’)hx’ BS0(h’)hx’ BS1hx’
Llanura aluvial 1
BS0hw(x’) LP
2
Noroeste
Lomerío de laderas tendidas con llanuras
Sierra con lomerío MDR MDM
baja Matorral Matorral Clima
Pas- Mez- espinoso Lep- KS Ki
(MSM, Vege- tizal Matorral quital (cz) Topoformas
MED) tación culti- Tem- Pastizal Mez- espinoso tamaulipeco toso- CL
600 haló- vado
poral
tamaulipeco les
anual cultivado quital K Vegetación
L Kastañozems
e
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R t
t a C V Calcisoles (cz-lu)
ALTITUD (msnm)
C e
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200
m
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Sureste (cg) s s s Te (lu-ar)
To
(lu-ar) Tpal Ks
Te Q(al) Te (lu-ar) (lu-ar) (lu)
(lu-ar)
0
0 200 000 400000 600000 800 000
Terminología
Geología
Tpl (cg) = Terciario Pliocenio, conglomerado.
To (lu-ar) = Terciario Oligoceno, lutita-arenisca.
Te(lu-ar) = Terciario Eoceno, lutita-arenisca.
Q(al) = Cuaternario, aluvial. Vegetación TIN = Red Irregular
Tpal(lu-ar) = Terciario Paleoceno, lutita-arenisca. Suelos MDR = Matorral desértico rosetófilo. Topoformas de Triángulos tomado
Ks(lu) = Cretácico superior, lutita. CL = Calcisoles. MDM = Matorral desértico micrófilo. 1 = Lomerío de laderas tendidas con bajadas. como vértices a
Ks(cz-lu) = Cretácico superior, caliza-lutita. KS = Kastañozems. MSM = Matorral submontano. 2 = Lomerío de laderas tendidas. las coordenadas
Ki(cz) = Cretácico inferior, caliza. LP = Leptosoles. MET = Matorral espinoso tamaulipeco. 3 = Lomerío con laderas escarpadas. x, y, z.
Figura 15.15. Diagrama de toposecuencia Grandes Llanuras de Norteamérica. a) Principales grupos de suelos, material parental y vegetación. b) Orientación de
la ladera y la leyenda.
353
Geografía de suelos de México
Toposecuencias
La edafodiversidad de la provincia gllna es variada al ser representada de
forma generalizada del sureste hacia el noroeste, a lo largo de la misma, se
presenta la secuencia LP-KS-CH-VR-SC-VR-CL-VR-CL-CH-CL-FL-VR-
CL-RG-KS-CL-KS-LP-CL-KS-LP. El microrrelieve representa que en los mon-
tículos más abruptos de calizas, lutitas y conglomerados se encuentran los
Leptosoles; al pie de éstos, sobre lutitas y aluviones, se localizan Calcisoles,
Kastañozems, Luvisoles y Regosoles; en las partes más alejadas de los picos de
montículos de aluviones y lutitas, incluyendo las áreas de menor altitud, se des-
arrollan los Vertisoles, Calcisoles, Chernozems y Kastañozems; la cobertura
vegetal que domina es la de matorrales y pastizal cultivado (Figura 15.15b y b).
Referencias
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México.
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mo y el Desarrollo Municipal, Estados de Tamaulipas, Nuevo León y Coahuila.
Fitzpatrick, E. 1984. Suelos. Su formación, clasificación y distribución. Companía
Editorial Continental, México.
inegi. Continuo Nacional del Conjunto de Datos Geográficos de la Carta Fisiográfica,
1:1,000,000, serie I.
———. Continuo Nacional del Conjunto de Datos Geográficos de la Carta Geológica,
1:250,000, serie I.
———. Continuo Nacional del Conjunto de Datos Geográficos de la Carta de Climas,
1:1,000,000, serie I.
———. Continuo Nacional del Conjunto de Datos Geográficos de la Carta de Precipitación
Total Anual, 1:1,000,000, serie I.
———. Información Topográfica Digital, Escala 1:250,000 serie III.
———. Información Topográfica Raster, Escala 1:250,000 serie II.
———. Conjunto de Datos Vectoriales de Uso del Suelo y Vegetación, Serie II, Escala
1:250,000.
———. Conjunto de Datos Vectoriales Edafológicos, Serie II, Escala 1:250,000.
———. Continuo Nacional de Información Digital del canevá, Escala 1:250,000, Serie II.
———. (2007) Conjunto de Datos Edafológicos, Escala 1:250,000, Serie II (Continuo
Nacional).
iuss Working Group wrb. 2008. Base referencial mundial del recurso suelo. Un marco
conceptual para clasificación, correlación y comunicación internacional. Informes
sobre recursos mundiales de suelos No. 103, fao, Roma.
López Ramos, E. 1980. Geología general y de México. Tomo II. 2a ed. Escolar, México.
Lugo Hubp, J. 1989. Diccionario geomorfológico. unam, México.
Rzedowski, J. 1978. Vegetación de México. Limusa, México.
354
Capítulo 16. Geografía de suelos regional:
península de Yucatán
Francisco Bautista1,2,* y Gerardo Palacio3
Con la colaboración de: Rosaura Páez-Bistraín1, María Estela Carmona-Jiménez1,
Carmen Delgado-Carranza4, Wuendy Cantarell4 y Héctor Tello5
Factores formadores
Topografía
Hacia el centro de la py se encuentra la zona más elevada, cerca de la pobla-
ción de Zohlaguna, y desciende al este y oeste por escalones bruscos; al noro-
este se tiene una altitud media, al sur del estado de Yucatán se encuentra la
Sierrita de Ticul, con altitudes de hasta 250 msnm, pero básicamente la mayor
parte de la península presenta altitudes menores a los 50 msnm (Vidal, 2005).
Tiene la forma de un gran bloque de superficie suavemente tendida al oeste y
norte, con extensa plataforma continental bajo las aguas del Golfo de México
y un abrupto talud vertical, sin plataforma continental, sobre el mar Caribe. Este
bloque ha venido emergiendo lentamente sobre las aguas marinas durante los
periodos Terciario y Cuaternario del Cenozoico. Las calizas de diversos tipos que
componen la superficie de la py no son de gran profundidad, ya que, según ci-
fras de perforaciones de Petróleos Mexicanos, ceden el lugar a margas y otros
tipos de sedimentos a profundidades de escasos 160 a 325 m.
Uno de los rasgos más notables y destacados de la py, dentro del territorio
mexicano, es la escasa presencia de drenaje superficial, con excepción de la
corriente superficial del río Champotón. El drenaje de la provincia fisográfica
de la py es, por tanto, casi totalmente subterráneo. La infiltración, a grado tan
extremo, del agua al subsuelo es rasgo característico de un karst cuyas formas
topográficas dominantes son resultado de la disolución de sus rocas por el
agua. La mayoría de los karsts se dan en calizas porosas, fracturadas y bajas en
* leptosol@yahoo.com
355
Geografía de suelos de México
Subregiones
En esta sección se utiliza el sistema fisiográfico propuesto por Ortiz y Cuanalo
(1978). Las categorías correspondientes al sistema de Zinck son: región terres-
tre a ambiente morfogenético, y sistema terrestre a paisaje geomorfológico;
las correspondientes al inegi son: región terrestre a subprovincia fisiográfica;
sistema terrestre a sistema de topoformas (Mendoza y Bocco, 1998).
La py es una región terrestre conformada por cuatro subregiones terrestres
con base en los ambientes; al interior de esas subregiones hay 36 sistemas te-
rrestres o paisajes geomorfológicos identificados, en primera instancia, con base
en el modelo digital de elevación, imágenes de radar e imágenes satelitales mul-
tiespectrales (Figura 16.1). Las subregiones son las siguientes:
356
Capítulo 16. Geografía de suelos regional: península de Yucatán
20 25 30 35 40 45
N
25 25
20 20
15 15
10 10
20 25 30 35 40 45
0 20 100 200
Subregiones
357
Geografía de suelos de México
Geomorfología
1
6 2
3
21
3 35 4
5
5
30 6
7
N 18 8
29 9
23 10
19 11
31 12
36 26 13
10 20
14
37 15
16
13 17
18
22 19
4 24 20
21
33 27 22
26 23
11 24
17 15 25
32 26
27
28
38 29
14 25 30
9
7 28 31
32
8 33
12 34
35
16 36
37
38
358
Capítulo 16. Geografía de suelos regional: península de Yucatán
359
Geografía de suelos de México
clima que afectan al desarrollo de los suelos en primer grado están la precipita-
ción y la temperatura, y en segundo término la radiación y el viento.
Como ya se ha mencionado, la py se encuentra a escasa altitud sobre el
nivel del mar y registra pocos contrastes altitudinales, esto repercute en la dis-
minución de la intensidad de la precipitación pluvial, que debería de ser más
intensa por la influencia de los vientos alisios y la celda de alta presión
Bermuda-Azores; en general la lluvia se registra de mayo a octubre, siendo
más intensa en septiembre, principalmente por efecto de perturbaciones tro-
picales (huracanes, tormentas y depresiones tropicales), la lluvia que llega en
invierno es por aporte de los “nortes” (invasión de frentes fríos cargados de
humedad). La temperatura media anual en promedio de la py es de 26°C y los
meses más frescos son diciembre, enero y febrero con temperaturas menores
a los 22°C (Vidal, 2005). Tomando como base la clasificación climática de
Köppen modificada por García (2005), en la py se manifiestan en forma gra-
dual los climas cálidos, con diferentes niveles de humedad; subhúmedos con
régimen de lluvias de verano Aw0, Aw1, Aw2, con régimen de lluvias interme-
dio, Aw0(x⬘), Aw1(x⬘), Aw2(x⬘) (en este caso la precipitación invernal es mayor
al 10.2% de la total anual); hasta llegar a los climas secos BS1 y BS0, en los que
la disminución de la precipitación se debe al efecto de la corriente de chorro
que mueve el viento del continente al mar (Orellana et al., 1999).
Los factores que construyen las condiciones climáticas de la py son los
siguientes: 1) Ausencia de elevaciones considerables, al formar una gran semi-
planicie en la que paradójicamente se tiene una complicada microtopografía;
2) La cercanía al trópico de Cáncer, lo que acarrea un marcado gradiente de
presión atmosférica de norte a sur; 3) La fuerte influencia del Anticiclón Ber-
mudas Azores del Atlántico, generador de gran actividad atmosférica; 4) La
presencia estival de los vientos del este o alisios; cuando existe un fuerte gradien-
te barométrico se presenta condición de monzón; la influencia estival continua
de perturbaciones de los vientos alisios denominadas ondas tropicales que
acentúan a su paso la intensidad de la lluvia; 5) La presencia de la canícula o
sequía intraestival, generada por vaguadas polares que debilitan a los vientos
alisios; 6) La influencia de perturbaciones tropicales, que generan tormentas y
huracanes que dejan un monto considerable de lluvia al año; 7) La llegada des-
de el otoño de las masas de aire polar, generadas en los frentes y que al pasar
por el Golfo se humedecen y se transforman en “nortes”; 8) La presencia de la
corriente cálida del Canal de Yucatán que hacia el oeste da lugar a la “Corriente
del Golfo” (Orellana et al., 1999; Orellana et al., 2003).
