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Instituto Politécnico Nacional

Unidad Profesional de Ingeniería Biotecnológica

ETICA
Tarea: Comentarios del texto sobre Aristóteles.

Enrique Antonio Ramírez


30/10/21
3° Semestre
Aristóteles identifica el bien supremo con dios, siguiendo esa línea creo que el bien supremo
depende del contexto social en el que se vive, en ese tiempo la región era la que le daba sentido a
la mayoría de personas en ese entonces. En el mundo actual, a medida que la educación y los
niveles de ingresos crecen, los niveles de religiosidad tienden a disminuir, entonces la definición
que nos da no la podemos tomar como la definición de “bien definitivo”, partiendo de ese punto, las
características que tiene que tener ese bien y la tendencia de ese entonces por creer que cosas
como la perfección solo se consigue resguardándose en pensamientos y creencias de seres
fantásticos e imaginarios, nos lleva a darles a esas características una reinterpretación individual.
Creo que el bien supremo se redefine como simplemente alcanzar el momento de máxima
perfección de la esencia de cada individuo, alcanzar la realización personal en la que consigue
placer y felicidad constantemente gracias sus actos. Lo que el mismo individuo percibe perfecto,
definitivo, activo y propio. Debemos ver este tipo de conducta como la verdadera máxima del ser,
ya que pensamientos con figuras de cuento no deben hacer que nos distraigamos o neguemos el
verdadero debate que es, que es lo que llena al individuo, puede ser el amor por sus cercanos, ya
sea familia, pareja, amigos o el sentimiento de prevalencia en la sociedad con sus logros. Es así
como, hasta que el propio ser no juzgue sus acciones con lógica, razonamiento coherentemente,
basado en lo que cree y de ahí partir hacia sus objetivos de buscar placer, bienestar, felicidad,
etc… no podrá encontrar un bien supremo.

Ahora con el placer, considerando su uso en el dominio popular y por lo que leí en el texto , creo
que definiría que es el sentimiento de satisfacción que de la esfera sensitiva se difunde a la
psíquica y espiritual, como respuesta del sujeto a la consecución de un bien. Hay placeres
superiores y placeres inferiores. Los placeres superiores, que toman cada día mayor parte en la
vida humana -placeres estéticos, placer de razonar, de aprender y de comprender, de investigar,
etc.- requieren mucho menos de las condiciones exteriores, y son mucho más accesibles a todos
que los placeres netamente materiales. Es verdad que el placer no es el camino de la felicidad ni
aun del placer máximo, pero también es verdad que no es posible la felicidad ni el bien sin el
placer, los que ejercen una actividad con placer, alcanzan mayor discernimiento y exactitud en
cada uno de sus pormenores. Así, los que encuentran gusto en la geometría acaban por ser
geómetras y comprenden mejor cada proposición de su ciencia; lo mismo los que aman la música
o la arquitectura o las demás artes, que todos progresan en el trabajo que les es familiar, porque se
complacen en él. Podemos encontrar en las páginas de la historia de la ética unas posiciones que
exaltan el placer juntamente con otras que lo rechazan como valor moral. Las morales del interés
aceptan el principio fundamental de que el hombre busca la felicidad a través del placer. El hombre
pretende ser feliz, pues la felicidad es el fin de la actividad humana, y la felicidad reside en el
placer. El juego, los viajes, los espectáculos, la diversión en general, ofrecen una panorámica de
que toda actividad humana está rodeada de placer. Así, el placer es un fin y un bien, pero no es ni
el único fin ni el bien supremo. El equilibrio humano es un valor que debemos siempre defender.
No se trata de calcular los placeres, de llevar una contabilidad y perseguir una finalidad, se trata de
ser y de vivir, de sentirse existir y vivir, de obrar como se es y cómo se vive, de no ser una especie
de mentira en acción, sino una verdad en acción.

