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Lugareño se dispuso a acompañarlo para mostrarle cómo llegar.

Las horas pasaban y el lugareño rompía los pastos con un palo y


trataba de hacer camino. El pastor pensó que ese hombre también
estaba perdido, que se iban a morir allí. Se acercó y le preguntó

—¿Te perdiste?
El lugareño se quedó quieto, lo miró fijo y le dijo:
—No me perdí, es que no hay camino.
—¿Cómo que no hay camino?
—preguntó el pastor angustiado.
—¡No, no hay camino, tu sígueme porque YO SOY el camino!

El lugareño sabía exactamente a dónde iba, por eso él era el


camino.

Tú eres el camino hacia tu sueño, tu propósito de vida, pero


tendrás que tener bien claro a dónde quieres llegar.

NO PUEDES ESTAR PERDIDO CUANDO EL CAMINO ERES


TÚ.

DISCIPLINA

Disciplina es sinónimo de orden.


Ser ordenado es ser disciplinado.
Cuando tienes a Dios a tu lado, tienes una gran responsabilidad,
porque tu propósito es la alegría de Dios.
Lo primero que hizo Dios fue ordenar cuando todo estaba
desordenado y vacío. Es el primer gran ejemplo de amor, y ese
orden está en ti y en tus metas también, porque Dios está en tu
propósito. Déjate guiar por el orden divino.
El orden es el espíritu del universo; todo lo que dirige Dios es
perfecto.

Muchas veces decimos que no tenemos tiempo para llevar un


orden de prioridades y hacer lugar para construir nuestro sueño, y
la verdadera razón es que no es una prioridad para ti.

Cuando tengas en claro cuáles son tus verdaderas prioridades,


podrás hacer esas acciones a pesar de que te parezcan difíciles
de enfrentar.

Nadie puede llegar a motivarte o desmotivarte tanto como tú


mismo, así que diseña un plan con horarios para crecer en orden y
disciplina. Dibuja metas magnéticas con tu propósito, que te
impulsen a salir de tu zona cómoda, y cuando pienses en
abandonar, recuerda que Dios apostó a tu sueño.

COMPROMISO

Un día, la gallina habló con el cerdo para hacer un gran


emprendimiento juntos. La idea era clara: harían un restaurante
donde vendería jamón con huevo. Los dos estaban
entusiasmados, pero el cerdo se comprometió: buscó
presupuestos, consiguió el dinero para las sillas, mesas y miles de
cosas que hacían falta, y la gallina esperaba que surgiera alguna
bendición, y se sentía serena sin hacer nada en particular con ese
sueño.

Faltando una semana, la gallina creyó tener una gran revelación.


Sentía que estaba conectada con su meta y esa revelación la puso
muy feliz. Había llegado a su mente la gran contribución para ese
sueño. Sintió que los dioses le habían revelado el nombre para el
restaurante y fue corriendo a ver al cerdo. Le dijo: “Anoche tuve un
sueño y fue una revelación, una señal muy concreta. Vi en mi
sueño nuestro restaurante lleno de gente, había un gran letrero
luminoso que decía el nombre del lugar: ‘Huevo con jamón’”. El
cerdo la miró y le dijo que estaba bien, pero que sería al revés, se
iba a llamar “Jamón con huevo”. La gallina preguntó: “¿Por qué?
Es injusto, porque la revelación la tuve yo”. Y el cerdo le dijo:
“Porque yo estoy comprometido y vos estás involucrada”. El cerdo
tenía que dar la vida por el proyecto, porque para hacer el huevo
con jamón tenía que poner parte de su cuerpo y la gallina se veía
involucrada porque tenía que poner los huevos sin comprometer
su cuerpo.

¿Tú estás comprometido? ¿O estás involucrado con tu sueño?


Porque hay una gran diferencia y una gran distancia entre ambas.

No hay éxito sin compromiso y el compromiso es la palabra


clave para llegar a lograr tus sueños, pero si sientes que es una
obligación, deberás replantearte si el sueño que elegiste es
realmente lo que quieres.

