Está en la página 1de 19

ESQUIZOANALISIS (versus Psicoanálisis)

Francisco José MARTINEZ MARTINEZ

La obra de DELEUZE tiene una de te se ve como un enemigo que hay


sus raíces principales en la relación que destruir (1). En cambio para DE­
crítica con el Psicoanálisis, no sólo en LEUZE el inconsciente no es algo ya
su monumental obra escrita con GUA­ existente, que debe ser reducido, sino
TARI, el Anti Edipo donde se contiene al contrario es «una sustancia que
su crítica al mismo: a lo largo de todos debe ser fabricada, un espacio social
sus escritos DELEUZE ha desarrollado y político que hay que conquistar» (2).
un replanteamiento de la temática El inconsciente es algo productivo y
Psicoanalítica; planteamiento en el no simplemente reproductivo. Por ejem­
cual si bien se admiten los principales plo, en cuanto al tema de los recuerdos
descubrimientos freudianos, como el infantiles, para DELEUZE el inconsciente
inconsciente, se los separa de su no se limita a reproducir dichos recuer­
exclusiva localización en la familia y dos, sino que produce bloques de
en el Edipo. DELEUZE y GUATARI poli­ devenir niño, formas de hacerse niño,
tizan, socializan, desfamiliarizan y des­ no simple reproducción de algo ya
edipizan el psicoanálisis, liberando dado, sino creación de algo nuevo, no
las potencialidades afirmativas del recuerdo mi niñez, sino que me hago
inconsciente restringido por los psi· niño ahora.
coanalistas ortodoxos al campo per­ Este aspecto represivo del Psicoaná­
sonal y familiar. lisis le ha visto muy bien FOUCAULT,
Para DELEUZE el Psicoanálisis orto­ para el cual el Psicoanálisis se presenta
doxo, por una parte anula todas las como el heredero de la Psiquiatría, con
producciones del deseo, y por otra la misión de hacer entrar en relaciones
parte aplasta todas las formaciones contractuales a la gente que estaba
de los enunciados. El deseo del in­ excluida de la sociedad, ya que la locura
consciente, plural y -.lultiforme, es colocaba fuera de cualquier contrato al
vertido por el psicoanálisis en el sujeto que la padecía. El contrato psi­
estrecho marco de la prohibición edi­ coanalítico, en cambio, permitía el
piana del incesto y además el Psi· acceso a la sociedad a todos estos
coanalista no permite hablar de otra casos de enfermos, o al menos algu­
cosa que de papá, mamá y yo. Traduce nos de ellos: de los neuróticos. Estas
todos los lenguajes: político, religio­ lagunas iniciales del Psicoanálisis no
so, económico, al monótono dialecto se han visto compensadas por la
familiar con lo cual cumple un doble actual visión estructura/ista del mis­
papel represor, sobre el deseo y los
enunciados. El Psicoanálisis ha des­
(1) Confróntese G. Deleuze y Claire Parnet, Con­
cubierto el inconsciente, pero para servaziani, Feltrinelli. Milano 1980. pág. 90.
anularlo, para destruirlo. El incoscien­ (2) Op. cito pág. 91.

24
mo. En efecto, el Psicoanálisis se basado en la trascendencia de la Ley y
presenta como interminable, cum­ que organiza elementos a nivel molar,
pliéndose uno de los temores de es decir, a nivel de las personas;
Freud; por otra parte, ha asumido una frente a ésto DELEUZE, propone un
función de masa, basado, ya no sólo plano de consistencia en el cual se
en una burocracia de notables, sino produzcan una confluencia de ele­
en una burocracia de masas. Asimis­ mentos independientes y productivos
mo, en el aspecto jurídico, se ha (las máquinas deseantes) en un plano
pasado del contrato a I estatuto, no ya de inmanencia, inmanencia del deseo
contrato psicoanalítico, sino funda­ frente a la trascendencia de la Ley, ya
mentación del estatuto del Psicoaná­ nivel molecular, es decir, de micro
lisis. Además se ha pasado como acontecimientos.
puntos centrales del análisis, de la Para DELEUZE el análisis del incons­
familia a la conyugalidad, de la paren­ ciente debe ser más una Geografía que
tela a la alianza, de los esquemas de una Historia, más una Topología que
filiación a los esquemas de contagio, un relato, con lo que se pone en
todo esto de acuerdo con la función relación con las nociones sincrónicas
de masa que ha adquirido el Psicoaná-· y ahistóricas propias del estructura­
lisis en la sociedad moderna (3). lismo. El Psicoanálisis puede no con­
Actualmente el Psicoanálisis ha tentarse con designar casos, con­
dejado de ser una ciencia experimen­ tar historias, significar complejos, sino
tal cercana a la Biología, para con­ que es antes geográfico que histórico,
vertirse en una axiomática, debido al distingue regiones diferentes (4). El
fuerte proceso de formalización y Psicoanálisis, por otra parte, enfoca
matematización que está sufriendo, mal el problema del deseo, ya que lo
como se puede ver en los últimos pone en relación con la carencia, o
pensamientos de LACA 1\1 sobre el ma­ con la Ley, es decir, en un caso lo
tema recogidos aquí por GÓMEZ PIN y considera como un vacío, como algo
ECHEVARRíA. Además pretende ocupar negativo, sin reconocer su papel afir­
el puesto la Filosofía como la lengua mativo, productivo, eminentemente
oficial de las Ciencias Humanas, en positivo, y en otro lo subordina a la
íntima conexión con la Lingüística y trascendencia de la Ley, que lo domi­
por otra parte aparece como el guar­ na desde fuera; en cambio, el deseo
dián de la honestidad pública y co­ es pura inmanencia y no acepta so­
labora con el poder en el manteni­ meterse a nada separado, exterior al
miento del orden social, en tanto en mismo, en segundo lugar se conside­
cuanto aparece como un elemento ra como una realidad natural o espon­
esencial del sistema de control de las tánea, con lo que se permanece liga­
producciones del deseo y de las enun­ do al biologisrno decimonónico y por
ciaciones, como decíamos antes. último lo relaciona con el placer, con
lo que se olvida que el deseo es pre­
Por todo lo anterior, el Psicoana­
lisis aparece como un plano de or­ personal que no está al nivel de la
ganización, estructural y genético,
(4) G. Deleuze. Opus Cit, pág. 119 Y también la
(3) G. Deleuze y Claire Parnet, Antra Conserva­ <<Lógica del sentido», Barra!. Barcelona 1971, pá­
zioné, Feltrinelli, Milano 1980, página 100. gina 124.