Creo que la virtud no consiste en tener rasgos u otros. Incluso hemos dicho, que una mala persona
puede llegar a ser virtuosa en su propio sistema de referencia. Con el texto diría que la virtud es el
principio del movimiento o de la acción del filosofar. Es lo mismo que energía, o capacidad de obrar
o de hacer algo. Y a eso es lo que yo percibo como virtud, a tener la fuerza de voluntad como móvil
de un pensamiento, para hacer lo considerado en la naturaleza interior del hombre como correcto,
lejos de todo prejuicio, cultura, o regla jurídica. Porque la virtud consiste en acciones, no en
sentimientos, estos llegan después de haber obrado virtuosamente. Por eso, es posible que toda
acción tenga como consecuencia, la satisfacción de un ese sentimiento placentero de simpatía. De
este modo, se consigue que la virtud se asocie indisolublemente a la simpatía, el obrar virtuoso sea
para nosotros algo simpático, fuente de placer por el hecho de ser, entonces será posible que
practicar la virtud y evitar el vicio se convierten en un "fin en sí mismo". La simpatía debe de
entenderse, como una consecuencia de ser virtuoso, un irremediable suceso después de
descubrirnos virtuosos y practicar la virtud, en otras palabras: el placer que conlleva ser y hacer
virtud. Creo que como divide Aristóteles las “virtudes” es una manera fácil de entender la diferencia
entre el entendimiento físico y espiritual que conllevan las acciones humanas. La amistad tiene
presencia en distintas etapas de la vida y en diferentes grados de importancia y trascendencia. Se
crea cuando las personas encuentran inquietudes y sentimientos comunes, al igual que la
confianza mutua. Hay amistades que nacen a los pocos minutos de relacionarse y otras que tardan
años en hacerlo, es por esto que creo que una vida sin amistades no es llevadera ya que como
bien dice en el texto la amistad tiene que ver con la felicidad personal y es necesaria en la mayoría
de nuestra vida. La amistad se forja en el colegio implica algún tipo de vinculación que puede ser el
resultado de un proceso largo. Esta interacción permite al estudiante ir desarrollando dos facetas
importantes de su personalidad. Aprende a reconocer su papel dentro de un grupo. Se da cuenta
de que puede aportar al grupo y recibir de él. Empieza a aceptar las reglas del juego y percibe el
enfado de sus compañeros cuando no las cumple. A través del grupo de clase aprende que es un
ser social. En este aprendizaje irá reconociendo que otros chicos son más fuertes, más listos, más
influyentes, o será consciente de que es líder. La amistad y la virtud, tienen una relación tan
estrecha e íntima que, para lograr una, no se puede perder la otra: una persona virtuosa alcanza
una buena amistad y al revés.

Con respecto al punto de norma de moralidad, creo que hay que partir de esto “ la obediencia a lo
no obligatorio” eso es a lo que creo que se refiere esa parte De aquí se puede desprender
que cuando se cumple con lo obligatorio se está en el plano legal, obligatorio o heterónomo.  La
norma o estándar nos llega impuesta por alguien distinto a nosotros. Pueden proceder de los que
lo formaron a uno, la familia o la comunidad y aun lo impuesto por la ley. Si alguien cumple de esta
manera, será una buena persona, pero no está dando el paso definitivo hacia el nivel ético, ya que
le falta dar el salto al plano voluntario o autónomo. Recordando que la ética es la que examina los
estándares morales personales o los estándares morales de una sociedad. Por dar un ejemplo,
una persona comienza a aplicar la ética cuando toma los estándares morales que ha asimilado a
partir de la familia, la iglesia y los amigos, y se pregunta: ¿qué implican estos estándares para las
situaciones en las que me encuentro?, ¿en realidad, tienen sentido estos estándares?, ¿por qué
debo continuar creyendo en ellos? La respuesta que surge a esta pregunta se puede conseguir
desde el estado Adulto del yo. El paso definitivo se da cuando se cuestionan los estándares
morales desde una posición de autonomía y libertad, que implica la madurez del adulto
comprometido con la construcción de un mundo mejor. Así estos estándares o valores son
asimilados y puestos en práctica de una manera voluntaria, en lo que sería el recorrido que hace
una persona en su desarrollo moral. La moral individual no opera sólo en el individuo dejando al
margen el aspecto social, sino que ambos están concatenados y se retroalimentan mutuamente.
Dicho en otros términos, si la moral individual compromete lo social no se puede pensar en un acto
individual que no trascienda a la esfera social y tenga un efecto sobre ella. No se trata de que el fin
justifique los medios, sino de una medida cautelosa que no compromete el bienestar de quienes
dependen de él. Es una cuestión difícil de calificar teniendo en cuenta las futuras y posibles
consecuencias que esto le pueda traer, pero en la vida cotidiana es lo que entendió por una
decisión moralmente correcta según el momento que le tocó vivir. Aquí vemos claramente cómo
una decisión individual compromete el ámbito social, ya sea para bien o para mal.

