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Esquema conceptos básicos


1. Presentación
2. Objetivos
3. Factores de riesgo de la esquizofrenia: interacción genes-ambiente
3.1 Introducción
3.2 Bases genéticas de la esquizofrenia
3.3 Factores de riesgo ambientales
3.4 Aproximación a la etiología desde los factores de riesgo
3.5 Conclusiones
4. Alteraciones funcionales y estructurales de las psicosis
4.1 Introducción
4.2 Neuroanatomía de las psicosis
4.3 Neurofisiología de la esquizofrenia
4.4 Neuroimagen en las psicosis
4.4.1 Tomografía Axial Computerizada (TAC)
4.4.2 Resonancia Magnética Nuclear (RMN)
4.4.3 Tomografía por Emisión de Fotón Único (SPECT)
4.4.4 Tomografía por Emisión de Protones (PET)
4.5 Conclusiones
5. Alteraciones neuroquímicas en las psicosis
5.1 La explicación molecular
5.2 La hipótesis dopaminérgica
5.3 La hipótesis serotonérgica
5.4 La hipótesis glutamatérgica
5.5 Psicosis y neuropéptidos
5.6 Interacción entre neurotransmisores
5.7 Conclusiones
6. Resumen
7. Ejercicios de autoevaluación y Solucionario
8. Bibliografía

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Bases biológicas de la esquizofrenia y otras psicosis

0,5 créditos

Dr. Jesús Alfredo Martínez Larrea


Unidad de Hospitalización Psiquiátrica
Hospital Virgen del Camino
Pamplona

0. Esquema conceptos básicos

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1. Presentación
En este módulo trataremos la esquizofrenia, uno de los trastornos mentales de mayor
complejidad e interés en psiquiatría, y posiblemente una de las enfermedades de mayor impacto
en la salud pública mundial.

Con una prevalencia a lo largo de la vida cercana al 1%, ha afectado a todas las culturas desde
que existe constancia.

Se caracteriza por la presencia de alucinaciones, ideas delirantes, desorganización del


pensamiento y de la conducta, así como empobrecimiento afectivo y deterioro cognitivo. Estos
síntomas conducen en la mayoría de los pacientes a un profundo deterioro de la personalidad y
del funcionamiento social, y conllevan un importante sufrimiento tanto para el paciente como
para su entorno, así como una gran carga económica para la sociedad.

Aunque se habla de la esquizofrenia como si fuera una entidad única, la categoría diagnóstica
puede incluir una variedad de trastornos, con causas heterogéneas, síntomas clínicos variables,
diversas respuestas al tratamiento y diferentes evoluciones.

Esta heterogeneidad clínica probablemente refleja una heterogeneidad fisiopatológica y


etiológica. Por estos motivos, más que de esquizofrenia debemos hablar del grupo de las
esquizofrenias. El desarrollo de estrategias más eficaces de tratamiento y prevención depende
de los avances en el conocimiento de sus mecanismos fisiopatológicos y etiopatogénicos
subyacentes.

En los inicios del siglo XX, los fundadores de la psiquiatría moderna consideran que la
esquizofrenia es un trastorno cerebral.

Tras la Segunda Guerra Mundial, con el auge de las teorías psicoanalíticas, se desplaza el
interés de las bases genéticas y neurobiológicas hacia las alteraciones de las relaciones
familiares y los factores estresantes psicosociales.

En la década de los 60 se llegó hasta el extremo de considerarla como "una respuesta sana a un
mundo enfermo".

En las últimas décadas el paradigma ha cambiado de nuevo. La esquizofrenia se considera un


trastorno cerebral y se desarrolla enormemente la investigación sobre los determinantes
biológicos. Este cambio se debe a los avances en los estudios de neuroimagen y neuropatología
que aportan evidencias de alteraciones cerebrales en los pacientes esquizofrénicos.
Desconocemos todavía la cronología de estos cambios, aunque los datos apuntan hacia un
trastorno en el desarrollo inicial del cerebro más que a un proceso degenerativo.

2. Objetivos

Conocer los factores neurobiológicos de la esquizofrenia en tres bloques diferenciados:

• Factores de riesgo e interacción genes-ambiente en la génesis de las psicosis.

• Alteraciones funcionales y estructurales en las psicosis: neurofisiología, neuroimagen y


anatomía patología.

• Alteraciones neuroquímicas de las psicosis.

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3. Factores de riesgo de la esquizofrenia: interacción genes-
ambiente
3.1 Introducción
Solamente los factores de riesgo genético tienen suficiente efecto como para ser considerados
causales. Sin embargo, no puede ignorarse la existencia de diversos factores de riesgo
ambiental.

Los factores de riesgo ambiental, tanto psicosociales como biológicos, pueden interactuar con la
vulnerabilidad genética a la enfermedad incrementando el riesgo de aparición de la
esquizofrenia.

Un hecho que nunca ha sido cuestionado es la mayor frecuencia de esquizofrenia entre los
familiares de pacientes afectados por el trastorno que en la población general, aunque sí se ha
discutido ampliamente sobre la transmisión familiar debida al ambiente y la determinada
genéticamente.

Figura 1. Riesgo de presentar la enfermedad a lo largo de la vida

Adaptado de McGuffin, Owen y Farmer.

Resulta evidente que el riesgo relativo de enfermar no se ajusta a un modelo clásico de


transmisión mendeliana. Aunque existen familias con un gran número de miembros afectados,
esto no es lo más frecuente y hasta en un 60% de los esquizofrénicos no se han podido detectar
antecedentes familiares.

La pregunta clave es si podemos explicar la esquizofrenia únicamente por las bases genéticas o
si los factores ambientales la justifican total o parcialmente, y si es el caso, cuál es la interacción
entre los factores genéticos y ambientales.

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Idea Clave 1
Se conoce la influencia genética y de los factores ambientales en la
aparición de esquizofrenia, pero se desconoce su nivel de interacción así
como la posible intervención de otros factores. De ese modo la explicación
causal de la esquizofrenia continúa siendo parcial.

3.2 Bases genéticas de la esquizofrenia


Los estudios familiares demuestran que los familiares en primer grado presentan un riesgo de
padecer el trastorno 10 veces superior al de la población normal, pero no permiten diferenciar
entre los riesgos derivados de factores genéticos y los derivados de factores ambientales.

