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- Tutorial nº 35 -
Uniones Roblonadas
Índice de contenidos:
1- Introducción
1.1- Generalidades
2- Clases de roblones
4.2- Agujeros
1- Introducción
1.1- Generalidades
Un roblón es un elemento, los tipos de roblones más empleados son de material de acero aunque los
hay de otros materiales (aluminio, cobre, etc.), similar a un tornillo pero sin rosca, que se usa para
ejecutar las uniones entre piezas metálicas.
Uniones roblonadas
Para llevar a cabo esta unión, el roblón se introduce en el agujero practicado entre las chapas metálicas
a unir.
Para realizar los agujeros se puede emplear taladros o también se pueden realizar mediante punzonado.
En aplicaciones metálicas donde no se requiera de excesiva precisión, los agujeros se suelen realizar 1
mm más anchos que la espiga (caña o vástago) del roblón:
da = d + 1 mm
siendo,
En otros tipos de aplicaciones, por ejemplo en trabajos de calderería o de más precisión, los roblones
deben insertarse bien ajustado al taladro de las piezas, de manera que rellenen completamente el
agujero.
La longitud (l) de la espiga del roblón deberá elegirse de tal forma que, al ser colocado, pueda formarse
la cabeza de cierre y a la vez, pueda rellenarse completamente el hueco del agujero.
En general, se recomienda que la longitud de la espiga (l) del roblón en bruto sea la obtenida por la
siguiente formulación:
l = (4d/3) + Σei
siendo,
El proceso de ejecución de las uniones roblonadas es muy simple. En primer lugar, la espiga del roblón
se introduce en el agujero practicado hasta que haga tope la cabeza con la pieza.
Posteriormente, su extremo opuesto que sobresale se calienta hasta que la temperatura del roblón
quede comprendida entre 950 ºC (rojo cereza claro) y 1050 ºC (color rojo naranja) hasta que pueda
permitir su moldeo. De esta forma, el extremo opuesto a la cabeza del roblón se moldea, dándole
generalmente la misma forma que la que tiene la cabeza. Se deberá tratar que al terminar de formarse
la cabeza de cierre, la temperatura del roblón no sea mayor que 700 ºC (color rojo sombra).
Clases de roblones
En general, los roblones de cabeza plana o bombeada sólo se emplean en casos excepcionales, usándose
normalmente los roblones de cabeza esférica. Sólo cuando la cabeza saliente del roblón normal o
esférico pudiera impedir el correcto ajuste entre los elementos de la estructura se recomienda emplear
los otros tipos de roblones (de cabeza plana o bombeada).
A continuación se va a indicar cómo realizar la representación en planos de los roblones utilizados en las
uniones roblonadas.
Como se va a apreciar en la figura siguiente, en el ángulo superior izquierdo del símbolo que representa
el roblón se deberá rotular el diámetro del agujero. A modo de ejemplo se ha indicado en la siguiente
tabla la representación de distintos tipos de roblones con diámetro nominal 22 mm, y diámetro de
agujero de 23 mm.
De entre los distintos materiales que se pueden emplear para la fabricación de roblones destaca el
acero, debido a que es un material de gran aplicación en la industria y construcción civil, motivado por
su ventajosa relación entre las prestaciones de resistencia y durabilidad frente al precio o facilidad en su
fabricación.
No obstante, los roblones de acero van a ser más pesados, por lo que no se recomienda emplearlos en
aquellas aplicaciones donde se requiera de estructuras ligeras (componentes de vehículos, aplicaciones
aerospacial...), limitándose su uso en el ámbito de la construcción, maquinaria y decoración.
Así pues, en función de la aplicación habrá que escoger el tipo de material más adecuado para el bulón,
dado que no todos los materiales ofrecen las mismas prestaciones de resistencia mecánica, resistencia a
la oxidación, a la corrosión, o bien, al comportamiento frente a la temperatura o su resistencia a la fatiga
ante solicitaciones de tipo cíclicas.
Además, otro factor a tener en cuenta es el empleo de roblones en uniones entre distintos metales
donde posiblemente se vayan a originar pares galvánicos, que favorecerá la corrosión de unos metales
frente a otros.
• Acero:
Para unir piezas de acero se emplearán roblones también de acero cuya calidad y tipo será función del
tipo de los aceros que se vayan a unir. De esta forma, los roblones empleados tendrán las características
que se especifican en las siguientes tablas de calidades de los aceros:
Se recomienda el marcado en relieve de la clase de acero de los roblones en su cabeza para distinguirlos.