La zona suroeste de la py registra un clima cálido subhúmedo con lluvias de
verano, Aw2, el más húmedo de los subhúmedos, lo cual coincide con la zona
de mayor altitud de la península (300 msnm), con un coeficiente de precipita-
ción/temperatura mayor a 55.3. Otra área con lluvia intensa se presenta en una
franja que se extiende del noreste al suroeste desde Cancún hasta la base de la
península, en este caso el clima es Aw2(x⬘), es decir, que la precipitación durante
los meses de invierno es mayor al 10.2% de la total anual, e inclusive en la isla de
Cozumel es mayor la precipitación invernal ya que registra un clima Am(f).
Los climas Aw1, Aw1(x⬘), con un poco menos de precipitación a los Aw2,
pero mayor a los Aw0 con un índice de P/T entre 43.2 y 55.3, se localizan al
360
Capítulo 16. Geografía de suelos regional: península de Yucatán
Estructuras geológicas
La py, desde el punto de vista geológico, está constituida por una plataforma
con estratos de rocas carbonatadas. En la superficie, éstas son reconocidas en
una clara secuencia que va desde el Paleogeno hasta el Cuaternario. La plata-
forma de rocas sedimentarias del Mesozoico y Cenozoico presenta un grosor
mayor de 3 500 m, situada sobre un basamento Paleozoico. Por arriba se tienen
las rocas jurásicas, reconocidas en el subsuelo profundo de la porción centro-
septentrional de Belice.
El Cretácico se encuentra registrado en toda la península, principalmente por
la formación de evaporitas y carbonatos que dieron origen a las calizas, dolo-
mitas y yeso. Durante este tiempo, la py estuvo cubierta por mares someros
(López-Ramos, 1975 en Lugo-Hubp et al., 1992). Por su espesor las evaporitas
de Yucatán indican que tuvieron origen en dos cuencas al sur de la península,
llegando hasta Guatemala con espesor mayor a 2 000 m, de ahí se reducen gra-
dualmente hasta llegar a 1 000 m en el centro de la península y a menos de
500 m al oriente.
Las rocas del Cretácico se manifiestan a menor profundidad en los sitios de
relieve más alto al igual que en la planicie nororiental, a diferencia de las zonas
interiores continentales que se reconocen hasta los 1 500 m. Es muy probable que
estas irregularidades sean producto de la configuración de los bloques del basa-
mento, según Lugo-Hubp et al. (1992) de acuerdo con López-Ramos (1975).
Las rocas paleogénicas se registran en todo el subsuelo, caracterizadas por
calizas, areniscas y evaporitas del Paleoceno y Eoceno. Durante el Eoceno se pre-
361
Geografía de suelos de México
Miembro Xcabal. Representada por calizas, a veces blancas o grises, pero ge-
neralmente amarillentas e impuras. Se presenta en capas de espesor pequeño
a mediano, a veces masivas, pudiendo pasar a verdaderas margas amarillas o
inclusive a lutitas verdosas, más raras. Estas rocas forman pliegues cerrados,
con echados que alcanzan 20° o más en oposición al resto de la formación.
Miembro Chumbec. Está representado por calizas masivas blancas, muy cris-
talinas, con el aspecto de mármoles sacaroides.
A finales del Oligoceno los materiales dolomíticos sufrieron una fuerte ero-
sión. El Oligoceno se manifiesta en la parte nororiental con calizas y lutitas,
donde se reconocen los depósitos marinos del Neogeno y las calizas de la Forma-
ción Carrillo Puerto. El Oligoceno inferior se presenta como una calcarenita
pulverulenta, quebradiza, suave en partes, blanca y rosada con caliche, en bancos
que subyacen a la caliza superficial alterada, mal estratificados, sin echado real se
aprecian ondulaciones en todas direcciones, que dan la sensación de horizon-
talidad, dichos bancos son de 1 a 1.5 m de espesor. El Oligoceno superior lo
constituyen calizas y calcarenitas pulverulentas, coquinoide, con abundantes
restos de moluscos y briozoarios, en colores crema y blanco que subyace a la
caliza superficial alterada.
El Mioceno se manifiesta con depósitos calcáreos de la formación Río Dul-
ce; durante el Mioceno y el Plioceno se originan dos sistemas de fracturas:
uno con orientación NE-SW, cuyas expresiones se observan a lo largo del cauce
del río Hondo, y otro con orientación NW-SE, a lo largo de las “Sierritas de Ticul
362
Capítulo 16. Geografía de suelos regional: península de Yucatán
Hidrografía
La hidrología de la py es muy peculiar, resultado de varios factores propios
de la zona como su geología, que han favorecido el desarrollo de acuíferos, de ma-
yor importancia en rocas carbonatadas del Eoceno y Mioceno-Plioceno, alta-
mente permeables (Bautista et al., 2005a). La escasa topografía y la permeabili-
dad de las rocas limita la formación de corrientes permanentes y favorece la
infiltración. Al sur de la península se tiene un drenaje incipiente, destacando
el río Hondo y el río Sorpresas, de carácter intermitente. El alto grado de fractu-
ras en las rocas superficiales, un suelo delgado, de buen drenaje interno y alta-
mente permeable, y la alta precipitación en la mayor parte de la península,
permiten la formación de una compleja trama de cavidades subterráneas
como grutas, cavernas, sumideros y cenotes. La alta permeabilidad de las rocas
carbonatadas y el bajo nivel freático hacen que los acuíferos sean de alta a
extrema vulnerabilidad. Según la cna (2002) se han decretado cuatro vedas
para la extracción del agua del subsuelo, con la finalidad de preservar, controlar
y proteger su cantidad y calidad.
Son cuatro regiones hidrológicas (rh): la rh 30 al sur de la península, don-
de se encuentra la laguna de Términos y el río Candelaria; la región rh 33 al
este, con el río Hondo; la región rh 31 al oeste con el río Champotón, y final-
mente al norte la rh 32 que no registra corrientes superficiales permanentes.
En la región 32 se identifican cuatro zonas hidrogeológicas: región costera,
semicírculo de cenotes, planicie interior, y cerros y valles (cna, 2003). Por otro
lado, Perry et al. (2002) definen cuatro regiones hidrogeoquímicas/fisiográficas:
363
Geografía de suelos de México
364
Capítulo 16. Geografía de suelos regional: península de Yucatán
365
Geografía de suelos de México
Ecosistemas principales
El tipo de vegetación puede jugar un papel importante en la fertilidad química
y biológica del suelo (Muys y Lust, 1992); así, por ejemplo, se ha visto que en
áreas de clima frío, determinadas especies forestales (sobre todo coníferas), han
sido asociadas a procesos degradantes al favorecer la acidificación (Augusto et
al., 1998, entre otros); en las regiones de selva caducifolia, las raíces de los
árboles y de la vegetación en general, tienen un papel muy significativo en la
fijación y retención del suelo, evitando la erosión (Palacio et al., 2002). Por el
contrario, en otras áreas el factor vegetación podría ser secundario, apareciendo
supeditado al peso que adquieren factores como el clima y el material paren-
tal, fundamentalmente.
La py se reconoce como una provincia biótica claramente definida, debido
a las características particulares de la vegetación (Rzedowski, 1978), que concen-
tra elementos florísticos de la región antillana, centroamericana sur y sureste
de México, además de un alto porcentaje de especies endémicas (Durán et al,
1998 en Escamilla et al., 2005). Según Carnevali et al. (2003), la flora de la por-
ción mexicana de la provincia biótica de la py incluye eventualmente entre 2 200
y 2 400 especies, comprendidas en las siguientes familias: Fabaceae (263 spp),
Poaceae (150 spp), Orchidaceae (123 spp), Asteraceae (121 spp), Euphorbiaceae
(110 spp) y Cyperaceae (91 spp). Según Flores y Espejel (1994), la mayor ex-
tensión de la py está cubierta por selvas tales como la baja caducifolia, mediana
subcaducifolia y mediana subperennifolia.
En el estado de Yucatán son típicas las selvas: baja caducifolia, baja caduci-
folia espinosa y mediana subcaducifolia, integradas por comunidades y aso-
ciaciones propias de rejolladas, cenotes, aguadas y cavernas. En Campeche, la
vegetación se compone por selva mediana subcaducifolia, selva mediana sub-
perenifolia, selva alta perennifolia, selva baja inundable, sabanas, petenes y
manglares; en Quintana Roo dominan la selva mediana subperennifolia y los
manglares; además de que en los tres estados existe la vegetación de duna cos-
tera, carrizales, seibadales y tulares (hidrofitos) (Flores y Espejel, 1994).
366
Capítulo 16. Geografía de suelos regional: península de Yucatán
367
Geografía de suelos de México
368
Capítulo 16. Geografía de suelos regional: península de Yucatán
Bosque de pino. Según Flores y Espejel (1994), este ecosistema está formado
por una asociación de pinos de la especie Pinus caribaea con elementos de
sabana, la presencia de esta especie de pino en la PY es importante ya que es
el único lugar de México en donde existe. Este pinar se encuentra situado el
sureste del ejido Caobas, en el municipio de Othón P. Blanco, en el estado
de Quintana Roo.
La vegetación se caracteriza por elementos achaparrados (1 a 2 m) de
sabana y de selva inundable entre los que podemos mencionar: Byrsonima
crassifolia, Byrsonima bucidaefolia, Dalbergia glabra, Metopium brownei, y
369
Geografía de suelos de México
Manglar. Se conoce con este nombre una comunidad vegetal que prospera
principalmente en las orillas de las lagunas costeras, de bahías protegidas y
de desembocaduras de ríos, en donde hay zonas de influencia de agua de
mar. Ocasionalmente se les puede encontrar tierra adentro. Soporta cam-
bios fuertes de nivel de agua y de salinidad, pero no se establece en lugares
francamente rocosos o arenosos ni en áreas sometidas a fuerte oleaje.
El manglar es una formación leñosa, densa, frecuentemente arbustiva, o
bien arborescente, cuya altura es de 2 a 5 m, pudiendo alcanzar hasta los
30 m. Una característica que presentan los mangles son sus raíces en forma
de zancos y neumatóforos, cuya adaptación le permite estar en contacto di-
recto con el agua salobre, sin ser necesariamente especies halófitas. La compo-
sición florística que lo forman son el mangle rojo (Rhizophora mangle), man-
gle salado (Avicennia germinans), mangle blanco (Laguncularia racemosa) y
mangle botoncillo (Conocarpus erectus).
El uso principal, desde el punto de vista forestal, es la obtención de taninos
para la curtiduría, la madera para la elaboración de carbón, aperos de la-
branza y embalses. Una característica importante que presenta la madera de
mangle es la resistencia a la putrefacción, pero quizá el uso más importante
que presenta el manglar es el albergue de muchas especies de invertebrados,
como los moluscos y crustáceos, destacando el camarón y el ostión cuyo
valor alimenticio y económico es alto.