Verás que aquello con lo que te comprometes crece y se


expande. Podrás ver en el exterior lo que quieras si primero lo
creas en tu interior. Por eso trabaja en cada pensamiento, y si
sientes que no puedes, es solo una idea, un pensamiento que
debes remplazar por otro que sí puedes.

Cuando te quejas, te enojas y ves lo negativo.

¿Qué crece en tu vida?

Al sentirte víctima, estás creando.

Al enojarte, estás creando.


Al hablar de lo que no funciona, estás creando.

Pero si bendices y agradeces, te estás comprometiendo a


crear lo positivo.

Al bendecir, ves las oportunidades.

Al agradecer, ves la bendición que sobra a tu alrededor y te da


energía para seguir.

Al ver lo positivo, ves nuevos caminos abrirse ante tus pies, que
están para crecer aún más.

No importa dónde te encuentres, si hay COMPROMISO de tu


parte, tendrás una mentalidad positiva, podrás crear
oportunidades y soluciones siempre.

Una de las personas que se comprometía siempre con sus


misiones fue Alejandro Magno. Él podía ver siempre la solución en
cualquier terreno que se le presentara.

Cuenta la historia que en el año 335 A.C., al llegar a la costa de


Fenicia tuvo que pelear su peor batalla. Al desembarcar con sus
hombres, se dio cuenta de que los soldados enemigos lo
triplicaban en número.

Cuando Alejandro Magno vio lo que sucedía, mandó a quemar


todos sus barcos. Luego, reunió a sus hombres y ante la mirada
atónita de su gente, les dijo que cada uno de los barcos que se
quemaban representaban alguna forma de huida.

Alejandro, alzando la voz, les dijo a sus hombres: “Ahora, sin


barcos, la única posibilidad de salir de aquí con vida y volver a
nuestros hogares junto a nuestros hijos y esposas es ganando
esta batalla”.

TENEMOS UN ÚNICO COMPROMISO: ¡GANAR O GANAR!

Cuando el único camino que conoces es la victoria y no hay


otra alternativa, no hay número de soldados que se
interponga en tu camino, no hay gigante capaz de detener a
una persona determinada.

Quema tus barcos y rodéate de gente imparable, irracional,


positiva, entrena tu mente para llegar al punto que ya no te
importen las barreras que veas afuera, porque no existen, porque
las has quemado y sabes que la batalla es contigo mismo. Te reto
a que sigas siendo un soñador que cumple metas y se
compromete con tus sueños.

¡No tengas miedo a fallar, ¡INTENTA, INTENTA, INTENTA!


¿Por qué? ¡Porque intentaste caminar muchas veces y LO
LOGRASTE!

Aprendiste a andar en bicicleta después de un sinfín de caídas y


golpes.

¡No tengas miedo cuando alguien te diga que lo que quieres


lograr es imposible, porque en realidad, TODO SE TE HA
CONCEDIDO YA, ¡¡¡CUANDO TE COMPROMETAS A
GANAR!!!...

A partir de que le das la orden a tu cerebro, el cerebro no


diferencia si tu sueño es grande o pequeño. No es ese su trabajo,
el cerebro trabaja de la misma manera mientras sea una meta
clara, un blanco fijo
Una flecha no va a llegar a ningún lado si no apuntas a un punto
fijo, así seas el mejor tirador del mundo. Sin blanco, no tiene
sentido la flecha. Lo mismo la mente, si no le dices lo que quieres,
divagará sin rumbo, y cada día será un día, sin ningún
compromiso.

Programa tu GPS y luego SOLO CREE QUE TODO ES


POSIBLE Y AFÉRRATE A ESO… ¡PORQUE LOS SUEÑOS SE
CUMPLEN SIEMPRE!…

Te dejo un ejercicio:

Recuerda algo maravilloso que lograste en la vida cuando te


comprometiste en el alma, y hoy estás feliz por ello. Retén ese
pensamiento en tu mente…

¡AHORA ILUMINA TU ALMA Y SONRÍE! Porque vendrán


muchas sonrisas más, solo permítete seguir soñando, pues a
partir de los sueños se crearon grandes triunfos.