• Aluminio:
Se pueden emplear roblones en aleaciones de aluminio para unir piezas igualmente de aluminio y que
no requieran resistir grandes solicitaciones de esfuerzos. Es muy ventajoso su empleo en aquellas
aplicaciones donde se requiera de estructuras ligeras de poco peso.
Los roblones fabricados con aleaciones de titanio ofrecen las mismas prestaciones que los de aluminio,
con la particularidad de poder ofrecer además mayor resistencia mecánica para el mismo tamaño de
roblón y poder resistir también mayor rango de temperatura.
• Cobre:
Los roblones de cobre son muy fáciles de montar debido a la gran ductilidad que presenta el cobre. No
obstante sólo soportan esfuerzos bajos.
Se recomienda consultar el tutorial nº 112 "Propiedades mecánico-químicas del cobre" para acceder a
los distintos tipos de aleaciones de cobre disponibles recomendadas según su aplicación.
Otros materiales empleados en la fabricación de roblones son el níquel (especialmente aleaciones de las
familias monel e inconel) o el bronce que son fáciles de montar debido a la gran ductilidad del material,
aunque los roblones de bronce sólo sirvan para soportar esfuerzos relativamente bajos.
2- Clases de roblones
Entre las clases de roblones que se comercializan normalmente en el mercado para su uso están los
roblones denominados de cabeza esférica.
- Designación:
Los roblones de cabeza esférica se designan con la sigla E, seguida del diámetro de la espiga o caña en
mm, el signo "x", la longitud de la espiga del roblón en mm, y por último suele finalizar la designación
con la referencia a la norma que se ha empleado.
- Dimensiones:
Las dimensiones para los roblones de cabeza esférica, así como el diámetro del agujero donde van
alojados, se encuentran normalizados y sus valores se indican en la siguiente tabla:
A continuación se proporciona una tabla con el peso de 1.000 roblones de cabeza esférica, en función de
su tipo y de la longitud de su caña, considerando un peso específico para el acero de 7,85 kg/dm3.
Continuando con los tipos de roblones, otra de las clases de roblones que se comercializan usualmente
en el mercado son los llamados roblones de cabeza bombeada.
Los roblones de cabeza bombeada tienen la forma geométrica que se puede ver representada en la
figura adjunta.
- Designación:
Los roblones de cabeza bombeada se designan con la sigla B, seguida del diámetro de la caña o vástago
en mm, el signo "x", la longitud de la caña del roblón en mm, y por último suele finalizar la designación
con la referencia a la norma que se ha empleado en su designación.
- Dimensiones:
Las dimensiones de cada tipo de roblón y el diámetro del agujero donde van alojados están
normalizados y sus valores se indican en la siguiente tabla:
A continuación se proporciona una tabla con el peso de 1.000 roblones de cabeza bombeada, en función
de su tipo, de la longitud de su caña y considerando un peso específico para el acero de 7,85 kg/dm3.
Y por último, además de las anteriores ya mencionadas, otra de las clases de roblones que se
comercializan normalmente en el mercado son los roblones de cabeza plana.
Los roblones de cabeza plana tienen la forma geométrica que se puede ver representada en la figura
adjunta.
- Designación:
Los roblones de cabeza plana se designan con la sigla P, seguida del diámetro de la caña o vástago del
roblón en mm, el signo "x", la longitud de la caña del roblón en mm, y por último, suele finalizar la
designación con la referencia a la norma que se ha empleado en su designación.
- Dimensiones:
Las dimensiones de cada tipo de roblón y el diámetro del agujero donde van alojados están
normalizados y sus valores se indican en la siguiente tabla:
A continuación se proporciona una tabla con el peso de 1.000 roblones de cabeza plana, en función de
su tipo, de la longitud de su caña y considerando un peso específico para el acero de 7,85 kg/dm3.
Como norma general, en las uniones roblonadas se recomienda que el roblón no trabaje nunca
sometido a esfuerzo de tracción que actúe en dirección paralela al eje longitudinal del roblón, sino que
trabaje solicitado a esfuerzos que sean transversales a su eje, llamados esfuerzos de cortante.