25
persona, sino a nivel molecular, de las continente y el contenido no tienen
máquinas deseantes y además el de­ un límite preciso, ambos se enclavan
seo más que buscar la irrupción brusca en una profundidad universal: frente a
del placer, busca la permanencia, la la superficie del perverso, la profun­
continuidad, en ellugarde la interrup­ didad sin I(mites del esquizofrénico.
ción que introduce el placer (5). Al romperse la superficie ya no hay
Después de presentar algunas de separación entre las palabras y las
las críticas que DELEUZE y GUATTARí cosas: el lenguaje esquizofrénico es
dirigen al Psicoanálisis y antes de aquél en el que la palabra pierde su
analizar su contribución más intere­ sentido (incorporal, como decían los
sante al tema: el concepto de máquina estoicos) y se liga a los cuerpos, se
deseante y el esquizoanálisis como hace física, produce efectos físicos al
alternativa al psicoanálisis, vamos a nivel de los cuerpos. Es un puro
ver algunas contribuciones de DELEU­ lenguaje de afectos. Este lenguaje
ZE al tema de la Esquizofrenia, a la físico que produce efectos físicos se
distinción entre sadismo y masoquis­ relaciona con algunos ritos de los
mo y su análisis de la repetición y las gurmanchés en los cuales las inscrip­
series. ciones realizadas en una calabaza,
DELEUZE aborda el problema de la que se pone en contacto con el
esquizofrenia en «La lógica del senti­ vientre de la muchacha que se va a
do» donde analiza la obra de ARTAUD y casar, tendrán el efecto de hacerla
la compara con la de CARROLL. Para capaz de concebir un hijo (7) y también
DELEUZE, en ARTAUD se presenta el con los efectos mágicos que tienen
lenguaje de la esquizofrenia como un las suras del Corán escritos en papel
lenguaje de las profundidades, frente que se disuelve en agua y que son
al lenguaje superficial del perverso bebidos directamente por los enfer­
ejemplificado en LEWIS CARROLL. Los mos, como hacen algunos musulma­
problemas planteados por el esquizo­ nes negros.
frénico son aquellos relacionados con La palabra esquizofrénica se divide
el sufrimiento, la vida y la muerte. La en dos: una palabra-pasión, basada
esquizofrenia aparece como el resul­ en los valores fonéticos, que tiene
tado de la explosión de las superfi­ por referencia el cuerpo troceado,
cies, como se ve en las tres moda­ dividido, escindido, y una palabra-ac­
lidades que presenta el cuerpo esqui­ ción que suelda los valores tónicos
zofrénico: cuerpo colador, cuerpo di­ inarticulados y que se refiere al cuer­
vidido y cuerpo disociado (6). Para po sin órganos, pura masa indiferen­
el esquizofrénico, ARTAUD, ya no hay ciada que es la negación del organismo
superficie, el interior y el exterior, el y cuyo descubrimiento debemos a
ARTAUD: «sin lengua, sin boca, sin
(5) Confróntese Rene Nelll, «L 'Erotique des Trou­ dientes, sin laringe, sin exófago, sin
vadours» 10.18, donde se analiza el amor cortés estómago, sin vientre».
como algo basado en la inmanencia del deseo que
difiere continuamente la Irrupción disolvente del DELEUZE enfrenta ARTAUD a CARROLL,
placer. Igualmente «Mi//e Plateaux», pág. 193, 194,
(6) G. Deleuze, «La lógica del sentido». Barral,
Barcelona 1970, pág. 116, se refiere al «Inscons­ (7) Citado en «El Anti-Edipo». Barral, Barcelona
ciente» Freud en «Metapsicologia». 73, pág. 195.

26
como el orden primario esquizofréni­ que es el tiempo de las mezclas de los
co, en el que sólo hay dualidad entre cuerpos, presente regulado y medido.
las acciones y las pasiones de los A este buen Granos, celeste, se
cuerpos y la organización secundaria opone un devenir loco de las profun­
de superficie, que separa y articula a didades, un Granos-Saturno que se
la vez los cuerpos físicos y las pala­ opone a Zeus, pero este otro Granos no
bras sonoras, gracias a una superficie es el tiempo perverso; éste se presenta
incorpórea, la su perfic ie del sentido, más bien como Aion, c.omo un futuro
(ellepton estóico). «El sentido resulta y un pasado que dividen hasta el
sin duda de las acciones y pasiones infinito, continuamente al presente,
del cuerpo, pero es un resultado, que, como un instante sin espesor y sin
difiere por su naturaleza, pues no es, extensión, como un Aion superficial,
él mismo, ni acción, ni pasión y Hércules, que se opone al Granos
guarda el lenguaje sonoro de toda bueno, Zeus y al Granos malo, Sa­
confusión con el cuerpo físico» (8). turno.
Para DELEUZE los polos esquizofré­ Esta visión del tiempo, lo conside­
nicos de las profundidades no tienen ra como el lugar de los acontecimien­
nada que ver con las series superficia­ tos incorporales, superficiales, abier­
les perversas; igualmente los dos tos a los dos infinitos, el pasado y el
tipos de sin sentido son diferentes: porvenir, pero también limitado como
hay un sin sentido de superficie, que el instante; tiempo de los efectos y no
distribuye el sentido entre las series, de las acciones y pasiones corpora­
como se ve en las palabras que les; línea recta ilimitada y no eterno
construye GARROLL y hay un sin senti­ retorno circular; línea siempre reco­
do de las profundidades que lo hunde rrida por el instante que, como decía
y absorbe todo. Platón, es atópico, sin lugar.
Tampoco es igual el tratamiento de Este es el tiempo perverso de la
la grieta, superficial como se ve en las superficie frente al cronos malo de las
novelas de FITZGERALD y LOWRY, ex­ profundidades, tiempo esquizofréni­
presada en el alcoholismo, y la inmer­ co fundamental.
sión de esta grieta en el espesor de DELEUZE afirma que la teoría psico­
los cuerpos y su transformación en analítica de la esquizofrenia siempre
una espaltung, en una escisión pro­ hCl sido parcial; hasta MELANIE KLEII'J,
funda, como sucede en ARTAUD (9). que ha sido la más perspicaz en este
Por último, tampoco es igual la campo, no se ha planteado el proble­
visión del tiempo en la profundidad ma fundamental del cuerpo sin órga­
esquizofrénica y la superficie perver­ nos esquizofrénico. En su «Psicoaná­
sa. Por una parte, tenernos el tiempo lisis infantil», MELANIE KLEIN muestra
como Granos, es decir, como un la escisión del objeto en bueno y malo
presente que reabsorbe el pasado y el y afirma que lo bueno es lo íntegro,
futuro, como un presente corporal, lo completo, frente a lo malo que es lo
troceado, lo separado. Pero lo que no
capta MELANIE KLEIN es que lo que la
(8) «Lógica del sentido». págs. 121-122.
(9) «Lógica del sentido». «porcelana y volcán». posición esquizoide opone a los obje­
págs. 196-207 «Zola y la Grieta», págs. 407-409. tos parciales malos introyectados y

27
proyectados no es un objeto bueno, Por último en las pOSICiones ma­
sino un organismo sin partes, un níacas se produce un retiro impasible,
cuerpo sin órganos, sin boca y sin a las alturas, separado por igual de la
ano, que ha renunciado a toda intro­ acción y la pasión, mientras que la
yección o proyección y sólo así es esquizofrenia se basa en las acciones
completo. Aquí se constituye la ten­ y las pasiones de los objetos; por
sión entre dos profundidades, una último, la primera posición, es maso­
múltiple, troceada, formada por los qu ista y la segunda es sádica.
innumerables objetos parciales y otra Después de estos análisis de las
profundidad llena, maciza: el cuerpo dos posiciones fundamentales de ME­
sin órganos, y así el objeto bueno, LANIE KLEIN, DELEUZE hace un estudio
toma sobre sí los dos polos esquizoi­ de la noción de parcialidad, en sus
des, el de los objetos parciales, acti­ dos sentidos de estado de los objetos
vos y el del cuerpo sin órganos, que le introyectados y de zonas del cuerpo.
transmite la integridad, como aqué­ DELEUZE parte de que las nociones de
llos le transmiten su fuerza, su ener­ estadio y zona no coinciden en el
gía. Este objeto bueno, al trasladarse Psicoanálisis: «un estadio se carac­
a las alturas, se constituye en el polo teriza por un tipo de actividad que se
paranoico y se mostrará como perdi­ asimila a otras actividades y realiza
do, como ausente, como organizador sobre talo cual modo una mezcla de
de un mundo desde las alturas. Re­ las pulsiones», en cambio «la zona
cuérdese el presidente Schreber que . representa un cierto aislamiento de
recibía voces de Dios, es decir, del un territorio» (10). DELEUZE define una
objeto bueno, perdido, ausente que tercera posición, sexual-perversa, que
habla desde lo alto. es distinta de la ascendente depresi­
Con esto podemos esbozar ya la va y de la subversión esquizofrénica.
oposición que se presenta entre estas Esta posición es superficial y se basa
dos posiciones fundamentales, la en las zonas erógenas, las cua Ies se
maníaco-depresiva y la paranoide-es­ definen como «la formación dinámica
quizoide. La primera se funda en un de un espacio de superficie alrededor
mundo de ídolos, en las alturas, mien­ de una singularidad constituída por el
tras que la segunda se constituye orificio y prolongable en todas las
como un mundo de simulacros en la direcciones, hasta las inmediaciones
superficie terrestre. Los mecanismos de otra zona dependiente a su vez de
maníacos son fundamentalmente de otra singularidad (... ) «cada zona eró­
identificación, mientras que la para­ gena es inseparable de uno o varios
noia y la esquizofrenia se basan en la puntos singulares, de un desarrollo
proyección y en la introyección. seriado, definido alrededor de la sin­
En la primera posición existe una gularidad, de una pulsión que invade
doble identificación del yo con los este territorio, de un objeto parcial
objetos internos y el objeto bueno de proyectado sobre el territorio, como
las alturas; en cambio, en las posicio­
nes paranoide-esquizoide se produce
una separación entre los objetos in­ (10) «Lógica del sentido» pág. 129 Y siguientes,
además sobre la génesis de las zonas erógenas y su
ternos parciales, introy-ectados y pro­ relaCión con la inscripción, confróntese, Leclaire,
yectados y el cuerpo sin órganos. «Psicoanalizan>, siglo XXI, Méjico 1970.