Información más específica sobre los factores genéticos de la esquizofrenia procede de los
estudios de adopción y gemelos.

Los estudios de adopción permiten demostrar la mayor prevalencia del trastorno en hijos de
padres biológicos esquizofrénicos educados por padres adoptivos no esquizofrénicos, respecto a
hijos adoptivos de padres biológicos que no padecían esquizofrenia.

Del mismo modo han puesto de manifiesto que el educarse en una familia con un miembro
afecto no aumenta significativamente el riesgo de padecer esquizofrenia.

En los estudios de gemelos se ha constatado que la concordancia entre gemelos dicigotos es


del 14%, mientras que entre monocigotos alcanza el 40 ó 50%.

El riesgo de que los descendientes del gemelo monocigoto sano padezcan esquizofrenia es el
mismo que el de los del gemelo afecto. Esto indica que el gemelo sano podría presentar un
genotipo no expresado de la enfermedad.

El estudio de gemelos monocigóticos criados por separado demostró que la concordancia se


mantenía pese a los diferentes ambientes postnatales.

Los estudios más actuales en genética molecular se basan en tres estrategias diferenciadas:
1)"Rastreo del genoma", con marcadores genéticos anónimos,
2) Estudio de "loci favoritos" sugerentes de estar ligados a la enfermedad,
3) Estudio de "genes candidatos" posiblemente implicados en la fisiopatología del trastorno.

Los avances más recientes, aunque sin resultados concluyentes, se han producido mediante el
"rastreo del genoma", detectando posibles genes de susceptibilidad ligados con la esquizofrenia
en el brazo corto de los cromosomas 6, 8, 9, y 20 y en el brazo largo del cromosoma 22.

Idea Clave 2
A través de los estudios en genética molecular, concretamente con
"rastreo del genoma" se han detectado posibles genes de susceptibilidad
en el brazo corto de los cromosomas 6, 8, 9 y 20 y en el brazo largo del
cromosoma 22. Sin embargo, aunque dichos estudios son un ejemplo de
los avances más recientes, no han llegado aún a resultados concluyentes.

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3.3 Factores de riesgo ambientales
Las evidencias de alteraciones cerebrales morfológicas y neurohistológicas en los
esquizofrénicos, sugestivas de trastornos precoces del neurodesarrollo, han centrado el interés
de la investigación en posibles factores de riesgo prenatales o perinatales.

Tabla 1. Estimación del Riesgo Relativo de padecer esquizofrenia para los principales
factores de riesgo ambiental

Factores de Riesgo Riesgo relativo

Ambiente postnatal

• Inmigrante o minoría étnica 5

• Consumo crónico de cannabis 2

• Aislamiento en la infancia 2

Ambiente prenatal y perinatal

• Complicaciones obstétricas 2

• Malnutrición severa (1er Trimestre) 2

• Gripe materna (2º Trimestre) 2

• Nacer en zona urbana 1´4

• Nacer en invierno/inicio de primavera 1´1

Adaptado de Cannon y Jones

Los estudios de seguimiento de cohortes han mostrado un incremento moderado del riesgo
relativo de esquizofrenia asociado a complicaciones obstétricas: hipoxia fetal crónica, bajo peso
maternal e incompatibilidad Rh.

Otros factores epidemiológicos estudiados son el aumento del riesgo de padecer esquizofrenia
en los hijos de mujeres que durante el segundo trimestre de gestación se expusieron a una
epidemia de influenza, o el mayor riesgo de esquizofrenia entre los nacidos durante el invierno e
inicio de la primavera. También las deficiencias nutricionales de la madre durante el primer
trimestre o el estrés intenso durante el embarazo debido a la muerte del esposo aumentan el
riesgo de la enfermedad.

Las teorías inmunes y virales sobre el origen de la esquizofrenia se mantienen en vigor, aunque
sin datos concluyentes, como los factores causales postnatales más plausibles. Se ha invocado
la presencia de retrovirus que alteren el genoma, infecciones virales activas o inactivas,

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mecanismos inmunopatológicos activados por virus, mecanismos autoinmunes y efectos
secundarios de infecciones virales maternas.

La influencia del consumo de cannabis en la adolescencia se asocia con la aparición de


trastornos esquizofrénicos, pero aún no se ha determinado la dirección de la relación causal.

El efecto patogénico de los factores psicosociales en la esquizofrenia es difícil de evaluar


científicamente y no puede explicar la estabilidad de los datos epidemiológicos. El interés se
centra actualmente en los acontecimientos vitales estresantes, la expresividad emocional y la
interacción de estos factores con la vulnerabilidad a la enfermedad, así como sus efectos sobre
el inicio de los síntomas y el pronóstico.

Idea Clave 3
Las hipótesis sobre teorías inmunes y virales sobre el origen de la
esquizofrenia se mantienen en vigor, aunque sin datos concluyentes.
Actualmente se está estudiando con mucho interés el efecto de los
factores psicosociales, como los acontecimientos vitales estresantes y la
expresividad emocional en su interacción con la vulnerabilidad de la
enfermedad.

3.4 Aproximación a la etiología desde los factores de riesgo


Los factores de riesgo genético son los únicos en los que se ha podido demostrar un efecto
suficiente como para considerarlos agentes causales de la esquizofrenia. Los genes explican
entre el 63 y el 85% de la vulnerabilidad a padecer esquizofrenia.

Los avances en la investigación genética se ven limitados por las deficientes descripciones de
los fenotipos de la enfermedad. Probablemente existen diversos fenotipos que reflejan la
vulnerabilidad genética de la esquizofrenia: el "espectro de la esquizofrenia", que incluiría el
trastorno esquizotípico, el esquizoafectivo y las psicosis atípicas. Esto se refleja en una mayor
presencia de trastornos esquizotípicos entre los progenitores de pacientes y un aumento del
riesgo de padecer síntomas psicóticos entre los pacientes con trastornos afectivos que tienen
antecedentes familiares de esquizofrenia.

Se sospecha una posible vulnerabilidad genética en la esquizofrenia, pero no conocemos el


número de genes implicados, el modo de transmisión, la posible heterogeneidad genética, los
genes o productos de los genes implicados ni el grado en que el desarrollo de la esquizofrenia a
lo largo de la vida queda determinado en el momento de la concepción.