FE EN TI MISMO

Cree en ti, porque dentro de ti está todo lo que necesitas para


triunfar. No hay carencia cuando tienes un sueño, es solo una
percepción errónea. Dios con amor siempre te ha concedido cada
deseo de tu corazón.

Hay un universo en tu alma inmensamente completo y


maravilloso. Todas las herramientas para tu viaje ya están listas.
Hoy es un día genial para empezar a utilizarlas.

Tú eres el alfa y el omega de tus sueños.


Despierta la creencia en tus ojitos, porque para que otros crean en
ti primero deben verlo en tu mirada.

Hace muchos años había un niño llamado Glenn Cunningham


que todas las mañanas llegaba primero a la escuela porque vivía
al lado, y para que sus compañeritos que venían
de lejos no tuvieran frío, prendía la estufa un rato antes. Un
día, cuando llegaron todos, observaron horrorizados que la
escuela se incendiaba con él adentro. Rápidamente lo sacaron y lo
llevaron a la guardia, casi muerto. Pensaban que
no viviría por mucho tiempo, pero sobrevivió. A pesar de
eso, los médicos también calcularon que perdería las piernas,
pero eso tampoco ocurrió. El estado de sus piernas era
irreversible, dijeron, y le comunicaron a su mamá que no podría
volver a caminar.

La mamá no se animó a decirle la verdad. Él se recuperó


de sus heridas, y no caminaba, pero pensaba que con el tiempo
caminaría, así que todas las mañanas cuando su mamá lo
llevaba al jardín de la casa, intentaba pararse una y otra vez.
Todas las mañanas era la misma rutina, pero un día se cayó y
su mamá no contuvo más las lágrimas y cuando lo ayudaba
para sentarlo de nuevo en la silla de ruedas, le dijo que no lo
intente más, porque el médico le había dicho que no podría
volver a caminar.

Muchas veces te van a decir que no lo intentes más, y


muchas veces serán personas que están muy cerca, quizás los
que más te aman.

Pero en tu interior está tu grandeza. Escucha esa voz y bloquea


las demás, deja pasar amorosamente lo que escuchas, no te
concentres en enojarte, es parte del entrenamiento porque nadie
dice esas palabras a propósito, lo hacen mayormente de buena fe.
Es que no pueden ver el camino que tú ves, simplemente porque
es adentro donde se está gestando tu sueño.

Glenn le dijo: “No, mamá, yo voy a volver a caminar”. Y así fue


que todas las mañanas siguió haciendo lo mismo. Intentaba
pararse una y otra vez hasta que un día se pudo mantener parado.
La mamá corrió hacia él y lo abrazó muy fuerte y cada día
intentaba dar un paso y al otro día otro. Su mamá lo alentaba, y él
le decía: “No solo voy a caminar mamá, sino que voy a correr un
día”. Y tanto fue así, que Glenn Cunningham en 1938 se convertía
en el corredor más veloz del mundo.

Deberás creen en ti cuando nadie más lo haga. Es que en


algunos tramos del viaje la única voz que escucharás es la que tú
te digas solito al oído. Glenn decidió caminar, a pesar de que
nadie creía que podía volver a hacerlo.

ACTITUD

Como te paras frente a la vida, será cómo se definan tus éxitos o


tus fracasos.

Anda, camina y condúcete como la persona que quieras


ser, hasta que lo seas”. Alex Dey

La actitud mental positiva literalmente pude cambiar tu vida.