370
Capítulo 16. Geografía de suelos regional: península de Yucatán
371
Geografía de suelos de México
372
Capítulo 16. Geografía de suelos regional: península de Yucatán
(tumba) y se pican las ramas, el material se quema cuando está seco y antes
de las primeras lluvias. El suelo se cultiva por dos o tres años, se deja “descan-
sar” a causa de la disminución de la fertilidad del mismo y de la prolifera-
ción de arvenses. Los campesinos recomiendan que el periodo de descanso
o barbecho sea de 20 años.
373
Geografía de suelos de México
374
Capítulo 16. Geografía de suelos regional: península de Yucatán
Arvenses. Para los campesinos es claro que las arvenses influyen de manera
negativa en la rentabilidad de la milpa, así que sólo cultivan dos años, ya
que en el tercero la proliferación es alta y su control requiere de mucho
esfuerzo físico. Argumentan que las arvenses proliferan en los campos de
cultivos con diversa intensidad, dependiendo del manejo y de la historia
de uso de la parcela. Las arvenses son un problema mayor en el tercer año
en Nuukush k’aax y en el segundo año en Hubche.
Pool Novelo y Hernández Xolocotzi (1987) reportaron el empleo de
12.5 jornales⭈ha⫺1 en el primer año y 25 jornales⭈ha⫺1 para el segundo;
cuando el deshierbe es total se utilizan 50 jornales en el primer año y 100
en el segundo. Además, el periodo entre la quema y el primer deshierbe se
reduce de 3.5 a dos meses, entre el primer y segundo año, respectivamente.
En la región, el uso de herbicidas es una práctica común y los herbicidas
más utilizados son paraquat dichloride y 2,4-D; ambos de uso restringido
en otros países. El glifosato comienza a promoverse. Caamal et al. (2001)
recomendaron el uso de leguminosas como cultivos de cobertera para el
control de arvenses, principalmente a Mucuna deerengianum. Los resultados
de las investigaciones no publicadas y realizadas en el municipio y dentro de
la misma zona agroecológica sugieren que es necesario un combate integral
de las arvenses mediante el uso alterno o combinado de cultivos de cober-
tera y los diversos tipos de herbicidas.
No es posible generar recetas ni paquetes tecnológicos para el manejo
de las arvenses, debido a las diversas situaciones que se presentan, como
barbecho, época de siembra, cultivos principales, cultivos acompañantes,
precipitación pluvial, usos de cultivos de cobertera y uso de mantillos. Se
sugiere analizar cada caso en especial, de acuerdo con sus circunstancias
particulares, lo cual ayudará a una mejor toma de decisiones (Meelu, 1994).
Por ejemplo, en el primer año de cultivo, el control de arvenses mediante
herbicidas puede llegar a ser el más adecuado; para el segundo o tercer ciclo
de cultivo, dependiendo del tipo de barbecho proveniente, el uso de culti-
vos de cobertera es recomendable. Las arvenses también pueden ser vistas
como un recurso, ya que se han reportado 116 especies de herbáceas de
uso forrajero (Flores y Bautista, 2005).
Fertilidad del suelo. Los campesinos expresan que existe un claro “cansancio
de la tierra” que puede traducirse como una disminución de la fertilidad,
producto del menor tiempo de barbecho que se ha reducido de 26 a 15
años. En la actualidad, 59% de los campesinos están utilizando vegetación
de seis a 15 años para la milpa. El argumento que ellos manejan se refiere a
la producción; antes se utilizaban montes de 15 años y se obtenían 1 500
375
Geografía de suelos de México
376
Capítulo 16. Geografía de suelos regional: península de Yucatán
377
Geografía de suelos de México
378
Capítulo 16. Geografía de suelos regional: península de Yucatán
379
Geografía de suelos de México
380
Capítulo 16. Geografía de suelos regional: península de Yucatán
Solonchaks. Son suelos que tienen un exceso de sales solubles. Los Solonchaks
desarrollan una secuencia de horizontes muy variada AC, AhC, ABgC o
ABC, frecuentemente con propiedades gléyicas sobre todo en alguna pro-
fundidad. En áreas bajas que presentan un nivel freático somero, la acumu-
lación de sales es más fuerte en la superficie del suelo que donde el nivel freá-
tico es profundo.
En la península de Yucatán se localizan principalmente en la subregión lito-
ral y en la fluviopalustre. En el estado de Quintana Roo en la costa baja, desde
Tulum pasando por Punta Herrero, Mahahual hasta la ciudad de Chetumal
en el municipio de Othón P. Blanco. En Campeche se localizan a lo largo de
la costa en la zona de petenes. En Yucatán al este y sureste de Celestún, oeste
de Hunucmá, al este de Dzilam de Bravo, San Felipe y Las Coloradas.
Los Solonchak se encuentran asociados a Gleysoles, Leptosoles e His-
tosoles, principalmente. Los calificadores primarios son: hipersálico, fólico,
hístico, vértico, gléyico, stágnico, mólico, cálcico y háplico. Los calificadores
secundarios son: sódico, arénico, síltico, límnico.
381
Geografía de suelos de México
382
Capítulo 16. Geografía de suelos regional: península de Yucatán
Arenosoles. Suelos que tienen una textura media areno francosa o más grue-
sa. Secuencias de horizontes son Ahk, AbkCk1Ck2 o ApkAk1Ak2Ak3. En
la py los Arenosoles se encuentran formados por texturas que van de arena
francosa a más gruesas, a una profundidad de 100 cm y tienen menos de
40% de fragmentos de roca u otros fragmentos gruesos dentro de los 100
cm desde la superficie del suelo, si presenta una capa de textura fina es me-
nor a 15 cm. Se localizan en los cordones litorales, islas de barrera y planicie
costera.
Calificadores: calcárico, hipersódico, prótico e hiperéutrico.
Presentan coberturas vegetales de matorral costero, palmas y agaves.
Principales restricciones de uso: cuando el terreno de este suelo se nivela
se pierden sus funciones y la cobertura vegetal cambia.
383
Geografía de suelos de México
384
Capítulo 16. Geografía de suelos regional: península de Yucatán
385
Geografía de suelos de México
en estos suelos, como sálico, húmico, léptico, vértico, gypsico, entre otros; ade-
más da lugar a ecosistemas muy diversos.
Otra peculiaridad es la presencia de Calcisoles sólo en la parte de climas
semiáridos a pesar de estar en una zona de karst. Los carbonatos generalmente
son lavados y, cuando se encuentran en el suelo, la mayoría de las veces no
corresponden a carbonatos secundarios, sin embargo, en los climas semiári-
dos sí se encuentra este grupo de suelo.
386
Capítulo 16. Geografía de suelos regional: península de Yucatán
a
RECIENTE JUVENTUD
Figura 16.3. a) Etapas de desarrollo del karst. b) Imagen SPOT de planicies cársticas (PK) subhorizontales, colino-
sas (PC), lomerío alineado (LA) y lomerío cárstico (LK).
387
Geografía de suelos de México
Asociaciones de suelos
?
Mapa de suelos de la península de Yucatán Agua
AR/RG/SC
20 25 30 35 40 45
AR/RC
AR/RG/SC
CM/LP
CM/LP/GL
N
CM/LP/LV
25 25
GL/LP
GL/LP/CM
GL/SC
LP
LP/CM
20 20 LP/CM/LV
LP/CM/NI
LP/LV
LP/LV/CM
LP/NT
LP/RC
15 15
LP/VR
LP/VR/CL
LP/VR/CL/N
LPli
LPli/LP
10 10 RG/SC
SC
20 25 30 35 40 45 SC/GL
SC/GL/HS
100 0 100 200 Millas
SC/HS/LP
SC/RC
VR/GL/LP
Figura 16.4. Mapa de edafopaisajes de la península de Yucatán (preparado por los autores del capítulo).
388
Capítulo 16. Geografía de suelos regional: península de Yucatán
389
Geografía de suelos de México
Toposecuencias
A continuación se presentan algunas toposecuencias de los estados de Yuca-
tán, Campeche y Quintana Roo, cabe recalcar que la edafodiversidad en la pe-
390
Capítulo 16. Geografía de suelos regional: península de Yucatán
391
Geografía de suelos de México
a
300 A
250 2m l
t
200 i
MO (g kg⫺1)
1m
t
150
u
100 d
LPli hu
Montículo LPli hsk
50 Pie de LPli cr
montículo Planicie
0
0.0 3.0 6.0 9.0 12.0 15.0 18.0 21.0 24.0 27.0
Distancia (m)
b Ca
3.03
LPli rojo nivel de base
H LPli negro montículo
4.45
Qz
3.34
Qz He
4.27 B 2.51 B
Ca 3.16 2.35
B 3.86
6.11
Hz
H I 2.66 Hc
7.4 10.0 1.69
10
15
20
24
27
31
33
39
42
47
52
56
61
66
Figura 16.5. a) Materia orgánica en el suelo en un transecto del nivel de base a 2 m de altitud del montículo. b) Mineralogía de los Leptosoles liticos en Mérida,
Yucatán. LPlihu⫽Leptosol lítico (húmico); LPlihsk⫽Leptosol lítico hiperesquelético; LPlicr⫽Leptosol lítico (crómico).
392
Capítulo 16. Geografía de suelos regional: península de Yucatán
a 5
LVro
0
0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 55 60 65 70 75
b
A B C
1m D E
15 m
Acuífero
c Disolución cárstica
Bosque natural
Sabana
P5 Cambisol
Crómico
P1 Leptosol Réndzico
P4 Calcisol Léptico
P3 Calcisol sobre
W P2 Phaozem Léptico gléyco Cambisol Léptico E
Figura 16.6. Relación de relieves y suelos. a) Hocabá, Yucatán (Bautista et al., 2004). b) Hobonil, Yucatán, (Bautista et al., 2003), A⫽Leptosol lítico;
B⫽Leptosol esquelético; C⫽Cambisol; D⫽Cambisol; y E⫽Luvisol ródico. c) El Edén Quintana Roo (Sedov et al., 2006).
393
Geografía de suelos de México
lético) tienen una buena aptitud para el crecimiento del tzurubtok (Bauhinia
divaricata), especie forrajera utilizada como suplemento alimenticio para
el ganado bovino; están bien representados con un vir de 63.97 y 40.75,
respectivamente. El pasto guinea presenta valores de biomasa de 8.3 t⭈ha⫺1
en Luvisol háplico (ródico), y 2 t⭈ha⫺1 en Leptosol réndzico. Tomando en
cuenta los porcentajes de rocosidad y pedregosidad para el arado, se obtie-
ne que el Luvisol háplico (ródico) es “arable” (⬍10%); el Cambisol háplico
(endoesquelético) y el Cambisol léptico son “poco arables” (10-40%); en tan-
to que el Leptosol mólico y réndzico se consideraron “no arables” (⬎50%).
394
Capítulo 16. Geografía de suelos regional: península de Yucatán
395
Geografía de suelos de México
396
Capítulo 16. Geografía de suelos regional: península de Yucatán
cluyen la escala y el arreglo espacial para los criterios morfológicos, los factores
de la diferenciación, el grado de la relación.
Se han reportado litosecuencias a escala 1:500,000 (py) (Lugo-Hubp et al,
1992; Bautista et al., 2003, 2005a) y a escala 1:100 a 1:1,000 prácticamente a
nivel parcela como se muestra en las Figuras 20.5 y 20.6 (Bautista et al., 2003,
2004; Sedov et al., 2006).