Resulta evidente que la enfermedad no se hereda inevitablemente asociada a un determinado


genotipo y algunos autores consideran que los factores genéticos no son ni necesarios ni
suficientes para explicar la etiología de la esquizofrenia.

Los estudios sugieren que factores ambientales físicos como las agresiones al feto durante el
periodo del neurodesarrollo en el que se produce la migración de células nerviosas al córtex
cerebral, pueden aumentar el riesgo de la enfermedad.

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Esta hipótesis se refuerza por la evidencia de las alteraciones en la epigénesis durante el
segundo trimestre del embarazo y las alteraciones de las estructuras hipocámpicas y
parahipocámpicas en los esquizofrénicos, zonas muy sensibles a la hipoxia.

Pero también podría tratarse de una alteración genética del desarrollo que predispusiera al
embrión a padecer complicaciones obstétricas o la consecuencia de conductas de riesgo de la
madre por pertenecer al espectro de la enfermedad.

Hasta el momento no se ha podido demostrar una especificidad entre una noxa ambiental y el
desarrollo de esquizofrenia. Mayor interés para futuras investigaciones suscita la cronología de
actuación de los diversos factores ambientales identificados y si en función de la causa externa,
el número de las mismas y el momento del desarrollo en que actúan, se pueden identificar
diferencias clínicas en los pacientes.

La posible existencia de formas genéticas y no genéticas (fenocopias) de la esquizofrenia implica


la aceptación de la existencia de un factor ambiental causal aún no identificado. Sin embargo, los
datos disponibles no permiten sostener que las fenocopias sin factores genéticos asociados
supongan una proporción sustancial de los afectados.

Idea Clave 4
Se sospecha la vulnerabilidad genética en la esquizofrenia, pero no
conocemos el número de genes implicados ni el modo de transmisión.
Tampoco ha podido demostrarse una especificidad entre una noxa
ambiental y el desarrollo de esquizofrenia.

3.5 Conclusiones
La esquizofrenia es una enfermedad, posiblemente un grupo de enfermedades, con una
marcada heterogeneidad clínica, que sugiere la existencia de factores etiológicos y procesos
fisiopatológicos también heterogéneos. Por este motivo, se han propuesto diversos modos de
transmisión de la enfermedad.

Tabla 2. Modelos de Transmisión de la esquizofrenia

Locus Mayor Único Un par de genes en un solo lugar

Poligénico Más de un gen; posiblemente muchos loci

Oligénico Sólo un pequeño número de loci

Multifactorial Interacción de factores genéticos y ambientales

Multifactorial poligénico Múltiples loci interactuando con diversos factores ambientales

Un Locus Mayor Único interactuando con múltiples loci y/o


Mixtos
factores ambientales

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Adaptado del Programa educativo de "enseñanza y aprendizaje de la esquizofrenia" de la
Asociación Mundial de Psiquiatría.

Los modelos etiológicos tradicionales consideran la vulnerabilidad a la esquizofrenia como la


suma del impacto de los factores de riesgo ambientales y genéticos: "modelos aditivos". Sin
embargo, cada vez más hemos de considerar la hipótesis de la "interacción gen-ambiente", es
decir, el control por los genes de la sensibilidad a una determinada enfermedad. Según esta
hipótesis, los factores de riesgo ambientales de tipo biológico y psicosocial, sólo ejercen un
efecto patogénico en personas que previamente presentan una vulnerabilidad genética.

El modelo de estrés-diátesis integra de modo comprensible los factores de tipo genético y


ambiental. Este modelo se basa en la existencia de una vulnerabilidad (diátesis) específica de la
persona, que bajo la influencia de una serie de factores ambientales estresantes conduce a la
expresión de la enfermedad.

Figura 2. Modelo de interacción genes-ambiente

Los conocimientos actuales apuntan claramente hacia el origen genético de la vulnerabilidad a


enfermar de los pacientes esquizofrénicos y señala la existencia de diversos factores estresantes
ambientales cuyo carácter necesario y/o suficiente para la expresión de la enfermedad no ha
sido suficientemente probado.

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Idea Clave 5
Existe una clara correspondencia entre la heterogeneidad clínica de la
esquizofrenia y la heterogeneidad de factores etiológicos. Actualmente, los
modelos aditivos han dado paso a modelos de interacción genes-ambiente.
Según estos modelos, la vulnerabilidad (diátesis), conduce, bajo la
influencia de factores estresantes, a la expresión de la enfermedad.

4. Alteraciones funcionales y estructurales de las psicosis


4.1 Introducción
Desde principios del siglo XX se ha relacionado la esquizofrenia con alteraciones de las
estructuras cerebrales, fundamentalmente el sistema límbico, el tálamo y la corteza prefrontal.

La dificultad para demostrar lesiones estructurales en las psicosis endógenas puede deberse a
su propia heterogeneidad clínica, fisiopatológica y etiopatológica.

Por otra parte, puede que muchos síntomas de las enfermedades psiquiátricas se deban a
factores estresantes psicosociales o a alteraciones funcionales de los neurotransmisores u otros
sistemas neuroquímicos que no son reversibles, sin alteraciones neuropatológicas
acompañantes. Puede ocurrir que los cambios estructurales sean tan sutiles que escapen a los
métodos actuales de evaluación, o que afecten áreas nunca estudiadas por los
anatomopatólogos.

Los nuevos métodos de estudio y la intensificación de la investigación neurobiológica de las


psicosis en los últimos 20 años ha demostrado la existencia de alteraciones estructurales en al
menos algunos subgrupos de pacientes. Sin embargo, estas alteraciones son sutiles y no
comparables en severidad o extensión a las de los pacientes con enfermedades cerebrales
degenerativas.

La mayoría de los autores coinciden en que estas alteraciones se producen durante el desarrollo
cerebral prenatal o perinatal. Se trataría de un trastorno del neurodesarrollo, a diferencia de los
trastornos neurodegenerativos como la enfermedad de Alzheimer.

Pero también se ha constatado un deterioro neuronal a lo largo de la enfermedad debido a la


propia enfermedad, fundamentalmente en el lóbulo temporal. Las alteraciones del desarrollo
cerebral predisponen al cerebro a descompensarse ante factores adicionales como la pubertad,
el envejecimiento, las drogas o el estrés.