Como se ha dicho, habitualmente las uniones roblonadas se diseñarán para que los roblones trabajen
sólo a cortante debido a la carga actuante (P) perpendicular a su eje.
El valor de esta carga (P), a efectos de comprobación de la resistencia del roblón, deberá estar
ponderado por los correspondientes coeficientes de mayoración de la carga o coeficientes de seguridad.
Esta carga (P) de tipo cortante va a generar una tensión de cortadura (τ) en la sección del roblón, de
valor:
P
τ=
Av
Siendo Av el área de la sección del roblón que interviene a resistencia en el cortante. En esta ocasión,
coincide con el área transversal de la sección cilíndrica del roblón:
Av = π·d2/4
Por otro lado, según el criterio de Von-Mises, la tensión cortante límite (τlím) que puede soportar el
bulón estará condicionada por el límite elástico (σe) del material, a partir de la siguiente expresión:
σe
τlím =
√3
siendo (σe) el límite elástico del material del vástago del roblón. Como norma general, se recomienda
emplear bulones de aceros con un límite elástico de al menos, σe =2600 kg/cm2.
La condición para que no se produzca el agotamiento de la espiga del roblón es que su tensión de
cortadura (τ) no alcance la tensión de cortante límite (τlím) del material, es decir:
τ < τlím
π · d2 / 4
Púltimo = τlím · n · π · d2 / 4
siendo d el diámetro de la sección del roblón, n el número de roblones que forman la unión y (τlím) la
tensión límite a cortante, cuyo valor se calculaba como:
σe
τlím =
√3
- Solicitación de agotamiento a tracción (Túltimo):
Cuando excepcionalmente y por razones constructivas una unión roblonada esté solicitada a tracción,
entonces se considerará como solicitación de agotamiento de la unión, suponiendo la unión roblonada
constituida por n roblones resistiendo conjuntamente, a la dada por la siguiente expresión:
Túltimo = 0,25· n · σe · π · d2 / 4
No obstante, como ya se ha comentado, deberán evitarse las uniones en las que los roblones puedan
estar solicitados sólo a esfuerzos de tracción.
Por último, y sólo cuando excepcionalmente un roblón pueda estar solicitado simultáneamente a
esfuerzos de tracción y cortante, se deberá comprobar que se cumple la siguiente condición:
(T/Túltimo)2 + (P/Púltimo)2 ≤ 1
donde,
Para más información, se adjunta el Anejo 3.A5 de la norma española NBE-EA-95, donde se resumen
algunas de las fórmulas utilizables para el cálculo de los esfuerzos ponderados que transmite una chapa
a cada uno de los roblones que forman una unión roblonada.
Por otro lado, la carga a cortante (P) que actúa sobre la unión roblonada también incide presionando el
vástago del roblón contra las paredes del agujero donde va alojado.
Esta solicitación origina un aplastamiento de las paredes del agujero debida a la presión que ejerce el
roblón, según se puede apreciar en la figura adjunta.
Esta situación de esfuerzos origina una tensión en la propia pared del agujero, cuyo valor puede
estimarse como:
σ = P / (d·e)
donde (d) es el diámetro del vástago del roblón, y (e) es el espesor de la chapa.
Y por tanto, para que no se produzca el agotamiento de la unión debido a una sobrepresión de las
paredes del agujero, se deberá asegurar que se cumpla que:
σ < σadm
donde (σadm) es la tensión máxima admisible por aplastamiento del material de la chapa. A falta de
información sobre la tensión máxima admisible por aplastamiento de la chapa, se puede considerar
como tensión límite (σadm) la resistencia de cálculo del acero de la chapa.
En este apartado se continúa con la serie de comprobaciones que habrá que realizar para asegurar que
no se produce el agotamiento del roblón ni del material de la chapa en las uniones roblonadas.
Unión roblonada
En este caso, otro de los motivos que puede dar lugar al agotamiento de las uniones roblonadas es la
destrucción de la chapa por desgarro de su sección.
En este caso, se origina una tensión de cortadura (τ) en la sección más debilitada de la chapa con el
agujero, cuyo valor se puede calcular mediante la siguiente expresión:
τ=
2 · e' · (a - da / 2)
siendo e' el grosor de la chapa más delgada y (da) el diámetro del agujero practicado en la chapa.