28
objeto de satisfacción (imagen), de pacificador de tipo herculiano, es
un observador o de un yo ligado al decir, ligado a la superficie y que ha
territorio y que experimenta la satis­ derrotado la amenaza de las profun­
facción; de un modo de empalme con didades (la Esfinge) y ha conjurado
las otras zonas». las potencias celestes de las alturas y
Vemos aquí, pues, cómo introduce se limita a la superficie. Portado ello,
la sexualidad DELEUZE: como el domi­ en esta fase fálica edipiana, el falo
nio de la superficie corporal dividida aparece como un objeto que traza una
en las distintas zonas de influencia de línea en la superficie, cuyo objeto
cada objeto singular, pene, pecho, consiste en unir todas las zonas eró­
ano, boca, etc. Aparece la sexualidad, genas bajo la supremacía de la zona
pues, como perversión, como poli­ genital y ligar las superficies parcia­
morfismo, antes de producirse la uni­ les aisladas en una sola superficie
ficación genital. Cada zona erógena corporal. En cuanto a los padres en
tiene su propio modo de satisfacción, esta fase, la madre aparece como un
independiente de los demás, tiene un cuerpo herido que reparar y el padre
sentido superficial, pero también ener­ como un objeto bueno que hay que
gético, la pulsión. Organiza el espacio, hacer volver.
en una zona de influencia que se
En este sentido, este falo, consi­
extiende a partir del punto singular,
derado como imagen superficial, se
orificio, en el que reside el centro
distingue del pene de las profundida­
energético y topológico de la zona.
des, castrador y devorador, y del pene
DELEUZE distingue aquí entre los de las alturas, frustador y privador.
objetos parciales internos, introyec­ Este Edipo superficial aparece carga­
tados y proyectados (simulacro), y el do de buenas intenciones, se encuen­
objeto de superficie proyectado so­ tra amenazado por las profundidades
bre una zona erógena, como imagen y por las alturas; este enemigo de las
(fantasma), entre la subversión esqui­ alturas será el super-yo, que aparece
zofrénica que proviene de las profun­ como un objeto bueno y condena las
didades y la perversión, inseparable expulsiones libidinales. El Edipo su­
de las superficies. ARTAUD y CARROLL pone un descubrimiento que impide
de nuevo, el esquizofrénico y el per­ la realización de las buenas inten­
verso. ciones; el descubrimiento de la ca­
Después de esta introducción de la rencia de pene en la madre, descubri­
sexualidad predipiana, DELEUZE nos miento del cuerpo herido materno
presenta una noción de Edipo como como cuerpo castrado; y este descu­
imagen superficial, en el que el falo, brimiento amenaza al niño, ya que
como imagen proyectada sobre la significa que el pene es propiedad del
zona genital no es un instrumento padre y que al querer su vuelta le
agresivo, sino un instrumento de su­ traiciona y lo mata, igual que al querer
perficie destinado a reparar las heri­ reparar a la madre, la ha castrado.
das que las pulsiones destructoras «La castración, la muerte por castra­
han producido en el cuerpo materno y ción, aparece entonces como destino
a convencer al objeto bueno de que del niño, reflejada por la madre en
vuelva. Edipo aparece como un héroe esta angustia que el niño presenta

29
ahora, inflingida por el padre en esta En esta formación del pensamiento,
culpabilidad que el niño sufre ahora tiene gran importancia el análisis de la
como signo de venganza». noción de fantasma, que para DELEUZE
presenta tres caracteres fundamenta­
Pero la historia no se detiene ahí, les: en primer lugar, el fantasma no
«con Edipo, se obtiene la categoría representa una acción ni una pasión,
ética de la intención» y esto hace que sino un resuitado de acción y de pa­
podamos comprender a Edipo como sión, es decir, un puro acontecimiento;
tragedia de la apariencia, como algo aquí DELEUZE hace una crítica a LACAN
ligado esencialmente a la noción de al afirmar que la distinción pertinente
Imagen. En efecto, en Edipo, la acción no es la que existe entre lo imaginario y
querida, la reparación de la madre y la lo real, sino la que se da entre el
vuelta del padre, es negada, suprimi­ acontecimiento incorporal como tal y
da por lo que realmente se ha hecho, y el estado de cosas corporal en que
además la acción realmente hecha es tiene lugar. En segundo lugar el fan­
denegada por quien la ha hecho, que tasma se sitúa respecto al yo de tal
rechaza toda responsabilidad. Se pro­ manera que, en el mismo, el «yo» se
duce u na dua Iidad, u na doble pro­ abre a la superficie y libera las sin­
yección de la acción, por una parte gularidades impersonales y pre-indivi­
sobre la superficie sexual y física, duales que atesoraba (las máquinas
por otra sobre la superficie metafísica, desea ntes).
cerebral, sobre el pensamiento. La
Por último, el fantasma aparece re­
denegación (no es ésto lo que yo
lacionado con el verbo en infinitivo, ya
quería) aparece como el mecanismo
que el infinitivo es la manera de de­
que permite el paso de la superficie
signar el puro acontecimiento que ex­
física, donde la imagen de la acción
presa el fantasma. Vemos pues, que
aparece como reparación de la madre
para DELEUZE, el fantasma es un fe­
y evocación del padre, a la superficie
nómeno de superficie, ligado a los
metafísica, donde la acción aparece
acontecimientos, a la singularidad pre­
como producida y no querida, como
individuales y al verbo en infinitivo. Es
muerte y castración. Vemos, pues, la
interesante tener en cuenta que aquí
relación existente entre este mecanis­
DELEUZE defiende que el psicoanálisis
mo de denegación y la formación del
se muestra como una ciencia de los
pensamiento, la muerte y la castración
acontecimientos, que FREUD solamen­
por una parte, intervienen en la liqui­
te nos habla de acontecimientos: muer­
dación del complejo de Edipo, pero por
te, incesto, castración. Estos aconte­
otra están en el origen de la energía
cimientos no son algo cuyo sentido
desexualizada que da lugar por su­ haya que buscar (negac ión del psi­
blimación al pensamiento. Con esto
coanálisis como interpretación), ya que
llegamos a la relación que existe entre
el acontecimiento es el mismo sentido,
el instinto de muerte, Thánatos, y el
que se desprende y distingue de
pensamiento, la especulación, que tra­
los estados de cosas en que tiene
ta FREUD en el «yo» y el «ello». Para
lugar (11).
FREUD existe una energía neutra, de­
sexual izada, que es capaz ~e despla­
zarse y convertir Eros en Thánatos. (11) «Lógica del sentido», págs. 268-269.