Los avances en neurofisiología y neuroimagen nos han permitido en los últimos años
aproximarnos al conocimiento de las bases neurobiológicas de la psicosis, es decir a los
trastornos subyacentes a los heterogéneos cuadros clínicos que clasificamos como psicosis.

Idea Clave 6

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Los estudios sugieren una alteración del neurodesarrollo, probablemente
una migración defectuosa de las células subependimarias. Sin embargo, es
difícil demostrar lesiones estructurales en las psicosis endógenas, quizás
debido a su heterogeneidad clínica, pero también a que muchos síntomas
pueden deberse a factores estresantes psicosociales que no son
reversibles.

4.2 Neuroanatomía de las psicosis


En distintos estudios sobre cerebros post mortem de esquizofrénicos se han encontrado
alteraciones macroscópicas como un peso cerebral reducido en aproximadamente un 5%; área
ventricular aumentada un 15% pero no significativamente; asta temporal del ventrículo lateral
significativamente aumentada hasta un 80%; circunvolución del hipocampo reducida en anchura;
engrosamiento del cuerpo calloso; pérdida de células en el globus pallidus y reducción del
volumen del segmento interno del mismo; o pérdida de volumen en la sustancia negra, con
predominio de las alteraciones en el lado izquierdo.

Se han detectado también alteraciones microscópicas en dos regiones límbicas: la parte anterior
de la corteza del lóbulo de la ínsula y la corteza entorrinal, con alteraciones de la citoarquitectura
y disminución del número de células sin gliosis. Esto sugiere una alteración del neurodesarrollo,
probablemente una migración defectuosa de las células subependimarias.

También se han detectado alteraciones de las células en áreas del hipocampo.

4.3 Neurofisiología de la esquizofrenia


El funcionamiento del cerebro humano genera un sistema de señales eléctricas que se pueden
evaluar mediante técnicas no invasivas y con bajo coste.

Entre las técnicas neurofisiológicas se incluyen el Electroencefalograma (EEG), la Cartografía


Cerebral (CC), los Potenciales Evocados (PE) y los Movimientos Oculares Lentos (MOL). Todos
estos métodos se han aplicado al estudio de las esquizofrenias y han puesto de relieve un gran
número de déficits en estos pacientes.

El Electroencefalograma (EEG) tiene una primera utilidad en el diagnóstico diferencial de las


psicosis orgánicas al permitir descartar alteraciones neurológicas o médicas en pacientes con
psicosis atípicas. Aunque sin resultados concluyentes, se hipotetiza que los pacientes
esquizofrénicos presentan una ligera, pero significativa, lentificación de la frecuencia EEG basal.

La Cartografía Cerebral (CC) es una técnica evolucionada a partir del EEG. Mostró en un
principio una "hipofrontalidad" que posteriormente se atribuyó al artefacto de los movimientos
oculares que ocurren más frecuentemente en pacientes esquizofrénicos. La gran sensibilidad a
los artefactos hace que tengamos que ser muy cuidadosos al emplear estas técnicas.

Los Movimientos Oculares Lentos (MOL), la capacidad para seguir el movimiento de un


objeto, está alterada en pacientes y familiares de primer grado de pacientes esquizofrénicos, lo
que los convierte en un marcador de vulnerabilidad a la enfermedad, por lo que se ha utilizado
como prueba en los estudios genéticos.

Los Potenciales Evocados (PE) son las técnicas más útiles en la búsqueda de alteraciones del
funcionamiento cerebral en la esquizofrenia. Se basan en el estudio de la actividad eléctrica
cerebral en relación con estímulos específicos que implican procesamiento de la información.

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La P50 (una onda positiva a los 50 msg del estímulo) permite estudiar el filtrado sensorial, es
decir, la habilidad para diferenciar los estímulos importantes de los que no lo son.

La P300 (una onda positiva a 300 msg del estímulo) permite estudiar la respuesta ante una
nueva información o estímulo inesperado.

Ambas están alteradas en los pacientes esquizofrénicos y se correlacionan con alteraciones del
lóbulo temporal.

También se han encontrado similares alteraciones en familiares de primer grado de pacientes


esquizofrénicos y en pacientes con trastorno esquizotípico de la personalidad.

Uno de estos PE ha permitido el desarrollo de una de las teorías más interesantes que se han
desarrollado últimamente: el paradigma de la Inhibición Prepulso de la esquizofrenia. Si hacemos
oír a un individuo normal dos sonidos emparejados, uno tras otro, la respuesta al primer sonido
es mucho mayor que la respuesta al segundo.

La disminución de la respuesta al segundo sonido es un ejemplo del mecanismo de filtro


sensorial. Esto capacita al individuo para regular la vigilancia, de forma que pueda escuchar
todos los sonidos del medio o eliminarlos todos.

Generalmente, este mecanismo está disminuido en los esquizofrénicos, por lo que se ven
sumergidos en una atmósfera interna de continuo bombardeo de estímulos que no pueden
controlar, en permanente vigilancia y sin poder concentrarse. Estas alteraciones se han podido
relacionar con alteraciones específicas en los neurotransmisores en núcleos cerebrales del
circuito córtico-estriado-pálido-pontino.

Los resultados nos llevan a pensar que en la esquizofrenia es más correcto hablar de
alteraciones en determinados tipos de procesos cerebrales (neuropsicológicos), que de
alteraciones en el funcionamiento de determinadas regiones cerebrales.

En un futuro estas técnicas puestas en relación con los hallazgos de la neuroimagen y el


desarrollo de modelos neuroquímicos y animales, permitirán testar hipótesis etiopatogénicas y
realizar estudios de detección precoz y de diagnóstico diferencial en pacientes y población de
riesgo.

Idea Clave 7
Entre las técnicas neurofisiológicas que estudian la esquizofrenia, los
potenciales evocados (PE) son las más sutiles en la búsqueda de
alteraciones del funcionamiento cerebral.
Uno de los estudios con PE ha generado el paradigma de la Inhibición
propulso de la esquizofrenia, una de las teorías de mayor interés reciente,
y explica la dificultad de la esquizofrenia en el mecanismo de regulación de
la vigilancia.

4.4 Neuroimagen en las psicosis

4.4.1 Tomografía Axial Computerizada (TAC)

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El estudio de la estructura cerebral y de la función in vivo del cerebro está siendo posible gracias
al desarrollo de las técnicas de neuroimagen.