En la py hay una clara climosecuencia a escala 1:500,000 (py) que corres-
ponde a subtipos climáticos del mar al continente y otra a 1:250,000 conside-
rando la longitud del periodo de crecimiento en meses en una dirección del
noroeste al sureste en el estado de Yucatán; sin embargo, no se ha hecho un
estudio de la climosecuencia considerando la diferenciación edáfica.
Se han realizado varios estudios del relieve, entre ellos tenemos el mapa
geomorfológico a escala 1:1,200,000 realizado por Lugo-Hubp et al. (1992); el
mapa 1:500,000 realizado por Bautista et al. (2003, 2005); el mapa de pisos
altitudinales a escala 1:250,000 en el estado de Yucatán reportado por Ihl et al.
(2006) y el de Campeche reportado por Palacio et al. (2005, 2006); por la den-
sidad de las formas exocársticas a escala 1:50,000 en el estado de Quintana
Roo, realizado por Frausto et al. (2006) y Sedov et al. (2006); los estudios de geo-
formas a escala 1:50,000 en la costa de Yucatán realizados por Batllori et al.
(2006) e Ihl et al. (2006); las toposecuencias a nivel parcela en el estado de Yuca-
tán estudiadas por Bautista et al. (2003, 2004, 2005a) y en Quintana Roo por
Sedov et al. (2006). En estas toposecuencias sólo los trabajos de Bautista et al.
(2001, 2004, 2005a) y Sedov et al. (2006) han estudiado los edafopaisajes.
Las diferencias en el tiempo de formación de las rocas sirven en este estudio
para reportar las cronosecuencias de la subregión cárstica a escala 1:500,000
utilizando la información geológica de López-Ramos (1975) y Lugo-Hubp et al.
(1992) (Figura 16.8).
397
Geografía de suelos de México
a 0 0 0 0 0
A1 A1
10 A 10 A 10 A1 10 10
A2 A2 A2
20 20 Bw1 20 20 20
30 30 Bw2 30 Bw1 30 Bw1 30
40 40
Bt1
40 40 40
50 Bw2 50 Bw2 50
60 60 60
70 70 Bw3 Bt2
70
Leptosol 80 80 80
lítico Cambisol 90 90
100 Bt3
Caliza consolidada epiléptico 100
110
Caliza fracturada Cambisol 120
130 C
Caliza no consolidada háplico 140
Arcilla Carbono Cambisol háplico 150
10 - 20% 0.2 - 2.5% endoesquelético
20 - 30% 2.6 - 5.0%
30 - 40% 5.1 - 7.5%
40% > 7.6% Luvisol háplico
ródico
b
0 0 A 0 Ak 0 0
10 10 10 10
Ak 10
Ah
Bk1
20 20 A/C 20 20 Bk1 20 A2
30 30 30
Bk2
40 Bk2 40 40
Cmk
50 50 50
60 60 60
Leptosol C/A
hiperesquelético 70
calcárico Leptosol
réndzico Clacisol 80
mólico hipercálcico Calcisol
epipétrico
Piedras Contenido de C Contenido de CaCO3
5 - 10% 0 - 10%
Caliza consolidada 11 - 15% 11 - 20%
Caliza no consolidada 16 - 20% 21 - 30%
21% > 31 - 40%
Leptosol
41% >
hiperesquelético
Figura 16.7. Suelos de la subregión cárstica por su posición en el relieve (Bautista et al., 2004). a) Suelos de nivel base. b) Suelos de las formas positivas del
relieve.
398
Capítulo 16. Geografía de suelos regional: península de Yucatán
Suelos de las formas positivas del relieve (montículos, colinas y lomas). En los
montículos, colinas y lomas se encuentran Leptosoles y Calcisoles; ambos
presentan altos contenidos de materia orgánica de 23.5 a 49.9% y de 21.3 a
45.0%, respectivamente. Ambos grupos tienen escasa cantidad de tierra
fina por las fases pedregosas y líticas que presentan y son de colores oscu-
ros del pardo al negro.
Los Leptosoles son: 1) Leptosol hiperesquelético por la pedregosidad
mayor al 90% en peso; 2) Leptosol lítico por la profundidad menor a 10 cm;
y 3) Leptosol háplico calcárico húmico, por el contenido de materia orgáni-
ca y el carbonato de calcio menor a 40% (profundidad mayor a 10 cm, no es
réndzico y no es mólico).
Los Calcisoles son: 1) Calcisol hiper-o hipocálcico, 2) Calcisol epipétrico
esquelético y 3) Calcisol epiléptico esquelético; sin embargo, se requieren
estudios de micromorfología para una plena identificación de la presencia de
carbonatos secundarios.
Cronosecuencias edáficas
Durante el Cretácico la py estuvo cubierta por mares someros que dieron ori-
gen a importantes espesores de calizas, dolomitas y yesos. Posteriormente
durante el Eoceno, Mioceno, Plioceno y Pleistoceno se sucedieron una serie
de eventos geológicos que determinaron el ambiente físico y, por tanto, la geo-
morfología de la py, así como el efecto del clima en la disolución de las rocas y
su consecuente efecto en el relieve y suelo.
En este trabajo se parte de la premisa de que el efecto del clima, a lo largo del
tiempo, es el principal mecanismo que modela el desarrollo del karst. Con base
en esto se plantea la presencia de cuatro etapas de evolución lineal del karst
denominadas: reciente, juventud, madurez y tardía de relictos (Bautista et al.,
2005) (Figura 16.8). A medida que el proceso cárstico avanza, el relieve se hace
más evidente, aumentan los materiales residuales producto de la disolución de
las calizas expresándose generalmente con un incremento en la cantidad de tie-
rra fina. Las planicies subhorizontales con predominancia de Leptosoles se trans-
forman gradualmente en planicies onduladas.
En la etapa de juventud dominan las asociaciones de suelo con Leptosoles, con
inclusiones de Cambisoles y Luvisoles. Al aumentar los tiempos de disolución los
bordes de los montículos y colinas tienden a redondearse y las dolinas a hacerse
de mayor tamaño. En la etapa de madurez los montículos y colinas forman lomas
cónicas (20 a 100 m) en densidades altas; aumenta la cantidad de tierra fina en el
nivel de base y, por lo tanto, hay predominancia de Cambisoles y Luvisoles, pero
con presencia de Leptosoles en las lomas y colinas. Las dolinas con acumulación
incipiente de suelo que inician su formación durante la etapa reciente, al evolu-
cionar, se unen gradualmente durante su etapa de madurez (hasta formar uvalas).
Posteriormente, en la etapa tardía de relictos, las uvalas se convierten en poljes
(depresiones alargadas), predominan suelos con mayor cantidad de tierra fina,
como Luvisoles, Nitisoles y Vertisoles, dependiendo del drenaje y de los materia-
les del suelo. Las formas positivas del relieve (lomas de la etapa de madurez) se
convierten en lomas, colinas y montículos aislados y poco frecuentes.
399
Geografía de suelos de México
LP/CM
Juventud
Plioceno LP/CM/LV
Mioceno
CM/LP/LV
Madurez
LV/CM/LP
Eoceno
LV/LP
Tardía de NT/LP
relictos
VR/LP
Figura 16.8. Distribución temporal de los suelos en la península de Yucatán: AR⫽Arenosoles; RG⫽Regosoles; SC⫽Solonchaks; LP⫽Leptosoles;
LPli⫽Leptosoles líticos; CM⫽Cambisoles; LV⫽Luvisoles; NT⫽Nitisoles; VR⫽Vertisoles.
400
Capítulo 16. Geografía de suelos regional: península de Yucatán
Agradecimientos
Al Fondo Mexicano para la Conservación de la Naturaleza (B-1-99/014); al
Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) (proyectos R31624-B,
yuc-2002-C01-8721; yuc-2003-C01-8761, yuc-2003-C02-054) por el fi-
nanciamiento de los proyectos. A G. Bocco del Instituto de Geografía por las
imágenes satelitales para la realización de diversos productos cartográficos.
fbz agradece a la Fundación Rockefeller por el apoyo económico para su ins-
talación en la Universidad Autónoma de Yucatán. cdc agradece la beca de
doctorado que le otorgó el Conacyt.
401
Geografía de suelos de México
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403
Geografía de suelos de México
404
Capítulo 16. Geografía de suelos regional: península de Yucatán
405
Capítulo 17. Geografía regional de suelos:
sierras de Chiapas y Guatemala
José Jesús Zenil Rubio1*
Subregiones
Sierras de Chiapas y Guatemala está integrada por las cinco subprovincias fisio-
gráficas siguientes:
407
Geografía de suelos de México
Climas
Se puede apreciar en el territorio un gradiente de lluvia que corre en direc-
ción suroeste-noreste: las áreas de mayor pluviosidad se localizan en la región
montañosa (3 500 milímetros) y disminuyen paulatinamente conforme nos
acercamos a la planicie costera del Golfo y al Petén guatemalteco, donde se han
llegado a registrar —en algunas localidades del río Usumacinta y del Salinas—
sólo 1 990 mm anuales de lluvia.
Esta región está fuertemente influenciada por los vientos alisios, que domi-
nan el área durante el verano y el otoño, y por los contralisios y las masas de
aire polar que ejercen su dominio durante el invierno y la primavera.
Los vientos alisios provocan depresiones, tormentas tropicales y huracanes
que llegan por el este y el sureste desde el mar Caribe o el Golfo de México, y
muy excepcionalmente del océano Pacífico, y aportan el 80% del agua que se
precipita en el área. El efecto de los vientos contralisios y sus anticiclones puede
ser cálido y excesivamente seco y entonces se conoce con el nombre de “sura-
da”, o bien frío y seco, o moderadamente húmedo, y es denominado “norte”.
Estos fenómenos suelen alternarse entre los meses de diciembre y abril. Los
nortes aportan del 5 al 10 % de la lluvia en el área.
Por su temperatura, los climas dominantes de la zona son el cálido, que pre-
valece por debajo de la cota altitudinal de los 800 msnm, con un promedio
anual de 25°C, y el semicálido, con 20°C de promedio y que predomina entre
los 800 y 1 300 metros de altitud. El clima de tipo templado se localiza única-
mente en las cumbres de las serranías del Nudo de Diamante y en las estriba-
ciones del Macizo Central, situadas por encima de los 1 300 metros.
408
Capítulo 17. Geografía regional de suelos: sierras de Chiapas y Guatemala
Geología
Las sierras de Chiapas y Guatemala presentan, desde el punto de vista estruc-
tural, algunos aspectos complejos, pues el patrón de estructuras conformadas
sobre las secuencias rocosas del Mesozoico y Cenozoico indican una evolu-
ción paleogeológica compleja. Esta provincia ha sido configurada a partir de
montañas plegadas formadas por un grueso paquete de calizas del Cretácico
superior y por rocas del Terciario inferior. La altitud de estos elementos topo-
gráficos varía entre 200 y 500 metros. Estos elementos han sido afectados por
una intensa erosión fluvial, controlada en parte por los sistemas de fallas trans-
currentes, y aparecen disectados por profundos cañones y gargantas.