Para que no se produzca el desgarro del material de la chapa en la zona del agujero se debe cumplir que
el valor de la tensión de cortadura alcanzado (τ) sea inferior a la tensión de cortadura límite del material
de la chapa:
τ < τlím
Otras de las comprobaciones que habrá que realizar en las uniones roblonadas es que no se produzca la
rotura de la chapa en la zona de la unión situada entre roblones.
Unión roblonada
Si se denomina P' la carga por unidad de longitud de chapa, la carga total (P) actuante entre posición de
roblones se podría expresar como:
P = P' · t
Asimismo, la tensión máxima admisible (σadm) del material de la chapa se alcanzará cuando la carga
actuante (P) produzca el agotamiento de la propia chapa en la zona situada entre agujeros, que puede
calcularse mediante la siguiente expresión:
siendo (t) la separación entre agujeros de roblones consecutivos y (e) el espesor de la chapa.
t - da
η=
parámetro que para uniones roblonadas se sitúa normalmente entre 0,6 y 0,7.
Por tanto, el valor de la carga total (P) que actúa en el total del ancho de la chapa (b) y que produce el
agotamiento por la rotura de la chapa en la zona entre posición de roblones, se puede calcular mediante
la siguiente expresión:
P = P' · b = σadm · e · η · b
Para una buena práctica en la ejecución de las uniones roblonadas, se recomienda que la distancia de
espaciado entre centros de agujeros para roblones (t) se sitúe entre los siguiente valores:
• tmáx = 3,5·d
• tmín = 3·d
• tmáx = 16·e
Por regla general, las dimensiones del diámetro (da) del agujero será, para aplicaciones de
construcciones metálicas en general, 1 mm mayor que el diámetro nominal del roblón.
Las distancias (s) entre los centros de agujeros de diámetro (da), cumplirán las condiciones siguientes:
Cuando se prevean más de dos filas paralelas de roblones colocados en la dirección del esfuerzo, en las
filas interiores, el valor máximo de la distancia (s') en esta dirección podrá ser el doble del indicado
anteriormente.
Por otro lado, las distancias (t) entre los centros de los agujeros y los bordes de la chapa cumplirán las
condiciones siguientes:
A título de orientación y como primera aproximación al cálculo, en la elección de los diámetros (d) de los
roblones se recomienda aplicar la siguiente regla práctica:
d = √(5·e) - 0,2
siendo,
Por otro lado, se tendrá que la suma de espesores de las piezas unidas (Σei) no excederá para las
uniones roblonadas el valor de 4,5·d, siendo d el diámetro del roblón.
Σei ≤ 4,5·d
Como medida de seguridad, se recomienda que al realizar uniones de fuerza en estructuras roblonadas,
éstas dispongan de un mínimo de dos roblones al menos por unión.
En general, tampoco se recomienda colocar más de cinco roblones alineados en una misma fila paralela
a la dirección del esfuerzo, dado que el reparto de esfuerzo resultante posiblemente no se realice de
manera igualitaria entre todos los roblones de esa misma fila.
El cumplimiento de la regla anterior puede llevar a la necesidad de disponer casquillos de angular en los
extremos de la barra de una estructura roblonada, como se muestra en la Figura A del dibujo adjunto.
Americana Aunque 1 Mm 10x10 Acero Agujero Ajustado Aluminio Apreciar Bajos Americana
En otras ocasiones, cuando un cubrejuntas no esté colocado directamente sobre la pieza a la que sirve,
sino que se colocan entre ambos forros u otros elementos intermedios (Figura B), el número de
roblones que sería necesario disponer se obtendría multiplicando el factor (1+0,3·m) por el número de
roblones que corresponden para el caso de contacto directo entre piezas, de acuerdo con la siguiente
expresión:
siendo,
4.2- Agujeros
Los agujeros para roblones se perforarán preferentemente con taladro, autorizándose el uso de punzón
sólo para realizar los agujeros en piezas de acero calidad A37 (resistencia última a tracción de 3700
kg/cm2), cuyo espesor no sea mayor que 15 mm, y siempre que no se destinen a estructuras sometidas
a cargas dinámicas.
En todo caso, mediante punzonado no se podrá realizar la perforación a diámetro definitivo, sino que se
ejecutará el agujero con un diámetro reducido, 3 mm menor que el diámetro definitivo.
En los demás tipos de aceros como se ha dicho, los agujeros se ejecutarán siempre con taladro.