Estas técnicas han permitido avanzar en el conocimiento de la neuroanatomía de las psicosis y


los procesos neurobiológicos subyacentes.

La Tomografía Axial Computerizada (TAC) es la técnica más difundida. Se ha utilizado para


estudiar los cambios en el tercer ventrículo y en los ventrículos laterales, la relación entre el área
ventricular y cerebral (RVC), la presencia de atrofia cortical y la existencia de asimetrías
cerebrales.

Se han encontrado diferencias significativas entre pacientes y controles sanos, en relación con
un aumento de la RVC, un tercer ventrículo más amplio y alargamiento de los surcos.

Se ha sugerido la relación entre el aumento de tamaño de los ventrículos cerebrales y los


síntomas negativos de la enfermedad, la pobre respuesta al tratamiento, el curso crónico, el
deterioro intelectual, el déficit psicosocial y la mala adaptación premórbida.

Se considera que se trata de una alteración cerebral precoz, no evolutiva, posiblemente anterior
al inicio de la clínica de la enfermedad.

Su origen puede deberse a múltiples factores como ya se ha visto al hablar de la posible génesis
del trastorno.

Los resultados de los estudios sobre estas alteraciones son muy heterogéneos posiblemente en
relación con problemas metodológicos, fundamentalmente con la propia heterogeneidad de la
enfermedad.

Se ha demostrado una relación entre estos cambios estructurales y alteraciones en las


concentraciones de metabolitos de la dopamina (ácido homovalínico, HVA) y de la serotonina (5-
hidroxi-indolacético, 5-HIAA).

Otros estudios con TAC han encontrado una dilatación significativa del tercer ventrículo, atrofia
en áreas prefrontales y temporales, atrofia cerebelosa, asimetría cerebral y alteraciones en la
densidad tisular.

Estos datos en ocasiones son contradictorios, inespecíficos y de origen y significación no


aclarada todavía.

Idea Clave 8
La tomografía axial computerizada es la técnica de neuroimagen más
difundida. Se ha sugerido una posible relación entre el aumento de tamaño
de los ventrículos cerebrales y los síntomas negativos de la enfermedad.
Sin embargo, los datos obtenidos son todavía contradictorios,
inespecíficos y poco significativos.

4.4.2 Resonancia Magnética Nuclear (RMN)

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La mayoría de los estudios con Resonancia Magnética Nuclear (RM) apoya la evidencia de
alteraciones neuropatológicas en la esquizofrenia, pero también están sometidos a limitaciones
metodológicas.

El interés de esta técnica se centra en el estudio de la localización y cronología de los cambios


neuroanatómicos y en la relación de los cambios estructurales con los síntomas clínicos, el curso
y la heterogeneidad de la enfermedad.

Los cambios más significativos detectados son las alteraciones de los ventrículos y de las
estructuras temporolímbicas, el aumento de los surcos, las alteraciones de la sustancia gris
cerebral, de los lóbulos frontales, de las estructuras subcorticales, del cuerpo calloso y del
cerebelo.

Las alteraciones temporolímbicas se consideran fundamentales en la patogénesis de la


esquizofrenia por su relación con los síntomas alucinatorio-delirantes y los trastornos formales
del pensamiento. Sin embargo, las alteraciones relacionadas con la resolución de problemas
complejos, la apatía, la abulia y el retraimiento social se relacionan con alteraciones del lóbulo
frontal.

La relación de los ganglios basales con trastornos motores similares a los que se presentan en la
esquizofrenia, su relación con vías dopaminérgicas y las conexiones entre el funcionamiento de
los ganglios basales y el lóbulo frontal, los convierten en el tercer foco de atención prioritaria en
la neuropatología de las psicosis.

En la actualidad quedan muchas regiones cerebrales sin analizar intensivamente, por lo que se
sugiere que los cambios estructurales locales detectados pueden ser el reflejo de un proceso
cortical difuso.

Idea Clave 9
Uno de los cambios más significativos detectados consiste en la alteración
de los ventrículos así como de las estructuras temporolímbicas,
relacionándose éstas últimas con los síntomas alucinatorio-delirantes y los
trastornos formales del pensamiento.
Sin embargo, parece que los cambios locales detectados pueden ser el
reflejo de un proceso cortical difuso. Quedan aún muchas regiones
cerebrales por analizar.

4.4.3 Tomografía por Emisión de Fotón Único (SPECT)

Las técnicas de neuroimagen funcional permiten dar un paso más en el estudio de la


neuropatología de las psicosis al evaluar los cambios neuroquímicos, metabólicos y fisiológicos.

La Tomografía por Emisión de Fotón Único (SPECT) se ha empleado fundamentalmente en el


estudio de perfusión sanguínea o flujo cerebral como indicadores del metabolismo local.

Últimamente se han empleado marcadores específicos de los neurorreceptores, lo que permite


estudiar su densidad y afinidad, así como los cambios que se producen con el tratamiento.

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La combinación de esta técnica con pruebas de estimulación neurocognitivas permite realizar
evaluaciones de funciones neuropsicológicas específicas.

Los estudios con SPECT no han podido demostrar una hipofrontalidad en el sentido de un déficit
permanente de perfusión. Sin embargo, sí se ha encontrado una disminución en la perfusión en
respuesta a estímulos cognitivos específicos.

Las alteraciones de la perfusión en los ganglios basales parecen estar relacionadas con el
tratamiento de la psicosis. También se han detectado alteraciones en la perfusión de los lóbulos
temporales. Pero el lugar en el que se inician estas alteraciones y su especificidad en relación
con los trastornos psicóticos no han sido demostrados.

Estamos pendientes de estudios que examinen más globalmente la actividad cerebral, en


particular la relación entre las regiones afectadas, y que comparen estos datos con los
encontrados en otras patologías psiquiátricas crónicas.

El estudio de la disponibilidad y distribución de receptores D2 dopaminérgicos llevado a cabo con


SPECT permitiría, en teoría, predecir la respuesta terapéutica y ajustar mejor las dosis y el tipo
de neuroléptico.