30
El fantasma es algo enormemente niana del orígen de la psicosis, como
movible, se encuentra en la superficie, ruptura, forclusión, creación de aguje­
entre lo consciente y lo inconsciente y ros, que impiden el acceso al orden de
además está referido siempre al ongen, lo simbólico, la superficie metafísica
siempre es fantasma originario. El ori­ deleuziana).
gen del fantasma lo sitúa DELEUZE en la
Por último las neurosis ocuparían
herida narcisista, en la cicatriz de la
lugar intermedio entre estas dos po­
castración. ~
siciones debido al carácter ambiguo
Esta relación del fantasma con la
castración se basa en que ésta cambia del Edipo.
la líbido narcisista en energía neutra A continuación vamos a analizar la
desexualizada, que permite la consti­ noción de serie que utiliza DELEUZE y
tución de una superficie metafísica, en los distintos tipos de serie que distingue.
la cual puede desarrollarse el fantasma. Hay tres tipos de series, en primer
Este define su fórmula como: «de la lugar, las series conectivas, que dan
pareja sexuada al pensamiento por la lugar a síntesis de sucesión y que se
intermediación de la castración». Gra­ pueden ejemplificar en las zonas eró­
cias a la casúación se puede producir genas de la sexualidad pre-genital,
la sublimación, que aparece como el «cada una se organiza en una serie que
orígen del pensamiento y la simbo­ converge alrededor de una singulari­
lización, operación propia del pensa­ dad representada lo más a menudo por
miento, e~ cual aparece como la me-o un orificio rodeado de mucosa».
tamorfosis del sexo, y así el fantasma En segundo lugar aparecen las series
aparece como el proceso mediante el convergentes, que son series hetero­
cual se constituye lo incorporal, el géneas, que dan lugar a síntesis de
acontecimiento. coexistencia y coordinación, ~ sea a la
La castraéión, pues, se muestra como conjunción de dichas series.
aquello que permite el paso de la
superficie corporal de la sexualidad a la Esta convergencia se simplifica en
superficie metafísica del pensamiento la prolongación de cada serie asociada
y así comparte el papel mediador con a una zona erógena y su coordinación
la propia superficie sexual, que aparece por la zona genital y el falo como
como intermediaria entre la profun­ imagen proyectada por dicha zona.
didad física y la superficie metafísica. El Por último tenemos unas series he­
destino de la sexualidad, dibuja varias terogéneas divergentes que dan lugar a
posibilidades; y si la sexualidad se síntesis disyuntivas. Estas son las se­
proyecta correctamente y se constituye ries edipianas, en las que tiene lugar la
a partir de la castración la superficie resonancia, entre una serie pregenital y
metafísica, entonces estamos ante la otra edipiana. Esta síntesis está en el
sublimación lograda; si, por el con­ orígen de la teona freudiana del trau­
trario, la superficie sexual se rompe y la matismo, en el cual se produce una
grieta superficial se convierte en la resonancia al ponerse en relación dos
Spaltung de las profundidades y no acontecimientos, uno infantil y otro
se puede constituir la superficie metafí­ adulto. Aquí el falo aparece como algo
sica, nos encontramos ante la psicosis; ambiguo, corno la oscilación entre un
(compárese aquí con la teoría laca­ exceso (en el padre) y una carencia

31
(en la madre), el falo es el elemento jetos parciales, y además son objetos
paradójico, la casilla vacía que pone en que nunca están presentes, pertene­
funcionamiento todo el sistema, sin cen esencialmente al pasado, consti­
pertenecer propiamente a él, el ele­ tuyen el pasado puro, están ligados al
mento que hace resonar las dos series, fantasma, y por tanto a un orígen que
la pregenital y la edipiana. Aquí la nunca fue real, a un tiempo que nunca
forma serial no es ya una continuidad o fue presente, sino que ha sido objeto
una convergencia, sino una ramifica­ de una reconstrucción y aquí enla­
ción continuada de las series diver­ zamos con la teoría de la Nachtra­
gentes que entran en una síntesis glichkeit lacaniana y con la idea de que
disyuntiva bajo el dominio del objeto no hay orígen de fantasma, sino fan­
igual a X, el falo, que se desplaza tasma en los orígenes, como nos dicen
constantemente por ellas. LAPLANCHE y PONTALlS.

Esta teoría de las series en DELEUZE, El objeto virtual es lo que nunca se


remite al tratamiento dado por LACAN a encuentra en su sitio, es la carta robada
las series, especialmente en el «Se­ de POE, el objeto igual a X, que cons­
minario, sobre la carta robada» y «El tantemente difiere de sí mismo, no se
mito individual del neurótico», donde encuentra nada más que como per­
LACAN analiza el caso freudiano del dido, no existe nada más que como
hombre de las ratas. En relación con reencontrado. La existencia de los ob­
las series se encuentra el problema de jetos virtuales, nos lleva a preguntar­
las síntesis que se producen entre ellas nos si la repetición en el psicoaná­
y la repetición que las hace aparecer lisis se puede concebir como el paso
una y otra vez. No hay series sin de un presente a otro, dentro de una
síntesis entre ellas y sin repetición de serie real, o más bien habrá que inter­
sus elementos. ParQ DELEUZE el «yo» pretarla como la coexistencia de dos
activo aparece como una integración series reales, en relación con un objeto
de los innumerables «yos» pasivos, virtua 1de otra naturaleza. Aquí DELEUZE
ligados a las zonas erógenas, que son critica la noción de repetición en el
contemplativos y lugares de placer. La psicoanálisis por ser realista, ya que
síntesis activa que da lugar al «yo» para dicha teoría la repetición siempre
supone y se funda en la coordinación y pasa entre estados presentes; mate­
unificación de las síntesis pasivas pre­ rialistas, porque se basa en un modelo
cedentes. En el mundo infantil, en el de repetición automática y por último
estadio narcista aparecen dos polos: subjetivista porque se considera que el
por una parte están los objetos reales presente antiguo, es decir, el elemento
correlatos de las síntesis activas, y repetido y el presente nuevo, son sólo
campo en el que se desarrolla y actúa representaciones del subjeto, sean in­
el «yo», relacionados con las pulsiones conscientes o conscientes, latentes o
de conservación y además los objetos manifiestas, rechazantes o rechazadas
virtuales, producto de una síntesis pa­ (12).
siva, objetos parciales de las zonas
erógenas, objetos de las pulsiones
sexuales. Estos objetos virtuales, des­ (12) G. Deleuze «Difference et repetition» PUF,
cubrimiento del psicoanálisis, son ob­ París 1968, pago 173 Y siguientes.