La sierra Lacandona presenta afloramientos del Cretácico medio y superior
así como del Cenozoico, con rocas sedimentarias constituidas por calizas com-
binadas con dolomitas y calizas-lutitas. En las tierras bajas y planas, con lomeríos
409
Geografía de suelos de México
del noroeste y este, los suelos son de tipo aluvial, constituidos por arcillas, limos,
arenas, grava y cantos rodados.
Se trata, pues, de una región joven, cuyo paisaje actual es producto de una
historia geológica relativamente corta que se inició durante el Paleoceno, hace
aproximadamente 65 millones de años, con la emersión de las primeras tierras
en el sur y el oeste, debido a plegamientos del Macizo Central Chiapaneco y
de la sierra de los Cuchumatanes en Guatemala. El Macizo Central Chia-
paneco emergió paulatinamente desde el Paleoceno hasta 20 millones de años
durante el Mioceno. El levantamiento provocó los escurrimientos que irán
conformando, en la joven vertiente atlántica, la cuenca de los ríos Lacantún-
Usumacinta.
Los cambios más importantes en la fisonomía del Istmo de Tehuantepec,
que incorporaron estas tierras emergidas al continente, ocurrieron a partir
del Mioceno, al igual que la sierra volcánica de los Tuxtlas en el estado de Vera-
cruz. Estos cambios culminaron hace 5 millones de años en el Plioceno-Pleis-
toceno y parecen haber sido un factor determinante para el levantamiento de la
depresión ístmica y el establecimiento de la comunicación de la región centro-
americana con el México continental.
Durante el Pleistoceno temprano, hace aproximadamente un millón de años,
se levantaron los volcanes del Macizo Central: el Huitepec y el Tzontehuitz, con
lo que quedaron conformadas de manera muy similar a la actual las cuencas
de los ríos Grijalva, Usumacinta y Lacantún. Entre el Pleistoceno medio y
reciente, el azolve acarreado por estos grandes ríos terminó de conformar las
planicies del Marqués de Comillas, del norte de la Selva lacandona y de la llanu-
ra costera de Tabasco.
Estudios geológicos realizados por Pemex, confirmados por perforaciones
profundas, han conducido a la postulación de que grandes cuencas salinas
ocupaban gran parte de la llanura costera y parte de la sierra de Chiapas du-
rante el Jurásico superior. Estos depósitos salinos jugaron un papel muy impor-
tante en la formación de las rocas del Mesozoico y Cenozoico, y han influido
fuertemente en el desarrollo de trampas estructurales, donde se acumularon
los aceites, gases y condensados que Pemex explota.
La historia geológica de la región indica acontecimientos relativamente
recientes. En la Reserva de la Biosfera de Montes Azules (Rebima) la presencia
de rocas calizas, sus rupturas, fracturas, fallas y diaclasas son los elementos que
controlan la posición de las formas cársticas. La presencia del carst es el resulta-
do de la disolución de la química de los carbonatos de calcio y magnesio de las
calizas al estar en contacto con el agua y se encuentran cubiertas por vegetación;
cabe considerar que en los últimos años dicha capa de vegetación ha sido alte-
rada, propiciando con ello un aumento en el grado de erosión.
Hidrología
La selva Lacandona presenta una impresionante red fluvial y lacustre constitui-
da por tres sistemas hidrológicos principales.
El primero es el río Tulijá, en el extremo noroeste de la región, que nace en la
vertiente norte del Nudo de Diamante y tiene como principales tributarios al
410
Capítulo 17. Geografía regional de suelos: sierras de Chiapas y Guatemala
411
Geografía de suelos de México
Tzendales, que a partir de un cauce principal recibe una gran cantidad de tribu-
tarios de primer y segundo orden, provenientes de diferentes direcciones al “sua-
vizarse” la pendiente.
Ecosistemas
Información disponible de inegi señala que la mayor parte de esta región
presenta selva alta perennifolia, la realidad es que la mayor parte de la selva ha
sido eliminada y sustituida por pastizales; sólo quedan algunas zonas y corre-
dores ecológicos que están bajo algún tipo de protección.
El bosque tropical es el más productivo de todos los ecosistemas terrestres,
debido a que en él se realiza la mayor cantidad de fotosíntesis. Una hectárea de
selva tropical tiene el doble de productividad que una de bosque conífero nor-
teño, vez y media de productividad de un bosque templado y casi cinco veces
la productividad de una hectárea de pastizal. Por lo anterior, hablar de conser-
var o proteger no es cuestión de moda o gusto, es cuestión de nuestra propia
supervivencia.
Durante mi visita en el año 2004 logré observar el bosque de pino en la
reserva lagunas de Montebello en buenas condiciones, pero fuera de la reserva,
y sobre todo en la parte fronteriza con Guatemala, se observan bosques fuer-
temente degradados por incendios y plagas forestales.
Sólo en zonas de muy difícil acceso (laguna de Miramar, Bonampak, Yaxhi-
lan) y zonas extremadamente inaccesibles se puede observar selva alta perenni-
folia en estado regular y bueno.
Martínez et al. (1994) reportan para la selva Lacandona un total de 3 400
especies de plantas vasculares distribuidas en 61 familias, que corresponde al
78.8% del total de especies estimadas (4 300); de ellas 487 son nuevos registros
para el área y 38 para México.
Ochoa y Domínguez (2000) destacan que para la zona de Chajul se repor-
tan 392 especies leñosas, que se distribuyen en 76 familias, conformadas por
194 especies arbóreas, 126 arbustos y 72 lianas, de las cuales al menos 23 se en-
cuentran en riesgo de amenaza, en peligro de extinción o son endémicas.
No se reporta gran número de endemismos, confirmándose lo establecido
por Rzedowski (1991), que relaciona los endemismos de la flora fanerogámica
mexicana en climas cálido-húmedos, indicando al respecto que estos sistemas
son los que menos favorecen la concentración de elementos endémicos, con-
dición que parece obedecer a procesos de índole paleoecológica. No obstante, es
importante destacar la presencia de Lacandonia schismatica, única especie de la
familia Lacandoniaceae, cuya distribución se restringe a 1 ha en los bordes de
una laguna de la sierra de La Cojolita. Lo restringido de su distribución parece
obedecer a un proceso de macroevolución, basado en su comportamiento po-
blacional, particularidades morfológicas (estambres en posición central rodea-
dos de pistilos) y de hábitat. La rareza de la especie constituye uno de los argu-
mentos para la protección de la selva, y específicamente del hábitat crítico de
la especie y su área de amortiguamiento.
La mayor parte de la vegetación original de la Rebima corresponde a selva
alta y mediana perennifolia. Sin embargo, también se encuentran otros tipos
412
Capítulo 17. Geografía regional de suelos: sierras de Chiapas y Guatemala
Bosque ripario. López (1980) refiere que este tipo de vegetación se distribuye
en los cauces de los ríos y tiene una amplia gama de transición. Los elemen-
tos de las asociaciones colindantes se imbrican debido a que los ríos no ex-
perimentan cambios bruscos de nivel, independientemente de que amorti-
guan la acción de los demás elementos de la naturaleza. Se le puede encontrar
desde los 0 hasta los 2 000 msnm, en una topografía generalmente plana.
Sus suelos son profundos y anegables con un sustrato limoso. Puede presen-
tar de uno a dos estratos arbóreos con una altura de 20 a 40 m en su estrato
superior y de 10 a 20 en el inferior. Las principales asociaciones de vegeta-
ción riparia que se distinguen están dominados por ejemplares de las espe-
cies amate de río (Ficus glabrata), sauce (Salix chilensis), guatope de bajo
413
Geografía de suelos de México
Sabanas. Se presentan sabanas con árboles dispersos formando una franja más
o menos ancha entre el bosque y la selva. La composición arbórea varía
según su proximidad al bosque o la selva. Los árboles característicos de esta
vegetación son bajos, entre 5 y 7 m, entre los que se encuentran Curatella
americana, Byrsonima crasifolia, Ateleia pterocarpa y otros. En el límite que
forman la sabana y la selva se pueden presentar, por ejemplo, especies arbó-
reas como Cochlospermum vitifolium, Cecropia peltata, Spondias mombin,
Quercus oleoides.
414
Capítulo 17. Geografía regional de suelos: sierras de Chiapas y Guatemala
415
Geografía de suelos de México
416
Capítulo 17. Geografía regional de suelos: sierras de Chiapas y Guatemala
417
Geografía de suelos de México
las son poco frecuentes debido a la gran acidez que presentan estos suelos y
a la amenaza que se tiene por la presencia de una plaga denominada langos-
ta que hace muy riesgoso este uso.
• Los Gleysoles, Acrisoles y Planosoles son suelos cuya distribución está
restringida a las partes bajas y lomeríos de la provincia; estos suelos se
destinan a la ganadería de tipo extensivo. Los suelos Gleysoles y Planosoles
presentan grandes problemas de exceso de agua, lo que los hace poco ade-
cuado para la introducción de pastizales, resultando más conveniente
orientarlos a recuperar la vegetación que sustentaron en el pasado (Selva
Alta Perennifolia).
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418
Capítulo 18. Geografía de suelos regional:
cordillera Centroamericana
Lorenzo Domingo Ramírez Cayetano1*
419
Geografía de suelos de México
con numerosos picos superiores a los 2 000 metros, y uno, el Picacho Prieto
en el extremo sureste, con 3 200 msnm.
Las rocas graníticas tienen una dominancia casi absoluta. Sólo en el norte
de Niltepec se presenta un afloramiento de rocas volcánicas seguido por
metamórficos con manchones calcáreos. En el noreste los afluentes del río
Grijalva han excavado una serie de amplios valles. El fracturamiento de las
masas graníticas y generación de cantos esferoidales y ovoides de gran
tamaño son manifiestos en muchos lugares. En las laderas del suroeste es
muy notable la exfoliación granular del granito a profundidad con la gene-
ración de gruesos mantos arenosos.
La variación altitudinal permite la existencia de varios tipos climáticos con
lluvias en verano, entre los que destacan los cálidos húmedos, cálidos sub-
húmedos y semicálidos húmedos. Con sus precipitaciones estos climas dan
origen a la existencia de abundantes ríos. La vegetación que cubre esta sub-
provincia son los bosques mesófilos de montaña, bosques de pino, bosques
de pino encino, selva alta perennifolia y donde se ha arrasado la vegetación
original existe agricultura de temporal, como el cultivo del café cereza,
maíz, frijol y los pastizales inducidos.
420
Capítulo 18. Geografía de suelos regional: Cordillera Centroamericana
421
Geografía de suelos de México
Am. Cálido húmedo con abundante lluvia en verano, precipitación del mes
más seco menor de 60 mm. y porcentaje de lluvia invernal entre 5 y 10.2.
Se distribuye en buena parte de las sierras del noroeste de la provincia.
Am(f). Cálido húmedo con abundante lluvia en verano, precipitación del mes
más seco menor de 60 mm. y porcentaje de lluvia invernal mayor de 10.2.
Se distribuye en las sierras de la antípoda noroeste de la provincia.
