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La insalvable soledad del túnel de Ernesto Sabato

Llegué a Sabato gracias a la mejor propaganda que me he topado nunca para un libro. Se trataba
de una historieta que indagaba sobre la razón por la que un amigo del narrador se había quitado la
vida. Ya la recuerdo poco. Pero viene a mi memoria que, después de mostrar cómo su grupo de
amigos se había ido desintegrando y se fue perdiendo contacto y atención hacia el futuro suicida,
descubre en el lugar de su muerte una nota dentro de un libro. No recuerdo del todo qué decía la
nota, creo que iba de algo sobre la soledad, pero lo que tengo presente es que el libro que
aparentemente había llevado al amigo a cometer el suicidio fue Sobre héroes y tumbas de Ernesto
Sabato. ¡¿Cuál sería el contenido de este libro con tremendo efecto?! Lo busqué y descubrí que
era la segunda parte de una trilogía, cuya primera parte es El túnel, novela reconocida por el
mismo Albert Camus. Y no es fortuito tal reconocimiento pues tiene una carga existencial
importante, lo cual abordaré a continuación.

Confieso que inició dándome gracia. Pensé que se trataría de humor negro. Y de cierta manera lo
tiene. La crueldad observada con un cristal terriblemente honesto solo es una elevación de grado
de la desgracia detrás de lo cómico. La crítica irónica o aguda a prácticas sociales compartidas nos
puede parecer gracioso cuando no ofensivo. El tono lo es todo. Que “todo tiempo pasado fue
mejor”, señala Sabato en su primera página a través de Juan Pablo Castel, protagonista y narrador
de la novela, es una falsedad surgida por un sesgo social en el que se relegan los recuerdos malos.
Este sesgo se hace patente para quien todo le parece malo, como al protagonista, quien se nos
presenta a través de su propia visión del mundo.

Con la reflexión anterior inicia Juan Pablo la explicación del asesinato de su gran amor, María
Iribarne. Lo explica tan fiel a los hechos como le es posible el autoanálisis y la sinceridad, tal que
parece un personaje cínico o descarado. Sin embargo, es su pretensión de transparencia
desmedida la que arrojará el análisis de los confines sentimentales detrás de la existencia humana.
¿Y no es detrás de los sentimientos que se guardan los problemas existenciales?

El protagonista nos irá hilando la serie de pensamientos y sentimientos que surgen con una pasión
férrea que se transforma como una metamorfosis kafkiana en un sentimiento perverso
insostenible. ¿Cómo pasamos de “quedamos en vernos pronto. Me dio vergüenza decirle que
deseaba verla al otro día o que deseaba seguir viéndola allí mismo y que ella no debería separarse
ya nunca de mí” a “María y la prostituta han tenido una expresión semejante; la prostituta
simulaba placer; María, pues, simulaba placer; María es una prostituta”? Sentimiento último que
se consuma en unos celos patológicos, pero esos celos son apenas la punta del iceberg de una
insalvable soledad.

El túnel es una línea del tiempo en la que transcurre la vida, con paredes que apenas y permiten
vislumbrar lo que ocurre fuera de él. El túnel podría ser el mismo cuerpo vivo entendido como una
prisión fenoménica desde la cual se experimentará la vida. Una prisión de la que jamás se podrá
salir, pero tampoco nada ni nadie podrá entrar. ¿En qué momento es realmente nuestro el
exterior o lo externo? Nunca. Cualquier sentimiento de que hemos aprehendido algo o alguien
más se trata solo de una ilusión insensata para soportar la infinita soledad en la que hemos nacido.
Todo nos es profundamente inaprehensible. Así lo era María para Pablo, como cualquier otra cosa
del mundo. Pero descubrirlo después de haber creído inmensamente no estar solo le resulta el
peor de los desengaños. Los celos son, quizás, un terror velado de una parte de sí que buscaba
desesperada la comunión, la salida del túnel o una ventana desde la cual acceder a lo otro.

Nos hemos hecho de ilusiones para escapar de la soledad, eso es la existencia humana. Es la cruel
lección que nos deja esta novela, claro está, si se lee con ojos existencialistas. De otro modo, se
trata de una metamorfosis kafkiana donde vemos cómo se transforma un hombre en un
monstruo. Y así lo que comenzó dándome gracia terminó sorprendiéndome agridulcemente.
Estaba ante una gran novela… con el más oscuro de los mensajes. Un sol negro. El que da la luz
suficiente para saber que se está inmerso en una eterna penumbra.

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