32
Frente a esta noción de la repetición elemento a lo que fundamenta y por
DELEUZE presenta la suya como simbó­ otra parte está separada de lo fun­
lica, es decir, organizada por un objeto damentado. Precisamente esta ambi­
virtual; espiritual e intersubjetiva, en güedad entre el carácter esencialmen­
ella no hay serie original y serie de­ te perdido de los objetos virtuales y el
rivada, no hay repetición derivada de carácter esencialmente disfrazado de
un ~érmino original ya dado: las dos los objetos reales es lo que funda el
series se constituyen y se regulan por narcisismo, el ego narcisista; este «yo»
el juego del elemento paradójico, del narcista se repite de tres maneras
objeto virtual, y además, las imágenes distintas: según el antes, la falta, es
parentales en la repetición no son decir a la manera del ello; según el
términos últimos de un sujeto, sino devenir infinito propio del yo ideal y por
términos medios de una intersubje­ último segl~Jn el modelo del después,
tividad definida por la coexistencia de que es del super «yo». Este «yo» nar­
las dos series. No hay algo original, cisista está esencialmente relacionado
enmascarado, disfrazado, sino másca­ con la forma vacía del tiempo; preci­
ra y disfraz hasta el infinito. samente, la grieta del «yo», constituye
el tiempo como forma vacía y pura,
Esta repetición nos lleva a una no­
como pura fórmula.
ción de Inconsciente, que aparece
como diferencial e iterativo, serial, pro­ Por último tenemos la tercera sín­
blemático y cuestionador. Está cons­ tesis, aquélla que une a un yo narcisista
tituido por series unidas, por sus di­ sin memoria, y a un instinto de muerte,
ferencias que se repiten y su estatuto sin amor, desexualizado.
es el de lo problemático, no la ne­ Podemos concluir diciendo que las
gación, ni la afirmación, sino la pre­ tres síntesis del inconsciente nos re­
gunta, el problema. miten a las tres fundamentales igno­
Este inconsciente aparece basado rancias del mismo: en efecto, el in­
en tres síntesis, la primera síntesis consciente ignora el no, porque vive
pasiva, el hábito, la costumbre, es decir del no-ser de lo problemático y lo
la repetición como lazo con un pre­ interrogativo; ignora la muerte porque
sente vivo que asegura la fundación del toda representación de la muerte se
principio del placer; segunda síntesis, basa en la desaparición del «yo» y en
eros- rJfinemosyne, es decir, la repetición cambio el inconsciente se basa en la
como desplazamiento y disfraz que otra cara, las diferencias libres no so­
funciona como fundamento del prin­ metidas a la tiranía de un «yo», en un
cipio del placer. Aquí el principio del aspecto impersonal de la muerte con­
placer, por una parte sobrepasa la cebida como puro acontecimiento (14);
primera síntesis pasiva hacia una sín­ ignora el tiempo porque no está so­
tesis del «yo» activo, y por otra se metido a los contenidos de un pre­
hunde en una segunda síntesis pasiva sente real, sino a un tiempo original,
que recoge la satisfacción narcisista y pasado, puro, nunca presente. Por otra
la conduce a la contemplación de los parte las tres síntesis expresan, en
objetos virtuales. Esta síntesis erótica
(13) «Dif et rep », pág. 143.
es ambigua, como todo fundamento,
(14) Cf. Maurice Blanchot. «L espace Litteraire»,
ya que por una parte pertenece como N. R. F., 1955.

33
primer lugar la fundación del tiempo del neurótico. DElEUZE afirma y con
sobre un presente vivo, fundación que esto pasamos a SADE y MASOCH que
da valor al placer como algo que cons­ éstos «hacen una novela-obra de arte,
tituye el ello; la segunda síntesis ex­ de lo que los sádicos o los masoquistas
presa la fundamentación del tiempo en hacen simplemente una novela neuró­
un pasado puro, que condiciona la tica y familiar, aunque la escriban».
aplicación de principio del placer, al
En primer lugar hay que partir de las
«yo»; y la tercera síntesis designa lo sin
funciones que el lenguaje y especial­
fondo, a donde nos precipita el mismo
mente el lenguaje erótico tienen en
fundamento, el Thánatos. En resumen:
SADE y MASOCH (18). Inicialmente el
fundación del hábito, fundamento del
lenguaje erótico aparece como un len­
«yo» lo sin fondo del Thánatos (15).
guaje imperativo y no sólo descriptivo,
Otro de los análisis sectoriales im­ pero para SADE el lenguaje tiene además
portantes que lleva a cabo DElEUZE en la función demostrativa y racional,
el campo del psicoanálisis es el re­ mientras que para MASOCH, el lenguaje
lacionado con el masoquismo y su es dialéctico, imaginativo. SADE aspira
relación con el sadismo. Para DElEUZE a demostrar que el razonamiento en sí
existe una relación estrecha entre la mismo es ya una violencia; además en
crítica literaria como arte de las con­ SADE hay que distinguir entre un ele­
junciones y la clínica como arte de las mento personal, necesariamente finito
declinaciones, pero considerando una y limitado, basado en la descripción de
clínica sin lingüística ni significación las violencias del libertino, como gus­
(16). tos personales, y un elemento imper­
En relación con CARROl, dice que el sonal que identifica la violencia im­
psicoanálisis de los artistas y literatos personal con una idea de la razón pura.
tal como se lleva a cabo tradicional­ SADE pasa del mal finito y realizado a
mente, es decir, considerándolos como una idea de mal infinito e irrealizable,
enfermos, no sirve para nada, ya que que aparece como ideal regulativo. El
«los escritores, si son grandes, están sadismo aparece como racional, como
más próximos a un Médico que a un espinocista, ligado a la institución, a la
enfermo; ellos mismos se convierten Ley, a la minuciosidad de las reglas; en
en asombrosos diagnosticadores, asom­ cambio el masoquismo es imaginativo,
brosos sintomatólogos» (17). El ar­ platónico, dialéctic.o, basado en pac­
tista no es sólo un enfermo, sino tos, con una aspiración pedagógica, un
también un Médico de la civilización, intento de convencer más que de so­
en él se produce el paso de la super­ meter. Si se analiza el papel de las
ficie física, en la que operan los sín­ descripciones eróticas en SADE y MA­
tomas a una superficie metafísica en la SOCH, se ve que SADE las utiliza de
que se produce el acontecimiento. forma repetitiva, como paso de una
Esto es lo que distingue la novela, demostración, en cambio MASOCH, las
como obra de arte, de la novela familiar deja en suspenso, se limita a la insi­
nuación.

(15) «Dif et rep'» , págs. 150-153.

(1 ~ «Conversazioni». pág. 139.


(18) G. Deleuze, «Présentation de Sache-Ma­
(17) «Lógica del sentido», pág. 302. soch», 10/18 París, 1967, pág. 13 Y siguientes.

34
Pasando al papel de las figuras turaleza como una potencia original y
parentales, en relación con SADE y anárquica que va más allá de sus
MASOCH (19), vemos que en MASOCH, propias leyes.
aparecen tres tipos de figuras feme­ Decíamos antes que había un ele­
ninas, la hetaira pagana generadora de mento estético importante en MASOCH,
desorden, la mujer sádica a la que el cual rmJestra el masoquismo como el
gusta el hacer sufrir y entre ambas la arte de la espera y del suspense, en el
mujer verdugo, fría, maternal, severa, cual el placer es aquello que llega
como la madre naturaleza. Este ideal siempre tarde y el dolor, es el paso
masoquista, de frialdad, se opone a la previo y necesario para la llegada del
apatía sádica ya que ésta se ejerce placer. «La negación, el suspense, la
contra el sentimiento y el entusiasmo y espera, el fetichismo y el fantasma,
se basa en la pura razón, mientras que forman la constelación masoquista».
la frialdad de MASOCH no niega el Lo real es rechazado y pasa al fan­
sentimiento, sino que se opone a la tasma, el cual se nos muestra como
sensualidad, desde una sentimentali­ una unidad ideal-real, fijado sobre un
dad helada y glacial. fetiche. También a nivel político hay
Volviendo al tema de la madre, oposición entre SADE y MASOCH; el
vemos que el elemento propio del primero se basa en la institución como
masoquismo es la madre oral, como cn'tica absoluta del contrato y de la ley,
«ideal de frialdad, de solicitud y de el segundo en cambio está basado en
muerte, entre la madre uterina y la el contrato, en la ley. Para MASOCH es
madre edipiana». En cuanto al papel el contrato, la ley, lo que nos hace
del padre, en MASOCH aparece diluído, pasar de la naturaleza a la cultura, hay
transferido simbólicamente a las imá­ mucho culturalismo, mucha estética en
genes femeninas, anulado. El padre MASOCH; mientras que SADE intenta
está eliminado en favor de la madre construir un mecanismo en movimien­
oral, de la buena madre y sólo retorna to perpetuo, basado en unas institu­
de forma é;llucinatoria, en la forma del ciones, que hagan las leyes inútiles,
tercero, del otro, que aparece como que eliminen, al final, todas las leyes.
feminizado, transvertido, como idea­ En relación con la ley, hay dos
lizado y como sádico, como el gran maneras de subvertirla: desde el punto
peligro para el masoquista, el cual ve de vista de su principio y desde el
que el padre es rechazado en el nivel punto de vista de sus consecuencias;
simbólico aparece alucinatoriamente SADE subvierte la ley de manera iróni­
en el orden real. Precisamente el ma­ ca, llevándola hacia un principio más
soquista intenta compensar la apari­ alto, que a la postre la hace inútil;
ción del padre, mediante el contrato. MASOCH en cambio, lleva la ley, de
Frente a esto el sadismo supone la forma humorística, hasta sus últimas
negación activa de la madre, su eli­ consecuencias.
minación y la inflación del padre, como
Por último, apuntemos que el triunfo
aquello que está por encima de la Ley.
irónico del sadismo concede una gran
En SADE, el padre representa la na­
importancia al super yo, con el que el
yo se identifica. El sádico, irónico,
(19) «Présentation», pág. 46 Y sigUientes. proyecta fuera su yo disuelto y al