422
Capítulo 18. Geografía de suelos regional: Cordillera Centroamericana
Simbología
(A) C(m) (w)
(A) C(w2) (w)
A (C) (m)
A (C) m (f)
A (C) m (w)
A (C) w0 (w)
A (C) w1 (w)
A (C) w2 (w)
Am
Am (f)
Am (w)
Aw0 (w)
Aw1
N Aw1 (w)
Aw2
Aw2 (w)
C(E) (m) (w)
C(m) (w)
C(w2) (w)
H2O
Aw2. Cálido subhúmedo con lluvias en verano, el más húmedo de los cálidos
subhúmedos. Precipitación del mes más seco menor de 60 mm. y porcentaje
de lluvia invernal entre 5 y 10.2; se distribuye en las sierras y lomeríos en el
noroeste de la provincia.
Aw2(w). Cálido subhúmedo con lluvias de verano, el más húmedo de los cáli-
dos subhúmedos. Precipitación del mes más seco menor de 60 mm y por-
centaje de precipitación invernal respecto a la total anual menor de 5, la
precipitación total anual en estos lugares es de 2 000 mm.; este tipo climá-
tico es el dominante en la provincia. Por el lado de la costa se distribuye
desde el nivel del mar hasta la cota aproximada de 100 msnm; por el lado
norte desde la cota de 500 a 1 500 msnm; distribuyéndose siempre de
manera paralela a los macizos montañosos, cuya orientación es de noroes-
te-sureste.
423
Geografía de suelos de México
A(C)m(w). Semicálido. El más fresco y más húmedo de los cálidos, con llu-
vias de verano. Porcentaje de lluvia invernal respecto al total anual menor
de 5, la precipitación total anual es de 3 000 mm. Se distribuye en las partes
altas de la sierra del Soconusco y del resto de los macizos montañosos,
entre 800 y 2 200 msnm aproximadamente.
424
Capítulo 18. Geografía de suelos regional: Cordillera Centroamericana
Estructuras geológicas
A pesar de ser un área relativamente pequeña, la geología presente es muy
heterogénea. Es común encontrar tanto rocas ígneas intrusivas y extrusivas,
sedimentarias como metamórficas. Sobresale el macizo montañoso (sierra
del Soconusco) que la recorre longitudinalmente por la parte central en direc-
ción noroeste-sureste, esta estructura está compuesta principalmente por
rocas intrusivas de granito de la era Paleozoica. En la parte noreste de la pro-
vincia existen rocas sedimentarias del tipo limolita-arenisca pertenecientes a
la era Mesozoica; totalmente al oriente se ubica una importante área de cali-
zas del Paleozoico superior; rocas ígneas extrusivas del tipo de las andesitas,
así como tobas intermedias del Cenozoico se les encuentra en el área de in-
fluencia del volcán Tacaná, siendo este el único volcán activo que se encuentra
dentro de la provincia (por el lado mexicano). Grandes depósitos aluviales,
lacustres y palustres, así como una extensa franja de litoral de la era Cenozoica
y correspondientes al sistema cuaternario se extienden en la parte costera,
desde el sur del Istmo de Tehuantepec hasta la frontera con Guatemala. Tam-
bién es posible encontrar afloramientos aislados de conglomerado, complejo
metamórfico, esquistos y gneiss.
Hidrografía
Los recursos hidrológicos de la subprovincia están costituidos por ríos, arroyos,
lagunas y una gran masa oceánica. Estos recursos permiten que se desarrolle
una gran diversidad de ecosistemas, los cuales albergan un sinnúmero de es-
pecies florísticas y faunísticas, que por su importancia endémica el gobierno de
425
Geografía de suelos de México
Ecosistemas principales
La profusa diversidad florística en la provincia está íntimamente ligada a las
condiciones climáticas y edáficas en que se desarrollan las diferentes asociacio-
nes vegetales. Sin embargo, es menester aclarar que en la actualidad grandes
extensiones de tierra han sido abiertas a la agricultura y la ganadería, por lo que
en ciertos lugares existen sólo reelictos de la vegetación original. De manera
general la distribución espacial de estas asociaciones es la siguiente.
Selva alta perennifolia. Esta asociación vegetal ocupa grandes áreas; su dis-
tribución espacial abarca las estribaciones de la sierra del Soconusco en los
climas Am(w), en las faldas de la sierra y paralelamente a la costa (Figura
I.18.1. del Anexo I). Existen reelictos de esta selva en las huertas de cafeto
aledañas al volcán Tacaná, cerca de Tapachula (Rzedowski, 1978). Última-
mente grandes áreas de tierra han sido incorporadas a la agricultura y ga-
nadería. Donde antes existía selva, hoy domina la agricultura temporal per-
manente, pastizales inducidos y grandes potreros.
426
Capítulo 18. Geografía de suelos regional: Cordillera Centroamericana
Selva baja espinosa. Tiene una fisonomía semejante a la selva baja caducifo-
lia. La distinción entre ambas comunidades se basa en que el matorral espi-
noso presenta un dosel más bajo (⬍4m), en el que predominan tanto plantas
ramificadas desde la base como las que presentan espinas, principalmente
de la familia Mimosaceae. Su distribución en la provincia abarca parte de
la llanura del Istmo de Tehuantepec en los climas Aw⬘(w), Aw1(w) y con
precipitaciones de 1 000 a 1 200 mm anuales.
Entre el conjunto de elementos arbóreos característicos de la selva baja
espinosa se registran: Acacia cochlicantha (Mimosaceae), Amphiterygium
adstringens (Julianaceae), Bursera excelsa (Burseraceae), Castela retusa (Sima-
roubaceae), Gliricidia sepium (Fabaceae), Hintonia latiflora (Rubiaceae),
Mimosa golmanii (Mimosaceae), Pseudosmodingium multifolium (Anacar-
diaceae) y Sideroxylon celastrinum (Sapotaceae). Los arbustos más frecuentes
están Cordia oaxacana (Boraginaceae) y Lippia nutans (Verbenaceae); en-
tre las enredaderas destaca la urticante Tragia mexicana (Euphorbiaceae)
(Pérez García, 2001).
427
Geografía de suelos de México
Bosque de pino-encino. Dado que los pinares y los encinares tienen similitud
en cuanto a las exigencias ecológicas, al analizar la distribución espacial
dentro de la provincia se observa que los dos tipos de bosque ocupan
nichos muy similares, desarrollándose con frecuencia uno al lado del otro,
formando intrincados mosaicos y complejas interrelaciones sucesionales
ocasionando que a menudo se presenten como bosques mixtos, lo cual di-
ficulta su interpretación cartográfica, razón por la cual se describen como
bosque mixto, a pesar de sus diferencias fisonómicas evidentes; lo anterior
no excluye que a menudo se les puede encontrar como masas puras.
Vastas superficies de este bosque sobreyacen en rocas ígneas graníticas,
limolita-arenisca, caliza-arenisca, complejos metamórficos y esquistos en
zonas donde predominan los climas C(m)(w), A(C)m(w) y A(w2)w en alti-
tudes entre 600 y 2 600 msnm, en dirección noroeste-sureste de la provin-
cia hasta las inmediaciones del volcán Tacaná.
428
Capítulo 18. Geografía de suelos regional: Cordillera Centroamericana
429
Geografía de suelos de México
430
Capítulo 18. Geografía de suelos regional: Cordillera Centroamericana
431
Geografía de suelos de México
tenidos de los ddr Villa Flores, Tonalá y Tapachula, 507 319 hectáreas se des-
tinan para la agricultura; de ellas, el 94.9% son de temporal y el 5.1% tienen
garantizado el riego. En esta zona los cultivos más importantes, por la super-
ficie que ocupan, son maíz, pastos, café cereza, mango, soya, frijol, palma afri-
cana, ajonjolí, caña de azúcar, cacao, plátano y hortalizas, entre otros.
Origen de los suelos en la subprovincia Sierras del Sur de Chiapas. Los grupos
de suelos como los Leptosoles, Regosoles y Cambisoles, que la wrb (iuss
Working Group wrb, 2006) agrupa como aquellos que presentan severas
limitaciones de enraizamiento o con un perfil poco o moderamente desa-
rrollado, ocupan casi tres cuartos de la subprovincia (65% del territorio).
Otros grupos que también tienen presencia significativa son los Luvisoles y
Acrisoles (cubren 19.6% del territorio), los cuales se distinguen por presen-
tar un horizonte subsuperficial rico en arcilla. La geología sobre la cual tienen
su origen todos estos grupos de suelo es principalmente granito (90%), el
resto lo ha hecho a partir de rocas de tipo caliza, caliza-arenisca y limolita-
arenisca.
Los Leptosoles están distribuidos principalmente por las partes abruptas
de los macizos montañosos y son el resultado del intenso intemperismo a
que está sometido el material parental. Las fuertes pendientes y las lluvias
son los principales factores formadores. Estos mismos factores a su vez no
permiten la acumulación de grandes cantidades de tierra fina, de modo que
constantemente la capa de suelo que se va formando es removida hacia las
partes bajas de las topoformas. En las partes medias de las sierras (laderas)
donde las pendientes empiezan a suavizarse y la topografía del terreno per-
mite que el suelo retenga más humedad, el intemperismo parcial de la roca
permite el desarrollo incipiente del perfil; en estos sitios están evolucionan-
do los Regosoles con profundidades someras. Los Cambisoles en este intrin-
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Capítulo 18. Geografía de suelos regional: Cordillera Centroamericana
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Geografía de suelos de México
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Capítulo 18. Geografía de suelos regional: Cordillera Centroamericana
suelos ubicados cerca del litoral y de las lagunas saladas); por otro, el uso
excesivo de fertilizantes en la agricultura, ya que la mayoría de ellos están
dentro de área de influencia del Distrito de Riego Núm. 19. En cuanto al
color existen tanto Vertisoles crómicos en aquellos sitios que tienen un me-
jor drenaje y vertisoles negros donde el drenaje es más deficiente.
Solonchaks y Gleysoles se ubican junto al sistema lagunar del Istmo, la
presencia de uno u otro depende de la calidad del agua. Los Solonchaks se
están originando por dos procesos: el primero es una adición de sales por
medio de las mareas y la brisa marina, el segundo es un aporte de sales por ca-
pilaridad a través de los estratos subyacentes; a ello se le suma la evaporación
ocasionada por las altas temperaturas, dando como resultado la pérdida de
humedad y por ende la concentración de sales dentro del perfil. La vegeta-
ción de manglares, al adicionar suficiente materia orgánica, premite la pre-
sencia de procesos de humificación. En los ambientes donde la fluctuación
del manto freático es permanente y superficial (primeros 50 cm de pro-
fundidad) de modo que permite la presencia de condiciones reductoras y
anaeróbicas en el subsuelo, y que además el contenido de las sales no es
suficiente para formar un horizonte sálico, se están formando los GL (sódi-
cos la mayoría). Los Fluvisoles son producto del depósito de sedimentos
fluviales en la ribera de los ríos. Los Arenosoles en cambio son producto
de los sedimentos marinos depositados a lo largo de la costa por las olas.
Muchos de estos AR son sódicos por el aporte de sales que realizan las ma-
reas y las brisas marinas.