Idea Clave 10
El SPECT se ha utilizado principalmente en el estudio de perfusión
sanguínea o flujo cerebral como indicadores del metabolismo local. Hasta
ahora no se ha podido demostrar un déficit permanente de perfusión,
aunque sí una disminución en la respuesta a estímulos cognitivos. Hacen
falta más estudios sobre la actividad cerebral global, que comparen los
resultados con otras patologías psiquiátricas crónicas. Por otra parte, el
uso del SPECT podría ayudar a predecir la respuesta terapéutica y ajustar
así mejor la dosis y el tipo de neuroléptico en el tratamiento.

4.4.4 Tomografía por Emisión de Protones (PET)

La Tomografía por Emisión de Protones (PET) es la técnica más poderosa para el estudio de
la función cerebral in vivo.

En el campo de las psicosis ha permitido visualizar los receptores D2, cuantificar la síntesis de
dopamina, así como su recaptación presináptica.

En la actualidad disponemos de marcadores para cualquier tipo de receptor. Sin embargo, esta
capacidad se ve limitada por aspectos metodológicos, de coste y de disponibilidad de la técnica.

Hasta el momento se ha estudiado el flujo sanguíneo regional cerebral y el metabolismo de la


glucosa cerebral en condiciones basales, comparando los sujetos sanos con los pacientes
esquizofrénicos.

Se ha intentado relacionar dichos cambios con variables clínicas como la edad, la cronicidad de
la enfermedad, los síntomas negativos y positivos y el tratamiento.

Se han elaborado estudios durante la realización de pruebas neuropsicológicas específicas,


comparando el patrón de activación cerebral con la actividad en situación basal en pacientes y

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controles sanos. Las áreas estudiadas son aquéllas que habían sido ya identificadas como de
mayor interés con las técnicas precedentes. Los resultados han aumentado las evidencias de
alteraciones neuropatológicas en las psicosis.

Se han estudiado alteraciones en los receptores dopaminérgicos, especialmente D2, con


resultados dispares atribuibles a problemas metodológicos de la técnica y a la heterogeneidad de
la muestra.

También se han estudiado alteraciones en el metabolismo de la dopamina como posible


mecanismo subyacente en la fisiopatología de la esquizofrenia.

También se ha estudiado la importancia en las psicosis de otros receptores como los opiodes o
los serotonérgicos.

La misma técnica ha sido aplicada al estudio de las características de los fármacos


antipsicóticos.

Idea Clave 11
El PET ha permitido la visualización de los receptores D2, la cuantificación
de la síntesis de dopamina, sin recaptación presináptica, así como las
posibles alteraciones de su metabolismo.
Lo que más se ha podido estudiar hasta ahora, a pesar de las limitaciones
metodológicas, de coste y de disponibilidad de la técnica, ha sido el flujo
sanguíneo regional cerebral y el metabolismo de la glucosa.

4.5 Conclusiones
Integrar todos estos datos en un modelo único de esquizofrenia resulta hoy por hoy imposible, y
nos remite de nuevo al problema de la heterogeneidad clínica de las psicosis.

En cualquier caso, resulta evidente la presencia de alteraciones neuroanatómicas que refuerzan


las bases biológicas de las psicosis.

Podemos afirmar que un elevado número de pacientes psicóticos presenta alteraciones


estructurales y funcionales en el cerebro.

Estas alteraciones se han demostrado de forma consistente en la red témporo-límbica-prefrontal.


Las alteraciones son frecuentes, pero no aparecen en todos los pacientes psicóticos ni son
específicas de la enfermedad.

5. Alteraciones neuroquímicas en las psicosis


5.1 La explicación molecular
La búsqueda de una explicación molecular de las psicosis se inicia con la hipótesis de una
alteración en algún neurotransmisor, por exceso o por defecto, o por alteración de la interacción
con otros neurotransmisores.

16
Para comprobar esta hipótesis se han estudiado las concentraciones de los neurotransmisores y
de sus metabolitos en el cerebro, en orina, en sangre y en el líquido cefalorraquídeo (LCR).

Se estudiaron también sus receptores mediante estudios post mortem, técnicas de neuroimagen
funcional y modelos animales.

Se utilizaron agonistas y antagonistas de estos receptores como herramientas de trabajo y se


estudió la interacción entre los distintos neurotransmisores.

Los primeros resultados apuntaron hacia alteraciones en el metabolismo de la dopamina, pero


posteriormente se implicaron también otros neurotransmisores como la serotonina y el glutámico.

5.2 La hipótesis dopaminérgica


Propugna la existencia de una hiperactividad dopaminérgica.

Se basa en el hecho de que la anfetamina, la L-DOPA y la cocaína, que potencian la vía


dopaminérgica, pueden causar síntomas psicóticos, y que el haloperidol y la clorpromacina, que
bloquean los receptores D2, los revierten.

Sin embargo, un 30% de pacientes con síntomas psicóticos no responden a los neurolépticos
antagonistas D2.

Algunos pacientes, pese a que según los estudios de PET sus receptores D2 del cuerpo estriado
están bloqueados por neurolépticos, siguen presentando síntomas psicóticos.

El efecto antipsicótico de los neurolépticos no se produce directamente por el bloqueo de los


receptores dopaminérgicos, sino al tiempo de su administración en virtud de los cambios
plásticos que implican la inactivación de las neuronas dopaminérgicas del área tegmental ventral
del sistema límbico, bloqueando su despolarización.

Las hipótesis actuales sugieren que lesiones dorsolaterales prefrontales pueden provocar la
hipoactividad dopaminérgica en el tracto mesocortical responsable de los síntomas negativos y
que la hiperactividad dopaminérgica mesolímbica daría lugar a los síntomas alucinatorio-
delirantes.

Del mismo modo que se han relacionado los receptores D2 con los síntomas positivos, los
receptores D3 y D4 se han relacionado con los síntomas negativos.

Idea Clave 12
Las hipótesis dopaminérgicas propugnan la existencia de una
hiperactividad dopaminérgica. A pesar de esto, un 30% de los pacientes
psicóticos no responden a los neurolépticos antagonistas D2. Algunos
continúan presentando síntomas psicóticos, a pesar de que el PET indica
que los receptores D2 están bloqueados por neurolépticos. Las hipótesis
actuales se centran en los efectos de las lesiones dorsolaterales
prefrontales.