35
mismo tiempo, vive el exterior, lo que Con esto pasamos a la aportación
tortura, como su único yo; en cambio fundamental de DELEUZE y GUATTARI, al
el humor masoquista supone el triunfo proceso de la elaboración de una psi­
del yo, sobre el super yo, unido a quiatría materialista: la noción de pro­
un proceso místico de idealización, en ceso maquínico y de máquina desean­
el cual, la imagen de la madre le sirve te y el esquizoanálisis como alternativa
para producir un yo ideal, como ideal «psicoanálisis». Para nuestros dos au­
narcisista. En cambio, el sadismo con­ tores no hay distinción entre hombre y
siste en un movimiento especulativo y naturaleza, entre lo natural y lo arti­
racional de identificación en el que la ficial, sólo existe un único proceso
figura paterna aparece como un super maquínico, en el que hombres y má­
yo, como un ideal del yo, no nar­ quinas se encuentran uni<;ios.
cisista, (LAGACHE).
Por otra parte DELEUZE y GUATTARI
Resumimos las diferencias entre sa­ basan todo este proceso maquínico, en
dismo y masoquismo, no solamente la noción central de produción: todo es
como síndromes críticos sino también producción, existe una producción de
como síndromes críticos, sino también producción, una producción de registro
giendo la identidad apuntada antes y una producción de consumo. En este
entre clínica y crítica: «la facultad es­ proceso productivo y maquínico es
peculativa-demostrativa del sadismo; donde se produce la esquizofrenia, que
la facultad dialéctica- imaginativa del consiste en dicho universo de má­
masoquismo; lo negativo y la negación quinas deseantes productoras y repro­
en el sadismo, la denegación y el ductoras. Este polo positivo, producti­
suspense en el masoquismo; la reite­ vo, constituído por las máquinas de­
ración cuantitativa, el suspense cuali­ seantes, se ve reprimido por un prin­
tativo; el masoquismo propio al sa­ cipio de anti-producción que DELEUZE,
dismo, el sadismo propio al maso­ siguiendo a ARTAUD, llama el cuerpo
quismo, el uno no combinándose jamás sin órganos (21); precisamente esta
con el otro; la negación de la madre y la represión de las máquinas deseantes
inflación del padre en el sadismo, la por el cuerpo sin órganos es lo que
denegación de la madre y la aniqui­ constituye para DELEUZE la represión
lación del padre en el masoquismo; la originaria. DELEUZE relaciona aquí las
oposición del papel y del sentido del tres clases de producción con los tres
fetiche en los dos casos y lo mismo tipos de síntesis y con tres tipos de
para el fantasma; el antiesteticismo del máquinas deseantes: por una parte,
sadismo, el esteticismo del masoquis­ hay una producción de producción li­
mo, el sentido institucional de uno, el gada a la síntesis conectiva o de aco­
sentido contractual del otro; el super piamiento, expresada por la fórmula «y
yo y la identificación en el sadismo, el o además», y que corresponde a la
yo y la idealización en el masoquismo; máquina paranóica; después está la
las dos formas opuestas de desexua­ producción de registro, sintetizada por
lización y de resexualización, la di­ la síntesis disyuntiva, «ya, ya» y que
ferencia radical, entre la apatía sádica y
el frío masoquista» (20).
(21) Sobre el cuerpo sin órganos. Cf. en «Mille
Plateaux» «Comment se faire un corps sans organes?»
(20) «Présentatiom>, págs. 133-134. págs. 185-205.

36
corresponde a la máquina milagrosa, produce lo real y no el fantasma; aquí
numen. Aquí DELEUZE recuerda que en DELEUZE critica la ambigüedad laca­
KANT, Dios aparece como el principio niana sobre el deseo, ya que por una
del razonamiento disyuntivo; por últi­ parte el pequeño objeto «a» aparece
mo la producción de consumo produce como una máquina deseante, como
la síntesis conjuntiva, «luego, es» y se algo que define al deseo como pro­
relaciona con la máquina célibe, la cual ducción rea 1, pero por otra parte la
produce un sujeto como resto, como importancia concedida al gran Otro, al
residuo, descentrado y que está al lado significante despótico, como símbolo
de las máquinas. Vemos pues las tres de la castración y de la carencia,
figuras de la metafísica occidental, introduce la idea del deseo, como
mundo, Dios y yo, recogidas aquí por carencia, como falta. Frente a la idea de
DELEUZE y puestas en relación con las la exterioridad del deseo y la sociedad,
tres fórmulas de la producción. A estas DELEUZE afirma que el campo social
alturas podemos ver ya algunas de las está inmediatamente recorrido por el
exigencias de una psiquiatría mate­ deseo y que la líbido no necesita
rialista (22); por una parte intenta in­ ninguna mediación ni sublimación para
troducir el deseo en un mecanismo cargar las fuerzas productivas en las
productivo, social, y por otra introduce relaciones de producción; el deseo
la producción en el deseo; precisa­ pertenece a la infraestructura, no es
mente, con este planteamiento DELEUZE algo imaginario ligado al fantasma su­
y GUATIARI logran la perfecta síntesis per- estructural.
entre freudismo (deseo) y marxismo Volviendo al tema de la máquina
(producción), que los psicoanalistas no deseante (23), hay que decir que toda
lograron, ya que éstos recu~rieron al máquina se. define como un sistema de
gran descubrimiento de FREUD, la pro­ cortes, es decir, que toda máquina está
ducción deseante, el inconsciente, con en relación con un flujo material con­
una nueva construcción idealista, el tinuo, que corta y manipula como su
Edipo; en este proceso, el inconsciente materia prima; cada máquima implica
como fábrica se sustituye por un in­ un código, unas normas de funciona­
consciente concebido como un teatro, miento; toda máquina produce como
la categoría producción se ve olvidada residuo un sujeto aliado de la máquina.
en provecho de la categoría de re­ Retomando las ideas de las distintas
presentación, el inconsciente produc­ síntesis, puede decir que la síntesis
tivo se convie~te en un inconsciente conectiva utiliza la líbido como energía
expresivo. de extracción y se realiza como pro­
ducción de producción; la síntesis dis­
El Psicoanálisis, siguiendo su pro­
yuntiva, utiliza el numen, lo divino,
ceso idealista, reduce la producción
como energía de separación, consti­
deseante a un problema de fantasma,
tuye lo separado mediante una pro­
al definir el deseo como carencia y no
ducción de registro; la síntesis conjun­
como producción; para DELEUZE el sitio
tiva sintetiza las voluptas, el placer de
del deseo es la realidad, el deseo
un sujeto, como energía residual de
una producción de consumo.
(22) G. Deleuze <tAntí-EdípOl>. Barrel, Barcelona
1973, pág. 30. (23) <tAntí-EdípOl> págs. 40-47.