Los Cambisoles se están formando en las partes más elevadas del micro-
rrelieve, donde las escasas pendientes son suficientes para que se pierda agua
al interior del perfil y la poca que se retiene no alcanza para intemperizar
totalmente los aportes periódicos de material edáfico.
La argilización del horizonte que da origen a los Luvisoles se da a partir
de la iluviación de las arcillas de las partes superiores del perfil. La mayoría de
los Luvisoles son crómicos y están siendo ocupados por pastizales inducidos.
Asimismo, muchos tienen roca dura continua entre los 50 y los 100 cm de
profundidad. Por último, los Leptosoles son producto del intemperismo in-
cipiente de la roca y de la topografía (cerros aislados dentro de la discontinui-
dad). Los Leptosoles están alimentando vegetación de selva baja caducifolia
en los climas cálidos subhúmedos, con humedad media Aw1(w).
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Geografía de suelos de México
Phaeozems. Estos suelos se están desarrollando sobre material aluvial del Cua-
ternario, el cual ha dado origen por un lado a la subprovincia Llanura del
Istmo en el extremo sur occidental, y por el otro a la subprovincia Llanura
Costera de Chiapas y Guatemala compuesta también por el mismo mate-
rial geológico en el extremo sur-oriental, en las inmediaciones con la frontera
guatemalteca. La vegetación sobre la cual se encuentran los Phaeozems de
esta parte del país es de selva baja caducifolia, selva baja espinosa en la
región más seca de la provincia (Istmo de Tehuantepec), aunque en la actua-
lidad sobre ellos se han abierto grandes áreas a la agricultura de riego y
temporal. Estos suelos en su mayoría son profundos y las asociaciones más
frecuentes que se pueden encontrar son con Cambisoles, Vertisoles, Fluviso-
les, Regosoles, Gleysoles, Luvisoles y en menor medida con Leptosoles.
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Capítulo 18. Geografía de suelos regional: Cordillera Centroamericana
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Capítulo 18. Geografía de suelos regional: Cordillera Centroamericana
Nitisoles. Estos suelos son profundos y rojos por definición. Dentro de la pro-
vincia están ocupando una pequeña superficie de poco más de 20 000 hec-
táreas. La mayoría de ellos se distribuyen en la antípoda noroccidental de
la subprovincia Sierras del Sur de Chiapas. Estos Nitisoles se han desarro-
llado a partir de rocas calizas del Cretácico inferior, limolitas areniscas del
Triásico-Jurásico y lutitas areniscas del Cretácico superior; en cuanto a la
vegetación, están cubiertos por selva alta perennifolia, vegetación secunda-
ria arbórea, pastizales inducidos y unas pocas hectáreas con agricultura de
temporal. Los climas más comunes son Am y Am(f), las precipitaciones
totales anuales varían entre 3 400 y 3 500 mm y la temperatura media anual
es de 24°C.
En cuanto a sus propiedades físico-químicas, el 100% presentan el cali-
ficador hiperdístrico; es decir, tienen un psb menor de 50 en todas las partes
entre los 20 y 100 cm desde la superficie del suelo, y menos del 20% en algu-
na parte dentro de los 100 cm; más del 65% son húmicos, el 100% tienen
textura fina y no presentan fase gravosa o pedregosa en su superficie. Las
asociaciones más comunes con otras unidades de suelo son con Acrisoles y
Luvisoles.
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Geografía de suelos de México
Alisoles. Se les considera como uno de los grupos más improductivos. Dentro de
la provincia son los suelos que ocupan la menor superficie (4 396 hectáreas).
Cartográficamente están ubicados en la parte centro-norte de la subprovin-
cia Sierras del Sur de Chiapas, al norte de las localidades urbanas de Cin-
talapa y Villa Flores, Chiapas.
Al observar su distribución espacial se observa que están evolucionando a
partir de rocas graníticas del Paleozoico y material aluvial del Cuaternario, en
topografía de tierras onduladas y montañosas de la zona. En cuanto a las
agrupaciones vegetales que soportan, son bosques mixtos de pino-encino,
aunque la mayoría de estas especies han sido perturbadas por el hombre para
establecer agricultura con especies temporaleras. Los climas presentes en la
región son los Aw1, Aw⬘(w), Aw1(w) y (A)C(w2)(w), la precipitación total anual
en la zona es de 1200 mm y temperaturas medias anuales entre 22 y 24°C.
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Capítulo 18. Geografía de suelos regional: Cordillera Centroamericana
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Geografía de suelos de México
Subprovincia Sierras del Sur de Chiapas. Más del 65% del edafopaisaje de
esta subprovincia son suelos que presentan un psb mayor a 50, aunque
tienen en contra que son suelos limitados en su profundidad o tienen un
perfil poco desarrollado. En los sistemas montañosos de laderas abruptas,
constituidas por rocas graníticas del Paleozoico se localizan los Regosoles y
Leptosoles. En las faldas de las sierras y en los lomeríos más o menos sua-
ves se distribuyen los Cambisoles endolépticos.
Los Luvisoles son otro grupo de suelos que cubren una superficie im-
portante en esta subprovincia, están desarrollándose principalmente en la
zona de lomeríos más o menos suaves y en las partes bajas y medias de las
sierras, un porcentaje significativo de ellos tiene el calificador endoléptico,
sostienen vegetación de selva alta perennifolia, bosques puros de pino, bos-
ques mixtos de pino-encino, así como cultivos temporaleros. La mayoría
presentan textura fina dentro de los primeros 30 cm de profundidad. Aque-
llos que han evolucionado donde existe selva alta perennifolia han adquiri-
do la cualidad de húmicos al acumular 1% o más de co dentro de los pri-
meros 50 cm de profundidad.
En los valles intermontanos y lomeríos suaves, que son las zonas de acu-
mulación del material que fluye por la acción del agua de las partes altas a
las bajas, se están desarrollando los Vertisoles de color negro y los Phaeo-
zems con muy buena profundidad. La buena fertilidad de estos suelos ha
sido aprovechada por los agricultores de la zona, de modo que grandes
superficies han sido incorporadas a la agricultura de temporal. Donde no se
practica la agricultura sostienen selva baja caducifolia. La precipitación en
estas áreas va de 1 000 a 1 200 mm anuales.
Los suelos desaturados en bases, como Acrisoles, Alisoles y Umbrisoles,
están distribuidos en las partes más húmedas de la subprovincia. En cuanto
a su posición en el paisaje, los Acrisoles y Alisoels se localizan en la zona de
lomeríos, mientras que los Umbrisoles están en las partes más altas donde la
nubosidad es permanente. En las áreas que ocupan estos suelos se registran
precipitaciones por encima de 2 000 mm anuales, el tamaño de esta lámina de
agua permite la lixiviación de las bases dentro de los 100 cm superiores del
suelo. Los climas dominantes son los Am y (A)C(w2)(w).
Los Andosoles que conforman el paisaje edáfico de esta subprovincia se
han originado a partir de las eyecciones de ceniza del volcán Tacaná y no
de la roca caliza subyacente. Debido a que estos suelos reciben grandes
aportes de materia orgánica (soportan pastizales, bosque de pino, bosque
de cedro y bosques mixtos de pino encino), y dado que en estos lugares la
precipitación es de más de 2 000 mm al año, facilita que se presenten las
condiciones que permiten la ocurrencia de procesos de humificación y
melanización en las partes superiores del perfil, formando como conse-
cuencia un horizonte mólico, de tal manera que muchos AN de la zona son
Andosoles mólicos. La topografía que existe en estos lugares es fuertemen-
te accidentada, la altura de los picos montañosos alcanza los 2 900 msnm,
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Capítulo 18. Geografía de suelos regional: Cordillera Centroamericana
Los sedimentos de los ríos han formado en sus márgenes los Fluvisoles,
suelos que en su mayoría son de textura media, buena parte de ellos pre-
sentan fase pedregosa en su superficie, todos tienen un psb mayor de 50%.
En algunas áreas planas con drenaje deficiente, el estancamiento perió-
dico del agua hace que algunos suelos presenten propiedades estágnicas.
Los procesos físicos pedogenéticos de eluviación-iluviación selectiva de
arcilla provocan que se forme un horizonte álbico (E) con textura gruesa
por encima de un horizonte iluvial árgico, formando los Planosoles en la
discontinuidad. Los suelos que se cartografiaron son suelos someros con
una capa cementada por sílice a menos de 50 cm de profundidad, textura
gruesa dentro en los primeros 30 cm de profundidad, ródicos (muy rojos),
psb mayor de 50%, sin esqueleto dentro del perfil aunque sin fase gravosa
o pedregosa en su superficie. En la zona estos suelos están conformando el
paisaje edáfico en el norte de la discontinuidad sobre la cota de 50 a 80
msnm y en pendientes del 2%, sobre geología de dacitas del Oligoceno-
Mioceno y soportan vegetación de selva baja caducifolia y sabanas en cli-
mas Aw1(w) y Aw2(w), con precipitaciones de 1 500 mm anuales.
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Geografía de suelos de México
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Capítulo 18. Geografía de suelos regional: Cordillera Centroamericana
Toposecuencias
A continuación se describen algunas toposecuencias dentro de las subprovin-
cias y discontinuidades.
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Geografía de suelos de México
20 PHph 20
15 SCgl VRszw 15
GLsz
10 10
5 5
0 0
Figura 18.2. Relación relieve y suelos en la discontinuidad Llanura del Istmo. SCgl⫽Solonchak gléyico; GLsz⫽Gleysol sálico; VRszw⫽Vertisol hiposálico;
PHph⫽Phaeozem páquico.
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Capítulo 18. Geografía de suelos regional: Cordillera Centroamericana
ficiales de la sierra hacia la costa, que la calidad del agua se considera buena
y apropiada para su utilización como agua potable, y que además su pro-
fundidad es muy somera. La superficialidad del manto freático al saturar
de agua el suelo, ocasiona que se presenten condiciones de reducción y se des-
arrollen patrones de color gléyico propio de los Gleysoles. La buena cali-
dad de las aguas subterráneas no permite la acumulación de sales, de modo
que los Gleysoles están libres de sales, sin embargo los aportes de materia
orgánica oscurecen al suelo formando Gleysoles mólicos con textura me-
dia. En la cota aproximada de 30 a 90 msnm empiezan a formarse los Rego-
soles y Cambisoles. Estos dos grupos son resultado de la transportación y
asentamiento del material de suelo por la acción del agua de las partes altas
de la topoforma (Cerro Bernal) al pie de monte de la misma; su textura es
media y pueden presentar fase pedregosa en su superficie, son profundos y
tienen un psb de 50 o más. Grandes áreas de estos terrenos han sido incor-
poradas a la ganadería, por lo que sostienen pastizales inducidos. Los Lep-
tosoles están ocupando la mayoría del cerro Bernal. Son suelos con severos
problemas de enraizamiento, cerca de la cima existe solo la roca desnuda,
la profundidad de estos suelos no pasa de 10 cm y tienen textura media
con un psb mayor de 50. Por lo abrupto de la topografía es de los pocos
lugares donde aún la vegetación original de selvas medianas subperennifolias
está presente.