17
5.3 La hipótesis serotonérgica
La serotonina se relacionó con las psicosis en los años 50 en base a los efectos alucinógenos
producidos por el LSD (dietilamida del ácido lisérgico).

Posteriormente se ha encontrado un aumento de niveles de serotonina en el putamen, los


ganglios basales, globus pallidus y el núcleo accumbens, así como una disminución en el
hipocampo, el hipotálamo y el bulbo raquídeo.

El ácido 5-hidroxiindolacético (5-HIAA), principal metabolito de la serotonina, está aumentado en


el globus pallidus y en el núcleo accumbens.

La monoamino oxidasa (MAO), enzima que metaboliza la serotonina en 5-HIAA, está disminuida
en pacientes con alucinaciones auditivas.

Los estudios de los receptores de serotonina en el cerebro de pacientes esquizofrénicos apoyan


la hipótesis serotonérgica, pero no son concluyentes.

Adicionalmente, el tratamiento con antipsicóticos atípicos, antagonistas del receptor


serotonérgico 5-HT2, han demostrado ser eficaces para controlar los síntomas negativos.

Idea Clave 13
La serotonina se relaciona con las psicosis desde los años 50. Se ha
encontrado un aumento de niveles en distintos núcleos cerebrales. Por
otra parte, el tratamiento con antipsicóticos atípicos, antagonistas del
receptor serotonérgico 5-HT2 , han demostrado ser eficaces para el control
de los síntomas negativos, sin que por ahora los resultados sean
concluyentes.

5.4 La hipótesis glutamatérgica


El ácido glutámico es el principal neurotransmisor presente en la corteza cerebral.

Los mecanismos de acción de la fenciclidina (PCP o "polvo de ángel"), una droga con efectos
alucinógenos, se relaciona con este neurotransmisor.

En los primeros estudios con pacientes afectos de psicosis paranoides, el ácido glutámico en
LCR estaba reducido a la mitad, pero los resultados posteriores han sido contradictorios.

En diferentes áreas de la corteza cerebral de los pacientes esquizofrénicos se ha encontrado un


aumento del receptor N-metil-D-aspartato (NMDA), que reflejaría un mecanismo de adaptación
postsináptica a la disminución de los niveles de glutámico.

5.5 Psicosis y neuropéptidos


Se ha estudiado el papel de los péptidos opiodes con resultados contradictorios.

18
También se ha estudiado el papel de la colecistocinina (CCK) por su capacidad de potenciar las
vías dopaminérgicas.

Se han postulado diversas hipótesis sobre posibles mecanismos fisiopatológicos de las psicosis
relacionados con neuropéptidos y se han realizado ensayos terapéuticos basados en ellas, pero
con resultados poco alentadores.

5.6 Interacción entre neurotransmisores


Los principales sistemas de neurotransmisión implicados en las psicosis, dopamina,
noradrenalina, serotonina, glutámico, GABA, etc, están relacionados entre sí por diferentes
mecanismos de interacción.

Las neuronas serotonérgicas que se originan en los núcleos del rafe inhiben las neuronas
dopaminérgicas del núcleo estriado y de la sustancia negra.

Los antipsicóticos atípicos son antagonistas serotonérgicos, por lo que liberan la transmisión
dopaminérgica de la vía mesocortical del efecto inhibidor de la serotonina, y por este mecanismo
pueden mejorar los síntomas negativos.

La liberación de dopamina en el núcleo accumbens y cuerpo estriado está inhibida por neuronas
colinérgicas, activadas a su vez por neuronas glutamatérgicas.

Si el glutámico disminuye, disminuye la transmisión colinérgica, cesa la inhibición y aumenta la


transmisión de dopamina.

Las vías dopaminérgicas corticoestriatales y nigroestriatales confluyen en neuronas


GABAérgicas del núcleo estriado.

Por otro lado, la dopamina inhibe la transmisión de GABA por medio de los receptores D2, y el
glutámico activa la liberación de GABA a través de los receptores NMDA.

En resumen, la hiperactividad dopaminérgica y la hipoactividad glutamatérgica son dos caras de


la misma moneda y tendrían el mismo efecto.

Idea Clave 14
Los principales sistemas de neurotransmisión implicados en las psicosis,
como la dopamina, la serotonina, la noradrenalina, el glutámico, el GABA,
etc. están relacionados por diferentes mecanismos de interacción.
Hiperactividad dopaminérgica e hipoactividad glutamatérgica tienen el
mismo efecto.

5.7 Conclusiones
Para suplir las deficiencias de la hipótesis dopaminérgica han surgido hipótesis alternativas que
implican a múltiples neurotransmisores, neuropéptidos y neuromoduladores.

La combinación de los datos sobre alteraciones neuroquímicas y neuroanatómicas permite


establecer hipótesis cada vez más complejas sobre los mecanismos fisiopatológicos
subyacentes a los diversos síndromes que constituyen las psicosis.

19
6. Resumen
Las psicosis son heterogéneas en sus manifestaciones clínicas, en los mecanismos
fisiopatológicos subyacentes y en los factores etiopatogénicos que las inician.

La combinación de varios factores de riesgo genéticos y ambientales que en sí mismos no son ni


necesarios ni suficientes para explicar la enfermedad, puede producir diversas alteraciones
bioquímicas, estructurales y funcionales en el cerebro de las personas afectadas que se
manifiesten en forma de síndromes clínicos diferenciados.

Puede tratarse de un único proceso (enfermedad) al que se puede llegar por múltiples vías
causales que ponen en marcha procesos fisiopatológicos paralelos que se manifiestan en grados
distintos de alteración de varias dimensiones psicopatológicas. Pero puede también tratarse de
múltiples procesos (enfermedades) en los que las causas implicadas activen mecanismos
fisiopatológicos específicos responsables directos de las manifestaciones clínicas.

Estamos ante uno de los focos prioritarios de investigación clínica y básica en psiquiatría. Cada
mes aparecen nuevos datos para completar el puzzle. Sin embargo, todavía no podemos ofrecer
una imagen que integre globalmente todos los conocimientos actuales. Puede ser que nos falten
datos o que nos empeñemos en buscar una explicación cuando debiéramos buscar varias.