37
La noción de máquina deseante plicidad se recoge en el artículo, ¿Uno
supone una crítica de la idea de to­ o varios globos? (26), donde DELEUZE
talidad y la afirmación de la idea de afirma que el inconsciente mismo es
multiplicidad. En el proceso productivo una muchedumbre y que en todas sus
de las máquinas deseantes, la suma de producciones se distingue, por una
las partes nunca produce un todo, que parte, algo que juega el papel de
supere y unifique las partes; éstas cuerpo lleno, de cuerpo sin órgano, el
permanecen independientes, múltiples, árbol del sueño del hombre de los
el todo es un todo que aparece al lado lobos, el desierto, la piel, etc. de cuer­
de las partes, que no las totaliza, ni las po poblado de multiplicidades los lobos
unifica; «el cuerpo sin órganos es pro­ en el árbol, los nómadas en el desierto,
ducido como un todo pero en su etc., y las multiplicidades mismas con­
debido lugar, en el proceso de pro­ cebidas como diferencias de intensi­
ducción, al lado de las partes que ni dad, como máquinas deseantes, como
unifica, ni totaliza» (24). unidades pre-personales, múltiples in­
totalizables en una unidad, anteriores a
Esta crítica de la noción de totalidad
todas síntesis en un yo, una persona,
se dirige contra la teoría de los objetos
parciales de MELANI KLEIN, la cual con­ un individuo; aquí DELEUZE reprocha al
sidera éstos siempre como referidos a psicoanálisis el haber servido, el ha­
una pretendida unidad personal, de la berse servido de la enunciación edí­
que aquéllos serían fragmentos dislo­ pica, para hacer creer al paciente que
cados; para DELEUZE, en cambio, los iba a hablar en su nombre, iba a
objetos parciales son máquinas de­ producir enunciados personales y no
seantes independientes, con fuerza su­ hay nada de eso, sólo una banda de
ficiente para hacer saltar al Edipo. El multiplicidades que se despliega por
autor insiste en el carácter anedípico un cuerpo sin órganos, trazando líneas
de la producción deseante: de intensidad, como los nómadas por
el desierto; para DELEUZE el inconscien­
«Los objetos parciales, sólo en te no es personal, ni estructural; no
apariencia, son extraídos de las simboliza, ni imagina, ni representa,
personas globales... El incons­ sólo produce, y produce lo real.
ciente ignora a las personas.
Los objetos parciales no son Es interesante constatar frente al
representantes de los persona­ acento puesto por LACAN en lo ima­
jes parentales ni los soportes de ginativo y lo simbólico, DELEUZE insiste
relaciones familiares; son pie­ en lo real, como el plano fundamental.
zas en las máquinas deseantes Sólo tardíamente los lacanianos están
que remiten a un proceso y a tratando el concepto de lo real (27);
relaciones de producción irre­ Edipo es el encargado de supeditar la
ductibles y primeras con res­ realidad del deseo a lo imaginario el
pecto a lo que se deja registrar
en la figura del Edipo.» (25). (26) «Mille Plateaux», Un seul ou plusieurs
bups?, págs. 38-53.
Esta defensa en la idea de multi­ (27) Sobre el tema de lo Real en ellacanlsmo, se
pueden consultar «Las Actas de la Escuela Freu­
diana de Par/s», que recogen las conclusiones del
(24) <<Anti-Edipo» págs. 47-49. VII Congreso de Roma, 1974. Ed. Petrel, Barcelona
(25) <<Anti-Edipo», págs. 50-51 1980, págs. 37 -99.

38
fantasma y a lo simbólico e insigni­ ciente a no responder más que con
ficante espótico. Edipo transforma la papá y mamá; frente a esto, el esqui­
multiplicidad, la multivocidad del in­ zoanálisis aparece como un análisis
consciente en algo representativo, ex­ político y social basado en la existencia
presivo, y hace de la producción de­ de una catexis libidinal inconsciente
seante algo personalizado, imaginado, que está en la base de la producción
estructural izado, y todo esto lo lleva a social histórica distinta de las catexis
cabo al encerrar todo el deseo en el conscientes.
marco familiar, al triangulizar la líbido
Por debajo de los intereses cons­
entre papá, mamá y yo. Por otra parte
cientes, interés de clase, por ejem­
mientras que el Psicoanálisis está so­ plo, está el deseo; el esquizoanálisis
metido a la Ley del padre, una psiquia­ pretende deshacer el inconsciente ex­
tría materialista, un esquizoanálisis de­ presivo, edi'pico, artificial, represivo y
bería no intentar resolver Edipo, sino reprimido, mediatizado por la familia,
desedipizar el inconsciente para llegar para llegar al inconsciente productivo,
al inconsciente huérfano, más allá de huérfano y ateo, que no representa
toda Ley, incluída la Ley del padre. nada, no expresa nada, sino que pro­
Frente a LACAN, DELEUZE y GUATIARI duce, funciona a nivel molecular, mi­
dicen que la verdadera diferencia no se cropsíquico (29). El esquizoanálisis
encuentra entre lo imaginario y lo quiere deshacer los tres errores psi­
simbólico, sino entre el elemento real coanali'ticos en relación al deseo: su
de lo maquínico, (la producción de­ concepción como carencia, su sumi­
seante), y el conjunto estructural de lo sión a la Ley, y su aplastamiento por el
imaginario y lo simbólico, que forman significante; para ello debe desedipizar
un mito y sus variantes (28). Frente al y llegar a la producción de las má­
nombre del padre, el esquizoanálisis quinas deseantes.
reivindica todos los nombres de la
historia; frente al significante despó­ Para el esquizoanálisis es la repre­
tico, las multiplicidades. Mientras que, sión familiar la que depende de la
según la interpretación de LACAN, todo represión general social y no al revés, y
el proceso histórico y político se ve aquí se conecta con la obra de REICH.
como un conjunto de identificaciones Hay una represión originaria llevada a
imaginarias bajo la dependencia de cabo por el cuerpo sin órganos, como
Edipo, para DELEUZE los elementos del elemento de anti-producción y luego
Edipo, las figuras parentales, no son una represión secundaria efectuada por
más que meros estímulos desenca­ la familia (30). En su análisis del campo
denadores de procesos que no tienen inconsciente social, el esquizoanálisis
su orígen en los padres, que son en el descubre en este campo dos polos: el
fondo indiferentes a dichos estímulos paranoico fascista y el esquizofrénico
desencadenadore& revolucionario, entre estos dos polos
oscila el deseo; hay veces que las
Existe un incurable familiarismo en masas desean cosas contrarias a sus
el psicoanálisis que aplasta la pro­ intereses conscientes, políticos y eco­
ducción deseante y que obl iga al pa­
(29) <lAnti-Edipo», pág. 104.
(28) <lAnti-Edipo» pág. 89. (30) <iAnti-Edipo», pág. 124.