LP
LP
1 000 1 000
500 500
400 400
SC/GL
300 300
200 200
RG/CM
100 100
AR
0 0
Litoral Laguna Pie de Ladera Cima
La Joya monte Cerro
Bernal
Figura 18.3. Relación de relieves y suelos de la discontinuidad Llanura Costera de Chiapas y Guatemala. AR⫽Arenosoles; SC⫽Solonchaks; GL⫽Gleysoles;
RG⫽Regosoles; CM⫽Cambisoles; LP⫽Leptosoles.
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Geografía de suelos de México
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Capítulo 18. Geografía de suelos regional: Cordillera Centroamericana
cuales presentan una capa subyacente rica en arcilla que impide la libre circu-
lación del agua hacia las partes bajas del perfil. Las constantes adiciones de
materia orgánica que reciben de los cultivos temporaleros (principalmente
pastos), ha permitido que se desarrolle un horizonte mólico superficial,
tienen buena profundidad, no tienen fase gravosa o pedregosa en su super-
ficie, tampoco esqueleto dentro del perfil y son de textura media. Los Verti-
soles son del mismo origen geológico que los Planosoles, a nivel de micro-
rrelieve ocupan la cercanía de las márgenes laterales al río el Sabinal, el
enriquecimiento de arcilla se ha dado por acarreo y asentamiento del material
fino en la solución del suelo, de las partes altas a las bajas utilizando como
medio de transporte las corrientes de agua. Dentro de sus características
destacables presentan policromía dentro del perfil (colores de 7.5YR y más
rojos); aunque son profundos tienen fase pedregosa en su superficie, pero
no esqueleto dentro del perfil, la mayoría de ellos han sido incorporados a
la agricultura de riego. Los Luvisoles, al igual que los dos suelos descritos
son de material aluvial del Cuaternario. El horizonte árgico se está formando
en el pie de monte del cerro la Manga; son suelos someros que presentan
roca dura continua dentro de los primeros 50 cm de profundidad, crómicos,
no tienen fase gravosa o pedregosa, sin esqueleto, con textura fina y psb
mayor de 50% sobre los cuales se practica la agricultura de temporal. Ocu-
pando toda el área del cerro Bernal, cuya estructura está compuesta de grani-
to, están los Regosoles, suelos que se caracterizan por ser los menos desarro-
llados, son someros, no presentan limitante física en su superficie o dentro
del perfil, su psb es mayor de 50% y son capaces de sostener agricultura de
temporal no mecanizada.
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Geografía de suelos de México
Bosque mesófilo
Potreros Cafetales de montaña
ANdy Pino
4 000 4 000
3 500 3 500
3 000 3 000
2 500 2 500
CMdyhu
2 000 2 000
1 000 1 000
500 500
0 0
1 200 1 020
900 900
LVcr
800 800
700 700
VRcr PLmo
600 600
Sur Norte
Figura 18.5. Relación de relieves y suelos en la subprovincia Sierras de Chiapas y Guatemala. RGeu⫽Regosol (eútrico); LVcr⫽Luvisol (crómico); VRcr⫽Vertisol
(crómico); PLmo⫽Planosol (mólico).
456
Capítulo 18. Geografía de suelos regional: Cordillera Centroamericana
Suelos de las formas positivas del relieve (lomas, cerros, montañas y volcán).
En las lomas cerros, montañas y volcán se encuentran los Leptosoles, Rego-
soles, Cambisoles, Acrisoles y Andosoles. Estos grupos de suelos están evolu-
cionando principalmente a partir de rocas graníticas del Paleozoico, material
piroclástico de tipo andesítico, esquistos y complejos metamórficos del Pre-
cámbrico.
De acuerdo con los datos del inegi, el contenido de materia orgánica de
los suelos que ocupan esta posición en el relieve varían de 3.5 a 9.1%.
Algunos ejemplos de estos suelos son CM dístrico-húmicos, AN dístrico-
húmicos y LP húmico-líticos y son suelos de colores oscuros (10YR 3/2;
10YR 3/1 y 10YR 2/1). En cuanto al pH, los suelos de las formas positivas
del relieve son suelos más ácidos que los de nivel de base, sus valores van de
5.2 a 6.4; respecto a la cic, frecuentemente presentan valores entre 14.5 a
37.5 cmol⭈kg⫺1.
Consideraciones finales
La provincia Cordillera Centroamericana es una de las grandes áreas de bio-
diversidad nacional, su riqueza se debe a la confluencia y entrecruzamiento
de los reinos neotropical y neártico, y a la imbricación de las biotas de los gol-
fos de México y Tehuantepec. Este entretejido biótico al mismo tiempo la con-
vierte en una región compleja, frágil y delicada, ecológicamente hablando.
Actualmente la región presenta elevadas tasas de deforestación por activi-
dades agropecuarias, erosión de suelos, contaminación de corrientes y cuer-
pos de agua por actividades agrícolas, petroleras y urbanas, obras hidráulicas
inoperantes (Distrito de Riego Núm. 19) y la destrucción de ecosistemas cos-
teros. Sobre esta realidad se pretende desarrollar, de hecho ya ha comenzado a
ejecutarse, el llamado “Megaproyecto del Istmo”, programa integral de desa-
rrollo económico según el gobierno de México. Este programa, por la posición
geográfica estratégica de la zona, tiene la perspectiva de insertar a la región en
el comercio mundial de bienes y servicios; su implementación, además de los
recursos financieros, requiere de la construcción de grandes obras de infraes-
tructura física, como autopistas, rehabilitación y modernización de puertos
(Salina Cruz en Oxaca y Puerto Madero en Chiapas), centrales eoloeléctricas,
plantas automotrices, agricultura de plantaciones comerciales (palma de aceite,
agave, bosque de eucaliptos, etc.), así como desarrollar el turismo ecológico
en las áreas de reserva natural que existen.
El panorama anterior nos debe alertar para prevenir un ecocidio en la zona.
Tan sólo para la construcción del Distrito de Riego 19 en el Istmo se devastaron
50 800 hectáreas, entre selva baja caducifolia y espinosa, para el establecimiento
de plantaciones comerciales de agave se desmontaron 5 000 hectáreas de selva
baja; por estas acciones se perdió gran parte de la riqueza florística del lugar,
de modo que se desconocen aspectos básicos, como la composición florística del
lugar, consecuencias ecológicas, ambientales y de reducción de recursos natura-
457
Geografía de suelos de México
les. Asimismo, 12 000 hectáreas con policultivos fueron reconvertidas para es-
tablecer en la zona del Soconusco en Chiapas el monocultivo de la palma de
aceite. Para establecer plantaciones forestales comerciales se tendrán que eli-
minar miles de hectáreas de bosques; en este sentido es posible que en el futuro
tengamos árboles pero no bosque, por dar sólo algunos ejemplos. Por otro
lado, para la construcción de la Central Eoloeléctrica del Itsmo se pretende ex-
propiar 100 000 hectáreas agrícolas, lo cual acarreará graves consecuencias en
la compactación y contaminación del suelo. Por otro lado, no se ha conside-
rado el impacto social que tendrá desplazar a las comunidades indígenas que
ocupan las Áreas Naturales Protegidas.
Cualquier política de desarrollo económico debería tomar en cuenta la
protección a la naturaleza, sin embargo este ha sido el eterno conflicto entre
progreso y ecología. “Cualquier propuesta de modernización productiva y
desarrollo económico debe tomar en cuenta un conjunto de factores que se
han perdido y que muchos de ellos estaban comprendidos en las prácticas
productivas de las comunidades indígenas y campesinas. Es necesario recupe-
rarlos y adecuarlos a nuestro contexto (en el que hay problemas muy graves
de devastación ecológica, miseria económica, pérdida de soberanía y auto-
suficiencia alimentaria) pero también desarrollarlos” (Flores Mondragón,
2005). “Necesitamos un nuevo pacto entre el mundo urbano y el mundo rural.
No el advenimiento del pasado netamente agrario y un futuro puramente
industrial […]. Viraje civilatorio, donde algo tendrán que decir los campesinos,
y donde mucho tendrá que hacer la comunidad rural; un microcosmos aldeano
cuya convivencia nunca fue angélica y cuyas prácticas agrícolas están lejos de ser
inmaculadas, pero sin el cual es imposible enmendar el rumbo” (Bartra, 2003).
En cuanto a los suelos, se debe realizar levantamientos cartográficos a es-
calas mayores (1:50,000 y 1:20,000) para contar con un inventario más preciso del
recurso suelo, evaluar la pérdida de la cobertura vegetal en la región por prác-
ticas silvícolas y agropecuarias, adaptar las técnicas de análisis de suelos que
sean las más adecuadas para realizar las determinaciones químicas de los sue-
los tropicales, realizar estudios científicos multidiciplinarios en la zona, im-
plementar medidas de conservación para prevenir y detener la erosión, imple-
mentar medidas de uso eficiente del agua, promover convenios de investigación
específicos con las universidades, centros de investigación para el estudio de
la biodiversidad regional (usos y valor económico potencial, tanto en produc-
tos directos como transformados), sin menoscabo de los cultivos tradicionales
como el maíz y el frijol; debe haber una reorientación radical de los proyectos
agrícolas, ganaderos y pesqueros para que puedan participar en los nuevos mer-
cados locales y regionales, el inifap debe reorientar sus programas de investi-
gación para generar los paquetes tecnológicos hacia las especies ecológicamen-
te adaptadas a la región. Los verdaderos productores rurales deben ser los que
participen de manera directa en el diseño, planeación, ejecución y supervi-
sión de sus proyectos productivos; los productores rurales deben ser sujetos
de su propio desarrollo y no objetos del desarrollo; para esto, los agentes ex-
ternos deberán ser sólo facilitadores del cambio y no suplantar liderazgos ni
proponer proyectos impertinentes. En suma, en el aspecto social se deben prepa-
rar los cuadros técnicos para que tengan posibilidaes reales de insertarse en el
458
Capítulo 18. Geografía de suelos regional: Cordillera Centroamericana
mercado laboral del Programa Transístmico y lograr así el tan soñado desarro-
llo regional equitativo.
Por último, quiero cerrar el capítulo con la siguiente cita: “En la era de los
tratados comerciales y bloques económicos, bajo los dictámenes de la Orga-
nización Mundial de Comercio (omc) en la imposición de reglas únicas mun-
diales a los Estados y el nuevo papel que juegan las regiones en el contexto inter-
nacional alrededor del Istmo mexicano (y de la región entera) hay una
pregunta que siempre se repite: ¿los distintos actores están políticamente ma-
duros para establecer relaciones que permitan un desarrollo equitativo regio-
nal, dándole lugar a los más desfavorecidos, o en este caso, los pueblos indios y
los campesinos pobres aportarán mano de obra no calificada, territorios y re-
cursos naturales, y se quedarán con la miseria y el deterioro y abandonarán a
sus hijos en las calles?” (Rodríguez Nemesio, 2003). Al tiempo…
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Anexo
Geografía de suelos de México
462
Geografía de suelos de México
editado por la Facultad de Ciencias
de la Universidad Nacional Autónoma de México,
se terminó de imprimir el 17 de enero de 2012
en los talleres de Navegantes de la Comunicación Gráfica, S.A. de C.V.
Pascual Ortiz Rubio 40, San Simón Ticuman,
Benito Juárez, 03660, México, D.F.