La teoría del neurodesarrollo es el conjunto de hipótesis que mejor explica la etiopatogenia de la


esquizofrenia: los factores etiológicos, genéticos y ambientales (complicaciones obstétricas,
infecciones virales, etc), alteran el desarrollo cerebral, por lo que se producen las alteraciones
neuroanatómicas observadas y las modificaciones de los circuitos funcionales cerebrales
asociados responsables de las manifestaciones clínicas de la enfermedad.

Las alteraciones perinatales no son suficientes para explicar la enfermedad pero predisponen al
sujeto. La maduración postnatal del cerebro está condicionada por el desarrollo prenatal y por
otros factores endógenos, como los cambios hormonales propios del desarrollo, y ambientales,
como el estrés o las drogas.

La alteración del neurodesarrollo puede afectar en etapas precoces, especialmente durante el


segundo trimestre de gestación, a la migración y diferenciación neuronal, al establecimiento de
conexiones entre las neuronas (sinapsis) y al proceso de mielinización.

En la segunda década de la vida vuelven a producirse grandes cambios madurativos en el


funcionamiento cerebral que posiblemente se deban a la eliminación tardía de conexiones
neuronales corticales producidas en exceso en etapas precoces para establecer las redes y
sistemas neuronales del adulto: si este proceso de "poda" de sinapsis es exagerado puede
explicar la aparición de psicosis en la segunda década de la vida en pacientes con buen ajuste
premórbido y buenos rendimientos cognitivos previos.

7. Ejercicios de autoevaluación

1. Etiología de la esquizofrenia:
a) Factores ambientales
b) Factores genéticos
c) Factores ambientales y genéticos
d) Factores neuroendocrinos

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2. Porcentaje de casos en que la vulnerabilidad a presentar esquizofrenia se podría
explicar por transmisión genética:

a) 0 - 20%
b) 20 - 40%
c) 40 - 60%
d) 60 - 80%

3. Número de genes implicados en la transmisión genética de la esquizofrenia:

a) Desconocido
b) 0 - 20%
c) 20 - 40%
d) 40 - 60%

4. Alteraciones estructurales observadas en la esquizofrenia:

a) Sistema límbico
b) Tálamo
c) Córtex prefrontal
d) Todas las anteriores

5. Alteraciones estructurales en la esquizofrenia que el TAC pone de manifiesto:

a) Cambios en el tercer ventrículo


b) Asimetrías cerebrales
c) Cambios en los ventrículos laterales
d) Todas las anteriores

6. Técnica más poderosa para el estudio de la función cerebral in vivo:

a) PET
b) RMN
c) SPECT
d) TAC

8. Solucionario
1. c
2. d
3. a
4. d
5. d
6. a

9. Bibliografía

• Andreasen, N.C.; Costa e Silva, J.; Crow, T.; López-Ibor, J.J.; Moussaoui, D.;
Setyonegoro, K. Enseñanza y aprendizaje de la esquizofrenia. Programa educativo de
la Asociación Mundial de Psiquiatría. [Una versión actualizada estará pronto disponible
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21
• Buckley, P.F.; Buchanan, R.W.; Tamminga, C.A.; Schulz, C. (2000). “Schizophrenia
Research: A Progress Report, Summarizing Proceedings of the 1999 International
Congress on Schizophrenia Research”. Schizophrenia Bulletin (núm. (26) 2, págs. 411-
419).

• Carpenter, W.T.; Buchanan, R.W. (1994). “Schizophrenia”. The New England Journal of
Medicine (núm. (330) 10, págs. 681-690). [Artículo de revisión que ofrece con prodigiosa
claridad y concisión una visión general sobre las bases neurobiológicas de la
esquizofrenia y de la enfermedad en general, diagnóstico, curso, pronóstico y
tratamiento. Sienta los conocimientos básicos y permite introducirse en las
investigaciones de los últimos años].

• Chinchilla Moreno, A. (1996). Las esquizofrenias. Barcelona: Masson, S.A. [El capítulo
3 sobre etiopatogenia de la esquizofrenia revisa sistemáticamente todos los aspectos de
la neurobiología de la esquizofrenia].

• Current Opinion in Psychiatry. [Publicación oficial de la Asociación Mundial de


Psiquiatría. Publica anualmente revisiones bibliográficas actualizadas por especialistas
en los principales temas de la psiquiatría. Recomendamos revisar los números 1 de los
últimos 5 años (1996-2000), volúmenes 9 al 13, que incluyen las revisiones sobre
esquizofrenia con numerosos artículos sobre los aspectos neurobiológicos del trastorno.
El volumen 13, nº 1 (enero de 2000) está disponible en la dirección
http:/www.currentopinion.com].

• McGuffin, P.; Owen, M.J.; Farmer, A.E. (1995). “Genetic basis of schizophrenia”.
Lancet (núm. (346) 9, págs. 678-682). [Al igual que el artículo anterior sienta las bases
de los conocimientos actuales sobre genética de las psicosis y permite comprender la
evolución de los estudios en los últimos años].

• McNeil, T.F. (1995). “Perinatal risk factors and schizophrenia: selective review and
methodological concerns”. Epidemiologic Review (núm. (17) 1, págs. 107-112).

• Portin, P.; Alanen, Y.O. (1997). “A critical review of genetic studies of schizophrenia. I.
Epidemiological and brain studies”. Acta Psychiatrica Scandinavica (núm. (95), págs. 1-
5).

• Portin, P.; Alanen, Y.O. (1997). “A critical review of genetic studies of schizophrenia. II.
Molecular genetic studies”. Acta Psychiatrica Scandinavica (núm. (95), págs. 73-80).

• Sáiz Ruiz, J. (1999). Esquizofrenia: Enfermedad del cerebro y reto social. Barcelona:
Masson, S.A. [Incluye una cuidadosa revisión actualizada de los aspectos
neurobiológicos de la esquizofrenia: neurocircuitos, neuroquímica, genética,
neuropsicología, neurodesarrollo y neuroimagen (capítulos 2 al 7)].

• van Os, J.; Marcelis, M. (1998). “The ecogenetics of schizophrenia”. Schizophrenia


Research (núm. (32), págs. 127-135). [Presenta una revisión de los conocimientos
actuales y propone diversas hipótesis explicativas de la interacción entre los factores
genéticos y ambientales].

• http:/www.psiquiatría.com. [Portal de Internet que da acceso a múltiple información


actualizada y recursos en la red sobre el tema de estudio].

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