39
nómicos; como decía REICH las masas fantasma) en lugar de la serie de la
desearon el Fascismo a pesar de ser producción. Frente al proceso de re­
contrario a sus intereses. presión, de editorialización que lleva a
Otra distinción importante, estable­ cabo el psicoanálisis y que lo pone en
cida por el esquizoanálisis, es la que relación con la tarea de la Psiquiatría
existe entre lo molecular y lo molar decimonónica, como instancia de nor­
(31); lo molecular es lo microscópico, malización social, una verdadera po­
lo micrológico, lo pre-personal y lo pre­ lítica psiquiátrica, debería deshacer to­
individual, inconsciente, deseante; das las represiones y reterritorializa­
mientras que lo molar es lo macros­ ciones, que sufre la producción de­
cópico, lo macrológico, lo personal e seante y que transforma la locura en
individual, consciente, basado en el enfermedad mental y libertar todos los
interés. Las máquinas moleculares y flujos, desterritorializar completamen­
las molares (orgánicas, técnicas, socia­ te. Esto nos recuerda la relación que
les) son las mismas máquinas, pero establecen DELEUZE y GUATTARI entre
con otro tamaño y otro régimen de capitalismo y esquizofrenia: el capita­
funcionamiento. lismo surge como una gran desterri­
torialización y liberación de los flujos
A nivel molar está la representación, (de hombres, de mercancías, de di­
la expresión, la significación, mientras nero), pero también reterritorializa,
que al nivel molecular está la pro­ vuelve a fijar, a codificar, a exiomatizar
ducción pura, que no expresa nada, ni los flujos en la familia, en la fábrica, en
quiere decir nada. La energía propia de la cárcel, en el hospital, etc. El capi­
una máquina deseante es la líbido, y el talismo tiene como límite nunca al­
numen y las voluptas son transfor­ canzado la esquizofrenia, como la li­
maciones de esta energía primaria. beración absoluta de los flujos; esto es
Frente al deseo y la producción de­ lo que une la esquizofrenia con la
seante, la visión psicoanalítica de la revolución, ambas son líneas de fuga
castración, es una visión antropofór­ que aspiran a escapar del capitalismo y
mica y molar de la sexualidad. El ambas corren el peligro de caer en la
esquizoanálisis tiene por objetivo, no absoluta dispersión auto-destructora o
analizar la relación de un sujeto con la bien de volver a ser reterritorializadas,
castración, es decir, la asunción de su fijadas de nuevo por el capitalismo.
sexo único por un individuo, sino el
estudio del funcionamiento en las má­ El esquizoanálisis tiene, pues, varias
quinas deseantes que constituyen el tareas: una primera negativa, destructi­
individuo: no uno, ni dos, sino «n» va: «destruir Edipo, la ilusión del yo,
sexos. fantoche del super yo, la ley, la cas­
.1 tración» (32), pero también tiene dos
En relación con el familiarismo del tareas positivas. La primera consiste en
psicoanálisis, se encuentra la impor­ descubrir en un sujeto la naturaleza, la
tancia que éste da al mito, a la tragedia, formación y el funcionamiento de sus
al teatro. El psicoanálisis instaura la máquinas deseantes, con independen­
serie del teatro (mito, tragedia, sueño, cia de cualquier interpretación; ver

(31) <lAnti-Edipo», págs. 293-296. (32) <lAnti-Edipo», pág. 321.

40
cómo actúan sus objetos parciales vis­ coanálisis es uno de los elementos
tos como elementos moleculares au­ fundamentales de la obra de DELEUZE y
tónomos y productivos. La segunda GUATIARI, tanto en sus aspectos teó­
tarea positiva del esquizoanálisis con­ ricos, especulativos, predominantes en
siste en reconocer la exacta relación DELEUZE, como aspectos prácticos asis­
entre el polo molar y el molecular. Las tenciales (35), predominantes en GUA­
máquinas deseantes (moleculares) y TIARI, la reflexión sobre esta disciplina
las máquinas sociales (molares) están en su crítica es fundamental para su
unidas indisolublemente, «no hay má­ pensamiento. La noción central de la
quinas deseantes que existan fuera de esquizofrenia ha sido estudiada en «La
las máquinas sociales que forman a lógica del sentido» y es la base del
gran escala y no hay máquinas sociales esquizoanálisis como propuesta de una
sin las deseantes que las pueblan a Psiquiatría materialista y politizada. Por
pequeña escala» (33). El esquizoaná­ otra parte este estudio análitico re­
lisis afirma el polo esquizoide frente al laciona el plano personal con el plano
polo paranoico y nos recuerda que la personal y político, permitiendo una
elección está entre estos dos polos: «la síntesis de las aportaciones freudianas
contrafuga paranoica que anima todas y marxistas que nunca logró el freudo­
las catexis conformistas, reaccionarias, marxismo ortodoxo, además, la aper­
fascistas y la fuga esquizofrénica con­ tura de la clínica al campo social y
vertible en catexis revolucionaria» (34). cultural, permite mucha mayor libertad
Como resumen podemos condensar en el análisis, que queda en el freu­
la noción de esquizoanálisis en cuatro dismo demasiado limitado al triángulo
tesis. edípico, ampliado en rectángulo por la
figura del psicoanalista. La importancia
Primero, toda catexis social y de
concedida al deseo en el surgimiento,
cualquier modo conduce a un campo
tanto de la revolución como del fas­
social- histórico.
cis~o aunque pueda ser tachado de
Segundo, se debe distinguir en las irracionalista permite explicar la diver­
catexis sociales, la catexis libidinal, gencia constatable empíricamente entre
inconsciente, de grupo, o de deseo y la los intereses y los deseos o entre los
catexis de clase o de interés. factores objetivos y subjetivos, del de­
Tercero, primacía de las catexis li­ sarrollo histórico.
bidinales del campo social sobre la Por último, la posición deleuziana
catexis familiar. no es totalmente optimista, no basta
con que existan líneas de fuga es­
Cuarto, distinguir dos polos en la
quizoide en una sociedad para que se
catexis social, el polo paranoico-reac­
produzca la revolución, hace falta que
cionario, el polo esquizofrénico-revo­
esas líneas de fuga se organicen en un
lucionario.
plano de consistencia para evitar su
CONCLUSION:
(35) Guattari ha estado siempre muy interesado
Como hemos visto, la crítica al psi­ en el aspecto institucional de la psiquiatría, como se
puede ver por su relación con los grupos de
antipsiquiatras franceses. CF. AAVV «El Análisis
(33) <<A nti-Edipo », pág. 350. Institucionah>, Campo Abierto Ediciones, Madrid
(34) <<A nti-Edipo », pág. 352. 1977.

41
dispersión; además hay que evitar que esquizoanálisis, se puede decir que· la
dichas líneas de fuga puedan ser recu­ noción de máquina deseante, mole­
peradas, reterritorializadas, en líneas cular se basa en las categorias meta­
paranoicas fascistas. Hay una oscila­ físicas, de conatus (SPINOZA), voluntad
ción esencial del deseo, entre estos de poder (NIETZSCHE), Mónada, (LEIB­
dos polos, el paranoide-fascista y el I\JITZ) y el vitalismo bersogniano, junto
esquizoide- revolucionario. con la noción de hacceitas de DUNS
Asimismo el reconocimiento de la SCOTO; en cuanto al esquizoanálisis se
instancia del deseo, como un nivel puede decir que retoma las ideas funda­
molecular productivo energético, en mentales de REICH por una parte y la
relación con una serie de dispositivos anti-psiquiatría de LAING y COOPER por
mecánicos productivos, elimina la dis­ otra, sin olvidar su relación crítica he­
tinción entre natural y artificial y la falsa terodoxa con el lacanismo. La obra de
polémica entre mecanismos y vitalis­ DELEUZE y GUATIARI es un elemento
mo, que permite a partir de la noción imprescindible de la actual revisión del
de multiplicidad y de máquina desean­ Psicoanálisis que aparece hoy más
te, de resonancia leioniciana, construir como una componente esencial de
un modelo ontológico con un gran nuestra cultura, como una antropología
número de aplicaciones históricas, clí­ y una teoría de la historia de la so­
nicas, de crítica artística y literaria, etc. ciedad, que como un medio de cu­
En cuanto a los orígenes teóricos de ración de algunas enfermedades men­
las nociones de máquina deseante y de tales.

42

También podría gustarte