Para la realización de agujeros con taladro, estos se ejecutarán con un diámetro reducido, en este caso,
1 mm menor que el diámetro definitivo, para posteriormente realizar una rectificación final de la
dimensión para coincidencia.
Cuando sea precisa, la rectificación de los agujeros de una costura se realizará mediante escariador
mecánico. En ningún caso se deberá hacer una rectificación mediante broca pasante o lima redonda.
Igualmente se recomienda que, siempre que sea posible, se taladren de una sola vez los agujeros que
atraviesen dos o más piezas, después de armadas, engrapándolas o atornillándolas fuertemente.
Después de taladradas las piezas se separarán para eliminar las rebabas.
Los diámetros de los agujeros, salvo excepciones justificadas, se ejecutarán 1 mm mayor que el
diámetro nominal del roblón, manteniéndose los límites indicados en la siguiente tabla:
Por último, las distancias (s) entre centros de agujeros de diámetro da, cumplirán las condiciones
siguientes:
Cuando se prevean más de dos filas paralelas de roblones colocados en la dirección del esfuerzo, en las
filas interiores, el valor máximo de la distancia (s') en esta dirección podrá ser el doble del indicado
anteriormente.
Por otro lado, las distancias (t) entre los centros de los agujeros y los bordes de la chapa cumplirán las
condiciones siguientes:
Antes de su colocación, se recomienda calentar los roblones en horno de atmósfera reductora, en horno
eléctrico, o en máquinas calentadoras por resistencia. No se recomienda el uso del soplete.
Ningún roblón permanecerá en el horno, o en la máquina, en espera de su colocación, más tiempo del
necesario para alcanzar la temperatura deseada.
Al iniciar la colocación, la temperatura del roblón estará comprendida entre 1050 ºC (rojo naranja) y 950
ºC (rojo cereza claro). Al terminarse de formarse la cabeza de cierre la temperatura no será mayor que
700 ºC (rojo sombra).
Se recomienda situar el horno o máquina lo suficientemente próximo a la zona de roblonado para que
no se produzca enfriamiento apreciable del roblón antes de su colocación.
El roblonado se recomienda realizarlo de modo que las piezas de la unión queden perfectamente
apretadas unas contra otras y no se produzcan curvaturas o alabeos. Todo roblón colocado deberá
rellenar completamente su agujero. Antes de colocar un roblón se eliminará de su superficie la cascarilla
y la escoria si las lleva adheridas.
En general, para el proceso de colocación de los roblones se recomienda seguir las siguientes
prescripciones:
Se recomienda comenzar la colocación de los roblones por el centro de la costura, y continuar hacia
cada extremo alternativamente. En las costuras de varias filas paralelas de roblones, la colocación se
recomienda realizarla simultáneamente en todas las filas.
Se recomienda formar la cabeza de cierre con máquina roblonadora de presión uniforme. Se podrá
también formarla con martillo neumático, empleando buterola, aunque no por golpeo directo del
martillo. En todo caso no se deberá realizar la colocación de roblones con maza de mano.
La sufridora se utilizará siempre bien firme e inmovilizada, para evitar el mal contacto, la excentricidad o
la deformación de la cabeza original del roblón. Si por falta de espacio no puede utilizarse la
herramienta adecuada, se recomienda sustituir el roblón por un tornillo calibrado, o mejor por un
tornillo de alta resistencia. La cabeza de cierre del roblón tendrá como mínimo las dimensiones
correspondientes a su diámetro, quedando centrada con la espiga, apoyará perfectamente en toda su
superficie sobre el perfil, y no presentará grietas ni astillas. Asimismo, se eliminarán las rebabas que,
eventualmente, puedan quedar alrededor de la cabeza.
En todo el proceso se evitará producir huellas de la estampa sobre la superficie de los perfiles.
Después de efectuado el roblonado de una unión se dejará enfriar hasta alcanzar la temperatura
ambiente, y se revisará antes de quitar las fijaciones de armado. Cada roblón se deberá inspeccionar
ocularmente, se verificarán sus dimensiones y se comprobará el rebote con un martillo de bola
pequeño.
Todo roblón que aparezca quemado, con defectos de ejecución o dimensionales, o cuyo apriete resulte
dudoso al rebote, se levantará, y sin haber quitado las fijaciones de armado, se sustituirá por otro. No se
podrá realizar el repaso en frío de roblones que hayan quedado flojos.
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