De este texto me quedo entre muchas otras cosas el pensamiento de que “si alguien no necesita
de la sociedad es un animal o es un dios”. Enfocándonos en la época actual, en las sociedades
europeas las relaciones entre religión y política se encuentran en un momento histórico clave.
Cada vez se hace más frecuente escuchar en la calle, en las tertulias y en los cafés frases como
"yo soy apolítico" o "todos los políticos son iguales". Las personas expertas hablan, por su parte,
del "fin de las ideologías" o del "poder de las multinacionales". Este tipo de manifestaciones hacen
más necesario que nunca el conocimiento de la organización política de la sociedad. De hecho,
Aristóteles definía al ser humano como "animal político". La organización política es la asociación
humana más importante, pues determina nuestra existencia social. Conocer su funcionamiento es
imprescindible para saber cuáles son nuestros derechos y nuestros deberes. Cualquier tipo de
agrupación humana necesita de una mínima organización para la consecución de sus fines y su
permanencia como tal. Incluso, existen ciertas especies animales gregarias, como las abejas, que
presentan, pese a ser sociedades naturales, una cierta configuración política. La sociedad política
humana ha evolucionado desde las primitivas organizaciones tribales hasta la actual forma
denominada Estado. Las formas de organización sociopolíticas previas a esta última se establecen
en un principio de modo no jerárquico, horizontal y basándose en vínculos familiares y tribales.
Posteriormente, surge la figura del jefe, la jerarquía, la especialización y la solidaridad orgánica, es
decir, una sociedad política. En la sociedad moderna, el Estado garantiza la seguridad del individuo
y sus posesiones y delimita las libertades individuales, determinando derechos y deberes. El poder
político garantiza un orden en la vida social. Hoy, las sociedades desarrolladas han alcanzado un
nivel de complejidad que necesita de un no menos complejo sistema político. Las democracias son
sistemas atentos a los intereses de sus diversos grupos e individuos. La unidad Estado-nación o
Estado federal ha marcado los últimos siglos. Se complementa, por un lado, con una
descentralización que refleja las peculiaridades de sociedades más pequeñas, con diferentes
niveles de autogobierno; y por otro, con unidades supranacionales, cada vez más necesarias en un
mundo globalizado, como la Unión Europea, la NAFTA y la ONU. Para que un Estado pueda
mantenerse, sus asuntos públicos deben estar organizados de tal modo que quienes los
administran, tanto si se guían por la razón como por la pasión, no puedan sentirse inducidos a ser
desleales o a actuar de mala fe. El ser humano es un ser necesitado, un ser que no puede vivir
sólo. La felicidad de sentirse acompañado es parte de su esencia y esto lo convierte en un ser
social. Pero para vivir en armonía, plenitud humana y alcanzar las metas que se plantea con las
personas con las que convive es necesario una herramienta, una estructura que sostenga la
comunidad, le dé dirección y la fortalezca y es ahí cuando la vida se convierte en política. La vida
es política, el ser humano es un ser político, un animal dotado de inteligencia y voluntad y una
buena dosis de libertad que busca actuar, asociarse y negociar en sociedad para llegar al bien
común. Creo el ser político es gobernar, pero no refiriéndose al puesto mismo del Estado, sino  
gobernar nuestras inquietudes y debilidades y transformarlas en convicciones que unan y
cohesionen una mejor ciudadanía, una mejor nación, un mejor futuro. El ser humano es un
moralista por chance o elección, es decir, el ser humano no puede ser moralista simplemente
porque es un ser humano. El ser humano nace para buscar poder, sin embargo, su condición
social, política y económica lo hace esclavo del poder de otros, nace esclavo pero todo el tiempo
quiere ser el maestro, el capataz o el dueño. De esta distorsión o brecha entre lo que el ser
humano desea ser y su condición real, emerge la relación paradójica entre moralidad y poder, entre
el ser humano y la política, entre la justicia y la injusticia y en última instancia entre el progreso y la
corrupción. Pienso que la fundación del Estado fue un progreso político importante, pero que este a
su vez ha sido concebido por el ser humano, los políticos en el Estado y en el poder entonces
gozan de una cierta aceptación de su comportamiento, mientras que los que no pueden estar en el
Estado y así acceder al poder hacen de este un problema moral. El ser humano como actor del
escenario político se comporta de tal manera que hace ciertas cosas que violan principios éticos,
ciertas cosas el que no haría, o por lo menos no tan frecuente o habitualmente cuando actúa en un
escenario no político. Los criterios morales aplicables al comportamiento de individuos, las familias
y otras organizaciones sociales pequeñas, no se transfieren de igual a igual al comportamiento del
Estado y de los políticos. Si bien el ser humano ha tratado de mitigar la distorsión entre lo político,
lo no político y lo moral, inventando e implantando sistemas democráticos, ese esfuerzo no ha
podido impactar el comportamiento humano en su escenario esencial.

En conclusión, podemos decir que lo que se nos enseña en el texto sobre Aristóteles, nos expone
una combinación relacionados entre si sobre diversos temas los cuales nos ponen a reflexionar
sobre las raíces que nos componen que identifican la naturalidad del humano de vivir en sociedad
su lógica, sus acciones y pensamiento. El pensamiento aristotélico tiene como punto central la
virtud, pensamiento que estaba obviamente influenciado por la sabiduría e ignorancia de aquellos
tiempos donde el humano, la sociedad veía los primeros amaneceres del pensamiento crítico y la
introspección hacia un mundo lleno de respuestas y aun mas dudas, un mundo el cual vamos
analizando gracias a la base de pensadores como el Aristóteles, Platón, Diógenes, Sócrates, etc.

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