Viktor Frankl, en su libro El hombre en busca de sentido, narra su


experiencia en los campos de concentración. Durante todos esos
años de sufrimiento sintió en su propio ser lo que significaba una
existencia desnuda, absolutamente desprovisto de todo, salvo de
la existencia misma. Él, que todo lo había perdido, que padeció
hambre, frío y brutalidades, que tantas veces estuvo a punto de
ser ejecutado, pudo reconocer que, pese a todo, la vida es digna
de ser vivida y que la libertad interior y la dignidad humana son
indestructibles. Cuenta que a los hombres que querían
suicidarse, él les decía: “Tú puedes cambiar tu vida en un
instante… cambia de actitud, ¡es mágico!”.

Cambia tu actitud, redefine tus metas, apuesta el doble de fichas


a tus sueños, encuentra aliados que vayan en la misma dirección,
actualiza tu sistema de creencias de programaciones limitantes, sé
un alma libre, no te limites, no creas en las circunstancias que el
sistema te marca, da la vuelta, es para el otro lado, crea tú tus
propias circunstancias que transformen tu vida. Mira a tu
alrededor, hay abundancia. Recuerda que tú también eres parte
del paisaje.

SI NO FUNCIONA, CONFÍA EN TU INTUICIÓN, PERO


SIEMPRE REDOBLA LA APUESTA.

Hay 10 niveles más arriba de lo que tú has planificado con


tus metas, pero tú solo crees que puedes llegar al nivel 2, porque
no tienes energía. Ahí no está Dios. ¡Él hace todo perfecto!,
entonces, ¿Dónde lo vas a encontrar? Indefectiblemente en el
nivel 10.

Y lo que no sabes es que ese nivel es quien te tiene agotado, y


la única razón por la que te tiene agotado es por estar tan abajo.
Allí no se genera energía ni grandes sueños para elevarte, allí solo
hay conformismo. No te conformes con una estrella, cuando
hay un cielo completo para ti.
Si el nivel 2 no te da energía, ¡SALTA A LA EXCELENCIA!
Cuando no queda nada, no hay forma alguna, porque lo intentaste
de todas las maneras posibles. Redobla la apuesta.

¡Hay un nivel donde está Dios, ahí todos tus sueños se


hacen realidad!...
NO PUEDO TERMINAR EL LIBRO SIN
CONTARTE UN SECRETO.

Primero, decirte que encontrar tu propósito es ir al cielo. Es haber


descubierto el sentido unificador de tu vida.

¿Alguna vez viste un cuadro que te dejó sin aliento?

Me pasó una vez. Al entrar a un negocio, sentí un profundo


respeto, como si el ambiente me invitara a hacer silencio. Levanté
la mirada y vi que el negocio estaba repleto de cuadros. Cada uno
de ellos estaba lleno de Dios. ¡Eran tan perfectos y tan sublimes!
Me acerqué a la dueña y le dije: “Dios dirigió tu mano al pintar”.
Ella me miró un rato en silencio, como pensativa, y de sus ojos
brotaron lágrimas.
Muy emocionada me contó cómo lo hacía y que cuando pintaba
sentía que se transportaba a otro lugar, que era feliz. Te aseguro
que sus cuadros sanaban el alma. Tu don tiene ese mismo
poder.

Y en eso de sanar almas con tu propósito, Dios


naturalmente se verá involucrado.

En este camino de querer abarcar tanto, te encontrarás ocupado


en ayudar a mucha gente. Pronto te verás en un camino conocido,
de sueños compartidos, con aspiraciones eternas y hermosas con
Dios.

Y miré a mi costado y estaba Dios.

Miré hacia arriba y estaba Dios.

Miré hacia adentro y estaba Dios.


Estábamos muy involucrados, uno con el sueño del otro.

¿Te dije al principio del libro que Dios se enamoró de mis


sueños? Ahora fue al revés, yo me enamoré de los suyos.

Dios tiene un propósito: iluminar al mundo. Tú tienes el mismo


propósito. Por eso somos cómplices con Dios. Cuando encuentras
tu propósito, se abren todas las puertas para ti, simplemente
porque encontraste a Dios.

Tú y yo nos parecemos, compartíamos el mismo sueño con


Dios…

Te amo…

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